Críticas teatrales

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ALTERCADOS EN EL TEATRO ESPAÑOL

UNIVERSITARIO DE MADRID

Joan Guanyabens, 23 de Enero de 1952, Madrid

Esta noche se dio en el T.E.U de Madrid el

estreno de la obra teatral Tres sombreros de copa de don Miguel Mihura. Al terminar la representación el

público, compuesto mayoritariamente por jóvenes

aunque también había gente ilustre como los ministros don Federico Silva Muñoz y don José Luis Villar

Palasí, protagonizó un gran barullo que más tarde se

convirtió en pequeñas discusiones debidas a las

diferentes opiniones que tenían los espectadores sobre el argumento de la obra. Unos creían que la obra

humorística era muy cómica y original, con una pizca

de provocación. En cambio, el otro sector encontró absurdo el argumento, decían que no tenía sentido y

que no reflejaba para nada la realidad.

Todo empezó cuando terminó el último acto y se bajó el telón. Los entusiastas aplaudieron con

énfasis pidiendo que salieran los actores y gritando

¡Bravo, bravo, bravo! Los otros silbaban demostrando

el descontento que tenían, se sentían engañados y estafados. Esto provocó una cadena de discusiones en

los pasillos de salida pero ante la presencia de la

Guardia Civil se calmaron los ánimos y no hubo que lamentar situaciones violentas.

Tres sombreros de copa plantea un amor

imposible entre Dionisio, que representa la sociedad cerrada de la pequeñas burguesía, y Paula, una joven

atractiva del mundo del espectáculo. La trama refleja

la monotonía de la vida de ambos y el deseo de

cambio y libertad que no pueden conseguir. Podría ser una historia romántica pero Don Miguel crea

constantes situaciones absurdas, llenas de humor

trágico, que ridiculizan a los personajes. Este estilo atrevido y surrealista levantó la polémica entre los

espectadores. Esta obra se escribió en 1932 y no se

pudo poner en escena. Veinte años más tarde se ha

estrenado sin dejar indiferente al gran público. Se representará el próximo fin de semana en sesiones de

viernes, sábado y domingo.

CULTURA 26 de Noviembre de 1952

Ola de aplausos para tres sombreros de copa

La comedia del absurdo fue intensamente acogida, tras los veinte silenciosos años de su escritura, por el público joven del estreno.

Judith Estengre

El pasado 24 de noviembre se estrenó en el Teatro Español Universitario de Madrid, Tres sombreros

de copa, obra de Miguel de Mihura. Después de

que la obra no tuviera éxito cuando fue publicada por primera vez, la noche terminó con una gran

ovación al autor y su obra. Tras unos cuantos años de anonimato, la sociedad ya está preparada para acoger esta representación.

Los jóvenes de la universidad dieron forma a los textos teatrales de Miguel de Mihura, que nació en 1905 y que es fundador y escritor de las revistas La Ametralladora y La Codorniz, las dos de ámbito

humorístico.

Desde el inicio de la obra se nos presentan dos

mundos diferentes, lo blanco y lo negro. El mundo de la fantasía, la libertad e imaginación, (mundo de farándula) delante del mundo convencional,

aposentado y restrictivo (el mundo burgués). La farándula, alabanza a la libertad, le lleva a una vida engañosa, en la cual no se gana bien la vida; lo

contrario al mundo burgués, que representa una vida monótona, aburrida, con tradiciones estrictas, con apariencias pero bien acomodada. No

obstante, al final de la obra se observa que la distancia entre estos dos polos opuestos no es tan grande dado que el mundo del espectáculo

también tiene sus restricciones. Hay una alegría ficticia para las apariencias, vive como le dicen que tiene que vivir y en ninguno de los dos puede

cambiarlo.

La obra transcurre en una noche y

toda en el mismo espacio, la habitación de un

hostal. Dionisio, un joven trabajador, tras siete años de

noviazgo, se casará con su princesa, una

señorita no muy linda de casa acomodada.

Se encuentra Dionisio, en la habitación,

probándose tres sombreros de copa, a fin de escoger uno para escoger uno para el gran día, cuando conoce a Paula ya de un

modo bastante extraño. Ella, una chica joven y guapa que trabaja en el mundo del espectáculo, le abre un nuevo mundo. Dionisio ve en ella una vida de felicidad

y libertad, por lo cual se acaba enamorando. La obra transcurre con una sucesión de situaciones cómicas y

absurdas que nos muestran los dos mundos y

todos los otros personajes, llegando el momento en que Dionisio ha de decidirse entre Paula y Margarita, o, lo que es lo mismo, decidirse por

uno de los dos mundos.

Tres sombreros de copa, aunque sigue la

estructura clásica del teatro, pertenece al nuevo

género: el teatro del absurdo. Se identifica con este género porque contiene todas sus características. Dionisio es un joven al que le

cuesta reaccionar ante alguna situación fuera de lo común, es bastante voluble ya que se deja dominar fácilmente. Es un hombre perdido en un

mundo absurdo. La vida es una burla trágica, en la obra se nos presentan situaciones trágicas de una manera cómica, como por ejemplo, la muerte

de un hijo ahogado en un pozo. Hay una gran cantidad de situaciones ilógicas, como por ejemplo: encontrar una bota debajo de la cama y

que Don Rosario, el dueño del hostal, se la envuelva y se la regale a Dionisio. O el mismo Don Rosario, que toca el cornetín para que los

huéspedes se duerman o incluso si tienen frío se mete en la cama con ellos. Dionisio durante casi toda la obra va con uno de los sombreros y el

pijama. La relación entre Dionisio y Don Rosario es como si fueran pareja por la confianza y la manera que tiene don Rosario de llamar a

Dionisio (capullito de alelí, carita de madre selva, flor de pitiminí). Los personajes de la obra no tienen una gran moralidad, no se profundiza y

sólo se les conoce por el nombre. En la obra, también hay una gran simbología. Los nombres

son compuestos y

caracterizan al personaje, expresan patrones de

comportamiento (astuto cazador, mujer barbuda, anciano

militar, romántica chica…). Los tres sombreros de copa

simbolizan el nexo de unión entre los dos mundos ya que son

dos objetos utilizados en ambos. El teléfono, un objeto importante

en la obra, simboliza el contacto con el mundo exterior.

Cuando Tres sombreros de copa fue escrita se

anticipaba un paso a la sociedad y por eso no fue recibida con agrado por las mentes de ese

momento. La obra es una crítica de las clases y los comportamientos sociales.

página 17 LA

VANGUARDIA

El T.E.U. estrena la obra de Miguel Mihura “Tres

sombreros de copa”.

Gustavo Pérez Puig apuesta por una obra cómica

desenterrada.

Por Miquel Romero

Anoche en el Teatro

Universitario de Madrid se

estrenaba la obra teatral de

Miguel Mihura “Tres sombreros de

copa” en sesión única. Se trata

de una obra desenterrada:

escrita en 1932 y rechazada por

todas las compañías a las que

llegó hasta que fue editada en

1947. Recientemente fue

descubierta por Gustavo Pérez

Puig, director del T.E.U. Con

esta pieza, Mihura pretende

salirse de los caminos

trillados, del acartonamiento de

nuestra escena hecha de tópicos.

Así, después de veinte años la

obra era representada. Poco

sabía el público de la historia,

que esperaba ansioso al inicio

de esta. Promulgada por el

llamado nuevo humor, un humor

fino y calculado que no deja

nada al azar, prometía ofrecer

un buen tiempo de risas. No

decepcionó. Las lágrimas

brotaban entre tantas risas.

La puesta en escena, aunque no

muy elaborada, fue acertada. Por

otro lado, la actuación fue, en

todos los aspectos, brillante.

Los actores supieron ajustarse

muy bien al papel, adoptando de

forma muy profesional el

carácter y los gestos de sus

personajes. Realmente, llegaron

al corazón de los espectadores.

La obra trata de un hombre

cualquiera que va a casarse; se

dispone a pasar tranquilamente

su última noche de soltero en un

humilde hotel de segundo orden

donde piensa dormir. Pero esa

noche los sucesos crearán una

atmósfera casi de ensueño, un

mundo irreal repleto de cosas

nuevas. El mundo casi mágico del

“Music Hall” pasa con su alegría

a cuestas por la habitación de

nuestro protagonista.

Pero gracias a su habilidad como

dramaturgo, Mihura evita caer en

sentimentalismos fáciles. Las

notas ramplonas no entran a

formar parte de este desfile.

También en esas frases del nuevo

humor se entrevé un sentimiento

insincero de tanto repetirse las

costumbres vacías. La amarga

burla de los sentimientos llegó

a desconcertar al público.

En general, los espectadores

disfrutaron ampliamente de la

tragicomedia. El éxito fue tan

abrumador que se ha solicitado

una segunda representación e

incluso se cuestiona

introducirla en el círculo

comercial.

En conclusión, la obra es en

realidad una muestra cruda de la

amargura de nuestra existencia y

de los dogmas de nuestra

sociedad.

Miquel Lucena y Gabriel Romero

ARTE: Estreno de Tres Sombreros de Copa

Guerra de clases en el estreno de Tres

sombreros de copa

52 personas detenidas a causa de los altercados producidos por la representación de Tres

sombreros de copa por primera vez en el teatro.

MIREIA BELTRAN FORTIS | BARCELONA

Este domingo en Barcelona se representó por primera vez Tres sombreros de copa, en el teatro Liceu. A este gran acto quiso asistir la gente más selecta, pero también la más humilde; este hecho provocó que ya empezara a caldearse el ambiente. Solo los de clase alta tenían el derecho de acudir a este evento, pero los más sencillos no se querían perder un acontecimiento tan grande como era llevar por primera vez al teatro Tres sombreros de copa.

Por eso los plebeyos se revolucionaron y entraron en el teatro por la fuerza. Esto causó que la obra no se pudiera interpretar toda entera. Esta gran admiración hacia esta obra desde diferentes ámbitos sociales está originada a causa de que en Tres sombreros de copa están

recreadas distintas clases sociales. Como don Sacramento, quien es un hombre poderoso con una vida recta y honrada; o don Rosario, que vive de una manera más modesta, monótona y rutinaria; hasta llegar al entorno de Paula, Buby y las demás chicas, que lo único que buscan es sacar dinero a los señores que viven de un modo inaccesible para ellos. Es decir, que esta comedia refleja gran parte de los habitantes en 1952. Gracias a esta circunstancia muchas personas, entre las que me incluyo, nos hemos dado cuenta que la guerra de clases está más viva que nunca. El pueblo no puede, ni debe permitir un hecho tan bochornoso como es no dejarnos entrar en un teatro público, en el cual todos tenemos entrada libre. Este hecho no fue producido por los trabajadores, que estaban a favor del pueblo, sino porque los más adinerados no querían compartir un mismo lugar con la gente menos pudiente, entonces los encargados de la

celebración impusieron la norma de no dejar entrar a ninguna persona que permaneciera en las clases media y baja. En la entrada nos podíamos encontrar con personas indignadas, mientras los poderosos miraban con aires de superioridad a la vez que se disponían a entrar en el teatro para gozar de la obra. Una masa de gente empezó a vocear un lema, tan conocido como: El pueblo unido, jamás será vencido. Seguidamente la gente empezó a golpear las puertas, hasta que los encargados no tuvieron más opción que abrirlas, para calmar a la multitud con un discurso que prometía que el día siguiente habría entrada libre; esto no gustó a los infortunados espectadores que entraron a la fuerza obligando de esta manera a concluir la obra al acabar el segundo acto. La policía llegó y se llevó arrestadas a 52 personas que lo único que pretendían era ver una obra de teatro. Para finalizar, pienso que en la sociedad en la que vivimos, con una cultura occidental y con una dictadura, quien más tiene siempre será mejor que los demás y lo hemos podido comprobar con este suceso.

La obra ‘Tres sombreros de copa’ en el Teatro Español Veinte años después de que fuera escrita, mañana se representará por primera vez, la obra de Miguel Mihura: Tres Sombreros de Copa, en el Teatro Español de Madrid.

La obra que se representará mañana fue escrita hace veinte años, en 1932 y hasta el momento, ninguna compañía teatral se ha atrevido a representarla. Tal tardanza es debida a que la obra es diferente, y ha producido la incomprensión de los empresarios, directores y autores, quienes se han escudado en la falta de preparación del público para no estrenarla. Pensaban que era una obra poco comercial. Sera la primera vez y será Gustavo Pérez Puig su director quién afrontará el gran reto. La obra cuenta con un equipo compuesto por Carlos Gutiérrez (escenografía); Laura Gómez (vestuario); Miguel Díaz (iluminación); y Juanjo Zamora (dirección artística). El reparto se compone de 14 actores y actrices. Los protagonistas serán Paco Rabal (Dionisio) y Emma López (Paula). Esta obra rompe con el teatro cómico anterior y destaca por su originalidad. Su autor, Miguel Mihura, nos ha contado que tardó tres meses en escribirla, la creó con facilidad, sentimiento y alegría. Es su primera obra dramática. El argumento de la obra es sencillo, trata de un joven de veintisiete años, Dionisio,

que tras siete años de noviazgo, va a casarse con una joven de veinticinco llamada Margarita. Pero la noche anterior a la boda se hospeda en un hotel donde conoce a Paula, una atractiva chica de dieciocho años de la que se enamora. Dionisio descubre por medio de Paula una manera distinta de vivir, de entender el mundo y de alcanzar la felicidad, gracias a ella descubre la posibilidad de una existencia más imaginativa y libre. El protagonista debe decidirse entre Paula y Margarita. Escoge a Margarita porque no se atreve a cambiar de vida. Se mezcla lo poético y sentimental con lo humorístico y satírico. Aparecen dos mundos enfrentados: el burgués y otro más libre y vital. A continuación se concretan los datos de

la representación.

Obra: Tres sombreros de copa

Autor: Miguel Mihura

Teatro: Teatro Español de Madrid

Dirección: Plaza del Sol número 4

Fecha: 21 de Enero de 1952

Entrada: 100 pesetas

Hora: 19 h

Diario Madrid Miércoles 2 de mayo de 1952

El Teatro Español Universitario estrenará Tres sombreros de Copa

TRES SOMBREROS DE COPA EN EL TEATRO

ESPAÑOL DE MADRID

Gustavo Pérez Puig dirigirá la burlesca obra de Miguel Mihura 20 años después

de ser escrita

Oscar Mata Coarasa

El Teatro Español de Madrid acogerá el

próximo sábado 4 de Junio para estrenar en

una única sesión la obra escrita por Miguel

Mihura y dirigida por Gustavo Pérez Puig. La

obra, con un toque humorístico absurdo,

tendrá una duración aproximada de una hora,

y entre los actores más destacados destacan

Alfredo Landa en el Papel de Dionisio y el de

Gema Cuervo en el papel de la imprevisible

Paula.

Gustavo Pérez destacó la importancia de esta

obra dentro de la comedia absurda y burlesca,

y con sus palabras dijo “ya era hora que una

comedia tan importante para el teatro español

viera la luz en los teatros españoles, aunque

sea en un sólo teatro y de momento una sola

interpretación”.

Destaca el hecho de que se hayan vendido

todas las entradas prácticamente un mes antes

del estreno y destaca la gran afluencia de

gente joven que se ha hecho con las entradas.

Tuvimos la ocasión de hablar con el joven

actor Alfredo Landa y nos comentó que para

meterse en la piel del protagonista, pensar y

ver como él, tuvo que leer hasta ocho veces el

libro y el guión adaptado de la obra. Gema

Cuervo por su parte comentó lo identificada

que se sentía ella con su personaje (Paula),

una mujer libre sin ningún tipo de

preocupaciones que no sean los de vivir la

vida de manera intensa y emocionante.

El argumento de Tres sombreros de Copa,

trata sobre cómo Dionisio (Alfredo Landa)

descubre junto a Paula (Gema Cuervo) y otros

personajes que aparecerán durante la obra una

manera distinta de vivir y de ver el mundo,

lejos de su vida aburrida y monótona.

Queda menos de un mes para la obra, que

puede cambiar el curso del teatro tal y como

lo conocemos hoy en día; y cabe esperar que

será uno de los éxitos de la temporada, eso si

es que el público no es muy crítico con la

obra y lo acepta como una novedad.

MÚSICA, TEATRO Y CINE

NUEVO HUMOR EN EL ROMEA

La obra de Mihura llega a Barcelona

Domingo, 1 de Noviembre del 1953.

Pol Casanovas Chevalier

El martes 3 a las 10’45 de la noche,

inaugurará en el Romea el Teatro de Cámara

de Barcelona su quinta temporada, con el

sensacional estreno de la comedia

humorístico-sentimental de Miguel Mihura:

Tres sombreros de copa.

Tres sombreros de Copa supone una ruptura

con el teatro cómico anterior, el clásico,

iniciándose con esta obra un nuevo teatro de

humor, el llamado “teatro del absurdo”.

Ésta, pues, es una obra sin antecedentes ni

precedentes hasta el momento.

Mihura, nació en Julio de 1905 en Madrid y

colaboró en el guión de la película Bienvenido

Mr. Marshall y en obras como ¡Viva lo

imposible! (1939), El caso de la mujer

asesinadita (1946).... Después de que su obra

Ni pobre ni rico sino todo lo contrario fuera

estrenada con éxito, estrena ahora en

Barcelona su obra más atrevida.

Para esta sesión inaugural del martes se ha

logrado la colaboración de Pastora Peña y

Félix Navarro, la pareja de grandes actores

que tantos éxitos ha conseguido con Lola

Membrives. Intervienen, además: Josefina

Tapias, Alicia Agut, Enrique Casademont,

Emilio Fábregas, Dámaso García, Elisenda

Ribas, Francisco Allot, Dora Santacreu y

Liliana Romani. La ambientación de la obra,

cuya época se sitúa en 1927, se presta para

que Rafael Richart y Antonio de Cabo nos

demuestren una vez más su fina sensibilidad

de directores.

La obra que mañana se inaugura pudo ser

finalmente estrenada el año pasado en la

capital, después de haber superado la segunda

etapa de la postguerra. Las asociaciones

estudiantiles dejaron oír su voz con el estreno.

Fue el gran éxito del teatro madrileño

representado por el T.P.U. Universitario y

dirigido por Gustavo Pérez Puig en el Teatro

Español de Madrid.

Ésta, fue escrita en 1932 pero solo ha podido

ser estrenada 20 años después debido a su

estilo vanguardista. En Madrid fue acogida

con gran entusiasmo por un público formado

en mayor parte por gente joven y entendida.

Es una obra con una aguda crítica a la

sociedad burguesa denunciando sus

comportamientos y vulgaridad. Por eso no ha

gustado mucho a los sectores más

acomodados dada la libertad de pensamientos

que choca con los ideales de la sociedad

burguesa en la representación.

Esta sesión única promete una inauguración

de temporada brillante para nuestro Teatro de

Cámara de Barcelona. Esperemos que éste

buen inicio de programación tenga su

continuidad.

Tres Sombreros de Copa envuelve calumnia

Crítica teatral de la obra Tres Sombreros de Copa, analizada por Raquel Ferrer Peña.

1 de noviembre de 1952.

FICHA TÉCNICA Coreografías: Manuel Díaz.

Escenografía: Carlos Plano.

Maquillaje: Antonio Martín.

Asistente de vestuario: Gustavo González.

Iluminación: Mario Morillas.

Dirección: Javier Hernández.

Actores: Héctor Cuesta, Federico Justo, Sonia Marea,

Daniel Segura, Francisco García, Claudia Adolfo,

Gonzalo Ramírez...

Noche del 31 de octubre de 1952, 23:50 h. El

Teatro Español de Madrid acaba de acoger la

obra más inverosímil vista hasta ahora en

nuestro país. ¿Se ha visto jamás algo

parecido? ¡No se debería permitir escribir

obras tan mezquinas, y menos aún dejar que

se representen! Según el despreciable autor,

se trata de “Mezclar dos realidades con

mucho humor e ironía”. Querido

innombrable, ¿de qué dos mundos o -como

quiera que le llame- estamos hablando?

A mi parecer, a este infame le apetece reírse

de Dios y lo tienta para que nuestro señor lo

castigue, se aprovecha de su benevolencia. En

este caso, pues, me gustaría avisarle de que

quien juega con fuego se acaba quemando.

El pueblo ha demostrado poseer la sabiduría y

racionalidad necesarias para no asistir a esta

pesadilla, a la cual he tenido la pesarosa

oportunidad de acudir.

No sería capaz de describir la espantosa

comedia con buenos ojos, es imposible

hacerlo si se es una persona sensata y

cristiana. Todo el argumento es

completamente absurdo y horripilante: ¿Qué

buen hombre creyente dejaría a su prometida

por unas damas vulgares y deshonrosas que se

divierten con los señores casados? ¿Desde

cuándo un hombre de color negro puede ser

propietario de un negocio? Muy distinguidos

lectores míos, Mihura es un hipócrita que en

vez de admirar y tener en gran consideración

a la burguesía y la alta sociedad, las considera

farsantes y superficiales. Aquí no se acaba

todo, para más inri, narra a lo largo de su

novela un fragmento (una noche,

concretamente) de la vida de unos artistas,

bohemios, payasos y toda esa gente de la

farándula y los excesos, dándoles un

protagonismo que no se merecen, y

exponiendo su enferma existencia, que

escandaliza a los ciudadanos decentes.

El decorado, bastante escaso y pobre,

simplemente cuenta con una habitación –en la

cual hay una cama, una mesita con un

teléfono, y comunica a otra sala que también

es fundamental para el desarrollo de la trama.

La absurda pieza teatral está dividida en tres

actos. Éstos duran unas horas en total, ya que

a la mañana del día siguiente la aventura de la

noche anterior acaba. Una suerte para todos

los que hemos tenido que aguantarla. No se la

recomiendo, apreciados españoles, esta

pésima obra proviene directamente del

infierno, y viene dispuesta a herir la

sensibilidad y los estupendos valores que

configuran nuestra honorable sociedad.

Disfruten del día.

TRES SOMBREROS DE COPA

Víctor Payerol Lozano

Madrid, 22 de enero de 1952

Todos esperábamos expectantes la primera representación de la obra

Tres sombreros de copa escrita por Miguel Mihura y que tanta

polvareda había levantado desde el día de su publicación en 1947.

El público esperaba impaciente la función y se notaba en el ambiente

la expectación por ver la primera representación de esta polémica

obra. A lo largo de la representación, no se perdió ni un ápice del

humor un tanto absurdo pero tan característico e importante en Tres

sombreros de copa. Ese humor fue muy bien llevado a escena gracias

a una buena adaptación de la obra original por el director de la

función, no sin la inestimable ayuda de los actores que hicieron

posible la función que representaron a la perfección la obra de

Miguel Mihura, si bien cabe destacar al gran actor Juanjo Menéndez

en el papel de Dionisio, el joven prometido que es seducido por una

joven llamada Paula que le pone en un aprieto porque, al sentirse

atraído por ella, está tentado a dejar de lado su boda y huir con la

joven a una vida que él consideraba que tenía más diversión. Por

suerte a la hora de la verdad él decide seguir el camino correcto y

continuar con el papel establecido, y por lo tanto, Dionisio, se casa

con su prometida y deja de lado ese mundo de fiesta y diversión que

le ofrecía Paula y que no le conduciría a ningún sitio. Los actores

supieron captar y transmitir al público ese humor tan especial de la

obra y lo hicieron de una manera espontánea y natural.

En conclusión, la función no decepcionó a ninguno de los presentes

y cumplió las expectativas depositadas en ella. Por lo tanto

recomiendo la asistencia del público a próximas representaciones

A telón corrido

CRÍTICA DE TEATRO Madrid, Teatro Español Universitario (TEU); 1952 Arnau Mayans Montés TRES SOMBREROS DE COPA Director: Gustavo Pérez Puig Actores principales: Luisita España, Pabio Garsaball,

Alejandro Maximinio Actores secundarios: Fernando Guillén, María del

Pilar Armesto, Amparo Gómez Tornos, Margarita

Lozano, Mima de Casenave, Blanquita Sendino, José

Bernal, Julio Peguero, Agustín de Quinto, Antonio

Alcázar, Emilio Hernández, José A. Blanco, Agustín

González.

resentar Tres sombreros de copa no es tarea

fácil. Por esto y para entender el concepto que el

propio Miguel Mihura tiene de esta obra de

teatro merece la pena recordar las propias palabras del autor:

“No era uno de esos jóvenes intelectuales que llegan al

teatro queriendo acabar con todo lo viejo y hablando

mal de los autores consagrados. Yo admiraba a todos

ellos y me leía una y otra vez sus comedias, sus

zarzuelas, sus juguetes cómicos y sus sainetes. (…) Y de

pronto, sin proponérmelo, sin la menor dificultad, había

escrito una obra rarísima, casi de vanguardia, que no

sólo desconcertaba a la gente, sino que sembraba el

terror entre los que la leían.”

De hecho, podemos afirmar que, con Tres sombreros de copa, Miguel Mihura encuentra, sin intención previa, un

camino diferente a lo establecido en el teatro español de

nuestra época. Nuestra escena, caracterizada por un

cierto acartonamiento, responde a las exigencias de un

público no especialmente predispuesto a la innovación y

a plantearse demasiadas cuestiones de tipo social o

moral, y, por lo tanto, con una visión del teatro muy

conservadora. Por esta razón, Mihura se aleja, por

ejemplo, de los personajes tópicos y típicos, trata de

desconcertar al público con un humor que, ciertamente,

es un tanto particular, ya que se sitúa entre una especie

de sentimentalismo dramático y el chiste absurdo. Esto

le lleva a la ridiculización de los personajes, que llegan

a decir, y a hacer, claro está, tantas estupideces que

solamente se puede acabar riendo de todo ello. Esta

obra está en la base del llamado nuevo humorismo

español, que no deja nada a la improvisación, porque,

aunque no lo parezca, todo está previamente diseñado a

pesar de las grandes dosis de absurdidad.

En Tres sombreros de copa el argumento es relativamente sencillo. Un hombre se va a casar a la

mañana siguiente con una chica de familia burguesa: la

noche antes de la boda el hombre la pasa en un hotel de

mala muerte de una capital cualquiera de una provincia

cualquiera. Pero, acontecimientos del mundo del sueño,

el mundo de la farándula lo va a perseguir durante toda

la noche en su misma habitación. De esta manera,

Mihura es capaz de cambiar la atmósfera de la

habitación y es aquí donde se halla, según mí entender,

la originalidad de esta obra: el music hall desfila durante

toda la obra por el cuarto de nuestro protagonista mostrándonos los placeres superficiales de esta gente y

los métodos que usan para sacar dinero a los burgueses.

El autor dibuja pequeños dramas de los protagonistas,

pero rápidamente se ríe de sus costumbres, de sus

frases hechas… Pero tanta burla repetida y tanto

absurdo también cansa y deben ser renovados. Este es el

peligro que señala esta obra. Todo ello provoca, sin

duda, un desconcierto en el público que asiste a la obra,

a causa de la continua burla hacia los sentimientos de

los personajes. Personajes que, en su mayoría, son unos

fracasados y sólo el propio autor los puede salvar de su

vulgaridad gracias al humor. Por eso, podemos decir que, con Tres sombreros de

copa, Mihura busca, o eso intenta, evadirse de la

mediocridad y del chiste fácil, por eso el público que la

ve o la lee muestra, de entrada, su descontento, pero el

lector o el espectador debe aprender a leerla o a

escucharla situándose en el contexto de la obra. Y hasta

que este punto no se logre, no se podrá disfrutar

completamente de la pieza teatral.

P