¿Amor Eterno? Jorge Bucay El camino del encuentro Ayudador Profesional Argentino

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¿Amor Eterno?

Jorge Bucay

El camino del encuentro

Ayudador Profesional Argentino

Queremos pensar que se ama una sola vez en la vida y para siempre, aunque sepamos que no es verdad.

Preferimos retorcernos de miedo controlando lo que el otro hace cuando no estamos juntos y seguir aferrados a la idea de que no podríamos vivir el uno sin el otro,

aunque sabemos que sin el amado la vida igual continúa aunque no continúe igual.

Y lo pensamos, en gran medida, porque hemos sido enseñados a creer en estas mentiras.

(hasta hace 30 o 40 años los hombres pretendían ser únicos en la historia de las mujeres de bien, y las mujeres se conformaban

con ser la última de los hombres de bien).

Falsedades para sostener la idea de la prisión deseable, pero también para condicionar una forzada fidelidad

o una machista exclusividad

En este aspecto nuestra medrosa educación ni siquiera ha sido equitativa.

Las víctimas sindicadas de esta distorsión son las mujeres.

Se hayan dado cuenta o no,

gran parte de las mujeres de aquellos

tiempos han sido condicionadas por esta idea de que la

mujer tenía que conformarse

con un solo amor y con un solo varón,

para toda la vida.

Angeles Mastretta le hace decir a uno de sus personajes.

“Cuando la expectativa de la vida de una mujer era de 45 años, con un amor era suficiente,

pero ahora que una va a vivir como 80... con un solo amor no alcanza. ¡Por lo menos dos!”.

La historia de que se ama una sola vez en la vida y para siempre, es mentira.

Es mentira que sea necesariamente para siempre y es mentira que no pueda ser más que una vez en la vida.

Me gusta remarcar que se puede amar a alguien, que se puede dejar de amar y

que se puede después amar a otra persona.

En una de mis charlas, alguien me preguntó:“¿Y no se puede amar a dos a la vez?”

Tenemos mucho miedo a esta pregunta, porque si aceptáramos y asumiéramos que se puede amar a más de

una persona o la vez, ¿qué sería de nuestra seguridad?

Si sostengo:Que se ama una sola vez en la vida, es mentira...

Que el amor está indisolublemente ligado al sexo, es mentira...

Que el verdadero amor es eterno, es mentira...

Si declaro:Que no se puede volver a amar después de haber amado,

es mentira...

Que mis afectos dependen de mi voluntad, es mentira...Defenderme contándome la historia de los tipos de amores,

es mentira...

Si, encima de todo, ahora dijera que es posible amar a más de una persona a la vez...

¿Qué nos quedaría? ¿La catástrofe?

Es una posibilidad: la absoluta inseguridad sobre el futuro, por mucho que estemos juntos hoy,

mañana no se puede saber.

Pero hay otra posibilidad: junto con las mentiras,

desterrar también la idea de la catástrofe

y valorar la relación que realmente uno tiene.

Porque...Ahora yo que sé que no se ama una sola vez

ni para siempre, me doy cuenta de que mi esposa bien podría haberme dejado de amar

o podría dejar de amarme mañana...

Ahora que sé que el sexo no necesariamente está ligado al amor, me entero de que ella podría elegir

con quién va a tener relaciones sexuales.

Ahora que sé que la persona que amo puede amar a más de una persona a la vez,

me doy cuenta de que sentirme querido no garantiza que ella no ame a otros.

Ahora que yo sé que se deja de amar y que ella elige sobre su propia vida...

Ahora...Cuando yo llego a mi casa y mi esposa realmente está para encontrarse conmigo y para amarnos,

entonces le doy a ese encuentro el valor que tiene.

Ahora que sé todo esto, y estoy seguro de que ella lo sabe, la conciencia de nuestra libertad de elección lejos de ser una catástrofe es el pasaporte

a una relación de pareja más plena y trascendente.

Si a pesar de la conciencia, ella y él deciden seguir juntos,

entonces es maravilloso.

Si negamos la conciencia de los hechos para sostener

lo que ya no sucede, aparece la verdadera catástrofe.

Un matrimonio vivo es un vínculo donde

todavía palpita la pareja

y no un museo

recordatorio de todo lo que fuimos,

ni un panteón donde se guardan los restos

de nuestra pareja muerta.

La única pareja posible es la que se da entre dos individuos iguales

que deciden establecer un acuerdo y lo hacen.

Rousseau dice puesta de límites, este pacto no está en oposición a la libertad de cada uno,

por el contrario, la observación del contrato y la posibilidad de revisarlo y repactar constituyen la libertad.

Son estos puntos de acuerdo con el otro los que nos vinculan como unidad.

Pero atención, esta unidad no es estática, está en continuo movimiento y cambio

Es imprescindible ir modificando lo pactado para mantener el equilibrio inestable

que es el vínculo de pareja.

El cambio es constante y gracias a él que seguir juntos tiene sentido.