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C e n t r o d e P e n s a m i e n t o E s t r a t é g i c o - M i n i s t e r i o d e R e l a c i o n e s E x t e r i o r e s
Antecedentes para una Estrategia de Acercamiento de Colombia a ASEAN Manfred Wilhelmy El autor hace un recuento histórico del Sur Este Asiático y de la creación de bloques en la zona tanto desde lo económico como desde lo político. Hace luego un análisis de la importancia de la zona para América Latina y concluye con recomendaciones para un acercamiento a ASEAN.
ANALISIS LATINOAMERICANO 7
ANTECEDENTES PARA UNA ESTRATEGIA DE ACERCAMIENTO DE
COLOMBIA A ASEAN
I. INTRODUCCIÓN
El diseño de una estrategia de acercamiento de Colombia a la subregión del
Sudeste Asiático (SEA) –organizada en la entidad intergubernamental
Asociación de Estados del Sudeste Asiático, ASEAN- representa una valiosa
iniciativa de política exterior.
Las razones para abogar por un mayor énfasis en el desarrollo de las
relaciones de Colombia, y de América Latina en general, con el SEA son de
mucho peso. Primero, el SEA es una subregión constituida por países
medianos y pequeños; solo uno, Indonesia, es un Estado de mayor tamaño en
el aspecto demográfico. Por tanto, no se da frente al SEA la marcada asimetría
que caracteriza la gran mayoría de las relaciones latinoamericanas con
grandes actores internacionales como China y Japón. Esta circunstancia facilita
el diálogo latinoamericano, en especial con el colombiano y con los países del
SEA.
Segundo, a pesar de la heterogeneidad de la subregión, se trata de países que
en su mayoría son economías emergentes, que enfrentan muchos problemas
similares a los que concitan la atención de los agentes públicos en América
Latina. En este contexto, existe un gran potencial, hasta ahora apenas
aprovechado para el diálogo y la cooperación en temas diversos de las
respectivas agendas de políticas públicas. Entre estos cabe mencionar, entre
otros ejemplos importantes, los desafíos de la superación de la pobreza
extrema, las consecuencias de la urbanización acelerada – en especial los
problemas de gestión de las grandes ciudades- y el manejo sustentable de
recursos naturales como minerales, forestales, marinos y otros.
Tercero, el SEA constituye un conjunto de mercados en rápida expansión, que
apenas ha sido penetrado por los exportadores de América Latina,
comprendiendo desde el mercado pequeño pero de nivel de economía
desarrollada que es Singapur, hasta los mercados emergentes que se insinúan
en los nuevos miembros de ASEAN, pasando por los principales mercados
emergentes: Malasia, Tailandia, Filipinas, Indonesia y Vietnam, en los cuales
los estratos medios tienen creciente importancia, que los convierte en
potenciales consumidores de productos (y servicios) latinoamericanos. En
efecto, ASEAN fue el destino, el año pasado, de menos del 2% de las
exportaciones de la región, mientras la tasa promedio reciente de aumento de
las exportaciones de América Latina y el Caribe ha sido del orden de 16%. En
el ámbito de las inversiones, el SEA tiene creciente protagonismo. Empresas e
inversionistas institucionales del SEA (por ejemplo, fondos soberanos) están
comenzando a identificar oportunidades en América Latina, y algunas
empresas de nuestra región ven la realización de inversiones en el SEA como
potenciales alternativas o complementos frente al establecimiento de
operaciones en China.
Cuarto, el SEA ejerce cierta influencia política regional a través de ASEAN, por
lo que el desarrollo de relaciones con la subregión y la organización
internacional referida es interesante desde el punto de vista diplomático,
complementando y equilibrando de forma útil las relaciones con los polos
asiáticos de poder de China, Japón y Corea. Además, ASEAN es, como se
explicará, protagonista reconocido de las iniciativas y planes de regionalismo
del Asia-Pacífico, un tema de evidente importancia para el desarrollo de nuevas
orientaciones internacionales de los países latinoamericanos de los que son
ribereños del Pacífico.
Por último, el SEA, subregión de destino de importantes diásporas chinas e
indias, puede ser un puente o factor de vinculación indirecta hacia China y la
India. Singapur tiene particular vocación de servir como “puerta de entrada” al
mundo chino, y en la actualidad ha enfatizado también el desarrollo de sus
relaciones con la India.
II. CARACTERIZACIÓN DEL SEA: ALGUNOS INDICADORES
El SEA es una subregión que se caracteriza por significativos grados de
heterogeneidad internacional, lo que sin duda introduce un factor de
complejidad en las políticas de vinculación con el área, requiriendo de los
actores involucrados especial atención a las particularidades geográficas,
demográficas, culturales, económicas y políticas de los países que integran
ASEAN.
En términos de tamaño físico, el rango es amplísimo, abarcando desde los 697
Km2 de Singapur –una ciudad Estado- y los 5.765 Km2 del sultanato de Brunei
Darussalam –un enclave en el norte de la Isla de Borneo- hasta el enorme
espacio del Archipiélago de Indonesia, cuyas islas –alrededor de 13.000-
abarcan 1.890.000 Km2. El tamaño de Myanmar (ex Birmania) es cerca de dos
tercios de la superficie de Colombia (676.500 Km2), mientras Tailandia se
acerca a la mitad del tamaño de Colombia (513.200 Km2); Filipinas, Vietnam y
Malasia se sitúan alrededor de los 300.000 Km2, lo que considerando la
elevada población de los dos primeros conlleva serios desafíos de
asentamiento humano en espacios habitables bastante reducidos.
El gigante demográfico del SEA es Indonesia con una población de 241
millones de habitantes según datos del FMI, mientras que en Brunei residen
apenas 408.000 habitantes. Filipinas –con una importante diáspora desde
Norteamérica al Medio Oriente- tiene 95,9 millones de habitantes según la
fuente citada, y Vietnam 89,3 millones, mientras Singapur con solo 5,3 millones
de habitantes parece desmentir el aserto que una gran población sería requisito
indispensable para ejercer influencia internacional. En conjunto, el SEA reúne
608 millones de personas, cerca de cinco veces la población de Japón y algo
menos de la mitad de China.
En lo concerniente al desarrollo social y económico, de acuerdo al último
informe Human Development Report publicado por el PNUD, destacan los altos
indicadores de Singapur (Índice de Desarrollo Humano 0,866) y Brunei (0,838),
y los valores intermedios alcanzados por Malasia (0,716) y Tailandia (0,682),
que dan cuenta de progresos sociales significativos. Por otro lado, los valores
IDH de Myanmar (0,483) y Laos (0,524) muestran que el SEA aún enfrenta
situaciones masivas de subdesarrollo. Las cifras del Producto Geográfico Bruto
per capita (2010) publicadas por el Banco Mundial también muestran en los
primeros lugares a Singapur (USD 59.710) y Brunei (USD 49.384. Singapur es
una economía desarrollada, condición que su gobierno ha optado de forma
pragmática por no reconocer de modo formal, acaso por no perder influencia
entre los países emergentes (por ejemplo, no es miembro de la OCDE).
Malasia se sitúa en una posición de ingreso medio (USD 15.568), con
significativa ventaja sobre Tailandia (USD 9.396), mientras las cifras del resto
de los países son más modestas (desde Indonesia, USD 4.666 hasta Myanmar,
sin más USD 1.325). Estos países en desarrollo se sitúan con cierta ventaja
respecto a China desde el punto de vista de la disponibilidad de mano de obra
de bajas remuneraciones, lo que promete devolver cierta competitividad al SEA
frente al gigante económico regional, aunque por supuesto los costos laborales
son solo un aspecto entre varios que inciden en la competitividad productiva.
Pero los elementos más importantes en el rico mosaico de la diversidad
subregional del SEA, que caracterizan la alta complejidad del área, son los de
naturaleza étnica, cultural y religiosa. La heterogeneidad se da tanto entre los
países como al interior de estos. Así, Indonesia es una sociedad plural, que
combina una mayoría javanesa, de raíz malaya y credo islámico, con una
multiplicidad de minorías étnicas, entre las que destaca la de origen chino.
Minorías confucianas y cristianas conviven en el mayor estado del SEA, de vez
en cuando de manera pacífica, a veces de manera inestable y precaria, con las
grandes mayorías musulmanas. En islas como Bali y Lombok, el hinduismo
tiene particular importancia. En múltiples comunidades, el sincretismo religioso
indonesio elude las clasificaciones esquemáticas. Malasia se constituyó sobre
la base de la hegemonía malaya y de la religión islámica sobre las minorías
china, india y otras, que profesan sus propios credos, pero el país –por buenas
razones- se resiste a una islamización de corte fundamentalista. Filipinas es un
país de mayoría cristiana, no obstante lo cual significativas minorías
musulmanas (los “moros”) representan factores de poder contestatario, y aún
de separatismo, en las provincias del sur. Tailandia profesa el budismo, pero el
poder central ha enfrentado a minorías islámicas en conflictos de cierta
consideración. Como en otros países del SEA, las minorías de origen chino
tienen importancia, en especial en la economía. Singapur ofrece un fuerte
contraste con sus vecinos, ya que en la ciudad-Estado la población de origen
chino es muy grande, predominando sobre las minorías malayas y del sur de
Asia. En casi toda la región, las comunidades de origen chino, con distintos
grados de asimilación, constituyen redes nacionales y transnacionales de
influencia, y se destacan por sus importantes logros empresariales y
profesionales.
Es indiscutible la diversidad socio-cultural, religiosa y económica que suele
tener las connotaciones políticas nacionales e internacionales. Las estrategias
diplomáticas hacia la subregión del SEA serán eficaces en la medida que se
diseñen y ejecuten considerando las cambiantes circunstancias propias de este
conjunto complejo de países, sociedades y culturas.
III. ASEAN COMO INICIATIVA DE COOPERACIÓN SUBREGIONAL
La Asociación de Estados del Sudeste Asiático, ASEAN, fue fundada en 1967.
Los miembros fundadores fueron Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y
Filipinas. Después se sumaron Brunei Darussalam (1984), Vietnam (1995),
Laos y Myanmar (1997) y en último lugar Camboya (1999).
Los propósitos declarados de ASEAN fueron sentar bases para la cooperación
entre los miembros en múltiples ámbitos, y contar con una instancia de
consulta y concertación que permitiera desarrollar una diplomacia colectiva. En
primer lugar, la cooperación fue solo una declaración de intenciones, ya que las
preocupaciones principales de los fundadores derivaban del contexto
geopolítico caracterizado por graves tensiones entre naciones de gran
fragilidad interna, surgidas de la abrupta descolonización en las dos primeras
décadas de la postguerra, agudizadas por la inestabilidad subregional a raíz de
la Guerra de Vietnam y las conflictivas proyecciones de los intereses
geoestratégicos de las grandes potencias: los Estados Unidos como potencia
hegemónica que procuraba canalizar los cambios regionales a favor de la
alianza occidental, la Unión Soviética enfrentada de manera bipolar a
Washington, y China buscando desestabilizar la zona para proyectar su
revolución más allá de sus fronteras.
En este contexto, ASEAN tuvo en sus primeros años más proyección en el
campo de la diplomacia que en el terreno económico y comercial. Su principal
objetivo fue la estabilización del espacio subregional, que se percibía
amenazado desde afuera (Guerra de Vietnam y sus repercusiones, China
como potencia revolucionaria) como desde los propios países miembros
(conflictos limítrofes, ecos de tensiones bilaterales recientes como las que
había enfrentado a la Indonesia de Sukarno con sus vecinos). Se trataba de
permitir la convivencia países separados por brechas de desconfianza cuyas
raíces hemos señalado en el párrafo anterior.
La génesis de ASEAN explica una de sus características centrales, que se
proyecta hasta el presente: la vigencia del principio del consenso como regla
para la toma de decisiones colectivas. Más aún, ASEAN durante cuarenta años
careció de una institucionalidad formal basada en un tratado; la Carta de
ASEAN es de reciente creación, y los órganos subregionales fueron surgiendo
de manera gradual y ad hoc, de acuerdo a la lectura consensuada de
circunstancias cambiantes. En la época fundacional se trataba en principio de
llegar a contar con un mecanismo de consultas flexible, que permitiera
contribuir a la estabilidad regional y establecer de forma gradual los cimientos
para iniciativas de cooperación económica, social y cultural. En un inicio, los
Cancilleres que acordaron la Declaración de Bangkok establecieron una
estructura simple, basada en reuniones ministeriales anuales, un comité
permanente con sede rotativa, un conjunto de comités o grupos de trabajo, y
secretarías nacionales en cada uno de los estados integrantes.
En 1976 el esquema institucional se fortaleció mediante la celebración
periódica de Cumbres de Jefes de Gobierno, a la vez que se formalizó un tanto
para fines de coordinación mediante la creación del Secretariado de ASEAN,
con sede en Yakarta. Por supuesto, ninguno de los miembros fue partidario de
conferir poderes sustantivos a esa instancia, ya que cada uno de estos países
de reciente independencia se ha caracterizado por el celoso resguardo de sus
prerrogativas soberanas.
A partir de la década de los 80, ASEAN comenzó a generar iniciativas
colectivas dirigidas a dar cumplimiento a los propósitos de cooperación
enunciados en 1967. Ello reflejó la creciente importancia que estaba
adquiriendo la subregión como plataforma productiva, así como la difusión
entre sus miembros del modelo asiático de desarrollo a través de políticas de
industrialización orientadas hacia las exportaciones, y el imperativo de
establecer bases para una política comercial colectiva que permitiera jugar un
papel relevante en el proceso de convergencia transpacífica que se pondría en
marcha a partir de 1989 con la fundación del foro Asia Pacific Economic
Cooperation, APEC.
Este período coincidió con un importante avance político de ASEAN,
agrupación que se vio favorecida con el fin de la Guerra Fría. En efecto, desde
mediados de los años 70 la victoria comunista en la Guerra de Vietnam había
generado una fuerte percepción de amenaza en el entorno vecinal, en
particular en Tailandia. El cambio positivo se hizo evidente cuando, a
comienzos de los 90, ASEAN tuvo protagonismo en la pacificación de
Indochina (en especial en Camboya), lo que permitió entrar en una fase de
distensión, y creó condiciones propicias para la ampliación de ASEAN a través
del ingreso de Vietnam. Luego, como se ha visto, se agregarían otros países,
de manera que la cobertura político-geográfica del SEA por ASEAN se ha
completado.
Al momento de redactar este informe, el principio de decisiones por consenso
se encuentra sometido a una dura prueba. En el conflictivo tema de la disputa
territorial por la jurisdicción sobre tierras (islas, islotes y arrecifes) y aguas en el
Mar del Sur de la China entre varios miembros de ASEAN y la República
Popular China, la 45ª Conferencia Ministerial de ASEAN, celebrada a
comienzos de julio en Phnom Penh, Camboya, por primera vez en la historia de
la organización subregional no emitió un comunicado conjunto. Varios Estados
miembros, entre ellos Filipinas y Singapur, han criticado a la presidencia
camboyana de ASEAN por no reconocer la existencia de un consenso en la
entidad para reaccionar ante diversas presiones chinas en los territorios en
disputa. Dichas presiones se apartarían de un código de conducta acordado
con China para estabilizar la zona y prevenir situaciones de fuerza.
IV. POLÍTICA COMERCIAL Y REGIONALISMO ASIÁTICO Y
TRANSPACÍFICO
El primer impulso para generar un proceso de integración comercial y
productiva del SEA se dio en 1992, cuando se acordó la creación de una zona
de libre comercio de ASEAN, ASEAN Free Trade Area o AFTA.
El objetivo de AFTA fue alcanzar un grado significativo de liberalización
comercial subregional que permitiera aumentar el comercio intra-ASEAN. Se
trataba no solo de favorecer a los consumidores sino también a los productores
de bienes manufacturados intermedios originados en operaciones industriales
encadenadas entre diversas economías de la subregión. Muchas de las
empresas involucradas eran multinacionales japonesas y de otros orígenes,
establecidas en el área ASEAN para aprovechar ventajas de costos. A través
de AFTA se trataba de atraer inversiones de las economías más desarrolladas
y mantener las existentes, ofreciendo un espacio económico ampliado.
El instrumento central de AFTA ha sido el Arancel Efectivo Preferencial Común
(CEPT), un programa de desgravación coordinada entre las economías
participantes, cuya meta era llegar a tarifas en el rango de 0 a 5% hacia el año
2008. Siendo AFTA una zona de libre comercio, no hubo ningún compromiso
de política arancelaria frente a terceros países, o sea, no se estaba tratando de
constituir un bloque comercial o un esquema avanzado de integración, del tipo
unión aduanera o mercado común. De hecho, el comercio fuera de ASEAN es
más importante que el comercio al interior del acuerdo para todas las
economías participantes. Por otra parte, el cumplimiento de las metas fue
parcial, debido en primer lugar a las persistentes presiones proteccionistas de
sectores industriales considerados sensibles en diversos países. Por ejemplo,
la liberalización del sector automotriz se ha visto limitada por políticas
proteccionistas de Malasia, que ha tenido una política industrial de desarrollo
del “automóvil nacional”. Un segundo factor ha sido la expansión de ASEAN,
que a partir de fines del siglo pasado incluye economías menos desarrolladas,
por tanto débiles y poco preparadas para un régimen de liberalización
comercial, que han tenido que acometer en primera medida los desafíos de la
transición hacia sistemas económicos de mercado (Camboya, Laos, Vietnam y
–bajo circunstancias diferentes- Myanmar).
En 1995, el AFTA se complementó mediante un Acuerdo Marco de Servicios
(AFAS), y en 1999 se adoptó un Acuerdo Marco sobre Inversiones (AIA),
instrumentos dirigidos a abrir espacios para la prestación de servicios y la
circulación de capitales en la subregión (meta: año 2010), y a abrir en el
mediano plazo (2020) las inversiones extranjeras directas a agentes del resto
del mundo, sobre la base del principio de no discriminación (trato nacional). Las
limitaciones en estos campos, no obstante, han sido similares a las
comentadas en el caso del AFTA, cuyo instrumento CEPT ha sido, por lo
demás, recién modernizado (Acuerdo ASEAN para el Comercio de Bienes,
2010, conocido por la sigla ATIGA, programa que contiene un conjunto amplio
de disciplinas de liberalización, facilitación, remoción de barreras no
arancelarias, obstáculos técnicos al comercio, etc.).
Sobre la base de estos fundamentos, los líderes políticos de ASEAN comparten
la visión (“Blueprint”) de una Comunidad Económica de ASEAN, que debería
significar un paso cualitativo en dirección a un nivel más avanzado de
integración, a alcanzarse hacia el año 2015. ASEAN debería ser (1) una región
de alta competitividad económica, (2) un mercado integrado, con una base
productiva única, (3) una región caracterizada por criterios de equidad en el
desarrollo y (4) una región bastante integrada a la economía global. Al
respecto, los observadores de ASEAN coinciden en que, a partir de un
cumplimiento parcial de metas intermedias, no es fácil que en solo tres años se
logre completar las metas enunciadas, para lo cual tendrían que adoptarse de
forma rápida numerosas medidas de orientación integracionista, muchas de
ellas en áreas sensibles, susceptibles de movilizar presiones opositoras de
grupos afectados.
Por ejemplo, en el área de la inversión extranjera directa (IED) en el sector
financiero, Indonesia permite hasta un 99% de propiedad extranjera (un
porcentaje que se piensa que es muy probable que sea rebajado); el límite para
la IED en este sector es de 60% en Filipinas y de 30% en Malasia y Vietnam,
pero en este último país un solo inversionista extranjero no puede poseer más
de 20% de un banco. Con todo, la regionalización progresiva de la banca en
ASEAN es un hecho, ya que los principales actores de los sectores financieros
en la subregión buscan posicionarse de manera temprana en los mercados de
los países vecinos (Asiamoney, junio 2012, p. 25). En otras palabras, solo una
parte del proceso de integración es manejado por las autoridades (“state-
driven”), mientras que otra parte del impulso proviene de los empresarios
(“market-driven”). Cuando se da un grado significativo de concertación entre
gobiernos y empresas, se suele impulsar medidas integracionistas de bajo
perfil político, pero que pueden tener efectos prácticos importantes, por
ejemplo, el desarrollo de parques industriales en zonas transfronterizas, como
viene ocurriendo entre Singapur e Indonesia.
Por otra parte, la diplomacia económica de ASEAN ha tomado otros rumbos.
En la medida que la apertura comercial global por la vía de la OMC se ha visto
bloqueada, ASEAN y varios de sus estados miembros han venido impulsando
cada vez más acuerdos comerciales preferenciales: ASEAN-China (2005),
ASEAN-Corea (2007), ASEAN-Japón (2008), ASEAN-Australia/Nueva Zelanda
(2010) y ASEAN-India (2010). A nivel de los miembros, Singapur ha sido el
más activo en la suscripción de tratados de libre comercio, tanto en Asia como
con países del resto del mundo. Otros miembros de ASEAN han seguido el
ejemplo de la ciudad-Estado.
En cambio, las iniciativas más ambiciosas de regionalización económica y
comercial no muestran avances comparables, pero han sido funcionales para la
diplomacia subregional en la medida que ASEAN aparece como protagonista
de diversos esquemas de cooperación, en los cuales, como suelen decir con
cierta satisfacción personeros del área ASEAN, la entidad está “al volante” del
proceso (“in the driver’s seat”). Este protagonismo no ha dejado de llamar la
atención de algunos observadores, ya que los países de ASEAN, como se ha
visto, no tienen gran tamaño ni se consideran “poderosos.” Al respecto, el
entonces Canciller de Singapur, George Yeo, señalaba en un discurso
pronunciado en India el año 2007 que ese escaso poder relativo favorecía el
activismo diplomático de ASEAN, ya que ASEAN y sus miembros eran
considerados “no amenazantes” por todos los interlocutores internacionales de
la agrupación, que veían con buenos ojos la creciente cohesión de ASEAN, y
por tanto han aceptado el afán de posicionamiento de ASEAN en la región
(Speech by Mr. George Yeo, Minister of Foreign Affairs, at the CII Partnership
Summit, Bangalore, 18 de enero 2007, párrafo 8).
Bajo el modelo denominado ASEAN + 3 (los miembros de ASEAN más China,
Corea y Japón), se ha planteado la iniciativa East Asia Free Trade Area o
EAFTA. La propuesta data del año 2001, ha sido discutida en numerosos
grupos de trabajo, pero no se ha producido un acuerdo político para negociar,
ya que hasta ahora el límite de lo factible podría describirse como “ASEAN + 1
+1 +1”, o sea, la agrupación subregional más cada una de las economías
principales de la región en forma separada. Cabe observar que el área ASEAN
+ 3 es de creciente importancia económica para los principales actores del Este
de Asia: en 1990, representaba un 21,3% del comercio exterior chino,
aumentando a un 26,8% en el año 2010. En el caso de Corea, los porcentajes
son de 29,1 a 42,2%, y en el caso de Japón, de 21,5 y 41,5%. En el área
ASEAN, en el período entre 1990 y 2010, el comercio entre las respectivas
economías y la totalidad de ASEAN + 3 pasó a representar más de la mitad del
comercio total de Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam. Solo
Singapur con 48,9% quedó bajo la mitad (cifras del Fondo Monetario
Internacional y Directions of Trade, compiladas por el instituto KIEP, de Corea).
Aún más ambicioso es la concepción del Comprehensive Economic Partnership
for East Asia (CEPEA), que a los países antes mencionados agregaría
Australia, Nueva Zelandia y la India. Este esquema regionalista asiático es una
derivación económica del nuevo referente político Cumbre del Este de Asia
(East Asian Summit, EAS), y data de 2006. Tampoco se han dado aquí las
condiciones necesarias para el inicio de negociaciones, pero en la medida que
Estados Unidos y Rusia han sido invitados a incorporarse al EAS, se insinúa
por esta vía una potencial orientación transpacífica que, de volverse en el
futuro un factor de competencia con el foro APEC, podría afectar los intereses
latinoamericanos.
Distinta es la situación desde que ha entrado en escena el acuerdo
Transpacific Partnership (TPP), sucesor del llamado “P 4”, acuerdo preferencial
celebrado entre Nueva Zelanda, Singapur, Brunei y Chile. El protagonista del
TPP es Estados Unidos. A los miembros del P 4 se han sumado además Perú,
Vietnam, Australia, Malasia (“P 9”), y hoy en día Canadá y México (“P 11”), y
podría de manera eventual incorporarse Japón (“P 12”), con lo que el acuerdo
llegaría a contar con la mayoría de los miembros de APEC, constituyéndose en
la mayor aproximación a la idea de un acuerdo amplio de libre comercio de
Asia-Pacífico (Free Trade Area of the Asia-Pacific, FTAAP), propuesta nacida
del Consejo Consultivo Empresarial de APEC (ABAC) en 2004. Pero el TPP en
la práctica divide a ASEAN, al no incluir a miembros tan importantes como
Indonesia, Tailandia y Filipinas, lo que podría afectar en algún grado la
cohesión de la entidad subregional.
Por último, el esquema denominado Regional Comprehensive Economic
Partnership (RCEP) parecería tener mejores perspectivas de viabilidad. La idea
del RCEP es la combinación de todos los acuerdos preferenciales de ASEAN
en un solo TLC de alcance regional. Los principios rectores de RCEP son que
(1) dicho acuerdo amplio debería perfeccionar los acuerdos en este momento
existentes y (2) RCEP debería ser un acuerdo abierto y comprensivo, teniendo
prioridad para integrarlo los actuales socios comerciales preferenciales de
ASEAN. La propuesta RCEP fue apoyada por los Jefes de Gobierno de ASEAN
en la 19ª Cumbre de la entidad (noviembre 2011), señalándose el mes de
noviembre de 2012 para el lanzamiento de negociaciones, coincidiendo con la
20ª Cumbre de ASEAN (Dominic Goh, presentación “Regional Economic
Architecture”, Singapur, SINCPEC, abril 2012).
V. ACERCAMIENTO DE COLOMBIA A ASEAN
A la luz de lo expuesto en los párrafos precedentes, resulta evidente que las
prioridades de ASEAN se encuentran en las relaciones recíprocas entre sus
miembros (no exentas de problemas), en las relaciones con los grandes
actores del Este de Asia (China, Japón y Corea), y por supuesto en las
relaciones con otros actores de primera línea en Asia –en especial la India- así
como en Europa y América, haciendo énfasis en Estados Unidos.
Estas prioridades sitúan a América Latina en una posición secundaria desde la
perspectiva de ASEAN. Esto no significa que América Latina sea irrelevante
para la agrupación y sus Estados miembros, ya que en la subregión existe un
claro interés en diversificar el conjunto de las relaciones exteriores del SEA,
interés que se ve reforzado en tiempos de crisis económica en los países
occidentales desarrollados. Es interesante observar, en este contexto, que las
exportaciones de productos originados en ASEAN hacia América Latina y el
Caribe hayan crecido en una tasa promedio anual de 12,1% en los últimos 5
años, una tasa de expansión muy superior al 8,2% registrado por las
exportaciones de productos coreanos durante el mismo período.
A su vez, desde la perspectiva latinoamericana, la aproximación al SEA se
inscribe también en una lógica de diversificación de vinculaciones, tanto en
términos globales como dentro de Asia, donde –entre otras consideraciones-
parece conveniente, tanto en lo económico como en la política exterior,
introducir cierto equilibrio frente al énfasis en el desarrollo de las relaciones con
China.
Considerando la diversidad y heterogeneidad de las economías que integran
ASEAN, una estrategia bien diseñada ofrece múltiples espacios
complementarios en los ámbitos comerciales, de inversiones y de cooperación
técnica y económica. La elaboración y concreción de iniciativas de cooperación
orientadas a las economías menos avanzadas y en transición representan un
elemento valioso para validarse como interlocutor de ASEAN en su conjunto.
Resulta interesante ver que se han ido abriendo espacios de diálogo y
cooperación interregional entre ASEAN y América Latina, como el ASEAN-Latin
Business Forum, gestado al alero del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), y la ASEAN Foundation, que permiten un intercambio inicial sobre temas
de gran proyección como el crecimiento verde, el desarrollo de capacidades
humanas, el apoyo a pequeñas y medianas empresas, y la evaluación de
iniciativas comunes en los campos de seguridad alimentaria, desarrollo de
infraestructura y seguridad energética.
Una estrategia latinoamericana realista y pragmática hacia el SEA debería
considerar tanto a los países de la subregión como la entidad de cooperación e
integración subregional ASEAN. En nuestra opinión, en el futuro próximo, el
centro de gravedad de los procesos políticos debería seguir encontrándose en
los países miembros más que en ASEAN. No obstante, debe reconocerse que
esta organización ha ido ganando cierta significación en la medida que ha
existido la voluntad política para que tenga cierto desarrollo institucional,
expresado entre otros aspectos en una Carta, en una Secretaría en alguna
medida fortalecida, y en un proceso de Cumbres subregionales periódicas.
De manera ideal, una política hacia ASEAN debería llegar a beneficiarse –a
mediano plazo- de un “círculo virtuoso” entre lo intergubernamental y lo
subregional: las políticas exteriores hacia ASEAN como entidad subregional
deberían fortalecer el posicionamiento nacional frente a los gobiernos de la
región, y las relaciones más desarrolladas con los gobiernos deberían
favorecer la consolidación de vínculo a nivel de la subregión.
Con el ánimo de no repetir temas muchas veces tratados, no nos referimos en
este informe a las tantas veces mencionados obstáculos al desarrollo de
relaciones entre América Latina y el Este de Asia: lejanía geográfica, falta de
tradición de relaciones, brecha cultural, etc. Es evidente que estos factores
tienen cierta incidencia, pero una estrategia de aproximación al área ASEAN
supone la voluntad gubernamental de superar obstáculos como los
mencionados.
Los aspectos más relevantes son, a nuestro juicio, los siguientes:
A. Fortalecer las representaciones diplomáticas
El fortalecimiento de la red de misiones diplomáticas debe ser un factor de
primera importancia en una estrategia colombiana de acercamiento al área
ASEAN.
Dado que los recursos que Colombia puede destinar a este objetivo a lo mejor
son limitados y se hacen necesario priorizar los países donde operan misiones
residentes y concurrencias desde otras capitales.
Consideramos que los países prioritarios en una estrategia de aproximación
diplomática y comercial al área ASEAN deberían contar con misiones
residentes y oficinas comerciales. En nuestra opinión, estos países son (1)
Indonesia, sin duda el país más importante de la subregión en términos de
tamaño, de gravitación político-diplomática, dimensiones de la economía y
potencial de desarrollo. Indonesia es miembro del G-20 y es la voz de ASEAN
en esta instancia; (2) Singapur, la ciudad-Estado de alto nivel de desarrollo que
opera como centro comercial, financiero, logístico, científico-tecnológico y
educacional del SEA, todo lo cual compensa con creces su reducido tamaño; y
(3) Tailandia, el principal país del SEA continental, que tiene una economía
emergente de considerable potencial, y puede considerarse como “puerta de
entrada” a los nuevos miembros de ASEAN (Laos, Camboya y Myanmar), así
como a Vietnam.
De acuerdo a la información que consta en el sitio web del Ministerio de
Relaciones Exteriores de Colombia, las misiones residentes en el SEA se
encuentran en Indonesia y Malasia. Al respecto, nos parece que una estrategia
colombiana de aproximación hacia el área ASEAN sería recomendable y
esencial, considerar el pronto establecimiento de una misión residente en
Singapur, lo que implicaría poner término a la concurrencia desde Tokio.
Pensamos que dicha concurrencia no permite desarrollar todo el dinámico
potencial de la relación bilateral con la ciudad-Estado, y tampoco nos parece
eficiente (la distancia aérea es de más de 5.300 kilómetros, por tanto los viajes
son siempre largos y costosos).
De acuerdo con las prioridades planteadas, estimamos que también sería muy
recomendable establecer una Embajada en Tailandia. De acuerdo a
informaciones verbales tailandesas y de otras fuentes, no confirmadas, la
apertura de la embajada colombiana en Bangkok estaría resuelta y en vías de
implementación, lo que consideraríamos positivo en el contexto de nuestro
planteamiento. Una eventual apertura en Singapur y la inminente apertura en
Bangkok, sin que se cerrara la embajada en Kuala Lumpur, dejaría a Colombia
con cuatro misiones residentes en el SEA, lo que a nuestro juicio sería
suficiente para cubrir el área ASEAN en una primera etapa de aproximación a
la zona.
Asimismo, nos parece que sería recomendable que se considerara
reestructurar el régimen de concurrencias diplomáticas para Laos, Camboya,
Myanmar y Brunei, en nuestros días a cargo de la Misión de Colombia ante
Naciones Unidas en Nueva York. Creemos que sería más efectivo para un
acercamiento al SEA establecer concurrencias en los países mencionados
desde los países del SEA donde operan u operarán misiones residentes, que
permitan a los embajadores respectivos realizar visitas periódicas a dichos
países. Dichas concurrencias podrían darse desde Yakarta, Kuala Lumpur,
Bangkok, y ojalá en un futuro próximo, desde Singapur.
En una etapa posterior de acercamiento al área ASEAN, cabría considerar la
apertura de embajadas en al menos dos países adicionales, que en nuestra
opinión deberían ser Filipinas y Vietnam. Mientras Colombia no tenga
embajada en Manila, la concurrencia respectiva debería establecerse desde
Bangkok más que desde Seúl, ya que la embajada en Tailandia tendrá un
expertise en temas del Sudeste Asiático que no es exigible de la embajada en
Corea.
En una tercera etapa, cabría estudiar el reemplazo de la relación concurrente
con Myanmar por el establecimiento de una embajada en ese país, ubicado en
una zona de transición entre el SEA y el Sur de Asia.
B. Considerar la acreditación de un Embajador ante ASEAN
La Carta de ASEAN, en su artículo 46, contempla la acreditación de
representaciones diplomáticas ante la organización. Una estrategia de
aproximación a ASEAN podría incluir consultas con los países miembros y la
Secretaría ASEAN sobre esta opción, las que en caso de tener resultado
positivo permitirían contar con representación directa ante el organismo,
responsabilidad que a lo mejor debería corresponder al embajador de Colombia
en Indonesia.
A mediano plazo, Colombia podría plantear una aspiración a acceder a la
condición de “Dialogue Partner” de ASEAN (ello constituiría, sin duda, un
considerable “upgrade” de las relaciones), para lo cual requeriría realizar
consultas adicionales, y firmar el Tratado de Amistad y Cooperación en
ASEAN.
Al respecto es preciso señalar que por ahora prevalece cierto grado de
incertidumbre, dado que los miembros de ASEAN al parecer se inclinan por
revisar los compromisos de la entidad en materia de diálogos institucionales.
No debe descartarse que en un eventual proceso de consultas ASEAN no
tuviera mayor interés en un diálogo regular con estados latinoamericanos
individuales, pero que pudiera tenerlo con instancias colectivas, como podrían
ser la Alianza del Pacífico o CELAC.
En el caso particular de la Alianza del Pacífico, pensamos que existiría una
afinidad natural por parte de ASEAN con una entidad subregional orientada a la
profundización de la integración comercial, manteniendo sus miembros plena
libertad para desarrollar una política comercial de apertura hacia el resto del
mundo.
C. Desarrollar una activa política de visitas bilaterales
En estrecha relación con los puntos anteriores y los que se plantean a
continuación, sería muy positiva la programación por vía diplomática de visitas
a países del área ASEAN, así como a la Secretaría ASEAN, a nivel ministerial.
Dichas visitas permitirían tener más conversaciones a un alto nivel político, que
podrían ser seguidas por visitas ministeriales de países ASEAN a Colombia, las
que a su vez podrían dar lugar a futuras visitas, en ambas direcciones, a nivel
presidencial y de primeros ministros. De esta manera se fortalecería el
necesario componente de voluntad política para el acercamiento entre
Colombia y el área ASEAN.
D. Trabajar en conjunto con el sector privado y explorar posibles nuevos
TLC
Una estrategia de acercamiento al área ASEAN será más efectiva, y tendrá
mayor repercusión en el ámbito interno de Colombia, en la medida que se base
en la acción mancomunada del gobierno y del sector privado, en especial de
las organizaciones empresariales de amplia convocatoria, como la ANDI y la
Cámara de Comercio de Bogotá.
La oportuna transmisión de información relevante hacia las entidades del sector
privado puede motivar a éste a aprovechar oportunidades, como el
establecimiento de nuevos contactos y la participación en eventos de interés
empresarial. Como ya señaláramos, existe un espacio de diálogo económico
de ASEAN con América Latina, al que se suma, por ejemplo, el encuentro de
negocios destinado al ámbito latinoamericano, “Latin Biz” o Latin America –
Asia Business Forum (www.latinasiabiz.com), que organiza Singapur desde el
año 2004, que podría tener una más amplia participación, de la que podrían
generarse nuevas iniciativas comerciales y de inversión.
La incorporación de representaciones del sector privado a delegaciones
oficiales presidenciales y ministeriales en visitas a países ASEAN permitiría
organizar eventos público-privados con las contrapartes del SEA, potenciando
las relaciones directas de mutuo interés. De forma eventual, en algunos de
estos encuentros podría plantearse la posibilidad de negociar tratados de libre
comercio. Consideramos que en el área ASEAN podrían darse escenarios de
este tipo en Singapur, Malasia, y a lo mejor Tailandia y Vietnam.
La negociación de un tratado de libre comercio con Singapur es una aspiración
realista, considerando la activa política comercial desplegada por este país en
la última década. Aparte de los acuerdos de que participa en el marco de
ASEAN, se suman los tratados negociados en América Latina con Chile,
Panamá y Perú. Singapur es además el principal destino de las exportaciones
de Colombia al SEA, donde sin duda ya está ejerciendo las funciones de
plataforma comercial y centro logístico. Esta ciudad-estado concentra el 77,3%
de las exportaciones colombianas al ASEAN registradas en los últimos 5 años.
La naturaleza complementaria de las relaciones económicas bilaterales
facilitaría la negociación de un acuerdo comprensivo para el comercio de
bienes, en tanto que la calidad de Singapur como centro estratégico regional en
los sectores de servicios permite aspirar a un tratado ambicioso en estas
materias.
Malasia es el otro país que se destaca por su activa política comercial. En
América Latina, tiene un tratado con Chile, y está negociando, junto a Singapur,
el acuerdo TPP en el que también participan Perú y México.
E. Fomentar las relaciones académicas
En el área ASEAN existe una serie de instituciones académicas de excelente
calidad, que en sus países son líderes de opinión en los asuntos de las
respectivas agendas internacionales. Por ello, establecer y mantener relaciones
de centros académicos colombianos con dichas instituciones puede contribuir
de manera significativa al acercamiento a cada país. Entre las acciones
específicas que deberían contemplarse se cuentan las visitas de académicos a
dichos centros, la participación en seminarios y conferencias, y las invitaciones
a eventos académicos en Colombia, así como a publicar material académico de
los centros de ASEAN en revistas y medios informativos impresos y
electrónicos de Colombia.
Algunas de las instituciones más relevantes son, entre otras, el Center for
Strategic and International Studies (CSIS) de Indonesia, el Institute of Strategic
and International Studies (ISIS) de Malasia, el Institute of Southeast Asian
Studies (ISEAS) y el Institute of Policy Studies (IPS) de Singapur, la Academia
de Ciencias Sociales (VASS) de Vietnam, y las universidades Chulalongkorn y
Thammasat de Tailandia. Importantes personalidades de los países del SEA
están vinculadas a instituciones como las nombradas. Estos intelectuales
públicos suelen ser actores de considerable influencia, cuyas opiniones pesan
de forma significativa en los gobiernos de los países respectivos a la hora de
las decisiones acerca de orientaciones estratégicas en el ámbito de las
relaciones exteriores. Por esta razón, los recursos que se asignen a este
ámbito de actividad pueden ser inversiones con altos retornos en el contexto de
una diplomacia de acercamiento al SEA.
F. Potenciar la participación en las redes del Pacífico
Las redes del Pacífico son relevantes en una estrategia de acercamiento a
ASEAN considerando la importante presencia en ellas de delegaciones de los
respectivos países, que permite reforzar los contactos con estos.
Si bien Colombia no es miembro de APEC, la principal red de cooperación de
la región Asia-Pacífico, hay instancias de APEC abiertas a la participación
colombiana, como ciertos grupos de trabajo, la conferencia anual del APEC
Study Centers Consortium (ASCC), que se reunirá el 2013 en Indonesia, y la
conferencia empresarial APEC CEO Summit. En estos encuentros ya se ha
dado cierta participación colombiana, que ha sido evaluada de forma positiva,
por lo que cabría insistir en la importancia de aumentarla.
Colombia participa de manera regular en la influyente red Pacific Economic
Cooperation Council (PECC), una instancia que al igual que las ya
mencionadas podría potenciarse. Pasos conducentes a este fin serían la
incorporación efectiva de representantes colombianos a distintos proyectos y
grupos de trabajo de PECC y la realización en Colombia de reuniones
institucionales de PECC, como sería una sesión del Comité Permanente y una
Reunión General (PECC General Meeting, GM).
En 1996, el Comité Permanente PECC (SC) se reunió en Cartagena de Indias
bajo la presidencia de Chile (en la persona de Edgardo Boeninger). Dicha
conferencia todavía se recuerda como un encuentro de alta calidad temática,
muy buena convocatoria (78 delegados de 19 países o “economías”),
impecable organización y brillante marco cultural y social. Pensamos que sería
muy positivo para el fin de un acercamiento a ASEAN que las autoridades de
Colombia consideraran reeditar tan excelente experiencia, en una fecha
oportuna a partir del año 2014, para lo cual se requeriría realizar lo más pronto
posible consultas con los co-presidentes de PECC, Donald Campbell (Canadá)
y Jusuf Wanandi (Indonesia).
Una meta más ambiciosa, pero factible en el marco de una decisión política de
elevar el perfil nacional frente a la región Asia-Pacífico, sería realizar un PECC
General Meeting. Mientras una sesión del SC dura dos días y congrega
alrededor de 60-80 delegados, un GM tiene un tamaño de 400 delegados,
incluye una sesión del SC, y dura en total unos tres días. Hasta la fecha, se ha
realizado solo una Reunión General PECC en América Latina (PECC XII,
Santiago, 30 de septiembre a 2 de octubre 1997). De este modo, Colombia
podría contribuir a superar el estancamiento del rol de América Latina en la red
PECC, lo que le reportaría importantes beneficios en términos de un mayor
“status” e influencia frente a contrapartes asiáticas y otros partícipes en esta
importante red.
G. Revitalizar el FOCALAE
El Foro de Cooperación entre América Latina y el Este de Asia es una instancia
valiosa, que tanto los países latinoamericanos como los asiáticos no han
aprovechado suficiente como vía de diálogo y cooperación. Una iniciativa
colombiana en ese sentido, concertada y coordinada con otros países
miembros, podría ser una valiosa vía de acercamiento interregional, que podría
contribuir a impulsar las relaciones de Colombia con el área ASEAN.
H. Impulsar el avance de la Alianza del Pacífico
Otra vía de acercamiento para el acercamiento colombiano al área ASEAN
puede ser la Alianza del Pacífico, una vía cooperativa de un grupo de países
latinoamericanos ribereños del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile, junto
a Costa Rica y Panamá como observadores), que puede ser útil en el futuro
próximo para impulsar de manera colectiva las políticas de cada uno de los
miembros frente a contrapartes asiáticas. Decimos “en el futuro próximo” en el
entendido que la Alianza tiene que dar prioridad a lograr acuerdos específicos
entre sus miembros en materia de libre circulación de bienes, servicios,
capitales y personas, que puedan ser exhibidos ante potenciales interlocutores
asiáticos (y de otras partes del mundo) como “credenciales” para validar una
diplomacia colectiva de la Alianza ante estos.
I. Proyectar “soft power” colombiano
El rico acervo cultural y artístico colombiano y el dinamismo de la sociedad,
expresados en la literatura, las artes plásticas, los medios audiovisuales, el
periodismo, el deporte, etc., llevados al exterior por medio de una activa
diplomacia cultural, pueden ser los mejores aliados de la diplomacia política y
económica para un acercamiento al área ASEAN. Esta diplomacia tiene el
potencial de ejercer la influencia conocida como “soft power”, que permite
cerrar brechas de desconocimiento, superar prejuicios, estimular percepciones
positivas y ganar interlocutores valiosos en las sociedades civiles de los países
del SEA. Una estrategia de “soft power” sería funcional a los objetivos de
acercamiento que persiguen las autoridades de Colombia, porque apuntaría a
fomentar en las contrapartes potenciales del área ASEAN las actitudes y
predisposiciones favorables que pueden motivarlas a responder de forma
positiva a iniciativas de contenido político y económico.
ANEXO ESTADÍSTICO
Cuadro No. 1
Mundo ND 838,252 661,681 838,028 946,179 ND
Estados Unidos 334,026 338,572 245,472 309,752 365,976 2.3%
América Latina 125,596 151,941 111,472 142,871 174,388 8.6%
UE (27) 103,392 115,370 80,206 99,166 127,293 5.3%
Este de Asia 79,467 89,844 87,403 128,341 154,153 18.0%
Exportaciones China 36,419 39,557 45,247 67,424 86,292 24.1%
Taiwán 3,646 7,450 5,629 11,494 5,848 12.5%
Hong Kong 2,813 3,188 3,523 3,527 4,114 10.0%
Japón 18,121 18,072 14,228 20,710 25,916 9.4%
Corea 8,889 9,586 8,480 11,439 14,591 13.2%
ASEAN 9,579 11,991 10,296 13,747 17,392 16.1%
Mundo ND 822,325 621,697 803,901 974,073 ND
Estados Unidos 220,181 256,121 195,489 245,524 302,743 8.3%
América Latina 127,508 154,456 115,601 143,866 144,184 3.1%
UE (27) 93,253 115,707 89,422 110,195 133,161 9.3%
Este de Asia 159,076 197,721 158,925 221,278 258,893 12.9%
Importaciones China 69,357 93,593 79,788 117,183 142,060 19.6%
Taiwán 10,972 14,309 9,694 11,333 12,149 2.6%
Hong Kong 3,291 3,733 2,369 2,644 3,483 1.4%
Japón 30,277 34,536 24,298 32,352 34,849 3.6%
Corea 23,790 26,814 21,486 29,564 32,595 8.2%
ASEAN 21,389 24,736 21,290 28,202 33,757 12.1%
Fuente: Trademap
2007 2008 2009 2010 2011Tasa Crecimiento
Annual (2007-2011)
ND: Cifra no disponible
AMÉRICA LATINA: COMERCIO CON EL MUNDO, 2007 - 2011
(En millones de dólares y porcentajes)
Cuadro No.2
China Japón Corea ASEAN ASEAN +3
Argentina ND ND ND ND ND
Brasil 44,315 9,473 4,694 9,345 67,827
Chile 18,601 9,009 4,448 1,425 33,483
Paraguay 30 52 12 105 199
Uruguay 674 10 30 139 853
Bolivia 332 540 419 6 1,297
Colombia 1,989 526 276 383 3,174
Ecuador 192 349 30 97 668
Exportaciones Perú 6,961 2,175 1,695 531 11,362
Venezuela 476 6 4 4 490
Costa Rica 213 90 42 257 602
El Salvador 2 49 28 16 95
Guatemala 30 187 122 56 395
Honduras 91 47 80 2 220
México 5,965 2,257 1,522 1,275 11,019
Nicaragua 17 23 29 5 74
Panamá 40 290 45 41 416
China Japón Corea ASEAN ASEAN +3
Argentina ND ND ND ND ND
Brasil 32,788 7,872 10,097 8,399 59,156
Chile 12,695 2,957 2,730 1,386 19,768
Paraguay 3,651 395 217 184 4,447
Uruguay 1,107 69 196 127 1,499
Bolivia 946 588 66 105 1,705
Colombia 8,176 1,438 1,234 1,141 11,989
Ecuador 3,327 901 947 653 5,828
Importaciones Perú 6,321 1,309 1,491 1,049 10,170
Venezuela 4,355 506 292 552 5,705
Costa Rica 1,528 689 218 240 2,675
El Salvador 481 207 115 108 911
Guatemala 1,144 304 369 269 2,086
Honduras 668 171 94 147 1,080
México 52,248 16,493 13,664 13,800 96,205
Nicaragua 464 145 91 84 784
Panamá 5,713 499 453 4,206 10,871
Fuente: Trademap
ND: Cifra no disponible
AMÉRICA LATINA: COMERCIO CON EL ESTE DE ASIA, 2011
(En millones de dólares)
Cuadro No. 3
_______________________________________________________________
(*) Este informe fue preparado para la Academia Diplomática de San Carlos – Centro de Pensamiento Estratégico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Asimismo, este trabajo contó con la valiosa colaboración del Dr. Hernán Gutiérrez, del Departamento de Estudios de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON), del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. DIRECON no tiene vinculación institucional alguna con la elaboración del presente estudio. Por último, el autor es abogado, Ph.D. en Ciencia Política (Universidad de Princeton), profesor titular del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y Director Ejecutivo de la Fundación Chilena del Pacífico.
2007 2008 2009 2010 2011 2007 - 2011
Brunei 0 11 3 111 92 217
Myanmar 0 0 0 0 8 8
Camboya 1 49 55 1,781 958 2,844
Indonesia 3,511 7,842 20,876 27,666 29,930 89,825
Laos 0 0 0 3 0 3
Exportaciones Malasia 3,120 4,733 5,507 51,096 14,084 78,540
Filipinas 7,423 7,346 6,807 9,075 7,750 38,401
Singapur 70,798 439,935 104,525 421,707 281,394 1,318,359
Tailandia 14,847 22,070 22,998 46,847 37,367 144,129
Viet Nam 468 3,464 9,042 9,094 11,361 33,429
ASEAN 100,168 485,450 169,813 567,380 382,944 1,705,755
Brunei 1 1 22 12 36 72
Myanmar 71 181 57 455 1,058 1,822
Camboya 378 794 984 2,491 5,751 10,398
Indonesia 134,248 128,555 106,859 122,927 198,409 690,998
Laos 16 36 100 65 97 314
Importaciones Malasia 160,542 173,916 107,675 139,171 214,360 795,664
Filipinas 13,136 11,785 8,359 12,456 22,183 67,919
Singapur 54,558 65,847 56,615 86,811 111,793 375,624
Tailandia 203,550 296,403 227,814 396,136 417,924 1,541,827
Viet Nam 42,491 65,884 61,464 94,058 169,783 433,680
ASEAN 608,991 743,402 569,949 854,582 1,141,394 3,918,318
Fuente: Trademap
COLOMBIA: COMERCIO CON ASEAN, 2007 - 2011
(En miles de dólares)
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