View
7
Download
0
Category
Preview:
Citation preview
1
Ana María Rodríguez Francia
Romancillos del amor llegado
Monasterio María del Rosario de San Nicolás Edición ad intra
2
Ana María Rodríguez Francia
ROMANCILLOS DEL AMOR LLEGADO
Monasterio María del Rosario de San Nicolás Edición ad intra
3
Escritos a vuela pluma,
estos romancillos nacieron,
parafraseando a S. Juan de la Cruz,
en el más profundo centro
del alma.
La autora
Ilustración de tapa: Ana María Rodríguez Francia
4
AMOR LLEGADO
uno
Ballesta la tu mirada en prenda de vida mía
por esos montes de Dios a mi casa se venía
yo atizaba unos carbones que en la pena me tenía y en minuciosos pedazos pedazos mi vida hacía
la noche guardaba un eco que de lejos percibía
saltando como un cabrito como grillo en mi alquería serenos mis ojos pardos
limón y cedro caía sobre sedientas pupilas que la noche enternecía abrí mi puerta y ventana mientras de plata vestía la luna cual noviecita
que entre tules se mecía la puerta se hizo ventana y la ventana armonía abierta cual casta boca que una hostia apetecía el azul se oyó cadencia silencio el de mi porfía
todo se quedó expectando por el dardo que venía justo en el mi corazón
que en busca de siembra ardía clavó su nardo celeste y era el agua que fluía del nardo nació una flor que se llamaba María y de María una vara
que Hijo al Padre estremecía ballesta la tu mirada Paloma del alma mía justo en el mi corazón donde moraba María
5
dos
“Mi nombre en tus labios / tu sangre en mis venas / tu mano en mi hombro / mis pies en tus huellas / tu voz en mi alma / mi nada en tu fuerza / tu pueblo en mi entraña / tú y yo
de fiesta…”
Que mi nombre entre tus labios flor de harina se decía
y de tu sangre en mis venas rosa púrpura nacía
tu mano sobre mi cuello lumbre de amor encendida
como suave Sulamita que en un jazmín se tenía gaviota sobre los mares solitaria me esparcía
en prenda de amor amante como un rubí enaltecía voces la voz de mi alma humildísima entendía cantar de lejano aliento
que en tu sombra amanecía ternura del hombro tuyo mi Señor, yo te quería
para saldar mi cansancio con toda tu lozanía
ésta mi nada en tu fuerza con unción se sometía que por valles y caminos te buscaba y te perdía
cuánto llamaste a mi puerta bajo el cierzo que cubría cuánto clamó tu sandalia por mi ventura y mi vida
qué fuego el de tus entrañas que mis entrañas abría
qué simiente de simientes con la noche se expandía como polen de amaranto por la luna que nacía
noche oscura en nueve lunas noche clara en las colinas
6
noche suprema de amor Sagrario de tu advenida con los brazos apretados
llenos de flores traía yo, vestidita de blanco
por tu hostia estremecida ah, mi Señor, qué belleza ah, qué fiesta de osadía
ah qué luz de lumbre altura en los cielos redimía!
7
tres
Rodeada de verde y cielo mis oraciones llegaban hasta tu pesada puerta
que mi amor no aproximaba juntado había las manos y entre llantos te rogaba
mientras tu voz en silencio silencio se agazapaba yo juntaba florecitas
que en el pasto se asomaban y mis lágrimas cristales cristales se regalaban el cielo estaba celeste
como campo en lino estaba pues para eternas verdades ya se había erguido el alba
agua cayendo venía jaspeando la madrugada madrigal todo de estrellas que las nubes ocultaban y así el tiempo transcurría tú lejos y yo extraviada
no haciendo pie en el vacío junto a tu puerta sellada letra de santa venía
por traerme tu enseñanza que a pozo seco venciera con mi trabajo y tu fragua mi alma estaba dispuesta muy descalza y desvelada por correr tu misma suerte
pues mi suerte estaba echada tan retraída del mundo acechando tu alborada
no importa el tuyo silencio sólo me importa tu espada
y saltar como gacela hollando tus aguas blancas debajo de las luciérnagas sobre piedras empedradas
Señor de toda mi vida Señor de la sangre santa porque todo es tu figura todo tu todo en mi nada
8
nardo puro puro nardo con tu sol en mis entrañas…
cuatro
Diamante de mis entrañas brillante cristal pulido por deslizarme sobre él descalza y no deslucirlo harapo mi piel gastada
y un tanto sin luz ni brillo, mis ojos candelas de oro pero un oro compungido que hubiera de ser saeta muy revestida de lino
con mis manos de hilandera tejiendo celeste y lirio estrella mi enredadera suspendida en el vacío para abrazarse a tu cruz aunque aterida de frío solitaria en alto monte con tu cadáver hendido Señor, mi Señor amado, ahora cuando te has ido
y yo no encuentro el sendero el sendero está escondido brillante de brillo intenso aquel diamante investido yo sola quiero guardarme profunda en tu casto nido para que se halle mi flor tan cerca de tus sentidos y en la austera madrugada celebrar tu dulce estío
venid, efluvios del bosque venid a estaros conmigo que no tengo pozo abierto ni tengo lo que persigo enclavada en amapolas sangre y raíz de mi vino ya nada puedo ocultarte mi Señor y Señor mío
sólo las manos tendidas enarbolando mi grito
ya nada puede alumbrarme si no es la luz de tu anillo desposorio de agua pura
9
metal de metal altivo ven, que me muero de amor amor en tu amor ungido!
cinco
Se acerca una madrugada que es noche oscura en el suelo estrellas que se han perdido
dejan solitario eco no se ve luz asomando
por hendijas del recuerdo ni se entrevé tibia paja
cubriendo tan pobre lecho sólo son lobos aullando su cansancio y su desvelo por procurarse una presa que sacie su desconsuelo noche que noche cerrada se va llegando en el viento comienzo de tu pasión
cuaresma, perdido adviento hora de calzar sandalia de cilicio y puro tiento
que arrase los pies de sangre y predisponga al invierno
atolladero de barro piedras duras del sendero y una velita temblando en mi mano y en su sello hondura de oculta sombra abroquelando su hueco
cierzo y lluvia en alta cumbre lluvia y cierzo en lo pequeño flores mustias que se abren mientras mis jazmines cierro
saya enlutada de amor saya celeste en el cieno pensativa la mirada
aceptando casto vuelo sol de lejanas veladas
que anuncian la paz del Verbo ese tu Verbo precioso natividad de tu Reino Señor, que sea tu voto y no mi precario anhelo hágase tu voluntad y no la mía, te ruego
10
y que lo acepte gozosa como quien nace de nuevo
Señor, mi Señor, escucha que tú solo eres mi dueño!
seis
Zozobra de ocaso duro bajo mis ojos inciertos velero que se desplaza por un hontanar sereno
blanco con negro atisbando rojo malvón prisionero
solito mi corazón rezando perlas de invierno
que el verano se ha escondido y el otoño esta severo
oculto tras rispio y zarza que el amor enhebra un duelo cuaresma con tinte a olivo cuaresma la de mi sueño cuando sonrío y me aparto
cuando me aparto y me muero cuentas de rosario oscuras cuentas de rosario asedio de mi virtud que trabaja
y esparce aroma de incienso cubro mi tez de ceniza mi pelo cubro de ruegos
para que alguien me escuche que tú, Señor, estas ciego ciego, cieguito de amor pero ciego en el lucero que no sonríen tus ojos y tus labios vibran yertos yo te junto unos claveles y te sonrío en silencio musitando quejas claras
como enseña quien fue alero ella maestra de música música desde los cielos
hablándome de un camino que el silencio cubre entero ah Señor, qué comenzar
de cantares que no entiendo cantares con que me obligo por el favor de tu empeño descalza y serena siempre
11
serena y confiada luego pero en zozobra, zozobra de cruz y lanza y que siento llegar como un ave oscura que me traspasa los huesos y acopio mi sed intensa
sobre tus campos repletos de las mieses esperando
del viento que no me duermo y oigo la lluvia caer y veo nubes de cieno y aquí la casa enlutada
de violeta porque es duelo la espera de la tu Pascua que traerá jazmín del cielo
y una suave coronita parecida a mis espejos
que a virtud virtud señera como lo dicen tus fueros Señor de mi duro afán Señor mi palafrenero quítate la tu armadura
antes que llegue el invierno…
12
siete
Cáliz de sangre en mis manos por tu gesto estremecida cáliz de luz alumbrando cuando la tarde caía
temblorosa y asombrada mi mano tu mano asía
por sostener santa copa que tu sangre contenía yo me veía entregada a duro lance en tu vía nonada de nada toda mi persona se había
hileras de santas monjas llegaban hasta mi astilla y yo les daba a beber
tu sangre de Dios bebida para jardines eternos que tu Reino establecía nunca me sentí tan pobre privilegiada e indigna
que a regalo y privilegio sólo en tu palabra hacía mis lágrimas escapaban y mis labios me mordía
con dientes de estrella pura que pura estrella tenía
tu cuerpo en mi cuerpo estaba tu sangre en mi sangre ardía
y mi cintura a tu pueblo apenas lo contenía
por qué, mi Señor, a mí… por qué, Amado, me decía y muy bajo se escuchaba tu voz que mi voz abría
porque eres la más pequeña la portadora más mínima y no pude en el ocaso cantar otra melodía
que un llanto copioso y fértil que de mi centro nacía
13
ah, mi Señor, mi Señor, “yo te amo”, enmudecía
porque no existen palabras para expresar tal delicia!
mi Dios, que tú eres mi don tú eres el sol de mi cima!
ocho
Ceguera la de mis ojos velando mi luz su velo ceguera de luz ardiente ceguera de mármol negro apenas tules violáceos envolviendo mi velero con un hilito de llama
sobre el hato de mi anhelo que voy como encandilada por la negrura del huerto y mi voz que se enajena se nutre de duro invierno pero canto y regocijo harapos de mi pareo recibiendo esa neblina
que pierde el curso a mi sueño porque mis pobres sandalias
no caminan el sinsuelo de estas aguas tenebrosas donde habitas tú, mi dueño,
y yo qué puedo decir más que todo lo sereno
de mi andar mirando noches sin estrellas ni consuelo que todo estalla vacío
y no puedo que no puedo y a veces me siento muerta y otras veces reviviendo
y escucho golpear la espuma en maderas de este leño donde a amor crucificado no corresponde festejo
cumbre de cumbre sombría tu cadáver y mi espejo amándote sin fronteras
amándote a puro empeño desbaratando fantasmas
que a veces cruzan mi cielo atravesando mil dagas
14
por extraviados senderos para levantar tu cruz
para perderme en su pecho que yo no quiero otra honra que tus manos en mi estero
ah mi Señor mi Señor que habitas oscuro océano…
nueve
Ya está todo ensangrentado mi posada y mis candelas todo con sombra de cruz con tu sudario en la arena corneja siniestra pasa corneja va sin destreza
y hay un ramo de jazmines en mis ojos que se velan ambos sumidos en bruma confirmando mi ceguera
que mis ojos se han herido y no veo bien la cuesta y apenas voy titubeando clamando por las laderas que tu sueño me persigue
y me alucina tu fiesta y ando por torres y casas por adoquines y almenas
contándole a todo el mundo que me muero por tus penas que ya no encuentro silencio
ni grito por las praderas sino tu inmenso vacío
tu rostro de dura ausencia y voy por las madrugadas bajando las escaleras
buscando rostro de Vírgenes y manos que me sostengan cuando sólo tu cuidado
tu hombro y tu duermevela bastarían para ungirme
y ungirte en piadosa celda cruz de palo estremecida guardando mi cabecera y yo dormida en la noche con tu vecina presencia en el hogar de aquel sitio
que tú sabes, pues me llevas
15
y sólo mis solos párpados sirven de espacio que estrecha
tu abrazo por mi cintura ensangrentada inocencia mi voz en tu voz guardada
mi aliento en tu suave espera que el mundo ya no me basta
y no me atrae su estepa divino lazo de amor
que es verano y primavera otoño e invierno oscuro
como oscura es tu candela oscuros tus fuertes labios oscura tu sed primera y yo perdida en el mar
deshilachada de estrellas
ah, mi Señor, Jesús mío, ah, mi niño, no te mueras porque si cierras los ojos el mundo entero se quiebra y ya no tengo palabras
porque tu pasión se acerca no me abandones Dios mío no me abandones, espera que yo me subo a tu cruz y allí me muero a tu vera…
16
diez
Estoy herida Señor, herida de nardo y frío
estoy traspasando heridas sobre tu sello vacío
ya no me canta la alondra en medio de un suave estío ya no me queda recuerdo de tu rostro junto al mío que pedacito de pan
te guardo en mi suave nido y luego te vas callado
por la noche de mi hastío canto que canta cantando
un pajarito sin tino de escarcha y tul ultrajado de insulto y látigo esquivo que no da sobre el malvado sino en ti, mi casto lirio
mientras yo siento tu ausencia en mi hueco estremecido y no te pienso, Señor,
tan desgarrado y sombrío sin que se hiera mi carne y me atosigue tu signo
que a cruz dura cruz pesada donde a ayudarte no atino
y se traba mi palabra y se enturbia en barro el vino
y cuántas veces mi Dios va a quebrarse mi estallido si tú que lo puedes todo no atinas sobre mi río a revestirme de flores
y te vas, que ya te has ido
17
ah mi Señor, mi Señor que duro amor tuyo y mío…
once
Pascua mi pascua sonora de verdes y verdes alas en el camino de Dios
abarcando mis mañanas todos los días del mundo
ensangrentadas sus páginas con letra de fina pluma
y ojos envueltos en llamas enardecida elocuencia
que abre del cielo las alas portales de duro empeño tarde de tarde cerrada
campanas de Pascua llegan hasta mi sola mirada
por donde pasa un velero que lleva preciosa carga pedazos de pan y trigo de triturada arrogancia
cantando nombres antiguos que son todos la palabra esa palabra que lleva
por su brecha mis entrañas empuntillada de bruma pero bruma eternizada
Pascua de Pascua florida que llena de amor mi alma donde caben tantas cruces que no escampa la mañana ni pueden verse las nubes que adhieren a la montaña y sin embargo un sol nítido se espeja en mil telarañas abriendo todas las puertas que conducen a la casa nube de nube sombría
18
se transforma en esperanza como anillito de novia
que alimenta su confianza en nupcias de amor eterno en campos de luz soñada
anillito de la tierra coco de firme prestancia
que de sierras y arroyuelos la esposa trae en su banda ay Pascua de Pascua mía ay Señor, ay Virgen santa…
doce
Anillito de la sierra alianza con el Esposo en mi dedo peregrino signo de todo reposo recuerdo a la Sulamita
que llegó en tiempo impiadoso y yo viéndola danzar atravesando mil sotos
en busca de aquel soñado taciturno y penumbroso cuántos años sucedieron tantas décadas de acoso
que por encontrar sus huellas me perdía en lo brumoso y desgarraba mil velos y no oía rumoroso río divino pasando
a la vera de mis pozos huecos de sangre perdida huecos de encuentro leñoso
parábola de lo incierto entre mares borrascosos
toda una historia extraviada de desencuentro penoso
cuánto tiempo, cuantas perlas escarcha y polvo anchuroso pero el ciervo me aguardaba
herido amor venturoso sin importarle mi hilacha ni mis ojos temblorosos
ni mis manos con pañuelos pañuelos lucero ocioso aguardaba y aguardaba
detrás de un muro piadoso
19
que me encerró entre caireles y cirio amplio y misterioso presencia del Dios amado presencia azul del Esposo
ay anillito, anillito qué a punto llegas hermoso don de toda la hermosura regalo en todo lo hermoso ah Señor, la misma muerte no aporte don tan precioso porque en vida de esta tierra trae un sol esplendoroso…
trece
Callada sangre arrasando impura y agazapada
encegueciendo mis ojos que por dura madrugada y temblorosa de agobio por tus pasos aguardaba sin cántaros ni violines
mi figurita sellada se perdía en el sendero donde nadie se allegaba sólo diciendo tu nombre que la brisa murmuraba a tientas por el camino donde nadie transitaba
desierto y lomas de arena con el viento que arreciaba castigada por mil puntas de lanzas entrelazadas con estiletes de espuma que mi ropa desalaba
sangre que sangre llegando ceguera de toda trama adivinando las letras
de poemas que en mi rama como pájaros azules venían y se posaban y yo sola y silenciosa desgarraduras oraba
con agujitas de sándalo y dedalitos de plata
por mis ojos abrumados
20
tu siembra y siega esperaba en aquel monte de cruz donde toda derramada la muerte cerro tus ojos
y me sumió en tu montaña ay amor, quién comprendiera
en este valle de lágrimas cúmulo nardo de luz y página desatada
donde el amado más fiel desposa a su enamorada…
catorce
Que lento y suave se llega a mi memoria de adviento las mis lágrimas furtivas por amor del nazareno
nardos y flores del campo rebosan en mí su empeño purísimas madreselvas
con helechitos y cuencos cuencos tan llenos de amor como vacío mi empeño
el vientre se me ha emplazado con el niñito de dentro cuántas lunas todavía
cuántas ascuas de silencio mis párpados tan sellados con palabritas de incienso marfil y cedro esperado
nupcial tálamo de ensueño con cantos que me seducen
en la voz de mi secreto tendida sobre la espuma espuma fiel de mis versos se me caen azucenas
de amor por sobre mi pecho ay islita de mi alma
ay ínsula de mi espejo que todo en mí se estremece
por amor del nazareno después vendrá una nodriza que cantará el sin sosiego de la noche que se acerca
con pesebre de agua y viento
21
y yo en ella, madrecita, madrecita a puro velo ángeles mi corazón
y en herida mis requiebros que todo, todo se allega por amor del nazareno
mi niño, cuna encendida
cuna y cruz de mi sendero ´´
quince
Yo, toda encinta de vos y en ansia pura impregnada voy transitando el desierto costa de la madrugada
la noche llega en tu hueco tus manos entrelazadas
con las mías se han dormido entre las cuentas sagradas
de mi rosario fecundo que canta en horas tempranas
rumbo de una soledad toda entera en la esperanza cuando florecen los pájaros y se alumbra el agua clara alguien vino a despertarme por mi sueño con su adarga y me dijo que un pez blanco había entrado en mi estancia
y yo sin entender tanto abrí pestañas labradas
y en el muro la ardua cruz clamó por mí en su palabra ah, nazareno, amor mío
Señor, mi Señor, mi calma paz de clavos redimidos paz altiva en la montaña
no ves que no te das cuenta que estoy vacía y opaca
cómo me sienta tu empeño de sembrar en esta casa… que diz sólo una semilla
22
en espiga atesorada de un trigal irremediable soy, por toda la jornada…
ah, nazareno, mi ser
ay esposo de mi alma…
dieciséis
Quiero alfarera alfarero recrear entre tus manos con tus manos poderosas mi pequeñez en tu arcano quiero alfarera alfarero que pueda ver el milagro
de un mar tan lejos tan lejos que nunca alcance a mirarlo quiero la paz de tu fuerza
alfarero tan amado la brisa que me entregaste allá por montes albados
que penetró por mi cuerpo y me dejó eterno hallazgo
recreación tu la mía recreación que no en vano te detuviste en mi adentro y me colmaste de cántaros toda cansada y dormida
por lares de azul y pámpanos en la quieta madrugada me sostenían tus brazos yo celebrando mis nupcias nupcias y amor celebrando
tan dormida y fatigada me reposaba en tu abrazo ciega de sordos clamores
Siloé quise negado que con luz de tu mirada
23
no necesito otro paso y ante tu imagen bellísima y este amor tuyo estrenado
cabe aposento real me doy todo lo estimado con las estrellas huyentes luego que oscuro bañado húbose ido con el sol
ante ti yo me he postrado y un reflejo de mi adentro por mis ojos ha cruzado ah yo, la humilde alfarera mi alfarero me ha brotado dentro de mi corazón
donde él con él me ha sellado
que Jesús de Nazareeth con tu cruz me has desposado…
diecisiete
De mí nacido tu niño que entre tus brazos había niñito blanco en mil rostros que tus manos sostenían tu barba de nazareno sobre el niño se tenía empapado de tu sangre el polvo al polvo volvía yo iba descalza a tu lado silenciosa y pensativa
tu arrogancia contrastando con mi pobreza aterida día de largas labores nuestro camino seguía
rumbo hacia la nuestra casa que techo en paja tenía tú traspasado y austero yo pequeña y malherida de toda la herida tuya
con su espada en mi alquería tu piel bronceada de amor
mi mejilla rosa niña tu fuerza en cetrina túnica mi vestidito de harina
miel y ungüento desbordando de mi copa enaltecida
porque yo era esposa tuya y tú mi rey, mi osadía el niñito bostezando
24
llegar al jergón quería y eran tantas multitudes en sus manitas sencillas me sentía muy cansada
te veía sin la prisa de los frutos que en el campo
desbordaban su gavilla y así los tres al hogar trashumábamos la vida
y el niñito entre tus brazos y en mi cara tu sonrisa nazareno nazareno
no sigo siendo la misma que anduvo tras pobres sueños
pues rebasas mi vasija… pero sostenme, sostenme… que la casa se aproxima y ha sido largo el sendero y punzantes las espinas…
25
“Ballesta la tu mirada en prenda de vida mía
por esos montes de Dios a mi casa se venía”
Recommended