El iluminismo desde la fe

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Iluminismo y cristianismo

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  • 9DILOGO 26 1 2014

    El Iluminismo y la cosmovisin cristiana: la perspectiva hace la diferencia

    Se podran evitar muchos obstculos teolgicos en la comunidad cristiana si entendiramos la cosmovisin en la que tienen su origen.

    Aleksandar S. Santrac

    Todos tenemos una cosmovisin. Cada uno de nosotros ya sea filsofo o cientfico, predicador o docente, poltico o burcrata acciona en un cierto marco mental que define su adhesin a una de las diversas cosmo-visiones. Si bien podemos reflexionar acerca de alguna cosmovisin que nos atraiga, no se pueden elegir cosmovi-siones contradictorias como base del pensamiento y accin sin experimentar confusin y caos.

    Hoy en da pululan las cosmovi-siones que estn compitiendo por la atencin de la gente. Las cosmovisiones religiosas que apelan a personas de numerosas confesiones; las agnsticas o ateas que se burlan de la religin; la cosmovisin cientfica arraigada en la materia y en la forma en que tal mate-ria funciona; cosmovisiones polticas que inventan astutas maneras de con-trolar la vida y la economa de la socie-dad; las cosmovisiones filosficas desde el Concete a ti mismo de Scrates, pasando por el Pienso, luego existo de Descartes, hasta el Trabajadores del mundo, unos de Marx.

    A pesar de estos mltiples sistemas de percibir el mundo, tendr en cuenta dos perspectivas que han dominado la civilizacin humana durante siglos: una tiene de tres a cuatro siglos de antigedad y la otra tiene su origen en el mismo Gnesis.

    La cosmovisin del IluminismoEl Iluminismo1 es un poderoso

    movimiento intelectual y filosfico de los siglos XVII y XVIII, que destaca la razn y el individualismo y hace un abierto rechazo a la religin y la tra-dicin. Entre los lderes intelectuales que influyeron en el movimiento estu-vieron Descartes (1596-1650), Voltaire (1689-1777), Rousseau (1712-1778), Paine (1737-1809) y otros filsofos de gran talla.

    El Iluminismo esgrimi ciertos rasgos intelectuales y sociolgicos dis-tintivos, destacndose el racionalismo que convirti en la herramienta bsica de la investigacin cientfica y la bs-queda humana de la verdad, a la razn. Esta evaluacin crtica a travs de las normas de racionalidad, ocup el lugar de las promulgaciones autoritarias del Ancien rgime en los mbitos de la cien-cia, la organizacin social y la doctrina de la iglesia catlica.

    Durante la Revolucin Francesa de 1793, fue coronada la diosa de la razn, con una nueva religin que se proclamaba libre de la religin ins-titucionalizada. Por la misma poca (1794), el filsofo norteamericano Thomas Paine (1737-1809) escribi The Age of Reason [La Edad de la Razn]. El libro se convirti en la Biblia de la nueva religin y el movi-miento que aboga por la eliminacin de todos los elementos sobrenaturales

    de la Escritura. En su declaracin: Mi mente es mi propia iglesia2 Paine pro-mulg la nueva era de la razn.

    Esa actitud tambin conform al desmo, que se convirti en la cosmo-visin filosfica-religiosa dominante. Paine afirmaba que: La nica religin que no ha sido inventada, y que tiene en s toda prueba de originalidad divi-na, es el desmo puro y simple. Debe haber sido la primera y probablemente ser la ltima en que el hombre crea.3

    As es que la filosofa desta describe a Dios como el gran arquitecto del universo, pero que no est involucrado en la historia. De este modo, la religin revelada sobrenatural fue puesta de lado, dejando espacio para la religin de la razn y el humanismo, ya en boga desde la poca de Voltaire, quien haba muerto unos veinte aos antes de la Revolucin Francesa. Cuando Voltaire dej la escena europea, sus principales ideas de la tolerancia en base a los sentimientos igualitarios (galit) y total libertad (libert) de las formas establecidas de la religin y las estructuras sociales ya haban echa-do races. La idea de la tolerancia, en consecuencia, allan el camino para el desarrollo de diversas construcciones ideolgicas fundadas en la libertad del pensamiento racional.

    Debido a su insistencia en la toleran-cia y la libertad de expresin Voltaire fue perseguido por las autoridades

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    francesas.4 Una de sus osadas declara-ciones fue: No estoy de acuerdo con lo que tienes que decir, pero defender hasta la muerte tu derecho a decirlo.5 Este lema se ha convertido en el prin-cipio fundamental de la democracia liberal del presente. El prototipo de tolerancia de Voltaire se bas en el reconocimiento de la fragilidad de la naturaleza humana.6 Hablando acerca de la fe cristiana dijo: De todas las religiones, la cristiana es sin duda la que ms debera inspirar la tolerancia, aunque hasta ahora los cristianos han sido los ms intolerantes de todos los hombres.7 Lamentablemente el cristia-nismo histrico fracas estrepitosamen-te en ejercitar el valor de la tolerancia.

    Paine crea lo mismo8 y en el esp-ritu de Voltaire, afirm: Siempre he apoyado enrgicamente el derecho de cada uno a su propia opinin, por muy diferente que la opinin pudiera ser de la ma. El que niega a otro este derecho, hace de s mismo un esclavo de su actual opinin, porque se niega a s mismo el derecho de cambiarla.9 En ltima instancia, la nocin francesa de tolerancia fue redefinida y transforma-da en la idea americana de la tolerancia religiosa (el derecho a creer y el dere-cho de cambiar las propias creencias).

    Como resultado prctico de estas perspectivas igualitarias y libertinas aparecieron la libertad, la igualdad y la fraternidad conceptos que formaron el ncleo de la Revolucin Francesa (1789-1799) y transformaron la histo-ria del pensamiento humano. Estos y otros movimientos polticos, ideolgi-cos y sociolgicos y los consecuentes desarrollos culturales emergentes, die-ron a luz una nueva cosmovisin que ha afectado la historia y el pensamiento humano desde entonces. Un concepto de esa cosmovisin es la fraternidad ( fraternit), una iniciativa que ms tarde desempe un papel fundamen-tal en el movimiento abolicionista lide-rado por destas de los Estados Unidos. Esta tesis de la hermandad, apuntalada por llamamientos sociales como el de Paine D a cada ser humano todo

    derecho que usted reclama para s mismo,10 se convirti en un grito por la libertad y la liberacin de las estruc-turas sociales jerrquicas.

    El Iluminismo, con sus principios de la razn, la tolerancia y la fraternidad, inici el proceso por el cual el espritu/razn alcanza claridad y profundi-dad en la comprensin de su propia naturaleza y destino, y de su propio carcter y misin fundamental.11 Toda sociedad democrtica de hoy, de una manera u otra, tiende a incorporar este noble ideal en su estructura social o ideolgica. Sin embargo, a travs de la exaltacin de la razn humana y la reduccin al mnimo del papel de la fe y de Dios, la Ilustracin tiende a dis-minuir la dimensin teocntrica de la vida humana.

    Nadie puede negar que el Iluminis-mo introdujo ciertos valores positivos: el nfasis en la tolerancia (incluyendo la tolerancia religiosa); el respeto a las diversas opiniones a travs de la libertad de expresin y la apertura de mente; una visin igualitaria de la sociedad, etc. La iglesia debe ser defen-sora o partidaria de estos ideales. De hecho, se hicieron algunos esfuerzos en la bsqueda de conciliar el pensamien-to del Iluminismo con la revelacin cristiana.12 Sin embargo, este movi-miento racional lleg a entrar en con-flicto con el axioma bsico de entender la Revelacin como la base de la com-prensin cristiana de la realidad. Por lo tanto, se hace necesario que cualquier evaluacin que hagamos de la cosmo-visin de la Ilustracin sea guiada por una cosmovisin bblica.

    La cosmovisin bblica: Prioridades En primer lugar, la Escritura no da

    prioridad a la razn humana o sabi-dura humana, separadamente de la revelacin de Dios (1 Corintios 2). La razn (Romanos 12:2) es una de las herramientas bsicas para la com-prensin de Dios y de su creacin. Sin embargo, es una herramienta que se vio empaada por el pecado y por lo tanto no puede comprender plena o

    integralmente la realidad de la revela-cin divina, particularmente la locura de la cruz, con todas sus implicaciones (1 Corintios 1: 18-25). El Dios de la Biblia es el Dios de lo sobrenatural: la creacin, la providencia y la reden-cin.13 Si se rechazan las intervenciones de Dios (misterio, milagros y profe-ca),14 entonces la teologa cristiana se convierte en humanismo. La fe salv-fica impide que la razn sea empleada sin restricciones y limitaciones, como es el caso del desmo naturalista.

    En segundo lugar, la tolerancia como un ideal moderno del Iluminismo ha pasado por algunas transformaciones en el mundo posmoderno.15 En los antiguos tiempos bblicos, esta forma de la tolerancia era desconoca. Frente a un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo, una sola iglesia, la tolerancia siempre inclua el camino de la cruz. Qu quiere decir esto? Despus de todo, no es posible creer en la verdad absoluta revelada en el evangelio y aun as permanecer tolerante y mostrar flexibilidad mental?

    Cristo lo ha demostrado. Delante de Pilato, confesando su identidad como la encarnacin de la verdad absoluta (Juan 18:37,38), l sin embargo respe-taba la autoridad de un sistema roma-no intolerante. A travs del sufri-miento en la cruz, se hizo Hombre por excelencia. Demostr que es posible afirmar la verdad incondicional y aceptar las consecuencias que se gene-ren en un ambiente intolerante, debido a tal declaracin.

    Finalmente, Dios es el Juez absolu-to y no hay una tolerancia universal ltima. Para la iglesia actual, el sacri-ficio de Cristo en la cruz muestra el camino de la aceptacin de absolutos morales, permitiendo sin embargo, que las personas elijan sus propios valores y perspectivas. La visin bblica de la tolerancia y el amor no nos impide creer en la verdad absoluta revelada en Cristo. Por consiguiente, no necesita-mos ni debemos sacrificar nuestra fe en la veracidad ltima y total de la revela-cin de Dios, para ceder a las nociones

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    modernas en que bajo un manto de tolerancia, todo vale.

    Por ltimo, la idea bblica de la hermandad difiere sustancialmente de la de los conceptos seculares, arraiga-dos en el desmo. Mientras que esta corriente de pensamiento presenta una visin optimista de la naturale-za humana capaz por s misma de trascender las limitaciones descriptas por la antropologa bblica la Palabra de Dios insiste en que la naturaleza humana se repliega irremediablemen-te en s misma y el inters est en el centro de su ser y sus relaciones. Por lo tanto, los seres humanos no pueden practicar la fraternidad genuina por s mismos (apertura en el amor hacia otro) sin la conexin transformado-ra con Dios el Padre y con nuestro Hermano mayor, el Seor Jess (Juan 20:17, Hebreos 2:10,11).

    Por lo tanto, las interpretaciones de la religin y la experiencia religiosa desde el punto de vista del racionalis-mo/desmo difieren de las de la reve-lacin cristiana. Pero la pregunta es: qu gravitacin tiene esto para noso-tros los seguidores de Cristo, en nues-tros compromisos cristianos personales y comunitarios de cada da?

    Implicaciones prcticas para la vida de la iglesia

    La cosmovisin del Iluminismo no puede aceptar la idea de vivir la fe en la Escritura y la experiencia religiosa, porque esto implica trascender el sen-tido y la razn humana. La fe es un requisito para nuestra comprensin de Dios, su creacin, su redencin y justi-cia. En consecuencia, la teologa no es un esfuerzo cientfico/racional, sino un arte divino y un resultado de la misma comprensin de la fe.

    En el seno de la iglesia, parece que el sentido comn teolgico,16 construi-do bajo la influencia del Iluminismo, se ha convertido en conocimiento de las doctrinas. De hecho, la teologa es un tipo de conocimiento creati-vo, artstico y espiritual del misterio revelado de Dios que nunca podr ser

    plenamente comprendido por la razn. Hay una desesperante necesidad de fe en el Dios trascendente; una fe funda-da en la antigua Palabra de Dios, pero hablando a travs del tiempo y llegan-do hasta el presente. Los conceptos razonables ya existentes de la persona y la actividad divina, supuestamente comprendidos por nuestra razn o tradicin teolgica, son inadecuados e incompletos. Deberamos apelar al misterio, los milagros y profecas del Espritu, para combatir las tendencias humanistas/racionalistas y espiritua-listas en el seno de la comunidad de fe contempornea.

    En la encrucijada de los ciento cin-cuenta aos del movimiento adven-tista, nos encontramos con varias alternativas relativas a tolerancia: fundamentalista ultra-conservadora, conservadora, legalista, la corriente principal, liberal, cultural, progresista... La gran diversidad de estas teologas y prcticas interpretativas siembra confu-sin, desilusin y apata espiritual entre los miembros de la iglesia. Cul es el mejor camino? El concepto iluminista de la tolerancia fundamentado en el error y el ideal posmoderno de la tole-rancia son intiles porque funcionan sin la revelacin fundamental, nor-mativa e histrica de Dios. Este tipo de revelacin se deriva de la realidad bblica del misterio de Cristo (Romanos 16:25; Efesios 1:9; 3:4; Colosenses 1:27; 2:2; 4:3) y todo lo que lleva a Cristo (la Palabra del Antiguo Testamento) o bien es un reflejo de la realidad de Cristo (la Palabra del Nuevo Testamento). Las enseanzas falsas o alteradas, contrarias a la revela-cin abierta de la Escritura, finalmente no se pueden afirmar, ya que son des-tructivas para la unidad del pueblo de Dios y el amor en Cristo, tal como lo ensea claramente la Biblia (2 Pedro 2:1-2; 1 Timoteo 1:3-4; 2 Timoteo 2:15-19; 3:6-8; Judas 3).

    Aun si yo defiendo a muerte el dere-cho de alguien de decir lo que l/ella quiere decir, no tengo derecho, sobre la base de la idea humanista de la tole-

    rancia, de considerar cada construccin teolgica como una expresin de la libertad de expresin de una pretendi-da fe cristiana a menos que, mediante la creacin de un falso optimismo para una iglesia de mente amplia, deseo evi-tar la locura de la cruz.

    En resumen, la hermandad en la iglesia debe ser vivida en un contexto como el de Cristo, en vez de contex-tos sociales, culturales, ideolgico/teolgicos o igualitarios. Las unidades sociales en este mundo no tienen sus-tento espiritual sino que se basan en el acuerdo mutuo de sus miembros de vivir o sobrevivir juntos. Los miembros deben saber que el concepto bblico de fraternidad, sin embargo, se basa en el misterio revelado y revelador de Cristo como la Cabeza/Hermano de todos. Si nos aferrsemos a ese misterio contrahumanista de la hermandad en el Espritu se podran evitar muchos problemas en la comunidad de fe cris-tiana.

    En resumen: el Ancien rgime del cristianismo desta afectado por la falsa concepcin de la razn, la tole-rancia y la fraternidad, ser pronto remplazado por un nuevo rgimen del seoro de Cristo y de la verdadera lluvia tarda del Espritu de Dios, que repartir una renovada comprensin del rol o papel de la santa racionalidad, de la indulgencia de la cruz y del amor fraterno.

    Alexandar S. Santrac, D.Phil. (Universidad de Belgrado, Serbia), Ph.D. (Universidad del Noroeste, Sudfrica) es profesor de Religin, tica y Filosofa en la Facultad de Religin y Teologa en la Universidad del Sur del Caribe (Trinidad) y profesor e investigador adjunto extraordinario de Dogmtica en la Universidad del Noroeste, Sudfrica. E-mail: aleksandarsantrac@yahoo.com.

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