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TecnologíaTecnología
La generación de ‘cabezas bajadas’ amenaza la convivencia | P4
Galaxy S6 Edge Samsung presume de curvas | P34elEconomista
Revista mensual Revista mensual Revista mensual Revista mensual
15 de abril de 2015 15 de abril de 2015 15 de abril de 2015 15 de abril de 2015 |||| NNNNº 22º 22º 22º 22
Atontados con el móvil
TendenciasLa tableta mató al libro de cabecera | P14
ANTHONY GARNER
TecnologíaTecnología
La generación de ‘cabezas bajadas’ amenaza la convivencia | P4
Galaxy S6 Edge Samsung presume de curvas | P34elEconomista
Revista mensual Revista mensual Revista mensual Revista mensual
15 de abril de 2015 15 de abril de 2015 15 de abril de 2015 15 de abril de 2015 |||| NNNNº 22º 22º 22º 22
Atontados con el móvil
TendenciasLa tableta mató al libro de cabecera | P14
ANTHONY GARNER
2
Gracias por dedicar toda su atención a los teléfonos
Índice 4 Portada
El homo sapiens vuelve a encorvarse para mirar
atontado la pantalla de su smartphone todo el día
14 Tendencias
Y así fue como la tableta mató al libro de cabecera,
que poco a poco desaparece de la mesilla
18 Televisión
Cómo ver la tele de pago gratis desde la consola,
que quiere ser el centro del entretenimiento del hogar
28 Bazar
Porque madre no hay más que una y las hay techies a rabiar, repasamos lo último
de lo último para ellas
41 Videojuegos
El fontanero Mario y Donkey Kong regresan para
protagonizar juntos una nueva aventura de puzzles.
Así se hizo la portada de
34 Móviles
Analizamos a fondo el Samsung Galaxy S6 Edge,
con su pantalla curvada por ambos lados
GETTY
Edita: Editorial Ecoprensa S.A.
Presidente de Ecoprensa:
Alfonso de Salas
Vicepresidente: Gregorio Peña
Director Gerente: Julio Gutiérrez
Director Comercial:
Juan Pagán
Relaciones Institucionales:
Pilar Rodríguez
Subdirector de RRII:
Juan Carlos Serrano
Director de elEconomista:
Amador G. Ayora
Coord. Revistas Digitales:
Virginia Gonzalvor
Director de Tecnología: Antonio
Lorenzo (@antoniolorenzo)
Diseño: Pedro Vicente y
Elena Herrera
Fotografía: Pepo García
Infografía: Nerea Bilbao
Redacción: Carlos Bueno, Fabián
Cabello, Violeta Vidal y María
Delgado
Síguenos en
@eETecnologia
tecnologia@eleconomista.es
antonio.lorenzo@eleconomista.es
Hablar ante un auditorio de más
cuatro personas obliga al
ponente a esforzarse de forma
sobresaliente para ofrecer unos
mensajes que resulten más
sugerentes y atractivos que los
que circulan por los móviles. Es
el triste signo de los tiempos.
No lo pierdan de vistaNo lo pierdan de vistaNo lo pierdan de vistaNo lo pierdan de vista
2
Gracias por dedicar toda su atención a los teléfonos
Índice 4 Portada
El homo sapiens vuelve a encorvarse para mirar
atontado la pantalla de su smartphone todo el día
14 Tendencias
Y así fue como la tableta mató al libro de cabecera,
que poco a poco desaparece de la mesilla
18 Televisión
Cómo ver la tele de pago gratis desde la consola,
que quiere ser el centro del entretenimiento del hogar
28 Bazar
Porque madre no hay más que una y las hay techies a rabiar, repasamos lo último
de lo último para ellas
41 Videojuegos
El fontanero Mario y Donkey Kong regresan para
protagonizar juntos una nueva aventura de puzzles.
Así se hizo la portada de
34 Móviles
Analizamos a fondo el Samsung Galaxy S6 Edge,
con su pantalla curvada por ambos lados
GETTY
Edita: Editorial Ecoprensa S.A.
Presidente de Ecoprensa:
Alfonso de Salas
Vicepresidente: Gregorio Peña
Director Gerente: Julio Gutiérrez
Director Comercial:
Juan Pagán
Relaciones Institucionales:
Pilar Rodríguez
Subdirector de RRII:
Juan Carlos Serrano
Director de elEconomista:
Amador G. Ayora
Coord. Revistas Digitales:
Virginia Gonzalvor
Director de Tecnología: Antonio
Lorenzo (@antoniolorenzo)
Diseño: Pedro Vicente y
Elena Herrera
Fotografía: Pepo García
Infografía: Nerea Bilbao
Redacción: Carlos Bueno, Fabián
Cabello, Violeta Vidal y María
Delgado
Síguenos en
@eETecnologia
tecnologia@eleconomista.es
antonio.lorenzo@eleconomista.es
Hablar ante un auditorio de más
cuatro personas obliga al
ponente a esforzarse de forma
sobresaliente para ofrecer unos
mensajes que resulten más
sugerentes y atractivos que los
que circulan por los móviles. Es
el triste signo de los tiempos.
No lo pierdan de vistaNo lo pierdan de vistaNo lo pierdan de vistaNo lo pierdan de vista
3
editorialLevante la vista del móvil y mire a su alrededor
S í, hágase ese favor. Levante la vista del móvil y mire a su alrededor. Fíjese hasta dónde llegamos con tanta
pantallita a todas horas. Tome conciencia del peligro que representa esta creciente dependencia social del
artilugio que tenemos en el bolsillo y que consultamos casi a cada instante. Se está convirtiendo casi en un tic.
Una necesidad postiza que pide a gritos cierta mesura. Permítanos semejante confianza por el bien de una
sociedad que empieza a asustar. Y lo decimos precisamente desde una publicación que transpira tecnología por
sus poros. Todo surge de una apuesta entre los periodistas que damos vida a esta criatura que posiblemente esté
leyendo desde una tableta, un móvil o una pantalla de ordenador. “Os invito a cenar si un día viajáis en un vagón
de metro en el que no haya nadie enganchado a su móvil”. Eso sucedió hace un par de meses y todavía no he
perdido el desafío. Creo que lo tengo ganado, incluso cuando el coche transita medio vacío: siempre hay alguien
con la vista en el teléfono. El tiempo corre a mi favor. En las siguientes páginas nos mostramos críticos ante la
evolución de ese homo sapiens que consiguió erguirse después de cientos de miles de años y que ahora vuelve a
curvarse para mirar su terminal como si estuviera atraído por una fuerza maligna.
En la primera línea del reportaje principal de este número invitamos a que levante la mano el que haya
cambiado algunos de sus hábitos que produce la popularización abusiva de las pantallas. Leer y darse por aludido
será inmediato. Titulamos con atontados por las pantallas y denunciamos la gravedad de un asunto
aparentemente inofensivo. Vaya por delante nuestra devoción por las tecnologías y por el bendito poder de
Internet. Pero esto no nos frena en el empeño por contribuir a una sociedad más humanista, donde la gente se
mire a la cara y deje el móvil tranquilo cuando conversa con los amigos o cena en familia. Los nativos y los
inmigrantes digitales -casi todo el mundo, entre unos y otros- deben reconocer el grave sinsentido que supone que
la actividad compulsiva en las redes y en el Whatsapp se practica en soledad. Tantos talentos virtuales prometen
convertirse en analfabetos sociales. Hágase el favor, levante la vista del smartphone y mire al prójimo.
Al mundo le iría mejor si entre todos dedicásemos más tiempo a las relaciones personales que a las virtuales
3
editorialLevante la vista del móvil y mire a su alrededor
S í, hágase ese favor. Levante la vista del móvil y mire a su alrededor. Fíjese hasta dónde llegamos con tanta
pantallita a todas horas. Tome conciencia del peligro que representa esta creciente dependencia social del
artilugio que tenemos en el bolsillo y que consultamos casi a cada instante. Se está convirtiendo casi en un tic.
Una necesidad postiza que pide a gritos cierta mesura. Permítanos semejante confianza por el bien de una
sociedad que empieza a asustar. Y lo decimos precisamente desde una publicación que transpira tecnología por
sus poros. Todo surge de una apuesta entre los periodistas que damos vida a esta criatura que posiblemente esté
leyendo desde una tableta, un móvil o una pantalla de ordenador. “Os invito a cenar si un día viajáis en un vagón
de metro en el que no haya nadie enganchado a su móvil”. Eso sucedió hace un par de meses y todavía no he
perdido el desafío. Creo que lo tengo ganado, incluso cuando el coche transita medio vacío: siempre hay alguien
con la vista en el teléfono. El tiempo corre a mi favor. En las siguientes páginas nos mostramos críticos ante la
evolución de ese homo sapiens que consiguió erguirse después de cientos de miles de años y que ahora vuelve a
curvarse para mirar su terminal como si estuviera atraído por una fuerza maligna.
En la primera línea del reportaje principal de este número invitamos a que levante la mano el que haya
cambiado algunos de sus hábitos que produce la popularización abusiva de las pantallas. Leer y darse por aludido
será inmediato. Titulamos con atontados por las pantallas y denunciamos la gravedad de un asunto
aparentemente inofensivo. Vaya por delante nuestra devoción por las tecnologías y por el bendito poder de
Internet. Pero esto no nos frena en el empeño por contribuir a una sociedad más humanista, donde la gente se
mire a la cara y deje el móvil tranquilo cuando conversa con los amigos o cena en familia. Los nativos y los
inmigrantes digitales -casi todo el mundo, entre unos y otros- deben reconocer el grave sinsentido que supone que
la actividad compulsiva en las redes y en el Whatsapp se practica en soledad. Tantos talentos virtuales prometen
convertirse en analfabetos sociales. Hágase el favor, levante la vista del smartphone y mire al prójimo.
Al mundo le iría mejor si entre todos dedicásemos más tiempo a las relaciones personales que a las virtuales
GETTY
La cosa es seria. El uso compulsivo de los ‘smartphones’ define a una nueva generación
de cabezas bajadas. El ‘homo mobilis’ evoluciona hacia un mundo de analfabetos sociales
ANTONIO LORENZO
en portadaen portadaen portadaen portada
CAUTIVOS DE LAS PANTALLAS LAS PANTALLAS CAUTIVOS DE
GETTY
La cosa es seria. El uso compulsivo de los ‘smartphones’ define a una nueva generación
de cabezas bajadas. El ‘homo mobilis’ evoluciona hacia un mundo de analfabetos sociales
ANTONIO LORENZO
en portadaen portadaen portadaen portada
CAUTIVOS DE LAS PANTALLAS LAS PANTALLAS CAUTIVOS DE
Q ue levante la mano quien consulte su Whatsapp cuando se encuentra en
una reunión, comiendo en un restaurante o de visita en el cuarto de
baño. Quien eche un vistazo a sus redes sociales antes de pegar el ojo o
encienda su dispositivo cada dos por tres. Quien aparente cierta actividad por
puro disimulo. Quien teclee en sus cacharros un “ja, ja”, se palpe el bolsillo para
cerciorarse de que sale de casa con teléfono o se agobie cuando sólo le queda
un 30 por ciento de batería en su teléfono. Que alce el brazo de quien consulte
su smartphone cuando alguien al lado lo hace o responde mensajes en el
metro, autobús y hasta cuando viaja al volante. Que levante la mano
quien ya haya jubilado su libro de cabecera por la tableta, quien
camine por la calle mirando el paisaje de su pantalla, quien
detenga el mundo ante el silbido de un mensaje... o quien haya
olvidado la última vez que pasó 24 horas sin mirar su dichoso
gadget. Posiblemente muchos han levantado la mano y no han
tenido ocasión de bajarla durante este primer párrafo.
Basta con rebuscar en los hábitos de cada uno para
comprobar que el teléfono acapara la mayor cuota de atención de
las personas. Aunque parezca de locos, todo lo anterior es lo
normal. Algunos ya lo definen como la generación de las cabezas
bajadas. Los anglosajones, muy dados a poner nombres a todas las cosas,
ya han bautizado el fenómeno como phubbing, el acto de ignorar al prójimo por
atender el móvil. Dicen que el 87 por ciento de los jóvenes prefiere comunicarse
a través de mensajes antes que cara a cara. De la misma forma, crece una
generación que socializa con desconocidos con los que sólo comparte conexión
y red social, pero ningunea a quien tienen al lado. No necesitan hablar ni que
nadie les hable. Sólo sonríen en los selfies y exhiben su expresividad léxica a
golpe de emoticono.
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) asegura que un tercio de los
españoles (el 34 por ciento) se reconoce enganchado a los mensajes de
Whatsapp. La misma encuesta apunta que casi el 70 por ciento de
los españoles utiliza una aplicación de mensajería, de los que
casi la mitad mira los mensajes varias veces al día. Lo mismo
sucede con los teléfonos móviles, en manos del 93 por ciento
de los encuestados, dispositivos que el 40 por ciento de los
usuarios consulta de forma continua. El poder de atracción de
las redes sociales no es comparable al del Whatsapp o
smartphones, pese a que ya forman parte de la rutina diaria de
en portadaen portadaen portadaen portada Un grupo de adolescentes
cacharrean con sus
móviles en el
Rijksmuseum,
Ámsterdam. GIJSBERT
VAN DER WAL
Más
del 87% de los
jóvenes prefiere
‘guasapear’ al
cara a cara
Q ue levante la mano quien consulte su Whatsapp cuando se encuentra en
una reunión, comiendo en un restaurante o de visita en el cuarto de
baño. Quien eche un vistazo a sus redes sociales antes de pegar el ojo o
encienda su dispositivo cada dos por tres. Quien aparente cierta actividad por
puro disimulo. Quien teclee en sus cacharros un “ja, ja”, se palpe el bolsillo para
cerciorarse de que sale de casa con teléfono o se agobie cuando sólo le queda
un 30 por ciento de batería en su teléfono. Que alce el brazo de quien consulte
su smartphone cuando alguien al lado lo hace o responde mensajes en el
metro, autobús y hasta cuando viaja al volante. Que levante la mano
quien ya haya jubilado su libro de cabecera por la tableta, quien
camine por la calle mirando el paisaje de su pantalla, quien
detenga el mundo ante el silbido de un mensaje... o quien haya
olvidado la última vez que pasó 24 horas sin mirar su dichoso
gadget. Posiblemente muchos han levantado la mano y no han
tenido ocasión de bajarla durante este primer párrafo.
Basta con rebuscar en los hábitos de cada uno para
comprobar que el teléfono acapara la mayor cuota de atención de
las personas. Aunque parezca de locos, todo lo anterior es lo
normal. Algunos ya lo definen como la generación de las cabezas
bajadas. Los anglosajones, muy dados a poner nombres a todas las cosas,
ya han bautizado el fenómeno como phubbing, el acto de ignorar al prójimo por
atender el móvil. Dicen que el 87 por ciento de los jóvenes prefiere comunicarse
a través de mensajes antes que cara a cara. De la misma forma, crece una
generación que socializa con desconocidos con los que sólo comparte conexión
y red social, pero ningunea a quien tienen al lado. No necesitan hablar ni que
nadie les hable. Sólo sonríen en los selfies y exhiben su expresividad léxica a
golpe de emoticono.
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) asegura que un tercio de los
españoles (el 34 por ciento) se reconoce enganchado a los mensajes de
Whatsapp. La misma encuesta apunta que casi el 70 por ciento de
los españoles utiliza una aplicación de mensajería, de los que
casi la mitad mira los mensajes varias veces al día. Lo mismo
sucede con los teléfonos móviles, en manos del 93 por ciento
de los encuestados, dispositivos que el 40 por ciento de los
usuarios consulta de forma continua. El poder de atracción de
las redes sociales no es comparable al del Whatsapp o
smartphones, pese a que ya forman parte de la rutina diaria de
en portadaen portadaen portadaen portada Un grupo de adolescentes
cacharrean con sus
móviles en el
Rijksmuseum,
Ámsterdam. GIJSBERT
VAN DER WAL
Más
del 87% de los
jóvenes prefiere
‘guasapear’ al
cara a cara
6
La adicción a Internet comienza a preocupar en los países
más desarrollados. Para atender esta nueva patología
están proliferando las clínicas de desintoxicación en
Reino Unido, Estados Unidos y China. A base de
deporte, técnicas de relajación y mucha
comunicación, los especialistas pretenden
reforzar la autoestima de unos jóvenes que
acuden a sus centros completamente
absorbidos por las pantallas. La pérdida de las
habilidades sociales y los desafectos emocionales
provocados por la atracción de Internet ya es asunto de
preocupación de miles de familias víctimas de los usos más
perniciosos de los nuevos medios.
casi la mitad de la población, de los que la quinta parte se reconoce atrapada
por Facebook o Twitter. De la misma forma, el 34 por ciento de la población
utiliza tabletas y libros electrónicos, aunque sólo el 17 por ciento de ellos lo hace
a casi todas horas. Otro estudio de la Universidad de Baylor asegura que las
personas que pasan más tiempo con el móvil que la media también son más
propensas a la depresión y al mal humor.
Nativos e inmigrantes digitales actúan de la misma forma. Y esos dos
colectivos abarcan la práctica totalidad de la población. Podrían definirlo como
el homo mobilis, un descendiente avanzado del homo sapiens, aquel ser
humano que durante miles de años caminó erguido hasta que dejó de hacerlo
por un smartphone. Los cabezas bajadas han tomado el mundo y uno sólo
tiene que mirarse a sí mismo para reconocerse entre ellos.
Las referencias cinematográficas ya nos ponen sobre aviso. En Wall-E
retrataban a los humanos del futuro como obesos repantigados en tumbonas,
rodeados de pantallas que les impedían mirar a su entorno y les sorbían los
sesos. No estamos muy lejos de esa visionaria película infantil que en su
momento produjo Steve Jobs.
Cualquier duda se resuelve de un ‘Googelazo’ El futuro parece que avanza raudo por esa dirección ya que los niños
aprenden de los mayores y lo naturalizan sin la reflexión que deben hacer
los que crecieron de otra forma. Por todo lo anterior, los sociólogos
tienen mucho trabajo por delante. Los manuales de toda la vida
quedaron obsoletos ante la democratización de unas tecnologías
personales que dislocan la forma de ser y actuar de las personas.
Todo es más cómodo, más rápido, sin fronteras en los mundos
virtuales. Cualquier duda se resuelve de un googelazo. Un
tuit o un vídeo subido a Youtube es capaz de provocar
una revolución. Ambas cosas convergerán con
plataformas como Periscope, Meerkat o la española
Upclose, que permiten retransmitir vídeos en
streaming con absoluta interactividad.
Los expertos consultados consideran que la viralidad
de las comunicaciones rompe las reglas de juego y crea otras imprevisibles.
El quinto poder ya es el primero. Campa a sus anchas en Internet, marca las
tendencias y orienta el sentido de la marcha. Quien no quiera darse cuenta es
que vive en la inopia.
en portadaen portadaen portadaen portada El uso del móvil se
convierte en el ‘escudo
social’ más utilizado para
disimular la soledad.
EE
Clínicas de desintoxicación
EE6
La adicción a Internet comienza a preocupar en los países
más desarrollados. Para atender esta nueva patología
están proliferando las clínicas de desintoxicación en
Reino Unido, Estados Unidos y China. A base de
deporte, técnicas de relajación y mucha
comunicación, los especialistas pretenden
reforzar la autoestima de unos jóvenes que
acuden a sus centros completamente
absorbidos por las pantallas. La pérdida de las
habilidades sociales y los desafectos emocionales
provocados por la atracción de Internet ya es asunto de
preocupación de miles de familias víctimas de los usos más
perniciosos de los nuevos medios.
casi la mitad de la población, de los que la quinta parte se reconoce atrapada
por Facebook o Twitter. De la misma forma, el 34 por ciento de la población
utiliza tabletas y libros electrónicos, aunque sólo el 17 por ciento de ellos lo hace
a casi todas horas. Otro estudio de la Universidad de Baylor asegura que las
personas que pasan más tiempo con el móvil que la media también son más
propensas a la depresión y al mal humor.
Nativos e inmigrantes digitales actúan de la misma forma. Y esos dos
colectivos abarcan la práctica totalidad de la población. Podrían definirlo como
el homo mobilis, un descendiente avanzado del homo sapiens, aquel ser
humano que durante miles de años caminó erguido hasta que dejó de hacerlo
por un smartphone. Los cabezas bajadas han tomado el mundo y uno sólo
tiene que mirarse a sí mismo para reconocerse entre ellos.
Las referencias cinematográficas ya nos ponen sobre aviso. En Wall-E
retrataban a los humanos del futuro como obesos repantigados en tumbonas,
rodeados de pantallas que les impedían mirar a su entorno y les sorbían los
sesos. No estamos muy lejos de esa visionaria película infantil que en su
momento produjo Steve Jobs.
Cualquier duda se resuelve de un ‘Googelazo’ El futuro parece que avanza raudo por esa dirección ya que los niños
aprenden de los mayores y lo naturalizan sin la reflexión que deben hacer
los que crecieron de otra forma. Por todo lo anterior, los sociólogos
tienen mucho trabajo por delante. Los manuales de toda la vida
quedaron obsoletos ante la democratización de unas tecnologías
personales que dislocan la forma de ser y actuar de las personas.
Todo es más cómodo, más rápido, sin fronteras en los mundos
virtuales. Cualquier duda se resuelve de un googelazo. Un
tuit o un vídeo subido a Youtube es capaz de provocar
una revolución. Ambas cosas convergerán con
plataformas como Periscope, Meerkat o la española
Upclose, que permiten retransmitir vídeos en
streaming con absoluta interactividad.
Los expertos consultados consideran que la viralidad
de las comunicaciones rompe las reglas de juego y crea otras imprevisibles.
El quinto poder ya es el primero. Campa a sus anchas en Internet, marca las
tendencias y orienta el sentido de la marcha. Quien no quiera darse cuenta es
que vive en la inopia.
en portadaen portadaen portadaen portada El uso del móvil se
convierte en el ‘escudo
social’ más utilizado para
disimular la soledad.
EE
Clínicas de desintoxicación
EE
7
en portadaen portadaen portadaen portada
creciente uso del móvil hace más superficiales las relaciones humanas, frente al
85 por ciento de los austriacos y el 80 por ciento de los alemanes. Además, sólo
uno de cada cuatro consultados defiende la conveniencia de estar localizado y
accesible durante las 24 horas del día.
Pero hay más estudios que invitan a frotarse los ojos. El Instituto Forsa realizó
una consulta hace un año entre más de 600 jóvenes alemanes de entre 14 y 19
años para deslumbrar al mundo al asegurar que el 60 por ciento elegiría
prescindir de pareja antes que de móvil, porcentaje que se eleva al 70 por ciento
entre las mujeres.
Días atrás conmovió a la opinión pública británica las declaraciones de
una afamada psicoterapeuta infantil, Lynn Evans, que alertaba a los
padres sobre el grave riesgo que corren sus hijos por culpa de la
creciente adicción a Internet y los móviles. La doctora sugiere
que los menores permanezcan el mayor tiempo posible
alejados de los dispositivos, fuente permanente de
Su mensaje puede esperar
El asunto de las cabezas bajadas asusta a
ciertos organismos públicos. Es el caso del
Ayuntamiento de Murcia, que el pasado 1
de abril distribuyó cerca de 300 señales
de tráfico para advertir del grave riesgo
que supone cruzar por la calle
entretenidos con el móvil o escuchando
música. El riesgo de atropellos entre los
peatones abducidos por el móvil se
dispara el 40 por ciento respecto al resto.
Por lo pronto, el consistorio expondrá
sus mensajes pintados en 80 pasos
de cebra, con iconos y frases que
hagan pensar a las personas: ‘te
contesto luego’, ‘espera, voy a cruzar’.
Una investigación promovida
por la aerolínea Swiss asegura que
el 74 por ciento de los españoles se
siente desplazado por el móvil cuando está
en pareja, frente al 48 por ciento de los
franceses o el 43 por ciento de los italianos
y alemanes. El objetivo de la compañía suiza
consistía en concienciar a la población sobre la importancia de
prestar una mayor atención a las personas que nos rodean. Ante
ese empeño, el mismo informe sociológico arrojó ciertos porcentajes
curiosos: más de la mitad de los españoles no siente ningún reparo en
exponer el móvil sobre la mesa y atenderlo en caso de llamada o mensaje
mientras se come con familiares y amigos, porcentaje que se reduce al 14 por
ciento en Alemania, donde esa costumbre se considera una falta de respeto al
prójimo. Pero hay más datos, el 63 por ciento de los españoles considera que el
Una calle en
Washington
ofrece un carril
para los que
caminan con el
móvil . CLIFF
OWEN
7
en portadaen portadaen portadaen portada
creciente uso del móvil hace más superficiales las relaciones humanas, frente al
85 por ciento de los austriacos y el 80 por ciento de los alemanes. Además, sólo
uno de cada cuatro consultados defiende la conveniencia de estar localizado y
accesible durante las 24 horas del día.
Pero hay más estudios que invitan a frotarse los ojos. El Instituto Forsa realizó
una consulta hace un año entre más de 600 jóvenes alemanes de entre 14 y 19
años para deslumbrar al mundo al asegurar que el 60 por ciento elegiría
prescindir de pareja antes que de móvil, porcentaje que se eleva al 70 por ciento
entre las mujeres.
Días atrás conmovió a la opinión pública británica las declaraciones de
una afamada psicoterapeuta infantil, Lynn Evans, que alertaba a los
padres sobre el grave riesgo que corren sus hijos por culpa de la
creciente adicción a Internet y los móviles. La doctora sugiere
que los menores permanezcan el mayor tiempo posible
alejados de los dispositivos, fuente permanente de
Su mensaje puede esperar
El asunto de las cabezas bajadas asusta a
ciertos organismos públicos. Es el caso del
Ayuntamiento de Murcia, que el pasado 1
de abril distribuyó cerca de 300 señales
de tráfico para advertir del grave riesgo
que supone cruzar por la calle
entretenidos con el móvil o escuchando
música. El riesgo de atropellos entre los
peatones abducidos por el móvil se
dispara el 40 por ciento respecto al resto.
Por lo pronto, el consistorio expondrá
sus mensajes pintados en 80 pasos
de cebra, con iconos y frases que
hagan pensar a las personas: ‘te
contesto luego’, ‘espera, voy a cruzar’.
Una investigación promovida
por la aerolínea Swiss asegura que
el 74 por ciento de los españoles se
siente desplazado por el móvil cuando está
en pareja, frente al 48 por ciento de los
franceses o el 43 por ciento de los italianos
y alemanes. El objetivo de la compañía suiza
consistía en concienciar a la población sobre la importancia de
prestar una mayor atención a las personas que nos rodean. Ante
ese empeño, el mismo informe sociológico arrojó ciertos porcentajes
curiosos: más de la mitad de los españoles no siente ningún reparo en
exponer el móvil sobre la mesa y atenderlo en caso de llamada o mensaje
mientras se come con familiares y amigos, porcentaje que se reduce al 14 por
ciento en Alemania, donde esa costumbre se considera una falta de respeto al
prójimo. Pero hay más datos, el 63 por ciento de los españoles considera que el
Una calle en
Washington
ofrece un carril
para los que
caminan con el
móvil . CLIFF
OWEN
8
en portadaen portadaen portadaen portada
Lo llaman ‘phubbing’ y viene a ser la
fusión de dos términos anglosajones:
‘snubbing’ (desaire, insulto) y ‘phone’
(teléfono). El término se acuñó en 2007
en Australia, promovido por una agencia
de publicidad, para definir el acto de
ignorar a algún individuo por concentrar
toda la atención en el teléfono móvil.
Desde que se admitió dicha terminología
han proliferado los colectivos contrarios
a una tendencia, como el grupo
‘stopphubbing.com’. ‘Algunos activistas
de este movimiento social consideran
que el ‘phubbing’ representa “el principio
del fin de la humanidad”. El asunto es
serio. La gente se embrutece por culpa
de la tecnología móvil, convirtiéndose en
seres asociales en las distancias cortas.
“Imagínense a las parejas o matrimonios
de las próximas generaciones
‘charlando’ sin mirarse a la cara”. Si el
phubbing fuera una plaga afectaría a una
población próxima a siete veces los
habitantes de China. Existen otros datos
curiosos, como que el 97% de los
consultados considera que el sabor de la
comida es peor cuando se come
pendiente del ‘smartphone’. También
preocupan los motivos por los que la
gente sacrifica su vida social por atender
el móvil: Actualizar el estado, escribir
algo bueno sobre uno, googlear algo
sobre Chuck Norris, reírse de alguien
conocido o practicar algún juego
estúpido. Ante los efectos devastadores
del ‘phubbing’, los enemigos del
fenómeno hace tiempo que se movilizan
para salvar el mundo.
‘Phubbing’: ignorar al prójimo al estar enganchado al teléfono
EE
EEEE
EE
EEEE
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en portadaen portadaen portadaen portada
Lo llaman ‘phubbing’ y viene a ser la
fusión de dos términos anglosajones:
‘snubbing’ (desaire, insulto) y ‘phone’
(teléfono). El término se acuñó en 2007
en Australia, promovido por una agencia
de publicidad, para definir el acto de
ignorar a algún individuo por concentrar
toda la atención en el teléfono móvil.
Desde que se admitió dicha terminología
han proliferado los colectivos contrarios
a una tendencia, como el grupo
‘stopphubbing.com’. ‘Algunos activistas
de este movimiento social consideran
que el ‘phubbing’ representa “el principio
del fin de la humanidad”. El asunto es
serio. La gente se embrutece por culpa
de la tecnología móvil, convirtiéndose en
seres asociales en las distancias cortas.
“Imagínense a las parejas o matrimonios
de las próximas generaciones
‘charlando’ sin mirarse a la cara”. Si el
phubbing fuera una plaga afectaría a una
población próxima a siete veces los
habitantes de China. Existen otros datos
curiosos, como que el 97% de los
consultados considera que el sabor de la
comida es peor cuando se come
pendiente del ‘smartphone’. También
preocupan los motivos por los que la
gente sacrifica su vida social por atender
el móvil: Actualizar el estado, escribir
algo bueno sobre uno, googlear algo
sobre Chuck Norris, reírse de alguien
conocido o practicar algún juego
estúpido. Ante los efectos devastadores
del ‘phubbing’, los enemigos del
fenómeno hace tiempo que se movilizan
para salvar el mundo.
‘Phubbing’: ignorar al prójimo al estar enganchado al teléfono
EE
EEEE
EE
EEEE
en portadaen portadaen portadaen portada
trastornos debido a los contenidos incontrolados que circulan por la red. Según
sus datos, el número de intentos de suicidios de menores en los 80 oscilaba
entre uno y dos casos al año, mientras que en la actualidad se producen hasta
cuatro casos cada mes. “Algo está pasando”, asegura Lynn Evans. “El número
de personas que vienen a mi consulta ha aumentado y sus problemas
generalmente tienen que ver con el ordenador, Internet o los teléfonos
móviles”, alertó. Por todo lo anterior, la especialista recomienda a los
padres que alejen los smartphones de los pequeños para que
descubran divertimentos alejados de Internet, en la vida real.
“La mejor diversión del recreo es el móvil” El dato más reciente sobre edad media de inicio en la telefonía móvil,
realizada por el Instituto Nacional de Estadística, se sitúa entre los diez y
los doce años, aunque a buen seguro esa cifra pide a gritos una
actualización que seguramente rebajaría la titularidad del primer smartphone por
debajo de los 11 años. El mismo organismo recalca que el uso del móvil entre los
menores se incrementa con la edad, para llegar a extenderse a la práctica
totalidad de los adolescentes, de 15 y 16 años. “¿Qué vas a hacer en el recreo,
jugar al fútbol o cacharrear con el móvil?”, escuchó este periodista a un joven de
diez años recién cumplidos en la puerta de un colegio. Ni qué decir tiene
que el balón se quedó parado.
Charo Sádaba, profesora de Empresa Informativa y vicedecana de
investigación de la Facultad de Comunicación de la Universidad de
Navarra, destaca “la naturaleza pendular” de la condición humana.
“Pasamos de un extremo a otro, y ahora parece que estamos
en el lado donde manda la virtualidad de las comunicaciones y
relaciones”. Para buscar el equilibrio, la experta sugiere “incidir en
la educación” y en “aplicar la fuerza de la voluntad para escapar de
lo fácil”. En su opinión, “socializar con los demás como se ha
hecho toda la vida requiere de un esfuerzo que no se exige con el
móvil. Viene a ser como practicar deporte. Hacerlo de forma habitual
es costoso, requiere un adiestramiento de la voluntad, obliga a
renunciar a ciertas comodidades como quedarse en casa sentado, pero no
podemos permitirnos el lujo de no intentarlo”.
Sádaba reflexiona sobre la contribución del móvil o la mensajería instantánea
como elementos que contrarrestan la soledad de los individuos. “El dispositivo se
convierte en una especie de escudo protector que nos ayuda a vivir en soledad,
hasta el punto de que se convierte en un inhibidor de las relaciones sociales y
De
media, una
persona consulta su
móvil 36 veces en
un restaurante
en portadaen portadaen portadaen portada
trastornos debido a los contenidos incontrolados que circulan por la red. Según
sus datos, el número de intentos de suicidios de menores en los 80 oscilaba
entre uno y dos casos al año, mientras que en la actualidad se producen hasta
cuatro casos cada mes. “Algo está pasando”, asegura Lynn Evans. “El número
de personas que vienen a mi consulta ha aumentado y sus problemas
generalmente tienen que ver con el ordenador, Internet o los teléfonos
móviles”, alertó. Por todo lo anterior, la especialista recomienda a los
padres que alejen los smartphones de los pequeños para que
descubran divertimentos alejados de Internet, en la vida real.
“La mejor diversión del recreo es el móvil” El dato más reciente sobre edad media de inicio en la telefonía móvil,
realizada por el Instituto Nacional de Estadística, se sitúa entre los diez y
los doce años, aunque a buen seguro esa cifra pide a gritos una
actualización que seguramente rebajaría la titularidad del primer smartphone por
debajo de los 11 años. El mismo organismo recalca que el uso del móvil entre los
menores se incrementa con la edad, para llegar a extenderse a la práctica
totalidad de los adolescentes, de 15 y 16 años. “¿Qué vas a hacer en el recreo,
jugar al fútbol o cacharrear con el móvil?”, escuchó este periodista a un joven de
diez años recién cumplidos en la puerta de un colegio. Ni qué decir tiene
que el balón se quedó parado.
Charo Sádaba, profesora de Empresa Informativa y vicedecana de
investigación de la Facultad de Comunicación de la Universidad de
Navarra, destaca “la naturaleza pendular” de la condición humana.
“Pasamos de un extremo a otro, y ahora parece que estamos
en el lado donde manda la virtualidad de las comunicaciones y
relaciones”. Para buscar el equilibrio, la experta sugiere “incidir en
la educación” y en “aplicar la fuerza de la voluntad para escapar de
lo fácil”. En su opinión, “socializar con los demás como se ha
hecho toda la vida requiere de un esfuerzo que no se exige con el
móvil. Viene a ser como practicar deporte. Hacerlo de forma habitual
es costoso, requiere un adiestramiento de la voluntad, obliga a
renunciar a ciertas comodidades como quedarse en casa sentado, pero no
podemos permitirnos el lujo de no intentarlo”.
Sádaba reflexiona sobre la contribución del móvil o la mensajería instantánea
como elementos que contrarrestan la soledad de los individuos. “El dispositivo se
convierte en una especie de escudo protector que nos ayuda a vivir en soledad,
hasta el punto de que se convierte en un inhibidor de las relaciones sociales y
De
media, una
persona consulta su
móvil 36 veces en
un restaurante
en portadaen portadaen portadaen portada
supone un grave riesgo en cuanto a la infinidad de oportunidades perdidas de
las personas que no levantan la vista del smartphone”. Según explica, “consultar
el móvil justifica que estamos solos y nos hace sentirnos más seguros: es más
cómodo que ponerse a hablar con el resto de las personas, lo mismo puede
ocurrir al escuchar música con unos auriculares o al leer un libro”. En su opinión,
“el problema no es de la tecnología, que puede generar adicción, sino de
nuestras propias actitudes”.
Conectados con amigos, pero en profunda soledad Elena Bragado, directora general de la Fundación Alia2, entidad sin ánimo de
lucro que trabaja para proteger los derechos de los menores en Internet, llama la
atención sobre el “cambio radical en la forma de relacionarse de los jóvenes” por
culpa de la mensajería móvil. Tanto mayores como menores debemos darnos
cuenta de que “cuando nos encontramos en las redes sociales es el momento
en el que estamos más solos, pese a que tengamos un montón de amigos
siempre conectados”. Con vistas al desarrollo profesional, “veremos una
generación de personas acostumbradas a comunicarse con mensajes escritos,
lo que por un lado favorecerá el teletrabajo, pero por otro parte amenaza con
individuos incapaces de relacionarse personalmente con sus compañeros
en el ámbito laboral”, añade Bragado.
En el caso de los jóvenes, percibimos que “su habitación es su
mundo, que es el lugar donde se sienten más cómodos, lejos de la
calle, sin relacionarse con nadie al margen de los medios digitales y
todo eso empobrece a las personas”, indica la experta. Lo anterior
obliga a cambiar ciertas costumbres en los mayores, como por ejemplo,
“ya no tiene sentido castigar a un menor sin dejarle salir de su habitación,
porque es lo que muchos de ellos están deseando hacer”. La responsable
de la Fundación Alia2 propone “explicar a los jóvenes los riesgos de las
tecnologías, ofrecer alternativas de ocio al aire libre, predicar con el ejemplo y
controlar el tiempo que los jóvenes utilizan el móvil”. En su opinión, un gran
Las familias desconectadas están
más conectadas. El mensaje forma
parte de la campaña de publicidad
australiana de la pasta ‘Dolmio’,
protagonizada por ‘Pepper
Hacker’, un inhibidor de señales
‘WiFi’, 4G y ‘Bluetooth’ para uso
doméstico, además de
dispensador del condimento.
Basta con girar levemente el
molinillo de pimenta fresca que
oculta dicho artilugio para que la
conectividad desaparezca al
instante. Cuando eso sucede, no
queda otro remedio que advertir la
presencia de otras personas bajo
el mismo techo, conversar con el
que está al lado, mirar a los ojos al
prójimo y recuperar la
socialibilidad que desde siempre
han formado parte de la vida de las
familias. “Creemos que las
comidas compartidas con
familiares y amigos a menudo se
distraen con la misma tecnología
que se supone que nos acerca, por
lo que hemos creado el hacker
pimienta Dolmio para ayudarnos a
conectar con la gente delante de
nosotros”, dijo Richard Stear,
director de marketing de Marte
Food Australia.
Las familias ‘desconectadas’ están más unidas
ISTOCK
en portadaen portadaen portadaen portada
supone un grave riesgo en cuanto a la infinidad de oportunidades perdidas de
las personas que no levantan la vista del smartphone”. Según explica, “consultar
el móvil justifica que estamos solos y nos hace sentirnos más seguros: es más
cómodo que ponerse a hablar con el resto de las personas, lo mismo puede
ocurrir al escuchar música con unos auriculares o al leer un libro”. En su opinión,
“el problema no es de la tecnología, que puede generar adicción, sino de
nuestras propias actitudes”.
Conectados con amigos, pero en profunda soledad Elena Bragado, directora general de la Fundación Alia2, entidad sin ánimo de
lucro que trabaja para proteger los derechos de los menores en Internet, llama la
atención sobre el “cambio radical en la forma de relacionarse de los jóvenes” por
culpa de la mensajería móvil. Tanto mayores como menores debemos darnos
cuenta de que “cuando nos encontramos en las redes sociales es el momento
en el que estamos más solos, pese a que tengamos un montón de amigos
siempre conectados”. Con vistas al desarrollo profesional, “veremos una
generación de personas acostumbradas a comunicarse con mensajes escritos,
lo que por un lado favorecerá el teletrabajo, pero por otro parte amenaza con
individuos incapaces de relacionarse personalmente con sus compañeros
en el ámbito laboral”, añade Bragado.
En el caso de los jóvenes, percibimos que “su habitación es su
mundo, que es el lugar donde se sienten más cómodos, lejos de la
calle, sin relacionarse con nadie al margen de los medios digitales y
todo eso empobrece a las personas”, indica la experta. Lo anterior
obliga a cambiar ciertas costumbres en los mayores, como por ejemplo,
“ya no tiene sentido castigar a un menor sin dejarle salir de su habitación,
porque es lo que muchos de ellos están deseando hacer”. La responsable
de la Fundación Alia2 propone “explicar a los jóvenes los riesgos de las
tecnologías, ofrecer alternativas de ocio al aire libre, predicar con el ejemplo y
controlar el tiempo que los jóvenes utilizan el móvil”. En su opinión, un gran
Las familias desconectadas están
más conectadas. El mensaje forma
parte de la campaña de publicidad
australiana de la pasta ‘Dolmio’,
protagonizada por ‘Pepper
Hacker’, un inhibidor de señales
‘WiFi’, 4G y ‘Bluetooth’ para uso
doméstico, además de
dispensador del condimento.
Basta con girar levemente el
molinillo de pimenta fresca que
oculta dicho artilugio para que la
conectividad desaparezca al
instante. Cuando eso sucede, no
queda otro remedio que advertir la
presencia de otras personas bajo
el mismo techo, conversar con el
que está al lado, mirar a los ojos al
prójimo y recuperar la
socialibilidad que desde siempre
han formado parte de la vida de las
familias. “Creemos que las
comidas compartidas con
familiares y amigos a menudo se
distraen con la misma tecnología
que se supone que nos acerca, por
lo que hemos creado el hacker
pimienta Dolmio para ayudarnos a
conectar con la gente delante de
nosotros”, dijo Richard Stear,
director de marketing de Marte
Food Australia.
Las familias ‘desconectadas’ están más unidas
ISTOCK
11
número de ellos “sacrifican muchas horas de sueño al entretenerse con
Whatsapp, lo que deteriora su rendimiento escolar”.
Javier Turrado, profesor de enseñanza Secundaria de un instituto de
Mollet del Vallès -Barcelona-, se manifiesta profundamente en contra de
la presencia de los teléfonos móviles en las aulas y muestra su
reticencia hacia el uso poco regulado o benevolente respecto a
determinados hábitos tecnológicos. “El embrujo del móvil en los
jóvenes es total, casi compulsivo. Es una herramienta muy
poderosa, ya sea como recurso para el conocimiento, la
comunicación o simplemente para tontear. En ese último
caso, el 99 por ciento de los mensajes de los grupos de
Whatsapp de muchos jóvenes es absolutamente
irrelevante y trivial, a cualquier hora del día o de la
noche”, señala. Sin embargo, Turrado considera que la
virtualidad del medio no sustituye a la realidad: “No creo
que los jóvenes socialicen peor por este motivo. La
mensajería móvil está generando una nueva forma de
interacción, donde todos charlan entre ellos pero sin
levantar la vista del smartphone. No se miran a la cara,
pero mantienen una conversación multimedia”. El mismo
profesor también llama la atención sobre los
comportamientos perniciosos de la mensajería móvil. “Los
chavales pueden ser extraordinariamente crueles en el
momento de criticar a otras personas de su grupo, pueden
decir todo lo que quieran sin ver a los afectados y con nulo
coste personal”, añade.
Cuando el móvil es el recurso para hacer amigos
En un estudio sobre infancia y telefonía, realizado por Inteco y
Orange, se indican cuatro elementos que conviene tener muy en cuenta
sobre el móvil: “Es objeto de iniciación a la adolescencia; instrumento para
tranquilizar a los padres; vehículo de protección del menor; y elemento de
integración con el entorno”. El mismo estudio, publicado en abril de 2010, abunda
sobre la seguridad y privacidad en el uso de los servicios móviles por los menores
españoles al afirmar que la utilización de teléfonos en la adolescencia puede
contribuir a desarrollar competencias como la autonomía y la responsabilidad,
pero también puede colocar al menor usuario en situaciones de riesgo: el grado
en portadaen portadaen portadaen portada
El peligro de la ‘whatsappitis’
mucho tiempo,
informa Europa Press, agencia que
cita a la doctora Rosa María Llorca, jefa del
Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del
Hospital Universitario HM Torrelodones. Esta
facultativa explica que el abuso del móvil no sólo
disminuye los niveles de concentración y daña la relación
con la familia y las amistades, sino que “chatear
continuamente a través del móvil puede derivar en
patologías de la muñeca, dedos, e incluso del cuello”.
La misma agencia de noticias informa de que “las
posturas mantenidas delante de un móvil
provocan daño en los músculos de la
columna cervical y dolores de
en el cuello”.
‘Whatsappitis’. Así
denomina la revista científica
médica The Lancet un concepto que debería
preocupar a los usuarios intensivos de la
plataforma de mensajería gratuita. Según dicha
publicación, la nueva patología emergente guarda
relación directa con los gestos que se producen al teclear
en el móvil, con riesgo de inflamación del tendón y la
membrana sinovial que lo recubre. La ‘whatsappitis’ afecta
sobre todo a los pulgares y sus síntomas son dolor,
hinchazón y entumecimiento, que aumentan con el
movimiento de los mismos. También pueden
aparecer molestias en la muñeca y en los
otros dedos por el hecho de sujetar
el teléfono durante
11
número de ellos “sacrifican muchas horas de sueño al entretenerse con
Whatsapp, lo que deteriora su rendimiento escolar”.
Javier Turrado, profesor de enseñanza Secundaria de un instituto de
Mollet del Vallès -Barcelona-, se manifiesta profundamente en contra de
la presencia de los teléfonos móviles en las aulas y muestra su
reticencia hacia el uso poco regulado o benevolente respecto a
determinados hábitos tecnológicos. “El embrujo del móvil en los
jóvenes es total, casi compulsivo. Es una herramienta muy
poderosa, ya sea como recurso para el conocimiento, la
comunicación o simplemente para tontear. En ese último
caso, el 99 por ciento de los mensajes de los grupos de
Whatsapp de muchos jóvenes es absolutamente
irrelevante y trivial, a cualquier hora del día o de la
noche”, señala. Sin embargo, Turrado considera que la
virtualidad del medio no sustituye a la realidad: “No creo
que los jóvenes socialicen peor por este motivo. La
mensajería móvil está generando una nueva forma de
interacción, donde todos charlan entre ellos pero sin
levantar la vista del smartphone. No se miran a la cara,
pero mantienen una conversación multimedia”. El mismo
profesor también llama la atención sobre los
comportamientos perniciosos de la mensajería móvil. “Los
chavales pueden ser extraordinariamente crueles en el
momento de criticar a otras personas de su grupo, pueden
decir todo lo que quieran sin ver a los afectados y con nulo
coste personal”, añade.
Cuando el móvil es el recurso para hacer amigos
En un estudio sobre infancia y telefonía, realizado por Inteco y
Orange, se indican cuatro elementos que conviene tener muy en cuenta
sobre el móvil: “Es objeto de iniciación a la adolescencia; instrumento para
tranquilizar a los padres; vehículo de protección del menor; y elemento de
integración con el entorno”. El mismo estudio, publicado en abril de 2010, abunda
sobre la seguridad y privacidad en el uso de los servicios móviles por los menores
españoles al afirmar que la utilización de teléfonos en la adolescencia puede
contribuir a desarrollar competencias como la autonomía y la responsabilidad,
pero también puede colocar al menor usuario en situaciones de riesgo: el grado
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El peligro de la ‘whatsappitis’
mucho tiempo,
informa Europa Press, agencia que
cita a la doctora Rosa María Llorca, jefa del
Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del
Hospital Universitario HM Torrelodones. Esta
facultativa explica que el abuso del móvil no sólo
disminuye los niveles de concentración y daña la relación
con la familia y las amistades, sino que “chatear
continuamente a través del móvil puede derivar en
patologías de la muñeca, dedos, e incluso del cuello”.
La misma agencia de noticias informa de que “las
posturas mantenidas delante de un móvil
provocan daño en los músculos de la
columna cervical y dolores de
en el cuello”.
‘Whatsappitis’. Así
denomina la revista científica
médica The Lancet un concepto que debería
preocupar a los usuarios intensivos de la
plataforma de mensajería gratuita. Según dicha
publicación, la nueva patología emergente guarda
relación directa con los gestos que se producen al teclear
en el móvil, con riesgo de inflamación del tendón y la
membrana sinovial que lo recubre. La ‘whatsappitis’ afecta
sobre todo a los pulgares y sus síntomas son dolor,
hinchazón y entumecimiento, que aumentan con el
movimiento de los mismos. También pueden
aparecer molestias en la muñeca y en los
otros dedos por el hecho de sujetar
el teléfono durante
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de madurez y desarrollo asociado a la minoría de edad determina que sea un
colectivo de especial vulnerabilidad. Los expertos de Inteco-Orange
enumeraron una serie de situaciones de riesgo para los menores por el
uso abusivo del móvil, como es el caso de la “adicción tecnológica,
la grabación o difusión de imágenes con contenido violento,
acceso a contenidos inapropiados”. Ante esas amenazas, los
especialistas recalcan el papel clave que desempeña la
educación para fomentar el uso responsable del móvil y el
conocimiento de los riesgos potenciales como base para
aprovechar los beneficios que aporta la telefonía móvil al menor”.
No pueden vivir sin móvil Ante la pregunta ¿qué pasaría si se quedase dos semanas sin móvil?, la
respuesta mayoritaria es que su vida sería igual (62,4 por ciento), frente a un
29,5 por ciento que considera que su vida sería peor. En el análisis por edad
sorprende ver que en la franja de edad de 15-16 el porcentaje de los que
considera que su vida sería peor es del 38,3 por ciento”.
La última edición del estudio Navegantes en la Red, de la Aimc, revela
que uno de cada cinco españoles no podría vivir sin móvil, y llega a esta
conclusión tras efectuar más de 21.000 consultas. También apunta
que el 77,2 por ciento de quienes utilizan sus móviles para navegar
actualmente lo hacen varias veces al día, un porcentaje similar al de
los que consultan sus redes sociales a diario, especialmente
Facebook y Twitter, con el 88,8 y el 47,1 por ciento, respectivamente.
El mismo trabajo desvela que casi un tercio de los internautas ve la
televisión a través de sus móviles y tabletas y que el 42 por ciento de la
población sólo lee el periódico a través de pantallas, frente al 7 por ciento que se
mantiene fiel al papel. El informe de Aimc reconoce la pujanza del móvil en el
universo online, donde el 91,8 por ciento de los usuarios utiliza el smartphone
para acceder a la Red, frente al casi 77 por ciento que lo hace por sus portátiles.
en portadaen portadaen portadaen portada
Los
opositores al
poder del móvil dicen
actuar en defensa de
la humanidad
ISTOCK
12
de madurez y desarrollo asociado a la minoría de edad determina que sea un
colectivo de especial vulnerabilidad. Los expertos de Inteco-Orange
enumeraron una serie de situaciones de riesgo para los menores por el
uso abusivo del móvil, como es el caso de la “adicción tecnológica,
la grabación o difusión de imágenes con contenido violento,
acceso a contenidos inapropiados”. Ante esas amenazas, los
especialistas recalcan el papel clave que desempeña la
educación para fomentar el uso responsable del móvil y el
conocimiento de los riesgos potenciales como base para
aprovechar los beneficios que aporta la telefonía móvil al menor”.
No pueden vivir sin móvil Ante la pregunta ¿qué pasaría si se quedase dos semanas sin móvil?, la
respuesta mayoritaria es que su vida sería igual (62,4 por ciento), frente a un
29,5 por ciento que considera que su vida sería peor. En el análisis por edad
sorprende ver que en la franja de edad de 15-16 el porcentaje de los que
considera que su vida sería peor es del 38,3 por ciento”.
La última edición del estudio Navegantes en la Red, de la Aimc, revela
que uno de cada cinco españoles no podría vivir sin móvil, y llega a esta
conclusión tras efectuar más de 21.000 consultas. También apunta
que el 77,2 por ciento de quienes utilizan sus móviles para navegar
actualmente lo hacen varias veces al día, un porcentaje similar al de
los que consultan sus redes sociales a diario, especialmente
Facebook y Twitter, con el 88,8 y el 47,1 por ciento, respectivamente.
El mismo trabajo desvela que casi un tercio de los internautas ve la
televisión a través de sus móviles y tabletas y que el 42 por ciento de la
población sólo lee el periódico a través de pantallas, frente al 7 por ciento que se
mantiene fiel al papel. El informe de Aimc reconoce la pujanza del móvil en el
universo online, donde el 91,8 por ciento de los usuarios utiliza el smartphone
para acceder a la Red, frente al casi 77 por ciento que lo hace por sus portátiles.
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Los
opositores al
poder del móvil dicen
actuar en defensa de
la humanidad
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