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Autoobservación I: ¿Por qué?
ERRORES HABITUALES Y PRÁCTICA
DOSIER 3 21 de febrero de 2018
Universidad de Vida – Dosier 3
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ÍNDICE
Utilidad del dosier 3
1. La autoobservación: definiciones y estrategias según
cada nivel
2. Errores comunes de autoobservación
3. Retos para esta semana
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Universidad de Vida – Dosier 3
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UTILIDAD DEL DOSIER Después de cada sesión recibirás un dosier que resume los contenidos impartidos en la
sesión para que puedas completar tus apuntes.
Además, de este modo, no hará falta que tomes apuntes si no lo deseas. Para algunas
personas tomar apuntes facilita aprender, para otras persones les dificulta seguir la clase.
Sabiendo que recibirás el resumen de la sesión, podrás decidir si tomas muchos o pocos
apuntes en clase: ¡siempre lo tendrás todo!
Sin embargo el dosier no sustituye la sesión, porque en la sesión hay cosas que se
cuentan y no pueden plasmarse por escrito. A veces lo que se dice es menos importante
que el lugar desde donde se dice y eso es difícil de captar por escrito. Recuerda que la
asistencia a la clase en directo o en diferido es el 80% del resultado del mismo.
También te invitamos a hacer preguntas sobre el tema tratado en la sesión usando el
espacio que hay para preguntas que encontrarás en la pestaña “Acceso Alumnado” de
www.universidaddevida.online.
Te rogamos que solamente hagas preguntas sobre el tema y no consultas privadas: no
es un consultorio personal y eso bloquearía tanto a Daniel como a Sergi. Las preguntas
contestadas se enviarán los lunes en un boletín de dudas donde aparecerán las
respuestas de forma anónima: así podrás preguntar libremente y, además, podrás
disfrutar de las respuestas que se den sobre el tema a otras compañeras o compañeros
del curso.
¡Ah! Una última cosa: no dudes en proponer temas para que sean abordados en el curso
si crees que hay un aspecto que te interesa o en el que quieres profundizar. ¿Te parece?
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1. LA AUTOOBSERVACIÓN: definiciones y estrategias según cada nivel Empezamos la sesión preguntándonos, ¿qué significa autoobservación? ¿qué es
autoobservarse?
Algunas de las respuestas que se dieron en el chat fueron:
- Intentar verse con una mirada transparente, libre de juicios en la medida de lo
posible. Eso es cierto, porque si nos forzamos estamos juzgando y el juicio no es
observación, sino el dominio del ego. El juicio es una obligación impuesta por el
ego para ajustarnos a un modelo mental que, en ningún caso, somos nosotros:
pues nuestra realidad auténtica va mucho más allá de cualquier modelo. Ya
somos, pero vivimos identificados con lo que no somos.
En cambio, si nuestra mirada es libre y amable, esa dulzura nos permite
mirarnos sin criticarnos y ahí aparece un espacio donde el Yo va percibiéndose
y dejando de confundirse con lo que no somos, deja de confundirse con lo que
"debería ser". En esta propuesta, creo que hay un antídoto para alejarnos del
juicio: hago lo que puedo, dando mi máximo, pero sin buscar el éxito, mirarme
sin juicios, sin comparaciones, mirar con la intención de ver lo que haya,
simplemente.
- Observarse a uno mismo/a: cómo actuamos, qué pensamos, …. Es decir, uno
que se observa a uno mismo/a. ¿No es un poco extraño eso? ¿quién observa y
quién es el observado? Esta reflexión es interesante. Si yo debo observarme a mí
mismo significa que soy dos: el observado y el observador. Naturalmente, este
es un paso necesario, pero creo que es clave darse cuenta que, en realidad, el
que observa es más importante que lo observado. Quien observa siempre está
ahí. Lo que observamos va cambiando... Por lo tanto, sugiero poner el foco de
en el Yo que observa tanto como se pueda.
- Es observar mis acciones y mis emociones sin juzgarme. Intentar mirarse,
poniendo el foco en la acción y la emoción. En línea con la primera definición.
Aquí quiero destacar que lo que sentimos es hijo de lo que pensamos, así como
también lo que hacemos. Si tuviéramos otra visión del mundo, tendríamos otros
sentimientos y actuaríamos diferente. ¿Por qué es esto relevante? Pues porque
al ir observando las acciones y las emociones desde una intención de
comprensión (y no de juicio) vamos descubriendo las ideas de las que son hijas...
y podemos ir creando una distancia entre eso y el Yo que observa.
- Poner conciencia en el actuar. El poner conciencia es un observar: en tanto que
yo veo, me doy cuenta de cómo actúo... y eso puede llevarnos, como decíamos
en el punto anterior, de cómo pienso: el origen de todo sentimiento y de toda
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acción. Pero me parece muy acertada la expresión "poner conciencia", pues
indica una focalización voluntaria de la atención y, como decía Antonio Blay,
quien mira con interés acabará viendo.
- Ser capaz de distanciarte de tus actuaciones. Por un lado hay un “yo” y, por otro,
unas actuaciones. El observarse implica, básicamente, ser capaz de distanciarse
de uno/a mismo/a. Esa distancia no se produce por la disciplina o por la "fuerza",
sino de forma natural. Al ir observando, vemos que el Yo va ganando fuerza, va
ganando interés y, curiosamente, lo que vive nos parece anecdótico... pues lo
que se vive solamente es una oportunidad de las muchas posibles para que yo
me descubra... es como ser actor o actriz de una obra de teatro: no importa la
obra que representes, sino la experiencia que eso te permite vivir. De este modo,
el distanciamiento de lo que vivimos nace como un fruto natural de la misma
observación.
- Mirar y dar explicaciones a tus actos y a tus reacciones. En la primera parte sí
me reconozco: mirar. Pero no acabo de comprender esta segunda: “dar
explicaciones”, pues en ese caso (tal como lo entiendo, y disculpad si no he
sabido captar lo que se deseaba decir) estaríamos buscando un “porqué”. Y ese
descubrir el porqué es una trampa del personaje. El "porqué" no importa, pues
es anecdótico. Lo importante es el quién (y, previamente, descubrir el error
mental que me limita). En todo caso, sí puede ser útil al principio del trabajo
interior darse cuenta que tenemos un montón de "porqués" y que, en realidad,
son un lastre y nos llevan a exigir al mundo que sea de una forma y, por lo tanto,
nos llevan al sufrimiento. Pero una vez captado eso, creo mucho más útil
centrarnos en un mirar sin juzgar, un mirar para comprender (no solo entender
con la mente, sino comprender con la totalidad de nuestro ser): eso nos lleva al
Yo.
- Sorprenderte, ver que no eres tú. Efectivamente, darnos cuenta que la persona
que ve es una y lo observado es otro. Por lo tanto, “yo” no soy lo que hago, ni lo
que pienso, ni lo que siento. Creo que la mayor parte del trabajo interior se basa,
fundamentalmente, en dejar caer errores. Dicen que cuando el ojo está limpio,
el resultado es la visión. Pues lo mismo pasa con nuestro interior: cuando está
limpio me doy cuenta de ser (ya desde siempre) a imagen y semejanza de Dios,
es decir, un espacio de gozo, de creación y de comprensión. Y sí, eso no deja de
sorprendernos cuando lo vivimos, ¿verdad?
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De alguna forma, y deduciéndolo de los comentarios que
he ido haciendo a partir de los comentarios del chat, para
mí, autoobservarse significa descubrir un “Yo” que hasta
ahora había quedado oculto. No hay auto-observación
sin un "Yo" que sea sujeto de esa frase.
Esta autoobservación, sin embargo, no produce el mismo resultado en todos los niveles
de autodescubrimiento del Yo, ni se vive de la misma manera. Es decir, hay un nuevo
redescubrimiento del Yo que cada vez de añade un nuevo nivel de comprensión y, en
cada nueva etapa, nuestra visión del mundo se transforma.
Veámoslo a continuación:
En el sótano
Observar desde el sótano significa quejarse continuamente. Ser víctimas de la
incapacidad de desapegarse.
Cuando nos quejamos, solemos echar la culpa de nuestros problemas a los
demás. Pero mientras eso ocurra, permaneceremos en el sótano, pues no
estaremos asumiendo nuestra responsabilidad.
Nivel 1
En el primer nivel, en cambio, empezamos a observar lo externo, es decir,
aquello que ocurre a nuestro alrededor, como si fuésemos actores de una obra
de teatro y la obra fuese más importante que nosotros/as.
En este nivel deseamos descubrir las causas externas que nos hacen sufrir pues
deseamos cambiar el exterior: pensamos que ahí está nuestra "lucha" (y hago
servir, a propósito, ese término, pues en este nivel seguimos viviendo la vida
como una lucha).
Sin embargo, al final de este nivel empezamos a entendemos que nosotros
también somos, de alguna manera cómplices de lo que vivimos y, al plantearme
investigar eso, puedo subir al segundo nivel, pues el foco deja de estar en el
exterior para ponerse en mi interior.
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Nivel 2
En el segundo nivel, descubrimos que una cosa soy “Yo” y otra mis
pensamientos, mis emociones o mis sentimientos. Es como si el actor se
descubriese en la obra y dejase de confundirse con el papel, en ese instante le
da igual la obra a representar, sabe que cualquier obra sirve para expresarse,
para descubrirse.
Paulatinamente (pues es un proceso) dejamos de darle tanta importancia a lo
que ocurre fuera y situamos la atención en nuestro interior para ir aflorando las
mecanicidades. Así comprendemos que todo lo de fuera nos sirve para mirar
hacia dentro. Ponemos el foco en esa comprensión y en trabajar nuestro mundo
interior.
Me sitúo en un “yo” que no se identifica con los pensamientos, con las emociones
o los sentimientos; pero sí las observa. Porque una cosa es lo que vemos y otra,
bien distinta, es el “yo”.
Lo importante, en este nivel, es cómo yo me descubro a mí mismo/a al usar las
herramientas. En realidad, es cuando yo observo los cambios que se producen
en mí al actuar en el exterior (recordemos que solo podemos actuar si tenemos
las herramientas para hacerlo; si no las tenemos, solo actuaremos
internamente). Desde la perspectiva de Antonio Blay, estaríamos ejercitando el
“yo experiencia", un yo "real".
Ese “darse cuenta” provoca que cada vez vayan cayendo más pedazos de nuestra
programación. Este observar, como si fuéramos científicos, nos permite tener
una identidad que es lo que nos hace ver los errores. Empezamos a descubrir un
“yo” que no es la imagen que tenemos de nosotros/as mismos/as, sino el espacio
mismo donde suceden las cosas. Así, empezamos a no identificarnos con lo que
nos ocurre y se acelera el proceso de crecimiento interior.
A los que estamos en este nivel, nos puede ser útil ir un paso más allá: en lugar
de fijarnos solamente en lo que estamos comprendiendo o podemos fijarnos en
nosotros/as, como capacidad de comprensión. Y lo mismo con el amor: a medida
que vamos amando a los demás, podemos darnos cuenta de ser capacidad de
amar. Por lo tanto, puede sernos útil no centramos tanto en comprender, sino
en ser comprensión, no tanto en actuar sino en darnos cuenta del origen de esa
acción y, en lugar de centrarnos en amar, descubrirnos como un foco de amor.
Poco a poco, percibiremos que el trabajo no es una lucha, sino mi propia
expresión de lo que soy. Y, al seguir observando, vemos que en realidad el
universo sigue una dirección en la que todo va descubriéndose y expresándose,
que todo lleva una dirección de auto-descubrimiento... y ahí puedo empezar a
intuir una realidad global que, en realidad, es la que se descubre a sí misma y se
expresa y de la que yo formo parte... Desde esta constatación, entrar en el tercer
nivel es algo natural, casi inevitable.
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Nivel 3
Por último, en el tercer nivel, no ponemos la atención en el “yo” que se da
cuenta, sino en el mismo darse cuenta intelectual, emocional y energético: en el
hecho que la Inteligencia, el Amor y la Energía es en nosotros/as. Mientras que
en el anterior nivel, descubrimos las programaciones inconscientes que teníamos
para dejarlas caer, en el tercer nivel partimos de la constatación que somos
capacidad de comprensión, capacidad de amar y capacidad de hacer.
Consecuentemente, no nos centramos en lo que pensamos, lo que hacemos o lo
que sentimos; sino en la capacidad de comprender, en la capacidad de acción y
en la capacidad de relación. En lugar de observar, podríamos hablar más bien de
percibirse, de vivirse y observamos ese percibirse.
En este nivel, paulatinamente, nos damos cuenta que lo importante es que la
Vida se exprese a través nuestro, intuimos que el Yo que hemos construido en el
nivel anterior es, en realidad, una autolimitación a la Vida misma que desea
expresarse en mí.
En este nivel, el silencio es creador, puesto que, al callar, permitimos que la Vida
hable a nuestro través. Y no se trata de estar viviendo nada súper especial, como
fuéramos extraterrestres, sino de estar viviendo en este mundo como una parte
más del mismo pero con conciencia de la totalidad, de la cual yo formo parte, no
como algo separado sino conscientes de que todos (yo incluido) formo una
unidad, una única realidad y que esa realidad es mucho más importante que yo
y me centro en percibirla.
Cuando nos estamos observando en uno de estos cuatro niveles (o tres, puesto que en
el sótano solo nos quejamos), hay una serie de preguntas, simples y sencillos, que
podemos hacernos:
- Por un lado, cuando nos observemos realizando una acción, vale la pena
preguntarnos: ¿con qué intención lo estoy haciendo? Es decir, ¿qué quiere
obtener mi inconsciente, mi ego o mi personaje? Eso nos permite descubrir una
serie de pensamientos que están dentro de nosotros/as. En tanto que uno/a se
da cuenta de eso, se empieza a desapegar de la programación mental que le
tenía preso/a.
Por otro, cuando nos observemos una emoción, vale la pena preguntarnos: ¿qué idea
provoca lo estoy sintiendo? Así descubriremos cuál es la creencia que nos lleva a
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experimentar este sentimiento. Esta pregunta nos conduce nuevamente a la mente
autolimitante, a nuestra visión del mundo.
Este espacio donde todo se produce se entrena a base de querer entrarlo. Cuando nos
situamos en un lugar sin juzgar, percibimos un yo consciente que intuimos parte de algo
mucho mayor y es cuando verdaderamente podemos entrar en el tercer nivel. Y, una
vez hemos llegado a ese punto, el propósito reside en intentar mantenerse, pero lo
seguimos haciendo con ternura, sin forzarnos, por el mero placer de ser, de descubrirnos
como una totalidad de la que somos parte. En ese nivel, sentimos una conexión absoluta
y entendemos que lo que importa es la Vida que se está expresando.
En este punto de la sesión, una persona pregunta en el chat acerca de los impulsos de
querer controlarlo todo. Cuando sentimos ese deseo, se trata del personaje que está
haciendo de las suyas. La Vida tiene una dirección, un propósito para que todo se
exprese y cuando lo comprendo, es cuando todo fluye. No se trata de controlar, sino de
observar y fluir.
Al mismo tiempo, otra persona, pregunta acerca de la sensación de abismo o de vacío.
Comentamos que, posiblemente, eso ocurre porque todo lo que estamos
acostumbramos a vivir en el nivel dos, en el nivel tres es totalmente diferente.
Al principio, cuando nos asomamos al nivel 3, es como si hubiese un vacío enorme, pero
si observamos con atención veremos que no hay un vacío, sino una plenitud inmensa
que nos ha pasado desapercibida porque lo que estamos esperando encontrar no existe
en ese nivel. Pero eso no quiere decir que no haya nada, al contrario: ese abismo está
realmente lleno, pues es un foco continuo de amor, comprensión y fuerza. Y al darnos
cuenta de eso, podemos dar un paso más y, aunque todo lo que tú puedes captar en tu
conciencia, es únicamente tu conciencia, descubrimos que somos mucho más de lo que
nos imaginábamos, descubrimos áreas de nuestra conciencia inimaginables.
Hablando de lo mismo desde otra perspectiva, podemos afirmar que la profundidad
interior está relacionada con la "elevación hacia lo superior". Cuanto más hacia dentro
vamos, más arriba vamos. Existe, pues, una relación directa entre el adentro y el arriba.
Desde un punto de vista subjetivo, siempre estamos dentro de nuestra conciencia. Lo
que descubrimos es siempre un potencial nuestro que se expresa, no podemos percibir
nada que esté fuera de nuestra conciencia: todo lo que observamos lo observamos
porque está en nosotros/as. Si no se reflejase en nuestra conciencia, no lo captaríamos.
Así, mientras al principio nos apegamos a la línea horizontal con uñas y dientes, luego
nos vamos dando cuenta que en realidad hay una línea vertical por la que también se
puede escalar y que es, todavía, más real que lo que denominábamos "el mundo físico
tangible".
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En todo caso, es el observar lo que nos permite este viaje en nuestra conciencia, este
descubrir. Si no puedo percibir nada más allá de la conciencia que soy, el observar se
constituye en la llave que me abre a mundos cada vez más verídicos, más reales, más
auténticos y que están ocultos en mi interior hasta que rompa el hechizo que la
autolimitación implica. La observación me lleva a la comprensión y, ésta, me aleja del
error. Y, tal como dice el evangelio cristiano: "la verdad nos hará libres".
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2. ERRORES COMUNES DE AUTOOBSERVACIÓN
En mi opinión, existen tres errores fundamentales que podemos cometer a la hora de
observarnos:
1. Juzgar. Cuando juzgamos, es porque nos vemos como defectuosos y queremos
superar dichos defectos. Pero de lo que no nos damos cuenta es que nosotros
somos virtudes que se están expresando cada vez más. Si el mal no existe,
tampoco puede existir en mí. Por lo tanto, los defectos no son posibles. El hecho
de vernos como un defecto o un error es porque uno/a no se ha dado cuenta de
lo que sí es y sigue identificándose con lo que no es.
El juicio nos baja inmediatamente al sótano o, con un poco de suerte, a la primera
planta. Por eso es muy importante tener presente que este primer error.
Dejemos a un lado las comparaciones y empecemos a gozar y a hacer crecer
nuestras virtudes, focalicémonos en lo que sí tenemos y somos, en lugar de
hacerlo en lo que no somos: hemos venido a la vida a gozar del verano mientras
nos descubrimos.
2.- Luchar. Cuando yo fuerzo algo o alguien, lo más probable es que se me
rebote, se defienda, se sienta agredido y no obtenga buenos resultados. Lo
mismo ocurre con uno/a mismo/a. Si nos forzamos, acabaremos alejándonos de
nuestro verdadero propósito, dejaremos de vivir la comprensión como algo
gozoso que se produce y lo convertiremos en un obligación que, casi seguro,
convertiremos en una carga. Tener en cuenta este error es útil, especialmente
para aquellas personas que tienen una personalidad que se construye en contra
de todo y de todos, para quienes manifiestan una personalidad reactiva, así
como para aquellas y aquellos que suelen confundir el sufrimiento con la bondad
o el amor. Luchar no nos hace mejores, solo nos impide disfrutar del camino.
3.- Confundir la voz “de la conciencia”, con el yo-
esencial. Esa voz forma parte del engaño y se trata de
otro error fundamental. Hemos confundido nuestro
yo-ideal como si fuera nuestro yo-esencial. Pero ahí
quedamos atrapados. Ideas como: necesito ser
bueno, necesito portarme bien….nos impiden ser
quién soy. Por ello, renunciad a la bondad, a la santidad, a la iluminación… y
cuando aparezcan las voces del deber que nos obliga a alcanzarlas, dejadlas caer.
No se trata de ser amorales, sino de conducirnos desde el amor: amor-ales, es
decir, con alas de amor y dejar de identificarnos con la obligación (ego-ideal) y
hacerlo con el amor mismo y amor al amor mismo.
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En este punto de la sesión, una persona del chat pregunta sobre cómo abandonar estos
mandatos. La respuesta es clara: descubriéndolos. Observando cuando actúo y
preguntándome, ¿qué quería obtener? ¿qué estoy sintiendo? Si siento tristeza, por
ejemplo, ¿qué creo que he perdido?, ¿de qué me estoy despidiendo? Si siento euforia,
¿qué creo que voy a obtener que será importante en mi vida?... Y hacerlo desde la
ternura, desde el amor, desde el no juicio.
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3. RETOS PARA ESTA SEMANA
- Ejercicios prácticos para observarse
En los próximos días, intenta percibirte/observarte sin juicio en una triple vertiente: lo
que sientes, lo que piensas, y lo que haces. Eso te obligará a ponerte en un punto más
atrás de la observación superficial (pues al tener que observar simultáneamente tres
aspectos solo podrás hacerlo desde un punto profundo tuyo) y ahí es donde el “Yo” se
hace más claro con facilidad.
Una vez ahí, es relativamente fácil pasar al tercer nivel. Por ello, te animo a percibirte
triplemente.
- Prácticas de entrenamiento para el segundo nivel
a) Si estás en el nivel dos, aprovecha los disgustos y las euforias para preguntarte.
Al actuar pregúntate ¿qué propósito tenía esta acción, qué quería conseguir el
automatismo o ego?
Al sentir, pregúntate: ¿qué creencia ha provocado este sentimiento? Detrás de
cada acción y de cada sentimiento, siempre hay una intención y un mandato, una
visión del mundo que nos autolimita, especialmente si nos hace sufrir. Irlos
descubriendo es importantísimo para dejar caer la programación que los
sustenta. De hecho, el error que tuvimos en la sesión al convocar en una clase
virtual errónea fue una oportunidad no buscada de entrenar esto.
b) Práctica de desapego: desapegarse quiere decir no tener cosas "pegadas" sin las
que no podría ser feliz.. Para practicar el desapego imagínate que ocurre algo
que te asuste como, por ejemplo, la muerte de un ser querido, el desprecio de
un compañero/a…. Sin embargo, tú continuas aquí. El hecho de imaginar
situaciones que nos desagradan sin huir de ellas, nos ayuda a aceptarlas, puesto
que entendemos que el “yo” siempre está ahí y conseguimos que nuestra paz
interior deje de estar vinculadas a que las cosas vayan "como queremos".
c) Centramiento: por último, una meditación de Antonio Blay1. Pon la atención en
ti mismo/a, por ejemplo en la respiración. Date cuenta de que la respiración se
produce en ti de forma automática. Pon la atención en la misma fuerza que eres
y se expresa en ti a través de la respiración. Una vez estás ahí, en esa energía que
se expresa en ti, dirige tu atención a la capacidad de amar. Imagina a una persona
y envíale todo tu amor. Date cuenta que la persona es imaginaria, pero que el
amor que le envías es real. ¿De dónde surge ese amor? ¿De dónde surge esa
1 Si quieres hacerla de una forma más guiada, la encontrarás en la página web, como material extra.
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capacidad de amar? Sitúate en ese punto donde eres amor antes de continuar.
Luego, mientras mantienes el amor y la energía, haces lo mismo a nivel
intelectual hasta que encuentres el punto en el que eres comprensión.
Procura mantenerte ahí: siendo amor, comprensión y energía a la vez,
triplemente. Aquí y ahora.
- Prácticas de entrenamiento para el tercer nivel
a) Una vez te das cuenta de ser estos tres focos, puedes aprovechar
para abrirte a lo superior conscientemente y dejas que la Vida entre
en ti y te das cuenta que el amor, la energía y la comprensión que
eres es la de toda la humanidad. No es tu amor, es EL amor. No es
la energía que eres, es LA energía. No es tu comprensión, sino LA
comprensión.
Pon toda tu atención en la globalidad. Percíbete como la totalidad.
Sitúate ahí. Dates cuenta que todo ES y que todo nace de algo que
nos es dado y que, a la vez, lo somos.
b) Procura regresar a ese espacio desde donde vives la totalidad, en momentos
puntuales de la Vida cotidiana. Poco a poco se irá consolidando, haciéndose
continuo, más permanente... ¡pero con paciencia, sin forzarte!
c) Por último, intenta percibir ese lugar en una "geografía de tu psique". Percibe el
gesto mental que haces para situarte ahí: así te será más fácil volver a él
continuamente e irlo integrando en tu realidad. Te será más fácil abrirte a la vez
hacia arriba y hacia dentro siendo consciente de que eres ese mismo espacio.
Abrirte desde un silencio que lo incluye todo.
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