El Desfonde

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El desfondepor Alfredo Jocelyn-Holt, HistoriadorUNA DE las cosas buenas, bienvenidas, de este desplome de que se habla de la derecha es que debiera permitirnos pensarla ms all de sus estereotipos y los lugares comunes con que medio mundo se contenta sin entenderla. Como algo ms variado y complejo que sus dos partidos, que sus polticos de siempre -ms que desgastados, debindose jubilar-, y que ese entramado srdido de empresarios, gerentes-contadores y cajas pagadoras, por fin al descubierto, con que, ltimamente, han confundido la defensa de su sector.En los ltimos cien aos la derecha ha sido poderosa operando de muy distintas maneras. Desde la sociedad, desde la tradicin y, s, tambin desde el parlamento (aunque de bastante mejor nivel en pocas lejanas que ya nadie recuerda). De la mano de un otrora demagogo que una dcada despus se chaqueteara (el Len Alessandri). En coaliciones de gobierno con centristas alguna vez de izquierdas luego tirados para la derecha (los radicales). Desde medios periodsticos (El Mercurio) y gremios (yunta que va desde los aos 50 a los 70). En alianza con una dictadura modernizante, tambin militar, amn de ferozmente represiva, cuyo alargado captulo estara llegando a su fin. Y, por ltimo, va negociacin y consenso durante dos dcadas de gobiernos concertacionistas, subcaptulo al que tambin se le estara dando el bajo. No sus nicas ramificaciones. Hugo Herrera ha vuelto a valorar su dimensin pensante, no slo agonal, en La derecha en la crisis del bicentenario (UDP, 2014), que ojal su pblico natural se digne a leer.Es que, efectivamente, no hay un solo patrn de accin, tampoco una nica lnea doctrinaria que no se pueda transar, ni menos una identificacin social en particular que la defina. La derecha existe en Chile (no as en Argentina, Mxico o Per), si no por otra razn, porque no ha aceptado nunca para s una sola regla general que diga que ser de derecha es esto y esto no, o como ahora ltimo dedicndose a promover intereses particulares muy concretos de empresas y sus dueos. La derecha chilena nunca ha dejado de estar dispuesta a abrirse a un pluriclasismo a tono con los tiempos, convirtindola en algo ms que una expresin oligarca. Quiz otra de las buenas cosas de este desfonde es que se sepan los riesgos de esta tendencia de algunos de porque tienen plata pueden llegar y hacerse de una universidad o un partido poltico al igual que de un equipo de ftbol. Esperemos que esta racha berlusquiana haya terminado.Habr derecha mientras exista necesidad de moderar y frenar, y de eso podemos estar seguros que la seguir habiendo. La Nueva Mayora se est perfilando, adems de retroexcavadora, de gestora de negocios con aval poltico en ls ms altas esferas. Habr derecha mientras se insista en posturas igualitaristas queriendo redisearlo todo mediante un Estado monopolizador. Ahora bien, cmo se articular la derecha para enfrentar este desafo depender de la sagacidad de sus nuevos lderes. Fallan ellos y reaparecern los fcticos.

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