Lscenar · Reflexión que de cierto modo también es indicativa de cómo Silvia Molina hace el...

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No es fácil definir los discursos que in­tervienen en el libro de Julia Kristevacomo tampoco lo es decir de qué modose congregan para dar un texto que des­borda la teor ía literaria. En Historias deamor los registros se interfieren dandocabida a voces filosófi cas. psicoanalíti­cas o semiót icas . mitol ógico-clásicas,místico-erót icas. musicales. voces quese conf iesan. voces poéticas. Ni es ca­sual ni tampoco eludible que el tema deeste libro - el discurso amoroso bajo elaspecto de su fuerza unificadora y orde­nadora- se desarrolle en una sola voz. Elamor es po lifónico. es manifestación detendencias permanentemente contradic­torias: vaciars e de si mismo para lle­narse del otro. carencia que aspira a serplenitud . espejo de si para descubrir alotro y por medio de él volver otra vez asi mismo. monólogo - encantamientocuya expre sión ideal se logra a dos vo­ces. En si el discurso amoroso no hacemás que adecuarse al juego total que esel amor: lucha. movimiento. presenciadivina encuentran en él su expresión. Demanera que filosofía. poesia rnlstica.voces blbl icas. literatura. confesión psi­coanalltica son . según la selección yprop uest a de Kristeva. los lenguajesprop ios de la teor la y la práctica delamor.

El libro ordena y describe la dinámicadel ideal: el "yo" mítico. Narciso, se es­cinde en cuerpo y reflejo para perder suidentidad desde el instante en que per­cibe su imagen. Su deseo es deseo in­consc iente de sí mismo proyectadofuera del cuerpo para que la imagen pro­pia se vuelva inalcanzable. El "yo" divi­dido ya no encontrará cab ida en 51mismo sino que su camino será marcadopor el absurdo : Narciso mirándose en elespejo se alejará de su imagen parasiempre . no sólo para perderla en elagua sino también por hacer de ella ima­gen divina. El ideal que se conformarámás allá del mito de Narciso se desen­volverá bajo la condición de la otredadhumana y de su contraparte divina. El

HISTORIAS n

LAS T RAMPASDE LAIDENTIDADPor Ruxandra Chisetñs

Silvia Mal ina. La faml'lia vino del norte. Edito rialOcéano. México. 1987 . 155 pp ,

Lscenartenían que ver con nuestra vida domés­tica. con la familia, con la pareja a nues­tro modo. Ella hablaba de sí misma, sinpiedad . sin miramientos" .

Reflexión que de cierto modo tambiénes indicat iva de cómo Silvia Mo lina haceel manejo de personajes y situacionesen La familia vino del norte, esa necesi­dad de una escritura autént ica, desmitifi­cadora de nuestro pasado y presente;no en vano Manuel forma parte de unnuevo proyecto periodístico y el arran­que del mismo está lleno de obstá culos .

Otro punto a ser destacado es que Te­odoro-Dorotea es un juego de palabras.a manera de un desdoblamiento de unmismo personaje. masc ulino y feme­nino, lo cual le da una fuerza especial a lahabilidad narrativa de Malina; en la en­trega de su novela más madura. le ante­ceden : La mañana debe seguir gris(1977), con un tono intimista y Aseen­sión Tun (1981) de carácter histór ico .que en la presente entrega parecen fu­sionarse ambas búsquedas . Una vezmás el entrecruzamiento .

La familia vino del norte cuenta con de­talles especialmente poét icos como al­gunas descripciones de la vida cotidianade Coyoacán. los encuentros en la bi­blioteca de Manuel. siempre con músicaclásica como fondo . o la recon strucciónde la casa de los abuelos.

Es una novela que se deja leer con flui­dez. Como afirma Guillermo Samperio enla contraportada se puede leer en "doso tres ses iones . sin que nos demo scuenta de la estructura rica en que nosvamos metiendo y que finalmente satis­face nuestro espíritu." Sucede que SilviaMal ina ya encontró su tono narrat ivo ,preciso , quizás el deñnitivo .v

DE HISTORIASENTRECRUZADASPo~ Perla Schwanz

Dos historias se entrecruzan en la no­vela más reciente de Silvia Malina:. la deDorotea. muchacha contemporánea quegusta tomar café en el Parnaso. que seemociona con la relación de Manuel. unperiodista maduro, a la búsqueda de suidentidad personal y la de Teodoro Ley­va. :,Uabuelo, general de la RevoluciónMexicana. quien no figura en los librosde historia, no obstante que fue el brazoderecho del gene ral Benjamín Hill ygente cercana del general Francisco Se­rrano.

A pesar que el lenguaje es sencillo ydirecto y el transcurrir de la narración eslineal. Silvia Malina maneja en su tercernovela con buen conocimiento de lasposibilidades de su oficio literario. un re­lato que resulta emocionante al lecto r,porque de un lado son rescatados episo­dios de la Revolución Mexicana. sobretodo de la Posrevolución, que se dio afinales de la década de los 20 's y que através de la distancia de los años pue­den ser entendidos con mayor claridad ycoherencia y por otra parte nos situa­mos en la evolución íntima de una Doro­tea. de una familia tradicional y provin­ciana, léase " chapada a la antigua" . quea través del descubrimiento y el enigmade su abuelo Teodoro Leyva quiereafianzar sus raíces. para después poder·lIegar a ser ella misma.

Para tal efecto toma la decisión de in­dependizarse. e irse a viv ir sola a un mi-

. crodepartamento de Mixcoac, ademásde darse la oportun idad de vivir una his­toria de amor con Manuel que terminaen el desencanto /y la traición; éste se leadelanta en dar su versión del GeneralLeyva.

También está presente esa Doroteaávida de lecturas que la vayan reafir ­mando. como es el caso de la menciónde la escritora antillano-inglesa JeanRhys: " Veía en la Rhys un modelo demujer auténtica. Me parecía como si hu­biera vivido cien años adelante de noso­tras, las mujeres mexicanas. Sus preo­cupac iones, sus problemas. en nada

s e , .r I tiC o

deseo de reintegrar el " yo" inicial pormedio de la posesión de un " otro" -hu­mano o divino- es la vía absurda e im­posible de pretender volver a sí mismo.

Tal será, pues, la historia y la evolu­ción adonde se dirige el amor como pro­ced imiento de conoc imiento , acceso,reintegración . Narciso ha caído en latrampa de su prop ia enajenación : noqueriéndose enamorar de otro/a paraunirse de este modo con lo que de símismo reconociese en este otro/a , sedivide en cuerpo e imagen irreconcilia­bles. El estudio de Kristeva se ubica jus­tamente en este espacio , pretendiendopuntualizar las instancias de este aleja­miento, analizar el vacío primar io de lapasión , locura y muerte y las entidadessucesoras que se esmeran en poblar-después del mito- toda una historia enla cual convergen literatura, religión, filo­sofía, psicoanálisis y en cuyos principiosestá la invención de un Dios amorosoque se entenderá como el reflejo aumen­tado y divinizado de Narciso y su salva­ción; es en este sentido que la voz deSanto Tomás estará recordando quesólo quien se ama a sí mismo es capazde amar a Dios . El. éxtas is, condiciónpara cono cer y amar a Dios es -al igualque la percepción del propio reflejo porNarciso - abandono, salida de sí mismopara proy ectarse en el reflejo .

En toda s las hipóstasis planteadas porKristeva (mito de Narciso , El Cantar delos Cantares, San Pablo, Bernardo deClaraval, la propuesta en tono precarte­siano hecha por Santo Tomás) el amores desmesura y su discurso encantado.El amor como erotismo y el amor comofe rel ig iosa, amores cuya práctica esidént ica porque su objeto requiere de lamisma violencia sent imental y discur ­siva, necesitan ambos de la verbaliza­ción literat urizada.

Si bien el libro incluye el registro de lastransmutaciones de la identidad de Nar­ciso y sus proyecciones religiosas, tam­bién son analizados ejemplos literarios ypsicoanál iticos, ilustrándose por mediode ellos unos prototipos : Don Juan, Ro­meo y Julieta, los amores malditos deBaudelaire y Bataille, los amores en la vi­sión de Stendhal; sobre todo en el casode este último parece ser que el reflejoperdido se ha trasladado a un " másallá" polít ico y a la vez a un " más acá"encubierto, de cuerpos prohibidos. Alcomprender que sus proyecciones amo­rosas giran alrededor de la nada o de lono nombrable , Narciso se ha convertidoen Freud, asimilando también el lenguaje

Julia Kristeva

literario . Los prototipos ideales, divinoso malditos se repiten ad infinitum: deam­bulando por zonas de encantamientosiempre renovadas.

Destaca en el libro la importancia queha sido asignada por siglos a la Virgencomo objeto de fe y amor, sus respecti­vas transformaciones, la idea de mater­nidad que en el transcurso del tiempo hamarcado las representaciones y las ac­titudes hacia lo femenino, el propio dis­curso de la mujer. En relación a esto hayun bellísimo texto poético paralelo al de­sarrollo teórico y transpone el StabatMater de Pergolesi en una voz que re­flexiona al mismo tiempo que vive elparto . Interesantes son también las con­sideraciones acerca de Don Juan, perso­naje que "glorifica el poder del hombreinesencial" . el placer del propio derro­che, para definirse como "reverso go­zoso del cristianismo".

y sin embargo. si el análisis de Kris­teva se autoproporie como aventuradentro de la otra aventura que es elamor, es decir. como lectura de angus­tioso recorrido de Narciso en busca desu reflejo, el libro finaliza en el encuentrocon la propia figura de' Narciso dismi­nuida y desmitificada que además ca­rece de tragedia. Cada vez más insegurode cuál debía ser el objeto de su bús­queda, Narciso ha perdido su mismaidentidad al haber perdido su pecadoplacentero y destructor. Debajo de unamultitud de signos y códigos impuestospor la civilizac ión en mov imiento, el ob­jeto del deseo. se identifica difícilmenteLa incomprensión e inutilidad de su tra-

ged iapropician la transformación deNarciso en Querubín y ... en E. T. Gui­lIaume de Lorris y Jean-de Meung hansido tal vez los últimos en atribuir a Nar­ciso un reflejo maravilloso: lá verdad larosa. ; ':-- ' .. y , ~ :'

Entre la voluntad de amar y la pulsiónde muerte, se desestabilizan los papelesdel padre, de la madre, del otro; la iden­t idad de Narciso. diluida en,las inciertasfiguras de quiene~;marcan sus afectos.ha perdido su fuerza:'asexual. indefenso,preso en su infancia horrible y enterne-

.cedora. es el personaje del Extraterres­tre. Las trampas sucesivas que resul- .taren de ' la desenfrenada relátivizacíónde las fig~ras ' a lo largo del tiempo handistandací~ .cuerpo y .r eflejo;' ; 'yo" 'y

. ..otro" , hasta '<fueel ::y~. , . termina' por

desconocerse y por élesco-;'ocer su mun­do. Tal vez Narciso deba recuperar suenergía solitaria y para salvarse devorarsus antecedentes hasta dar nuevamentecon el mito; y. en vez de seguírsiendo elblando E.T. dejar surgir al carnívoroAl íen. para producir elrenacimiehtodesde la flor amarilla junto" a la eternafuente y reanudar la contemplación, devuelta de toda su historia y de todo surnito.O

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LOS JUEVESCON DOÑA INÉSPor Santiago Espinosade los Monteros

En el número 433 correspondiente afebrero de 1987 . escribí en este mismo-espacio un comentario a raíz del artículoque reseñaba la aparición del libro deDelmarfRornero Keith. lo siguiente :" ...durante más de un año consecutivo,jueves a jueves , Teresa del Conde yJorge Alberto Manrique comieron conInés Amor y la entrevistaron entre bo­cado y bocado, logrando con esto reunirun material importantísimo que seriaalgo así como el discurso de InésAmor.Este material, dada su extensión y com-

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