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Banco Centroamericano de Integración Económica
EL SALVADORESTRATEGIA DE PAIS
w w w . b c i e . o r g
La Estrategia de país del BCIE para El Salvador tiene como objetivo plan-tear las principales acciones que la institución llevará a cabo en dicha nación. Este documento utiliza como insumos esenciales, la realidad socioeconómica que se vive, la visión de desarrollo de la nación y la expe-riencia de la Institución en su trabajo con el país.
El BCIE promulga una política de liderazgo orientada, al financiamiento del desarrollo social, la integración regional y la inserción competitiva de los países socios en la economía mundial en un esquema fundamenta-do en elevados estándares de cali-dad en el servicio y asistencia. Por lo que la Institución procura garantizar con sus intervenciones el mayor impacto en el desarrollo del país así como la mejora en los niveles de bienestar de sus habitantes.
Calle La Reforma No. 130, Colonia San Benito, San Salvador, El Salvador. Teléfono. (503) 2267-6100, Fax (503) 2267-6130
Edificio Sede, Bulevar Suyapa, Apartado Postal 772, Tegucigalpa, Honduras, Teléfono (504) 2240-2243, Fax (504) 2240-2185 Swift: BCIEHNTE
Banco Centroamericano de Integración Económica
Este documento ha sido elaborado por la Oficina del Economista Jefe. Se realizaron visitas de cam-po en el país, así como reuniones con personas del más alto nivel del Gobierno de El Salvador. Asimismo, se recibieron insumos y retroalimentación de la Dirección, la Administración Superior, la Gerencia de países y proyectos y de varios funcionarios de las diferentes gerencias del Banco.
Fotografías facilitadas por el Lic. Jorge Luis Rodríguez Mendoza
Estrategia de país: El Salvador
Glosario 4
Resumen ejecutivo 6
Introducción 9
Capítulo 1: El Salvador y su contexto 11
1.1 Contexto social 11
1.2 Contexto económico 12
1.2.1 Sector real 12
1.2.2 Sector externo 13
1.2.3 Sector fiscal 14
1.2.4 Sector monetario y financiero 15
Capítulo 2: Visión nacional de desarrollo 17
2.1 Programas de Gobierno, una evaluación histórica 17
2.2 Plan Quinquenal de Desarrollo 18
Capítulo 3: La experiencia de la banca de desarrollo y del BCIE en El Salvador 20
3.1 Contexto de la banca de desarrollo en El Salvador 20
3.2 El BCIE en El Salvador 21
3.3 Lecciones aprendidas 23
Capítulo 4: Áreas estratégicas priorizadas por el BCIE en El Salvador 25
4.1 Áreas de focalización 25
4.1.1 Infraestructura productiva 26
4.1.2 Energía 27
4.1.3 Desarrollo humano e infraestructura social 28
4.1.4 Agricultura y desarrollo rural 29
4.1.5 Industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad 30
4.1.6 Intermediación financiera y finanzas para el desarrollo 31
4.2 Alineamiento de la cooperación multilateral 32
Capítulo 5: Riesgos, amenazas y previsiones 34
5.1 Riesgos y amenazas 34
5.2 Previsiones y vías de impacto en el desarrollo del BCIE en El Salvador 34
Bibliografía 40
Anexo 1: Cartera actual del BCIE en El Salvador 2011 43
Anexo 2: Proyectos, líneas y programas en gestión 2010- sept_2011 45
Anexo 3: Preinversiones y cooperaciones técnicas en El Salvador 2006-sept_2011 47
Anexo 4: Clasificación de las aprobaciones del BCIE en El Salvador 49
período 2006-sept_2011
Anexo 5: Desobligaciones de El Salvador durante el período 2005-sept_2010 50
Anexo 6: Brechas financieras de programas del PQD (millones de dólares) 51
Índice
Banco Centroamericano de Integración Económica
Este documento ha sido elaborado por la Oficina del Economista Jefe. Se realizaron visitas de cam-po en el país, así como reuniones con personas del más alto nivel del Gobierno de El Salvador. Asimismo, se recibieron insumos y retroalimentación de la Dirección, la Administración Superior, la Gerencia de países y proyectos y de varios funcionarios de las diferentes gerencias del Banco.
Fotografías facilitadas por el Lic. Jorge Luis Rodríguez Mendoza
Estrategia de país: El Salvador
Glosario 4
Resumen ejecutivo 6
Introducción 9
Capítulo 1: El Salvador y su contexto 11
1.1 Contexto social 11
1.2 Contexto económico 12
1.2.1 Sector real 12
1.2.2 Sector externo 13
1.2.3 Sector fiscal 14
1.2.4 Sector monetario y financiero 15
Capítulo 2: Visión nacional de desarrollo 17
2.1 Programas de Gobierno, una evaluación histórica 17
2.2 Plan Quinquenal de Desarrollo 18
Capítulo 3: La experiencia de la banca de desarrollo y del BCIE en El Salvador 20
3.1 Contexto de la banca de desarrollo en El Salvador 20
3.2 El BCIE en El Salvador 21
3.3 Lecciones aprendidas 23
Capítulo 4: Áreas estratégicas priorizadas por el BCIE en El Salvador 25
4.1 Áreas de focalización 25
4.1.1 Infraestructura productiva 26
4.1.2 Energía 27
4.1.3 Desarrollo humano e infraestructura social 28
4.1.4 Agricultura y desarrollo rural 29
4.1.5 Industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad 30
4.1.6 Intermediación financiera y finanzas para el desarrollo 31
4.2 Alineamiento de la cooperación multilateral 32
Capítulo 5: Riesgos, amenazas y previsiones 34
5.1 Riesgos y amenazas 34
5.2 Previsiones y vías de impacto en el desarrollo del BCIE en El Salvador 34
Bibliografía 40
Anexo 1: Cartera actual del BCIE en El Salvador 2011 43
Anexo 2: Proyectos, líneas y programas en gestión 2010- sept_2011 45
Anexo 3: Preinversiones y cooperaciones técnicas en El Salvador 2006-sept_2011 47
Anexo 4: Clasificación de las aprobaciones del BCIE en El Salvador 49
período 2006-sept_2011
Anexo 5: Desobligaciones de El Salvador durante el período 2005-sept_2010 50
Anexo 6: Brechas financieras de programas del PQD (millones de dólares) 51
Índice
ANDA: Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados
ANEP: Asociación Nacional de la Empresa Privada
ARENA: Alianza Republicana Nacionalista
Asomi: Asociación de Organizaciones de Microfinanzas de El Salvador
BCR: Banco Central de Reserva de El Salvador
BCIE: Banco Centroamericano de Integración Económica
BFA: Banco de Fomento Agropecuario
BID: Banco Interamericano de Desarrollo
BLT: Build Lease and Transfer
BM: Banco Mundial
BMI: Banco Multisectorial de Inversiones
BOT: Build Operate and Transfer
Caricom: Comunidad y Mercado Común del Caribe
CCAD: Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo
CEPA: Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma
CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CLN: Carretera Longitudinal del Norte
CND: Comisión Nacional de Desarrollo
Digestyc: Dirección General de Estadísticas y Censos
DR-CAFTA: Dominican Republic-Central America Free Trade Agreement
EE.UU.: Estados Unidos de América
EHPM: Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples
Fedecrédito: Federación de Cajas de Crédito y de Bancos de los Trabajadores
FMI: Fondo Monetario Internacional
FMLN: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
Fomilenio: Fondos del Milenio
Fonavipo: Fondo Nacional de Vivienda Popular
Fovial: Fondo de Conservación Vial
Funde: Fundación Nacional para el Desarrollo
Fusades: Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social
Glosario
Banco Centroamericano de Integración Económica
4
FSV: Fondo Social para la Vivienda
GCR: Global Competitiveness Report
GEM: Global Entrepreneurship Monitor
GGGR: Global Gender Gap Report
IDH: Índice de Desarrollo Humano
IED: Inversión Extranjera Directa
IFI: Instituciones Financieras Intermediarias
IFNB: Instituciones Financieras no Bancarias
MH: Ministerio de Hacienda
Mipyme: Micro, pequeñas y medianas empresas
Minec: Ministerio de Economía
MOP: Ministerio de Obras Públicas, Transporte, Vivienda y Desarrollo Urbano
ODM: Objetivos de Desarrollo del Milenio
OMS: Organización Mundial de la Salud
ONG: Organización no Gubernamental
PEA: Población Económicamente Activa
PIB: Producto Interno Bruto
PND: Plan Nacional de Desarrollo
PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
PPP: Paridad de poder de compra
PQD: Plan Quinquenal de Desarrollo
RIN: Reservas Internacionales Netas
SECMCA: Consejo Monetario Centroamericano
SIEMAS: Sistema de Identificación, Evaluación y Mitigación de los Riesgos Ambientales y Sociales
SIEPAC: Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central
SIGET: Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones
UE: Unión Europea
USAID: United States Agency for International Development
Unifem: United Nations Development Fund for Women
WEF: World Economic Forum
Estrategia de país: El Salvador
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ANDA: Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados
ANEP: Asociación Nacional de la Empresa Privada
ARENA: Alianza Republicana Nacionalista
Asomi: Asociación de Organizaciones de Microfinanzas de El Salvador
BCR: Banco Central de Reserva de El Salvador
BCIE: Banco Centroamericano de Integración Económica
BFA: Banco de Fomento Agropecuario
BID: Banco Interamericano de Desarrollo
BLT: Build Lease and Transfer
BM: Banco Mundial
BMI: Banco Multisectorial de Inversiones
BOT: Build Operate and Transfer
Caricom: Comunidad y Mercado Común del Caribe
CCAD: Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo
CEPA: Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma
CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CLN: Carretera Longitudinal del Norte
CND: Comisión Nacional de Desarrollo
Digestyc: Dirección General de Estadísticas y Censos
DR-CAFTA: Dominican Republic-Central America Free Trade Agreement
EE.UU.: Estados Unidos de América
EHPM: Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples
Fedecrédito: Federación de Cajas de Crédito y de Bancos de los Trabajadores
FMI: Fondo Monetario Internacional
FMLN: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
Fomilenio: Fondos del Milenio
Fonavipo: Fondo Nacional de Vivienda Popular
Fovial: Fondo de Conservación Vial
Funde: Fundación Nacional para el Desarrollo
Fusades: Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social
Glosario
Banco Centroamericano de Integración Económica
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FSV: Fondo Social para la Vivienda
GCR: Global Competitiveness Report
GEM: Global Entrepreneurship Monitor
GGGR: Global Gender Gap Report
IDH: Índice de Desarrollo Humano
IED: Inversión Extranjera Directa
IFI: Instituciones Financieras Intermediarias
IFNB: Instituciones Financieras no Bancarias
MH: Ministerio de Hacienda
Mipyme: Micro, pequeñas y medianas empresas
Minec: Ministerio de Economía
MOP: Ministerio de Obras Públicas, Transporte, Vivienda y Desarrollo Urbano
ODM: Objetivos de Desarrollo del Milenio
OMS: Organización Mundial de la Salud
ONG: Organización no Gubernamental
PEA: Población Económicamente Activa
PIB: Producto Interno Bruto
PND: Plan Nacional de Desarrollo
PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
PPP: Paridad de poder de compra
PQD: Plan Quinquenal de Desarrollo
RIN: Reservas Internacionales Netas
SECMCA: Consejo Monetario Centroamericano
SIEMAS: Sistema de Identificación, Evaluación y Mitigación de los Riesgos Ambientales y Sociales
SIEPAC: Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central
SIGET: Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones
UE: Unión Europea
USAID: United States Agency for International Development
Unifem: United Nations Development Fund for Women
WEF: World Economic Forum
Estrategia de país: El Salvador
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En el período 2000-2010, la economía salva-doreña creció a una tasa promedio del 1.9% y su in ación promedio fue del 3.4%. El des-empeño económico en la primera mitad de la década de los noventa reflejó un dinamismo generalizado en todos los sectores, especial-mente en aquellos relacionados a los servicios financieros y de seguros, así como a las activi-dades de construcción y comercio. Entre tanto, luego de la crisis económica de 2008, el impulso estuvo vinculado a las actividades primarias y los servicios financieros y de seguros. Por otro lado, de 2008 a 2010 se ha dado el repunte de la deuda pública total, que tuvo sus orígenes en el incremento del gasto corriente y el pago de subsidios cada vez mayores, y se ubicó en cerca del 55.0% con respecto al PIB.
El Plan Quinquenal de Desarrollo aprobado en el país, incluye las medidas fundamenta-das de una estrategia de desarrollo a mediano y largo plazo. En vista de la necesidad de es-tablecer políticas y un marco de planificación focalizado al desarrollo del país, el Gobierno de El Salvador presenta el Plan Quinquenal de Desarrollo (PQD), formulado en el período del presidente Mauricio Funes, 2009-2014, en don-de se defina en marco de medidas de política que serán implementadas en el país con hori-zonte al año 2024 (15 años o tres períodos de gobierno incluyendo el actual). El Plan da con-tinuidad a muchos procesos y concibe dentro de sus objetivos estratégicos: sentar las bases para instaurar un nuevo modelo de crecimien-to y de desarrollo integral, que sea sustentable e inclusivo, y profundizar y consolidar la de-mocracia.
El BCIE ha tenido una presencia activa en El Salvador orientada a apoyar una amplia gama de iniciativas. A lo largo de la última década, el BCIE ha desarrollado aprobaciones en el país con un monto total cercano a los US$2,270.0
millones. Asimismo, ha apoyado iniciativas que han contribuido a dinamizar los niveles de productividad y eficiencia en el país, se han incentivado actividades orientadas a promo-ver un mayor acceso comercial con el resto del mundo1 mediante la diversificación productiva y el desarrollo de su capacidad exportadora, así como el apoyo a iniciativas orientadas a la in-tegración del país con la región. Por otro lado, en materia de desembolsos, entre 2001 y 2010 el total invertido en el país fue de US$3,431.4 millones, alineados con las actividades antes mencionadas.
Para poder mejorar el nivel de incidencia del BCIE en el país, se ha de nido la Estrategia de país: El Salvador 2010-2014. El objetivo de di-cha estrategia es dotar de una visión focalizada a la actividad del Banco a través de la identifi-cación de áreas de intervención que maximicen el impacto generado sobre los respectivos pro-cesos de desarrollo, enmarcados en los precep-tos y ejes estratégicos definidos en su estrategia institucional 2010-2014. En tal sentido, los cri-terios que determinan cuáles son dichas áreas se fundamentan en el alineamiento que estas tengan con el Plan Quinquenal de Desarrollo del País, las prioridades delimitadas por el Go-bierno y expresadas a la entidad, y la experien-cia de trabajo del Banco en el país.
El BCIE orientará sus esfuerzo en las seis áreas de focalización establecidas en la estrategia Institucional. (1) Infraestructura productiva, (2) desarrollo humano e infraestructura social, (3) industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad, (4) agricultura y desarrollo rural, (5) intermediación financiera y finanzas para el desarrollo e (6) infraestructura social y desarrollo humano, con un valor indicativo de nuevas aprobaciones para el período 2010-2014 cercano a los US$793.5 millones2. Asimismo, dicho monto representa cerca del 32.1%3 del
Resumen Ejecutivo
1 Se han hecho esfuerzos considerables por promover una mayor capacidad competitiva al sector productivo del país ante los retos que representa la apertura externa, especialmente el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. 2 Monto indicativo planteado en la Estrategia Financiera del BCIE 2010-2014, sujeto a supuestos, tales como un nivel de adecuación de capital del 40.0% en el año 2014, el esquema de capitalización del Banco y un margen de utilidades del 8.0% entre otros.3 El documento Plan Quinquenal de Desarrollo, Gobierno de El Salvador 2010-2014, que constituye el marco de mediano plazo donde la brecha de financiamiento para responder a los elementos planteados es del orden de los US$2474.0 millones para el período en cuestión.
Banco Centroamericano de Integración Económica
6
valor total de la brecha de financiamiento es-timados por el país en PQD para el período en cuestión.
Se han de nido objetivos para apuntalar las intervenciones del Banco en las áreas de fo-calización. El BCIE espera promover en el país una mejora en las iniciativas de infraestructura estratégica en apoyo a la actividad económica, el fortalecimiento del comercio intra y extra regional, la creación de oportunidades para la generación de ingresos, la promoción de la mo-vilización de capital en beneficio de la inver-sión hacia los sectores productivos, así como contribuir al desarrollo de la productividad a través de la ciencia, la tecnología y la innova-ción, impulsar el desarrollo y profundización del mercado financiero regional; todo ello con la finalidad de garantizar la integración econó-mica y social del país con la región y acelerar el desarrollo regional.
La implementación de la estrategia se encon-traría sujeta a la evolución de factores internos y externos. La ejecución se encuentra expuesta a cambios que pueden estar influenciados por variables relacionadas con el sector externo vinculado al país, tales como la reducción de las remesas, la disminución de las exportacio-nes, la contracción de la inversión extranjera directa, entre otros. Por el lado de los cambios internos destacan, el desempeño del sector real de la economía, la sostenibilidad de la deuda, el riesgo político, etc. Mientras que de los ries-
gos asociados al propio BCIE, la exposición a nuevas crisis internacionales que dificulten su proceso de capitalización, crisis políticas en el entorno que incidan y deriven en demoras en la programación de los desembolsos orien-tados a los países, y la falta de apoyo político al Banco para desarrollar las aprobaciones y desembolsos previstos para el país son accio-nes que podrían afectar los objetivos y alcances planteados en la Estrategia.
El monitoreo constante del comportamiento de las variables que inciden en el desempeño de la economía del país y del Banco es de suma relevancia. El objetivo fundamentar el valorar el nivel de incidencia que ellos puedan tener en el desenvolvimiento de las intervenciones de la Institución, proyectando con ello las me-didas de mitigación pertinentes, especialmen-te a través del apoyo en el acompañamiento a los actores involucrados en el desarrollo de las actividades, así como el fortalecimiento de las capacidades de respuesta del BCIE, de ma-nera que se pueda garantizar la fluidez de las operaciones en el país. Por otro lado, y para certificar el adecuado desempeño de la propia Estrategia, el BCIE cuenta con el marco de eva-luación de las Estrategias de País, cuyo objetivo es medir su grado de avance (grado de imple-mentación) y generar lecciones aprendidas que contribuyan a una mejor materialización de los resultados de desarrollo buscados por el Banco en cada país.
Estrategia de país: El Salvador
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En el período 2000-2010, la economía salva-doreña creció a una tasa promedio del 1.9% y su in ación promedio fue del 3.4%. El des-empeño económico en la primera mitad de la década de los noventa reflejó un dinamismo generalizado en todos los sectores, especial-mente en aquellos relacionados a los servicios financieros y de seguros, así como a las activi-dades de construcción y comercio. Entre tanto, luego de la crisis económica de 2008, el impulso estuvo vinculado a las actividades primarias y los servicios financieros y de seguros. Por otro lado, de 2008 a 2010 se ha dado el repunte de la deuda pública total, que tuvo sus orígenes en el incremento del gasto corriente y el pago de subsidios cada vez mayores, y se ubicó en cerca del 55.0% con respecto al PIB.
El Plan Quinquenal de Desarrollo aprobado en el país, incluye las medidas fundamenta-das de una estrategia de desarrollo a mediano y largo plazo. En vista de la necesidad de es-tablecer políticas y un marco de planificación focalizado al desarrollo del país, el Gobierno de El Salvador presenta el Plan Quinquenal de Desarrollo (PQD), formulado en el período del presidente Mauricio Funes, 2009-2014, en don-de se defina en marco de medidas de política que serán implementadas en el país con hori-zonte al año 2024 (15 años o tres períodos de gobierno incluyendo el actual). El Plan da con-tinuidad a muchos procesos y concibe dentro de sus objetivos estratégicos: sentar las bases para instaurar un nuevo modelo de crecimien-to y de desarrollo integral, que sea sustentable e inclusivo, y profundizar y consolidar la de-mocracia.
El BCIE ha tenido una presencia activa en El Salvador orientada a apoyar una amplia gama de iniciativas. A lo largo de la última década, el BCIE ha desarrollado aprobaciones en el país con un monto total cercano a los US$2,270.0
millones. Asimismo, ha apoyado iniciativas que han contribuido a dinamizar los niveles de productividad y eficiencia en el país, se han incentivado actividades orientadas a promo-ver un mayor acceso comercial con el resto del mundo1 mediante la diversificación productiva y el desarrollo de su capacidad exportadora, así como el apoyo a iniciativas orientadas a la in-tegración del país con la región. Por otro lado, en materia de desembolsos, entre 2001 y 2010 el total invertido en el país fue de US$3,431.4 millones, alineados con las actividades antes mencionadas.
Para poder mejorar el nivel de incidencia del BCIE en el país, se ha de nido la Estrategia de país: El Salvador 2010-2014. El objetivo de di-cha estrategia es dotar de una visión focalizada a la actividad del Banco a través de la identifi-cación de áreas de intervención que maximicen el impacto generado sobre los respectivos pro-cesos de desarrollo, enmarcados en los precep-tos y ejes estratégicos definidos en su estrategia institucional 2010-2014. En tal sentido, los cri-terios que determinan cuáles son dichas áreas se fundamentan en el alineamiento que estas tengan con el Plan Quinquenal de Desarrollo del País, las prioridades delimitadas por el Go-bierno y expresadas a la entidad, y la experien-cia de trabajo del Banco en el país.
El BCIE orientará sus esfuerzo en las seis áreas de focalización establecidas en la estrategia Institucional. (1) Infraestructura productiva, (2) desarrollo humano e infraestructura social, (3) industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad, (4) agricultura y desarrollo rural, (5) intermediación financiera y finanzas para el desarrollo e (6) infraestructura social y desarrollo humano, con un valor indicativo de nuevas aprobaciones para el período 2010-2014 cercano a los US$793.5 millones2. Asimismo, dicho monto representa cerca del 32.1%3 del
Resumen Ejecutivo
1 Se han hecho esfuerzos considerables por promover una mayor capacidad competitiva al sector productivo del país ante los retos que representa la apertura externa, especialmente el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. 2 Monto indicativo planteado en la Estrategia Financiera del BCIE 2010-2014, sujeto a supuestos, tales como un nivel de adecuación de capital del 40.0% en el año 2014, el esquema de capitalización del Banco y un margen de utilidades del 8.0% entre otros.3 El documento Plan Quinquenal de Desarrollo, Gobierno de El Salvador 2010-2014, que constituye el marco de mediano plazo donde la brecha de financiamiento para responder a los elementos planteados es del orden de los US$2474.0 millones para el período en cuestión.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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valor total de la brecha de financiamiento es-timados por el país en PQD para el período en cuestión.
Se han de nido objetivos para apuntalar las intervenciones del Banco en las áreas de fo-calización. El BCIE espera promover en el país una mejora en las iniciativas de infraestructura estratégica en apoyo a la actividad económica, el fortalecimiento del comercio intra y extra regional, la creación de oportunidades para la generación de ingresos, la promoción de la mo-vilización de capital en beneficio de la inver-sión hacia los sectores productivos, así como contribuir al desarrollo de la productividad a través de la ciencia, la tecnología y la innova-ción, impulsar el desarrollo y profundización del mercado financiero regional; todo ello con la finalidad de garantizar la integración econó-mica y social del país con la región y acelerar el desarrollo regional.
La implementación de la estrategia se encon-traría sujeta a la evolución de factores internos y externos. La ejecución se encuentra expuesta a cambios que pueden estar influenciados por variables relacionadas con el sector externo vinculado al país, tales como la reducción de las remesas, la disminución de las exportacio-nes, la contracción de la inversión extranjera directa, entre otros. Por el lado de los cambios internos destacan, el desempeño del sector real de la economía, la sostenibilidad de la deuda, el riesgo político, etc. Mientras que de los ries-
gos asociados al propio BCIE, la exposición a nuevas crisis internacionales que dificulten su proceso de capitalización, crisis políticas en el entorno que incidan y deriven en demoras en la programación de los desembolsos orien-tados a los países, y la falta de apoyo político al Banco para desarrollar las aprobaciones y desembolsos previstos para el país son accio-nes que podrían afectar los objetivos y alcances planteados en la Estrategia.
El monitoreo constante del comportamiento de las variables que inciden en el desempeño de la economía del país y del Banco es de suma relevancia. El objetivo fundamentar el valorar el nivel de incidencia que ellos puedan tener en el desenvolvimiento de las intervenciones de la Institución, proyectando con ello las me-didas de mitigación pertinentes, especialmen-te a través del apoyo en el acompañamiento a los actores involucrados en el desarrollo de las actividades, así como el fortalecimiento de las capacidades de respuesta del BCIE, de ma-nera que se pueda garantizar la fluidez de las operaciones en el país. Por otro lado, y para certificar el adecuado desempeño de la propia Estrategia, el BCIE cuenta con el marco de eva-luación de las Estrategias de País, cuyo objetivo es medir su grado de avance (grado de imple-mentación) y generar lecciones aprendidas que contribuyan a una mejor materialización de los resultados de desarrollo buscados por el Banco en cada país.
Estrategia de país: El Salvador
7
El Salvador tiene una economía pequeña y abierta, que presentó un Producto Nacional Bruto (PIB) per cápita de US$3,701 en 2010 y una población total de 6.2 millones. A media-dos del año 2009, coincidió en El Salvador la asunción de una nueva Administración. A esta le correspondió tomar posesión en medio de una profunda crisis económica y social. Cri-sis generada en los países desarrollados que impactó de manera importante a El Salvador, como resultado de sus múltiples vínculos eco-nómicos con Estados Unidos, especialmente por el lado de las exportaciones, las remesas, la inversión extranjera directa y el turismo.
Para hacer frente a un bajo nivel de crecimien-to, la necesidad de incrementar y garantizar la continuidad de los impactos de las políticas y programas sociales, el nuevo gobierno ha dise-ñado el denominado Plan Quinquenal de Desa-rrollo. Dicho Plan contiene la visión, las apues-tas, las prioridades, los objetivos y las metas del Gobierno de la República de El Salvador para el período 2010-2014. Tiene como marco de referencia estratégico la consolidación y la profundización del régimen democrático y la construcción de un modelo de desarrollo so-cioeconómico productivo, eficiente, incluyente y sostenible. Ambos procesos estarán sustenta-dos en la ampliación de la base empresarial del país sobre todo de las micro, pequeñas y me-dianas empresas y de los productores rurales individuales y organizados del sector coopera-tivo.
El BCIE tiene en El Salvador una agenda de trabajo con retos estratégicos claves, especial-mente en ámbitos que van desde elementos vinculados con mayores niveles de flexibilidad, programas y proyectos de alto impacto, capaci-dad de incidir en sectores de mayor valor agre-gado y la promoción de la diversificación de actividades inclusivas en las regiones más de-primidas. Todo esto sobre los tres pilares estra-tégicos de la entidad (desarrollo social, integra-ción y competitividad), hasta la conservación del posicionamiento de la propia Institución en el país.
De acuerdo con lo anterior, el apoyo por parte del BCIE se concentra sobremanera en la con-junción de las prioridades del país establecidas en el PQD 2010-2014 y las áreas de focalización planteadas en esta Estrategia, en las que priori-za sus intervenciones en sectores tales como in-fraestructura productiva y desarrollo humano, energía, infraestructura social, sector agrícola, industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad.
El documento que se presenta a continuación se divide en cinco capítulos: el primero des-cribe el contexto económico y social del país. Seguidamente, se presenta la visión de desarro-llo, cuya base es el actual PQD 2010-2014 del Gobierno, se proyectan sus principios y carac-terísticas, y su agenda de largo plazo. El tercer capítulo muestra la experiencia de la banca de desarrollo y del BCIE en El Salvador. El capítu-lo subsiguiente presenta las áreas estratégicas que serán priorizadas por el BCIE en El Salva-dor. Para finalizar, el documento cierra con una valoración de los riesgos que afectan a la Estra-tegia, así como las principales vías de impacto perseguidas por el Banco en el país.
Introducción
Estrategia de país: El Salvador
9
El Salvador tiene una economía pequeña y abierta, que presentó un Producto Nacional Bruto (PIB) per cápita de US$3,701 en 2010 y una población total de 6.2 millones. A media-dos del año 2009, coincidió en El Salvador la asunción de una nueva Administración. A esta le correspondió tomar posesión en medio de una profunda crisis económica y social. Cri-sis generada en los países desarrollados que impactó de manera importante a El Salvador, como resultado de sus múltiples vínculos eco-nómicos con Estados Unidos, especialmente por el lado de las exportaciones, las remesas, la inversión extranjera directa y el turismo.
Para hacer frente a un bajo nivel de crecimien-to, la necesidad de incrementar y garantizar la continuidad de los impactos de las políticas y programas sociales, el nuevo gobierno ha dise-ñado el denominado Plan Quinquenal de Desa-rrollo. Dicho Plan contiene la visión, las apues-tas, las prioridades, los objetivos y las metas del Gobierno de la República de El Salvador para el período 2010-2014. Tiene como marco de referencia estratégico la consolidación y la profundización del régimen democrático y la construcción de un modelo de desarrollo so-cioeconómico productivo, eficiente, incluyente y sostenible. Ambos procesos estarán sustenta-dos en la ampliación de la base empresarial del país sobre todo de las micro, pequeñas y me-dianas empresas y de los productores rurales individuales y organizados del sector coopera-tivo.
El BCIE tiene en El Salvador una agenda de trabajo con retos estratégicos claves, especial-mente en ámbitos que van desde elementos vinculados con mayores niveles de flexibilidad, programas y proyectos de alto impacto, capaci-dad de incidir en sectores de mayor valor agre-gado y la promoción de la diversificación de actividades inclusivas en las regiones más de-primidas. Todo esto sobre los tres pilares estra-tégicos de la entidad (desarrollo social, integra-ción y competitividad), hasta la conservación del posicionamiento de la propia Institución en el país.
De acuerdo con lo anterior, el apoyo por parte del BCIE se concentra sobremanera en la con-junción de las prioridades del país establecidas en el PQD 2010-2014 y las áreas de focalización planteadas en esta Estrategia, en las que priori-za sus intervenciones en sectores tales como in-fraestructura productiva y desarrollo humano, energía, infraestructura social, sector agrícola, industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad.
El documento que se presenta a continuación se divide en cinco capítulos: el primero des-cribe el contexto económico y social del país. Seguidamente, se presenta la visión de desarro-llo, cuya base es el actual PQD 2010-2014 del Gobierno, se proyectan sus principios y carac-terísticas, y su agenda de largo plazo. El tercer capítulo muestra la experiencia de la banca de desarrollo y del BCIE en El Salvador. El capítu-lo subsiguiente presenta las áreas estratégicas que serán priorizadas por el BCIE en El Salva-dor. Para finalizar, el documento cierra con una valoración de los riesgos que afectan a la Estra-tegia, así como las principales vías de impacto perseguidas por el Banco en el país.
Introducción
Estrategia de país: El Salvador
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1.1 Contexto social
El Salvador es el país más pequeño de Centro-américa, con una extensión territorial de 21,040 km². En 2010, el país presentó una población de 6.2 millones de habitantes, siendo el más denso de la región con 296 habitantes por kilómetro cuadrado, su población es mayoritariamente joven, ya que el grupo menor de 25 años repre-senta el 52.5% del total. La esperanza de vida al nacer es 72.1 años y presenta uno de los mayo-res rangos por sexo de la región, al ir desde 67.5 años para hombres hasta 76.9 para mujeres. Por otro lado, cerca del 38% del total de hogares sal-vadoreños vive por debajo de la línea de pobre-za, y el 12% se encuentra en pobreza extrema. 4
Los hogares clasificados en pobreza extrema están concentrados principalmente en la zona norte del país, compuesta por una parte del te-rritorio de Santa Ana, San Miguel y La Unión, y la totalidad del territorio en Chalatenango, Ca-bañas y Morazán. En estos últimos tres, la tasa de pobreza supera el 50%.
La distribución del ingreso, medido a través del coeficiente de Gini, muestra un avance margi-nal en la reducción de los niveles de desigual-dad, pasando de un valor del 0.53 a inicios de este milenio a uno cercano al 0.478 para 2009. Por otro lado, del total de la distribución de los ingresos de hogares, el 33.3% corresponde a los tres primeros quintiles, y el restante 66.7% corresponde a los dos quintiles más altos de la distribución (cuarto y quinto), dejando claro que el tema de desigualdad debe encontrarse en la agenda de trabajo de El Salvador.
En materia de cobertura educativa en El Salva-dor, el 13.7% de la población mayor de 10 años es analfabeta. En términos de niveles de estu-dio aprobado, para la educación básica, este re-presenta el 77.2%; la educación media equivale al 12.7%, y la educación terciaria es 9.1%, del total de la población de 5 y más años de edad. Por otro lado, la mortalidad infantil alcanzó ni-veles de 16 por cada mil nacidos, y para niños menores de 5 años esta es de 19. En cuanto a la seguridad social, el 29% de la población ocupa-da estaba cubierta.
Capítulo 1: El Salvador y su contexto
4 En pobreza extrema se ubican aquellos hogares que con su ingreso per cápita no alcanzan a cubrir el costo per cápita de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y en pobreza relativa los hogares que con sus ingreso per cápita no alcanzan a cubrir el costo de la CBA ampliada (dos veces el valor de la CBA). El costo de la CBA per cápita urbana en el año 2009 fue de $44.33 y la rural de $27.86.
Cuadro 1.1: Índice de Desarrollo Humano (ordenados por el valor del IDH)
Fuente: PNUD. Informe de Desarrollo Humano 2010.
Estrategia de país: El Salvador
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1.1 Contexto social
El Salvador es el país más pequeño de Centro-américa, con una extensión territorial de 21,040 km². En 2010, el país presentó una población de 6.2 millones de habitantes, siendo el más denso de la región con 296 habitantes por kilómetro cuadrado, su población es mayoritariamente joven, ya que el grupo menor de 25 años repre-senta el 52.5% del total. La esperanza de vida al nacer es 72.1 años y presenta uno de los mayo-res rangos por sexo de la región, al ir desde 67.5 años para hombres hasta 76.9 para mujeres. Por otro lado, cerca del 38% del total de hogares sal-vadoreños vive por debajo de la línea de pobre-za, y el 12% se encuentra en pobreza extrema. 4
Los hogares clasificados en pobreza extrema están concentrados principalmente en la zona norte del país, compuesta por una parte del te-rritorio de Santa Ana, San Miguel y La Unión, y la totalidad del territorio en Chalatenango, Ca-bañas y Morazán. En estos últimos tres, la tasa de pobreza supera el 50%.
La distribución del ingreso, medido a través del coeficiente de Gini, muestra un avance margi-nal en la reducción de los niveles de desigual-dad, pasando de un valor del 0.53 a inicios de este milenio a uno cercano al 0.478 para 2009. Por otro lado, del total de la distribución de los ingresos de hogares, el 33.3% corresponde a los tres primeros quintiles, y el restante 66.7% corresponde a los dos quintiles más altos de la distribución (cuarto y quinto), dejando claro que el tema de desigualdad debe encontrarse en la agenda de trabajo de El Salvador.
En materia de cobertura educativa en El Salva-dor, el 13.7% de la población mayor de 10 años es analfabeta. En términos de niveles de estu-dio aprobado, para la educación básica, este re-presenta el 77.2%; la educación media equivale al 12.7%, y la educación terciaria es 9.1%, del total de la población de 5 y más años de edad. Por otro lado, la mortalidad infantil alcanzó ni-veles de 16 por cada mil nacidos, y para niños menores de 5 años esta es de 19. En cuanto a la seguridad social, el 29% de la población ocupa-da estaba cubierta.
Capítulo 1: El Salvador y su contexto
4 En pobreza extrema se ubican aquellos hogares que con su ingreso per cápita no alcanzan a cubrir el costo per cápita de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y en pobreza relativa los hogares que con sus ingreso per cápita no alcanzan a cubrir el costo de la CBA ampliada (dos veces el valor de la CBA). El costo de la CBA per cápita urbana en el año 2009 fue de $44.33 y la rural de $27.86.
Cuadro 1.1: Índice de Desarrollo Humano (ordenados por el valor del IDH)
Fuente: PNUD. Informe de Desarrollo Humano 2010.
Estrategia de país: El Salvador
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Al valorar el marco de oportunidades y equi-dad de género, el país presenta rezagos que son comunes al resto de la región, especialmente en una equitativa y favorable incorporación de la mujer al mercado de trabajo y a la estructura productiva. En materia económica, la tasa neta de participación femenina en 2010 alcanzó el 42.2%, y se sitúa 15 puntos por debajo de la
participación masculina. Por otro lado, para el año 2010 se estimó que la remuneración feme-nina medida por los salarios era aproximada-mente el 85% de la masculina para posiciones y niveles de educación similares. Para finalizar, la menor participación laboral incide en que el desempleo femenino (3.6%) sea inferior al mas-culino (7.5%).
Por el lado de la educación, del total de la pobla-ción femenina el 15.7% es analfabeta, porcenta-je que contrasta con el 11.3% de los hombres. En el área urbana, la proporción de analfabe-tismo en el grupo de mujeres es del 24.6% y la de los hombres del 19.6%; en el área rural, por su parte, la tasa de analfabetismo es del 10.9% para las mujeres y el 6.3% para los hombres en el área urbana. En términos de aprobación para el ciclo básico y medio del total de población, las mujeres representan valores del 37.3% y del 6.9% respectivamente, mientras que para el ni-vel universitario, las mujeres representan un valor cercano al 4.8%, con respecto al total de la población. En ese sentido, la tarea pendiente consiste en mantener esta equiparación e incre-mento de la cobertura y calidad educativa.
Lo expresado hasta ahora coincide con la nece-sidad de contar en el país con un marco de po-líticas sociales focalizadas que permitan redu-cir desigualdades e impulsen la mejora de los índices de educación y salud, y que todo ello
coadyuve a una mejora de las condiciones de vida de la población salvadoreña, con especial énfasis en los grupos en condiciones de vulne-rabilidad.
1.2 Contexto económico
1.2.1 Sector real
En el período 2000-2010, la economía salva-doreña creció a una tasa promedio de apenas 1.9%. Durante estos años, las tasas fueron osci-lantes y el crecimiento bajo, sin lograr alcanzar el 4% aun en sus mejores años.5 Esta afirmación se hace más evidente cuando los resultados se comparan con las cifras registradas en la dé-cada anterior, período en el cual se reportaron tasas de crecimiento promedio significativa-mente superiores para casi todos los sectores económicos.
El desempeño económico en la primera mitad de la década de los noventa reflejó un dinamis-
Cuadro 1.2: Índice global de desigualdad de género
Fuente: World Economic Forum, The Global Gender Gap Report 2010, Country Profiles.
5 El Salvador no se ha caracterizado por un desempeño sostenido de crecimiento; solo en dos períodos de su historia ha logrado crecer cuatro años consecutivos a una tasa mayor al 5%. El primer episodio ocurrió entre 1964 y 1967 y el segundo episodio entre 1992 y 1995.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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mo generalizado en todos los sectores, especial-mente en aquellos relacionados a los servicios financieros y de seguros, así como a las activi-dades de construcción y comercio. La dinámica recesiva vinculada a la crisis mundial, aunada a la incertidumbre de carácter político durante 2009, conllevó a un franco deterioro de la ac-tividad económica agregada, al cerrar el año con una contracción acumulada de -3.1%. En 2010, la dinámica de evolución a la que avanzó el producto fue inferior a la de sus pares cen-troamericanos; la expansión ascendió a 1.4% y fue el neto de los ambiguos resultados que se observaron entre sus sectores productivos. Este impulso estuvo vinculado a las activida-des primarias y los servicios financieros y de seguros. Para el año 2011, el FMI estima que el crecimiento económico será del 2.5%.
Con relación al índice general de precios, El Salvador, junto con Panamá, ha sido tradicio-nalmente uno de los países con menores tasas
de inflación, ya que se ubica por debajo del pro-medio regional. En 2009, como resultado de la profundización de la crisis mundial, el índice de precios cedió a niveles mínimos históricos acumulando una ligera deflación de -0.2%, la cual se debió a la caída de la demanda agrega-da y de los precios que registraron el petróleo y las materias primas. Para el año 2010, la reani-mación de la actividad económica y el aumen-to de los precios internacionales del petróleo y otros commodities, trajeron aparejados mayo-res presiones inflacionarias. Al cierre del año, la variación del IPC fue de 2.1%, la que deri-vó principalmente de aumentos en los capítu-los de alimentos y bebidas, servicios básicos y transporte. En comparación con los otros países centroamericanos, la baja carga inflacionaria se debe en parte a la débil actividad económica. Entre tanto, la inflación del país para el año 2011, según cifras del FMI, se encontrará en tor-no al 4.2% al cierre del año.
Figura 1.1 Crecimiento del PIB e Inflación (Porcentajes)
Fuente: Banco Central de Reservas de El Salvador.
* Estimación FMI. 2011 Second Review Under the Stand-By Arrangement.
1.2.2 Sector externo
En relación con la apertura económica, El Sal-vador ciertamente aumentó sus niveles duran-te la última década. Sin embargo, este aumento debe analizarse con cautela, ya que mientras las exportaciones se mantuvieron relativamente estancadas, las importaciones se expandieron. Por un lado, mientras las exportaciones pasa-
ron del 22.4% del PIB en el año 2000 al 21.2% del PIB en 2010, las importaciones mostraron una dinámica creciente al pasar del 37.7% del PIB en el año 2000 al 40.1% en 2010. Las expor-taciones crecieron en la década cerca del 4.7% en promedio, principalmente debido a la in-dustria manufacturera y algunos productos primarios. Por su parte, el comportamiento de las importaciones estuvo sustentado en el ma-
Crecimiento del PIB Infl ación
Estrategia de país: El Salvador
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Al valorar el marco de oportunidades y equi-dad de género, el país presenta rezagos que son comunes al resto de la región, especialmente en una equitativa y favorable incorporación de la mujer al mercado de trabajo y a la estructura productiva. En materia económica, la tasa neta de participación femenina en 2010 alcanzó el 42.2%, y se sitúa 15 puntos por debajo de la
participación masculina. Por otro lado, para el año 2010 se estimó que la remuneración feme-nina medida por los salarios era aproximada-mente el 85% de la masculina para posiciones y niveles de educación similares. Para finalizar, la menor participación laboral incide en que el desempleo femenino (3.6%) sea inferior al mas-culino (7.5%).
Por el lado de la educación, del total de la pobla-ción femenina el 15.7% es analfabeta, porcenta-je que contrasta con el 11.3% de los hombres. En el área urbana, la proporción de analfabe-tismo en el grupo de mujeres es del 24.6% y la de los hombres del 19.6%; en el área rural, por su parte, la tasa de analfabetismo es del 10.9% para las mujeres y el 6.3% para los hombres en el área urbana. En términos de aprobación para el ciclo básico y medio del total de población, las mujeres representan valores del 37.3% y del 6.9% respectivamente, mientras que para el ni-vel universitario, las mujeres representan un valor cercano al 4.8%, con respecto al total de la población. En ese sentido, la tarea pendiente consiste en mantener esta equiparación e incre-mento de la cobertura y calidad educativa.
Lo expresado hasta ahora coincide con la nece-sidad de contar en el país con un marco de po-líticas sociales focalizadas que permitan redu-cir desigualdades e impulsen la mejora de los índices de educación y salud, y que todo ello
coadyuve a una mejora de las condiciones de vida de la población salvadoreña, con especial énfasis en los grupos en condiciones de vulne-rabilidad.
1.2 Contexto económico
1.2.1 Sector real
En el período 2000-2010, la economía salva-doreña creció a una tasa promedio de apenas 1.9%. Durante estos años, las tasas fueron osci-lantes y el crecimiento bajo, sin lograr alcanzar el 4% aun en sus mejores años.5 Esta afirmación se hace más evidente cuando los resultados se comparan con las cifras registradas en la dé-cada anterior, período en el cual se reportaron tasas de crecimiento promedio significativa-mente superiores para casi todos los sectores económicos.
El desempeño económico en la primera mitad de la década de los noventa reflejó un dinamis-
Cuadro 1.2: Índice global de desigualdad de género
Fuente: World Economic Forum, The Global Gender Gap Report 2010, Country Profiles.
5 El Salvador no se ha caracterizado por un desempeño sostenido de crecimiento; solo en dos períodos de su historia ha logrado crecer cuatro años consecutivos a una tasa mayor al 5%. El primer episodio ocurrió entre 1964 y 1967 y el segundo episodio entre 1992 y 1995.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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mo generalizado en todos los sectores, especial-mente en aquellos relacionados a los servicios financieros y de seguros, así como a las activi-dades de construcción y comercio. La dinámica recesiva vinculada a la crisis mundial, aunada a la incertidumbre de carácter político durante 2009, conllevó a un franco deterioro de la ac-tividad económica agregada, al cerrar el año con una contracción acumulada de -3.1%. En 2010, la dinámica de evolución a la que avanzó el producto fue inferior a la de sus pares cen-troamericanos; la expansión ascendió a 1.4% y fue el neto de los ambiguos resultados que se observaron entre sus sectores productivos. Este impulso estuvo vinculado a las activida-des primarias y los servicios financieros y de seguros. Para el año 2011, el FMI estima que el crecimiento económico será del 2.5%.
Con relación al índice general de precios, El Salvador, junto con Panamá, ha sido tradicio-nalmente uno de los países con menores tasas
de inflación, ya que se ubica por debajo del pro-medio regional. En 2009, como resultado de la profundización de la crisis mundial, el índice de precios cedió a niveles mínimos históricos acumulando una ligera deflación de -0.2%, la cual se debió a la caída de la demanda agrega-da y de los precios que registraron el petróleo y las materias primas. Para el año 2010, la reani-mación de la actividad económica y el aumen-to de los precios internacionales del petróleo y otros commodities, trajeron aparejados mayo-res presiones inflacionarias. Al cierre del año, la variación del IPC fue de 2.1%, la que deri-vó principalmente de aumentos en los capítu-los de alimentos y bebidas, servicios básicos y transporte. En comparación con los otros países centroamericanos, la baja carga inflacionaria se debe en parte a la débil actividad económica. Entre tanto, la inflación del país para el año 2011, según cifras del FMI, se encontrará en tor-no al 4.2% al cierre del año.
Figura 1.1 Crecimiento del PIB e Inflación (Porcentajes)
Fuente: Banco Central de Reservas de El Salvador.
* Estimación FMI. 2011 Second Review Under the Stand-By Arrangement.
1.2.2 Sector externo
En relación con la apertura económica, El Sal-vador ciertamente aumentó sus niveles duran-te la última década. Sin embargo, este aumento debe analizarse con cautela, ya que mientras las exportaciones se mantuvieron relativamente estancadas, las importaciones se expandieron. Por un lado, mientras las exportaciones pasa-
ron del 22.4% del PIB en el año 2000 al 21.2% del PIB en 2010, las importaciones mostraron una dinámica creciente al pasar del 37.7% del PIB en el año 2000 al 40.1% en 2010. Las expor-taciones crecieron en la década cerca del 4.7% en promedio, principalmente debido a la in-dustria manufacturera y algunos productos primarios. Por su parte, el comportamiento de las importaciones estuvo sustentado en el ma-
Crecimiento del PIB Infl ación
Estrategia de país: El Salvador
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6 Esta reforma consistió principalmente en cerrar posibles fuentes de evasión y elusión, y en menor grado en cobrar im-puestos específicos. Una de las consideradas fuentes de elusión fue la depreciación acelerada. Al impedir su uso, como efec-to no esperado o indirecto podría explicarse una menor intención de inversión de largo plazo (siendo el primero la posibi-lidad de deducción inmediata de la inversión como postula el impuesto plano). Adicionalmente, se otorgaron concesiones, entre ellas el aumento en el monto permitido de deducción de gastos en educación y salud, y se eliminaron o modificaron otras deducciones (en especial el porcentaje permitido en donaciones).
yor consumo de bienes intermedios, materias primas para la producción, así como en bienes de capital y de consumo final, lo que dio como resultado una tasa de crecimiento promedio del 6.3% para la década. El FMI estima que para el cierre del año 2011 la exportación habrá crecido un 9.5%, mientras las importaciones aumenta-rán cerca de una 11.3%.
A lo largo de la última década, los flujos de IED hacia El Salvador siguieron un patrón errático. Los años que se registraron las cifras más altas son aquellos en los cuales grupos de inversio-nistas extranjeros adquirieron empresas nacio-nales. Sin embargo, de manera similar a lo ex-perimentado por el resto de países de la región, a partir de 2008 se mostró una tendencia con-tractiva, la que en gran medida estuvo incidida por la inestabilidad de los mercados financieros internacionales, así como a un cierto grado de incertidumbre presente a nivel político. Hasta 2009, el flujo promedio de IED sirvió para cu-brir cerca de un 75.0% del déficit promedio de cuenta corriente, durante ese período. La esti-mación de la IED para año 2011 es de un 1.2% con respecto al PIB, superior al 0.4% del año anterior.
Aparte de los flujos de IED, la economía salva-doreña tuvo entradas adicionales de recursos que ayudaron a compensar las brechas de sus balances. En los últimos diez años, El Salva-dor reportó ingresos por remesas familiares superiores a los recibidos en concepto de IED (en promedio 3.0% y 15.9% del PIB, respectiva-mente). La magnitud de las remesas es tal, que supera al valor agregado de todos los sectores económicos, exceptuando el sector industria manufacturera y comercio, restaurantes y hote-les. Para el año 2011, el FMI estima que el valor de las transferencias corrientes al país será del 17.1% similar al del año 2010.
1.2.3 Sector scal
El tema fiscal en El Salvador estuvo lleno de so-bresaltos en las dos últimas décadas. Esta par-ticularidad fue determinada por diversos facto-res, entre ellos la polarización política, cambios en el sistema previsional, la presión de mayor gasto, la dificultad de aprobar préstamos en condiciones más favorables, entre otros. A par-tir de 2008, como producto de la profundiza-ción de la crisis mundial, la recaudación tribu-taria se contrajo principalmente por menores recursos de impuestos sobre ventas y derechos arancelarios a las importaciones. Por su parte, el gasto fue positivo aunque en menor escala, que en años anteriores lo cual contribuyó a re-ducir el déficit.
Otro de los puntos medulares que deben ser considerados en el estudio de la estabilidad fis-cal son los indicadores de deuda. De acuerdo con la evolución del ratio de deuda pública total al PIB, se pueden identificar cuatro momentos. Entre 2005 y 2007, esas preocupaciones fueron contrarrestadas gracias a las reformas tributa-rias negociadas en 2004.6 Finalmente, durante el período 2008-2009, el ratio de deuda al PIB se incrementó en 8.2 puntos porcentuales, princi-palmente como resultado de la crisis económi-ca y financiera, lo que puso nuevamente en tela de duda la sostenibilidad de mediano plazo. El repunte de la deuda pública total durante 2008 y 2009 tuvo sus orígenes en el incremento del gasto corriente y el pago de subsidios cada vez mayores. Debido a este panorama, aunado a la contracción de las fuentes de ingresos, el go-bierno recurrió a la contratación de deuda en el mercado doméstico como externo.
Básicamente, en 2009 todas las fuentes de ingre-so se contrajeron, sobretodo la recaudación por Impuesto al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Sobre la Renta (ISR); en contraste, las donacio-
Banco Centroamericano de Integración Económica
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7 Esos datos corresponden al promedio 2000-2009. A 2009, el peso respectivo es 48% IVA y 36% Renta.
nes ascendieron de 0.2% a 0.5% del PIB. En El Salvador, el IVA contabiliza aproximadamente el 52% de los ingresos tributarios mientras el ISR asciende a 32%.7
Finalmente, la administración actual ha traba-jado en la consecución de su Reforma Tributa-ria, la cual ha seguido la línea de los esfuerzos realizados en 2004, principalmente enfocados en evitar la defraudación y evasión de impues-tos (aumentando la fiscalización y la parte pu-nitiva). Esta iniciativa tendrá sentido en tanto se logre aumentar la base tributaria y reducir las vías de evasión; en caso contrario, dichas medidas podrían convertirse en un freno al de-sarrollo. Hacia finales de 2009, se dieron los pri-meros pasos a una reforma tributaria, por me-dio de la cual la Asamblea Legislativa aprobó el pliego de reformas fiscales propuesto por el presidente Mauricio Funes. Las reformas tribu-tarias en dicho año implicaron modificaciones a las leyes de impuesto sobre la renta, IVA, be-bidas alcohólicas, tabaco, código tributario, be-bidas gaseosas y jugos, así como la aprobación de nuevas leyes como el impuesto a la primera matrícula de vehículos y el impuesto especial al combustible.
A pesar de estos esfuerzos, durante 2010, el Go-bierno no logró impulsar los ingresos tributa-rios de una manera significativa. Por su parte, la Asociación Nacional de Empresas Privadas (ANEP), a través de la Cámara de Comercio, en su afán de contribuir con la meta de crecimien-to del 6.0% del PIB en los ingresos tributarios, decidió someter al gobierno unas 17 propues-tas encaminadas a colaborar en el manejo del déficit fiscal. El documento contenía dos rubros principales que son ahorros e ingresos, y dentro de cada uno de estos había ejes transversales como el orden, el cobro de impuestos a quienes no los pagan, transparencia y simplificación tri-butaria. Como corolario el FMI estima que el déficit fiscal para el año 2011 cerrará entorno al 3.5% del PIB; entre tanto, el nivel de deuda pública total se presume estará centrado en el 51.2% del PIB.
1.2.4 Sector monetario y nanciero
La Ley Orgánica del Banco Central de Reser-va de El Salvador, aprobada en abril de 1991, establece que “El Banco Central tendrá por ob-jeto fundamental, velar por la estabilidad de la moneda y será su finalidad esencial promover y mantener las condiciones monetarias, cam-biarias, crediticias y financieras más favorables para la estabilidad de la economía nacional”. Sin embargo, a finales del año 2000, la Asam-blea Legislativa, considerando que a efecto de incorporar efectivamente al país al proceso de integración económica mundial y preservar la estabilidad económica que propiciara condicio-nes óptimas y transparentes que facilitaran la inversión y el acceso directo a mercados inter-nacionales, decretó la Ley de Integración Mo-netaria.
Esta ley introdujo cambios estructurales en las funciones del Banco Central y el funcionamien-to del sistema de pagos a partir de su entrada en vigencia en enero de 2001. Por un lado, mo-dificó las funciones del Banco Central eliminan-do su facultad de emisor exclusivo de billetes y monedas y, por consiguiente, de ejecutor de la política monetaria del país. Por otro lado, se es-tableció el dólar estadounidense como moneda de curso legal y se estableció el tipo de cam-bio en ¢8.75 por un dólar. Adicionalmente, la entrada en vigencia de dicha ley trajo cambios drásticos en el manejo de las cuentas por parte del sistema bancario, ya que a partir de esa fe-cha, todas sus operaciones se denominaron en dólares americanos.
A la fecha, el sector bancario, en su mayoría, corresponde a capital extranjero, lo que en par-te constituyó una vulnerabilidad para la econo-mía salvadoreña. En ese sentido, durante 2009 y 2010, las políticas de colocación de crédito y manejo de liquidez obedecieron a dictados de las casas matrices en el extranjero, los cuales se focalizaron en mantener altos niveles de liqui-dez y solvencia. En otras palabras, el aporte de la banca a la reactivación económica está sien-
Estrategia de país: El Salvador
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6 Esta reforma consistió principalmente en cerrar posibles fuentes de evasión y elusión, y en menor grado en cobrar im-puestos específicos. Una de las consideradas fuentes de elusión fue la depreciación acelerada. Al impedir su uso, como efec-to no esperado o indirecto podría explicarse una menor intención de inversión de largo plazo (siendo el primero la posibi-lidad de deducción inmediata de la inversión como postula el impuesto plano). Adicionalmente, se otorgaron concesiones, entre ellas el aumento en el monto permitido de deducción de gastos en educación y salud, y se eliminaron o modificaron otras deducciones (en especial el porcentaje permitido en donaciones).
yor consumo de bienes intermedios, materias primas para la producción, así como en bienes de capital y de consumo final, lo que dio como resultado una tasa de crecimiento promedio del 6.3% para la década. El FMI estima que para el cierre del año 2011 la exportación habrá crecido un 9.5%, mientras las importaciones aumenta-rán cerca de una 11.3%.
A lo largo de la última década, los flujos de IED hacia El Salvador siguieron un patrón errático. Los años que se registraron las cifras más altas son aquellos en los cuales grupos de inversio-nistas extranjeros adquirieron empresas nacio-nales. Sin embargo, de manera similar a lo ex-perimentado por el resto de países de la región, a partir de 2008 se mostró una tendencia con-tractiva, la que en gran medida estuvo incidida por la inestabilidad de los mercados financieros internacionales, así como a un cierto grado de incertidumbre presente a nivel político. Hasta 2009, el flujo promedio de IED sirvió para cu-brir cerca de un 75.0% del déficit promedio de cuenta corriente, durante ese período. La esti-mación de la IED para año 2011 es de un 1.2% con respecto al PIB, superior al 0.4% del año anterior.
Aparte de los flujos de IED, la economía salva-doreña tuvo entradas adicionales de recursos que ayudaron a compensar las brechas de sus balances. En los últimos diez años, El Salva-dor reportó ingresos por remesas familiares superiores a los recibidos en concepto de IED (en promedio 3.0% y 15.9% del PIB, respectiva-mente). La magnitud de las remesas es tal, que supera al valor agregado de todos los sectores económicos, exceptuando el sector industria manufacturera y comercio, restaurantes y hote-les. Para el año 2011, el FMI estima que el valor de las transferencias corrientes al país será del 17.1% similar al del año 2010.
1.2.3 Sector scal
El tema fiscal en El Salvador estuvo lleno de so-bresaltos en las dos últimas décadas. Esta par-ticularidad fue determinada por diversos facto-res, entre ellos la polarización política, cambios en el sistema previsional, la presión de mayor gasto, la dificultad de aprobar préstamos en condiciones más favorables, entre otros. A par-tir de 2008, como producto de la profundiza-ción de la crisis mundial, la recaudación tribu-taria se contrajo principalmente por menores recursos de impuestos sobre ventas y derechos arancelarios a las importaciones. Por su parte, el gasto fue positivo aunque en menor escala, que en años anteriores lo cual contribuyó a re-ducir el déficit.
Otro de los puntos medulares que deben ser considerados en el estudio de la estabilidad fis-cal son los indicadores de deuda. De acuerdo con la evolución del ratio de deuda pública total al PIB, se pueden identificar cuatro momentos. Entre 2005 y 2007, esas preocupaciones fueron contrarrestadas gracias a las reformas tributa-rias negociadas en 2004.6 Finalmente, durante el período 2008-2009, el ratio de deuda al PIB se incrementó en 8.2 puntos porcentuales, princi-palmente como resultado de la crisis económi-ca y financiera, lo que puso nuevamente en tela de duda la sostenibilidad de mediano plazo. El repunte de la deuda pública total durante 2008 y 2009 tuvo sus orígenes en el incremento del gasto corriente y el pago de subsidios cada vez mayores. Debido a este panorama, aunado a la contracción de las fuentes de ingresos, el go-bierno recurrió a la contratación de deuda en el mercado doméstico como externo.
Básicamente, en 2009 todas las fuentes de ingre-so se contrajeron, sobretodo la recaudación por Impuesto al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Sobre la Renta (ISR); en contraste, las donacio-
Banco Centroamericano de Integración Económica
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7 Esos datos corresponden al promedio 2000-2009. A 2009, el peso respectivo es 48% IVA y 36% Renta.
nes ascendieron de 0.2% a 0.5% del PIB. En El Salvador, el IVA contabiliza aproximadamente el 52% de los ingresos tributarios mientras el ISR asciende a 32%.7
Finalmente, la administración actual ha traba-jado en la consecución de su Reforma Tributa-ria, la cual ha seguido la línea de los esfuerzos realizados en 2004, principalmente enfocados en evitar la defraudación y evasión de impues-tos (aumentando la fiscalización y la parte pu-nitiva). Esta iniciativa tendrá sentido en tanto se logre aumentar la base tributaria y reducir las vías de evasión; en caso contrario, dichas medidas podrían convertirse en un freno al de-sarrollo. Hacia finales de 2009, se dieron los pri-meros pasos a una reforma tributaria, por me-dio de la cual la Asamblea Legislativa aprobó el pliego de reformas fiscales propuesto por el presidente Mauricio Funes. Las reformas tribu-tarias en dicho año implicaron modificaciones a las leyes de impuesto sobre la renta, IVA, be-bidas alcohólicas, tabaco, código tributario, be-bidas gaseosas y jugos, así como la aprobación de nuevas leyes como el impuesto a la primera matrícula de vehículos y el impuesto especial al combustible.
A pesar de estos esfuerzos, durante 2010, el Go-bierno no logró impulsar los ingresos tributa-rios de una manera significativa. Por su parte, la Asociación Nacional de Empresas Privadas (ANEP), a través de la Cámara de Comercio, en su afán de contribuir con la meta de crecimien-to del 6.0% del PIB en los ingresos tributarios, decidió someter al gobierno unas 17 propues-tas encaminadas a colaborar en el manejo del déficit fiscal. El documento contenía dos rubros principales que son ahorros e ingresos, y dentro de cada uno de estos había ejes transversales como el orden, el cobro de impuestos a quienes no los pagan, transparencia y simplificación tri-butaria. Como corolario el FMI estima que el déficit fiscal para el año 2011 cerrará entorno al 3.5% del PIB; entre tanto, el nivel de deuda pública total se presume estará centrado en el 51.2% del PIB.
1.2.4 Sector monetario y nanciero
La Ley Orgánica del Banco Central de Reser-va de El Salvador, aprobada en abril de 1991, establece que “El Banco Central tendrá por ob-jeto fundamental, velar por la estabilidad de la moneda y será su finalidad esencial promover y mantener las condiciones monetarias, cam-biarias, crediticias y financieras más favorables para la estabilidad de la economía nacional”. Sin embargo, a finales del año 2000, la Asam-blea Legislativa, considerando que a efecto de incorporar efectivamente al país al proceso de integración económica mundial y preservar la estabilidad económica que propiciara condicio-nes óptimas y transparentes que facilitaran la inversión y el acceso directo a mercados inter-nacionales, decretó la Ley de Integración Mo-netaria.
Esta ley introdujo cambios estructurales en las funciones del Banco Central y el funcionamien-to del sistema de pagos a partir de su entrada en vigencia en enero de 2001. Por un lado, mo-dificó las funciones del Banco Central eliminan-do su facultad de emisor exclusivo de billetes y monedas y, por consiguiente, de ejecutor de la política monetaria del país. Por otro lado, se es-tableció el dólar estadounidense como moneda de curso legal y se estableció el tipo de cam-bio en ¢8.75 por un dólar. Adicionalmente, la entrada en vigencia de dicha ley trajo cambios drásticos en el manejo de las cuentas por parte del sistema bancario, ya que a partir de esa fe-cha, todas sus operaciones se denominaron en dólares americanos.
A la fecha, el sector bancario, en su mayoría, corresponde a capital extranjero, lo que en par-te constituyó una vulnerabilidad para la econo-mía salvadoreña. En ese sentido, durante 2009 y 2010, las políticas de colocación de crédito y manejo de liquidez obedecieron a dictados de las casas matrices en el extranjero, los cuales se focalizaron en mantener altos niveles de liqui-dez y solvencia. En otras palabras, el aporte de la banca a la reactivación económica está sien-
Estrategia de país: El Salvador
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8 Cartera Vencida-Provisiones/Capital primario, Cartera Vencida/Crédito total, Provisiones pérdida cartera/Cartera venci-da, Depósitos Totales/Crédito Total, Crédito Total/Activo Total, Gasto Administrativo anualizado/Activo total promedio, Utilidad antes de Impuesto Sobre Renta/Patrimonio Promedio (ROE), Utilidad antes ISR/Activo Total Promedio (ROA), Margen de intermediación financiera implícito.
do muy limitado. Por un lado, las colocaciones de crédito registraron a diciembre de 2010 una contracción cercana al -3.0%; con una pobre dinámica en el componente dirigido al sector privado. Mientras tanto, los depósitos tota-les continuaron creciendo aunque levemente
(1.4%). El lento desempeño de la intermedia-ción financiera es consistente con la lenta reac-tivación económica local. Podría ser que el cre-ciente deterioro en la calidad de la cartera haya provocado que los bancos sean más cautelosos en el otorgamiento de crédito.
Cuadro 1.3: Indicadores del sector financiero8
Fuente: SECMCA con base en BCR.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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Contar con una visión nacional de desarrollo para El Salvador ha sido hasta ahora un ele-mento pendiente en la agenda gubernamental, el ambiente de polarización política ha dificul-tado la posibilidad de establecer una perspecti-va de país de largo plazo y así formar una vi-sión nacional de desarrollo que sea compartida. Para subsanar tal situación, la actual adminis-tración Funes (2009-2014) ha presentado el Plan Quinquenal de Desarrollo (PQD), cuyo enfo-que primordial es la definición de un marco de trabajo integral coincidente con una visión de desarrollo del país, en la que convergen todas las necesidades antes planteadas, así como las políticas que se deberían seguir para mejorar el bienestar de los salvadoreños.
El capítulo que se presenta a continuación, de-muestra de manera muy resumida algunas ca-racterísticas de los programas de Gobierno en pasadas administraciones, y la validación en la continuidad de algunas políticas; seguido a ello se define una presentación del PQD, sus objeti-vos, particularidades y su marco institucional, finalizando con las apreciaciones sobre la im-plementación del PQD.
2.1 Programas de Gobierno, una evaluación histórica
En 1997, se creó la CND bajo el mandato del Presidente Calderón Sol. Su misión fue la de organizar un diálogo público que permitiera elaborar estrategias y proyectos de crecimien-to que contaran con un alto nivel de aceptación social para asegurar la continuidad de los mis-mos, sin importar la ideología del partido go-bernante. El resultado del proceso fueron cinco estrategias con base en las potencialidades na-cionales y características de las diferentes zo-nas del país.9 Sus proyectos más emblemáticos eran la construcción del Puerto de La Unión, el desarrollo de una ciudad-puerto y microrregio-nes, la articulación con Honduras a través de un canal seco entre el Atlántico y el Puerto de
la Unión, la construcción de la Carretera Longi-tudinal del Norte para mejorar la conectividad con Honduras y Guatemala, y la participación de la región norte en la economía nacional y la reconversión del país en un centro logístico regional. No obstante, debido a los terremotos del año 2001 se cambiaron las prioridades de inversión pública y se concentraron en la re-construcción del país, dejando a un lado las es-trategias y proyectos desarrollados por la CND.
En el año 2004, se presenta en el país el Plan de Gobierno 2004-2009 donominado Plan País Seguro que tuvo como marco de referencia tres aspiraciones alineadas con el proyecto de país desarrollado por el partido de gobierno. En el ámbito social, convertir el país en una sociedad moderna, basada en el conocimiento, con alto capital humano, integrada socialmente, con ac-ceso generalizado a la información, orientada a reducir la pobreza y a la consecución del bien común. En el ámbito económico, construir un sistema humano e incluyente, sustentado en la solidaridad, la responsabilidad social de la em-presa y la subsidiaridad estatal, que genere los ingresos necesarios para llevar mayores niveles de bienestar a todos. Y en el ámbito político, transformar el país en una sociedad tolerante y cohesiva, abierta al sano debate, participativa y libre, que aspira a altos niveles de goberna-bilidad en democracia, basados en la vigencia plena del Estado de derecho y la búsqueda per-manente de la paz social.
En el balance del cumplimiento de las metas, como parte de las promesas en las que el go-bierno tuvo un fuerte compromiso social, se crean el programa Red Solidaria, el Fosalud, el bachillerato gratuito, el Plan 2021 y la creación de la Red Megatec.10 En los compromisos para promover la competencia, se encontraba la De-fensoría del Consumidor y la Superintendencia de Competencia. En el desarrollo territorial, centro logístico y competitividad, se da la cons-trucción del Puerto de la Unión y el inicio de la
Capítulo 2: Visión nacional de desarrollo
9 Región Oriental, Puerta Centroamericana al Comercio Internacional; Región Occidental, Desarrollo del Ecoturismo Nacional y Centroamericano; Región Norte, zona de producción de servicios ambientales; Región Costera Central, Innova-ción en exportación agrícola e industrial; y Región Metropolitana, transformación del sistema vial. Fuente Plan de Nación 2004-2009.10 El Plan 2021 representa un hito en la historia de El Salvador, puesto que es un plan con visión de 15 años (se promueve con el año 2006) y que además establece los recursos necesarios para poder cumplir con las metas propuestas.
Estrategia de país: El Salvador
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8 Cartera Vencida-Provisiones/Capital primario, Cartera Vencida/Crédito total, Provisiones pérdida cartera/Cartera venci-da, Depósitos Totales/Crédito Total, Crédito Total/Activo Total, Gasto Administrativo anualizado/Activo total promedio, Utilidad antes de Impuesto Sobre Renta/Patrimonio Promedio (ROE), Utilidad antes ISR/Activo Total Promedio (ROA), Margen de intermediación financiera implícito.
do muy limitado. Por un lado, las colocaciones de crédito registraron a diciembre de 2010 una contracción cercana al -3.0%; con una pobre dinámica en el componente dirigido al sector privado. Mientras tanto, los depósitos tota-les continuaron creciendo aunque levemente
(1.4%). El lento desempeño de la intermedia-ción financiera es consistente con la lenta reac-tivación económica local. Podría ser que el cre-ciente deterioro en la calidad de la cartera haya provocado que los bancos sean más cautelosos en el otorgamiento de crédito.
Cuadro 1.3: Indicadores del sector financiero8
Fuente: SECMCA con base en BCR.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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Contar con una visión nacional de desarrollo para El Salvador ha sido hasta ahora un ele-mento pendiente en la agenda gubernamental, el ambiente de polarización política ha dificul-tado la posibilidad de establecer una perspecti-va de país de largo plazo y así formar una vi-sión nacional de desarrollo que sea compartida. Para subsanar tal situación, la actual adminis-tración Funes (2009-2014) ha presentado el Plan Quinquenal de Desarrollo (PQD), cuyo enfo-que primordial es la definición de un marco de trabajo integral coincidente con una visión de desarrollo del país, en la que convergen todas las necesidades antes planteadas, así como las políticas que se deberían seguir para mejorar el bienestar de los salvadoreños.
El capítulo que se presenta a continuación, de-muestra de manera muy resumida algunas ca-racterísticas de los programas de Gobierno en pasadas administraciones, y la validación en la continuidad de algunas políticas; seguido a ello se define una presentación del PQD, sus objeti-vos, particularidades y su marco institucional, finalizando con las apreciaciones sobre la im-plementación del PQD.
2.1 Programas de Gobierno, una evaluación histórica
En 1997, se creó la CND bajo el mandato del Presidente Calderón Sol. Su misión fue la de organizar un diálogo público que permitiera elaborar estrategias y proyectos de crecimien-to que contaran con un alto nivel de aceptación social para asegurar la continuidad de los mis-mos, sin importar la ideología del partido go-bernante. El resultado del proceso fueron cinco estrategias con base en las potencialidades na-cionales y características de las diferentes zo-nas del país.9 Sus proyectos más emblemáticos eran la construcción del Puerto de La Unión, el desarrollo de una ciudad-puerto y microrregio-nes, la articulación con Honduras a través de un canal seco entre el Atlántico y el Puerto de
la Unión, la construcción de la Carretera Longi-tudinal del Norte para mejorar la conectividad con Honduras y Guatemala, y la participación de la región norte en la economía nacional y la reconversión del país en un centro logístico regional. No obstante, debido a los terremotos del año 2001 se cambiaron las prioridades de inversión pública y se concentraron en la re-construcción del país, dejando a un lado las es-trategias y proyectos desarrollados por la CND.
En el año 2004, se presenta en el país el Plan de Gobierno 2004-2009 donominado Plan País Seguro que tuvo como marco de referencia tres aspiraciones alineadas con el proyecto de país desarrollado por el partido de gobierno. En el ámbito social, convertir el país en una sociedad moderna, basada en el conocimiento, con alto capital humano, integrada socialmente, con ac-ceso generalizado a la información, orientada a reducir la pobreza y a la consecución del bien común. En el ámbito económico, construir un sistema humano e incluyente, sustentado en la solidaridad, la responsabilidad social de la em-presa y la subsidiaridad estatal, que genere los ingresos necesarios para llevar mayores niveles de bienestar a todos. Y en el ámbito político, transformar el país en una sociedad tolerante y cohesiva, abierta al sano debate, participativa y libre, que aspira a altos niveles de goberna-bilidad en democracia, basados en la vigencia plena del Estado de derecho y la búsqueda per-manente de la paz social.
En el balance del cumplimiento de las metas, como parte de las promesas en las que el go-bierno tuvo un fuerte compromiso social, se crean el programa Red Solidaria, el Fosalud, el bachillerato gratuito, el Plan 2021 y la creación de la Red Megatec.10 En los compromisos para promover la competencia, se encontraba la De-fensoría del Consumidor y la Superintendencia de Competencia. En el desarrollo territorial, centro logístico y competitividad, se da la cons-trucción del Puerto de la Unión y el inicio de la
Capítulo 2: Visión nacional de desarrollo
9 Región Oriental, Puerta Centroamericana al Comercio Internacional; Región Occidental, Desarrollo del Ecoturismo Nacional y Centroamericano; Región Norte, zona de producción de servicios ambientales; Región Costera Central, Innova-ción en exportación agrícola e industrial; y Región Metropolitana, transformación del sistema vial. Fuente Plan de Nación 2004-2009.10 El Plan 2021 representa un hito en la historia de El Salvador, puesto que es un plan con visión de 15 años (se promueve con el año 2006) y que además establece los recursos necesarios para poder cumplir con las metas propuestas.
Estrategia de país: El Salvador
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presa El Chaparral. En el desarrollo producti-vo, la apuesta a la apertura del país al turismo y reactivación agrícola tuvo buenos resultados, tal como la aprobación que obtuvo el país de la Cuenta del Milenio y con eso poder apoyar la reactivación de la Zona Norte. Además, el re-conocimiento de la marca país El Salvador, que promueve el turismo, y el crecimiento que mos-tró el sector agrícola.
2.2 Plan Quinquenal de Desarrollo
El Plan Quinquenal de Desarrollo (PQD), for-mulado para el período de gobierno del pre-sidente Mauricio Funes, 2009-2014, establece políticas y medidas fundamentadas en una es-trategia de desarrollo a mediano y largo plazo, cuyo horizonte es el año 2024 (15 años o tres períodos de gobierno incluyendo el actual). El PQD descansa en la premisa de que debe esta-blecerse un nuevo modelo económico y social fundamentado en la democracia, con dos obje-tivos estratégicos: sentar las bases para instau-rar un nuevo modelo de crecimiento y de desa-rrollo integral, que sea sustentable e inclusivo, y profundizar y consolidar la democracia.
En el PQD aparecen nueve apuestas estratégi-cas de desarrollo para el año 2024 y diez áreas prioritarias de acción para el quinquenio 2010-2014, cuya finalidad es la de crear una visión común de país y una estrategia nacional de desarrollo compartida por los diferentes secto-res económicos y políticos del país. Las áreas prioritarias van desde la reducción significativa y verificable de la pobreza, la desigualdad eco-nómica y de género y la exclusión social, hasta la creación de las bases de un modelo de creci-miento y de desarrollo integral, la ampliación y el fortalecimiento de la base empresarial y la reconstitución del tejido productivo; la promo-ción de la integración política, geoestratégica, económica, social y cultural de Centroamérica, para mencionar algunas.
El plan de acción desarrollado para impactar las áreas de prioridad del quinquenio y lograr los objetivos y metas establecidos en el PQD está basado en 6 instrumentos11 principales: el Sistema de Protección Social Universal (SPSU) y las políticas sociales estratégicas, el Sistema Financiero de Fomento para el Desarrollo, las políticas públicas macroeconómicas y secto-riales, la estrategia de desarrollo productivo, las políticas de seguridad, de convivencia de-mocrática y de proyección internacional, y la inversión pública en programas y proyectos estratégicos.
Para asegurar que el PQD se ejecute efectiva-mente en los plazos pautados y lograr los resul-tados establecidos, el gobierno creó el Sistema de Coordinación, Seguimiento y Evaluación del PQD, que es coordinado por la Secretaría Técnica de la Presidencia. El sistema se basa en tres premisas: la coordinación interinstitu-cional es indispensable para una implemen-tación eficiente; la participación ciudadana es fundamental en todas las fases del proceso de elaboración, implementación y evaluación de políticas públicas; y la rendición de cuentas es un elemento fundamental de la gestión públi-ca. Asimismo, así se estableció un sistema de seguimiento y evaluación periódica de resulta-dos y proyectos de inversión, así como un sis-tema de reportes del grado de avance del PQD. Además, se solicitó al CES que lleve a cabo su propio seguimiento y evaluación del PQD, de forma que pueda informar al país de los avan-ces y que formule recomendaciones para el lo-gro de las metas.
En términos generales, el PQD se identifica como un punto histórico en el país, y a partir de eso se presenta una serie de aspiraciones y metas que ayudarían a llevar al país a una ruta del desarrollo. Es un programa muy bien articulado, que cumple acertadamente con la presentación del menú de proyectos que deben realizarse para cumplir los objetivos. Así como
11 Cada uno de estos instrumentos considera de manera transversal los temas de género, inclusión social, Mipyme, participación ciuda-dana y reformas del Estado. Es de gran importancia para el gobierno actual el tema de reducción de las brechas de género y el combate de la violencia contra la mujer, por lo que estableció el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer como ente ejecutor de la Política Nacional de la Mujer, que tiene la fi nalidad de potenciar el desarrollo de las mujeres en todos los espacios de la sociedad en condiciones de equidad y de igualdad.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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que cada proyecto tenga estipulado el monto necesario para realizarlo y a la par, el monto que ya está disponible junto a la brecha de fi-nanciamiento No obstante lo antes menciona-do, el logro de las metas del PQD está sujeto de manera directa con la capacidad de ejecución que presentan los diferentes ministerios e insti-tuciones autónomas para realizar los proyectos propuestos, elemento que puede incidir en el buen suceso de las metas antes mencionadas y de la coordinación y capacidad de llegar a acuerdos en el mismo gobierno.
Por otro lado, respecto a las metas, una apre-ciación general es el escepticismo de lograr un
crecimiento del 4% y en particular una carga tributaria del 17% para el año 2015. Un posible escenario de bajo crecimiento haría más lejano el cumplimiento de los esfuerzos previstos en el acuerdo con el FMI de bajar el déficit fiscal al PIB y deuda pública al PIB. En tal sentido, una potencial mejora para la institucionalidad del país es que alguna institución creíble y respeta-da asuma la labor de un observatorio del cum-plimiento de las promesas de los programas de gobierno. Esa labor ya aparece considerada en el mismo PQD con la creación del Sistema de Coordinación, Seguimiento y Evaluación. No obstante sería más transparente que sea una institución externa la que cumpla esa función.
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presa El Chaparral. En el desarrollo producti-vo, la apuesta a la apertura del país al turismo y reactivación agrícola tuvo buenos resultados, tal como la aprobación que obtuvo el país de la Cuenta del Milenio y con eso poder apoyar la reactivación de la Zona Norte. Además, el re-conocimiento de la marca país El Salvador, que promueve el turismo, y el crecimiento que mos-tró el sector agrícola.
2.2 Plan Quinquenal de Desarrollo
El Plan Quinquenal de Desarrollo (PQD), for-mulado para el período de gobierno del pre-sidente Mauricio Funes, 2009-2014, establece políticas y medidas fundamentadas en una es-trategia de desarrollo a mediano y largo plazo, cuyo horizonte es el año 2024 (15 años o tres períodos de gobierno incluyendo el actual). El PQD descansa en la premisa de que debe esta-blecerse un nuevo modelo económico y social fundamentado en la democracia, con dos obje-tivos estratégicos: sentar las bases para instau-rar un nuevo modelo de crecimiento y de desa-rrollo integral, que sea sustentable e inclusivo, y profundizar y consolidar la democracia.
En el PQD aparecen nueve apuestas estratégi-cas de desarrollo para el año 2024 y diez áreas prioritarias de acción para el quinquenio 2010-2014, cuya finalidad es la de crear una visión común de país y una estrategia nacional de desarrollo compartida por los diferentes secto-res económicos y políticos del país. Las áreas prioritarias van desde la reducción significativa y verificable de la pobreza, la desigualdad eco-nómica y de género y la exclusión social, hasta la creación de las bases de un modelo de creci-miento y de desarrollo integral, la ampliación y el fortalecimiento de la base empresarial y la reconstitución del tejido productivo; la promo-ción de la integración política, geoestratégica, económica, social y cultural de Centroamérica, para mencionar algunas.
El plan de acción desarrollado para impactar las áreas de prioridad del quinquenio y lograr los objetivos y metas establecidos en el PQD está basado en 6 instrumentos11 principales: el Sistema de Protección Social Universal (SPSU) y las políticas sociales estratégicas, el Sistema Financiero de Fomento para el Desarrollo, las políticas públicas macroeconómicas y secto-riales, la estrategia de desarrollo productivo, las políticas de seguridad, de convivencia de-mocrática y de proyección internacional, y la inversión pública en programas y proyectos estratégicos.
Para asegurar que el PQD se ejecute efectiva-mente en los plazos pautados y lograr los resul-tados establecidos, el gobierno creó el Sistema de Coordinación, Seguimiento y Evaluación del PQD, que es coordinado por la Secretaría Técnica de la Presidencia. El sistema se basa en tres premisas: la coordinación interinstitu-cional es indispensable para una implemen-tación eficiente; la participación ciudadana es fundamental en todas las fases del proceso de elaboración, implementación y evaluación de políticas públicas; y la rendición de cuentas es un elemento fundamental de la gestión públi-ca. Asimismo, así se estableció un sistema de seguimiento y evaluación periódica de resulta-dos y proyectos de inversión, así como un sis-tema de reportes del grado de avance del PQD. Además, se solicitó al CES que lleve a cabo su propio seguimiento y evaluación del PQD, de forma que pueda informar al país de los avan-ces y que formule recomendaciones para el lo-gro de las metas.
En términos generales, el PQD se identifica como un punto histórico en el país, y a partir de eso se presenta una serie de aspiraciones y metas que ayudarían a llevar al país a una ruta del desarrollo. Es un programa muy bien articulado, que cumple acertadamente con la presentación del menú de proyectos que deben realizarse para cumplir los objetivos. Así como
11 Cada uno de estos instrumentos considera de manera transversal los temas de género, inclusión social, Mipyme, participación ciuda-dana y reformas del Estado. Es de gran importancia para el gobierno actual el tema de reducción de las brechas de género y el combate de la violencia contra la mujer, por lo que estableció el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer como ente ejecutor de la Política Nacional de la Mujer, que tiene la fi nalidad de potenciar el desarrollo de las mujeres en todos los espacios de la sociedad en condiciones de equidad y de igualdad.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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que cada proyecto tenga estipulado el monto necesario para realizarlo y a la par, el monto que ya está disponible junto a la brecha de fi-nanciamiento No obstante lo antes menciona-do, el logro de las metas del PQD está sujeto de manera directa con la capacidad de ejecución que presentan los diferentes ministerios e insti-tuciones autónomas para realizar los proyectos propuestos, elemento que puede incidir en el buen suceso de las metas antes mencionadas y de la coordinación y capacidad de llegar a acuerdos en el mismo gobierno.
Por otro lado, respecto a las metas, una apre-ciación general es el escepticismo de lograr un
crecimiento del 4% y en particular una carga tributaria del 17% para el año 2015. Un posible escenario de bajo crecimiento haría más lejano el cumplimiento de los esfuerzos previstos en el acuerdo con el FMI de bajar el déficit fiscal al PIB y deuda pública al PIB. En tal sentido, una potencial mejora para la institucionalidad del país es que alguna institución creíble y respeta-da asuma la labor de un observatorio del cum-plimiento de las promesas de los programas de gobierno. Esa labor ya aparece considerada en el mismo PQD con la creación del Sistema de Coordinación, Seguimiento y Evaluación. No obstante sería más transparente que sea una institución externa la que cumpla esa función.
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Capítulo 3: La experiencia de la banca de desarrollo y del BCIE en El Salvador
La cooperación internacional es un elemento clave de la política internacional y de la co-hesión de los países, gobiernos y pueblos. La misma fue de considerable importancia para el desarrollo político, económico y social del país, pues mediante el aprovechamiento de los recursos que proporciona se lograron elevar ca-pacidades y generar progreso para El Salvador. Este capítulo presenta información que permite entender la evolución de la banca de desarrollo durante los últimos años en el país, con énfasis en el rol jugado por el BCIE. Este análisis iden-tifica la posición de El Salvador ante la coope-ración internacional y reconoce los esfuerzos realizados por esta para insertar al país en un mundo cada vez más interdependiente.
La secuencia de este capítulo es la siguiente. Al inicio, se puntualiza la participación de la banca de desarrollo y seguidamente se detalla el financiamiento brindado por el banco al país a través de un análisis de la evolución de sus aprobaciones y desembolsos desde el año 2001 a la fecha. Luego, se clasifican las aprobaciones por área programática (sector público o priva-do, sector financiero o no financiero) junto con el detalle de los volúmenes de preinversión y cooperación técnica otorgados.
3.1 Contexto de la banca de desarrollo en El Salvador
En los últimos años, la utilización de la coope-ración internacional en El Salvador se ha enfo-cado a responder a una gama de prioridades e intereses por medio de diferentes modalidades y actores, con el fin de impulsar el desarrollo sostenible e integral en el país. La implemen-tación de proyectos e iniciativas en programas gubernamentales, con el apoyo y seguimiento internacional, trajo efectos positivos en diferen-tes áreas de interés en el país, como educación, salud, medio ambiente, ciencia y tecnología, entre otras, así como durante las emergencias por desastres naturales y su etapa de recons-trucción.
Para el año 2009, los saldos de la deuda catego-rizados por las cuentas con los acreedores bila-terales en un contexto de sector público no fi-nanciero, muestran a Japón con el mayor saldo de cartera con un valor cercano a los US$316.0 millones, monto que representa el 48.4%; se-guidamente se encuentra Alemania a través de KFW con saldo aproximado a diciembre de ese año de US$37.0 millones o un 20.0% sobre el total. Los restantes US$199.0 millones se distri-buyen entre el PL 480 con cerca del 19.0% y el resto con valores que rondan el 12.0% del total.
Fuente: Memoria de Labores, Ministerio de Hacienda de El Salvador.
Cuadro 3.1 Saldo de la deuda de la cooperación bilateral 2099Millones de US$
Cooperante 2009 % deParticipación
Saldo % PIB
Banco Centroamericano de Integración Económica
20
Entre los saldos de cartera correspondientes a los cooperantes multilaterales, la lista está en-cabezada por el BID con un valor cercano a los US$1,989.0 millones, que representan cerca del 66% del total de los saldos de deuda observa-dos para el año 2009; le siguen el BIRF con un valor cercano a los US$570.0 millones que re-presentan el 19.0% del total. En relación con la participación del BCIE en los saldos de cartera del país, en el año 2009 el monto estimado fue
de US$379.0 millones o un 12.7% del total. No obstante, es importante destacar que la entidad financió en El Salvador un par de proyectos de generación eléctrica,12 así como la compra de deuda de El Salvador (LETES) con un monto aproximado de US$49.0 millones y US$150.0 millones respectivamente, con lo que los saldos de cartera del país con el BCIE para el año men-cionado fueron cercanos a los US$577.0 millo-nes.
3.2 El BCIE en El Salvador
Desde 2001 hasta el cierre de 201013, el Banco aprobó un monto de US$2,270.0 millones a la República de El Salvador. Tradicionalmente, la política del Banco en el país se ha caracte-rizado por apoyar iniciativas que contribuyan a dinamizar su vocación productiva, mejoran-do sus niveles de productividad y eficiencia y permitiéndole un mayor acceso comercial con
el resto del mundo14 mediante la diversificación productiva y el desarrollo de su capacidad ex-portadora.
Durante dicho período, el mayor impacto de los proyectos financiados se concentra en el sec-tor público (80% del total de las aprobaciones): la mayor parte de estos apuntan al impulso de los procesos de competitividad y reducción de la pobreza en el país, e incluyen iniciativas
Cuadro 3.2 Saldo de la deuda de la cooperación multilateral 2009 Millones de US$
Fuente: Memoria de Labores, Ministerio de Hacienda de El Salvador.
12 Los proyectos a los que se hace referencia son Inversiones Energéticas, segunda fase de la Central Térmica Talnique por US$48.8 millones y apoyo a la CEL por cerca de US$159 mil.13 Para 2010, se incluyeron las proyecciones al cierre del año realizadas por el Departamento de Control de Negocios y Mercados del BCIE. 14 Se han hecho esfuerzos considerables por promover una mayor capacidad competitiva al sector productivo del país ante los retos que representa la apertura externa, especialmente el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Estrategia de país: El Salvador
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Capítulo 3: La experiencia de la banca de desarrollo y del BCIE en El Salvador
La cooperación internacional es un elemento clave de la política internacional y de la co-hesión de los países, gobiernos y pueblos. La misma fue de considerable importancia para el desarrollo político, económico y social del país, pues mediante el aprovechamiento de los recursos que proporciona se lograron elevar ca-pacidades y generar progreso para El Salvador. Este capítulo presenta información que permite entender la evolución de la banca de desarrollo durante los últimos años en el país, con énfasis en el rol jugado por el BCIE. Este análisis iden-tifica la posición de El Salvador ante la coope-ración internacional y reconoce los esfuerzos realizados por esta para insertar al país en un mundo cada vez más interdependiente.
La secuencia de este capítulo es la siguiente. Al inicio, se puntualiza la participación de la banca de desarrollo y seguidamente se detalla el financiamiento brindado por el banco al país a través de un análisis de la evolución de sus aprobaciones y desembolsos desde el año 2001 a la fecha. Luego, se clasifican las aprobaciones por área programática (sector público o priva-do, sector financiero o no financiero) junto con el detalle de los volúmenes de preinversión y cooperación técnica otorgados.
3.1 Contexto de la banca de desarrollo en El Salvador
En los últimos años, la utilización de la coope-ración internacional en El Salvador se ha enfo-cado a responder a una gama de prioridades e intereses por medio de diferentes modalidades y actores, con el fin de impulsar el desarrollo sostenible e integral en el país. La implemen-tación de proyectos e iniciativas en programas gubernamentales, con el apoyo y seguimiento internacional, trajo efectos positivos en diferen-tes áreas de interés en el país, como educación, salud, medio ambiente, ciencia y tecnología, entre otras, así como durante las emergencias por desastres naturales y su etapa de recons-trucción.
Para el año 2009, los saldos de la deuda catego-rizados por las cuentas con los acreedores bila-terales en un contexto de sector público no fi-nanciero, muestran a Japón con el mayor saldo de cartera con un valor cercano a los US$316.0 millones, monto que representa el 48.4%; se-guidamente se encuentra Alemania a través de KFW con saldo aproximado a diciembre de ese año de US$37.0 millones o un 20.0% sobre el total. Los restantes US$199.0 millones se distri-buyen entre el PL 480 con cerca del 19.0% y el resto con valores que rondan el 12.0% del total.
Fuente: Memoria de Labores, Ministerio de Hacienda de El Salvador.
Cuadro 3.1 Saldo de la deuda de la cooperación bilateral 2099Millones de US$
Cooperante 2009 % deParticipación
Saldo % PIB
Banco Centroamericano de Integración Económica
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Entre los saldos de cartera correspondientes a los cooperantes multilaterales, la lista está en-cabezada por el BID con un valor cercano a los US$1,989.0 millones, que representan cerca del 66% del total de los saldos de deuda observa-dos para el año 2009; le siguen el BIRF con un valor cercano a los US$570.0 millones que re-presentan el 19.0% del total. En relación con la participación del BCIE en los saldos de cartera del país, en el año 2009 el monto estimado fue
de US$379.0 millones o un 12.7% del total. No obstante, es importante destacar que la entidad financió en El Salvador un par de proyectos de generación eléctrica,12 así como la compra de deuda de El Salvador (LETES) con un monto aproximado de US$49.0 millones y US$150.0 millones respectivamente, con lo que los saldos de cartera del país con el BCIE para el año men-cionado fueron cercanos a los US$577.0 millo-nes.
3.2 El BCIE en El Salvador
Desde 2001 hasta el cierre de 201013, el Banco aprobó un monto de US$2,270.0 millones a la República de El Salvador. Tradicionalmente, la política del Banco en el país se ha caracte-rizado por apoyar iniciativas que contribuyan a dinamizar su vocación productiva, mejoran-do sus niveles de productividad y eficiencia y permitiéndole un mayor acceso comercial con
el resto del mundo14 mediante la diversificación productiva y el desarrollo de su capacidad ex-portadora.
Durante dicho período, el mayor impacto de los proyectos financiados se concentra en el sec-tor público (80% del total de las aprobaciones): la mayor parte de estos apuntan al impulso de los procesos de competitividad y reducción de la pobreza en el país, e incluyen iniciativas
Cuadro 3.2 Saldo de la deuda de la cooperación multilateral 2009 Millones de US$
Fuente: Memoria de Labores, Ministerio de Hacienda de El Salvador.
12 Los proyectos a los que se hace referencia son Inversiones Energéticas, segunda fase de la Central Térmica Talnique por US$48.8 millones y apoyo a la CEL por cerca de US$159 mil.13 Para 2010, se incluyeron las proyecciones al cierre del año realizadas por el Departamento de Control de Negocios y Mercados del BCIE. 14 Se han hecho esfuerzos considerables por promover una mayor capacidad competitiva al sector productivo del país ante los retos que representa la apertura externa, especialmente el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Estrategia de país: El Salvador
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importantes en temáticas como generación de energía renovable y electrificación rural, forta-lecimiento de la infraestructura vial y mejora de las telecomunicaciones, así como el apoyo al desarrollo de proyectos de vivienda social (Fonavipo), entre otras. Adicionalmente, se han costeado proyectos y se ha brindado apoyo al fortalecimiento de los sectores productivos, con énfasis en años recientes en la generación de nuevas líneas de crédito otorgadas para la intermediación financiera orientada para aten-der a las micro, pequeñas y medianas empre-sas. Por otro lado, se ha apoyado considerable-mente al sector financiero público y privado del país (es decir, intermediación financiera). Dentro de los principales beneficiarios de este apoyo se encuentra el Banco Central de Reser-va de El Salvador, se brindó apoyo al Gobier-no mediante una compra de Letras del Tesoro Público (LETES) y se han apoyado los sectores productivos mediante proyectos e iniciativas tanto públicas como privadas. Dentro de estas pueden mencionarse el apoyo brindado al Ban-co de Comercio, al Banco Multilateral de Inver-siones y a Fedecrédito, entre otros.
De forma puntual es adecuado mencionar pro-yectos emblemáticos del BCIE destacando en el sector publico: el Proyecto de expansión de la Central Hidroeléctrica “5 de Noviembre” por 80.0 MW, Línea de Crédito Revolvente para
Programa Casa para Todos (U$70.0 millones), Construcción del Proyecto “Boulevard Diego de Holguín Santa Tecla, Tramo II” (US$18.3 mi-llones), Programa de Apoyo a la Educación y Seguridad Pública, Obras Rurales y Mitigación de Riesgos (Multisectorial) (US$143.4 millo-nes), Fideicomiso Inversiones Corporación Sal-vadoreña (Fincorsa), adquisición de títulos va-lores (US$150 millones). Entre tanto, a nivel del sector privado: CS Central América, amplia-ción de la planta productora de hilo sintético (US$6.0 millones) (29 de abril de 2008), Pette-nati Centroamérica, construcción de una planta textil (US$6.0 millones) (1 de abril de 2008) y CrediQ, S.A. de C.V. Intermediación financiera (US$13.0 millones) (27 de septiembre de 2007) son los más representativos.
Por otro lado, en términos de los desembolsos (entre el período 2001 -2010), el monto ascien-de a un valor cercano a los US$3,431.4 millones correspondientes a proyectos y programas en atención a las prioridades del gobierno. Estos recursos se han destinado principalmente a los sectores productivos del país y al financiamien-to de iniciativas en sectores como industria, in-fraestructura social y productiva (obras como vías suburbanas y caminos rurales, telecomu-nicaciones, vivienda y servicios sociales, por ejemplo) y energía (hidroeléctrica y termoeléc-trica), entre otros.
Figura 3.1 Evolución de las aprobaciones netas y desembolsos del BCIE en El Salvador (Miles de dólares)
Fuente: Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). e: estimación preliminar a septiembre de 2010.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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3.3 Lecciones aprendidas
En El Salvador, el BCIE es reconocido como una institución de referencia para el financiamiento de proyectos de infraestructura, así como accio-nes orientadas al apoyo sector energético. En términos generales, el BCIE es valorado de for-ma positiva especialmente por la cercanía que tiene con sus acreedores y los plazos ofrecidos en su financiación en relación con otros orga-nismos crediticios.
No obstante, en el pasado reciente, la entidad dedicó un importante esfuerzo a ser un Ban-co que busca altos índices de rentabilidad, si-tuación que es coherente con los márgenes de sostenibilidad que toda institución financiera debe tener, pero que en el límite ha incidido en la verdadera misión de la entidad, ya que esta fue concebida como un Banco de integración y desarrollo, y no tanto una entidad de índole lucrativa y comercial. Por otro lado, es impor-tante mencionar que en términos de competiti-vidad, el costo financiero del Banco es superior si este es comparado de forma directa con el de los demás multilaterales, volviéndose con ello un recurso de alto costo para el país.
A lo anterior se añade que los contratos defi-nidos por la entidad, en algunos casos, suelen ser extremadamente complejos, y en otros, la negociación de los créditos se dificulta debido a las condiciones previas para los desembol-sos. Por otro lado, existe cierta deficiencia en los sistemas de comunicaciones asociados con los procesos de aprobación de financiamiento y los requerimientos especialmente con el sector público. Aunado a ello, la aparente retirada del Banco por sus límites en la expansión de carte-ra, junto con el exceso de liquidez que reporta el país, y la entrada de banca y fondos de in-versión internacionales, ha visto disminuido el posicionamiento del BCIE.
Otro elemento de incidencia es la insuficiente atención en la preparación de nuevas opera-ciones especialmente a las unidades ejecutoras, controles internos y la propia administración financiera, incidiendo de forma directa en la operatividad y eficiencia de las actividades en
el país. Asimismo, en el pasado, las operacio-nes del Banco no han contado con indicadores y líneas base que permitan medir en forma ade-cuada el impacto y los resultados de la opera-ción, especialmente durante su desarrollo, así como en su finalización, configurando análisis cuyos resultados pudieran haber minimizado los efectos directos sobre los beneficiarios y los impactos indirectos de los resultados alcanza-dos.
Es válido apuntar que la claridad de la visión estratégica del Banco no es percibida por parte de los agentes, sobre todo en el sector priva-do, lo que provoca una negociación de apoyos puntuales, con lo que las contrapartes privadas no pueden tener certeza del compromiso de la Institución en futuras fases o etapas del pro-yecto, y tampoco puede asegurar su presencia a medio plazo en las actividades programadas.
Las experiencias enunciadas han constituido una oportunidad para que el BCIE pueda me-jorar su capacidad de atención y cobertura al país. En ese sentido, el Banco ha planteado su Estrategia Institucional 2010-2014, en donde es-tima que la entidad retoma la visión y misión planteada en sus orígenes, y clarifica que para lograr una mayor incidencia sus intervenciones se enmarcan en torno a tres ejes: el desarrollo social, la competitividad y la integración de los países, retomando la característica fundamen-tal que concibe un Banco de desarrollo.
El BCIE está al tanto de que es fundamental la reducción de los costos de tramitación, aproba-ción, carga administrativa y de los costos aso-ciados al proyecto (comisión de compromiso o comisión por supervisión), así como de los elementos vinculados a una mejor focaliza-ción hacia el sector para consolidar la corres-ponsabilidad de la contraparte privada. En tal sentido, la entidad desarrollará esfuerzos para mejorar su nivel de competitividad a través de la implementación de políticas orientadas a la reducción de los costos mencionados.
Dada la cierta complejidad de los procesos vinculados con el desarrollo de los proyectos y los requerimiento definidos por parte de la
Estrategia de país: El Salvador
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importantes en temáticas como generación de energía renovable y electrificación rural, forta-lecimiento de la infraestructura vial y mejora de las telecomunicaciones, así como el apoyo al desarrollo de proyectos de vivienda social (Fonavipo), entre otras. Adicionalmente, se han costeado proyectos y se ha brindado apoyo al fortalecimiento de los sectores productivos, con énfasis en años recientes en la generación de nuevas líneas de crédito otorgadas para la intermediación financiera orientada para aten-der a las micro, pequeñas y medianas empre-sas. Por otro lado, se ha apoyado considerable-mente al sector financiero público y privado del país (es decir, intermediación financiera). Dentro de los principales beneficiarios de este apoyo se encuentra el Banco Central de Reser-va de El Salvador, se brindó apoyo al Gobier-no mediante una compra de Letras del Tesoro Público (LETES) y se han apoyado los sectores productivos mediante proyectos e iniciativas tanto públicas como privadas. Dentro de estas pueden mencionarse el apoyo brindado al Ban-co de Comercio, al Banco Multilateral de Inver-siones y a Fedecrédito, entre otros.
De forma puntual es adecuado mencionar pro-yectos emblemáticos del BCIE destacando en el sector publico: el Proyecto de expansión de la Central Hidroeléctrica “5 de Noviembre” por 80.0 MW, Línea de Crédito Revolvente para
Programa Casa para Todos (U$70.0 millones), Construcción del Proyecto “Boulevard Diego de Holguín Santa Tecla, Tramo II” (US$18.3 mi-llones), Programa de Apoyo a la Educación y Seguridad Pública, Obras Rurales y Mitigación de Riesgos (Multisectorial) (US$143.4 millo-nes), Fideicomiso Inversiones Corporación Sal-vadoreña (Fincorsa), adquisición de títulos va-lores (US$150 millones). Entre tanto, a nivel del sector privado: CS Central América, amplia-ción de la planta productora de hilo sintético (US$6.0 millones) (29 de abril de 2008), Pette-nati Centroamérica, construcción de una planta textil (US$6.0 millones) (1 de abril de 2008) y CrediQ, S.A. de C.V. Intermediación financiera (US$13.0 millones) (27 de septiembre de 2007) son los más representativos.
Por otro lado, en términos de los desembolsos (entre el período 2001 -2010), el monto ascien-de a un valor cercano a los US$3,431.4 millones correspondientes a proyectos y programas en atención a las prioridades del gobierno. Estos recursos se han destinado principalmente a los sectores productivos del país y al financiamien-to de iniciativas en sectores como industria, in-fraestructura social y productiva (obras como vías suburbanas y caminos rurales, telecomu-nicaciones, vivienda y servicios sociales, por ejemplo) y energía (hidroeléctrica y termoeléc-trica), entre otros.
Figura 3.1 Evolución de las aprobaciones netas y desembolsos del BCIE en El Salvador (Miles de dólares)
Fuente: Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). e: estimación preliminar a septiembre de 2010.
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3.3 Lecciones aprendidas
En El Salvador, el BCIE es reconocido como una institución de referencia para el financiamiento de proyectos de infraestructura, así como accio-nes orientadas al apoyo sector energético. En términos generales, el BCIE es valorado de for-ma positiva especialmente por la cercanía que tiene con sus acreedores y los plazos ofrecidos en su financiación en relación con otros orga-nismos crediticios.
No obstante, en el pasado reciente, la entidad dedicó un importante esfuerzo a ser un Ban-co que busca altos índices de rentabilidad, si-tuación que es coherente con los márgenes de sostenibilidad que toda institución financiera debe tener, pero que en el límite ha incidido en la verdadera misión de la entidad, ya que esta fue concebida como un Banco de integración y desarrollo, y no tanto una entidad de índole lucrativa y comercial. Por otro lado, es impor-tante mencionar que en términos de competiti-vidad, el costo financiero del Banco es superior si este es comparado de forma directa con el de los demás multilaterales, volviéndose con ello un recurso de alto costo para el país.
A lo anterior se añade que los contratos defi-nidos por la entidad, en algunos casos, suelen ser extremadamente complejos, y en otros, la negociación de los créditos se dificulta debido a las condiciones previas para los desembol-sos. Por otro lado, existe cierta deficiencia en los sistemas de comunicaciones asociados con los procesos de aprobación de financiamiento y los requerimientos especialmente con el sector público. Aunado a ello, la aparente retirada del Banco por sus límites en la expansión de carte-ra, junto con el exceso de liquidez que reporta el país, y la entrada de banca y fondos de in-versión internacionales, ha visto disminuido el posicionamiento del BCIE.
Otro elemento de incidencia es la insuficiente atención en la preparación de nuevas opera-ciones especialmente a las unidades ejecutoras, controles internos y la propia administración financiera, incidiendo de forma directa en la operatividad y eficiencia de las actividades en
el país. Asimismo, en el pasado, las operacio-nes del Banco no han contado con indicadores y líneas base que permitan medir en forma ade-cuada el impacto y los resultados de la opera-ción, especialmente durante su desarrollo, así como en su finalización, configurando análisis cuyos resultados pudieran haber minimizado los efectos directos sobre los beneficiarios y los impactos indirectos de los resultados alcanza-dos.
Es válido apuntar que la claridad de la visión estratégica del Banco no es percibida por parte de los agentes, sobre todo en el sector priva-do, lo que provoca una negociación de apoyos puntuales, con lo que las contrapartes privadas no pueden tener certeza del compromiso de la Institución en futuras fases o etapas del pro-yecto, y tampoco puede asegurar su presencia a medio plazo en las actividades programadas.
Las experiencias enunciadas han constituido una oportunidad para que el BCIE pueda me-jorar su capacidad de atención y cobertura al país. En ese sentido, el Banco ha planteado su Estrategia Institucional 2010-2014, en donde es-tima que la entidad retoma la visión y misión planteada en sus orígenes, y clarifica que para lograr una mayor incidencia sus intervenciones se enmarcan en torno a tres ejes: el desarrollo social, la competitividad y la integración de los países, retomando la característica fundamen-tal que concibe un Banco de desarrollo.
El BCIE está al tanto de que es fundamental la reducción de los costos de tramitación, aproba-ción, carga administrativa y de los costos aso-ciados al proyecto (comisión de compromiso o comisión por supervisión), así como de los elementos vinculados a una mejor focaliza-ción hacia el sector para consolidar la corres-ponsabilidad de la contraparte privada. En tal sentido, la entidad desarrollará esfuerzos para mejorar su nivel de competitividad a través de la implementación de políticas orientadas a la reducción de los costos mencionados.
Dada la cierta complejidad de los procesos vinculados con el desarrollo de los proyectos y los requerimiento definidos por parte de la
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entidad, el Banco se compromete a acompañar a los actores involucrados, de manera que se pueda, además de garantizar una mayor estan-darización en los procesos, obtener una mejoría en la propia formulación, así como en las eva-luaciones y demás actividades relacionadas. Asimismo, el BCIE dará un acompañamiento en la generación de propuestas de crédito, con personal capacitado y conocedor del sector al que se le esté brindando la asistencia, junto con la creación de productos financieros que incor-poren las características particulares que el país posee y que se enmarquen en las áreas de foca-lización priorizadas.
La necesaria focalización del Banco en los sec-tores hace necesario el uso de esquemas en los que se consolide la corresponsabilidad de la contraparte privada, aprovechando los me-canismos de asociación público-privados. En ese sentido, el BCIE proveerá un mejor diseño de los proyectos, así como la optimación de su impacto social; se buscará la reducción del ta-maño mínimo estructural de operaciones po-tencialmente atendibles, en la medida que eso fuera posible, dada la naturaleza del Banco; y se reforzará su cercanía y comprensión de las realidades sectoriales. Con lo antes expresado, el Banco orientará sus esfuerzos a la diversifica-ción sectorial de su portafolio y buscará estruc-turas de cofinanciamiento que permitan una mayor diversificación de riesgo.
El BCIE, a su vez, establece como condición básica una política orientada al reforzamiento de sus líneas intermediadas, sistematizando su uso y facilitando la compilación de la informa-ción. A pesar de ello, el país cuenta con un ex-ceso de liquidez, con lo que el uso de la ventana de fondos intermediados que la entidad ofrece al sector financiero puede ser menos atractivo. Desde esta perspectiva, las posibilidades de in-tervención por parte de la entidad en el sistema financiero son bastante limitadas; no obstante, el Banco puede orientarse a iniciativas con un importante potencial de impacto, susceptibles de ser financiadas directamente, que puedan satisfacer de mejor forma las necesidades de sectores productivos.
Para finalizar, el Banco, para certificar el ade-cuado desempeño de las operaciones en el país, ha dado inicio a la utilización de su Sistema de Evaluación de Impacto en el Desarrollo (SEID), el cual se operativiza, entre otros, a través del Índice BCIE de Impacto en el Desarrollo (I-BCIE) y de la Matriz de Medición del Aporte Institucional a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El BCIE cuenta con el marco de evaluación de las Estrategias de País, cuyo objetivo es medir su grado de avance (grado de implementación) y generar lecciones aprendi-das que contribuyan a una mejor materializa-ción de los resultados de desarrollo buscados por el Banco en el país, respondiendo de mane-ra consistente a la necesidad de contar con ins-trumentos de evaluación sólidos y de amplio espectro.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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Las particularidades que atañen al país en la actualidad hacen de la intervención del BCIE un reto. Entre estas razones se pueden men-cionar el especial momento político dada la transición de gobierno, la creciente anuencia de otros organismos multilaterales de otorgar financiamiento al país (junto al incremento de la cooperación no reembolsable), un problema de baja capacidad de ejecución en el Gobierno, el temor de que el país se encamine a una si-tuación de exceso de deuda, la liquidez en el sistema financiero local y el endeudamiento privado, junto con la ralentización de la activi-dad económica.
El objetivo de la Estrategia de país: El Salvador es dotar de una visión estratégica a la actividad del Banco a través de la identificación de áreas de focalización que maximicen el impacto ge-nerado sobre los respectivos procesos de desa-rrollo, enmarcados en los preceptos y ejes estra-tégicos definidos en su estrategia institucional 2010-2014. En tal sentido, en este capítulo se presentan las áreas que representan los secto-res o grupos metas en las que el BCIE propone orientar sus esfuerzos. Entre estas áreas des-tacan: infraestructura productiva, energía, de-sarrollo humano e infraestructura social; agri-cultura y desarrollo rural; industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad e intermediación financiera y finanzas para el desarrollo. Estas a su vez son coincidentes con el espíritu de las áreas estratégicas planteadas en el PQD, entre las que se enfatizan: equidad, inclusión social y reducción de pobreza, reacti-vación económica, desarrollo sostenible, segu-ridad ciudadana y dimensiones especiales del desarrollo.
Esta sección del documento presenta una aso-ciación entre las iniciativas de financiamiento
de cada área estratégica del BCIE con los pro-gramas y proyectos en el PQD que cuentan con una brecha de financiamiento. Es válido men-cionar que este diferencial de financiamiento es de aproximadamente US$2,475 millones, que representa entre el 39% y el 65% del monto de aprobaciones que dio el BCIE a El Salvador en los años recientes.15,16 Es importante destacar que el gobierno de El Salvador maneja tres op-ciones de cómo obtener tales fondos. La prime-ra vía es el endeudamiento, la segunda son los recursos propios de mayor recaudación fiscal y la tercera es por medio de donaciones. La op-ción con mayor probabilidad para ser utilizada es la segunda, sobre todo porque el nivel de en-deudamiento del país es limitado.17
El BCIE entra en la primera opción, compitien-do con otras agencias (principalmente BM y BID). El panorama anterior debe propiciar la coordinación y cooperación entre el BCIE, el Gobierno y las demás agencias que dan coope-ración y financiamiento. Por otra parte, existe un espacio para la participación privada (que podría financiar el BCIE) dado que el PQD tie-ne estipulado “la promoción de la inversión conjunta público-privada mediante el estable-cimiento de alianzas estratégicas entre ambos sectores”.
4.1 Áreas de focalización
Para su mejor lectura, esta sección presenta el resultado del vínculo entre las áreas estratégi-cas definidas por el Banco junto con los pro-gramas y proyectos del PQD. Para el BCIE, esa información es útil para conocer los posibles montos que se financiarán, según cada área, también para saber en cuáles áreas debería im-pulsar que se presenten más proyectos para fi-nanciar (siendo quizás el más llamativo el área
Capítulo 4: Áreas estratégicas priorizadas por el BCIE en El Salvador
15 La diferencia al total de US$2,492 millones, se debe a un programa de US$17.5 millones en el PQD (Programa de Reactivación y fomento de la ganadería) que no tiene correspondencia con las iniciativas del BCIE. 16 El año 2006 fue el de máxima aprobación de montos, US$404 millones. Si se toma ese monto como referencia, el BCIE podría fi nan-ciar el 65% de la brecha. Si se toma el promedio histórico reciente (2001 a 2009), que es de US$239.3 millones, entonces se cubriría el 39%. (Tomado de las cifras que aparecen en el capítulo 3 de esta Estrategia. Los cálculos suponen un período de 4 años).17 Cada opción cuenta con sus propias ventajas y desventajas. La opción de uso de deuda cuenta con la anuencia de instituciones fi nan-cieras (incluido el BCIE) de seguir otorgando fi nanciamiento. No obstante, la opinión pública y las agencias de califi cación señalan que el ritmo de endeudamiento que muestra el país no es conveniente (supera el 50% del PIB). La opción de fi nanciar con fondos propios requiere un esfuerzo de mayor recaudación tributaria o de redirigir el gasto. Esta opción está condicionada por la posibilidad de estable-cer el sugerido Pacto Fiscal. Y la opción de fi nanciar con donaciones no es de fácil control por parte de las autoridades, aunque existe el esfuerzo de canalizar la cooperación internacional a los programas propuestos en el PQD y de manera anticipada anunciar la intención de optar por un segundo “Compacto” con la Cuenta del Reto del Milenio.
Estrategia de país: El Salvador
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entidad, el Banco se compromete a acompañar a los actores involucrados, de manera que se pueda, además de garantizar una mayor estan-darización en los procesos, obtener una mejoría en la propia formulación, así como en las eva-luaciones y demás actividades relacionadas. Asimismo, el BCIE dará un acompañamiento en la generación de propuestas de crédito, con personal capacitado y conocedor del sector al que se le esté brindando la asistencia, junto con la creación de productos financieros que incor-poren las características particulares que el país posee y que se enmarquen en las áreas de foca-lización priorizadas.
La necesaria focalización del Banco en los sec-tores hace necesario el uso de esquemas en los que se consolide la corresponsabilidad de la contraparte privada, aprovechando los me-canismos de asociación público-privados. En ese sentido, el BCIE proveerá un mejor diseño de los proyectos, así como la optimación de su impacto social; se buscará la reducción del ta-maño mínimo estructural de operaciones po-tencialmente atendibles, en la medida que eso fuera posible, dada la naturaleza del Banco; y se reforzará su cercanía y comprensión de las realidades sectoriales. Con lo antes expresado, el Banco orientará sus esfuerzos a la diversifica-ción sectorial de su portafolio y buscará estruc-turas de cofinanciamiento que permitan una mayor diversificación de riesgo.
El BCIE, a su vez, establece como condición básica una política orientada al reforzamiento de sus líneas intermediadas, sistematizando su uso y facilitando la compilación de la informa-ción. A pesar de ello, el país cuenta con un ex-ceso de liquidez, con lo que el uso de la ventana de fondos intermediados que la entidad ofrece al sector financiero puede ser menos atractivo. Desde esta perspectiva, las posibilidades de in-tervención por parte de la entidad en el sistema financiero son bastante limitadas; no obstante, el Banco puede orientarse a iniciativas con un importante potencial de impacto, susceptibles de ser financiadas directamente, que puedan satisfacer de mejor forma las necesidades de sectores productivos.
Para finalizar, el Banco, para certificar el ade-cuado desempeño de las operaciones en el país, ha dado inicio a la utilización de su Sistema de Evaluación de Impacto en el Desarrollo (SEID), el cual se operativiza, entre otros, a través del Índice BCIE de Impacto en el Desarrollo (I-BCIE) y de la Matriz de Medición del Aporte Institucional a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El BCIE cuenta con el marco de evaluación de las Estrategias de País, cuyo objetivo es medir su grado de avance (grado de implementación) y generar lecciones aprendi-das que contribuyan a una mejor materializa-ción de los resultados de desarrollo buscados por el Banco en el país, respondiendo de mane-ra consistente a la necesidad de contar con ins-trumentos de evaluación sólidos y de amplio espectro.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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Las particularidades que atañen al país en la actualidad hacen de la intervención del BCIE un reto. Entre estas razones se pueden men-cionar el especial momento político dada la transición de gobierno, la creciente anuencia de otros organismos multilaterales de otorgar financiamiento al país (junto al incremento de la cooperación no reembolsable), un problema de baja capacidad de ejecución en el Gobierno, el temor de que el país se encamine a una si-tuación de exceso de deuda, la liquidez en el sistema financiero local y el endeudamiento privado, junto con la ralentización de la activi-dad económica.
El objetivo de la Estrategia de país: El Salvador es dotar de una visión estratégica a la actividad del Banco a través de la identificación de áreas de focalización que maximicen el impacto ge-nerado sobre los respectivos procesos de desa-rrollo, enmarcados en los preceptos y ejes estra-tégicos definidos en su estrategia institucional 2010-2014. En tal sentido, en este capítulo se presentan las áreas que representan los secto-res o grupos metas en las que el BCIE propone orientar sus esfuerzos. Entre estas áreas des-tacan: infraestructura productiva, energía, de-sarrollo humano e infraestructura social; agri-cultura y desarrollo rural; industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad e intermediación financiera y finanzas para el desarrollo. Estas a su vez son coincidentes con el espíritu de las áreas estratégicas planteadas en el PQD, entre las que se enfatizan: equidad, inclusión social y reducción de pobreza, reacti-vación económica, desarrollo sostenible, segu-ridad ciudadana y dimensiones especiales del desarrollo.
Esta sección del documento presenta una aso-ciación entre las iniciativas de financiamiento
de cada área estratégica del BCIE con los pro-gramas y proyectos en el PQD que cuentan con una brecha de financiamiento. Es válido men-cionar que este diferencial de financiamiento es de aproximadamente US$2,475 millones, que representa entre el 39% y el 65% del monto de aprobaciones que dio el BCIE a El Salvador en los años recientes.15,16 Es importante destacar que el gobierno de El Salvador maneja tres op-ciones de cómo obtener tales fondos. La prime-ra vía es el endeudamiento, la segunda son los recursos propios de mayor recaudación fiscal y la tercera es por medio de donaciones. La op-ción con mayor probabilidad para ser utilizada es la segunda, sobre todo porque el nivel de en-deudamiento del país es limitado.17
El BCIE entra en la primera opción, compitien-do con otras agencias (principalmente BM y BID). El panorama anterior debe propiciar la coordinación y cooperación entre el BCIE, el Gobierno y las demás agencias que dan coope-ración y financiamiento. Por otra parte, existe un espacio para la participación privada (que podría financiar el BCIE) dado que el PQD tie-ne estipulado “la promoción de la inversión conjunta público-privada mediante el estable-cimiento de alianzas estratégicas entre ambos sectores”.
4.1 Áreas de focalización
Para su mejor lectura, esta sección presenta el resultado del vínculo entre las áreas estratégi-cas definidas por el Banco junto con los pro-gramas y proyectos del PQD. Para el BCIE, esa información es útil para conocer los posibles montos que se financiarán, según cada área, también para saber en cuáles áreas debería im-pulsar que se presenten más proyectos para fi-nanciar (siendo quizás el más llamativo el área
Capítulo 4: Áreas estratégicas priorizadas por el BCIE en El Salvador
15 La diferencia al total de US$2,492 millones, se debe a un programa de US$17.5 millones en el PQD (Programa de Reactivación y fomento de la ganadería) que no tiene correspondencia con las iniciativas del BCIE. 16 El año 2006 fue el de máxima aprobación de montos, US$404 millones. Si se toma ese monto como referencia, el BCIE podría fi nan-ciar el 65% de la brecha. Si se toma el promedio histórico reciente (2001 a 2009), que es de US$239.3 millones, entonces se cubriría el 39%. (Tomado de las cifras que aparecen en el capítulo 3 de esta Estrategia. Los cálculos suponen un período de 4 años).17 Cada opción cuenta con sus propias ventajas y desventajas. La opción de uso de deuda cuenta con la anuencia de instituciones fi nan-cieras (incluido el BCIE) de seguir otorgando fi nanciamiento. No obstante, la opinión pública y las agencias de califi cación señalan que el ritmo de endeudamiento que muestra el país no es conveniente (supera el 50% del PIB). La opción de fi nanciar con fondos propios requiere un esfuerzo de mayor recaudación tributaria o de redirigir el gasto. Esta opción está condicionada por la posibilidad de estable-cer el sugerido Pacto Fiscal. Y la opción de fi nanciar con donaciones no es de fácil control por parte de las autoridades, aunque existe el esfuerzo de canalizar la cooperación internacional a los programas propuestos en el PQD y de manera anticipada anunciar la intención de optar por un segundo “Compacto” con la Cuenta del Reto del Milenio.
Estrategia de país: El Salvador
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de Energía) y por último, para evaluar en qué áreas deberían contar con mayor presencia del sector privado (que es el caso principalmente de intermediación financiera).18 Es por lo ante-rior que se ha intentado desarrollar una reclasi-ficación de las prioridades del PQD en función con las áreas de focalización definidas en la es-trategia institucional del BCIE 2010-2014.
Resulta evidente que en el área desarrollo hu-mano e infraestructura social aparecen las ma-yores posibilidades para financiar proyectos (a diferencia de lo encontrado en otros países de la región) presentadas en el PQD. Queda así la tarea de buscar un balance en el monto por fi-nanciar entre las áreas por parte del BCIE, dado que históricamente la entidad apoyó al país en áreas de infraestructura y energía, por lo que constituye un desafío para la entidad para equi-librar su matriz de apoyo a la nación. El Banco ha presupuestado como nuevas aprobaciones para el período 2010-2014 un monto indicativo cercano a los US$793.5 millones, que represen-tan cerca del 31.1%19 del valor total de recursos
requerido por el país y que dependerá entre otros elementos del proceso de capitalización de la entidad, el espacio disponible para que el Gobierno salvadoreño se siga endeudando y la respuesta del sector privado que demanda fondos. En el anexo 6 se presenta un desglose por área estratégica y por programa de los dife-renciales requeridos para ser financiados.
4.1.1 Infraestructura productiva
El Salvador considera como una necesidad esencial la ampliación y mejora de la calidad de su infraestructura. En ese sentido, esta área su-pone un importante vínculo con los proyectos plasmados en el PQD orientados de forma par-ticular a la reactivación económica, tanto para crear nueva infraestructura como para reponer los daños causados por Ida. A estas iniciativas planteadas en el PQD se añaden aquellos pro-yectos de gestión ambiental y de riesgos, tales como las obras de protección y mitigación. Para el BCIE, los elementos más representativos de la infraestructura de un país son la red vial, los
Cuadro 4.1 Reclasificación de las áreas prioritarias del PQD en función de las áreas de focalización de la estrategia institucional BCIE 2010-2014
(Millones de dólares)
Fuente: Construcción propia sobre la base de datos planteados en el PQD.
18 La infraestructura productiva, que podría ser otro caso de participación privada, tiene como barrera la falta de una ley de concesio-nes que favorezca estas iniciativas.19 El documento Plan Quinquenal de Desarrollo Gobierno de El Salvador 2010-2014, que constituye el marco de mediano plazo donde la brecha de fi nanciamiento para responder a los elementos planteados es del orden de los US$2,474.0 millones para el período en cuestión.
Banco Centroamericano de Integración Económica
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aeropuertos y los puertos. La red vial de El Sal-vador es de 6,073 kilómetros (la red nacional prioritaria sujeta al mantenimiento del Fovial), la red pavimentada es 3,017 km y la no pavi-mentada es de 3,056 km.
El país tiene dos aeropuertos: el principal es el Aeropuerto de Comalapa, localizado en el De-partamento de La Paz, y el de Ilopango, que se mantiene subutilizado y se ve como una alter-nativa para incrementar su uso. El país también tiene dos puertos: el tradicional de Acajutla (clasificado según el manejo de carga, en el nú-mero 47 de 72 puertos evaluados, 115,165 TEU a 2009, base CEPAL 2009) y el relativamente nuevo Puerto de La Unión. Por el momento, el Puerto de La Unión está subutilizado, aun cuando es un puerto moderno que permite la llegada de barcos Post-panamax.
El Salvador ha hecho esfuerzos para ir incre-mentando y mejorando la red vial (con finan-ciamiento del BCIE en varios casos), tarea que sigue vigente por la necesidad de continuar aumentando la conectividad. Al momento, el proyecto más ambicioso de conectividad es la CLN: Carretera Longitudinal del Norte (como parte del Proyecto Fomilenio y que debe es-tar finalizada en septiembre de 2012). Otro proyecto simbólico es el del bulevar Diego de Holguín, por su importancia en el potencial descongestionamiento en los departamentos de San Salvador y La Libertad (para poder con-tinuar y terminar esa obra, también el BCIE ha dado financiamiento).
Respecto a los aeropuertos, siguen apareciendo una lista de proyectos que ya han sido presen-tados desde hace varios años (algunos de ellos rescatados y luego promovidos por la CND). Uno de ellos se refiere a aprovechar las exten-siones de terreno que tiene CEPA alrededor del Aeropuerto Internacional y realizar una serie de actividades productivas afines a la opera-ción del aeropuerto y actividades tipo maquila. Actualmente, el BCIE está trabajando en pro-yectos relacionados con el uso de los terrenos cercanos al Aeropuerto Internacional de Co-malapa e igualmente apoya las inversiones que deben hacerse en la terminal del aeropuerto
para mejorar la atención y reducir tiempos de espera.
4.1.2 Energía
La energía es señalada como una de las barre-ras más relevantes para el desarrollo del país. Existe una clara conciencia sobre la necesidad de modificar la matriz energética, dado el peso de la generación térmica y el temor de recurrir cada vez más a ese tipo de generación, con el consecuente problema ambiental y de compe-titividad, si no se realizan proyectos de gene-ración limpia y de menor precio final. El precio de la energía en el país es influenciado por los precios del petróleo y además porque la actual regulación no motiva a las empresas de genera-ción térmica a disminuir costos. Actualmente, la generación térmica representa el 47% de la capacidad instalada.
En la Política Nacional de Energía se plantea impulsar las fuentes renovables de energía, analizar si es viable generar energía provenien-te del gas natural y aumentar la participación en el mercado energético regional, y con eso ir desincentivando la generación térmica. Entre las acciones para lograr esas metas están forta-lecer el marco institucional y legal (superando los vacíos y debilidades actuales), el uso racio-nal de la energía y la innovación tecnológica.
Lo que postula la Política coincide con las ini-ciativas del BCIE, pero en este caso, los montos correspondientes a Energía en el PQD ya cuen-tan con financiamiento (hay participación del BCIE en Chaparral y ampliación de la 5 de no-viembre), excepto el valor de US$ 25 millones (Anexo 6: Energía) que pertenecen a otro pro-grama. Por otra parte, la integración del merca-do regional (red SIEPAC) está trabajando para garantizar su pleno funcionamiento, así como en la mejora de los alicientes a la transmisión y a la generación. En ese orden, se espera la pro-ducción de incentivos suficientes, sobre todo porque el proyecto tiene precios competitivos asociados al costo de transmisión y el riesgo no se traslada en su totalidad a los actores, con lo que la premisa supone que entre más se use el sistema menor será el precio. A esto se añaden
Estrategia de país: El Salvador
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de Energía) y por último, para evaluar en qué áreas deberían contar con mayor presencia del sector privado (que es el caso principalmente de intermediación financiera).18 Es por lo ante-rior que se ha intentado desarrollar una reclasi-ficación de las prioridades del PQD en función con las áreas de focalización definidas en la es-trategia institucional del BCIE 2010-2014.
Resulta evidente que en el área desarrollo hu-mano e infraestructura social aparecen las ma-yores posibilidades para financiar proyectos (a diferencia de lo encontrado en otros países de la región) presentadas en el PQD. Queda así la tarea de buscar un balance en el monto por fi-nanciar entre las áreas por parte del BCIE, dado que históricamente la entidad apoyó al país en áreas de infraestructura y energía, por lo que constituye un desafío para la entidad para equi-librar su matriz de apoyo a la nación. El Banco ha presupuestado como nuevas aprobaciones para el período 2010-2014 un monto indicativo cercano a los US$793.5 millones, que represen-tan cerca del 31.1%19 del valor total de recursos
requerido por el país y que dependerá entre otros elementos del proceso de capitalización de la entidad, el espacio disponible para que el Gobierno salvadoreño se siga endeudando y la respuesta del sector privado que demanda fondos. En el anexo 6 se presenta un desglose por área estratégica y por programa de los dife-renciales requeridos para ser financiados.
4.1.1 Infraestructura productiva
El Salvador considera como una necesidad esencial la ampliación y mejora de la calidad de su infraestructura. En ese sentido, esta área su-pone un importante vínculo con los proyectos plasmados en el PQD orientados de forma par-ticular a la reactivación económica, tanto para crear nueva infraestructura como para reponer los daños causados por Ida. A estas iniciativas planteadas en el PQD se añaden aquellos pro-yectos de gestión ambiental y de riesgos, tales como las obras de protección y mitigación. Para el BCIE, los elementos más representativos de la infraestructura de un país son la red vial, los
Cuadro 4.1 Reclasificación de las áreas prioritarias del PQD en función de las áreas de focalización de la estrategia institucional BCIE 2010-2014
(Millones de dólares)
Fuente: Construcción propia sobre la base de datos planteados en el PQD.
18 La infraestructura productiva, que podría ser otro caso de participación privada, tiene como barrera la falta de una ley de concesio-nes que favorezca estas iniciativas.19 El documento Plan Quinquenal de Desarrollo Gobierno de El Salvador 2010-2014, que constituye el marco de mediano plazo donde la brecha de fi nanciamiento para responder a los elementos planteados es del orden de los US$2,474.0 millones para el período en cuestión.
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aeropuertos y los puertos. La red vial de El Sal-vador es de 6,073 kilómetros (la red nacional prioritaria sujeta al mantenimiento del Fovial), la red pavimentada es 3,017 km y la no pavi-mentada es de 3,056 km.
El país tiene dos aeropuertos: el principal es el Aeropuerto de Comalapa, localizado en el De-partamento de La Paz, y el de Ilopango, que se mantiene subutilizado y se ve como una alter-nativa para incrementar su uso. El país también tiene dos puertos: el tradicional de Acajutla (clasificado según el manejo de carga, en el nú-mero 47 de 72 puertos evaluados, 115,165 TEU a 2009, base CEPAL 2009) y el relativamente nuevo Puerto de La Unión. Por el momento, el Puerto de La Unión está subutilizado, aun cuando es un puerto moderno que permite la llegada de barcos Post-panamax.
El Salvador ha hecho esfuerzos para ir incre-mentando y mejorando la red vial (con finan-ciamiento del BCIE en varios casos), tarea que sigue vigente por la necesidad de continuar aumentando la conectividad. Al momento, el proyecto más ambicioso de conectividad es la CLN: Carretera Longitudinal del Norte (como parte del Proyecto Fomilenio y que debe es-tar finalizada en septiembre de 2012). Otro proyecto simbólico es el del bulevar Diego de Holguín, por su importancia en el potencial descongestionamiento en los departamentos de San Salvador y La Libertad (para poder con-tinuar y terminar esa obra, también el BCIE ha dado financiamiento).
Respecto a los aeropuertos, siguen apareciendo una lista de proyectos que ya han sido presen-tados desde hace varios años (algunos de ellos rescatados y luego promovidos por la CND). Uno de ellos se refiere a aprovechar las exten-siones de terreno que tiene CEPA alrededor del Aeropuerto Internacional y realizar una serie de actividades productivas afines a la opera-ción del aeropuerto y actividades tipo maquila. Actualmente, el BCIE está trabajando en pro-yectos relacionados con el uso de los terrenos cercanos al Aeropuerto Internacional de Co-malapa e igualmente apoya las inversiones que deben hacerse en la terminal del aeropuerto
para mejorar la atención y reducir tiempos de espera.
4.1.2 Energía
La energía es señalada como una de las barre-ras más relevantes para el desarrollo del país. Existe una clara conciencia sobre la necesidad de modificar la matriz energética, dado el peso de la generación térmica y el temor de recurrir cada vez más a ese tipo de generación, con el consecuente problema ambiental y de compe-titividad, si no se realizan proyectos de gene-ración limpia y de menor precio final. El precio de la energía en el país es influenciado por los precios del petróleo y además porque la actual regulación no motiva a las empresas de genera-ción térmica a disminuir costos. Actualmente, la generación térmica representa el 47% de la capacidad instalada.
En la Política Nacional de Energía se plantea impulsar las fuentes renovables de energía, analizar si es viable generar energía provenien-te del gas natural y aumentar la participación en el mercado energético regional, y con eso ir desincentivando la generación térmica. Entre las acciones para lograr esas metas están forta-lecer el marco institucional y legal (superando los vacíos y debilidades actuales), el uso racio-nal de la energía y la innovación tecnológica.
Lo que postula la Política coincide con las ini-ciativas del BCIE, pero en este caso, los montos correspondientes a Energía en el PQD ya cuen-tan con financiamiento (hay participación del BCIE en Chaparral y ampliación de la 5 de no-viembre), excepto el valor de US$ 25 millones (Anexo 6: Energía) que pertenecen a otro pro-grama. Por otra parte, la integración del merca-do regional (red SIEPAC) está trabajando para garantizar su pleno funcionamiento, así como en la mejora de los alicientes a la transmisión y a la generación. En ese orden, se espera la pro-ducción de incentivos suficientes, sobre todo porque el proyecto tiene precios competitivos asociados al costo de transmisión y el riesgo no se traslada en su totalidad a los actores, con lo que la premisa supone que entre más se use el sistema menor será el precio. A esto se añaden
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los importantes esfuerzos que cada uno de los países de la región están haciendo en el tema de renovables, y como ejemplo de ello léase el caso antes mencionado de El Salvador.
Las cifras del WEF de 2009-2010 indican que la calidad del suministro de energía eléctrica ocupa el lugar 62 de 133 países; mientras Costa Rica y Panamá se encuentran en rangos 43 y 51 para la misma muestra. Respecto a la cobertu-ra del servicio de electrificación al año 2008, el promedio nacional es 91.1% (dato EHPM 2010). Además, gradualmente ha ido en ascenso el uso de la energía solar; esto principalmente por la labor de Fomilenio en la zona norte del país. En energía, por parte del sector privado, han surgido una serie de iniciativas (lideradas por ASI, Asociación Salvadoreña de Industriales) relacionadas con la reducción al ahorro de ener-gía y uso de equipos más eficientes. Asimismo, otras instituciones, como AES y Cutuco Energy, han presentado planes de nuevas plantas de generación. En el caso de AES, una planta --que iniciará en 2011-- de generación a partir del gas metano en el Relleno Sanitario de Nejapa (AES Nejapa).20
El principal problema radica en que no existen los incentivos para incursionar en fuentes de energía renovables y en disminuir costos en la generación actual. A eso se agregan las dificul-tades inherentes al desarrollo de los grandes proyectos de generación hidroeléctrica y la fal-ta de una ley de agua, ley de ordenamiento te-rritorial y la ausencia de un marco jurídico que fomente la inversión privada en la generación de energía de fuentes renovables (solo existe para la generación térmica).
4.1.3 Desarrollo humano e infraestructura social
Esta área es la primera en el PQD, tanto en el monto total de proyectos como en el monto que necesita ser financiado. Por su importan-cia, también presenta el primer instrumento
para cumplir los objetivos y metas del PQD que es el sistema de protección social univer-sal y las políticas sociales estratégicas (salud, educación, vivienda y asistencia social). El to-tal asignado está principalmente determinado por una serie de gastos corrientes que buscan la equidad, la inclusión social y la reducción de la pobreza. Hay otros que buscan la reactivación productiva y otros programas que se registran en promoción de la recuperación de espacios públicos, como los proyectos relacionados con la reparación y la construcción de edificaciones que usan las instituciones públicas (ISNA, Cul-tura, INDES).21
Cada una de las nueve iniciativas representa proyectos que podrían tener la mayor rentabili-dad social en el país y por lo tanto merecen con-tar con financiamiento; eso abre oportunidades para el BCIE. Como una guía para identificar esos proyectos, se utiliza la información del WEF (Reporte de competitividad 2009-2010), ahí se presenta que la calidad de la educación primaria está en el número 101 de 133 países, al igual que la asistencia a secundaria. Luego, en el lugar 102 está la calidad del sistema edu-cativo; en el 106, el gasto en educación, y en lu-gar 111, la calidad de la educación en ciencia y matemática. Al valorar este análisis para el caso de Costa Rica, en términos de calidad de edu-cación primaria y secundaria, ocupa los lugares 33 y 63, respectivamente, situación que denota diferencias entre estos países. En los indicado-res de salud aparecen una serie de enfermeda-des infectocontagiosas que revelan problemas de salud pública y del servicio de agua y sa-neamiento.
Existe una sentida necesidad de mejorar la in-fraestructura educativa, el estado de la mayoría de las actuales instalaciones educativas públi-cas no es conducente al aprendizaje ni a la con-vivencia en ambientes sanos. Las escuelas de-ben ser un lugar seguro y agradable tanto para el normal desarrollo de las actividades educa-tivas como para propiciar un espacio para acti-
20 También tiene estipulado iniciar en 2011 la construcción de una planta de generación de energía a base de carbón mineral en La Unión y Cutuco Energy, siempre en La Unión, y en 2012, una planta de generación a partir del gas natural. Esos proyectos en La Unión podrían llegar a incrementar la capacidad instalada en 757 megavatios.21 ISNA: Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia, INDES: Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador.
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vidades comunitarias. La infraestructura para reparar las escuelas dañadas debe considerar las intervenciones para el servicio de agua po-table y saneamiento, electricidad, espacios ade-cuados para actividades recreativas y para la preparación de alimentos.
En la infraestructura de salud, también hay un amplio espacio para varias intervenciones. Se-gún la norma de la OMS, existe una gran brecha entre el número de camas sugerido (entre 8 y 10 por cada 1000 habitantes) con el número vigen-te en el país (1.2); tal brecha justificaría la nece-sidad de seguir aumentando la infraestructura hospitalaria.22 Al respecto, no debe perderse de vista que en una jerarquización de proyectos resulta más conveniente realizar primero los proyectos que eliminen los vectores de genera-ción de las enfermedades por infecciones res-piratorias e infectocontagiosas, producto de la ausencia de agua y saneamiento e infraestruc-tura social básica, y segundo, las reparaciones de la infraestructura hospitalaria ya existente, antes de construir más hospitales.
Dado el argumento de jerarquización de pro-yectos, las intervenciones en agua y saneamien-to ofrecen una de las mayores rentabilidades sociales. Esto, por la contribución en la dismi-nución de las enfermedades típicas de la pobre-za, ahorro en tiempo, mejora del aspecto de las comunidades y disminución de la contamina-ción. Las intervenciones en agua y saneamiento deben verse como un paquete integrado, pues-to que de nada sirve poner tuberías si no llega el agua o su calidad es dudosa y el servicio es intermitente. Además si solo se considera el servicio de agua potable, pero no la disposición de esas aguas, se estarían creando otros proble-mas. Por otra parte, hay que considerar un gra-ve problema institucional, generado porque no existe una ley de agua y porque la institución más representativa, ANDA, siempre presenta pérdidas, debido a un problema de costos cre-cientes en la extracción, tratamiento y distribu-ción del agua y porque aún no se ha resuelto el sistema de tarificación que permita la recupera-ción de costos.
Respecto a la vivienda social, el espacio de in-tervención del BCIE está determinado por un monto de crédito a la vivienda entre US$10,000 y US$50,000. La banca tradicional está prin-cipalmente concentrada en el segmento de viviendas de valor superior a los US$50,000. En cambio, las instituciones públicas (FSV y Fonavipo) se concentran en el segmento entre US$10,000 y US$24,000, queda entonces un es-pacio para el BCIE de ser la banca de segundo piso para las instituciones financieras no banca-rias que usualmente trabajan con montos en ese rango (US$10,000 a US$50,000), o bien, directa-mente a las empresas constructoras. A las IFNB les conviene contar con fondeo de largo plazo y han demostrado ser buenos sujetos de crédito.
4.1.4 Agricultura y desarrollo rural
El tamaño del sector agrícola con respecto al PIB es cercano al 13% y emplea cerca del 21% de la población del país. Dadas las característi-cas de este sector, el PQD propone una Política agropecuaria, destinada a reactivar y moder-nizar el sector, propiciar un clima de negocios que permita aprovechar las oportunidades existentes (esto incluye infraestructura, finan-ciamiento, mejores servicios públicos --como seguridad--, acceso a mercados y tecnologías); así como la promoción de la competitividad, productividad e innovación. Es importante destacar que el plan quinquenal plantea que, dada la situación de vulnerabilidad en el tema alimentario que afronta un país caracterizado por ser importador neto de alimentos, es nece-saria la valorización del sector, especialmente por su proyección como una fuente para la se-guridad alimentaria, un crecimiento descentra-lizado y las propias mejoras sostenibles de los ingresos rurales.
Actualmente, la experiencia brasileña ha pro-bado tener mucho éxito en casos como la guía de cómo ir superando la agricultura familiar hasta llegar a una producción agrícola más competitiva, el modelo de uso de la tecnología e innovación y potencialmente el uso de semi-llas genéticamente mejoradas. En ese sentido,
22 Tomando la información de OPS (2006) y del Censo de Población, se estima que existen 1.22 camas por cada 1,000 habitantes. En OPS aparece que el país cuenta con 6,941 camas (eso incluye la red pública -ISSS y MSPAS- y la red privada) y la población a 2006 era aproximadamente 6.1 millones.
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los importantes esfuerzos que cada uno de los países de la región están haciendo en el tema de renovables, y como ejemplo de ello léase el caso antes mencionado de El Salvador.
Las cifras del WEF de 2009-2010 indican que la calidad del suministro de energía eléctrica ocupa el lugar 62 de 133 países; mientras Costa Rica y Panamá se encuentran en rangos 43 y 51 para la misma muestra. Respecto a la cobertu-ra del servicio de electrificación al año 2008, el promedio nacional es 91.1% (dato EHPM 2010). Además, gradualmente ha ido en ascenso el uso de la energía solar; esto principalmente por la labor de Fomilenio en la zona norte del país. En energía, por parte del sector privado, han surgido una serie de iniciativas (lideradas por ASI, Asociación Salvadoreña de Industriales) relacionadas con la reducción al ahorro de ener-gía y uso de equipos más eficientes. Asimismo, otras instituciones, como AES y Cutuco Energy, han presentado planes de nuevas plantas de generación. En el caso de AES, una planta --que iniciará en 2011-- de generación a partir del gas metano en el Relleno Sanitario de Nejapa (AES Nejapa).20
El principal problema radica en que no existen los incentivos para incursionar en fuentes de energía renovables y en disminuir costos en la generación actual. A eso se agregan las dificul-tades inherentes al desarrollo de los grandes proyectos de generación hidroeléctrica y la fal-ta de una ley de agua, ley de ordenamiento te-rritorial y la ausencia de un marco jurídico que fomente la inversión privada en la generación de energía de fuentes renovables (solo existe para la generación térmica).
4.1.3 Desarrollo humano e infraestructura social
Esta área es la primera en el PQD, tanto en el monto total de proyectos como en el monto que necesita ser financiado. Por su importan-cia, también presenta el primer instrumento
para cumplir los objetivos y metas del PQD que es el sistema de protección social univer-sal y las políticas sociales estratégicas (salud, educación, vivienda y asistencia social). El to-tal asignado está principalmente determinado por una serie de gastos corrientes que buscan la equidad, la inclusión social y la reducción de la pobreza. Hay otros que buscan la reactivación productiva y otros programas que se registran en promoción de la recuperación de espacios públicos, como los proyectos relacionados con la reparación y la construcción de edificaciones que usan las instituciones públicas (ISNA, Cul-tura, INDES).21
Cada una de las nueve iniciativas representa proyectos que podrían tener la mayor rentabili-dad social en el país y por lo tanto merecen con-tar con financiamiento; eso abre oportunidades para el BCIE. Como una guía para identificar esos proyectos, se utiliza la información del WEF (Reporte de competitividad 2009-2010), ahí se presenta que la calidad de la educación primaria está en el número 101 de 133 países, al igual que la asistencia a secundaria. Luego, en el lugar 102 está la calidad del sistema edu-cativo; en el 106, el gasto en educación, y en lu-gar 111, la calidad de la educación en ciencia y matemática. Al valorar este análisis para el caso de Costa Rica, en términos de calidad de edu-cación primaria y secundaria, ocupa los lugares 33 y 63, respectivamente, situación que denota diferencias entre estos países. En los indicado-res de salud aparecen una serie de enfermeda-des infectocontagiosas que revelan problemas de salud pública y del servicio de agua y sa-neamiento.
Existe una sentida necesidad de mejorar la in-fraestructura educativa, el estado de la mayoría de las actuales instalaciones educativas públi-cas no es conducente al aprendizaje ni a la con-vivencia en ambientes sanos. Las escuelas de-ben ser un lugar seguro y agradable tanto para el normal desarrollo de las actividades educa-tivas como para propiciar un espacio para acti-
20 También tiene estipulado iniciar en 2011 la construcción de una planta de generación de energía a base de carbón mineral en La Unión y Cutuco Energy, siempre en La Unión, y en 2012, una planta de generación a partir del gas natural. Esos proyectos en La Unión podrían llegar a incrementar la capacidad instalada en 757 megavatios.21 ISNA: Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia, INDES: Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador.
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vidades comunitarias. La infraestructura para reparar las escuelas dañadas debe considerar las intervenciones para el servicio de agua po-table y saneamiento, electricidad, espacios ade-cuados para actividades recreativas y para la preparación de alimentos.
En la infraestructura de salud, también hay un amplio espacio para varias intervenciones. Se-gún la norma de la OMS, existe una gran brecha entre el número de camas sugerido (entre 8 y 10 por cada 1000 habitantes) con el número vigen-te en el país (1.2); tal brecha justificaría la nece-sidad de seguir aumentando la infraestructura hospitalaria.22 Al respecto, no debe perderse de vista que en una jerarquización de proyectos resulta más conveniente realizar primero los proyectos que eliminen los vectores de genera-ción de las enfermedades por infecciones res-piratorias e infectocontagiosas, producto de la ausencia de agua y saneamiento e infraestruc-tura social básica, y segundo, las reparaciones de la infraestructura hospitalaria ya existente, antes de construir más hospitales.
Dado el argumento de jerarquización de pro-yectos, las intervenciones en agua y saneamien-to ofrecen una de las mayores rentabilidades sociales. Esto, por la contribución en la dismi-nución de las enfermedades típicas de la pobre-za, ahorro en tiempo, mejora del aspecto de las comunidades y disminución de la contamina-ción. Las intervenciones en agua y saneamiento deben verse como un paquete integrado, pues-to que de nada sirve poner tuberías si no llega el agua o su calidad es dudosa y el servicio es intermitente. Además si solo se considera el servicio de agua potable, pero no la disposición de esas aguas, se estarían creando otros proble-mas. Por otra parte, hay que considerar un gra-ve problema institucional, generado porque no existe una ley de agua y porque la institución más representativa, ANDA, siempre presenta pérdidas, debido a un problema de costos cre-cientes en la extracción, tratamiento y distribu-ción del agua y porque aún no se ha resuelto el sistema de tarificación que permita la recupera-ción de costos.
Respecto a la vivienda social, el espacio de in-tervención del BCIE está determinado por un monto de crédito a la vivienda entre US$10,000 y US$50,000. La banca tradicional está prin-cipalmente concentrada en el segmento de viviendas de valor superior a los US$50,000. En cambio, las instituciones públicas (FSV y Fonavipo) se concentran en el segmento entre US$10,000 y US$24,000, queda entonces un es-pacio para el BCIE de ser la banca de segundo piso para las instituciones financieras no banca-rias que usualmente trabajan con montos en ese rango (US$10,000 a US$50,000), o bien, directa-mente a las empresas constructoras. A las IFNB les conviene contar con fondeo de largo plazo y han demostrado ser buenos sujetos de crédito.
4.1.4 Agricultura y desarrollo rural
El tamaño del sector agrícola con respecto al PIB es cercano al 13% y emplea cerca del 21% de la población del país. Dadas las característi-cas de este sector, el PQD propone una Política agropecuaria, destinada a reactivar y moder-nizar el sector, propiciar un clima de negocios que permita aprovechar las oportunidades existentes (esto incluye infraestructura, finan-ciamiento, mejores servicios públicos --como seguridad--, acceso a mercados y tecnologías); así como la promoción de la competitividad, productividad e innovación. Es importante destacar que el plan quinquenal plantea que, dada la situación de vulnerabilidad en el tema alimentario que afronta un país caracterizado por ser importador neto de alimentos, es nece-saria la valorización del sector, especialmente por su proyección como una fuente para la se-guridad alimentaria, un crecimiento descentra-lizado y las propias mejoras sostenibles de los ingresos rurales.
Actualmente, la experiencia brasileña ha pro-bado tener mucho éxito en casos como la guía de cómo ir superando la agricultura familiar hasta llegar a una producción agrícola más competitiva, el modelo de uso de la tecnología e innovación y potencialmente el uso de semi-llas genéticamente mejoradas. En ese sentido,
22 Tomando la información de OPS (2006) y del Censo de Población, se estima que existen 1.22 camas por cada 1,000 habitantes. En OPS aparece que el país cuenta con 6,941 camas (eso incluye la red pública -ISSS y MSPAS- y la red privada) y la población a 2006 era aproximadamente 6.1 millones.
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estas líneas de intervención podrían ser incor-poradas como parte de las políticas dirigidas a este sector. No obstante, una comparación entre ambas economías puede resultar muy desigual, sobre todo por la dimensión agroindustrial en-tre ambas economías, así como por el tamaño de escala de la agricultura brasileña y la limi-tación de 245 hectáreas como máxima tenencia de tierra en El Salvador. Al final, todo redunda en que la agricultura salvadoreña debe ser muy eficiente y productiva en el espacio asignado, sugiriendo el aprovechamiento simultáneo de varias actividades de forma intensiva.
Las actividades agrícolas y de desarrollo ru-ral ofrecen un espacio de intervención para el BCIE a través del financiamiento directo a las actividades productivas y por medio del finan-ciamiento a las instituciones financieras que den crédito a estas actividades. La banca tradi-cional no está muy interesada en este sector y la banca estatal (BFA) tiene un peso muy pequeño en el mercado. Por otra parte, el sector podría tener un repunte por el incremento potencial de actividades agrícolas que surjan aledañas a la CLN. Además, si como parte de la gestión de Fomilenio aparecen buenos resultados del Pro-grama Norte y SGR, podría ocurrir una exter-nalidad positiva hacia el mayor uso de progra-mas de seguros y garantías en el sector agrícola. Aquí surge otra oportunidad de intervención financiando directamente al BMI que es el que maneja esos programas o llegando a las IFNB de la zona norte.
Por otro lado, el BCIE puede apoyar en las ini-ciativas promovidas por el Gobierno como su “política estatal de gasto público agropecua-rio para el desarrollo”, cuyo objetivo prevé el aseguramiento del aumento y sostenibilidad de la producción y acceso de alimentos y en la generación de ingresos. La Institución esti-ma que mediante el apoyo a programas como el de “agroalimentos” que está orientado a in-crementar la producción y disponibilidad de granos básicos y promover una mayor accesibi-lidad a los insumos; el apoyo a la creación sis-temas público-privados de innovación tecnoló-gica; la promoción del desarrollo de proyectos e incentivos dirigidos a la ampliación del riego
y de la forestación para un uso más eficiente del agua; el apoyo en proyectos orientados a la expansión del sistema de capacitación y asis-tencia técnica a los productores agropecuarios con énfasis en el desarrollo de sus capacidades empresariales, entre otros, podría alinear sus esfuerzos de manera que se garantizara un in-cremento rápido y sostenible en la producción y acceso de alimentos y en la generación de in-gresos, especialmente en las familias rurales en condición de pobreza.
4.1.5 Industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad
A nivel de ramas de actividad, el sector indus-trial en El Salvador representa cerca del 22% del PIB y aglutina cerca del 15% de la población ocupada; mientras que por el lado del sector servicios, sin contar la actividad financiera, este representa para la actividad económica cerca del 47%, agrupando cerca del 50% de la pobla-ción ocupada. A esto se agrega que el nivel de urbanización de El Salvador establece que cer-ca del 67% de la población ocupada se encuen-tra en el área urbana.
La industria de El Salvador pasó por diagnós-ticos para identificar diferentes aristas sobre el potenciamiento del sector, en temas que van desde el proceso de “autodescubrimiento” hasta elementos vinculados a la “promoción de exportaciones y la atracción de la inversión extranjera”. En ese sentido, las conclusiones de los diferentes estudios coinciden en inver-tir en recursos humanos en sectores específicos con potencial futuro (aeromantenimiento, call centers y operaciones de back office, por ejem-plo), para lo cual también habrá que fortalecer el aprendizaje de inglés; trabajar para que la unión aduanera centroamericana se convierta en realidad, así como invertir en infraestruc-tura, aprovechando los mecanismos de asocia-ción público-privados entre otros.
En ese sentido es que las políticas consideradas respecto a esta área estratégica en el PQD pro-curan una estrategia de desarrollo productivo, una política de desarrollo territorial y descen-tralización, y el programa Comunidades Soli-
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darias Urbanas y la política de turismo. Esta área es propicia para la participación del sec-tor privado, además por las características del país (densidad poblacional, presión por el uso de la tierra) se esperaría que el motor más re-levante sea la industria manufacturera junto a los servicios. No obstante, para poder escalar en actividades que brinden mayor remunera-ción a los trabajadores (tanto en manufactura como servicios) es determinante mejorar las destrezas y habilidades de la población trabaja-dora (educación formal e informal) y mejorar el clima de negocios. Las oportunidades de inter-vención del BCIE surgen de financiar proyectos de reconversión productiva, de cumplimiento de estándares para poder exportar, disminuir costos por reducción de desperdicios y uso de energía (reducción de contaminantes y ahorro energético, tipo proyectos “verdes”).
Por el lado del turismo, las oportunidades para el BCIE radican de nuevo en que no existe ma-yor interés de la banca, así se pueden financiar directamente los proyectos o por intermedia-ción de las IFNB. Por supuesto que el interés es financiar buenos proyectos. Puede existir un espacio para desarrollar proyectos turísticos de pequeña escala que a la vez se basen en la protección del medio ambiente, tipo turismo rural o comunitario (o el turismo de guerra o histórico), que pueden servir para mejorar las comunidades y propiciar integración con otras actividades (producción de frutas, hortalizas, conservas, artesanías y otros servicios), tam-bién el desarrollo del turismo ligado al apren-dizaje y práctica del surf. Y ya en otra escala, el turismo de cadenas hoteleras que podrían aprovechar las grandes extensiones de playas en el país y el atractivo de zonas como el Gol-fo de La Unión, Barra de Santiago y Bahía de Jiquilisco. La rentabilidad de esas iniciativas dependerá de las inversiones que se hagan en el agua y el saneamiento (el atractivo de un lu-gar fácilmente se pierde si las aguas negras se disponen en la red vial), infraestructura básica, conectividad y las acciones para incrementar la seguridad ciudadana.
4.1.6 Intermediación nanciera y nanzas para el desarrollo
Tal como se ha mencionado, el sistema finan-ciero salvadoreño presenta un altísimo nivel de internacionalización de su banca. Esto trae como consecuencia una apertura a la econo-mía, pero limita cada vez más la capacidad del Estado para influir con políticas públicas. Un ejemplo de lo anterior fueron las manifestacio-nes de la crisis financiera internacional, cuando las políticas restrictivas de las instituciones fi-nancieras obedecieron a las estrategias de sus inversionistas internacionales, a pesar de que la banca salvadoreña manifestó favorables ín-dices de liquidez que le hubieran permitido apostar en rumbos deseados por el Gobierno, incentivando la producción y el empleo. Por otro lado, los resultados finales del proceso de recomposición del sistema financiero, debido a la internacionalización, establecieron niveles de concentración en el que cuatro conglomera-dos financieros dominan el 78.8% de los activos totales bancarios.23 Es en ese sentido que la jus-tificación de líneas generales de crédito para la banca, que el BCIE ha manejado en el país, ten-dría una justificación para su existencia muy reducida.
El apoyo del BCIE a este sector se focalizará en el potenciamiento de la banca de desarrollo, cuya orientación es precisamente reactivar la economía y el incremento de la confianza de todos los agentes económicos. No obstante, el apoyo se enmarca en que esta banca de desa-rrollo tenga una capacidad administrativa y de gestión de riesgo, enmarcada en las normas prudenciales que debe observar, la separación de los programas asistencialistas y la gestión crediticia y una clara definición de su capitali-zación o saneamiento.24
Desde la perspectiva del PQD, esta área estra-tégica es el instrumento para el fomento del desarrollo. Este sistema pretende contribuir a la reactivación de la economía dando créditos oportunos a los diferentes sectores producti-vos, en particular a la Mipyme. El BMI, uno de
23 Figueroa, S. (2010) “La banca de desarrollo en El Salvador”, CEPAL.24 Op. cit. Figueroa, S (2010).
Estrategia de país: El Salvador
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estas líneas de intervención podrían ser incor-poradas como parte de las políticas dirigidas a este sector. No obstante, una comparación entre ambas economías puede resultar muy desigual, sobre todo por la dimensión agroindustrial en-tre ambas economías, así como por el tamaño de escala de la agricultura brasileña y la limi-tación de 245 hectáreas como máxima tenencia de tierra en El Salvador. Al final, todo redunda en que la agricultura salvadoreña debe ser muy eficiente y productiva en el espacio asignado, sugiriendo el aprovechamiento simultáneo de varias actividades de forma intensiva.
Las actividades agrícolas y de desarrollo ru-ral ofrecen un espacio de intervención para el BCIE a través del financiamiento directo a las actividades productivas y por medio del finan-ciamiento a las instituciones financieras que den crédito a estas actividades. La banca tradi-cional no está muy interesada en este sector y la banca estatal (BFA) tiene un peso muy pequeño en el mercado. Por otra parte, el sector podría tener un repunte por el incremento potencial de actividades agrícolas que surjan aledañas a la CLN. Además, si como parte de la gestión de Fomilenio aparecen buenos resultados del Pro-grama Norte y SGR, podría ocurrir una exter-nalidad positiva hacia el mayor uso de progra-mas de seguros y garantías en el sector agrícola. Aquí surge otra oportunidad de intervención financiando directamente al BMI que es el que maneja esos programas o llegando a las IFNB de la zona norte.
Por otro lado, el BCIE puede apoyar en las ini-ciativas promovidas por el Gobierno como su “política estatal de gasto público agropecua-rio para el desarrollo”, cuyo objetivo prevé el aseguramiento del aumento y sostenibilidad de la producción y acceso de alimentos y en la generación de ingresos. La Institución esti-ma que mediante el apoyo a programas como el de “agroalimentos” que está orientado a in-crementar la producción y disponibilidad de granos básicos y promover una mayor accesibi-lidad a los insumos; el apoyo a la creación sis-temas público-privados de innovación tecnoló-gica; la promoción del desarrollo de proyectos e incentivos dirigidos a la ampliación del riego
y de la forestación para un uso más eficiente del agua; el apoyo en proyectos orientados a la expansión del sistema de capacitación y asis-tencia técnica a los productores agropecuarios con énfasis en el desarrollo de sus capacidades empresariales, entre otros, podría alinear sus esfuerzos de manera que se garantizara un in-cremento rápido y sostenible en la producción y acceso de alimentos y en la generación de in-gresos, especialmente en las familias rurales en condición de pobreza.
4.1.5 Industria, desarrollo urbano y servicios para la competitividad
A nivel de ramas de actividad, el sector indus-trial en El Salvador representa cerca del 22% del PIB y aglutina cerca del 15% de la población ocupada; mientras que por el lado del sector servicios, sin contar la actividad financiera, este representa para la actividad económica cerca del 47%, agrupando cerca del 50% de la pobla-ción ocupada. A esto se agrega que el nivel de urbanización de El Salvador establece que cer-ca del 67% de la población ocupada se encuen-tra en el área urbana.
La industria de El Salvador pasó por diagnós-ticos para identificar diferentes aristas sobre el potenciamiento del sector, en temas que van desde el proceso de “autodescubrimiento” hasta elementos vinculados a la “promoción de exportaciones y la atracción de la inversión extranjera”. En ese sentido, las conclusiones de los diferentes estudios coinciden en inver-tir en recursos humanos en sectores específicos con potencial futuro (aeromantenimiento, call centers y operaciones de back office, por ejem-plo), para lo cual también habrá que fortalecer el aprendizaje de inglés; trabajar para que la unión aduanera centroamericana se convierta en realidad, así como invertir en infraestruc-tura, aprovechando los mecanismos de asocia-ción público-privados entre otros.
En ese sentido es que las políticas consideradas respecto a esta área estratégica en el PQD pro-curan una estrategia de desarrollo productivo, una política de desarrollo territorial y descen-tralización, y el programa Comunidades Soli-
Banco Centroamericano de Integración Económica
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darias Urbanas y la política de turismo. Esta área es propicia para la participación del sec-tor privado, además por las características del país (densidad poblacional, presión por el uso de la tierra) se esperaría que el motor más re-levante sea la industria manufacturera junto a los servicios. No obstante, para poder escalar en actividades que brinden mayor remunera-ción a los trabajadores (tanto en manufactura como servicios) es determinante mejorar las destrezas y habilidades de la población trabaja-dora (educación formal e informal) y mejorar el clima de negocios. Las oportunidades de inter-vención del BCIE surgen de financiar proyectos de reconversión productiva, de cumplimiento de estándares para poder exportar, disminuir costos por reducción de desperdicios y uso de energía (reducción de contaminantes y ahorro energético, tipo proyectos “verdes”).
Por el lado del turismo, las oportunidades para el BCIE radican de nuevo en que no existe ma-yor interés de la banca, así se pueden financiar directamente los proyectos o por intermedia-ción de las IFNB. Por supuesto que el interés es financiar buenos proyectos. Puede existir un espacio para desarrollar proyectos turísticos de pequeña escala que a la vez se basen en la protección del medio ambiente, tipo turismo rural o comunitario (o el turismo de guerra o histórico), que pueden servir para mejorar las comunidades y propiciar integración con otras actividades (producción de frutas, hortalizas, conservas, artesanías y otros servicios), tam-bién el desarrollo del turismo ligado al apren-dizaje y práctica del surf. Y ya en otra escala, el turismo de cadenas hoteleras que podrían aprovechar las grandes extensiones de playas en el país y el atractivo de zonas como el Gol-fo de La Unión, Barra de Santiago y Bahía de Jiquilisco. La rentabilidad de esas iniciativas dependerá de las inversiones que se hagan en el agua y el saneamiento (el atractivo de un lu-gar fácilmente se pierde si las aguas negras se disponen en la red vial), infraestructura básica, conectividad y las acciones para incrementar la seguridad ciudadana.
4.1.6 Intermediación nanciera y nanzas para el desarrollo
Tal como se ha mencionado, el sistema finan-ciero salvadoreño presenta un altísimo nivel de internacionalización de su banca. Esto trae como consecuencia una apertura a la econo-mía, pero limita cada vez más la capacidad del Estado para influir con políticas públicas. Un ejemplo de lo anterior fueron las manifestacio-nes de la crisis financiera internacional, cuando las políticas restrictivas de las instituciones fi-nancieras obedecieron a las estrategias de sus inversionistas internacionales, a pesar de que la banca salvadoreña manifestó favorables ín-dices de liquidez que le hubieran permitido apostar en rumbos deseados por el Gobierno, incentivando la producción y el empleo. Por otro lado, los resultados finales del proceso de recomposición del sistema financiero, debido a la internacionalización, establecieron niveles de concentración en el que cuatro conglomera-dos financieros dominan el 78.8% de los activos totales bancarios.23 Es en ese sentido que la jus-tificación de líneas generales de crédito para la banca, que el BCIE ha manejado en el país, ten-dría una justificación para su existencia muy reducida.
El apoyo del BCIE a este sector se focalizará en el potenciamiento de la banca de desarrollo, cuya orientación es precisamente reactivar la economía y el incremento de la confianza de todos los agentes económicos. No obstante, el apoyo se enmarca en que esta banca de desa-rrollo tenga una capacidad administrativa y de gestión de riesgo, enmarcada en las normas prudenciales que debe observar, la separación de los programas asistencialistas y la gestión crediticia y una clara definición de su capitali-zación o saneamiento.24
Desde la perspectiva del PQD, esta área estra-tégica es el instrumento para el fomento del desarrollo. Este sistema pretende contribuir a la reactivación de la economía dando créditos oportunos a los diferentes sectores producti-vos, en particular a la Mipyme. El BMI, uno de
23 Figueroa, S. (2010) “La banca de desarrollo en El Salvador”, CEPAL.24 Op. cit. Figueroa, S (2010).
Estrategia de país: El Salvador
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los integrantes del sistema, pasará a llamarse Banco Nacional de Desarrollo de El Salvador y se espera que propicie el uso de nuevos ins-trumentos como el sistema nacional de garan-tías, el desarrollo del mercado de capitales, la titularización, los fideicomisos productivos y el capital de riesgos, entre otros. Además, se espe-ra migrar a una supervisión basada en riesgos, a una supervisión financiera integrada y que la regulación técnica sea ejercida por el Banco Central de Reserva.
Esta área estratégica ha sido la de mayor peso en montos aprobados por el BCIE hacia El Sal-vador. Eso refleja, en buena parte, la estrecha relación del BCIE con el grupo de instituciones financieras no bancarias y las entidades que las representan (como ASOMI y Fedecrédito). Las IFNB han sido buenos clientes y su crecimiento permite contar con una colocación para el BCIE bastante segura y que cumple con varios de sus objetivos estratégicos. Por otra parte, el mismo crecimiento de las IFNB puede convertirlos en clientes que exijan mejores condiciones (tasa de interés, más líneas de crédito y plazos) y trato preferencial (principalmente relacionado a evi-tar llenar formularios y demás trámites).
En el financiamiento a las IFNB puede surgir un potencial problema de agente–principal, cuando el BCIE simultáneamente financia a una entidad que agrupa a varias IFNB y a la vez a una de esas IFNB. En esos casos la enti-dad que agrupa puede sentir que su autoridad ha sido rebasada y la IFNB sentir que ha estado obteniendo fondeo más caro al que ya puede obtener por el contacto directo con el BCIE. Ese malestar cruzado podría generar problemas en el futuro si no se diseña una estrategia al res-pecto. En esta área surgen coincidencias con iniciativas de otras áreas estratégicas, por ejem-plo, el desarrollo del sistema nacional de ga-rantías y el papel de Fomilenio, SGR y Progara Norte. Luego, el apoyo a la vivienda y las IFNB y el desarrollo de otros productos en donde se utilicen las IFNB como sistemas de garantías y microseguros.
4.2 Alineamiento de la cooperación multilateral
El BID estima en su estrategia 2010-2014 (esce-nario base) un valor indicativo de aprobacio-nes cercano a los US$1,080 millones, dirigido especialmente a sectores tales como: las finan-zas públicas, protección social, hábitat urbano, agua y saneamiento, transporte y energía. Tal como se ha planteado en su estrategia de país 2010-2014 se prevén actividades orientadas a fortalecer las finanzas públicas, una mejora de las condiciones de vida de los pobladores de asentamientos urbanos, una ampliación del ac-ceso y la gestión del servicio de agua y sanea-miento, el mejoramiento de la red de caminos rurales y el mejora del servicio de transporte.
El Banco Mundial en su estrategia de país (CPA-2009) prevé que para el período 2010-2012 se desarrollarán nuevas aprobaciones con un monto cercano a los US$650.0 millones de los cuales se estimó que cerca del el 38.5% se llevarían a cabo en el año 2010. En general, la estrategia estima que sus intervenciones esta-rán dirigidas a fortalecer los fundamentals vin-culados con el proceso de recuperación econó-mica así como el fortalecimiento institucional, el apoyo para mejorar los servicios sociales, y el impulso a programas de reducción de pobreza del país.
Por su parte la asistencia de Japón hacia El Sal-vador incluye el financiamiento de proyectos de desarrollo humano con cooperación dirigi-da hacia los temas vinculados con la infraes-tructura (construcción del puerto la Unión) y el medio ambiente (el recurso del agua y el manejo integral de desechos sólidos). Además de ello, se está implementando la cooperación para beneficiar al área inter-regional en temas comunes, como son salud, medicina y desastres naturales. El Gobierno alemán, por su parte, a través de la GTZ, se concentra en dos temas prioritarios que se definieron conjuntamente con el Gobierno salvadoreño, y que enfocan prioridades nacionales de El Salvador tales como: el desarrollo económico sostenible don-de intenta estructurar una división de tareas coherente entre el Estado y la empresa privada
Banco Centroamericano de Integración Económica
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y combatir el desempleo y la pobreza a través de conceptos sostenibles, y la descentralización y desarrollo local, que apoya a la moderniza-ción del Estado, fomentando sobre todo el nivel municipal.
Por otro lado, el Gobierno de los Estados Unidos a través de la Millennium Challenge Corpora-tion concentra su apoyo al país, en el incremen-tó al capital humano y físico de los residentes de la Zona Norte del país para aprovechar las oportunidades de empleo y de negocios, el au-mento de la producción y el empleo en la Zona Norte y la Reducción del costo y la duración de los desplazamientos dentro de la Zona Norte, hacia el resto del país y dentro de la región. El monto total del financiamiento es cercano a los US$460.1 millones entre al año 2007-2011.
Como se expresó anteriormente, el Banco ha presupuestado como nuevas aprobaciones para el período 2010-2014 un monto indicativo
cercano a los US$793.5 millones en áreas como infraestructura productiva; desarrollo huma-no e infraestructura social; industria, desarro-llo urbano y servicios para la competitividad; agricultura y desarrollo rural; intermediación financiera y finanzas para el desarrollo e in-fraestructura social y desarrollo humano, este monto representa cerca del 31.1% del valor to-tal de recursos requerido por el país para un período del 2010-2014.
Con lo antes expresado, el mejoramiento en la capacidad de los “motores de la economía” a través de la reducción de los costos de expan-sión del mercado, reducción de costos de trans-porte, así como la mejora en los esquemas de comunicación, niveles de educación y acceso a servicios, optimizarán la posición del país en un mercado de alta demanda, articulando de manera específica sus operaciones con los de-más cooperantes garantizando con ello un con-sistente proceso de desarrollo del país.
Cuadro 4.2 Áreas de intervención de la cooperación multilateral enmarcadas en las áreas de focalización del BCIE en El Salvador
Fuente: Construcción propia sobre la base de datos obtenidos de las estrategias de país de los cooperantes
Estrategia de país: El Salvador
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los integrantes del sistema, pasará a llamarse Banco Nacional de Desarrollo de El Salvador y se espera que propicie el uso de nuevos ins-trumentos como el sistema nacional de garan-tías, el desarrollo del mercado de capitales, la titularización, los fideicomisos productivos y el capital de riesgos, entre otros. Además, se espe-ra migrar a una supervisión basada en riesgos, a una supervisión financiera integrada y que la regulación técnica sea ejercida por el Banco Central de Reserva.
Esta área estratégica ha sido la de mayor peso en montos aprobados por el BCIE hacia El Sal-vador. Eso refleja, en buena parte, la estrecha relación del BCIE con el grupo de instituciones financieras no bancarias y las entidades que las representan (como ASOMI y Fedecrédito). Las IFNB han sido buenos clientes y su crecimiento permite contar con una colocación para el BCIE bastante segura y que cumple con varios de sus objetivos estratégicos. Por otra parte, el mismo crecimiento de las IFNB puede convertirlos en clientes que exijan mejores condiciones (tasa de interés, más líneas de crédito y plazos) y trato preferencial (principalmente relacionado a evi-tar llenar formularios y demás trámites).
En el financiamiento a las IFNB puede surgir un potencial problema de agente–principal, cuando el BCIE simultáneamente financia a una entidad que agrupa a varias IFNB y a la vez a una de esas IFNB. En esos casos la enti-dad que agrupa puede sentir que su autoridad ha sido rebasada y la IFNB sentir que ha estado obteniendo fondeo más caro al que ya puede obtener por el contacto directo con el BCIE. Ese malestar cruzado podría generar problemas en el futuro si no se diseña una estrategia al res-pecto. En esta área surgen coincidencias con iniciativas de otras áreas estratégicas, por ejem-plo, el desarrollo del sistema nacional de ga-rantías y el papel de Fomilenio, SGR y Progara Norte. Luego, el apoyo a la vivienda y las IFNB y el desarrollo de otros productos en donde se utilicen las IFNB como sistemas de garantías y microseguros.
4.2 Alineamiento de la cooperación multilateral
El BID estima en su estrategia 2010-2014 (esce-nario base) un valor indicativo de aprobacio-nes cercano a los US$1,080 millones, dirigido especialmente a sectores tales como: las finan-zas públicas, protección social, hábitat urbano, agua y saneamiento, transporte y energía. Tal como se ha planteado en su estrategia de país 2010-2014 se prevén actividades orientadas a fortalecer las finanzas públicas, una mejora de las condiciones de vida de los pobladores de asentamientos urbanos, una ampliación del ac-ceso y la gestión del servicio de agua y sanea-miento, el mejoramiento de la red de caminos rurales y el mejora del servicio de transporte.
El Banco Mundial en su estrategia de país (CPA-2009) prevé que para el período 2010-2012 se desarrollarán nuevas aprobaciones con un monto cercano a los US$650.0 millones de los cuales se estimó que cerca del el 38.5% se llevarían a cabo en el año 2010. En general, la estrategia estima que sus intervenciones esta-rán dirigidas a fortalecer los fundamentals vin-culados con el proceso de recuperación econó-mica así como el fortalecimiento institucional, el apoyo para mejorar los servicios sociales, y el impulso a programas de reducción de pobreza del país.
Por su parte la asistencia de Japón hacia El Sal-vador incluye el financiamiento de proyectos de desarrollo humano con cooperación dirigi-da hacia los temas vinculados con la infraes-tructura (construcción del puerto la Unión) y el medio ambiente (el recurso del agua y el manejo integral de desechos sólidos). Además de ello, se está implementando la cooperación para beneficiar al área inter-regional en temas comunes, como son salud, medicina y desastres naturales. El Gobierno alemán, por su parte, a través de la GTZ, se concentra en dos temas prioritarios que se definieron conjuntamente con el Gobierno salvadoreño, y que enfocan prioridades nacionales de El Salvador tales como: el desarrollo económico sostenible don-de intenta estructurar una división de tareas coherente entre el Estado y la empresa privada
Banco Centroamericano de Integración Económica
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y combatir el desempleo y la pobreza a través de conceptos sostenibles, y la descentralización y desarrollo local, que apoya a la moderniza-ción del Estado, fomentando sobre todo el nivel municipal.
Por otro lado, el Gobierno de los Estados Unidos a través de la Millennium Challenge Corpora-tion concentra su apoyo al país, en el incremen-tó al capital humano y físico de los residentes de la Zona Norte del país para aprovechar las oportunidades de empleo y de negocios, el au-mento de la producción y el empleo en la Zona Norte y la Reducción del costo y la duración de los desplazamientos dentro de la Zona Norte, hacia el resto del país y dentro de la región. El monto total del financiamiento es cercano a los US$460.1 millones entre al año 2007-2011.
Como se expresó anteriormente, el Banco ha presupuestado como nuevas aprobaciones para el período 2010-2014 un monto indicativo
cercano a los US$793.5 millones en áreas como infraestructura productiva; desarrollo huma-no e infraestructura social; industria, desarro-llo urbano y servicios para la competitividad; agricultura y desarrollo rural; intermediación financiera y finanzas para el desarrollo e in-fraestructura social y desarrollo humano, este monto representa cerca del 31.1% del valor to-tal de recursos requerido por el país para un período del 2010-2014.
Con lo antes expresado, el mejoramiento en la capacidad de los “motores de la economía” a través de la reducción de los costos de expan-sión del mercado, reducción de costos de trans-porte, así como la mejora en los esquemas de comunicación, niveles de educación y acceso a servicios, optimizarán la posición del país en un mercado de alta demanda, articulando de manera específica sus operaciones con los de-más cooperantes garantizando con ello un con-sistente proceso de desarrollo del país.
Cuadro 4.2 Áreas de intervención de la cooperación multilateral enmarcadas en las áreas de focalización del BCIE en El Salvador
Fuente: Construcción propia sobre la base de datos obtenidos de las estrategias de país de los cooperantes
Estrategia de país: El Salvador
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La Estrategia de país: El Salvador es un ins-trumento con alto nivel de adaptación y un importante nivel de flexibilidad; sin embargo, sus objetivos, actividades y metas se encuentra expuesta a cambios que pueden estar influen-ciados por variables relacionadas con el sector externo vinculado al país, cambios internos y riesgos asociados al propio BCIE. De esta ma-nera, el éxito de las intervenciones de la enti-dad podrá ser obtenido en la medida que los riesgos puedan ser reducidos, eliminados o asegurados.
5.1 Riesgos y amenazas
Dentro de los riesgos asociados al sector exter-no que pueden incidir de manera significativa en la obtención del objetivo planteado en la Es-trategia, especialmente por la desaceleración que ellos pudieran implicar para la económica del país destacan: la reducción de las remesas, la disminución de las exportaciones, la contrac-ción de la inversión extranjera directa y de las donaciones, variaciones negativas en los térmi-nos de intercambio inducidos por aumento en el precio del petróleo y/o aumento en el precio de los commodities, la lenta recuperación de su principal socio comercial o los incrementos en las tasas de interés internacionales, junto con desastres naturales a los que el país está expuesto por su ubicación geográfica pueden atentar contra las metas de recuperaciones del país.
Al interior del país, la Estrategia está expuesta a los efectos que pueden causar el desempeño del sector real de la economía, la sostenibilidad de la deuda, los procesos de aprobación en la Asamblea Legislativa, el riesgo político, las po-sibilidades para agenciarse fondos sin que ello afecte la posición fiscal, las propias funciones de planificación, así como las capacidades del recurso humano, los procesos de reformas, la debilidad de las instituciones públicas y las posibles dificultades de coordinación para la ejecución de programas. Estos elementos se correlacionan directamente con el éxito de los planteamientos de la propuesta del Banco para el país.
En relación con los riesgos vinculados al BCIE, es claro que la Institución al estar inmersa en un contexto de amplia volatilidad está igual-mente expuesta a cambios que puedan afectar su desempeño. Tales variaciones pudieran es-tar relacionadas con la exposición a nuevas cri-sis internacionales que dificulten su proceso de capitalización, crisis políticas en el entorno que incidan y deriven en demoras en la programa-ción de los desembolsos orientados a los países, y la falta de apoyo político al Banco para de-sarrollar las aprobaciones y desembolsos pre-vistos para el país, son acciones que podrían afectar los objetivos y alcances planteados en la Estrategia.
Los elementos expuestos confirman la necesi-dad de un monitoreo constante del comporta-miento de las variables más importantes, que inciden en el desempeño de la economía del país, como del propio accionar del Banco, va-lorando el nivel de incidencia que ellos puedan tener en el desenvolvimiento de las interven-ciones de la Institución, proyectando con ello las medidas de mitigación pertinentes especial-mente a través, del apoyo en el acompañamien-to a los actores involucrados en el desarrollo de las actividades, así como el fortalecimiento de las capacidades de respuesta del BCIE, de ma-nera que se pueda garantizar la fluidez de las operaciones en el país.
Por otro lado, y para certificar el adecuado des-empeño de la propia Estrategia, el BCIE cuenta con el marco de evaluación de las Estrategias de País, cuyo objetivo es medir su grado de avance (grado de implementación) y generar lecciones aprendidas que contribuyan a una mejor mate-rialización de los resultados de desarrollo bus-cados por el Banco en cada país.
5.2 Previsiones y vías de impacto en el desarrollo del BCIE en El Salvador
En la sección previa se han descrito las diferen-tes áreas de focalización que el BCIE atenderá en el país. Este acápite presenta como objetivo vincular tales líneas prioritarias de interven-ción, con un conjunto de indicadores de país, de manera que se pueda apreciar la contribu-
Capítulo 5: Riesgos, amenazas y previsiones
Banco Centroamericano de Integración Económica
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ción del Banco en el alcance de las metas y ob-jetivos planteados en el plan de desarrollo del país y la estrategia institucional de la entidad, con el fin de brindar un monitoreo de las inter-venciones que la entidad está llevando a cabo en El Salvador.
Con supuestos tales como un crecimiento pro-medio de la cartera de 8% anual, un índice de adecuación de capital del 40% al año 2014 y un crecimiento promedio en las utilidades del
10% anual, el BCIE podría consolidar su nivel de aprobaciones --superior a los US$150 mi-llones--, proyectando una posición consistente como organismo multilateral de referencia. No obstante, es importante que el Banco mantenga su proceso de innovación e interiorización en un marco, apoyando de manera constante al gobierno, junto con el logro de una mejor co-bertura al sector privado y profundizando una mayor diversificación sectorial de las aproba-ciones.
Esta alternativa supone que el Banco prevé una mejor orientación de su gestión en función de las prioridades de desarrollo del país, una mayor diversificación de las actividades atendidas y una maximización de su impacto efectivo sobre el desarrollo y la lucha contra la pobreza. A lo anterior se añade la existencia de una posible ampliación en términos de los montos de las aprobaciones, siempre que se formalice el ingreso de los recursos previstos por la nueva estrategia de capitaliza-ción de la entidad.
Figura 5.1 Estimación de aprobaciones y desembolsos proyectados para El Salvador
(Millones de US$)
Fuente: Estrategia Financiera BCIE 2010-2014. E: estimación preliminar con datos a septiembre de 2010.
Estrategia de país: El Salvador
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La Estrategia de país: El Salvador es un ins-trumento con alto nivel de adaptación y un importante nivel de flexibilidad; sin embargo, sus objetivos, actividades y metas se encuentra expuesta a cambios que pueden estar influen-ciados por variables relacionadas con el sector externo vinculado al país, cambios internos y riesgos asociados al propio BCIE. De esta ma-nera, el éxito de las intervenciones de la enti-dad podrá ser obtenido en la medida que los riesgos puedan ser reducidos, eliminados o asegurados.
5.1 Riesgos y amenazas
Dentro de los riesgos asociados al sector exter-no que pueden incidir de manera significativa en la obtención del objetivo planteado en la Es-trategia, especialmente por la desaceleración que ellos pudieran implicar para la económica del país destacan: la reducción de las remesas, la disminución de las exportaciones, la contrac-ción de la inversión extranjera directa y de las donaciones, variaciones negativas en los térmi-nos de intercambio inducidos por aumento en el precio del petróleo y/o aumento en el precio de los commodities, la lenta recuperación de su principal socio comercial o los incrementos en las tasas de interés internacionales, junto con desastres naturales a los que el país está expuesto por su ubicación geográfica pueden atentar contra las metas de recuperaciones del país.
Al interior del país, la Estrategia está expuesta a los efectos que pueden causar el desempeño del sector real de la economía, la sostenibilidad de la deuda, los procesos de aprobación en la Asamblea Legislativa, el riesgo político, las po-sibilidades para agenciarse fondos sin que ello afecte la posición fiscal, las propias funciones de planificación, así como las capacidades del recurso humano, los procesos de reformas, la debilidad de las instituciones públicas y las posibles dificultades de coordinación para la ejecución de programas. Estos elementos se correlacionan directamente con el éxito de los planteamientos de la propuesta del Banco para el país.
En relación con los riesgos vinculados al BCIE, es claro que la Institución al estar inmersa en un contexto de amplia volatilidad está igual-mente expuesta a cambios que puedan afectar su desempeño. Tales variaciones pudieran es-tar relacionadas con la exposición a nuevas cri-sis internacionales que dificulten su proceso de capitalización, crisis políticas en el entorno que incidan y deriven en demoras en la programa-ción de los desembolsos orientados a los países, y la falta de apoyo político al Banco para de-sarrollar las aprobaciones y desembolsos pre-vistos para el país, son acciones que podrían afectar los objetivos y alcances planteados en la Estrategia.
Los elementos expuestos confirman la necesi-dad de un monitoreo constante del comporta-miento de las variables más importantes, que inciden en el desempeño de la economía del país, como del propio accionar del Banco, va-lorando el nivel de incidencia que ellos puedan tener en el desenvolvimiento de las interven-ciones de la Institución, proyectando con ello las medidas de mitigación pertinentes especial-mente a través, del apoyo en el acompañamien-to a los actores involucrados en el desarrollo de las actividades, así como el fortalecimiento de las capacidades de respuesta del BCIE, de ma-nera que se pueda garantizar la fluidez de las operaciones en el país.
Por otro lado, y para certificar el adecuado des-empeño de la propia Estrategia, el BCIE cuenta con el marco de evaluación de las Estrategias de País, cuyo objetivo es medir su grado de avance (grado de implementación) y generar lecciones aprendidas que contribuyan a una mejor mate-rialización de los resultados de desarrollo bus-cados por el Banco en cada país.
5.2 Previsiones y vías de impacto en el desarrollo del BCIE en El Salvador
En la sección previa se han descrito las diferen-tes áreas de focalización que el BCIE atenderá en el país. Este acápite presenta como objetivo vincular tales líneas prioritarias de interven-ción, con un conjunto de indicadores de país, de manera que se pueda apreciar la contribu-
Capítulo 5: Riesgos, amenazas y previsiones
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ción del Banco en el alcance de las metas y ob-jetivos planteados en el plan de desarrollo del país y la estrategia institucional de la entidad, con el fin de brindar un monitoreo de las inter-venciones que la entidad está llevando a cabo en El Salvador.
Con supuestos tales como un crecimiento pro-medio de la cartera de 8% anual, un índice de adecuación de capital del 40% al año 2014 y un crecimiento promedio en las utilidades del
10% anual, el BCIE podría consolidar su nivel de aprobaciones --superior a los US$150 mi-llones--, proyectando una posición consistente como organismo multilateral de referencia. No obstante, es importante que el Banco mantenga su proceso de innovación e interiorización en un marco, apoyando de manera constante al gobierno, junto con el logro de una mejor co-bertura al sector privado y profundizando una mayor diversificación sectorial de las aproba-ciones.
Esta alternativa supone que el Banco prevé una mejor orientación de su gestión en función de las prioridades de desarrollo del país, una mayor diversificación de las actividades atendidas y una maximización de su impacto efectivo sobre el desarrollo y la lucha contra la pobreza. A lo anterior se añade la existencia de una posible ampliación en términos de los montos de las aprobaciones, siempre que se formalice el ingreso de los recursos previstos por la nueva estrategia de capitaliza-ción de la entidad.
Figura 5.1 Estimación de aprobaciones y desembolsos proyectados para El Salvador
(Millones de US$)
Fuente: Estrategia Financiera BCIE 2010-2014. E: estimación preliminar con datos a septiembre de 2010.
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Estrategia de país: El Salvador
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Banco Centroamericano de Integración Económica
EL SALVADORESTRATEGIA DE PAIS
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La Estrategia de país del BCIE para El Salvador tiene como objetivo plan-tear las principales acciones que la institución llevará a cabo en dicha nación. Este documento utiliza como insumos esenciales, la realidad socioeconómica que se vive, la visión de desarrollo de la nación y la expe-riencia de la Institución en su trabajo con el país.
El BCIE promulga una política de liderazgo orientada, al financiamiento del desarrollo social, la integración regional y la inserción competitiva de los países socios en la economía mundial en un esquema fundamenta-do en elevados estándares de cali-dad en el servicio y asistencia. Por lo que la Institución procura garantizar con sus intervenciones el mayor impacto en el desarrollo del país así como la mejora en los niveles de bienestar de sus habitantes.
Calle La Reforma No. 130, Colonia San Benito, San Salvador, El Salvador. Teléfono. (503) 2267-6100, Fax (503) 2267-6130
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