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E sta temporada de final y
comienzo de año es una buena
oportunidad para hacerse
nuevos propósitos o resoluciones.
Mons. José Gómez, Arzobispo de Los
Ángeles (Estados Unidos) y recién
elegido como Vicepresidente del
Episcopado, sugieren realizar esta
práctica.
“Hacer resoluciones de Año Nuevo es
un hábito profundamente cristiano.
Refleja un hermoso deseo de crecer en
amistad con Jesucristo y refleja nues-
tra conciencia de que no somos todav-
ía el pueblo que Dios quiere que sea-
mos”, indicó.
Por ello, presentamos las tres
resoluciones sugeridas por Mons.
Gómez para el año nuevo:
1.- Colocar a Jesús en el centro de
nuestras vidas. El Prelado indicó que
la mejor forma de acercarse a Jesús es
leyendo el Evangelio diariamente.
Cada día durante unos minutos lea un
pasaje, puede ser de la lectura diaria
de la Misa. Después “pídanle a Jesús
que abra su Palabra para ustedes.
Pregúntenle personalmente a Jesús:
“Señor, ¿qué me estás diciendo a mí?
¿Qué quieres que yo haga? “¿Qué
debo cambiar en mi vida si quiero
seguirte más de cerca?”.
2.- Mejorar la vida de los demás
Es tener la disposición y la intención
diaria para servir, “mejorar la vida de
alguien”. Monseñor González indicó
que el amor “empieza con aquellos
que nos exigen más cosas, con los que
representan un reto para nuestro
egoísmo”. Con aquellos que están más
cerca. Por ello, sugiere tener más pa-
ciencia, ser más comprensivos, no
juzgar inmediatamente sino dar el
beneficio de la duda; aceptar a las
personas tal cómo son.
3.- Perdonar a los demás como Dios
nos perdona a nosotros
Este propósito consiste en pensar en
silencio en alguna persona con la que
uno esté enfadado o que no nos
agrade. “En silencio, pensemos… en
alguna persona con la que estemos
molestos, con los que estemos
enojados, en alguien que no nos guste.
Pensemos en esa persona y… oremos
por esta persona y volvámonos
misericordiosos con esta persona”.
No perdonamos lo suficiente. Esto
daña a nuestras familias. Esto
perjudica nuestras relaciones. La gente
nos va a hacer daño y nos va a ofender
todos los días. Pero permanecer
enojados o resentidos no cura nada.
Sólo hace que las cosas nos lastimen
por más tiempo.
│ │
Sanar heridas
y crear cultura del encuentro
Los resultados de las pasadas elecciones han genera-do dolores, temores e incertidumbre. Sin embargo, no podemos dejar de confiar en el Señor, en su infini-ta misericordia, que nos permite ver cada evento con ojos nuevos y vivir el momento presente a la luz de su palabra. El nuncio apostólico en la Asamblea General de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos de Norteamérica, recuerda que nosotros como católicos, debemos ser testigos de esperanza, “para avanzar en los días que se avecinan, para que realmente seamos una nación, en manos de Dios. El Papa Francisco, les recuerda a nuestros obispos que el gran desafío de la Iglesia es crear una cultura del encuentro, “que aliente a cada persona y a cada grupo a compartir la riqueza de sus tradiciones y ex-periencias, a abatir muros y a construir puentes”. Debemos salir de la comodidad y posibilitar la comu-nión en los diferentes ámbitos en los que nos encon-tramos, permitiendo el dialogo, la compresión y la fraternidad entre las diferentes comunidades, creen-cias y con todos los que buscan un futuro de esperan-za.
Igualmente, es estos momentos de cambio de diri-gentes y gobernantes, es importante recordar un par de características que el Papa ha definido para los buenos gobernantes: amor por el pueblo y humildad. Un gobernante debe amar a su pueblo, ya que a el se debe y por el debe actuar, haciendo de la política el amor de los amores. El amor es la luz para pensar, tomar decisiones y actuar con miras al bien común, logrando apartar de su diario los intereses particula-res. De manera especial, deben ser humildes para poder estar dispuestos al dialogo, a la construcción conjunta con los demás en estricta comunión, de lo contrario la arrogancia puede llevar a cometer erro-res importantes.
Finalmente, es responsabilidad de nosotros los ciuda-danos orar por nuestros gobernantes, así como San Pablo nos lo ha proclamado al decir « Ante todo reco-miendo que se ofrezcan súplicas, peticiones, interce-siones y acciones de gracias por todas las personas, especialmente por los soberanos y autoridades, para que podamos vivir tranquilos y serenos con toda pie-dad y dignidad» (1 Tim 2, 1ss). Estas oraciones deben ir acompañadas de nuestra activa participación en política, es nuestro deber comprometernos con la política como la mejor expresión de la caridad por los otros, debemos tener juicios objetivos, recomenda-ciones y acciones concretas para mejorar el actuar de los gobernantes.
P. Roberto J. Cortés
L a recesión económica por la
que atravesamos en algunas
regiones del mundo, lejos de
perjudicar la fiesta de la Navidad, más
bien la ha favorecido. Pero, ¿cuál es el
verdadero sentido de la Natividad del
Señor?
El 25 de diciembre festejamos el
natalicio de Jesús de Nazaret. La fe de
los creyentes cristianos afirma que
Jesús es el Mesías anunciado en el
Antiguo Testamento, celebramos que
Dios se ha hecho hombre, para así
enseñarnos el camino hacia Dios.
Pero, con nuestras sociedades cada
vez más descristianizada, la fiesta
navideña se ha vaciado de sentido
religioso, para quedar sólo como una
fecha para una reunión familiar y para
dar regalos. Esta pérdida de sentido
religioso no sólo afecta a la
celebración misma (celebrar el
nacimiento de Jesús, pero sin hacer
referencia a Él; es tan absurdo como
organizar una fiesta de cumpleaños y
no invitar al festejado). También
perturba la vida cotidiana de las
personas, que han mentalizado a
recibir regalos navideños, pero ya no
reparan en la cercanía de Dios.
Por eso, cuando se dirigen al Señor,
esperan conseguir regalos y favores,
pero si no los tienen se apaga su fe .
Una Navidad con austeridad nos
ayudará a preguntarnos a qué vino
Jesús al mundo. Al observar su Vida en
los Santos Evangelios, notamos que
Jesús no vino a darnos riquezas, pues
nació en un lugar pobre y humilde
(Lucas 2, 7).
Éste es el auténtico regalo de Navidad:
comprender que celebramos la
cercanía de Dios. Jesús es Dios-con-
nosotros porque es Dios viviendo el
drama de la existencia humana: la
alegría y el dolor, el amor y la traición,
la carencia de bienes materiales…
Sabemos que Jesús es Dios-con-
nosotros, no porque nos llené de
dinero o de salud, sino porque ha
vivido lo mismo que ahora tu y yo y le
ha dado un sentido sobrenatural, divi-
no, a nuestra abundancia y a nuestra
carencia, a nuestra salud y a nuestra
enfermedad. Ahora tenemos a Dios en
nuestras vidas y, por eso, con o sin
regalos, podemos decir ¡Feliz Navidad!
Pbro. Luis Fernando Valdés López
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Las personas que han tenido Banca Rota si pueden acceder a créditos.
│ │
Los obispos de Estados Unidos, reunidos en asamblea plenaria en Baltimore, eligieron el
pasado 15 de noviembre, como su nuevo Presidente al Cardenal Daniel DiNardo,
Arzobispo de Galveston-Houston. El Purpurado sucederá en el cargo a Mons. Joseph
Kurtz, Arzobispo de Louisville, tras obtener 113 votos (55%).
Como Vicepresidente del Episcopado resultó elegido el Arzobispo de Los Ángeles, Mons.
José Gómez, originario de Monterrey, México, tiene un doctorado en teología y es
contador. Antes de liderar la Arquidiócesis de Los Ángeles fue Obispo Auxiliar de Denver
y Arzobispo de San Antonio. Ambos obispos han defendido con claridad el matrimonio y
el derecho a la vida en Estados Unidos durante los últimos años.
El Papa Francisco alentó a los obispos de Estados Unidos a considerar de qué manera
la Iglesia en ese país puede responder mejor “a la creciente presencia, a los dones y al
potencial de la comunidad hispana”. En un video-mensaje enviado el martes 15 de
noviembre a los obispos estadounidenses que estaban reunidos en asamblea plenaria
en Baltimore, el Santo Padre pidió a los prelados que “consideren de qué manera sus
Iglesias locales pueden responder mejor a la creciente presencia, a los dones y al
potencial de la comunidad hispana”.
El Papa Francisco quiso cerrar los “viernes
de la Misericordia” con dos encuentros
muy significativos: Con las personas sin
techo y con varios hombres qua habían
abandonado el sacerdocio y hoy son
padres de familia.
En su discurso el Santo Padre les pidió
que enseñen “a soñar desde el Evangelio,
donde están ustedes, desde el corazón
del Evangelio”.
La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia
Necesitada (AIN) ha presentado en
Madrid su Informe sobre la Libertad
Religiosa en el Mundo, un estudio que
concluye que “el Islam radical es la
principal amenaza” a la libertad religiosa
y que la religión cristiana es la más
perseguida en el mundo, ya que más de
334 millones de cristianos viven
actualmente en países donde se les
persigue y discrimina.
El estudio muestra un serio retroceso en
este derecho fundamental. De hecho, de
los 196 países analizados, en 38 se sufre
graves violaciones, en 23 hay persecución
religiosa, y en 15 discriminación.
El Nuncio Apostólico en Estados Unidos,
Mons. Christophe Pierre, afirmó que “la
misericordia es lo que el país necesita para
curar las heridas de la división luego de una
campaña polarizada”.
Así lo indicó el Arzobispo de origen francés,
en su discurso el 14 de noviembre a los
obispos de Estados Unidos reunidos en
asamblea plenaria en la ciudad de
Baltimore.
“Necesitamos comprender más adecuada-
mente esta misericordia de Dios”, resaltó,
refiriéndose a la necesidad de mostrarla y
enseñarla a los jóvenes.
Tras recordar que el Sínodo de los Obispos
de 2017 estará dedicado a los jóvenes, el
Prelado cuestionó: “¿por qué no están en
nuestras iglesias?”, y respondió que en
medio de una era de rápido desarrollo,
“muchos son afectados por la sensación de
estar en constante flujo y se sienten
incapaces de hacer una opción
permanente”, algo que también puede
verse en los seminarios católicos.
También hay entre ellos un fenómeno de
“adolescencia prolongada” a la que
contribuyen los “medios modernos” con los
que los jóvenes “pierden contacto con la
realidad” y desarrollan una “dependencia
de las realidades virtuales”.
En medio de todo, prosiguió Mons. Pierre,
los jóvenes conservan un espíritu
entusiasta y generoso que corre el riesgo
de “centrarse solo en los sentimientos y
emociones” que se acrecienta debido a la
“frecuente falta de auténtica formación
espiritual”.
Vigilia de Adviento
Sábado 3 de diciembre, 7 - 11 pm
San Miguel Arcángel
805 Wayne Ave, Silver Spring, MD
Ministerio de Intercesión
Miércoles 7 de diciembre, 7:00 pm
San Marcos Evangelista
7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD
La Inmaculada Concepción
Jueves 8 de diciembre
Noche de Película- TLR
Sábado 10 de diciembre, 7 pm
San Marcos Evangelista
7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD
Virgen de Guadalupe
Lunes 12 de diciembre
Gran Asamblea RCC
Miércoles 14 de diciembre, 7:30 pm
Sta Catherine Labouré
11801 Claridge Rd Wheaton, MD
Concierto Navideño
Sábado 17 de diciembre, 5 - 11 pm
St. James
3628 Rhode Island Ave, Mount Rainier, MD
Navidad Juntos - TLR
Sábado 17 de diciembre, 7 - 12 am
San Marcos Evangelista
7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD
Ministerio de Intercesión
Miércoles 21 de Diciembre, 7:00 pm
San Marcos Evangelista
7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD
Reunión de coordinadores
Miércoles 28 de diciembre, 7:30 pm
San Marcos Evangelista
Navidad
Domingo 25 de diciembre
│ │
E l adviento es tiempo de espera para
la gran celebración de la Navidad.
El nacimiento de Jesús es el gran
acontecimiento largamente esperado por el
Pueblo de Israel que durante tantos años
vivió anhelando el cumplimiento de la
promesa que Dios le había hecho de que le
enviaría un Salvador.
Nuestra cultura no está habituada a esperar
y nos es difícil comprender que el Pueblo de
Israel haya esperado siglos y siglos para el
cumplimiento de esta promesa. La nuestra
es la cultura de la prisa, de lo inmediato, de
lo "express". Esperar implica acomodarse al
tiempo de otro y es realmente difícil aceptar
los tiempos de “otro” cuando no coinciden
con los nuestros, incluso si son tiempos de
Dios.
El Adviento nos invita a esperar el tiempo
de Dios; la venida de Jesús.
El adviento no es aún la fiesta, sino espera,
preparación y expectación para la gran fies-
ta. El gozo propio del adviento es de quien
ha recibido una promesa y espera ilusionado
su cumplimiento y verificación. Sin embargo,
hoy ya no lo vivimos esperando una
promesa. Hemos adelantado la fiesta y
hemos perdido el clima de "espera", "de
promesa", de "don".
Lo anticipamos todo: durante el adviento,
nos damos regalos, los
abrimos, comemos
pavo, dulces, etc. No
sabemos esperar.
Esta anticipación del
festejo nos ha
"robado" el tiempo de
preparación espiritual
propuesto por la Iglesia
para una celebración
profunda de la
Navidad, que tendría
que ser para cada
cristiano, un encuentro
“de corazón a corazón”
con el Dios-niño, tan
sencillo y pequeño, que se encuentra al
alcance de todos. Actualmente hay muchos
festejos “navideños” que nada tienen que
ver con el misterio de la Navidad y muchas
veces para el 24 de diciembre, ya nos
encontramos cansados y agobiados; incluso
"saturados" de tantos compromisos;
agotados por la prisa y el estrés.
La forma en la que solemos vivir el adviento,
en lugar de prepararnos para celebrar la Fe
en un clima de paz y
gozo espiritual, muy
probablemente nos
acelera, dispersa y
distrae para lo que es
esencial.
Virgen de la espera
María, la Madre que
supo esperar con
verdadera esperanza
y gran amor, es el gran
personaje del Adviento
que nos enseña a vivir
este tiempo como
camino hacia el portal
de Belén, lugar de encuentro y adoración
del Dios-niño.
Tres actitudes muy hermosas de María
que nos pueden ayudar a vivir este adviento
son: la espera, la preparación del corazón y
la acogida sincera.
1. María espera con gozo, con profunda
esperanza, la llegada de Jesús a su vida.
2. María prepara su corazón con vivos senti-
mientos de ternura para con el Niño Jesús
que viene y de gratitud profunda para con
Dios que cumple sus promesas.
3. María cultiva en su corazón una acogida
generosa, abriéndolo de par en par para que
realmente entre Jesús a su vida. Ella lo espe-
raba sinceramente, no lo acoge sólo de pala-
bra, sino que le ofrece su corazón.
Que María nos enseñe a vivir este adviento
en una espera gozosa; a aprovechar este
tiempo para preparar nuestro corazón para
que Jesús realmente encuentre en él un
lugar donde quedarse y desde el cual
podamos descubrirlo como verdadero
Salvador: como el Dios que viene a iluminar
lo que en nuestra vida está oscuro; a sanar
lo que en nuestra vida está enfermo; y a
liberarnos de todo lo que nos impide vivir en
el gozo de su Amor.
│ │
E n una ocasión se reunieron dos
amigas, Sandra y Andrea, para
compartir cómo habían celebrado la
Navidad en sus respectivas familias. Sandra
pertenece a una familia que se dice
“creyente” y “católica”, pero se llevó una
gran desilusión al ver que celebraron la
Navidad de manera tensa y superficial.
La familia de Andrea es muy diferente pues
ella pertenece a una familia numerosa,
plural y heterogénea en cuanto a credos y
preferencias religiosas; algunos son católicos
practicantes, otros no practicantes, algunos
no creen en la Iglesia y se dicen
simplemente “agnósticos”; Andrea pensaba
que iba a ser muy difícil celebrar Navidad
cuando muchos integrantes de su familia no
creían en que Jesús era el Hijo de Dios, ni
tampoco en la Iglesia, pero su experiencia
fue reveladora pues no fue impedimento
para celebrar la Navidad en profundidad.
El caso de Sandra
Al acercarse la Navidad, la familia de Sandra
pensaba celebrar juntos la Navidad como
cada año. La familia la integraba su esposo y
sus cuatro hijos; también la iban a pasar con
la familia de su hermano. Había tres
preocupaciones básicas que tenían los
miembros de la familia antes de la Navidad:
¿qué regalos iban a obsequiar?, ¿qué ropa
se iban a poner en la cena? y ¿qué iban a
cocinar para la cena? Se dieron a la tarea de
poner el árbol de Navidad y muchos adornos
que llamaran la atención. Había algunas
tensiones entre los miembros de la familia;
en la cena de Navidad, en vez disminuir las
tensiones, éstas se agudizaron más.
Sandra contaba que le dio tristeza que en la
cena de Navidad había algunos miembros de
la familia que ni se hablaban. Se esmeraron
en preparar la cena, y era tal la preocupa-
ción para que la cena fuera “perfecta” que
hasta se les olvidaba el sentido verdadero
de la Navidad; todos fueron a misa como de
costumbre, aunque algunos iban como a la
“fuerza” y otros se la pasaron criticando la
ropa y vestidos que llevaban puestas otras
personas. Después de la misa se fueron a
cenar; todos llevaban puesta su mejor ropa,
la cena fue elegante; el intercambio de
regalos fue un poco forzado y parecía una
competencia a ver quién daba el mejor
regalo.
El caso de Andrea
La familia de Andrea la vivió diferente; ellos
decidieron pasarla con otros familiares y la
cosa no estaba fácil pues, aunque Andrea es
católica practicante, ella sabía que algunos
familiares son de diferentes credos religiosos
y algunos no creen en Jesús ni en la Iglesia.
También existían ciertas tensiones entre
algunos de sus miembros, pero se le ocurrió
una idea. Pensó que a pesar de la pluralidad
de credos religiosos, tal vez sí podían
coincidir, por ejemplo: renovarse en la paz,
en el amor mutuo y en compartir anhelos.
Cuando comenzó el tiempo de adviento,
tiempo de preparación para la Navidad, se
dio a la tarea de buscar que los diferentes
miembros de su familia que estaban
distanciados o tenían problemas se
reconciliaran, dialogaran y arreglaran malos
entendidos. Allí comprendió la importancia
del adviento como tiempo de preparación;
gracias a su iniciativa, la familia, en general,
mejoró sus relaciones para la Navidad.
Más que los regalos, la cena y la ropa para el
festejo, a Andrea le importaba que la familia
viviera un encuentro profundo con Dios y
entre ellos; si Jesús nació en un medio
sencillo y austero, pensaba Andrea,
entonces había que vivir algo sencillo, por lo
que propuso sortear un intercambio de
regalos hechos por sus propias manos, para
no fomentar el consumo, y con una carta
que expresara algo positivo del otro; para la
cena de Navidad propuso que cada familia
pusiera dos platillos que no fueran muy
elegantes, pero sabrosos y sencillos; ¿y la
ropa? pues que cada uno se vistiera como
quisiera.
Ahora había que pensar algo para la reunión
familiar así que se le ocurrió proponerles
que se juntaran un poco antes para tener un
rato de oración-meditación y otro de
compartir la vida. Ella sabía que no todos
eran católicos o cristianos, pero eso no
impedía que se reunieran para dar gracias a
Dios, a Jesús, al Amor, a la Vida... por algo
recibido o vivido en el último tiempo; orar y
meditar juntos permitió que la familia
“sintonizara” y se sintiera más armonía
entre ellos; algunos agradecieron que
pudieron arreglar sus problemas antes y
otros agradecieron el estar reunidos,
pero todos, no importando el credo,
tenían algo que agradecer. Después de
ese momento Andrea les compartió que
a Jesús se le llama también “el sol que
nace de lo alto” (Lc 1, 78b), así que les
propuso compartir en qué consiste aquel
“sol que nace de lo alto” para cada uno,
aquel “sol” que suscita esperanza y
anhelos en cada uno y que los motiva a
vivir.
Algunos compartieron que su “sol ” era
echarle ganas a los estudios que estaban
realizando, a veces con grandes sacrificios;
│ │
el esposo de Andrea compartió que su “sol”
era su familia y verlos sanos y felices lo
animaba; Andrea compartió que su “sol” era
Dios y sus amigos, quienes le motivaban a
vivir; su hermano, que estaba enamorado,
compartía que su novia en ese momento de
su vida era su “sol”. Después de compartir
pasaron a festejar la vida, la esperanza y los
anhelos compartidos con la cena y el
intercambio sincero de los regalos dándose
una palabra positiva unos a otros. Andrea
comprendió que Jesús nació cuando su
familia tuvo un encuentro profundo entre
ellos y con la fuente de la vida, que es Dios,
aunque lo llamaran de maneras diversas.
Sociedad de Consumo y Plural
En la actualidad vivimos dos realidades:
somos una sociedad de consumo y cada vez
más plural. Así como le pasó a Andrea, a
veces pensamos que el principal obstáculo
para celebrar bien la Navidad con nuestras
familias, es el hecho de que vivamos una
pluralidad de diferentes credos; pero el
principal obstáculo no es la diferencia
religiosa, sino la superficialidad.
El motor del sistema económico en el que
vivimos es el consumo y la época navideña
es un buen medio para que la gente
consuma más y más. Más de un mes antes
comienzan los anuncios en la TV, las
propagandas, los paquetes; por todas partes
vemos a Santa Claus, árboles navideños,
monos de nieve, duendes, venados e
imágenes importadas del extranjero.
El motor económico crece en intensidad y la
gente entra en un frenesí de consumo,
prepara sus grandes cenas, sus costosos
regalos y sus elegantes ropas, pero no sólo
se les olvida el sentido por el cual se celebra
la Navidad, sino que la celebran a un nivel
superficial y vacío de sentido. El sabor de
boca que puede dejar la Navidad es, a lo
mucho, “me la pasé muy bien, pero me dejó
vacío”.
Celebrar la Navidad en profundidad
Frente a la Navidad, las familias están ante
un dilema: o la celebran de manera
superficial o la celebran en profundidad. No
importa si los integrantes de la familia son
todos católicos o no, sino más bien si los
integrantes de la familia sintonizan o no con
los valores que enseñó Jesús en el Evangelio
y que permitan celebrarla en paz, respeto y
amor mutuo. El sentido profundo de la
Navidad ha sido tergiversado por la inútil
sociedad de consumo; sabemos que los
católicos celebramos en la Navidad el
nacimiento de Jesús; pero también sabemos
que Jesús nos vino a traer un mensaje de
paz, reconciliación, amor y respeto, lo cual
nos genera esperanzas y el anhelo de
construir un mundo mejor con esos valores.
En una familia, aunque sus miembros sean
de credos diferentes, se les puede invitar a
hacer una cena de Navidad, un encuentro
familiar y un intercambio de regalos
profundizando y compartiendo los valores
que vino a enseñarnos Jesús de Nazaret.
Presentamos algunas ideas muy sencillas
para vivir Navidad en familia:
1. Prepararse para la llegada del Niño
Para algunas familias es costumbre armar el
pesebre, varios días e incluso semanas antes
de Nochebuena. Algunos tienen el detalle de
no poner a Jesús en el pesebre hasta pasa-
das las 00:00hrs del 25. Es una buena idea
hacer participar a los niños de la casa y por
cada hora que pasa ir acercado la figura de
Jesús cada vez más, para que al momento de
la media noche, sea Él el protagonista y no el
abrir los regalos que están a los pies del
árbol.
2. Adoración al Niño Dios
Que la llegada de la media noche y por lo
tanto de Jesús al mundo, no tenga como
centro el intercambio de regalos, sino que el
nacimiento. Por lo tanto te invitamos a
preparar un villancico y una pequeña
oración, algo sencillo que los más pequeños
puedan repetir y cantar.
3. Invitar a alguien que esté solo
Para muchas personas, estos tiempos de
fiesta y celebración familiar son amargos
pues están solos. Sea cual sea la razón por la
que están lejos de sus familias, es un lindo
signo invitarles y acogerlos, mostrarles que
Navidad es para ellos. Que tu hospitalidad y
atenciones sean testimonio de consuelo y
alegría. ¡Cuánto mejor si lo consideras
dentro de la lista de regalos!
Qué mejor que celebrar en esta Navidad la
paz en un mundo lleno de violencia, celebrar
la reconciliación en un mundo atormentado
por la oposiciones, celebrar el respeto en un
mundo lleno de intolerancias, celebrar el
amor en medio de pueblos divididos por el
odio. Y reconocer que Aquel que nace es
quien hace posible el amor, la reconciliación
y la esperanza. Feliz Navidad!!
│ │
E n Navidad y Reyes Magos
hay una imagen que se
repite en muchos hoga-
res, al menos en los países donde
los padres tienen más recursos:
los niños ansiosos, al pie del árbol
de Navidad, rasgando los papeles
de regalos para descubrir qué
hay dentro y luego pasar,
frenéticamente, al próximo
regalo, y al próximo, y al próximo,
casi sin darse cuenta de que se
trata cada uno, o de quien lo
recibe.
De hecho, un estudio realizado
por la consultora TNS para eBay
sobre las tendencias de consumo
en Navidad desveló que los
españoles gastarán una media de
235 euros en regalos para estas
fechas. Obviamente, los más
afortunados son los niños, a quienes les
destinarán un presupuesto de 151 euros.
Se estima que el 80% de los niños españoles
reciben cinco o más regalos durante estas
fiestas y que muchos reciben 10 veces más
regalos de los que necesitan. Quizás en este
país las cifras podrían ser aún un poco más
altas.
Como padres hispanos hemos escuchado o
dicho nosotros mismos que queremos que
nuestros hijos tengan lo que nosotros no
tuvimos en nuestra infancia, y aunque este
deseo es completamente válido, se puede
convertir en un gran problema cuando nos
referimos solamente a las cosas materiales.
No tenemos tiempo para jugar con ellos,
pero les compramos cosas; no conocemos a
sus amigos, pero les compramos cosas; no
sabemos qué piensan o siente, pero les
compramos cosas… Esta tendencia consu-
mista no es beneficiosa para los niños. De
hecho, hacerles demasiados regalos a los
hijos puede llegar a ser contraproducente.
Síndrome del niño hiperregalado
En los últimos tiempos se ha apreciado una
tendencia muy peligrosa para el desarrollo
emocional de los niños, a la que se ha
bautizado como “Síndrome del Niño Hiper-
regalado”. Este problema hace alusión al
intento de los padres a compensar con
juguetes el poco tiempo que pasan con sus
hijos. Como resultado, se produce una
“anestesia emocional”, el niño se vuelve
caprichoso, egoísta y consumista. Está más
preocupado por vanagloriarse delante de
sus amigos y compañeros del colegio de la
cantidad de regalos que recibieron.
De hecho, la tendencia a enfocarse en la
cantidad de juguetes, más que en su calidad,
también desvela un desconocimiento de los
padres de las necesidades de sus hijos. Los
juguetes y regalos son importantes en la
vida del niño pero estos tienen una función
precisa y, bajo ningún concepto, pueden ser
un sustituto de la atención y el cariño que
deben propiciar los padres.
Consecuencias del exceso
En este sentido, un exceso de juguetes
provoca en los niños:
1. Produce una sobreestimulación. Cuando
los niños reciben muchos regalos, no
disfrutan de ninguno en especial, o se
decantan por el regalo que más les ha
gustado, obviando el resto. El exceso de
estímulos simplemente les sobrepasa, por lo
que muchos de esos regalos terminarán
tirados en un rincón. Cuando el niño recibe
más juguetes de los que son capaces de
jugar, no puede concentrarse en cada uno,
por lo que no les saca el máximo provecho.
2. Pérdida de la ilusión. El exceso de regalos
puede hacer que el niño desarrolle una
apatía total. Cuando está acostumbrado a
recibir muchos presentes, considera que es
una obligación de los padres, y pierde la
ilusión que normalmente implica recibir un
regalo y descubrir su contenido. Por tanto,
de cierta forma, en vez de embellecer su
infancia, le estamos robando una de las
emociones más bonitas.
3. Bajo nivel de tolerancia a la frustración.
Los padres que le dan a sus hijos todo lo que
desean, sin explicarles el sacrificio que se
esconde detrás de cada regalo, contribuyen
a generar una actitud egocéntrica, de forma
que los niños no aprenden a lidiar con los
reveses y la frustración, una capacidad
esencial para la vida.
4. Limita la fantasía. El exceso de juguetes
termina provocando aburrimiento y mata la
fantasía. De hecho, aunque los niños
necesitan juguetes para desarrollar tanto
sus habilidades motoras como
cognitivas, no podemos olvidar
que también se puede jugar sin
juguetes, y es precisamente en
esos momentos, cuando no hay
un guión preestablecido, cuando
más se desarrolla la creatividad.
5. Desarrolla antivalores. Cuando
los niños reciben demasiados
juguetes o regalos, les restan
valor, no comprenden en su
verdadera magnitud el esfuerzo
que probablemente han tenido
que hacer los padres. Como
resultado, pueden desarrollar
actitudes consumistas y profun-
damente egoístas.
La regla de los 4 regalos
La solución no es hacer que los
niños prescindan de los regalos, sino
obsequiarles menos presentes, que
realmente puedan disfrutar durante el
mayor tiempo posible. Para lograrlo, puedes
seguir la regla de los 4 regalos:
1. Un regalo que pueda usar, como las
prendas de ropa, los zapatos o accesorios
similares.
2. Un regalo relacionado con la lectura, ya se
trate de un libro en papel o un e-reader.
3. Un regalo que deseen mucho, dirigido a
alimentar la ilusión.
4. Un regalo que realmente necesite, de cualquier índole
La Navidad es una época de ilusión y alegría,
por lo que es el momento perfecto para
enseñarles a los niños a valorar otras cosas
más allá de los regalos. Háblale de otros
niños que no tienen tanto como ellos y
anímale a donar algunos de los juguetes que
ya no usa y que estén en buen estado.
Aprovecha además estas fechas para pasar
tiempo juntos. En vez de comprar tantos
regalos, planifica actividades de ocio en
familia, como ir al cine, al teatro, al zoo o
simplemente dar un paseo. Tu tiempo, es el
mejor regalo que le puedes hacer.
Para preguntarnos antes de comprar
Los Mejores precios
a Latinoamérica
Precios especiales a cual-
quier parte de México,
El Salvador, Republica
Dominicana y Colombia
Paquetes turísticos y fami-
liares a Orlando, Florida,
el Caribe y otros destinos
Llámenos
y se quedará con nosotros
│ │
U n amigo mío llamado Pablo
recibió un automóvil de parte de
su hermano como regalo de
Navidad. Era prácticamente una promesa
de niños, una historia que inició como un
juego entre dos pequeños, pero que su
hermano había mantenido durante toda
su vida, y ahora, con algunos sacrificios y
como señal del profundo amor que le unía
a mi amigo, había tenido la oportunidad
de hacer realidad: el carro soñado por mi
amigo ahora era suyo.
En Nochebuena cuando Pablo salió de su
oficina, un pequeño estaba caminando
alrededor del flamante auto nuevo,
admirándolo.
"¿Es este su auto señor?" preguntó. Pablo
asintió. "Mi hermano me lo regaló por
Navidad."
El joven estaba asombrado.
"¿Quiere decir que su hermano se lo
regaló y que no le costó ni un centavo?,
vaya, ya quisiera…" Vaciló.
Claro que Pablo sabía lo que deseaba.
Deseaba tener un hermano como el suyo.
Pero lo que el muchacho le dijo sacudió a
Pablo hasta sus talones.
"Desearía," continuó el chico, "poder ser
un hermano como el suyo".
Pablo miró al muchacho sorprendido, y
casi sin pensarlo dos veces,
impulsivamente añadió, "¿Te gustaría dar
una vuelta en mi auto?"
"Claro que sí, me encantaría".
Luego de un corto paseo, el jovencito se
volvió y con los ojos encendidos, dijo,
"Señor, ¿le importaría manejarlo frente a
mi casa?"
Pablo sonrió ligeramente. Creyó saber lo
que el muchacho quería. Quería mostrar a
sus vecinos que podía llegar a casa en un
gran automóvil.
Pero se equivocó nuevamente. "¿Podría
detenerse donde están esas dos gradas?"
preguntó el muchacho. El pequeño subió
rápidamente los escalones.
Pronto Pablo lo oyó regresar, pero no
venía rápido. Estaba cargando a su
pequeño hermano que no podía caminar.
Lo sentó al final de la grada, luego como
que lo giró para que pueda ver el auto.
"Ahí está amiguito, como te dije adentro.
Su hermano se lo regaló por Navidad y no
le costó un centavo. Y algún día yo te voy a
regalar uno igual a éste…así podrás ver
todas las hermosas cosas en las ventanas
navideñas que te he estado tratando de
describir."
Pablo salió y levantó al muchachito y lo
sentó en el asiento delantero de su auto.
Luego su hermano mayor subió atrás y los
tres empezaron un gran paseo navideño.
Esa Nochebuena, Pablo aprendió lo que
Jesús quería decir cuando dijo: "Hay ma-
yor alegría en dar que en recibir…"
¡Con Espíritu de Alegría y servicio!
Masiel Hernández
Tel: 240-481-1965 carismatravelrcc@gmail.com
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P.O. Box 14832, Silver Spring, MD 20911 Gerente: Tirone Benalcázar Director: José Cortés Jefe de Redacción: Mirtha Hunter Diseño y Diagramación: José Ignacio Ramón
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Todos somos muy buenos para identificar la
presencia de alguno que puede incomodar:
sucede cuando encontramos a alguien por la
calle, o cuando recibimos una llamada
telefónica… Enseguida pensamos: “¿Por
cuánto tiempo tendré que escuchar las
quejas, los comentarios, los pedidos o las
vanaglorias de esta persona?”.
A veces, sucede también, que las personas
fastidiosas son aquellas que están más
cercanas a nosotros: entre los familiares hay
siempre alguien; en el centro de trabajo no
faltan; y ni siquiera en el tiempo libre no
estamos eximidos.
Surge espontáneamente una pregunta:
¿hacemos siempre el examen de conciencia
para ver si también nosotros, a veces, pode-
mos resultar incómodos para los demás? Es
fácil apuntar el dedo contra los defectos y las
faltas de los demás, pero debemos aprender
a ponernos en el lugar de los otros.
Con los demás debemos enseñar a mirar lo
esencial, esta es una ayuda determinante,
especialmente en un tiempo como el nuestro
que parece haber perdido la orientación y
busca satisfacciones inmediatas.
Enseñar a descubrir que cosa el Señor quiere
de nosotros y cómo podemos corresponderle
significa ponerse en su camino para crecer en
la propia vocación, el camino de la verdadera
alegría. Así las palabras de Jesús a la madre
de Santiago y de Juan, y luego a todo el
grupo de los discípulos, indican la vía para
evitar caer en la envidia, en la ambición, en la
adulación, tentaciones que están siempre
presentes también entre nosotros cristianos.
La exigencia de aconsejar, amonestar y
enseñar no nos debe hacer sentir superiores
a los demás, sino nos obliga sobre todo a
entrar en nosotros mismos para verificar si
somos coherentes con lo que pedimos a los
demás. No olvidemos las palabras de Jesús:
«¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de
tu hermano y no ves la viga que está en el
tuyo?» (Lc 6,41). El Espíritu Santo nos ayude
a ser pacientes para soportar y humildes y
sencillos para aconsejar.
Lunes a Viernes
7 - 8 AM
Los sábados:
8 – 8:30 a.m.
8:30 – 9 a.m.
9 – 10 a.m.
10 –11 a.m.
Y también los Domingos:
12 –1 p.m.
4–5 p.m.
Cómprelo ya en la Librería Ambulante de la Renovación Carismática
(240-505-4098)
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Este libro de nuestro querido Padre Alberto
Linero, sacerdote Colombiano, define la
dependencia afectiva es una de las formas
más comunes de arruinar la vida de las
personas.
Como toda dependencia, el supuesto “amor”
desmedido lleva a la alienación y la
enajenación. Por eso, quien mendiga afecto
se entrega por entero a una persona y queda
a merced de sus deseos y caprichos,
olvidándose de sí mismo y atentando contra
su propia dignidad. Este libro le ayudará al
lector a analizar los
diferentes síntomas de la
dependencia y le dará
las claves para afrontarla
y buscar una verdadera
vida nueva.
Se trata de una amorosa
reflexión que busca la
liberación a partir del
amor propio y la fe.
Buenísima elección de crecimiento personal,
y de muy cálida lectura.
Presentamos esta producción musical
de la Orquesta Misionera “Pan de Vida,
del Salvador.
Ellos son la primera orquesta
profesional cien por ciento católica al
servicio de la iglesia católica.
Fundada por el Hermano Oscar Rubio, y
su esposa Roxana de Rubio en el año de
1995 en la parroquia Nuestra señora de
Guadalupe en Sierra Morena.
Compuesta por 14 músicos. En esta
producción : “Se me perdió la maleta”
presentan
una serie de
canciones
muy alegres y
al mismo
tiempo con
una letra y un
mensaje
netamente
evangelizador, una invitación constante
a la conversión y a la alegría de saber-
nos perdonados y amados por Dios.
Papa Francisco
Padre Alberto Linero Gómez Orquesta Misionera Pan de Vida
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