View
218
Download
1
Category
Preview:
Citation preview
Nahed et al. 2012
1
El componente arbóreo de los potreros en la región media de la cuenca transfronteriza
Grijalva (Tabasco-Chiapas)
J. Nahed 1, A. Valdivieso
1, J. Cámara-Córdova
2, R. Aguilar
1, J. D. Grande
3, M. Ruiz , J. Chi
1
José Nahed Toral 1, jnahed@ecosur.mx
Abril Valdivieso Pérez 1, abriologa@gmail.com
Julio Cámara Córdova 2, jcamaracordova@yahoo.com
Roberto Aguilar Jiménez 1, robeaguilar@hotmail.com
Jesús Daniel Grande Cano 3ifig@xanum.uam.mx
José Manuel Ruíz Rodríguez 4, mruiz511015@hotmail.com
Jesús Chi Quej 1, jchicry25@hotmail.com
1 Departamento de Agroecología. El Colegio de La Frontera Sur. San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas, México.
2 División Académica de Ciencias Agropecuarias. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Villahermosa, Tabasco, México
3 Área de Sistemas de Producción Agropecuaria. Universidad Autónoma Metropolitana,
Iztapalapa. México, D. F.
4 Unidad Regional Universitaria Sur-Sureste. Universidad Autónoma Chapingo. Teapa, Tabasco,
México
Nahed et al. 2012
2
Resumen
Para recabar la información que se presenta en este texto se evaluaron 35 potreros con manejo
silvopastoril tradicional en la región hidrográfica bajo Grijalva.Se practicaron mediciones y
observaciones directas y se aplicó un cuestionario a los propietarios de los potreros de ocho
comunidades de Huitiupán, Chiapas y Tacotalpa, Tabasco. Los resultados revelan que: 1) La
conversión de uso del suelo más frecuente (71%) es de milpa a potrero y la antigüedad promedio
de los potreros es de 17.9 años. 2) Los potreros de Tacotalpa muestran evidencias de que sus
suelos sonCambisoles o Luvisoles, y los de Huitiupán, Leptosoles, Vertisoles y Gleysoles, cuya
compactación varía de 0.5 a 4.5 kg/cm2. 3)Los pastos dominantes fueron: Paspalum sp., Cynodon
plectostachyus, Pennisetum merkeri Lecke y Brachiaria brizantha.4) Los árboles dispersos (Ad)
en los potreros son relictos de la vegetación original, con 53 especies (con dominancia de
Cedrela odorata,Schizolobium parahyba y Diphysa robinioides) pertenecientes a 24 familias
botánicas ydensidad promedio de 12.3 árboles por hectárea. 5) En los cercos vivos (Cv) se
identificaron 32 especies (con dominancia de Gliricidia sepium, C. odorata yE. folkersii)
pertenecientes a 18 familias botánicas y densidad promediode 45.8 árboles por cada 100 metros
lineales. 6) Se estima que en promedio una hectárea de potrero con dominancia de C.
plectostachyus (13.10 mg de C ha-1
) y presencia de Ad (3.00 mg de C ha-1
) y CV (7.28 mg de C
ha-1
; delimitado por sus 400 m lineales) tiene una acumulación total de 23.38 mg de C ha-1
.
Mediante esta forma de manejo silvopastoril de los potreros, la ganadería aporta diversos bienes y
servicios a la sociedad, y su fortalecimiento implica el compromiso y la corresponsabilidad de
todos los actores sociales, así como la aplicación de cambios tangibles en las políticas ganaderas
estatales y nacionales.
Palabras clave: sistemas silvopastoriles, árboles dispersos, cercos vivos, suelos, captura de C.
Nahed et al. 2012
3
Introducción
De acuerdo con la tipología de sistemas agroforestales que ha propuesto Nair (1993) se constata
que en el sureste de México se encuentran varios prototipos de sistemas agroforestales
tradicionales. En esta clasificación están incluidos los sistemas silvopastoriles, también conocidos
como sistemas agroforestales pecuarios, o simplemente como agroforestería pecuaria. Consisten
en diferentes formas de uso y ordenamiento de la tierra para lograr una mayor productividad en la
unidad de producción ganadera (Sánchez 1999) y se caracterizan por la combinación e
interacción de los cultivos agrícolas con pastos, arbustos, árboles de uso múltiple y con la cría de
animales manejados de forma integrada, al mismo tiempo, o de forma sucesiva (Ojeda et al. 2003,
Murguieitio e Ibrahim 2008).
En los sistemas silvopastoriles los animales pastan o ramonean directamente entre o bajo
los árboles o arbustos de la vegetación natural o los que se han plantado con fines maderables,
para elaborar productos industriales, frutales, o entre los árboles multipropósito que benefician
directamente a la producción animal (Sánchez 1999). Entre los diversos tipos de sistemas
silvopastoriles que hay en muchas regiones figuran los cercos vivos,cuya función es delimitar
potreros, campos agrícolas y propiedadesmediante el establecimiento de árboles o arbustos a lo
largo de los paisajes rurales (Avendaño 2000,Harvey et al. 2003, Ojeda et al. 2003, Murgueitio e
Ibrahim 2008), y los árboles dispersos en potreros que se ven favorecidos por elmanejo selectivo
de la vegetación remanente o bien por la introducción de árboles y arbustos en praderas ya
existentes (Esquivel 2003, Ojeda et al. 2003);éstos se abordarán en el presente ensayo debido a su
amplia distribución en la cuenca transfronteriza Grijalva, particularmente en Chiapas (Soto et al.
1997, Nahed et al. 2010) y Tabasco (Maldonado et al. 2008, Grande et al. 2010),a que cumplen
funciones importantes, y a que hasta ahora han sido poco estudiados.
En las últimas décadas, tanto en el estado de Chiapas (donde en 1930 había 529983
habitantes y en 2010 eran ya4793406) como en el de Tabasco (en 1930 había224023 habitantes y
en 2010 eran 2238603), así como en los municipios que integran el territorio de la cuenca
Grijalva, entre ellos Motozintla en la cuenca alta (en 1930 con12049 habitantes y en 2010 con
69119), Huitiupán (en 1930 con2478 habitantes y en 2010 con 21507), Tecpatán (en 1930
con2515 y en 2010 con 41045 habitantes), Tacotalpa en la cuenca media (en 1930 con7203 y en
Nahed et al. 2012
4
2010 con 46.302 habitantes), y Jalpa, en la cuenca baja (en 1930 con10907 y en 2010 con 83356
habitantes), seobserva que el acelerado crecimiento de la población humana (SE 1930a, INEGI
2010) ejerce fuerte presión sobre los recursos naturales y desencadena una permanente
competencia por el uso del suelo con fines agrícolas, pecuarios y forestales. Este proceso provoca
cambios en el patrón de uso del suelo, lo cual se manifiesta en una clara tendencia hacia el
incremento de la superficie de labor y de pastizales a costa de la superficie forestal (SE
1930b,INEGI 2007).
El resultado de la interacción de estos factores es la degradación ecológica, que se
advierte en: i) los severos cambios de uso del suelo, con pérdida de hasta 50% de la superficie
boscosa en la parte alta de la cuenca, entre Chiapas y Guatemala (De Jong et al. 1999, Cayuela et
al. 2006, Flamenco-Sandoval et al. 2007, Sánchez et al. 2008); ii) el deterioro del suelo y de la
calidad del agua en toda la cuenca (Bueno et al. 2007); y iii) la baja fertilidad y la degradación
física de los suelos en más de la mitad del territorio de la cuenca (Colegio de Posgraduados
2002).
Entre las principales relaciones de causa-efecto que originan esta problemática destacan
las necesidades crecientes de la población, que determinan una mayor demandade alimentos y
recursos económicos en el corto plazo para adquirir sus satisfactores. Esta compleja situación ha
contribuido al proceso de ganaderización del espacio geográfico de la cuenca transfronteriza
Grijalva, que revela la clara tendencia (Se 1930b, Inegi 2007) hacia el crecimiento de la
población de ganado bovino (en Chiapas había 362 330 cabezas en 1930 y en 2007eran
ya1406419; en Tabasco en 1930 eran 159394 y en 2007 el número había aumentado a957760
cabezas) y de la superficie de tierras de pastoreo( en 1930 alcanzaba en Chiapas422507 hectáreas
y en 2007 eran ya 1818746; en Tabasco en 1930 eran 252578 y en 2007 llegaban a 1264337
hectáreas).
Afortunadamente la expansión de la ganadería en la cuenca ha ocurrido en unidades de
pastoreo condiversas formas de manejo silvopastoril tradicional. Estos sistemas están integrados
a la producción agrícola, y el pastoreo se realiza en unidades con un gradiente de arborización
que va desde pastizales extensivos (sin árboles) hasta pastizales con cercos vivos, con arbustos o
acahuales, con árboles dispersos, y en áreas forestales, utilizados de forma alterna durante el ciclo
anual (Nahed et al. 2010). En estas unidades de pastoreo predominan los cercos vivos y los
Nahed et al. 2012
5
árboles dispersos en potreros (De Dios 2001, López et al. 2001, Cámara-Córdova 2008,
Maldonado et al. 2008, Grande et al. 2010, Nahed et al. 2010), al igual que en otras regiones de
Chiapas (Jiménez et al. 2008), de México (Betancourt et al. 2005) y de América (Nepstad et al.
1994¸ Lok 2006), donde se ha demostrado que aportan mayores beneficios ecológicos,
económicos y sociales en comparación con los sistemas ganaderos convencionales.
De forma general, los diversos tipos de sistemas silvopastoriles con manejo tradicional o
novedoso aportan en mayor medida múltiples beneficios a la productividad de las unidades
ganaderas con la carne, la leche, la fibra, el estiércol, la tracción, la madera yla leña; constituyen
herramientas para la adaptación y mitigación del cambio climático, pues incrementan la cobertura
de arbóreas y arbustivas, brindan sombra y regulan el estrés climático, incrementan la producción
y la calidad de las pasturas, mejoran el aporte de nutrimentos y la eficiencia de utilización de los
forrajes, fijan el nitrógeno atmosférico al suelo, reducen el uso de fertilizantes de síntesis química
(Ibrahim2006, Alonso 2011), y ofrecen diversos servicios ambientales, como la regulación del
clima, y de las emisiones de CO2,óxido nitroso y metano, el reciclaje de nutrimentos y la
restauración de los suelos degradados, la conservación de la biodiversidad, la protección de las
cuencas hidrográficas, el mejoramientode la calidad del agua, el incremento de la conectividad
entre los ecosistemas y la belleza escénica, entre otros (Harvey y Haber 1999, Souza et al. 2000,
Ibrahim y Mora 2006, Ibrahim et al. 2006) que benefician la sociedad tanto en el medio local de
los productores, como en el regionaly el globalal mejorar el paisaje, en comparación con las
unidades de pastoreo convencionales, donde dominan las gramíneas en monocultivo.
Con base en tales antecedentes, el presente estudio se ha propuesto evaluar los potreros con
manejo silvopastoril tradicional en la región hidrográfica bajo Grijalva, yparticularmente i) conocer la
historia de uso del suelo, el grado de compactación edáfica y los pastos dominantes en la zona,ii)
caracterizar los árboles dispersos y los cercos vivos de los potreros, y iii) estimar la cantidad de carbono
que almacenan los árboles dispersos, los cercos vivos y los pastos presentes en los potreros.
Aspectos metodológicos
Zona de estudio
El estudio se llevó a cabo en algunos potreros ubicados en la subregión hidrológica bajo Grijalva
o Grijalva-Villahermosa localizada al noroeste de la Región Hidrológica Núm. 30 Grijalva-
Usumacinta. Estasubregión hidrológica está comprendida geográficamente entre los paralelos
Nahed et al. 2012
6
14°55´ y 18°35´ de latitud Norte y los meridianos 91° 20´ y 94° 15´ de longitud Oeste (Diario
Oficial de la Federación 2010) y está conformada por 26 cuencas hidrográficas, entre las que se
encuentra la cuenca del río Almandros. Los principales suelos de la cuenca son: i) Fluvisoles
éutricos en ambos márgenes del extremo norte del río, antes de su confluencia con el río Amatán,
ii) Leptosoles réndzincos en la vertiente oriental, y iii) Vertisoles peli-éutricos en la parte
occidental de la cuenca (Palma y Cisneros 1996).
En general el paisaje muestra un relieve escarpado con crestas de varias dimensiones y la
presencia de fallas estructurales paralelas al curso del río, sobre todo en el margen izquierdo,
donde predominan las calizas. Hay también numerosos escurrimientos cuyos cauces nacen en la
parte alta y alimentan al río Almandros.
La vegetación natural es de selva alta perennifolia, pero sólo se encuentra en los parches
que están presentes en las partes más abruptas del paisaje. El uso actual del terreno es en su
mayoría para pastoreo, con especies nativas y exóticas, algunos cafetales y muy pocos cacaotales,
y áreas destinadas a la agricultura de subsistencia.
La estacionalidad del clima es la siguiente:
El trimestre de diciembre, enero y febrero es el menos cálido del año, en tanto que el semestre
que va de abril a septiembre es el más caluroso.
El promedio mensual de la temperatura a lo largo del año alcanza su máximo antes del solsticio
de verano (antes del 21 de junio).
La canícula se presenta en el mes de julio.
Los mínimos volúmenes de la precipitación pluvial se presentan en los meses de marzo y abril,
aunque en el mes más seco,que en todos los casos es abril, la precipitación va de 76.3 hasta
141.4 milímetros.
En septiembre la precipitación fluctúa entre 418.9 y 612.4 mm.
La evaluación de los potreros con manejo silvopastoril tradicional se realizó desde
noviembre de 2011 hasta abril de 2012 en los municipios de Huitiupán, Chiapas, y Tacotalpa,
Tabasco. En el municipio de Huitiupán se evaluaron algunos potreros de las localidades El
Remolino, Buen Paso y Ramos Cubilete, y en el de Tlacotalpa los delas localidades La Cumbre,
La Pila, Cuviac, Oxolotán y Tomás Garrido.
Nahed et al. 2012
7
Caracterización de los potreros con manejo silvopastoril tradicional
Se seleccionaron 35 potreros de pastoreo continuo en una base de datos en la que están incluidas
las unidades de producción ganadera ubicadas en la parte media de la cuenca transfronteriza
Grijalva (Nahed y Aguilar 2011). Para la selección se tomó en cuenta la superficie de potrero que
el productor destina más frecuentemente al pastoreo del ganado bovino, la cual varía de 1 a10
has. En el municipio de Tacotalpa, Tabasco se localizaron 25 potreros y 10 en el municipio de
Huitiupán, Chiapas.
Para conocer la dinámica del manejo de cada potrero se aplicó a cada uno de los 22
propietarios una entrevista semiestructurada en la que éste proporcionara información específica
del predio: su nombre, superficie, años de uso de la parcela como potrero, ytipo de pasto
dominante.
Compactación del suelo
Con la ayuda de un penetrómetro de bolsillo se midió la resistencia del suelo a la
penetración(Pocket Penetrometer Núm. 77114) en 19 de los 35 potreros (54%) seleccionados. En
cada uno se ejecutaron de 2 a 3 mediciones aleatorias de compactación del suelo (kg/cm2) a una
profundidad de 0-2 cm,y con esa información se calculó el promedio.
Evaluación de árboles dispersos en potreros
Se visitó cada potreroy se midieron todos los árboles dispersos (AD) presentes. Para cada AD se
registraron: i) diámetro a la altura del pecho (DAP), es decir, a una altura de 1.30 m, mediante el
uso de cinta diamétrica, ii) altura de fuste limpio, iii) altura total con la ayuda de un
clinómetro,yiv) diámetro mayor de la copa con un flexómetro (West 2009). Sólo se tomaron en
cuenta los datos de los árboles que contaban con más de 20 cm de DAP.
Evaluación de cercos vivos en potreros con manejo silvopastoril tradicional
La evaluación se realizó en el perímetro de 35 potreros para caracterizar los árboles presentes en
los cercos vivos (CV). Se realizaron entre 4 y 14 transectos lineales de 10 m de longitud. La
cantidad de transectos varió en función de la homogeneidad del cerco y de la presencia o
Nahed et al. 2012
8
ausencia de árboles. En cada transecto seevaluaron sólo los árboles con más de 10 cm de DAP.
Para cada árbol del CV seregistraron los mismos datos que para los Ad, y adicionalmente se midió
en cada transectola distancia entre árboles.
Para identificar los AD y los árboles del CV se contó con el apoyo de un guía local. Se
efectuaron colectas botánicas y posteriormente se identificaron las especies mediante cotejo en el
herbario de El Colegio de la Frontera Sur, Chiapas. Posteriormente se verificó la nomenclatura de
géneros y especies en la base de datos especializada en nomenclatura botánica que administra el
Jardín Botánico de Missouri (MBG 2012).
Para calcular el área basal de cada especie registrada en los AD y los árboles de los CV se
utilizó la siguiente fórmula (Mueller-Dombois y Ellenberg 1974):
ab= (1/2 d)2(π),
donde :
ab= área basal
d= diámetro a la altura del pecho
π = 3.1416.
Se calculó la diversidad alfa y beta(Wittaker 1977) del conjunto de datos de los 35
potreros. La diversidad alfa se midió únicamente como el número de especies de la comunidad
(riqueza específica). La diversidad beta (grado de cambio o remplazo en la composición de
especies entre diferentes comunidades de un paisaje) se calculó con la fórmula de Wittaker
(1977) modificada por Halffter y sus colaboradores (2001) para compararla con la medida de
complementariedad (grado de diferencia en la composición de especies entre comunidades
distintas). La fórmula que se empleó para calcular la diversidad beta fue:
,
donde :
= Número total de especies acumuladas en las comunidades comparadas (Tacotalpa y
Hutiupan)
= Número de especies promedio de ambas comunidades.
Nahed et al. 2012
9
También se estimó la cantidad de carbono (C) fijado por el componente arbóreo y
herbáceo de cada potrero. Para el componente arbóreo se utilizó el modelo alométrico propuesto
por Chave et al. (2005):
Y=exp [-2.977+ ln(ρ D2 h)],
donde :
Y=biomasa (kg/árbol)
exp(n)= 2.718 n
(elevar la base; e=2.718 a la potencia n)
ln= logaritmo natural (base e=2.71…)
ρ= densidad por especie (gr/cm3) tomada de la base de datos global de densidad de madera
(Global Wood Density Database 2012)
D= diámetro a la altura del pecho (DAP)
h= altura (m)
Para estimar el C almacenado por los pastos dominantes en la zona de estudio (C.
plectostachyus y P. merkeri Lecke) se utilizó información de Guzmán (2011) sobre producción
primaria aérea neta anual de potreros (obtenida con una frecuencia de cosecha de 45 días) con
pendiente alta y baja cobertura arbórea (1 a 10 árboles por hectárea).
Análisis de datos
Los datos que se obtuvieron se examinaron valiéndose de la estadística descriptiva (promedio,
desviación estándar, valores mínimos y máximos) y se realizaron algunos análisis de regresión.
Para ello se utilizó el programa SPSS (Statistical Package for Social Sciences) versión 15.0 (SPSS
2006).
Resultados de la evaluación de los potreros
Historia del uso del suelo
Hasta los años 1980 la actividad preponderante en la zona fue el cultivo de cafetales con vistas a
la exportación, la milpa y el manejo de acahuales jóvenes (Palma et al. 1985, Cámara 1985,
Cámara et al. 1990). A partir de entonces varios programas gubernamentales de desarrollo
Nahed et al. 2012
10
económico y productivo fomentaron la ganadería extensiva. Conforme a este proyecto de
fomento el Estado, proporcionaría los animales y los beneficiarios habilitarían sus terrenos para
el pastoreo extensivo. Ello propició que se eliminaranlos cafetales, los cacaotales y los parches de
vegetación originaria para establecer praderas con pastos exóticos. A juicio de los productores, la
conversión más común de uso del suelo en las parcelas ha sido de milpa a potrero (71%), y en
menor medida (29%) de milpa con pequeñas áreas de cafetal a potrero.
Los potreros evaluados tienen un tiempo de uso promedio de 17.9 (± 11.2) años. Entre los
más recientes el promedio es de 3.5 años,mientras que los más antiguos llevan 35 años de uso.
Los potreros de las comunidades del municipio de Tacotalpa (23.2 años) mostraron mayor
antigüedad de uso (cuadro 1) que los de Huitiupán (8.4 años).
Tipos de suelos
Con información de la Primera actualización de la base referencial mundial del recurso suelo
(IUSS Grupo de Trabajo WRB 2007) se determinó que en las elevaciones del margen derecho del
río Almandros, hacia el este, el material geológico (lutitas) permitió la formación de suelos
maduros,los cuales se caracterizan como Cambisoles (suelos con evidencias de cambio de color
del material matricial, translocación de arcillas o desarrollo de estructuras o agregados del suelo)
o Luvisoles (suelos arcillosos de colores claros). En las elevaciones del margen izquierdo del río
Almandros, hacia el oeste, las calizas propiciaron suelos con desarrollo escaso o intermedio,
caracterizados como Leptosoles (limitados por roca continua dentro de los 25 cm de la superficie
del suelo) en las partes más abruptas, así como Vertisoles (suelos que se agrietan y se cierran
estacionalmente) en las partes con menor pendiente, y hasta Gleysoles (suelos con exceso de
humedad que han propiciado la aparición de colores grisáceos, verdosos o azulosos) en algunas
depresiones aisladas de las laderas. Los suelos que se encuentran en ambos márgenes del río, que
se caracterizan como Fluvisoles, se originaron por la sedimentación de la erosión lateral al río y
por los mismos sedimentos que éste transporta.
Con base en lo anterior se estima que los potreros estudiados en las localidades del lado
derecho del río Almandros (La Cumbre, La Pila, Cuviac, Oxolotán y Tomás Garrido) podrían
presentar suelos Cambisoles o Luvisoles, mientras que las localidades ubicadas en el lado
Nahed et al. 2012
11
izquierdo (El Remolino, Buen Paso y Ramos Cubilete) podrían presentar Leptosoles, Vertisoles y
Gleysoles en sus potreros.
Compactación del suelo
La presión estática que ejercen los animales en pastoreo sobre el suelo se refleja en el
grado de compactación del mismo y está en función de la masa corporal de éstos, el tamaño de
sus pezuñas y la energía cinética. Un bovino ejerce una presión de 1.40 kg/cm2 cuando está
parado, se duplica cuando se mueve, y va aumentando a medida que se incrementa la velocidad
de desplazamiento (Greenwood y Mc Kenzie 2001). De acuerdo con Taboada y sus
colaboradores (1998), la compactación provoca cambios en las propiedades físicas del suelo,
principalmente: i) aumentan la resistencia a la penetración y la densidad aparente; ii) se reducen
la porosidad, la velocidad de infiltración y la disponibilidad de agua, así como el abastecimiento
del oxígeno que utilizan las raíces. Al incrementarse la densidad del suelo debido a la
compactación se crea una barrera física que impide que las raíces de las plantas penetren y
crezcan adecuadamente.
La lectura de compactación del suelo se realizó en 54% de los potreros que se
seleccionaron para el presente estudio. El grado de compactación de los suelos varió de 0.5 a 4.5
kg/cm2
de acuerdo con la escala de medición del penetrómetro utilizado, y al relacionar dicha
variable mediante regresión con los años de uso delpotrero, el coeficiente de correlación fue bajo
(r2=0.02) y no significativo. Estos valores de compactación del suelo son bajos en relación con
los que reportaron Pinzón y Amézquita (1991) en una evaluación que se llevó a cabo en
Colombia(de 12 a 68 kg/cm2); dichos autoresindican que la compactación del suelo depende de la
cobertura y la disponibilidad de la biomasa, el tipo de vegetación, el tipo de suelo y la carga
animal.
Las diferentes estrategias de manejo que cada productor aplica en su parcela, aunada a la
diversidad de suelos en la zona de estudio, pudohaber ocasionado esa falta de correlación entre la
compactación del suelo y los años de uso de la parcela como potrero. El efecto de la
compactación es más evidente en los suelos de textura arcillosa que en los que contienen una alta
proporción de arena o los de origen volcánico (Pinzón y Amézquita 1991).
Nahed et al. 2012
12
Pasto
Los pastos que encontramos con mayor frecuencia en los potreros evaluados fueron: Paspalum
sp. (Natural, 43%), Cynodon plectostachyus (Estrella de África, 20%), Pennisetum merkeri Lecke
(Merkerón,9%) y Brachiaria brizantha (Señal, 9%), seguidos de combinaciones menos
frecuentes entre ellos.
Los productores calificaronlos tipos de pasto con base en su rendimiento como: a)
excelente, b) bueno, c) regular, y d) pobre. En general todos los pastos fueron bien calificados
(figura 1). En su mayoría las calificaciones variaron de regular a excelente en los casos de C.
plectostachyus, Paspalum sp. y B. brizantha, y totalmente buena en el caso de P. merkeri Lecke,
al que consideraronun buen zacate. Lo anterior indica que con la carga ganadera promedio actual
(Huitiupán: 2.6 ± 0.3 unidades animal (UA)/ha; Tacotalpa: 1.4 ± 0.1UA/ha) y las densidades de AD
que se encontraron en los potreros, en general bajas, los productores consideran que no se afecta
el rendimiento del pasto. Otro factor que sin duda contribuye a lo anterior es la tolerancia a la
sombra de los pastos que están presentes en los potreros. Conviene resaltar al respecto que
Paspalumsp.,P. merkeri Lecke y B. brizanthamuestran una resistencia media a la sombra (Wong
1991, Shelton et al. 1987), mientras que aunqueC. plectostachyus no es muy tolerante, sólo se
siembra en 20% de la superficie.
Árboles dispersos
La mayoría de los ADde los potreros en la zona de estudio son relictos de la vegetación original y
en algunos casos producto de la sucesión secundaria, aunque hay también algunas especies
introducidas.
El cuadro 2 muestra el número de AD, su densidad, y el número de especies de AD
promedio en cada comunidad evaluada. Los 35 potreros de las 8 comunidades sumaron un total
de 122.6 has. La superficie más pequeña fue de 1 ha, la mayor de 10 ha, y la superficie
promediode 3.5 hectáreas.
El rango de variación de la densidad arbórea fue muy amplio, ya que se encontraron
potreros con densidades desde 0.6 hasta 34 árboles por ha, y en promedio el número de árboles
por potrero fue de 30.9 (±26.4), con una densidad de 12.3 (±10.9) árboles/ha. En la mayoría de
las localidades estudiadas se encontraron densidades promedio inferiores a 20 árboles/ha, que son
Nahed et al. 2012
13
bajas o similares a las que reportan otros estudios (Guevara et al. 1998, Esquivel et al. 2003,
Villanueva et al. 2004). Las densidades arbóreas promedio superiores a 20 árboles/ha en los
potreros de las localidades de El Remolino y La Cumbre superan a las que reporta un estudio en
el trópico seco de Costa Rica, donde las densidades de la mayoría de los potreros fueron
inferiores a dicha cantidad (Esquivel et al. 2003). La densidad arbórea de los potreros de la
región se encuentra dentro del rango promedio que han obtenido otras investigaciones sobre
zonas tropicales (Guevara et al. 1994, Guevara et al. 1998, Harvey y Haber 1999, Harvey et al.
2007, Souza et al. 2000, Esquivel et al. 2003, Villacís et al. 2003, Villanueva et al. 2004) en las
cuales se reportaron densidades de 3 a 33 árboles/ha; sin embargo es inferior a la densidad
promedio de árboles de otros potreros de la misma zona de estudio (38 árboles/ha) que reportan
Grande y sus colaboradores (2010).
Composición de especies de los AD
En 122.6 hectáreas de potrero se contabilizaron 1083 AD, de los cuales se identificaron 1026
individuos pertenecientes a 24 familias botánicas. En la figura 2 se observa que la mayor cantidad
de especies arbóreas encontradas pertenece a la familia Fabaceae, seguida de las Moraceae y
Rutaceae. En contraste se encontraron familias botánicas con un número mínimo de especies
(entre 1 y 3).
La riqueza específica fue de 53 especies arbóreas identificadas, pero además se
encontraron 8 especies que no fue posible identificar. Dicho número es semejante a las 57
presentes en los potreros de la región de Los Tuxtlas, en Veracruz, México (Guevara et al. 1994),
a las 55 reportadas en las fincas de Guanarito, Venezuela (Solórzano et al. 2006) y a las 55
especies de los potreros con alta tecnificación del trópico húmedo de Costa Rica (Villacís et al.
2003). En contraste, las 53 especies que encontró esta investigación superan altamente a las 21
que se reportaron en los pastizales nativos con alta densidad arbórea de Matagalpa, Nicaragua
(Pérez et al. 2006), a las 20 de la costa de Chiapas, México (Otero et al. 1999) y a las 16 especies
de potreros de La Fortuna, en San Carlos, Costa Rica (Souza et al. 2000).
A diferencia de lo anterior, las 53 especies que están presentes en los potreros evaluados
son notablemente menos que las 72 que se encontraron en un paisaje ganadero de Rivas,
Nicaragua (Harvey et al. 2007), a las 98 especies que se hallaron en los potreros de la región de
Nahed et al. 2012
14
Los Tuxtlas, Veracruz, México (Guevara et al. 1998), a las 96 especies de las fincas ganaderas
con bajo nivel de tecnificación en el trópico húmedo de Costa Rica (Villacís et al. 2003), y
también a las 101, 101 y 106 especies presentes en tres paisajes ganaderos de Costa Rica y
Nicaragua (Harvey et al. 2007). El número de especies referidas en estas comparaciones
contrastan con la gran diversidad de especies arbóreas que se observan en potreros de la zona de
Monteverde, Costa Rica, donde se registraron 190(Harvey y Haber 1999).
En el cuadro 3 se presentan la familia, la especie, el nombre común y la frecuencia con
que se encontraron los AD en los potreros.La composición de especies de los potreros de los
municipios de Tacotalpa y Huitiupán difiere en 69.8% según su complementariedad (Colwell y
Coddington 1994) y en 53.6% según el índice de Whittaker (1977), lo cual indica que varias de
lasidentificadas están presentes en los potreros de ambos municipios. Estos recursos fitogenéticos
son valiosos para el desarrollo de sistemas silvopastoriles más robustos.
La densidad de árboles se correlacionó positiva (r = 0.28) y significativamente (p < 0.05)
con la diversidad de especies presentes en los potreros; es decir, cuanto mayor fue la densidad
arbórea mayor fue la diversidad de especies.
Las especies más frecuentes fueron Cedrela odorata (393 individuos), Schizolobium
parahyba (105), Diphysa robinioides (95), Cordia alliodora (74), y Blepharidium mexicanum
(57). En cuanto a su altura, las especies con mayor altura en los potreros fueron Poulsenia armata
(30.2 m), Genipa americana (25 ± 25.9 m) y Lonchocarpus hondurensis (22.4 ± 9.9 m). Las
especies con el mayor diámetro de copa fueron Lonchocarpus rugosus (25±7.1 m), Ficus sp. (19
m) y Poulsenia armata (17 m), en tanto que los AD con la mayor altura comercial de fuste limpio
fueron Poulsenia armata (12.3 m), Platymiscium dimorphandrum (9.8 ± 0.4 m) y Pouteria
zapota (9.0 ± 1.7 m). Finalmente, las especies arbóreas que máscontribuyeron al área basal de los
AD fueron Cedrela odorada con 32.0 m2,Schizolobium parahyba con 8.7 m
2, Mangifera indica y
Diphysa robinioides con 5.3 m2 (cuadro 4).
Cercos vivos
Se realizaron 329 transectos (3290 m lineales) y en promedio se registraron 45.8 ± 15.8 árboles
por cada 100 m lineales de CV.En la comunidad de El Remolino se observó el promedio mínimo,
con 9.5 individuos, y en Tomás Garrido el máximo, con 70 individuos (cuadro 5). Se
Nahed et al. 2012
15
encontróuna densidad arbórea mayor en los CV de los potreros de las comunidades de Tacotalpa
que en las de Huitiupán. La densidad arbórea observada en los CV de ambos municipios (15.1 y
51.6 árboles/100 m lineales) se aproxima a la de una finca ganadera con un nivel alto de
intensificación, con 30.8 árboles/100 m lineales (Villacís et al. 2003).
De los 35 potreros evaluados,54% presentó CV integrados por varias especies arbóreas,
yel 46% restante estuvo conformado sólo por la especie Gliricidia sepium (Cocoite). Los
productores suelen utilizar G. sepium para delimitar sus potreros: se poda frecuentemente para
controlar su altura, y los residuos de la poda les sirven como material vegetativo para propagarla
(Villacís et al. 2003).
La preferencia de los ganaderos por G. sepium, que es la principal especie en numerosos
cercos vivos de las localidades estudiadas y que también se encuentra en otras partes del estado
de Chiapas y sobretodo en Tabasco, se explica en gran medida por su versatilidad agronómica,
por su funcionalidad y por los productos que de ella se obtienen. G. sepium es de fácil
enraizamiento a partir de estacas,es duradera y su crecimiento inicial es rápido. Cada individuo
tiene una vida útil promedio de 12 años, y además cumple con múltiples funciones que aprecian
principalmente los pequeños propietarios. Las podas por lo general se realizan en el mes de enero
o cada ocho o nueve meses y se mantiene el tronco principal a una altura de 2 a 2.5 m (Elgueta y
Pérez 2001).
De las ramas podadas se obtiene leña, con una producción seca mínima de 80 a 90 kg en
año y medio, en una densidad de 60 a 75 plantas por cada 100 m lineales de CV (Ruiz 2000).
Además el follaje de G. sepium se utiliza como forraje o como abono orgánico en el periodo de
sequía, de acuerdo con la demanda. El manejo que dan a G. sepiumlos productores muestra la
importancia de la especie en los CV, así como el amplio conocimiento y la experiencia que se
tiene de ella.
Composición de especies del CV
En 3290 m lineales de CV se registraron 1464 árboles y sólo fue posible identificar a 1427 de
ellos, los cuales pertenecen a 32 especies y a 18 familias botánicas (cuadro 6). Con base en el
número de especies, la familia más representativa de los árboles de los CV es Fabaceae, seguida
porAnacardiaceae y Meliaceae (figura 3). Las especies más numerosas en los CV fueron G.
Nahed et al. 2012
16
sepium (1194 individuos), C. odorata (50), E. folkersii (50), B. simaruba (36) y J. curcas (26). La
riqueza específica fue de 32 especies, además de 37 árboles que no fue posible identificar.
Entre las especies registradas,las que alcanzaron mayor altura en los CV fueron Mangifera
indica (15.0 m), Ficus sp. (12.6 m) y Dalbergia stevensonii (11.5 ± 0.7 m., cuadro 7); las que
presentaron mayor diámetro de copa fueron Schizolobium parahyba (10 m), Dalbergia
stevensonii (8.0 m) y Byrsonima crassifolia (6.0 ± 2.0 m), en tanto que las especies con la mayor
altura comercial del fuste limpio fueron Mangifera indica (10.8 m), Dalbergia stevensonii(6.0 ±
2.8 m) y Diphysa robinioides (5.7 ± 6.0 m).Por otra parte, las especies que contribuyeron
mayormente al área basal en los cercos vivos fueronGliricidia sepium(29.3 m2), Cedrela odorata
(2.1 m2) y Erytrhina folkersii (1.1 m
2).
Aportación de bienes y servicios de los potreros con manejo silvopastoril tradicional
Los productores de ganado bovino de la zona de estudio basan la alimentación de sus animales en
el pastoreo en potreros con predominancia de Paspalum sp. (pasto natural), Cynodon
plectostachyus(Estrella de África) yPennisetum merkeri Lecke (Merkeron),y en árboles dispersos
con diferentes densidades (cuadro 2) o cercos vivos (cuadro 5). Mediante esta forma de manejo
de la ganadería el productor: i) obtiene varios tipos de bienes o productos, como carne, leche,
fibra, estiércol, tracción, madera y leña para el autoabasto o para la venta; y al mismo tiempo ii)
contribuye a preservar el medio aportando diversos servicios ambientales locales, regionales y
globales.
Entre los servicios ambientales que aportan los sistemas silvopastoriles destaca la
mitigación de los efectos del cambio climático mediante lacaptura y almacenamiento de carbono
en la biomasa, hojarasca, raíces y suelo, con la retención o siembra de árboles en los potreros y
con el incremento de la materia orgánica del suelo (Andrade e Ibrahim 2003).
Así, las estimaciones de almacenamiento de carbono que se han realizado en los potreros
de la zona de estudio muestran los siguientes resultados. En las 122.6 ha que se tomaron como
muestra se estima que se han almacenado 105 Mgde C, referente a los 1083 árboles evaluados.
En lo que se refiere a los árboles dispersos, con base en la densidad arbórea promedio de
los potreros (12.3 árboles/ha) se calcula un almacenamiento promediode 3 (±4) Mgde Cha-1
.
Dichos potreros obtienen un almacenamiento mínimo de 0.04 y un máximo de 18.65 Mg de C ha-
Nahed et al. 2012
17 1sólo de la biomasa arbórea aérea. La densidad de AD en los potreros se correlacionó positiva (r
2=
0.56) y significativamente (p<.000) con el total de C almacenado. El almacenamiento de C
promedio de los AD en esta investigación (3±4 Mg ha-1
) es superior al C almacenado en la
biomasa arbórea (1.6 Mg ha-1
) de potreros mejorados con baja densidad de árboles (menos de 30
árboles/ha) en Costa Rica(Ibrahim et al. 2007), e inferior al C almacenado (7.1 Mg ha-1
) en la
biomasa arbórea de pastizales naturales con alta densidad arbórea (más de 30 árboles/ha) en ese
mismo país, a los 9.0 Mg de C ha-1
de potreros mejorados con alta densidad arbórea (más de 30
árboles/ha) y también a los 11.9 Mg ha-1
de C de pastizales naturales con baja densidad arbórea
(menos de 30 árboles/ha) en Nicaragua (Ibrahim et al. 2007).Pese a que la densidad arbórea
promedio es baja en nuestro caso de estudio, el C almacenado podría llegar a 18.6 Mg ha-1
si
consideramos el valor máximo de densidad arbórea observada (34 árboles/ha). Esto supera las
cantidades de C almacenadas en los diferentes sistemas de uso de la tierra anteriormente
mencionados para Costa Rica y Nicaragua.
Diversos estudios en zonas tropicales han demostrado que la cantidad de C almacenada en
el suelo es mucho mayor que la almacenada en la biomasa arbórea (Callo-Concha et al. 2002,
Ibrahim et al. 2007). Dado que en este estudio no se consideró el carbono almacenado en el
suelo, lo anterior sugiere que el potencial de captura de éste en los potreros que se evaluaron es
mayor que el reportado.
Con base en los datos deproducción primaria aérea neta en potreros −con pendiente alta y
una baja cobertura arbórea−que proporciona Guzmán (2011), se estima que en los de la especie
Cynodon plectostachyus (pasto estrella) evaluados se almacenan 13.1 Mg ha-1
de C al año; en
contraste, los pastizales de Pennisetum merkeri Lecke (pasto Merkerón) almacenan 11.1 Mg ha-
1de Cal año.
Respecto a los cercos vivos, se estima que por cada 100 m lineales de CV multiespecífico
(± 32 especies), con distancia promedio de 2.1 m entre árboles y con promedio de 23.3(± 15.9)
cm de DAP, se acumulan 1.82 (± 1.41) Mg de C ha-1
. Los potreros que cuentan con CV en todo su
perímetro (400 m lineales) acumulan7.28 (± 5.66) Mg de C ha-1
sólo en la biomasa arbórea aérea.
La densidad arbórea del CV se correlacionó positiva (r2=0.17) y significativamente (p<0.05) con
la cantidad de C almacenado.
Nahed et al. 2012
18
Al considerar todo el componente arbóreo de los potreros (AD + CV) se estima que una
hectárea de potrero, con una densidad arbórea de 12.3 árboles, delimitado completamente con CV
(400 m lineales) y con un promedio de 45.8 árboles por cada 100 m lineales almacena sin
considerar el C que acumula el pasto, 10.28Mg ha-1
de C, con un mínimo de 1.6 Mg ha-1
y un
máximo de 41.97 Mg de C ha-1
. Cuando a dicha hectárea de potrero se le agrega el C almacenado
por la herbácea, y considerando que existe dominancia de pasto Estrella de África (C.
plectostachyus; AD + CV + pasto), se estima una acumulación promedio total de23.38 Mg de C
ha-1
; en cambio, cuando domina el pasto Merkerón (Pennisetum merkeri Lecke) la acumulación
promedio total de C estimado es de 21.38Mg de C ha-1.
Los resultados del presente estudio superan el almacenamiento de 8.18 Mg de C ha-1
de
pastizales con pasto nativo y árboles dispersos, y a los 12.54 Mg ha-1
de C fijados porlos pastos
mejorados en sistemas silvopastoriles en Matiguás, Nicaragua (Ruiz 2002); sin embargo se
aproximan a los 22.80 ± 8.34 Mg de C ha-1
que reporta Morales-Coutiño (2010) para la biomasa
viva (árboles maduros, juveniles, pasto y raíces) de potreros con árboles dispersos en la región de
la Selva Lacandona.
Por el contrario, la acumulación máxima de C (23.38 Mg de C ha-1
; AD + CV + pasto
Estrella de África) fue muy inferior a las experiencias de captura de C que desarrolló el proyecto
Scolel’te (en las regiones tzeltales y tzotziles del estado de Chiapas), donde se muestra que el
potencial de captura de C de sistemas agroforestales puede oscilar entre 40 y 140 Mg de C ha-1
respectivamente (De Jong et al. 1997).
Una buena opción para incrementar la captura de C en el área de estudio a partir de los
recursos fitogenéticos localeses la instrumentación de bancos de proteína, ya que ofrecen
beneficios a la producción de carne y leche, y además aportan diversos servicios ambientales. Por
esta razón se inició en las comunidades de Huitiupán, Tacotalpa y Tecpatán el establecimiento de
bancos forrajeros como los que mencionan Gómez-Castro y sus colaboradores. (2010) yMorales-
Díaz (2011). Estos autores han estimado que sólo el componente arbóreo de un banco forrajero
de G. sepium con una densidad de 1600 árboles por hectárea (sembrados a 2.5x2.5 m) puede
llegar a almacenar 15.3 Mg de C ha-1
. Así también un banco de Leucaenaleucocephala con una
densidad de 4 444 árboles/ha (sembrados a1.5 m x 1.5 m) en un pastizal abierto con pasto
Nahed et al. 2012
19
Hyparrhenia rufa (pasto Jaragua) puede almacenar hasta 19.6 Mg de Cha-1
(Gómez-Castro et al.
2010, Chave et al. 2005).
Actualmente se considera en el mundo enteroque los sistemas silvopastoriles son
instrumentos de adaptación y mitigación del cambio climático, por lo que se reconoce su
posibilidad de recibir pagos por servicios ambientales (Gobbi y Casasola 2003, Steinfeld et al.
2006, Ibrahim et al. 2006, Murguieitio 2009), dado que contribuyen a: i) mitigar los efectos del
cambio climático mediante la captura y almacenamiento de C, principalmente con la siembra de
árboles y el incremento de la materia orgánica del suelo; ii) reducir las emisiones de CO2
evitando la quema y la deforestación porque ejercen menorpresión sobre los bosques y selvas; iii)
menguar las emisiones de óxido nitroso mediante la disminución del uso de fertilizantes
nitrogenados;iv) disminuir las emisiones de gas metano al ofrecer a los animales forrajes diversos
y de mejor calidad nutritiva, mayor digestibilidad y mejor patrón de fermentación ruminal; y v)
aminorar el impacto de la lluvia en el suelo, con lo cual se incrementa la capacidad de infiltración
y retención del agua y se disminuye la escorrentía superficial (Ríos et al.2007).
A diferencia de los potreros sin árboles, los sistemas silvopastotriles aumentan la
cobertura vegetal de los predios, mejoran la conectividad entre los fragmentos de bosques y
presentan mayor diversidad genética de árboles, arbustos, pastos, arvenses, animales silvestres,
hormigas, arañas y escarabajos estercoleros (Harvey y Haber 1999). El incremento de las
especies y el número de aves en los potreros arbolados brinda la posibilidad de aumentar los
servicios ambientales relacionados con la polinización, la dispersión de semillas y el control
biológico de insectos plaga (Harvey y Haber 1999, Crespo 2008, Alonso 2011).
En los sistemas silvopastoriles con pastoreo rotacional (Ibrahim et al. 2006, Steinfeld et
al. 2006, Murguieitio 2009): i) se brindan mejores condiciones para el reciclaje de nutrimentos en
el suelo, el cual depende de la actividad de gran número de organismos y microorganismos que
descomponen la materia orgánica (heces, hojarasca, plantas muertas); ii) se recuperan las
condiciones favorables del suelo al disminuir la compactación, principalmente por la
recuperación de los organismos benéficos, la producción de hojarasca y la reducción del uso de
agroquímicos; iii) proliferan los controladores biológicos encargados de mantener reguladas las
plagas de manera natural sin que sea necesario aplicar frecuentemente insecticidas de síntesis
química. Estos organismos benéficos dependen directamente de la cobertura vegetal, la sombra y
Nahed et al. 2012
20
la humedad y requieren sitios específicos de alimentación y anidamiento, como los que ofrecen
los sistemas silvopastoriles (Crespo 2008).
Los árboles asociados a los potreros contribuyen a reducir la erosión mediante su sistema
radicular. La variedad de especies es muy importante, pues las diferentes longitudes y estructuras
del sistema radicular ayudan a retener el suelo más efectivamente (Young 1997, Ibrahim et al.
2006). Además, el uso de árboles leguminosos reduce la necesidad de fertilización nitrogenada,
con lo que se evita la contaminación que ocasiona la aplicación de nitrógeno a las pasturas
(Steinfeld et al. 2006).
Resulta importante que los sistemas silvopastoriles mejorenel balance hídrico, ya que si
las leñosas y las pasturas comparten el mismo espacio, la menor temperatura del estrato herbáceo
bajo la copa de los árboles acarrea una disminución de la tasa de transpiración y una menor
evaporación (Wilson y Ludlow 1991),lo cual puede retrasar o evitar el estrés hídrico del periodo
seco. Las leñosas perennes afectan la dinámica del agua (Young 1997, Ríos et al. 2007) en varias
formas: i) actuando como barreras que reducen la escorrentía; ii) reduciendo el impacto de las
gotas y iii) mejorando el suelo al incrementar la infiltración y la retención de agua. Todo ello
depende del tamaño del árbol, principalmente de su altura y de la cobertura de la copa.
Son evidentes los mayores beneficios ecológicos, económicos y sociales que brindan los
sistemas silvopastoriles en comparación con los sistemas ganaderos convencionales, de ahí que
se recomiende fortalecer las capacidades de los productores de las comunidades estudiadas en el
contexto de los sistemas silvopastoriles intensivos e integrados. Este tipo de ganadería alternativa
constituye un instrumento que contribuye a la adaptación y la mitigación del cambio climático; su
desarrollo a partir de los importantes recursos locales implica el compromiso y la
corresponsabilidad de los actores sociales que participan en el proceso, así como la adopción de
cambios tangibles en las políticas ganaderas estatales y nacionales.
Conclusiones
La historia del uso del suelo en la zona de estudio sugiere que las actividades agrícolas y
la promoción de la ganadería extensiva que ha impulsado el gobierno han incidido
fuertemente en la vegetación y han modificado el paisaje.
Nahed et al. 2012
21
La conversión de uso del suelo que los productores llevan a cabocon mayor frecuencia es
de milpa a potrero, y la antigüedad promedio de los potreros es de 17.9 años.
Pese a que los potreros evaluados en el municipio de Tacotalpa son más antiguos (23.2
años) que los de Huitiupán (8.4 años), no se encontró diferencia en el grado de
compactación del suelo (de 0.5 a 4.5 kg/cm2), calificado como bajo.
Los árboles dispersos en los potreros son en su mayoría relictos de la vegetación original
que se conservaron deliberadamente por voluntad de los productores.
La notable diversidad de árboles dispersos en los potreros es de 53 especies pertenecientes a 24
familias botánicas, y en los cercos vivos de 32 especies de 18 familias botánicas.
La densidad promedio de los árboles dispersos en los potreros estudiados es baja (12.3
árboles/ha) y la de cercos vivos es aceptable (45.8 árboles/100 m lineales) en
comparación con otras densidades reportadas para la zona.
Las especies herbáceas predominantes en los potreros fueron Paspalum sp. y Cynodon
plectostachyus. En los cercos vivos predominó la arbórea Gliricidia sepium y en los
árboles dispersos las especies Cedrela odorata,Schizolobium parahyba y Diphysa robinioides.
Con la densidad arbórea promedio que encontró este estudio, se estima que una hectárea de
potrero con dominancia de C. plectostachyus (13.10 Mg de C ha-1
) y presencia de árboles
dispersos (3.00 Mg de C ha-1
) y cerco vivo (7.28 Mg de C ha-1
, delimitado por sus 400 m
lineales) tiene una acumulación total de 23.38 Mg de C ha-1
.
Mediante esta forma de manejo silvopastoril de los potreros, la ganadería aporta diversos
bienes y servicios a la sociedad, por lo que constituye un instrumento que contribuye a la
adaptación y la mitigación del cambio climático. Su fortalecimiento en el contexto de los
sistemas silvopastoriles intensivos e integrados, a partir de los importantes recursos locales,
depende del desarrollo de las capacidades de los productores eimplica el compromiso y la
corresponsabilidad de los actores sociales intervinientes y la aplicacióncambios tangibles en las
políticas ganaderas estatales y nacionales.
Agradecimientos
Nahed et al. 2012
22
Esta publicación ha sido posible gracias al respaldo del Fondo Institucional de Fomento Regional
para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (Fordecyt) del Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología (Conacyt) mediante el convenio 143303: “Gestión y estrategias de manejo
sustentable para el desarrollo regional en la cuenca hidrográfica transfronteriza Grijalva”,
apoyado por fondos concurrentes de la Secretaría de Recursos Naturales y Protección Ambiental
del estado de Tabasco.
Agradecemos el apoyo y la hospitalidad que nos brindaron las familias de las
comunidades de Tacotalpa y de Huitiupán. Reconocemos también la colaboración en el trabajo
de campo deFiliberto Alonso Aparicio, Nathaline E. Taylor Aquino y Alí Taylor Aquino.
Referencias
Alonso. 2011. Los sistemas silvopastoriles y su contribución al medio ambiente. Revista Cubana
de Ciencia Agrícola45: 107-115.
Andrade, H.J. yM. Ibrahim. 2003. ¿Cómo monitorear el secuestro de carbono en los sistemas
silvopastoriles? Agroforestería en las Américas 10: 39-40.
Avendaño, R.S. y R.I. Acosta. 2000. Plantas utilizadas como cercas vivas en el estado de
Veracruz. Madera y Bosques 6: 55-71.
Betancourt, P., J. González, B. Figueroa y F. González. 2005. Organic matter and soil
characterization during restoration processes with cover crop on temperate areas of
México.En:< http://www.chapingo.mx/terra/contenido/art139148.pdf>. Consulta: 1 de abril de
2005.
Nahed et al. 2012
23
Bueno, J., F. Álvarez y S.Santiago. 2007. Biodiversidad del estado de Tabasco. Instituto de
Biología / Universidad Autónoma de México / Comisión Nacional para el Conocimiento y
Uso de la Biodiversidad, México.
Callo-Concha, D., L. Krishnamurthy yJ. Alegre. 2002. Secuestro de carbono por sistemas
agroforestales amazónicos. Revista Chapingo: Ciencias Forestales y Medio Ambiente7: 101-
106.
Cámara, C.J. 1985. Las características químicas y físicas de un Rendol Vértico con tres
agrosistemas en el norte de Chiapas, México. Tesis de licenciatura. Colegio Superior de
Agricultura Tropical. H. Cárdenas, Tabasco, México.
Cámara, J., L.Palma y G.Basurto. 1990. Características de un Rendol Vértico con tres
agrosistemas en el norte de Chiapas, México. Universidad y Ciencia 7: 129-139.
Cámara–Córdova, J. 2008. Caracterización del territorio de la zona serrana de Tabasco, México.
Memoria del 1er Foro sobre el estado de la investigación en la región Sierra de Tabasco y
Norte de Chiapas. Perspectivas para el desarrollo intercultural. Universidad Intercultural del
Estado de Tabasco, Oxolotán, Tabasco,CD-ROM, 79 p.
Cayuela, L., J.M.Rey-Benayas y C.Echeverría.2006. Clearance and fragmentation of tropical montane
forests in the Highlands of Chiapas, Mexico (1975-2000). Forest Ecology and Management226: 208-
218.
Chave, J., C. Andalo, S. Brown y M.A. Cairns.2005. Tree allometric and improved estimation of
carbon stocks and balance in tropical forest. Oecologia 145: 87-99.
Colegio de Posgraduados. 2002. Evaluación de la degradación del suelo causada por el hombre
en la República Mexicana, escala 1:250,000. Memoria Nacional 2001-2002, Semarnat /
Colegio de Posgraduados, Montecillo, México.
Colwell, R. y J.A. Coddington. 1994. Estimating terrestrial biodiversity through extrapolation.
Philosophical Transactions of the Royal Society of London 345: 101-118.
Crespo, G. 2008. Importancia de los sistemas silvopastoriles para mantener y restaurar la
fertilidad del suelo en las regiones tropicales. Revista Cubana de Ciencia Agrícola 42: 329-
335.
De Dios, V. 2001. Ecofisiología de los bovinos en sistemas de producción del trópico húmedo.
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Tabasco, México.
Nahed et al. 2012
24
De Jong, B.H.J., M.A.Cairns,P.K. Haggerty, N. Ramírez-Marcial, S. Ochoa-Gaona, J. Mendoza-
Vega, M. González-Espinosa e I. March-Mifsut. 1999. Land-use change and carbon flux
between 1970s and 1990s in Central Highlands of Chiapas, Mexico. Environmental
Management 23: 373-385.
De Jong, B., R. Tipper y R. Taylor, 1997. A framework for monitoring and evaluation of carbon
mitigation by farm forestry projects: example of a demonstration project in Chiapas,Mexico.
Mitigation and Adaptation Strategies for Global Change2: 231-246.
Diario Oficial de la Federación. 2010. Jueves 29 de abril.
Elgueta, M.J.R. y U.G.Pérez C. 2001. Diversidad arbórea en tecnologías lineales agroforestales
en Jalapa, Tabasco. Memoria de la II Reunión Nacional sobre Sistemas Agro y Silvopastoriles.
CRUSE-UACh Y UJAT, Villahermosa, Tabasco, México.
Esquivel, H., C.Villanueva, M.Ibrahim, C. Harvey, T. Benjamín y F. Sinclair. 2003. Árboles
dispersos en potreros de fincas ganaderas en un ecosistema seco de Costa Rica. Agroforestería
en las Américas 10: 24-29.
Flamenco-Sandoval, A., R.M. Martínez y O.R. Masera. 2007. Assessing implications of land-use
and land-cover change dynamics for conservation of a highly diverse tropical rain forest.
Biological Conservation 138: 131-145.
Global Wood Density Database. 2012. Dryad. Disponible en <http://datadryad.org/repo/handle/
10255/dryad.235>.
Gobbi, J. y F. Casasola. 2003. Comportamiento financiero de la inversión en sistemas
silvopastoriles enfincas ganaderas de Esparza, Costa Rica. Agroforestería en las Américas10:
52-60.
Gómez-Castro, H., R. Pinto-Ruiz, F. Guevara-Hernández y A.González-Reyna. 2010.
Estimaciones de biomasa aérea y carbono almacenado en Gliricidia sepium (Lam.) y
Leucaena leucophala (Jacq.) y su aplicación en sistemas silvopastoriles. Información Técnica
Económica Agraria 106: 256-270.
Grande, D., F. De León, J. Nahed y F. Pérez-Gil. 2010. Inportance and function of scattered trees
in pastures in the sierra region of Tabasco, Mexico. Research Journal of Biological Sciences
5: 75-87.
Nahed et al. 2012
25
Greenwood, K. y B.McKenzie. 2001. Grazing effects on soil physical properties and
theconsequenses for pastures: areview. Australian Journal of Experimental
Agriculture41:1231-1250.
Guevara, S., J. Laborde y G. Sánchez. 1998. Are isolated remnant trees in pastures a fragmented canopy?
Selbyana 19: 34-43.
Guevara, S., J.Meave, P. Moreno-Casasola, J. Laborde y S.Castillo. 1994. Vegetación y flora de potreros
en la sierra de los Tuxtlas, México. Acta Botánica Mexicana 28: 1-27.
Guzmán, E. 2011. Producción de forraje herbáceo en unidades de pastoreo de sistemas ganaderos en
proceso de conversión orgánica en Tecpatán, Chiapas. Tesis de Licenciatura. Universidad Autónoma
de Chiapas, Chiapas, México.
Halffter, G., C.Moreno y E.Pineda. 2001. Manual para la valuación de la biodiversidad en reservas de la
biosfera. M&T–Manuales y Tesis SEA, vol. 2, Zaragoza, España.
Harvey, C., C.Villanueva, M.Ibrahim, R. Gómez, M. López, S. Kunth y F.Sinclair. 2007. Productores,
árboles y producción ganadera en paisajes de América Central: implicaciones para la conservación de
la biodiversidad. Páginas 197-224, en: Harvey, C.A. y J.C. Sáenz (editores). Evaluación y
conservación de biodiversidad en paisajes fragmentados de Mesoamérica. Instituto Nacional de
Biodiversidad, Santo Domingo de Heredia, Costa Rica.
Harvey, C., C.Villanueva, J. Villacís, M. Chacón, D. Muñoz, M. López, M. Ibrahim, R. Gómez, R. Taylor,
J. Martinez, A. Navas, J. Sáez, D. Sánchez, A. Medina, S. Vilchez, B. Hernández, A. Pérez, F. Ruiz, F.
López, I. Lang, S. Kunth y F. Sinclair. 2003. Contribución de las cercas vivas a la productividad e
integridad ecológica de los paisajes agrícolas en América Central. Agroforestería de las Amércias 10:
30-39.
Harvey, C.A. yW.A. Haber. 1999. Remnant trees and the conservation of biodiversity in Costa Rican
pastures. Agroforestry Systems 44: 37-68.
Ibrahim, M. y J. Mora. 2006. Potencialidades de los sistemas silvopastoriles para la generación
de servicios. Página 10, enM. Ibrahim, J. Mora y M. Rosales (editores). Potencialidades de los
sistemas silvopastoriles para la generación de servicios ambientales.Centro Agronómico
Tropical de Investigación y Enseñanza, Turrialba, Costa Rica.
Ibrahim, M., M.Chacón,C. Cuartas, J. Naranjo, G.Ponce, P. Vega, F. Casasola y J.Rojas, 2007.
Almacenamiento de carbono en el suelo y la biomasa arbórea en sistemas de usos de la tierra
en paisajes ganaderos de Colombia, Costa Rica y Nicaragua. Agroforestería en las Americas
45: 27-36.
Nahed et al. 2012
26
Ibrahim, M., C. Villanueva, F. Casasola y J.Rojas. 2006. Sistemas silvopastoriles como una
herramientapara el mejoramiento de la productividad y restauración de la integridad ecológica
de paisajes ganaderos. Pastos y Forrajes 29: 383-419.
INEGI. 2007. Octavo censo agrícola, ganadero y ejidal de México. Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática, México.
INEGI. 2010. Treceavo censo general de población y vivienda de México. Instituto Nacional de
Estadística Geografía e Informática, México.
IUSSGrupo de Trabajo WRB. 2007. Base referencial mundial del recurso suelo. Primera
actualización 2007.Informes sobre Recursos Mundiales de Suelos, Núm. 103. Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma, Italia.
Jiménez-Ferrer, G., V. Aguilar-Argüello, y L. Soto-Pinto. 2008. Livestock and carbon sequestration in the
Lacandon rainforest, Chiapas, Mexico. Páginas 195-197, en P.Rowlinson, M. Steele y A. Nefzaoui
(editores). Proceedings of the Internacional Conference Livestock and Global Climate Change.
Cambridge University Press, Hammamet, Tunisia.
Lok, S. 2006. Estudio y selección de indicadores de estabilidad del sistema suelo-planta en
pastizales en explotación. Tesis de Doctorado en Ciencias Agrícolas, Instituto de Ciencia
Animal, La Habana, Cuba.
López, C.M.,F.G. Jiménez, B. De Jong, G.S.Ochoa y T.J. Nahed. 2001. El sistema ganadero de
montaña en la región norte-tzotzil de Chiapas, México. Veterinaria México 32: 93-102.
Maldonado M.N, C.D. Grande, E.E. Fuentes, S.Hernández, F.Pérez-Gil y A.Gómez. 2008. Los
sistemas silvopastoriles de la región tropical húmeda de México: El caso de Tabasco.
Zootecnia Troical26: 305-308.
MBG, 2012. Missouri Botanical Garden, 29 de noviembre. Disponible en
<http://www.tropicos.org>.
Morales-Coutiño, T. 2010. Carbono en sistemas ganaderos en un paisaje de conservación
REBIMA, Chiapas, México. Tesis de Maestría, El Colegio de la Frontera Sur, San Cristóbal de
las Casas, Chiapas, México.
Morales-Díaz, C. 2011. Evaluación experimental de prácticas para establecer plantaciones de
Glyricidia sepiumen la REBISE, Chiapas. Tesis de Maestría, El Colegio de la Frontera Sur, San
Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.
Nahed et al. 2012
27
Mueller-Dombois, D. y H.Ellenberg.1974. Aims and methods of vegetationecology. John Wiley
& Sons, Inc. Estados Unidos.
Murgueitio, R.E. y M. Ibrahim. 2008. Ganadería y medio ambiente en América Latina.Páginas
19-39, enE. Murguieitio, C.A. Cuartas-Cardona, y J.F. Naranjo-Ramírez (editores). Ganadería
del Futuro. Fundación CIPAV, Cali, Colombia.
Murgueitio, R.E.2009. Incentivos para los sistemas silvopastoriles en América Latina. Avances
en Investigación Agropecuaria 13: 3-19.
Nahed, T.J. y J.R.Aguilar, 2011. Base de datos sobre indicadores de la producción bovina en
comunidades de la cuenca media del río Grijalva. Documento interno. El Colegio de la
Frontera Sur, Chiapas, México.
Nahed, T.J., H. Gómez, R. Pinto, F. Guevara, F.M.Medina, M. Ibrahim yD. Grande.2010.
Research and development of silvopatoral systems in a village in the buffer zone of the El
Ocote Biosphere Reserve, Chiapas, Mexico. Research Journal ofBiologicalSciences5: 499-
507.
Nair, R.K.P. 1993. An introduction to Agroforestry. Kluwer Academic. International Center for
Research in Agroforestry, Hollanda.
Nepstad, D.C., C.R. De Carvalho, E.A. Davidson, P.H.Jipp, P.A. Lefebvre, G.H. Negreiros,
E.D.Da Silva, T.A.Stone, S.E. Trumbore y S. Vieira. 1994. The role of deep roots in the
hydrological and carbon cycles of Amazonian forests and pastures. Nature 372: 666-669.
Ojeda, P.A., J.M. Restrepo, Z.E. Villada y J.C.Gallego. 2003. Sistemas silvopastoriles, una
opción para el manejo sustentable de la ganadería.Manual de Capacitación. FIDAR, PRONATA,
CIAT, Santiago de Cali, Colombia.
Otero-Arnaiz, A., S.Castillo, J.Meave y G.Ibarra-Manríquez.1999. Isolated pasture trees and the
vegetation under their canopies in the Chiapas coastal plain, Mexico. Biotropica 31: 243-254.
Palma, L.D.J. y D.J. Cisneros. 1996. Plan de uso sustentable de los suelos de Tabasco.Segunda
edición.Instituto para el Desarrollo de Sistemas de Producción del Trópico Húmedo de
Tabasco / Fundación Produce Tabasco / Colegio de Postgraduados, Villahermosa, Tabasco,
México.
Nahed et al. 2012
28
Palma, L.D.J., D.J. Cisneros,A. Trujillo, N. Granados y E. Serrano. 1985. Caracterización de los
suelos de Tabasco: uso actual, potencial y taxonomía. Secretaría de Educación, Cultura y
Recreación del Gobierno del Estado de Tabasco, Villahermosa, Tabasco, México.
Pérez, A.M., M. Sotelo, F. Ramírez, I. Ramírez, A. López e I.Siria.2006. Conservación de la
biodiversidad en sistemas silvopastoriles de Matiguás y Río Blanco (Matagalpa, Nicaragua).
Ecosistemas 3: 125-140.
Pinzón, A. y Amézquita, E. 1991. Compactación de suelos por el pisoteo de animales en pastoreo
en el piedemonte amazónico de Colombia. Pasturas Tropicales 13:21-26.
Ríos, N., A. Cárdenas,H. Andrade,M. Ibrahim,F. Jiménez, F. Sancho, E. Ramírez, B. Reyes y
A.Woo, 2007. Estimación de la escorrentía superficial e infiltración en sistemas de ganadería
convencional y en sistemas silvopastoriles en el trópico subhúmedo de Nicaragua y Costa
Rica. Agroforestería en las Américas 45:66–71.
Ruiz, G.A. 2002. Fijación y almacenamiento de carbono en sistemas silvopastoriles y
competitividad económica en Matiguás, Nicaragua. Tesis de Maestría. Centro Agronómico
Tropical de Investigación y Enseñanza, Turrialba, Costa Rica.
Ruiz, M. 2000. Los sistemas silvopastoriles: opción sustentable de los recursos naturales
tropicales. Informe final del Proyecto M095. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso
de la Biodiversidad, México, Distrito Federal.
Sánchez, C.S., M.A.Flores, I.A.Cruz-Leyvay A.Velázquez. 2008. Estado y transformación de los
ecosistemas terrestres por causas humanas. Páginas 75-129, en Capital natural de México, vol
II: Estado de conservación y tendencias de cambio. Comisión Nacional para el Conocimiento
y Uso de la Biodiversidad,México, Distrito Federal.
Sánchez, M.D. 1999. Sistemas agroforestales para intensificar de manera sostenible la producción
animal en América Latina tropical. Páginas 1-13, enM.D. Sánchez y M. Rosales-
Méndez,Agroforestría para la producción animal en América Latina. Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma.
SE. 1930a. Primer censo general de población y vivienda de México. Secretaría de Economía.
Dirección General de Estadística, México.
SE. 1930b. Primer censo agrícola, ganadero y ejidal de México. Secretaría de Economía.
Dirección General de Estadística, México.
Nahed et al. 2012
29
Shelton, H.M., L.R. Humphreys y C. Batello. 1987. Pastures in the plantations of Asia and the
Pacific: performance and prospect. Tropical Grasslands 21: 159-168.
Solórzano, N., M.Escalona, C. Zambrano, N. Aranda, J.M. Molina y L.Blanco. 2006. Inventario de
árboles en potreros en fincas del Municipio Guanarito, Estado Portuguesa. Revista Unellez de Ciencia
y Tecnología 24:8-16.
Soto, P.L., F.G. Jiménez y B. De Jong. 1997. La agroforestería en Chiapas. El caso de la región
Los Altos. Páginas 167-186, enM.R. Parra-Vázquez y B.M. Díaz-Hernández (editores). Los
Altos de Chiapas: Agricultura y crisis rural. El Colegio de la Frontera Sur, San Cristóbal de
Las Casas, Chiapas, México.
Souza, M., M.Ibrahim, C. Harvey y F.Jiménez. 2000. Caracterización del componente arbóreo en los
sistemas ganaderos de La Fortuna de San Carlos, Costa Rica. Agroforestería en las Américas 7: 53-56.
SPSS, 2006. Statistical Package for Social Sciences users manual base 15.0. SPSS Inc., Chicago,
Estados Unidos.
Steinfeld, H., P.Gerber, T.Wassenaar, V. Castel, M.Rosales, C. De Haan. 2006. Livestock’s Long
Shadow. Environmental issues and options. Iniciativa para Ganadería, medio ambiente y
desarrollo, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma.
Taboada, M.A., F.G. Micucci, D.J. Consentino y R.S. Lavado.1998. Comparison of compaction
induced by conventional and zero tillage in two soils of the Rolling Pampa of Argentina. Soil
and Tillage Research 49:57-63.
Villacís, J., C. Harvey, I. Muhammad y C. Villanueva. 2003. Relaciones entre la cobertura
arbórea y el nivel de intensificación de las fincas ganaderas en Río Frío, Costa Rica.
Agroforestería de las Américas 10: 17-23.
Villanueva, C., M.Ibrahim, C. Harvey, F. Sinclair,R. Gómez, M.López y H.Esquivel.2004. Tree
resources on pastureland in cattle production systems in the dry pacific region of Costa Rica
and Nicaragua.Páginas 183.188, enL.Mannetje, L. Ramírez, M. Ibrahim, C. Sandoval,
N.Ojeda y J. Ku (editores). The importance of silvopastoral systems for providing ecosystems
services and rural livehoods. Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, México.
West, P. 2009. Tree and forest measurement. Springer, Heidelberg.
Whittaker, R.H. 1977. Evolution of species diversity in land communities. Páginas 1-67, en M.K.
Hecht, W.C. Steere y B. Wallace (editores). Evolutionary Biology. Plenum Press, Nueva York.
Nahed et al. 2012
30
Wilson, J. y M. Ludlow. 1991. The environment and potential growth of herbage under
plantations. Páginas 10-24, enH.M. Shelton y W.W Stür (editores). Forages for plantations
crops. Australian Centre for International Agricultural Research, Canberra, Australia.
Wong, C. 1991. Shade tolerante of tropical forages: a review. Páginas 64-69, en H.M. Shelton y
W.W. Stür (editores). Forages for plantation crops. Proceedings of a workshop. Sanur Beach,
Bali, Indonesia, 27-29 June 1990. Australian Centre for International Agricultural Research.
Canberra, Australia.
Young, A. 1997. Agroforestry systems for soil management.2ª ed. CAB International, Nueva
York, Estados Unidos.
Cuadro 1. Años promedio de uso de potreros en comunidades de dos municipios de la región
media de la cuenca transfornteriza Grijalva (Tabasco-Chiapas)
Municipio Localidad
Años promedio
de uso como
potrero Desviaciónestándar
Huitiupán* Buen Paso 10.6 9.9
Ramos Cubilete 6.3 1.8
Tacotalpa* Cuviac 21.0 9.6
La Pila 24.9 11.1
Oxolotán 23.0 19.7
Tomás Garrido 24.0 3.6
*En El Remolino, municipio de Huitiupán, y en La Cumbre, municipio de Tacotalpa no se
practicaron entrevistas del manejo del predio.
Nahed et al. 2012
31
Nahed et al. 2012
32
Figura 1. Clasificación del estado de los potreros por tipo de pasto presente, según reporte de los
productores de comunidades de dos municipios de la región media de la cuenca transfronteriza
Grijalva (Tabasco-Chiapas).
Cuadro 2. Cantidad de árboles dispersos, densidad arbórea y número promedio de especies de
árboles en potreros evaluados en comunidades de dos municipios de la región media de la
cuenca transfronteriza Grijalva(Tabasco-Chiapas).
Municipio Localidad Número
de
potreros
1Superficie
total
evaluada,
(ha)
1Número
máximo
de árboles
1Número
mínimo de
árboles.
1Número
promedio de
AD (±DE)
1Número
promedio
de especies
(±DE)
Densidad
arbórea
promedio/ha
(±DE)
Huitiupán
Buen Paso 5 8 40.0 1.0 16.4(±14.8) 3.6 (± 1.7) 9.2 (± 6.8)
El Remolino 2 3.5 62.0 33.0 47.5(±20.5) 6.5 (± 3.5) 28.9 (±5.8)
Ramos Cubilete 3 5.0 35.0 5.0 17.0 (± 15.9) 4.0 (± 0.0) 10.3 (±7.5)
Tacotalpa
Cuviac 3 6.3 18.0 6.0 13.7 (±6.7) 5.7 (± 1.5) 7.0 (±7.0)
La Cumbre 5 16.4 64.0 37.0 59.8 (±14.9) 9.6 (± 4.4) 23.7 (±10.9)
La Pila 11 69.4 62.0 5.0 20.4 (±17.7) 6.1 (± 3.5) 3.5 (±2.8)
Nahed et al. 2012
33
Oxolotán 3 10.0 106.0 18.0 18.8 (±45.1) 6.7 (± 2.3) 18.8 (±8.9)
Tomás Garrido 3 4.0 49.0 3.0 29.3(±23.7) 19.9 (±2.5) 19.9 (±15.3)
1 Con base en el número de potreros evaluados y la sumatoria de la superficie de los mismos
potreros
Nahed et al. 2012
34
Figura 2. Especies arbóreas y familias botánicas de árboles dispersos presentes en potreros de
comunidades de dos municipios de la región media de la cuenca transfronteriza Grijalva
(Tabasco-Chiapas).
Cuadro 3. Familia, especie, nombre común y frecuencia de especies de árboles dispersos
enpotreros de comunidades de dos municipios de la región media de la cuenca transfronteriza
Grijalva (Tabasco-Chiapas)
Familia Especie Nombre común Frecuencia
Anacardiaceae Mangifera indica Mango 37
Spondias mombin Jobo 4
Spondias purpurea Jocote 1
Total 42
Annonaceae Annona purpurea Chincuya 3
Annona reticulata Anonilla 13
Nahed et al. 2012
35
Total 16
Araliaceae Dendropanax arboreus - 2
Arecaceae Cocus nucifera Coco 2
Bignoniaceae Tabebuia rosea Maculis 20
Parmentiera aculeata Chanchig 2
Tabebuia sp. Guayacan 1
Total 23
Bombacaceae Ceiba pentandra Ceiba 5
Boraginaceae Cordia alliodora Bojón 74
Burseraceae Bursera simaruba Palo mulato 1
Caesalpiniaceae Tamarindus indica Tamarindo 4
Elaeocarpaceae Muntingia calabura Capulín 5
Fabaceae Dalbergia stevensonii Amargoso 1
Diphysa robinioides Chipilín 95
Erythrina sp. Madre 1
Gliricidia sepium Cocoite 34
Inga punctata Zelel 5
Platymiscium
dimorphandrum Marimba 2
Inga spuria Chelel 20
Lonchocarpus hondurensis Palo gusano 7
Lonchocarpus rugosus Matabuey 2
Schizolobium parahyba Guanacaste 105
Total 272
Flacourtiaceae Zuelania guidonia Hule de montaña 6
Lauraceae Persea americana Aguacate 6
Persea schiendiana Chinim 3
Total 9
Malpighiaceae Byrsonima crassifolia Nanche 9
Nahed et al. 2012
36
Malvaceae Guazuma ulmifolia Guácimo 15
Luea candida - 1
Total 16
Meliaceae Cedrela odorata Cedro 393
Swietenia macrophylla Caoba 16
Total 409
Moraceae Artocarpus sp. Castaña 1
Brosimum alicastrum Ramón 8
Ficus padifolia - 1
Ficus sp. Amate 1
Poulsenia armate Carne negra 1
Total 12
Myrtaceae Psidium guajava Guayaba 2
Rubiaceae Blepharidium mexicanum Popiste 57
Genipa americana Jagua 3
Genipa sp. Palo calabaza 2
Total 61
Rutaceae Citrus limon Limón 4
Citrus reticulata Mandarina 1
Citrus sinensis Naranja 30
Zanthoxylum sp. Cola de lagarto 2
Zanthoxylum kellermanii Abrojo 4
Total 41
Sapindaceae Cupania glabra Quebracho cimarrón 7
Sapindus saponaria Jaboncillo 1
Total 8
Sapotaceae Manilkara zapota Chico zapote 2
Pouteria zapota Zapote 3
Total 5
Sterculiaceae Theobroma bicolor - 1
Nahed et al. 2012
37
Urticaceae Cecropia peltata Guarumbo 1
Cuadro 4. Altura total promedio, altura del fuste limpio promedio, diámetro mayor de copa
promedio, y contribución al área basal de los Ad en los potreros con manejo silvopastoril
tradicional en comunidades de dos municipios de la región media de la cuenca transfronteriza
+Grijalva (Tabasco-Chiapas)
Especie
Promedio
de
DAP(cm)
Promedio
de altura
total (m)
Desvia
ción
estánd
ar
Promedio
de altura
de fuste
limpio (m)
Desvia
ción
estánd
ar
Promedio
de
diámetro >
copa (m)
Desvia
ción,
estánd
ar
Área basal
(m2/ha)
Annona purpurea 21.3 10.7 5.7 1.6 0.5 8.7 3.2 0.11
Annona reticulata 31.7 10.3 4.0 2.6 2.3 8.0 3.5 1.20
Artocarpus sp. 43.3 11.0 - 5.0 - 6.0 - 0.01
Blepharidium mexicanum 26.3 10.5 3.3 4.2 2.2 3.8 1.1 3.27
Brosimum alicastrum 61.7 14.3 2.9 7.3 2.7 7.2 3.3 2.71
Bursera simaruba 22.9 14.0 - 4.0 - 8.0 - 0.04
Byrsonima crassifolia 31.1 7.5 1.9 2.1 0.9 5.4 1.9 0.72
Nahed et al. 2012
38
Cecropia peltata 22.3 7.5 - 6.0 - 6.0 - 0.04
Cedrela odorata 36.0 15.0 12.2 5.3 3.8 5.5 2.0 43.22
Ceiba pentandra 88.6 13.0 3.4 4.5 3.3 12.2 4.8 3.96
Citrus limon 23.6 18.9 27.4 2.3 1.2 4.0 2.0 0.18
Citrus reticulata 33.0 9.9 - 2.5 - 8.9 - 0.09
Citrus sinensis 27.1 7.4 6.2 1.4 0.5 5.2 1.2 1.79
Cocus nucifera 25.1 7.8 1.8 5.5 0.7 5.5 0.7 0.10
Cordia alliodora 27.0 11.7 7.9 5.8 2.4 4.4 1.5 4.45
Cupania glabra 35.0 7.1 1.2 2.5 0.5 4.9 0.4 0.68
Dalbergia stevensonii 25.5 12.0 - 1.0 - 10.5 - 0.05
Dendropanax arboreus 24.5 - - - - - - 0.10
Diphysa robinioides 28.5 11.1 3.7 3.0 2.2 7.7 2.9 6.33
Erythrina sp. 25.5 4.0 - 1.5 - 4.0 - 0.05
Ficus padifolia 25.8 - - - - - - 0.05
Ficus sp. 111.0 16.0 - 3.0 - 19.0 - 0.97
Genipa americana 43.8 25.0 25.9 6.5 4.3 8.5 3.3 0.46
Genipa sp. 67.0 11.5 0.7 3.5 2.1 11.5 4.9 0.71
Gliricidia sepium 33.9 5.8 2.2 2.1 0.5 5.0 1.9 3.33
Guazuma ulmifolia 42.4 7.5 2.8 1.7 0.7 6.8 2.7 2.58
Inga punctata 27.7 14.1 6.0 6.7 3.9 5.4 1.8 0.31
Inga spuria 24.0 9.7 1.8 2.0 2.5 6.2 2.2 0.92
Lonchocarpus
hondurensis 45.2 22.4 9.9 4.1 3.0 15.4 8.9 1.22
Lonchocarpus rugosus 65.0 17.5 3.5 3.8 3.2 25.0 7.1 0.71
Luea candida 67.5 9.5 - 1.7 - 6.5 - 0.36
Mangifera indica 43.6 12.7 11.5 2.2 1.6 6.8 2.2 6.33
Manilkara zapota 29.5 16.9 - 2.2 - 8.0 - 0.14
Muntingia calabura 26.1 6.8 2.0 2.4 1.5 7.2 1.6 0.27
Parmentiera aculeata 40.4 13.3 4.8 1.4 0.6 10.5 0.7 0.17
Persea americana 32.5 10.5 3.0 4.0 1.6 6.4 2.3 0.66
Persea schiendiana 36.3 7.8 1.3 2.0 - 7.3 1.5 0.37
Platymiscium
dimorphandrum 37.5 18.0 1.4 9.8 0.4 12.0 2.8 0.81
Poulsenia armata 71.7 30.2 - 12.3 - 17.0 - 0.50
Pouteria sapota 80.0 14.3 1.5 9.0 1.7 6.8 2.8 1.24
Psidium guajava 69.6 6.8 3.2 1.1 0.8 7.0 2.8 0.15
Sapindus saponaria 29.4 2.1 - 7.0 - 4.0 - 0.06
Schizolobium parahyba 27.7 13.0 3.1 7.5 2.5 5.8 1.8 10.46
Spondias mombin 32.3 8.6 6.6 4.0 2.8 5.8 5.2 0.99
Spondias purpurea 50.6 - - 1.7 - 5.0 0.06
Swietenia macrophylla 28.0 9.6 2.4 3.9 1.8 4.0 1.4 1.13
Tabebuia rosea 27.8 9.7 1.2 3.3 1.2 4.6 1.3 1.41
Tabebuia sp. 29.0 12.0 1.0 6.0 - 10.0 - 0.06
Nahed et al. 2012
39
Tamarindus indica 28.0 5.4 2.4 3.7 2.9 5.6 1.5 0.33
Theobroma bicolor 31.6 7.0 - 2.5 - 3.0 - 0.04
Zanthoxilon sp. 23.6 6.7 - 2.7 - 10.0 - 0.14
Zanthoxylum kellermanii 30.0 11.8 3.1 4.0 2.7 7.9 4.3 0.56
Zuelania guidonia 35.2 11.3 2.0 6.6 3.5 7.8 1.7 1.20
Otros árboles 47.5 11.7 7.8 4.9 3.8 6.2 3.1 8.66
Total 116.46
Cuadro 5.- Densidad de árboles promedio por cada 100 metros lineales de CV y distancia
promedio entre cada árbol, en comunidades de dos municipios de la región media de la cuenca
transfronteriza Grijalva (Tabasco-Chiapas)
Municipio Localidad
Máximo
número
de
árboles
Mínimo
número
de
árboles
Númeropr
omedio de
árboles
Desviación
estándar
Promedio de
distancia
entre árboles
(m)
Desviación
estándar
Huitiupán Buen Paso 62.2 38.8 47.1 9.4 2.2 1.4
El Remolino 20.7 9.5 15.1 7.9 2.6 0.1
Ramos Cubilete 47.5 36.6 42.1 5.4 1.7 0.2
Tacotalpa Cuviac 62.5 46.0 51.6 9.5 2.0 0.6
La Cumbre 67.7 38.4 50.4 10.9 2.4 0.3
La Pila 62.5 20.0 48.5 15.1 2.8 1.6
Oxolotán 54.2 42.5 49.8 6.4 1.9 0.5
Tomás Garrido 70.0 52.8 41.0 36.5 1.1 1.0
Nahed et al. 2012
40
Cuadro 6.Familia, especie, nombre común y frecuencia de especies de árboles en los CV de
potreros en comunidades de dos municipios de la región media de la cuenca transfronteriza
Grijalva (Tabasco-Chiapas)
Familia Especie Nombre común Frecuencia
Anacardiaceae Mangifera indica Mango 1
Spondias mombin Jobo 10
Spondias purpurea Jocote 4
Total 15
Annonaceae Annona muricata Guanábana 1
Annona reticulata Anonilla 4
Total 5
Bignonaceae Tabebuia rosea Maculis 4
Bixaceae Bixa orellana Achiote 1
Nahed et al. 2012
41
Bombacaceae Ceiba pentandra Ceiba 1
Boraginaceae Cordia alliodora Bojón 3
Burseraceae Bursera simaruba Palo mulato 36
Elaeocarpaceae Muntingia calabura Capulín 2
Euphorbiaceae Jatropha curcas Piñón 26
Fabaceae Dalbergia stevensonii Amargoso 2
Diphysa robinioides Chipilín 2
Erythina folkersii Madre 50
Gliricidia sepium Cocoite 1194
Inga punctata Zelel 3
Inga spuria Chelel 2
Lonchocarpus
hondurensis Palo gusano 1
Schizolobium parahyba Guanacaste 2
Total 1257
Flacourtiaceae Zuelania guidonea Hule de montaña 2
Lauraceae Persea americana Aguacate 2
Malpighiaceae Byrsonima crassifolia Nanche 3
Malvaceae Guazuma ulmifolia Guácimo 7
Meliaceae Cedrela odorata Cedro 50
Swietenia macrophylla Caoba 3
Trichilia havanensis - 3
Total 56
Moracea Brosimum alicastrum Ramón 1
Ficus sp. - 1
Total 2
Rubiaceae
Blepharidium
mexicanum Popiste 1
Rutaceae Citrus reticulata Mandarina 3
Citrus sinensis Naranja 1
Nahed et al. 2012
42
Total 4
Figura 3.- Familias encontradas en los CV de los potreros con manejo silvopastoril tradicional en
comunidades de dos municipios de la región media de la cuenca transfronteriza Grijalva
(Tabasco-Chiapas)
Nahed et al. 2012
43
Cuadro 7.- Altura total promedio, diámetro mayor promedio de copa, altura promedio del fuste
limpio, y contribución promedio al área basal de los árboles de los CV depotreros en comunidades
de dos municipios de la región media de la cuenca transfronteriza Grijalva (Tabasco-Chiapas)
Especie
Promedi
o de
DAP(cm)
Altura
(m)
Desviació
n
estándar
Promedi
o de
altura
de fuste
limpio
(m)
Desviació
n
estándar
Promedi
o de
diámetr
o > copa
(m)
Desviació
n
estándar
Área
basal
(m2/ha
)
Annona muricata 12.0 4.0 - 1.5 - 2.0 - 0.01
Annona reticulata 16.0 5.0 2.7 2.8 2.4 2.3 1.3 0.07
Bixa orellana 11.0 3.0 - 1.0 - 2.0 - 0.01
Blepharidium
mexicanum 17.0 5.0 - 1.5 - 4.0 - 0.02
Brosimum alicastrum 90.0 8.0 - 5.0 - 4.0 - 0.64
Bursera simaruba 19.9 7.2 2.8 3.7 1.8 4.5 2.2 0.54
Byrsonima crassifolia 22.7 7.3 1.5 2.3 0.6 6.0 2.0 0.16
Cedrela odorata 23.2 6.6 2.8 3.5 2.2 4.3 2.2 1.96
Ceiba pentandra 28.0 8.0 - 4.0 - 4.0 - 0.06
Citrus reticulata 16.0 5.0 0.0 0.5 0.0 4.0 0.0 0.06
Citrus sinensis 12.0 4.0 - 1.6 - 4.0 - 0.01
Cordia alliodora 25.0 8.0 1.0 3.8 1.9 5.0 1.4 0.33
Dalbergia stevensonii 60.9 11.5 0.7 6.0 2.8 8.0 - 1.17
Nahed et al. 2012
44
Diphysa robinioides 23.0 11.0 5.7 5.8 6.0 3.5 0.7 0.08
Erythina folkersii 17.0 5.6 2.7 2.4 1.2 3.1 1.8 2.12
Ficus sp. 10.5 12.6 - 1.8 - 2.0 - 0.01
Gliricidia sepium 17.1 5.1 2.1 2.1 0.7 3.6 1.6 36.99
Guazuma ulmifolia 24.1 6.7 2.0 3.1 2.8 4.8 1.1 0.18
Inga punctata 23.0 5.7 2.1 1.7 0.2 5.7 1.5 0.14
Inga spuria 35.0 6.0 2.8 3.3 1.1 5.5 2.1 0.29
Jatropha curcas 15.9 4.6 1.0 1.9 0.5 4.0 1.3 1.18
Lonchocarpus
hondurensis 14.0 6.0 - 4.0 - 6.0 - 0.02
Mangifera indica 22.0 15.0 - 10.8 - 4.2 - 0.04
Muntingia calabura 17.5 6.5 4.9 2.5 1.0 4.4 0.6 0.04
Persea americana 20.0 4.9 4.5 3.3 2.5 2.7 3.3 0.16
Schizolobium parahyba 47.5 11.0 0.0 5.5 2.1 10.0 - 0.13
Spondias mombin 19.5 7.9 3.2 2.8 0.8 2.9 1.2 0.37
Spondias purpurea 18.3 4.0 1.4 1.7 0.2 2.8 1.0 0.11
Swietenia macrophylla 21.3 6.2 3.2 3.0 1.1 4.0 2.6 0.12
Tabebuia rosea 20.3 6.5 1.7 2.1 1.0 4.5 1.9 0.14
Trichilia havanensis 14.7 6.0 2.6 0.9 0.8 4.0 1.7 0.04
Zuelania guidonea 12.5 7.0 1.4 3.5 2.1 6.0 0.0 0.07
Total 47.29
Recommended