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CALI, UNA CIUDAD DE PRÍNCIPES Y PRINCESAS SIN CASTILLO
IMAGINARIOS DE CIUDAD DE NIÑOS Y NIÑAS (8 A 14 AÑOS) EN SITUACIÓN DE
DESPLAZAMIENTO FORZADO Y LA INFLUENCIA DE ESTOS IMAGINARIOS EN SUS
VIVENCIAS DE CIUDADANÍA
TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE TRABAJADORA SOCIAL
DIANA HOYOS RUIZ ÁNGELA MARÍA LÓPEZ CASTAÑO LAURA CRISTINA ZAPATA OSPINA
Directora de Monografía Profesora CLAUDIA GALEANO
UNIVERSIDAD DEL VALLE FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL Y DESARROLLO HUMANO 3249 CALI, 2008
RESUMEN
La presente investigación nos acerca a la visión y lectura de lo que es Santiago de
Cali para algunos niños y niñas en situación de desplazamiento forzado, desde su
lógica y realidad particular, es decir, describe y devela cuáles son sus imaginarios
y representaciones de ciudad y cómo a partir de allí vivencian la ciudadanía,
desde un nuevo enfoque, como sujetos de derechos.
Para lo cual, resaltamos la manera como el menor de edad se relaciona con el
sitio receptor como es la ciudad, cuáles son sus imaginarios de ella, su nivel de
apropiación en ella, la manera en que la vive, para empezar un nuevo camino que,
mediante la simbolización de la ciudad, le permite vivenciar su ciudadanía;
tratando de aportar una nueva visión de los niños y niñas en situación de
desplazamiento forzado. Más allá del niño/niña victima del desplazamiento
forzado, reconociendo un sujeto con capacidad de redimensionar su realidad y a
partir de allí construir relaciones con su nuevo entorno, que implica el desarrollo de
otras habilidades y el reconocimiento de nuevas oportunidades además de una
nueva condición como lo es la ciudadanía.
PALABRAS CLAVE
Niñez. Desplazamiento Forzado. Niñez en situación de desplazamiento forzado.
Imaginarios de Ciudad. Representaciones de Ciudad. Ciudadanía. Vivencias de
Ciudadanía. Sujeto Social y Político. Sujeto de Derecho.
DEDICATORIA
A los príncipes y princesas de esta cuento, que con su vos hicieron posible escribir esta historia,
a todos los niños y niñas que se encuentran en situación de desplazamiento forzado,
para que nunca dejen de soñar…...
A la Fundación Paz y Bien Por abrirnos las puertas….
AGRADECIMIENTOS
GRACIAS A DIOS POR SER EL MOTOR DE MI VIDA. GRACIAS A MI MADRE POR SE EL AMOR Y EL APOYO INCONDICIONAL, PUES
CON SU SER INSPIRA MI VIDA. GRACIAS A MI ABUELA QUE IMPULSO EL INCIO DE ESTA AVENTURA Y HOY
DESDE EL CIELO VERA EL INCIO DE OTRAS. GRACIAS A MIS AMIGAS LAURA Y DIANA POR SER EL COMPLEMENTO IDEAL
PARA LO QUE HOY CULMINAMOS CON ÉXITO. GRACIAS A LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS QUE ABRIERON SU CORAZÓN Y NOS
CONTARON SU HISTORIA. GRACIAS A LA PROFESORA CLAUDIA POR ESTAR SIEMPRE DISPUESTA.
GRACIAS A MI PADRE, A MI FAMILIA Y AMIGOS POR ESTAR PRESENTES. ANGELA
Las cosas bellas y grandes de la vida no son gratuitas; no se obtienen ni con la fuerza, ni con el dinero y mucho menos impuestas por la ley.
Eres tu Dios, quien guía mi camino y quien marca mis metas, hoy te doy gracias por permitirme alcanzar satisfactoriamente una de ellas.
Al llegar a esta etapa de mi vida consigo con esfuerzo y tesón, finalizar mi carrera. Gracias Papi y mami por alentarme en mis ilusiones, ayudarme a
cumplir mis sueños, acompañarme y ser participes de este triunfo.
Hermanos-hermana, amigos-amigas y familia en general; gracias por su compañía, su incondicionalidad y su voz de aliento en los momentos de
debilidad.
Profesores y profesoras gracias por su dedicación, exigencia, consejos y enseñanzas con los cuales hoy me preparo para recibir el titulo de
Trabajadora Social que tanto me honra.
¡A todos mis todo mi amor y respeto. Pero sobre todo mis más sinceros agradecimientos!
LAURA.
Agradezco a Dios, por estar conmigo en cada paso que doy, por fortalecer mi corazón e iluminar mi mente y por haber puesto en mi camino a aquellas personas que han sido mi soporte y compañía durante estos años de estudio. A mi madre, por ser mi ángel de la guarda, la persona que desde el cielo siempre me guía. A mi Tío y a mi Tía por su cariño, comprensión y apoyo sin condiciones ni medida, por guiarme sobre el camino de la educación, por ser parte de este sueño cumplido. A mi hermana, por sus bendiciones a través de la distancia, por la amistad y los sueños que hemos compartido. A mis hermanos por darme ese apoyo moral en los momentos que lo necesite. A la profe Claudia por su apoyo incondicional, pero sobre todo le agradezco por el encuentro de saberes y el conocimiento compartido. Gracias a mis compañeras inseparables Laura y Ángela porque construimos un camino juntas e hicimos un sueño realidad. Gracias a los niños y niñas, príncipes y princesas que nos abrieron las puertas de sus corazones entregándonos su historia. Por último, gracias a todas las personas que de uno u otra manera estuvieron presentes en este camino académico brindándome su apoyo. DIANA
Los cuentos infantiles usualmente nos hablan de tierras lejanas donde existen reyes y reinas, príncipes y princesas, paisajes hermosos, bailes e historias mágicas. Estos cuentos proceden de tradiciones folclóricas y
culturales muy diversas. Hay brujas y obstáculos pero también héroes y heroínas que le dan vía libre a sueños que parecen inalcanzables pero que al
final por ser solo eso, un cuento, terminan siendo realizables.
Es ese mundo fantástico poblado por hadas, duendes magos y lámparas maravillosas donde todo es posible, ranitas que resultan ser bellas princesas encantadas, pájaros que alivian la pobreza de los hombres. Un mundo de
buenos y malos en el que todo acaba bien, a pesar de las peligrosas aventuras y pruebas que han de superar los protagonistas, enfrentados a
los mayores peligros, a batallas con dragones e historias trágicas que siempre terminan en un final felíz.
Esta historia es diferente; no viene de la fantasía de escritores. Nos habla de príncipes y princesas reales que al igual que los otros se enfrentan a
diferentes obstáculos y batallas que no siempre tiene un final felíz…
INDICE
PÁG.
INTRODUCCIÓN 1 CAPÍTULO I: Lo que queríamos saber 4
Objetivos Generales 6 Objetivos Específicos 6 Estrategia Metodológica 6
CAPÍTULO II: El lugar de la historia 11
CAPÍTULO III: Los elementos que debemos tener claros 15
CAPÍTULO IV: Príncipes y princesas de esta historia 24
CAPÍTULO V: La historia (Relaciones familiares que los niños y niñas en situación de desplazamiento forzado establecen en su nuevo entorno) 27
1. Evento del desplazamiento 28 2. Composición familiar 30 3. Adultos cuidadores 31 4. Espacios familiares que comparten en lo cotidiano 33 5. Normas y límites 35
CAPÍTULO VI: La corte real (Relaciones con el grupo de pares que los niños y niñas establecen con su nuevo entorno) 37
CAPÍTULO VII: El castillo prometido (Formas de relación de los niños y las niñas en situación de desplazamiento forzado con la ciudad) 41
1. Relación con el lugar donde viven 41 2. Relación con el lugar donde estudia 43 3. Relación con el lugar donde juega 46
CAPÍTULO VIII: Las fantasías en el nuevo reino (Relaciones de los de niños y niñas en situación de desplazamiento forzado con sus vivencias de ciudadanía) 48
1. Representaciones de ciudad que los niños y las niñas en situación de desplazamiento forzado elaboran sobre la ciudad 48
2. Simbolizaciones en la ciudad 54 3. Vivencias de ciudadanía 55
CAPÍTULO IX: Retos y desafíos: En busca de héroes y heroínas 60
CAPÍTULO X: Colorín colorado… 63
BIBLIOGRAFÍA
1
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, la ciudad de Cali vivencia un proceso acelerado de
modernización, el cual es una expresión de la globalización económica, social y
cultural que están enfrentando las ciudades mundiales. Esto se ve materializado
en la implementación de proyectos de trasporte masivo, propagación de centros
comerciales y expansión de la urbanización, generando un choque de opiniones
por parte de la ciudadanía en lo que respecta a esta ciudad; por un lado, las
personas que están de acuerdo y consideran que es una forma de desarrollo para
la ciudad y por el otro las personas que sienten que dicho desarrollo se está
concentrando sólo en la estética (una estética sectorizada) de la ciudad y se están
dejando de lado la resolución de las problemáticas sociales que enfrenta. Es así
como al mismo tiempo coexisten discursos de una ciudad incluyente y excluyente,
dónde es principalmente la población “menos favorecida” la que reclama ser
tenida en cuenta en la construcción de un proyecto de ciudad que responda a las
necesidades, sueños y expectativas de la sociedad que la habita, recorre y vive.
Así mismo encontramos niños y niñas (8 a 14 años) provenientes de diferentes
zonas del país. Niños y niñas víctimas del desplazamiento forzado, que llegan a la
ciudad no porque haya sido su elección, si no porque les ha tocado vivenciar una
guerra que no respeta edad, etnia, ideología, condición política, cultural y de
género, que día a día están viviendo realidades particulares en una ciudad que
experimenta constantes cambios, llegan a la ciudad esperanzados en encontrar
remedio a sus penas, solución a sus problemas… ¿y qué encuentran?
Con la presente investigación quisimos acercamos a la visión y lectura de lo que
es Santiago de Cali para algunos niños y niñas en situación de desplazamiento
forzado, desde su lógica y realidad particular. Corresponde a este trabajo
entonces, describir y develar cuáles son sus imaginarios y representaciones de
ciudad y cómo a partir de allí vivencian la ciudadanía, un tema que ha sido poco
investigado en la infancia colombiana pero que nos permitió reconocer un tipo de
2
sujeto -cada niño y niña- desde un nuevo enfoque, como sujetos de derechos1.
Creemos que este fue un espacio importante de construcción social y ciudadana
que aportó a la reflexión en torno a su construcción como sujetos sociales y
políticos2 dentro de la ciudad. Desde allí nos permitieron conocer la relación que
tienen con ella, a partir de los imaginarios, vivencias, expectativas y relaciones que
tejen dentro de los espacios que habitan y que han convertido en su referente
inmediato de ciudad.
Para el desarrollo de ésta investigación nos fundamentamos en el método
cualitativo puesto que nuestro principal objetivo es la construcción de sentido que
los actores hacen de su realidad inmediata, en éste caso los Imaginarios De
ciudad construidos por los niños y las niñas que se encuentran en situación de
desplazamiento forzado en la ciudad de Cali y cómo a partir de estos imaginarios
ellos vivencian su ciudadanía. Para este propósito utilizamos la entrevista semi-
estructurada que nos permitió descubrir como actúan y reconstruyen los niños y
las niñas en situación de desplazamiento forzado (que hacen parte de la
Fundación Paz y Bien), su sistema de representaciones sociales.
El presente trabajo contiene XI capítulos en los cuales el lector podrá conocer el
proceso y desarrollo de la investigación. En el capitulo I se encontrará todo lo
metodológico que guió el proceso investigativo: el problema de investigación, los
1 La visión del niño como sujeto social de derechos busca el reconocimiento del papel activo deéste, de su participación para contribuir en su propio desarrollo en el de su familia y en el de su comunidad. Va más allá de la idea de sujeto de derechos porque considera que sólo en la medida que el niño se desarrolla como sujeto social podrá afirmarse como sujeto de derechos, en un proceso continuo, enriquecido por la relación con su medio. (PÉREZ. El n iñ o com o su j e t o soci a l de der ech os . En h t t p : / / www. i n t ec . edu . do/ ~ cdp / docs / c om osu je t o. h t m )
2 Liliana Patricia Torres en su texto “Acerca de categoría de sujeto” pone de manifiesto lo siguiente: “reconocer el sujeto en su potencialidad, en tanto que el desarrollo tiene que ver con su misma constitución como sujeto social que piensa y asume posiciones respecto a su contexto en la búsqueda por transformarlo. Los sujetos sociales reconocen su papel histórico y la potencialidad que tienen para transformar su realidad en historia política. El sujeto político no sólo se reconoce con conciencia histórica sino que actúa buscando la transformación de su historia, se ubica en la construcción de sociedad, es decir, pensarse y asumirse como generador de historia y no sólo como parte de la historia”.
3
objetivos (generales y específicos) y la estrategia metodológica. En el capitulo II,
marco contextual, hacemos un acercamiento al entorno en el cual se enmarcó la
presente investigación. En el capítulo III, marco teórico, definimos los conceptos
que componen y que nos ayudan a develar la realidad abordada. Desde el
capitulo IV hallazgos hasta el capitulo IX el lector se encontrará con el análisis y
los hallazgos que arrojó nuestra investigación. El capitulo X le permitirá al lector
conocer aprendizajes, experiencias o propuestas que hacemos acerca del tema.
Finalmente en el capitulo XI, presentamos algunas conclusiones que surgieron a
partir de la investigación, y por último la bibliografía que soportó nuestro marco de
referencia.
Consideramos que este proceso de investigación fue importante porque nos
permitió conocer cómo los niños y las niñas se piensan la ciudad, las
potencialidades que en ellos hay para empezar a construir una mejor ciudad que
repercuta en el bienestar de la comunidad en general y que rescate los procesos
de apropiación que en ella existen. Santiago de Cali es la ciudad en la que
vivimos, crecemos y construimos nuestra vida, sumado a esto creemos que desde
nuestro quehacer profesional podemos incidir en procesos de construcción de una
ciudad más incluyente, en la que el reconocimiento de la diversidad sea vista
como dinamizador de procesos de cambio social.
Esta investigación atrapará al lector mediante una historia mágica, vivida y
contada desde el relato de niños y niñas en situación de desplazamiento forzado,
que han vivido la guerra, pero que pese a esto, todavía tienen la alegría de vivir,
de soñar, de crear nuevas aventuras; vislumbrando así sus vivencias en la
ciudad… Bienvenidos a éste mundo mágico.
4
CAPITULO I
LO QUE QUERÍAMOS SABER
En Colombia, cada hora son desplazados 20 niños en el desarrollo de una
dinámica de violencia (Codhes, 2006), ellos y sus familias se ven obligados a dejar
sus tierras como única opción para salvar su vida. Los niños y niñas son afectados
considerablemente por esta problemática; convirtiéndose en una población
vulnerable3 pues el desplazamiento forzado lesiona su integridad, su esfera
familiar, económica y cultural, sufren alteraciones que perturban notablemente el
significado y sentido de vida, lo que afecta la construcción de un proyecto de vida,
pues la situación emocional de crisis provoca consecuencias como pérdida de la
identidad como sujetos sociales, desarraigo socio cultural, dificultad para
integrarse culturalmente lo que produce aislamiento social.
El tema de Niñez en situación de Desplazamiento Forzado ha sido abordado por
diferentes autores y desde diversas perspectivas, los estudios que se han
realizado acerca del tema son pocos, comparados con el tiempo que este
fenómeno lleva agobiando el país y el tiempo que se lleva investigando el
desplazamiento como fenómeno social. Los temas investigados han hecho
énfasis en procesos de desarraigo, de pérdida de identidades, de
desculturalización, de rupturas, de impacto psicosocial y todo lo referenciado en el
pasado de las personas que están en una situación de desplazamiento forzado,
también en todos los efectos que esta nueva condición trae consigo, pero se ha
hecho poco ahínco en la manera como el menor de edad se relaciona con el sitio
receptor como es la ciudad, cuáles son sus imaginarios de ella, su nivel de
apropiación en ella, la manera en que la vive y “deja de ser victima” para empezar
un nuevo camino que, mediante la simbolización de la ciudad, le permite vivenciar
su ciudadanía.
3 Se entiende por persona vulnerable aquella que por condiciones estructurales está “impedida” para ejercer a plenitud sus derechos. (Línea de base Soñadores al Piso 2006)
5
De ahí surge nuestro interés por indagar en el tema de la niñez en situación de
desplazamiento forzado, donde nos interesa conocer sus imaginarios de ciudad,
sus representaciones de ciudad y cómo a partir de allí vivencian la ciudadanía.
Para nosotras es importante conocer como se ve el niño/niña en la ciudad y sus
apuestas en ella, cómo ésta les permite o no crear nuevos escenarios que
proporcionen las condiciones necesarias para una vida digna; reconociéndolos
como sujetos, identificándolos no sólo por sus carencias, sino por sus
potencialidades; no pensando en que estos niños y niñas desarraigados de su
tierra tengan que volver a ella, sino que desde la ciudad puedan replantearse su
futuro, a partir de las relaciones que tejen con ella, lo que les permite nuevas
posibilidades de vida y verdaderas oportunidades de participación.
En este sentido creemos que esta investigación fue y es relevante para el Trabajo
Social en la medida que aporta una nueva visión de los niños y niñas en situación
de desplazamiento forzado. Más allá del niño/niña victima del desplazamiento
forzado; con este proyecto intentamos reconocer un sujeto con capacidad de
redimensionar su realidad y a partir de allí construir relaciones con su nuevo
entorno, que implica el desarrollo de otras habilidades y el reconocimiento de
nuevas oportunidades además de una nueva condición como lo es la ciudadanía.
Por lo anterior, la pregunta que guió esta investigación fue:
¿Cuáles son los imaginarios de ciudad que tienen los niños y niñas (8 a 14 años)
en situación de desplazamiento forzado en la ciudad de Cali y cómo a partir de
estos imaginarios ellos vivencian su ciudadanía?
6
A su vez, los objetivos que nos planteamos fueron:
OBJETIVOS GENERALES
Describir los imaginarios de ciudad de niños y niñas en situación de
desplazamiento forzado.
Identificar la influencia que tiene los imaginarios de ciudad en la vivencia de
ciudadanía de niños y niñas en situación de desplazamiento forzado.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Describir las representaciones de ciudad que tiene los niños y las niñas en
situación de desplazamiento forzado en la ciudad de Cali.
Analizar las relaciones (familiares, con grupo de pares, escolares) que los niños
y niñas en situación de desplazamiento forzado establecen con su nuevo
entorno.
Indagar las formas en las que los niños y las niñas en situación de
desplazamiento forzado se relacionan con la ciudad (estudio, juego, trabajo).
Establecer una relación entre los imaginarios de ciudad que tienen los niñas y
las niñas en situación de desplazamiento forzado y sus vivencias de
ciudadanía.
ESTRATEGIA METODOLÓGICA
Nuestra investigación fue de tipo descriptivo, en tanto el niño usó las palabras para
expresar sus imágenes mentales de acontecimientos, aspectos de la vida
cotidiana, escenas, experiencias, emociones o sensaciones; es un relato que se
hace desde la perspectiva de la persona que realiza la descripción. La
investigación descriptiva “tiende a ser una manera planificada, cautelosa,
sistemática y confiable de descubrir o profundizar el conocimiento” (Blaxter,
Hughes y Tight; 2000:24), es descriptiva en tanto nos permite indagar en los
imaginarios de ciudad y la percepción de ésta que tienen los niños y niñas en
situación de desplazamiento forzado y cómo a partir de estos imaginarios los niños
vivencian la ciudadanía.
7
La presente investigación se fundamenta en el método cualitativo, entendido este
como un método de investigación sobre la vida de la gente, las experiencias
vividas, los comportamientos, emociones y sentimientos de las personas dentro de
su contexto. “Dentro del enfoque cualitativo existe una variedad de concepciones
o marcos de interpretación, como ya se comentó, pero en todos ellos hay un
común denominador que podríamos situar en el concepto de patrón cultural”
(Colby, 1996. En: Sampieri y otros, 2006:15) que parte de la premisa de que toda
cultura o sistema social tiene un modo único para entender situaciones y eventos.
Esta cosmovisión o manera de ver el mundo afecta la conducta humana. Los
modelos culturales se encuentran en el centro del estudio de lo cualitativo, pues
son entidades flexibles y maleables que constituyen marcos de referencia para el
actor social. (Sampieri, Fernández y Baptista, 2006:9)
De esta forma hicimos uso principalmente de la entrevista semi-estructurada,
puesto que nos permitió recolectar datos de interés para nuestra investigación, es
una técnica importante ya que son los mismos actores quienes nos proporcionan
datos relativos a sus experiencias, conductas, opiniones, deseos, actitudes y
expectativas acerca de un fenómeno social; esta técnica utilizamos nos permitió
descubrir como actúan y reconstruyen los sujetos el sistema de representaciones
sociales en sus productos individuales.
El universo poblacional de esta investigación son niños y niñas en situación de
desplazamiento forzado que residen en Cali, la muestra fueron seis niños y niñas
(4 niñas y 2 niños) en situación de desplazamiento forzado entre los 8 y 14 años
de edad, que viven en la ciudad aproximadamente hace dos años y que hacen
parte de los Jueves de Paz de la Fundación Paz y Bien de la ciudad de Cali.
Para iniciar la recolección de datos inicialmente contactamos al Padre Fray Luis
Patiño, quien nos vinculó con la fundación Paz y Bien. Iniciamos asistiendo al
Programa Jueves de paz de la fundación. El primer día fuimos y nos presentamos
8
ante las directivas de la organización, les contamos nuestro propósito y enseguida
ellos nos presentaron con los niños que eran nuestro “foco de interés”. Al iniciar
“ingenuamente” creíamos que llegábamos hacíamos dos visitas (o sea, asistíamos
a dos jueves de paz), observábamos niños y niñas con habilidades narrativas que
nos pudieran suministrar la información que necesitábamos y con eso
terminábamos nuestro trabajo de campo. Oh! Sorpresa la que nos hemos llevado.
Primero el instrumento que inicialmente habíamos diseñado como soporte para
llevar a cabo las entrevistas, no profundizaba suficientemente en los temas que
necesitábamos tratar. Segundo, la elección de los niños y las niñas únicamente
mediante la observación de sus conductas no era suficiente, necesitábamos
interactuar más con ellos, pues a simple vista creíamos que podían convertirse en
la voz de la investigación, en los actores, pero en el momento de hacerlas no les
gustaba que los grabaran, les daba pereza o pena, otros simplemente no les
gustaba que los separáramos de su grupo de pares porque ese era un espacio
para jugar, para divertirse y no para estar con tres extrañas que querían averiguar
sus vidas –por lo menos así lo percibimos en un comienzo-.
Después de la primera visita sentimos que era urgente el cambio de metodología
para trabajar, decidimos interactuar más desde las actividades lúdicas y juegos
que fueran afines y a través de las cuales pudiéramos crear un vínculo más fuerte
con ellos, esto no sólo con el propósito de la recolección de datos, sino que al ver
la situación de ellos, el potencial que tenían y las actividades tan rutinarias que
realizaban vimos la necesidad de retribuirles de alguna manera su colaboración en
ésta investigación.
Es así como a partir de la segunda visita cada una de nosotras hizo un despliegue
de sus habilidades histriónicas para trabajar con los 56 niños y niñas que asisten
semanalmente, unimos nuestras dotes artísticas, musicales, rítmicas y teatrales,
para explorar en cada uno de los pequeñines esas cualidades que a veces quedan
rezagadas por las huellas de la violencia.
9
Los siguientes 6 jueves, siempre llegábamos con actividades planeadas para que
los niños y las niñas se integraran a la dinámica de los Jueves de Paz. Lo que
más recordamos es la alegría con la que nos recibían cada jueves, cómo a medida
que pasaba el tiempo nos iban reconociendo como parte de su vida, nos decían
“profe”, nos llamaban por nuestros nombres y eso nos llenaba de emoción porque
sentíamos que de una u otra forma les estábamos enseñando cosas que les iban
a servir para sus vivencias en la ciudad. A veces, no podíamos ocultar la tristeza
e impotencia que nos causaba llegar y ver la situación de muchos de ellos,
algunos desnutridos, parcos, violentos, ensimismados y otros temerosos,
temerosos de nosotras “las extrañas”, de los demás niños y niñas o de ellos
mismos. Era mayor el abatimiento al escuchar sus narraciones, ¡narraciones que
increíblemente eran contadas por nuestros niños y niñas!, historias que no eran
salidas de su pensamiento mágico, ni de un cuento de monstruos inventado por
ellos. Son historias producto del drama que les ha tocado vivir en carne propia,
son el resultado de sus vivencias.
Para llevar a cabo las entrevistas focalizábamos los potenciales entrevistados, les
contábamos de qué se trataba y ellos decidían si querían o no participar en la
investigación. La mayoría accedían y nos concedían toda la entrevista, otros
desertaban antes de terminarla.
El principal reto que nos implicó este trabajo de campo fue mantener la firmeza
ante tantas situaciones injustas, impensables, ajenas; que jueves a jueves nos
tocaba vivenciar y que en nuestra vida cotidiana aparentemente es lejana pero
que es intrínseca a nuestra carrera.
Al finalizar nuestro trabajo de campo llevamos a cabo la fiesta de la “Paz y la
Alegría”, en la que tratamos de hacer énfasis en estos dos valores sociales que a
veces resultan extraños para estos niños y niñas.
10
A manera de reflexión frente a lo que fueron nuestras vivencias en el trabajo de
campo cabe anotar, que en un proceso investigativo (más si éste se desarrolla
bajo una metodología cualitativa) es relevante poder equilibrar lo subjetivo, de
forma tal que éste no sea un obstáculo para dicho proceso. Es importante que los
múltiples sentimientos y emociones que nos genera una situación como la del
Desplazamiento Forzado, no sean los que principalmente guíen la investigación;
sino las ganas de tratar un tema que puede redundar en propuestas para mejores
condiciones de las personas que vivencian ésta problemática social.
11
CAPITULO II
EL LUGAR DE LA HISTORIA
En el sur-occidente de Colombia se encuentra el departamento del Valle del
Cauca, y en ella su capital, la ciudad de Santiago de Cali fundada en 1536 por
Sebastián de Belalcazar; es una ciudad que conserva un imaginario de ciudad
salsera y rumbera4, de gente alegre; sin embargo en esta ciudad podemos
encontrar evidencias claras de pobreza, de barrios marginados y populares.
Según Acción Social (programa de la presidencia de la republica) en Colombia,
Cali es la tercera ciudad receptora de la población en situación de desplazamiento
forzado por la violencia. A 2007, en la ciudad se encontraban 49.774 personas
desplazadas correspondientes a 11.615 familias, localizadas en las áreas oriente,
ladera y norte5.
4 Ciudad salsera y rumbera "Salsa" es el nombre genérico que se le da a una etapa de la historia de la música popular afrocaribeña. Las décadas de 1970 y de los 80, pueden considerarse como los "años dorados" de ese movimiento que se destacó en Nueva York y en Puerto Rico, con la experimentación y el trabajo de músicos y ritmos cubanos, boricuas, panameños, norteamericanos, y otros. El "Caleño y la Caleña" siempre han bailado. Su identificación con el baile proviene de los estratos populares que por medio de los ritmos Afro-Caribeños se empieza a desarrollar en los años 30 conservándose como una tradición durante más de 70 años. Con la nueva década llegan ritmos como el Swing, el Boggie Woogie, el Foxtrot, el Rock'n'Roll que son bien recibidos en la Cali de estratos altos. En cambio a los barrios populares se quedaron los ritmos Rumberos que provenían de Cuba, de Puerto Rico y más adelante de New York. Es así como llega entonces a Cali el ritmo "la Pachanga", antecedente de la Salsa que se apodera de todos los bailaderos de la ciudad. En los años 80 nació el apelativo para Cali de la "Capital Mundial de la Salsa" puesto que entre otras cosas la gente en Cali se había aprendido a la perfección, el abecedario de la música Cubana, conocían a todos los temas e intérpretes puertorriqueños, newyorkinos y por supuesto colombianos. En ningún otro lugar se bailaba tanta Salsa como en Cali. Esa parece ser una época del pasado que, en ocasiones, luce destinada a desaparecer a medida que los "salseros viejos" se extinguen. Sin embargo, todo ese tesoro musical del ayer sigue vigente, como si el tiempo se hubiera detenido, en la vida y el corazón de los salseros más rabiosos y amables del mundo: los caleños. Allí se desborda el espíritu salsero de Cali; ciudad de cañaverales, de fútbol y de mujeres hermosas, que se convirtió en la caja fuerte, en un baluarte, donde se guardan con pasión los recuerdos musicales de la mejor época de la salsa.Por otro lado, Cali es un paraíso para los bailadores. Pero eso sí: para los buenos bailadores. Desde las pasadas décadas, el bailar bien, con "swing" y gracia es un asunto que los caleños toman muy en serio, para exhibir sus pasos. Cali Baluarte De La Memoria Salsera - TT: Cali center of salsa music en: http://findarticles.com/p/articles/mi_m0FXV/is_2_11/ai_73324039. Cali: Capital Mundial de la Salsa, En: http://www.salsa.ch/news_view.php?idnews=178. 5 Secretaria General Santiago de Cali: http//www.cali.gov.co
12
Población, asentada mayoritariamente en el Distrito de Aguablanca, conglomerado
humano conformado por más de 40 barrios, posee una dinámica migratoria muy
alta; su población proviene de los campos y ciudades azotados por la pobreza, la
violencia y el desplazamiento forzado. Se calcula que allí reside una cuarta parte
del total de los habitantes de la ciudad. Culturalmente está habitado por personas
de diferentes regiones del país, principalmente por la población Afrocolombiana de
la costa pacífica, indígenas de los departamentos de Cauca y Nariño, campesinos
y pequeños comerciantes de los departamentos vecinos. Dentro de esta población
la mayoría son mujeres cabeza de familia, niñas, niños y jóvenes. (Página Web
Fundación Paz y Bien, en: www.fundacionpazybien.org/)
De acuerdo con el decreto 250 de 2005: Plan Nacional de Atención Integral a la
Población Desplazada, ofrece a los niños y niñas victimas de esta problemática
programas de atención por medio del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar el
cual se centra en niños lactantes, y especialmente los huérfanos y a los grupos
familiares, vinculándolos al proyecto de asistencia social familiar y comunitaria en
las zonas de asentamiento de los desplazados.
13
Fuente: Página Web Fundación Paz y Bien, en: www.fundacionpazybien.org/
Frente a esta realidad la Fundación Paz y Bien creada el 14 de abril de 1992, ha
diseñado un programa de atención a la población en situación de desplazamiento
forzado, dado los grades retos que viven éstas personas, la fundación brinda
asistencia y acompañamiento integral a través de: “posadas semilla de
mostaza”, que son albergues temporales para familias mientras realizan la
legalización de su situación y reciben ayuda de emergencia de parte de los
organismos gubernamentales responsables; jueves de paz, espacio de
encuentros personales y colectivos donde se brinda asesoría jurídica, psicológica,
orientación y atención humanitaria de emergencia a la población en situación de
desplazamiento forzado; eco-aldea paz y bien, albergue rural temporal para
familias campesinas en desplazamiento forzado, niños y jóvenes víctimas de la
violencia urbana, quienes redefinen y fortalecen su proyecto de vida con
actividades relacionadas con el campo, donde se capacitan en agricultura
14
orgánica ubicada en el corregimiento de Bitaco, municipio de La Cumbre,
departamento del Valle del Cauca.
La Fundación Paz y Bien es una entidad sin ánimo de lucro, su misión es lograr a
mediano plazo una comunidad organizada, integrada por personas autónomas,
libres, generadoras de procesos de participación ciudadana, con proyectos de vida
dignos, conviviendo pacíficamente y respetuosas del entorno físico y social del
que hacen parte, según valores cristianos que les permita ser agentes de paz.
Su sede y campo de acción tiene lugar en las comunas 13,14 y 15 del distrito de
Aguablanca y en la comuna 21 de la ciudadela Desepaz.
La Fundación tiene dentro de sus programas:
Atención integral a las niñas, niños y jóvenes, mediante la creación de una red
de servicios comunitarios que atiende a sus necesidades.
Cultura de paz, que es la estrategia que atraviesa toda la propuesta
programática de la fundación intentando prevenir y atender la violencia urbana,
que se da entre vecinos del barrio.
Salud sexual y reproductiva, promueve la responsabilidad sobre el propio
cuerpo, previene la violencia sexual y el contagio de infecciones de transmisión
sexual, el VIH-sida y el respeto en la generación de la vida.
Economía solidaria, que dio vida a la asociación semilla de
mostaza, organización popular de base encargada de la gestión empresarial de
su propia economía solidaria.
Educación popular para jóvenes y adultos, orientada a su formación personal y
capacitación laboral.
15
CAPITULO III
LOS ELEMENTOS QUE DEBEMOS TENER CLAROS
Colombia es un país de sueños, sueños que han sido agotados por la violencia
que nos ha tocado vivir hace más de cuarenta años. Nuestro abuelos nos cuentan
mucha historias de la guerra: “el Bogotazo” 6 y el periodo conocido como “La
Violencia”7, etc. pero cuando estas historias son contadas por nuestros niños,
duelen. No es fácil hablar de desplazamiento forzado y cuando éste involucra a la
niñez, es difícil comprender por qué a esta población le ha afectado la guerra de
nuestro país, por qué las dinámicas violentas les están agotando sus sueños,
fantasías y esperanzas.
Se ha notado que durante los últimos quince años el fenómeno del
desplazamiento forzado por factores de violencia política, económica, social y
cultural, en el país ha venido creciendo, afectando especialmente a la población
civil y dentro de está a la infancia.
Martha Nubia Bello en su libro Relatos de la Violencia (2000:23) nos brinda
algunas pistas del concepto de desplazamiento forzado:
“El desplazamiento interno forzado es un proceso migratorio de familias y personas habitando lugares específicos, en condiciones de violencia y hostigamiento, buscando otros sitios para proteger sus
6 Se conoce como Bogotazo al período de protestas y desórdenes surgido después del magnicidiode Jorge Eliécer Gaitán -candidato del partido liberal a la Presidencia de la República para el periodo 1950-1954- el 9 de abril de 1948 en el centro de Bogotá. La reacción al asesinato de Gaitán sería la antesala de la época conocida como La Violencia. Ese día hubo saqueos, principalmente en el centro de Bogotá, a lo largo de la carrera séptima inicialmente pero que luego se fueron esparciendo por gran parte de la ciudad para terminar extendiéndose a varias ciudades de Colombia. Además de los saqueos, hubo incendios provocados por los manifestantes: incendiaron los tranvías, iglesias, edificaciones importantes y los mismos locales saqueados. (Fuente: Enciclopedia Virtual Wikipedia, http://es.wikipedia.org/)
7 Una vez asesinado Jorge Eliécer Gaitán, los liberales vencidos se retiran al campo y organizan la resistencia con el apoyo del Partido Comunista. Los propietarios por su parte organizan partidas armadas para luchar contra los liberales, que degeneran rápidamente en grupos de bandidos. Este periodo es conocido como "La Violencia". Más de doscientos mil muertos es el saldo de este periodo. La Violencia se caracterizó por el terrorismo, los asesinatos y la destrucción de la propiedad. (Ibíd.)
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vidas (la salida es solo parte del mismo, ya que son las situaciones previas y posteriores las que le confieren la dinámica particular, que la diferencia de otros procesos migratorios) esta forma de violencia quebranta la integridad física y psíquica de las personas amenazadas porque la faceta de destrucción, miedo e incertidumbre que conlleva convierte a sus victimas en seres altamente vulnerables.”
De otra parte la ley 387 de 1997, define a las personas en situación de
desplazamiento como:
“Es desplazado toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional abandonando su localidad de residencia o actividades económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera de las siguientes situaciones: Conflicto armado interno, disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los Derechos Humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario u otras circunstancias emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar o alteren drásticamente el orden público”.
La familia colombiana desplazada por violencia social, económica, o política
comparte un mismo sentir: el haber sido forzada a dejar su casa, su familia y su
pueblo. Cuando una familia es desplazada experimenta la muerte de sus sueños e
ideales, la muerte de su red social, amistades e identidad en general, la persona
desplazada forzosamente enfrenta también la muerte de la identidad familiar que
poseía en el lugar que creció, por tal motivo su estabilidad psicosocial8 corre gran
riesgo.
Sin lugar a dudas quienes resultan muy afectados son los niños ya que apenas
están en proceso de desarrollo tanto físico como mental, para lo cual su entorno
es de vital importancia, pues a partir de él van conformando nuevas identidades y
formas de relacionarse. El tener que abandonar su «tierra», el desplazarse de
8“La palabra psicosocial nos permite entender las emociones que sentimos, así como los comportamientos que adoptamos, los cuales están referidos de modo inevitable a un contexto relacional y social. Sentimos y actuamos en relación con otros. No nos suceden cosas de manera aislada o en el vacio.” Bermudez (2004:220). Entendemos por estabilidad psicosocial,en el sentido del equilibrio de las emociones y como estas afectan el comportamiento y median las relaciones con los otros.
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manera forzosa y el estar obligados a adaptarse a un nuevo lugar y a una nueva
forma de vida, conlleva diversos tipos de pérdidas, muertes y renaceres. La
infancia desplazada está forzada a desvanecer inconsciente o conscientemente
los ideales que se había forjado (RUEDA, 2003:2). Las rupturas abruptas causan
una sensación de desesperanza y una crónica melancolía que dan lugar a una
constante añoranza del sitio abandonado y que limitan en gran medida su
desarrollo en las dinámicas citadinas.
Cuando se trata de niños que huyen con sus familias del conflicto armado en
búsqueda de seguridad, la problemática del desplazamiento asume connotaciones
especiales que tiene relación con los derechos de la infancia, toda vez que la
población es más vulnerable y requiere de atención física y psicosocial9 especial
que contribuya a superar los traumas, el miedo, el desespero y la constitución
psicológica, social y afectiva del niño.
En este sentido, podríamos decir que el desplazamiento forzado se ha convertido
en un fenómeno que reduce las posibilidades de bienestar en las zonas rurales y
en las zonas marginales de la periferia de la mayoría de las ciudades en
Colombia, pues afecta la integridad física, social y psicológica a cualquier persona
que esté en esta condición. Las personas en situación de desplazamiento forzado
se ven obligadas a abandonar su vida rural (tierra, animales, bosques, ríos) o
urbana y reemplazarlo por un lugar nuevo “desconocido” por LA CIUDAD, un lugar
nuevo para conocer, al cual adaptarse, un espacio que les plantea una nueva
forma de ver la vida, de relacionarse y de sobrevivir.
De esta manera Eduardo Kingman Garcés en su libro Las Ciudades en la Historia
(1989:56), nos dice que la ciudad es algo más que un conjunto de elementos
cuantificables o medibles, como son las edificaciones, población, vías, sino que a
ello se unen los continuos desplazamientos de las personas sobre su espacio, su
9 La atención física corresponde a las necesidades básicas del sujeto: alimentación, vivienda y demás. La atención psicosocial es el proceso de acompañamiento personal, familiar y comunitario, que busca fortalecer la integridad emocional, de las personas así como de sus redes sociales.
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hacer y deshacer constante la constituyen; es decir no se deben separar las partes
de su conjunto y por eso es importante tener en cuenta las relaciones que se
entretejen dentro de la urbe.
“La ciudad parece como densa red simbólica en permanente construcción y expansión, cada ciudad se parece a sus creadores, y estos son hechos por la ciudad. Lo que hace diferente una ciudad a otra no es tanto su capacidad arquitectónica..., sino más bien los símbolos que sobre ella se ha construido y estos símbolos cambian, cambian las fantasías que una colectividad despliega para hacer suya la urbanización de una ciudad. La ciudad es una organización cultural de un espacio físico y social, es el espacio en donde nos reconocemos cada día en nuestra realidad caótica y precaria, pero también en donde nos imaginamos desde el deseo, desde lo que quisiéramos ser y no somos. Por eso, a la ciudad que se vive y usa con miedo se opone la ciudad del encuentro. A la ciudad que agrede, la ciudad que ama. Esta ciudad deseada e invisible” (Silva 1992:19)
Por lo anterior consideramos importante resaltar que la ciudad es más que el
espacio físico, arquitectónico, exterior y tangible sino que igualmente la conforman
las personas y las relaciones que establecen entre ellas y el entorno en donde
existen unos signos, códigos y un lenguaje socialmente compartido que posibilita
el reconocimiento de unos con otros. Además de ser una construcción social
histórica en la que las sociedades escriben y rescriben su historia mediada por las
relaciones sociales dentro de una dinámica social que se refleja en lo local,
regional, nacional y mundial. En este orden de ideas es preciso tener en cuenta
que a los niños en situación de desplazamiento forzado no solo les cambia la
estética de sus lugares de residencia, sino que también existe un nuevo reto: “el
proceso adaptativo”, el conocerse y reconocerse con su entorno relacional.
En ese sentido desde el Interaccionismo Simbólico podemos ver la singularidad de
las ciudades donde las personas establecen diversos tipos de vínculo y vivencias
que van a determinar sus percepciones e imaginarios. ...Pero ¿qué son los
imaginarios? De los imaginarios no se puede dar un significado generalizado
porque cada quien los define de acuerdo a su realidad, experiencias y constructos:
Pintos (En: Vega y otros, 2005:298) explica que los imaginarios sociales son
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esquemas, construidos socialmente, que nos permiten percibir algo como real,
estructuran la experiencia social y generan comportamientos. Lo que equivale a
decir que los imaginarios determinan las percepciones de los individuos y tienen
efecto en sus acciones. Por su parte, Durand (En: Vega y otros, 2005:298) define
«imaginarios» como el conjunto de imágenes que constituyen el capital pensado
del ser humano desde el cual el individuo establece relaciones con otros
individuos y con el espacio.
“La imágenes urbanas son el resultado de un proceso bilateral entre observador y su medio ambiente. El medio ambiente sugiere distinciones y relaciones, y el observador –con gran adaptabilidad y a la de sus propios objetivos- escoge, organiza y dota de significado lo que ve. La imagen desarrollada en esta forma limita y acentúa ahora lo que se ve, en tanto que la imagen en si misma es contrastada con la percepción filtrada, mediante un constante proceso de interacción. De este modo, la imagen de una realidad determinada puede variar de forma considerable entre diversos observadores” (Lynch, 1998:15)
El imaginario puede definirse como lo que los habitantes de una ciudad construyen
sobre lo que la ciudad debe ser, sus metas, desafíos; partiendo de sus realidades
y encontrando caminos para solucionar sus deficiencias. Sin embargo podemos
decir que:
“como imaginario de ciudad tenemos la imagen en un nivel superior, aquel en el cual se hace por segmentación y cortes imaginarios de sus moradores, conduce a un encuentro de especial subjetividad con la ciudad: ciudad vivida, interiorizada y proyectada por grupos sociales que la habitan y que en sus relaciones de uso con la urbe no sólo la recorren, sino que interfieren dialógicamente” (Lynch, 1998:15).
En palabras de Silva (1992:94) también se definen los imaginarios a partir de lo
simbólico, la realidad, la imagen, la percepción y la cotidianidad. En la ciudad se
mueven diferentes lógicas, es por esta razón que nos parece de vital importancia
conocer los símbolos, constructos, ideas y fantasías que se tejen en la
imaginación de los niños y niñas en situación de desplazamiento forzado que
habitan la ciudad. Es así como los imaginarios pueden ser un motivo de unión,
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apropiación o separación de las personas hacia la ciudad de acuerdo a la lectura
que ellas tengan de la misma.
"La ciudad" también es una representación imaginaria, una construcción simbólico
discursiva, producto de nuestra imaginación, y sobre todo, del lenguaje.
Habitamos la ciudad en la intersección de nuestra experiencia sensorial de la
ciudad y nuestra ubicación en un mar de "representaciones" de la ciudad que
circulan -y que en cierto sentido, nos preceden-, las cuales conforman un "anillo"
que media nuestra vivencia de la ciudad. De este modo, la experiencia cotidiana
está mediada por tales narraciones -las cuales se refuerzan o alteran como
resultado de la vida cotidiana. Dichas representaciones se producen en respuesta
a vivencias de la ciudad como realidad sensorial, social, pero a su vez, es
partiendo de ellas que intervenimos sobre la ciudad, sobre la sociedad, ya sea
para reproducirla o modificarla. (Remedi. 2003. En:
www.henciclopedia.org.uy/autores/Remedi)
Conocer y descubrir la ciudad en sus dimensiones múltiples, tener imaginarios de
ella, es conocerse a uno mismo y a los demás, es asumirse como sujeto y como
miembro de comunidades diversas. El reconocimiento del patrimonio, del paisaje,
de la arquitectura, de la historia, de las fiestas, de las poblaciones y actividades
sucesivas, forma parte del proceso de adquisición de la ciudadanía. Por lo cual
fue importante para nuestra investigación entender dicha noción.
De esta manera nos encontramos con que el concepto de ciudadanía actualmente
puede ser apropiado, usado y articulado políticamente por distintas posiciones y
actitudes políticas, ya que tiene cabida en todo discurso, por lo que no existe un
contenido esencial para tal noción (Aceves, 2005:15), pese a esto, es evidente la
diversidad de contextos donde la ciudadanía es reclamada y confrontada. Al
realizar un rastreo de la noción de ciudadanía encontramos diferentes autores que
se paran desde múltiples perspectivas para hablarnos del tema.
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Según Borja, las actuales ideas sobre la ciudadanía evolucionaron a partir de las
experiencias de las revoluciones americana y francesa, así, “la ciudadanía era
considerada en el pasado como la condición social de un habitante nacido o
naturalizado en una ciudad o estado, que lo hacía acreedor a un conjunto de
derechos y deberes civiles, sociales y políticos, que se podían ejercer en el ámbito
del territorio de la ciudad”. (Borja, 2001:1). Esta concepción de ciudadanía,
supuso cambiar las relaciones de autoridad, pues trataba de garantizar la libertad,
el derecho a participar en los procesos electorales, a formar asociaciones, entre
otros.
Para Elizabeth Jelin (1997:189), la ciudadanía como el resto de los conceptos o
categorías socio-políticas son parte de un devenir permanente de construcción y
cambio; en este sentido, tal noción no se puede identificar con un conjunto de
prácticas concretas, pues ser ciudadano y ciudadana significa ir más allá de
dichas prácticas; significa por un lado, poseer un sentimiento de pertenencia a una
comunidad política y por otro, obtener un reconocimiento de esa comunidad
política a la que se pertenece, entendiendo como comunidad política, una
comunidad con deberes y derechos, lo que implica a su vez pensar en nuevos
sujetos individuales y colectivos con derechos; en niños y niñas ciudadanos
portadores de derechos, pero también actuantes de derechos.
Así, en Colombia dentro de su sistema político, el reconocimiento como ciudadano
solo se adquiere a la edad de 18 años. Sin embargo Borja (Borja, 2001:1) nos
dice que la ciudadanía plena no se adquiere por el hecho de habitar una ciudad y
que tampoco basta con tener un documento legal que confirme tal condición; nos
dice que la ciudadanía es un status, un reconocimiento social y jurídico por el cual
una persona tiene derechos y deberes por su pertenencia a una comunidad, en
general, de base territorial y cultural. La ciudadanía es un concepto evolutivo que
acepta la diferencia, no la desigualdad; pero a su vez es un proceso de conquista
permanente de derechos formales y de exigencia de políticas públicas para
hacerlos efectivos.
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Actualmente frente a los nuevos problemas y procesos sociales que se enfrentan,
la realidad nos exige nuevos tipos de ciudadanía, que implica comprender el
concepto ya no en el sentido estricto de lo político, sino más bien en un sentido
sociológico amplio, enfatizando más las relaciones entre la ciudadanía y la
sociedad como un todo.
De esta manera, entendemos la ciudadanía como la posibilidad que tiene el sujeto
-niños y niñas en situación de desplazamiento forzado- de ir mas allá de unas
prácticas concretas atribuidas, y ser un portador de derechos humanos,
otorgándole la pertenencia a un contexto, pero también el reconocimiento como un
sujeto social que está en la capacidad de transformar su realidad social, mediante
la posibilidad real de participación dentro de la sociedad.
En este sentido concebimos la ciudadanía desde una visión amplia como lo
plantean Sheila Gómez y Catherine Tabares: como una manera de estar en la
ciudad, a partir de formas particulares en que se apropia este espacio social, que
en primera instancia sería desde el derecho adquirido legalmente, pero igual a
partir de las relaciones y vínculos que se construyen. (Gómez y Tabares,
2005:18).
De acuerdo a lo anterior expuesto entendemos las vivencias de ciudadanía como
una manera de relacionarse en y con la ciudad, a partir de formas particulares en
que se apropia este espacio social y de las relaciones y vínculos que se
construyen en ella. Pues la vida social, la vida en la ciudad y en el barrio, las
relaciones que se construyen es ese espacio social, las actividades que se
realizan allí, se vuelven espacios de "refugio", o espacios de aislamiento, pueden
ser espacios de fiesta y aprendizaje, de descubrimiento de los otros, en donde los
valores, las lenguas, las culturas se encuentran, pueden convivir y relacionarse.
Por lo tanto, para promover ciudadanía en, desde y para la democracia se
necesita construir espacios y oportunidades que promuevan y permitan aprender
habilidades y concepciones democráticas y ciudadanas; implica redefinir los
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sujetos, sus demandas, las relaciones con las instituciones, las políticas públicas
adecuadas para reducir las exclusiones, de igual manera es importante
constituirse como sujetos que le confieran un sentido de identidad y pertenencia a
una comunidad, donde prime la participación y el respeto a la diferencia,
privilegiando la construcción de una ciudad incluyente, en este caso, para los
niños y niñas en situación de desplazamiento forzado, donde como lo plantea
Elizabeth Jelín, se tenga la "conciencia de ser un sujeto con derecho a tener
derechos". (Jelin, 1997:201),
En éste orden de ideas la ciudad y la ciudadanía se articulan en una nueva
categoría que incluye a niños y niñas, en especial a los que han sido vulnerados
en sus derechos como lo son los niños y las niñas que se encuentran en situación
de desplazamiento forzado, que da cuenta de su condición como sujetos dentro de
una sociedad y contexto que perciben de una manera especial, que representan
en sus imaginarios y se hace visible en sus formas de relacionarse en ella.
Así pues habiendo abordado de manera amplia los principales conceptos que
guiaron nuestra investigación, los invitamos a adentrarnos en las narrativas de los
niños y niñas en situación de desplazamiento forzado teniendo como referente los
conceptos antes expuestos
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CAPITULO IV
PRÍNCIPES Y PRINCESAS DE ESTA HISTORIA
Los protagonistas de nuestra historia son: María Angélica, Luz, Cecilia, Gillari,
Andrés y Jaime, niñas y niños en situación de desplazamiento forzado que
provienen de zonas rurales de la Costa Pacífica, Antioquia, Cuaca y Nariño, el
rango etáreo esta entre los 8 y los 14 años, pertenecen a los jueves de paz de la
Fundación Paz y Bien. Viven en Cali hace más de 2 años, en el distrito de
Aguablanca en los barrios Marroquín II y Manuela Beltrán. A continuación
daremos una breve descripción de cada uno de ellos.
MARÍA ANGÉLICA: tiene 9 años, vino a la ciudad con su papá, mamá y dos
hermanos menores, dejando a su abuela a quien extraña mucho y a sus dos
hermanos mayores a los que ve muy poco, vive en Cali donde su tía. Esta
princesa es extrovertida, le gusta cantar y bailar, pertenece a un grupo de teatro
donde expone todo su talento; su piel morena realza sus ojos oscuros, al igual que
su cabello negro.
LUZ: tiene12 años, esta princesa vivía con su papá, su mamá y sus tres
hermanos, a su padre lo acabó la maldad “guerrilla”; nos cuenta una historia
divertida en medio de la tristeza; viene del Charco Nariño, está contenta en Cali,
aunque le gustaría que no existiera violencia y que fuera más limpia. Extraña las
aventuras en su antiguo reino, (el campo, los animales, sus amigos). Le encanta
dibujar y dice que le gusta su colegio actual porque tiene una biblioteca grande. Su
cabello es largo, sus ojos oscuros y tiene unas pestañas encrespadas, su mayor
sueño es recorrer el mundo y junto a su mamá conocer muchos países
empezando por Inglaterra.
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CECILIA: tiene 9 años, ésta princesa viene del bajo Calima Buenaventura, vive
con su abuela, su tíos y sus hermanas, ya que su madre murió hace algunos años
por un problema cardiaco, su padre aún se encuentra en el Bajo Calima. Ella vive
feliz en Cali, es muy alegre y dice que eso es lo que la identifica con la gente
caleña. Le apasiona la música, canta y toca casi todos los instrumentos del grupo
Batuta (grupo en el que estudia música). Es extrovertida, se distingue
principalmente por su sonrisa, sus actitudes de liderazgo y una picardía que la
caracterizan entre la multitud. Su sueño es ser odontóloga para ayudar a otros
niños por medio de ésta profesión.
GILLARI: tiene 8 años, ella no sabe donde está su madre, en Cali vive con su
padre, su madrastra y su tía, tiene cinco hermanitos de los cuales algunos
pertenecen a la maldad “guerrilla”. Es inquietante con sus historias de la
madreagua y su sonrisa que demuestra la calidez de sus historias, aunque sus
ojos reflejan la falta que le hace su madre, ya que constantemente lo transmite en
su narración. Es una princesa de tez negra no estudia pero pertenece al grupo de
batuta.
ANDRÉS: tiene 12 años, el papá es soldado y la mamá es chef en un restaurante,
vive con su abuela, hermanos, tíos y primos, extraña a sus amigos por las
aventuras que vivía con ellos (juegos en el río, jugaba naipes). Este príncipe
comparte sus historias con la alegría que lo caracteriza, en su voz se reflejan las
historias de violencia que ha vivido pero que no opacan su felicidad. Sueña con
volver a Buenaventura a jugar en el río. Ha logrado establecer amigos en la
escuela y el barrio con los que juega al secuestro.
JAIME: es un príncipe de 10 años, se vino a vivir a Cali con su madre y hermano
menor, dejando a su padre y hermanos en Tumaco, extraña a su familia y amigos
con los que cogia aguacate, su madre se encuentra buscando empleo. Sus
deportes favoritos son el fútbol y el basketball, es un bailarín excelente, que le
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gusta cantar y moverse con diferente ritmos, soñaba con llegar a Cali, dice que no
se piensa ir, pues le gusta mucho la ciudad y se siente feliz de estar en ella.
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CAPITULO v
LA HISTORIA
Los niños y niñas en situación de desplazamiento forzado, han vivido la guerra, la
han sentido y la han visto, no sólo como simples espectadores sino como
protagonistas de ella, han presenciado el asesinato de familiares, amigos y seres
queridos, han soportado las incursiones armadas, la quema de sus viviendas, la
zozobra de los bombardeos, han presenciado una realidad sin coraza, sin ganar la
batalla, una realidad en medio de la guerra…
… bienvenidos al mundo de princesas y príncipes sin castillo.
Érase una vez en tierras lejanas donde reinaba la maldad y la oscuridad,
seis príncipes y princesas que escaparon de sus castillos hacia nuevas
tierras dado el peligro que poco a poco se apoderaba de sus vidas. Ante la
intempestiva e inesperada salida, muchos de los reyes debieron abandonar a
sus hijos, de manera que los príncipes y princesas se vieron obligados partir
a reinos lejanos llenos de expectativas e incertidumbre, lugares en los que no
iban a estar con sus seres queridos y en donde tuvieron que vivir despojados
de sus tesoros.
(RELACIONES FAMILIARES QUE LOS NIÑOS Y NIÑAS EN SITUACIÓN DE
DESPLAZAMIENTO FORZADO ESTABLECEN EN SU NUEVO ENTORNO)
Entendemos por relaciones familiares, las relaciones que los niños y las niñas
tejen en el nuevo entorno con sus adultos cuidadores, que tiene que ver con el
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evento del desplazamiento y la manera como éste afectó la estructura familiar que
al mismo tiempo debe adaptarse a las condiciones de la ciudad.
1. EVENTO DEL DESPLAZAMIENTO
"Es la violencia temprana, la violencia que espanta, el terror acumulado en conciencias frágiles que crecen con el recuerdo de la muerte y la huida apresurada, es el drama de los niños desplazados... " (DDHH EN COLOMBIA Niños desplazados por violencia: rostros inocentes de una tragedia acumulada en: http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/codhes.html)
El drama de los príncipes y princesas inmersos en la prolongada tragedia del
desarraigo forzado por decisión de los señores de la guerra y de la muerte, cada
día cobra más victimas, pequeños seres humanos nacidos y criados bajo el
lenguaje de la guerra, en medio de la violencia, educados con las armas,
acumulan en sus mentes y sus vidas experiencias de dolor, de desarraigo, de
olvido, de la tierra abandonada, del sufrimiento urbano, del hambre que se vuelve
costumbre, de culturas desconocidas, de nostalgias reprimidas, de los seres
queridos que han dejado atrás, de recuerdos que vibran en silencio.
Cuando hablamos de niñas y niños en situación de desplazamiento forzado, la
realidad va más allá de una cifras, son niños y niñas que han crecido en medio de
la guerra, saben lo que es huir y mentir para salvar la vida, conocen lo que es la
muerte violenta porque han visto el asesinato de sus familiares y amigos, han
experimentado el dolor y la impotencia que ocasiona el ver destruida o quemada la
casa, han sido sometidos al olvido y a la imposición de nuevos referentes socio
culturales y ahora enfrentan, desde el miedo, la indiferencia propia de las zonas
urbanas. Los niños y las niñas en situación de desplazamiento, han sido
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socializados para vivir en medio de la guerra, es decir han crecido en medio de
ella y han aprendido estrategias para sobrevivir a ésta.
“¿Cómo se vinieron de allá? pues como mi papa tenia unas tierras allá, se las pidió la guerrilla y lo empezaron a perseguir y como el no se las quiso dar, ahí fue cuando lo mataron. Luego mi mama habló con el padre Alfredo y Él nos ayudo y nos vinimos para Cali” (Luz, 12 años)
“¿Y por qué te viniste para acá? Por que eso por allá es muy aburrido, allá hay mucha pelea, mucho plomo, se ha muerto un poco de gente, de familia mía, por la guerrilla y los paras.” (Jaime, 10 años )
“¿Te gusta ir a putumayo? a no sé, pues eso por allá es como malo y bueno a la vez. Es bueno, allá lo bueno es que uno tiene donde sembrar las cosas, la tierra, todo eso. Pero allá lo malo son los enfrentamientos de la guerrilla y el ejército… el bochinche” (Maria Angélica, 9 años)
Es en este escenario de guerra donde los niños y niñas construyen su nueva
realidad, una realidad desde la cual tienen una visión del mundo permeada por
factores como el deterioro en la calidad de vida, la ausencia de bienestar, de
cuidado, de alimento, del espacio, de la salud, y de todas sus necesidades
básicas, llegan a una ciudad en la que pasan por situaciones de hambre y
hacinamiento. Sumado a esto la estigmatización y la exclusión, hacen parte de
estas circunstancias, siendo objeto de señalamientos y discriminación, son
rechazados por su color de piel, apariencia o por estar en situación de
desplazamiento, afectando su identidad y autoestima.
“Te ha pasado que te juzgan por tu raza en alguna parte? a veces yo voy a alguna parte y me dicen: Ah! No yo quiero hacerme con ella porque ella es negra” (Cecilia, 9 años).
En este sentido, los niños y las niñas afrontan una realidad diferente a la que
tenían en sus sitios de origen, sus expectativas, su proyecto de vida, sus sueños,
sus metas deben adaptarse al nuevo contexto para sobrevivir a los problemas
complejos que se les presentan en su cotidianidad. El desplazamiento forzado
afecta las relaciones familiares, aparecen crisis de roles, abuso sexual, la figura
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materna castigadora, ausentismo paterno, abandono, maltrato e inicio temprano
en las relaciones sexuales. De igual manera entran al mercado de la legitimación
del dinero, del consumismo y aparece la explotación económica temprana. Todas
estas situaciones conducen a la negación y a la vulneración de los derechos de
los niños y las niñas, pues todos tienen derecho a una vida en la que no sólo
suplan sus necesidades básicas sino también sus relaciones familiares y sociales.
2. COMPOSICIÓN FAMILIAR ANTES Y DESPUÉS DEL DESPLAZAMIENTO
“Las familias desplazadas sufren serias transformaciones provocadas por la
imposición y la adopción de nuevas formas y pautas de crianza que alteran los
procesos de socialización; la renegociación en momentos de crisis de roles y
estatus, y obviamente, por las limitaciones y trabas con que tropiezan en el orden
económico y social para cumplir con sus funciones tradicionales” (Grinber, 1984:115)
Dentro de los múltiples problemas que genera el desplazamiento forzado en la
vida de los niños y las niñas, está la ruptura de redes familiares ya sea por la
muerte de los padres o de algún familiar o por la llegada a la urbe que implica
dejar atrás a la familia con la que se ha criado. Las circunstancias familiares se
ven drásticamente alteradas, pierden repentinamente a su fuente de protección,
sustento o modelo y deben enfrentarse a otras situaciones adversas directamente
relacionadas con acciones violentas o como consecuencia del evento de
desplazamiento.
“Y con quién vives? Con mi tía y con mi madrastra, porque mi mamá vive en buenaventura. Entonces acá vives con tu papá? Si. Y por qué tu mamá se fue? No, yo le dije a mi mamá que si me dejaba quedar con mi papá, mi mamá dijo que sí, que si quería me viniera”. (Gillari, 8 años)
“Y se vino más gente con ustedes? No más los tres. Y quedó familia allá? Si, mi abuela, mi tía, mis primos, mi tía Fernanda y mis hermanos. Y ellos con quién se quedaron allá? Con mi abuelita. Y por qué tu familia se quedó por allá? Ellos no se quisieron venir”. (Jaime, 10 años)
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La recomposición familiar hace parte de las circunstancias a las que se enfrentan
las niñas y los niños, muchas familias se ven obligadas a abandonar su núcleo
familiar y a vivir con parientes cercanos o con amigos de sus familias. También es
notorio que la gran mayoría de familias en situación de desplazamiento forzado,
son familias monoparentales10 en las que la mujer responde como cabeza de
familia, convirtiéndose en jefes de hogar, asumiendo solas la crianza de sus hijos
por lo que se ven obligadas a desempeñar algún oficio para la generación de
ingresos. Su situación y su cotidianidad cambian, pues deben ausentarse e
incluso dejar el cuidado de sus hijos en manos de otras personas, delegando la
socialización en la familia extensa11, en extraños e incluso en sitios como
guarderías y casas de protección. De ésta manera los niños y las niñas pierden
los referentes de autoridad y de identificación.
“Quién te cuida? Mi mamá. Y tu mamá está trabajando? No. Pero ella ya metió hojas de vida para trabajar. A mi hermanito en la guardería y a mi me manda para el colegio” (Jaime, 10 años)
Quién te cuida? Mi madrastra. Qué hace tu madrastra? Ella viene para acá y me trae y también nos matriculó en una iglesia y hay muchos niños, entonces ella me lleva. (Gillari-8 años)
3. ADULTOS CUIDADORES
Para algunos padres (sobre todo la madre) es muy difícil cuidar a sus hijos como
lo hacían en el lugar de origen, pues por cuestiones de sobrevivencia están
obligados a buscar trabajos que ocupan gran parte de su tiempo, la mayoría de
veces en condiciones de explotación e inestabilidad. Sumado a esto, la noción del
tiempo en la ciudad es diferente a la de las zonas rurales, los afanes imaginarios o
reales propios de lo moderno, de lo citadino, hacen que la cantidad y la calidad de
tiempo que comparten entre familia se vea fragmentada.
10 Familia monoparental, también llamada familias uniparentales, porque sólo uno de los genitores asume la convivencia bajo el mismo techo con sus hijos/as. (Micolta, 2002:53) 11 Familia extensa: corresponde a aquella familia conformada por más de dos generaciones. En ella se implican además de figuras de abuelos/as otros parientes. (Micolta, 2002:51)
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Y que te parece que tu papá sea militar? Pues es chévere, bacano, pero pues malo porque casi no lo podemos ver, pasa mucho tiempo cada ves que lo vemos. Y tu mamá, vivías con ella en Buenaventura? No, ella vivía acá en Cali, porque ella trabaja acá. “Qué hace tu mamá? le toca trasnochar, se va a las 4 de la tarde y llega como a las doce de la noche, ella trabaja en un restaurante que queda al frente del pascual” (Andrés, 12años)
Estos cambios en la vida cotidiana de la mujer, implican que los niños y las niñas
asuman roles a temprana edad, como ocupar el papel de los padres ausentes,
pues son los que cuidan a los hermanitos mas pequeños (preparan la comida, los
llevan al colegio, entre otros), responden por el funcionamiento del hogar. Todas
estas circunstancias alteran el ciclo vital individual, no sólo porque asumen roles a
destiempo en el ámbito familiar, sino por que se ven obligados a vincularse al
mercado laboral, insertándose en las dinámicas de la cotidianidad urbana como el
rebusque.
“Tu trabajas? Pues ahora no, pero cuando tenía ocho años si trabajaba, en una guardería, allá le ponía cuidado a los niños y me pagaban diez mil pesos. Y que hacías con esa plata? No pues yo se la daba a mamá, toda la plata que me gané ese año yo se la daba a mi mamá” (Maria Angélica, 9 años)
“En muchos casos la figura fuerte del padre se ve disminuida, o la imagen débil y
sumisa de la madre se ve fortalecida; así tendremos que en ocasiones se pasa del
padre proveedor al padre dependiente; de la madre en casa a la madre
trabajadora; de familia nuclear a familia extensa; de la niña ayudante de mama a
pequeña madre; del niño aprendiz de papá a proveedor del hogar.” (Bello
2001:265)
Por otra parte, encontramos que los espacios de socialización que inicialmente
estaban sujetos a la familia nuclear y a la familia extensa como los abuelos y tíos
en muchos casos cambian, debido a que en los procesos de migración no todos
los miembros de la familia migran, por lo cual las familias son desarticuladas, los
hermanos son separados, los tíos, primos, abuelos e incluso padres son dejados
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atrás, para venirse a un lugar donde en muchos casos los espacios de
socialización son la guardería y la escuela debido a que los padres tienen que
trabajar; este cambio implica extrañar a su familia. Los espacios de socialización
de los niños y las niñas en situación de desplazamiento cambian, pues la ciudad y
sus múltiples connotaciones hacen que las relaciones sean distintas.
Con quien vivías allá? Con mi familia, mi abuela, mi abuelo, mis tíos y mis hermanos, mi papá es soldado está en el ejercito […] yo me veo con él cada 6 ó 8 meses que viene y nos visita. Alguien de tu familia se quedó allá en Buenaventura? Si, mi abuelo […] un tío de nosotros. Qué extrañas de Buenaventura? Extraño bastante, a la familia que se quedo allá, es que allá se quedo bastante familia por parte de mi abuelo y de mi abuela “ (Andrés, 12 años)
Y se vino más gente con ustedes? No más los tres. Y quedó familia allá? Si, mi abuela, mi tía, mis primos, mi tía Fernanda y mis hermanos. Y de qué edades son tus hermanos? Somos 5, yo soy el mayor, uno tiene cuatro, el otro cinco, el otro seis, mi hermanito y yo. Y ellos con quién se quedaron allá? Con mi abuelita. (Jaime, 10 años)
4. ESPACIOS FAMILIARES QUE COMPARTEN EN LO COTIDIANO
El tiempo que los padres permanecen en el hogar es reducido, ya que las
condiciones al llegar a la urbe exigen nuevas formas de relacionarse con sus hijos,
el trabajo le impide llegar a la hora puntual para realizar actividades como son el
juego, las tareas, la recreación, el deporte, preparar la comida; el nuevo contexto
imposibilita compartir espacios cotidianos tal como se hacía en el lugar de origen.
Además entran a socializar con el medio que los rodea: ya no se juega en el río,
se juega en la cancha de fútbol, ya no van de pesca, sino que van a la galería a
comprar el pescado. Las costumbres y prácticas culturales que la familia sostenía
en la zona rural van cambiando, siendo estas remplazadas por costumbres y
practicas que se vivencian en la urbe.
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Que hacías con tu familia? Pues allá jugábamos en el rió, acá vamos a la cancha a jugar.” (Jaime, 10 años)
Y qué hacías en el río? Allá nadábamos, jugábamos (…) y cuando íbamos llevábamos una olla grande, y cogíamos pescaditos y los cocinábamos allá (…) mi abuela le sacaba las cosas, las escamas y los cocinaba” (Andrés, 12 años)
Por otro lado, los espacios familiares que se comparten en lo cotidiano están
ligados a las expresiones culturales, éstas son en su mayoría determinadas por el
espacio o territorio al cual pertenecen: la alimentación, las creencias religiosas, el
vestido, la música, estas expresiones culturales aportan a la construcción de
sentido de pertenencia a dicho territorio y a su vez a la identidad individual y
colectiva12 de cualquier persona. Lo cultural está en constante transformación y
resignificación debido a que las personas constantemente cambian su manera de
ver el mundo, pues la sociedad no es estática, evoluciona con el tiempo, además
el carácter migratorio de sus familias lleva implícito éste cambio. En este sentido,
podemos decir que aunque algunos rasgos culturales para las personas en
situación de desplazamiento forzado se mantienen en el tiempo, es decir, sus
creencias religiosas, musicales, sus gustos, sus fiestas familiares, sin embargo
ahora se ven permeadas por el contexto lo que hace que resignifiquen y se
entrelacen con las costumbres del nuevo entorno.
Qué haces con tu familia en tu casa? Jugamos al bus, ponemos muchas sillas en fila y nos subimos y vamos de paseo y pagamos. Cuando va un tío que es muy divertido jugamos a adivinar cosas y el que gane se gana 1.000.000 que son 100 pesos. (Cecilia, 9 años)
¿y que hacías con tus amigos? Nos íbamos a bañar al río, a agarrar guayaba, aguacate, sapote. ¿y que haces con tus amigos ahora? Juego pelota, naipes, dominó, parques. (Jaime, 10 años)
12 Identidad individual es aquella que el individuo construye mediante la percepción del sí mismo paracimentar el sentido y límite de su acción (Weber 1973:75). Dicha construcción está determinada por la manera que pensamos que nos perciben los otros. La identidad individual es nuclear para la construcción de la identidad colectiva. Ésta última se conforma a partir de definiciones individuales de las situaciones compartidas por los miembros del grupo, y hace referencia al sentido de pertenencia a un grupo (Johnston, Laraña y Gutsfield 1994:56).
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¿y cómo te divertías? Jugabamos fútbol, íbamos para el río y cogiamos pescado y los cocinabamos. ¿qué haces con tus amigos de ahora? Jugamos fútbol, naipe y a veces jugamos a las pistolas o a los secuestradores… que nos otros teníamos armas de palo y cogíamos a la gente. (Andres, 12 años)
Así, en la medida que los niños y las niñas viven en los nuevos contextos y se
relacionan en ellos, en sus múltiples ámbitos, sus costumbres van siendo
permeadas por las que encuentran en su vida actual, sus gustos, sus juegos, sus
relaciones, sus vivencias familiares se transforman.
5. NORMAS Y LÍMITES FAMILIARES EN LA CONVIVENCIA ACTUAL
En las relaciones de los padres y los hijos la forma de autoridad se ve modificada.
Al llegar a la ciudad, en algunos casos las normas cambian debido a que en la
urbe se enfrenta a peligros de otro tipo (raptos, robos, consumo de SPA, pandillas
juveniles), en otros, las normas y límites se desvanecen o desaparecen por
completo debido al escaso tiempo que pueden compartir padres e hijos. Además
el evento de desplazamiento genera miedos y temores de perder a sus hijos
creando en ellos cierta prevención hacia la sociedad, lo cual implica, en cierta
medida, que se les prive de otros espacios de socialización, como: jugar en la
calle o en el parque, con sus amiguitos de la cuadra o del barrio.
“¿Tu tienes alguna hora para dormir? A las 8 de la noche. No más hasta que pasan a Brayan, la sucursal del cielo, hasta que empiece el noticiero. ¿Y cómo te castigan? A veces no lo dejan salir en todo el día. ¿Eran los mismos castigos que tenías cuando vivías en Anchicayá? No, porque yo a veces me iba a pescar, si no me iba a aprender a canoiar”. (Gillari, 8 años).
¿Que normas hay en tu casa? tenemos que hacer las tareas, ayudar en la casa hacer oficio. ¿Tienes algún horario para la comida y para jugar y hacer tus tareas? sí cuando llego a la casa luego del colegio, como a la 1pm debo almorzar y después quitarme el uniforme ponerme hacer la tareas y los oficios y luego si puedo jugar. ¿Que oficios haces? lavar la losa, y con mis
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hermanitos ellos me ayudan. ¿Era lo mismo que hacías en el charco? no, allá solo tendía la cama. (Luz, 12 años)
“Y dónde juegan? En la cuadra porque no nos podemos salir de la cuadra, mi abuela no nos deja, y si no hacemos caso no nos deja salir. Si porque en la otra cuadra vive el moni-moni que es un ladrón que iba a robar a mi tío” (Cecilia, 9 años).
“A quien le piden permiso? Pues a mi tío y cuando no está él a mi abuela. Quién los castiga? Mi tío, a él le dicen bacán, es vigilante, se va por la noche y llega por la mañana, a veces nos pega, él nos dice; él nos da tres oportunidades, nos dice si a las tres no se quedan quietos, hay veces que estamos jugando así, y si a las tres no hacemos caso, de una nos pega, y no nos deja salir, pero a él no le gusta pegarnos a nosotros, por eso nos dice que a las tres” (Andrés, 12 años)
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CAPITULO VI
LA CORTE REAL …Al llegar a su nuevo reino los príncipes y las princesas establecen
relaciones con personas de su abolengo y del nuevo reino; veamos que aventuras encuentran allí…
(RELACIONES CON EL GRUPO DE PARES QUE LOS NIÑOS Y NIÑAS ESTABLECEN EN
SU NUEVO ENTORNO)
Las relaciones con el grupo de pares, hace referencia a las relaciones que los
niñas y las niñas establecen cuando llegan a la ciudad, como eran las
experiencias con su amigos en el sitio de origen y la manera como establecen la
relación con el grupo de pares en la ciudad.
El desplazamiento forzado es un fenómeno que se caracteriza por afectar
indiscriminadamente la vida de los niños y niñas que son invisibilizados y
afectados por una guerra que no les pertenece, niños y niñas que son victimas y ni
siquiera saben por qué, niños y niñas a los cuales les arrebatan su niñez, su
entorno, a sus padres, a sus familiares y a sus amigos.
El fenómeno del desplazamiento forzado reviste un tipo de ruptura social, en la
cual los niños y niñas se ven obligados a dejar una vida atrás, relaciones que
habían construido con otros; amigos que han quedado en los escenarios de guerra
o que al igual que ellos han tenido que salir de sus sitios de origen, amigos que en
un futuro serán sólo un recuerdo de una vida pasada, de una vida que ya no es la
suya y que por ende ya no compartirán más, es una realidad tan palpable que
afecta las relaciones que estos niños tenían con su grupo de pares; ya que cuando
la familia decide abandonar sus sitios de origen, deben dejar atrás, a los amigos
del juego, a los amigos de la aventura, a dejarlos totalmente hasta el punto de
perder todo contacto con ellos, pues son pocos los que tienen oportunidad de
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verlos de nuevo, ya que por la guerra y los peligros de ésta no pueden volver a
estos sitios.
“Y que más extrañas a parte de tu familia? Extraño a mis amigos, a todos, yo allá si me divertía harto” (Andrés, 12 años)
”Qué extrañas de Tumaco? Mi familia, mis amigos. Tenías muchos amigos allá? Si”. (Jaime, 10 años)
“Cuándo te dijeron ¡nos vamos a vivir a Cali! Qué sentiste? Tristeza porque dejar a sus amigos, porque yo estoy muy acostumbrada a ellos y a estar allá… entonces me da tristeza. Y aún te hablas con tus amiguitos de Buenaventura? a veces… el día del entierro de mi tía laura yo fui y jugamos con ellos”. (Cecilia, 9 años)
De esta manera se rompe todo vínculo con la comunidad de origen, con los
sentimientos, se pierden los referentes afectivos y simbólicos que los atan a los
amigos, irrumpiendo en la cotidianidad de cada uno de los niños. En este sentido
las relaciones que los niños y las niñas establecen con su grupo de pares cambia,
pues vienen de un lugar en el que las relaciones con sus amigos estaban ligadas a
la naturaleza, al campo, a los animales, a los bosques y ríos de su alrededor, una
amistad ligada a la aventura, a explorar su entorno, a conocerlo, a jugar en el
bosque, a ser libres en el campo, donde los amigos del colegio eran los amigos
del barrio, donde todos estaban unidos por el entorno que compartían.
“Cómo te divertías? Nosotros jugábamos fútbol, jugábamos naipe, dominó, nos íbamos para allá para el río, uno que queda por la casa más para allá,[…] Y qué hacías en el río? Allá nadábamos, jugábamos con esa pelota que rebota, […] es que el río es hondo y es clarito, y es frío y cuando llueve se pone más grande, y cuando íbamos llevábamos una olla grande, y cogíamos pescaditos y los cocinábamos allá”. (Andrés, 12 años)
“y qué cosas hacían en equipo? jugábamos al ponchado, fútbol, a la lleva, lazo, y cuántos amiguitos tenías allá? como 10”. (Cecilia, 9 años)
“Y qué hacías con tus amigos? Nos íbamos a bañar al río, a agarrar guayaba, aguacate, sapote. Sabes algo de tus amigos de allá? No Con ellos volviste a tener contacto? No. Y los extrañas? Si” (Jaime, 10 años)
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El cambio del contexto del campo a la ciudad hace que sus relaciones igualmente
cambien, la cuidad supone otro tipo de relaciones mas barriales, donde los juegos
y los sitios de juego cambian, aparecen el parque del barrio, el juego en la cuadra,
al juego en la ciudad de cemento, en los muros, ya no tienen la libertad para correr
libremente, ya no cuentan con el bosque y el campo de la aventura, ya no tienen
los ríos de pesca; ahora tienen un lugar con una estructura más compleja, un lugar
para conocer, al cual adaptarse y en el cual deben establecer nuevas relaciones,
pero que pese a todas las vivencias que han tenido los niños y las niñas,
encuentran la manera de relacionarse de nuevo, de conocer nuevos amigos que
quizá no reemplazaran a los amigos anteriores, pero les permitirá adaptarse a la
ciudad, de esa manera las relaciones que los niños y niñas empiezan a establecer
en la ciudad son indispensables para su adaptación a ésta.
“Y tienes amigos acá? Si Cómo los conociste? Ellos estaban jugando con unas cositas como flechas, y yo me puse a jugar con ellos. Y qué haces con ellos? Jugamos, pelota, naipes, dominó, parqués”. (Jaime, 10 años)
“Tienes amigos en el barrio? Si Que haces con ellos? Juego a la lleva, o al factor X ¿cómo conociste a tus amigos del barrio? porque yo siempre salía y como nosotras manteníamos encerradas, entonces un día yo le pregunté a una de ellas donde quedaba la tienda, y ella cada vez iba a llamarnos para que saliéramos a jugar. Entonces nos hicimos amigas jugando”. (Cecilia, 9 años).
Las relaciones en la ciudad son diferentes, en los sitios de origen no existe una
distinción entre los amigos del barrio y los amigos de la escuela, son los mismos
con los que comparten en su vida cotidiana, con los que estudian, pero también
son los amigos del juego, con los que pasean y conocen. Pero en la ciudad la
organización escolar es diferente, cada niño es asignado a diferentes escuelas,
creando una distinción entre los amigos de la escuela y los amigos del barrio. Los
niños y las niñas no escogen la escuela a la que van, está supeditado a la
disponibilidad de cupos que haya en las escuelas del barrio.
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“Y allá tus amigos eran del barrió o del colegio? Del colegio y del barrio, todos estudiábamos en el mismo colegio, éramos bastantes como 7”. (Andrés, 12 años)
Contrario a lo que era su vida cotidiana en el pueblo, en la ciudad se encuentran
con que las relaciones barriales no son tan estrechas y solidarias como lo era en
su lugar de origen. No pueden transitar las calles con la misma confianza con la
que lo hacían en el pueblo o la vereda, pues las personas que habitan el barrio
hacen parte del anonimato citadino. A pesar de que muchas de las personas en
situación de desplazamiento forzado llegan a la ciudad a zonas donde tienen un
referente cercano (familia y/o amigos), siguen siendo extraños en la gran ciudad.
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CAPITULO VII
EL CASTILLO PROMETIDO
…El castillo prometido no era el lugar mágico que ellos y ellas habían
imaginado, sin embargo encontraron cosas diferentes que los sedujeron y
los obligaron a vivir un sin fin de aventuras…
(FORMAS DE RELACIÓN DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS EN SITUACIÓN DE
DESPLAZAMIENTO FORZADO CON LA CIUDAD)
En este capitulo damos cuenta de las relaciones que los niños y las niñas
establecen en la ciudad de Cali, desde las diferentes esferas en las que se
encuentran.
1. RELACIÓN CON EL LUGAR DONDE VIVEN
Los niños y las niñas en situación de desplazamiento forzado “sufren, “de manera
simultánea, todas las pérdidas más críticas para el desarrollo normal, para la
supervivencia, si no física, por lo menos psicológica del individuo (…) el niño no
sólo pierde los objetos amados más cercanos (la familia) que le proporcionan la
sobrevivencia inmediata; ellos pierden otros ‘objetos amados’, que hacen parte de
su entorno, del paisaje en el cual se desarrollan”. (Cobos, 2001:3)
El desplazamiento forzado crea una ruptura con todo vínculo con la comunidad de
origen, desde los amigos hasta el apego a la región, de esta manera se pierden
los referentes geográficos, afectivos y simbólicos que atan a los niños a sus
pueblos, pasando a ser un recuerdo lejano. Es decir, que la vida del menor cambia
por completo y pasa de una vida que estaban construyendo y que disfrutaban, a
un medio agresivo signado por la pobreza, la violencia, el ambiente hostil de la
ciudad, la marginalidad y el desconocimiento continuo de sus derechos, pues las
condiciones en las que llegan y los sitios que los reciben no son los mejores y
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mucho menos les brinda a los niños ambientes en los que tengan un desarrollo
integral, los niños y las niñas han debido abandonar un espacio, agradable,
amplio, saludable y llegan a la ciudad a habitar los barrios más pobres y peligrosos
donde las posibilidades que tienen para surgir son mínimas. La llegada a los
centros urbanos, a las zonas marginales y de pobreza extrema está acompañada
de nuevos factores de violencia.
“Qué fue nuevo para ti, cuando llegaste a Cali? Desde el día que yo nací, yo no había visto eso, todo lo que yo vi era bacano, cuando yo vivía en Buenaventura yo decía eso allá es más tranquilo, cuando nosotros llevábamos un tiempo acá se formo una balacera. Me dijiste que te gustaría volver a Buenaventura, por qué? A veces me aburro, es que por donde nosotros vivimos hay mucha balacera, y sale uno a la calle y le cae a uno por salir, a un tío una vez le dieron un balazo en la espalda, ahí en Manuela, […] ahí se arma la balacera […] eso allá es muy peligroso, hay veces cuando leo las revistas o los periódicos, dicen que el barrio más peligroso es el Manuela, por que allí es donde se forma la balacera” (Andrés, 12 años)
Los niños y niñas en situación de desplazamiento son sometidos a espacios
físicos completamente diferentes a los que tenían antes. Las posibilidades de
correr y jugar libremente se reducen a la habitación que comparten con toda la
familia o aún con gente desconocida para ellos, lo que modifica drásticamente el
entorno social y urbano. La vida para los menores en situación de desplazamiento
forzado cambia de manera radical. Se pasa de un espacio y un tiempo
relativamente armónico para ellos, a un ambiente que en principio es hostil,
agresivo, carente de oportunidades sociales, económicas y humanas, situaciones
significativas que marcan el desarrollo social y afectivo de cada menor. En estas
circunstancias, se produce el rompimiento de lazos afectivos con su entorno socio-
espacial.
Así la relación con el lugar donde viven no es la misma, su vida en el campo
implicaba otras formas de relación, frente a la arquitectura de sus casas, frente a
las relaciones con los vecinos y amigos, con su entorno, con el campo, ahora se
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encuentran en un espacio novedoso que los atrae, que les gusta, que les genera
múltiples emociones y expectativas, les llama la atención la ciudad porque tienen
opciones que antes no tenían, como es el caso de la televisión, en algunas
oportunidades una escuela y en general el encanto que produce a primera vista
una capital o una gran ciudad, pero no por esto han dejado de extrañar sus
lugares de origen, aún les genera nostalgia los campos, extrañan los animales, los
bosques, los ríos y la naturaleza en general.
“Y cómo eran las casas de allá? De palo, todas eran así. Cuéntame cómo es una? Bueno digamos que, el piso si era de cemento, pero el resto todo era construido de palo, y tenía cuartos y la casa de nosotros era de dos pisos, y estaban construyendo el tercero pero no se podía porque todos esos palos se pudrieron, […] esa casa era de mi abuelo, la construyó mi abuelo con los hijos” Cómo es tu casa ahora? Es bonita, pero solo tiene un piso, y todo es de cemento. (Andrés, 12 años)
Qué extraña de Buenaventura? la quebrada, los árboles, los animales, la finca que teníamos allá Ustedes vivían en una finca o en la ciudad? no, en un pueblo… en el bajo Calima, por las personas, por los frutos que teníamos, porque nosotros teníamos muchos palos de frutas, de coco, de chontaduro. ¿Cómo era la casa en la que vivías allá? De palo. Que casa te gusta más la de allá o la de acá? La de acá, porque la de palo me da mucho miedo, porque allá hay muchos recuerdos de mi mamá. (Cecilia, 9 años)
Qué extrañas de Tumaco, ya me habías dicho que a tu familia y amigos, pero algo de los paisajes? Si, los ríos, los barcos, hay un sitio que se llama la peña y hay un tren, […] un sitio que se llama chorro, ahí siempre agarro jaiba, eso es más rico y cangrejo. (Jaime, 10 años)
2. RELACIÓN CON EL LUGAR DONDE ESTUDIA
Más que una opción de vida, es decir educarse para salir adelante, la escuela o el
colegio es visto como un espacio de socialización, de encuentro, de compartir
momentos, de hacer amigos, de construir significados. En la ciudad la educación
escolarizada se constituye en parte fundamental para la construcción de sujetos
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que puedan ser actores de su desarrollo. Creemos que a diferencia de la ciudad,
en la zona rural no se le da la misma prioridad a la educación en las aulas, sino
que el aprendizaje al cual se le otorga más importancia es el que se transmite
empíricamente, es decir, un aprendizaje que se transmite de generación en
generación de acuerdo a los usos y apropiaciones que han hecho del espacio
rural.
El sistema escolar de la ciudad dificulta el ingreso a la educación formal, en tanto
que su cobertura no alcanza a cubrir la demandas de la población y mayormente a
los niños y las niñas en situación de desplazamiento forzado, de la misma manera
las instituciones no cuentan con los dispositivos necesarios para atender a una
población como ésta que por su condición requieren un manejo integral. De esta
manera, pierden el derecho a la educación y su participación plena en el sistema
educativo. “Qué diferencia has notado entre la escuela de Buenaventura y la de acá? Que la de acá es buena, pero la de Buenaventura también es buena, le dan su desayuno y le dan almuerzo también, y en el colegio de acá es como si almorzáramos por que cuando nos vamos nos repiten y llevamos para la casa” (Andrés, 12 años)
En este sentido, los niños y las niñas en situación de desplazamiento que tienen la
posibilidad de ingresar a la escuela, no lo hacen inmediatamente que llegan a la
ciudad presentando riesgos de extraedad13, de esta manera los compañeros con
los comparten la clase se encuentran en una etapa del ciclo vital por la cual ellos,
quizás ya han pasado.
Es que año estas? Yo estoy en cuarto. Y en que escuela estudias? En una que hay en la policía, por ahí por la azul plateada. Te gusta estudiar? Si (Andrés, 12 años)
13 La extraedad se refiere a aquellos NNA que no están ubicados en su nivel escolar según las edades que tienen, no pudieron cursar su primaria normalmente y de manera escolar como lo hacen todos los niños por muchas razones de carácter social, económico, político, etc. (Investigaciones de líneas de base y niñez en situación laboral de calle, 2003-2004)
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Te gusta ir al colegio? Si, En que año estas? si, en tercer Cuando estabas en Buenaventura también estudiabas? si, yo estaba en Kinder Como se llama la escuela en la que está? En una escuela de nivelación que se llama Manuela Beltrán (Cecilia, 9 años)
Para la población de niños y niñas en situación de desplazamiento forzado, es
prioritario el ingreso a la educación, pues debido a las múltiples situaciones por las
que pasan, las actividades académicas pueden ofrecer un sentimiento de
estabilidad, la posibilidad de establecer relaciones con sus pares, todo lo cual
favorecerá la confianza en sí mismos, siendo indispensable para su mejor relación
con la ciudad. La escuela se convierte en un espacio importante para su
desarrollo, no sólo a nivel intelectual, sino a nivel relacional, pues les permite
conocer la ciudad, empezar a ser parte de ella, donde son niños y niñas en
situación de desplazamiento, pero parte de un grupo donde son reconocidos.
“Cuál es el sitio que más te gusta de la escuela? el jardín en el descanso, el buen trato que nos dan las profesoras. En la escuela todos son mis amigos, a nosotras nos dicen las “hermanas calle”, porque andamos de cada salón a cada salón y de cada patio a cada patio” (Cecilia 9 años)
“Qué haces en la escuela? En recreo jugamos, Jugamos balón, una vez los de la policía vinieron a grabar, una niña estaba hablando todo lo que hacían allá, y ellos nos grababan con una cámara”. (Andrés 12 años)
No obstante, los niños y niñas en situación de desplazamiento tienen una relación
volátil con la escuela, pues su dinámica migratoria en muchos casos ha hecho que
su lazo hacia ella sea endeble. Para algunos el nombre de la escuela es
totalmente desconocido, de tal manera se evidencia en los niños y niñas falta de
apropiación hacia ella.
“¿en que escuela estudias? En una que hay en la policía, por ahí por la azul plateada” (Andrés, 12 años)
“¿en que escuela estas? en el Vergel, queda cerca de cuatro esquinas al lado de los mangos y derecho por la avenida ciudad de Cali por el retiro”. (Luz, 12 años)
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“Estás estudiando? Si En qué año estas? En tercero En qué colegio estudias? No se”. (Jaime, 10 años)
Los niños y las niñas al ingresar a la educación en la cuidad, transitan a una etapa
de mayor socialización, las relaciones que establecen van más allá de las
familiares, se configuran las relaciones con los amigos de la escuela, con los
compañeros de tareas, con los profesores que representan otra figura de
autoridad. Así, lo niños comienzan a relacionarse con un grupo de pares con los
que crean nuevas formas de relacionarse con su nuevo entorno, aceptan su
realidad y la comparten con los nuevos compañeros de clase de la urbe.
“Y qué has notado de diferente en las dos escuelas? Que la de acá es más elegante, hay más cursos, allá no más hay cinco cursos, acá es más grande, y allá los salones eran más apegados, más pequeños. Tienes amigos en el colegio? Si” (Jaime, 10 años)
“¿como te llevas con los profesores? muy bien la prof. no me regaña ella me quiere, regaña a los que se portan mal” (Luz, 12 años)
3. RELACIONES CON EL LUGAR DONDE JUEGA
Para los niños entre los 8 y 14 años son muy importantes los juegos grupales y en
particular los juegos y las tareas que implican cooperación en equipo, es una edad
que se caracteriza por los vínculos que se establecen con sus compañeros. Sin
embargo cuando un niño o niña es enfrentado al fenómeno del desplazamiento
sus relaciones con el lugar donde juega cambian abruptamente, ya no tiene la
libertad de jugar en el campo, de subirse a los árboles, de pescar o coger frutos,
su sitio de juegos en la ciudad se vuelve más restringidos supeditados a otra
lógica, a la del barrio y la cuadra, con restricciones en los horarios.
“y donde juegas? Si, mi tío le dice a mi prima que en cuanto salga del colegio cuanto podemos jugar, y salimos a montar bicicleta, yo aprendí hace bastante. Tienes horarios para salir jugar? Hay veces nos
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entran a las siete, y nos ponemos a ver televisión”. (Andrés 12 años)
“Jugamos en la cuadra porque no nos podemos salir de la cuadra, mi abuela no nos deja, y si no hacemos caso no nos deja salir. Si porque en la otra cuadra vive el moni-moni que es un ladrón que iba a robar a mi tío”. (Cecilia, 9 años)
En cuanto a la relación que los niños y las niñas en situación del desplazamiento
establecen con juego tienen como referentes la violencia, el secuestro, actitudes
que pueden desarrollar conductas agresivas, basadas en la fuerza, es así como
en la ciudad con sus nuevos amigos a través del juego reproducen una realidad
que está influenciada por lo que saben y han vivido de la guerra.
“Tienen amigos en el barrio? Si Y qué haces con ellos? Jugamos. Y que juegan? Fútbol, y naipe, y hay veces jugamos a las pistolas, o los secuestradores. cómo es ese juego? Que nosotros teníamos armas pero de palo y cogíamos a la gente. Qué sabes del secuestro? No, pues uno que lo oye por ahí, además en la televisión, todo el mundo sabe que es el secuestro, que los secuestran y se los llevan y piden plata por ellos y llaman a la policía. Y eso está bien o mal? Pues mal”. (Andrés, 12 años)
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CAPITULO VIII
LAS FANTASÍAS EN EL NUEVO REINO
Y en el nuevo reino vivieron sin el castillo prometido, con la fuerza para seguir librando las batallas que se les presentaban… pero con el afán de
seguir buscando y encontrar el reino prometido…
(RELACIONES DE LOS IMAGINARIOS DE CIUDAD DE NIÑOS Y NIÑAS EN SITUACIÓN DE
DESPLAZAMIENTO FORZADO CON SUS VIVENCIAS DE CIUDADANÍA)
Este capitulo hace referencia a la manera como todos los imaginarios que tienen
los niños y las niñas sobre la ciudad, les permite vivir su ciudadanía en la medida
que se relacionan desde los diferente espacios de la ciudad.
1. REPRESENTACIONES DE CIUDAD QUE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS EN
SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO FORZADO ELABORAN SOBRE LA
CIUDAD.
La ciudad no debe ser considerada únicamente por su espacio geográficamente
extenso, ni por la altura de los edificios que la componen o por la cantidad de
autos que transitan por sus avenidas, si bien estas descripciones hacen parte de
sus características fundamentales, no son las únicas. También es indispensable
tener en cuenta las relaciones que en ella se tejen, pues son tan variadas y
particulares como personas la habitan. Para muchos se trata de relaciones
efímeras y endebles, pero para otros constituye un punto crucial para la
adaptación; como es el caso de los niños y las niñas en situación de
desplazamiento forzado quienes a la hora de determinar su aceptación o rechazo
hacia la ciudad lo hacen de acuerdo a la cantidad y calidad de relaciones que han
establecido en ella. Sin embargo, en este nuevo espacio como lo es la ciudad, la
intimidad privada se acrecienta, es decir, a diferencia del pueblo en la cuidad en
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muchas ocasiones las vecinales nos son profundas como lo pueden llegar a ser
en el campo. Eso explica la posibilidad de la soledad en medio de la multitud. La
soledad es potenciada incluso por el anonimato urbano, ella era impensable como
dimensión de lo subjetivo en las culturas constituidas por lazos comunitarios y a
cambio se constituyen lazos políticos y civiles. No obstante algunas de las
víctimas del desplazamiento forzado corren con la suerte de encontrar personas
que tienen su misma procedencia y que por lo tanto han interiorizado los lazos
solidarios que caracterizan la población rural, es así, en alguno casos la cabeza
de familia toma la decisión de llegar a un contexto sociocultural similar a su sitio
de expulsión, pues allí encuentran familiares y amigos (redes de apoyo). De esta
manera el proceso de adaptación resulta menos traumático pues cuentan con
personas que han atravesado por esta situación y que les tienden la mano en el
momento que lo necesitan.
“cuándo te dijeron ¡nos vamos a vivir a Cali! Qué sentiste? Tristeza porque dejar a sus amigos, porque yo estoy muy acostumbrada a ellos y a estar allá… entonces me da tristeza. Y qué sintió cuando llegó a Cali? mmm, pues después de conocer a mis amigos me sentí súper feliz, ellos me recibieron y me aceptaron. Qué más te gusta de Cali a parte de la alegría de la gente? El comportamiento, porque a uno no lo juzgan por la raza. (Cecilia, 9 años)
Los niños y las niñas tienen diferentes percepciones de lo que es la ciudad. Sus
representaciones y vivencias están mediadas por las experiencias que han tenido
en ella y por la añoranza que aún queda de sus lugares de origen. Es así como
para muchos la ciudad soñada no es más que el recuerdo de lo que era su finca o
su pueblo, de esta manera el deseo de ciudad es una en la que coexista el ritmo
citadino (algarabía, carros, gente, edificios, etc.) con un toque campestre
(quebradas limpias, vegetación, animales, etc.) Los imaginarios urbanos se
relacionan directamente con la evocación del lugar que hizo parte de su pasado y
que quieren plasmar en lo que ellos simbolizan como ciudad, que hasta ahora por
los pocos usos que le han dado, se limita únicamente a su barrio. Este proceso de
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representación hace parte de una “tensión-adaptación-resistencia”14, pues su
situación ha hecho que ellos abandonen sus lugares de procedencia
obligatoriamente, muchas veces sin tener respuesta a un ¿por qué lo dejan? y sin
poder elaborar un verdadero duelo a todas las construcciones que hasta el
momento habían elaborado. En éste orden de ideas la realidad de los niños y las
niñas se convierte en un escenario de pérdidas donde no solo han perdido su
casa, sus amigos y/o familiares, sino también la identidad por una región o un
municipio y con ella las costumbres y tradiciones que apenas estaban
interiorizando.
“Evocar no es, sólo recordar a modo de pasatiempo o simple ejercicio de la
memoria. Es, ante todo, darle fundamento al sujeto, volver sobre los instantes
fundadores, recabar alrededor de los acontecimientos y lugares que por algún
motivo para nuestra vida se tornaron fundamentales. Esas evocaciones
generalmente recaen sobre instantes, objetos, lugares, personas, todo ello puesto
casi siempre en relación. Evocar es entrar en un proceso fundamental de
resurrección de momentos y de objetos sin los cuales el hombre perdería toda
relación de certeza consigo mismo, todo sentido, toda sensación de identidad,
toda seguridad”. (Cruz, 1996:6) . Como te imaginabas Cali antes de llegar aquí? me lo imaginaba igual a Buenaventura y cuando yo llegué pensé que el señor se había metido por donde no era, y yo le pregunte a mi abuela ¿ay! Cali no es igual a Buenaventura? Y ella me dijo que no. Qué te gustaría que tuviera Cali, que tiene Buenaventura? ay! Pues la quebrada en la siempre bañaba, pero ya lo tiene que es pance… pero que tuviera árboles de frutos, fincas y animales, porque los animales los matan (Cecilia, 9 años)
“Qué pensabas de Cali cuando vivías en Buenaventura? Yo pensaba que era bueno, es que esto es bueno, pero ahora que me vine para acá me aburrí, ahora pienso en Buenaventura que quiero irme para allá, yo me vine alegre de allá, Yo pensaba, me imaginaba que
14 Esta frase hace referencia al proceso que vive una persona que migra, es decir, la tensión de dejar su tierra, la adaptación al lugar al que se llega y la resistencia, en la medida en que estos dos mundos se encuentran. ( Cruz, 1996:6)
51
las casas deben de ser más bacanas que las de acá, que eran bonitas, que no son de palo. Qué sentiste cuando llegaste a Cali? una emoción, yo dije uy, esto es bueno, yo me alegre más, que esto era bueno Cómo te divertías? Nosotros jugábamos fútbol, jugábamos naipe, dominó, nos íbamos para allá para el río, uno que queda por la casa más para allá, esta es la casa de nosotros y más abajito queda el río, eso es grande, hay uno pequeño y otro grande. (Andrés, 12 años)
Para los niños y las niñas, vivir en la ciudad se convierte en un choque entre lo
imaginado, lo esperado y la realidad. Muchos llegan a Cali con la esperanza de
encontrar nuevas oportunidades de supervivencia y mejores condiciones de vida
(ese se convierte en su deseo), pero al llegar se encuentran con una realidad que
desborda los límites de sus fantasías; los lugares en los que se ubican no son
como la ciudad imaginada llena de edificios, de carros, de centros comerciales y la
paz como principal insignia, sino que se establecen en algunos de los barrios más
pobres de la ciudad donde son características principales los altos índices de
violencia y las deficiencias “en el goce efectivo de derechos como: la educación, la
salud, alimentación, vivienda y vías de transporte”. (Rodríguez y Otros, 2008:23)
“Qué diferencias hay entre Cali y el lugar donde vivías? Que Cali es una ciudad tranquila porque hay luces, semáforos y no atropellan como allá, no hay balaceras. Que sitio de Cali ha escuchado y le gustaría conocer? Quiero conocer el centro comercial Río Cauca, mi papá dijo que cuando viniera me iba a llevar a todos los países que el había ido”. (Cecilia, 9 años)
“Que te gusta de Cali? Me gusta que no es tan feo como era allá en la vereda, me gusta que es grande y pues había varios sitios a donde ir, y me gusta conocer”. (Maria Angélica, 9 años)
En el imaginario de muchos de los niños y las niñas en situación de
desplazamiento forzado está la ciudad como un escape, un refugio al conflicto que
viven en sus lugares de origen. Sin embargo, llegan a una ciudad dentro de la
ciudad, que no se caracteriza por ser su ciudad soñada, por el contrario es una
parte de la urbe que es estigmatizada e invisibilizada, que poco o nada tiene que
ver con un recinto de paz, pues los barrios que llegan a habitar son iguales o más
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violentos que las zonas de las que huyen. “Paradójica e infortunadamente la
convivencia con la intolerancia, la injusticia y la violación de sus derechos no
culmina con el desplazamiento. La llegada a los centros urbanos, a las zonas
marginales y de pobreza extrema está acompañada de nuevos factores de
violencia. En ciudades como Bogotá, Medellín y Cali los menores desplazados
tienen que convivir con diversas expresiones de violencia como las pandillas
juveniles, milicias urbanas y otros grupos que imponen normas y códigos que
limitan sus derechos y prolongan los escenarios de amenazas, miedo y muerte
que caracterizaron las zonas de expulsión” (Gallón, 2003:6)
“Qué te gusta de Cali? Nos gusta, es que Cali es bueno, si mermara la balacera pues, sería más bueno, la casa es bonita, nosotros salimos a jugar, pero es que es la balacera es lo que a uno le da miedo. Qué no te gusta? Pues tanta balacera, que una bala perdida, a mi casito me da una bala yo estaba ahí parado en la cancha y cuando voy a ver empezaron a correr, yo me tiré al piso y me pelé las rodilla, y luego pasó alguien y me cogió y salimos corriendo, es que allá hay muchas pandillas”. (Andrés, 12 años)
“Que pensabas cuando te viniste a vivir aquí a Cali? Pues al principio por allá por Mojica eso era un infierno, pues vea, nosotros vamos para allá para mojica a estudiar, y esos muchachos empiezan a jugar con pistolas de balines pero luego sacan la de verdad y un día hirieron a un compañero; por acá es medio me dio, por acá una vez le robaron la bicicleta a un niño y pues pasó un mariguanero y que si no le entregaba su cicla que lo iba a matar. Que sentiste cuando llegaste a Cali? No, pues sentí alegría porque pensé que como no había enfrentamientos, eso me ponía alegre. Que no te gusta de Cali? Pues no se, allá en putumayo no había tanta inseguridad y acá si hay mucha inseguridad y no quiere decir que yo me arrepienta de venir a vivir acá, sino que eso es muy feo porque uno no puede salir solo, ni dejar a mis hermanitos solos porque algo les hacen. Como te imaginas Cali? Yo también pensé que era una vereda, pero diferente, porque en la vereda pues era pequeña, cuando llegué a Cali era grande. Allá en la vereda había poca gente y en cambio acá en Cali hay mucha gente además no se ven soldados como allá. Yo me imaginaba Cali diferente, pensé que como era una ciudad pues no había violencia ni nada de eso. (Maria Angélica, 9 años).
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Cuando hablan de cómo se imaginaban Cali antes de llegar, se refieren a un sitio
tranquilo donde la situación violenta de la que huían se iba a acabar. Por el
contrario en su significado de ciudad y lo que les muestra la realidad, Cali es
sinónimo de inseguridad, de ladrones y de atracos.
La ciudad se configura no sólo como un lugar de múltiples migraciones si no que
para ellos es difícil otorgarle un sentido, más aún cuando lo que ofrece no es lo
que ellos esperaban. De esta forma nuestros niños están creciendo con la
desesperanza, la desilusión, el desarraigo y la necesidad de sentir como propio un
territorio que les tocó habitar no por opción sino por presión, al mismo tiempo y al
ver este espectro tan desolador en el que sus deseos no son resueltos siguen
soñando, fantaseando con otras ciudades, otros países que tal vez los recojan y
que se acerquen más a lo que tienen en su imaginario como el lugar deseado.
¿cómo es la ciudad? no me gusta, mucha basura y violencia atropellan a los niños. ¿cómo te imaginabas la ciudad antes? con muchos edificios, no contaminada. Pensabas en una ciudad especifica? antes me imaginaba otro país, Inglaterra, cuando sea grande quiero ir a Inglaterra. Me encanta, cuando sea grande voy a recorrer todo el mundo. Y quiero conocer la nieve”. (Luz, 12 años)
“Qué sitio de Cali ha escuchado y le gustaría conocer? Bogotá, porque no es tan peligroso como Cali”. (Cecilia, 9 años)
El contraste paisajístico entre sitios de origen y el paisaje urbano de una ciudad
capital incide de manera contundente en su imaginario. Cuando llegan se
encuentran con un contexto urbano que hipotéticamente no corresponde al
imaginado, es decir, un imaginario adverso.
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2. SIMBOLIZACIONES EN LA CIUDAD.
“Los niños (entre los 9 y los 12 años) van tomando progresivamente conciencia del
mundo real, un mundo lleno de emociones, con amigos, planes y recuerdos; un
mundo real que le pertenece solo a ellos. En ese sentido, la simbolización es una
construcción que se hace desde las propias representaciones que los niños
tienen, alejándose en este proceso de lo que les imponen. Tiene que ver con
alejarse de códigos universales para centrarse en lo individual barrial, con el
sentido particular que cada uno le imprime” (RED POP – UNESCO, 2007). La
manera como la realidad es pensada tiene consecuencias en la forma como se
vive dentro de la sociedad, las experiencias y los deseos cotidianos configuran los
símbolos que están en el imaginario de los niños. La aceptación o el rechazo que
haya de su parte, influencia en gran medida el sentimiento de pertenencia a la
ciudad.
Al hablar de Cali es común en los niños relacionarla con el equipo de fútbol, con
la alegría de su gente, con el edificio más alto, con el circo o con el zoológico, sus
códigos mentales de la ciudad son el resultado de lo que han visto, lo que han
oído o lo que han imaginado. Así mismo la simbolización de la ciudad implica una
dualidad para ellos; por un lado la descifran como un lugar bonito, agradable de
gente hermosa y por el otro como la ciudad sucia que les produce miedo por los
ladrones y los enigmas que ella oculta. Todo esto los llena de sentimientos
ambivalentes que les disminuye la posibilidad de identificación.
“Cómo te imaginabas Cali antes de llegar? Que era grande y había muchos edificios y una cosa me parecía elegante, a donde uno llega a los buses. El Terminal? Si Y que te llamo la atención? Mucha gente, mucho local (Jaime, 10 años).
Te sientes caleño? Si, caleño, pero de Buenaventura también, de las dos, yo nací en Buenaventura y tengo cinco años de vivir acá”. (Andrés, 12 años)
“Por qué te gusta Cali? Porque cuando yo llegué era una ciudad diferente que no era peligrosa. Me gusto por su gente. Qué le gusta de la gente de Cali? Que son muy
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alegres. Y cómo en qué ves esa alegría de los caleños? El día que juegan fútbol, cuando juega el Cali, pues se ponen a gritar, tiran bombos un poco de cosas. Que no le gusta para nada? la inseguridad. Usted se siente caleña? si, por que cuando dan los partidos eso gritamos y gritamos con mi familia y los de la cuadra” (Cecilia, 9 años)
3. VIVENCIAS DE CIUDADANÍA
Es claro que desplazamiento y más aún el desplazamiento forzado representa
para las víctimas un cambio radical en su vida cotidiana; no lo es menos para los
niños y las niñas que se enfrentan a él, pues están en plena etapa de crecimiento
y apenas comienzan a relacionarse con su entorno el cual es determinante en el
desarrollo de su personalidad. Su socialización es en la mayoría de casos con un
entorno rural donde prima un vínculo solidario y donde las lógicas de mercado no
son tan predominantes como en la urbe. “La mayoría de los niños y niñas
desplazados proceden del campo o de pequeñas poblaciones que giran en torno a
la economía agraria para situarse en barrios subnormales de las principales
ciudades del país en circunstancias que hacen evidente el deterioro de la calidad
de vida, además de impactos sociales, culturales y psicológicos que determinaran
en buena parte su comportamiento posterior y desarrollo de su personalidad"
(Valencia, 2001:2).
“ que es nuevo para ti ahora que estas aquí en Cali? las personas son muy diferentes, porque cuando uno va a comprar uno tiene que pagar, y a uno lo que le dan a veces está malo, allá en el campo uno no tiene que ir a comprar sino que directamente allá esta el plátano, la yuca, allá uno no tenía que comprar nada, en cambio aquí si. (Luz,12 años)
Así pues, la ruptura que se vive en cuanto a los elementos de supervivencia (en
este caso la alimentación) es algo que cambia drásticamente para los niños y las
niñas, pues mientras que en el campo este proceso se hace mediante el usufructo
de la tierra, en la ciudad es mediante una relación comercial con productos que no
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tienen la misma calidad que los que consumían antes o no los pueden consumir
en la misma cantidad porque el ingreso económico no es suficiente para su
adquisición. De ésta manera se convierte en problema no sólo el hecho que los
productos sean malos o caros, si no que las porciones alimenticias no
corresponden a lo que culturalmente están acostumbrados a consumir en la vida
cotidiana, no están dotadas de los mismos nutrientes que consumían y que les
hace falta para su desarrollo físico y metal; a su vez esto afecta su salud y su
desempeño escolar.
Los niños y las niñas en situación de desplazamiento forzado viven la ciudad
desde su microespacio barrial, desde allí construyen un concepto de ciudad y se
forman una idea de lo que ella representa, la mayoría saben que la ciudad es
grande únicamente por referencia, pues no la han transitado; para ellos los sitios
emblemáticos de las ciudad o los que quisieran conocer son aquellos que han
visto por televisión o los que les cuentan que existen.
“Qué le gustaría conocer de Cali? El circo, es que haya hay un león, y hay varios animales, o quiero ir al circo, y el edificio más grande de Cali, es grandote, uno subirse al último piso, uy! el que se caiga de allá, uhhm”. (Andrés, 12 años)
“Qué sabes de Cali? El parque de la caña, el parque del avión, el del centro”. (Gillari, 8 años)
“Qué sitio te gustaría conocer? Los Álamos. Por allá vive alguien de tu familia? Si, mi abuelo. Y qué otra parte? El barrio San Luís y Marroquín uno”. (Jaime, 10 años)
“En Cali que te gustaría conocer? Pance, el zoológico y otros sitios” (Maria Angélica, 9 años)
De igual manera al contarnos sobre sus sitios más frecuentados hablan de Pance
como su lugar favorito dentro de la ciudad, el que más les gusta. No es gratuito
que sea de esta manera pues las vivencias de ciudad de los niños y las niñas se
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relacionan con sitios que tienen similitudes paisajísticas y socioculturales con sus
lugares de origen.
“ Qué conocen de Cali? Varias partes, yo ando mucho, yo camino mucho, conocemos Pance, el parque de la caña (…),”. (Andrés, 12 años)
“De las partes que conoces de Cali cual es el sitio que mas te gusta? Pance, me encanta porque yo allá conozco a todo el mundo porque voy mucho” (Cecilia, 9 años)
“Has ido a paseos aquí en Cali? Al río Pance. Es muy limpio.” (Luz, 12 años)
“Los transeúntes urbanos desarraigados del campo, quizás continúen viviendo en
la ciudad colinas en donde realmente hay puentes y en lugar de callejuelas
senderos que se internan por el bosque y donde se escucha el crujir de las ramas
y las hojas secas. Se trata en este caso de un transeúnte ensimismado en sus
ensoñaciones respecto de otros lugares tal vez perdidos, simplemente un soñador
simbólico que donde hay una cosa ve otra mediante la aparición de una metáfora.
Evocaciones del transeúnte que recorre la ciudad como estímulo desencadenante
de otro mundo, para quien las instalaciones físicas urbanas son al mismo tiempo
soporte y referente concreto de su vagabundaje pero también punto de partida de
ensoñaciones evocadoras” (Cruz, 1996:9). De ahí que sus imaginarios de ciudad
entran en una relación dialéctica con las vivencias de ciudadanía, es decir, la
manera en que han descifrado la ciudad les permite relacionarse con su entorno,
con la ciudad deseada, proyectada y vivida.
A manera de conclusión, las vivencias de ciudadanía están íntimamente
relacionadas con los imaginarios de ciudad, la forma en la que los niños y las
niñas en situación de desplazamiento forzado se imaginan la ciudad, se relaciona
con las vivencias de ciudadanía que se imponen como una estructura cultural
compuesta por normas, códigos y convenciones para su uso, sistemas de
representaciones, lugar de utopías y miedos, riesgos y aventuras, encuentros y
desencuentros, evocaciones y rupturas. Ser habitante de la ciudad significa sobre
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todo, entrar en el orden de lo urbano, estar psíquicamente atrapado en esas reglas
de juego, quedar sujetado a ellas mediante acatamientos, aceptaciones y
resistencias, adaptaciones o rupturas violentas. En esa medida, “Los niños y
niñas van adquiriendo progresivamente los valores, normas y contenidos que
servirán de apoyo a su experiencia cívica. El aprendizaje de la ciudadanía mas
que una interiorización de principios teóricos, supone la formación de una
experiencia en la que intervienen las relaciones familiares, los grupos de pares, el
ámbito público de la escuela, entre otros” (Benedicto, 2002:3), es decir, al ir
interiorizando en sus relaciones las reglas y los códigos que componen la ciudad
van entrando en las lógicas de poder que en ella se manejan:
“¿Que es un ciudadano bueno y que es un ciudadano malo? Un ciudadano bueno es que tiene casa, tiene esposa y que tiene hijos. Un ciudadano malo porque no tiene plata, no tiene nada” (Andrés, 12 años).
“¿Qué sabes de Cali? El parque de la caña, el parque del avión y el centro”. (Gillari, 8 años)
“¿Qué más te gusta de cali? El comportamiento, porque a uno no lo juzgan por la raza. … ¿Dónde juegan? En la cuadra porque no nos podemos salir de la cuadra… en la otra cuadra vive en moni moni, que es un ladron que iba a robar a mi tío” (cecilia, 9 años)
Los niños y las niñas entran en el sistema de valores de la ciudad reconociendo
como sitios emblemáticos lugares de la ciudad que han escuchado por referente
de otras personas y los cuales han visitado, tales como el centro, el parque de la
caña, el río pance, el parque del avión, el Terminal de transportes, entre otros.
En este sentido, las relaciones que los niños y las niñas establecen en la ciudad
desde los diferentes espacios a los que pertenecen, grupos de danzas, de música,
entre otro, así, las vivencias de ciudadanía se van configurando mediante la
inserción en grupos que buscan potenciar habilidades y talentos en los niños y las
niñas que poco a poco les permite empoderarse de su desarrollo.
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“¿perteneces a algún grupo? sí, al de batuta. (Gillari, 8 años)
“¿en que actividades has participado? Si, aquí en jueves de Paz, en la escuela el teatro” (Luz, 12 años)
Así, las vivencias en la ciudad les permite adquirir una conciencia diferente a la
que vivenciaban en sus sitios de origen, vienen de un comunidad solidaria a una
sociedad fragmentada, de unas redes de apoyo al señalamiento que sufren por
parte de la ciudad que los invisibiliza, que los reconoce como invasores de un
espacio que no les pertenece.
Hacen parte de la ciudad, porque la habitan, sin embargo, su ejercicio de
ciudadanía se dificulta al no poder ejercer sus derechos a plenitud, pues el hecho
de ser tutelados por personas en iguales condiciones de desplazamiento forzado,
en algunos casos desconocen sus derechos y no hacen uso de ellos. En este
sentido, acceder a la ciudadanía es un proceso complejo en el que se
entremezclan procesos institucionales, prácticas culturales, acciones políticas y
vida cotidiana.
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CAPITULO IX
RETOS Y DESAFÍOS: “En busca de héroes y heroínas”
“Somos culpables de muchos errores y faltas, pero nuestro peor crimen
es el abandono de los niños descuidando la fuente de la vida.
Muchas de las cosas que necesitamos pueden esperar, el niño no. Ahora es el momento en que
sus huesos se están formando su sangre se está haciendo
y sus sentidos se están desarrollando. A él no podemos contestarle “mañana”
su nombre es hoy”
Gabriela Mistral
Los niños y las niñas afectados de manera directa por el fenómeno del
desplazamiento forzado en nuestro país, han visto de frente la guerra, han sufrido
grandes rupturas con su familia, con sus amigos, con sus sitios de origen, han
huido de un territorio hostil donde su vida era amenazada y entran a un nuevo
territorio con dificultades diferentes a las que enfrentaban antes. Por esta razón,
una intervención pensada para éstos niños y niñas requiere medidas especiales,
lo que supone para Trabajo Social grandes retos cuando se quiere intervenir, pues
por el carácter del fenómeno y todo lo que supone en consecuencias a nivel
psicológico, familiar, social, económico, educativo y de salud, debe tener un
manejo holístico desde nuestra profesión, intervenir desde los diferentes ámbitos
para los que estamos preparados (familia, grupo, comunidad) y los que surgen de
acuerdo a nuestra realidad social, pero también un manejo interdisciplinario
reconociendo nuestros límites y la necesidad de que profesionales de otras áreas
aporten para la construcción con éstos niños.
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La población de niños y niñas en situación de desplazamiento forzado es una
población vulnerable, que como tal necesita una atención inmediata, no obstante,
encontramos que en Colombia las políticas públicas quedan en el papel,
delegando la atención a diferentes organizaciones no gubernamentales; es así,
como dentro de éstas se encuentra ubicada la Fundación Paz y Bien que brinda
atención a la población; sin embargo, nuestro actuar como Trabajadoras Sociales,
no se puede quedar en la atención básica, sólo con proveer un espacio para que
jueguen y coman algo, no desconocemos que inicialmente se requiere de una
atención básica que incluye un lugar para vivir, alimentos y salud, pero una
intervención15 pensada para ellos debe incluir muchos más elementos que den
cuenta de un manejo integral.
Estos niños y niñas han pasado por situaciones traumáticas que deben ser
abordadas, pero no quedándonos en el pasado, sino centrándonos en brindar
recursos y herramientas desde la cotidianidad de los contextos en los que viven.
Es decir, abordar el presente pensando en oportunidades reales y concretas con
relación a todas las dimensiones humanas, implica elaborarlo y reelaborarlo para
construir futuro, superando el asistencialismo y aportando para la constitución de
sujetos, en este sentido, nuestra intervención debe apuntar hacia los derechos,
necesidades y expectativas de los niños y las niñas en situación de
desplazamiento forzado, trabajando desde la risa, la lúdica, en la educación;
desde el espacio familiar y en todos los ámbitos en que se desenvuelvan.
Para esto, debemos pensar una intervención desde una perspectiva de derechos,
desde el enfoque diferencial basado en el principio de igualdad, es decir, haciendo
evidentes las necesidades especiales de protección que tienen los niños y las
15 En éste orden de ideas se propondría una intervención de carácter socio-político, está dada por la concepción de la misma en torno a objetivos sociales mayores y relacionados con el funcionamiento del modelo de desarrollo de una sociedad, especialmente en términos de situarse como un apoyo o crítica al mismo. La intervención social de éste tipo se vale tanto del estado o de ONG’S ya sea para apoyar el modelo de desarrollo existente o para plantearse nuevas alternativas. Para la intervención socio-política se necesita una organización y fundamento de la acción, además de la inaceptabilidad de las consecuencias de la dinámica de base de la sociedad sobre la vida cotidiana de los individuos. (Corvalán, 1996:4)
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niñas, teniendo en cuenta sus situaciones específicas, de igual manera asumirlos
como sujetos de derechos y no sólo como sujetos de intervención, teniendo en
cuenta sus sugerencias, sus expectativas y necesidades y no sólo lo que creemos
que se debe hacer con ellos; propender por construir con ellos, ya que es en su
cotidianidad donde se pueden hacer cumplir sus derechos y donde también es
posible construir democracia y convivencia pacífica.
Otro punto importante implica reestablecer la educación, ya que esta se convierte
en dinamizadora de procesos de socialización y de adaptación de los niños y las
niñas en situación de desplazamiento forzado, pero no una educación cualquiera,
sino una educación pensada para ésta población especifica, con currículos
flexibles que garanticen la continuidad y el acceso a la educación oportuna, de
manera que no cause problemas de extraedad, lo que significa instituciones
educativas equiparadas para atender a dicha población.
Es indispensable que una intervención en la ciudad sea pensada desde las
múltiples formas en las que los niños y niñas se pueden relacionar con ésta, desde
los diferentes espacios (parques, museos, centros de recreación, sitios
emblemáticos) que implican un aprendizaje, desligándose un poco de la educación
formal. Igualmente es importante la apropiación de los niños y niñas de la ciudad
desde el conocimiento de sus deberes y derechos como ciudadanos, el
reconocimiento de espacios diferentes a su barrio, que le permitirá una visión más
amplia de lo que es la ciudad y le brindará más oportunidades de desarrollo dentro
de la misma.
63
CAPITULO X
COLORÍN COLORADO…
Con la realización de este trabajo ahondamos en lo que representa la
investigación cualitativa para nuestra formación como trabajadoras sociales en
el abordaje de la compleja realidad social. Desde la subjetividad de los niños y
las niñas en situación de desplazamiento forzado indagamos la forma como
representan su realidad social desde sus simbolizaciones y vivencias en la
ciudad, como a partir de ellas crean un lazo entre su sitio de origen y en el
escenario de actuación.
Es importante conocer los imaginarios de ciudad, porque es conocer la
percepción de los sujetos que están inmersos en la realidad social y como a
partir de ellos la reproducen.
Los niños y las niñas, debido al evento del desplazamiento forzado y a las
connotaciones que tiene en su familia, deben asumir roles que alteran su ciclo
vital individual, viéndose interrumpida su niñez cuando deben realizar acciones
que son especificas de los adultos.
Mediante el juego los niños y las niñas reproducen la violencia vivida en sus
sitios de origen, al mismo tiempo que asumen la violencia que encuentran en la
ciudad.
Sus vivencias de ciudad son el claro reflejo de la evocación que hacen de sus
lugares de origen, en esta medida las relaciones que establecen con la ciudad
a través de los diferentes ámbitos de socialización están vinculadas con sus
experiencias pasadas.
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Para las niñas y los niños en situación de desplazamiento forzado la
vinculación a los espacios académicos es parte importante para su proceso de
socialización, de manera que les permite establecer nuevas relaciones y se
adapten a la ciudad, sin embargo, nuestro sistema educativo no esta
preparado para acoger a ésta población y hacer una intervención de una
manera integral.
Los niños y las niñas sufren un choque entre lo imaginado y lo que se vivencia,
de tal forma que los niños y la niñas se sienten identificados con la ciudad, no
por lo que ella le ofrece, sino por lo que ellos desean encontrar en ella. Al ver
agotadas sus esperanzas en la ciudad receptora, los niños y niñas en situación
de desplazamiento forzado, siguen soñando con otras ciudades que les
ofrezcan el bienestar que ellos esperan de la sociedad.
La vivencias de ciudadanía se van configurando mediante la inserción a grupos
o instituciones como en este caso a la Fundación Paz y Bien, y los grupos de
de danza, teatro, jueves de paz, grupo musicales de queta y bombo, quienes
buscan en los niños y las niñas en situación de desplazamiento forzado
potenciar habilidades y talentos que les permite empoderarse de su desarrollo
y mejorar de un modo u otro su calidad de vida.
El ejercicio de ciudadanía de los niños y niñas en situación de desplazamiento
forzado se dificulta, pues al ellos ser tutelados por personas que se encuentran
en la misma situación de vulnerabilidad, en algunos casos no ejercen la
ciudadanía, desconociendo sus derechos.
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