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ALTERCADOS EN EL TEATRO ESPAÑOL
UNIVERSITARIO DE MADRID
Joan Guanyabens, 23 de Enero de 1952, Madrid
Esta noche se dio en el T.E.U de Madrid el
estreno de la obra teatral Tres sombreros de copa de don Miguel Mihura. Al terminar la representación el
público, compuesto mayoritariamente por jóvenes
aunque también había gente ilustre como los ministros don Federico Silva Muñoz y don José Luis Villar
Palasí, protagonizó un gran barullo que más tarde se
convirtió en pequeñas discusiones debidas a las
diferentes opiniones que tenían los espectadores sobre el argumento de la obra. Unos creían que la obra
humorística era muy cómica y original, con una pizca
de provocación. En cambio, el otro sector encontró absurdo el argumento, decían que no tenía sentido y
que no reflejaba para nada la realidad.
Todo empezó cuando terminó el último acto y se bajó el telón. Los entusiastas aplaudieron con
énfasis pidiendo que salieran los actores y gritando
¡Bravo, bravo, bravo! Los otros silbaban demostrando
el descontento que tenían, se sentían engañados y estafados. Esto provocó una cadena de discusiones en
los pasillos de salida pero ante la presencia de la
Guardia Civil se calmaron los ánimos y no hubo que lamentar situaciones violentas.
Tres sombreros de copa plantea un amor
imposible entre Dionisio, que representa la sociedad cerrada de la pequeñas burguesía, y Paula, una joven
atractiva del mundo del espectáculo. La trama refleja
la monotonía de la vida de ambos y el deseo de
cambio y libertad que no pueden conseguir. Podría ser una historia romántica pero Don Miguel crea
constantes situaciones absurdas, llenas de humor
trágico, que ridiculizan a los personajes. Este estilo atrevido y surrealista levantó la polémica entre los
espectadores. Esta obra se escribió en 1932 y no se
pudo poner en escena. Veinte años más tarde se ha
estrenado sin dejar indiferente al gran público. Se representará el próximo fin de semana en sesiones de
viernes, sábado y domingo.
CULTURA 26 de Noviembre de 1952
Ola de aplausos para tres sombreros de copa
La comedia del absurdo fue intensamente acogida, tras los veinte silenciosos años de su escritura, por el público joven del estreno.
Judith Estengre
El pasado 24 de noviembre se estrenó en el Teatro Español Universitario de Madrid, Tres sombreros
de copa, obra de Miguel de Mihura. Después de
que la obra no tuviera éxito cuando fue publicada por primera vez, la noche terminó con una gran
ovación al autor y su obra. Tras unos cuantos años de anonimato, la sociedad ya está preparada para acoger esta representación.
Los jóvenes de la universidad dieron forma a los textos teatrales de Miguel de Mihura, que nació en 1905 y que es fundador y escritor de las revistas La Ametralladora y La Codorniz, las dos de ámbito
humorístico.
Desde el inicio de la obra se nos presentan dos
mundos diferentes, lo blanco y lo negro. El mundo de la fantasía, la libertad e imaginación, (mundo de farándula) delante del mundo convencional,
aposentado y restrictivo (el mundo burgués). La farándula, alabanza a la libertad, le lleva a una vida engañosa, en la cual no se gana bien la vida; lo
contrario al mundo burgués, que representa una vida monótona, aburrida, con tradiciones estrictas, con apariencias pero bien acomodada. No
obstante, al final de la obra se observa que la distancia entre estos dos polos opuestos no es tan grande dado que el mundo del espectáculo
también tiene sus restricciones. Hay una alegría ficticia para las apariencias, vive como le dicen que tiene que vivir y en ninguno de los dos puede
cambiarlo.
La obra transcurre en una noche y
toda en el mismo espacio, la habitación de un
hostal. Dionisio, un joven trabajador, tras siete años de
noviazgo, se casará con su princesa, una
señorita no muy linda de casa acomodada.
Se encuentra Dionisio, en la habitación,
probándose tres sombreros de copa, a fin de escoger uno para escoger uno para el gran día, cuando conoce a Paula ya de un
modo bastante extraño. Ella, una chica joven y guapa que trabaja en el mundo del espectáculo, le abre un nuevo mundo. Dionisio ve en ella una vida de felicidad
y libertad, por lo cual se acaba enamorando. La obra transcurre con una sucesión de situaciones cómicas y
absurdas que nos muestran los dos mundos y
todos los otros personajes, llegando el momento en que Dionisio ha de decidirse entre Paula y Margarita, o, lo que es lo mismo, decidirse por
uno de los dos mundos.
Tres sombreros de copa, aunque sigue la
estructura clásica del teatro, pertenece al nuevo
género: el teatro del absurdo. Se identifica con este género porque contiene todas sus características. Dionisio es un joven al que le
cuesta reaccionar ante alguna situación fuera de lo común, es bastante voluble ya que se deja dominar fácilmente. Es un hombre perdido en un
mundo absurdo. La vida es una burla trágica, en la obra se nos presentan situaciones trágicas de una manera cómica, como por ejemplo, la muerte
de un hijo ahogado en un pozo. Hay una gran cantidad de situaciones ilógicas, como por ejemplo: encontrar una bota debajo de la cama y
que Don Rosario, el dueño del hostal, se la envuelva y se la regale a Dionisio. O el mismo Don Rosario, que toca el cornetín para que los
huéspedes se duerman o incluso si tienen frío se mete en la cama con ellos. Dionisio durante casi toda la obra va con uno de los sombreros y el
pijama. La relación entre Dionisio y Don Rosario es como si fueran pareja por la confianza y la manera que tiene don Rosario de llamar a
Dionisio (capullito de alelí, carita de madre selva, flor de pitiminí). Los personajes de la obra no tienen una gran moralidad, no se profundiza y
sólo se les conoce por el nombre. En la obra, también hay una gran simbología. Los nombres
son compuestos y
caracterizan al personaje, expresan patrones de
comportamiento (astuto cazador, mujer barbuda, anciano
militar, romántica chica…). Los tres sombreros de copa
simbolizan el nexo de unión entre los dos mundos ya que son
dos objetos utilizados en ambos. El teléfono, un objeto importante
en la obra, simboliza el contacto con el mundo exterior.
Cuando Tres sombreros de copa fue escrita se
anticipaba un paso a la sociedad y por eso no fue recibida con agrado por las mentes de ese
momento. La obra es una crítica de las clases y los comportamientos sociales.
página 17 LA
VANGUARDIA
El T.E.U. estrena la obra de Miguel Mihura “Tres
sombreros de copa”.
Gustavo Pérez Puig apuesta por una obra cómica
desenterrada.
Por Miquel Romero
Anoche en el Teatro
Universitario de Madrid se
estrenaba la obra teatral de
Miguel Mihura “Tres sombreros de
copa” en sesión única. Se trata
de una obra desenterrada:
escrita en 1932 y rechazada por
todas las compañías a las que
llegó hasta que fue editada en
1947. Recientemente fue
descubierta por Gustavo Pérez
Puig, director del T.E.U. Con
esta pieza, Mihura pretende
salirse de los caminos
trillados, del acartonamiento de
nuestra escena hecha de tópicos.
Así, después de veinte años la
obra era representada. Poco
sabía el público de la historia,
que esperaba ansioso al inicio
de esta. Promulgada por el
llamado nuevo humor, un humor
fino y calculado que no deja
nada al azar, prometía ofrecer
un buen tiempo de risas. No
decepcionó. Las lágrimas
brotaban entre tantas risas.
La puesta en escena, aunque no
muy elaborada, fue acertada. Por
otro lado, la actuación fue, en
todos los aspectos, brillante.
Los actores supieron ajustarse
muy bien al papel, adoptando de
forma muy profesional el
carácter y los gestos de sus
personajes. Realmente, llegaron
al corazón de los espectadores.
La obra trata de un hombre
cualquiera que va a casarse; se
dispone a pasar tranquilamente
su última noche de soltero en un
humilde hotel de segundo orden
donde piensa dormir. Pero esa
noche los sucesos crearán una
atmósfera casi de ensueño, un
mundo irreal repleto de cosas
nuevas. El mundo casi mágico del
“Music Hall” pasa con su alegría
a cuestas por la habitación de
nuestro protagonista.
Pero gracias a su habilidad como
dramaturgo, Mihura evita caer en
sentimentalismos fáciles. Las
notas ramplonas no entran a
formar parte de este desfile.
También en esas frases del nuevo
humor se entrevé un sentimiento
insincero de tanto repetirse las
costumbres vacías. La amarga
burla de los sentimientos llegó
a desconcertar al público.
En general, los espectadores
disfrutaron ampliamente de la
tragicomedia. El éxito fue tan
abrumador que se ha solicitado
una segunda representación e
incluso se cuestiona
introducirla en el círculo
comercial.
En conclusión, la obra es en
realidad una muestra cruda de la
amargura de nuestra existencia y
de los dogmas de nuestra
sociedad.
Miquel Lucena y Gabriel Romero
ARTE: Estreno de Tres Sombreros de Copa
Guerra de clases en el estreno de Tres
sombreros de copa
52 personas detenidas a causa de los altercados producidos por la representación de Tres
sombreros de copa por primera vez en el teatro.
MIREIA BELTRAN FORTIS | BARCELONA
Este domingo en Barcelona se representó por primera vez Tres sombreros de copa, en el teatro Liceu. A este gran acto quiso asistir la gente más selecta, pero también la más humilde; este hecho provocó que ya empezara a caldearse el ambiente. Solo los de clase alta tenían el derecho de acudir a este evento, pero los más sencillos no se querían perder un acontecimiento tan grande como era llevar por primera vez al teatro Tres sombreros de copa.
Por eso los plebeyos se revolucionaron y entraron en el teatro por la fuerza. Esto causó que la obra no se pudiera interpretar toda entera. Esta gran admiración hacia esta obra desde diferentes ámbitos sociales está originada a causa de que en Tres sombreros de copa están
recreadas distintas clases sociales. Como don Sacramento, quien es un hombre poderoso con una vida recta y honrada; o don Rosario, que vive de una manera más modesta, monótona y rutinaria; hasta llegar al entorno de Paula, Buby y las demás chicas, que lo único que buscan es sacar dinero a los señores que viven de un modo inaccesible para ellos. Es decir, que esta comedia refleja gran parte de los habitantes en 1952. Gracias a esta circunstancia muchas personas, entre las que me incluyo, nos hemos dado cuenta que la guerra de clases está más viva que nunca. El pueblo no puede, ni debe permitir un hecho tan bochornoso como es no dejarnos entrar en un teatro público, en el cual todos tenemos entrada libre. Este hecho no fue producido por los trabajadores, que estaban a favor del pueblo, sino porque los más adinerados no querían compartir un mismo lugar con la gente menos pudiente, entonces los encargados de la
celebración impusieron la norma de no dejar entrar a ninguna persona que permaneciera en las clases media y baja. En la entrada nos podíamos encontrar con personas indignadas, mientras los poderosos miraban con aires de superioridad a la vez que se disponían a entrar en el teatro para gozar de la obra. Una masa de gente empezó a vocear un lema, tan conocido como: El pueblo unido, jamás será vencido. Seguidamente la gente empezó a golpear las puertas, hasta que los encargados no tuvieron más opción que abrirlas, para calmar a la multitud con un discurso que prometía que el día siguiente habría entrada libre; esto no gustó a los infortunados espectadores que entraron a la fuerza obligando de esta manera a concluir la obra al acabar el segundo acto. La policía llegó y se llevó arrestadas a 52 personas que lo único que pretendían era ver una obra de teatro. Para finalizar, pienso que en la sociedad en la que vivimos, con una cultura occidental y con una dictadura, quien más tiene siempre será mejor que los demás y lo hemos podido comprobar con este suceso.
La obra ‘Tres sombreros de copa’ en el Teatro Español Veinte años después de que fuera escrita, mañana se representará por primera vez, la obra de Miguel Mihura: Tres Sombreros de Copa, en el Teatro Español de Madrid.
La obra que se representará mañana fue escrita hace veinte años, en 1932 y hasta el momento, ninguna compañía teatral se ha atrevido a representarla. Tal tardanza es debida a que la obra es diferente, y ha producido la incomprensión de los empresarios, directores y autores, quienes se han escudado en la falta de preparación del público para no estrenarla. Pensaban que era una obra poco comercial. Sera la primera vez y será Gustavo Pérez Puig su director quién afrontará el gran reto. La obra cuenta con un equipo compuesto por Carlos Gutiérrez (escenografía); Laura Gómez (vestuario); Miguel Díaz (iluminación); y Juanjo Zamora (dirección artística). El reparto se compone de 14 actores y actrices. Los protagonistas serán Paco Rabal (Dionisio) y Emma López (Paula). Esta obra rompe con el teatro cómico anterior y destaca por su originalidad. Su autor, Miguel Mihura, nos ha contado que tardó tres meses en escribirla, la creó con facilidad, sentimiento y alegría. Es su primera obra dramática. El argumento de la obra es sencillo, trata de un joven de veintisiete años, Dionisio,
que tras siete años de noviazgo, va a casarse con una joven de veinticinco llamada Margarita. Pero la noche anterior a la boda se hospeda en un hotel donde conoce a Paula, una atractiva chica de dieciocho años de la que se enamora. Dionisio descubre por medio de Paula una manera distinta de vivir, de entender el mundo y de alcanzar la felicidad, gracias a ella descubre la posibilidad de una existencia más imaginativa y libre. El protagonista debe decidirse entre Paula y Margarita. Escoge a Margarita porque no se atreve a cambiar de vida. Se mezcla lo poético y sentimental con lo humorístico y satírico. Aparecen dos mundos enfrentados: el burgués y otro más libre y vital. A continuación se concretan los datos de
la representación.
Obra: Tres sombreros de copa
Autor: Miguel Mihura
Teatro: Teatro Español de Madrid
Dirección: Plaza del Sol número 4
Fecha: 21 de Enero de 1952
Entrada: 100 pesetas
Hora: 19 h
Diario Madrid Miércoles 2 de mayo de 1952
El Teatro Español Universitario estrenará Tres sombreros de Copa
TRES SOMBREROS DE COPA EN EL TEATRO
ESPAÑOL DE MADRID
Gustavo Pérez Puig dirigirá la burlesca obra de Miguel Mihura 20 años después
de ser escrita
Oscar Mata Coarasa
El Teatro Español de Madrid acogerá el
próximo sábado 4 de Junio para estrenar en
una única sesión la obra escrita por Miguel
Mihura y dirigida por Gustavo Pérez Puig. La
obra, con un toque humorístico absurdo,
tendrá una duración aproximada de una hora,
y entre los actores más destacados destacan
Alfredo Landa en el Papel de Dionisio y el de
Gema Cuervo en el papel de la imprevisible
Paula.
Gustavo Pérez destacó la importancia de esta
obra dentro de la comedia absurda y burlesca,
y con sus palabras dijo “ya era hora que una
comedia tan importante para el teatro español
viera la luz en los teatros españoles, aunque
sea en un sólo teatro y de momento una sola
interpretación”.
Destaca el hecho de que se hayan vendido
todas las entradas prácticamente un mes antes
del estreno y destaca la gran afluencia de
gente joven que se ha hecho con las entradas.
Tuvimos la ocasión de hablar con el joven
actor Alfredo Landa y nos comentó que para
meterse en la piel del protagonista, pensar y
ver como él, tuvo que leer hasta ocho veces el
libro y el guión adaptado de la obra. Gema
Cuervo por su parte comentó lo identificada
que se sentía ella con su personaje (Paula),
una mujer libre sin ningún tipo de
preocupaciones que no sean los de vivir la
vida de manera intensa y emocionante.
El argumento de Tres sombreros de Copa,
trata sobre cómo Dionisio (Alfredo Landa)
descubre junto a Paula (Gema Cuervo) y otros
personajes que aparecerán durante la obra una
manera distinta de vivir y de ver el mundo,
lejos de su vida aburrida y monótona.
Queda menos de un mes para la obra, que
puede cambiar el curso del teatro tal y como
lo conocemos hoy en día; y cabe esperar que
será uno de los éxitos de la temporada, eso si
es que el público no es muy crítico con la
obra y lo acepta como una novedad.
MÚSICA, TEATRO Y CINE
NUEVO HUMOR EN EL ROMEA
La obra de Mihura llega a Barcelona
Domingo, 1 de Noviembre del 1953.
Pol Casanovas Chevalier
El martes 3 a las 10’45 de la noche,
inaugurará en el Romea el Teatro de Cámara
de Barcelona su quinta temporada, con el
sensacional estreno de la comedia
humorístico-sentimental de Miguel Mihura:
Tres sombreros de copa.
Tres sombreros de Copa supone una ruptura
con el teatro cómico anterior, el clásico,
iniciándose con esta obra un nuevo teatro de
humor, el llamado “teatro del absurdo”.
Ésta, pues, es una obra sin antecedentes ni
precedentes hasta el momento.
Mihura, nació en Julio de 1905 en Madrid y
colaboró en el guión de la película Bienvenido
Mr. Marshall y en obras como ¡Viva lo
imposible! (1939), El caso de la mujer
asesinadita (1946).... Después de que su obra
Ni pobre ni rico sino todo lo contrario fuera
estrenada con éxito, estrena ahora en
Barcelona su obra más atrevida.
Para esta sesión inaugural del martes se ha
logrado la colaboración de Pastora Peña y
Félix Navarro, la pareja de grandes actores
que tantos éxitos ha conseguido con Lola
Membrives. Intervienen, además: Josefina
Tapias, Alicia Agut, Enrique Casademont,
Emilio Fábregas, Dámaso García, Elisenda
Ribas, Francisco Allot, Dora Santacreu y
Liliana Romani. La ambientación de la obra,
cuya época se sitúa en 1927, se presta para
que Rafael Richart y Antonio de Cabo nos
demuestren una vez más su fina sensibilidad
de directores.
La obra que mañana se inaugura pudo ser
finalmente estrenada el año pasado en la
capital, después de haber superado la segunda
etapa de la postguerra. Las asociaciones
estudiantiles dejaron oír su voz con el estreno.
Fue el gran éxito del teatro madrileño
representado por el T.P.U. Universitario y
dirigido por Gustavo Pérez Puig en el Teatro
Español de Madrid.
Ésta, fue escrita en 1932 pero solo ha podido
ser estrenada 20 años después debido a su
estilo vanguardista. En Madrid fue acogida
con gran entusiasmo por un público formado
en mayor parte por gente joven y entendida.
Es una obra con una aguda crítica a la
sociedad burguesa denunciando sus
comportamientos y vulgaridad. Por eso no ha
gustado mucho a los sectores más
acomodados dada la libertad de pensamientos
que choca con los ideales de la sociedad
burguesa en la representación.
Esta sesión única promete una inauguración
de temporada brillante para nuestro Teatro de
Cámara de Barcelona. Esperemos que éste
buen inicio de programación tenga su
continuidad.
Tres Sombreros de Copa envuelve calumnia
Crítica teatral de la obra Tres Sombreros de Copa, analizada por Raquel Ferrer Peña.
1 de noviembre de 1952.
FICHA TÉCNICA Coreografías: Manuel Díaz.
Escenografía: Carlos Plano.
Maquillaje: Antonio Martín.
Asistente de vestuario: Gustavo González.
Iluminación: Mario Morillas.
Dirección: Javier Hernández.
Actores: Héctor Cuesta, Federico Justo, Sonia Marea,
Daniel Segura, Francisco García, Claudia Adolfo,
Gonzalo Ramírez...
Noche del 31 de octubre de 1952, 23:50 h. El
Teatro Español de Madrid acaba de acoger la
obra más inverosímil vista hasta ahora en
nuestro país. ¿Se ha visto jamás algo
parecido? ¡No se debería permitir escribir
obras tan mezquinas, y menos aún dejar que
se representen! Según el despreciable autor,
se trata de “Mezclar dos realidades con
mucho humor e ironía”. Querido
innombrable, ¿de qué dos mundos o -como
quiera que le llame- estamos hablando?
A mi parecer, a este infame le apetece reírse
de Dios y lo tienta para que nuestro señor lo
castigue, se aprovecha de su benevolencia. En
este caso, pues, me gustaría avisarle de que
quien juega con fuego se acaba quemando.
El pueblo ha demostrado poseer la sabiduría y
racionalidad necesarias para no asistir a esta
pesadilla, a la cual he tenido la pesarosa
oportunidad de acudir.
No sería capaz de describir la espantosa
comedia con buenos ojos, es imposible
hacerlo si se es una persona sensata y
cristiana. Todo el argumento es
completamente absurdo y horripilante: ¿Qué
buen hombre creyente dejaría a su prometida
por unas damas vulgares y deshonrosas que se
divierten con los señores casados? ¿Desde
cuándo un hombre de color negro puede ser
propietario de un negocio? Muy distinguidos
lectores míos, Mihura es un hipócrita que en
vez de admirar y tener en gran consideración
a la burguesía y la alta sociedad, las considera
farsantes y superficiales. Aquí no se acaba
todo, para más inri, narra a lo largo de su
novela un fragmento (una noche,
concretamente) de la vida de unos artistas,
bohemios, payasos y toda esa gente de la
farándula y los excesos, dándoles un
protagonismo que no se merecen, y
exponiendo su enferma existencia, que
escandaliza a los ciudadanos decentes.
El decorado, bastante escaso y pobre,
simplemente cuenta con una habitación –en la
cual hay una cama, una mesita con un
teléfono, y comunica a otra sala que también
es fundamental para el desarrollo de la trama.
La absurda pieza teatral está dividida en tres
actos. Éstos duran unas horas en total, ya que
a la mañana del día siguiente la aventura de la
noche anterior acaba. Una suerte para todos
los que hemos tenido que aguantarla. No se la
recomiendo, apreciados españoles, esta
pésima obra proviene directamente del
infierno, y viene dispuesta a herir la
sensibilidad y los estupendos valores que
configuran nuestra honorable sociedad.
Disfruten del día.
TRES SOMBREROS DE COPA
Víctor Payerol Lozano
Madrid, 22 de enero de 1952
Todos esperábamos expectantes la primera representación de la obra
Tres sombreros de copa escrita por Miguel Mihura y que tanta
polvareda había levantado desde el día de su publicación en 1947.
El público esperaba impaciente la función y se notaba en el ambiente
la expectación por ver la primera representación de esta polémica
obra. A lo largo de la representación, no se perdió ni un ápice del
humor un tanto absurdo pero tan característico e importante en Tres
sombreros de copa. Ese humor fue muy bien llevado a escena gracias
a una buena adaptación de la obra original por el director de la
función, no sin la inestimable ayuda de los actores que hicieron
posible la función que representaron a la perfección la obra de
Miguel Mihura, si bien cabe destacar al gran actor Juanjo Menéndez
en el papel de Dionisio, el joven prometido que es seducido por una
joven llamada Paula que le pone en un aprieto porque, al sentirse
atraído por ella, está tentado a dejar de lado su boda y huir con la
joven a una vida que él consideraba que tenía más diversión. Por
suerte a la hora de la verdad él decide seguir el camino correcto y
continuar con el papel establecido, y por lo tanto, Dionisio, se casa
con su prometida y deja de lado ese mundo de fiesta y diversión que
le ofrecía Paula y que no le conduciría a ningún sitio. Los actores
supieron captar y transmitir al público ese humor tan especial de la
obra y lo hicieron de una manera espontánea y natural.
En conclusión, la función no decepcionó a ninguno de los presentes
y cumplió las expectativas depositadas en ella. Por lo tanto
recomiendo la asistencia del público a próximas representaciones
A telón corrido
CRÍTICA DE TEATRO Madrid, Teatro Español Universitario (TEU); 1952 Arnau Mayans Montés TRES SOMBREROS DE COPA Director: Gustavo Pérez Puig Actores principales: Luisita España, Pabio Garsaball,
Alejandro Maximinio Actores secundarios: Fernando Guillén, María del
Pilar Armesto, Amparo Gómez Tornos, Margarita
Lozano, Mima de Casenave, Blanquita Sendino, José
Bernal, Julio Peguero, Agustín de Quinto, Antonio
Alcázar, Emilio Hernández, José A. Blanco, Agustín
González.
resentar Tres sombreros de copa no es tarea
fácil. Por esto y para entender el concepto que el
propio Miguel Mihura tiene de esta obra de
teatro merece la pena recordar las propias palabras del autor:
“No era uno de esos jóvenes intelectuales que llegan al
teatro queriendo acabar con todo lo viejo y hablando
mal de los autores consagrados. Yo admiraba a todos
ellos y me leía una y otra vez sus comedias, sus
zarzuelas, sus juguetes cómicos y sus sainetes. (…) Y de
pronto, sin proponérmelo, sin la menor dificultad, había
escrito una obra rarísima, casi de vanguardia, que no
sólo desconcertaba a la gente, sino que sembraba el
terror entre los que la leían.”
De hecho, podemos afirmar que, con Tres sombreros de copa, Miguel Mihura encuentra, sin intención previa, un
camino diferente a lo establecido en el teatro español de
nuestra época. Nuestra escena, caracterizada por un
cierto acartonamiento, responde a las exigencias de un
público no especialmente predispuesto a la innovación y
a plantearse demasiadas cuestiones de tipo social o
moral, y, por lo tanto, con una visión del teatro muy
conservadora. Por esta razón, Mihura se aleja, por
ejemplo, de los personajes tópicos y típicos, trata de
desconcertar al público con un humor que, ciertamente,
es un tanto particular, ya que se sitúa entre una especie
de sentimentalismo dramático y el chiste absurdo. Esto
le lleva a la ridiculización de los personajes, que llegan
a decir, y a hacer, claro está, tantas estupideces que
solamente se puede acabar riendo de todo ello. Esta
obra está en la base del llamado nuevo humorismo
español, que no deja nada a la improvisación, porque,
aunque no lo parezca, todo está previamente diseñado a
pesar de las grandes dosis de absurdidad.
En Tres sombreros de copa el argumento es relativamente sencillo. Un hombre se va a casar a la
mañana siguiente con una chica de familia burguesa: la
noche antes de la boda el hombre la pasa en un hotel de
mala muerte de una capital cualquiera de una provincia
cualquiera. Pero, acontecimientos del mundo del sueño,
el mundo de la farándula lo va a perseguir durante toda
la noche en su misma habitación. De esta manera,
Mihura es capaz de cambiar la atmósfera de la
habitación y es aquí donde se halla, según mí entender,
la originalidad de esta obra: el music hall desfila durante
toda la obra por el cuarto de nuestro protagonista mostrándonos los placeres superficiales de esta gente y
los métodos que usan para sacar dinero a los burgueses.
El autor dibuja pequeños dramas de los protagonistas,
pero rápidamente se ríe de sus costumbres, de sus
frases hechas… Pero tanta burla repetida y tanto
absurdo también cansa y deben ser renovados. Este es el
peligro que señala esta obra. Todo ello provoca, sin
duda, un desconcierto en el público que asiste a la obra,
a causa de la continua burla hacia los sentimientos de
los personajes. Personajes que, en su mayoría, son unos
fracasados y sólo el propio autor los puede salvar de su
vulgaridad gracias al humor. Por eso, podemos decir que, con Tres sombreros de
copa, Mihura busca, o eso intenta, evadirse de la
mediocridad y del chiste fácil, por eso el público que la
ve o la lee muestra, de entrada, su descontento, pero el
lector o el espectador debe aprender a leerla o a
escucharla situándose en el contexto de la obra. Y hasta
que este punto no se logre, no se podrá disfrutar
completamente de la pieza teatral.
P
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