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El decenio de América del Sur. La regionalización comofactor de integración geopolítica. En la captura del poder. ¿Una tragedia conveniente?. Inteligencia geopolítica
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ContextoMundial
INTEGRACIÓN GEOPOLÍTICA
La crisis, América y un cambio de paradigma
EL MOMENTO DE LA REGIón
La trama detrás delos atentados del 11de septiembre
¿UNA TRAGEDIA CONVENIENTE?
DOSSIER DE LECTURA | DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2011
El sur supo impedir con herramientas pro-pias los conflictos internos y regionales quefrenaban esta consolidación de las ma-yorías democráticas. PAG 3
Una serie de informaciones dejan al des-nudo que los servicios de inteligencia es-tadounidenses manejaban datos sobre loque podía suceder. PAG 7
LA REGIONALIZACIÓN COMO RESPUESTA A LA CRISIS
El principio mundializador y mundialista de la interdependencia económica es sustituido por el de complementariedad.Págs 4 y 5
2 DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2011 | PRIMERA EDICION> contexto mundial
STAFFGuillermo Baez: coordinación general y edición. Horacio GrondoContexto Mundial mantiene un grupo de columnistas permanenun dossier mensual que saldrá a la calle el último domingo ca da
PorGuillermo BaezCOORDINADOR GENERAL, EDITOR
xxx: x
• Miguel Ángel Barrios (Argentina)• Luiz Alberto Moniz Bandeira (Brasil)• Andrés Solíz Rada (Bolivia)• Tiberio Graziani (Italia)• Carlos Pereyra Mele (Argentina)
SUMARIOEl decenio de América del Sur
La regionalización comofactor de integración geopolítica
En la captura del poder
¿Una tragedia conveniente?
Inteligencia geopolíticaNo se puede desvincular o desligar el de-sarrollo de un Estado del contexto regio-nal, de los escenarios y tendencias del“orden mundial”, es decir del triple inte-rescenario nacional, regional y mundial.
Por Miguel Ángel Barrios
CONSEJO ACADÉMICO
P.8
Los motivos por los que los servicios deinteligencia de los Estados Unidos igno-raron varias alertas de los atentados quese produjeron el 11 de septiembre de2001 enEstados Unidos.
Por Luiz Alberto Moniz Bandeira
P.7
Con la decisión de suspender la cons-trucción de la carretera que debía vincu-lar los departamentos de Cochabamba yBeni (demorada desde hace 185 años),Bolivia es el primer país de América delSur (y tal vez del mundo) en el que gran-des ONG controlan el poder.
Por Andrés Soliz Rada
P.6
La crisis ecnómico-financiera como dis-parador de una nueva tensión entre losprocesos de mundialización y los esque-mas regionales.
Por Tiberio Graziani
Heterogénea, con altibajos, plural y disí-mil, pero con un solo objetivo: torcer eldestino. El Estado como regulador socialpor sobre la monarquía del mercado.
Por Carlos Pereyra Mele
P.4-5
P.3
Crisis también significa oportunidad
H ace apenas unos años sepredijo que la Unión Euro-pea viviría un crecimiento
económico, una época de bonanza.Dicha tesis, sumada a la sintomáti-ca crisis de los Estados Unidos, lereservaba al Viejo Mundo el pri-mer lugar en la escala global. Sedecía entonces que el mundo de-jaría de ser unipolar (Estados Uni-dos) para adoptar un perfil multi-polar... el mundo sería “eurocén-trico” -se pensaba entonces- y elpoder sería compartido con lasdinámicas economías asitáticas.
Pero las expectativas crecieronmás rápido que la economía y el re-sultado -un desequilibrio en el ba-lance entre la deuda y los activosque la sustentan- provocó que Es-tados Unidos manifestara su quie-bra antes de tiempo y que la ZonaEuro desnudara sus diferencias in-ternas y cayera presa de sus pro-pias ambiciones.
Fiel a su filosofía de paciencia yperfil bajo, sólo los asiáticos cum-plieron los objetivos... y no es ca-sual. En el idioma chino, la palabracrisis también significa oportuni-dad. Los resultados están a la vista.
Así las cosas, el mundo ya no serige por ciclos constantes. Todocambia a cada instante y muchasson las variables que se implicanen este proceso: las guerras (Irak,Afganistán), los gobiernos (SilvioBerlusconi en Italia, Yorgos Pa-pandreau en Grecia), los movi-mientos sociales (los Indignados enEuropa, Ocupa Wall Street en Es-tados Unidos), la religión (JuanPablo II para el catolicismo, Alí Ja-menei para la República Islámicade Irán), las conspiraciones (el 11-S en Estados Unidos, la trama Gür-tel en España), los abroquelamien-tos regionales (Unasur en América,el BRIC -Brasil, Rusia, India yChina), la economía (el gigante asiá-tico con China e India), etc, etc etc.
Identificar esos factores, anali-zarlos, someterlos a debate son la
vía para entender porqué sucedelo que sucede y anticipar los nue-vos escenarios.
Es así que surge Contexto Mun-dial, una plataforma de discusióny análisis del qué y el cómo. Unabordaje integral sobre lo que ocu-rre en el concierto de naciones.
Para ello contaremos con los im-portantes aportes de especialistasen diversos campos. Tiberio Gra-ziani (Italia), Luiz Alberto MonizBandeira (Brasil), Andrés SolízRada (Bolivia), Miguel Ángel Ba-rrios (Argentina) -entre otros quese irán sumando con cada una delas ediciones-, cuyos currículumshablan por sí solos, escribirán paraContexto Mundial sus puntos devista sobre los acontecimientos quehacen del mundo lo que es hoy.
También formarán parte de nues-tro consejo académico de manerade aportar perspectivas a cada unode nuestros enfoques.
Contexto Mundial será una pu-blicación mensual que verá la luzel último domingo de cada mes. Elnuevo suplemento se suma así a En-foque Americano (sale el resto delos domingos) y, claro está, espera-mos contar con su lectura, su apor-te constructivo con críticas, pro-puestas y debate. Para ello, enbreve contaremos con la necesariaplataforma digital.
Política, cultura, economía ytodos los temas que influyen en laconstrucción de la realidad tendránsu espacio en este nuevo dossierque preparamos pensando en el fu-turo de Misiones, de la Argentina yla región y que busca establecersecomo un think tank (tanque de pen-samiento) para la toma de decisio-nes.
El momento de América, losabroquelamientos regionales, lairrupción de grupos en el poder, latrama detrás del 11-S y la aplica-ción de herramientas estratégicasen esta, la primera entrega de Con-texto Mundial.
na: diseño y armado. Eduardo Da Silva y Juan Carlos Núñes: ilustracionestes y consultores circunstanciales de acuerdo a la tématica que se aborde. Se trata de mes. En breve página web y correo para contactos, consultas y sugerencias.
3PRIMERA EDICIÓN | DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2011 contexto mundial <
UN PUNTO DE QUIEBRE HISTÓRICO Y UN ABROQUELAMIENTO SIN PRECEDENTES
El decenio de America del Sur
Por: Carlos Pereyra Mele (*)
E n 2010, la mayoría de los paí-ses de Iberoamérica festeja-ron sus revoluciones que la
independizaron del Reino de Es-paña, este bicentenario encontró aesta región suramericana con másesperanza y más optimismo para en-frentar el recién iniciado siglo XXI.
Estos 200 años se deben encade-nar con la hoy demonizada fecha del12 de octubre de 1492 fecha comosostiene Jorge Abelardo Ramos: esel día de nacimiento de América La-tina y esto, es un hecho irreversible,independientemente de que esafecha sea nominada descubrimien-to de América, o doble descubri-miento o encuentro de dos mundos,o genocidio, según los gustos, y sobretodo, según los intereses, no siem-pre claros (1). A partir de esa fechaeste continente entró en la historiauniversal, y daría con el mestizajedel aborigen y el europeo una nuevacategoría de americano: la del “crio-llo” con su orden, que en Americase baso en cuatro valores: el senti-do de la Libertad, el valor de la Pa-labra empeñada, el sentido de Je-rarquía y la Preferencia de Simismo. Esta fue y es el alma de His-panoamérica, que nos albergo y al-berga a todos (aborigen, gauchos einmigrantes), y que conformo estenuevo americano (2).
Pero ese nuevo “orden criollo”choco con los intereses hegemóni-cos de la nueva potencia global quese impuso a España, Gran Bretaña yfue el origen de infinitos conflictosciviles en toda America pues pasa-mos del collar de dominación visi-ble español, al collar de dominacióninvisible inglés. Tuvimos bandera,himno y ejército pero, Inglaterra nosencadenó a sus pies con los emprés-titos de la Baring Brothers y la sutil
colonización cultural. De allí el des-precio de las clases dominantes enAmerica de lo criollo e hispanoa-mericano. Esa fue la lucha de todo elsiglo XIX y gran parte del XX, salvoescasos momentos de la historia serompió con ese “modelo” de domi-nación: en México con su revoluciónen America del norte, Cuba, Nica-ragua, Panamá en America central,sobreviviendo con enormes dificul-tades solamente Cuba y en nuestrosubcontinente: con la revolución Pe-ronista en Argentina, Bolivia con elMNR de Paz Estenssoro, Perú conVelasco Alvarado, el Chile de Allen-de o el Brasil de Getulio Vargas.
Pero en el subsuelo de Americaseguía latiendo ese orden criollo apesar de las décadas perdidas y de-rrotas y este vuelven a manifestar-se en este siglo de manera clara ycontundente.
En estos diez años, América delSur vivió uno de los mayores girosde su historia. Heterogénea, con al-tibajos, plural y disímil, pero conun solo objetivo: torcer el destino.Ésta ha sido, sin dudas y a 200 añosde nuestros nacimientos, el dece-nio del Sur.
America del Sur tiene toda su re-gión hoy gobernada por regimenesdemocráticos, que a pesar de suscontradicciones y limitaciones per-miten el disenso y la lucha por unmejor futuro para todos, es gober-nadas por presidentes de disímilesorígenes: una mujer es Presidenta
de una de las potencias emergen-tes Brasil y antes lo fue un obrero,un mestizo lo es en Bolivia, un an-tiguo guerrillero en Uruguay, unaperonista de los 70 en Argentina, unex obispo tercermundista en Para-guay, un ex militar de izquierda enVenezuela y un economista antine-oliberal en Ecuador, como tambiénun empresario en Chile que rem-plaza a una mujer, a un economistaliberal en Colombia y un ex etno-cacerista en Perú. Como vemos unaSuramérica heterogenia. Pero quesupo impedir con herramientas pro-pias los conflictos internos y regio-nales que frenaban esta consolida-ción de las mayorías democráticasagredidas por minorías facciosascomo fue el caso de Bolivia amena-zada por el separatismo o Ecuadorcon un intento de Golpe de Estadoo cuando eliminó el peligro de en-frentamiento entre Colombia y Ve-nezuela o entre Colombia y Ecua-dor o el conflicto argentino-uru-guayo.
El decenio estuvo marcado desdeel comienzo por una insoburdina-ción a los dictados de las recetas tra-dicionales y a una globalización quenos incrementaba la dependencia.Nuevamente aparece el Estadocomo regulador social por sobre lamonarquía del mercado y tratandode superar las consecuencias gene-radas por el neoliberalismo. Tene-mos un panorama diametralmenteopuesto al que se registra en Esta-dos Unidos y la Eurozona. Los man-datarios de America del Sur reac-cionaron con celeridad y firmezaante hechos puntuales que podríanhaberse convertido en graves con-flictos y se ha visualizado una ma-durez y unidad que debe resaltarse.
En este breve artículo no pode-
mos dejar de mencionar el fortale-cimiento del Unasur (y todas sus or-ganizaciones colaterales), que fue elresultado concreto de nuestra inso-burdinación fundante al intento deincorporar al subcontinente, al Áreade Libre Comercio de las Américas(ALCA) con George Bush, en la Cum-bre de las Américas en el 2005.
El economista jefe del BancoMundial para América, Augusto dela Torre, señaló recientemente queésta no ha sido otra década perdi-da para Latinoamérica, como lo fue-ron los ochenta, sino que más bienha sido un regreso a los sesenta.Entre 2000 y 2010 se ha quebradouna tendencia de 100 años de cre-cer a un ritmo menor que los paí-ses desarrollados (3), y crecerá esteaño, según las previsiones delFondo Monetario Internacional(FMI), a un ritmo medio del 5,7%.También debemos tener en cuentanuestras fortalezas y debilidadespara corregir las mismas: más de70% del crecimiento de América delSur se debe este año a la demandadel mundo emergente (China/India),Los términos de intercambio deAmérica del Sur son los mejores desu historia. Por ello debemos pro-fundizar un nuevo sistema de alian-zas internacionales, caso que ya porsu impronta económica esta ocu-rriendo (China, India, Rusia, Asia-Pacifico), diversificar nuestra pro-ducción primaria, agregar valor anuestras exportaciones, incremen-tar nuestra capacidad científico tec-nológica, implementar un banco Su-ramericano, establecer un sistemade Defensa regional fuerte y flexi-ble.
Si bien: “Estamos claramente enlo que yo llamaría la década deAmérica Latina”. Expresión del Pre-
sidente del Banco Iberoamericanode Desarrollo (BID), Moreno Mejía,con la cual coincidimos, pero no hayque dormirse, tenemos que seguirel camino de la integración de nues-tro desarrollo autónomo y profun-dizar nuestras organismos regiona-les y continuar con ola heterogénea,y plural, indefinida en algún aspec-to, pero ola transformadora al fin. Yese es otro motivo para festejar.Como festejan en buena parte deAmérica del Sur el decenio que con-cluye.
Referencias:
(1) Malvinas de Cristóbal Colon a
Juan Perón:
(2) Pensamiento de Ruptura: El Orden
criollo, Alberto Buela; Editorial Theo-
ria Bs.As.(2008)
(3) Banco Mundial
(*) Licenciado en Ciencia Política, conferencista
y docente argentino
Analista Político, especialista en Geopolítica Su-
ramericana
Profesor invitado Cátedra Libre del Pensamiento
Nacional Unv. de la Patagonia; CEES, y CIVIS
Profesor invitado de la Maestría de Relaciones In-
ternacionales "Fundación Democracia", Círculo de
Legisladores de la Nación
Profesor invitado "Diplomatura Superior de Geo-
política Regional y Nacional" (Misiones, Argenti-
na) Miembro del Consejo Académico del "Con-
greso Internacional de Educacion Carbo"
Miembro de "GEOSUR", Asociación Sudamerica-
na de Geopolítica e Internacionales (Uruguay)
Miembro del Comité Científico de la Revista Ita-
liana de Geopolítica "Eurasia"
Articulista del "Fondo de la Cultura Estratégica de
Rusia"
Libros: Coautor del "Diccionario de Seguridad y
Geopolítica latinoamericana" 2009 Ed. Biblos.
“Tropas Norteamericanas y la Geografía del sa-
queo”, Paraguay, 2005
4 DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2011 | PRIMERA EDICION> contexto mundial
EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
La regionalizacióncomo factor de integración geopolítica
Tiberio Graziani (*)
“El proceso de mundialización, que giraen torno al principio de la interdepen-dencia económica, podría ser sustituido,a medio plazo, por un proceso de regio-nalización de base continental...”.“
En los últimos años los proce-
sos de fragmentación (balca-
nización) del espacio global
y de mundialización de los merca-
dos nacionales o regionales han con-
tribuido, sinérgicamente, a susten-
tar la hegemonía del mayor actor
global, los Estados Unidos y, conse-
cuentemente, de los grupos de pre-
sión que se expresan a través de su
dirigencia. Sin embargo, la actual
crisis económico-financiera del sis-
tema “occidental” y la regionaliza-
ción estructural de algunos merca-
dos (América meridional, Eurasia)
que parecen sustanciar la reorde-
nación del planeta en grandes es-
pacios geopolíticos (multipolaris-
mo) aceleran el declive de la “na-
ción necesaria” y se oponen a los
procesos de mundialización. El pro-
ceso de mundialización, que gira en
torno al principio de la interde-
pendencia económica, podría ser
sustituido, a medio plazo, por un
proceso de regionalización de base
continental, centrado en el princi-
pio de complementariedad.
Mundialización, fragmentaciónterritorial e interdependencia
En la introducción a la pondero-
sa compilación “L’espace mondial:
fractures ou interdépendances?”, los
editores P. Dallenne y A. Nonjon pro-
ponen, como clave de lectura prin-
cipal para la comprensión del com-
plejo fenómeno conocido como mun-
dialización (o globalización, según la
terminología en uso en el área cul-
tural anglosajona) el análisis geoe-
conómico, con la declarada finali-
dad de “éviter l’arbitraire de toute
prospective géopolitique”.
Pasando por alto aquí toda polé-
mica referente a la geopolítica, tal y
como se deduce de la cita que aca-
bamos de reproducir, consideramos
que el análisis geoeconómico -cuyo
campo de investigación está consti-
tuido por el estudio de las estrate-
gias económico-comerciales y fi-
nancieras de los Estados, de las gran-
des empresas industriales y de las
organizaciones internacionales- tiene
el indudable mérito de ayudarnos
en la valoración de las tendencias
macroeconómicas, y a veces micro-
económicas, que influyen, corrobo-
ran o subyacen a algunas conductas
típicamente geopolíticas.
Las variables económicas, de
hecho, si son estudiadas cuidadosa-
mente a nivel planetario y fuera de
todo esquema ideológico o histori-
cista, permiten comprender de ma-
nera más acabada algunas praxis ge-
opolíticas y trazar mejor los proba-
bles órdenes mundiales futuros;
además, su estudio tiene el valor de
desvelar el peso ( y las estrategias)
de algunos importantes grupos de
presión económico-financieros en la
influencia sobre las decisiones de
gobiernos nacionales y en la deses-
tabilización del eqilibrio político y
social de zonas completas del pla-
neta, evidentemente, en beneficio
de sus propios intereses y de los go-
biernos que apoyan. Sólo por poner
un ejemplo, todo el mundo conoce
la influencia que el complejo mili-
tar-industrial estadounidense, en es-
trecha conexión con el lobby del
petróleo, ha ejercido en las decisio-
nes estratégicas de la “guerra al te-
rrorismo” -que aún perdura- em-
prendida a escala global, después
del 11 de septiembre de 2001, por la
Administración Bush. Como, por otro
lado, todo el mundo sabe, aunque
sólo sea por dar otro ejemplo, la fun-
ción desempeñada por las potentes
ONG’s, dirigidas por el financiero
“filántropo” George Soros, en la de-
sestabilización de la ex Yugoslavia
(6), en la perturbación del “exterior
próximo” de Rusia (Bielorrusia y
Ucrania), en algunas áreas críticas
del continente eurasiático (Cheche-
nia, Georgia, Osetia, Kirguistán,
Myanmar, Tíbet, etc.).
Más precisamente, con respecto a
las estrechas relaciones entre las
políticas económicas de los Estados
Unidos y el proceso de mundializa-
ción, Jacques Sapir escribe que « lo
que se llama “mundialización” en el
lenguaje corriente es, en realidad,
la combinación de dos procesos. El
primero es el de la extensión mun-
dial del capitalismo en su forma in-
dustrial en las regiones que no había
tocado todavía. El segundo, que en
gran medida es la aplicación de la
política americana, corresponde a
una política voluntarista de apertu-
ra financiera y comercial.
Considerando los Estados como
entidades asimilables a las grandes
empresas, es posible describir el es-
pacio global como un vasto campo
de fuerzas que estructuran el mundo
en espacios dominantes y en perife-
rias más o menos integradas econó-
micamente. Tal descripción de las
entidades estatales y de su función
con respecto a las relaciones con el
espacio y el poder, a las estrategias
para la adquisición de la supremacía
comercial y tecnológica (dos ele-
mentos característicos de la mun-
dialización contemporánea) nos lleva
a considerar que el actual proceso
de mundialización está atravesando
una profunda crisis, ya que las acti-
vidades económicas, comerciales y
financieras parecen organizarse
cada vez más según bases regiona-
les y dimensiones continentales.
Desde un punto de vista político,
es decir, de la soberanía, observa-
mos que el regionalismo comercial,
esto es, la integración regional sobre
bases económico-comerciales y fi-
nancieras llevada a cabo mediante
instrumentos como la cooperación
interestatal, la zona de libre inter-
cambio, la unión de aduanas, el mer-
cado común, la unión monetaria- ex-
presa un importante valor geopolí-
tico, pudiendo constituir un volante
para la unificación política del área
específica.
Esta evolución de los procesos
económicos en sentido regional y
continental puede ser interpretada
como una respuesta, en el plano
económico y social, a los desequili-
brios que el proceso de mundializa-
ción ha supuesto en los últimos años
en vastas áreas del planeta. Tal pro-
ceso ha provocado ( y sigue provo-
cando) la ulterior fragmentación de
la soberanía territorial de algunos
espacios concretos del globo con-
vertidos en entidades estatales ex-
tremadamente frágiles, haciendo
muy dificultosa su gobernabilidad,
en beneficio del sistema occidental;
en beneficio, por tanto, de una es-
casísima parte de la población mun-
dial, cuando no de pocas y particu-
lares élites. La formación de gran-
des espacios económicamente auto-
suficientes y políticamente sobera-
nos -a partir de la consolidación/in-
tegración de los ya existentes, entre
los cuales se encuentran Rusia,
China, India en el hemisferio sep-
tentrional y Brasil y Argentina en el
meridional- constituiría, en cambio,
un elemento de mayor estabilidad
social y política para todo el planeta.
Otro elemento que es preciso su-
brayar acerca de la globalización es
que está procediendo hacia la uni-
formización mundial de las costum-
bres y de las producciones, tiende a
nivelar las especificidades cultura-
les de los pueblos, asimilándolas,
además, en una lógica neocolonial,
a los “valores” occidentales.
En referencia al proceso de mun-
dialización, constatamos con P. Da-
llenne y A. Nonjon, que se remiten
a la lección de Jacques Ténier, que
“la integración regional se combina
con [aquel] en una dialéctica de re-
fuerzo/oposición”.
La integración regional refuerza
los mecanismos mundializadores
cuando inserta a regiones enteras en
el mercado global, apelando al prin-
cipio de interdependencia econó-
mica, y se opone a esos mismos me-
canismos, cuando, en cambio, por
oportunidades políticas y/o necesi-
dades geopolíticas, integra a áreas
enteras en una lógica que aquí defi-
nimos de autosuficiencia o comple-
mentariedad, sustrayéndolas, por
tanto, al proceso de mundialización.
La integración regional, entonces,
presenta, a ojos del analista, un
carácter híbrido. En el ámbito de
esta relación trataremos de analizar
cómo tal peculiaridad se manifiesta
en dos áreas del planeta: Sudaméri-
ca y Eurasia.
Hemisferio occidental: América meridional
Consideremos cómo las dos lógi-
cas opuestas, de refuerzo y oposición
al proceso de mundialización,
podrán contribuir a influir en los fu-
turos escenarios geopolíticos de todo
el área.
Por un lado, constatamos que los
Estados Unidos tratan de agregar
desde hace mucho tiempo a los Paí-
ses de América Central y meridio-
nal en el ámbito de redes económi-
co-comerciales (ALENA/NAFTA,
ALCA/FTTA) y de cooperación mi-
litar (Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca), con el evi-
dente fin de mantener su propia he-
gemonía sobre todo el hemisferio oc-
cidental, siguiendo la estela de la tra-
dición inaugurada por el presiden-
te James Monroe en 1823.
La realización de tales redes im-
plica la fragmentación territorial y
la despotenciación de las soberanías
nacionales de toda la América me-
ridional. Generalmente la fragmen-
tación y la despontenciación de las
soberanías nacionales son ejecuta-
das mediante la despolitización de
las clases dirigentes de los países ob-
jeto de la integración económico-co-
mercial, o, siguiendo las reglas del
soft power, a través de la cooptación
directa, y a menudo temporal, de al-
gunas oligarquías locales seleccio-
nadas (políticas, culturales, econó-
micas) en los mecanismos de la eco-
nomía y de la finanza mundiales, o,
más burda y drásticamente, con la
desestabilización política y econó-
mica de las zonas de interés, valién-
dose de preexistentes tensiones
endógenas, o creando artificialmen-
te otras nuevas.
“Atomizar” la soberanía territo-
rial en entidades estatales débiles e
interdependientes es la condición
esencial para que los Estados Uni-
dos y las grandes compañías puedan
llevar a cabo una integración cohe-
rente con el proceso de mundializa-
ción de todo el subcontinente, o bien
un control total de este.
Por tanto, obstaculizar todo posi-
ble ensamblaje entre los actores re-
gionales que pueda ser susceptible
de tener consecuencias políticas pro-
pedéuticas para la constitución de
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5PRIMERA EDICIÓN | DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2011 contexto mundial <
un probable espacio geopolíticamte
cohesionado, o de algún modo econó-
micamente autosuficiente, en tal
marco, resulta para los defensores
(y controladores) del “libre merca-
do” un imperativo esencial; este im-
perativo determinará, muy proba-
blemente, la estrategia que Was-
hington tendrá que adoptar en los
próximos años con el fin de mante-
ner sus propias prerrogativas sobre
lo que era su antiguo “patio trasero”.
Por otro lado, tenemos, en cambio,
el constante tejido de acuerdos y re-
laciones entre los diversos países su-
damericanos, principalmente entre
Argentina y Brasil, entre Venezue-
la y Bolivia, entre Venezuela y Bra-
sil, para la constitución de oportu-
nas redes regionales dirigidas a li-
berar todo el subcontinente de la tu-
tela (económica y militar) estadou-
nidense.
Para algunos analistas y hombres
políticos de la América meridional,
entre quienes se encuentran los bra-
sileños Samuel Pinheiro Guimarães
y Luiz Moniz Bandeira, y los argen-
tinos Alberto Buela y Félix Peña,
este tipo de integración regional
(Mercosur, ALBA, Comunidad andi-
na, etc) podría constituir uno de los
puntos de partida para la unificación
monetaria y geopolítica de todo el
subcontinente americano. En este
sentido, recordemos que, a partir de
octubre de 2008, Brasil y Argentina
adoptarán, para sus intercambios, el
Sistema de Pago en Moneda Local
(SML) en lugar del dólar estadouni-
dense. La adopción del SML es un
primer paso hacia la integración mo-
netaria de toda la región sudameri-
cana. Por tanto, parece que el prin-
cipio de interdependencia econó-
mica -elemento esencial del proce-
so de mundialización- está siendo
sustituido por el de complementa-
riedad.
La tensión que genera la contra-
posición entre la constitución de un
espacio meridional económica (y co-
herentemente) unificado y la com-
prensible resistencia de los Estados
Unidos determinará el futuro geo-
político del hemisferio occidental.
Observemos que algunos analis-
tas estadounidenses, muy conscien-
tes del declive de su país, como por
ejemplo Robert A. Pastor, conside-
ran que para superar el actual mo-
mento crítico, Washington debe asu-
mir “un enfoque continental (a con-
tinental approach)” con una North
American Community, que debería
incluir a Canadá, los Estados Unidos
y México.
Hemisferio oriental: EurasiaEn el caso de Eurasia la cuestión
es un poco más compleja. Aquí in-
tervienen, de hecho, algunos facto-
res geoestratégicos importantes que
condicionan, a partir del hundi-
miento de la Unión Soviética, las pra-
xis geopolíticas y geoeconómicas de
los Estados Unidos y de algunos lob-
bies interesados en los inmensos re-
cursos de la masa eurasiática. Desde
un punto de vista geoestratégico, ob-
servemos, sintéticamente, que Was-
hington está obligado a:
• Mantener la parte occidental de
Eurasia (la Europa propiamente
dicha) como cabeza de puente para
ontrolar a Rusia y Oriente Próximo;
• Perturbar algunas áreas asiáti-
as, principalmente la zona caucá-
ica y el arco del Himalaya con la fi-
alidad de condicionar a Moscú y
ueva Delhi y llevar a término el
royecto del “Gran Oriente Medio”;
• Tratar de fragmentat el territo-
io de la República Popular China
n al menos cuatro áreas: Tíbet, Xin-
iang, Mongolia interior y China cen-
ro-oriental;
• Mantener, finalmente, a Japón
la parte oriental de la masa eura-
iática), como cabeza de puente es-
ecular a Europa, para controlar a
usia y China, los dos pulmones de
urasia.
Tal situación parece, a medio y
argo plazo, insostenible para Was-
ington. El amplio espectro de acti-
idades destinadas a sostener su ex-
ansionismo debe, de hecho, saldar
uentas con la evidente crisis econó-
ica-financiera que aflige, actual-
ente, su estado de salud interna.
demás, la ex hiperpotencia debe
omar nota de la gestación de un sis-
ema multipolar articulado sobre
randes espacios continentales, que
fectan tanto al Norte como al Sur
el planeta: un espacio muy dife-
enciado, pero, por oportunidades
olíticas, económicas y de seguridad
olectiva, bastante cohesionado, re-
resentado, en el hemisferio sep-
entrional, por los acuerdos ruso-
hino-indios y otro, en ciertos as-
ectos más homogéneo, en el he-
isferio meridional, constituido por
as nuevas relaciones entre Argen-
ina y Brasil.
En el pasado reciente, según Jac-
ues Sapir, un punto central de la
strategia hegemónica de los Esta-
os unidos después de 1991 era la
onjugación de una política de de-
ilitamiento de Rusia para que esta
o pudiera jamás volver a ser el com-
etidor global que fue la URSS, con
na integración de este país en los
arcos de la política americana. La
puesta política del debilitamiento
ra evidente. En cuanto a la inte-
ración, debía prevenir toda posible
lianza de Rusia y China, con el ries-
o para los Estados Unidos de ver
as capacidades técnicas en el do-
inio militar de la primera asociar-
e al dinamismo económico previsi-
le de la segunda.
Atrapado entre las necesidades
e orden geoestratégico, como pe-
ada herencia de su “momento uni-
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““La tensión que genera lacontraposición entre laconstitución de un espaciomeridional económica (ycoherentemente) unifica-do y la comprensible re-sistencia de los EstadosUnidos determinará el fu-turo geopolítico del hemis-ferio occidental”.
olar”, y los imperativos impuestos
or los procesos de mundialización
e los mercados, Washington debe
evisar profundamente su propia
unción de potencia global.
Recientemente, Condoleeza Rice,
n su ensayo publicado en la revista
e estudios internacionales Foreign
ffairs, parece haber registrado
mplícitamente la actual debilidad
e Washington, sosteniendo, con sen-
ido realista, que los Estados Unidos
eben tener “aliados permanentes”.
Por cuanto respecta a Europa, la
otencia norteamericana, en acuer-
o con su socio especial Gran Bre-
aña, en un breve arco temporal, ha
ogrado llevar hacia sus posiciones
o sólo a los gobiernos de la parte
riental (Países Bálticos, Ucrania,
olonia, Eslovaquia, República
heca, Hungría y Rumania), sino
obre todo a Francia y Alemania.
La Unión Europea, controlada por
os tandem de los atlanticist moder-
izers Merkel-Steinmeier, Sarkozy-
ouchner y Brown-Milliband, en re-
lidad, no es “europea”, sino “atlán-
ica”. Esta Europa, confeccionada
or las cancillerías de Londres,
arís, Berlín y Washington, lejos de
eforzar el carácter unitario político
el propio espacio, parece cada vez
ás inclinada a deshacerse a lo largo
e tres líneas de fractura principa-
es: Europa continental (Alemania y
rancia), la Nueva Europa (Europa
riental), y la Unión euromediterrá-
ea.
En relación a los procesos de mun-
ialización, la integración eurome-
iterránea de los atlanticist Nicolás
arkozy y Angela Merkel, en lugar
e constituir un “bloque regional”
editerráneo, tiene la finalidad de
espolitizar a las clases dirigentes
e los países árabes, cooptándolas
n los mecanismos del mercado y de
a finanza mundiales, aumentando
sí el grado de interdependencia
conómica de estos países con la eco-
omía mundial y, sobre todo, de im-
edir a la Turquía de Tayyip Erdo-
an -interesada en intensificar las
elaciones con Moscú y Teherán- que
volucione como un autónomo e im-
ortante agente de decisiones en el
editerráneo y en Oriente Próximo
Medio.
Esta nueva Europa “tripartita” (y,
or tanto, todavía más débil) entra
n la actual estrategia transatlánti-
a estadounidense que, destinada a
imitar los daños de la Administra-
ión Bush en el área medioriental,
ecesita refortalecer sus relaciones
on Europa como “socio político”,
ero, al mismo tiempo, no puede co-
rer el riesgo de que este socio sea,
ncluso sólo en potencia, mínima-
ente independiente.
Una Europa débilmente tran-
atlántica podría, de hecho, repen-
ar su propia función fuera del con-
exto “occidental” americanocéntri-
o, acercándose a Rusia e intensifi-
ando sus relaciones con China e
ndia -sobre bases de complemen-
ariedad y no de interdependencia
conómica- y, por cuanto se refiere al
emisferio occidental, con los paí-
es del Mercosur.
En referencia a las “zonas de cri-
is” (área transcaucásica, Oriente
róximo y Oriente Medio y el arco
del Himalaya), los procesos de mun-
dialización proceden a través de una
bien ideada estrategia de perturba-
ción, destinada a debiltarlas ulte-
riormente en el plano político y so-
cial (Afganistán, Irak, Pakistán, Myan-
mar), y de préstamos “excepciona-
les” a las organizaciones y/o entida-
des estatales que parece que se
ponen en marcha hacia la construc-
ción de sociedades democráticas y
aceptan, por tanto, las reglas del libre
mercado (véase el caso de Georgia,
Azerbayán y Uzbekistán).
Con respecto al espacio chino-
indio, el proceso de mundialización
no parece que se desarrolle según
lo que habían previsto los análisis
macroeconómicos y financieros. Las
decisiones en materia económica de
los gobiernos de Pekín y Nueva
Delhi, aunque diferentes, de hecho,
parece que prefiguran, en los próxi-
mos años, la creación de un sistema
integrado de las economías de los
dos colosos asiáticos, a partir de las
inversiones chinas para el desarrollo
de las infraestructuras indias, y por
el apoyo indio al sector chino de los
servicios y de la información, nece-
sitado de las tecnologías informáti-
cas para desarrollar ulteriormente
el orden económico nacional.
En sustancia, parece prefigurar-
se un auténtico “bloque regional”.
Se preve que, al cabo de dos o tres
años, los intercambios comerciales
entre los dos países alcancen el um-
bral de los 50.000 millones de dóla-
res. Además, es preciso considerar
que las necesidades energéticas de
los dos países asiáticos imponen a
sus gobiernos políticas eurasiáti-
cas, es decir, el establecimiento de
fuertes acuerdos económicos con
Rusia e Irán (socios complementa-
rios), y “sudamericanos” (Brasil y
Venezuela): todos ellos socios a los
que Washington no parece querer
en exceso.
El reciente choque (julio de 2008)
entre Estados Unidos, China e India,
acaecido en el ámbito de las nego-
ciaciones sobre el comercio global
referente a los productos agrícolas,
parece que responde a ese contex-
to más general. En tal contexto
podría caber también la reunión del
Big Five (Brasil, India, China, Méjico
y Sudáfrica), que tuvo lugar en Sap-
poro, en paralelo a la cumbre del G8
(Hokkaido, 7-9 julio de 2008).
Además, los acuerdos chino-indios
podrían favorecer una nueva rela-
““Atrapado entre las nece-sidades de orden geoes-tratégico, como pesadaherencia de su momentounipolar, y los imperativosimpuestos por los proce-sos de mundialización delos mercados, Washingtondebe revisar su propiafunción de potencia”.
ción entre Pekín y Tokio. Los dos an-
tagonistas históricos, de hecho, en el
contexto de una integración econó-
mica comercial de toda la región
oriental de Asia, podrían encontrar
puntos de conveniencia política para
la estructuración de un sistema mul-
tipolar.
Para tal potencial amenaza, los Es-
tados Unidos, en este momento par-
ticular de crisis económico-finan-
ciera y de crecimiento de China e
India, necesitan revisar profunda-
mente su posición también con
Japón, de modo especular a su polí-
tica transatlántica con Europa, ya
sea por obvios motivos estratégicos,
o por motivaciones vinculadas a su
expansionismo económico.
Zbigniew Brzezinsk, consideran-
do que las nuevas realidades políti-
cas globales parecen indicar el de-
clive de “Occidente”, considera que
la “comunidad atlántica tiene que
mostrarse abierta a una mayor par-
ticipación por parte de los países no
europeos”. El ex consejero de Jimmy
Carter prevé una función de Japón
( y también de Corea del Sur) en el
ámbito de la OTAN, con el fin de que
Tokio esté aún más ligado a los in-
tereses nacionales de los Estados
Unidos.
ConclusionesDe todo lo que hemos considerado
brevemente más arriba se deduce
que el fenómeno de la regionali-
zación de los mercados en los dos
hemisferios del planeta, hasta hace
no mucho tiempo estrictamente co-
herente con el proceso de mun-
dialización y, sobre todo, orgánico
a las doctrinas geopolíticas de do-
minio mundial que perseguían los
Estados Unidos en las últimas dé-
cadas, parece que se desarrolla
cada vez más en un sentido gran-
continental y, por tanto, contribu-
ye, a medio plazo, a la integración
geopolítica de grandes espacios au-
tosuficientes.
El principio mundializador y mun-
dialista de la interdependencia
económica a escala planetaria pa-
rece, además, que es sustituido por
el de complementariedad, como
nueva base para integrar, a escala
continental, las diversas economías
en el respeto de las especificidades
y de las tradiciones culturales de las
poblaciones del planeta.
Por tanto, el siglo XXI estará mar-
cado, en el plano geoeconómico, por
la tensión que se instaurará entre
los procesos de mundialización y los
procesos orientados a la construc-
ción de grandes espacios continen-
tales, económicamente complemen-
tarios.
(*) Cofundador del IEMASVO [Istituto Enrico Mat-
tei di Alti Studi per il Vicino e Medio Oriente, ha
sido su vicepresidente (2007-2008)], Italia
Docente de geopolítica en el IEMASVO, da se-
minarios y cursos de geopolítica en algunas uni-
versidades y centros de investigación y análisis
Docente del Istituto per il Commercio Estero
(ICE – Ministerio de Asuntos Exteriores italia-
no), hasta ahora ha dado cursos en varias par-
tes del mundo como Uzbekistán, Argentina,
India, China, Libia
Dirige “Eurasia. Rivista di studi geopolitici” y la
colección “Quaderni di geopolitica” (Edizioni
all’insegna del Veltro), Parma, Italia
6 DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2011 | PRIMERA EDICIÓN> Contexto mundial
EL AVANCE DECISIVO DE LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES
En la captura del poder
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Andrés Soliz Rada (*)
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C on la decisión de suspenderla construcción de la carre-tera que debía vincular los
departamentos de Cochabamba yBeni (demorada desde hace 185años), Bolivia es el primer país deAmérica del Sur (y tal vez delmundo) en el que grandes Organi-zaciones No Gubernamentales(ONG) controlan el poder.
A partir de ahora, todas las obrasviales necesitarán la aquiescenciade grupos indígenas que responden,entre otras, al Centro de EstudiosJurídicos e Investigación Social(CEJIS), financiado por países deEuropa Occidental; y al Centro deInvestigación y Promoción del Cam-pesinado (Cipca), subvencionadapor la Embajada de Estados Uni-dos. Lo anterior incluye intentos deconstruir hidroeléctricas o termo-eléctricas, plantas concentradorasde minerales, modernizar la agri-cultura o la agroindustria y promo-ver flujos poblacionales en un paísen el que hay escasa poblacióndonde hay muchos árboles y muchapoblación dónde hay pocos árboles.En consecuencia, Evo Morales yano preside un gobierno con la pre-sencia de ONG, sino que es un pre-sidente prisionero de las ONG quebuscan consolidar su propia dicta-dura.
Tales avances están respaldadospor el Convenio 169 de la OIT (1989)y de la Declaración de las NacionesUnidas sobre los Derechos de losPueblos Indígenas (2007), a los queBolivia adhirió sin reparos. Si trans-grediera estas normas, podría serdemandada ante la Corte Intera-mericana de Justicia, cuyos fallospretenden ser obligatorios. Loocurrido tiene como ante-cedente la preocupacióneuropea por la contami-nación de sus aguas y elagotamiento de sus tie-rras. Por esta razón pre-tende mantener into-cadas a regiones pe-riféricas, que podríaocupar en el futuro.Las presiones para decla-rar a la Amazonia “reserva de la hu-manidad” y la acelerada compra detierras en África y América Latinarespaldan esta afirmación. Las ONGhan arremetido a un país sin cohe-sión interna, con graves antagonis-mos regionales y que, por tanto, ca-rece de defensas para detener in-tereses foráneos que buscan dis-gregarlo. Las ONG son como un vaso
e whisky, que puede ser bebido sinroblemas por una persona adulta.ero que daña gravemente a unaís casi niño como Bolivia.
l ejemplo de Estados Unidos los abogados de BruselasEntre el 9 y el 14 de julio, la Em-
ajada de Estados Unidos en La Pazuspició conferencias de los acadé-icos Lindsay Robertson, Stephenreetham y Amanda Cobb. Greet-am dijo que en su país “las tribuson dueñas de los recursos natura-es que están sobre la tierra y de-ajo de ella”. Robertson añadió quedónde hay gas, su propiedad es deos pueblos indígenas y no de todaa población”. Los especialistas pun-ualizaron que Bolivia había cami-ado por similar camino. Lo que noijeron es que los recursos natura-es, una vez en manos aborígenes,on transferidos a las transnacio-ales, a cambio de poder y dinero,ue los han corrompido hasta la mé-ula. (Jaime Salvatierra: “Rebe-
ión.org, 23-09-11).Las conquistas indigenistas se
onsideran inamovibles. El ex vi-eministro de tierras, Alejandro Al-araz (CEJIS), aclaró que no se
ceptará el referéndum que pro-uso Evo para viabilizar la carre-era que atraviesa el Territoriondígena y Parque Isiboro SécureTipnis) y que si se insiste en elloendría que cambiarse la Constitu-ión Política del Estado, la que,egún los indigenistas, reemplazól Estado colonial por un Estadolurinacional. La intangibilidad delarque no satisface a las ONG.hora exigen una disposición legalxpresa para que nunca más se in-ente construir la obra. Los habi-antes del Tipnis han pedido la mo-ificación de leyes aprobadas enos últimos meses y que no con-emplaron totalmente sus exigen-
cias. Se refirieron, por ejem-plo, a la Ley de Deslin-
de Jurisdiccional, enla que la adminis-
tración de terri-torios, jurisdic-ciones y manejo
de recursosna-
turales aún es nebulosa. Tambiéndemandan mayor independencia yatribuciones para la justicia comu-nitaria, pese a que numerosos lin-chamientos producidos bajo su in-vocación han quedado impunes. Di-rigentes de la Central de PueblosIndígenas de La Paz (CPILAP) di-jeron al Vicepresidente ÁlvaroGarcía Linera que su pedido de ex-plorar hidrocarburos en el depar-tamento debía ser discutido con susabogados en Bruselas. El organiza-dor de la visita de los académicosestadounidenses, Eliseo Abelo, co-ordinó la resistencia en el Tipniscon Adolfo Chávez, de la Confede-ración de Pueblos Indígenas delOriente Boliviano (Cidob), y RafaelQuispe, del Consejo Nacional deAyllus y Markas del Qollasuyo (Co-namaq).
Torpezas que aglutinaron a izquierdistas y neoliberales
Los grupos indígenas que se opu-sieron a la obra contaron con su-cesivas torpezas del Gobierno,como el pedido de Evo a sus parti-darios de enamorar a las aboríge-nes, a fin de cambiar la decisión desus dirigentes, impedir, por mediode policías que, inclusive niños yembarazadas que realizaban unamarcha de protesta, se abastezcande agua de un arroyo cercano, paraluego reprimirlos con ferocidad deesbirros. Cuesta creer que la mismapersona que hizo aprobar en laONU los derechos de la Madre Tie-rra y declarar el agua como dere-cho humano, hubiera tolerado queel líquido sea negado a caminantesabrasados por la sed. Estos ante-cedentes conformaron un abanicoopositor que abarcó desde los diri-gentes trotskistas del magisterio deLa Paz hasta los gobernadores delBeni y Santa Cruz, identificados conel terrateniente Branco Marinko-vic, a quien se expropiaron sus pro-piedades, antes de que fugara delpaís. De esta manera, quedó bo-rrada la línea que separa la defen-sa de derechos humanos con la de-manda de impedir la construccióndel camino.
La amalgama incluyó al aymaraVíctor Hugo Cádenas, ex vicepre-
sidente de Gonzalo Sánchez deLozada, quien, junto
al resto de
los partidos opositores aseguró quela ruta sólo beneficiaría a cultiva-dores de coca, como si fuera impo-sible que un Estado construya ca-minos sin favorecer al narcotráfi-co. La parálisis de obras se produ-ce en momentos en que los pueblosde tierras bajas recibieron alrede-dor de ocho millones de hectáreascultivables, en tanto el 25% de lapoblación boliviana (unos 3 millo-nes de personas) se fueron de Bo-livia por falta de trabajo o de un pe-dazo de tierra para sembrar ali-mentos. Sólo en Buenos Aires vivenun millón de bolivianos expulsadosde su Patria por razones económi-cas (Periódico “La Razón”, 24-09-11).
El reciente discurso desarrollis-ta de Evo perdió credibilidad. El26-XII-10, casi duplicó, por presiónde las transnacionales, el precio delos combustibles. La medida tuvoque ser derogada ante la indigna-ción popular. A ello se sumó la la-mentable gestión pública, que con-virtió al país en importador de ga-solina, GLP, diesel, arroz, maíz yazúcar. La administración mineraprovocó que Huanuni, empresa enmanos del Estado, produzca estañoa más de 9 dólares la libra fina, entanto que yacimientos similares enel Perú lo hacen a 4,50 dólares. 5.000cooperativistas fueron incorpora-dos a Huanuni como trabajadoresregulares, para luego disminuir laedad de los jubilados, en tanto lostrabajadores activos no dejan deexigir más beneficios.
El indigenismo y los estados continente
El indigenismo de las ONG noofrece futuro alguno. Se limita aacuñar frases ecologistas y etnicis-ta, que se contraponen y anulan,apenas dos teóricos de esta ten-dencia pretenden ponerse deacuerdo. La corriente nacional po-pular, en cambio, considera erró-neo ignorar la historia de Bolivia,con sus luces y sombras. El indige-nismo mutila la historia al ocultar,por ejemplo, la lucha coordinadaentre los ejércitos auxiliares de lasProvincias Unidas y los ejércitosdel caudillo aymara, Juan ManuelCáceres, de cuyo pacto formaronparte destacados mes-tizos como Esteban
Arce.No la valora al restar importan-
cia a los pensadores nacionales quecombatieron al Estado Colonial,como Montenegro, Céspedes, Ser-gio Almaraz, Quiroga Santa Cruz yZavaleta, y que tienen en Franz Ta-mayo y Carlos Medinaceli a sus pre-cursores. No capta la trascenden-cia de figuras como las del patriotacruceño José Ortiz Mercado queelaboró, junto a un importanteequipo de economistas, la Estrate-gia para el Desarrollo Nacional (go-bierno del general Ovando, 1969-1970), en la que, a diferencia deahora, el esfuerzo interno y no laayuda foránea debían ser el motordel desarrollo.
El “vivir bien”, la relación armó-nica con la naturaleza o la elabo-ración de un nuevo modelo civili-zatorio sólo puede emerger de laNación Continente Sudamericanaprimero y latinoamericana des-pués, con capacidad de dialogar ynegociar con otras naciones conti-nente, como Rusia, India, China,Europa Occidental, Estados Uni-dos, la Unión Africana y la articu-lación de países árabes.
Se necesita persuadir a los gru-pos étnicos, por pequeños que sean,que la necesidad de mejorar su ca-lidad de vida y la de sus hijos pasapor formar parte de una comuni-dad nacional que los respete y va-lore. Lo anterior implica desarro-llar y fortalecer el yo colectivo, fren-te a las acechanzas de predicado-res rentados, que lucran con nues-tras angustias. Sería injusto igno-rar los aportes históricos y antro-pológicos, desarrollados en los úl-timos decenios, por intelectualesprocedentes del mundo aymara,quechua y guaraní. Ese pensa-miento articulador debe impedir-nos caer en la explotación irracio-nal de recursos naturales, en lugarde equilibrar desarrollo y preser-vación del medio ambiente, vigen-cia de Derechos Humanos Colecti-vos e Individuales, unidad nacionaly respeto a lo diverso.
(*) Abogado, periodista, dirigente sindical, pro-
fesor universitario y político boliviano.
Fue uno de los más destacados defensores de
los recursos naturales de Bolivia.
Fue nombrado Ministro de Hidrocarbu-
ros por el presidente Evo Morales.
Como periodista, fue correspon-
sal de varias agencias interna-
cionales de información, colum-
nista y locutor en radio, prensa
y televisión.
Perteneció también a los equi-
pos de redacción de los dia-
rios La Opinión, de Buenos
Aires; y Le Monde, de París; y
de la revista Tiempo, de México.
7PRIMERA EDICIÓN | DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2011 Contexto mundial <
RETROSPECTIVA AL 11-S
¿Una tragedia conveniente?
Luiz AlbertoMoniz Bandeira (*)Dos meses antes del atentado del
11 de septiembre contra las torres
del World Trade Center (WTC), el
presidente George W. Bush fue in-
formado, tanto por la Oficina Fede-
ral de Investigaciones (FBI por sus
siglas en inglés) como por la Agen-
cia Central de Inteligencia (CIA por
sus siglas en inglés), sobre la posi-
bilidad de que terroristas secues-
trasen un avión y atacasen algún ob-
jetivo en Estados Unidos.
De acuerdo a “The 9/11 Commis-
sion Report. Final Report of the Na-
tional Commission on Terrorist At-
tacks Upon the United States (pág.
254)”, él recibió un informe confi-
dencial elaborado por la CIA titu-
lado: “Bin Laden Determined to
Strike in US”, el 6 de agosto de 2001.
Ese documento, desclasificado el
10 de abril de 2004 -por la presión
del Congreso-, transmitía un men-
saje del agente Phoenix, del FBI.
Según él, fuentes clandestinas, go-
biernos extranjeros e informes me-
diáticos “indicaban que desde 1997
Bin Laden quería dirigir ataques a
Estados Unidos”, como el realizado
por el terrorista Ramzi Yousef con-
tra el mismo WTC el 26 de febrero
de 1993.
Con todo, la información del FBI
desde aquel tiempo indicaba pa-
trones de actividades sospechosas
en ese país, consistentes con la pre-
paración de secuestros y otros tipos
de ataques, incluyendo edificios de
oficinas federales en Nueva York.
Ya el 5 de enero de 2001, ocho
meses antes del ataque a las torres
del WTC, la Direction Générale des
Services Extérieurs (DGSE) de los
servicios de inteligencia de Francia,
en una nota de cinco páginas titula-
da “Projet de détournement d’avion
par des islamistes radicaux” (“Pro-
yecto de secuestro por parte de is-
lamistas radicales”) había alertado
al Gobierno de Estados Unidos
sobre la posibilidad de que terro-
ristas de Al Qaeda concretaran aten-
tados suicidas en Nueva York y Was-
hington, de acuerdo al documento
revelado por el periodista Guillau-
me Dasquié en el diario Le Monde,
el 4 de abril de 2007.
Además, los periodistas Evan Tho-
mas y Mark Hosenball indicaron, en
la revista Newsweek, que un día
antes de los atentados, altos oficiales
del Pentágono, súbitamente, cance-
laron planes de viajes para la maña-
na siguiente. El estado de alerta fue
emitido dos semanas antes de que
un aviso urgente fuera recibido por
el Pentágono la noche anterior al 11
de septiembre, lo que llevó al grupo
de oficiales más importante del
Pentágono a suspender sus planes
de viaje.
La Newsweek informó que los
altos mandos de la comunidad de
inteligencia militar de Estados Uni-
dos sopesaron los datos y conside-
raron seria la información.
Ari Fleischer, portavoz de la Casa
Blanca y Condoleezza Rice, asesora
de Seguridad Nacional, confirma-
ron implícitamente que sabían que
algún atentado iba a ocurrir, aun-
que, tal vez, no cómo sería efectua-
do, afirmando que nadie imaginaba
“el uso de aviones como misiles”.
Otros funcionarios de la Casa
Blanca explicaron que Bush no
tomó muy seriamente el aviso por
falta de informaciones más actua-
les. El teniente general de la Fuer-
za Aérea, Michael V. Hayden, di-
rector de la Agencia Nacional de Se-
guridad (NSA por sus siglas en
inglés) justificó: “No había ninguna
indicación de que Al Qaeda fuera a
actuar en Nueva York y Washington
o incluso si estaba planeando un ata-
que en territorio de Estados Uni-
dos”.
Eleanor Hill, ex inspectora gene-
ral del Departamento de Defensa y
jefe del equipo formado por el Co-
mité del Congreso para investigar
los atentados del 11 de septiembre,
reveló que desde 1998 hasta agosto
de 2001, la CIA, el FBI y otros servi-
cios de inteligencia recibieron co-
municados sobre la posibilidad de
un ataque en Washington y Nueva
York con aviones y otros medios.
El autor del best seller “Die CIA
und der 11 september” (“La CIA y
el 11 de septiembre”) Andreas von
Bolos, ex secretario del Ministerio
de Defensa (1976) y ex ministro de
Investigación y Tecnología (1980-
1982) durante el gobierno de Helmut
Schmidt (canciller alemán 1974-
1982), en su condición de diputado
y supervisor de las actividades del
servicio de inteligencia de la Repú-
blica Federal de Alemania, el Bun-
desnachrichtendienst (BND), consi-
deró extraño que los servicios de in-
teligencia americanos no hicieran
nada para prevenir los ataques y
que, 48 horas después, divulgaran
los nombres de los 19 secuestrado-
res identificando a quince como sau-
ditas y que apuntaran a Bin Laden
como cerebro de la operación.
La CIA tenía muchas informacio-
nes. El BND había proporcionado,
en 1999, el nombre y el teléfono de
Marwan al-Shehhi, el terrorista que
tomó el control del vuelo 175 de Uni-
ted Airlines y lo precipitó contra una
de las torres del WTC. Los nombres
fueron obtenidos por el seguimiento
telefónico a Muhammad Haydar
Zammar, un militante islámico que
residía en Hamburgo, íntimamente
vinculado a los conspiradores de Al
Qaeda en la articulación de los ata-
ques del 11 de septiembre.
Algunos terroristas, como Zacarías
Moussaoui, Ahmed Ressam, Khalid
AL-Mihdhar, Nawaf al-Hazmi e
Salim al-Hazmi, habían sido deteni-
dos por la Immigration and Natura-
lization Service (INS) de Estados Uni-
dos y eran investigados por la CIA y
el FBI. No era un secreto para la CIA
y el FBI que Moussaoui estaba to-
mando clases de vuelo en la Airman
Flight School, en Norman (Oklaho-
ma).
Un agente del FBI que manejó el
caso de Moussaoui junto a un re-
presentante de la Minneapolis,
Joint Terrorism Task Force, perci-
bió rápidamente que Moussaoui
tenía creencias yihadistas y sospechó
que estaba planeando secuestrar un
avión.
Moussaoui también había estado
bajo vigilancia de la CIA en mayo y
junio de 2001, cuando tomó clases de
vuelo en Frankfurt, Alemania, pero
extrañamente no se informó al Ser-
vicio de Inmigración y se le permi-
tió entrar a Estados Unidos y entre-
nar como piloto.
Los atentados contra el World
Trade Center y el Pentágono el 11
de septiembre de 2001 no fueron cir-
cunstanciales ni sorpresivos. Fue-
ron convenientes a los intereses del
complejo industrial-militar. El pre-
sidente George W. Bush necesitaba
de una “razón propagandística”,
como Adolf Hitler en 1939, para li-
brar una guerra permanente, legiti-
marse en el poder tras una elección
dudosa y controvertida y ejecutar
los objetivos del Proyecto para el
Nuevo Siglo Americano. Recibió la
noticia con estoicismo, mientras leía
un texto sobre educación para los
estudiantes de la Emma E. Booker
Elementary School.
Y, como si no se hubiera sorpren-
dido, comentó: “The incident must
have been caused by pilot error” (“El
incidente debe haber sido causado
por un error del piloto”). Entonces
dejó la escuela, tomó el Air Force
One, sin saber exactamente a dónde
ir y, diciendo que Estados Unidos
había sufrido un ataque, declaró la
guerra sin saber contra quien, pero
una guerra del bien contra el mal
“sin campos de batalla o cabezas de
playa”. No sin razón, anotó en su dia-
rio el día 11: “El Pearl Har-
bor -el ataque de Japón
(1941)- del siglo XXI tuvo
lugar hoy”. Está documen-
tado que aquel ataque tam-
poco fue una sorpresa para
el entonces presidente Fran-
klin D. Roosevelt.
Tras los ataques se produjo
la dispersión misteriosa, a
través de la correspondencia
y otros medios, del Bacillus
anthracis, que se utiliza como
un arma bacteriológica. La
fuente nunca fue descubierta.
Ciertamente el objetivo era fo-
mentar el pánico, el choque de
la opinión pública mundial,
arrojarlo contra los árabes y
crear las condiciones para un es-
tado global de guerra contra un
enemigo abstracto: el terrorismo.
Y no fue una mera coinciden-
cia que el mapa de la guerra se
extendiera de Medio Oriente a
Asia Central, el mapa del gas y del
petróleo.
Así, el 17 de septiembre, seis
días después de los atentados,
Bush firmó un documento (Top Se-
cret), en el que no sólo delineó la
campaña contra los talibanes en Af-
ganistán. También ordenó al Pentá-
gono comenzar a planificar las op-
ciones militares para invadir Irak.
Luego se logró que el Congreso con-
ceda poderes para hacer la guerra y
dio un ultimátum a los talibanes para
entregar a Bin Laden.
El 6 de octubre Bush anunció la
campaña global contra el terroris-
mo. La opción era clara, o se suma-
ban a la campaña o estaban con los
terroristas que pagarían un alto pre-
cio. Y Estados Unidos, junto a Gran
Bretaña, comenzó al día siguiente la
operación “Libertad Duradera”.
Bombardearon los campos de en-
trenamiento e instalaciones de Al
Qaeda en Afganistán, cuya cons-
trucción la CIA y Arabia Saudita, en
colaboración con el servicio de in-
teligencia paquistaní, habían finan-
ciado en 1970 con el fin de luchar
contra la Unión Soviética.
Entre el 7 de octubre de 2001 y el
4 de junio de 2002 mataron a cerca
de 3.000 civiles en Afganistán. De
2001 a 2011 murieron aproximada-
mente 14.000 civiles, 28.000 policías
afganos, soldados, talibanes e insur-
gentes.
(*) Politólogo, profesor titular de Historia de la
política exterior de Brasil en la UNB (retirado)
Autor de más de veinte obras, incluyendo “La
reunificación de Alemania - El socialismo ideal
para el socialismo (UNESP Editora, 2009); y “El
milagro alemán y Desarrollo de Brasil” (1949-
2011) (UNESP Editora, 2011). Desde hace mu-
chos años reside en Alemania.
Traducción Guillermo Baez
8 DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2011 | PRIMERA EDICIÓN> Contexto mundial
UNA HERRAMIENTA FUNDAMENTAL TRAS LA IDENTIFICACIÓN DE LOS INTERESES DE UN ESTADO
Inteligencia geopolítica
Miguel Angel Barrios (*)S in desconocer que no existe
una geopolítica en general
sino geopolítica en particu-
lar, que se halla en directa relación
con la particularidad y singularidad
de cada Estado, podemos afirmar
que hoy, la acepción de la geopolí-
tica como disciplina que vincula la
influencia de los factores geográfi-
cos en la decisión política de los Es-
tados se vuelve acotada.
La geopolítica es el pensa-
miento histórico en la dinámica
de los espacios, que nunca son
neutros y en la actualidad, con
la aceleración del proceso de
mundialización, la globalidad
ya no sólo se limita al espacio
exclusivamente de la tierra,
sino que afecta en el sistema
mundo, al propio espacio ex-
terior del planeta, sin obviar
el espacio virtual generado
por Internet.
En verdad, la geopolítica
implica un más allá del terri-
torio únicamente, sino que
sirve en la medida que proyec-
te a un Estado, en el desarrollo
de la región en la dinámica de la
mundialización, factor estructural
del actual sistema mundo.
No se puede desvincular o desli-
gar el desarrollo de un Estado del
contexto regional, de los escenarios
y tendencias del “orden mundial”,
es decir, del triple interescenario
nacional, regional y mundial.
Un pensamiento geopolítico se re-
fleja en la planificación al mediano
y largo plazo de los intereses de un
Estado y su desarrollo integral. Ge-
opolítica y desarrollo, son caras de
una misma moneda. Y esto implica,
que se trata de un nivel más pro-
fundo que la unidimensionalidad
militarista, que muchas veces se aso-
cia equivocadamente con la geo-
política.
Desde este enfoque, la conduc-
ción política necesita como princi-
pal fuente de materia prima, a un
sistema de inteligencia nacional,
como campo de análisis.
Toda geopolítica de Estado posee
entre sus fines: la inviolabilidad de
su territorio, la protección de la vida
y el bienestar de la población, la pre-
servación de la cultura e identidad,
así como garantizar su soberanía.
En el fondo, se trata de asegurar la
seguridad del estado.
Una vez definida la necesidad -
que varía según cada Estado, por
eso existen geopolíticas en particu-
lar y no una “ciencia geopolítica”
““Un pensamiento geopolí-tico se refleja en la planifi-cación al mediano y largoplazo de los intereses deun Estado y su desarrollointegral. Geopolítica y de-sarrollo se trata de unnivel más profundo que launidimensionalidad mili-tarista, que muchas vecesse asocia equivocadamen-te con la geopolítica”.
en general-, surgen de ella los inte-
reses.
Pueden ser intereses comparti-
dos en alianzas regionales -Unasur
y su Consejo Sudamericano de De-
fensa- o compartidos en una agen-
da más global -tráfico de personas,
drogas, lavado de dinero o medio
ambiente-.
Una buena inteligencia debe apo-
yar a una sólida geopolítica. La in-
teligencia contribuye a los fines ge-
opolíticos en:
• Determinación de Intereses.
• Concreción de Riesgos y Amena-
zas.
• Análisis de Escenarios.
• Monitoreo de las Tendencias glo-
bales.
La inteligencia geopolítica es el
““La geopolítica ejerce unadirección precisa sobre lainteligencia, pero una vezclarificado este punto, ellano debe interferir en el te-rreno de la inteligencia. Lageopolítica se ocupa delmediano y largo plazo,desde una aproximacióngeoestratégica, la inteli-gencia, por el otro lado,del corto plazo, en la evo-lución de los datos...”.
ejercicio de interpretar hechos y cir-
cunstancias de la cooperación o ri-
validades de actores y su inserción
en las relaciones de poder global.
La inteligencia geopolítica es de
matriz interdisciplinaria y multi-
disciplinaria, nada más erróneo que
suponer que ésta debe ser capitali-
zada por los sectores militares o de
los tradicionales servicios.
La geopolítica ejerce una direc-
ción precisa sobre la inteligencia,
pero una vez clarificado este punto,
ella no debe interferir en el terre-
no de la inteligencia. La geopolíti-
ca se ocupa del mediano y largo
plazo, desde una aproximación ge-
oestratégica, la inteligencia, por el
otro lado, del corto plazo, en la
evolución de los datos, hechos y
situaciones. Su valor se halla,
en su capacidad de prospecti-
va.
Si la geopolítica no direc-
ciona a la inteligencia, ésta se
pierde en un camino sin
rumbo y para fines no del
todo claros. La geopolítica di-
recciona a la inteligencia.
Una capacidad clave de la in-
teligencia pasa por la rapidez
en procesar la información.
Ahora bien, si la conducción
política de un Estado carece de
una geopolítica, la inteligencia
puede servir para fines oscuros.
La inteligencia como servicio del
Estado debe estar despolitizado en
todo sentido. Su politización reside
en alinearse con la geopolítica del
Estado.
La geopolítica y la inteligencia
son complementarias. La geopolíti-
ca precisa de la inteligencia en todas
sus fases del proceso analítico. Pero
la inteligencia siempre debe estar
subordinada a la geopolítica. En
tiempos de conformación del Cen-
tro de Estudios Estratégicos de la
Defensa (CEED) del Consejo Suda-
mericano de Defensa de Unasur y
de reinventar una geopolítica de la
Reintegración que nos conduzca a
un Estado Continental Sudameri-
cano, nos encontramos ante este gi-
gantesco desafío que nos deparó la
historia.
(*) Doctor en Educación y doctor en Ciencia
Política argentino.
Autor de “El Latinoamericanismo en el Pensa-
miento Político de Manuel Ugarte” (2007);
“Perón y el Peronismo en el Sistema Mundo
del Siglo XXI -2008-; “Diccionario Latinoameri-
cano de Seguridad y Geopolítica (2009); “El
Latinoamericanismo Educativo en la Perspec-
tiva de la Integración Regional (2011); “El Sig-
nificado Geopolítico de Venezuela en el Mer-
cosur (2011).
Premio Doctor Arturo Jauretche a la Cultura en
la temática investigación, 2009, Argentina.
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