Aceptando Los Aguijones de La Vida

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  • Aceptando los aguijones de la vida Tema del Mes de Julio 2006

    Aceptando los aguijones de la vida

    Seor, concdeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar;valenta para cambiar las que s puedo cambiar;y sabidura para conocer la diferencia. (Reinhold Niebuhr)

    Las actitudes de las personas ante las circunstancias adversas, en el fondo, podemosresumirlas en dos: por un lado, los que viven siempre insatisfechos, con la queja permanente enla boca y que acaban baados de amargura. Por el contrario, en el otro polo encontramos apersonas cuya reaccin ante las tormentas de la vida, los aguijones, es sorprendentementepositiva; azotadas por los ms duros embates, luchan contra uno o varias experiencias deaguijn, son capaces de disfrutar del ms pequeo detalle y de mantener un espritu admirablede superacin. Su ejemplo nos estimula y su nimo es contagioso. En esta lnea me causaronespecial impacto las palabras de un periodista espaol despus de quedar tetrapljico por unaccidente de trfico: Me siento como un millonario que ha perdido mil pesetas. Cmo seexplica esta diferencia de reacciones? Dnde est el secreto? Se puede hacer algo paraconseguir un mnimo de felicidad en medio del dolor por el sufrimiento crnico?

    Hay dos palabras que constituyen la clave para ayudar a una persona atribulada por elaguijn: aceptacin y gracia. De hecho, ambas estn estrechamente relacionadas porque laaceptacin slo se consigue, en ltimo trmino, por la gracia de Dios. Es el ingredientesobrenatural de la aceptacin. Depende de la fe y viene de Dios. Sin embargo, hay tambinalgunos aspectos que dependen de nosotros; son los recursos naturales de la aceptacin, de tipobiolgico, psicolgico o ambiental. Es lo que nosotros ponemos de nuestra parte, pautas adesarrollar y aprender en el largo camino que lleva a superar el trauma del aguijn.

    Debemos puntualizar, no obstante, que an en el aprendizaje de estos aspectos humanoso naturales no dependemos por completo de nosotros mismos, no estamos solos ni son elresultado exclusivo de nuestro esfuerzo. En realidad es a travs de ellos que la gracia de Diosempieza ya a manifestarse de forma concreta y prctica. No podemos, por tanto, caer en lasoberbia de las modernas psicologas humanistas que nos vienen a decir: Todo est en susmanos; la felicidad depende de usted; si se lo propone podr ser un triunfador sobre cualquiercircunstancia; usted elige su destino en la vida. No, no somos pequeos dioses. Ni podemos niqueremos ocupar el centro de nuestra vida porque le corresponde slo a Dios.

    Para nosotros, como creyentes, la capacidad de superar un trauma no depende slo ni enprimer lugar del buen uso de mis recursos interiores la fuerza que est en m-, sino de lafuerza sobrenatural que proviene de Dios y que transforma mis debilidades en fortalezas, comoqueda magistralmente expuesto en 2 Co. 12:9. Mi gracia te es suficiente. Porque mi poder seperfecciona en la debilidad. Y por ello Pablo puede llegar a exclamar: Porque cuando soy dbil,entonces soy fuerte (2 Co. 12:10). El mrito ltimo cuando llegamos a un buen nivel deaceptacin no est en nuestro propio esfuerzo, sino en la gracia de Cristo. La psicologa nosensea muy provechosamente a utilizar estos recursos interiores; nosotros pondremos de nuestraparte todo lo posible, haremos bien en esforzarnos, pero la gracia es el requisito imprescindiblepara la victoria sobre nuestras debilidades.

    Qu significa aceptar?

    Aceptar no es resignarse: la versin estoica-fatalista. Para muchos la aceptacin es laconclusin a la que llegas cuando ya no puedes hacer nada ms. Lo has probado todo y hasllegado al final del camino. Se acab. Entonces no queda ms remedio que aceptar. Es unarendicin sin condiciones despus de una ardua lucha. Esta idea se acerca mucho ms alestoicismo que a la enseanza bblica. Como veremos, Pablo est muy lejos de Sneca cuya

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    filosofa ensalzaba la autosuficiencia del individuo de un modo prximo al fatalismo. El fatalismonace de la conviccin de que no podemos hacer nada para luchar contra nuestro destino. Porsupuesto, el creyente no est de acuerdo con esta idea. No somos responsables por lo quehemos recibido, pero s somos responsables por lo que hacemos con lo que hemos recibido. Unade las peores actitudes en la lucha contra el aguijn es la resignacin fatalista generadora detanta pasividad como amargura. La amargura del atribulado por un aguijn es proporcional a sudisposicin a luchar y salir adelante. El que se queda cruzado de brazos tiene muchasposibilidades de acabar agriando su vida y la de los que le rodean.

    Aceptar no es ponerse una coraza: la versin budista-oriental. Hay otras personas paraquienes aceptar es algo as como desconectar, lograr un estado mental de relajacin cercano ala impasibilidad: ya no sufro por nada ni nada me afecta. Esta idea es muy popular en nuestrosdas cuando la gente vive abrumada por tantas formas de aguijn y necesita esta coraza paravivir ms feliz. Viven obsesionados para que las cosas me afecten menos. No deja de sercurioso ver a tantas personas, incluso ejecutivos de alto nivel, practicar el tai chi en un parque aprimera hora de la maana a modo de tiempo devocional laico. O quizs no tan laico, porque eldenominador comn de esta filosofa de la coraza se origina en la meditacin trascendental yotras religiones orientales, en particular el budismo. Aceptar no es conseguir el nirvana, eseestado supremo por encima del bien y del mal, en el que desaparece el dolor. Son tcnicasque se aprenden por un entrenamiento sistemtico. Sera algo as como una gimnasia mental.Cmo contrasta con la aceptacin en el sentido bblico, un proceso de transformacin interior quenace de la comunin personal con el Dios de toda gracia y que requiere del continuado contactocon este Dios para irse renovando.

    Aceptar no implica estar de acuerdo con el aguijn: la versin masoquista. Nadie nospide que lleguemos a ser amigos de la causa de nuestro sufrimiento. El aguijn no debe ser vistocomo un enemigo, pero tampoco como un amigo. Ello nos acercara a una actitud demasoquismo, muy lejos de la enseanza bblica. De ah la importancia de no confundir estarcontento con estar contentado. Dios quiere que sus hijos sean realistas, no masoquistas!

    Ni amigo ni enemigo: aliado. Aceptar significa dejar de ver el aguijn como un enemigo, unobstculo paralizante, para descubrir en l un aliado. Un enemigo impide, bloquea, obstaculiza;un aliado, por el contrario, colabora y potencia tu capacidad de lucha. Estamos aqu en el meollode nuestro tema. Si logramos entender este punto, habremos avanzado un largo trecho en elcamino de la aceptacin. Aceptar es llegar a tener la serena conviccin de que Dios puede usarmi vida no slo a pesar de mi aguijn, sino precisamente a travs de l. Cuando veo en elaguijn a un aliado, la rebelda deja paso a la aceptacin. As, todas las energas que antesempleaba en luchar contra, ahora las invierto en luchar para. Antes estaba inmerso en una guerrade desgaste que erosionaba todas las defensas de mi ser; ahora descubro que el aliado meayuda a construir una vida diferente, pero igualmente plena y con sentido.

    Los ingredientes de una aceptacin genuina

    Apuntbamos al principio que todos somos distintos a la hora de afrontar la adversidad.Hasta cierto punto esta diferente forma de reaccionar constituye como una radiografa bastantefiable de nuestro carcter, pero tambin de nuestra filosofa de vida e incluso de nuestra madurezcristiana. Con ciertas matizaciones podramos parafrasear el refrn y afirmar: dime cmoreaccionas ante la adversidad y te dir qu tipo de persona eres. Nos referimos en especial a lareaccin a medio y largo plazo, no a la sorpresa y el estupor iniciales que forman parte de lasrespuestas naturales de la persona. As pues, la experiencia de aguijn nos proporciona unaexcelente oportunidad para descubrir facetas nuevas de nuestro carcter y bucear en nuestravida de maneras que nunca habramos logrado de no mediar la experiencia de aguijn. Ello esas porque el sufrimiento crnico contiene una enorme fuerza dinamizadora desde el punto devista tanto emocional como espiritual.

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    Volvamos a nuestra pregunta inicial. Por qu la gente reacciona de forma tan diferente eincluso paradjica ante el aguijn? La respuesta nos introduce a un principio cardinal: el ser felizo desdichado no depende tanto de las circunstancias, sino de nuestra actitud ante estascircunstancias. Como deca el filsofo de la antigedad Epicteto: El hombre no se vedistorsionado por los acontecimientos, sino por la visin que tiene de ellos. Por supuesto queeste principio requiere matizaciones: hay situaciones de sufrimiento crnico, aguijones quemartillean hasta horadar el alma y hacen difcil, a veces muy difcil, avanzar en el camino de laaceptacin. No podemos caer, como ya hemos visto, en un triunfalismo fcil o en una versinmoderna de estoicismo que acaba irritando ms que consolando. Pero, sin duda, la clave encualquier acontecimiento adverso radica ms en el corazn que en el aguijn; nuestra actitud esmucho ms influyente y decisiva, a la larga, que la fuerza desmoralizante y devastadora delaguijn. De antemano, nadie est derrotado ante el golpe del trauma; nadie est, a priori,destinado a sucumbir ante las adversidades.

    La aceptacin es un proceso de transformacin interior que se desarrolla en tres niveles de lapersona. De hecho, son facetas interdependientes, constituyen como un racimo. Cada uno deellas implica un aprendizaje que se realiza de forma simultnea en los tres frentes.

    1.- Aprender a ver diferente2.- Aprender a pensar diferente3.- Aprender a vivir diferente

    1.- Aprender a ver diferente - El contentamiento

    He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situacin (Fil. 4:11)El primer ingrediente de la aceptacin est relacionado con mi forma de mirar el aguijn y

    desde el aguijn, la perspectiva que se abre tras el golpe del trauma inesperado. Es indudableque la persona afligida por un acontecimiento adverso no ve el mismo paisaje de antes en suvida; muchas cosas han cambiado; a veces, incluso parece como si todo fuera distinto. Peroigualmente cierto es que necesito descubrir rayos de luz en la oscuridad de este nuevo paisaje.Son aspectos inditos que se abren ante mis ojos y que me ayudan a luchar mejor o hacen msllevadera la carga.

    El elemento clave para llegar a ver diferente es el contentamiento. A fin de profundizar eneste concepto vamos a centrarnos en un pasaje donde el apstol Pablo pronuncia una leccinmagistral sobre el contentamiento, y lo hace desde la crcel de Roma y en peligro franco demuerte; no se dirige a sus lectores desde una posicin de tranquila comodidad, sino desde laangustia de una situacin profundamente turbadora.

    La naturaleza del contentamiento

    Qu quera decir Pablo al afirmar he aprendido a contentarme? La palabra original-autarkeia- nos da mucha luz sobre su significado: implica no depender de, estar por encima delas circunstancias; su nfasis est en la autonoma, en no quedar ligado a los acontecimientos oproblemas. Si no se logra un mnimo de contentamiento, nuestro nimo va a depender porcompleto de las circunstancias, buenas o malas y entonces la vida se convierte en un autnticotiovivo emocional con bruscas oscilaciones desde la euforia a la oscuridad ms cerrada. Es comosi a un coche le fallan los amortiguadores. Cualquier bache, por pequeo que sea, se notar engran manera. Muchas personas viajan por la vida sin amortiguadores porque no han aprendidoesta actitud del contentamiento. El secreto del contentamiento, por tanto, radica en lograr ciertaindependencia de los acontecimientos vitales y no quedar atrapados por ellos.

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    Cmo conseguirlo? Qu hemos de aprender a ver diferente? El aprendizaje se realiza endos niveles: por un lado, la dimensin horizontal, hemos de tener una visin adecuada delaguijn; por otro lado, la dimensin vertical, necesitamos una visin adecuada de Dios en mediode la experiencia del aguijn. Vamos a desglosar estos dos aspectos en tres propuestasconcretas:

    Ver el aguijn desde la perspectiva adecuada. Se trata de encontrar la distancia correctaentre lo que nos sucede y cmo nos afecta. La palabra clave aqu es distancia, porque ladistancia nos permite una visin ms objetiva y ms global. Una ilustracin nos ayudar aentenderlo. Si estoy perdido en un bosque, la mejor manera de encontrar la salida es buscar unlugar alto que me permita contemplar la situacin desde una perspectiva diferente. Cuanto msme interne en la espesura de la arboleda, tanta ms dificultad para hallar el camino. Cul es elequivalente de internarse en el bosque buscando infructuosamente una salida? La introspeccin.La introspeccin, valga esta sencilla comparacin, es como la sal en la comida: un poco esconveniente porque nos ayuda a escuchar nuestras voces interiores y desarrollar la capacidad dereflexin. Ello, en ltimo trmino, facilita la asimilacin del aguijn, lo cual es altamente deseable.Pero hurgar todo el tiempo en nuestro interior nos lleva a extraviarnos en un laberinto desensaciones, sentimientos y dudas angustiantes. De un exceso de introspeccin slo surgenpor qus?. Esta capacidad de subir al lugar alto es la que viene expresada por la palabrasuperar del latn supra, arriba. Cuando salgo del bosque y busco un lugar alto, me estoysuperando. Superar una adversidad o problema no es tanto solucionarlo, sino ser capaz decontemplarlo desde arriba. Esta nueva visin del aguijn es el primer paso para experimentar lapaz aun en medio de la tormenta, como veremos un poco ms tarde.

    Ver lo esencial por encima de lo circunstancial. Esta segunda dimensin es resultado de laanterior. Cuando logro subir al lugar alto y contemplar el aguijn desde una distancia correcta, seabre a mis ojos una perspectiva panormica de toda la vida. Mi visin se agranda, el horizonte esmucho ms amplio, el pasado y el futuro cobran un significado distinto porque ya no estoyencerrado en un presente que oprime hasta aplastar. Descubro que el paisaje es mucho msvariado y rico de lo que yo senta encerrado en la oscuridad de mi aguijn. Sobre todo, me ayudaa poner en su lugar lo que es realmente importante en la vida. Redescubro los verdaderosvalores, lo esencial, aquello que est por encima de lo contingente. Veo que el aguijn puedequitarme partes importantes de mi vida, pero es mucho mayor la parte que an me queda. Nospermite llegar a sentir como el periodista tetrapljico: s, he perdido algo, pero sigo siendomillonario.

    Vislumbrar a Dios ms all del aguijn. Otra de las realidades que descubro en elcontentamiento, a medida que voy logrando esta visin nueva, es la presencia de un Dios que alprincipio pareca lejano, tan lejano que quizs le confundimos con un fantasma como les ocurri alos apstoles. Cuando en aquella oscura noche de tormenta en el mar de Galilea Jess vino aellos andando sobre las aguas, pensaron que era un fantasma. Jess estaba con ellos y porellos, pero su ansiedad les impeda percibir la realidad de forma adecuada. Tan grande era suangustia, tan prolongado su sufrimiento despus de remar toda la noche en medio decircunstancias adversas, que su capacidad de percepcin estaba embotada (shut down). Asocurre muchas veces con las experiencias de aguijn en las primeras etapas. Pero poco a pocoaprendo a ver que Dios no est tan lejos como yo senta, ni es un fantasma desconocido, sino elJess sufriente que viene andando, me da palabras de nimo y me coge fuertemente de la manopara que no me hunda.

    No confundir a Dios con un fantasma y poder llegar a percibir su voz en medio del aguijnconstituye probablemente el aspecto ms difcil de la aceptacin. Lograr ver a Dios ms all delaguijn genera una confianza serena, profunda. Si Dios no es un fantasma lejano, sino el Cristocercano que ha sufrido mucho ms que yo, entonces aprendo que nada ocurre en mi vida sin suconocimiento y su control. Si l ve y conoce mi situacin, entonces yo debo mirarla desde la

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    ptica divina tanto como me sea posible. Ello me permite desligarme de la estrechez de mi visiny ampla mi horizonte. Este paisaje nuevo, desde la perspectiva de Dios, me libra de laamargura, del resentimiento y de la sensacin de injusticia y esterilidad de muchas situaciones.Pero aun va ms lejos; la aceptacin implica creer que Dios puede sacar provecho de cualquiersituacin para transformarla en un bien para su gloria o incluso para mi propia vida.

    Dr. Pablo Martnez Vila

    El Dr. Pablo Martnez Vila ejerce como mdico-psiquiatra desde 1979. Realiza, adems, un amplioministerio como consejero y conferenciante en Espaa y muchos pases de Europa. Muy vinculado con elmundo universitario, ha sido presidente de los Grupos Bblicos Universitarios durante ocho aos.Actualmente es presidente de la Alianza Evanglica Espaola, y vicepresidente de la ComunidadInternacional de Mdicos Cristianos.

    Pensamiento Cristiano es un website de testimonio evanglico. En l se informa de la obra literaria deJos M. Martinez y su hijo, Dr. Pablo Martnez Vila. A travs de esta obra fluye el pensamiento evanglicode los autores sobre cuestiones teolgicas, psicolgicas, ticas y de estudio bblico con aplicacionesprcticas a problemas actuales.

    Los libros de Jos M. Martnez y Pablo Martnez Vila se pueden obtener en la mayora de las librerascristianas. Para encontrar una librera cristiana cerca de su lugar, puede consultar las Pginas Arco IrisCristianas en internet en la direccin http://www.paginasarcoiriscristianas.com.

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