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“Aquí estoy ¡Envíame a mí!”
(Isaías 6:8)
Nueva Versión Internacional
Ver como Somos
“Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en
medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los
ejércitos”.
(Isaías 6:5)
“El año en que murió el rey Uzías, vi al Señor sentado en un majestuoso trono, y el borde de su manto llenaba el templo. Lo asistían poderosos serafines, cada uno tenía seis
alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies y con dos volaban”.
(Isaías 6:1–2)
Nueva Traducción Viviente
“Se decían unos a otros: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los
Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!». Sus voces sacudían el templo hasta los
cimientos, y todo el edificio estaba lleno de humo”.
(Isaías 6:3-4)
Nueva Traducción Viviente
Ver como Dios nos quiere Ver
“En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar.
Con ella me tocó los labios y me dijo: «Mira, esto ha tocado tus labios;
tu maldad ha sido borrada, y tu pecado, perdonado”
(Isaías 6:6–7)
Nueva Versión Internacional
Ver como es el Mundo
“Entonces oí la voz del Señor que decía: —¿A quién enviaré? ¿Quién irá por
nosotros?”
(Isaías 6:8a)
Nueva Versión Internacional
Ver como Dios nos quiere Usar
“Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”
(Isaías 6:8)
“Él dijo: —Ve y dile a este pueblo: »“Oigan bien, pero no entiendan; miren bien, pero no perciban.” Haz insensible el corazón de este pueblo; embota sus oídos y cierra sus ojos, no sea que vea con sus ojos, oiga con sus
oídos, y entienda con su corazón, y se convierta y sea sanado”.
(Isaías 6:9–10)
Nueva Versión Internacional
“Entonces exclamé: ¿Hasta cuándo, Señor? Y él respondió: «Hasta que las ciudades
queden destruidas y sin habitante alguno; hasta que las casas queden deshabitadas,
y los campos, asolados y en ruinas”
(Isaías 6:11)
Nueva Versión Internacional
“hasta que el Señor haya enviado lejos a todo el pueblo, y el país quede en total
abandono. Y si aún queda en la tierra una décima parte, ésta volverá a ser devastada.
Pero así como al talar la encina y el roble queda parte del tronco, esa parte es la
simiente santa.»
(Isaías 6:12–13)
Nueva Versión Internacional
Conclusión
La más grande habilidad es la
disponibilidad
Es una muestra de entrega y compromiso que Dios quiere usar para cumplir sus
propósitos
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