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Llegamos al número 6 de la revista Balkan (Madrid) y, al hacerlo, superamos con mucho nuestras previsiones más optimistas de enero de 2000. Cerca de 1000 páginas son hoy el resultado del debate que durante estos años hemos desarrollado a través del Foro de Estudios Balcánicos. El número se ha construido bajo el título general de Personalia. Nuestra idea inicial era que la historia, con mayúsculas y con minúsculas, en singular y en plural, consiste también en la suma de las biografías de sus protagonistas y pensábamos dedicar una atención especial a estos protagonistas, tanto a los grandes como, sobre todo, a los pequeños. Al final, sólo una pequeña parte de nuestros debates abordó de una manera directa este tema. Indirectamente, sin embargo, nuestros personajes, los habitantes de Personalia, son los héroes de todas las demás historias que se encuentran en las casi doscientas páginas que siguen. Los tiempos están cambiando, y esto se refleja también en el contenido de las discusiones que mantenemos en el Foro. No hemos abandonado a “nuestros clásicos”, los temas que vienen siendo debatidos desde que iniciamos este proyecto, pero a lo largo de 2005 se hecho un esfuerzo mayor que nunca para incorporarnos a las nuevas realidades que están emergiendo en los Balcanes. Los debates más apasionados fueron sobre la influencia mutua entre España y Yugoslavia y reflejan la realidad de que estos casi veinte años de crisis en la antigua Yugoslavia han cambiado también las reglas del juego político en el resto de Europa y del mundo.Nos llamamos Balkan y siempre nos hemos encontrado con el problema de nuestros intereses siempre acababan siendo más yugoslavos que balcánicos. Aun dentro de lo yugoslavo, nuestro enfoque ha sido durante años excesivamente belgradocéntrico. Es posible que sea una insuficiencia nuestra y es también posible que aleje de nuestro foro a personas cuyos intereses están centrados en otras partes de la península balcánica. Este problema tiende a agravarse, pero no tiene solución fácil. Somos una lista abierta a todos, y debatiremos aquellos temas que los colisteros quieran poner sobre la mesa. El administrador puede animar los debates y, en algunos casos, moderarlos, pero no es un redactor jefe que decide sobre qué se escribe y a qué importancia se concede a cada cuestión. Si nos hemos centrado en un determinado enfoque es porque ése ha sido el deseo de nuestros miembros más activos. Para bien o para mal, el contenido de este número refleja lo que nosotros, los miembros de la comunidad congregada en torno al Foro de Estudios Balcánicos, somos en estos momentos.Para el año 2006, nuestro primer propósito es seguir insistiendo en la misma línea y continuar siendo un foro interdisciplinar válido para la comunicación y el debate de quienes nos interesamos por las cuestiones balcánicas. Existe el proyecto de que podamos disponer de una base organizativa más sólida mediante la formación de una asociación, abierta a todos los miembros de la lista. Esperemos que en el próximo año este proyecto se convierta en realidad.
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nº 6 (2005)
Introducción 3
El tema del número
Personalia 5-14
Ayer
Karadzic y Mladic 15-21
La matanza de Srebrenica 23-35
Croacia: sombras de una batalla 37-39
Yugonostalgia nakon svih ovih godina 41-45
Temas de hoy
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro 47-67
Serbia, cinco años después 69-73
Bosnia-Hercegovina 75-91
Kósovo 93-94
Playboy 95-97
Violencia y criminalidad 99-103
Cuestiones emergentes: los nuevos Balcanes
Emigrantes balcánicos 105-109
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones? 111-126
Perspectivas de integración europea 127-139
España y la antigua Yugoslavia
Nación y estado 141-164
Lenguas y literaturas nacionales 165-175
Participaron en los debates Claudia Aguilar, Javier Asensio,Roberto Barral, Jacinto Benito, Tino Brugos, César Luis Díez,Jairo Dorado, Carlos Flores Juberías, Julio Garrote,Enric Gil yGonzález, Ivan Grac, Miguel González Lázaro, Silvia Marcu, José-Miguel Palacios, María Palacios,G. Presa Arias, Arsenio Sánchez,Dalibor Soldatic, Ivan Zverzhanovski y Zoran Vujic.
Varios
Reseña y crítica de libros 177-182
Cine ex-yugoslavo 183-191
REDACCIÓN
César Luis Díez
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Página inicial
Llegamos al número 6 de la revista Balkan (Madrid) y, al hacerlo, superamos con mucho nuestras
previsiones más optimistas de enero de 2000. Cerca de 1000 páginas son hoy el resultado del debate
que durante estos años hemos desarrollado a través del Foro de Estudios Balcánicos.
El número se ha construido bajo el título general de Personalia. Nuestra idea inicial era que la
historia, con mayúsculas y con minúsculas, en singular y en plural, consiste también en la suma de
las biografías de sus protagonistas y pensábamos dedicar una atención especial a estos protagonistas,
tanto a los grandes como, sobre todo, a los pequeños. Al final, sólo una pequeña parte de nuestros
debates abordó de una manera directa este tema. Indirectamente, sin embargo, nuestros personajes,
los habitantes de Personalia, son los héroes de todas las demás historias que se encuentran en las
casi doscientas páginas que siguen.
Los tiempos están cambiando, y esto se refleja también en el contenido de las discusiones que
mantenemos en el Foro. No hemos abandonado a “nuestros clásicos”, los temas que vienen siendo
debatidos desde que iniciamos este proyecto, pero a lo largo de 2005 se hecho un esfuerzo mayor que
nunca para incorporarnos a las nuevas realidades que están emergiendo en los Balcanes. Los debates
más apasionados fueron sobre la influencia mutua entre España y Yugoslavia y reflejan la realidad
de que estos casi veinte años de crisis en la antigua Yugoslavia han cambiado también las reglas del
juego político en el resto de Europa y del mundo.
Nos llamamos Balkan y siempre nos hemos encontrado con el problema de nuestros intereses
siempre acababan siendo más yugoslavos que balcánicos. Aun dentro de lo yugoslavo, nuestro
enfoque ha sido durante años excesivamente belgradocéntrico. Es posible que sea una insuficiencia
nuestra y es también posible que aleje de nuestro foro a personas cuyos intereses están centrados en
otras partes de la península balcánica. Este problema tiende a agravarse, pero no tiene solución fácil.
Somos una lista abierta a todos, y debatiremos aquellos temas que los colisteros quieran poner sobre
la mesa. El administrador puede animar los debates y, en algunos casos, moderarlos, pero no es un
redactor jefe que decide sobre qué se escribe y a qué importancia se concede a cada cuestión. Si nos
hemos centrado en un determinado enfoque es porque ése ha sido el deseo de nuestros miembros más
activos. Para bien o para mal, el contenido de este número refleja lo que nosotros, los miembros de
la comunidad congregada en torno al Foro de Estudios Balcánicos, somos en estos momentos.
Para el año 2006, nuestro primer propósito es seguir insistiendo en la misma línea y continuar siendo
un foro interdisciplinar válido para la comunicación y el debate de quienes nos interesamos por las
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cuestiones balcánicas. Existe el proyecto de que podamos disponer de una base organizativa más
sólida mediante la formación de una asociación, abierta a todos los miembros de la lista. Esperemos
que en el próximo año este proyecto se convierta en realidad.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Personalia
Normalmente cuando leemos sobre lo ocurrido durante la desintegración de Yugoslavia,nos encontramos con una serie de teorías que intenta explicarlo todo desde unaglobalidad quizá engañosa. Teorías sobre las estructuras políticas, las relacionesinternacionales, la estabilidad de los bloques, etc. que intentan situar lo que ocurrió enlos últimos momentos de la antigua Yugoslavia y lo que fue dando origen a la formaciónde las nuevas realidades en cada uno de las repúblicas emergentes.
No es que no sea necesario este marco general para intentar entender lo ocurrido, peroparece que en algunas ocasiones se despega de la realidad y se consigue teorizacionessobre unos hechos que antes que nada han sido inducidos por personas (o por "actores"en una terminología politológica).
Una idea de trabajo, que podría parecer más “particularista”, sería intentar acercarnosa las personas (y a los personajes) que participaron directamente en lo ocurrido. Lahipótesis sería la siguiente: cada persona involucrada en mayor o medida en losacontecimientos que se estudian tiene una biografía y participa de una "red decontactos" en muy diversas esferas. Si nos ponemos a analizar muchas de estas redes,nos encontraremos con una red más general que se asemejaría a una "tela de araña"(o a internet). En este nuevo marco es donde se podrían volver a lanzar las preguntasque una y otra vez se han formulado sobre lo sucedido la última década y media.
Para tejer esta red de araña, habría que pasar necesariamente por nudos muy grandes(las biografías de Milosevic, Tudjman, etc.) sobre los que hay ya mucho escrito desdebastantes puntos de vista. Ellos, mucho más que las ideas que representan en unmomento y que pueden cambiar en otro, son los actores que han ido articulando lossucesos ocurridos en la historia reciente de esta parte del mundo. Pero para jugar estepapel principal han necesitado toda una serie de “segundones” que han ido desempe-ñando distintas funciones a lo largo de esos mismos acontecimientos.
Esos personajes de segunda o tercera fila son nudos más pequeños en la red, peroindispensables para el entramado de la misma. Son personajes que pueden en un primermomento desempeñar labores oscuras, burocráticas o ajenas a la vida política pública,pero que después se convierten en líderes de formaciones políticas y ocupan cargosimportantes en las estructuras de gobierno durante un período determinado. Y estospersonajes consiguen su promoción precisamente por estar dentro de la misma red(existen pocos casos de “extraños” a este sistema).
Por tanto el modelo de análisis propuesto consiste en desplazar el centro de atenciónde los hechos globales y de las supuestas ideologías que los engendraron hacia unestudio de la red de relaciones que los individuos forman, entendiendo que esa red –más tupida en unos casos y momentos que en otros – es la generadora de las decisionesque provocaron los procesos de desintegración de Yugoslavia y la creación de losposteriores estados.
César Luis Díez
Personalia
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16 de mayo de 2005 José-Miguel Palacios
Una de las sensaciones editoriales del año en la antigua Yugoslavia la constituye, sin
duda, el libro de Milos Vasic sobre el atentado que acabó con la vida del Primer Ministro
Zoran Djindjic, pero también sobre la criminalización de la vida social en Serbia (y no sólo
en Serbia) y sobre las extrañas relaciones entre políticos, Estado y delincuentes.
Resulta muy interesante la perspectiva del autor, que no está “fuera de los acontecimien-
tos”, sino que es un “observador participante”. Milos Vasic, desde el primer momento,
actúa como miembro de un determinado grupo político y social que entiende que a partir
de octubre de 2000 tiene la oportunidad histórica de operar transformaciones revolucio-
narias en la sociedad y en el Estado serbio. De esta manera, justifica, como probablemente
el propio Djindjic habría hecho, el origen “revolucionario” de su poder y la necesidad
(conveniencia, incluso) de prescindir de formulismos legales cuando no facilitaban la tarea
que había que realizar (como es habitual en muchos círculos serbios, el adjetivo “legalis-
ta”, aplicado a Kostunica y sus partidarios, tiene en Vasic una connotación peyorativa).
El propio título del libro (Atentat na Zorana, atentado contra Zoran, sin apellidos), habla
de proximidad a un hombre al que se tutea, porque es el representante de un círculo al
que el propio autor pertenece. En cualquier caso, es la proximidad del crítico que observa
respecto al artista que crea y Vasic no desperdicia algunas ocasiones de ironizar sobre
Djindjic, al que denomina con frecuencia “Doktor Svih Nauka” (Doctor de todas las
ciencias, en alusión a su carrera académica, de la que el difunto Primer Ministro se sentía
orgulloso).
Vasic no pretende describirnos a Djindjic, sino la Serbia que él dirigió y que él, como
nadie, contribuyó a modelar. De manera indirecta, sin embargo, acaba ofreciéndonos
muchos datos sobre la personalidad de un Primer Ministro, entre cuyos rasgos caracterís-
ticos destacaba un pragmatismo extremo, apenas moderado por un sentido moral.
No sé si estamos aún a tiempo de escribir la biografía definitiva de Zoran Djindjic. En
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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cualquier caso, cuando se haga, se habrá escrito uno de los capítulos más relevantes de la
historia reciente de Serbia y de Yugoslavia.
17 de mayo de 2005 César Luis Díez
Hay otro libro sobre Djindjic que en su momento no fue tan bien acogido por el público y
la prensa e incluso - creo recordar - hubo algún incidente en la presentación del mismo. Se
trata de la obra de Zivota Ivanovic Zoran Djindjic u mrezi mafije (Zoran Djindjic en las
redes de la mafia). Belgrado: Beletra, 2004.
Lo primero que llama la atención del mismo, además de lo explícito del título, es la
portada en la que aparecen sobre fondo negro las fotos de ZD y de Legija, en una clara
alusión a la relación que según el autor les unía.
17 de mayo de 2005 Dalibor Soldatic
No sé si estamos a tiempo de escribir la biografía definitiva de Zoran Djindjic.En cualquier caso, cuando se haga, se habrá escrito uno de los capítulos másrelevantes de la historia reciente de Serbia y de Yugoslavia.
Mi experiencia de profesor de literatura enseña que es mejor dejar que pasen los años
antes de emitir juicios definitivos o casi definitivos sobre personajes y acontecimientos. En
el caso de Zoran Djindjic hay tantas contradicciones, tantas acusaciones y exaltaciones
que, francamente, a los que seguimos aquí más de cerca todos los acontecimientos resulta
difícil juzgar y emitir juicios objetivos. Y luego, cuando uno se pone a leer solamente el
intercambio de acusaciones entre los propios seguidores de Djindjic cabe preguntarse qué
hay de cierto en todo ello. Por eso propongo un poco mas de paciencia en cuanto al tema
de las biografías, salvo lo que es el dato escueto: nació a tantos y tantos del año X ,
estudió Y y ocupó tales y tales puestos.
Personalia
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Me explico. El propio Djindjic es un buen ejemplo.
Estudia filosofía. Protagonista del movimiento estudiantil del 68 (sus profesores fueron
Mihajlo Markovic, Ljuba Tadic, Dragoljub Micunovic, Zaga Golubovic Pesic, Trivo
Indjic - profesor adjunto en aquella época-, Svetozar Stojanovic, entre otros). Se va a
Alemania como becario. Vuelve a Belgrado, participa en la fundación del Partido
Demócrata, del cual logra ser presidente después de haber resuelto a su favor todas las
luchas internas en el seno de ese partido (primero se fue Kostunica y luego Micunovic).
No es capaz de ganar elecciones si no va asociado con algún otro partido. En 1996 es
alcalde de Belgrado poco tiempo y volverá al poder en el ano 2000 cuando la coalición
DOS gana las elecciones y él es elegido presidente del Gobierno de Serbia mientras
Kostunica es Presidente de Yugoslavia y Micunovic presidente del Parlamento federal.
Fue gerente de la campana electoral en el año 2000 y las malas lenguas y la prensa
amarilla señalan que el Congreso norteamericano asignó 75 millones de dólares a los
partidos de la oposición democrática para organizar la campaña electoral contra Milose-
vic. Sin embargo, en el informe presentado por el gerente de la campaña se habló sólo de
45 millones de dolares gastados. Del resto, de los 30 millones, nunca se habló. Djindjic
mostró ser, desde luego, el único político de la oposición capaz de manejar la maquinaria
del Gobierno, mostrándose práctico, pragmático y eficaz. Aprendía rápidamente las artes
del gobierno, a diferencia de muchos otros. Parece que en su pragmatismo supo tratar a
los nuevos poderosos magnates millonarios, que se hicieron ricos durante el decenio de
Milosevic, y así mismo a las fuerzas paramilitares o a los principales mafiosos del país.
Llegó a haber demasiados a los a los que no convenía su presencia sobre la escena
política. La lista es larga:
� la familia Milosevic: se ha hablado de la venganza del hijo Marko;
� los partidos Socialista, JUL y Partido Radical que perdieron el poder;
� los partidos de su misma coalición (el DSS, principalmente);
� las fuerzas de seguridad del Ministerio del Interior o la Policía;
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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� el Ejército;
� algunos de los magnates, temerosos de perder posiciones privilegiadas.
De todo lo dicho, no he querido sacar conclusiones. Ni positivas ni negativas. El capitulo
Djindjic ha sido cerrado brutalmente, pero la auténtica interpretación de todo lo aconteci-
do, de sus méritos (indudablemente, enormes) y de sus errores todavía no la tenemos.
Quedará en la historia de Serbia como el personaje que ha marcado el fin del siglo XX y
el inicio del XXI. Dejemos que el tiempo asigne los adjetivos. Lo único de lo que sí
podemos estar seguros es que con su muerte Serbia ha perdido a un gran protagonista de
la vida política; a un líder que tenía una visión europea de su futuro y estaba decidido a
realizarla.
No ha sido la primera vez en la historia contemporánea de Serbia que el político con la
visión más moderna es el que pierde la batalla. Recuérdense los casos de Koca Popovic, el
intelectual surrealista partisano, comandante de la Primera Brigada Proletaria, que se
apartó de Tito casi por completo; o los posteriores de Marko Nikezic, Latinka Perovic y
Mirko Tepavac, con una visión más moderna del socialismo autogestionario. O, en épocas
relativamente recientes, el del propio Ivan Stambolic, que no era muy moderno, pero sí
propugnaba una solución al problema de Kósovo “con la cabeza fría” y fue destituido por
Milosevic, que estaba a favor de una respuesta más enérgica.
18 de mayo de 2005 José-Miguel Palacios
Djindjic mostró ser, desde luego, el único político de la oposición capaz demanejar la maquinaria del Gobierno, mostrándose práctico, pragmático y eficaz.
Creo que hay que hacer caso a Dalibor y dejar a futuras generaciones que compongan un
retrato fiel de Zoran Djindjic. Lo que pasa es que, quizá, para futuras generaciones él ya
no tendrá el mismo interés que tiene para nosotros. Quizá, con un poco de mala suerte, no
haya nadie en futuras generaciones que escriba esa biografía definitiva de Djindjic. O
quizá sólo sea una tesis doctoral y la leen el director y los miembros del tribunal. O quizá
Personalia
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(ojalá no sea así) futuras generaciones se muestren incapaces de superar los prejuicios
(sobre Djindjic o sobre todo) que ha creado la nuestra.
Así que, sin más ánimo que dejar sobre la mesa algunos materiales que puedan servir a
nuestros descendientes, me gustaría destacar algunos detalles que, quizá (sólo quizá)
pueden ser indicativos de la personalidad humana y política de Zoran Djindjic.
� El primero es su enorme penetración analítica. Es, probablemente, uno de los
ex-yugoslavos que mejor ha comprendido el momento en que vivía y su posible
evolución. Basta leer su libro Jugoslavia kao nedovrsena drzava (Yugoslavia,
como un estado inacabado, de 1988). O recordar su actuación durante las
manifestaciones del invierno 1996-1997 (fue el único político opositor capaz de
articular los objetivos de la protesta). O su toma del poder real tras los sucesos del
5 de octubre. Por supuesto que también en ocasiones se equivocó (su campaña
antimontenegrina de 1994, su viaje a Pale aquel mismo año), pero ¿quién no se
equivoca?
� Siempre me ha impresionado su interés juvenil por San Ignacio de Loyola y por
Kropotkin. No sé gran cosa de la obra de San Ignacio, pero en medios no
católicos se le conoce (quizá tergiversadamente) como el gran impulsor de la idea
de que “el fin justifica los medios”. Kropotkin, por su parte, puede simbolizar la
revolución. Así que, uniendo a ambos, tendríamos en Djindjic una inclinación
hacia el cambio revolucionario, frente al democrático, y un convencimiento
profundo de que la santidad de los fines que se persiguen acabará justificando
medios torcidos. Tendríamos así su actitud en las protestas de 1997, cuando pedía
la caída de Milosevic (lo que escandalizaba a algún español, que pensaba entonces
que para ser Presidente lo suyo es ganar unas elecciones). También en este marco
tiene sentido la puesta en circulación, con sentido peyorativo, del término “legalis-
ta”: frente a quienes creían que el respeto al procedimiento era una garantía de
limpieza democrática, Djindjic siempre pareció convencido de que el procedimien-
to, despojado del espíritu que lo inspiró, puede utilizarse torticeramente para
impedir o retrasar unos cambios necesarios.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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24 de mayo de 2005 G. Presa Arias
Estaba tranquilamente tomando un café con una amiga en la esquina de Zmaj Jovina con
Cika Ljubina (dos céntricas calles de Belgrado) cuando ha pasado Ceda Jovanovic
flanqueado por tres guardaespaldas. Y me ha parecido que este antiguo líder estudiantil,
reciclado después en político de moda capaz de negociar con el propio Milosevic en su
casa (mientras que le disparaba la hija de aquél), para continuar siendo uno de los
portadores del ataúd de Djindjic (de aquellos de los que alguien dijo: “no son ellos
quienes lo portan, sino el ataúd quien los sujeta”), y terminar enfrentado a la cúpula del
partido de su mentor político - y a la viuda de aquél -, sería uno de esos personajes
interesantes sobre los que escribir una minibiografía para Balkan.
Y claro está, como estaba sentado la terraza de Srpska Rec (“la palabra serbia”), local que
pertenece a Danica Draskovic, esposa del ministro de Asuntos Exteriores de Serbia-
Montenegro, el poeta Vuk - quien precisamente este último 15 de mayo ha vuelto a
Ravna Gora (la montaña sagrada de los chetnici) sin melenas y con la barba recortada -,
también me ha parecido que un esbozo de biografía de éste último sería una interesantísi-
ma adquisición para la galería de “Personalia”.
Valga todo esto como excusa (pseudo)intelectual para disfrutar, aún más si cabe, de un
café en una agradable tarde de comienzos del verano en Belgrado.
28 de mayo de 2005 César Luis Díez
¿Es Ceda el político del que se decía que su primer trabajo remunerado habíasido como Vicepresidente del Gobierno?
La respuesta es afirmativa. Aquí tenemos una biografía oficial de este político extraída de
su propia página web (http://www.cedajovanovic.com)
Personalia
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Nacido el 13 de abril de 1971 en Belgrado.
Se diplomó como dramaturgo en la cátedra de guiones cinematográficos y de
televisión y dramaturgia de la facultad de Arte Dramático, Universidad de las
Artes de Belgrado. Actualmente cursa estudios de magistratura en el Departa-
mento de Cine de la facultad de Arte Dramático en Belgrado.
Durante sus estudios, trabajó como periodista para algunas de los medios de
comunicación belgradenses, para agencias y emisoras de radio y televisión.
Fue uno de los organizadores de las protestas estudiantiles de 1996-97, así como
fundador y presidente del Club Político Estudiantil. Aquéllas fueron las protestas
más largas de la historia serbia (con algunos incidentes graves con la Policía) y
consiguieron que Slobodan Milosevic, tras 130 días, reconociera la victoria de la
oposición en las elecciones locales de la mayoría de las grandes ciudades de
Serbia.
Durante la protesta, varias veces fue detenido y maltratado por la Policía.
En el período en que fue el líder de la protesta estudiantil, la Universidad de
Belgrado apoyó a los estudiantes, y por esto ello hicieron lo mismo un gran
número de instituciones de educación superior a lo largo y ancho de todo el país.
Se afilia al Partido Democrático en 1998 y se convierte en su vicepresidente en
octubre de 2001.
Participó en las campañas electorales de septiembre y diciembre de 2000.
Durante las campañas desempeño el puesto de jefe del comite electoral del
Partido Democrático y de la Oposición Democrática de Serbia (DOS).
En las elecciones republicanas de diciembre de 2000, fue elegido como miembro
de la Asamblea de Serbia.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Desde enero de 2001 hasta marzo de 2003 desempeñó la función de portavoz
parlamentario de DOS (más exactamente, de DOS-Reforma de Serbia). Fue el
político más joven en ese cargo de la historia de Serbia.
Fue encargado de la detención de Milosevic en marzo de 2001 y de su entrega al
Tribunal de la Haya. Consiguió convencer a Milosevic de que se entregara
pacíficamente y de que evitara el derramamiento de sangre que se hubiera
producido en el caso de utilizarse la fuerza.
En el nuevo gobierno que se formó en Serbia después de la muerte de Zoran
Djindjic, el 18 de marzo de 2003, Cedomir Jovanovic desempeñó el cargo de
Vicepresidente de la República de Serbia encargado de la integración en Europa
y de coordinar las reformas. Participó en el diseño del Plan de Acción y de una
armonización más profunda de las relaciones de Serbia y Montenegro.
Habla inglés. Está casado y su mujer se llama Jelena.
Como es una biografía de corte oficial, no se tratan algunos puntos conflictivos: su salida
del Partido Demócrata para encabezar una nueva formación denominada Fracción
Demócrata Liberal; o el “dudoso episodio” de que la hija de Milosevic disparara sobre él
durante las negociaciones para que éste se entregara. Tampoco, evidentemente, se
mencionan episodios de la “crónica negro-amarilla” de la ciudad, como su supuesta
adicción a las drogas o su “presunta amistad” con M. U. Legija.
20 de noviembre de 2005 César Luis Díez
En el número 775 de la revista Vreme (10/11/05) encontramos una interesante entrevista a
Cedomir (Ceda) Jovanovic, con motivo de la formación de su nuevo partido político
(LDP – Liberalno Demokratska Partija, Partido Liberal Democrático). En verdad, la
entrevista se convierte en un repaso del programa política del partido y para nosotros
puede ser muy interesante, ya que es una especie de catálogo de los “asuntos pendientes”
Personalia
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de la política serbia. Que son:
� Kósovo (y su influencia en la opinión pública serbia),
� la independencia (separación) de Montenegro,
� la autonomía de Voivodina (y descentralización de la administración serbia),
� la colaboración con el Tribunal de la Haya y la existencia de un grupo de presión
“anti-tribunal” en la cúpula del gobierno,
� la negociaciones con la UE sobre una futura adhesión,
� la inestabilidad política y fuerza electoral del partido radical (SRS),
� la herencia política de Zoran Djindjin (y la lucha de distintas familias políticas
sobre ella).
También curiosamente, y a raíz de los comentarios en la lista sobre la música pop-rock
yugoslava, se le pregunta a Ceda si tiene intención de despedazar al partido DS, como
hizo con el grupo musical Idoli. Y confieso que con esta pregunta me he perdido. No sé
de qué va el tema. Quizá algún colistero me pueda ayudar e iluminar un poco.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
1 “Republika Srpska ima površinu od 25.053 km2 ili 49% teritorije Bosne i Harcegovine na kojoj �ivi
1.391.503 stanovnika, što je svrstava me � u najmanje evropske zemlje” (La República Srpska tiene unaextensión de 25.053 km2, el 49% del territorio de Bosnia-Hercegovina, y en ella viven 1.391.503 habitantes,lo que la sitúa entre los países más pequeños de Europa). Datos extraídos de la página web de la RepúblicaSrpska <http://www.srpska.com>.
2 <http://www.evropanedeljnik.co.yu>.
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Karadzic y Mladic
27 de febrero de 2005 César Luis Díez
Julio Garrote escribía: “¿Alguien en su sano juicio piensa que si la mal llamadaComunidad Internacional, con su NATO, sus espías, su OSCE, su SFOR, y su UNen general hubiera querido realmente, no estarían hace tiempo ambos ante elICTY?”
Y ésta es una pregunta que en mi opinión no es nada “retórica”. Es algo que mucha gente
tiene en la cabeza y que periódicamente vuelve como un bumerang a la vida pública de
Serbia-Montenegro. Pensar que en una extensión tan reducida como es la República Srpska
(RS)1 puedan esconderse desde hace tantos años (¿cuántos exactamente?) Mladic y
Karadzic es bastante poco creíble. Por otra parte, pensar que se esconden en Serbia (o en
Montenegro) es algo que pende sobre el Gobierno Federal, siempre en la tensión que
significa su colaboración con el Tribunal de la Haya y la repercusión pública que ello pueda
tener. Un ejemplo son los constantes artículos referidos al tema en la prensa diaria y en las
publicaciones políticas semanales. Sin ir más lejos, en el último número de la revista Evropa2
encontramos un artículo sobre la “comparecencia voluntaria” de Milan Gvero - uno de los
generales de Mladic - ante el Tribunal de la Haya y lo que esto puede significar para
estrechar el cerco sobre el propio Mladic.
Se podría resumir la situación con las siguientes preguntas:
� Si están en la RS, ¿cómo es que no los encuentra la Comunidad Internacional?;
� si se esconden en Serbia-Montenegro, ¿por qué el poder político no es capaz de
Karadzic y Mladic
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hacerse con el control de la situación y los entrega, como ya hizo con Milosevic?.
Y frente a este resumen - que se podría denominar objetivo - existen otras teorías inmersas
en el marco general de la teoría de la conspiración, tan apreciada en el entorno balcánico.
Por ejemplo: ¿y si estuvieran muertos? Sería algo beneficioso para muchos de los “agentes
o actores políticos”, ya que entonces casi todo el mundo tendría razón: desde los que niegan
que se muevan libremente por la RS, hasta los que dicen desconocer su paradero en Serbia-
Montenegro.
Una aportación curiosa a la bibliografía sobre este tema la puede constituir la novela
Cudesna hronika noci (Asombrosa crónica de la noche), escrito por el propio Radovan
Karadzic (Belgrado, Igram: 2004). Fue presentada en la pasada Feria del Libro de Belgrado
(octubre) y va ya por la segunda edición, con una tirada de 1500 ejemplares.
28 de febrero de 2005 Ivan Zverzhanovski
I do not believe that the question of Mladic in particular is a question of capacity but one
of will to capture and transfer him. After all, each of the four Ministers of Defence since 5
October 2000 has claimed that the VJ/VSCG was not protecting Mladic (nor any other
ICTY indictee). However, almost all of these proved wrong as indications kept on emerging
on continous Army links to Mladic.
How keen is Kostunica on the ICTY? Not at all - the fact that Lazarevic was told that
surrendering should be decided at the right moment by the Prime Minister is indicative.
28 de febrero de 2005 Julio Garrote
No es retórica la pregunta con la que inicié el debate. Tras dedicar años a contestarla, la
única conclusión que se me ocurre, vistos los implicados y los resultados, es ésta:
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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La mal llamada Comunidad Internacional (un presunto y curioso bloque de estados que
negocian beneficios propios sobre el futuro de los que no pertenecen a él) debe tener un
interés concreto en mantener a los principales presuntos autores de crímenes de guerra en
libertad, puede que como simple excusa para presionar a los políticos que se alzan en el
poder en RS según sus reglas, y para mantener el miedo y la amenaza permanente sobre la
población (el miedo es la mejor herramienta de manipulación de un pueblo). Me explico.
Si la OHR (Organización del Alto Representante) considera que un cargo de la administra-
ción local “no cumple”, se le obliga a dimitir. Esta organización, de nula autoridad
democrática, es la que realmente gobierna Bosnia-Hercegovina. No existe allí el estado de
derecho.
Los informes que los miembros de esa omnipotente organización emiten, basados en una
buena proporción sobre rumores y denuncias anónimas (muy parecido al sistema de la
Inquisición), son decisivos en las actuaciones de Paddy Ashdown, así que, cuando hace falta
recordar a los que pagamos sus sueldos, dietas, despachos, vehículos, borracheras,
discotequeos, viajes turísticos, chalés en Bosnia Central y comilonas, que ellos siguen siendo
muy importantes para la estabilidad y el futuro de Bosnia, emprenden una nueva campaña,
suben el volumen mediático de las vistas de la sala del ICTY, alzan graves bramidos ante
la ineficaz actuación de las instituciones locales y remiten sus informes. Ellos saben que si
esas instituciones son corruptas e ineficaces es porque así lo necesitan. Total, un círculo
vicioso autoalimentado. Un negocio redondo.
El año pasado, fueron despojadas de sus cargos 59 personas en la RS, pero la lista era
muchísimo mayor. Sin procedimiento judicial, ni administrativo, sin posibilidad de recurso,
sin apelaciones, sin derecho a ser oído, sin remedio, sin alternativa. Así no se da ejemplo de
procedimiento democrático, de estado de derecho o imperio de la ley.
A la salida de Vlasenica camino de Milici, reza un cartel junto a una iglesia: Tesko Bogu sa
nama taki kakvi smo. Pues eso.
Karadzic y Mladic
3 Ahora que ya no existe ningún país que se llame Yugoslavia supongo que podemos recuperar elgentilicio "yugoslavo" (eslavo del sur) para referirnos a personas originarias de cualquiera de los paísessurgidos de la desmembración de la RSFY.
4 En el verano de 2003 desarrollamos un debate sobre este tema, tras un polémico artículo de GeraldKnaus en Journal of Democracy. <http://www.estudiosbalcanicos.org/2003/3_bih.html>.
5 De hecho, se trata de un genio diabólico dual: Mladic y Karadzic, Karadzic y Mladic, que tantomonta, monta tanto.
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5 de marzo de 2005 José-Miguel Palacios
Ivan Zverzhanovski pertenece a un grupo bastante amplio de jóvenes especialistas
yugoslavos3, formados en el exterior (en general, en países anglosajones) y que están
empezando a realizar unas aportaciones muy valiosas al conocimiento de sus países de
origen. Escriben en inglés, lo que les ayuda a tener mayor difusión internacional, y trabajan
sobre bases fundamentalmente distintas a las que han cimentado el debate intelectual en la
antigua Yugoslavia durante los últimos 15 años. Ivan Zverzhanvoski es discípulo aventajado
del Profesor Gow, quizá el más citado de los especialistas occidentales en cuestiones
militares yugoslavas. Personalmente, no estoy de acuerdo con muchos de sus enfoques y
conclusiones, pero nadie discute que es una autoridad mundial en la materia.
I do not believe that the question of Mladic in particular is a question of capacitybut one of will to capture and transfer him.
Creo que Ivan acierta al plantearse “de qué va” el debate sobre Karadzic y Mladic. Hace ya
nueve años que Mladic y Karadzic están apartados de la vida pública. Ha llovido mucho, y
aquella guerra nos parece ya muy lejana. ¿Por qué, entonces, nos preocupamos tanto de
Karadzic y Mladic? Mis dos peniques en este debate consistirán en una serie de proposicio-
nes, que no puedo demostrar, por lo que ni siquiera lo intentaré:
a) Para bastantes responsables internacionales, el “fantasma de Mladic y Karadzic” sirve
para justificar el fracaso de la política desarrollada en Bosnia-Hercegovina, en la que tanto
dinero y esfuerzos se han invertido4. Lo hemos hecho todo bien, pero ha habido siempre un
genio diabólico que se las ha arreglado para frustrar nuestros planes5. Como la República
Srpska protege al “genio diabólico”, está radicalmente deslegitimada (es una genocidna
tvorevina - engendro genocida - en palabras de los nacionalistas bosniacos), lo que nos
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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puede permitir tender a la “superación de Dayton” y la “racionalización” del Estado de
Bosnia-Hercegovina (su presente estructura resulta poco funcional) llegando, si es
necesario, la supresión de la RS.
b) Para los bosniacos, Mladic y Karadzic sirven para explicar por qué no se ha producido
una reconciliación real con los serbios. Como nación más numerosa, tienen una responsabili-
dad especial en Bosnia-Hercegovina y, en particular, se supone que tendrían que hacer que
el país sea “amigable” para sus ciudadanos croatas y serbios. Los esfuerzos en este sentido
son mínimos y, en general, están forzados desde Occidente. La justificación, sin embargo,
es clara: no puede haber reconciliación sin justicia, y no puede haber justicia si no son
capturados y juzgados los grandes responsables de lo que ha ocurrido.
c) Para muchos internacionales cínicos, Mladic y Karadzic permiten que se mantenga a
Serbia y a los serbios un poco al margen del proceso de normalización de la región, lo que
permite que todas las cuestiones conflictivas se resuelvan en su contra. En el fondo, es una
opción muy pragmática: en un conflicto con muchas partes interesadas, la solución más
normal es que todas ganen a costa de una; es lo que pasó en la Primera Guerra balcánica (a
costa de Turquía) y en la Segunda (de Bulgaria), así que parece natural que ocurra también
en la Tercera (con Serbia y los serbios de paganos). El problema es que ahora ya no somos
(oficialmente) “cínicos”, sino “moralistas”, así que tenemos que buscar argumentos morales
que justifiquen nuestra realpolitik.
d) Para tantos serbios, el asunto Mladic/Karadzic sirve para alimentar su victimismo (znam
da su svi protiv Srbije) y para reincidir en una línea política que puede ser muy cómoda,
pero que no ha dado ningún resultado en cerca de 15 años. A estas alturas se podría y se
debería intentar algo distinto.
6 de marzo de 2005 José-Miguel Palacios
Donald Hays, primer suplente del Alto Representante de la comunidad internacio-nal en Bosnia-Herzegovina (BiH), cree que los dos presuntos criminales de guerra
Karadzic y Mladic
6 Resumen de Simón Tecco para ABC. 5 Mar 2005.
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en fuga, Radovan Karadzic y Ratko Mladic, son también los actuales jefes de lacriminalidad organizada en BiH, según recoge el diario Nezavisne Novine6.
Evidentemente, se confirma la tendencia a responsabilizar a Karadzic y a Mlacic de todo lo
que no nos sale bien. De aquí, podemos extraer dos conclusiones:
a) Resulta improbable que nadie acuse a Karadzic y a Mladic de la ola de frío, o de los
pésimos resultados del Velez Mostar, del Borac o del Zeljeznicar (comparados con los de
antes de la guerra), ya que a nadie se le ha ocurrido todavía que estas materias puedan ser
responsabilidad de los diversos órganos internacionales desplegados en Bosnia-Hercegovina.
b) ¿Qué hacemos si, de repente, alguien los captura o ellos mismos se entregan?
Una observación para terminar: estamos hablando de política y muchos de los argumentos
que manejamos son cínicos. Está también el aspecto humano, la moral y el sentido común:
hay buena gente y hay gente malvada. Los malvados deberían encontrar su castigo, a ser
posible, antes del Juicio Final.
Aún otra observación: estamos hablando de dos hombres que han conducido a su pueblo
durante una guerra, lo que implica que han tenido que enviar a muchas personas a la muerte.
¿Cómo es posible que no sientan un mínimo de responsabilidad hacia ese mismo pueblo y
no sean capaces de sacrificarle su libertad? ¿No les da vergüenza utilizarlo como escudo?.
6 de marzo de 2005 Julio Garrote
La gente normal, la que ha perdido todo en la guerra, la que aún sigue en la RS porque no
le ha sonreído un funcionario de la embajada del Canadá con visado en la mano, la gente
joven sobre todo, los desheredados, todos esos están hartos de tanto “cinismo” canalla. Y
lo mismo piensan de Ratko y de Rado, pero con esa diferencia que ya refería en otra
contribución. Son acusados de ser criminales; y nada de héroes, sino, más bien, de cobardes.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Son, sin embargo, sus criminales, sus antihéroes, sus cobardes. A ver si después de tanto
mensaje no somos capaces de comprender ese “estúpido” orgullo serbio.
Hagan un esfuerzo de memoria y recuerden lo que el prudente Kostunica decía respecto a
entregar a Sloba: si tenía que responder a la justicia, que lo hiciera ante su pueblo.
Y otra observación: no es la ciudadanía la que decide su futuro en RS; sin embargo, cuando
tocaba sufrir un embargo, bien que se lo imponían a ella.
La política de los internacionales en RS está propiciando el engorde de la delincuencia
organizada y la corrupción. Y no vigilan lo que tienen que vigilar: dónde han ido a parar los
ingentes esfuerzos económicos para reconstruir el país.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
1 Formación paramilitar liderada por Arkan.
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La matanza de Srebrenica
28 de mayo de 2005 César Luis Díez
La proyección del vídeo en el que se ve el asesinato de seis musulmanes por parte de
miembros del grupo paramilitar Skorpion ha provocado la detención de varios integrantes
de esta formación por parte de las autoridades de Serbia. Todo ello, con el telón de fondo
de la visita de la fiscal Carla del Ponte a Serbia-Montenegro y a otros países de la zona.
De nuevo aparece el tema de las formaciones paramilitares y de su vinculación directa con
el gobierno de Milosevic. Esto es algo que se sabe, pero que debe ser “demostrado”; es
decir, se deben aportar las pruebas suficientes para que nadie pueda negarlo. Y, además, a
la opinión pública le preocupa si estas unidades han sido totalmente desarticuladas. O, lo
que es lo mismo, si la transición se está completando. Por ejemplo, la portada de la
semana pasada del semanario NIN colocaba sobre la foto de un “boina roja” el titular:
“Expediente JSO: de Kula a Dubai. ¿dónde están los boinas rojas?”. Y en el artículo
interior se hablaba de que hay ocho miembros en prisión, otros (no especificaba número)
en agencias de seguridad y “desaparecidos”, así como unos doscientos en los cuerpos de
seguridad de Serbia, Montenegro y la República Srpska.
Los Skorpion parece que fueron una de las formaciones que “intercambiaban miembros”
con los “boinas rojas” y “Guardia Voluntaria Serbia”1 y hoy, en relación con esta noticia,
volvían a aparecer los nombres de Jovica Stanisic y de Franko Simatovic, organizadores
de estas unidades.
Otro aspecto interesante que se ha comentado en los medios es la imagen de un pope
bendiciendo a los integrantes de la unidad. No se ha podido identificar a ese pope, y el
comentario de la radio B92 ha sido que la Iglesia ortodoxa debería hacer pública su
posición respecto a estos acontecimientos.
La matanza de Srebrenica
2 Newsweek, 6 jun 2005.
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5 de junio de 2005 José-Miguel Palacios
Es difícil describir el horror que se siente al ver la película, y es fácil comprender el
impacto que ha tenido en toda la antigua Yugoslavia, pero muy en especial entre los
serbios.
Lo primero que llama la atención es que sean precisamente las imágenes las que han
provocado todo este revuelo, ya que los hechos eran conocidos desde hace años. ¿Qué
nos pasa? ¿Es que en nuestro mundo de imágenes las palabras ya no son suficientes para
conmovernos?
Habrá quien diga (y habrá quien piense) que lo grave del asunto es que las imágenes
existan y se difundan. Es lo que parece sugerir Donald Rumsfeld al comentar Abu Ghraib
y quejarse de la dificultad de hacer una guerra en la “ information age where people are
running around with digital cameras and taking these unbelievable photographs and
then passing them off, against the law, to the media, to our surprise, when they han not
even arrived in the Pentagon” 2.
A mí no me parecen tan terribles las imágenes de Srebrenica como los asesinatos que
representan. Y me parece espantoso pensar que contra un enemigo demonizado (es decir,
al que demonizamos) alguien pueda pensar que cualquier medio es válido. Ésa es la
mentalidad que subyace a la tragedia de Srebrenica, pero también a muchas otras
tragedias de la antigua Yugoslavia.
Y, aunque pensemos a veces que son cosas del salvaje Balcán, en el pacífico y liberal
Oeste esas mismas ideas están muy extendidas. En el último número de Newsweek, Fareed
Zakaria comentaba que una de las escuelas de pensamiento americanos (la jacksoniana)
estaba basada en la idea de que “normal rules of warfare are suspended when dealing
with ‘dishonorable enemies’”. El propio Zakaria, una persona nada extremista, confesaba
sentir “some sympathy for the Jacksonian view” (el “some” es interesantísimo) y se
lamentaba de que “in today's world, militarily effective methods can generate huge
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 25 -
political costs” .
Todas estas ideas aberrantes están relacionadas con un extremo utilitarismo muy
enraizado en nuestro mundo contemporáneo (quizá la frase “el fin justifica los medios” no
sea popular, pero sí lo es todo lo que ella implica). Nos enfrentamos al mal y contra él,
todo vale. Supongo que es lo que pensarían los autores de la masacre de Srebrenica
(aquellos que no fueran simples gángsteres con tendencias psicópatas): luchamos por una
causa justa y para hacerla triunfar todo está permitido.
6 de junio de 2005 Jairo Dorado
Yo no tengo tan claro que sea el hecho en si de la existencia de las imágenes lo que
horrorice. La existencia de horas y horas de imágines sobre el holocausto nazi no impide
que haya personas que nieguen su existencia y hablen de complot sionista al respecto.
La aparición física de pruebas que muestran el delito es lo que horroriza. Pero, la
pregunta clave es, ¿quién filtró las imágenes y con qué finalidad?
Si se supone que es una obra de la fiscalía del Tribunal de La Haya (ITCY) para mostrar
la prueba real de los indicios, es grave. Porque todo aquello que no sea a través de
imágenes no podrá mostrarse como real (“sí, lo de Srebrenica fue un crimen, pero
pagamos ya por ello...”, se dirá como excusa). Y hay un precedente muy grave para estas
situaciones: la Segunda Guerra Mundial.
El horror de los campos de concentración ocultó graves crímenes cometidos por los
aliados: el bombardeo de Dresde, las bombas atómicas, el avance del ejército rojo sobre
Alemania y las violaciones que cometió entre la población germana de Prusia...
Y hay un ejemplo claro también de esta doble moral de culpabilidad: comparar la
influencia que el nazismo tiene hoy en día en Alemania con la que tiene en Austria.
La matanza de Srebrenica
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Eso podría ser un elemento muy grave para la región: todos tuvieron la culpa, pero los
crímenes de una parte hace que los otros crímenes sean irrelevantes, por su número y por
su repercusión.
Esto no es ni mucho menos una justificación o una apología de una parte, sino una crítica
a la poca ética de la fiscalía, si es que fue el órgano que filtró esas imágenes. Porque si el
objetivo que se tiene es culpabilizar de forma exclusiva a una parte, adelante. Pero ésa no
es la labor de la fiscalía, sino de la historia.
6 de junio de 2005 Ivan Grac
Dentro de toda la locura en los Balcanes en la década de los noventa, Slobodan Milosevic
logró que la población de Serbia creyera poco en lo que se decía de las guerras y
exterminios.
Lo de Srebrenica es crucial para que los serbios más apasionados acepten e interioricen lo
que allí sucedió. Las personas más educadas, las personas que leían las noticias entre
líneas, las que son testigos, las que siempre estuvieron contra el régimen, sabían que los
del Ministerio del Interior serbio habían matado a personas de otras nacionalidades y
religiones. Para ellas, esta prueba no es información nueva.
Lo que sí es chocante, además de que se filmaran esos materiales y se guardaran nueve
años, es ver la reacción de los que no creían es los crímenes cometidos por los serbios.
Para la población que voluntaria o involuntariamente se sometió a la política de desinfor-
mación de Milosevic, esta filmación y las que vendrán son una directa acusación, una
prueba de los rumores que, pensaban, era una campaña contra su país. A muchos les
abrirán los ojos y espero que sirva para que poco a poco empiecen a terminar esas teorías
de que los serbios son un pueblo muy antiguo, descendiente de dioses y que vivieron en la
desaparecida Atlanta; que hay un complot internacional para desprestigiar a los serbios; o
que los serbios tienen un arma secreta basada en los principios de Nikola Tesla y M.
Einstein; porque, créanlo o no, todavía hay personas que creen en estas artimañas
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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inventadas por el régimen de Milosevic y solamente hay que echar un vistazo a algunos
periódicos del país.
En todo caso, tampoco creo que sean los serbios los únicos criminales en estas guerras.
No podemos centrarnos en la culpabilidad serbia y olvidar todo lo demás. También es
interesante cómo enseguida empieza la campaña para localizar y arrestar a Mladic y a
Karadzic. Es como si todo lo hubieran planificado: sacan la filmación y viene Carla del
Ponte a los Balcanes a ver si un alma decepcionada traiciona a su héroe y le delata.
6 de junio de 2005 José-Miguel Palacios
Eso podría ser un elemento muy grave para la región: todos tuvieron la culpa,pero los crímenes de una parte hace que los otros crímenes sean irrelevantes, porsu número y por su repercusión.
Soy consciente de que se practica una “doble moral”, pero no me parece que en este
asunto que tratamos lo fundamental resulte la existencia o no de equilibrio entre las
partes. Para cualquier persona en sus cabales, el horror ante crímenes como los de
Srbrenica es la única reacción decente, y ello con independencia de lo que haya hecho o
podido hacer cualquier otra parte. Quien haya tenido alguna responsabilidad, debe
horrorizarse de sus actos y arrepentirse. El serbio en cuyo nombre, supuestamente, se
cometieron esos crímenes tiene que horrorizarse y distanciarse de ellos. Y decir alto y
claro que nunca dio mandato a ninguna pandilla de criminales para que hicieran cosas
semejantes, que su bando es el de las víctimas y que los culpables no pueden ampararse en
ningún tipo de solidaridad nacional. Una de las perversiones de las guerras civiles es que,
en un breve plazo de tiempo, transforman al vecino, amigo, kum, en el “otro”, un enemigo
odioso y amenazador. Y ya no es Milan, Alija o Ivo, sino un cetnik, un balija o un ustasa.
Siento no tener a mano la cita exacta, pero alguien escribió que la única manera sana de
afrontar la guerra civil de la antigua Yugoslavia es sentir que todas las víctimas fueron
propias (lo que implica también asumir que todos los villanos, en alguna medida, lo fueron
también).
La matanza de Srebrenica
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6 de junio de 2005 Dalibor Soldatic
No nos hagamos ilusiones de que Serbia entera vaya a arrepentirse o sentirse culpable por
la matanza de Srebrenica. La inmensa mayoría de la población reacciona, lógicamente,
horrorizada ante lo que es un evidente crimen, ante lo vil del acto. Otros dicen sí, pero no
sabes lo que hicieron los musulmanes en Srebrenica antes de que llegaran las tropas
serbias. Otros prefieren guardar silencio y se sienten mal porque temen que la nación
entera vaya a ser culpable y tratada de responsable. Creo que resumiendo podemos decir
que en su mayoría la gente ha reaccionado indignada de ver que un crimen tan bajo haya
podido cometerse en su nombre y defendiendo supuestamente a los compatriotas. El
efecto positivo del vídeo, si es que de algo positivo puede hablarse, es que va cayendo el
mito de los héroes de las guerras en Bosnia y Croacia y las cosas empiezan a llamarse por
su nombre. Por otra parte se está trazando la línea de demarcación entre lo que es
defender el país y el territorio y lo que es ir a pillar, violar y matar a gente por la simple
razón de no ser de la misma nacionalidad. Además se insiste en que nadie tuvo el derecho
de hacer eso en el nombre de la nación serbia y que, si crímenes hubo, hay que procesar y
condenar a los culpables.
Y creo que con ello basta. No caigamos en sensacionalismos. Primero, es muy sospecho-
so el hecho de que el Tribunal haya tardado tanto en sacar a relucir el vídeo. Segundo,
seamos objetivos, por más que se quiera justificar unos u otros actos, lo de Croacia y
Bosnia fueron guerras civiles, guerras sucias en las que hubo crímenes por todas partes.
Uno no es más criminal o menos criminal porque mató a más o a menos personas. Una
persona se califica de asesina por haber matado a una sola persona. Y un solo muerto
basta para indignarse. Estoy de acuerdo que miles de muertos requieren gritos hasta el
cielo, pero muertos, asesinados, hubo en todas partes. O, ¿nos estamos olvidando de los
vídeos británicos de Kupres, con cabezas clavadas en las puertas de los hogares, de los
doscientos mil serbios expulsados de Croacia, de que cuando cae una bomba y mata a una
niñita que está en el baño eso es daño colateral?
Ejemplos de comportamientos inhumanos e indignos hay en todas las guerras. No
tenemos que ir muy lejos para encontrarlos. Irak, Afganistán y Vietnam están llenos de
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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ejemplos.
Me acuerdo que en pleno debate sobre la detención de Pinochet en Inglaterra Jack Straw
explicaba a la BBC que el general no podía ser responsable porque un capitán del ejército
había matado a un estudiante o violado a una mujer durante el interrogatorio. Parece que
ignoraba lo que viene aplicándose en La Haya como “responsabilidad de mando”.
No, no justifico a nadie. Todo lo contrario, he denunciado desde siempre todos los actos
indignos del ser humano cometidos en todos los episodios de la desintegración de
Yugoslavia. Lo que no comprendo es hasta cuándo vamos a seguir contando los muertos
y cuándo vamos a comenzar a ver hacia el futuro. Porque de lo contrario vamos a seguir
viviendo en la espera del play-off balcánico que ya podría convertirse en una tercera
guerra mundial.
15 de julio de 2005 José-Miguel Palacios
Lo que sí es chocante, (...)es ver la reacción de los que no creían es los crímenescometidos por los serbios. Para la población que voluntaria o involuntariamentese sometió a la política de desinformación de Milosevic, esta filmación y las quevendrán son una directa acusación, una prueba de los rumores que, pensaban,era una campaña contra su país.
Creo que Ivan Grac ha expuesto magníficamente una de las cuestiones clave en torno a la
matanza de Srebrenica: la evidencia sirve para demostrar a muchos serbios que, frente a lo
que ellos creían (cegados por la propaganda del régimen de Milosevic), era verdad lo que
desde otras repúblicas y desde el exterior se decía. La parte serbia había cometido
terribles crímenes.
Voy a intentar reconstruir mi percepción de lo que los serbios creían en aquellos tiempos.
Por supuesto, se trata sólo de una percepción y estoy seguro de que otros la tendrán
diferente. Los puntos clave serían:
a) Nadie dudaba que se estaban cometiendo crímenes, pero se creía que era un subpro-
La matanza de Srebrenica
3 Un disco de Zabranjeno Pusenje de aquellos años se titula, precisamente, así: “Ja nisam odavde” .Y era verdad: el líder del grupo, Nenad Jankovic (alias, Dr. Nele Karajlic), era uno más de los muchosserbios de Sarajevo instalados en Belgrado desde el principio del conflicto.
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ducto necesario (aunque horrible) de toda guerra (“la guerra es la guerra”) y que no eran
muy diferentes a los que cometían las otras partes.
La realidad que muchos serbios (en particular, muchos belgradenses) tenían delante de los
ojos la constituían cientos de miles de refugiados, muchos de los cuales contaban
tragedias espeluznantes (muchas veces, es verdad, estos testimonios habían sido exagera-
dos por el adoctrinamiento, por el miedo o por la frustración, pero eso no cambia la
impresión del que los escucha). Mucha gente tenía familiares “del otro lado” en casa, y
eso durante años. Y era muy frecuente que el camarero que te atendía en el café hablara
ijekavski (hacia 1995-96 le pregunté a un amigo croata de Belgrado qué tal le trataba la
gente cuando le oía hablar; me dijo que casi todos pensaban que era un refugiado). Y si
preguntabas por una calle en Belgrado o Novi Sad no era raro que te respondieran “Ja
nisam odavde” (“No soy de aquí” 3). Y la gente sabía que tenía una vikendica en la costa
dálmata y que la había perdido (en muchos casos, a través de intermediarios, algún
aprovechado se la acababa comprando por una fracción de su valor). Y veía que en
Belgrado había habido un importante movimiento de huida de una guerra que no se
deseaba (deserciones, fuga al extranjero de jóvenes en edad militar), mientras que, al
parecer, en el otro lado tomaban con toda naturalidad el fusil y se ponían a disparar contra
los serbios. Así que, con todos estos datos (todos ellos tomados de la vida real, aunque el
régimen se encargara de exagerar algunos), la gente aceptaba con bastante calma las
maldades del propio bando, demasiado concienciada, como estaba, de las maldades de los
otros.
b) Segundo convencimiento: se había desencadenado una campaña internacional de
propaganda que presentaba a los serbios como canallas y a los demás ex-yugoslavos
como ángeles.
Muy rápidamente se estableció en Occidente una imagen sobre quién era bueno y quién
era malo en la antigua Yugoslavia. De hecho, si repasamos los periódicos del verano de
1991, veremos que esa imagen es muy anterior a los principales crímenes de guerra.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
4 Durante la guerra de 1999, una célebre canción de Bora Corba empezaba con la frase “Znam dasu svi protiv Srbije” (“Sé que todos están contra Serbia”).
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Desde que eso fue así, las noticias sobre los serbios fueron en ocasiones grotescas (no
sólo Milosevic manipulaba la realidad), así que no debe extrañarnos que en Belgrado la
credibilidad de lo que se decía en el exterior fuera muy limitada. Los que tenían contacto
con extranjeros, tanto en Belgrado com en la República Srpska, acababan casi siempre
contando la misma historia: “llegan pensando que tenemos cuerno y rabo, pero luego
acaban diciendo que somos muy majetes y que con nosotros se lo pasan mejor que con los
otros”.
La idea de que desde Occidente se les estaba tratando injustamente (“nepravedne,
nezasluzene sankcije” , “sanciones injustas e inmerecidas” era una frase tipo en el discurso
de la gente de Milosevic) caló hondo en la población4, pero también entre intelectuales
liberales, con excelentes conexiones en el exterior y nada ligados a Milosevic. Seguro que
alguno puede añadir nombres, pero ahora mismo me vienen a la memoria dos que
escribieron bastante en esos años sobre lo injusto de la percepción occidental del
conflicto: Svetozar Stojanovic y Aleksa Djilas. De este último, que ha publicado en inglés
sus obras más importantes, es la terrible constatación de que durante los años noventa los
serbios eran la víctima perfecta: para las derechas europeas, los últimos comunistas; para
las izquierdas, nacionalistas furiosos.
No creo que la propaganda de Milosevic, a pesar de sus innegables esfuerzos, tuviera
demasiado que ver en la conformación de la opinión pública serbia. El entusiasmo por
Sloba existió, pero se vino abajo muy pronto (creo que con la evidencia de la desaparición
de Yugoslavia, en 1992) y a lo largo de los 90 la credibilidad interna de su régimen
resultaba muy limitada. Exagerando un poco, si la gente oía en el Vreme de la 19.30 que
estaba lloviendo, miraba por la ventana para confirmar si era cierto.
Así que cuando ocurrió lo de Srebrenica, la opinión pública serbia no estaba nada
preparada para creer en nuestras noticias de grandes crímenes (durante los dos años
anteriores, parecía increíble que siempre que políticamente se necesitaba se producía una
matanza espectacular de la que se podía responsabilizar a los serbios. Pero es que,
La matanza de Srebrenica
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además, el “momento procesal” resultaba inoportuno. Para los belgradenses, lo peor ya
había pasado. Desde 1994 existía ya un esbozo de la solución final del conflicto (el plan
del Grupo de Contacto) y, además, había empezado el proceso de suavización de las
sanciones. La opinión serbia tendía a pensar que las grandes barbaridades eran cosa de los
primeros meses (“en caliente”), pero no le veían lógica en una situación en la que,
evidentemente, no conducían ya a nada. Creo que nadie prestó demasiada atención a la
progresiva descomposición de la estructura de mando serbobosnia, que hizo que
comenzaran a cometer errores graves (¡a quién se le ocurre secuestrar a varios cientos de
soldados de pacificación, como hicieron en mayo de 1995!). Y nadie prestó tampoco
demasiada atención a lo que podía estar pasando por la cabeza de Ratko Mladic (su hija,
estudiante en Belgrado, se suicidó hacia 1993; por entonces se dijo que no había podido
soportar la presión ambiente).
Las personas más educadas, las personas que leían las noticias entre líneas, lasque son testigos, las que siempre estuvieron contra el régimen, sabían que los delMUP serbio habían matado a personas de otras nacionalidades y religiones.Para ellas, esta prueba no es información nueva.
Hubo de todo. Hubo gente perfectamente lúcida, pero hubo también gente que se opuso a
Milosevic por sistema, y que, por ello, ha acabado siendo contabilizada entre los buenos.
Algunos demócratas de los años noventa no eran, en realidad, más que los derrotados de
la Octava Sesión. Y líderes impecablemente democráticos apoyaron en 1994 a la
República Srpska cuando Milosevic le aplicó sanciones por no aceptar el plan del Grupo
de Contacto. Porque no siempre estuvo claro para todo el mundo si se traba de apoyar la
democracia, la justicia y la sensatez (aunque ello supusiera estar puntualmente de acuerdo
con Milosevic) o si se trataba de acabar contra Milosevic.
Hay ejemplos divertidos de este “el enemigo de un enemigo de la democracia es necesa-
riamente un demócrata”. En 1988 las embajadas occidentales en Belgrado protestaron
ante las autoridades yugoslavas por la prohibición de un libro de un autor al que considerá-
bamos democrático simplemente por oponerse al comunismo. El autor era un tal Vojislav
Seselj. Y, por si alguno tiene alguna duda y puede pensar que algún trauma personal pudo
convertir al demócrata de 1988 en el nacionalista radical de 1990, basta con que se lea sus
libros.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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16 de julio de 2005 Dalibor Soldatic
Resulta muy difícil comentar en frío asuntos en los que van de por medio muchas
emociones. Como sigo siendo yugonostálgico a pesar de ser consciente que se trata ya de
un sueño imposible, trataré de añadir algunos comentarios como alguien que ha podido
vivir las cosas desde el lado “de allá” y desde el de “acá”. Quizás algunos de esos
elementos ayuden a comprender las reacciones de la gente en Belgrado.
a) Los serbios fueron los únicos a los que nadie preguntó su opinión respecto a la
desintegración de la antigua Yugoslavia. Todas las repúblicas tuvieron sus referendos,
salvo Serbia.
b) Serbia fue, junto con Montenegro, la única que entró en Yugoslavia como Estado y vio
en poco tiempo cómo se deshacía todo. Hay que recordar que después de la Segunda
Guerra Mundial muchas de las industrias de Serbia fueron trasladadas hacia otras
repúblicas con miras a asegurar un desarrollo equilibrado.
c) La memoria histórica de los serbios no olvida las matanzas de serbios en la Segunda
Guerra Mundial. Escuchar a Franjo Tudjman declarar en un discurso oficial que Croacia
es la realización final del sueño del Estado Independiente de Croacia (NDH, el Estado
fascista gobernado por el ustacha Ante Pavelic bajo los auspicios de la Alemania nazi y la
Italia fascista) inevitablemente despertó las viejas heridas. ¿Cómo reaccionarían los judíos
al escuchar a un político alemán declarar que la Alemania unida es la realización del sueño
de Hitler?
d) Serbia perdió en los primeros episodios de la desintegración de Yugoslavia la batalla de
propaganda. La mentira entró a formar parte de las operaciones eslovenas, croatas y
bosníacas. Lo que no quiere decir que la prensa serbia no se dedicara a mentir a su
público. Todo empezó con los aviones MiG que bombardean Ljubljana (la agresión serbia
contra la pequeña Eslovenia), pero nadie se atreve a decir en alto cuántos eslovenos
muertos hubo y cuántos reclutas del Ejército que tenían armas sin municiones perdieron la
vida en aquel primer conflicto. El guión previsto destinaba a Serbia y a los serbios el papel
La matanza de Srebrenica
- 34 -
de los malos. Milosevic, efectivamente, era tachado del último comunista en Europa. No
importa el hecho de que Kucan, el primer presidente esloveno, también lo fuera, o que
Drnovsek hubiera presidido la Yugoslavia comunista. Muchas de las acusaciones contra
los serbios fueron falsas.
e) Todo lo expuesto no justifica el terrible caso de Srebrenica. No creo que haya persona
que no pueda quedar horrorizada por ese hecho. Pero ¿qué pasó con más de 3 000 serbios
masacrados previamente en la zona de Srebrenica por las fuerzas bajo el mando de Naser
Oric? Nadie habló tampoco de los más de 200.000 serbios que tuvieron que salir de
Croacia y cuyas columnas fueron atacadas por fuerzas militares croatas.
f) Todo ello hace que mucha gente, al afrontar situaciones como la de Srebrenica,
reacciona diciendo: “sí, pero, ¿qué pasa los serbios masacrados?; ¿quién levanta la voz de
protesta por ellos?”.
g) Al fin y al cabo, del horrendo crimen de Srebrenica se sabe desde hace años. ¿Por qué
el video, que en realidad es poca cosa, a pesar de ser atroz, pues muestra el fusilamiento
de seis personas, sale apenas ahora? ¿Se presentará en La Haya el muyahidin que corta las
cabezas a los serbios del vídeo presentado por los radicales en Belgrado? ¿Levantará
alguien la voz de protesta?
Veamos las cosas tal y como son. Hubo una guerra civil. Sucia, como lo son todas las
guerras civiles. En ella se cometieron atrocidades. Que hay que denunciar y someter a
juicio a todos los culpables de ello. Dejemos de lado todos los intereses y juegos subterrá-
neos de los diversos factores internacionales. Que no salen exentos de culpas en ese
asunto. Diez años después de Srebrenica tuvimos en los días pasados una guerra de
vídeos. Los únicos en haber ganado puntos al final fueron los radicales serbios, que
mostraron en el Centro Sava de Belgrado su famoso vídeo de hora y media con matanzas
de serbios. Y que tienen toda la razón del mundo al preguntar: ¿qué emisora de televisión
transmitió esas imágenes? ¿La prensa internacional informó de la conmemoración de
Bratunac, dos días después de Srebrenica?
No quiero defender a nadie, ni acusar a nadie en este triste asunto. JM Palacios ofrece una
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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imagen bastante objetiva de lo que sucedía en aquellos años en Serbia. De ese sentimiento
de injusticia cometido contra los serbios. Con noticias de atrocidades cometidas por el
otro bando (recuérdese la salida del Ejército Popular Yugoslavo de Sarajevo durante
aquel episodio del secuestro de Izetbegovic y las órdenes emitidas por Ganic). Con las
sanciones que, claro, fueron sentidas como injustas. Porque el que sufría las consecuen-
cias de las sanciones era yo, lo eran mi familia y mis amigos, y no Milosevic. Lo mismo
que nos bombardearon, aunque sabían que cuando menos el cincuenta por ciento de
nosotros estaba en contra de la política de Milosevic.
Ciertamente estoy de acuerdo en que según el refrán cada cual debe comenzar barriendo
su propio patio. Que cada cual tome conciencia de los crímenes cometidos en su nombre
durante la desintegración de Yugoslavia. Pero seguir con la política de que hay “más
culpables” y “menos culpables” nunca dará resultados.
Hay otro factor que debe tenerse en cuenta. Demasiadas presiones sobre todo el mundo al
final radicalizan mucha gente. Serbia nunca estuvo tan unida como durante los bombar-
deos.
Por eso sigo insistiendo en que Serbia necesita aperturas ante el mundo. No es haciendo
colas denigrantes y vergonzosas con un montón de papeles y certificados que humillan
para obtener visados que se van a formar “europeos”. A mí me dijo el otro día un
diplomático occidental que así será hasta que “no entreguemos a Mladic y Karadzic”. Le
pregunté por qué no aplica la misma lógica a Alemania hasta que no entregue a Martin
Bormann o a Chile hasta que no entregue a Pinochet al juez Garzón . Me dijo que
exageraba. Claro. Pero no supo decirme cuándo íbamos a conmemorar a los muertos en la
guerra civil de Ruanda. Porque eso es África y allí se pueden cometer atrocidades. Que
serán juzgadas, pero sin tanta publicidad.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Croacia: sombras de una batalla
17 de marzo de 2005 Javier Asensio
Me extraña que no haya ya reacciones en este foro sobre el rechazo de la Unión Europea
a seguir las negociaciones de entrada de Croacia por la “escasa colaboración” en la loca-
lización, detención y juicio a Gotovina.
Justo hace unos días se hablaba en el foro precisamente de otros criminales de guerra. Me
viene a la memoria el debate que hubo en el foro sobre la oportunidad de que entre Croa-
cia en la Unión Europea antes que Serbia-Montenegro. Creo que la Unión Europea, apar-
te de jugarse la credibilidad, se juega nuevas desestabilizaciones en la zona por el agravio
comparativo que podría suponer.
Lejos de alegrarnos por este hecho, creo que deberíamos ser muy prudentes. A lo mejor
hay que cerrar algunas heridas más, pero en toda la antigua Yugoslavia y no sólo en algu-
nas de sus partes.
19 de marzo de 2005 José-Miguel Palacios
Me extraña que no haya ya reacciones en este foro sobre el rechazo de la UniónEuropea a seguir las negociaciones de entrada de Croacia, por la “escasa cola-boración” en la localización, detención y juicio a Gotovina.
Cuando Ivica Racan llegó al poder tras la muerte de Tudjman circulaba un chiste que
atribuía al líder socialdemócrata unas intenciones más radicales de las que luego mostró.
Se suponía que viajaba a Bruselas en busca de un importante crédito y que la contraparte
europea le preguntaba cómo pensaba pagarlo. Racan respondía “Gotovinom”, que puede
significar “al contado”, pero también “con Gotovina” (entregándolo).
Croacia: sombras de una batalla
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La interpretación del “asunto Gotovina” depende de la opinión que cada uno tenga sobre
los condicionantes políticos del Tribunal de La Haya. El que crea que es completamente
independiente no atribuirá ningún significado especial a este hecho (si acaso, le servirá
para confirmar su imparcialidad). El que piense que las necesidades políticas pesan mucho
en sus decisiones tenderán a leer la presión sobre Croacia en el contexto del procesamien-
to de Ramush Haradinaj, hasta hace unos días Primer Ministro de Kósovo. En pocas
semanas, dos decisiones muy importantes de carácter “proserbio”.
Times recuerda, acertadamente, que Gotovina es un héroe nacional para muchos croatas.
Lo mismo podría decirse de Haradinaj para muchos albaneses kosovares. Y, aunque los
derrotados no tienen héroes, habrá serbios que piensen que bastantes de los encausados
en La Haya no han hecho otra cosa que defender a su gente. Parece que la situación dista
de estar madura para una visión común de lo ocurrido y para una reconciliación basada en
verdades compartidas.
20 de noviembre de 2005 José-Miguel Palacios
Circulan por Internet fotos de la campaña electoral para las elecciones locales de este año
en Vukovar (Croacia). En la primera de ellas, en un cartel del SDSS (Partido Serbio De-
mocrático Independiente) puede leerse (en latinica): “Vukovar je i nas grad” (Vukovar
también es nuestra ciudad).
Unos metros más allá, HDZ (Comunidad Democrática Croata) contesta con otro cartel:
“A, zasto ste ga rusili?!” (¿Y por qué la destruisteis?).
Tampoco esto se queda sin contestación. En el cartel de la lista independiente de Danijel
Rehak se lee: “Rusili su ga, a vi ga niste branili” (La destruyeron y vosotros no la defen-
disteis).
Como puede verse, no es tan fácil superar una guerra civil, en particular allí donde sí hubo
combates.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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4 de diciembre de 2005 César Luis Díez
Hace unas horas saltaba a los medios de comunicación la noticia de la captura de Ante
Gotovina en un hotel de las Islas Canarias. Con esto acababan los rumores de los últimos
meses sobre el paradero del general croata (situado en algún momento incluso en un
monasterio franciscano), y seguramente empezaran otros de cómo ha llegado hasta allí,
con qué pasaporte, etc.
Fuera de esta “rumorología”, parece más interesante ver cuáles son las reacciones que
este suceso provoca en los países de la antigua Yugoslavia. Por ejemplo: ¿cómo se perci-
be el hecho en Croacia y que consecuencias políticas puede acarrear?
En este sentido, he estado navegando por la web de B92, leyendo los comentarios que los
lectores de esta página estaban enviando ( había ya, aproximadamente, unos 150) y parece
que a los participantes en este foro lo que más les preocupa es que no se haya producido
todavía la detención de Karadzic y Mladic. Vinculan el hecho producido al que todavía no
se ha producido y, entre bromas y veras, lamentan que hasta en esto los “vecinos” se
hayan adelantado. Es una sensación de “algo ya visto”, de no poder creer que una vez
más su país va con retraso. Aunque claro está, no faltan los comentarios que dicen que la
responsabilidad de que no aparezcan los fugitivos es de Bosnia-Hercegovina y de la Repú-
blica Srpska, mientras que los que pagan por esto son los del “otro lado de la frontera”.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Yugonostalgia nakon svih ovih godina
22 de mayo de 2005 José-Miguel Palacios
Siento rebajar el alto nivel cultural que había alcanzado nuestro debate, pero no me resisto
a comentar algunos aspectos interesantes del festival de Eurovisión que se celebraba ayer.
Para empezar, fue curioso ver cómo los yugoslavos se votaban en bloque (hubo también
bastantes votos interbalcánicos, pero la preferencia absoluta de los yugoslavos por los
yugoslavos resultó muy llamativa). La locutora de TVE, que acabó comprendiendo bastante
bien la tendencia, estaba algo escandalizada: ¿no son estos mismos señores los que se han
estado dando palos durante diez años?
Respecto a las canciones, la macedonia buscaba mezclar elementos tecno con otros étnicos.
Son los ingredientes del turbofolk, del que tantas veces nos ha hablado César Luis Díez,
sólo que combinados de forma distinta. La bosnia, cantada en inglés, podría haber sido
escandinava (las chicas, rubias teñidas, pretendían parecerlo). La serbomontenegrina y la
croata, sin embargo, resultaron extraordinariamente fieles al clásico pop yugoslavo y fueron
las que más gustaron dentro de la zona.
Por Serbia-Montenegro, unos chicos montenegrinos (No nejm) interpretaron una melodía
que recordaba bastante a algunas canciones de Zdravko Colic. Sin embargo, el arreglo, muy
actual, y la propia edad de los intérpretes marcaban una distancia, cariñosamente nostálgica,
con respecto a la canción y al mundo que evocaba.
El enfoque de Croacia fue diferente. El gran Boris Novkovic (su Tamara fue uno de los
grandes hits yugoslavos de los años 80) fue fiel a sí mismo y nos ofreció una buena muestra
de yugopop clásico. El jurado de Sarajevo nos recordó que Novkovic había nacido en la
capital bosnia. Los que hayan buceado más en su biografía sabrán que es hijo de Djordje
Novkovic, un reputado compositor de música ligera, natural de Pancevo (junto a Belgrado).
Yugonostalgia nakon svih ovih godina
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Un detalle curioso más: en un festival donde casi todas las canciones se interpretan en inglés,
el serbocroata, con Croacia y Serbia-Montenegro, fue el segundo idioma más oído.
Y una reflexión: ahora va a resultar que, después de diez años de guerra y muchos más de
propaganda agresiva de unos contra otros, va a resultar que los yugoslavos de a pie, los que
envían SMS, siguen teniendo una conciencia bastante desarrollada de lo mucho que
comparten.
Fue curiosa la frase con la que se despidió el jurado de Zagreb: damos nuestros doce puntos,
y una gran alegría, al equipo de Serbia-Montenegro.
3 de julio de 2005 César Luis Díez
Querría comentar el megaconcierto belgradense de Bijelo Dugme el pasado martes. Los del
“botón blanco” cerraban en la capital serbia su gira de “reunificación”, tras dos conciertos
en Sarajevo y en Zagreb. El gigantesco concierto en el hipódromo de Belgrado, ante una
multitud que los medios estiman en más de 150.000 personas, se caracterizó por una pésima
organización, un catastrófico sonido y problemas de circulación que duraron toda la tarde
y la noche. Eso no quitó para que se juntaran en la arena del hipódromo familias enteras con
niños pequeños, adolescentes que eran bebes cuando triunfaban las canciones del grupo,
yugonostálgicos en general, habitantes de varias antiguas repúblicas yugoslavas y algunos
extranjeros (entre ellos, el que escribe este mensaje con dos compañeros de la lista,
verdaderos expertos en el tema, que me ayudaron a comprender bastante mejor el
concierto).
Fueron casi tres horas de repaso que empezaron con la formación más reciente de la banda
(la de los noventa, con Tifa de vocalista) para terminar con la de los éxitos de los ochenta.
Siempre, claro está, con la omnipresente figura de Goran Bregovic, demostrando que no hay
que cantar para ser el líder indiscutible. Después del concierto vino la lectura de las críticas
y la de frases tan curiosas como ésta de Tifa remarcada por el semanario NIN: “Kakve crne
Balkan (Mad.), 6 (2005)
1 “¿Qué coño de emoción? Lo de Bijelo Dugme ha sido la mentira del siglo; todo se ha organizadopor la pasta”. Traducción totalmente libre y - espero- sujeta a toda serie de críticas.
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emocije?! Ovo sa Dugmeton je bila prevara veka; sve je organizovano zbog love”1.
5 de julio de 2005 José-Miguel Palacios
De los tres cantantes de Dugme, Tifa es el que menos me convence y la frasecita que recoge
NIN tampoco me sirve para mejorar su imagen. ¿Qué más da la emoción que pueda sentir
él, comparada con la que sentían las 150.000 personas que le estaban pagando el sueldo?
Porque a esa gente, probablemente, la había llevado al hipódromo más el “mito Dugme”
(uno de los iconos de la yugonostalgia) que las canciones. Vista desde la distancia de tres
décadas, la música del grupo de Sarajevo es muy de su época y sólo algunas de las
canciones de sus primeros años siguen siendo actuales. La gente estaba por otra cosa y él,
el gran Tifa, podría respetarlo en lugar de hacerse el original con una frase copiada a Frank
Zappa (sobre los Beatles).
El estatuto de Tifa en el grupo, por otra parte, fue curioso. Si creemos lo que cuenta
Janjatovic en su enciclopedia del yugorock, Dugme nunca fue una banda al estilo de los
Beatles (un grupo de amiguetes que acaban haciéndose famosos), sino que entre ellos
siempre existió una clara jerarquía. Todavía, los componentes de las primeras formaciones
(el cantante Zeljko Bebek, por ejemplo) podían considerarse miembros de verdad del grupo.
Sin embargo, a partir de mediados de los ochenta, cuando Beber es sustituido por Tifa,
Dugme es ya, en la práctica, “la banda de Bregovic”. Los demás componentes del grupo,
grandes artistas en muchos casos, eran poco más que músicos a sueldo.
Según Janjatovic, la elección de Bregovic para sustituir a Bebek había sido Alen (Alija)
Islamovic, pero éste se encontraba comprometido con otro grupo bosnio (Divlje Jagode,
creo), así que tuvo que optar por Tifa. Un par de años después, Tifa se marchó y entró Alen.
Más allá de mitos, quizá sea el mejor cantante de los tres.
Yugonostalgia nakon svih ovih godina
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6 de julio de 2005 Dalibor Soldatic
Bijelo Dugme ha sido, sin lugar a dudas, el mejor grupo de rock en serbocroata. Goran
Bregovic, que con el tiempo ha demostrado ser un músico de talento indiscutible, fue el
primero en lanzar lo que en aquella época se llamaba “rock de pastores” ( pastirski rok), del
que después derivaría el turbofolk.
Es un hecho que todo lo que cantaron en el concierto de Belgrado había sido un éxito y que
las canciones eran muy populares. Bastaba ver a aquellas cien mil o doscientas mil personas
que coreaban las piezas y se sabían la letra de todas.
La asistencia al concierto tuvo un poco de todo. La gente acudió al hipódromo movida por
motivaciones diversas:
a) por el hecho de que se tratase del mejor grupo de rock en la historia de la escena pop
yugoslava;
b) por la indiscutible calidad y popularidad del Bregovic de hoy en día, junto con el deseo
de ver qué había pasado con los demás miembros del grupo;
c) porque se juntaron en el concierto padres e hijos;
d) por la yugonostalgia, no cabe duda;
e) también por la rivalidad que aún existe con otras metrópolis yugoslavas. Había que
demostrar a Zagreb y a Sarajevo lo que puede Belgrado, aunque es verdad que ni la capital
croata ni la bosnia estuvieron nunca a la altura de la serbia en este terreno.
Lo demás es lo menos importante. Todos sabemos que Bregovic ha renegado de sus días
de músico de rock y que solamente una considerable suma de dinero podía hacerle vestir de
nuevo ese traje. Los que conocemos algo de Bijelo Dugme no hemos dudado de ello ni un
momento. Y no importa el hecho que un gran porcentaje de su repertorio actual con su
Banda para Entierros y Matrimonios provenga de la época de Bijelo Dugme, o que se sepa
Balkan (Mad.), 6 (2005)
2 Qué mejor ejemplo que la canción tradicional dálmata “U te sam se zaljubila” (Me enamoré deti), incluida en la banda sonora de La reina Margot bajo la firma de G. Bregovic.
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que ha tomado motivos del folklore y firmado con su propio nombre2. En cuanto al
conjunto, siempre estuvo organizado de modo que Bregovic tomaba todo el dinero y los
demás tenían salario y percibían una suma fija por concierto o disco.
De los tres cantantes, Bebek ha sido siempre el mejor, ya que es el más cercano por su
sensibilidad a la música rock. Tiene el defecto de una voz débil y, generalmente, no da más
de tres o cuatro canciones seguidas. Tifa tuvo problemas con la droga y la bebida y ha sido
bastante inestable como cantante. Alen es el mejor cantante de los tres y lo ha demostrado
en el concierto de Belgrado, pero no alcanza la comunicación emotiva con el público que
tiene Bebek.
Espero haber aclarado un poco a los interesados lo que fue un concierto histórico. Y
dejemos de lados el hecho que había que ir a pie durante horas porque no permitían el
acceso de automóviles, que el sonido era pésimo, que las bebidas eran carísimas, que no
había esto y aquello... El concierto de Bijelo Dugme fue histórico, lo mismo que en tiempos
fue histórico su concierto en Kosutnjak, en la Hajducka cesma. Bregovic siempre supo
hacer las cosas. No se pierdan su Carmen gitana cuando la presente por España.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
4 de julio de 2005 Roberto Barral
Aventurarse en la cuestión de qué pasará con la Unión de Serbia y Montenegro es un tema
peliagudo que ni los más duchos en las cuestiones políticas del entorno se atreven a abordar
abiertamente. Tampoco se trata de hacer elucubraciones quinielísticas a la ligera, pero sin
opiniones al respecto tampoco podremos desechar argumentos que de nada sirven.
Me explico. Hoy he leído en Blic (nº 263) que desde el gobierno serbio se espera que la
cuestión de la secesión se posponga a una presumible entrada en la Unión Europea (UE).
Parece quizá más fácil entrar en la UE “de inmediato” y después abordar si nos separamos
o no, dado que “Solanija” (La Unión de Serbia y Montenegro) está en parte condicionada
(desde la propia UE) a permanecer unida para entrar en el “mejunje europeo”. Otra cosa
será que una vez dentro “te dejen” separarte...
Por otra parte, algunos dirigentes montenegrinos creen que su república entraría más
fácilmente en “el Club” si no tuviese lo que ellos consideran el “lastre” serbio. Y a todo ello,
añadámosle el posible efecto dominó que tendría la secesión de Kósovo sobre el entorno,
y volverán a poseer una razón más en Montenegro para separarse definitivamente.
Sé que todo esto es de sobra sabido por los colisteros.
Pero es que tampoco he tenido la impresión de que haya habido muchos desánimos (o
aspavientos) por los resultados negativos de los plebiscitos europeos sobre el tratado de la
Constitución. La impresión que tengo es que se sigue pensando que la prioridad es entrar
en Europa “al precio que sea”. En todo caso, una vez dentro ya se verá qué sucede con
dicha unión.
Me encuentro un poco desorientado. ¿Alguien cree en una secesión apresuradamente
cercana?.
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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4 de julio de 2005 Julio Garrote
De todas las opiniones oídas y pronunciadas por mis buenos amigos serbios y montenegri-
nos, que haberlos haylos, no he encontrado ninguna, ni procedente de los unos o de los
otros, diferente de la convicción del ciudadano de a pie de que Serbia y Montenegro deben
continuar juntas, a pesar de lo que los políticos digan. Y es que sólo en Belgrado dicen que
hay más de 200.000 montenegrinos viviendo y trabajando. Si una se consumara la secesión,
tendrían que solicitar visado y permiso de residencia y trabajo, lo que supondría un grave
perjuicio para ellos. Total, en Montenegro el turismo está como está; el sector servicios,
poco desarrollado; la industria, atrofiada. Quedan las cabras y las ovejas, pero me temo que
hay pocos montenegrinos que quieran volver a los oficios ancestrales. A ver entonces quién
es lastre de quién.
Lo lógico es que los políticos secesionistas montenegrinos se dejen de tanta demagogia. En
particular, Milo, de dudosa catadura moral.
6 de julio de 2005 Miguel González Lázaro
Me llamo Miguel González Lázaro y llevo trabajando desde hace un año en Podgorica con
una ONG española, en un programa transfronterizo de ayuda legal gratuita a refugiados y
desplazados financiado por AECI.
Sobre el tema de la independencia, quizá la perspectiva que se tiene desde el propio
Montenegro es diferente a la que se tiene en Serbia. Es cierto que la población local no se
decanta de forma mayoritaria por una opción o por la otra, pero también lo es que un
porcentaje alto de los montenegrinos, alrededor del 50 %, son favorables a una independen-
cia de iure que sancione lo que en muchos aspectos es ya de facto. Desde el proceso de
redefinición de la Unión que tuvo lugar hace unos años, como sabéis Serbia y Montenegro
funcionan autónomamente en varios aspectos, quizá el más importante de ellos el
económico. No es sólo que haya diferentes monedas o que los presupuestos de ambas
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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repúblicas sean independientes, sino que hay que pagar derechos de aduana por productos
importados desde Serbia y los puestos fronterizos entre ambas repúblicas son más
imponentes que los que hay con Croacia o con Bosnia (financiados por USAID, todo hay
que decirlo).
Mucha población siente que la unión con Serbia no reporta especiales beneficios a
Montenegro y que la independencia no sólo no acarreará costes añadidos a Montenegro sino
que permitirá, en última instancia, un más rápido acceso a la Unión Europea y una mejor
defensa de los intereses de Montenegro ante las instituciones y organismos internacionales,
dado que se tiene la impresión general de que la diplomacia de la Unión defiende
básicamente los intereses del pez grande. Obviamente esto no es más que una opinión y
propaganda gubernamental que Solana y otros intentan matizar constantemente.
Como sabéis, Milo Djukanovic tiene intereses personales en la independencia (inmunidad
para los cargos que tiene abiertos en Italia, por ejemplo), pero también políticos, y utiliza
el nacionalismo como flotador político que evite el hundimiento de un gobierno corrupto,
nepotista e ineficiente, intentando convencer a los ciudadanos de que su mayor problema
es la independencia y no la crisis económica, el paro, los problemas de suministro eléctrico
o las irregulares privatizaciones que se están llevando a cabo. Toda la maquinaria del
gobierno está dedicada a favorecer el sentimiento independentista de la población, y en
cierto modo están teniendo éxito.
El tema del referéndum es una incógnita, y todavía no está claro ni quién votará. Hace unas
semanas Kostunica informó a Bruselas de que 263.000 montenegrinos viven en Serbia, y
que alrededor de 1,5 millones de serbios tienen raíces en Montenegro. 263.000 son muchos,
comparados con los 620.000 habitantes de Montenegro según el censo de 2004, y la
discusión se centra ahora en si tienen derecho al voto o no. El gobierno montenegrino se
niega a incluirles en el censo (“si no pagan impuestos, no tienen derecho a decidir”), pero
el Consejo de Europa, la UE o la Comisión de Viena consideran que tienen todo el derecho,
pues, no lo olvidemos, y por mucho que le pese a Milo, esta diáspora no vive en el
extranjero (todavía), sino en el seno de un único Estado.
A la pregunta que hace Roberto Barral, de si la secesión está cerca, considero que no, pues
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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por el momento es el principal soporte que mantiene a Milo y a los suyos en el poder.
Probablemente preferirán alargar el juego, seguir dando temas de conversación desviando
la atención de la ciudadanía, culpando a Serbia de todos los males de Montenegro, antes que
verse independientes y obligados a reconocer su incapacidad política.
7 de julio de 2005 Roberto Barral
En referencia a lo que dice Julio sobre los visados y permisos de trabajo para acceder a
Serbia por parte de los montenegrinos y viceversa, estoy completamente de acuerdo, entre
otras cosas porque conozco a tantos/as amigos/as estudiantes montenegrinos/as en Belgrado
(que además dicen que la universidad aquí es casi gratuita para ellos/as), que sólo en el
ámbito educativo sería otra debacle más sin sentido en un periodo récord.
Ni que decir tiene que el primer motor del turismo montenegrino proviene de Serbia. ¿Se
imaginan en Madrid haciendo denigrantes colas ante la “Embajada de Valencia” para
tomarse 15 días de playa? Como se dice ahora: ¡Va a ser que no!
Se me ocurre que ante semejante arrogancia los serbios volverían a intentar veranear
masivamente en la costa croata, prefiriendo incluso tragarse su orgullo del pasado reciente,
(cosa que los empresarios croatas tampoco dejarían pasar), y más ahora que parece que hay
intención de que vuelva el “buen rollito” y el “Bijelo Dugme” entre ambas naciones.
Sobre la intención del gobierno montenegrino de no querer incluir a los residentes en el país
para el referéndum sobre la secesión de Serbia, ¿de verdad lo creen factible?. ¿Podrán votar
los montenegrinos que residan en Viena, Madrid o Nueva York (quizá paguen algún
impuesto) y no los que residan en Serbia?. ¿Tendrán derecho los padres residentes, pero no
sus hijos en la diáspora serbia?. Es más, ¿tendremos que llamar a Don Manuel (Fraga
Iribarne, ahora ya más disponible) para que venga y les explique la importancia que tiene el
electorado en el “extranjero”? (perdón por la broma).
No sé, no quería caer en la tentación de pensar que es más importante Serbia para
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Montenegro que viceversa. Es una subjetividad peligrosa, pero en todo caso son muy
importantes ambas para sí mismas y para su desarrollo en conjunto. Está claro que cuando
se agotan las ideas (esa incapacidad política que dice Miguel), en verdad se antoja más
rentable desviar la atención ciudadana, como tantas veces ha ocurrido ya en la antigua
Yugoslavia, que hacer caso a la lógica aplastante.
Mi preocupación ahora es que en Serbia también parece haber un desencanto con dicha
Unión y se percibe en la calle algo así como “antes de que se separen ellos, nos separamos
nosotros”. Esa está empezando a ser mi sensación.
7 de julio de 2005 José-Miguel Palacios
Es un magnífico comentario, Miguel. Tus observaciones y tu análisis proceden de un
contacto directo con la realidad que la mayor parte de los demás colisteros no tenemos, así
que poco podemos añadir, más allá de nuestro agradecimiento por haber querido
compartirlas con nosotros.
Permíteme tan sólo algunas consideraciones de tipo general:
La primera es que los estados duales tienden a ser inestables. La razón para ello es que ante
cada decisión se tiende a interpretar que lo que gana una parte lo pierde la otra. Sólo en
épocas de expansión la situación es tolerable, ya que ganan todos. En cuanto aparece una
fase de estancamiento o de recesión surge el problema del reparto de los sacrificios y del
cambio de política. Siempre una de las dos partes se siente maltratada y tiende a buscar la
separación. Tenemos un caso muy reciente y muy característico: el de Checoslovaquia.
El modelo más típico de estado dual viable es cuando una parte es considerablemente más
fuerte y próspera que la otra, de forma que tiene capacidad de sobra para garantizar a la
parte menor un flujo continuo de transferencias que hagan que su nivel sea considerablemen-
te superior al que tendría siendo independiente, pero inferior al de la “hermana mayor”. Es
lo que ocurre con la “Unión USA-Puerto Rico” (podemos considerarla un caso de estado
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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dual, dejando de lado la complejidad interna de una de las partes). Puerto Rico, a pesar de
su clara distancia cultural e histórica respecto a Estados Unidos, no busca la independencia.
De acuerdo con este criterio, nuestra política europea hacia Serbia y Montenegro desde, al
menos, 1997, favorece objetivamente la ruptura del Estado, no su mantenimiento. A pesar
de las declaraciones públicas y, probablemente, de los deseos de nuestros políticos.
Un segundo problema lo constituye el ingreso en la UE. Tanto Serbia y Montenegro, por
separado, como Serbia-Montenegro formando un Estado único habrían de ser, al menos
durante los años iniciales, receptores netos de fondos comunitarios. Y la experiencia
muestra que la UE absorbe con mayor facilidad a receptores pequeños que a receptores
grandes. Por eso, entre otras cosas, Grecia entró cinco años antes que España. Y por eso
mismo, digamos lo que digamos, es posible que Podgorica tenga razón cuando sostiene que
entraría sola antes que Serbia o que Serbia-Montenegro (suponiendo, claro está, que la
ampliación no sufre un parón largo como consecuencia de un fracaso definitivo del proceso
constituyente).
Otro factor que ha sido muy importante en las ampliaciones es el haber sido capaces de
encontrar un “patrón” entre los poderosos de la Unión, algo que consiguen con mayor
facilidad los pequeños que los grandes. Al final, se acaba llegando al típico mercadeo de “sí
a los tuyos” a cambio del “sí a los míos”. A esto hay que añadirle el factor “amigo
americano” (“tenemos que apoyar, porque, si no, los americanos, que lo van a hacer de
todos modos, nos dejarán fuera”). Y Montenegro, con poco más de medio millón de
habitantes, es una pieza relativamente barata en el mercado geopolítico de Europa.
Como sabéis, Milo Djukanovic tiene intereses personales en la independencia(inmunidad para los cargos que tiene abiertos en Italia, por ejemplo), pero tambiénpolíticos, y utiliza el nacionalismo como flotador político que evite el hundimientode un gobierno corrupto, nepotista e ineficiente.
Montenegro es un caso único en la Europa postcomunista: es el único Estado (independien-
te o semiindependiente) donde no se ha producido la transición política plena, donde ha
seguido gobernando de manera ininterrumpida el último liderazgo comunista (Milo era uno
de los jóvenes líderes - lepi, mladi, pametni - del grupo que llegó al poder en enero de 1989
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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de la mano - pecadora - de Slobodan Milosevic). Todo lo ha conseguido aprovechando la
especial situación de la república dentro del Estado yugoslavo (que hace que las autoridades
de Podgorica puedan presentarse como irresponsables en última instancia de los problemas
de sus ciudadanos). ¿Se podrá mantener este esquema en un Montenegro independiente, o
seguirá la senda de los demás países postcomunistas?
Julio, por su parte, hablaba de la “convicción del ciudadano de a pie de que Serbia y
Montenegro deben continuar juntas, a pesar de lo que los políticos digan”. Juntas o
independientes, no es necesario que Serbia y Montenegro se peleen, ni que exijan visados
a sus ciudadanos, ni que no se concedan a los nacionales de la otra república los mismos
derechos que a los propios. Es perfectamente posible, y compatible con la independencia,
establecer un régimen de doble ciudadanía que permita que esos cientos de miles de
montenegrinos de Serbia puedan ser ciudadanos a la vez de los dos Estados.
Lo que, con toda la mejor “hermandad y unidad” entre serbios y montenegrinos sigue
faltando es un proyecto de Estado común, y quizá crearlo ahora ex-novo saldría demasiado
caro. Fijándonos sólo en las infraestructuras (uno de los elementos vertebradores de
cualquier país) resulta que Serbia y Montenegro siguen estando débilmente conectadas, de
suerte que desde Belgrado se tarda la mitad de tiempo en llegar a Zagreb o a Skopje que a
Podgorica. Los puertos naturales de Belgrado son Rijeka o Salónica, no Bar. Y la salida
natural de Montenegro hacia Europa será a través de la transadriática o por el futuro eje
Adriático-Sarajevo-Budapest, no por Belgrado.
Como decía muy oportunamente Roberto, “se me ocurre que ante semejante arrogancia
los serbios volverían a intentar veranear masivamente en la costa croata, prefiriendo
incluso tragarse su orgullo del pasado reciente, (cosa que los empresarios croatas
tampoco dejarían pasar) y más ahora que parece que hay intención de que vuelva el “buen
rollito” y el "bijelo dugme” entre ambas naciones”. Desde el punto de vista práctico (y las
cuestiones de estatalidad nunca son simplemente prácticas), la costa montenegrina es una
segunda opción, que se activa si Dalmacia e Istria están cerradas; y Bar es una segunda
opción, interesante tan sólo mientras Rijeka esté fuera de juego. Si el fenómeno “Bijelo
Dugme” se consolida, Montenegro será prácticamente irrelevante para Serbia y veremos
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
1 Estos datos están sacados de la revista Evropa, nº65, 7 jul 2005.
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cuánto se está dispuesto a pagar por mantener unos restos de “hermandad y unidad”.
9 de julio de 2005 César Luis Díez
Son muy interesantes los últimos mensajes sobre una posible secesión de Montenegro, o de
Serbia, de la Federación; o acerca de una posible decisión conjunta de abandonarla a la vez.
Perdón si la primera línea es algo farragosa, pero creo que plasma gráficamente la confusión
frente a este tema de un belgradense de “a pie” (aunque en este caso sea un extranjero). La
mayoría de la gente con quien puedo comentar este tema termina siempre con una frase
parecida a “¡que se vayan ya!”. Existe un hastío en gran parte de la población de los temas
políticos, y este parece ser un “aburrido” epílogo de un proceso empezado hace muchos
años.
Sin embargo el problema es de un gran calado y tiene muchas vertientes (una de política
interior, otra de exterior, de relaciones internacionales, etc.). En este mensaje, me gustaría
comentar la más social: la opinión de la gente. Y aquí hay que tener en cuenta que los
habitantes de ambas repúblicas no son un conjunto homogéneo. Sin ir más lejos, los
habitantes del Norte de Montenegro se consideran en una gran mayoría serbios (de
Montenegro) y no estarían a favor de la independencia. Por otra parte, está la cantidad de
montenegrinos que ocupan puestos relevantes en la vida social y política de Serbia (o de
Serbia-Montenegro, si se prefiere). Por ejemplo: en el plano político están Boris Tadic
(Presidente de Serbia y Presidente del Partido Demócrata), Ljubomir Tadic (académico y
antiguo disidente; padre del anterior), Dragan Jocic (Ministro de la Policía y Vicepresidente
del Partido Demócrata de Serbia - DSS -; uno de los colaboradores más cercanos de
Kostunica), Vladimir Bozovic (Inspector General de la Policía), Danica Draskovic (mujer
de Vuk Draskovic; se dice de ella que quiere llegar a la cúpula de la BIA, el Servicio
Secreto), Aleksandar Nikitovic (Jefe de Gabinete de Vojislav Kostunica), Zoran Stojkovic
(Ministro de Justicia en el Gobierno de Serbia; miembro del DSS), Rade Bulatovic (Jefe de
la BIA). Junto a éstos, hay más en el mundo del espectáculo, los deportes o el cine1.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Una de las preguntas sería por qué hay que considerarlos montenegrinos. Es decir, qué hace
que alguien sea montenegrino. Y la respuesta no es tan fácil, sobre todo si tenemos en
cuenta que la sociedad de Montenegro sigue siendo muy patriarcal. Habría entonces que
distinguir entre “ser montenegrino” porque tu padre lo ha sido y “ser montenegrino” en el
sentido de actual habitante de Montenegro. En el primer caso, habría muchos de ellos -
residentes en Serbia - que en el caso hipotético de la separación (o secesión) tendrían serias
dudas sobre qué nuevo pasaporte pedirían.
Frente a esto, no se debe olvidar tampoco la población montenegrina que se declara
“abiertamente” independentista (¿entre un 49 y un 51 por ciento?) y que se concentra
mayoritariamente en la costa.
11 de julio de 2005 Dalibor Soldatic
Nadie habla al considerar la posible separación de Montenegro con los números y los índices
económicos sobre la mesa. Montenegro en la antigua Yugoslavia era una de las repúblicas
en bancarrota (junto a Macedonia y la provincia de Kósovo). Ésa fue una de las razones
principales de la salida de Eslovenia de la federación yugoslava. JM Palacios hacía mención
de este dato el otro día al trazar el paralelo con la crisis actual de la Unión Europea (UE).
Por lo tanto, se plantea la pregunta: ¿quién va a pagar las deudas y las cuentas de
Montenegro?
Mientras la separación de Montenegro de la Serbia de Milosevic venía bien a la comunidad
internacional, pues era un elemento adicional de presión sobre Milosevic, era lógico esperar
que el “patrocinador fuera la UE. Como me decía un amigo español en aquella época: la
Unión Europea puede darse el lujo de mantener una ciudad con medio millón de habitantes.
Y ésa es la población que tiene Montenegro. ¿Cuáles son esas industrias y actividades
económicas con las que Montenegro piensa poder sobrevivir? ¿Alguien dispone de cifras?
Porque en los Balcanes la economía es exitosa cuando logras sobrevivir y basta.
Por otra parte, ¿para qué sirven esos estados minísculos en una Europa que se está
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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integrando?
De un lado, creamos integraciones grandes y, por el otro, fomentamos la creación de
estados con medio millón de habitantes. ¿Quién espera que esos estados balcánicos que
hasta fueron capaces de entrar en guerras sangrientas con tal de separarse y afirmar su
nacionalismo de la noche a la mañana renuncien a su orgullo nacional y lo subordinen a la
idea de una Europa común? Queda por verse.
¿Què pasará con los montenegrinos que viven en Serbia? Son, según parece, unos 250.000.
Y, ¿qué hacemos con los montenegrinos que se declaran serbios?. Porque allí también el
asunto se complica. Lejos de tener intenciones de negar la existencia de la nación
montenegrina, tengo que recordar a muchos que uno de los padres de la patria montenegri-
na, Petar Petrovic Njegos, declaraba en su libro Gorski vijenac ser serbio.
Por último, no creo que la Iglesia Ortodoxa Serbia incline favorablemente a la idea del
separatismo. El metropolita Amfilohije Radovic en el pasado ha hecho declaraciones muy
claras en ese sentido.
El que Milo Djukanovic necesite perpetuar su poder político en Montenegro para salvarse
de las posibles persecuciones judiciales en Italia, donde se le acusa de “asociación de tipo
mafioso” no justifica, en definitiva, una política separatista. Hay quienes no olvidamos que
en un pasado no tan remoto vestía uniforme militar y pasaba revista a los reservistas
montenegrinos que hicieron de lo suyo por la costa adriática en Dubrovnik, Konavle y
cercanías. Porque, si ahora quiere separarse de Serbia, ¿por qué no lo hizo en la primera
Conferencia de La Haya, cuando Lord Carrington quiso hacer de Yugoslavia una
“federación flexible”? Se salieron todos, menos Montenegro y Serbia. ¡Cuántas vidas y
destrucciones se hubieran evitado! ¿Se lo preguntará alguien a Milo Djukanovic?
15 de julio de 2005 Miguel González Lázaro
La mayoría de la gente con quien puedo comentar este tema termina siempre con
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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una frase parecida a “¡que se vayan ya!”. Existe un hastío en gran parte de lapoblación de los temas políticos, y este parece ser un “aburrido” epílogo de unproceso empezado hace muchos años.
Igual que César, yo, con toda la gente con la que hablo del tema (montenegrinos, pero
también serbios, bosnios o croatas), recibo la impresión de un desdén y desprecio a la clase
política muy poco compatible luego con los resultados electorales. En Montenegro, la zona
que mejor conozco, no he encontrado a nadie todavía que elogie a Milo, a su partido, el
DPS (Partido Democrático de los Socialistas) o al otro partido de la coalición gobernante,
el SDP (Partido Socialdemócrata). Y, sin embargo, ganan todas las elecciones (últimamente,
las municipales en Niksic o Budva, dos de las principales ciudades del país).
Después de cada una de estas elecciones se lanzaron cohetes desde la sede del Gobierno,
como si desde Moncloa se lanzaran petardos por la derrota de Fraga. La hermana de un
colega trabaja para Correos, y después de las últimas elecciones presidenciales recibió el
siguiente comentario de uno de sus superiores: “He oído que no has votado. ¿Te parece que
eso está bien?”. Y otro amigo, cuando comentó a su familia que votaría por la Liga Liberal,
le preguntaron: ¿Pero tú quieres seguir trabajando?
Montenegro es un Estado desestructurado, en el que lo único que funcionan son las
estructuras represivas y de mantenimiento de un determinado proyecto político y de un
Gobierno en particular. Cuando ocurrió la guerra de Bosnia yo era muy joven, pero no es
difícil intuir que la situación era similar. Aunque las nuevas generaciones se rebelan en parte
contra esta situación, la mayoría de la población sigue con el esquema mental del Estado
socialista, omnipotente y omnipresente. Y la mayoría de los estados en transición, si es que
tienen interés en conservar algo de la época comunista, es el del control de los ciudadanos
por el temor.
César alude al problema de la definición de “montenegrino”, problema que nos remite
directamente al dilema de las indentidades y de la manipulación de la que pueden ser objeto,
algo que tanto sufrimiento provocó la década pasada en los Balcanes. Novedosamente, Milo
pretende imponer ahora la identidad geográfica o, más correctamente, impositiva: sólo votan
en el referéndum aquéllos que pagan impuestos en Montenegro, o sea, que residen allí.
Hacienda somos todos y el que no paga, no cuenta. Montenegro es todavía una sociedad
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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tribal, pero es también la prueba de que un argumento tan manido como el de la identidad
(sanguínea, nacional, religiosa o étnica) sigue siendo capaz de causar problemas.
25 de julio de 2005 José-Miguel Palacios
¿Cuáles son esas industrias y actividades económicas con las que Montenegropiensa poder sobrevivir? ¿Alguien dispone de cifras? Porque en los Balcanes laeconomía es exitosa cuando logras sobrevivir y basta.
Hace quince años, se decía lo mismo de las repúblicas yugoslavas. ¿Dónde va Eslovenia?
¿Quién le va a comprar sus electrodomésticos Gorenje, su material deportivo Elan o sus
zumos Fructal, que no sea el resto de Yugoslavia? Pero se ha visto que, con las nuevas
reglas del juego, Eslovenia puede sobrevivir muy bien sola en un mundo globalizado. De
hecho, con la experiencia de estos años podemos aventurar que le ha ido mucho mejor sola
de lo que le habría ido en el conjunto de la RSFY.
Esta observación y otras parecidas han llevado a dos economistas italianos, Alberto Alesina
y Enrico Spolaore, a plantearse en su libro The Size of Nations (muy comentado durante los
dos últimos años) cuál es el tamaño ideal de los países. Su conclusión es que en el mundo
moderno estados más pequeños pueden ser viables en aquellos casos en que las ventajas de
una mayor homogeneidad superen a los inconvenientes de la pérdida de beneficios de escala.
Desde este punto de vista encontramos la lógica de la secesión eslovena. En un momento
en que (por la desaparición de los bloques) el estado yugoslavo ya no era una garantía de
defensa y cuando (a causa de la integración europea, por una parte, y de la desintegración
del estado yugoslavo, por otra), el mercado que podía garantizar Yugoslavia ya no era tan
atractivo, la enorme ganancia de homogeneidad que suponía la independencia favorecía
precisamente esta opción. En Bosnia-Hercegovina, donde no se ganaba en homogeneidad,
la independencia resultó mucho más problemática (de hecho, habida cuenta de los costes de
transacción, desde este punto de vista no hubiera resultado razonable optar por ella).
Volviendo a Montenegro, nos encontramos que el posible nuevo estado no sería más
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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homogéneo que Serbia-Montenegro, sino menos (según el último censo, 40% de
montenegrinos frente a 30% de serbios; según encuestas, algo más a favor de la independen-
cia que en contra de ella). Si se llega a la independencia no será a causa de las tendencias
históricas que describen Alesina y Spolaore, sino por otros motivos.
25 de julio de 2005 Roberto Barral
Hace unos días hablando con unos amigos en una cervecería “casi hispana” y optimista de
Belgrado, salió el tema de la supervivencia económica de un Montenegro separado de
Serbia.
Al margen de que a su Presidente, Djukanovic, le interese la secesión para obtener un
“status” de Jefe de Estado que le dé inmunidad para ser juzgado en Italia, y que pueda
aducir un sentimiento nacionalista y convencer a la ciudadanía de que el turismo y el dinero
de la UE “sostendrá” la economía de un pequeño país, ha aparecido una razón que bien
podría valer una secesión más interesante.
Según he entendido, Serbia NO dispone de secreto bancario para los clientes investigados
por delitos fiscales de otros países. La diferencia es que Montenegro parece que sí.
Quien tiene dinero, dinero de verdad (y por lo visto hay mucho), va a un paraíso fiscal y
luego éste se lo devuelve más “lavadito”.
Los paraísos fiscales en países europeos son los más atractivos. Las mismas ventajas que los
“bananeros” y un verdadero estado de derecho que respalda sus bienes, incluso los que son
secretos.
Derechos garantizados. Y, además, cientos de bufetes de abogados dispuestos a garantizarle
que nadie utilizará fraudulentamente su empresa. Ése es su negocio. Si algo le ocurre a su
dinero, se les acabó el negocio al país “paradisíaco” y, además, con altas probabilidades de
que terminen en la cárcel los que deberían “cuidar” de dicho dinero.
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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También, por lo visto, hay gran necesidad de nuevos paraísos fiscales porque cada vez se
ponen las cosas más difíciles. En este contexto, Montenegro parece tener la oportunidad
perfecta. Y en esta supuesta estrategia la pertenencia a la Unión con Serbia sí sería un lastre
a sus aspiraciones.
Por otra parte, ganar un futuro referéndum parece no ser una difícil empresa. Podgorica “es”
de Djukanovic. Atendiendo a la distribución geográfica de Montenegro, mi impresión es que
la población se encuentra atomizada en pequeñas ciudades y pueblos (donde mejor funciona
la red clientelista y el control de los “pedáneos” afines al gobierno). Por si fuera poco, la
población total sería de unos 650.000 habitantes y, dado que no todos tienen derecho al
voto (menores de 18 años más aquellos que residan fuera de sus fronteras llegado el día de
la votación), la posibilidad de “comprar” unos cuantos votos que garanticen el éxito tendría
un precio muy asequible y fácilmente financiable por países, empresas y mafias interesadas.
Dada la teoría del “paraíso fiscal montenegrino”, parece resuelto un poco más el problema
de la financiación (por lo menos a corto plazo) de su economía. Y Djukanovic no será el
político atípico que se preocupe por primera vez de los “largos plazos”.
25 de julio de 2005 César Luis Díez
Me parece interesante volver a plantearnos el problema desde el principio:
¿Quién puede separarse? En principio cualquiera de los dos integrantes de la unidad. Es
decir, Serbia podría decidir que no le interesa seguir unida a Montenegro ya que esta unidad
le produce más quebraderos de cabeza que ventajas. O, también, podría ser Montenegro
quien decida la separación por las razones que estamos discutiendo. Lo interesante es que
una vez producida esa secesión lo que ocurrirá es que desaparecerá un “ente”, al contrario
de los que ocurrió con la SFRJ, que iba perdiendo las repúblicas que la componían, pero que
mantenía - al menos formalmente - una estructura remanente. El paso fue, más o menos (y
sobre esto podríamos discutir con detalle), de República Socialista Federativa de
Yugoslavia (SFRJ) a República Federal de Yugoslavia (SRJ) y, por fin, a Serbia-
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Montenegro (SCG).
Esto que acabo de escribir no es nuevo en esta lista, lo hemos visto ya varías veces; pero
creo que puede ayudar a centrar el problema de la posible separación. Por otro lado, creo
existen dos planos de análisis que deben contraponerse:
a) Visión interior. Es decir, lo que se piense o se pueda proponer desde cualquiera de las
dos repúblicas sobre el futuro común de ambas.
b) Versión exterior. La opinión de la comunidad internacional sobre el futuro de esta unión
y las presiones que ejerza en cualquiera de las dos direcciones (permanencia de la unidad o
desintegración). Además, me parece que la “llamada comunidad internacional” hay que
dividirla (para este caso) en tres corrientes de opinión: Estados Unidos, UE y OTAN, que
no tienen por qué tener el mismo punto de vista sobre el problema. También hay que tener
en cuenta, en este apartado, otro tema ya mencionado en la lista: el de una aparentemente
coherencia. Parece que se fuerza a convivir a Serbia y Montenegro de la misma manera que
se mantiene unida Bosnia, o se trataría de evitar una separación de Kósovo que pudiera
provocar la creación de un nuevo “mini-estado” hacia el que los estados limítrofes (Serbia,
Montenegro, Macedonia y Albania) tendrían pretensiones territoriales. Si de repente se
optara por un apoyar la ruptura de SCG, ¿qué ocurriría en los otros casos?.
1 de agosto de 2005 Jairo Dorado
Hace unos mensajes, el Profesor Soldatic aludía a que nadie preguntó a Serbia sobre su
estatus. Me recordó un articulo de historia que leí en Hungría hace unos años en el que se
explicaba la creación del Reino de los Eslovenos, Croatas y Serbios como la creación de una
gran Serbia. Si esta teoría fuese cierta - la explicaré a grandes rasgos- bien se podría
entender desde un punto de vista histórico la separación de Serbia y Montenegro y también
que nadie “preguntase” a Serbia.
Al acabar la Primera Guerra Mundial, los territorios de Austria y Hungría fueron separados
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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y, por lo general, la tendencia fue a crear nuevos estados. Bohemia y Moravia, austriacas,
por un lado, y el Félvidek y Silesia, húngaras, por el otro, constituyeron Checoslovaquia.
Lo mismo se podría haber hecho con la Krajina, Estiria y Carintia por un lado, y Croacia y
Dalmacia por otro, mientras que Serbia obtendría el Banato y Bosnia, así como una salida
al mar en Salónica.
Sin embargo, según este articulo, se colmaron las aspiraciones nacionalistas serbias al
concederle una serie de posesiones más allá de lo esperado. Incluso, la inclusión en el
paquete de un reino independiente - Montenegro - como salida al mar.
La desintegración de Yugoslavia, según Michaela Wolf, de la Universidad de Graz - no
tengo aquí la referencia del artículo - considera este proceso como un claro caso de
postcolonialismo, de la misma manera considera la separación de la URSS o de Checoslova-
quia.
Si así fuere, la ideas de Roberto sobre Montenegro entran en el paquete de características
de cualquier estado postcolonial, con una actividad empresarial exclusiva y el presidente
sempieterno en el poder.
A colación con lo indicado por JM Palacios, recuerdo una pintada a principios de los
noventa en uno de los barrios más nacionalistas de mi Vigo natal que decía “Eslovenia
somos nós”. Económicamente, Galicia no es, ni por asomo, como Eslovenia, pero si se
atiende al factor de homogeneidad, sí hay mucha más correspondencia que en las otras
nacionalidades históricas.
Esto plantea un desafío interesante: ¿es el nacionalismo más radical cuanto menos
homogéneo un país? Es posible, pero los ejemplos existentes dan que pensar. Principalmen-
te, porque no está claro cuál es el factor de homogeneidad. Si es la religión, para explicar
el caso bosnio, Montenegro y Serbia no deberían tener problemas. Si es el idioma,
recordemos que Eslovenia tiene como idiomas oficiales tres y hay minorías de dos idiomas
más en su pequeño territorio... ¿Qué es entonces la homogeneidad?
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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2 de agosto de 2005 César Luis Díez
Jairo terminaba su mensaje de ayer preguntando qué es la homogeneidad. Me parece una
cuestión muy pertinente y en parte el propio Jairo la responde en ese mismo mensaje. Para
establecer la “homogeneidad” de cualquier colectivo es necesario definir algún rasgo sobre
ese mismo colectivo. Puede ser, por ejemplo, la religión y entonces definir a un conjunto
humano homogéneo en cuanto a ese rasgo cuando todos los componentes del mismo
profesan la misma religión; o el color de la piel, y entonces decir, por ejemplo, que los
zulués forman un grupo homogéneo (¿o habrá zulués blancos?).
La cuestión se complica cuando no existe un único rasgo que defina al colectivo, sino que
se pueden considerar varios, con resultados parcialmente diferentes. Se puede tomar, por
ejemplo, el criterio geográfico (haber nacido allí), el lingüístico (hablar una determinada
lengua), la raza, la etnia o la simpatía por un club de fútbol (¿puede haber catalanes socios
del Real Madrid?). En este caso, debería existir una jerarquía de esos rasgos: es decir unos
deberían ser más determinantes que otros.
Y eso es lo que parece que no existe en los análisis que se hacen. No hay una “lista
unificada” de rasgos que permitan la identificación de los distintos colectivos que formaban
la antigua Yugoslavia; y, al no existir esa “lista”, tampoco tenemos una jerarquía. Lo que
normalmente se hace es usar para unos un rasgo y para otros, otro, de una manera más o
menos arbitraria: los bosniacos serían musulmanes - religión -, mientras que los eslovenos
serían los nacidos en Eslovenia - criterio geográfico -, etc.
Un par de ejemplos fuera de contexto: ¿puedo ser chino sin ser de color amarillo, ni tener
los ojos rasgados, ni hablar cantonés o mandarín? Quizás las autoridades de la República
Popular China no encuentren problema para darme un pasaporte, ya que debe de haber
varios millones de ciudadanos que compartan esas características. O, siendo negro,
musulmán, hablante de castellano y nacido en Coruña, ¿puedo ser gallego?
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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11 de agosto de 2005 José-Miguel Palacios
La cuestión se complica cuando no existe un único rasgo que defina al colectivo,sino que se pueden considerar varios, con resultados parcialmente diferentes. Sepuede tomar, por ejemplo, el criterio geográfico (haber nacido allí), el lingüístico(hablar una determinada lengua), la raza, la etnia o la simpatía por un club defútbol (¿puede haber catalanes socios del Real Madrid?). En este caso, deberíaexistir una jerarquía de esos rasgos: es decir unos deberían ser más determinantesque otros.
Creo que César destaca algo muy importante: en la vida real, los seres humanos nos
agrupamos de forma diferente según diversos criterios. No sé si alguno recordará un
anuncio de hace quince años, cuando aún no era pecado anunciar coñá. Se veía juntos a los
entrenadores del Madrid, del Barça y del Español, con una copa en alto, y la leyenda era:
“enfrentados en la Liga, unidos en la copa”. Sin embargo, el modelo de Alesina/Spolaore,
del que hemos hablado en la lista, es unidimensional (se asume que el más distante
“geográficamen te” es más distante “ideológicamente” en todos los aspectos). Es una
simplificación probablemente necesaria, pero que presenta también notables inconvenientes.
Frente a lo que querría el modelo, en la vida real es frecuente que las distintas adscripciones
identitarias de las personas las conduzcan en direcciones diferentes y las lleven a integrarse
en grupos formados por individuos distintos. Esto es un factor de estabilidad. Quien es tu
rival en un ámbito puede ser perfectamente tu socio en otro. Sin embargo, en determinadas
circunstancias, las “identificaciones” de la gente tienden a acumularse, y entonces llegamos
al enfrentamiento permanente de dos grupos, cada uno de ellos caracterizado por la ausencia
de toda una serie de rasgos redundantes, y por la ausencia de todos los rasgos que
caracterizan al grupo rival. En la Yugoslavia de los noventa, sí se producía este fenómeno
y podíamos ver, por una parte, a croatas, católicos, hinchas del Dinamo y anticomunista,
frente a serbios, ortodoxos, seguidores del Zvezda y postcomunistas. Esto ocurriría
porque:
a) como nos dice César, algunos rasgos tienen más peso que otros en un contexto concreto.
En general, pueden compatibilizarse diferentes afiliaciones, pero en determinadas
circunstancias se tienden a acumular. Un amigo albanés kosovar me decía, muy en serio,
hacia 1997 que serbios y albaneses se diferenciaban “en todo”, hasta en el olor;
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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b) la circunstancia que normalmente fuerza a las personas a ajustar sus propias afiliaciones
a las más habituales del grupo de referencia al que pertenecen (este grupo sería el formado
en torno al rasgo característico predominante) es la situación de conflicto. En 1999 me
encontré en la plaza principal de Bijeljina (República Srpska, BiH) a un tipo que vendía
banderolas del Partizan y del Zvezda. Le pregunté cuál de los dos era su equipo favorito y
me dijo que él, en realidad, siempre había sido hincha del Sarajevo. En situación normal, no
era problemática su doble afiliación como serbio étnico y como hincha del Sarajevo (y como
ciudadano bosnio y como ciudadano yugoslavo). En el ambiente de 1992-95, estas
compatibilidades ya no eran políticamente correctas. Si eras serbio rechazabas el adjetivo
bosnio. Y, por supuesto, no tenía sentido que fueras hincha del Sarajevo;
c) el caso extremo, el medio más eficaz para obligar a la gente a agrupar todas sus
identidades en torno a las características más frecuentes del grupo al que se pertenece es la
guerra. Los que hayáis leído La Cartuja de Parma recordaréis esta explicación del Conde
Mosca a la duquesa Sanseverina sobre el terrible, y duradero, valor político de los muertos:
“ ... au fond, j'aime mieux cent absurdités atroces qu'un seul pendu. Qui se souvient d'une
absurdité deux ans après le numéro du journal officiel? Au lieu que les fils et la famille du
pendu me vouent une haine qui durera autant que moi et qui peut-être abrégera ma vie...”.
10 de octubre de 2005 Dalibor Soldatic
En cuanto al futuro de Serbia- Montenegro, sigo siendo muy escéptico. Primero, porque
creo que la insistencia en la separación se debe a que el grupo dominante ve que es la única
manera de mantenerse en el poder y proteger unas actividades económicas privadas que
están mostrando ser muy lucrativas. Todos parecen olvidar que solamente gracias a la
decisión de Momir Bulatovic, Presidente de Montenegro en aquel entonces, de reconsiderar
su voto fracasó la Conferencia de La Haya sobre la desintegración de Yugoslavia (la
presidida por Carrington) y la creación de una “federación flexible”. Milo Djukanovic era
en aquel entonces Presidente del Gobierno de Montenegro. Lo hicieron bajo fuertes
presiones de Milosevic, pero no aceptaron la desintegración. Lo hacen unos quince años
La Unión (Desunión) de Serbia y Montenegro
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más tarde. Gran parte de las muertes sobre el territorio de la antigua Yugoslavia recae
también sobre su conciencia. Y no olvidemos las fotos de Bulatovic y Djukanovic en
uniforme sobre el frente de Dubrovnik, donde fueron los reservistas montenegrinos los que
cometieron muchas de las acciones “heroicas” de las que ahora se avergüenza todo el
mundo.
Por último, no se debe olvidar el hecho de que un gran número de montenegrinos viven en
Serbia, ya que Belgrado fue siempre el centro hacia el cual gravitaban. Muchos de los
montenegrinos se siguen considerando serbios aún hoy en día (por no volver a citar al gran
poeta Njegos). Sólo que esos montenegrinos no tendrán derecho de votar en el referéndum.
Por último, perdonen por insistir, todos parecen olvidar el factor de la Iglesia. No tengo la
impresión de que Amfilohije Radovic, que está a la cabeza de la Iglesia Ortodoxa Serbia
(SPC) en la Zona de Montenegro y del Litoral, sea muy favorable a la separación. No es
casual el hecho de que en Montenegro se esté creando por la fuerza y artificialmente una
nueva Iglesia Ortodoxa Montenegrina, con Miras Dedejic a la cabeza (expulsado hace
muchos años de la SPC y egresado de las escuelas ortodoxas griegas).
12 de diciembre de 2005 Carlos Flores Juberías
Como sin duda tendréis presente, en febrero del año próximo finaliza el plazo previsto en
los Acuerdos de Belgrado y en la Carta Constitucional de la Unión de Estados de Serbia y
Montenegro para someter a revisión el sistema institucional pactado en aquella ocasión. En
concreto, el articulo 60 de la Carta estableció que transcurridos tres años desde su entrada
en vigor cualquiera de las dos partes firmantes podría iniciar un proceso de revisión del statu
quo, lo que incluía la posibilidad de separarse de la Unión - en este caso, mediante la
convocatoria de un referéndum sobre el particular.
En los últimos años - y, de manera más intensa, en los últimos meses - el Gobierno de
Podgorica ha hecho patente su intención de acogerse a esta última posibilidad y de convocar
de inmediato un referéndum para la independencia de Montenegro. Una consulta que, según
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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todos los indicios, es de segura celebración, aunque de resultado más bien incierto.
Para analizar los aspectos jurídicos y políticos más relevantes de la cuestión, el pasado mes
de septiembre la delegación en Montenegro de la Fundación Open Society Institute celebró
un seminario internacional, con participación de expertos procedentes de Eslovenia, España,
Gran Bretaña, Irlanda, Macedonia, Polonia, Serbia y Montenegro, Suiza y los Estados
Unidos, bajo el título “Legal Aspects for Referendum in Montenegro in the Context of
International Law and Practice”. Sus conclusiones acaban de ver la luz en un volumen
pronta y oportunamente editado por la propia Fundación.
La obra, de casi doscientas páginas, recoge sólo los “keynote speeches” de los participantes
en el seminario (y no los debates subsiguientes, ni las participaciones de otros invitados),
pero constituye una interesante aproximación a los principales temas de debate: qué exige
el Derecho internacional para aceptar el ejercicio por parte de Montenegro del derecho de
autodeterminación, qué condiciones políticas plantea la comunidad internacional para
reconocer a Montenegro como Estado independiente, cuáles son las garantías democráticas
que ineludiblemente debería satisfacer un referéndum para la independencia y cuáles son los
pasos que deberían darse una vez verificada la voluntad política de los montenegrinos de ser
independientes.
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Serbia, cinco años después
8 de octubre de 2005 José-Miguel Palacios
Esta semana se han cumplido cinco años de los sucesos de Belgrado que provocaron la
caída de Slobodan Milosevic. El que se nos haya pasado la fecha, el que ningún miembro
de la lista haya enviado un comentario, ya nos da una cierta idea sobre dónde está el
problema: con un follow up crecientemente irrelevante, el 5 de octubre quizá ya no vaya a
ser una fecha histórica.
En algunas épocas, cinco años han supuesto toda una vida. Pensemos, por ejemplo, en lo
mucho que cambiaron las cosas entre 1989 y 1994. Sin embargo, cinco años después de la
caída de Milosevic, Serbia y Montenegro siguen sin despegar y los problemas que están
sobre la mesa son, en gran parte, los mismos. Otros países del entorno, como Croacia, sí que
han avanzado bastante.
Hace unos días, el ICG publicaba uno de sus bien documentados estudios sobre cómo estaba
la situación en la zona y por qué. El aroma era de desaliento y la receta para solucionar las
cosas, la misma que ICG ha recomendado durante los últimos diez años: apretarles las
tuercas a Serbia y a los serbios.
9 de octubre de 2005 Dalibor Soldatic
Es verdad que han pasado cinco años desde la caída de Slobodan Milosevic y la efemérides
merecía algún comentario. Si no lo hubo desde aquí de Belgrado es porque estamos
viviendo en un ambiente político que no sé si puede calificarse de extraño:
� Los principales partidos de orientación democrática están peleados entre sí, hasta
el extremo que el Presidente de Serbia, Boris Tadic, haya hecho que su partido, el
Serbia, cinco años después
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Demócrata, abandone el Parlamento;
� Serbia-Montenegro sigue siendo un país que no se consolida. El tema de Kósovo,
que más o menos todos saben perdido, pero nadie se atreve a decirlo en público y
menos aún a aceptar la idea; y el destino de Montenegro y su referéndum nos hacen
vivir en un país que nadie sabe cómo va a ser en el futuro;
� la transición se está llevando a cabo sin disponer de todo los instrumentos necesarios
para ser eficientes en el proceso. Muchas de las condiciones básicas no se han dado.
Así, se están privatizando empresas sin haber acabado antes el proceso de restitución
de la propiedad privada nacionalizada por el régimen comunista;
� la correlación de fuerzas en el Parlamento es tal que se tienen crear coaliciones que
no son naturales. Es el caso de la que existe entre el Partido Demócrata de Serbia
(DSS) de Kostunica y el Partido Socialista (SPS) de Milosevic;
� los radicales siguen contando con el apoyo del 30 por ciento del electorado;
� la situación económica es aún precaria. El porcentaje de paro es alto. Los jóvenes
no logran ver su futuro dentro del país;
� la comunidad internacional todavía no se ha abierto ante el país. Sigue presente
constantemente la idea de que habría que apretarle las tuercas. Aparte de que se
trata de una especie de chantaje, lo que no se comprende es que situaciones como
ésas favorecen precisamente a los líderes y a sus secuaces. Los millonarios serbios
y las grandes fortunas se hicieron durante las sanciones. Y resulta curioso que la
actual dirección política del país, salvo honrosas excepciones tipo Kostunica o
Tadic, está constituida por gente que desde se llegada al poder se ha hecho con una
fortuna considerable;
� la corrupción no ha sido erradicada y ya constituye una enfermedad seria del
organismo social.
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En resumen: todavía no hay acuerdo general sobre la vía a seguir en el futuro. Resulta que
lo único en lo que había un consenso general era sobre la necesidad de apartar a Milosevic
del poder. Las ideas sobre lo que había que hacer después resultaron ser muy diferentes. De
ahí los desacuerdos, las discordias, las disputas. En perjuicio del país y de la nación.
Vuelvo a mi tesis de siempre. Solamente con aperturas y programas positivos se podrá hacer
algo en este país. La recetas del ICG siempre han resultado malas y peligrosas. ¿Qué dirían
ustedes si leyeran que al País Vasco hay que darle la independencia, y, si no se acepta,
apretarle las tuercas a Madrid? Sé que no es el mismo caso, pero piénsenlo un poco desde
el punto de vista de las reacciones emotivas.
Yugoslavia es el único país europeo que ha sido desintegrado sistemáticamente y a la fuerza.
Y, si los serbios quizá sean culpables de haber intentado la limpieza étnica por la fuerza de
las armas, cosa que todavía está por probarse, la comunidad internacional ha permitido:
� que Eslovenia no concediera la ciudadanía a miles de personas que llevaban años y
años viviendo en Eslovenia, pero no eran eslovenos;
� que los croatas expulsaran a los miles de serbios en las operaciones Oluja y Bljesak;
� que el UÇK, con la ayuda de la OTAN, dejara en Kósovo a unos 120.000 serbios
aislados dentro de enclaves.
Todo ello, en su conjunto, crea un ambiente de apatía y desengaño. Éste es el motivo
principal por el que los cinco años de la caída de Milosevic no han sido celebrados en el
país. Parece que nuestra lista está aquejada del mismo mal.
10 de octubre de 2005 César Luis Díez
Es totalmente cierto que el aniversario del 5 de octubre ha pasado desapercibido para la
mayoría de la población, ésa que no pudo asistir a alguno de los actos oficiales o de las
Serbia, cinco años después
1 Podéis encontrar información al respecto en http://beohispa.estudiosbalcanicos.org, así como enhtpp://foro.estudiosbalcanicos.org/archivo/98/index.html.
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recepciones organizadas con motivo de tal evento. Tampoco hay que olvidar que aquí se
vive en un una “Federación” que para casi todo el mundo tiene los días contados, y su
desaparición supondría el último paso en la desintegración completa de lo que un día fue la
República Socialista Federativa de Yugoslavia. Esto se concreta en esa apatía de una
sociedad que no encuentra referentes nacionales contemporáneos válidos. Para empeorar
las cosas, uno de los pocos que aún se mantienen, el deporte (no es broma), ha sufrido un
revés muy fuerte con el pésimo resultado obtenido en el Campeonato Europeo de
Baloncesto, que, para mayor desgracia, se celebraba en Belgrado.
¿Hay espacio para el optimismo? Pues no lo sé. Pero creo que sí, si se replantean una serie
de cuestiones en la escena social y en la política. Entre ellas, claro está, se encuentra el papel
que representa la comunidad internacional, algo con fuertes repercusiones sobre Serbia-
Montenegro a causa de la situación de Kósovo y del “fantasma” de la “no solucionada”
estabilidad en Bosnia-Hercegovina. Podría añadirse aún“la calma tensa macedonia”.
10 de octubre de 2005 José-Miguel Palacios
En 1998 conmemoramos el centenario del 98 español. Por aquel entonces, la Embajada
organizó diversos actos, entre ellos una jornada de discusión académica1. Nuestro principal
socio local fue el Profesor Dragoljub Zivojinovic, que dio a la jornada un aire historicista,
nada politológico. Frente a su enfoque rememorativo-conmemorativo, algunos quisimos
explicitar una comparación que nos parecía obvia. En 1898 se produce para España el
desastre, algo que, en gran parte, supone la desintegración del Estado anterior (la pérdida
de su dimensión ultramarina; su anclaje a Europa). Lo peor, con todo, no parece ser la
derrota, sino la crisis de confianza en sí mismo que el país sufre. Viendo las cosas desde la
distancia de un siglo, parece que es entonces cuando muere la Restauración. Pasarán varias
décadas antes de que el país se recupere. A finales de 1998 parecía obvio que Yugoslavia
se encaminaba hacia la escena final de su derrota (en realidad, lo más importante había
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ocurrido ya) y, si sirven de algo los precedentes, se podía aventurar ya entonces que la
superación del trauma no iba a ser rápida ni fácil. Parece que siete años después, esta idea
se va confirmando.
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Bosnia-Hercegovina
9 de enero de 2005 Julio Garrote
Este año que entra será protagonista el relevo aparentemente finalizado de las fuerzas de la
NATO en la llamada Fuerza de estabilización (SFOR; anteriormente, IFOR, Fuerza de
implementación) por la Fuerza Europea, llamada a partir de ahora EUFOR. La machacona
propaganda de Radio Mir en Sarajevo no ha dejado de recordarnos que será una fuerza más
reducida, pero no por ello menos operativa y eficaz. De este modo, el protectorado que es
hoy Bosnia-Hercegovina pasa de forma aparente a responsabilidad europea
La Unión Europea ha anunciado repetidamente que esta su primera misión internacional está
condenada a ser un éxito. Al mismo tiempo, el que ha sido hasta ahora el Alto Representan-
te de la Comunidad Internacional, Lord Paddy Ashdown, lo será en adelante de la Unión
Europea. Sus comentarios acerca de la facilidad que supone este “cambio de chip” no hacen
presagiar un cambio en su labor.
No existen referencias sin embargo a la permanencia de las fuerzas norteamericanas en
Tuzla, en Eagle base, o en Sarajevo (Butmir), aunque mucho menor que en otros tiempos
de aciago recuerdo. Ni tampoco se menciona la magnífica base militar (la mayor de Europa)
que Estados Unidos ha establecido en la provincia serbia de Kosovo y Metohija
La población de Bosnia, especialmente en la castigada Republika Srpska, muestra su
escepticismo y no cree que las cosas vayan a mejorar.
26 de febrero de 2005 Julio Garrote
El Alto Representante de la Comunidad Internacional en Bosnia-HercegovinaPaddy Ashdown ha manifestado que las detenciones de los acusados por La Haya
Bosnia-Hercegovina
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Radovan Karadzic y Ratko Mladic es prioridad para la RS y ha amenazado conimponer nuevas sanciones contra la RS mientras no se haga nada en absoluto porcooperar con el Tribunal de La Haya.". Tomado de <http://www.rtrs.tv>.
El Señor Ashdown piensa que tomando decisiones como las del pasado año, en las que se
le vio bastante el plumero, por cierto, va a solucionar la detención y entrega de Rado y
Ratko. Este caballerete, de dudosa catadura moral, no ha logrado o querido entender los
desafortunados pero comprensibles sentimientos de la inmensa mayoría de los serbios de
Bosnia. Ellos están hartos de humillaciones, embargos, miserias, ruinas, ayudas humanitarias
parciales, injusticias, promesas incumplidas, políticos e instituciones corruptas y mafias. Y
él, a cambio, vuelve con su lenguaje de cowboy. ¿Cuándo se darán cuenta los internaciona-
les en Bosnia de que nadie en la República Srpska (RS) moverá un dedo por colaborar, ni
con ese Lord ni con ese tribunal político. Así no. Ellos saben que ni uno ni otro (Rado o
Ratko) merecen un gramo de consideración. Son supuestos criminales, pero son suyos.
Por cierto, en el protectorado de Bosnia-Hercegovina, para los mercenarios de la
Comunidad Internacional la presunción de inocencia no existe, ni el respeto a los derechos
del detenido, ni el habeas corpus, ni la inviolabilidad del domicilio. Ellos, en cambio, allanan
moradas, roban, arrestan y torturan.
¿Dónde está Amnistía Internacional?
19 de abril de 2005 José-Miguel Palacios
Muchos de vosotros habréis oído la noticia. El pasado sábado, por primera vez, un grupo
de reclutas del ejército de la República Srpska tenía que jurar fidelidad a Bos-
nia-Hercegovina (no a la RS), ante la bandera de Bosnia-Hercegovina, y con el himno de
Bosnia-Hercegovina. Según cuenta toda la prensa, los reclutas (allí se repite a viva voz la
fórmula del juramento) cambiaron Bosnia-Hercegovina por RS; ellos y sus familias silbaron
la interpretación del himno bosnio.
Parece clara la interpretación de este hecho.
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1 “"Sobre la movilización del odio tribal” <http://www.cccb.es/transcrip/urbanitats/est_cas.htm>.El artículo procede de un ciclo de conferencias que se celebró del 16 de enero al 30 de abril de 2001 sobrela transición de la Europa del Este, conferencia titulada. Las referencias temporales deben adaptarse a eseaño.
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En cualquier caso, creo que hay que tener en cuenta que: a) existe la presión de la masa (en
todas las comunidades): la gente puede hacer dentro de un colectivo algo que no haría a
título individual; b) es probablemente distinto el comportamiento de los serbios (de los
croatas; no estoy seguro si también de los bosniacos) cuando son mayoría y cuando son
minoría.
5 de mayo de 2005 Julio Garrote
Quisiera comentar una afortunadísima intervención de Zlatko Dizdarevic, que el Centre de
Cultura Contemporània de Barcelona publica en su página web1.
En dicha página, Dizdarevic es presentado como analista de Sarajevo, aunque podría serlo
mejor y de manera más precisa como consagrado periodista, escritor y Profesor de la
Escuela de Periodismo de Sarajevo, galardonado, entre otros, con el Premio Capri, el
Premio Bruno Kreisky de los Derechos Humanos y el Premio Internacional de Periodismo
de Reporteros Sin Fronteras. Fue el valiente redactor jefe de Oslobodjenje durante la guerra
y creo indudable su solvencia.
Didarevic afirma:
El ideólogo de la idea de la Gran Serbia, escritor y durante un tiempo presidentede la “nueva” Yugoslavia, formada a principios de los años noventa sobre lasruinas de la República Socialista Federativa de Yugoslavia, formuló una tesis fatalque sirvió de base para la plataforma sobre la que se rediseñó Yugoslavia: “¿Quéclase de pueblo somos nosotros, qué clase de personas somos, si después perdertantas vidas por la libertad, a pesar de las victorias, nos quedamos sin ella?¿Cómo es que alguien de entre nosotros, de casa, nos quita lo que en los camposde batalla no nos pudo quitar el enemigo más poderoso (…). Es trágico serdescendientes de aquéllos que, después de la más difícil y más grande victoria enla historia de Serbia, se quedaron sin fuerzas para reafirmarla en la paz…”(Dobrica Cosic: Stvarno i moguce. Rijeka: Otokar Kersovani, 1982).
Bosnia-Hercegovina
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En realidad, con lo de “la mayor victoria en la guerra”, Dobrica Cosic se referíaa la creación de Yugoslavia después de la Primera Guerra Mundial, en la queparticiparon croatas, eslovenos y otras naciones; así que no se podía hablar de unaintocable Gran Serbia. Sin embargo, cualquier aceptación de las especificidadeshistórico-culturales y étnicas de otras naciones dentro de esa Yugoslavia seconsideraba una “derrota en la paz”.
La continua repetición de esta tesis ha reforzado el mito de los sufrimientosheroicos que datan de la batalla de Kósovo, que en 1389 los serbios perdieronfrente a los turcos, así como el mito de la heroicidad histórica, que se supone esmuy importante para la futura solución de las relaciones dentro de la Yugoslaviade finales del siglo XX. Para satisfacer las ambiciones de Dobrica Cosic y de sudiscípulo Slobodan Milosevic, Yugoslavia tenía que ser la Gran Serbia, y sóloentonces no habría razones para el trauma de una “victoria en la guerra y unaderrota en la paz”. Y para realizar esta Yugoslavia había que destruir el Estadofederal actual, compuesto por seis repúblicas de igual status y dos provinciasautónomas. Esto se podía conseguir expulsando a Eslovenia de la unión,constatando que el viejo país ya no existía y, luego, rediseñando militarmente lasfronteras. En este proyecto de crear territorios nacionalmente compactos, hasta un60% de los habitantes de la Bosnia- Hercegovina de antes de la guerra tenía queser desplazado de su actual lugar de residencia, en el que llevaban viviendo susfamilias desde hacía cientos de años. Sin una guerra, por supuesto, no era posiblehacerlo.
Para hacer la guerra hubo que forzar a los habitantes de Yugoslavia para que seinclinaran a su favor, pues nadie normal consideraba que la situación en el paísde este momento fuera motivo para una guerra. Para hacer que la gente semovilizara para una guerra por las enloquecidas ideas de unos pocos eraimprescindible el odio, que hasta aquel momento, objetivamente, no existía ni enmayor ni en menor medida que en cualquiera de los territorios europeos donde semezclan y chocan diferentes naciones y religiones. Era, por supuesto, necesarioromper la sociedad, destruir las instituciones del Estado y sustituir el concepto deciudadano por el de nación. Los ganadores de las primeras “elecciones democráti-cas” se convirtieron en nuevos totalitaristas y nacionalistas.
Milosevic y Tudjman, y en cierta medida también Izetbegovic, consiguierondestruir la sociedad e instaurar en su lugar la monstruosidad llamada pueblo. Enuna gran operación de atontamiento mediático, se convenció a la gente de queeran miembros de la tribu y no individuos con nombre y apellidos, profesión,sentimientos y puntos de vista propios. Atacar a cualquier parte de la tribusignificaba atacar también al individuo. En una situación así, toda la tribu sesiente atacada y actúa colectivamente, a la defensiva, buscando para esta defensaun perdón colectivo. De aquí procede una tesis sospechosa del nuevo presidenteyugoslavo Vojislav Kostunica, según la cual Milosevic no puede ir al Tribunal deLa Haya, pues ¡¿”constatando la culpabilidad individual de Milosevic, se acusaríacolectivamente a todo el pueblo serbio”?! Esta intencionadamente fabricadaconciencia de lo colectivo tuvo como resultado actos violentos y de limpieza étnicaen territorios en los que antes reinaba la tolerancia de la vida en común. El
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concepto de convivencia en Bosnia-Hercegovina ha sido utilizado y explotadoequivocadamente. La gente ahí no vivía una junto a la otra, que es lo que suponela convivencia. La gente ahí se mezclaba una con la otra. Incluso la comunidadjudía de Sarajevo era una de las pocas en el mundo que no estaba encerrada en ungueto. La gente vivía como una parte de una comunidad mixta que no conocíafronteras interiores. Hoy en día son visibles las consecuencias de una colectiviza-ción forzosa.
Hace poco, la redacción de un semanario hizo una encuesta en las calles deSarajevo, haciendo la misma pregunta a todo el mundo: “¿Qué es Usted?”. En el99% de los casos, la respuesta era musulmán, serbio, croata u otra cosa, mientrasque sólo un 1% de los encuestados contestó que era estudiante, o trabajador, oalgo parecido. La verdad es que, diez años atrás, la gente, de entrada, no seidentificaba de esta manera. Una gran mayoría creía entonces sinceramente que,además de pertenecer a una nación o una religión, que nadie cuestionaba, existíanotros valores que representaban un elemento clave de su vida como ciudadano.
El ejemplo siguiente ilustra la ironía del ensalzamiento de la simplificaciónnacionalista. Es un caso verdadero y ocurrió en Sarajevo justo cuando empezabala guerra. En el muro de la gran oficina de correos, en el centro de la ciudad,alguien escribió durante la noche un graffiti en letras muy grandes: “Esto esSerbia”. Al día siguiente debajo de estas palabras alguien añadió: “Estúpido, estoes Correos”. Cuando las cosas se simplifican desde la perspectiva actual, laguerra, en realidad, no tuvo lugar entre serbios, croatas y musulmanes, sino entreaquellos que veían la oficina de correos exclusivamente como Serbia, Croacia o“Musulmania”, y que hoy siguen pensando igual, y aquellos para los que Correoscontinúa siendo, ante todo, un lugar desde donde se envían cartas y paquetes o serealiza una llamada telefónica”.
Cito precisamente este fragmento para clarificar que mi más acendrada crítica pretende
saetear a aquellos que con su falso prestigio no permiten que la sociedad en Bosnia-
Hercegovina recupere eso que todos disfrutamos día a día en España: ciudadanía, derechos
civiles, estado social de derecho.
Ciudadanía cívica. Ése es el objetivo que deberían marcarse como primordial todos aquéllos
que desde la “comunidad internacional” y sus organizaciones rigen el destino de ese triste
protectorado. Bosnia no necesitaría protectorados si se creara una auténtica sociedad civil.
Nadie se plantearía hablar de tolerancias, sino de simple educación cívica como miembros
de una sociedad.
Y eso, en fin, es por lo que trabajé todo este pasado año en Bijeljina, Tuzla, Zvornik,
Srebrenica, Janja, Ugljevik y Vlasenica, entre otros lugares. Y, curiosamente, los obstáculos
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más importantes no los interponían ni las instituciones locales ni las personas que allí tratan
de poner en pie sus esperanzas, sino los okupatori internacionales, nosotros mismos.
18 de mayo de 2005 Arsenio Sánchez
Entre 1999 y 2001 tuve la suerte de coordinar un proyecto de cooperación con la ONG Paz
Ahora para la reconstrucción de la Biblioteca Nacional Universitaria de Bosnia-Hercegovi-
na, generalmente conocida como Biblioteca de Sarajevo. En el año 2000 la Agencia
Española de Cooperación Internacional financió los talleres de conservación de la Biblioteca
y me trasladé a Sarajevo para realizar la instalación y organizar los servicios de conserva-
ción.
Como os podréis imaginar, la situación allí era bastante penosa. Durante el bombardeo de
agosto de 1992, se destruyó una gran parte del patrimonio escrito de Bosnia-Hercegovina,
los catálogos de la biblioteca, y 1.200.000 volúmenes. La propia biblioteca quedó
completamente arrasada. Entre 1995 y 1999, la biblioteca comenzó una nueva andadura en
los antiguos cuarteles de Tito, en Zmaja od Bosne, compartiendo espacio con los restos del
Instituto de Estudios Orientales - arrasado por otro bombardeo en mayo de 1992 - y la
Universidad de Sarajevo.
El laboratorio quedó terminado en noviembre de 2001. Desde entonces, ha desarrollado una
intensa labor de restauración de fondos documentales de Bosnia y se han restaurado
numerosos documentos, a pesar de lo exiguo de su plantilla y las dificultades económicas.
Hace unos días, un amigo de Sarajevo me escribió informándome de que la biblioteca va a
cerrar sus puertas al público. Las dificultades económicas son insostenibles, se ha reducido
el presupuesto del centro en un 90% y el personal no cobra sus sueldos desde hace meses.
Es uno más de los numerosos casos que he podido ver en estos años. Recuerdo la visita al
Archivo Nacional de Hercegovina en 2001, una visita en la que evaluamos con linternas el
estado de la documentación en los depósitos, ya que habían cortado la luz por falta de pago.
Me imagino que la situación es la misma en otros centros de similares características y,
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aunque no he podido confirmarlo, creo que también en el Zemalski Muzej, que conserva la
espléndida Haggadah de Sarajevo.
Lo que me preocupa del tema es que, si bien la mayoría de los políticos considera a las
instituciones culturales como un lujo prescindible, en realidad un país necesita de sus
instituciones culturales para sobrevivir.
Era algo que me planteaba cuando preparaba el proyecto. O, si no ¿por qué dieron su vida
algunas personas que protegían instituciones culturales como la Biblioteca o el Zemalski?
Por otra parte, ¿cómo se van a formar los futuros ingenieros, abogados o médicos si no
existen centros donde obtener los textos para estudio? ¿Es posible que, finalmente, los
librocidas que atentaron contra el patrimonio bosnio se salgan con la suya?
10 de noviembre de 2005 Julio Garrote
Muchos de los que trabajamos años junto con la mal llamada “Comunidad Internacional”
y sus organizaciones en Bosnia-Hercegovina, especialmente justo al firmarse Dayton;
muchos, digo, manteníamos la convicción de que se iba a dar paulatino cumplimiento a lo
que ese acuerdo contempla claramente, y era la unión de la RS a Serbia.
Luego vinieron las felices ideas del Distrito de Brcko, como ejemplo a seguir de comunidad
multiétnica modelo elevado a Entidad, es decir, exactamente a la misma categoría política
que la RS o la Federación de Bosnia-Hercegovina, arrancado de la RS y sometiendo a ésta
a la definitiva discontinuidad territorial. Al mismo tiempo, pretendieron hacer creer a todos
que la IEBL (Inter Entity Bondary Line), frontera entre la RS y la Federación fijada en
Dayton, había desaparecido...
Según las últimas noticias de las que disponía, entre los proyectos de la Misión de la Unión
Europea (UE) se apuntaba a la creación de regiones administrativas mixtas, de modo que,
por ejemplo, Bijeljina y Tuzla quedarían administrativamente unidas. Que me corrijan si me
equivoco.
Bosnia-Hercegovina
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De los términos de aquel acuerdo de paz, sagrado en lo que a algunos les convenía, no
queda mucho. Y así nos luce el pelo a todos. Si no se respeta lo que tanto costó, qué vamos
a esperar ya de la gestión de los okupatori.
11 de noviembre de 2005 Julio Garrote
Cualquiera que haya tenido la oportunidad de trabajar para cualquier Organización de la
“Comunidad Internacional” sabe:
� Que no depende del mandato que se reciba el que las cosas mejoren en el país al que
se supone se va para ayudar.
� Que las organizaciones, en su fuero interno, no funcionan como un bloque
homogéneo, donde las decisiones y los actos deberían de ser independientes a la
procedencia, ideología o nacionalidad del responsable, sino justo lo contrario.
� Que los servicios militares y civiles de inteligencia de los países introducen a sus
elementos en esas organizaciones para el puro espionaje en el país anfitrión. Otra
cosa es que sean lo efectivos que uno se imagina tras ver películas made in
Hollywood.
� Que los conflictos de intereses entre países de la organización siempre se mantienen
como prioridad a la hora de adjudicar la ejecución de los objetivos estratégicos.
Cuando hablo de organización me refiero a la ONU, a la OTAN, a la UE, a la UEO, a la
OSCE, y a las derivadas de todas ellas.
A Kosmet, justo tres semanas antes de los bombardeos de la OTAN, en marzo de 1999,
fueron destacadas unas setenta unidades de la OSCE (que yo viera), y fui testigo de su
desplazamiento desde Bosnia-Hercegovina en sus vehículos. Me produjo gran extrañeza
cuando los que pertenecíamos a la “Comunidad Internacional” estábamos siendo evacuados
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de la República Srpska ante la inminencia de la agresión contra Serbia, no fuera a ser que
se produjeran actos de violencia contra nosotros y nuestras instalaciones. Casualmente, el
Ejército Serbio y la Milicija habían descubierto que alguien se había encargado de fijar los
posicionadores laser para los supuestos objetivos de las bombas inteligentes que cargaban
los bombarderos de Aviano. Luego mataron a muchos civiles serbios en los autobuses...
Daños colaterales dijeron.
Menudos asesinos.
Por cierto, los de la OSCE, en el camino, debieron coincidir con las tropas rusas que
perteneciendo a la entonces SFOR, habían recibido instrucciones de abandonar sus
cometidos dentro de Bosnia para dirigirse en apoyo a Serbia en caso de invasión terrestre
por parte de la OTAN, cosa que después oficialmente no trascendió. Créanme, la cosa
estuvo muy complicada.
12 de noviembre de 2005 José-Miguel Palacios
No resisto la tentación de recomendaros Gori Vatra, una película bosnia reciente (2003)
en la que se puede ver muy bien esta situación que describe Julio desde el punto de vista de
los administrados, los bosnios.
El director es Pjer Zalica y la acción se desarrolla en Tesanj, una pequeña ciudad de mayoría
bosniaca próxima a Doboj (Bosnia Central) en el año de Dios de 1997, segundo de la era
daytoniana. Resulta que Bill Clinton viaja a Sarajevo y le preparan un recorrido por el feliz
país, recién pacificado, dentro del cual figura una visita a Tesanj. A partir de aquí, las
autoridades locales, con la supervisión de esa “Comunidad Internacional” de la que tanto
hablamos, se ponen a adecentar la ciudad para que esté en condiciones presentables cuando
llegue el ilustre huésped. Si a estas alturas os ha parecido reconocer el argumento básico de
Bienvenido Mr. Marshall, enhorabuena por haber descubierto lo mismo que casi todo el
mundo.
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La Tesanj daytoniana resulta ser un desastre: tráficos ilícitos diversos, prostitución,
corrupción policial, etc. etc., y aquí la película circula a través de algo que se ha convertido
en un subgénero característico dentro del cine postyugoslavo contemporáneo: el tema de
gángsteres como consecuencia de la guerra. Lo que pasa es que las películas más conocidas
de este subgénero (Rane, Bure Baruta, Bulevar Revolucije) se desarrollan en una gran
ciudad, con ese relativo anonimato que las caracteriza. En Belgrado, por ejemplo, las
“hazañas” de los “héroes” son conocidas por el gran público a través de los medios de
comunicación; en la calle, la gente se cruza con los gángsteres y muchas veces no sabe que
lo son. En Tesanj, en cambio, todos conocen a todos. Se sabe perfectamente quién controla
qué, a quién unta y con quién colabora. Es una variante interesante.
La vida que se ve en Gori Vatra es la de ellos, los bosnios (casi todos, bosniacos; algunos,
serbios), pero sobre sus vidas gravita la “Comunidad Internacional”, que en todo interviene,
que todo lo condiciona. Ellos, los bosnios, creen que los extranjeros son tontos (“Stranci
su glupi” , dice uno de los personajes), que es muy fácil ver lo que buscan y que se les puede
engañar y sacar provecho de ellos. Y hay multitud de ejemplos. El alcalde, musulmán, va
a buscar a un viejo amigo, serbio, para pedirle que le preste unos cuantos de los suyos que
quieran “volver” a su antigua casa en Tesanj y así mostrar ante los internacionales lo bien
que marcha la reintegración. Y lo consigue, pagando; y los internacionales se quedan tan
contentos. Y se organizan festejos donde celebran el espíritu “multiétnico” con frases
traducidas de los discursos internacionales, y el organizador de todo es, precisamente, el jefe
de los gángsters. El policía internacional que supervisa la administración comunal es el único
en toda la región que no sabe que aquel tipo del traje blanco no es un promotor de
espectáculos, sino un delincuente.
Esto por lo que se refiere al “stranci su glupi” . Porque, al mismo tiempo, “stranci su
opasni” (los extranjeros son peligrosos). El alcalde es un hombre poderoso en Tesanj, pero
en numerosas fases de la película se le puede ver poseído por el terror ante la posibilidad de
que algo se tuerza, de que los extranjeros se lo tomen a mal, y él pierda su puesto.
Finalmente, está el punto de la humillación. Figura implícitamente en muchas fases, pero hay
una escena en que Zalica lo hace explícito. El jefe de Policía ha reunido a sus chicos y ha
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2 DGS (en inglés, SBS) son las siglas de Drzavna Granicna Sluzba (Servicio Estatal de Fronteras).
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preparado un plan para garantizar la seguridad de Clinton durante el viaje. En esto aparece
una joven americana encargada de coordinar la visita y le dice que los bosnios no deben
hacer absolutamente nada. Los americanos se encargan por completo de la seguridad. Lo
máximo que permiten es que, bastante por delante de la comitiva, vaya una pareja de
motoristas bosnios, desarmados.
Muchas veces, una obra de arte puede servir mejor para transmitir estados de ánimo que
muchas encuestas.
19 de noviembre de 2005 Julio Garrote
Vi la película de Gori Vatra el año pasado y, aunque parece que exagera en algún aspecto,
la triste realidad ha sido y es ésa. Pongo un ejemplo un poco tétrico, pero revelador y muy
real.
La OSCE lanzó el año pasado una campaña para la lucha contra la trata de blancas y el
tráfico de seres humanos en general, contra las mafias que explotan la prostitución y las
redes de distribución de jóvenes de países del Este (búlgaras, ucranianas, rumanas, rusas,
etc.) que utilizan Bosnia tanto para explotación sexual de las mujeres como en calidad de
zona de paso hacia la Europa rica.
Se trataba de obligar a la Policía de las entidades (en concreto y en lo que a mí me tocó
trabajar, a los Equipos de Investigación de la Policía de la RS y del DGS de Bosnia-
Hercegovina2) para que hicieran el máximo esfuerzo en el control de los pasos fronterizos
clandestinos (qué difícil es el Drina) y para la erradicación de prostíbulos y de pisos
clandestinos donde mantienen a las mujeres secuestradas como verdaderas esclavas
sexuales.
Todo lo planteado por los profesionales de la seguridad en la RS y en el DGS fue con
Bosnia-Hercegovina
3 Se emplea “yugoslavas” en el sentido de relativas a la antigua Yugoslavia o a los países que hansurgido de ella”.
- 86 -
inequívoca actitud de total colaboración, pero el primer problema que se presentó fue que,
paralelamente a las acciones policiales, se procurara estrangular el negocio evitando que la
“clientela” siguiera teniéndolo fácil a la hora de acceder a los “servicios” ofrecidos por las
redes de prostitución.
La campaña de concienciación de la OSCE fue dirigida, no a la población local, sino a los
extranjeros. Sí, sí, precisamente a los que apretaban a la Policía para que redoblara
esfuerzos. Porque los principales clientes son, entre otros, los soldaditos de SFOR, (hoy
EUFOR) y muchos otros. Así que prepararon carteles para pegarlos por todas las entradas
a la Eagle Base de Tuzla, Butmir en Sarajevo, etc, con dudosa y lamentable efectividad.
19 de noviembre de 2005 José-Miguel Palacios
Creo que alguna vez hemos comentado que algunos historias yugoslavas3 tienen que
desarrollarse en Belgrado, porque sin el ambiente de gran ciudad no serían creíbles (una vez
leí en un foro bosnio que la acción de Rane no resultaba verosímil en Tuzla). A la inversa,
creo que las pequeñas ciudades de Bosnia son espacios ideales para escenificar muchas de
las historias que un cineasta yugoslavo puede plantear. Quizá por su relativo atraso con
respecto a otras zonas (Belgrado, Zagreb, Ljubljana, Novi Sad). Quizá por su carácter de
lugar de encuentro de varias influencias.
Acabo de ver Sest dana juna (Seis días de junio), de Dinko Tucakovic, un conocido crítico
de Belgrado (nacido en Zenica, Bosnia-Hercegovina), que también ha rodado algunas
películas. Ésta, en particular, es de mediados de los años ochenta, aunque la acción se
desarrolla casi veinte años antes, en 1968.
La acción se desarrolla en un pueblo de Bosnia Oriental. Rajko, obrero metalúrgico, recibe
la citación para incorporarse al ejército. Le quedan seis días y el espectador lo acompaña
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 87 -
durante ellos y, de paso, es testigo de todas las divisiones que existen una sociedad aún
apacible, pero en vísperas de grandes cambios:
� Divisiones de clase: están los obreros, como Rajko, y los estudiantes de vacaciones.
No se mezclan. Rajko y otros como él envidian a los estudiantes.
� Divisiones religiosas: en un par de ocasiones, se oye al muecín llamando a oración
mientras los jóvenes pasean por la calle. En dos ocasiones, el pope ortodoxo
(significativamente, es joven) aparece con un papel destacado, en calidad de centro
de referencia de su comunidad (es un apoyo del poder establecido; aconseja a Rajko
que sea respetuoso con sus superiores en el Ejército).
� Divisiones nacionales. Uno de los estudiantes invita a la chica a ir al “biosk op”
(cine en serbio), mientras que ella le corrige con “kino” (versión croata).
Tucakovic ha elegido el momento en que empezaba la modernidad yugoslava y, probable-
mente, ha intentado buscar allí las raíces de los problemáticos años posteriores. Ya hay pop
yugoslavo (en muchos pasajes Indexi ponen la música de fondo), pero está aún muy lejos
del fenómeno de masas que sería años después. Ya ha empezado el fenómeno de la
emigración, pero por el momento afecta tan sólo a algunos, que vuelven al pueblo y
provocan la admiración de todos. En dos momentos, nos muestra números de Praxis
(revista de filosofía de Zagreb) y de Student (periódico estudiantil de Belgrado), iconos de
la apertura política e intelectual en aquellos años.
El problema básico es de aburrimiento y de falta de perspectivas. Ella dice en un pasaje que
se aburre (dosadno!) y en otro que le gustaría irse a cualquier sitio, aunque fuera al ejército.
Por otra parte, el “héroe” es el emigrante, que vuelve de Bélgica con su espléndido coche
y es recibido por todos como un ejemplo a imitar. Cuando Rajko le pregunta a un amigo
estudiante qué tiene que hacer para inscribirse en la Facultad, el otro le responde “Bolje ti
radi, pa idi u Belgiju” (mejor trabaja y vete a Bélgica).
Éste es uno de los temas de la película. Porque el otro es una variante de American
Graffitti: últimas horas (días) antes de irse de su ciudad (a la Universidad, al Ejército) y
Bosnia-Hercegovina
- 88 -
búsqueda obsesiva de una chica que es como un fantasma, a la que sigue con la vista, pero
con la que no habla. Al final, a diferencia de lo que ocurre en Graffitti, Rajko no se va.
Y ésta es la variante que menos me gusta de la película, que desciende de una manera
demasiado abrupta hacia un final, en mi humilde opinión, demasiado tremendista. Volviendo
un día a casa por una carretera oscura, él se atreve a acercarse a ella y le ofrece fuego. Se
quedan charlando, hablan de su aburrimiento y de su futuro, y él, de repente, se echa sobre
ella e intenta violarla. Aparece la Milicia y él huye, montándose sobre la marcha en un tren.
Allí, mata al revisor que le pide el billete. Una mujer lo ve y hace que el tren se detenga. Él
salta.
En un momento de la película hay una canción popular interpretada a dúo por una morena
muy del estilo de la más tarde famosa Ceca Raznatovic y por el emigrante, Ljubo Todorovic
(por el nombre, un serbio), del que se dice que “preko granice poznat kao Ljubo Bosanac”
(conocido en el extranjero como Ljubo el bosnio). En épocas muy próximas a la gran
tragedia, los gentilicios “serbio” y “bosnio” no se consideraban aún incompatibles.
22 de noviembre de 2005 José-Miguel Palacios
¿Es posible que nadie se haya acordado del X aniversario de Dayton?.
23 de noviembre de 2005 César Luis Díez
El X aniversario ha pasado bastante desapercibido, fuera de algún acto oficial. Los medios
de comunicación de fuera del entorno balcánico han presentado artículos de conmemoración
y revisiones de sus hemerotecas y los del entorno balcánico han hecho algo similar.
Ahora cabe preguntarse el porqué de esta “ignorancia”. Y yo creo que la explicación reside
en la percepción de desengaño y fracaso ante los acuerdos. Sus defensores alaban la
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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arquitectura y el diseño, pero tienen problemas para justificar la manera en la que se ha
implementado y sigue haciéndose. Bonia-Hercegovina es un territorio dividido actualmente
por razones étnicas, donde se ha creado una costosísima administración artificial que hace
que los ciudadanos se sientan bastantes perdidos. La presencia internacional es a la vez un
seguro de tranquilidad y una tranquila fuentes de ingresos directos y no tan directos (a
través de subvenciones). El panorama no parece ser demasiado halagüeño, pero aún así
aparece en el horizonte más cercano la idea del comienzo de las conversaciones para una
futura adhesión a la UE, proceso difícil y lleno de obstáculos políticos.
Lamento dar esta imagen pesimista; pero me parece que todos opinan que los acuerdos de
Dayton están muertos, y la cuestión es si darles unos funerales de estado, o un discreto
entierro en un círculo restringido. La situación está cambiando y se necesita un nuevo marco
que la regule. Y la cuestión ahora, será ver si los actores de la llamada Comunidad
Internacional van a tener las suficientes energías - recursos económicos - para afrontar esos
cambios. Más aún si tenemos en cuenta que la situación internacional ha cambiado
sustancialmente en estos diez años y que las prioridades actuales en materia de política
exterior de muchos gobiernos se encuentran muy alejadas del escenario balcánico.
24 de noviembre de 2005 José-Miguel Palacios
Decía hace unos días que el final de Sest dana juna, de Tucakovic, era desmesurado.
Vamos, que la cosa no era para tanto. Pensándolo mejor, quizá fuera una premonición de
lo que acabaría ocurriendo en la antigua Yugoslavia. La cosa no era, ni mucho menos, para
que acabar ocurriendo lo que ocurrió. Tal vez el final de la película, después de todo, sea
mucho mejor de lo que a primera vista me pareció.
Bosnia-Hercegovina
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25 de noviembre de 2005 José-Miguel Palacios
Quiero aclarar una cosa. No trabajo para Pjer Zalica, el director de cine bosnio. Y creo que
esta aclaración es importante, porque hace pocas semanas hablaba, muy bien, de su película
Gori Vatra (2003) y hoy voy a tener que hacer lo mismo de otra de sus películas, Kod
amidze Idriza (“En casa del tío Idriz”, de 2004).
Kod amidze Idriza es una película de guerra en la que no hay enemigo, ni odio, ni violencia,
ni batallas. Sólo hay recuerdos. De lo que fue, y ya no es. De lo que puedo ser y ya nunca
será.
La acción se desarrolla en uno de los barrios periféricos de Sarajevo (con esas calles en
increíbles cuestas) en un año indeterminado de la postguerra, pero que podría ser 2001-2002
(el hijo de Idriz había muerto 7 años antes, y la guerra terminó en 1995). El plano inicial
sirve ya para dar el tono. El protagonista, Fuke (sobrino de Idriz) arranca (con dificultades)
su coche (es un Golf del primer modelo, el de los años setenta) en una zona moderna de
Sarajevo (edificios altos de los años ochenta, no demasiado bien conservados; podría ser
Dobrinja, aunque no estoy seguro). El día es uno de esos días grises y húmedos, tan
característicos de la capital bosnia.
Toda la pelicula se desarrolla en la casa de Idriz (Fuke va a arreglarle el calentador) y en los
alrededores. Y todos los personajes, todo el entorno, aparentemente tranquilo, sufren de
alguna manera las consecuencias de la guerra. Idriz y su mujer no hacen más que pensar en
su hijo muerto, pero también en su nieta, a la que ya no ven. La nuera vive ahora con otro
hombre (a él le han ido bien las cosas; tiene un buen coche) e Idriz no puede aceptarlo. El
vecino va tirando, pero quien de verdad sostiene la casa es su mujer, que tiene un buen
trabajo en Sarajevo (él sospecha que también un amante). La novia de Fuke marchó como
refugiada a Estados Unidos y ha vuelto. Están saliendo y él cree que ella quiere quedarse.
En realidad, tiene billete de ida y vuelta, y el viaje ha sido para resolver un problema de
reclamación de propiedad. Todos ellos son buena gente, y todos ellos parecen profundamen-
te infelices.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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La película tiene un “happy end”. Fuke, que es el arquetipo de lo que se podría llamar “una
buena persona”, consigue traer a casa de Idriz a la nuera con la nieta y su nuevo marido.
Hay un momento de duda, pero muy pronto todos se dejan llevar por la alegría del
reencuentro. Empiezan a cantar (una canción popular, de ésas que se cantan a coro en tales
situaciones), sacan comida y bebida y a la fiesta espontánea se van uniendo todos. A mí me
recordó la fiesta final de Underground, pero seguro que hay analogías mejor buscadas.
Hay una frase hacia el final de la película que creo que refleja muy bien el mensaje que Zalica
quiere transmitir. La novia de Fuke dice que no se quiere quedar en Sarajevo, que querría
ir a vivir a Rovinj y Fuke no sabe exactamente dónde está ahora, con todos los cambios que
han ocurrido. En medio de la fiesta le pregunta al nuevo marido de la nuera, un hombre que
tiene suficientes recursos para viajar, dónde está ahora Rovinj, si en Croacia o en Eslovenia.
El otro le responde: “En Croacia. Rovinj siempre ha estado en Croacia”. Que es algo así
como decir: “a pesar de todo lo que ha pasado, a pesar de todo lo que nos ha pasado, las
cosas, en el fondo, siguen siendo como siempre; para lo bueno y para lo malo”.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Kósovo
25 de marzo de 2005 José-Miguel Palacios
Algunas líneas sobre Bajram Kosumi, el nuevo Primer Ministro de Kósovo, elegido tras la
dimisión de Ramush Haradinaj, procesado por el Tribunal de La Haya.
Kosumi es uno de los “presos políticos”, encarcelados durante los años ochenta por su
participación en la revuelta de Kósovo de 1981. En la década de los noventa fue presidente
del Partido Parlamentario (que fundara, precisamente, Veton Surroi), aunque luego dejó el
puesto en favor de Adem Demaçi cuando éste se incorporó a la política activa.
Se puede encontrar bastante sobre Kosumi en la colección de Koha que tenemos situada en
el portal de la lista: http://koha.estudiosbalcanicos.org.
En particular, se habla de Kosumi en los siguientes números: 3, 5, 29, 51, 78, 80-81, 84, 87,
88, 90, 98, 116, 146, 151.
12 de abril de 2005 Tino Brugos
Kosmet je Srbija
¿KOSMET?¡Ah!¿pero existe KOSMET a estas alturas?
No dejo de sorprenderme con tanto vaivén balcánico... Yo creía que había pasado al limbo
del protectorado internacional. Nada de independencia, pero, claro, KOSMET... ¿es volver
a cuándo?; ¿a antes de la Constitución de 1974?
Sorprendente.
Kósovo
1 <http://www.foia.cia.gov/search.asp?pageNumber=1&freqReqRecord=nic_geo_eur.txt>.
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22 de abril de 2005 José-Miguel Palacios
En algunas ocasiones hemos aludido en los debates que hemos desarrollado en esta lista a
los orígenes del conflicto yugoslavo, a la intervención internacional y a la inevitabilidad de
la ruptura del país y las consiguientes guerras.
Para el que no lo conozca, resultará muy útil echar un vistazo a la estimación norteamerica-
na de 1990, desclasificada en 1999, bajo el título (EST PUB DATE) YUGOSLAVIA
TRANSFORMED1. Es un excelente trabajo analítico, realizado en una fecha tan temprana
como la segunda mitad de octubre de 1990, cuando las reformas de Ante Markovic habían
dejado de funcionar bien, pero no se habían perdido aún las esperanzas de que el Prsidente
del Gobierno fuera capaz de enderezar la situación. Pues bien, en ese documento se prevé
ya que la federación yugoslava dejaría de funcionar antes de un año (es decir, antes de
octubre de 1991) y dejaría de existir antes de dos (octubre de 1992). Un pronóstico
excelente.
En lo que falla por completo es en el pronóstico que formula sobre posibles estallidos de
violencia. El informe preveía un levantamiento armado albanés kosovar, algo que no llegaría
a producirse hasta 1997-98. Daba menos importancia relativa a los estallidos esporádicos
de violencia étnica y descartaba que pudieran desencadenar una guerra interrepublicana. Es
eso, precisamente, lo que acabó ocurriendo.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Playboy
15 de febrero de 2005 César Luis Díez
Serbia-Montenegro, al igual que otros países de la zona (Bulgaria, Croacia, Grecia,
Rumanía), tiene su propia edición de la revista Playboy. Y algo que no deja de sorprender
al lector extranjero es el peso de la política en ella. Desde enero de 2004 se han publicado
14 números y en ellos ha quedado bastante representada la clase política. La fórmula
empleada es la de la entrevista, anunciada en la portada y (por lo menos en los primeros
números) con subtítulo. Entre ellas encontramos las del Presidente Federal (número 1), la
de los líderes radicales (números 2 y 9), la del encargado de los servicios de seguridad de
la época de Djindjic (número 3), la de conflictivo C. Jovanovic (número 11), y - por
supuesto - la de este mes a B. Karic (número, 14 - con bastantes fotos del álbum familiar).
El resto de la lista se completa con personajes de la cultura (escritores en su totalidad) que
también han tenido un papel relevante en la escena política en un momento determinado.
Los números que no presentan a políticos corresponden a los meses de verano, y en estos
casos se tiraba de entrevistas a actores y directores de cine extranjeros (con seguridad, se
trata de material no producido localmente).
Una pregunta que se me ocurre es si es normal está situación en los países que podríamos
denominar en transición. Es decir, si la esfera política se introduce en cualquier otra, incluso
en una revista dedicada al “ocio”. Por otra parte, también se podría encontrar la explicación
en el perfil de los lectores y en el interés de la revista por tratar todos los temas de
actualidad (cine, televisión, vida social, etc.), además de mostrar fotos de guapas chicas.
17 de febrero de 2005 Dalibor Soldatic
Me temo que nuestro amigo César está pecando de ingenuo o es que está conociendo muy
Playboy
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tarde una revista como Playboy. Desde siempre ha pretendido ofrecer al público lector,
además de las amenidades pictóricas, textos serios como entrevistas con políticos de primera
y fragmentos de novela o cuentos de las plumas más notables de la literatura anglosajona.
Algo similar para el mundo francófono hizo en su momento la revista Lui, mientras que en
el espacio yugoslavo esa orientación la representaba la revista Start de Zagreb. A título de
ejemplo, Playboy ha entrevistado a Fidel Castro cuando éste era considerado el archienemi-
go de Estados Unidos, a Jimmy Carter etc. Por lo tanto, Playboy en su edición serbia no
hace otra cosa sino seguir la pauta de las demás ediciones.
20 de febrero de 2005 César Luis Díez
Me temo que nuestro amigo César está pecando de ingenuo o es que estáconociendo muy tarde una revista como Playboy. Desde siempre ha pretendidoofrecer al público lector, además de las amenidades pictóricas, textos serios comoentrevistas con políticos de primera y fragmentos de novela o cuentos de lasplumas más notables de la literatura anglosajona.
Debo discrepar en algo. En mi mensaje lo que comentaba es la proliferación de entrevistas
a políticos, algo que, por ejemplo, si cogemos los números de la 2ª época de la edición
española de Playboy no podemos apreciar. Una razón más para la comparación con esa 2ª
época, que arranca en 2003, es el formato (número de páginas, lomo cuadrado, etc.), que
es ahora el más común y ha sido adoptado por la versión serbia, quizá por influencia del
entorno: Croacia tiene el mismo formato, aunque no Grecia...
Más allá de una exégesis de las “ediciones” de Playboy, lo que me sigue llamando la
atención es las entrevistas a los líderes radicales Nikolic y Vucic. Forzando de nuevo una
comparación - que puede pecar de ligera - es como si en el 78 la joven edición española de
la revista hubiera lanzado entrevistas a políticos de Fuerza Nueva, FE de JONS (es decir,
al sector “más duro” del anterior régimen) o a los políticos de la emergente Alianza
Popular.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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24 de febrero de 2005 César Luis Díez
Isidora Bjelica, una conocida escritora belgradense, publica en el último número de la revista
Playboy (consciente soy de que después de mis últimos mensajes a la lista parece que ésta
es mi única lectura) un artículo titulado U krevetu s Titom (“En la cama con Tito”), donde
se puede leer el siguiente párrafo:
“El propio biógrafo oficial de Tito, Vladimir Dedijer, difundió un sinnúmero deinformaciones confusas, ilógicas y sin contrastar. Cuentos sobre su origenaustriaco, judío o ESPAÑOL circularon por todo el país, pero sus difundidores nofueron perseguidos. Sin embargo la teoría más extendida es la de que al cambiode identidad se llegó en el frente, pero que Josip Broz y un tal Josip Ambroz (segúnotras versiones, Franc Broz) se habían encontrado por primera vez en ciertaescuela en Pec. Ahora una historia legendaria, pero también confirmada, es la deque en la misma escuela al mismo tiempo coincidieron también Adolf Hitler yMiroslav Krleza” [la mayúscula no aparece en el texto].
Como señalo con las mayúsculas, me ha llamado mucho la atención que exista una supuesta
teoría del origen español de Tito. Algo que seguro carece de fundamento, pero que no deja
de ser una anécdota que puede resultar simpática en una lista de balcanistas en español. De
todas formas, si alguien tiene alguna información sobre dicha teoría me encantaría que nos
la contará.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Violencia y criminalidad
7 de marzo de 2005 César Luis Díez
Acaba de aparecer la segunda entrega (“Zeljko Raznatovic: El comandante Arkan”) de un
artículo del periodista Brana Crnevic en el semanario Evropa. Y lo que no me deja de
sorprender es el tono del propio texto: una casi completa alabanza al “comandante”
(comparado con el Che), dentro de en un tono de prosa decadente típico de la serie de
artículos firmados por este periodista bajo el título “Srpska Knjiga Mrtvih” (El libro serbio
de los muertos).
Dentro de la sorpresa general, ocupa un puesto privilegiado un párrafo en el que el autor
niega que Arkan conociera a Milosevic:
“Arkan jamás conoció a Slobodan Milosevic. De encontrarse Arkan entre los vivos,incluso para esas damas fácilmente iracundas que tratan al Tribunal de “tú”,hubiera sido difícil colocarle bajo las órdenes de Slobodan Milosevic; ya queArkan fue un comandante en jefe; por encima de él - para su bien entrenadoentorno - sólo estaba Dios. El exclusivo dios serbio al que cantara Laza Kostic. Laúnica fotografía en la cual, gracias a un truco fotográfico, se ve a SlobodanMilosevic y a Arkan a la altura de los ojos uno del otro fue tomada en el funeraldel teniente general de la policía Radovan Stojic, Badza”.
¿Por qué me sorprendo? Porque me parece que
� o me he ido equivocando en las lecturas que he hecho de esta revista (es decir que
ocuparía un espacio a la derecha de NIN y de Vreme), o que
� hay algún tipo de lectura irónica - en clave de enrevesado juego literario - que se me
escapa por completo.
A esto se debe añadir un dato curioso relacionado con este periodista: fue uno de los
inculpados por Beba Popovic - antiguo director de los servicios secretos durante el periodo
de Z. Djindjic - en una entrevista concedida al programa “Insajder” de la cadena B92. A
Violencia y criminalidad
1 Unidades de Operaciones Especiales de la Policía serbia. Muchos de sus miembros más destacadosestaban relacionados con el crimen organizado y se vieron implicados en el asesinato de Djindjic.
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estos ataques el periodista respondería con un largo artículo en la misma revista dos
números más tarde.
18 de mayo de 2005 César Luis Díez
Ayer saltaba una noticia a los medios de comunicación de Serbia-Montenegro una noticia
curiosa: la mujer de Legija ha abierto una empresa de seguridad con el logo - algo
transformado, pero todavía reconocible - de las JSO1 y con varios antiguos miembros de
esta formación entre sus contratados. Esa misma empresa fue la que editó la novela de
Legija.
Hoy todos los periódicos retomaban esta noticia desde varios ángulos: legalidad o no de la
empresa, moralidad de la misma, el problema del sector de la seguridad en este país (se
daban unas cifras francamente altas de personas dedicadas a este tipo de actividad), etc.
Incluso, los periódicos más sensacionalistas (y de una cierta ideología afín al antiguo
régimen) han hablado de un posible plan de fuga de Legija organizado por esta empresa y
su entorno, según supuestas declaraciones de personajes de la vida pública, entre ellos la
mujer del Ministro de Exteriores, Danica Draskovic.
Todo esto, con el trasfondo del careo que tuvo lugar, el martes, en el tribunal entre Legija
y Beba Popovic, con cruce de acusaciones sobre narcotráfico.
Ahora queda por ver si se trata de una noticia para consumo interno, surgida en un primer
momento en el entorno de esa prensa sensacionalista y expandida después por el resto de
la prensa; o si se trata de algo distinto.
Tampoco hay que olvidar que, a veces, éste es un cauce “normal” para este tipo de noticias.
Hace unos meses comenté cómo antes de la entrega de Legija estos diarios publicaron una
serie de artículos que anunciaban su vuelta.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
2 SALAS, Antonio Salas. Diario de un skin. Un topo en el movimiento neonazi español. Madrid:Temas de Hoy, 2003. Pg.167.
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Lo que sí parece es que, con independencia de las partes más increíbles de la historia (planes
de fuga con destino a países exóticos, etc.), hay algo que preocupa a la sociedad y a parte
de la clase política y es la pervivencia de estructuras del pasado en la vida política del
presente y, en particular, qué ha ocurrido con las “desmanteladas” JSO.
10 de junio de 2005 César Luis Díez
En España B&H [Blood and Honour] y HS [Hammerskin] están radicalmenteenfrentados. No ocurre así en otros países. Cuando en el verano de 2001 varioscomponentes de la División España de B&H viajaron a Serbia, Belgrado y otrasciudades de la ex Yugoslavia para estrechar lazos de Hermandad con los skinsserbios, lógicamente dedicaron la mayor parte de su tiempo a contactar con gruposafines a B&H-División Serbia, organización creada en 1995 por Branco, yreorganizada en 1997 y nuevamente en 1999. Grupos como Triump od de Hill deBelgrado, Razor88 de Novi Sad, The Terrorist de Novi Sad o Real Aggresion deKikinda acogieron a los nazis españoles. Pero también estrecharon lazos conHammerskin-Serbia y su líder, Alex. Esa camaradería es imposible en España2.
Este párrafo tan detallado sobre la actividad de grupos neonazis en Serbia me ha llamado
mucho la atención. Desde luego, el informador del escritor parece tener información de
primera mano. Otro dato: en la página de Falange Española encontramos un enlace a la
formación serbia Obraz y otros enlaces a partidos de los denominados “del bloque nacional”
en Grecia, Rumania y en Bulgaria.
Estos datos nos pueden hacer reflexionar sobre los puntos de conexión entre dos fenómenos
diferentes:
� la presencia de formaciones (neo)nazis en los países balcánicos; y
� la relación de los partidos de extrema derecha de estos países con las ideologías
fascista y ultranacionalista.
Violencia y criminalidad
3 Historia y Vida, 391 (octubre 2000).
4 <http://www.debka.com>. DEBKA es un think tank israelí.
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Dichos fenómenos son diferentes - creo yo - desde un punto de vista politológico ya que
muestran las diferencias existentes entre movimientos aparentemente muy parecidos. En este
sentido, he vuelto a leer un dossier sobre el nazismo de S. Vich, D. Carcedo, S. Tarín y M.
Florentín3 que se cierra con un cuadro de semejanzas y diferencias entre el fascismo, la
extrema derecha, el neopopulismo, la derecha radical y el neofascismo.
También resulta paradójico ver cómo la página de la sección croata de B&H se autodefine
como “nacionalista” (y no nacional-socialista) y muestra su odio contra los serbios, incluidos
“sus camaradas” de B&H-División serbia.
10 de julio de 2005 César Luis Díez
La cadena B92 (Belgrado) acaba de comentar (en su telediario de las 19:15) una noticia
aparecida en internet sobre la posibilidad de que los explosivos utilizados en los atentados
de Londres se hubieran adquirido en Belgrado. El texto que sigue se ha copiado de dicha
página:
DEBKAfile Exclusive: Al Qaeda gets its bombs in Serbia Belgrade is where alQaeda goes shopping for the explosives and arms for its terror attacks, accordingDEBKAfile’s exclusive intelligence and counter-terror sources. Thursday, July 7,eight hours after four coordinated blasts hit London transport and killed at least50 people, British terror experts were on a special flight from London to theSerbian capital. They were carrying samples of the explosives collected from thefour crime scenes to probe their origin and find out how the substance wassmuggled into the UK. According to our sources, several large illicit weaponstraffickers set up business in Belgrade a year ago. Al Qaeda is one of their biggestcustomers. The Americans discovered this from examinations of explosives andweapons seized from terrorists in Iraq and Israeli probes of the origin of weaponsseized from smugglers crossing through the southern Negev on their way fromEgyptian Sinai to Jordan and thence to Iraq. The arms traffickers in Belgrade helpthemselves to the contents of Serbian army arms stores by bribing the right officers.The Serbian government has not responded to appeals from Washington to shutdown this arms racket operations.4[Final de cita]
Balkan (Mad.), 6 (2005)
5 NIN, 10 Nov 2005, Pg.21.
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Por supuesto, para B92 era una noticia importante (por su vinculación con este país),
aunque para muchos lectores pueda parecer una simple anécdota, o un chisme sin
credibilidad.
12 de noviembre de 2005 César Luis Díez
Esta semana, el semanario serbio NIN trae en portada una foto del asesinado presidente
Djindjic con un titular que (traducido) dice: “Nuevo descubrimiento: el papel de la Legión
Extranjera en el atentado”. Este titular y la lectura del artículo “Atentado contra Zoran
Djindjic: una foto-robot de la Legión Extranjera” me han recordado el segundo libro
publicado en fechas bastante recientes por el principal acusado de organizar el atentado,
Minorad Ulemek, “Legija”, titulado precisamente “Legionario” ( Legionar. Spina: 2005).
El libro en cuestión, en sus 384 páginas, cuenta sus experiencias en Legión Extranjera
francesa e intenta hacer un recorrido por la historia de este cuerpo militar. Posiblemente se
trate sólo de una coincidencia; pero, sin duda, también es una buena excusa para lanzarse
a especular y a agitar las paranoias tan típicas en el análisis de los hechos ocurridos en los
Balcanes. En este sentido basta citar una frase del artículo mencionado arriba: “¿Cuál fue
el papel en el atentado de los servicios secretos extranjeros, los bajos fondos croatas y la
Legión Extranjera francesa?” 5.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
1 Para el resto de los países, el portal del INE no facilita datos a causa del escaso número de susresidentes.
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Emigrantes balcánicos
22 de abril de 2005 José-Miguel Palacios
Según acaba de hacer público el Instituto Nacional de Estadística (http://www.ine.es), el
número de extranjeros empadronados en España asciende ya a casi 3.700.000 personas, lo
que supone el 8,5% de los 44 millones de habitantes del país.
Entre los principales países de origen de los inmigrantes figuran dos balcánicos: Rumanía
(314.300; el tercer país en números absolutos tras Marruecos y Ecuador) y Bulgaria
(91.300).
Las cifras son también muy notables si las comparamos con la población de estos países.
Nada menos que un 14,1 por mil de los rumanos y un 12,3 por mil de los búlgaros están
empadronados en España.
Esta fuerte tendencia a emigrar hacia nuestro país es algo muy particular de Rumanía y
Bulgaria, y no se corresponde con la situación en los demás países de la región. Los índices
correspondientes a otros Estados de Europa Sudoriental1 son los siguientes:
� Bosnia-Hercegovina, 0,5 por mil
� Serbia-Montenegro, 0,3 por mil
� Eslovenia, 0,2 por mil
� Grecia, 0,2 por mil
� Chipre, 0,1 por mil
Emigrantes balcánicos
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1 de mayo de 2005 Silvia Marcu
Creo que no podemos evitar el tema de la inmigración en nuestros debates, pues, este
fenómeno es de actualidad, y muy importante para España.
Más exactamente, tenemos que abordar a estos dos países de la región bajodanuabiana, y
balcánica a la vez. Los ciudadanos rumanos y búlgaros emigran a España por varias razones.
En primer lugar, porque los efectos de la transición económica no se sienten todavía.
Durante 15 años, la población de Rumanía y Bulgaria luchó con la pobreza, el desempleo
y las desigualdades sociales, como consecuencia de las intensas privatizaciones y
reestructuraciones que se registraron. La falta de recursos económicos convirtió a Rumanía
(y a Bulgaria) en países de emigrantes.
En segundo lugar, los rumanos llegaron a España, después de que a lo largo de la década
de los noventa, “exploraran” otros países de la Unión Europea (UE), sobre todo, Alemania
y Austria, que, a partir de 1995, dejaron de recibir ciudadanos rumanos, aplicando políticas
migratorias muy férreas.
Sólo un dato: si en 1994 residían en España 1.028 rumanos, en 2004 el número había
aumentado a 67.081 residentes legales, o regulares. Además, España llevó a cabo varios
proceso de regularización y los inmigrantes tuvieron la oportunidad de acogerse a los
mismos.
En tercer lugar, existe el efecto “llamada”. Muchos inmigrantes que vinieron a España a lo
largo de los últimos años ayudaron a sus familiares, vecinos y amigos a emigrar. Esto se
pone de manifiesto en varias regiones de España, como en Castellón, o en el Corredor del
Henares, donde la población de origen rumano es muy alta. Solamente en Coslada hay más
de 10.000 inmigrantes rumanos.
Como recordaremos, la apertura del espacio Schengen, en enero de 2002, favoreció la
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 107 -
avalancha de los ciudadanos de la Europa bajodanubiana hacia los países del sur de Europa.
Los rumanos emigraron de manera significativa también a Italia. La proximidad cultural, la
raíz latina de su idioma, es muy importante a la hora de escoger su destino.
Pero también se impone destacar, en el caso rumano, la emigración descontrolada que se
produce en el último año, cuando el número de rumanos en España, prácticamente se
duplicó, llegando a 314,000, lo que sitúa a Rumanía en el tercer colectivo de inmigrantes
más numeroso de España.
1 de mayo de 2005 Dalibor Soldatic
Para los ciudadanos de los países del Este de Europa, Occidente siempre ha sido la “tierra
prometida”, el paraíso. Primero, porque cualquier trabajo que uno tenga permite un nivel
de vida decente en comparación con los países del Este. Con la transición los costos de la
vida han ido en aumento mientras que los salarios, en líneas generales, se han quedado a un
mismo nivel. Por lo tanto, un profesional, una persona con diploma universitario, segura de
sus conocimientos, ve en los países del Oeste la posibilidad de afirmarse profesionalmente
y de ganar mucho mas de lo que sería el caso en su país. Por otra parte, el obrero no
cualificado, aceptando cualquier tipo de trabajo en el Oeste está seguro de tener un mejor
nivel de vida que en su propia patria. Por lo tanto, resulta lógico que emigren. No olviden
que en muchos países solamente lo que se da como ayuda social a los que se quedan sin
trabajo es netamente superior a lo que en los países del Este es un salario relativamente
bueno.
España se ha hecho interesante en los últimos años simplemente porque el mercado de la
mano de obra en otros países ya no es capaz de absorber nuevas olas de inmigrantes. Me
refiero a los tradicionales países de destino: Alemania, Francia, Holanda, Suecia.
El hecho de que haya diferencia entre Rumanía, Bulgaria y Serbia es lógico. Los búlgaros
y rumanos solamente desde hace algunos años pueden salir al extranjero. Antes eran
sometidos a restricciones muy duras. Los habitantes de la antigua Yugoslavia viajaban
Emigrantes balcánicos
- 108 -
libremente por el mundo. En los sesenta y setenta había mas de dos millones de trabajadores
emigrados en Europa, provenientes de Yugoslavia. Una nueva oleada de emigrantes
abandonó el país a raíz de su desintegración y de las guerra que la siguieron. Los de Serbia,
también por las condiciones precarias y la falta de perspectivas bajo el régimen de Milosevic.
España, que había estado fuera de las zonas en las que había emigrados de Serbia y
Montenegro, ahora cuenta ya, según tengo entendido, con una colonia de más de 30.000
personas. Estamos a años luz de distancia de la época en la que Miljan Miljanic, entrenador
del Real Madrid, era casi el único yugoslavo (montenegrino en su caso) en la capital
española.
Llamo la atención de los listeros sobre varios artículos aparecidos en la prensa de Serbia en
los que se habla de la política de visados de entrada en los países de la UE para los
ciudadanos de Serbia. Dejando de lado la falta de organización de muchas embajadas
europeas en Belgrado, las humillantes colas en la calle desde las cinco de la mañana y el
montón de documentos que hay que presentar, hay un hecho que preocupa sumamente. Y
es que generaciones enteras de jóvenes no han salido nunca de su país. De mi propia
experiencia, puedo decir que es muy difícil formar europeos y una mentalidad pro europea
cuando resulta más que difícil viajar en Europa por cuenta propia como turista con recursos
modestos. Cuántas veces alumnos que estudian lengua y la literatura española en la
Universidad han visto rechazado el visado para España. Y España no es la excepción. Lo
mismo sucede con Italia, Francia, Alemania o Inglaterra, por mencionar sólo a los países
más importantes. Traigo a colación este hecho porque crea una actitud de rechazo entre
algunos, mientras que en otros contribuye a formar la ilusión, el espejismo de El Dorado
europeo. Y una vez que han vendido todo lo que poseen aquí y se embarcan en su propia
aventura europea ya es tarde para darse cuenta de las amargas realidades.
5 de mayo de 2005 Zoran Vujic
En cuanto la emigración de la antigua Yugoslavia a España, yo tengo una teoría muy simple.
Las emigraciones de Europa del Este siempre se dirigían donde había algún vínculo familiar
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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o de amistad con algún emigrante anterior (es lo que ahora se llama “efecto llamada” o
idiomático). La gran emigración yugoslava se dirigió generalmente hacia Alemania, Austria,
Francia, Suiza, Suecia o Italia cuando esos países reclamaban una mano de obra extranjera
y cuando los yugoslavos eran los únicos que podían viajar libremente, dentro de los países
de Europa oriental. Cuando España empezó de tener necesidad de importar mano de obra
extranjera, los países de la antigua Yugoslavia ya estaban en otra situación. Los eslovenos,
ante las puertas de la UE; los croatas, emigraban a Canadá, Australia o a países de Europa
donde tenían vínculos familiares y podían, así, quedarse con más facilidad; los bosnios eran
refugiados aceptados en todo el mundo, pero, al igual que ocurría con croatas, serbios y
montenegrinos, continuaron emigrando a países donde los posibles emigrantes tenían
familiares, para los que no necesitaban visado, o que ofrecían facilidades para inmigrar,
como Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Los albaneses repetían la historia, tratando de
irse a Suiza o Alemania, mientras que los macedonios se dirigían a Australia o a Alemania.
Prácticamente en el momento en que España empezó de tener necesidad de inmigrantes
aparecieron los búlgaros y los rumanos, a cuales se le había abierto la puerta europea por
primera vez desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial y que, además, no tenían una
emigración afincada en algún de los países de la UE. Por otra parte, alemanes, austriacos,
franceses o italianos habían cerrado sus puertas años atrás para la emigración obrera,
mientras que se acababa de abrir la de España, Grecia o Portugal.
En mi opinión, simplemente se trata de un mal timing para emigrar a España desde los
países de la antigua Yugoslavia. Además, la mayoría de los nuevos emigrantes a partir de
1995 vino a visitar a los familiares, amigos, parientes, o se matriculó en alguna de las
universidades españolas, y decidió quedarse.
Según mis estimaciones, la colonia de Serbia-Montenegro en España comprende unas
10.000 personas, incluyendo a los albaneses de Kósovo. De ellos, un 30%, aproximadamen-
te, tenía la documentación en orden (la situación habrá cambiado con la última regulariza-
ción). A señalar, igualmente, que un 37% de los niños nacidos en España de ciudadanos de
Serbia-Montenegro (al menos, uno de los dos padres) era albanés de Kósovo. Probablemen-
te ese porcentaje ira creciendo en los años que vienen.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
27 de marzo de 2005Julio Garrote
La idea de una “Alianza de civilizaciones” surge con motivo del discurso del actual
Presidente del Gobierno ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el pasado 21 de
septiembre de 2004. Hacia finales de un texto plagado de generalidades, Zapatero dijo lo
siguiente:
“…como representante de un país creado y enriquecido por culturas diversas,quiero proponer ante esta asamblea una Alianza de Civilizaciones entre el mundooccidental y el mundo árabe y musulmán. Cayó un muro. Debemos evitar ahoraque el odio y la incomprensión levanten otro. España somete al SecretarioGeneral, cuya labor al frente de la Organización apoya con firmeza, la posibilidadde constituir un Grupo de Alto Nivel para llevar a cabo esta iniciativa”.
Es una lástima que los asesores para tamaña Alianza no existieran decenios atrás. Todo lo
contrario, correligionarios del actual Presidente Zapatero abanderaron la nueva forma de
hacer las cosas en la política intervencionista de la “Comunidad Internacional”. Me hubiera
gustado ver a ZP convenciendo a Izetbegovic y a Karadzic de una Alianza de Civilizaciones
era mejor que una Alianza Atlántica dirigida por Solana.
27 de marzo de 2005César Luis Díez
Después de muchos años en los Balcanes, sigo creyendo que, si echamos un vistazo a la
Bosnia-Hercegovina de los sesenta o setenta, no habría ninguna diferencia de “cultura”, ni
de “civilización” entre croatas, musulmanes y serbios. Evidentemente, sí que las habría de
opinión política o de manifestaciones sociales. Lo que se diría desde los púlpitos católicos,
sería diferente a lo que se diría desde el interior de las iglesias ortodoxas, o de las mezquitas;
y todo este discurso “religioso” sería diferente al “laico” propuesto (impuesto) por el
modelo socialista. Y seguro que ambos discursos estarían en completa “desintonía” (término
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
- 112 -
de creación dominguera mía) con lo que gritarían los jóvenes en los conciertos de Bijelo
Dugme. Después de las guerras de los noventa y con la presencia de una rama militante del
Islam - primero presente como apoyo bélico y después como financiador de la reconstruc-
ción -, es posible que la brecha “de civilizaciones” se haya abierto; pero sigo teniendo en
mente a los señores mayores con boina negra saliendo de las mezquitas bosnias y me
gustaría saber cuál es su opinión acerca del barbudo fundamentalista que propone una visión
radical del Islam. No hay que olvidar que Bosnia-Hercegovina fue siempre un territorio del
Islam Otomano (más corriente administrativa que teológica) y la visión fundamentalista
actual tiene sus raíces en una concepción saudí, tanto política como de organización
teológica.
En el otro caso, el de Kósovo, sí creo en la brecha cultural. No parece que nunca haya
habido convivencia real entre albaneses y no albaneses (serbios, gitanos, etc.) - aunque, por
supuesto, siempre hay casos personales que te hablan de las estupendas relaciones con su
pastelero albanés, etc. -. No sabría explicar el porqué de esta situación y si de verdad es así.
Aunque si la aceptamos como algo que ha sucedido la pregunta de qué va a ocurrir con
Kósovo es difícil de contestar.
¿Cómo se puede obligar a grupos humanos que no quieren convivir juntos a que lo hagan?.
¿En nombre de qué principios se hace? Para el pensamiento occidental “avanzado”, el
objetivo de una sociedad multiétnica es legítimo y defendible (pasa como con el concepto
“democracia”). Pero puede que no ocurra lo mismo desde un punto de vista “oriental”. ¿Se
ha preguntado a los albaneses de Kósovo si quieren vivir con sus vecinos de otras etnias?
¿Por qué los serbios de Kósovo empezaron a vender sus inmuebles allí ya durante los años
sesenta y setenta?, etc.
Yo no puedo (ni quiero, por supuesto) concebir Estados separados por el origen étnico o
religioso de sus habitantes. Por eso, me niego a usar el sintagma “musulmanes españoles”,
ya que para mí no son específicos, como tampoco los católicos, los agnósticos, o lo que sea.
Todos los que queramos sentirnos españoles, pondremos ese gentilicio primero y después
los adjetivos que nos apetezca: judío, del Atleti y gastrónomo aficionado, por ejemplo. Sin
embargo, soy plenamente consciente de que es mi opción personal y que puede haber otras
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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desde las cuales yo sería - por ejemplo - un fundamentalista democrático que “no puede, ni
quiere” concebir otro sistema al margen del democrático.
Ahora bien, trasladando de nuevo esta postura a los Balcanes (y por ende a una visión
general): ¿podemos poner al mismo nivel posturas radicalmente enfrentadas? Una visión de
un estado teocrático se enfrenta diametralmente a la de un estado democrático. En la
primera, el máximo punto de referencia está fuera del sistema, ya que lo ha generado; en la
segunda el sistema libremente elegido es el máximo punto de referencia. También por
definición, en el segundo modelo parece que todo es sujeto de discusión y de modificación
por consenso; ¿pero qué ocurre en el primero?
2 de abril de 2005José-Miguel Palacios
Después de muchos años en los Balcanes, sigo creyendo que si echamos un vistazoa la ByH de los 60 o 70 no habría ninguna diferencia de "cultura", ni de"civilización" entre croatas, musulmanes y serbios.
No sé si está suficientemente bien definido el concepto de “civilización” (en el sentido en
el que lo estamos usando). A mí me sugiere algo así como “superetnias”, formas diferentes
de enfocar la vida y que suponen entre sus adherentes distancias mayores que las puramente
étnicas (distancias casi insalvables, al menos en estos momentos). Supongo que se deber
referir a algo más “colectivo” que la simple “orientación política” o “ideología” (que son
orientaciones individuales, aunque para materializarlas busquemos la solidaridad de otros).
En resumen, dentro de un mismo grupo étnico podrían coexistir distintas orientaciones
ideológicas, pero no distintas “civilizaciones”. Una determinada etnia estaría adscrita a una
determinada “civilización”, junto con toda una serie de etnias relativamente próximas.
En la antigua Yugoslavia (y en los países sucesores, al menos durante los primeros años tras
la separación) se estudió bastante el tema de la “distancia étnica” entre los distintos pueblos
yugoslavos y los resultados muestran que estaba influida por antagonismos políticos (más
o menos coyunturales), pero que, en los casos de distancia extrema, afectaba a las relaciones
de casi todos los demás con los albaneses. ¿Sería éste un caso de diferencia de civilización,
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
1 Un inciso: hace unos años el IUGM organizó en Madrid un seminario sobre nacionalismos enEuropa del Este y allí el Embajador Westendorp organizó un pequeño escándalo al afirmar que en la antiguaYugoslavia todos pertenecían al mismo grupo étnico, excepto los montenegrinos - entiendo que fue unlapsus linguae por albaneses -. George Schöpflin y - creo recordar - Lidija Basta se levantaron para decirleque etnia es algo más que rasgos físicos y puede incluir detalles como lengua y religión).
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frente a los casos simples de “diferencia de etnia”, típicos, por ejemplo, de Bosnia-
Hercegovina?1
En el primer caso, Kósovo, sí creo en la brecha cultural. No parece que nuncahaya habido convivencia real entre albaneses y no albaneses...
Es verdad que todos hemos oído que en el Korzo de Pristina unos iban por una acera y otros
por otra (yo mismo nunca lo noté). Incluso algunos hemos oído que serbios y albaneses
comen diferente (sí me pareció que en los restaurantes albaneses se veía más el coñá
Skanderbeg que en los serbios) y huelen diferente (nunca aprecié nada). Pero también hay
bastantes ejemplos que hablan de una tendencia contraria, que podría haberse consolidado
si la modernización del país no se hubiera visto traumáticamente interrumpida con las crisis
económicas y políticas de los años ochenta y noventa. Algunos casos que conozco:
� La cantante de Zana (uno de los grupos pop yugoslavos más populares en los
ochenta) era Zana Nimani, una albanesa de Kósovo. Una de sus canciones más
conocidas (aún se oye bastante) fue “Dodirni mi kolena” (tócame las rodillas), y no
puede considerarse un ejemplo de moral musulmana (sobre todo, porque a lo mejor
la cosa no paraba en las rodillas).
� Azem Vllasi, el líder comunista kosovar de finales de los ochenta, estaba (creo que
aún está) felizmente casado con una musulmana de Bijeljina, a la que había conocido
estudiando ambos Ciencias Políticas en Belgrado.
� Muchos hemos oído a albaneses kosovares de nuestra generación decir que cuando
viajaban por el extranjero durante los ochenta se definían a sí mismos como
yugoslavos, no como albaneses.
� La convivencia dentro del mismo estado parece que tiende a uniformar las
costumbres. Hace unos años, en un artículo de Política Exterior se sostenía que en
Balkan (Mad.), 6 (2005)
2 Nacionalismos y minorías en Europa Central y Oriental. Barcelona: ICPS, 2004. Puedeencontrarse una reseña en <http://www.estudiosbalcanicos.org/2004/4_libros.html#ruth>.
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España había aumentado la diversidad lingüística durante los últimos años, pero que
la “cultura” (¿la “civilización”?) se había uniformado. Lo que sentían los bisabuelos
cuando iban de Valladolid a Barcelona (el choque ante una ciudad donde se vivía de
forma diferente, y donde existía una cultura de trabajo distinta) ya no se siente
ahora. Tengo la impresión de que algo distinto sucedió en toda la antigua
Yugoslavia, incluyendo Kósovo. Todos hemos oído hablar de la enorme natalidad
de los albaneses kosovares, pero es muy frecuente que los casos que hemos
conocido (en general, gente educada de Pristina) el número de hijos no fuera muy
distinto del que, en un ambiente similar, se habría dado en Belgrado.
Para el pensamiento occidental “avanzado”, el objetivo de una sociedad
multiétnica es legítimo y defendible (pasa como con el concepto “democracia”).
Pero puede que no ocurra lo mismo desde un punto de vista “oriental”.
El año pasado, Ruth Ferrero publicó un libro excelente sobre nacionalismos y minorías en
Europa del Este2. En él, se incluía un capítulo de Victor Neumann (“Educación cívica y
derechos humanos desde una perspectiva intercultural: el caso de Rumanía”) comparando
el modelo multiculturalista (que su país practica en Transilvania) con el interculturalista
(Banato). En su opinión, este último es mucho más eficaz.
7 de abril de 2005Claudia Aguilar
Resumiendo muy mucho, el trabajo que estoy haciendo busca cuestionar las diferencias
étnicas en Bosnia, sobre todo entre los jóvenes, a través del análisis de sus discursos y de
sus redes personales.
Creo que la identificación de las personas, tanto la autoidentificación como la identificación
por otros (es un término que me gusta más que identidad), es relacional, es decir, se crea
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
- 116 -
constantemente a través de las relaciones sociales. Por ello, considero básico el estudio de
las redes personales pues nos dan mucha información de la realidad cotidiana de la persona,
donde se “negocian” constantemente las identificaciones colectivas.
Ello no quita que en el ámbito político existan discursos sobre las identidades étnicas y que
se hable de “etnias” dándoles estatus de grupos reales. Es un discurso más. Pero creo que
en el ámbito académico hemos de superar estos discursos políticos u ideológicos y no
utilizar categorías de práctica que crean determinadas “realidades” sociales.
Hemos de dar un paso más y cuestionar tales categorías. El concepto de etnia, al igual que
el de cultura, es amplio y vago por lo que es muy fácilmente utilizable por el discurso
político. Este discurso es luego también utilizado por los ciudadanos para construir su
imaginario social. Por ejemplo, en Bosnia, antes de la reciente importación del concepto de
etnia no había etnias habían nacionalidades o pueblos.
Por ello quiero cuestionar estos términos en el ámbito académico y estudiar cuál es su uso,
cómo afectan realmente a la identificación de los jóvenes y cómo son sus relaciones.
En un primer trabajo de campo que realicé pude ver que ciertos jóvenes no querían utilizar
las categorías étnicas excluyentes para identificarse y resultó también que eran bastante
centrales en la red social de relaciones. Si encontramos un número importante de jóvenes
con un discurso identitario no esencialista y que son centrales o se mueven en varios grupos
a nivel social, creo que es una buena noticia para el futuro de Bosnia.
Podéis encontrar un artículo sobre este tema en:
http://revista-redes.rediris.es/pdf-vol7/vol7_6.pdf
8 de abril de 2005Javier Asensio
En los últimos años de ir y venir por la zona (sobre todo, por Bosnia-Hercegovina) no he
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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encontrado diferencias ni físicas ni tampoco en los comportamientos superficiales de la gente
entre unos “pueblos constituyentes” y otros.
Otra cosa distinta es cuando empiezas a tener algunos amigos y empiezas a conocer distintos
puntos de vista. Entonces empiezas a distinguirlos sobre todo por sus opiniones. Pero aquí
coincido con Claudia en lo de la “identidad colectiva” en la forma de verse cada uno y su
sentido de pertenencia a un grupo social (me niego a hablar de etnias en Bosnia-Hercegovi-
na).
Sólo quisiera preguntar a Claudia, donde se desarrolló su trabajo de campo.
En un primer trabajo de campo que realicé pude ver que ciertos jóvenes no queríanutilizar las categorías étnicas excluyentes para identificarse y resultó también queeran bastante centrales en la red social de relaciones.
A tenor de lo que cuenta (esto es solo una impresión personal, quizá muy equivocada,
basada en mi experiencia en la zona, que puede estar muy sesgada), podría haber dado con
una mayoría de bosniacos en su trabajo de campo. Por lo que yo sé, los serbobosnios y los
croatobosnios no tienen ningún problema en identificarse como serbios y croatas
respectivamente, incluso alardean de ello. Si no, que le pregunten a muchos hercegovinos
qué pasaporte tienen o si aceptan kunas croatas como moneda en las tiendas.
Los bosniacos que conozco son más reacios a establecer diferencias y utilizar “categorías
étnicas excluyentes” (en palabras de Claudia), y estoy de acuerdo en que son más
“centrales” en su red social y relaciones. Yo diría hasta que son más abiertos que los otros.
No sé la razón, pero una vez leí de Filipovic que los bosniacos no deberían quedarse solos
en un miniestado musulmán.
8 de abril de 2005Julio Garrote
Los bosniacos que conozco son más reacios a establecer diferencias y utilizar“categorías étnicas excluyentes” (en palabras de Claudia), y estoy de acuerdo enque son más “centrales” en su red social y relaciones.
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
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Según mi experiencia de años de trabajo tanto en la Federación de Bosnia-Hercegovina
como en la República Srpska, puedo afirmar que los mal llamados “bosniacos”, si es que se
refieren a la nación musulmana de Bosnia, mencionan a Allah con frecuencia, no a “Bog”,
y tratan intencionadamente de utilizar turquismos y arabismos para diferenciarse del resto.
No me equivoco al tratarles como nación, porque Tito se la otorgó y aún se lo creen. No
me equivoco al tratarles como musulmanes, porque así han nacido y así lo viven. Y no
diferencio entre generaciones. Otra cosa es cómo se toman su “dogma”, más o menos
flexibilizado a su conveniencia personal. Con todo, incluso a un nivel muy superficial de
interrelación, enseguida emerge la condición de cada uno.
No me equivoco, salvo en honrosas excepciones, en dudar de su tolerancia respecto a otros.
No creo equivocarme tampoco al afirmar que durante Tito y después de él nadie olvidó su
pertenencia y devoción. Ruego a Claudia, si se encuentra en Bosnia-Hercegovina, que preste
atención a lo que en inglés se viene llamando “body language”. Hasta en eso.
A las civilizaciones les separa el Tiempo. Nada más, nada menos.
9 de abril de 2005José-Miguel Palacios
En su mensaje, Claudia nos hacía referencia a un artículo suyo que me parece de obligada
lectura. Creo que el resumen del artículo puede ser, en sí mismo, una aportación muy valiosa
a nuestro debate:
Después de un trabajo de campo realizado con un grupo de jóvenes en Sarajevo,hemos constatado la existencia de una relación entre los discursos que sostieneny las categorías étnicas que utilizan tanto para clasificar a los demás como paraautoidentificarse.
Asimismo hemos encontrado que los jóvenes que se autodenominan “Bosnios”juegan un rol importante en la red de relaciones multiétnicas, en la que los lazosfuertes, sorprendentemente, son muy importantes. Finalmente hemos hallado unarelación entre la composición de las redes personales y los discursos étnicos quese sostienen. Vivimos, o creemos vivir, en múltiples "comunidades", imaginadas o
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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no. Al mismo tiempo, el individuo y no el lugar, la familia o el grupo, se sitúa enel centro de la vida social y de las comunicaciones (Cf. Wellman, 2001).
En este contexto, inducido por el avance del capitalismo flexible (Castells, 1996),pensamos que para entender adecuadamente la identidad o identidades postuladaspor los individuos es necesario estudiar las redes personales y su dinámica. Desdeesta perspectiva no podemos hablar de "etnias" o "multietnicidad" sin másprecisiones, pues son conceptos basados en una concepción esencialista y estáticade la identidad individual. El concepto de “sociedad multiétnica” es utilizado deuna manera engañosamente progresista y objetiva, pues lo que en realidad legitimaes la existencia de diferencias esenciales entre personas, alejando en lugar deacercar.
Sin embargo, somos plenamente conscientes que los discursos esencialistas de laidentidad étnica son omnipresentes, con enormes efectos políticos e individuales.
Que planteemos que la concepción esencialista de la identidad sea inapropiadadesde un punto de vista académico, no significa que ésta no se utilice políticamentey por lo tanto tenga consecuencias formidables en las relaciones sociales.
Precisamente el estudio de las redes personales nos permite situarnos en unaperspectiva que no utiliza con pretensiones analíticas conceptos “folk”, como sonlos de “etnia”, “pueblo” o “nación”, sino que los sitúa en el terreno de losdiscursos sustentados por los actores (y los estados y medios de comunicación) ynos permite contextualizarlos mediante conceptos etic, es decir, impuestos por losinvestigadores. Sólo así podemos superar las tautologías que abundan en losdiscursos étnicos.
11 de abril de 2005José-Miguel Palacios
podría haber dado con una mayoría de bosniacos en su trabajo de campo. Por loque yo sé, los serbobosnios y los croatobosnios no tienen ningún problema enidentificarse como serbios y croatas respectivamente, incluso alardean de ello. Sino, que le pregunten a muchos hercegovinos qué pasaporte tienen o si aceptankunas croatas como moneda en las tiendas.
El trabajo de campo lo hice en Sarajevo y en algunas otras partes de Bosnia-Hercegovina,
pero hablé con gente de todo tipo no solamente bosníacos o musulmanes. Y realmente
encontré, no solamente entre musulmanes, a gente que se autodenominaba “bosnia” y se
negaba a utilizar las categorías excluyentes. Que las personas utilicen un pasaporte croata
no es signo de pertenencia étnica, sobre todo cuando con tal pasaporte puedes entrar en la
Unión Europea sin visado. Hay también muchos “serbios” que han nacido en Croacia y que
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
- 120 -
tienen pasaporte croata por conveniencia.
Lo que yo estoy argumentando, y respondo también a Julio Garrote, es que no dudo de que
Tito instaurase unas “naciones” y de que hay gente que se las crea, pero creo que no son
todos por el hecho de que se trata, a mi modo de ver, de una ideología. Separar a las
personas en supuestos grupos étnicos basados en una creencia religiosa es una ideología con
la que puedes comulgar o no. Yo, personalmente, no comulgo y trato de buscar a personas
en Bosnia que tampoco lo hagan pues creo, como se puede ver en mi artículo, que son ellos
el futuro del país.
11 de abril de 2005G. Presa Arias
Estuve trabajando en Banja Luka entre mediados de mayo de 1999 hasta noviembre de ese
mismo año y todos los serbobosnios que conocí (y fueron muchos) se consideraban serbios
hasta la médula. El resto de la gente con la que traté en Bosnia-Hercegovina, musulmanes
y croatas, también tenía su identidad muy afianzada. Es cierto que lo ideal sería, como dice
Claudia, que no hubiera grupos étnicos, pero los hay. Por si os orienta, hablo de un universo
de población de mi edad, entre 30 y 40 años.
Nadie en la República Srpska se considera bosnio. Supongo que un ejemplo claro lo
tenemos con cualquier evento deportivo. Siguen a Serbia (y Montenegro).
11 de qbril de 2005Claudia Aguilar
Soy consciente de que la mía es una lucha difícil. El discurso etnicista-nacionalista es muy
poderoso. Yo entiendo lo que explicáis. También he hablado con nacionalistas serbios en
Sarajevo y conozco sus discursos. Pero, ¿no creéis que se trata de discursos políticos e
ideológicos, y no de diferencias étnicas?
Balkan (Mad.), 6 (2005)
3 Para los despistados: Inter Entity Boundary Line.
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En realidad se trata sólo de etiquetas, pero los efectos de utilizar una u otra no son iguales.
Si hablamos de etnias, estamos naturalizando las diferencias, diciendo que son innatas que
se nace serbio o se nace croata, y yo creo que es una decisión política.
12 de abril de 2005Julio Garrote
Ese experimento de Bosnia-Hercegovina, que nunca antes fue un estado y ahora parece ser
junto con otros ejemplos de armonía y pacífica convivencia, como Kosmet, Macedonia, o
la mismísima Chipre, la apuesta definitiva de la Alianza de Civilizaciones, no tiene un futuro
a largo plazo porque esa hermosa tierra de tolerancia y entendimiento se está manteniendo
bajo los puntos de mira de la OTAN, y al que se mueva, Paddy lo apaña. Y podemos (y
tenemos que) hablar de etnias porque la, con perdón, Comunidad Internacional, así lo
quiere. Pero allí todos saben quiénes son, quiénes han sido, quiénes no quisieron ser, quiénes
cambiaron para no perder, quiénes siguen siendo lo que son y fueron, y quiénes no.
Por cierto, ¿sabéis de dónde salió ese fantástico vocablo “bosniaco”? Preguntad a los de
ACNUR, si los tenéis cerca. Hasta 1998 eran musulmanes, pero no convenía que se les
siguiera denominando así. Y en sus “daily report” prohibieron utilizar el calificativo de
musulmanes, al tiempo que lanzaban a los cuatro vientos que la IEBL (seguro que todos
sabemos lo que es)3 había desaparecido. Menuda risa. Cualquiera se aventuraba a pasar al
otro lado sin escolta. Tanto los “bosniacos” como los serbios o los croatas. Porque pueden
decir lo que quieran, pero los bosniocroatas son croatas porque son católicos, los
serbobosnios lo son por ser ortodoxos y los musulmanes son musulmanes. ¿Lo de bosniaco?
Mal invento. ¿O es que ahora los serbobosnios o bosniocroatas no son bosnios, o
hercegovinos, que tanto monta monta tanto?
Por cierto, los croatas ortodoxos (serbios por etnia) merecen el pasaporte croata tanto como
los croatas de Croacia, y no es por conveniencia. Es que son croatas. Igual que los serbios
eslovenos con pasaporte esloveno.
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
- 122 -
Pregunte a la sazón en el consulado de Croacia en Tuzla, cómo andan las concesiones de
pasaportes croatas a muchos que sí que no se lo merecen, pero por conveniencia en unos
casos o por falta de control en otros se lo están dando.
15 de abril de 2005José-Miguel Palacios
Me parece que el artículo de Claudia constituye una aportación muy interesante al estudio
de la Postyugoslavia. Como ella misma destaca, venimos repitiendo durante años (yo diría
que, al menos, desde 1991-93, cuando se consolida una versión internacionalmente aceptada
de cuál era la situación étnico-política en la antigua Yugoslavia) unas determinadas ideas y,
mientras tanto, la vida sigue y la situación cambia. Es bueno que alguien baje del mundo de
los argumentos al de las realidades, saque la vara de medir y nos ofrezca datos frescos sobre
lo que de verdad está ocurriendo.
Tanto el mensaje de Claudia como su artículo me sugieren bastantes comentarios. En la
mayor parte de los casos, son dudas, que se manifiestan como preguntas a la autora:
a) En primer lugar, me llama la atención la composición “nacional” de la muestra con la que
ha trabajado Claudia. Me da la impresión de que no responde a la actual composición
nacional de la población de Sarajevo. Me surgen dos dudas: ¿con qué criterios se eligió el
grupo con el que se ha realizado el trabajo?; ¿entendemos que los resultados son, en
cualquier caso, relativamente independientes de la selección de la muestra?
b) En segundo lugar, el panorama que Claudia nos describe procede de un medio urbano
bastante cosmopolita, en el que una parte importante del “grupo mayoritario” sigue una
línea de no discriminación (de hecho, de integración) de los grupos menores. ¿Serían los
resultados muy diferentes si se hubiera trabajado en alguna de las grandes urbes de la
antigua Yugoslavia, como Belgrado o Zagreb?
c) Tengo algún problema con la caracterización de las actitudes básicas de la población de
Sarajevo. Allí se libró una guerra por constituir un Estado independiente, separado de
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 123 -
Yugoslavia (y por hacer que parte de ese Estado se independizara de él y siguiera
conservando lazos estrechos con esa Yugoslavia). En este contexto, estar a favor de la plena
igualdad de todos los ciudadanos “dentro de los límites de Bosnia-Hercegovina” puede ser
para un “musulmán” (en sentido étnico) una actitud sustancialmente igual a la “nacionalista
bosniaca”. Como decía el sociólogo croata Vjeran Katunaric en 1991, antes del comienzo
de las guerras, los programas nacionales de todos los grupos yugoslavos se basaban en una
misma idea: maximizar el territorio donde ellos eran mayoritarios. En este contexto, un
“musulmán-bosniaco” no nacionalista, cosmopolita, no debería hacer énfasis sobre la
estatalidad bosnia, sino, quizá, buscar la reintegración de la antigua Yugoslavia, ya que,
además de convivir en plano de igualdad con todos los grupos étnicos sin distinción, le
permitiría ampliar el territorio por donde se puede mover con toda libertad.
d) Creo que hubiera sido interesante conocer el origen étnico de los que se autodenominan
bosnios. Por una parte, algunos pueden emplearlo como se empleaba antes “yugoslavo” en
ciertos medios (eras de origen croata, te habías establecido en Kragujevac y te sentías más
integrado declarándote yugoslavo que croata). Al fin y al cabo, “bosnio” puede ser,
simplemente, un gentilicio geográfico (así era empleado en la antigua Yugoslavia) y, siendo
más cómodo que “serbio” o “croata” en ciertos medios, no supone una renuncia a la propia
identificación nacional.
Creo, sin embargo, que en el caso que nos ocupa la razón principal puede ser otra. Para Vuk
Karadzic, “bosanac” y “bosnjak” (bosnio y bosniaco) eran sinónimos y sólo el uso
posterior los ha separado. Mientras que bosanac/bosanski está bastante bien asentado en
el idioma, bosnjak/bosnjacki funciona, en la práctica, como un neologismo, perfectamente
asumido en el lenguaje administrativo, y no tanto en el lenguaje de la calle, donde es
frecuente seguir hablando de “musulmán”. Creo que existe aún una vacilación importante
entre los términos bosnio y bosniaco (el nombre oficial de la normalización bosniaca de la
lengua común es “bosanski jezik”, lengua bosnia, no bosniaca), así que la distinción entre
ambos gentilicios no tendría en muchas ocasiones ningún significado especial.
e) Una última cuestión es en qué idioma se realizaron las entrevistas y si los entrevistados
eran conscientes de hablar con un extranjero. En toda la antigua Yugoslavia (pero, sobre
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
- 124 -
todo, en Bosnia-Hercegovina) están muy entrenados en hablar con occidentales, y en
intentar transmitirnos los argumentos adecuados. Saben qué buscamos, saben cuáles son
nuestros prejuicios, nuestros objetivos y nuestras limitaciones, y hacen todo lo posible por
adaptarse a ellos.
18 de abril de 2005Dalibor Soldatic
Interesante el debate que se está sosteniendo pero creo que habría que ser un poco más
riguroso ido en materia de metodología.
Primero hablemos de nombres. Hay una distinción clara entre “srbin” y “srbijanac” . Srbin
(en viejos textos se podrá encontrar “Srb” ) es el miembro de la nación que pertenece a los
eslavos del Sur y que en su mayoría vive en Serbia. Srbijanac es el serbio de Serbia. Por lo
tanto un habitante de Kragujevac o de Belgrado es Srbijanac, mientras que un serbio de
Bosnia es Srbin. El español no distingue estos matices y tiene una sola traducción: serbio.
En Bosnia no había nación bosnia ni bosniacos, sino croatas y serbios, así como algunos
turcos que se quedaron. Durante el imperio otomano, muchos croatas y serbios aceptaron
el Islam. El problema es que en los Balcanes lo religioso se identifica mucho con lo nacional
porque la religión fue en muchos casos la única defensa de lo nacional. Un serbio que se
pasaba (esto es traducción literal del serbio: no se dice “se convertía” sino “se pasaba”) al
catolicismo ya no era considerado serbio. Lo mismo ocurre con el serbio que adoptaba el
Islam. De modo que Bosnia, después de la Segunda Guerra Mundial, estaba habitada por
croatas católicos, serbios ortodoxos, y serbios y croatas convertidos al Islam. En un
momento dado, las autoridades yugoslavas, encabezadas por Kardelj y Tito, consideraron
que era mejor dejar constancia de ese elemento específico e incorporaron en los documentos
constitucionales a los musulmanes como nación. Tal caso no se había dado en todo el
mundo, pero a los yugoslavos nos gustaba mucho ser originales en todo.
Con la desintegración de Yugoslavia y la guerra en Bosnia, los gobernantes y propagandis-
tas occidentales se dieron cuenta de que iban a tener dificultades en convencer a los
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 125 -
contribuyentes de que se estaba apoyando la causa justa en Bosnia respaldando a los
musulmanes. No hablemos aquí ahora de la Declaración Islámica de Alija Izetbegovic, de
los muyahedines árabes que toman parte en los combates, del dinero de Irán, Arabia Saudita
etc. etc. El caso es que se optó por la solución de bosnjak para lo que antes era musulmán.
Porque bosanac había sido utilizado durante más de cincuenta años para designar al
habitante de Bosnia. La lengua española sigue, al menos oficialmente, sin ofrecer una
solución, ya que “bosnio” es relativo a Bosnia, es decir, “bosanac” . Se ha intentado
resolver el asunto con “bosniaco” para “bosnjak” , lo que parece ser una solución viable.
Con todo, habrá ver en qué medida un español medio es capaz de hacer la distinción.
En cuanto a los sentimientos y realidades no hay que hablar mucho. Si la Comunidad
Internacional se empeñó tanto para demostrar que la antigua Yugoslavia era una ilusión y
que ya no era factible no se comprende por qué se empeña tanto en mantener con vida una
“mini Yugoslavia”. Después de la sangre derramada sobre esos territorios me temo que la
vida en común, volver a lo de antes, resulta posible solamente mientras la Comunidad
Internacional se mantenga en su papel de policía y financie la supervivencia. Porque, seamos
sinceros, Bosnia sin la Comunidad Internacional no existe. No funciona como Estado. Y eso
de que las jóvenes generaciones ven las cosas de otra manera se ha podido comprobar en
las guerras de Croacia, Bosnia y Kósovo. Baste decir que en Croacia sigue vivo el debate
entre los ustashe y los partisanos y en Serbia entre los chetnitsi y los antiguos comunistas.
Es un debate absolutamente anacrónico que ya no resuelve nada en la actualidad y no ofrece
nada al futuro, pero que sigue. Y para los croatas y serbios de Bosnia, en el habla de la calle,
el musulmán sigue siendo el turco.
Recuerdo bien haber preguntado a un conocido mío que vivía en una aldea serbia de Bosnia
cómo estalló la guerra. Me inquietaba la cuestión de cómo fue posible que vecinos y amigos
se enemistaran de repente hasta el grado de poder matarse. Y me lo contó. “Primero
empezaron a resonar cañonazos y disparos como ecos nocturnos en la lejanía. Y, por si
acaso, nos armamos, unos sacando armas viejas de la Segunda Guerra Mundial, otros
comprándolas por aquí y por allá. Después, se empezó a distribuir armas por las aldeas, cada
etnia a sus miembros. Y una noche dispararon sobre la nuestra. Y nosotros devolvimos los
disparos. Al día siguiente estábamos en guerra”. Como ven, sobre el terreno resulta muy
Otra vivencia de la etnicidad: ¿alianza de civilizaciones?
- 126 -
simple. Me pregunto quién distribuyó las armas, quién las vendió, quién disparó por la noche
y por qué. Pero eso ya sería para otro tipo de análisis.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 127 -
Perspectivas de integración europea
16 de febrero de 2005Julio Garrote
Hoy he encontrado en el buzón el folleto promocional que publica la Oficina de Publicacio-
nes de las Comunidades Europeas para dar a conocer las bendiciones de la nueva
Constitución para la Unión. En la contraportada aparece un mapa de Europa, con colorines
distintos según la situación de cada Estado en el proceso de integración: un amarillo
hepatítico para los miembros, un supuesto rosado para los candidatos y un grisáceo para los
que aún no tienen ni el privilegio de la negociación de acceso. Por supuesto, entre ellos,
Srbija i Crna Gora, Poranesna Jugoslovenska Republika Makedonija y Bosna i
Hercegovina. El corazón de Europa no es Suiza, porque los suizos no quieren serlo, son los
Balcanes, así que nuestra Europa Unida aún no tiene corazón. Ojalá y al menos tenga buena
cabeza y visión de futuro. Ruego no pierdan esta referencia geográfica.
A veces, leyendo libros de muy diversa procedencia y carácter se encuentran datos curiosos.
A falta de pruebas fehacientes que en la actualidad demuestren conspiraciones internaciona-
les contra Yugoslavia, bien se podría hacer un análisis sobre los dudosos incondicionales
apoyos de Estados Unidos a una Europa fuerte y unida. Y, si volvemos al mapa europeo,
vamos a ver qué se inventan en los próximos años para que la Europa unida no acoja a
todos los europeos por igual en su seno. Y cómo se repartirán (seguro que ya lo han hecho)
los empresarios, banqueros y políticos las zonas de influencia en los Balcanes.
Y como conclusión: ¿alguien cree que por muy buena voluntad que tenga el nuevo
protectorado europeo sobre el territorio bosnio va a dar viabilidad a Bosnia-Hercegovina
como Estado? Con la forma y el ejemplo que algunas organizaciones internacionales dan a
las autoridades locales, desde luego que no. Y de eso sí hay pruebas concluyentes.
Perspectivas de integración europea
- 128 -
5 de marzo de 2005José-Miguel Palacios
ALTMANN, Franz-Lothar. “Les Balkans occidentaux et l'Union”. Politique étrangère
4/2004, 795-805.
F.L. Altmann es un personaje bastante conocido en el mundo de los estudios sobre Europa
sudoriental. Durante bastantes años fue director del Südost Institut de Munich y en estos
momentos es el responsable del grupo de análisis sobre Balcanes Occidentales en la Stiftung
Wissenschaft und Politik (SWP) de Berlin (<http://www.swp-berlin.org>).
En medio de tantas buenas palabras sobre la integración europea de los países de Balcanes
Occidentales, el artículo de Altmann se distingue por su cruel realismo. Sus conclusiones
no son necesariamente artículo de fe, pero vale la pena leerlas con atención:
� Considera dos grupos de países: Rumanía, Bulgaria y Croacia, en vías de
integración; y Serbia-Montenegro (podríamos matizar que también puede ser Serbia
y Montenegro, o Serbia, Montenegro y Kósovo), Bosnia-Hercegovina (sin
matizaciones), Macedonia y Albania, a las que se aplicaría todo lo que sigue.
� La opinión pública de los países de la UE está cada vez más cansada de ampliaciones
sucesivas. Los políticos tendrán más difícil “vender” a sus electorados la convenien-
cia de la integración de nuevos países.
� Los dirigentes de estos países tienen dificultades para explicar a sus poblaciones que
la integración es una perspectiva a largo plazo, después de haber reiterado estos
últimos años la necesidad de acelerar el proceso.
� Las diferencias dentro de la región (entiendo que este comentario afecta también a
Rumanía, Bulgaria y Croacia) se acentuarán en lugar de disminuir, lo que dificultará
la cooperación regional.
� Siendo realistas, hay que pensar en una integración de aquí a 15-20 años, lo que no
supone un incentivo para las reformas internas dentro de estos países.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 129 -
Altmann propone que se actúe en dos frentes:
� Crear una especie de “mercado común regional”, con los cuatro países excluidos y
sus vecinos inmediatos. Es una idea aparentemente similar a la que tantas veces nos
ha expuesto Dalibor Soldatic.
� Ofrecer a estos países un estatuto intermedio entre el de “asociación” y el de “plena
integración”, que resulte suficientemente atractivo y pueda alcanzarse en un plazo
de tiempo sensiblemente más corto. Altmann no precisa en que podría consistir este
estatuto, pero puede entenderse que supondría una participación limitada en las
instituciones comunitarias (sin comisarios y sin derecho de voto, por ejemplo).
Esta nueva forma de integración a la que alude Altmann sería, en todo caso, más fuerte que
la prevista en “Wider Europe” y, en su opinión, podría extenderse a países como Turquía
(problema grave: ¿se conformarán los turcos?), Moldavia, Bielorrusia y Ucrania (problema
grave: ¿no es algo así como crear un “cordón sanitario en torno a Rusia”?).
13 de abril de 2005Javier Asensio
Las autoridades de Serbia-Montenegro se han declarado hoy satisfechas por la decisión de
la Unión Europea (UE) de autorizar el estudio de viabilidad para la apertura de las
negociaciones para un Acuerdo de Asociación y Estabilización con la Unión Europea.
El Consejo de Ministros de Serbia-Montenegro subrayó que el país tiene que seguir el
proceso de reformas internas y cumplir plenamente sus obligaciones frente al Tribunal Penal
Internacional para Yugoslavia (TPIY), condición impuesta por la UE para la plena
cooperación.
El presidente de Serbia, Boris Tadic, que está hoy de visita en Hannover (Alemania),
consideró la evaluación positiva de Bruselas como una señal de que Serbia es capaz de
unirse a Europa y añadió que todo lo demás depende de “nuestro deseo de realizar reformas
Perspectivas de integración europea
- 130 -
globales (...). Cuando hablo de reformas, no pienso sólo en el cumplimiento de las
obligaciones hacia el Tribunal de La Haya (sede del TPIY), la solución del problema de
Kósovo y la estabilización de la Unión Estatal [de Serbia-Montenegro], sino en una reforma
estructural global de toda la sociedad”, dijo Tadic, citado por su portavoz en Belgrado.
Por su parte, el Primer Ministro serbio, Vojislav Kostunica, declaró que el estudio de
viabilidad es el primer y decisivo paso hacia la realización de los objetivos serbios de llegar
“a ser miembro de pleno derecho de la familia de pueblos europeos (...). Estoy convencido
de que todos los ciudadanos están orientados sin reserva hacia la UE y que tenemos fuerza
suficiente para seguir reformando el sistema económico y político”, declaró Kostunica en
una rueda de prensa en Belgrado.
El jefe del Gobierno serbio consideró que con el estudio de viabilidad el país ha iniciado el
camino europeo “en el que tenemos que emprender todavía muchos pasos difíciles pero que
nos llevará a la UE (...). Siempre hemos pertenecido a Europa y vemos a la Unión Europea
como nuestra casa común”, concluyó Kostunica.
La Comisión Europea confirmó hoy que Serbia-Montenegro ha realizado “progresos
suficientes” para abrir negociaciones para un Acuerdo de Estabilización y Asociación,
aunque advirtió de que las autoridades de Belgrado tienen que reforzar su cooperación con
el TPIY, el tribunal creado para juzgar los crímenes de guerra en los Balcanes.
16 de junio de 2005Roberto Barral
En el día que se monta todo el “guirigay” de la Cumbre Europea, todavía no se ha suscitado
ningún debate en este foro en torno al inesperado éxito de la democracia relativo al rotundo
“no”, que las ciudadanías francesa y holandesa han dado al proyecto de Tratado Constitu-
cional para la Unión Europea, y qué posibles consecuencias podrá tener en los países de la
antigua Yugoslavia.
Es evidente que el análisis que se hace desde la UE es diferente al que realizan los que
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 131 -
aspiran a formar parte de ese conglomerado. De lectura rápida y populista es el análisis que,
supongo, hacen sectores radicales en algunos países exyugoslavos, es decir: “Cómo vamos
a querer entrar en la Unión Europea, si ni tan siquiera sus propios ciudadanos (socios
fundadores) quieren aceptar sus reglas y rechazan sus designios”. Por el contrario, entre los
dirigentes y los ciudadanos proeuropeos surge la preocupación por la posibilidad de que el
resultado de esos referendos contribuya al desánimo social. Sabido es que un importante
incentivo (si no el mayor) para las reformas es la posibilidad de entrar en la UE y que por
ello (y por otros motivos) las autoridades y la ciudadanía “aceptan” que sus criminales sean
juzgados fuera de sus fronteras, y parece se esfuerzan por buscar y entregar a dichos
criminales a La Haya.
Pero si esa panacea llamada Europa da signos de flaqueza, ¿qué estímulo tendrán los
ciudadanos de estos países para hacer el esfuerzo necesario para ingresar en el club?
No estaría de más explicar que el de Francia y Holanda no ha sido un voto nacionalista. Ha
sido un voto mayoritariamente proeuropeo, pero con la salvedad de que “otra Europa es
posible”. No ha sido supuesto tampoco un debilitamiento de Europa frente a Estados
Unidos que dejaría a la potencia americana sin contrapeso, ya que la aprobación de esa
Constitución hubiera alineado todavía más a la UE (sobre todo en el plano militar y en el
ultraliberal-financiero) con Washington.
Si estos ciudadanos han dado un NO a la constitución, quizás hayan hecho un favor, no sólo
a ellos mismos, sino también a países que, como Croacia, Bosnia-Hercegovina, Serbia-
Montenegro, Macedonia, Rumanía, Bulgaria, etc., optan por hacer fuertes sacrificios para
entrar en la UE, y para que dichos esfuerzos hayan merecido la pena y sus expectativas no
se vean frustradas el segundo día de pertenencia a esa unión (démosles uno de gracia).
16 de junio de 2005José-Miguel Palacios
Estamos en profunda crisis. Ni Constitución ni presupuestos. Hace unas semanas, políticos
italianos reclamaban la salida del euro y el retorno a la lira. Esto puede ser sólo el comienzo
Perspectivas de integración europea
1 Recomiendo muy especialmente el artículo de Claude Smadja en la edición atlántica de Newsweekdel 20-6-2005 <http://www.msnbc.msn.com/id/8184874/site/newsweek>.
- 132 -
de un proceso que nos conduzca al práctico desmantelamiento de la construcción europea,
tal y como la hemos conocido durante los últimos cincuenta años. O puede ser también que
el vértigo ante lo desconocido nos haga amarrarnos a lo que tenemos, aunque no creamos
ya en ello. Aunque, con un poco de suerte, debería servirnos para reflexionar sobre los
errores cometidos e intentar corregirlos.
No voy a embarcarme en un ejercicio de “examen de conciencia colectivo”, entre otras
cosas porque hay muchas mentes brillantes, como Claude Smadja, que ya lo están haciendo1.
Querría, simplemente, referirme a un factor que esté presente en su análisis y, por desgracia,
no en muchos otros. Es lo que Smadja llama la falta de un “sueño europeo”, que es, más o
menos, lo que otros llamarían “falta de una identidad europea”.
Sin conciencia de identidad compartida se puede convivir relativamente bien en fases de
prosperidad, cuando hay un exceso de recursos que se reparten entre todos y colman las
aspiraciones de todos. Otra cosa es en tiempos de crisis. Si no hay conciencia de comunidad
no existe la idea del “bien común” y pierde su sentido sacrificar los intereses propios por el
bien del conjunto. Sin conciencia de comunidad checoslovaca (o con una conciencia muy
debilitada), no había manera de que unos políticos checos responsables ante su pueblo
pudieran justificar una política económica que era la que Eslovaquia necesitaba, pero no la
que les convenía a ellos. Y a la inversa.
Lo mismo ocurrió en la antigua Yugoslavia (¿por qué sacrificar los eslovenos sus esperanzas
- como se ha visto, muy justificadas - de progreso en aras de la estabilidad de un conjunto
con el que ya no se sentían identificados?). Y lo mismo ocurrió también en la Yugoslavia
de Milosevic-Djukanovic.
Sin conciencia de comunidad, nadie está dispuesto a sacrificarse por nadie, así que el invento
sólo funciona con tasas de crecimiento suficientemente altas. En épocas de crisis, por
definición, el sistema quiebra.
Y ésta es la situación en que nos encontramos. Nos hemos empeñado en construir una UE
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 133 -
sin identidad compartida (porque el viajar sin fronteras, el programa Erasmus y la moneda
común pueden ayudar a forjar una identidad compartida, pero son muy poco para
caracterizarla). Hemos identificado UE con Europa, lo que, por una parte, ha servido para
ofender mortalmente a los europeos que estaban fuera (estén dentro o estén fuera, Croacia,
Serbia o Rumanía son plenamente europeas) y, además, ha servido para que todos los
europeos se sintieran con derecho a estar en la UE, sin necesidad de identificarse
particularmente con las ideas de los “padres fundadores”. Al final, hemos tenido la
UE-Europa que nos merecíamos: sin fronteras (no sabemos hasta dónde es Europa), sin
valores comunes (en nombre del multiculturalismo ya no sabemos qué significa ser europeo,
más allá de tener buenos sueldos y un sistema de protección social bastante desarrollado),
sin un sueño compartido.
Roberto Barral nos hablaba el otro día de las consecuencias de la crisis de la UE para los
países balcánicos y nos decía sobre los ciudadanos franceses y holandeses que habían votado
no a la Constitución:
Si estos ciudadanos han dado un NO a la constitución, quizás hayan hecho unfavor, no sólo a ellos mismos, sino también a países que, como Croacia, Bosnia-Hercegovina, Serbia-Montenegro, Macedonia, Rumanía, Bulgaria, etc., optan porhacer fuertes sacrificios para entrar en la UE, y para que dichos esfuerzos hayanmerecido la pena y sus expectativas no se vean frustradas el segundo día depertenencia a esa unión (démosles uno de gracia).
No sé muy bien qué decir. Me parece claro que el proceso de construcción europea ha sido
a partir de Maastricht un completo fiasco. Creo que en el dilema de entonces entre
profundización y expansión se eligió la opción errónea (se dijo elegir ambos, pero, en la
realidad, se optó por expansión a costa de profundización). Creo que en el dilema posterior
sobre si ampliación “por oleadas” (un grupo de países de golpe) o “tipo regata” (cada uno
entra cuando cumple determinadas condiciones) también se eligió erróneamente (se dijo que
sería en regata, pero se hizo en oleada). Y creo que la Constitución se planteó de manera
errónea (no tiene nada que ver con los documentos fundacionales norteamericanas, que
creaban una base moral sobre la que construir un Estado y una sociedad; es, más bien, una
especie de reglamento para gestionar un condominio). A estas alturas me parece muy
razonable la idea de Dalibor Soldatic cuando proponía que se creara para los Balcanes una
integración regional que con el tiempo fuera convergiendo con la UE, en lugar de plantear
Perspectivas de integración europea
- 134 -
de inmediato la adhesión.
No tengo una idea clara sobre lo que nos espera. Necesitamos desesperadamente a un
Schuman, a un Adenauer, a un Spaak.
20 de junio de 2005César Luis Díez
� ¿Falla el propio proyecto de “construcción” de la UE? Y, si es así, ¿cómo se percibe
esto desde los países de este entorno?
� ¿Qué tipo de partidos apoyan la integración europea en Bosnia-Herecegovina,
Bulgaria, Croacia, Serbia-Montenegro, Rumanía, etc...? ¿Qué tipo de partidos está
en contra?
La primera cuestión me parece de tipo interno a la UE y me interesa sobre todo la
proyección que puede tener sobre el exterior. Por ejemplo, si existiera en el seno de los
países de la UE una fuerte corriente contra la Unión, los países que hasta han estado
solicitando su adhesión (o aspirando a ella) podrían replantearse el proyecto.
En la segunda cuestión me parece interesante discutir si los partidos que están a favor o en
contra de una futura adhesión de sus países son de un tipo ideológico similar a las corrientes
contrarias a la Unión que existen en países como Gran Bretaña, Francia, etc.
20 de junio de 2005José-Miguel Palacios
¿Falla el propio proyecto de “construcción” de la UE? Y, si es así, ¿cómo sepercibe esto desde los países de este entorno?
En el número 560 de IWPR (<http://www.iwpr.net>) hay un interesante comentario de
Gerald Knaus que incide plenamente en la cuestión que planteaba César. Hay que recordar
Balkan (Mad.), 6 (2005)
2 El artículo de Knaus motivó en su día un debate dentro nuestra lista. Véase <http://www.estudiosbalcanicos.org/2003/3_bih.html>.
- 135 -
que Knaus es el presidente de ESI (European Stability Initiative), un think tank con base
en Berlín que ha trabajado mucho sobre Bosnia-Hercegovina y cuyo centro de interés, en
estos momentos, se ha desplazado hacia Kósovo. En el verano de 2003 publicó en la
prestigiosa Journal of Democracy un polémico artículo criticando la acción internacional
en Bosnia-Hercegovina2.
20 de junio de 2005Dalibor Soldatic
[20/06/05][Dalibor Soldatic]["La UE y los Balcanes"]
La UE funcionó muy bien mientras fue un “club exclusivo”. En aquel entonces, la base de
la asociación, unión o comunidad, como quieran llamarla, fue la actividad económica. Con
penas y dificultades, los principales países europeos lograron plantearse objetivos comunes,
bases de política económica comunes y, más o menos, a pesar de todas las diferencias,
lograron que funcionara la máquina europea. Los problemas comenzaron cuando las
ambiciones se elevaron al nivel de la política. Primero, porque resultó ser una ilusión esperar
que funcionen de la misma manera, al mismo compás y toquen de acuerdo con idénticas
notas políticos provenientes de partidos con plataformas ideológicas diferentes. Yo sigo
creyendo que entre un Felipe González o un Zapatero, por una parte, y un Berlusconi con
Finni de Ministro de Exteriores, hay leguas y años luz de distancia. Una cosa es la escena
política de un país, donde esos juegos son posibles y hasta a veces necesarios. La Unión
Europea, sin embargo, necesitaba una plataforma ideológica común que no tuvo. La idea
de una Europa común de todos no bastó, o bien no fue lo suficientemente convincente, a
la hora en la que se convirtieron en “europeos” polacos, checos, húngaros y recibieron la
promesa de serlo rumanos, búlgaros, albaneses o serbios. El ciudadano medio de los países
avanzados de Europa ve a los ciudadanos de esos países como unos muertos de hambre
dispuestos a aceptar cualquier tipo de condiciones de trabajo y, por lo tanto, como una
amenaza a su futuro. Pero antes de los referendos recordemos que el primer fracaso de la
Perspectivas de integración europea
- 136 -
UE fue el famoso Tratado de Maastricht y el “caso Yugoslavia”, ya que sirvieron para
demostrar que no existe una política exterior común de los países de la UE. La suciedad se
echó bajo la alfombra, pero el asunto quedó sucio. Toda una serie de errores fueron
cometidos en el caso de la desintegración de Yugoslavia gracias a los conflictos de intereses
de los diversos países miembros de la UE.
Lo que me extraña es que nadie haga mención de los Estados Unidos. ¿Es que no está claro
que a Estados Unidos no le conviene una UE fuerte, económicamente poderosa y
políticamente unida? Estados Unidos tiene muchos motivos para ver en una UE fuerte un
poderoso rival y oponente económico. Vista la amenaza asiática del triángulo Japón, China,
Corea del Sur no creo que Estados Unidos deplore demasiado la actual crisis europea.
Me parece, no obstante, que no hay que ser pesimista en la situación actual. Creo que el
momento es bueno para reconsiderar la situación, para sacar enseñanzas de lo ocurrido, para
replantearse ciertas bases y objetivos, y para seguir adelante. Desde luego, limitando un
poco la ambición de las metas. En una Europa que cuenta ya con la OSCE (la que nos
promovía una Europa en la que ya no pueden modificarse fronteras), el Parlamento
Europeo, el Consejo de Europa y la OTAN, con la subsiguiente Asociación para la Paz, una
UE que cubra todo el territorio de Europa, salvo excepciones, debe definir sus objetivos,
ideales y agendas de un modo mucho más modesto, pero realista y concreto.
20 de junio de 2005Jairo Dorado
Querría recordar que, en cierta medida, los Balcanes YA son parte de la UE: Grecia y
Eslovenia. No es ésta una región aislada de las políticas de integración, como pueda ser el
Cáucaso. Además, Bulgaria y Rumanía ya están encaminadas hacia un posible ingreso en el
2007, por lo que la cuestión de si UE sí o no en esta región se centra exclusivamente en
varias de las antiguas repúblicas yugoslavas, así como en Albania. No es un problema
Balcanes-EU, a no ser que sea esta una discusión ex-yugoslavacentrista, si se me permite
el neologismo.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Por otra parte, Magyar Szó - el diario de la minoría húngara de Voivodina - en su edición
de este fin de semana pasada (18 y 19 de junio) dedicaba gran parte de su contenido al
proceso de integración de Serbia-Montenegro en la UE. En titulares destacaba lo siguiente:
“Visados de 5 años para los húngaros” (traducción propia). Este titular, y el referéndum del
pasado mes de diciembre sobre los hátarontulimagyarok, los húngaros fuera de las fronteras
de la actual república, da en el clavo de uno de los problemas de la UE: el desarraigo de las
distintas minorías (lingüísticas o étnicas, que cada cual aplique el término que desee), que
comprenden 40 millones de europeos a los que la Constitución dejaba literalmente de la
mano de Dios. La construcción europea atendiendo exclusivamente a intereses esta-
do-nacionales o económicas es el camino erróneo.
Tal vez no sea esta la manera de enfocar la cuestión, pero la UE y la Yugoslavia de los
ochenta tienen un punto en común: las cuestiones nacionales. Y ese elemento es de gran
provecho para cualquier populista de la región.
Y existe un profundo dominio de los sentimientos estado-nacionales en la UE. Macedonia
carece de un nombre oficial estable por problemas de Grecia. Hungría decide realizar un
referéndum sobre si ciudadanos de países con fronteras con la UE, atendiendo a ciertos
factores de discriminación, pueden obtener la nacionalidad húngara.... Ése sí es un elemento
muy distorsionador si se vende bien en la región.
21 de junio de 2005César Luis Díez
La matización de Jairo sobre el caso de Grecia y Eslovenia me parece acertada: no
deberíamos olvidar que existe una “parte balcánica de la UE”. También me parece
interesante su argumento sobre el desarraigo de las distintas minorías, lingüísticas o étnicas,
dentro de la actual y futura UE. Me surgen al respecto algunas preguntas:
� ¿Cuáles son las minorías en Eslovenia y Grecia? ¿Cuál es el reconocimiento de las
mismas en estos países? Con esta pregunta no quiero lanzar de manera indirecta un
argumento del tipo “los países con menos minorías se integran más rápido”, ya que
Perspectivas de integración europea
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creo que en ambos casos hubo distintas razones (y momentos históricos) para dicha
integración, sino que me interesa el poder comparar estas situaciones con las de los
otros países del entorno.
� 2) Uniendo el tema de las minorías con la segunda pregunta de mi anterior mensaje
(¿Qué tipo de partidos apoyan la integración de sus respectivos países en ByH,
Bulgaria, Croacia, SyM, Rumanía, etc...?, ¿y que tipo de partidos está en contra?),
la cuestión sería: ¿cuál es la postura frente a la integración de los partidos que
representan los intereses de las minorías de estos países?, ¿a favor, en contra, o no
es posible generalizar?
� Volviendo a Grecia y Eslovenia: ¿existe en ellas una oposición a la integración
europea articulada en forma de partido político, como pueda suceder en otros países
de la UE?
30 de junio de 2005José-Miguel Palacios
La UE funcionó muy bien mientras fue un “club exclusivo”. En aquel entonces, labase de la asociación, unión o comunidad, como quieran llamarla, fue la actividadeconómica (...). El ciudadano medio de los países avanzados de Europa ve a losciudadanos de esos países como unos muertos de hambre dispuestos a aceptarcualquier tipo de condiciones de trabajo y, por lo tanto, como una amenaza a sufuturo (...). Creo que el momento es bueno para reconsiderar la situación (...).Desde luego, limitando un poco la ambición de las metas. En una Europa quecuenta ya con la OSCE (...), el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y laOTAN, con la subsiguiente Asociación para la Paz, una UE que cubra todo elterritorio de Europa, salvo excepciones, debe definir sus objetivos, ideales yagendas de un modo mucho más modesto, pero realista y concreto.
He extraído algunos párrafos (físicamente alejados) del mensaje de Dalibor y quisiera no
estar tergiversando su pensamiento, pero me da la impresión de que nuestro amigo apuesta,
como tantos otros hoy, por una Europa más modesta, de contenido fundamentalmente
económico, dado que otras organizaciones se especializan en mantenimiento de la
estabilidad, en defensa, etc..Creo que los últimos acontecimientos demuestran que esa
Europa es imposible.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
3 Fondo para los subdesarrollados, en la antigua Yugoslavia. Se beneficiaban de él Kósovo (sobretodo), Macedonia, Bosnia-Hercegovina y Montenegro.
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Lo que falló en Bruselas fue el acuerdo para aprobar un presupuesto, que es, básicamente,
un mecanismo para transferir recursos de unos miembros a otros.
Sin una integración política avanzada que suponga la aparición de una identidad común (que
los españoles sintamos como propios los problemas de los agricultores franceses, por
ejemplo), va a resultar crecientemente difícil aprobar esas transferencias, sobre todo en
tiempos de crisis. Los británicos querrán lo suyo, y los alemanes lo suyo.
En estas condiciones, es evidente que se puede seguir adelante con una integración mínima,
de carácter predominantemente económico. El problema es que para algunos (los más ricos
del oeste) esa Europa económica sería una zona de libre cambio en la que tendrían todas las
de ganar, mientras que para los menos afortunados tendría que ser una especie de gigantesca
ONG.
¿Cómo conciliar ambas visiones contrapuestas?
Jairo Dorado decía que la situación le recordaba a la de Yugoslavia en los años ochenta y
me parece que la suya es una observación muy aguda. En 1987 no se pudo aprobar el
presupuesto federal porque Eslovenia lo vetó, y la razón profunda del veto era que
Eslovenia (y, en general, los ricos) estaba harta (hartos) de que sus aportaciones al
FADURK3 sirvieran para financiar inversiones (fundamentalmente en Kósovo) que
consideraban improductivas. Mientras la economía fue relativamente bien, mientras existió
un cierto sentimiento de comunidad, mientras hubo autoridad central, la cosa, a trancas y
barrancas, fue funcionando. Cuando la identidad común se disolvió y la gente se cansó de
una crisis que nunca terminaba, pasó lo que pasó.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Nación y Estado
Are Europe's oldest nation states immortal?
Spain will soon test this supposition. Basque nationalists late last month put thecountry's unity in unprecedented jeopardy.
Wall Street Journal, 10-1-2005
17 de enero de 2005 Julio Garrote
Según mi modesto entender, el artículo del Wall Street Journal trata de justificar un
paralelismo sobre la base de una tesis errónea. No mi parece acertado generalizar y
comparar, porque se tiende siempre al olvido de realidades que a veces son decisivas.
No logro entender por qué lo balcánico es continuamente puesto como ejemplo de
intolerancia, guerra, violencia, separatismo y nacionalismo excluyente, y sólo espero que
algún día todos podamos olvidar calificaciones tan poco afortunadas para describir
situaciones de la convivencia humana. Quisiera recordar que España fue durante demasiados
años tildada de tierra de salvajes, sanguinarios, sádicos y desalmados por los tristes
acontecimientos durante las guerras carlistas del siglo XIX, y se tardó mucho tiempo en
quitarnos el sambenito. Y lo considero lamentable en el caso de los Balcanes.
La situación de los nacionalismos e identidades diferenciadoras como conflicto entre lo
individual y lo colectivo es una realidad que existe desde que la especie humana lo es, y se
ha utilizado como motor principal de la supervivencia entre civilizaciones, culturas, imperios
y naciones. Hay quien considera que la derivación de la individualidad en disgregación es
el último resquicio de la herencia genética que aún conservamos de los reptiles.
Algunos de los que conocemos los Balcanes, en especial la antigua Yugoslavia, sentimos
primero una gran desilusión por lo que pudo ser y no es, pero a la vez una esperanza de que
algún día pueblos con raíces comunes e idiomas casi idénticos reconozcan que unidos se
logra mucho más que separados. A eso se tiende y, sin caer en globalizaciones cerriles, me
inclino por la congregación, la tolerancia y el diálogo. No basta el talante, que bien viene,
Nación y Estado
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hay que actuar en pro de la comprensión y la solidaridad.
17 de enero de 2005 José-Miguel Palacios
No creo que este foro sea el lugar idóneo para dialogar sobre el Plan Ibarretxe. Pero me
parece también que, en un momento en que está de actualidad, es natural que los balcanistas
de aquí y los hispanistas de allá queramos comprender mejor nuestras realidades utilizando
como herramienta el ejemplo de la antigua Yugoslavia.
Son casos distintos (ya veremos en qué medida) y distantes (ma non troppo), pero creo que
comparables. Si se me permite una sugerencia para orientar el debate, me parece que
deberíamos, al menos, buscar respuestas a las tres cuestiones siguientes:
� ¿Qué factores hicieron que en Yugoslavia el proceso de independización de las
repúblicas resultara imparable? ¿Se dan todos ellos en España? ¿Cuál es la influencia
previsible de la eventual ausencia de alguno de estos factores?
� ¿Qué factores hicieron que en Yugoslavia el proceso resultara trágicamente
sangriento? ¿Se dan también en el caso español?
� ¿Ha tenido el conflicto de la antigua Yugoslavia un reflejo directo, en clave
nacionalista-antinacionalista, sobre los debates internos españoles? Se trataría de
saber, por ejemplo, si los nacionalistas periféricos españoles han apoyado, por
sistema, a las repúblicas que se separaron, y si los antinacionalistas, a los serbios; o
bien si no ha existido ninguna relación directa entre actitud política dentro de España
y la postura ante el conflicto de la antigua Yugoslavia).
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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18 de enero de 2005 César Luis Díez
En España, a veces se habla de un enfrentamiento entre los nacionalismos denominados
“periféricos” y un nacionalismo “centralista” (llamado por algunos “españolista”). Si
examinamos la “cuestión yugoslava” (término que podría englobar el proceso de
desintegración de la RSFY), ¿es posible plantear un análisis semejante?
En un primer momento, el nacionalismo esloveno o el croata se enfrentan a la idea de
Yugoslavia identificándola con el comunismo (más exactamente, con una de sus versiones,
el llamado socialismo autogestionario). Después, el nacionalismo serbio - aunque
formalmente unido a esa misma idea socialista y casi unánimemente reconocido como
“continuador” del antiguo Estado Federal, les sigue en ese enfrentamiento. Frente a estas
posturas, quedaría una minoría de “yugoslavistas” (defensores de la idea de una Yugoslavia
unida), que en muchos casos no eran otra cosa que nostálgicos del comunismo. Es este
panorama, esbozado con bastante prisa, se me ocurren varias preguntas más: ¿se planteó una
supervivencia de Yugoslavia prescindiendo del paradigma titoísta? Y, en ese caso,
¿podríamos hablar de un nacionalismo “centralista” yugoslavo?
Lo que intento de alguna manera preguntar es si hubo en algún momento una concepción
del nacionalismo como algo “moderno y democrático”, frente al “anticuado centralismo
socialista antidemocrático” del postitoísmo.
Si esto es así, el problema de Bosnia es todavía más complicado. No hay que olvidar en este
caso lo que ya se menciono en su día en esta lista: los musulmanes en varios momentos de
la historia se encontraban entre los que más apoyaron la idea de una Yugoslavia unida.
19 de enero de 2005 Julio Garrote
¿Qué factores hicieron que en Yugoslavia el proceso de independización de lasrepúblicas resultara imparable? ¿Se dan todos ellos en España? ¿Cuál es lainfluencia previsible de la eventual ausencia de alguno de estos factores?
Nación y Estado
1 Stranka Demokratske Akcije, Partido de Acción Democrática.
- 144 -
Enseguida se me ocurren los siguientes:
� Las influencias externas (todavía muchas de ellas ocultas) procedentes de países
europeos (póngase Alemania) en el reparto del mercado incipiente de la Europa del
Este. A cualquier ciudadano de a pie en Eslovenia, Bosnia o Croacia, y aún en
menor medida (pero sin duda en proceso) en Serbia-Montenegro se le puede
preguntar qué ha cambiado en la fisonomía económica y en las entidades financieras
de sus países: la imparable entrada de Alemania en sus vidas. Influencias procedentes
también de países no europeos, especialmente en el caso de Bosnia (sin temor a
equivocarme incluiría aquí a Irán, Arabia Saudí, Kuwait...), con su apoyo a la opción
de Alija Izetbegovic en su delirante carrera hacia a la creación con su SDA1 de un
Estado islámico.
� La vergonzosa pasividad de la Unión Europea cuando todo lo que ocurrió se había
gestado durante muchos años. Todos sabían lo que estaba ocurriendo en Yugoslavia
y nadie movió un dedo por evitarlo. Dudo que Europa vuelva la espalda a lo que
pretende el secesionismo en España.
� El fracaso en el consenso básico entre las opciones políticas mayoritarias surgidas
con el plurarizam tras el colapso de la Liga de los Comunistas, todas ellas de tipo
nacionalista o étnico-religioso. En España se dio un consenso básico para allanar el
camino a la democracia que hoy disfrutamos. En Yugoslavia no hubo democracia,
pero es que ni en Bosnia, ni en Croacia ni en Serbia-Montenegro hay democracia
hoy en día. Lo que hay es mucho miedo y mucha corrupción, pero pocas libertades
desarrolladas.
� La falta de compromiso de los dirigentes posteriores a Tito con la conservación de
Yugoslavia como Estado, mientras debía producirse entre otros un proceso duro de
privatización y adaptación al sistema de libre mercado. La clase política que surge
tras 1981 prefiere alimentar ambiciones propias y desprecia la posibilidad de
acuerdos conciliadores.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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¿Qué factores hicieron que en Yugoslavia el proceso resultara trágicamentesangriento? ¿Se dan también en el caso español?
Podríamos en esta cuestión centrarnos en el ejemplo de Eslovenia, que proclama su
independencia y, sin apenas sufrir conflicto bélico, se ha situado en tiempo record en la
membresía de la Unión Europea. ¿Es casual? Eslovenia formó parte con croatas y serbios
la primera Yugoslavia, en un acuerdo consensuado tras la terrible experiencia de la Primera
Guerra Mundial. Unidos afrontarían mejor la amenaza de invasión por parte de las potencias
europeas de aquel tiempo. Por razones similares, Eslovenia se incorpora también a la
Yugoslavia de Tito. Fue un acuerdo como el que, salvando las distancias y motivos, puede
tener Navarra con el estado español. Navarra digo, no Baskia.
Llegado el colapso del sistema comunista light yugoslavo, Eslovenia no encuentra ninguna
razón para permanecer en un Estado que se resquebraja por tensiones a las que se siente
ajena. Croacia pretende seguir su ejemplo, pero fracasa, porque los croatas no están unidos
en la opción independentista del HDZ. Y es que en Croacia había una respetable población
de croatas ortodoxos que se identifican con el nacionalismo serbio y resisten. Fueron cientos
de miles serbios croatas que abandonaron la Srpska Krajina tras la caída de Knin. Y aún no
han regresado. Las comparaciones, dije antes, son injustas, pero puestos a ello, diría que en
la Comunidad Autónoma Vasca no puede aplicarse el caso esloveno...
¿Ha tenido el conflicto de la antigua Yugoslavia un reflejo directo, en clavenacionalista-antinacionalista, sobre los debates internos españoles? Se trataría desaber, por ejemplo, si los nacionalistas periféricos españoles han apoyado, porsistema, a las repúblicas que se separaron, y si los antinacionalistas, a los serbios;o bien si no ha existido ninguna relación directa entre actitud política dentro deEspaña y la postura ante el conflicto de la antigua Yugoslavia.
Personalmente creo que cualquier nación que desee decidir sobre su futuro debe hacerlo,
sin injerencias externas y por sí misma. Pero eso es desgraciadamente belleza retórica, salvo
en admirables casos pacíficos, como el de Chequia y Eslovaquia. Y dudo que en España,
con la manipulación informativa a la que se ha sometido el conflicto de la antigua
Yugoslavia, se tenga un reflejo al que refiere esta cuestión.
Pero puestos a decir, creo que no se debe relacionar unívocamente el rechazo a planes
secesionistas con antinacionalismo, sino quizás con otro nacionalismo, el español, que existe
Nación y Estado
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basado en la existencia corroborada de una nación. Y ahora deberíamos discutir... ¿nación
y nacionalidad es lo mismo? ¿Existe la nación vasca como la eslovena? ¿España es una
nación de naciones, si es que esto significa algo?
20 de enero de 2005 Tino Brugos
Mi opinión es que los nacionalismos son un sujeto tremendamente flexible y moldeable,
difícil de abordar. Del artículo del WSJ poco que decir, salvo que tiene un tono claramente
provocador o, simplemente, refleja el “pensamiento neocons” con el que está alineado ese
periódico y que aquí se corresponde con el ideario del PP (versión Aznar) sobre la forma
de tratar la “cuestión nacional”.
El título no me parece afortunado. Creo que es alarmista, aunque la realidad sea que existe
un riesgo real pero... ¿por qué se concede tanta importancia a lo vasco y no, por ejemplo,
al caso de Bélgica donde el estado central está cada vez mas disminuido?
En todo caso, no creo que sea original. El nº 91 de 1998 de la revista Herodote se titulaba
precisamente “Balkanes ibéricos”, o sea que el concepto está ya registrado.
Respecto a la antigua Yugoslavia. Mi impresión es que, efectivamente, camuflado de
socialismo y federalismo residual el nacionalismo serbio tomó las riendas del poder en Serbia
y contribuyó a incrementar las tensiones hasta donde sabemos: Dobrica Cosic, el
Memorandum, etc.. Cuanta más Serbia, menos Yugoslavia, fue la respuesta.
En nuestro caso... ¿cuanta más España, menos España? Está claro que las periferias
reaccionan ante los estímulos centralizadores en lo político, en lo ideológico y en lo
simbólico. ¿Cuanta más independencia, menos Euskadi? También ahí tenemos un tema
interesante. Un Estado vasco centralizado y uniformizador generaría tensiones que
comienzan a verse en el horizonte.
Una última reflexión a cerca de la balcanización. Se ha insistido mucho en que no se podía
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 147 -
entender el mapa del estado autonómico sin tener en cuenta las identidades generadas en la
época medieval. ¿Se refiere a los reinos cristianos? ¿Incluye también a la parte islámica de
aquella época? En ese caso, ¿a cuál? ¿Al Emirato, al Califato o acaso a los reinos de taifas?
Porque la balkanización ibérica no es un asunto nuevo. En todo caso creo que el asunto
estrella a estudiar es qué pasó y qué sigue pasando con el nacionalismo español. El modelo
tradicional del s XIX no fue capaz de crear una nación compartida por todo el mundo. El
s XX tampoco nos ha permitido llegar a conocer eso que algunos llamaban “patriotismo
constitucional”, ni “nación de ciudadanos”, ni “nación de naciones”... Y, sin embargo, es
evidente que existe y no creo que tenga mala salud.
20 de enero de 2005 Julio Garrote
Quisiera ceñirme a la aplicación punto por punto de la comparación a la que nos obliga el
dichoso artículo del Wall Street Journal. Independientemente de su orientación política, si
dirige su atención hacia España es probablemente como consecuencia del análisis que sus
autores hayan realizado del último año político en nuestro país.
¿por qué se concede tanta importancia a lo vasco y no, por ejemplo, al caso deBélgica donde el estado central está cada vez mas disminuido?
Porque en los Estados Unidos los asuntos españoles llaman la atención desde el 11-M y el
terrible precedente sentado en su “lucha contra el terrorismo global”. Bélgica no llama la
atención de ese modo. Bueno, tampoco hay quien mate por ser valón o flamenco
independiente, aunque de paso desconfíe de la idea que los estadounidenses tienen de los
terroristas etarras.
camuflado de socialismo y federalismo residual el nacionalismo serbio tomó lasriendas del poder en Serbia y contribuyó a incrementar las tensiones hasta dondesabemos: Dobrica Cosic, el Memorandum, etc. Cuanta más Serbia, menosYugoslavia, fue la respuesta.
No estoy de acuerdo en el “camuflaje socialista y federalista residual” que equivocada e
intencionadamente se le ha impuesto de forma exclusiva al nacionalismo serbio, en especial
Nación y Estado
2 Véase el libro de Laura Silver & Allan Little The Death of Yugoslavia.
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por el CNNismo (¿cinismo?). El nacionalismo serbio desea romper con el régimen comunista
que aprisiona sus aspiraciones, a no ser que se interprete tomando como referencia el “who
was who” en ese nacionalismo. En ese caso, tampoco es el único residuo, ya que otros
dirigentes políticos encumbrados por los partidos mayoritarios de otras facciones son
comunistas que cambian de chaqueta. Hay una cierta excepción, la de Alija, que pasó
cuarenta años vigilado por la policía desde sus primeros conatos islamistas radicales en su
juventud con Mladi Muslimani. Por cierto, que se libró de volver a la cárcel en 1983 por
la defensa impecable que le hizo el prestigioso abogado (serbio) Rajko Danilovic.
No hay camuflaje federalista residual, porque en el referido Memorando de la Academia
Serbia de las Ciencias y las Artes se acusaba a la federación yugoslava precisamente de la
injusta situación de los serbios en ella, política y económicamente discriminados frente a
croatas y eslovenos. Por cierto, Dobrica Cosic manifestó no haber contribuido al
memorando, “aunque al referirse a él lo calificara poco convincentemente de anti-Tito y
pro-yugoslavo” 2.
¿Cuanta más independencia, menos Euskadi? También ahí tenemos un temainteresante. Un Estado vasco centralizado y uniformizador generaría tensiones quecomienzan a verse en el horizonte.
Efectivamente, y siempre que se aplique la teoría de los fractales al nacionalismo y a su
último fin, la diferenciación hasta la individualidad. Y si se trata de divisibilidad en
partículas, hasta el infinito.
23 de enero de 2005 Julio Garrote
Encuentro en el artículo objeto del debate más de una influencia, y más de una mano, varias
fuentes consejeras. Parece dar como una de cal y otra de arena, un toque irónico y otro de
contundencia, pero de lo que no me cabe duda es que está escrito para que los españoles lo
leamos. Me permito a continuación comentar algunos fragmentos:
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Are Europe's oldest nation states immortal?
Si despreciamos su posible carácter irónico, no por ignorar (o querer ignorar) la realidad se
acierta en la elocuencia. ¿Quién dice que los vascos (que no son ni por asomo legado de los
vascones, ni siquiera los de los catorce apellidos vascuences) es la nación más antigua de
Europa?
La frase me recuerdan al pobre chetnik que en Lepa Sela, Lepo Gore explica a la periodista
americana quiénes son los serbios y, con una mueca de frustración y decepción, termina
diciendo: “...'nas li ti, nesreco, da smo mi Srbi, najstariji narod na svetu?” (¿No sabes,
infeliz, que los Serbios somos el pueblo más antiguo del mundo?)
...José Luis Rodríguez Zapatero, the prime minister, is contending with probablythe worst political crisis since Spain restored democracy almost three decades ago.The outcome will provide useful hints for the future of Europe's other multiethnicstates.
No sé si me comporto como un pretencioso al interpretar lo de “otros Estados multiétni-
cos”, como si existiera una etnia vasca, una castellano manchega u otra pacense de la misma
manera que existen la corsa, la sarda o la flamenca.
Lamento esa práctica estandarizadora, clasificadora y compresora, propia de los
estadounidenses, y que ha dado lamentables resultados. No sé si es una carencia absoluta
de “savoir faire” o, simplemente, de “savoir” lo que han demostrado en Europa y en el
resto del mundo. Es la misma práctica que les llevó a pedir por vía diplomática al Ministerio
de Defensa de cierto país aliado que les cedieran el Manual de trato con la población local
en Bosnia, ante el éxito rotundo de la interacción de los efectivos desplazados con ella.
Patético. ¡Cuántas amistades nacieron al calor de café turco y rakija!
Por último, quisiera hacer notar algo que he echado en falta (¿omitido deliberadamente?)
en el artículo. Me refiero a que en ningún momento se refieren abiertamente a la Unión
Europea en aspectos como, por ejemplo, el encuadre de ese eventual estado asociado vasco
en el seno de la Unión.
Nación y Estado
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24 de enero de 2005 Javier Asensio
La frase “Are Europe's oldest nation states immortal?” se refiere a España. España y
Portugal están consideradas las primeras naciones europeas de la “Era Moderna” y es a ese
hecho al que hace alusión el artículo. A mi modo de ver, sin ninguna ironía.
25 de enero de 2005 Dalibor Soldatic
Hay en serbio un proverbio que dice, traducido literalmente, “el oso va a bailar también en
tu patio”. No cabe duda de que es lo que estamos viendo en este momento en España.
Como hispanista en Belgrado muchas veces he buscado los paralelos entre lo que sucede
en los Balcanes y en España, pero también he evitado caer en comparaciones forzadas. Creo
que en este momento el que quiera establecer paralelos entre lo que ocurre en España y lo
que ocurrió en la antigua Yugoslavia corre el riesgo de equivocarse.
Yugoslavia, como país federal, es de creación tardía. En su última versión se fundó en 1943
en la sesión del Consejo Antifascista de Liberación Nacional en Jajce, cuyas decisiones
fueron confirmadas por la Asamblea Constituyente en 1945. Las naciones (aquí ya hay que
hacer distinciones precisas entre conceptos de nación, pueblo, nacionalidad, estado, nación
constituyente) que constituyeron la federación yugoslava hablaban idiomas que se parecen
mucho, pero son distintos (me refiero al serbocroata, en sus variantes oriental y occidental,
al esloveno y al macedonio). Estas naciones, además, se diferenciaban entre sí por su
religión: católica, ortodoxa y musulmana.
El único elemento aglutinador fue el Partido Comunista de Yugoslavia y lo que emanaba del
Estado comunista: Ejército, Policía y organizaciones políticas. Con la caída del Muro de
Berlín y la desintegración del bloque socialista se abrieron ulteriores procesos de
democratización de la vida política y surgieron partidos nacionales. Si añadimos a esto una
crisis económica que impuso el debate de quién gasta el dinero de quién en la federación,
tenemos suficientes motivos para empezar a generar algo que ya tenía su pasado. No hay
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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que olvidar que de toda la antigua Yugoslavia solamente Serbia y Montenegro habían sido
Estados; los demás habían sido en su historia provincias de antiguos imperios.
Sin caer en la trampa de las conspiraciones internacionales contra Yugoslavia no hay que
olvidar tampoco la intervención del factor internacional que tuvo mucho que ver. Por una
parte porque algunos estados vieron la posibilidad de extender su zona de influencia; por
otra, porque muchos de los protagonistas de la política internacional en aquel momento
tenían escasos conocimientos del problema. Prueba de ello es que en su gran mayoría han
caído en el anonimato absoluto en sus respectivos países.
El gran problema de la desintegración, al fin y al cabo, fue el hecho de que pocas repúblicas
eran étnicamente puras y se planteó el problema de qué hacer con una nación considerada
por la propia Constitución de las repúblicas como constituyente y que de la noche a la
mañana es declarada minoría nacional. Ése fue el caso de los serbios en Croacia, por
ejemplo.
El último problema es la Historia de los conflictos de épocas pasadas y hasta remotas.
Nunca falta quien haga recordar a las masas las páginas tristes de la historia de los Balcanes
en las que tal y tal ejército masacró a tantos y tantos connacionales. Como si en los Balcanes
todos esperaran un futuro play-off.
Conclusión: todas esas condiciones no se dan en España. Lo que no quiere decir que el País
Vasco no está abriendo el tema del poder central y de la necesidad de organizar el país como
una federación o confederación “más laxa”, como se decía en Yugoslavia. Todo dependerá
de cuántos vascos estén dispuestos a separarse de España y en qué grado. Eso decidirá
todo. Lo demás son variantes. La democracia española de la época postfranquista ha
mostrado tener un espíritu negociador y ha sabido buscar soluciones de transacción. Por lo
tanto, excluyo conflictos armados del tipo yugoslavo. Pero que algunas cosas habrán de
cambiar con el tiempo: habrá música que no agrade todos los oídos. Pero así es la época que
nos ha tocado vivir.
Nación y Estado
3 Texto completo en <http://usuarios.lycos.es/politicasnet/autores/linz.htm>.
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25 de enero de 2005 Julio Garrote
¿Puedo insistir en la ironía de la referencia a “nation states” ? Me permito una cita:
Hay dos géneros de libertades: la de las colectividades (de las nacionalidades,regiones o autonomías) y la de los individuos. Creo que el mejor patrón de libertadimplica las dos. Habría muchas fórmulas para coordinarlas, pero todas han departir de un requisito: una voluntad de convivencia, y no de hostilidad. Frente aese modelo que ya no podemos aplicar en España, el del Estado-nación, hay otroque llamaré de nación- Estado. Este último implica un sentimiento de identidad enlo propio y de respeto a los intereses comunes; en una palabra, de lealtad haciala federación3.
Es de Juan José Linz Storch de Gracia (Bonn, 1926).Catedrático emérito de la Universidad
de Yale y Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
9 de octubre de 2005 Dalibor Soldatic
¿Qué dirían ustedes si leyeran que al País Vasco hay que darle la independencia y, si no,
apretarle las tuercas a Madrid? Sé que no es el mismo caso [que el de Kósovo], pero
piénsenlo un poco desde el punto de vista de las reacciones emotivas.
10 de octubre de 2005 César Luis Díez
¿Qué dirían ustedes si leyeran que al País Vasco hay que darle la independencia
y, si no, apretarle las tuercas a Madrid?
Creo que al País Vasco no se le puede dar la independencia de nada, al igual que a ninguna
otra parte de las entidades (nacionalidades, comunidades autónomas, etc.) que forman
España.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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En tal caso, el País Vasco - como el resto - podría “separarse” de España (seguramente tras
un complicado proceso, por lo menos en lo político) y en ese momento me parece se
produciría la desintegración de lo que conocemos como la actual España; ya que “el ente”,
España, está formado por todas las partes que lo integran y la desaparición de uno de sus
componentes supondría la redefinición del propio ente (creo yo). Devolviendo la pelota al
tejado “yugoslavo”: ¿era ésta una situación parecida a la que había en la RSFY?
10 de octubre de 2005 José-Miguel Palacios
Insistiendo en utilizar las comparaciones (y plenamente conscientes de las limitaciones que
tiene esta técnica), podemos recordar que durante estos quince últimos años, amigos
yugoslavos (particularmente, serbios) nos han estado diciendo a los españoles que algo
similar nos podría ocurrir a nosotros. No creo que las situaciones sean muy parecidas, pero
sí que presentan notables similitudes. Una de ellas es que nos encontramos, como en la
Yugoslavia de finales de los ochenta, en una situación en la que varias partes no reconocen
ya la Constitución como las regla del juego político (o, para ser más precisos, reconocen su
particular lectura de la Constitución, fundamentalmente distinta de la lectura que hacen otras
partes y de la interpretación tradicional consensuada). En estas condiciones, se entra de
hecho en un nuevo periodo constituyente (en Yugoslavia, nos encontraríamos a caballo
entre 1989 y 1990), pero con el inconveniente de que las partes lo abordan desde un
desacuerdo básico. En Yugoslavia, la imposibilidad de crear un nuevo consenso desembocó
en una guerra, y en España eso no podría ocurrir nunca. Con todo, podrían surgir las
mismas dudas que tenían los yugoslavos hace quince años sobre qué mecanismos deberían
servir para solucionar este desacuerdo.
Una segunda similitud se refiere al carácter de “sin precedentes”. La desintegración
yugoslava de 1989-1991 rompió el tabú de la inmutabilidad de las fronteras europeas, según
lo acordado en Helsinki. El tabú hizo que hasta el último momento no se acabara de creer
lo que se avecinaba, pero su ruptura favoreció también nuevas rupturas en otras partes del
continente (Checoslovaquia, URSS). Ahora se trata de un caso que afecta a Europa
Nación y Estado
- 154 -
Occidental, donde las fronteras no deberían ser tan importantes después del mercado único
y de Schengen, y, en este aspecto, es también algo que carece de precedentes históricamente
próximos.
10 de octubre de 2005 Jairo Dorado
Yo creo que la opinión del profesor Soldatic (¿Qué dirían ustedes si leyeran que al País
Vasco hay que darle la independencia y, si no, apretarle las tuercas a Madrid?) puede
tener una visión lógica: si para conservar la unidad nacional se utilizan unas Fuerzas
Armadas teóricamente de todos, se arma a un grupo de visionarios-criminales que en el
nombre del bien de la unidad nacional cometen pillaje -entre otras cosa s- y, sobre todo, hay
una negativa a negociar; si se ve claramente quién es - si ése fuese el caso, que no creo que
lo sea - el agresor, sí se le podrían apretar las tuercas a Madrid. ¿Por qué no? ¿Acaso por
ser el Estado asentado, respetado e histórico tiene carta blanca? Es un supuesto hipotético,
no cabe duda: pero entre democracia-separación vs. dictatura-statu quo no creo que nadie
- en Europa - apostase por lo segundo en estos momentos.
Con el señor Palacios estoy en desacuerdo con la visión de que hay ciertas interpretaciones
no consensuadas de la Constitución. Yo creo que en casi todas las cuestiones el inmovilismo
y la intransigencia hacia cambios naturales suelen provocar los problemas. La revolución es
peligrosa, pero la contrarevolución, más. La diferencia, en cualquier caso, entre la
Yugoslavia de los ochenta y la España actual, también muestra un punto a favor de la
primera: la RSFY era en muchos aspectos - de hecho, Serbia-Montenegro lo sigue siendo
- mucho más liberal que el actual modelo español. Hay un punto en común: en los dos
Estados, llegados a un punto, se llega a asociar lo yugoslavo (o lo español) con una parte
del todo. Si en España lo español viene expresado en una lengua y cultura primordial, en la
RSFY, desde mi humilde punto de vista, la crisis de los ochenta vino asociada a un revivir
de una visión muy concreta de entender Yugoslavia.
Enlazando la opinión del profesor Soldatic con las del señor Palacios, si la crisis del 98
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 155 -
supuso el anclaje de España y una eliminación de su diversidad (ojo, el nacionalismo gallego
y catalán surgen como reacción a una mayor centralidad cultural del país en los primeros
veinte años del siglo XX), la visión de lo yugoslavo en los años ochenta como lo serbio (o,
en el plano opuesto, como lo no croata o lo no esloveno) provoca ciertas reacciones
contraproducentes. Yo defiendo que Yugoslavia, en su origen, era una Serbia extendida,
con una ideología de maquillaje, de la misma manera que España es una Castilla extendida,
donde ser catalán, vasco o gallego no implica estar representado en el conjunto.
Sin embargo las diferencias son más grandes: España es muchísimo más homogénea que
Yugoslavia (si me apuran, casi más de lo que es Serbia-Montenegro, incluyendo Kósovo)
y el sistema de gobierno apuesta a caballo ganador. Además, los vecinos - en especial,
Francia - son los primeros interesados en mantener todo como está. No creo ni que en su
momento Austria, Italia y sobretodo Hungría, no viesen con buenos ojos la discusión
familiar y la ruptura de sus vecinos.
P.S. Recuerdo, en cualquier caso, un artículo polémico aparecido hace apenas un año en
Portugal sobre las pretensiones que en su momento Salazar tuvo de invadir y anexionarse
Galicia durante la Guerra Civil española. Si substituimos el concepto de anexión política por
el de control económico, vemos ya un mayor parangón con los intereses de Austria o Italia
en la separación del vecino de la estrella roja...
10 de octubre de 2005 Dalibor Soldatic
Confieso que mi pregunta sobre el País Vasco era una provocación, pero también una
invitación al debate. Volvemos al eterno tema: ¿quién define el conjunto que constituye un
país? ¿Cuándo y dónde comienza y cuándo y dónde termina el derecho a la autodetermina-
ción?
Tomemos el ejemplo de la desintegración de Yugoslavia. El referéndum se hizo en
Eslovenia y luego en Croacia y más tarde en Bosnia. Nunca se hizo en el ámbito de toda la
Yugoslavia. ¿Por qué? Simplemente, porque de los veinte millones de yugoslavos, una
Nación y Estado
- 156 -
mayoría habría votado en contra de la desintegración. Entonces, ¿por qué se respeta la
voluntad de la mayoría en un especio determinado y no la de la mayoría en otro?
El caso de España es, estoy plenamente de acuerdo, muy distinto; precisamente por
pertenecer a la Unión Europea y porque en la UE las fronteras cuentan cada vez menos,
mientras que resulta más importante un espacio común. Cuando uno viaja por toda la UE
con una tarjeta de identidad empieza a sentirse ciudadano del mundo y no va a buscar las
fronteras de su pequeña localidad. Ahora bien, la gran pregunta es: ¿por qué el esloveno no
quiso ser yugoslavo y luego europeo, sino que prefirió separarse de la federación y ser
europeo? Por una parte fuimos testigos de un egoísmo nacional y por otra de la tendencia
a un internacionalismo que no admite tanto la insistencia en lo nacional. La explicación
económica y financiera es bien conocida, pero a un nivel cultural quedarán muchas dudas.
Queda por verse si el catalán preferirá comunicar con Bruselas directamente o lo seguirá
haciendo vía Madrid.
Por último, lo de la preponderancia serbia en la federación yugoslava es un cliché ya
desgastado. Véanse las listas de quiénes fueron Presidentes de la Presidencia, del
Parlamento, del Gobierno, Ministros de Gobernación, de Exteriores y de Defensa en los
últimos veinte años de vida de la federación yugoslava. Y no olvidemos que el Ejército
Yugoslavo entró en Eslovenia en los primeros días de la desintegración por orden del primer
ministro Ante Markovic (croata) y con soldados que no tenían municiones, y que tuvo más
bajas que la Defensa Territorial de la república noroccidental, prevenida a los pocos minutos
de tomada la decisión por el Vicepresidente del Gobierno Zivko Pregl (esloveno). El que
los dirigentes serbios no supieran reaccionar adecuadamente ante la crisis y que desde esos
momentos en adelante muchas de sus decisiones fueran errores históricos graves es otra
cosa.
11 de octubre de 2005 César Luis Díez
El intercambio de mensajes de hoy me parece muy constructivo, ya que creo que presenta
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 157 -
una de las claves para entender el proceso de desintegración de la RSFY: la propia identidad
de la misma. Si no entiendo mal, según la opinión de Jairo Dorado Yugoslavia era “una
Serbia extendida”, mientras que Dalibor Soldatic piensa lo contrario: se fundaba sobre la
convergencia de intereses de una clase política común perteneciente a todas las repúblicas.
Claro está, estas dos opiniones enfocan de manera diferente el comienzo del proceso de
desintegración. Para Dalibor, éste se origina con actores políticos mezclados (“no olvidemos
que el Ejército Yugoslavo entró en Eslovenia en los primeros días de la desintegración por
orden del primer ministro Ante Markovic (croata) y con soldados que no tenían
municiones, y que tuvo más bajas que la Defensa Territorial de la república noroccidental,
prevenida a los pocos minutos de tomada la decisión por el Vicepresidente del Gobierno
Zivko Pregl” ); mientras que para Jairo la oposición “democracia-separación vs. dictadura
statu quo” es la que podría explicar una reacción de las repúblicas “periféricas” frente a la
“centralista”.
Creo que ambas opiniones, si no las he entendido mal, pueden llevarse al terreno de la
comparación. España se forma, es cierto, sobre la base de hegemonía castellana (una Castilla
que se expande); pero se consolida con unas elites políticas vascas, navarras, etc. que
formarán la burocracia imperial y después permanecerán en los procesos de “decadencia”
hasta la llegada de los nacionalismos del XIX y principios del XX, que bien podrían ser el
fruto de una clase burguesa deseosa de consolidar ciertas parcelas de poder. Ahora bien, la
RSFY, ¿habría seguido un camino similar? ¿Habría surgido del aprovechamiento de una
situación política especial (bélica y posbélico) por parte de una fuerza unificada (Tito y el
Partido Comunista) que aplastó los sentimientos nacionalistas - tanto de uno de otros -, y
habría desaparecido cuando las elites políticas huérfanas de un poder central se refugiaron
en unos renovados sentimientos nacionalistas para consolidar espacios propios de poder?
Y yo en este punto vuelvo a una de mis ideas preferidas: las ideologías políticas predomi-
nantes en un momento dado en cada uno de los bandos enfrentados me parecen muy
próximas. O, acaso, ¿hay una gran diferencia ideológica entre lo postulado por el
movimiento chetnik serbio y el ustasa croata?. La cuestión entonces sería entender el
proceso por el cual los antiguos comunistas fueron mutando e integrándose en las
Nación y Estado
- 158 -
estructuras de poder emergentes. Aparte, claro está, de explicar el caso esloveno, el
“proceso de identificación musulmán”, etc.
12 de octubre de 2005 José-Miguel Palacios
Hay una novela de Margaret Drabble, The witch of Exmoor, que empieza con una especie
de juego intelectual en una reunión familiar. Se trata de imaginar las bases de funcionamien-
to de una posible sociedad perfecta con la condición de que no podemos saber qué lugar
vamos a ocupar en ella, ni siquiera cuáles van a ser nuestras capacidades (no sabremos si
vamos a ser altos o bajos, rubios o morenos, rápidos o lentos, listos o tontos).
Es muy difícil llegar a ese grado de abstracción. En la mayor parte de las ocasiones, estamos
asumiendo que seguiremos siendo nosotros mismos, de forma que las reglas ideales que
imaginamos son, en realidad, reglas según las cuales resultamos beneficiados.
El debate sobre nación y Estado, en particular cuando llega a la comparación explícita o
implícita de los casos yugoslavo y español, lo hemos intentado en varias ocasiones y ha
resultado, en general, estéril. Los argumentos que hemos expuesto, muchos de ellos muy
válidos, han estado muy mediatizados por la solución que a cada uno de nosotros nos
parecía la mejor, la más justa, la más deseable. Por ello, en lugar de buscar la verdad (o la
mejor verdad posible) nos hemos limitado a proporcionar artillería intelectual al que
consideramos nuestro bando.
Creo que si queremos tener más éxito en esta ocasión deberíamos enfocar el debate según
las reglas de Drabble. Es decir, olvidarnos de cuál es el resultado que nos conviene que
salga, o que consideramos mejor, y limitarnos a observar la realidad con los ojos más fríos
y neutros que podamos. Es muy difícil, pero quizá podamos conseguir aproximaciones
válidas.
Partiendo de esta premisa, creo que son tres los puntos a los que un estudio comparativo
desapasionado nos podría permitir hallar respuesta:
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 159 -
a) En las nuevas condiciones, ¿es racional la división de Estados de tamaño medio, como
Yugoslavia o España, y la formación de otros más pequeños en su lugar? Hace unos meses
hablábamos del libro de Alesina y Spolaore The size of nations y creo que las conclusiones
de estos autores nos podrían servir como guía. Recordaremos que ellos afirmaban que hay
una tendencia a que Estados más pequeños sean viables, ya que las políticas en las que son
más evidentes las economías de escala (seguridad, mercado único) o bien tienen menos
importancia que en otros tiempos, o bien están ya resueltas con la globalización. Según estos
autores, se tiende a formar un Estado nuevo cuando se gana en homogeneidad, y esta
secesión puede no llegar a efectuarse si los costes de transacción fueran muy altos.
En Yugoslavia, la secesión eslovena era fácil por el criterio de homogeneidad, pero por ese
mismo criterio, las de Bosnia-Hercegovina o Montenegro resultaban muy problemáticas (no
se ganaba homogeneidad con la separación).
El factor coste es también importante. Si en 1991 se hubiera sabido con exactitud cuánto
iba a costar, es posible que algunas de las decisiones de entonces (en todas los bandos, en
todos los sentidos) no se hubieran tomado.
Una primera vía de análisis comparado sería, pues, examinar la homogeneidad de posibles
nuevos Estados y los previsibles costes de transacción.
b) El ejemplo de 1991 nos ilustra un problema real: más importante que la homogeneidad
real o los costes de transacción razonablemente esperables son la homogeneidad percibida
por los que van a tomar las decisiones y su propio cálculo de los costes de transacción.
Una segunda línea de análisis sería el estudio de la percepción de la realidad por parte de los
principales actores políticos.
c) Por último, un factor esencial en la formación de nuevos estados es el reconocimiento
internacional. Gracias al reconocimiento internacional existe una Croacia que está a un par
de pasos de ingresar en la UE. Sin reconocimiento internacional, Transnistria o Chipre del
Norte llevan años y años moviéndose en un ambiguo terreno de nadie. En este sentido, una
tercera línea de análisis consistiría en intentar anticipar la reacción de los factores
Nación y Estado
- 160 -
internacionales más importantes.
En Yugoslavia se ha dicho mucho que algunas potencias europeas quisieron la división del
país e hicieron todo lo posible por conseguirla. No es verdad. Tanto Europa como Estados
Unidos sostuvieron que estaban por una Yugoslavia unida, y hasta un cuarto de hora antes
del momento decisivo creyeron que iban a apoyar la unidad de Yugoslavia. Luego la
situación fue distinta.
13 de octubre de 2005 Jacinto Benito
El caso de España es, estoy plenamente de acuerdo, muy distinto; precisamente porpertenecer a la Unión Europea y porque en la UE las fronteras cuentan cada vezmenos, mientras que resulta más importante un espacio común.
El caso de España no tiene nada que ver con el de la extinta Yugoslavia. Porque,
sencillamente, en el País Vasco y Cataluña la opción independentista es minoritaria. Ni
siquiera en la Comunidad Autónoma Vasca (excluida Navarra, por tanto) la independencia
obtendría un apoyo popular mínimamente suficiente (mayoría absoluta de los votos válidos
emitidos). Y Cataluña y el País Vasco, en cualquier caso, nunca serían otra Eslovenia, sino
una Bosnia-Hercegovina. Esto es, un país traumatizado para muchos años por haber sufrido
una guerra injusta a causa del egoísmo de su clase dirigente. En ambas regiones españolas
hay una amplia comunidad que no reconoce más patria que la española.
Eslovenia, Croacia y Macedonia, a pesar de todo, se han convertido en Estados estables y
viables. Pero en España aún recordamos la tragedia que tuvo lugar en Bosnia-Hercegovina.
Para los nacionalistas vascos o catalanes la independencia de esos pequeños Estados puede
que parezca un logro. Pero para el español medio fue algo inútil, que sólo sirvió para que
la antigua clase dirigente comunista se perpetuase en el poder.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 161 -
13 de octubre 2005 Jairo Dorado
¿Y Galicia, con una población muy heterogénea, con 68% de la población que usa a diario
una lengua distinta al castellano y donde el nacionalismo político todavía no ha cuajado
plenamente, pero con una consciencia nacional plena?
¿Es Macedonia el supuesto más similar debido a su pobre situación económica?
¿No son acaso las decisiones de independencia por parte de la población una medida
desesperada, un último recurso?
13 de octubre de 2005 Jacinto Benito
¿No son acaso las decisiones de independencia por parte de la población unamedida desesperada, un último recurso?
Por supuesto que no. Son un último recurso de la clase dirigente para conservar, o agrandar,
su poder.
En la extinta Yugoslavia, los comunistas se convirtieron, de la noche a la mañana, en
nacionalistas. Durante décadas adormecieron las ideas nacionalistas en beneficio de un
“internacion alismo” que no estorbaba, en nada, a sus intereses. Yugoslavia se acabó
disolviendo por los mismos motivos que la Unión Soviética: porque el partido único
marxista-leninista se bloqueó y se convirtió en una estructura de poder totalmente inútil.
Porque, en definitiva, ya no buscaba el desarrollo de su país, sino el enriquecimiento de sus
miembros. Así, el comunismo dejó de ser ideología de Estado, ya que no fue capaz de
garantizar, en ambos países, su propia viabilidad económica.
El nacionalismo radical fue el último recurso de la clase dirigente yugoslava para continuar
en el poder. Ellos conocían muy bien la mentalidad profunda de sus respectivos pueblos.
Así, por ejemplo, Milosevic apenas tuvo escrúpulos en utilizar el mito de Kósovo o la
Nación y Estado
- 162 -
quimera de una Gran Serbia, con el fin de mantenerse en el poder. Y lo mismo se hizo en
Eslovenia, Bosnia-Hercegovina, Croacia y Macedonia.
En el caso yugoslavo fue donde mejor podía verse ese total divorcio entre los dirigentes
políticos, su ideología, los sentimientos nacionalistas colectivos y las realidades concretas
de las personas. Porque en Yugoslavia no escaseaban los matrimonios mixtos, por ejemplo.
Y no creo que hubiera mucha animosidad por motivos religiosos, por razones evidentes y
desde un punto de vista subjetivo.
La secesión es, efectivamente, una medida desesperada. Pero no porque estén en juego los
derechos nacionales de un determinado pueblo (lo cual no sucede en España, en modo
alguno), sino porque ésa es la única manera que tuvieron algunos de conservar sus
poltronas. Y una cosa son, evidentemente, los casos de Estonia, Letonia y Lituania, que
fueron Estados soberanos antes de 1940, y otra muy distinta unas repúblicas que sólo
existen desde 1945, como es el caso de Eslovenia.
13 de octubre de 2005 Jairo Dorado
No estoy de acuerdo con denominar dirigentes comunistas a la clase gobernante de
Yugoslavia. Primero, porque creo que es un binomio raro, comunista-dirigente, y segundo,
porque es difícil no ver un matiz tremendamente nacionalista en Yugoslavia, a diferencia de
otros estados del llamado bloque oriental. Yo creo que sí existía un nacionalismo yugoslavo,
que permitía agrupar a las distintas nacionalidades y nacionales (narodi o narodnosti) de
Yugoslavia. Considerar que desde el 55 Yugoslavia es un país comunista me parece una
quimera. Yo lo veo más como un Estado socialista con capital occidental.
Por eso yo creo que sí hay un pequeño parecido entre España y Yugoslavia: en mi opinión
existe - existía - un nacionalismo gobernante, un concepto de unidad. En un caso de unidad
sobre lo existente y en el otro de unidad con lo existente. Y seguro que pocos están de
acuerdo con este punto de vista.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 163 -
No veo tampoco compatible entonces el caso de que una clase política tenga tantos
problemas en cambiar de parecer. A fin de cuentas, la elección es simple, ser nacionalista de
esto o de aquello.
Sobre Macedonia: sí creo que es difícil poner de acuerdo a muchas personas sobre si existía
antes de 1945 una nacionalidad, carácter nacional o identidad macedonia nítida. En
Bosnia-Hercegovina sin duda existía, aunque con un matiz muy diferente al concepto
excluyente de identidad bosnia.
Y por último, antes de 1945 Eslovenia fue un Estado independiente, concretamente durante
dos-tres meses de 1918 y 1919 (si mal no recuerdo, de noviembre a febrero) aunque el
objetivo de Estado fue la traslación de soberanía desde el Imperio Austro-húngaro al todavía
no creado Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Así lo cita Stavrianos en su
monumental The Balkans from 1453 to the present.
13 de octubre de 2005 Jacinto Benito
No estoy de acuerdo con denominar dirigentes comunistas a la clase gobernantede Yugoslavia. Primero, porque creo que es un binomio raro, comunista-dirigente,y segundo, porque es difícil no ver un matiz tremendamente nacionalista enYugoslavia, a diferencia de otros estados del llamado bloque oriental.
Yugoslavia, hasta donde sé, tenía un régimen autoritario, por no decir totalitario. El poder
lo controlaba la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, partido único de ideología
marxista-leninista. Cuestión aparte es la existencia de fuertes peculiaridades en el modelo
socioeconómico yugoslavo con respecto al de otros países “socialistas”. Los comunistas
yugoslavos, por tanto, eran los dirigentes de la sociedad en aquel momento. Aunque parezca
una contradicción que un comunista “pueda ser” un dirigente, lo cierto es que ésa ha sido
la historia del comunismo, guste o no. ¿Comunismo según el modelo soviético? ¿Titismo?
¿Estalinismo? La verdad es que el régimen del general Tito tenía sus semejanzas con el de
Stalin. Y, seguramente, la simple formulación de un modelo socioeconómico peculiar en
Yugoslavia (igual que pasó en Polonia), distinto al del resto de los países de Europa
Nación y Estado
- 164 -
Centrooriental, incentivó un marcado nacionalismo estatal.
14 de octubre de 2005 Jairo Dorado
Seamos sinceros, todos los Estados europeos, todos, tienen una ideología nacionalista,
excepto aquellos heterogéneos, que son los memos. La diferencia es si el nacionalismo está
dentro del aparato del Estado o no. Yugoslavia, igual que España, tenía un importante
componente nacionalista para cohesionar bajo una misma bandera o idea un conjunto
divergente.
Hay un fuerte componente nacionalista incluso en la ideología comunista. El nacionalismo
está presente en el aparato de Estado de cualquier nación europea.
Por cierto, no todos los nacionalismos vieron las independencias como un paso positivo...
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Lenguas y literaturas nacionales
Un comentario del Profesor Dalibor Soldatic, sobre si en el futuro habría que hablar
de literatura catalana o bien de literatura española en lengua catalana desencadenó un
debate acerca de la existencia o no de literaturas nacionales. Los participantes
utilizaron con apasionamiento los numerosos ejemplos que tanto España como la
antigua Yugoslavia ofrecen para la reflexión.
31 de octubre de 2005 Jairo Dorado
Yo no creo que se pueda nacionalizar las literaturas, ya que son un producto directamente
cultural. Andric es un escritor de literatura serbia, no yugoslava. Más dudas me plantea Kis,
aunque también lo enmarcaría en la literatura serbia. Por la misma regla de tres, un croata
puede estar en la esfera cultural serbia. Personalmente, no considero a Cela literatura
gallega, a no ser en el apéndice de literatura infantil. Lo que es injusto, a todas luces, es
empaquetar una creación cultural con una etiqueta nacional.
31 de octubre de 2005 Dalibor Soldatic
Creo que sin quererlo he tocado un tema delicado y a la vez interesante. Para los que
estudiamos la literatura el tema puede ser apasionante. Simplemente porque hay una serie
de criterios que se aplican de una manera muy distinta en distintos casos.
Yo no soy abogado de los nacionalismos y los que me conocen saben muy bien que el
nacionalismo es la última causa que abrazaría. Todo lo contrario, los nacionalismos de otros
me han amargado la vida. Sin embargo, hay que admitir que resulta necesario adoptar
criterios objetivos, libres de pasiones nacionalistas.
Lenguas y literaturas nacionales
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No veo ningún mal en decir literatura española en lengua catalana. Desde el punto de vista
de los madrileños todo puede ser tachado de literatura española, pero entre los catalanes ya
habrá quien no esté completamente de acuerdo. Pero el término que he utilizado es de lo
más correcto. Toma en cuenta la existencia de un país, España, y el hecho de que esa
literatura esté escrita en otra lengua.
El caso yugoslavo no se puede comparar porque aquí hay de todo. Ivo Andric es,
indiscutiblemente, el mejor ejemplo de ello. Era originario de Bosnia, comenzó escribiendo
en la variante occidental, o sea croata, del idioma serbocroata, para pasar luego a la variante
oriental, o sea serbia, por considerarla “más literaria”. En estas circunstancias, todos pueden
reclamarlo como propio. Excepto, claro, los musulmanes de Bosnia, a lo que nunca les
gustó la imagen de su historia que daba Andric.
Otro ejemplo más divertido aún es el de Mesa Selimovic, autor de una novela preciosa, El
derviche y la muerte. Ya su nombre muestra que es musulmán, originario de Bosnia, y, sin
embargo, él se ha declarado como serbio y considera que su obra pertenece a la literatura
serbia. ¿Qué hacemos? ¿Qué criterio podemos adoptar?.
Julio Cortázar siempre ha sido considerado un escritor argentino, a pesar de haber pasado
en Europa la mayor parte de su vida madura de escritor.
No me acusen, por tanto, de introducir nacionalismos o de “balcanizar” la literatura. Estoy
buscando, simplemente, criterios que puedan aplicarse de un modo universal. El hecho de
que la literatura sea patrimonio de la humanidad es innegable. Sin embargo, estudiamos la
literatura inglesa, la francesa, la italiana, la española, etc. Por algo será.
1 de noviembre de 2005 César Luis Díez
Cuando consultamos manuales, enciclopedias, internet, etc. encontramos sintagmas “la
literatura X”, donde X representa a adjetivos diferentes. Veamos una pequeña tipología:
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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1) X = adjetivos derivados de países: “literatura española”, “literatura francesa”, “literatura
norteamericana”, etc.
2) X = adjetivos derivados de entidades geográficas: “literatura hispanoamericana”,
“literatura africana”, etc.
3) X = adjetivos derivados de lenguas: “literatura latina”,“literatura persa”, “literatura
hebrea”, etc.
4) X = adjetivos derivados de religiones: “literatura judía”,"literatura cristiana”, etc.
5) X = adjetivos derivados de “adscripciones de los autores a colectivos”: “literatura
afroamericana”, “literatura femenina”, “literatura homosexual”, etc.
En fin, seguro que la lista no está completa y que podría ser reformulada de muchas
maneras, pero me parece una base para debatir sobre “la percepción de la literatura” desde
varios grupos de profesionales, ya que creo que las prioridades son diferentes. Ejemplos:
� Un grupo que tenga la literatura como uno de sus objetivos profesionales -
historiadores de la literatura, críticos, traductores - hará prevalecer el rasgo 3
(lengua). En este sentido, hablarán de “literatura serbia” cuando se trate únicamente
de literatura escrita en lengua serbia. Y no hablaran de literatura yugoslava, ya que
el “yugoslavo” no es una lengua.
� Un grupo que su interés sea el análisis histórico o político - historiadores,
politólogos, analistas - hará prevalecer el 1 (país), ya que permite la interacción de
la literatura con otra serie de productos culturales dentro de un marco cronológico
determinado. De esta manera, por ejemplo, este grupo podría hablar de la “literatura
yugoslava de los sesenta” y de su influencia en “la política yugoslava de la época”
o viceversa.
� Un grupo que su interés sean los estudios religiosos - teólogos, historiadores de la
religión - hará prevalecer el 4 (religión) y podrá hablar de “literatura musulmana de
Lenguas y literaturas nacionales
- 168 -
Bosnia”, o de “literatura judía de los Balcanes”.
� Un grupo cuyo objetivo sea la comunicación - periodistas, comunicadores, etc. -
seguramente optará por adjetivos del tipo 5 que permitan titulares impactantes o
asociaciones rápidas de sus lectores. Así se podría hablar de “literatura femenina
musulmana”, o “literatura yugoslava” (ya que la mayoría de lectores identifican
Yugoslavia, pero no su composición política o étnica).
Me parece que la conexión entre “percepción de la literatura” y “expresión lingüística de esa
percepción” (uso de los adjetivos) nos puede ayudar a orientarnos en el debate sobre este
tema de una manera que se dejen a un lado concepciones “subjetivas”.
1 de noviembre de 2005 Roberto Barral
Por supuesto que se puede nacionalizar la literatura, y precisamente que sea un producto
cultural es uno de los pretextos más utilizados para hacerlo. ¿Cuál es acaso el argumento
más esgrimido por los nacionalismos como base para su ideología? La existencia de una
cultura “distintiva” en cualquier ámbito; ya sea la literatura, la lengua o la iconografía
religiosa, el qué es lo de menos, sirve, con una buena propaganda, para diferenciarnos del
vecino.
Por ejemplo el caso más claro es el del idioma, lo que Jairo ha citado de “español vs
castellano”. ¿Por qué el castellano es conocido como español? Pues muy sencillo, porque
es la lengua mayoritaria de la península y porque además es la común a toda la península.
De hecho, si dejamos de mirarnos el ombligo un rato y echamos un vistazo a nuestro
alrededor, veremos que en Francia el bretón es una lengua con entidad propia y diferenciada
del francés; sin embargo, nadie se siente ofendido porque la lengua mayoritaria sea llamada
francés. Lo mismo sucede con el bávaro en Alemania o el galés en Gran Bretaña; por no
hablar de la falta de unificación entre las variantes del italiano, o el caso del inglés en la
India, que es la lengua común y oficial para todas las regiones simplemente porque es la
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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lengua de comunicación de toda la población, independientemente de las lenguas locales que
deben ser igualmente respetadas y utilizadas en su contexto geográfico, sin perjuicio de la
común.
Alfonso X escribía en gallego un género genuinamente gallego, “las cantigas”. Está claro,
por tanto, que su obra pertenece inequívocamente a la literatura gallega. Desde luego que
casos como el suyo no abundan, porque es necesario un amplio dominio del lenguaje y la
cultura para escribir en un idioma que no es el tuyo materno. En cualquier caso, no se trata
de una condición sine qua non. Quiero decir con esto que el empleo de un idioma o de un
tipo de literatura desborda las fronteras geográficas, es más que eso.
César tiene razón en que las etiquetas sirven para simplificar y agrupar obras autónomas
según determinados criterios, elegidos en un momento dado, por lo que éstos pueden variar,
según lo que nos interese distinguir. Con lo cual es únicamente un elemento de consenso,
una convención, no signo de una nacionalidad.
2 de noviembre de 2005 Jairo Dorado
Hay, desde mi punto de vista, dos enfoques en el estudio de las literaturas. Un enfoque
filológico, que considera la literatura como elemento de creación cultural de origen nacional
y lingüístico. De ahí que se hable de literatura española - sea en la lengua que sea - y de
literatura hispanoamericana. Es el enfoque tradicional, como bien indicaba el profesor
Soldatic, y queda patente al hablar de literatura española, italiana, francesa, etc. Sin
embargo, nunca he oído hablar de literatura británica.
Hay un segundo enfoque, de raíz más filosófica y con más implantación en Gran Bretaña.
Es el que podríamos llamar “traductológico”, que ve en la literatura un producto cultural
con un vehículo de expresión lingüístico cultural. Es un enfoque en algunos aspectos
radicalmente opuesto al enfoque tradicional filológico, ya que, por ejemplo, considera una
obra traducida tan “propia”de un polisistema literario como una obra original. Es una
escuela muy implantada en sistemas literarios comúnmente denominados menores, por
Lenguas y literaturas nacionales
- 170 -
ejemplo, en Israel. Guideon Toury o Alexis Nouss son algunos de sus representantes.
Si el planteamiento nacional fuese correcto, hay muchos escritores de literaturas que ya no
existen (Andric, producto de la literatura de Yugoslavia, un país desaparecido). Sin
embargo, es difícil que alguien niegue lo práctico que resulta hablar de literatura serbia, y
de un periodo yugoslavo dentro de ella, o de literatura rusa con su periodo soviético.
2 de noviembre de 2005 Jacinto Benito
En cuanto a la extinta Yugoslavia, yo me quedaría con el dato de que serbios, croatas y
bosnios hablan una misma lengua. Otra cuestión es que la misma se escriba con tal o cual
alfabeto, o que quien la habla practique tal o cual religión o pertenezca a tal o cual
tradición cultural. La cultura de uno o varios pueblos es fiel reflejo de la realidad más
íntima de los mismos. Los politiquillos al uso poco pueden aportar a esa sabiduría popular
de siglos. En el caso yugoslavo, de hecho, apenas han aportado algo, aparte de odio. Los
pueblos europeos forman entre ellos una fina red. Yugoslavia, por ejemplo, era como
Hungría: un Estado entre Oriente y Occidente, un puente entre dos mundos.
4 de noviembre de 2005 Dalibor Soldatic
Lo que en esencia, desde el punto de vista lingüístico es un solo idioma con variantes se
ha convertido ya en serbio, croata, bosnio y ahora vamos a tener también el montenegri-
no. Es decir cuando la política prevalece sobre la lingüística, todo es posible.
4 de noviembre de 2005 José-Miguel Palacios
Lo que en esencia, desde el punto de vista lingüístico es un solo idioma con
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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variantes se ha convertido ya en serbio, croata, bosnio y ahora vamos a tenertambién el montenegrino.
The times they are a-changing, que diría Bob Dylan. Cuando nos encontramos que
actores como Bogdan Diklic actúan tanto en películas serbias como croatas o bosnias,
cuando Miki Manojlovic es protagonista de una película croata, ¿dónde queda lo de
lenguas distintas?
Acabo de ver una película bosnia con Diklic como protagonista. Habla ijekavski, dice
bolan e imita bastante bien el típico tonillo bosnio. En eso ha quedado la divergencia de
las lenguas yugoslavas. Más o menos, en el mismo punto en que estaban las cosas antes
de que ocurriera lo que nunca debió ocurrir.
En estas cosas de las que discutimos se puede llegar a cometer bastantes desatinos en un
momento (en unos años) de exaltación. Lo que pasa es que las cosas son como son y la
racionalidad tiende a imponerse.
5 de noviembre de 2005 Roberto Barral
Yo creo desde luego que se puede sacar algo útil de todo esto y es que, cuando se impone
una conducta visceral a una racional, desaparece el sentido común y empieza a aflorar el
absurdo. Personalmente creo que en el equilibrio o término medio está la virtud.
Creo que en el caso de la antigua Yugoslavia, a nadie que conozca mínimamente las
lenguas se le escapa que se trata de la misma con variantes dialectales (se llamen como se
llamen). Claro que si lo demuestras, lo próximo que van a hacer es tratar de disfrazar la
lengua para que se parezca lo menos posible a sí misma, y esto siempre en perjuicio de los
ciudadanos. Porque, como ya hemos dicho, la principal finalidad de una lengua es la
comunicación, y todas estas maniobras dificultan la comunicación entre los países de la
antigua Yugoslavia, en los cuales un porcentaje elevado de ciudadanos todavía tiene
familia y otros lazos.
Lenguas y literaturas nacionales
- 172 -
Y como ejemplo de lo pueril que se puede llegar a ser, os contaré una anécdota que me
ha sucedido con un individuo de uno de los países de la antigua Yugoslavia (para no herir
susceptibilidades no voy a especificar el origen) el cuál al referirme a él en una de las
variantes de dicha lengua, me contestaba sistemáticamente en inglés; yo continuaba en
dicha variante, y él en inglés. Así que yo le dije: “si me entiendes, ¿por qué no me
contestas en tu lengua?” Y su respuesta fue: “hago un enorme esfuerzo por entenderte,
pero no creo que tú puedas entenderme a mí, porque eres extranjero y no hablas mi
idioma”. A lo cual yo le contesté: “hombre, yo he estado viajando por todos los países de
la zona y nunca he tenido ningún problema para entenderme en idioma local con ninguno
de ellos; pero tienes razón, seguro que a ti no voy a entenderte”. Y seguimos nuestra
conversación de locos.
Porque está claro que si no hay voluntad de entenderse, un serbio y un croata no lo harán,
aunque hablen la misma lengua, mientras que un español y un italiano, por ejemplo, con
voluntad y un poco de esfuerzo, pueden hacerlo utilizando cada uno sus lenguas
respectivas. Así que cuando aparecen ese tipo de insensateces, es mejor ser prácticos y
seguirles la corriente.
5 de noviembre de 2005 César Luis Díez
Un lenguaje es un código que sirve para comunicarse. Una lengua es un código determi-
nado. Estas definiciones son exactas y muy generales. Para concretarlas y poder usarlas en
la descripción de las distintas realidades que nos rodean hay que dotarlas de “adjetivos”
(“lengua X”, “lengua Y”, etc.). En nuestra lista de debate, se ha intentado abordar el tema
del “serbio”, “croata”, “serbocroata”, “”croatoserbio”, “bosnio”, “lengua local”, “lengua
materna”, etc.; y yo creo que lo primero que hay que hacer es definir esta(s) realidad(es)
como “objeto(s) de estudios”, y como tal(es) con una naturaleza(s) interdisciplinar(es)
sobre la(s) que influyen perspectivas temporales y culturales - algo muy similar a lo que
propuse para el caso de la “literatura yugoslava” -.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
- 173 -
Intentaré ser mas claro. Como lingüista, después de analizar unas cuantas variedades
habladas en una zona geográfica (enclavada dentro de lo que se denomina Balcanes),
puedo asegurar que se trata de una serie de “dialectos” de la familia eslava. Ahora bien,
¿cómo denomino a esos “dialectos” que se han convertido en mi objeto de estudio? Pues,
quizá como lingüista teórico, no tendría problema en darles etiquetas totalmente
arbitrarias (“dialecto A, B, C, etc.”); aunque normalmente eso no se hace y se recurre a
“adjetivos” acuñados por la tradición y que tiene su origen en objetos de estudio propios
de la geografía, la etnografía, la historia, la política, etc. De esta manera, surgen expresio-
nes como “lengua macedonia”, que podría ser tanto “la lengua hablada por los macedo-
nios” como “la lengua hablada en Macedonia”. Una cosa más: estos “dialectos” no viven
en el aire, sino que están inmersos en realidades culturales y políticas determinadas, en
momentos históricos determinados. Por ejemplo, al surgir centros de prestigio cultural y
social (características que normalmente se asocian a un gran influencia política), se van
creando los llamados “estándares lingüísticos” y con ellos las instituciones culturales que
apuntalan las dimensiones sociales, políticas e históricas de una lengua (“gramáticas”,
diccionarios, academias, etc.).
Seré más concreto todavía. Si mis compañeros de lista me preguntan, a día de hoy, si
existe el serbocroata, mi contestación será: “pues no sé, depende de la perspectiva que
adoptemos”. ¿Por qué? Porque el “serbocroata” es un “objeto de estudio” y podrá existir
(o ser utilizado) en diversos análisis, si lo creemos necesario. Como lingüista, me podría
ser útil esa etiqueta para referirme a toda una serie de dialectos emparentados entre sí y
con una gran capacidad de inteligibilidad entre ellos. Desde un punto de vista político, y
en 2005, no podría usarlo, ya que la República de Croacia llama a su lengua “croata” y la
de Serbia a la suya “serbio”, con el problema político de cómo denominar a la lengua que
se habla en Bosnia-Hercegovina. Igualmente, como historiador, podré seguir la evolución
y el uso de los términos “serbocroata”, “croatoserbio” como instrumentos para forjar una
identidad cultural yugoslava durante el período de la RSFY. Es decir, debería siempre
señalar mi perspectiva (y el marco temporal en el que se inserta) para saber qué utilización
de la terminología me va ayudar a comprender mejor los problemas a los que me enfrento.
Lenguas y literaturas nacionales
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6 de noviembre de 2005 Jairo Dorado
De acuerdo. Como lingüista, es una cuestión nominal. Ahora bien, un pequeño repaso de
la cuestión nominal a través de la historia puede deparar sorpresas. ¿Qué nombre recibía
la lengua antes de 1918? Y no olvidemos que, si no me equivoco, en el siglo XIX los
croatas eran más paneslavistas (Gaj) que los serbios (Karadzic).
La lingüística habla (desde Heinz) sobre lenguas por distanciamiento y lenguas por
construcción. No nos olvidemos que hay otros muchos factores. Y uno es fundamental,
cómo desean los hablantes que se denomine el idioma y de qué grado de independencia
quieren dotarlo. Por mucho que haya gente que diga que el gallego es portugués (y
ciertos postulados de esa afirmación no son falsos), los hablantes de uno y otro lado
tienen la última palabra. Digan lo que digan lingüistas y universidades. La ciencia, más de
una vez, se aleja de la realidad.
8 de noviembre de 2005 Dalibor Soldatic
¿Cómo lograr que el espíritu de comunidad no anule la percepción de la diferencia?
Yugoslavia se desintegró precisamente por haber permitido en un momento dado que lo
nacional local (esloveno, croata, serbio, musulmán) prevaleciera sobre lo común
(yugoslavo). Sigo creyendo que de haber sido todos yugoslavos de origen serbio, croata,
esloveno etc. ese país hubiera tenido alguna oportunidad. En cuanto se desintegraron los
factores aglutinantes, como el Partido Comunista, el Ejército y la Policía, brotaron todos
los nacionalismos posibles. Un capítulo aparte sería el de considerar el papel de los
intelectuales en el asunto, ya que la cultura fue precisamente el campo por excelencia de
la afirmación de la identidad nacional, pero también de los nacionalismos.
Por otra parte el caso de Kósovo es particularmente interesante en este contexto. En la
antigua Yugoslavia, Kósovo, como región autónoma, no sólo tenía derecho a usar la
lengua albanesa y la bandera albanesa, sino que disponía de una Universidad y de todo un
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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sistema educativo con dos secciones paralelas, serbia y albanesa. Había, además, una
Biblioteca Nacional, un Teatro Nacional, televisión, radio, diarios y revistas en lengua
albanesa. Y, de todos modos, protestaron en 1981 y en 1989. Kósovo no es un problema
creado por Milosevic. El problema de Kósovo preocupa Serbia desde hace decenios.
Resulta que respetando a tal grado los derechos de los kosovares se ha creado un ghetto.
Gente con formación universitaria en lengua albanesa no podía trabajar fuera de su medio
ambiente lingüístico. Y una economía subdesarrollada como la de Kósovo no podía
absorber tanta mano de obra con formación universitaria o con diploma de liceo. Así que
acabaron lanzándose a la calle.
25 de noviembre de 2005 Enric Gil y González
El Parlament de Vojvodina té sis llengües oficials.
El Parlament de la Província Autònoma de Vojvodina (Sèrbia i Montenegro) haaprovat el reglament d'usos lingüístics, que permet l'ús de les sis llengües oficialsde la regió. Amb aquesta decisió, totes les minories que viuen en aquest territori,que serà Regió Europea de l'Any el proper 2006, poden parlar la seva llengua ala cambra, la qual és traduïda posteriorment a la resta d'idiomes oficials. Les sisllengües que es poden utilitzar són: serbi, croat, hongarès, eslovac, romanès irutè.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Reseña y crítica de libros
Terminología balcánica
GARDE, Paul. Le discours balcanique: les mots et les hommes. Ed. Gayard.
26 de enero de 2005Julio Garrote
Para quien lea en francés, quisiera recomendar un libro muy interesante, cuyo objeto es,
precisamente, aclarar o explicar todos los términos que se emplean habitualmente en esta
ciencia de la balcanología.
Paul Garde es un eslavista, hombre ya mayor, catedrático de la Universidad de Avignon, y
buen conocedor del mundo balcánico. Como libro de consulta es muy claro, conciso y
esclarecedor.
Una novela de Legija
ULEMEK, Milorad (Legija). Gvozdeni rob. M.Books/Alfa, 2004.
13 de febrero de 2005César Luis Díez
Una traducción aproximada del título podría ser “el esclavo de acero”, o “el esclavo
irreductible” y, en principio, cualquiera podría esperar que se tratara de un libro de
vivencias, o de las memorias de uno de los principales encausados en el caso de la muerte
de Zoran Djindjic. Sin embargo, y aquí viene la sorpresa, se trata de una novela de trama
bélica.
Lo que también resulta bastante significativo (además de la tirada de 70.000 ejemplares) es
el texto de la contraportada del libro: Milorad Ulemek-Legija, nacido en 1968 en Belgrado,
en cuyo asfalto se crió, a mediados de los ochenta se alistó en la Legión Extranjera francesa,
Reseña y crítica de libros
1 En la propia portada se indica “Knjiga pisana u zatvoru” (libro escrito en la cárcel).
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dentro de la cual consiguió las mayores distinciones de guerra. A principios de los noventa
volvió a la patria con el fin de defender al pueblo serbio. En 1996 fue promovido como a
Comandante de la unidad de élite serbia (JSO). Después del 2000 se convierte en una
víctima de las intrigas políticas. ACTUALMENTE SE ENCUENTRA EN LA PRISIÓN
CENTRAL (CZ)”.
Como todavía no he terminado la lectura del libro no puedo comentar más sobre el mismo,
auque sí me gustaría decir algo que quizá no suene demasiado serio: se lo recomendaría a
todos los subscriptores de la lista que estén empezando con el estudio del serbio, ya que
tiene un estilo de muy fácil lectura, lo que resulta interesante desde un punto de vista
didáctico para el lector que se decida a empezar a leer obras de carácter político o
periodístico en este idioma.
Hay también otros libros sobre Legija. Destaca entre ellos una reciente biografía, obra de
Marko Lopustina (autor de bastantes obras sobre temas de seguridad, política y mafia):
Legija i Zemunski Klan (Legija y el clan de Zemun), publicada por Knjiga-Komerc
(Belgrado) en 2004.
Por cierto, la misma editora del libro de Ulemek (M.Entertainment) ha sacado al mercado
dos DVIX sobre las JSO (la unidad de Legija) y sobre la operación Sablja (Arena), que fue
el dispositivo de seguridad que se puso en marcha tras el asesinato de Djindjic.
Las memorias de la “dama de hierro” serbobosnia
PLAVSIC, Biljana. Svedocim. Banja Luka: Trioprint, 2005.
20 de febrero de 2005César Luis Díez
La autora fue Presidenta de la entidad serbia en Bosnia-Hercegovina, Biljana Plavsic,
actualmente en prisión1. Hay en torno a este libro unas cuantas cosas que pueden llamar la
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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atención: su distribución en quioscos, su bajo precio (menos de 300 dinares, unos 3 euros)
y una frase que aparece al final de las palabras de introducción de la propia autora: “Tekst
treba da bude stampam cirilicom i ekavstinom” (el texto tiene que ser impreso en cirílico
y ekavski).
Milos sobre Zoran
VASIC, Milos. Atentat na Zorana. Belgrado: Politika/B92/Vreme/Narodna Knjiga, 2005.
16 de mayo de 2005José-Miguel Palacios
El libro de Vasic constituye un excelente ejemplo de periodismo de investigación e
impresiona tanto por los detalles que ofrece como por su descripción verosímil de la vida
serbia en el tránsito del milosevicevismo a la democracia (aceptaremos que el “régimen de
"Milosevic” podría encuadrarse dentro de un subtipo de regímenes híbridos que algunos
autores ex-yugoslavos - si no me traiciona la memoria, Podunavac y Kuljic, por ejemplo -
han denominado “cesaristas”). Quizá aún sea pronto para escribir la biografía definitiva de
Djindjic. En cualquier caso, el libro de Vasic es uno de los que quedarán.
Un joven político sobre su breve e intenso pasado
JOVANOVIC, Cedomir. Moj sukob s prosloscu.
3 de julio de 2005César Luis Díez
“Ajuste de cuentas con elpasado”, es mi traducción libre del título. Se trata de un libro
bastante breve (175 páginas), que ha salido al público desde los quioscos de prensa a un
precio bastante asequible (250 dinares, unos tres euros aproximadamente). Está publicado
por el diario Danas en una colección denominada FAST BOOK. Todavía no he tenido
tiempo de leerlo, pero tras un vistazo preliminar parece bastante interesante, sobre todo por
Reseña y crítica de libros
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la personalidad de su autor, uno de los políticos jóvenes más brillantes y discutidos.
Algunos libros de reciente publicación
14 de septiembre de 2005José-Miguel Palacios
A partir de 2000 han ido apareciendo en Belgrado libros de memorias y estudios políticos
que nos pueden ayudar a completar lo que sabemos del pasado reciente en Serbia y en el
conjunto de la antigua Yugoslavia. Algunos de ellos ya han sido comentados en estas
páginas. Otros que parecen interesantes son los siguientes:
BULATOVIC, Momir. Pravila cutanja. Istiniti politicki triler sa poznatim zavrsetkom. (Las
reglas del silencio. Thriller político verídico con un final conocido).
Con todos los respetos, Momir Bulatovic fue un segundón durante la época de
Milosevic. Quizá no tomó muchas decisiones, pero estuvo presente en todos los
momentos importantes de la pasada década. Como Bora Jovic, antes que él. En las
muchas entrevistas de prensa que ha concedido con motivo de la aparición del libro
aparece como un hombre sincero, fiel a sus convicciones, leal a sus amigos, y
honesto.
Vecernje Novosti ha publicado en forma de serial algunos de los pasajes más
interesantes del libro. Puede encontrarse fácilmente en varias localizaciones de la red
con ayuda de un buscador.
MIHAJLOVIC, Dusan. Povlenske magle i vidici.
Dusko Mihajlovic ha sido todo en la política reciente de Serbia. Ya en el antiguo
régimen, con Milosevic y después de Milosevic. Siempre le gustó hablar largo,
aunque no necesariamente demasiado claro.
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ISAKOV, Miodrag. Parados
También el gran clásico de los autonomistas voivodinos se ha decidido a escribir.
Ya en tono menos memorístico, reseñar el libro que ha publicado el G17 Plus: Izvestaj o
tranziciji u Srbiji i Crnoj Gori (Informe sobre la transición en Serbia y Montenegro). Es un
título de lo más prometedor y G17 Plus parece perfectamente capacitado para desarrollarlo
bien.
Por último, una mirada al futuro, hacia un futuro del que hemos hablado mucho en esta lista.
El Instituto de Estudios Europeos ha editado Kako ubrzati pridruzivanje Republike Srbije
Evropskoj Uniji (¿Cómo acelerar la incorporación de la República de Serbia a la Unión
Europea?). ¿Alguien más puede aportar alguna buena idea?
Un libro sobre Rumanía
MARCU, Silvia. Rumanía, territorio olvidado: procesos de transición e integración1989-2005. Valladolid: Universidad de Valladolid, 2005.
4 de diciembre de 2005Silvia Marcu
Es un honor para mí escribir este mensaje, para anunciarles que la Editorial de la
Universidad de Valladolid publicó a finales de octubre de este año, el libro Rumania
territorio olvidado: procesos de transición e integración 1989-2005.Es la tesis doctoral que
defendí en 2000 y puse al día posteriormente.
Creo que es el primer libro sobre Rumanía que se publica en España. Y como Rumanía es
también un país balcánico, me permito recomendar este libro a las personas que estudian
temas relacionados con este país.
Reseña y crítica de libros
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Novedades beohispánicas
13 de diciembre de 2005Dalibor Soldatic
TOSIC, DRAGANA. Srpsko-spanski recnik pravnih i poslovnih termina. (Diccionario de
términos jurídicos y de negocios serbio-español). Belgrado: Sluzbeni glasnik, 2005. 453 pp.
Unas 27 000 entradas.
STOJANOVIC, JASNA. Servantes u srpskoj knjizevnosti (Cervantes en la literatura serbia).
Belgrado: Zavod za izdavanje udzbenika, 2005. 336 pp. Con una bibliografía de las
traducciones de Cervantes al serbio, así como de los textos críticos sobre Cervantes y su
obra en la literatura serbia.
SERVANTES SAAVEDRA, MIGEL DE. Mastoglavi idalgo don Kihote od Mance (El
ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha). Traducción de Aleksandra Mancic. Belgrado:
Rad, 2005. II tomos. 551 p. i 577 pp. La traducción más reciente del Quijote, con notas y
registro.
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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Cine ex-yugoslavo
25 de febrero de 2005 César Luis Díez
Mañana se inaugura el Festival de Cine de Belgrado (FEST) en su 33 edición. Es, sin
duda, uno de los acontecimientos culturales de esta ciudad y siempre ha sido un punto de
referencia en cuanto a los gustos y las inquietudes de la población belgradense. Incluso en
los momentos más difíciles de los noventa, el FEST significaba para muchos de estos
belgradenses el único punto de unión con el resto del mundo (por lo menos en el ámbito
cultural y a través del cine).
En este momento, el FEST cuenta con el apoyo de todos los medios de comunicación y en
la selección de películas aparecen obras de mayor presupuesto. Para los lectores de esta
lista, una de las secciones más interesantes del FEST es la denominada Slovenski paket, en
la que se proyectan 11 películas de los países eslavos. Como dice la guía del festival, “el
FEST 2005 incluye también un paquete eslavo: once películas de países eslavos como
confirmación de los esfuerzos sobre culturas complementarias”.
He de reconocer que el párrafo me ha motivado la reflexión sobre Yugoslavia y el entorno
cultural eslavo. ¿Qué entendemos por esto último? Pues casi únicamente la presencia de
una serie de lenguas estrechamente emparentadas entre sí que denominamos la familia
eslava. Además de estas lenguas también existe un folclor y un sustrato cultural. Sin
embargo, lo que me resulta más difícil es ver una historia común, ya que los acontecimien-
tos históricos han situado a los diferentes países eslavos en posiciones diferentes. Sin
embargo, también han existido momentos, como la guerra fría, en los que parece que
todos los países eslavos eran una unidad, al menos si se miraba desde fuera. Todo ello, a
pesar de que “el país de los eslavos del sur” no estuviera de acuerdo con “el mayor de los
hermanos eslavos”.
Cine ex-yugoslavo
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27 de febrero de 2004 José-Miguel Palacios
Es bien sabido que el FEST programa películas ya estrenadas y, si no me equivoco, en
tiempos funcionaba como una especie de “mercadillo” que servía para mostrar en
Belgrado lo que se estaba produciendo en el mundo y vender películas para su exhibición
comercial dentro del país.
Creo que este modelo entró en crisis en los años noventa, y no sólo a causa de la guerra:
las televisiones por satélite, los videos piratas y, más tarde, internet hicieron que la gente
estuviera mucho mejor informada sobre lo que se estaba produciendo fuera. El hábito de
ir al cine cambió (pero no sólo en la antigua Yugoslavia, sino también entre nosotros) y,
en general, el hecho de que determinadas películas, dirigidas a un público con inquietu-
des culturales se pasaran en el Sava Centar (quizá unas dos mil 2000 localidades) hacía
inviable que después se proyectaran comercialmente. De su público potencial, una gran
parte ya las había visto. Creo que en esos momentos el FEST pasó a representar un papel
muy diferente del original.
No sé bien cuál puede ser el papel actual del FEST, y ni siquiera si lo tiene. ¿Esta
atención a las cinematografías eslavas es de este año, o puede ser una tendencia perma-
nente? ¿De verdad están los belgradenses tan interesados por el mundo eslavo? ¿No hay
peligro de que FEST y Palic (el Festival del verano, en el norte de Voivodina) se pisen
mutuamente la temática?
27 de febrero de 2005 Roberto Barral
He tenido la oportunidad de asistir a dos proyecciones del FEST2005, ambas hispanas
(Crimen Ferpecto y Diarios de Motocicleta) y, más allá de juzgar sus méritos y calidad
(las dos me hicieron pasar un rato muy agradable), quisiera decir que la afluencia a ese
“coliseum moderno” del Sava Centar fue considerable. Lo que no tengo tan claro es que
“la masa” acudiera allí con intención de demostrar que “todo sigue siendo igual”, con
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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afán restauracionista, ni añorando un mundo polarizado donde poder negociar con el
mejor postor.
Aun a riesgo de caer en análisis “pseudo-simplistas”, mi impresión sobre esta situación es
que la gente acude al cine esperando encontrarse un stock comprimido de lo que la
crítica ha dicho que “vale la pena ver”.
NO ven en su asistencia un apoyo - rancio/nacional- de orgullo moral y/o cultural.
Si acaso, algún político con ansias de salir mediáticamente “comprometido” se dejaba
“caer” (con toda la familia...) cerca de las cámaras de televisión para opinar de esta
guisa. Había, además, críticos, directores y gente de la farándula, pero el resto, la
mayoría del resto, estábamos allí para disfrutar de las películas.
Entre otras cosas porque hoy, la industria cinematográfica mundial está distribuida de
forma cuasi-equitativa y no repara en geopolítica ni azucarillos: “la pela es la pela”, y
para este propósito el FEST es un escaparate. Se trata de crear y mantener una costum-
bre, y de paso es un instrumento para luchar contra el visionado casero pirata.
Y, así como el colega cincuentón que (gracias a la tecnología “extranjera”) me vende los
Dvix piratas en la calle más céntrica de Belgrado - gran NOSTÁLGICO de la Gran
Yugoslavia - me habla de una posible adhesión a la Unión Europea con palabras no
reproducibles en un foro respetuoso; mis compañeros/as de la facultad y, en general,
todos los amigos veinti y treintañeros YA no se quieren parecer a Tito (o a cualquier
estereotipo de esa sastrería), NI añoran “esos modelos” que estudian y les han contado.
Ellos quieren llegar a ser como Solana, por ejemplo, me dicen ante mis oídos incrédulos.
No buscan reminiscencias históricas. Tan sólo desean MODERNIDAD, aunque tengan
que olvidar parte de su pasado glorioso. “Ser” y “Vivir” como el resto de Europa,
conservando sus tradiciones, eso sí (como el FEST, las slavas, o el chevapi), pero más
abiertos al mundo que nunca y repudiando la diferencia. Globalizados, a fin de cuentas.
Puede que sus padres, abuelos, etc., vayan al FEST y “huelan” un Sava Centar yugosla-
Cine ex-yugoslavo
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vo, pero, según mi subjetiva impresión, la mayoría de la gente que me rodeaba hace un
par de horas sólo reconocía el aroma de una estupenda y gigante sala de proyecciones y
espectáculos del, para todos, SIGLO XXI. Esta mayoría es y será la que construya la
Serbia del futuro.
1 de noviembre de 2005 César Luis Díez
Hemos discutido si debemos hablar de literaturas nacionales (serbia, croata, eslovena),
de literaturas en un idioma (literatura en serbocroata, cuando se consideraba un único
idioma), o de literaturas de un Estado (la de la antigua Yugoslavia, que se habría
fraccionado al partirse el país). Diversos colectivos, con diversos intereses profesionales
o personales, tienden a optar por una u otra clasificación. Me parece que la conexión
entre “percepción de la literatura” y “expresión lingüística de esa percepción” (uso de los
adjetivos) nos puede ayudar a orientarnos en el debate sobre este tema de una manera
que se dejen a un lado concepciones “subjetivas”.
Por cierto, si todo esto ocurre con la literatura, ¿qué pasara con otros productos
culturales?. ¿Qué pasa, por ejemplo, con el cine? ¿Será posible hablar de un cine
yugoslavo? ¿Cuándo aparecen las cinematografías serbia, croata, etc.?
2 de noviembre de 2005 María Palacios
Con respecto al cine, sí se debe hablar de cine yugoslavo. Aunque existiesen productoras
de cine en todas las repúblicas, y se produjeran ciertas obras “mono-republicanas” (que
podrían asimilarse a una cinematografía nacional serbia, o croata, o lo que sea), lo cierto
es que desde sus principios el cine yugoslavo (que nace tras la Segunda Guerra Mundial)
va a hacer fe de una clara vocación federal. El ejemplo de los dos primeros largos
producidos tras la guerra habla por sí solo:
Balkan (Mad.), 6 (2005)
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� El primero, Slavica (1946) es una producción serbia de la productora belgraden-
se Avala Film, pero con historia dálmata y un director y guionista croata,
Vjekoslav Afric;
� El segundo, Zivjece ovaj narod, también de 1946, es una producción croata de la
compañía de Zagreb Jadran Film, pero trata del sufrimiento de los serbios de
Bosnia a partir de una novela del serbio Branko Copic, y con director (Nikola
Popovic) y reparto de Belgrado.
Más ejemplos: el de Zivojin Pavlovic (serbio) rodando en Eslovenia (y en esloveno), el
de France Stiglic (esloveno) haciendo lo propio en Croacia, o el de Veljko Bulajic, que
realizó películas en todas y cada una de las repúblicas...
En general, el cine yugoslavo 1945-1991 aparece ante todos como la expresión de un
espacio común y se caracteriza precisamente por su carácter multinacional. La primera
gran retrospectiva de cine yugoslavo en el ámbito internacional tiene lugar en el MoMa
de Nueva York en 1967. Su comisario, Williard Van Dyke, escribía entonces: “Outspo-
ken, vigorously individualistic, the Yugoslav film reflects aspects of a nation composed
of many different peoples”. Para Daniel Goulding (autor del estudio más completo a
proposito del cine yugoslavo 1945-2001, que él define como “la experiencia yugosla-
va”), el carácter multinacional del cine yugoslavo es el rasgo que mejor define su
identidad.
Parece por lo tanto artificial y oportunista intentar ahora dividir más de 40 años de
tradición cinematográfica común en distintas cinematografías republicanas. El cine
serbio, croata, esloveno, etc. propiamente dicho aparece por lo tanto en los noventa. El
caso serbio es aún más complicado, ya que tras 1991 el país continúa llamándose
Yugoslavia, y el cine no se decide claramente por una identidad yugoslava o una nueva
identidad serbia. El cine nacional serbio está por lo tanto naciendo ahora mismo.
Ahora bien, en los últimos años han proliferado las coproducciones entre las ex-repúblic-
as yugoslavas.
Cine ex-yugoslavo
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Algunos ejemplos:
� El guionista (Gordan Mihic) y el protagonista (Nikola Kojo) del film macedonio
Kontakt (2005) son serbios.
� El serbio Miki Manojlovic protagoniza también el film croata 100 minuta slave
(2004)
� Kajmak in marmelada (2003) es un film esloveno de un director bosnio (Branko
Djuric), con protagonista serbio (Dragan Bjelogrlic) y hablado en ambas lenguas,
serbocroata y esloveno.
� Pogled sa Ajfelovog tornja (2004) es una coproducción de Serbia con
Montenegro, Croacia y Eslovenia. Cuenta con actores croatas como Varja
Djukic o Darko Rundek, serbios como Petar Bozovic y Svetozar Cvetkovic y
serbobosnios como Sergej Trifunovic.
El ejemplo más fuerte es el de la última película de Rajko Grlic (compañero de filas de
Markovic, Karanovic, Paskaljevic, etc. en la Escuela de Cine de Praga a finales de los
sesenta... y que se negó a realizar cine en Croacia durante los noventa). Se trata de una
coproducción de Croacia, Serbia-Montenegro, Eslovenia, Bosnia-Hercegovina y
Macedonia, lo que lleva a plantearse la siguiente pregunta:
� tras diez años de búsqueda de diversas identidades nacionales, ¿acabará el cine
yugoslavo siendo reemplazado por un nuevo cine “multinacional” o “transnacio-
nal” serbo-croato-bosnio-esloveno-montenegro-macedonio?;
� ¿cuáles serán las diferencias entre este hipotético nuevo cine balcánico
ex-yugoslavo, y el cine de la RSFY?.
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30 de noviembre de 2005 César Luis Díez
Actualmente se pueden encontrar un montón de películas más o menos recientes de la
filmografía local en los quioscos de Belgrado (en formato DVD). De todas ellas, me
gustaría comentar hoy la obra póstuma de Zivojin Pavlovic, Drzava Mrtvih (El país de
los muertos).
Se trata del drama de un militar esloveno casado con una macedonia que, tras la
independencia de la república, rechaza un puesto en el recién creado ejército esloveno y
decide permanecer fiel a Yugoslavia y al JNA. La familia, compuesta por el militar, su
mujer, el hijo mayor y dos hijas mellizas, se traslada a vivir a Belgrado, donde será
alojada en un edifico para refugiados en unas condiciones precarias. Al poco tiempo, se
les unirá la hija mayor, que se ha quedado viuda tras la muerte de su marido, un militar
serbobosnio, en combates en la República Srpska. La tragedia irá aumentando con la
conversión del hijo en un conocido mafioso del sangriento asfalto belgradense de los
noventa y el fallecimiento de las mellizas en un desgraciado accidente.
Como se puede observar, la película trata de ser una metáfora del proceso de separación
y de todas las contradicciones que provocó. En ocasiones, al espectador extranjero le
puede parecer una cinta algo exagerada y un tanto patética, pero tiene momentos de
indudable valor cinematográfico y, ante todo, constituye un interesante documento de la
desintegración de Yugoslavia.
4 de diciembre de 2004 José-Miguel Palacios
Kad porastem bicu Kengur (cuando sea mayor, seré “el Canguro”), de Radivoje Andric.
Kengur es un portero de fútbol belgradense, de Vozdovac, que ha fichado por el
Ipswich, un equipo menor dentro de la Premier League inglesa. La acción de la película
se desarrolla, en su mayor parte, mientras un grupo de amigos ve el partido en un bar. Al
Cine ex-yugoslavo
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mismo tiempo, el protagonista (Sergej Trifunovic) sale por primera vez con una chica (es
una maniquí de éxito), y dos del grupo de amigos (Awacs y Hybrid) están tumbados en
la terraza de un edificio, viendo el cielo, escuchando música (en un viejo aparato que
apenas funciona) y bebiendo cerveza.
Andric ha comentado, creo, que su película es una comedia de la desesperanza. Porque,
como se pregunta uno de los protagonistas, ¿ocurrirá alguna vez algo?
Y es que ya nada ocurre en Belgrado. La gente no vibra con un Zvezda-Partizan, sino
con un Ipswich-Manchester, y el Ipswich se ha convertido en importante para ellos
porque allí juega uno de los suyos, Kengur. Kengur sí tiene una vida allí en Occidente,
mientras que ellos se limitan a observar cómo esa vida pasa de largo.
Hay dos personajes de éxito en la película. Uno es Kengur, la emigración. El otro,
Gangula, el gángster. La chica, Ljubica, ha sido novia de Kengur, pero, al final, ha
elegido a Gangula.
Y hay también un personaje que lucha (Sumbor), que intenta salir adelante. Pero todos
los demás son soñadores, que imaginan un mundo mejor y que no creen poder llegar a
alcanzarlo. Trifunovic sueña con ser director de cine en Estados Unidos y tener una casa
de 10 habitaciones, pero se mira al espejo y ve que la vida va pasando y que nada de eso
va a ser realidad. En un pasaje, dice que tiene 27 años, vive en casa de sus padres y es un
parásito social.
Hay diversos grados de aceptación del destino. Awacs es, quizá, el más acomodado a
esta vida que no es vida. En una escena, le dice a Sumbor: “Somos los más rentables. No
tenemos ingresos, pero tampoco gastos”. Como dice otro de los personajes, “mientras
nos llegue para cerveza”.
Parece haber un contraste importante entre el estereotipo masculino y el femenino en las
películas recientes de la antigua Yugoslavia. Los hombres son casi siempre soñadores
inútiles, mientras que las mujeres suelen ser eminentemente prácticas. Algo así ocurre
también en Kengur. Toda esta crisis existencial es cosa de hombres, mientras que las
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mujeres están enfrentándose (con cierto éxito) a la vida. Iris, la chica con la que sale
Trifunovic, es una maniquí de éxito. La madre de Kengur, que está viendo el partido, es
la única que se atreve a enfrentarse de verdad al gangster. Incluso Ljubica. Puede no
gustarnos que haya optado por Gangula, pero la verdad es que luce un coche impresio-
nante y, puestos a ser prácticos...
Hacia el final de la película, un tipo empieza a gritar insistentemente en la noche:
Sladjana. Y entonces, Trifunovic grita desde lo alto de la azotea: Iris. Y siguen, por
turno, todos los demás: Branka, Ljubica, Marija... Trifunovic llama a Iris por teléfono (es
un móvil prestado) y parece que las cosas se arreglan. Tal vez.
El director de “Kengur” es Radivoje Andric, conocido, sobre todo, por la serie de
televisión Mile protiv tranzicija (Mile contra las transiciones), algunos de cuyos
episodios pueden verse en el portal de B92.
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