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ECONOMÍA COLABORATIVA: EL DESAFÍO A LAS EMPRESAS TRADICIONALES
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Introducción
El fin de una era: buscando nuevas formas de trabajo y
creación de valor
Beneficios del trabajo colaborativo
Una apuesta por las redes de valor
La importancia del líder en un entorno colaborativo
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Índice
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Introducción
Los tiempos cambian en el sector empresarial y lo están haciendo, en los últimos
años, de una manera absolutamente contundente. Las empresas han visto cómo
el auge de la tecnología y de la accesibilidad ha llevado a que el consumidor
se encuentre conectado al mundo, consciente de lo que ocurre a su alrededor y
capacitado para no continuar con las viejas tradiciones que se habían apoyado
hasta ahora. Se ha perdido el camino lineal que representaba al sector empresarial
en el pasado por mucho que en la última década ya se hayan implementado
importantes novedades para habituarse a las tendencias del mercado.
Recientemente el CGF (Consumer Goods Forum) llevó a cabo varias iniciativas
con la intención de poner en movimiento una serie de ideas que las empresas
deben comenzar a adoptar si no quieren quedarse atrás en cuanto a las nuevas
tendencias de consumo. Las conclusiones se estudian a continuación como guía
de referencia para empresas que dentro de la filosofía del capitalismo consciente
están interesadas en saber cómo la colaboración de los agentes implicados van
a producir cada vez más la reestructura del sistema.
El fin de una era: buscando nuevas formas de trabajo y creación de valorPara las empresas conscientes, las cadenas de valor han tenido una importancia
determinante en las últimas décadas. Las compañías las han entendido, las han
perfeccionado y han respondido bien a ellas.
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Hay que crear un nuevo valor, buscando nuevas formas de trabajo en las que todos los agentes implicados puedan trabajar en común.
En la década de los años 90 se potenció la eficiencia. El objetivo radicaba
en proporcionar al consumidor un nivel de eficiencia que pudiera satisfacer
las necesidades que tenía en la época. Una década más tarde se potenció el
crecimiento, buscando nuevas formas de trabajar en conjunto. Esto asentó las
bases de la industria colaborativa, que tenía como última finalidad ofrecer un
mayor nivel de satisfacción al cliente.
Para ello las empresas conectaban la información de sus negocios, preparaban a
sus equipos y compartían conocimientos, contactos y recursos. Esta tendencia
se mantuvo en activo hasta 2014, momento en el cual comenzó a ser una
absoluta realidad que el sentimiento de final de era había hecho mella en los
negocios colaborativos. A partir de 2015 cambia el ecosistema y una vez más, las
empresas tienen que demostrar que están listas para afrontar las nuevas ideas
que se plantean ante ellos.
Hay que crear un nuevo valor y crecer a largo plazo creando redes de valor en
las que todos los agentes implicados puedan trabajar en común. Estos agentes
incluyen los correspondientes a las fases de producción, fabricación, distribución,
venta al por menor y la sociedad en general, creando un nexo en el cual todas las
partes implicadas se pueden beneficiar de una nueva manera de hacer las cosas.
Todo el mundo ha cambiado. Han cambiado los consumidores, las empresas y
el mundo a su alrededor. Ser conscientes de ello significa estar más cerca de ser
capaces de ajustarse a las tendencias que garantizan el éxito y el poder encajar
en el mundo consciente de ahora.
Los consumidores son más conscientes de lo que significa comprar e invertir en
la adquisición de productos y servicios. En el pasado se dejaban guiar por los
anuncios publicitarios que aparecían en la televisión, la radio o en los carteles
promocionales que veían en la calle. El factor que les llevaba a realizar una compra
era un impulso. La empresa lograba atraerles con una imagen o un mensaje y a
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partir de ahí había un enorme vacío sobre lo que ocurría a continuación. Solo
se proporcionaba un camino recto entre cliente, producto y empresa. No era
ni siquiera bidireccional. Las empresas no necesitaban invertir recursos en una
cadena consciente, porque el proceso de trabajo terminaba en el momento en el
cual el producto se ponía a la venta. Y el nivel de satisfacción entre los clientes
era difícil que se alcanzase, con proporciones mucho más reducidas que las que
se llegan a conseguir en la actualidad.
Para el consumidor actual ya no hay una línea recta. Cuando decide dar un
paso en el mundo abierto que supone ser el mercado, lo hace mirando a su
alrededor, con una visión de 360 grados a través de la cual sabe que tiene tantas
posibilidades como estrellas hay en el cielo. El cliente puede comenzar su proceso
de compra en una tienda física, porque las tradiciones nunca se pierden, pero
derivar minutos después de salir del comercio entrando en la red para consultar
con el móvil si existen tiendas online más recomendables en término de precio. Y
como no está muy seguro de la compra que va a realizar consulta con la web del
fabricante, en la cual dispone de archivos multimedia que le ayudan a saber un
poco más sobre lo que está planteándose adquirir. No solo eso, sino que el cliente
entra en las redes sociales para publicar un mensaje corto en el cual pide opinión
sobre el producto a sus amigos, seguidores y conocidos. En muy poco tiempo su
experiencia de consumo ha cambiado, ha rodeado a multitud de personas a su
alrededor, al fabricante, a distintas tiendas e incluso a individuos a los que quizá
no conociera. Todo ello permite que para cuando tome la decisión de realizar la
compra, esta se encuentre totalmente justificada.
Y en el momento en el que ese cliente previo se convierte en un consumidor de
consciencia, cuando ya tiene el producto en sus manos, su papel todavía no ha
terminado. El ciclo continúa y su opinión, la cual llega de forma dinámica a Internet
por distintas vías, como puede ser un mensaje en un foro, una publicación en las
redes sociales o un comentario en el blog del fabricante, pasará a formar parte
del ecosistema consciente que beneficiará, después, a otro consumidor como él.
La rueda gira, gira y sigue girando en una filosofía comercial y de cambio que une
a las personas, que permite que la colaboración proporcione beneficios y que
hace que todo, de una vez por todas, tenga sentido.
Las empresas también han cambiado. En los últimos años Internet ha visto
cómo se encontraban en el mismo grupo aquellos negocios que se amoldaron
a la red y los que nacieron en ella. Se han cruzado dos generaciones debido a la
manera en la cual el terreno online ha madurado.
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El consumidor tiene una visión de 360 grados. Tiene tantas posibilidades como estrellas en el cielo. Puede comenzar el proceso de compra en una tienda física y después entrar en la red en busca de más recomendaciones.
El cliente actual es muy diferente. Ha aprendido, ha evolucionado, madurado y crecido. Recuerda cómo era todo antes de Internet, antes de que las empresas se
volcaran en él, pero esto no evita que sepa que sus necesidades llegan
a un nivel superior.
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Estos negocios nativos ilustran e inspiran a las empresas tradicionales que se han
amoldado a Internet y que han sabido evolucionar para estar al tanto de lo que
necesita el mercado de ellos. Las empresas son conscientes de los cambios que
deben introducir a fin de ajustarse a las necesidades del mercado actual, como la
importancia de manifestar que están ahí, que existen y que se pueden comunicar
con sus consumidores de manera instantánea. Los modelos de negocio les llevan
hacia la idea de ser más competitivos, más comunicadores y más rápidos en
sus acciones. No hay margen de improvisación para un tipo de negocio que sabe
la importancia de estar ahí, a disposición de las partes que necesiten formar
parte del mismo de una u otra manera.
Al mismo tiempo es justo tener en cuenta que no solo los consumidores y los
negocios han cambiado, sino que también lo ha hecho el mundo y la población
global en general. Esto acaba siendo un factor de peso que apuesta también por
una sociedad colaborativa, en la cual distintos tipos de persona, de ciudadano
y de consumidor, hacen que los negocios tengan que llegar a ellos a través de
diferentes vías.
Uno de los principales cambios que se han producido está relacionado con
los mercados emergentes, con naciones como India y China proporcionando
al mundo millones de nuevos consumidores dispuestos a formar parte de un
ecosistema activo mundial. Las previsiones a largo plazo indican que a medida
que estos mercados emergentes se desarrollen el capitalismo consciente y el
sistema colaborativo sabrán cómo introducirlos en la espiral de beneficio en la
que todos se mueven al mismo ritmo.
También se plantean algunos cambios futuros en lo relacionado con países en
los que la tendencia lleva a que la población vaya aumentando su rango de edad,
como ocurre en Japón. En general se ofrece el perfil de empresas preparadas
para cambios y situaciones que requieran que a cada tipo de público se le
proporcione un servicio personalizado según sus necesidades.
Beneficios del trabajo colaborativoSe acabó jugar en solitario, la sociedad adopta un rol de equipo en los negocios
colaborativos. A medida que se producen los cambios citados con anterioridad,
los negocios tienen que asegurarse de que cambian con ellos para proporcionarles
Cada vez hay más negocios nativos de Internet, que se han desarrollado alrededor
del negocio en la red y que día a día aplican métodos enfocados a crear una
sinergia de colaboración entre los distintos agentes que median en su trabajo.
Los negocios nativos de Internet han inspirado a las empresas tradicionales que se han amoldado a Internet y han tenido que ajustarse a las necesidades del mercado actual.
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aquello que necesitan. Y lo que hay que cambiar no es el perfil o la filosofía, que
ya era consciente antes, sino la manera en la que se llega a trabajar con esta
nueva generación de consumidores. Esto se aplica de forma que sea importante
que se pongan en común todas las partes implicadas y que las empresas tengan
colaboración incluso con los gobiernos y otros organismos oficiales con los
que puedan aprovechar puntos fuertes.
Los cambios necesarios a los que deben dar apoyo los negocios se aplican a
la importancia de proporcionar a los clientes un mayor soporte y apoyo. Esto
se deberá realizar mejorando los procesos y servicios, la presentación de los
mismos y proporcionando un tipo de enfoque que sea más ágil, lo que llevará
a que esté más preparado para responder a las necesidades que tengan los
consumidores en todos los sentidos.
Al hacerlo los negocios se beneficiarán con una mejora de su reputación,
organizada alrededor de la importancia de cuidar más todos los procesos
relacionados con la presentación de los productos a los clientes. Los negocios
colaborativos también van a tener que colaborar con los gobiernos, crear planes
conectados que beneficien a los ciudadanos en el entorno mundial y que sean
capaces de mejorar la vida de las personas.
Para lograrlo dentro de las necesidades actuales el sector de aquí a una previsión
de alrededor 10 años, va a fomentar la colaboración masiva entre todas las vías.
Tal y como se apuntaba, los agentes que actúan en el proceso de consumo no
Las bases del capitalismo consciente buscan que todos los agentes
implicados en un proceso de negocio resulten beneficiados y exista una clara
preocupación por los distintos individuos relacionados con la industria.
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van a continuar trabajando en solitario, sino que lo harán dentro de un entorno
de colaboración con el cual los resultados serán de unos niveles más adecuados
y beneficiosos para todas las partes.
La situación actual del mundo apostará, poco a poco, por un punto de vista
que no esté relacionado de forma absoluta con multiplicar fortunas y aumentar
beneficios, sino con conseguir que el mundo sea un lugar mejor, más equilibrado
en el cual se pueda ganar dinero, pero proporcionando beneficios a todos. Para
ello las empresas colaborativas participarán de forma directa en las iniciativas
populares del gobierno para que puedan aportar su granito de arena.
No será extraño ver cómo grandes empresas privadas se introducen en la
producción de servicios públicos y sociales con los que devuelvan al mundo
parte de lo que el mundo les proporciona a ellos.
Estos cambios van a tener una especial repercusión en las infraestructuras.
Los modelos actuales sobre los que se rige la sociedad están limitados por el
individualismo. Incluso en un centro comercial donde hay cientos de tiendas,
ninguna de ellas tiene sinergia con las demás ni cuentan con ningún tipo de
vínculo a favor de la satisfacción del cliente. Se pierde un gran margen de
maniobra y de poder complacer a los clientes con aquello que requieren. Esta
filosofía va a cambiar en base a estas tendencias colaborativas. Los pronósticos
para el momento en el cual los negocios colaborativos alcancen su plenitud es
que el mundo será muy distinto. Los espacios no estarán formados por tiendas y
comercios, sino por lugares donde se beneficiará a los ciudadanos debido a que
será allí donde podrán disfrutar de experiencias y servicios específicos.
Los comercios habrán evolucionado hacia otra manera de llegar al consumidor.
Gobierno y empresas colaborarán para que se instalen en todos los lugares
numerosos puntos de recogida. Los clientes podrán hacer una compra digital
y tenerla prácticamente al instante en uno de estos puntos, que no requerirán
un espacio excesivo y que permitirán que el mundo aproveche su espacio y
dimensiones para cosas más beneficiosas. Al mismo tiempo, se generarán
más puestos ambulantes y quioscos de venta que se colocarán de forma
estratégica en lugares donde puedan ser útiles. Pero no se van a limitar a
vender productos, sino que también ofrecerán servicios y serán puntos de
apoyo públicos en los que los ciudadanos puedan confiar. Por ejemplo, el
puesto de venta de comida rápida del futuro tendrá también una parte en
la cual se podrá acceder a un servicio de primeros auxilios, lo que significa
que los consumidores tendrán ese nivel de ayuda social del cual estamos
hablando.
Poco a poco el mundo va apostando por un mundo en el cual se pueda ganar dinero, pero proporcionando beneficios a todos: un punto de vista que no está relacionado de forma absoluta en multiplicar fortunas y aumentar beneficios.
Las empresas van a trabajar codo con codo con los gobiernos y las autoridades. Tienen y necesitan hacerlo cuanto antes
para lograr una sociedad más saludable en todos los aspectos.
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Es importante tener en cuenta la importancia de que un negocio cuente con una
plantilla de trabajadores que se encuentren sanos y que puedan afrontar el día
a día protegidos y cubiertos de una forma que sepan que la empresa vela por
ellos. Disponer de un entorno que se preocupa por el trabajador, que al fin y al
cabo es quien determina el buen desarrollo de una empresa, significa ofrecer una
mayor serie de incentivos y mejoras en la productividad a los empleados. Por eso
cuidar de su salud y de su felicidad a través de un entorno colaborativo es tan
importante para llegar a alcanzar estas metas.
Es importante que las empresas entiendan cómo los negocios colaborativos los
pueden aplicar a todos los entornos, sectores y casos. Cada tipo de zona del
mundo, de recurso y de sociedad específica tiene unas necesidades que hay
que tratar de mejorar y satisfacer. Las empresas comienzan a aprovechar los
beneficios que existen de la colaboración entre varias entidades, dirigiendo su
filosofía de trabajo a cada caso de una manera determinada. Las colaboraciones
permiten potenciar el uso de productos de la región y el aprovechamiento de los
recursos, algo que tiene mucho que decir en la filosofía del capitalismo consciente.
Las necesidades tanto de los consumidores como de las empresas se acaban
encontrando, debido a que todo está, ahora mismo, más conectado. El objetivo
es buscar una forma de satisfacer ambas partes y de hacerlo en un mundo
Es importante disponer de un entorno que se preocupe por el trabajador: ofrecer una mayor serie de incentivos y mejoras en la productividad, cuidando su salud y felicidad a través de un entorno colaborativo.
En términos de sanidad y salud se va a proporcionar a las personas un tipo de ayuda con la cual habrá más servicios de suscripción
en los que mediarán varias entidades, pero que repercutirán en que el público podrá
tener un mejor control de su salud.
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cambiante que necesita nuevos recursos para salir adelante. Las empresas
se apoyan y lo harán cada vez más en organismos públicos y en plataformas
que antes no quedaban a su disposición, pero que pueden ser muy útiles para
proporcionar a los ciudadanos una mejora en su vida.
Varios organismos tendrán que actuar en este proceso, como un negocio privado
que aporte la tecnología y uno público que se ocupe de la supervisión médica,
permitiendo ese tipo de efecto colaborativo beneficioso para todas las partes. En
gran medida será Internet y el uso de dispositivos móviles como smartphones lo
que va a poner en movimiento este efecto y lo que servirá como punto de unión
de los distintos agentes implicados.
El cambio de valor que se está generando también se beneficia de la administración
de los datos y de cómo pueden convertirse en la herramienta que lo defina todo.
Para el consumidor cualquier acción que realiza se transforma en una muestra de
información y datos con la cual puede proporcionar a una empresa u organismo
un punto de apoyo sobre el cual asentar un cambio en su filosofía de trabajo. Esta
colaboración entre todas las partes tiene que comenzar por un intercambio de
información que permita crear una conexión cruzada beneficiosa. El consumidor
compartirá sus hábitos, sus costumbres y su forma de actuar bajo distintos
tipos de situación. Le dirá al mundo lo que quiere, cómo lo quiere y cuándo
lo quiere, para que organismos públicos y empresas privadas puedan utilizar
esa información para amoldarse a la experiencia de usuario y proporcionarle
justamente aquello que necesita. Pero esto, que proporcionará un beneficio a la
empresa y organismo, también derivará en un camino de doble dirección hacia
el consumidor. Principalmente a través de programas que mantengan unidos a
los clientes con el negocio por mucho que su intercambio de valor inicial haya
terminado. Por ejemplo, a través de sistemas de recompensa en los que los
consumidores reciban incentivos para el negocio teniendo en cuenta las compras
que haya hecho con anterioridad. Incrementar la colaboración y el análisis de la
información tiene que ser crucial para entender a los consumidores y ser capaces
de evolucionar de manera que se satisfagan sus inquietudes.
La administración de los datos puede convertirse en una potente herramienta. Cualquier acción del consumidor se transforma en una muestra de información y datos.
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Una apuesta por las redes de valorPara los negocios colaborativos, aquellos listos para el cambio, lo importante
es dar un paso adelante y adoptar las redes de valor de una manera completa.
Hay que comenzar desde ahora para adaptar los negocios teniendo en cuenta
las necesidades de las estructuras actuales de la sociedad. El mencionado
estudio de The Consumer Goods Forum en el cual nos estamos apoyando,
titulado “Rethinking the value chain”, habla sobre tres factores que deforma
imprescindible se tienen que cuidar: participación de los consumidores,
transparencia y la última milla. Para ponerlo todo en acción las empresas
enfocadas hacia la colaboración tienen que ser conscientes de las necesidades
que tienen, de cuán importante es mejorar la forma en la que los consumidores
ven a las empresas y de cómo la tecnología aplicada desde un punto de vista
modular puede ser la respuesta al cambio.
Los tiempos han cambiado especialmente en la forma en la que los consumidores
realizan su parte del trabajo: consumir. Lo hacen en un entorno más conectado
y consciente, en el cual saben que sus pasos están determinados y controlados
por una serie de dispositivos que rodean su vida. La entrada en el mercado del
Internet de las cosas y de los dispositivos wearable, como relojes inteligentes
o pulseras deportivas, ha hecho que cada usuario suponga ser un punto de
luz sobre un mapa del mundo al cual las empresas tienen acceso. Todo queda
registrado con estos dispositivos y todo esto es información valiosa en la red de
valor para las empresas. Los consumidores son conscientes de que estos datos
e información van a ser cruciales para que en el futuro los negocios lleguen
a ellos con un acercamiento personalizado y más eficaz. Se es consciente de
este beneficio aunque todavía queden algunos aspectos a pulir. Las empresas
tienen que recordar que no pueden simplemente agarrar esa información
personal, exprimirla y devolverla a su dueño sin que se produzca ningún efecto
en el proceso.
Las empresas tienen unos datos muy valiosos en sus manos. Saben lo que
quieren los consumidores, por qué lo quieren, cuándo lo quieren, qué van a
hacer con ello e incluso qué rangos de precio están dispuestos a pagar. Los
negocios pueden identificar a cada individuo como una persona propia e
independiente y buscar la manera de hacer más satisfactoria su vida y su forma
de realizar acciones o de trabajar. Esto se tiene que ver recompensado con
una oportunidad para que las empresas dentro del entorno colaborativo le
demuestren al consumidor que pueden confiar en ellas y que no habrá nunca
un problema de seguridad con sus datos. En ese sentido la importancia y lo que
hay que remarcar es la relevancia de aumentar las medidas de seguridad.
Esto significa que la industria no se tiene que limitar a beneficiarse de las mejoras
que se están produciendo a su alrededor, de Internet y de los dispositivos móviles.
En realidad, debe hacerlo para ser más eficiente tanto para su beneficio como para
el de su cliente, pero lo debe hacer mediante una iniciativa de responsabilidad
que aporte confianza en todo el proceso. La cantidad de información personal y
privada que se obtiene del consumidor tiene que estar en equilibrio con el nivel
de seguridad que le proporciona una empresa para que todo el proceso pueda
llegar a tener sentido. Para ello las empresas tienen que mejorar aún más su
La transparencia es uno de los factores a respetar y cuidar en el proceso de transformación que deben implementar las empresas.
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comunicación, su tecnología de seguridad y la manera en la que se relacionan
con los usuarios a la hora de hacerles ver el amplio nivel de compromiso del que
están haciendo uso cada día.
La transparencia era el segundo de los factores a respetar y cuidar en el proceso
de transformación que deben implementar las empresas. Ser transparentes no
significa únicamente tener un equipo de comunicación que sea capaz de resolver
las dudas de los usuarios o de explicarles cómo se fabrica uno de sus productos.
No ser transparentes significa, en el entorno físico, no incorporar en el envase de
un producto o en su caja toda aquella información que el cliente debería conocer
al respecto. Quizá no como método de ocultación de una característica negativa,
sino solo como recurso y decisión tomada previamente sin base y apoyo alguno.
El consumidor actual es totalmente consciente del mundo que le rodea y tiene
la mayor cantidad de inquietudes que se han podido registrar en las distintas
generaciones de personas que han habitado la Tierra. Esto implica que estas
personas están hambrientas de conocimiento, quieren saciar su curiosidad y para
ellas darle la confianza a un producto significa disponer de toda la información
necesaria para hacer un juicio sobre el mismo.
Internet ha activado y disparado la era de la comunicación, un tiempo en el cual
las decisiones se toman después de una consulta en profundidad en todas las
fuentes. La propia empresa tiene que ser la que ocupe la primera posición en
Se busca la satisfacción del consumidor y hacerlo también supone asegurarse de que su experiencia es real, de calidad y que le ayude a tomar decisiones que se basen en sus preferencias.
La transparencia se aplica a distintos niveles en un negocio y tiene que estar representada
por un índice alto en lo que se refiere a la comunicación con el consumidor.
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esa larga lista de herramientas de consulta. La descripción de un producto, si se
aplica al mercado online, tiene que ser completa y sincera. Los consumidores son
inteligentes y no están buscando un texto promocional que resalte las mayores
ventajas de los productos que se están planteando comprar. Quieren una
información que les proporcione una buena oportunidad de conocer el artículo
que les ha despertado el interés. Y la empresa tiene que ser consciente de que su
papel consiste en ofrecerle esa información sin edulcorar.
Ocurre de una forma paralela en el entorno físico, donde los envoltorios y cajas
tienen que disponer cada vez de una mayor información para proporcionar
también ese servicio de transparencia al cliente. Para que la información sea
de calidad, los negocios deben colaborar con terceros que puedan tener un
papel activo en el análisis de su producto y así asegurarse siempre de que la
información es la adecuada. Se busca la satisfacción del consumidor y hacerlo
también supone asegurarse de que su experiencia es real, de calidad y que le
ayude a tomar decisiones que se basen en sus preferencias y no en lo que un
texto aleatorio les pueda haber inspirado.
Para lograr este nivel de transparencia se necesitan cambios en el entorno
corporativo, dedicar más soporte a crear unas vías de comunicación sólidas
y eficientes. Al mismo tiempo, las empresas van a tener que introducir en sus
plantillas un equipo que se ocupe de supervisar que el nivel de transparencia
de las firmas es el adecuado. Empleo que también se puede redirigir a uno de
los puestos avanzados de gestión de la compañía para asegurarse de que este
punto de vista siempre está respetado en su máximo esplendor.
En último lugar la última milla tiene un papel fundamental en el proceso de
cambio. Se ha modificado la forma en la que el cliente hace una compra, pero
también en la manera en la que la recibe. Los sistemas previos han quedado
caducos por la forma en la que no beneficiaban a nadie y no eran prácticos.
Las empresas se enfrentan ante el reto de dar respuesta a la nueva situación
Se ha modificado la forma en la que el cliente hace una compra, pero también en la manera en la que la recibe. El cliente tiene el poder de decisión para decir cómo, cuándo y dónde quiere que se de la entrega.
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con cambios de tendencias y decisiones adicionales. Los clientes ahora aspiran
a elegir la manera en la que recibirán las compras digitales que realicen. Ya no
se trata de hacer un pedido y que este llegue al domicilio en unos días. Ahora el
cliente debe tener el suficiente poder de decisión para decir si ese producto lo
quiere tener en dos horas, si desea ir a buscarlo a un punto de recogida o si hace
uso de otro método de entrega que cumpla con sus expectativas. Y las empresas
tienen que estar preparadas para ello.
Para responder a esta necesidad las empresas tienen que colaborar, buscar
el máximo de eficiencia y ser conscientes de que con sus acciones están
afectando al mundo entero. Una empresa, repartiendo un pedido específico
realizado online, difícilmente notará un incremento de sus beneficios globales de
manera general. Pero si toma la decisión equivocada sobre la forma de repartir
ese pedido habrá afectado al mundo que le rodea por un beneficio prácticamente
anecdótico. Esto es importante tenerlo en cuenta para la búsqueda de nuevos
sistemas de colaboración beneficiosos para todas las partes. Las empresas no
se pueden permitir el lujo de tener un camión de reparto recorriendo grandes
distancias con dos o tres paquetes en su interior como destino de entrega. Se
estarán invirtiendo unos recursos contaminantes, económicos y humanos que
no estarán compensando el beneficio obtenido en el proceso.
Esto significa cambiar el chip y la forma de trabajo por mucho que resulte muy
diferente a lo que se venía haciendo con anterioridad. Las empresas tienen
que aprender a ser más eficientes, a incrementar sus beneficios y reducir sus
gastos, tanto de manera financiera como ecológica en cuanto a emisiones.
Por ello es importante valorar opciones de peso como la colaboración entre
varias empresas que, por ejemplo, puedan compartir almacenes y servicio
de reparto. El término competencia no existe, ha dejado de ser importante
en el momento en el cual es el consumidor quien, con una gran cantidad de
información y juicio personal, toma la decisión de dónde hacer sus compras.
Por eso las empresas tienen que verse más como aliadas que como rivales, al
tener muchos aspectos fuertes entre sí que pueden utilizar en sintonía para
llegar mucho más lejos.
En un entorno que cambia de manera diaria y que cada vez está tejiendo una
red más firme, las empresas están en una posición ventajosa para demostrar
que entienden el mundo que las rodea y que esta es la mejor oportunidad para
disfrutar de un crecimiento.
Las empresas deben apostar por las redes de valor y hacerlo entendiendo que
el trabajo de aprendizaje y de cambio difícilmente terminará nunca. La demanda
cada vez va a ser más inmediata. Se tiene que trabajar para ser capaces de
Es importante que dentro de este contexto las empresas estén abiertas a la experimentación, a probar nuevas ideas y saber que siempre hay nuevas formas de
perfeccionar la experiencia.
Las empresas tienen que aprender a ser más eficientes, a incrementar sus beneficios y reducir sus gastos, tanto de manera financiera como ecológica en cuanto a emisiones.
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colaborar bajo periodos de tiempo reducidos que respondan a las necesidades
de la sociedad. Hay que derribar los muros de lo que se pensaba que antes era
normal y apoyarse en el amplio mundo de posibilidades que ofrece un entorno
colaborativo. Una empresa no solucionará su problema o su necesidad dentro de
la misma con una inversión externa, sino que deberá hacerlo sabiendo que tiene
a su alrededor miles de otras empresas y organismos oficiales que se podrían
convertir en sus aliadas para salir del obstáculo. Al mismo tiempo el sector se tiene
que beneficiar de la tecnología modular, de cómo está en constante cambio y
de las oportunidades que esto proporciona. Se deben adoptar sistemas abiertos,
control de datos y análisis de los mismos aplicados al consumo y una filosofía de
cambio en la cual el compromiso sea el principal adjetivo que se remarque en
cada momento.
La importancia del líder en un entorno colaborativoEs hora de que los líderes, los responsables de las empresas y quienes se ocupan
de tener la palabra en organismos públicos, comiencen a trabajar para que
los negocios colaborativos salgan adelante. Ante una sociedad en constante
evolución que demanda nuevas ideas y métodos de trabajo es la única opción
que dentro de las previsiones tiene posibilidades de beneficiar a todos los
agentes implicados en el proceso. Pero este paso de aprendizaje y cambio tiene
que tener una primera chispa que desencadene la ola de acontecimientos que
cada empresa necesita llevar a cabo por sí misma.
Es el líder, la persona que ya haya entendido que el capitalismo consciente
necesita una red de valor, quien deberá transmitir los conocimientos, las ideas y
los planes de lo que supone esta nueva tendencia. Se tiene que realizar por medio
Es el líder, la persona que ya haya entendido que el capitalismo consciente necesita una red de valor, quien deberá transmitir los conocimientos, las ideas y los planes de lo que supone esta nueva tendencia.
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de la práctica y del aprendizaje, a través de una comunicación transparente
que permita que todas las personas implicadas sean capaces de entender los
beneficios de adoptar un nuevo modelo de trabajo.
Tienen a su lado a otras empresas, servicios públicos y, por supuesto, a los
consumidores. Estos cada vez están más preparados para llamar a su puerta
y solicitarles información para que se pueda producir una comunicación de
ambas direcciones. El negocio tiene que aprovecharlo y actuar en consecuencia
teniendo en cuenta lo que hemos comentado.
Los líderes de las empresas deben conseguir implementar las ideas de los
negocios colaborativos en su equipo. La misión es que su pasión y su comprensión
se transmita a las demás personas de una compañía. Pero al mismo tiempo se
deben asegurar de que la nueva era que están construyendo encaja con todos los
aspectos de su empresa y que realmente están preparados para dar el salto. La
correcta preparación es clave para que las empresas que de verdad han decidido
cambiar y evolucionar hacia un perfil colaborativo puedan aportar lo que esta
red de valor necesita para alcanzar esos niveles de rendimiento deseados. Todo
ello se puede potenciar por medio del uso de las nuevas tecnologías, de servicios
avanzados y de simplemente mirar por la ventana y ver a la sociedad y la forma
en la que actúa a diario. ¿Qué es lo que necesita esta sociedad y cómo se lo
puedo aportar yo desde mi empresa? Esas dos preguntas permiten establecer
una hoja de ruta que lleve a alcanzar la filosofía colaborativa necesaria.
La fórmula tiene que ser colaborativa, por mucho que no exista un único camino a seguir para alcanzar el nuevo perfil que
demanda la sociedad actual. Las empresas tienen que recordar que no están, ni mucho
menos, solas.
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