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https://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Mart%C3%ADnez_de_Pis%C3%B3n
BIOGRAFÍA
Ignacio Martínez de Pisón nació en 1960 en Zaragoza, aunque pasó sus primeros años en Logroño, donde su padre que era militar, estaba destinado. Es descendiente por línea materna de Francisco Cavero y Álvarez de Toledo, militar y aristócrata carlista que participó en Aragón en la Tercera Guerra Carlista. Es hermano de José María Martínez de Pisón, profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de la Rioja.
Cuando tenía 9 años falleció su padre, tras lo cual la familia regresó a vivir a Zaragoza, donde Ignacio estudió con los jesuitas. Se licenció en Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza y en 1982, al terminar esta carrera, cursó Filología Italiana en Barcelona, ciudad en la que reside desde entonces.
Tras su primera novela La ternura del dragón escrita en 1984 y que obtuvo el premio Casino de Mieres, se dedicó de lleno a la literatura. Especialmente inclinado por la novela y la narración corta, ha escrito también el guion cinematográfico de la adaptación al cine de su libro Carreteras secundarias que realizó en 1997 el director español Emilio Martínez Lázaro, por la que fue candidato al Goya al mejor guion adaptado. En 2003 el realizador francés Manuel Poirier volvió a llevar esta novela a la pantalla grande bajo el título de Caminos cruzados (Chemins de traverse). Escribió también junto a Emilio Martínez Lázaro el guion de Las trece rosas, que fue candidato a mejor guion original de los premios Goya y es igualmente coautor junto a Fernando Trueba del guion de Chico & Rita, la película de animación dirigida por Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando.
Sus novelas han sido traducidas a una docena de idiomas. Ha hecho adaptaciones para el teatro (El filo de unos ojos). Ha escrito artículos de prensa en diversos periódicos y crítica literaria en los suplementos literarios de, entre otros diarios, ABC y El País. Desde principios de 2015 colabora regularmente en La Vanguardia.
Está casado y tiene dos hijos con María José Belló, hija del jugador y entrenador del Real Zaragoza Luis Belló. Es hijo predilecto de Zaragoza y el 17 de abril de 2015 fue galardonado como "Alumno Distinguido" de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, su alma mater.
LITERATURA
En El tiempo de las mujeres, una novela compleja y ambiciosa, relata la historia de tres hermanas sobre el telón de fondo de la transición democrática española. De esa forma la muerte del padre de todas ellas adquiere un cierto valor simbólico ya que deben, de repente, acceder a la madurez. La joven María se siente forzada a ocupar el vacío que ha dejado el padre, ya que la madre es desasistida e inmadura, su hermana Carlota atolondrada y mística y la otra, Paloma, solamente parece pensar en fugarse de casa. La novela resulta del derrumbe de las ilusiones de cada una de las tres hermanas y la casa familiar, Villa Casilda, simboliza una infancia feliz y unida de la que la muerte del padre les saca independizando el destino de cada una de ellas respecto de las otras. Se trata de una novela de formación o Bildungsroman femenino que utiliza tres diferentes narradoras en primera persona, donde el verdadero tema es la coincidencia entre maduración y soledad y la trama va avanzando desde el inicial humor al desencanto y el drama.
En su obra más ensayística, Enterrar a los muertos, da forma narrativa al hecho real del asesinato de José Robles Pazos y su investigación por parte del novelista estadounidense John Dos Passos. El crimen fue en su momento una causa célebre a la que se refirieron después, a menudo de forma sesgada o incorrecta, muchos de los principales historiadores de la Guerra Civil. José Robles y John Dos Passos se conocieron a finales de 1916, y su amistad solamente se interrumpió con la muerte del primero en 1937. Robles tradujo el Manhattan Transfer de Dos Passos al español y era un republicano ferviente que en julio de 1936 no dudó en ponerse al servicio del gobierno legítimo. Tiempo después, fue detenido en Valencia por los servicios secretos soviéticos y desapareció. John Dos Passos no supo de su asesinato hasta abril de 1937, cuando se encontraba en España colaborando en un documental de propaganda republicana. Empeñado en averiguar la verdad, chocó contra una tupida conspiración de silencio y mentiras, y lo que entonces entrevió acabaría determinando su evolución ideológica y provocando la ruptura de su vieja amistad con Ernest Hemingway. Ignacio Martínez de Pisón se documentó con rigor e iluminó un oscuro capítulo del pasado reciente con un fresco de la historia colectiva de España que plantea el importante problema moral de la dignidad en un régimen totalitario bajo el aparente molde de una novela policial.
Sobre su novela Dientes de leche ha escrito Ernesto Ayala-Dip que en ella el autor "siempre sale victorioso. Esa es la función del arte. (...) Como si el autor nos dijera: la vida a veces tiene mucho de increíble y el arte de la ficción tiene la obligación de hacerla verosímil." Y acerca de su obra El día de mañana, Ricardo Senabre ha dicho: "Sin divagaciones, sin artificios explicativos, confiándolo todo a la escueta narración de los hechos, Martínez de Pisón alcanza en algunos momentos una sutileza psicológica y una hondura que constituyen indicios inequívocos de la madurez creadora."
En 2014 publicó La buena reputación, por la que obtuvo el Premio Nacional de Narrativa de 20155. El jurado del premio la calificó como “un retrato del mundo judeo-español en Melilla en la época del Protectorado y el complejo desarrollo de una red de relaciones familiares en el marco de un relato extenso muy fiel a la tradición
novelesca”. Fue bien acogida entre la crítica y el público. J. M. Pozuelo Yvancos afirmó que "esta novela nos muestra a Martínez de Pisón convertido ya en un maestro".6
Su siguiente novela Derecho natural, publicada en 2017, cuenta la historia de un actor fracasado que acaba ganándose la vida como imitador de Demis Roussos. Fue incluida como uno de los 20 mejores libros de 2017, según Babelia.
En 2018 publicó Filek. El estafador que engañó a Franco, presenta una investigación sobre un falso inventor de una gasolina sintética que triunfó en la España de 1939. También de 2018 es la premiada adaptación televisiva de su novela El día de mañana, estrenada en Movistar Plus y dirigida por Mariano Barroso.
En 2020 regresó a la ficción y publicó Fin de temporada, de la que la crítica ha escrito: «… pocos escritores españoles hay mejor dotados que él para organizar la narración de una historia. Con esta novela sucede que al lector le entran a menudo ganas de postergar su lectura para que no se termine, de tanto que está disfrutando» (José María Pozuelo Ivancos, ABC Cultural) o «Una novela que desarma por su emotividad y clarividencia psicológica» (Carlos Pardo, Babelia).
OBRAS
La ternura del dragón (Anagrama, 1984), novela Alguien te observa en secreto (Anagrama, 1985), cuentos Antofagasta (Anagrama, 1987), compuesto por dos nouvelles: La última isla
desierta y Antofagasta Nuevo plano de la ciudad secreta (Anagrama, 1992), novela El fin de los buenos tiempos (Anagrama, 1994), tres relatos o novelas cortas:
Siempre hay un perro al acecho, El fin de los buenos tiempos y La ley de la gravedad
El tesoro de los hermanos Bravo (Alba, 1996), novela Carreteras secundarias (Anagrama, 1996), novela Foto de familia (Anagrama, 1998), cuentos El viaje americano (SM, 1998), novela Una guerra africana (SM, 2000 y RBA, 2008), novela María bonita (Anagrama, 2001), novela El tiempo de las mujeres (Anagrama, 2003), novela Enterrar a los muertos (Seix Barral, 2005), sobre José Robles Pazos, traductor de
John Dos Passos, asesinado en 1937 por los servicios secretos soviéticos Las palabras justas (Xordica, 2007), reportajes Dientes de leche (Seix Barral, 2008), novela Partes de guerra (RBA, 2009), como antólogo de 35 relatos sobre la Guerra Civil
Española Aeropuerto de Funchal (Seix Barral, 2009), antología de cuentos El día de mañana (Seix Barral, 2011), novela, Premio de la Crítica La buena reputación (Seix Barral, 2014), novela, Premio Nacional de Narrativa Derecho natural (Seix Barral, 2017), novela Filek: El estafador que engañó a Franco (Seix Barral, 2017), novela
Fin de temporada (Seix Barral, 2020), novela.
PREMIOS
Premio Casino de Mieres 1984 por La ternura del dragón Premio Torrente Ballester 1991 por Nuevo plano de la ciudad secreta Premio NH 1999 al mejor libro español de relatos por Foto de familia Premio Pedro Saputo 2000 al mejor libro aragonés del año por María bonita Premio Dulce Chacón de Narrativa Española 2006 por Enterrar a los muertos Premio Rodolfo Walsh 2005 por Enterrar a los muertos Premio San Clemente 2009 por Dientes de leche Premio de las Letras Aragonesas 2011 Premio Hislibris al mejor autor español 2011 por El día de mañana Premio de la Crítica de narrativa castellana 2011 por El día de mañana Finalista del Premio al Libro Europeo del Año 2011 de la Unión Europea por El
día de mañana Premio Ciutat de Barcelona 2012 por El día de mañana Premio Giuseppe Acerbi (Castel Goffredo, Mantua) 2012 por Dientes de leche Premio Espartaco Semana Negra de Gijón 2012 por El día de mañana Premio Don Luis a la Excelencia Literaria 2012 (Bodegas Luis Alegre, Laguardia,
Rioja Alavesa) Premio Libro del año en los Premios Cálamo 2014 por La buena reputación Premio Nacional de Narrativa de 2015 por La buena reputación Premio José Antonio Labordeta a la Literatura 2017 Premio Especial del Jurado - Premio Artes & Letras 2020
LA NOVELA
FIN DE TEMPORADA
LIBROS | CRÍTICA DE ‘FIN DE TEMPORADA’
https://elpais.com/cultura/2020/08/31/babelia/1598877649_074571.html
Vivir es traicionarse
En ‘Fin de temporada’, donde las grandes cosas ocurren en los lugares pequeños, ser feliz es abandonar a los tuyos
Carlos Pardo
05 sept 2020 - 00:54 CEST
Ignacio Martínez de Pisón, el 31 de agosto en Barcelona.ALBERT GARCÍA
En la tragedia clásica, el mal (o, mejor dicho, la transgresión de la norma) ya ha
sucedido. Es el punto previo al comienzo de la obra. En cierto sentido, los héroes
trágicos no son personajes a los que les suceden “cosas del exterior”, sino individuos
que deben preguntarse por su origen, por el comienzo del desajuste que implica su
propia vida. Fin de temporada apela a esta forma arquetípica de narración.
Juan y Rosa, una jovencísima pareja extremeña, viajan en coche a Portugal para que
ella aborte clandestinamente. Estamos en 1977. Tienen un accidente y Juan muere.
Rosa huye de su casa, de sus amigos y de su pasado. Veinte años después, Rosa y su
hijo, Iván, regentan un pequeño campin en Tarragona. Han vivido, entre tanto, en
múltiples ciudades pequeñas: Logroño, Jaca, Torrelavega. “La vida de esa madre y ese
hijo se resumía así: siempre juntos los dos, de aquí para allá, no teniendo a nadie más”.
Poseen “un vínculo profundo, oscuro, ancestral”. Es el momento en que Iván se
encarna como héroe trágico y decide resolver el enigma de su pasado. Se siente
víctima de una maldición que, como en la tragedia, “¡empezó a cumplirse en el
momento en que supe!”. Es decir, si su padre, que tenía intención de que Rosa
abortara, no hubiera muerto en el accidente, Iván no existiría. Esta toma de conciencia
lo convertirá en el agente de la propia desgracia familiar.
Si me demoro en la trama de Fin de temporada es porque Ignacio Martínez de
Pisón (Zaragoza, 1960) saca todo el partido de una situación arquetípica. Las relaciones
de los personajes ponen en juego múltiples tensiones afectivas: en primer lugar, las de
un hijo que empieza a convertirse en un extraño para su madre y para sí mismo, y que
descubre a la familia paterna como una tentación de arraigo. También el desamparo
de quien debe fabricarse un origen y sólo encuentra azar. Y las propias tensiones de la
novela de iniciación que vive Iván con Céline, su novia francesa. E incluso de la novela
del fin de una amistad, entre Rosa y su amiga Mabel, otra superviviente de un pasado
incómodo.
Porque en el mundo de Fin de temporada los personajes deciden separarse cuando
más profundos son los vínculos que los unen, y unirse cuando empezaban a entrever la
promesa de otra vida mejor. Son pequeñas relaciones afectivas de dos o tres personas
que vagan por una especie de deriva en la España interior, en consonancia con la
apuesta realista de Martínez de Pisón: es en los lugares pequeños y apartados de las
noticias, que el autor describe con precisión para dignificarlos, donde suceden las
grandes historias. Por eso puede decirse que Martínez de Pisón regresa al intenso
terreno emocional de novelas como Carreteras secundarias (1996), de la que Fin de
temporada es un curioso eco. Pero además, aunque es un maestro de la estructura, y
pienso en su novela El día de mañana, aquí Martínez de Pisón apuesta por una fórmula
repetitiva: el cambio de escenas siempre es aclarado, ya en los primeros párrafos, por
el diálogo de los personajes: contextualiza, explica qué ha sucedido entretanto. Y uno
se pregunta si no hubiera sido más eficaz pasar a estilo indirecto esta simple y forzada
orientación para un lector poco imaginativo.
No obstante, es un crítica pequeña para una novela que desarma por su emotividad
y clarividencia psicológica. Los personajes se debaten entre la fluidez y la fidelidad. Es
una transgresión implícita en cualquier vida. Vivir es traicionarse. Ser feliz es
abandonar a los tuyos.
ENTREVISTA
Martínez de Pisón: “El pasado te acaba encontrando”
Novedad literaria ‘Fin de temporada’ narra una enfermiza relación maternofilial
MagíCamps
Barcelona
https://www.lavanguardia.com/cultura/20200829/483135276842/martinez-de-pison-
fin-de-temporada-novela.1
Un muchacho que no había de llegar a nacer ayuda a su madre y una amiga a llevar un
camping en la Costa Daurada. El chaval nació en Bilbao, aunque sus orígenes están en
Plasencia, pero su progenitora, madre soltera, se cuidará muy mucho de que no eche
raíces en ninguna parte, y menos en Extremadura. Pero la vida no se detiene y un buen
día el protagonista de Fin de temporada (Seix Barral) descubrirá familia y raíces en el
otro lado de la Península.
Es la nueva novela de Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), que muestra cómo
el pasado allí está, y aunque lo queramos ignorar, de algún modo siempre se hace
presente. “Es como una tragedia griega –afirma–. El arranque viene de una
conversación de bar. Un amigo extremeño me contó la historia de una parejita de los
años setenta, en que la chica, que no había terminado el bachiller, se había quedado
embarazada”.
“Decidieron ir a abortar –continúa– a una clínica clandestina en Portugal y de camino
tuvieron un accidente. Él murió y eso lo cambió todo: ella decidió tener el bebé.
Cuando me cuenta esto, me dice que no ha vuelto a saber más de esa chica y ahí se
puso en marcha un resorte. Decidí no investigar sobre esas personas, sino imaginar
qué les había pasado”.
“El peor sitio de España”
Un camping de la Costa Daurada junto a las nucleares
acentúa la vida provisional de la pareja de madre e
hijo
La novela parte de esta mujer “que tenía un novio pero no iba a tener un hijo y, de
repente, va a tener un hijo pero ya no tiene el novio; y de cómo ese hecho marca la
vida de estas personas”. Son los años setenta en una ciudad pequeña, Plasencia.
“Lo normal es que ella no quisiera quedarse allí, porque las cosas en seguida se saben:
una chica que ha ido a abortar, algo que en aquellos momentos estaba condenado
socialmente, y encima se queda como madre soltera”. Martínez de Pisón narra la
historia de esta mujer que va huyendo con su hijo de ese momento del pasado que los
marca a los dos, “pero el pasado los persigue y los acaba encontrando”.
Después de haber vivido en muchas ciudades españolas durante poco tiempo,
“borrando las pistas para crearse una vida nueva en la que solo dependan de sí
mismos”, se establecen en un camping de la Costa Daurada, cerca de las tres centrales
nucleares, “el peor sitio de España, un lugar en que prácticamente nadie vive allí todo
el año”.
El chico, Ivan, que ya tiene 20 años, “se parece a su padre y tiene la edad del padre,
Juan, cuando murió. Ahí aparece ya una relación casi incestuosa, con una madre
posesiva, Rosa, y con una relación en la que solo se tienen el uno al otro. La mujer no
se imagina sin él”.
“Como una tragedia griega”
“El hijo no sabe que en esta vida no podían estar los dos,
o estaba el padre o estaba él”
A pesar de esta vida provisional, “a salto de mata, que contrasta con las casas y los
monumentos de Plasencia, con el peso de la historia”, el chico empieza a
independizarse y ve que puede tener una vida al margen de su madre. “Ivan queda
fascinado con la que podría haber sido su otra vida, en un lugar con historia, pero no
sabe que en esa vida no podían estar los dos, o estaba el padre o estaba él”. En la
novela, Iván piensa: “¿Se podía ser rico y pobre a la vez, pertenecer al mismo tiempo a
dos clases sociales?”.
“Extremadura está cargada de historia, con el emblemático monasterio de Yuste,
donde se fue a retirar un emperador, y esto contrasta con las centrales nucleares junto
a las que está el camping, el lugar más provisional de todos”, describe Martínez de
Pisón. “En el régimen de Franco se decidió que unas zonas de España estarían ajenas a
la prosperidad. La prosperidad pasaría por otras zonas de Catalunya, del norte, de
Extremadura, pero no donde se decidió que se construiría una central nuclear. Es una
decisión de consecuencias milenarias”.
Junto a esta relación maternofilial enfermiza, aparecen otros personajes positivos,
como Mabel, que se asocia con Rosa en el camping; Alberto, de Plasencia, el mejor
amigo del difunto, que vela por los intereses de Ivan; y Céline, su novia de Toulouse.
Esta ciudad es la referencia para que el exilio republicano en el sur de Francia también
recuerde “el pasado de nuestros padres y nuestros abuelos, que también tomaron sus
decisiones”.
La plaza Wilson era el lugar de encuentro de los cientos de miles de republicanos que
fueron a parar a la zona, que Céline revisita con Ivan como lo hacía con su abuelo
Miguel. El escritor lanza la idea de que falta la gran novela de ese exilio republicano en
Toulouse.
Martínez de Pisón perdió a su padre de niño, a los nueve años, y el tema reaparece en
sus novelas: “Son cosas que afectan a tu vida y van saliendo, maquilladas,
transformadas. Mi primera novela era la historia de un chico que pierde a su padre; en
otra es la madre... Sin proponérmelo, veo que va apareciendo esa pérdida en los libros.
Cuando no te psicoanalizas, la literatura te sirve para soltar esos pequeños traumas de
la infancia”, sonríe.
Pero el escritor matiza: “Quizá haya también algo en el carácter de Rosa, la madre,
porque la mía, al quedarse viuda, tuvo que volverse autoritaria. Mi padre era militar,
pero la que estaba realmente militarizada era mi madre, tenía un carácter muy fuerte.
Quizá Rosa tenga algo de ella, pero es más cariñosa que mi madre”.
La novela acaba cuando llega el año 2000: “Es mi novela más cercana a la actualidad.
He escrito sobre la transición, el franquismo, incluso la guerra, y en esta novela
aparecen por primera vez los teléfonos móviles, que dificultan mucho las tramas. Los
años noventa están poco marcados por la realidad política, por eso es una novela más
intimista”, concluye.
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