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EL MAQUINISTA DE ESQUILA,¿empresa u oficio?
La tercerización laboral en el medio rural.
R. Emilio Fernández Rondoni
Facultad de Agronomía CSIC Comisión SectorialUniversidad de la República de Investigación Científica
2
El maquinista de esquila, ¿empresa u oficio?
La tercerización laboral en el medio rural.
R. Emilio Fernández Rondoni. Licenciado en Sociología de la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Docente e investigador del
Área de Sociología del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de
Agronomía y del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de la República. Maestrando en Ciencias Agrarias en
la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.
3
A Marietta, Emilia, Delfino y Enrique;
los “gringos” Fulgossi,
quienes me enseñaron a conocer y querer
al campo y sus paisanos.
4
Introducción
Características del presente estudio y alcance del mismo.
Capítulo 1
Origen e historia de un oficio rural...
El capataz de la comparsa de esquila.
1.1 Breve reseña del origen de la ganadería ovina en el Uruguay.
1.2 Reseña de las antiguas comparsas de esquila y de los
capataces de comparsa.
1.3 Introducción de cambios técnicos y tecnológicos en el siglo XX.
1.4 Alquilando “trabajo” o rentando “capital”.
El maquinista de esquila: ¿contratista de mano de obra o
contratista de maquinaria?
Capítulo 2
A caballo entre el hoy y el ayer…
El maquinista de esquila actual.
2.1 Descripción de la esquila y los roles de los distintos
trabajadores de la comparsa.
2.2 La máquina y el equipo de esquila.
2.3 Descripción de las funciones del maquinista.
2.4 La organización de la jornada laboral.
2.5 El espacio.
5
Capítulo 3
De capataz de comparsa a contratista rural…
Los maquinistas de esquila hoy.
3.1 Distintos tipos de contratistas.
Características socio/demográficas
3.2 El maquinista de esquila.
Características particulares del mismo.
3.3 Historia laboral
3.4 Vinculación con el SUL
Capítulo 4
Clasificando por “finura…
Una tipología de los maquinistas de esquila.
4.1 Distintos tipos de maquinistas y de empresas de esquila.
4.2 Universo de referencia.
4.3 Características socio-demográficas del maquinista
según categoría de la máquina de esquila.
4.4 Trayectoria laboral del maquinista
según categoría de la máquina de esquila.
4.5 Ingresos y actividades del maquinista
según categoría de la máquina de esquila.
4.6 Características de la empresa y el servicio ofrecido
según categoría de la máquina de esquila.
4.7 Característica de los trabajadores
según categoría de la máquina de esquila.
4.8 Su vinculación con los trabajadores.
6
El proceso de trabajo y las relaciones sociales
al interior de la comparsa de esquila.
Capítulo 5
Acomodándose los zapallos en el carro…
El proceso de concentración en las máquinas de esquila.
5.1 El maquinista de esquila como contratista.
5.2 La empresa de esquila.
Las tendencias a la profesionalización y a la concentración,
basadas en el cambio y el mejoramiento técnico y tecnológico.
5.2.1 La tendencia a la profesionalización.
5.2.2 La tendencia a la concentración.
5.3 Los maquinistas como empresarios de esquila.
5.4 Los procesos de movilidad social en las últimas décadas
y los cambios en el agro.
Capítulo 6
Enfardando el vellón…
A modo de conclusiones.
6.1 La auto-construcción de un empresario rural
6.2 Las empresas de esquila hoy.
7
Indice de Cuadros
Referencias bibliográficas.
Anexos.Entrevista No. 1
Entrevista No. 2
Entrevista No. 3
Entrevista No. 4
Entrevista No. 5
8
IntroducciónCaracterísticas del presente estudio y alcance del mismo.
Este trabajo tiene como objetivo general, contribuir al conocimiento de los
sujetos sociales rurales del Uruguay y aportar a la discusión general de los
diferentes actores y tendencias del trabajo rural en Latinoamérica. Para ello
tentamos una descripción y caracterización de los maquinistas de esquila
estudiando sus características demográficas, niveles de especialización,
orígenes y residencia, ingreso y nivel de vida, estabilidad, circuitos de trabajo,
historias laborales, etc. Complementando lo expuesto, tratamos de establecer la
dinámica social subyacente en el proceso de conformación del “empresario” de
esquila, en términos de movilidad social al tiempo que estudiar los impactos que
tienen las tendencias a la especialización, polifuncionalidad, deszafralización en
la división interna de las tareas y en la inserción laboral del maquinista de
esquila.
Para ello, nos realizamos una serie de preguntas a las cuales tentamos
dar respuesta en el presente estudio. ¿Cuáles son las características
demográficas, niveles de especialización, orígenes y residencia, ingreso y nivel
de vida de estos empresarios de esquila? ¿Cuál es y cómo es la inserción
laboral del maquinista de esquila en los períodos post y pre zafra de esquila?
¿Cuál(es) es(son) su(s) historia(s) laboral(es)? ¿Qué mecanismos operan en
este grupo social -selección, extensión, etc.-? ¿En base a qué criterios -
laborales, personales, etc.- operan estos mecanismos? ¿Los procesos de
movilidad social a los que están sujetos, son nuevos? ¿Qué profundidad
abarcan? ¿Qué consecuencias tienen? ¿Qué magnitud poseen?
La publicación que se presenta, forma parte de una investigación de
mayor envergadura sobre los Trabajadores Rurales en el Uruguay que
constituye el Proyecto de Dedicación Total del Profesor Titular Diego E. Piñeiro.
En tal sentido durante los años 2000 y 2001 efectuamos una encuesta a los
9
trabajadores de la esquila en el marco del proyecto de investigación “Los
Trabajadores de la Esquila” financiado por la Comisión Sectorial de Investigación
Científica de la Universidad de la República. Paralelamente a dicha encuesta,
también realizamos otra a los maquinistas de esquila –propietarios o
encargados- que encontramos en las comparsas de esquila encuestadas.
El procesamiento de los datos obtenidos en esta última –generosamente
compartidos por el profesor Diego Piñeiro-, constituyen el centro del presente
trabajo, al que hemos complementado con entrevistas realizadas a maquinistas
de esquila y técnicos especializados en el tema de la “cosecha de la lana”
fundamentalmente pertenecientes al Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Esta obra contiene varios capítulos. En el primero de ellos damos cuenta
del origen y desarrollo del actual maquinista de esquila, en el marco de la
evolución de la ganadería ovina en el Uruguay. En el segundo Capítulo,
describimos el proceso de esquila a máquina, así como las funciones que
cumple el maquinista en el marco de la comparsa de esquila. En el tercer
Capítulo, abordamos el tema del “contratismo” laboral en el ámbito del agro,
tratando de establecer algunos marcos conceptuales que nos permitan un
análisis en profundidad de la figura del “maquinista”. Luego, realizamos una
caracterización socio-demográfica del mismo a la luz de los resultados obtenidos
en la encuesta. En el Capitulo cuarto, analizamos distintas categorías de
maquinistas, a la luz de una tipología establecida por el SUL, en función de
parámetros de calidad del servicio brindado. En el quinto Capítulo analizamos
algunas dimensiones que operan en la construcción del sujeto social así como
algunos fenómenos sociológicos que operan dentro del grupo social estudiado.
Por último, en el Capítulo seis, tentamos dar respuesta a las interrogantes de
partida al tiempo que damos cuenta de los cambios más significativos que se
operan en las “empresas de esquila” y los maquinistas de esquila al día de hoy,
habida cuenta de los profundas modificaciones que se están operando en el
agro uruguayo en estos últimos años. Por último, hemos considerado oportuno
10
agregar en un anexo, algunas de las entrevistas realizadas a diferentes
maquinistas de esquila, ya que estimamos serán de utilidad e incentivo para que
el lector, se vea tentado a aproximarse aún más a este sugestivo mundo rural.
Esperamos que las aprecie, sintiendo aunque más no sea, una parte de la
satisfacción que experimentamos cuando las realizamos.
El trabajo desarrollado, es la sistematización y análisis de datos
secundarios –provenientes de la encuesta citada- complementados con
entrevistas realizadas a maquinistas y técnicos del complejo lanero uruguayo,
para nosotros es el resultado de siete años de trabajo realizado en medio de
comparsas de esquila, ya que como mencionamos más arriba, fuimos parte
integrante del equipo que desarrolló el proyecto: “Los trabajadores de la esquila”
que comenzó en el año 2000.
Durante todo este tiempo, no solamente recorrimos casi todo el país, sino
que fundamentalmente conocimos y recibimos el apoyo, de cientos de personas
que nos permitieron llevar a cabo la tarea que hoy presentamos. A todos ellos,
queremos dejar constancia en forma explícita, nuestra deuda de gratitud. No
obstante cabe destacar el reconocimiento especial al profesor Diego Piñeiro,
quien nos orientó en el proceso de trabajo y aprendizaje que realizamos en
todos estos años, así como también nos permitió la utilización de los datos de la
encuesta realizada a maquinistas, centro de este trabajo.
A Mariela Bianco, Matías Carámbula, Ana Laura Casiotti, Leticia Glik,
Paola Mascheroni, Patricia Mondelli, Victoria Morena y Fernanda Pereira con
quienes compartimos muchas horas –y kilómetros de ruta- durante la realización
de la encuesta en el año 2001 y con quienes muchos/muchas de los/las cuales
hemos tenido la suerte de seguir participando en diferentes instancias de
trabajos posteriores. A Marcos Supervielle y Joaquín Cardeillac del
Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, quienes nos
han aportado valiosos elementos de análisis a lo largo del proceso de
11
elaboración del presente trabajo. A Soledad Figueredo, compañera docente del
Área de Sociología del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de
Agronomía quien hizo posible con su esfuerzo, esta publicación.
Al Secretariado Uruguayo de la Lana, que en la figura de su ex-
presidente, Alejandro Tedesco nos proporcionó el apoyo institucional de dicha
organización. A los técnicos agropecuarios Enrique Pesce y Carlos Piovani
también del SUL, quienes más allá de las responsabilidades pautadas por sus
funciones específicas en el organismo, nos ilustraron en largas y didácticas
charlas acerca de las realidades y complejidades del mundo de la esquila, para
de esta manera permitirnos profundizar en nuestro objeto de estudio.
A la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la
República que con su financiamiento hizo posible este trabajo de investigación.
A los productores y al personal de los establecimientos rurales que nos
“abrieron las porteras” para poder conocer y estudiar el proceso de trabajo que
aquí se describe.
Por último, pero no por ello menos importante, a todos los maquinistas y
trabajadores de la esquila quienes nos permitieron entrar “galpón adentro” en su
mundo de trabajo.
A todos estos colaboradores y colaboradoras, nuestro agradecimiento en
el entendido que sin sus aportes –en mayor o en menor medida-, este trabajo no
hubiera podido llegar a ser la realidad que el lector tiene hoy entre sus manos.
Nos mueve la íntima convicción, que este modesto aporte, de alguna
manera ayude a conocer la realidad de quienes viven y se desviven
12
construyendo el “Uruguay productivo” en el entendido de que: “no es para mal
de ninguno, sino para bien de todos”1.
R. Emilio Fernández Rondoni
octubre 2008
1 José Hernández. 1975. Martín Fierro. Ed. Torres Agüero. Buenos Aires.
13
Capítulo 1Origen e historia de un oficio rural…
El capataz de la comparsa de esquila.
1.1 Breve reseña del origen de la ganadería ovina en el Uruguay.
Luego de finalizada la Guerra Grande, en la segunda mitad del siglo XIX,
el proceso de pacificación en el país, permitió un importante desarrollo de la
ganadería bovina. Esto trajo aparejado una demanda de tierra, y la consiguiente
alza en el precio de la misma. El modelo productivo basado en la explotación
extensiva del bovino, demostró su agotamiento frente a una coyuntura nacional
e internacional desfavorable a este esquema productivo. Frente a ello se
tentaron una serie de respuestas por parte del sector productivo. Entre ellas,
quizás una de las más importantes, fue la incorporación del lanar. Esto trajo
aparejado múltiples consecuencias. En términos económicos, productivos y
sociales.
En términos económicos, por cuanto se diversificó la producción nacional,
logrando un nuevo patrón de inserción en los mercados internacionales,
penetrando con un nuevo producto: la lana. Desde un comienzo, las lanas
uruguayas fueron muy bien recibidas –y por ende cotizadas- en los mercados de
Amberes y El Havre, habiendo obtenido ya en 1867, en la Exposición de París,
premios a su calidad.
La región contaba ya desde el siglo XVIII con ganado ovino, como
consigna Castellanos2 en el proceso fundacional de Montevideo, las familias
colonas, traían desde Buenos Aires, pequeñas majadas de lanares y cabras –
básicamente para el autoconsumo- lo que indudablemente constituyó el germen
de nuestra ganadería ovina. Esta oveja inicial, de origen español, se verá
2 Castellanos, A. 1971. “Breve Historia de la Ganadería en el Uruguay”. Ed. Banco de Crédito.Montevideo.
14
mejorada por razas fundamentalmente francesas, -el proceso de “merinización”-
tal como señalan Barrán y Nahum3, fue Juan Manuel de Laberdén quien en 1794
introdujo un lote de merinos en el Río de la Plata, y en nuestro país, el industrial
francés Ternaux fue quien inauguró la cría de la oveja merina de Francia,
aunque diversos testimonios señalan que el lanar presentó múltiples dificultades
para su desarrollo –fundamentalmente por el cuidado requerido para su difusión
el cual se vio obstruido por el constante flagelo de las guerras civiles que el país
soportó a lo largo de todo el siglo XIX-.
En términos productivos, la cría del lanar alteró el esquema heredado de
los jesuitas, de la estancia cimarrona, como bien señala Esteban Campal4. En la
estancia comenzó a coexistir, junto con el vacuno, el lanar. Modificando la
unidad ganadera por hectárea en un trabajo de complementación productiva
entre las dos especies. Este elemento, de hecho posibilitó una modificación
agronómica, por cuanto lentamente fue produciéndose en la pradera un proceso
de selección de pasturas, funcional al nuevo patrón de explotación ganadera que
se estaba incorporando. Agreguemos que el la década del 70, se incorporará
masivamente una mejora técnica, que será el corolario de este dinámico empuje
productivo: el alambramiento de los campos. Quedando de esta manera
proyectado el esquema básico productivo, que aún hasta nuestros días, rige
predominantemente en el agro.
3 Barrán, J. P.; Nahum, B. 1967. “Historia Rural del Uruguay Moderno (1811885)”. Tomo 1. Ed.Banda Oriental. Montevideo.4 Campal, Esteban. 1994. La cruz y el lazo. Ed. Banda Oriental. Montevideo.
15
La majada en el brete esperando la esquila
En 1872, Adolfo Vaillant, nuestro primer estadistógrafo calculaba las
existencias ganaderas en:
Cuadro No. 1.1
Existencias ganaderas 1872
Ganado Vacuno 7.500.000
Ganado Equino 1.600.000
Ganado Ovino 20.000.000
Fuente: A. Vaillant5
En términos sociales, el lanar significó la demanda de nuevos y distintos
brazos de los que hasta ese momento atendían la ganadería. La cría del lanar,
implicaba un cuidado mayor que el del vacuno. Las majadas necesitaban un
5 Vaillant, A. 1873. “La República Oriental del Uruguay en la Exposición de Viena”. Montevideo.P. 162 en Barrán, J. P.; Nahum, B. 1967. “Historia Rural del Uruguay Moderno (1811885)”. Tomo1. Ed. Banda Oriental. Montevideo.
16
cuidado continuo, intensivo, para lo cual fue necesario el aporte inmigratorio, que
una vez más, imbuía sangre nueva con el aporte de pastores de origen francés,
español (fundamentalmente vasco), inglés, alemán, etc.
Nuevos, por cuanto era necesario incluir a gente con “el oficio”. Muy
diferente éste del originado en el manejo del vacuno y porque la demanda de
mano de obra, no era satisfecha con la oferta proveniente de una campaña
despoblada en de un país que contaba con fuertes oscilaciones - causadas
fundamentalmente por la inestabilidad política y/o económica - en su
composición demográfica.
Cuadro No. 1.2
Población nacional
Año Población del país
1868 384.000
1870 330.000
1872 420.000Fuente: Elaboración del autor en base a E.Acevedo.6
Distintos, por cuanto la principal característica necesaria, era la paciencia.
El trabajo tenaz del día a día, el “repasar” la majada un día sí y otro también. El
“porfiar” contra el tiempo, contra los predadores, contra el medio era condición
sine qua non para que la majada prosperara.
Veamos un relato al respecto:
“Las majadas eran de propiedad de la estancia y las tenían a su cargo los
llamados “Pastores de Majadas”. En su mayoría eran extranjeros, ingleses,
alemanes y principalmente vascos. Estos hombres habían traído de su país de
6 Acevedo, E. 1933. “Historia Nacional”. Ed. Imprenta Nacional. Montevideo.
17
origen, el amor a la oveja y la experiencia de su cuidado.[…] La esquila y el baño
previo en una laguna eran los trabajos principales. […] los citados “pastores”
repuntaban de tardecita su majada, hacia las alturas donde tenían querencia y
buen abrigo. Para moverla, cuando le llegaba la hora, pegaban un silbido tan
fuerte que retumbaba en los bajos y que bastaba para que la majada comenzara
a moverse rumbo a su habitual dormidero. Para su resguardo personal se
construían estos hombres, bárbaros de fuerza y de coraje, unas chozas en unas
cerrilladas, aprovechando los grandes pedregales que existen por doquiera en
estos campos. Completaban el cerco natural con piedra suelta que no faltaba,
techando luego con cueros de yegua… Allí dentro se “aguarecían” de noche,
con el ojo siempre alerta para salir a rondar en el caso de que algún temporal
repentino les quisiera desparramar la majada… La mayoría de estos pastores
tenían además su casa propia y en ella vivían con sus familias, las pocas horas
que su gigantesca tarea les dejara libres. Simples ranchos de terrón, uno para
vivienda y otro para galpón”7.
7 Arteaga, J. J. 1952. “Los tiempos de antes en la Estancia del Cerro El Copetón.” Ed. del autor.Montevideo.
18
Ayer y hoy… todavía persisten las “chozas”
Estos cambios cuali y cuantitativos, introducirán también, cambios
sociológicos en la sociedad rural, cambios que moldean una nueva realidad
humana.
1.2 Reseña de las antiguas comparsas de esquila y
de los capataces de comparsa.
Esta innovación tecnológica en la explotación pecuaria -la incorporación
del lanar- sacudió al agro uruguayo. No solamente porque afectó las bases
mismas del sistema, sino por la profundidad y velocidad que el proceso tuvo.
Ya vimos que en 1872, el cálculo efectuado, da cuenta de un stock de
veinte millones de lanares, lo que si bien significó una solución al viejo modelo
de explotación ganadera que había demostrado signos de agotamiento, también
planteó nuevos problemas.
19
Uno de ellos fue la necesidad de nueva y distinta mano de obra para la
reciente actividad ganadera que se emprendía. No había en el país, ni la
cantidad ni la idoneidad suficiente de brazos que supieran desempeñarse en la
tarea mansa de "pastores de majadas" al decir de la época.
No solamente para la cría del lanar, eran necesarias nuevas habilidades y
capacidades, la innovación también planteaba una nueva división técnica de
trabajo rural, por cuanto requería de un fuerte contingente de brazos para las
tareas conexas, fundamentalmente la esquila.
Este trabajo requerido, tiene algunas características particulares que nos
interesa señalar aquí, por cuanto éstas están indisolublemente unidas y darán
lugar a una nueva división social del trabajo. Conformarán un tipo de trabajo -y
de trabajador- nuevo, hasta ese momento, con una profunda repercusión en el
mercado laboral rural.
La tarea de esquila a tijera, tal como se desarrolló a comienzos de la
explotación extensiva del lanar, consistió en la conformación de un grupo de
trabajadores -la comparsa de esquila- con tareas exactamente delimitadas y
sincronizadas, en un proceso tendiente a una complementariedad de funciones
lo más integrado posible.
Una breve descripción de las distintas funciones involucradas, dan idea
del grado de complejidad necesario, el cual era, inexistente hasta ese momento,
ya que las tareas agropecuarias desarrolladas, la ganadería vacuna y la
agricultura, si bien presentaban un grado de complejidad, y en algunos casos
complementariedad importantes, no poseían las características de las
condiciones requeridas para la esquila de lanares.
Empecemos por el “agarrador”, quien debe de agarrar las ovejas en el
corral y llevarlas hasta el lugar donde trabaja el esquilador –“la cancha de
20
esquila”-, allí, las manea y se las deja a éste último, inmovilizadas y tendidas
sobre uno de sus lados -generalmente el derecho-.
Luego de efectuada esta operación por parte del agarrador, el esquilador,
comienza a esquilar la oveja, en función de una técnica definida, comenzando
por ciertas partes del animal y en cortes de tijera sucesivos, va desprendiendo la
lana del cuerpo de manera tal que ésta, conserve una cierta unión entre las
fibras, lo que permite que al culminar la esquila, se pueda "juntar el vellón" como
si fuera una manta.
Cuando el esquilador culminó su tarea el "vellonero" lleva el vellón al
"atador" y "paga" al esquilador su "tarja de esquila" una ficha -generalmente de
metal- que simboliza el trabajo realizado (para que al final del día, éste proceda
al cálculo del jornal trabajado).
El "atador" dobla al vellón de manera tal que adquiera forma esférica, lo
ata con hilo y lo tira dentro de la bolsa, donde el "embolsador" lo recibe, lo
dispone en forma de aprovechar lo más posible el espacio dentro de la bolsa, y
lo prensa presionando con sus pies, valido de toda la presión que es capaz de
ejercer con su cuerpo, para esta tarea.
Así en esta cadena, hemos descrito como la lana pasa del cuerpo de la
oveja, a estar dentro de una bolsa, pronta para su pasaje a la etapa industrial
(clasificación, lavado, peinado, etc.).
En este equipo de trabajo, también interviene el "barredor" o "venteveo",
quien es el responsable de que el lugar donde se esquila -la "cancha"- se
mantenga en condiciones de mantenimiento adecuadas. Que no ensucie la lana,
asistiendo a los esquiladores cuando se le infringe algún corte al animal que se
está esquilando, etc. Básicamente sus funciones hacen al barrido de los
excrementos u orín que los animales producen en el lapso que permanecen en
el galpón, recoger restos de lana y otros elementos que puedan ensuciar el lugar
de trabajo, etc. Así como sus funciones "médicas" consisten en acercarle a los
esquiladores -si es solicitado por éstos- algún compuesto que facilite la pronta
cicatrización de la herida efectuada, ya que si se infecta (se "abicha") puede
causar inclusive la muerte del animal con la consabida pérdida.
21
Este conjunto de tareas y trabajadores, es organizado por el capataz de la
comparsa. Éste es el responsable frente a quien contrató a la comparsa del
trabajo realizado (tanto en lo que hace a su calidad, a su precio y al tiempo en el
que es efectuado). También es quien tiene a su cargo los aspectos vinculados
con los trabajadores, su contratación, su paga, su manutención en tanto que
están conchabados en la comparsa y su despido si fuera necesario. Es quien
realiza las observaciones en cuanto a la calidad del trabajo efectuado, la
coordinación entre una tarea y otra. Quien fija la disciplina, el cumplimiento de
los horarios de trabajo, etc. En resumidas cuentas, es el responsable de las
múltiples dimensiones de la dinámica laboral durante la zafra.
De lo anteriormente expuesto, hemos visto que en primer lugar, se
requirió un trabajador con habilidades hasta ahora desconocidas, ya que el
manejo de la tijera de esquilar suponía un aprendizaje y entrenamiento
especiales. Estos elementos también fueron necesarios en el caso de otros
trabajos complementarios -el agarrador, el canchero, etc.-.
En segundo término se requirió también el montaje de una estructura
organizativa - de un equipo de trabajo- que estuviera ensamblado en aras de un
beneficio común, superando las mil y unas particularidades y contradicciones
propias de un proceso laboral personal, que se generan al conformar un
colectivo de trabajo.
En tercer lugar, se planteó la zafralidad de la tarea, aunque no
necesariamente el corte definitivo de la relación laboral. El trabajo, se realizaba
durante una parte del año - en primavera y principios del verano- con un
momento de culminación ya prefijado de antemano. Aunque esta irrupción del
ciclo laboral, no implicaba necesariamente un corte en la relación laboral, ya que
al año siguiente se podía retomar el vínculo.
En algunos establecimientos, fundamentalmente los más grandes, que
tenían un numero considerable de majadas, la tarea era organizada por el
personal estable del establecimiento –dueños, mayordomos, capataces- quienes
22
oficiaban de “capataces de cancha” y contrataban los trabajadores necesarios
para realizar la tarea de esquila en su rodeo. Eran ellos quienes asumían las
funciones que hemos descrito, correspondientes al capataz de comparsa. Una
vez efectuada la esquila, concluía el contrato laboral.
Es de destacar que inclusive –debido posiblemente a la fuerte necesidad
de mano de obra- las comparsas también estaban compuestas por mujeres que
realizaban la tarea. En tal sentido consigna un autor:
“Después de la Guerra Grande y hasta 1880, se les daban tijeras en estas
estancias a las mujeres que las pidieran. […] Todas las mujeres que trabajaban
en la esquila eran “tijeras”. Había una que esquilaba hasta cien ovejas por día, lo
que se explica hasta cierto punto considerando que entonces las ovejas eran de
lana suelta y de patas peladas”.
Y de las “particularidades y contradicciones generadas en un colectivo
laboral de reciente formación” nos ilustra el mismo autor:
“Una vez, allá por el 80, se desafiaron, -ésta, que creo se llamaba Pérez,-
con Elisa Pinela, una de las “Chingolas”, a ver cuál de las dos, en un solo día,
esquilaba más. Le ganó la Pérez y entonces la otra le quería volver a jugar. Pero
la Pérez le contestó que no le jugaba más hasta que no le pagara las quince
latas de la apuesta. Las latas, entonces, eran de a vintén (dos centésimos) cada
una.
Salieron alegando de la cancha. Al pasar por una puertita que había al
costado, la “Chingola” le preguntó a la otra: -“Entonces querés que te pague?
Bueno tomá… “Le metió las tijeras en el vientre y la mató… Después de esto se
fue dejando y ya no se les dio más trabajo a mujeres”8.
8 Arteaga, J. J. ob. cit. , p. 56-57.
23
La literatura se ha ocupado copiosamente de recoger hechos reales –e
imaginarios- protagonizados por esquiladores, comparsas, capataces de esquila
y patrones. Nos parece importante señalar, que uno de los rasgos
reiteradamente señalado, ha sido el ascendiente de características
“caudillescas”, que el capataz de esquila tenía sobre sus trabajadores. Este
vínculo, muchas veces perduraba a lo largo del año, ya que era común, que una
vez terminada la zafra de esquila, se complementaba el año laboral, con la
organización de comparsas –nótese la misma etimología semántica empleada
en relación a la esquila- y cuadrillas de contrabandistas (para introducir en el
país productos tales como caña y tabaco, básicamente), con la organización y
ejecución de arreos de vacunos –tropeadas- y demás tareas rurales, -cuando no
con alguna “patriada” en las reiteradas contiendas que hasta el siglo XX
irrumpieron en el país-, actividades éstas no exentas de una alta cuota de riesgo
y sacrificio personal. Acciones que ponían a prueba la solidaridad del grupo y el
reconocimiento a la jefatura de quien era el organizador de tan particular
dinámica.
La realidad descrita, era la desarrollada en los establecimientos que
justificaban –por el número de lanares para esquilar- la contratación y
organización de grupos más o menos numerosos de trabajadores. En el otro
extremo, encontramos a aquellos productores que subvenían a sus necesidades
con su trabajo personal.
El escritor Julio C. da Rosa nos relata:
“La esquila de vellón -esto es de los lanares adultos- se realizaba entre
mediados de septiembre y fines de noviembre. Cuanto más temprano se hacía,
menos había que temerle al abrojo y la flechilla: cuanto más tarde, menos
riesgos de los temporales se corría. Aquellas dos plagas desvalorizaban la lana;
estas descargas del tiempo, solían diezmar los rebaños recién esquilados.
24
[…] Los propietarios de grandes majadas contrataban comparsas de
esquiladores a máquina o tijera de martillo, compuestas de entre media docena
y docena y media de hombres: capataz, esquiladores, vellonero atador,
enfardador, agarrador, venteveo (canchero), cocinero. En algunas estancias,
estas comparsas solían demorar semanas en su quehacer, y eso si no llovía.
[…] Primero que nada frente a la puerta del galpón, hicimos un brete de
postes y varejones de mimbre, con capacidad para quince o veinte ovejas.
[…] Luego, entre dos palos atravesados sobre otros dos tirantes del
galpón, aseguró mi abuelo los dos aros concéntricos de hierro, entre los cuales
ajustó la boca del fardo, para dejar a éste colgando.
-Ahí adentro tenemos que pisar la lana- me explicó.
-¿Pisar?
-Claro: yo me meto en el fardo y usted me va alcanzando los vellones.
-Mm.
-Los voy colocando a razón de seis o siete por vuelta; después les meto
pata, para hacerlos ocupar el menor espacio posible.
25
Un embolsador en plena tarea
El día anterior al del comienzo de la faena, estuvimos colocando cueros
de consumo con el carnal hacia arriba, sobre la totalidad del área del galpón en
la cual habrían de desarrollarse las tareas de la esquila propiamente dicha y sus
derivadas.
[…] El horizonte del este estaba a punto de estallar, en el momento en
que abuelo y yo cerrábamos la portera del brete, con ago así como veinticinco
ovejas adentro de éste. Bajo el barullo coral de las madres aquí y de sus hijos
en los alrededores, me gritó tata:
-Ayer nos olvidamos de dos cosas. -No sé...
26
-Afilar la tijera y moler carbón para curar.
-¿Entonces no podremos esquilar?
-¡Cómo no!... Cuestión de media hora o menos.
Agarró la tijera y, cruzándole las hojas a todo lo que éstas daban, con sus
filos invertidos hacia afuera, ató con una piola fuertemente sus mangos, contra
los gavilanes explicándome:
-Primero hay que manearla.
Me mandó traer un jarro con agua; lo encontré ya inclinado sobre una
piedrita cuadrangular, azul pizarra, de cinco centímetros por veinte, la que tenía
un agujero en uno de sus extremos, ocupado por una presilla de cuero.
-Eche agua -me ordenó, y apenas yo volqué el líquido sobre la piedra, se
puso él a refregar oblicuamente, uno y otro filos: luego de probarlos
repetidamente sobre las uñas de la mano izquierda, me volvió a ordenar:
-Vaya al galponcito de hacer fuego y traiga una palada de carbón limpito,
así hacemos el remedio.
-“¡Carbón para remedio!" -me iba repitiendo yo, asombrado. encontré
esperándome con un martillo en la mano; me hizo luego ir volcando el carbón
sobre una piedra y de a poco lo fue moliendo, hasta convertirlo en harina; echó
ésta en una lata que colocó a la derecha del sitio antes señalado para esquilar;
se paró, diciéndome:
-Tijera y remedio, tenemos.
[…] -Venga, vamos a agarrar.
Hizo arrinconar las ovejas contra una esquina del brete y, cuando
estuvieron bien apretadas, agarró una del pescuezo con la mano izquierda y de
la pata derecha con su otra mano, la levantó en vilo y fue a colocarla en el lugar
de trabajo.
Puso la pata izquierda del animal, entre ambas manos de éste y con el
tiento aquel les dio varias vueltas alrededor y en cruz; después ató.
-Así se manea.
-Pero le quedó una pata suelta, abuelo.
-Así se manea... un bicho para esquilar.
27
Colocó la oveja con aquella pata suelta hacia arriba, desenvainó la tijera,
me ordenó:
-Fíjese bien: se empieza a esquilar así, sobre el costillar derecho, frente a
la paleta.
-Ajá.
-También se puede empezar por la cabeza.
Las hojas de la tijera eran dos navajas acompasadas.
-Para cortar la lana bien rente al cuero, a la vez que para evitar los tajos al
animal, Martín, hay que recostar lo más que se pueda, la hoja de arriba al cuero
del bicho.
Cerrando y abriendo su mano derecha, por entre aquel mar de lana, mi
abuelo iba volteando olas con la tijera. De pronto, desde allá por el vacío del
lado izquierdo de la oveja, me gritó:
-¡Médico!
-¿Hablaba?
-Claro, mire.
Miré y vi tamaño tajo, semejante a un ojo sanguinolento, contra el blanco
cuero del animal.
Antes de que yo reaccionara, tomó él entre índice y pulgar una gruesa
porción de carbón molido y la aplicó contra la herida, transformando aquel ojo
rojizo en un ovalado lunar negro.
Siguió cortando lana; recorrió la totalidad del otro lado de la oveja y luego
la mitad que le quedaba del lado derecho.
Finalmente, la desmaneó y, enganchando su pierna derecha en la pata
derecha del animal, estiró éste a cuanto daba y se puso a esquilarle la barriga;
terminó garreándolo: esto es, pelándole las cuatro patas.
Tras curar algunos otros tajos de la res, mi abuelo la hizo parar, le palmeó
el anca para que se fuera y mirándome, gritó:
-¡Fuera bicho! Venga lata, patrón. -¿Lata?
Eran especies de monedas de hojalata que, en las esquilas se iban
entregando a los esquiladores, para contabilizar su quehacer en unidades.
28
Tomó mi abuelo la lana recién esquilada y la colocó sobre el fondo de un
cajón invertido que servía de mesa de atar.
-Vea como se envellona -me dijo y, luego de apartar la lana de la barriga y
del garreo (patas), del resto, superpuso las dos grandes mantas de éste, en
forma inversa a la natural (esto es, con la superficie hacia adentro) y, tras
envolver una sobre otra hasta formar una pelota compacta, ató esta fuertemente,
con dos vueltas cruzadas de piola de yute.
Sobre el mediodía, abuelo había pelado las dos docenas de ovejas
encerradas y envellonado su lana
[…] La majada dio algo más de setecientos quilos de lana embutida "a
pata" por abuelo, en seis fardos grandes duros de tan repletos. Fue ciertamente
brutal la lucha del viejo pisando el producto, encerrado adentro de aquellos
largos tubos de yute, a cuya boca asomaba sudoroso y congestionado para
terminar ya con la espalda contra el techo del galpón. Yo quedaba extenuado
de sólo pasarme allí, a pie firme, alcanzándole los vellones.
Luego colocamos los fardos horizontalmente sobre un piso de madera,
hecho al efecto, en el galpón.”.9
Entre los dos extremos –las más o menos numerosas cuadrillas de
esquiladores y el trabajo individual del productor pequeño- encontramos un
sinnúmero de diversas combinaciones que dan cuenta de una de las tareas más
importantes del mundo rural. Ésta se cumple, ininterrumpidamente desde hace
un siglo y medio. Veamos ahora, las principales modificaciones que la misma ha
tenido, en el lapso señalado.
9 Julio C. da Rosa. 1999. “Mundo Chico. Ed. De la Plaza. Montevideo. Pág. 461 – 466.
29
1.3 Introducción de cambios técnicos y tecnológicos en el siglo XX.
Hacia principios del siglo XX, comienza la introducción de las máquinas
de esquila. Al principio pequeñas, de apenas dos tijeras, pero luego se
generalizan al punto de que los grandes establecimientos incorporan en sus
galpones maquinarias que por medio de un sistema de poleas, permiten trabajar
simultáneamente hasta 20 tijeras y más.
Este cambio técnico, implica a nuestro juicio, dos consecuencias
fundamentales. Por un lado, permite una esquila mejor, cualitativa y
cuantitativamente, por cuanto la extracción del vellón es más pareja –y en
algunos casos es mayor la extracción de lana, lográndose rendimientos en kilos
de lana superiores a los logrados con la esquila a martillo-, así como permite
también una esquila de mayor cantidad de animales por día y por trabajador. Por
otro lado, produce un divorcio del trabajador de su herramienta de trabajo. Este
ya no es más dueño de su medio de producción, el cual pasa a manos del
propietario del establecimiento (en aquellos casos en que estaba instalada la
máquina en el propio galpón de la estancia) o en su defecto, al dueño de la
máquina (en los casos de las pequeñas maquinas iniciales, que contaban con
dos tijeras, y andaban de establecimiento en establecimiento ofreciendo sus
servicios. Cambio cualitativo fundamental, por cuanto el esquilador pasa de
buenas a primeras de ser “patrón” (aunque más no sea de sí mismo, por ser
propietario de su medio de producción) a ser “asalariado, por cuanto su
herramienta de trabajo ya no le pertenece, siendo requerido en el proceso
productivo solamente que por su fuerza de trabajo.
En ambos casos se neutralizaba de una manera o de otra, el “peligro” que
generaba la reunión de un número considerable de hombres armados –con su
tijera de esquilar y/o con su cuchillo- y expuestos a duras condiciones de trabajo.
Por un lado, en el caso de los establecimientos que contaban con sus
propias instalaciones, era el patrón o el capataz de la estancia quien disponía a
su antojo del personal que iba a necesitar, imponiéndoles su disciplina y su
modalidad de trabajo. Pudiendo de esta manera no solo organizar el trabajo,
30
sino también administrar el personal que le resultaba funcional y eliminando al o
a los que le causaba(n) inconvenientes.
Por otro lado, en el caso de las pequeñas máquinas móviles que
comenzaban a surgir en el medio rural, el número de trabajadores –
subordinados al dueño de la máquina o “maquinista”- por su escaso número (4 o
5 a lo sumo) no causaba mayor peligro en los establecimientos, si lo
comparamos con cuadrillas de 20 a 60 trabajadores como las que andaban de
estancia en estancia, en el pasado.
La mecanización de la tarea de esquila conoce su expansión en la década
del 2010, aunque la primera introducción de éstas se produce ya en 1893,
aunque hasta fines del siglo XIX su importación era de dos o tres por año.
Será en la década del 20 que la máquina de esquila marcará su presencia
significativamente en el campo uruguayo, de la mano con el período de auge
que se vivía en el agro a la luz del período de guerra y posguerra que valorizó
los productos agropecuarios.
A partir de ese momento, su presencia se irá incrementando, tanto en
número así como en capacidad tecnológica, incrementándose el número de
tijeras por máquina. De las dos tijeras iniciales, se pasará a 4, 6, 8, 10 y aún 12
tijeras por máquina, acrecentado notablemente de esta manera, la productividad
por máquina.
Estos avances traen aparejados varias consecuencias. Por un lado, en lo
que hace a la forma de organización del trabajador vinculado a la máquina de
esquila, ya sea este esquilador o se desempeñe en algunas de las funciones
complementarias –agarrador, barredor, vellonero, enfardador, etc.-. Ya no será
más un grupo de trabajadores “mas o menos dispersos e independientes
coordinados por un capataz”. A partir de la incorporación de la máquina, será
10 Moraes, María Inés. 2003. El trabajo de la Esquila y los Esquiladores: algunos aspectos de suhistoria social (1860-1970) In: Piñeiro, Diego. Trabajadores de la esquila. Pasado y presente deun oficio rural. SUL, Facultad de Ciencias Sociales, Facultad de Agronomía, CSIC. Montevideo.Pp. 31-56.
31
esta la que imponga al conjunto de hombres el ritmo de trabajo y la figura del
capataz de cuadrilla, transformado ahora en maquinista, cobra una nueva
significación por cuanto su función cambia cualitativamente en el grupo de
trabajo como veremos en el capítulo siguiente.
Concomitantemente en la medida que las comparsas de esquiladores se
hacen más eficientes y la organización del trabajo, ahora bajo el control de una
persona especializada –el maquinista-, comienza a no resultar funcional el
mantener en los establecimientos –fundamentalmente en los más grandes- la
máquina de esquila fija y el esquema laboral que permitía año a año realizar la
esquila en el establecimiento con sus propias herramientas y trabajadores, por lo
que se abandona paulatinamente esta práctica y se comienza a extender el uso
de la máquina de esquila contratándola zafra a zafra.
De esta manera, el productor lanero contrata el servicio en la medida de
sus necesidades sin verse en la obligación de realizar la tarea de esquila y
enfardado de la lana con herramientas y trabajadores integrantes del
establecimiento, pudiendo de esta manera tercerizar el servicio.
Desentendiéndose de esta manera la empresa –estancia- de la manutención de
la mano de obra una vez finalizado el período de zafra, descargando el costo de
su reproducción social sobre los mismos trabajadores.
Esta característica, de la existencia “libre” de trabajadores en torno a una
máquina, permite asimismo la formación de un mercado de comparsas de
esquila que competirán entre sí, por la obtención de más y mejores majadas
para esquilar cada zafra. La formación de este mercado trae aparejadas varias
consecuencias. Limitémonos a mencionar las principales.
Primero: obliga a mejorar la calidad del trabajo ofertado por las
comparsas, lo que a su vez presiona al maquinista a seleccionar los
trabajadores más eficaces y disciplinados en el trabajo.
Segundo: posibilita a los productores laneros a especular con el precio
que paga por el servicio. En la medida que hay varias máquinas pujando por
obtener “la majada”, el tener la posibilidad de seleccionar a la máquina que se le
32
otorga el trabajo y a la que no se le da, le confiere al dueño de la majada un
diferencial de poder importante que generalmente se traduce en una presión a la
baja del precio a pagar por el servicio contratado.
Tercero: genera una natural categorización entre las máquinas de esquila,
ya sea por su tamaño, así como por la calidad de trabajo que realizan y la
capacidad que tienen de disponer y organizar los factores productivos con que
cuentan (capital y trabajo).
Cuarto: limita la movilidad del trabajador de la esquila entre diferentes
comparsas, por cuanto en tanto se produce una categorización de las distintas
comparsas (que va desde las mejores hasta las peores), la tendencia del
trabajador, será a tratar de obtener un puesto de trabajo en las mejores –ya que
generalmente tienen mayor cantidad de ovejas para esquilar anualmente, y por
ende el rendimiento de la zafra es mayor-, y si es posible, conservarlo para la
zafra que viene.
Estas características de organización del trabajo (dentro y fuera de la
comparsa) que acompañaron la mecanización de la tarea de esquila, le dan a la
comparsa un estatus cualitativamente diferente. Por un lado, como ya
señalamos, la máquina impone su ritmo de trabajo al conjunto de hombres. Por
otro lado, la organización en el conjunto de trabajadores requiere una mayor
eficiencia y una especialización –sobre todo en algunos puestos de trabajo como
ser el esquilador, por ejemplo- que se traduzcan en una mejor eficiencia en tanto
que prestadores de un servicio.
En la década del 60 se introduce un nuevo cambio técnico, la esquila
Tally-Hi, método diseñado por campeones de esquila de Nueva Zelanda y
Australia. “El método Tally-Hi consiste en hacer pasadas más largas con la tijera
y en un orden más lógico, ahorrando de esta forma, movimientos inútiles y
esfuerzos innecesarios, obteniéndose un vellón entero que permitirá un mejor
manejo de la lana en el galpón de la estancia.”11 Esta modalidad de esquila,
tiene la particularidad que el animal no necesita –es más, no debe- ser
11 Secretariado Uruguayo de la Lana. 2004. Manual del esquilador. SUL. Montevideo. Pp.17.
33
maneado, sino que es el esquilador quien lo inmoviliza con su cuerpo (brazos,
rodillas y piernas) al tiempo que lo esquila. El método presenta la ventaja de que
se puede efectuar la esquila más rápidamente, aumentando de esta manera la
productividad, pero por consiguiente al aumentar la productividad del trabajo en
términos horas/hombre, el desgaste de éstos es mayor y a ello súmese que el
uso del propio cuerpo del trabajador para inmovilizar a la oveja, le imprime
mayor rigor a la tarea, de por sí bastante pesada.
Esta metodología de esquila, fue ampliamente promovida por el
Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), organismo formado en 1966 por
productores ovejeros, con la finalidad de promover y mejorar la producción y
comercialización de este rubro pecuario.
Paulatinamente, el organismo fue incidiendo cada vez más en las políticas
de producción y comercialización de la lana, debido a la fuerte incidencia de los
principales productores nacionales en el organismo, sumado este factor a la
importancia que este producto a tenido y tiene en las exportaciones nacionales.
Esta influencia incluyó desde la producción hasta ciertas etapas de la
industrialización del producto, por lo que la “cosecha” del mismo –la esquila- fue
también objeto de políticas tendientes al mejoramiento de la calidad y
abaratamiento de los costos de la misma por parte del organismo. Mas adelante
tendremos oportunidad de describir en forma más detallada, el papel que juega
el SUL en la comparsa de esquila y las interrelaciones con el maquinista de la
comparsa.
1.4 Alquilando “trabajo” o rentando “capital”.
El maquinista de esquila: ¿contratista de mano de obra o contratista
de maquinaria?
La contratación de personal en forma temporaria, es una modalidad
conocida en las tareas agropecuarias. Por sus características, gran parte de las
34
tareas rurales demanda una importante cantidad de mano de obra en un tiempo
que suele ser breve.
Desde la época colonial, la estructura laboral que se le dio a
determinadas tareas pecuarias fue la de un contratista (denominado accionero)
que adquiría las acciones o el permiso para efectuar la faena de ganado con el
objeto de extraer su cuero (las corambres). Otra forma de contratación fue la
efectuada por los estancieros santafesinos, quienes contrataban peones para
organizar grandes arreos con el objetivo de repoblar sus estancias.
Luego, cuando surge la explotación de rasgos sedentarios, la estancia,
gran parte de las tareas rurales es realizada por trabajadores estables que
residen en el establecimiento rural y que tienen un contrato por tiempo
indefinido, por lo que los podemos catalogar de “permanentes”. Pero, en torno a
las tareas agropecuarias desarrolladas en el establecimiento (ya sea este
ganadero o agrícola) hay una constelación de trabajadores “independientes” que
ofertan su fuerza de trabajo para tareas más o menos ocasionales -que
requieren los servicios de una mano de obra adicional-, intensiva y por un breve
plazo.
Tareas como la yerra (donde era necesario ir a buscar el ganado cimarrón
a montes y sierras), el arreo de ganado y luego de la década del 70 del siglo XIX
el alambrado y la esquila, por no citar sino algunas de las tareas pecuarias más
importantes, obligaban a la contratación de trabajadores para reforzar la
capacidad laboral del establecimiento.
En el caso de la agricultura, luego de finalizada la Guerra Grande, el flujo
inmigratorio y los sostenidos procesos de pacificación que pautan la segunda
mitad del siglo XIX, permiten, como señala Berro12 un desarrollo de esta
actividad fundamentalmente para el abastecimiento de un mercado interno que
crecía año a año. Cultivos como trigo y maíz fundamentalmente, demandaban
en los períodos de cosecha y trilla, una ingente cantidad de trabajadores quienes
eran contratados por los chacareros para prestar estos servicios.
12 Berro, Mariano. 1975. La agricultura colonial. Ed. Ministerio de Educación y Cultura. Colecciónde Clásicos Uruguayos. Tomo 148. Montevideo.
35
Estas modalidades descritas de contratación de mano de obra, serán
luego –mecanización mediante- sustituidas por nuevas formas de arreglos
laborales. Será fundamentalmente en la agricultura donde encontremos mayor
desarrollo de las mismas y estas formas de contratación y la relación entre
“contratantes” y “contratados” será objeto de estudio de la sociología rural dando
lugar, paralelamente, al estudio temprano en Europa, del fenómeno de
empresas que se dedican a efectuar parte del proceso agrícola, como señala
Arnalte Alegre13 “A lo largo de los años 80 han ido apareciendo en la literatura
agraria algunas referencias a un fenómeno cuyo desarrollo puede poner en
cuestión las bases del análisis tradicional de la estructura agraria. Se trata del
proceso de externalización en explotaciones agrarias de fases del ciclo
productivo que pasan a ser ejecutadas y en ocasiones gestionadas por
empresas de servicios externos.” Encontramos entonces, el surgimiento de
empresas que se encargan de determinadas tareas agrarias. Las cuales cuentan
con maquinaria y trabajadores especializados en una fase específica de la
producción, ofertando este servicio al agricultor, a quien le resulta más rentable -
fundamentalmente por una cuestión de escala- contratarlo, que realizarlo el
mismo. Algunos estudios indican que en 1961 el 26 % de las explotaciones
agrícolas del sur de Italia utilizaban tractores (frente a un 62% que lo hacía en el
Norte), pero sólo el 4% poseía uno en propiedad. Se observa que el régimen de
contratistas, resulta estar más extendido en el sur que en el resto de Italia, ya
que en 1970, las empresas que realizaban trabajos por contrato, resultan el 17%
de todas las registradas en el sur, frente a un 10% registrado en el norte.
Arriesgándose como hipótesis que el ingreso promedio de los agricultores del
sur –promedialmente menor al del resto de la península- y por lo tanto su menor
capacidad de acumulación, así como también su baja relación tierra/hombre,
favorece un proceso de mecanización parcial antes que una adopción plena de
las tecnologías mecanizadas, al tiempo que la proporción de explotaciones que
13 Arnalte Alegre, Eladio. 1992. El desarrollo de empresas de servicios agrícolas y su función enlas agriculturas mediterráneas. Ed. Revista valenciana d estudis autonömics. Nº 14. GeneralitatValenciana. Pp. 280.
36
usan equipos alquilados, disminuye a medida que aumenta el tamaño de las
mismas, ya que –aún en el sur- a los establecimientos más grandes, les resulta
posible y rentable, poseer la mayor parte de su equipo de tracción mecánica.14
En América Latina, la figura del “contratista” aparece tempranamente y
existe toda una línea de estudios que abordan este tema. En tal sentido Tort en
su estudio de contratistas de maquinaria agrícolas en la Pampa Húmeda, define:
“consideramos contratistas a todo aquel propietario de maquinaria agrícola que
vende servicios agropecuarios, cobrando por ello una tarifa en dinero”.15 El
estudio focaliza en contratistas que colaboran en el proceso agrícola
incorporando medios de producción –maquinaria agrícola- al proceso productivo
y realiza una interesante tipología, identificando a pequeños maquinistas,
maquinistas empresarios, empresarios diversificados, contratistas puros,
contratistas eventuales y contratistas tanteros (aquel contratista que también se
desempeña como productor a porcentaje o “a tanto”, de ahí su nombre). Centra
su análisis en la incorporación tecnológica realizada por este agente productivo y
no en el relacionamiento del mismo con el factor trabajo que incorpora (aunque
sí lo toma en cuenta, diferenciando mano de obra familiar y asalariada).
Este tipo de contratista rural, al decir de la autora, juega varios roles, ya
que “… por un lado contribuyen a detener la tendencia a la desaparición de los
pequeños productores sin capacidad de capitalización, facilitan la expansión del
tipo de propietarios ausentistas sin arrendatarios y solucionan el manejo de
mano de obra capacitada e inversión en capital fijo especializado a muchos de
los grandes propietarios, mientras por otro lado se perfilan a sí mismos como
nuevo tipo de agente productor agropecuario” (ibid. Pp.16).
14 Tort, María Isabel. 1983. Los contratistas de maquinaria agrícola: una modalidad deorganización económica del trabajo agrícola en la Pampa Húmeda. Ed. Centro de Estudios eInvestigaciones Laborales. Documento de Trabajo Nº 11. Buenos Aires. Pp.29.15 Ibid. Pp. 24.
37
En otra línea de investigación, Kim Sánchez Saldaña trabaja sobre los
contratistas de mano de obra 16 teniendo como objeto de estudio la
conformación del mercado laboral mexicano, definiendo al contratista o
intermediario como aquellas personas que sirven de vínculo entre las zonas de
oferta y las de demanda de mano de obra, entre regiones expulsoras y
receptoras de jornaleros agrícolas (dentro y fuera de fronteras, ya que este
sistema rige también para el mercado laboral norteamericano, donde está
institucionalizada la presencia de empresas proveedoras de fuerza de trabajo en
las actividades agrícolas). En tal sentido inclusive, realiza un distingo entre los
intermediarios tradicionales –conocidos con el nombre genérico de
enganchadores- y las modernas empresas contratistas.
Le adjudica a los enganchadores, las siguientes características:
“Encargan de reunir a la mano de obra en sus lugares de origen y
transportarla a las zonas donde se la requiere.
Viven en las colectividades rurales.
Financian los gastos de transporte y entregan algún tipo de
recursos por adelantado.
Cumplen la función de capataces en los campos de cultivo.
Cobran comisiones a los productores por cada trabajador reclutado
o bien, cobran un monto proporcional al volumen de trabajo
realizado.”17
Centrando su análisis en el factor trabajo interviniente en el proceso
agrícola, señala que esta modalidad de incorporación de la fuerza de trabajo, se
encuentra generalizada en el ingenio azucarero, donde se contrata a los
trabajadores a través de cuadrillas18 o cabos, teniendo un nivel de informalidad
que se expresa en la forma de contrato verbal, sobre todo lo que hace a las
condiciones de empleo de los jornaleros, cuestión que desfavorece a los
16 Sánchez Saldaña, Kim. s/d. Acerca de enganchadores, cabos, capitanes y otros agentes deintermediación laboral en la agricultura. Ed. Análisis de Estudios Agrarios. México.17 Op. Cit.:64.18 La cuadrilla es una modalidad de organización grupal de los trabajadores, cuyo representantese encarga de reclutar familiares y amigos para la zafra, así como de entablar la relación con elcomisionista o directamente con el productor. Op. Cit.: 65.
38
trabajadores cuando hay incumplimiento de las condiciones pactadas por parte
de la parte empleadora.
El autor nos indica que no solamente hay una cuestión organizativa en
este tipo de modalidad de contratación de la mano de obra, sino que subsisten
otras modalidades –más o menos ocultas- “… en la medida en que desfiguran y
encubren la relación del asalariado con el capital, vulneran la capacidad de los
trabajadores para presionar colectivamente por sus demandas.”19 De esta
manera, empleados directos de los ingenios, los capataces –contratistas o
subcontratistas- han actualizado su utilidad en función de disciplinar la fuerza de
trabajo e impedir su organización como asalariados, representando la autoridad
inmediata del capital sobre el trabajo.
En el mismo trabajo el autor analiza algunos aspectos de los “Labor
contractors” y mayordomos en campos californianos, donde el desarrollo de la
producción de frutas y hortalizas ha dependido en buena medida de la existencia
de diferentes sistemas de intermediación laboral imbricados con las redes
sociales de los migrantes y con la población inmigrante asentada en esa región
agrícola.
Entre los trabajos que han reflexionado acerca de éste fenómeno, se
señala como pionero el estudio de Lloyd Fisher (1953)20 quien señala que el
contratista ha sido una institución prominente en el mercado de trabajo y que
condicionado históricamente en diferentes períodos, su conducta se expresó en
una naturaleza ambigua y ambivalente ya que a la vez que perseguían mejoras
salariales para los trabajadores, su propio sustento dependía de negociar
acuerdos con los productores y con el paso del tiempo, el sistema de
intermediarios se volvió un buen antídoto contra la sindicalización de los
trabajadores.
“La durabilidad del sistema de contratistas se explica por razones
económicas. Su función principal, sostiene Fisher, es dar estabilidad y
19 Op. Cit.:66 ref. Paré, Luisa; Juárez, Irma y Salazar, Gilda. 1987. Caña brava, Trabajo yorganización social entre los cortadores de la caña. UAM/UAM-Azcapotzalco. México.20 Fisher, Lloyd H. 1953. The Harvest Labor Maket in California. Ed. Harvard University Press,Cambridge-Massachusetts.
39
regularidad a un mercado que es, por sí mismo, “inestructurado” y
“desorganizado”21, por lo que, analiza Sánchez, la regulación del flujo de
trabajadores no busca equilibrar la relación entre la oferta y la demanda, sino
más bien, propiciar la sobreabundancia de mano de obra, cuestión que tiene un
efecto negativo sobre las tarifas salariales.
En este contexto laboral, concluye Fisher, “… el contratista es un
middleman (mediador) en un sentido especial, pues no sólo desempeña la
función de satisfacer la demanda de trabajo, sino que cumple funciones que
normalmente serían responsabilidad de los propios agentes económicos. El
productor-empresario se despoja de las tareas convencionales de reclutamiento,
asignación de tareas y supervisión de los trabajadores, mientras que éstos
últimos delegan en el contratista funciones que serían incapaces de proveerse a
sí mismos (alojamiento propio, transporte y alimento.
En suma, la naturaleza de la relación que se establece entre el productor,
el contratista y el jornalero, genera un grado de organización dentro del mercado
de trabajo en la cosecha que, paradójicamente, permite mantener las ventajas
de su desorganización.”22
Lo que hace concluir a Sánchez que el desarrollo y resurgimiento del
sistema de contratistas laborales, resulta de la búsqueda, por parte de los
empleadores, de alternativas de uso de la fuerza de trabajo más flexibles y de
menor costo.23
El autor concluye que este sistema de intermediación permite realizar
algunas consideraciones de interés. “En primer lugar la consolidación de una
clase de intermediarios, más próximos a la administración empresarial de los
empleadores que los contratan, aumenta los eslabones de mediatización que
separan al jornalero de su fuente de empleo. En segundo término, desde el
punto de vista del empresario agricultor, este mayor distanciamiento de los
21 Para el autor las condiciones generales de un mercado no estructurado son: la ausencia desindicatos u otras formas de protección de los derechos laborales; relaciones impersonales entreempleador y empleado, para que no se desarrolle la obligación informal y varios tipos de ejerciciode carácter moral; el uso de mano de obra no calificada; así como de regímenes deproductividad y pago sustentados en la intensificación del trabajo (Fisher, op. cit.: 8).22 Fisher, op. cit.: 8.23 Sánchez Saldaña, Kim. Op. cit. : 78.
40
trabajadores que ocupa, facilita la transferencia de sus responsabilidades en la
reproducción de la fuerza de trabajo y lo protege de posibles conflictos laborales.
En esta relación contractual, las obligaciones del empleador se diluyen en un
espacio menos formal, donde se introduce un complejo juego de intercambios
entre intermediarios y trabajadores que no se limitan al plano estrictamente
económico. Esto tiene que ver con otro elemento más, que se vincula con el
hecho de que los eslabones inferiores de la cadena intermediaria constituyen un
lugar propicio para el desarrollo de relaciones informales clientelares que
dominan a los trabajadores, así como de mecanismos también “informales” de
explotación. En efecto, todo parece indicar que al hacer posible la transferencia
de parte de los costos de trabajo fuera de la relación contractual (los costos de
reclutamiento, de transporte, de alojamiento y retención de la fuerza de trabajo),
el capital “cede” al intermediario el poder para convertir esos costos en su propia
recompensa económica, lo cual además asegura su complicidad en el proceso
de sobreexplotación de la fuerza de trabajo.”24
Para el autor, el papel de los intermediarios ha jugado un doble rol en los
procesos de estructuración y reestructuración del capitalismo agrario,
participando en el proceso de formación y reproducción de una fuerza de trabajo
adecuada para determinados sistemas de explotación intensivos al tiempo que
desde el punto de vista del capital, el uso de intermediarios ofrece diversos
medios de control social de la mano de obra que facilita su implementación.25
Aunque también la relación de los intermediarios con los trabajadores no puede
ser suficientemente explicada dentro de la lógica de la libre oferta y demanda de
trabajo, el funcionamiento de los intermediarios tradicionales, se acompaña y
depende de prácticas sociales y códigos de conducta ajenos a los factores de
mercado.
24 En rigor, el trabajo eventual a destajo constituye en sí mismo un mecanismo desobreexplotación o superexplotación de la fuerza de trabajo, toda vez que no se paga laproducción del trabajo y la reproducción del trabajador, sino solo la reposición de la fuerza detrabajo directamente gastada en el proceso de producción (Carton de Grammont, 1992) Si eneste esquema, además añadimos intermediarios que obtienen ingresos del salario desvalorizadodel trabajo, el salario real del jornalero es aún menor. Sánchez Saldaña, Kim. Op. cit. : 80.25 Sánchez Saldaña, Kim. Op. cit. : 90.
41
Por su parte, Norma Giarracca estudiando los contratistas en el norte
argentino 26 indica que la función básica de los contratistas, que se ha
mantenido inalterable desde fines del siglo XIX, es la de reclutar y
comprometer a los trabajadores locales y migrantes para la cosecha de caña y
que las modalidades de contratación contemporáneas responden a la
necesidad de descompresión de los compromisos laborales por parte de los
ingenios y las fincas cañeras.
Identifica a los contratistas de mano de obra señalando que en las
negociaciones del trabajo se estilan los acuerdos "no formales" entre los
contratistas y los ingenios o cañeros. En general, estos son verbales y los
contratistas se comprometen a entregar determinada cantidad de toneladas de
caña diaria a los ingenios y éstos a pagarles una vez terminada la molienda y
cumplidas las pautas de lo acordado. Los ingenios, una vez realizado el
acuerdo, se despreocupan del arreglo que los contratistas llevan a cabo con
los trabajadores. Los contratistas son los únicos responsables del personal
que realiza la cosecha. Relación que se perpetúa en el acuerdo entre los
contratistas y los trabajadores ya que este es verbal y se pauta al comienzo de
la zafra.
Por otro lado observa que existen contratistas que combinan con
servicios de maquinaria, provenientes de los estratos de productores familiares
de caña que con el tiempo se han capitalizado, han comprado las
cosechadoras integrales solos o en sociedad y han conformado empresas
agrícolas que prestan los servicios de cosecha a terceros, una vez realizada la
propia. Para estos contratistas es muy importante la continuidad de sus
trabajadores. Éstos son trabajadores con cierto grado de calificación y en casi
todos los casos los contratistas les han procurado cursos de capacitación para
aprender a manejar y reparar las máquinas.
La autora señala que las principales diferencias entre los contratistas de
mano de obra y los que combinan con servicios de maquinaria se relacionan, en
26 Giarracca, Norma (Coordinadora), Karla Gras, Karina Bidaseca, Daniela Mariotti. 2000.Tucumanos y tucumanas. Zafra, trabajo, migraciones e identidad. Ed. La Colmena. Bs.As.
42
primer lugar, con las funciones que desempeñan en el mercado de trabajo. Los
primeros se ocupan del reclutamiento, transporte, alojamiento, pago de salarios,
organización del trabajo en el frente de cosecha. Los segundos pagan los
salarios, organizan el trabajo, se ocupan de la capacitación de los trabajadores y
ocasionalmente les proveen alojamiento, si bien no trabajan con personas de
otras provincias.
Los contratistas de mano de obra que se dedican, durante la época de
zafra a este trabajo, no combinan con otras tareas. Los contratistas que hacen
servicios de maquinaria combinan el servicio de cosecha mecanizada con otros,
pues como mencionamos antes, son además productores cañeros, empresarios,
comerciantes.
Es importante destacar que estos contratistas de mano de obra no
pueden ser asimilados, más que en su función de proveedores, a aquellos viejos
«enganchadores». Los nuevos contratistas desdibujan los vínculos laborales,
mientras que la presencia de los enganchadores no desconocía el vínculo
patrón –obrero. Por otra parte, los contratistas de mano de obra actuales
conforman verdaderas empresas tanto por el tipo de organización que han
adquirido como por las relaciones que los vinculan con los ingenios. En efecto,
a diferencia de los viejos contratistas de mano de obra, los actuales no son
empleados de los ingenios.
Sin embargo, en lo que refiere a las formas de reclutamiento y el tipo de
vínculos establecidos con los trabajadores es posible observar continuidades
con los viejos enganchadores. Este rasgo constituye, asimismo, una importante
diferencia a destacar entre contratistas de mano de obra y contratistas que
combinan con servicios de maquinaria. Como vimos, los segundos establecen
vínculos de mayor formalidad con los trabajadores; buscan venerar incentivos
para mantenerlos ya que formar a un trabajador tiene un costo para ellos.
Otro rasgo que distingue a los contratistas de mano de obra de los que
combinan con servicios de maquinaria, es que los primeros realizan contratos
informales, acuerdos verbales cada año, les presentan presupuestos a los
ingenios y éstos seleccionan según los costos, pero también la experiencia. Los
43
ingenios les reclaman únicamente la entrega de facturas, pero se desligan
completamente del vínculo que los contratistas establecen con los trabajadores.
Los segundos por su parte, firman contratos que eventualmente pueden durar
más de dos años. También manifiestan que los ingenios les exigen ciertos
recaudos como los aportes a los trabajadores y sobretodo el pago de las
aseguradoras por riesgos de trabajo.
Los elementos que hemos venido mencionando nos permiten pensar al
contratismo como un dispositivo importante en el proceso detransformación de las condiciones de producción y, por ende, en el mercado
de trabajo de la actividad azucarera tucumana.27
Estos elementos reseñados, nos proporcionan componentes
para identificar al maquinista de esquila dentro de la figura de un contratista, ya
que contrata en forma zafral a los trabajadores que formarán parte de su
“comparsa de esquila”. Pero también incorpora al proceso productivo los medios
de producción, ya que es poseedor –o al menos encargado responsable- de la
máquina de esquila, la herramienta sobre la cual se articula todo el ciclo de
trabajo.
27 Giarracca, Norma. Op. cit. : Pp. 60-68.
44
Capítulo 2A caballo entre el hoy y el ayer...
El maquinista de esquila actual.
En este apartado, describiremos la esquila realizada por una máquina tipo
de tamaño mediano, con seis tijeras en uso. A los efectos de tener una visión de
conjunto, describiremos la función que cumple cada uno de los integrantes de la
comparsa –detallando someramente como se lleva a cabo la práctica más usual
de esquila-, aunque la abordaremos de la forma más genérica posible.
A continuación describiremos la organización de la jornada laboral. La
administración del espacio, dentro y fuera del galpón y por último abordaremos
las funciones del maquinista
2.1 Descripción de la esquila y los roles de los distintos trabajadores
de la comparsa.
La comparsa de esquila esta compuesta por un “agarrador”, que es la
persona que cumple con la función de atrapar a los lanares que están
encerrados en un brete contiguo al galpón y depositarlos, maneados para que
no se escapen, al costado del esquilador que está próximo a terminar con la
oveja que está esquilando.
45
Un agarrador en el brete
Luego están los esquiladores, los cuales manidos de una tijera mecánica,
unida a la máquina de esquila, son quienes extraen la lana del animal. Esta
tarea la hacen siguiendo ciertas pautas. Comienzan por la barriga del animal,
siguen por la entrepierna de las patas, continúan con la porción superior de la
pata izquierda para continuar por el flanco izquierdo del animal. A continuación
prosiguen con el pescuezo y cabeza para correrse luego por el flanco derecho
del animal, cortando todo a lo largo por el costillar para seguir por el cuarto. De
esta manera se obtiene un vellón compacto y de textura bastante homogénea
(solamente se tiene la precaución de separar la lana correspondiente a la
barriga, que presenta una fibra de inferior calidad).
46
La máquina de esquila con los esquiladores “formados” a su costado
El vellón extraído es llevado a la mesa de acondicionamiento de vellones,
ya sea por el propio esquilador o por el vellonero –quien a su vez se encarga de
pagarle al esquilador el trabajo realizado en el momento, por medio de una ficha,
la cual luego será canjeada por dinero-. En la mesa de clasificación el
acondicionador realiza una revisión del vellón, sacando aquellas fibras que
resultan de calidad inferior, con el objetivo de que la lana que se va a enfardar,
presente un nivel lo más homogéneo posible. Si bien al presente la mayoría de
la lana es tratada de esta manera, en algunos establecimientos no se realiza
este “acondicionamiento” por lo que se enfarda toda la lana tal como proviene de
la oveja (excepción hecha solamente por la lana de la barriga, la cual
tradicionalmente se ubica en una categoría aparte, de carácter inferior). Es
importante destacar que esta tarea de separación del tipo de lana, hasta hace
unos años, era realizada por la industria en la barraca de acopio de lanas, donde
había personal expresamente calificado para ello. Hoy día, es en el propio
47
establecimiento que se realiza el acondicionamiento de la lana, con personal –
generalmente- entrenado por el SUL –para lo cual periódicamente realiza cursos
de capacitación- y que está incorporado a la comparsa de esquila, lo que tiene
menores costos y mayor eficiencia a nivel de la cadena, siendo trasladado desde
la fase comercial (acopiadores y barracas) a la fase de cosecha (esquila).
Clasificadores en la mesa
Luego de efectuada esta operación, se envuelve el vellón sobre sí mismo,
de modo que forme una esfera lo más compacta posible. En algunos lugares, se
práctica “atar” al vellón con hilo de papel, para asegurarle una cierta
consistencia. Esta práctica está siendo dejada de lado, ante las ventajas que
presenta la utilización de la misma lana del vellón para conformar un todo
homogéneo y más o menos esférico.
Este vellón es entregado al embolsador quien lo ubica en una bolsa de
nylon –también se las utilizan de arpillera, aunque últimamente este tipo es
48
menos frecuente, debido a las ventajas que presenta el nylon- y valiéndose de
sus pies y su cuerpo, va prensando los vellones de manera que quepan la mayor
cantidad en una bolsa. Esta tarea se está tecnificando con gran rapidez,
utilizándose una máquina hidráulica que prensa los vellones en un fardo, siendo
sustituido el embolsador por el enfardador.
Cosiendo una bolsa con los vellones dentro
El lugar donde se realiza este trabajo es generalmente el galpón del
establecimiento y en algunos, específicamente en el “galpón de esquila”. Éste es
49
mantenido limpio de impurezas (restos de lana, excrementos y/u orín de los
lanares, hojas secas, etc.) por el canchero o venteveo quien manido de una
escoba y pala, constantemente recoge los desechos que pudieran afectar la
limpieza de la lana.
A este cuadro, debe sumársele el cocinero, que es quien se encarga de la
elaboración de los alimentos para los trabajadores. Este no participa
directamente en las tareas de la esquila, limitándose su función a proveer a los
trabajadores de los alimentos necesarios para su manutención.
El cocinero en el fogón
Someramente hemos descrito el proceso de trabajo de una máquina de
esquila tipo. El mismo reconoce variantes, según el número de tijeras de la
máquina –que puede oscilar de 2 a 12- la organización y disposición de las
tareas correspondientes a cada uno de los distintos puestos de trabajo puede
50
variar, ya que en algunos casos, la misma persona desarrolla distintos trabajos
en la cadena de esquila.
2.2 La máquina y el equipo de esquila.
La máquina de esquila consta de un cuadro de hierro, de
aproximadamente un metro de ancho por dos de largo (pudiéndosele agregar
algún cuadro suplementario en alguna de sus extremidades para de esta
manera incrementar el número de tijeras en uso).
Al interior del cuadro, se encuentra el motor que puede ser a nafta, a gas
oil o eléctrico (los cuales son más silenciosos y económicos) el cual posee un
buje que en funcionamiento genera un movimiento circular. Este movimiento por
intermedio de un sistema de poleas es trasmitido a seis puntos fijos de la parte
superior del prisma, uno en cada esquila y dos en el medio del largo.
En estos puntos es donde se fijan los brazos de la máquina, los cuales
son articulados teniendo una dimensión de dos metros y medio,
aproximadamente. En la punta de los brazos se fijan las tijeras, pudiéndose
desmontar –ya sea para no utilizarlas, regularlas, limpiarlas, cambiar los peines,
etc.-.
51
Una máquina de esquila pronta para su uso
Las tijeras de esquilar son de metal, de forma piramidal achatadas en dos
de sus caras, por medio de un sistema de engranajes moviliza lateralmente un
cortante (afilado en sus dientes) contra otra pieza similar a este, pero fija,
llamada peine. La lana se introduce en los intersticios dejados por los dientes
dejados por el peine y el cortante al superponerse. Luego, al realizar el
movimiento lateral para el cual esta articulado el cortante la corta separándola
así del animal.
En un extremo de la máquina, y utilizando la propulsión que brinda el
motor, se ubica la afiladora, a la cual se le acoplan los discos y prensas. Estos
discos son esmeriles de distinto calibre –según el tipo de lana que se esté
esquilando o la suciedad de la misma- que sirven para afilar los peines y
cortantes que luego irán insertos en las tijeras.
52
Un maquinista afilando peines y cortantes
Conjuntamente con la máquina de esquila hay otros elementos que
integran el conjunto de herramientas necesarias para la esquila. Una de ellas,
son las mesas de acondicionamiento de la lana. Éstas generalmente consisten
en una rejilla de varillas de 1,50 por 2,50 metros montadas sobre dos caballetes.
Es sobre ella que se extiende el vellón para “acondicionarlo” o sea extraerle las
mechas de lana que son de calidad inferior. El maquinista “arma” o sea pone en
funcionamiento una, dos o más mesas en función de la cantidad de tijeras que
53
estén trabajando, ya que los vellones que son esquilados deben ser
acondicionados inmediatamente y luego enfardados, para que de esta manera
no se produzcan interrupciones en el proceso.
Una mesa de acondicionamiento
Similar a estas mesas, pero de dimensiones más reducidas, está la mesa
de barrigas, donde se realiza el acondicionamiento de la lana correspondiente a
esta parte del animal, que como ya dijimos presenta una calidad inferior a la del
resto del vellón.
Se cuenta también con un embolsador o en su defecto una enfardadora.
El embolsador generalmente es una estructura de madera o de hierro en
forma de prisma de base cuadrada, de una altura que ronda en los tres metros.
Se sujeta la bolsa (actalmente se utiliza el polietileno mientras que antiguamente
se utilizaba la arpillera) abierta por su boca en su parte superior y hacia adentro
se van tirando los vellones, que son dispuestos y prensados por el embolsador
54
quien está dentro de la bolsa. Cuando se llena la bolsa, se la cierra con un
precinto y se vuelve a colocar otra bolsa vacía en el embolsador.
Desde hace mas o menos una década, han comenzado a surgir
enfardadoras mecánicas. En ellas se introduce la bolsa de polietileno vacía.
Luego se comienzan a introducir los vellones hasta que la misma se llena. Se
cierra el bolsón o fardo y luego la máquina, mediante presión hidráulica ejercida
desde la cara superior del fardo, lo reduce y lo ata con flejes de alambre
dispuestos para tal función, manteniendo así la presión ejercida permitiendo el
manejo del fardo (básicamente para su traslado y/o acopio).
Fardos de lana
Forman parte de las herramientas de la comparsa de esquila, un cajón o
baúl con herramientas, repuestos para las distintas partes de la máquina,
plausibles de gastarse o romperse, recipientes para lavar los peines, hojas de
esmeril para el afilado de las herramientas, rejillas (similares a las utilizadas
como mesas de acondicionamiento) pero en este caso ubicadas a los costados
55
de la máquina, de manera tal que la labor de la esquila se realice sobre ellas. De
esta manera la lana esquilada no entra en contacto con el suelo y no se
contamina (recientemente estas rejillas de maderas tienden a ser sustituidas por
piezas de goma de 3 por 1,5 metros aproximadamente).
Esto en lo que a la organización de la máquina y la tarea de esquila
refiere.
Luego encontramos los utensilios de cocina (ollas, platos, calderas,
cubiertos, etc.) que también son cargados en un baúl o cajón suministrados por
el maquinista. Las camas (catres, colchonetas, etc.) son de propiedad de cada
trabajador y se disponen en la noche en el mismo galpón de esquila o en su
defecto, si el tiempo lo permite al aire libre. Recientemente hemos observado
que en algunas comparsas, algunos trabajadores –sobre todo jóvenes- han
incorporado carpas de camping como parte de su equipo y sustituido los catres o
colchonetas por sobres de dormir.
La cocina-comedor de una comparsa de esquila
56
2.3 Descripción de las funciones del maquinista.
El maquinista generalmente es el dueño de la máquina, aunque en
algunos casos es un empleado que trabaja para éste, en cuyo caso el dueño de
la máquina le confiere el puesto conjuntamente con las responsabilidades
inherentes.
Desempeña dos tipos de funciones.
Un primer tipo refiere a la atención mecánica de la máquina de esquila y
básicamente su función es velar por el correcto funcionamiento de esta. Reparar
las posibles fallas mecánicas que puedan sobrevenir debido al uso continúo y
prolongado.
Lavar y afilar los peines y cortantes que utilizan los esquiladores (los
cuales tienen dos o más juegos de los mismos) de manera tal que la labor no se
interrumpa a lo largo de la jornada y que las herramientas estén en correcto
estado de mantenimiento.
Un segundo tipo de funciones, refiere a lo que hace a la organización del
trabajo de la comparsa. Es quien contrata y despide a los trabajadores. Quien
consigue las majadas para esquilar. Quien fija los precios que habrá de cobrar.
Quien planifica el cronograma de los establecimientos a los que visitará y en qué
momento lo hará. Es el responsable de proveer los insumos que en el transcurso
de la zafra necesitará la comparsa (básicamente alimentos, aunque por lo
general la carne –de oveja- es provista por el dueño del establecimiento como
parte de pago del servicio contratado. En algunos establecimientos es el mismo
establecimiento quien provee de todos los insumos para la alimentación de los
trabajadores, aunque la comparsa lleva su propio cocinero que es quien se
encarga de la elaboración de los mismos).
En la provisión de insumos, cuando se usa enfardadora, generalmente
provee los bolsones para enfardar la lana. Cuando se embolsa provee las bolsas
ya sean estas de arpillera o de nylon aunque estos elementos en algunos casos
también pueden ser provistos por el dueño de la majada.
57
También se encarga del trasporte del conjunto de trabajadores (y sus
enseres) de un establecimiento a otro, ya sea por medio de un medio de
locomoción propio o en algunos casos contratado.
Estos dos tipos de funciones descritas, podríamos decir técnicas u
operativas, son más o menos fáciles de percibir y observar, máxime porque
generalmente el maquinista, las hace explícitas a cualquiera que le demande
sobre ¿cómo organiza la comparsa?
Hay otras de las que raramente hablará, más allá de algún comentario
lacónico y estas son referidas a su función social en tanto que articulador de un
grupo de trabajadores a los cuales debe convencer que trabajen por una
determinada remuneración.
Esta relación, que establece el maquinistas con sus trabajadores no
solamente es económica, esta mediada por un sistema cultural y social que
excede en mucho el ámbito y el tiempo de la zafra de esquila.
Las oportunidades laborales en el medio rural generalmente son escasas,
la sociedad rural o peri-rural (origen geográfico de la mayoría de los trabajadores
de la esquila) esta cruzada por lazos de solidaridad orgánica que exceden en
mucho el ámbito puramente laboral. Se vive en constante interrelación con los
vecinos, con ellos se comparten tiempos de bonanza y de dificultad, los hijos van
a la escuela y juegan juntos, la estratificación social cobra formas más sutiles –
aunque no por ello menos descarnadas- que en el ámbito urbano.
Con esto que queremos decir? Que si bien es difícil ejercer tareas de
dominación en el seno de una sociedad estratificada por las tensiones sociales a
las que el sujeto se ve sometido, lo es más aún, en una estructura social donde
algunas diferencias “pareciera que se diluyen” pero que en resumidas cuentas
están presentes siempre.
Su función es de disciplinamiento de la mano de obra contratada. Impone
el ritmo de trabajo, las prácticas y costumbres que rigen dentro de la comparsa y
estas, no lo olvidemos no solamente rigen durante ocho horas de una jornada
58
tipo, sino que se imponen durante las 24 horas de los días que dura la zafra
(pudiendo ser de tres, cuatro meses o más).
El maquinista también, es el nexo, el pívot sobre el que descansa la
relación de quien contrata el servicio de esquila y quienes lo efectúan –sin
olvidar que el mismo es uno de éstos-, de ahí que se lo vincula con la tarea de
“contratista”, concepto que desarrollaremos un poco más adelante. Su labor es
vincularse con los demandantes –productores laneros y/o capataces y
encargados- clientes actuales o en vías de serlo, a los efectos de ofertar sus
servicios y negociar el precio del servicio que mejor responde a sus intereses
con el objetivo lógico de tratar de lograr el mayor precio posible por el fruto del
trabajo de su cuadrilla, para de esta manera maximizar sus ingresos y
ganancias.
La figura del maquinista pauta el ritmo…
59
2.4 La organización de la jornada laboral.
Siguiendo con nuestro ejemplo “tipo” la jornada laboral se divide en
“cuartos”.
El primer cuarto se extiende de las 6 a las 8 de la mañana (aunque a
veces puede variar, dependiendo de las condiciones del tiempo o del momento
del mes en que se esté, ya que si bien la esquila se realiza de agosto/setiembre
a diciembre/enero, las condiciones climatológicas muchas veces pautan los
horarios de la jornada de trabajo). Luego de una breve pausa, se realiza el
segundo “cuarto”, el que se extiende desde las 8.30 hasta las 11, momento en
que se interrumpe la labor para almorzar.
De 13 a 15 horas, se extiende el tercer “cuarto” y por último el cuarto
“cuarto” –el más largo al decir de toda la comparsa, por el cansancio acumulado-
se cumple de 16 a 18 horas.
El descanso entre “cuarto” y “cuarto” se utiliza para alimentarse, para
descansar y al promediar y finalizar la jornada, para higienizarse.
Hemos visto en alguna comparsa, luego de esta agotadora jornada de
trabajo de doce horas, exacerbada por las altas temperaturas que van subiendo
a medida que transcurren las semanas, y que se condensan en los galpones
con, generalmente, mala ventilación, irse rápidamente a “cambiar” para a jugar
un “partidito” de fútbol, entre los compañeros de trabajo, aprovechando las
escasas luces del día que aún quedaban!!!
Formas distintas de socialización? Método para escapar a la rutina diaria
de un trabajo duro y tedioso? Revalorización de factores culturales propios de
una cultura urbana o peri-urbana utilizados para afirmar sus identidades en un
medio rural sentido como agresivo? O mero pasatiempo lúdico? No tenemos las
respuestas a estas interrogantes, pero intuimos que todos o mejor dicho, varios
de estos elementos, sin duda se entrelazan e imbrican mutuamente.
2.5 El espacio.
60
Generalmente en el centro del galpón de esquila se dispone la máquina,
en torno a la cual se articula el trabajo de toda la comparsa de esquila. El
maquinista, dispuesto en uno de sus extremos, domina con su mirada todo el
equipo funcionando. Desde allí, observa la calidad del trabajo que se está
efectuando y el ritmo con el que este se realiza. Ve si hay “tiempos muertos” de
los distintos trabajadores y por aquí y por allá hace comentarios y/o sugerencias
para mejorar la calidad del trabajo o adecuarlo a sus requerimientos.
Luego, en las pausas, cuando no está afilando las herramientas o
realizando algún mantenimiento a la máquina, esta cerca del fogón en contacto
con los trabajadores. Comentando las particularidades que tuvo la jornada
laboral. Está en contacto permanente con los trabajadores y a no ser por alguna
escapada de “los muchachos más jóvenes” a alguna laguna cercana –cuando
las hay- a bañarse –si el tiempo lo permite- o a pescar, su presencia es
constante y continua.
Señalamos esto, porque nos parece importante la presencia continua del
maquinista, que puede ser un “compañero más” pero que en definitiva es “quien
debe hacerse obedecer” y fijar las pautas de trabajo.
Esta característica de cómo es manejado el espacio en la comparsa de
esquila, nos resulta particularmente singular.
Por varias razones. Primero, los trabajadores generalmente se
encuentran lejos de sus casas y no disponen de medios de locomoción (a no ser
alguna moto en algún caso, o a lo sumo si se encuentran cerca de una carretera
transitada) para poder trasladarse, estando la mayoría de las veces supeditados
al transporte que les proporcione el maquinista.
Segundo, resulta paradójico que en un ámbito “abierto” como lo es el
medio rural, los trabajadores no tengan prácticamente movilidad y se encuentren
de 10 a 12 horas confinados en un galpón trabajando (eso sin contar las horas
de descanso, que también suelen pasar en el galpón por ser el lugar techado
que disponen) con la posibilidad de desplazarse apenas unas decenas de
metros a la redonda.
61
Tercero, la presencia del maquinista en todos los espacios, sumada a la
presencia de los compañeros que también están en todos los lugares comunes,
confiere una ausencia de intimidad y la obligación de una socialización
constante, paradójicamente en un medio que se caracteriza por la ausencia de
estas características.
Este fenómeno descrito, actúa sobre los trabajadores en doble sentido
según hemos observado. De manera positiva sobre algunos, haciendo que “la
esquila” sea el acontecimiento anual que fija el resto del ciclo anual y en otros de
manera negativa, soportando mal y resistiéndose en la medida de sus
posibilidades a esa socialización “forzada” durante el tiempo que dura la zafra.
Remarcamos la observación precedente, no en forma gratuita, sino que
también en situaciones de esta naturaleza, el rol jugado por el maquinista puede
transformar un conjunto de trabajadores en agentes laborales individuales
reunidos más o menos fortuitamente para realizar un trabajo o en un equipo de
trabajo que mas allá de las contradicciones internas, logren superar las mismas
y se constituyan como un colectivo.
63
Capítulo 3De capataz de comparsa a contratista rural…
Los maquinistas de esquila hoy.
Veremos a continuación sus principales características para disponer de
mayores elementos que nos permitan establecer mejores parámetros con el fin
de procesar la discusión que clarifique frente a qué tipo de contratista nos
encontramos. Si se asimila a alguna de las formas de contratista ya descritas en
el capítulo 1, o si por el contrario estamos frente a la presencia de una
modalidad distinta a las vistas en la literatura reseñada.
3.1 Distintos tipos de contratistas.
Características socio/demográficas28.
La edad de los maquinistas se presenta en un rango etáreo que abarca
desde los 21 hasta los 72 años, con una media en el entorno de los 44 años. Por
ser la desviación estándar de 12 años, la concentración más fuerte de edades se
produce en el período de adultez abarcando el rango comprendido entre los 34 y
los 56 años.
Tienen principalmente un origen rural, siendo preponderante también, el
origen rural de sus padres a pesar de lo cual la mayoría reside en un ámbito
urbano, fundamentalmente en ciudades y/o pueblos secundarios, habiéndose
incrementado en el último lustro la presencia de los maquinistas de esquila en
las ciudades, con respecto al lugar de residencia indicado. Encontramos mayor
presencia –tanto por origen, así como por residencia actual- en los
28 Si bien la encuesta que analizamos fue efectuada en maquinistas que residían y trabajaban enel Uruguay, encontramos muchas similitudes y coincidencias con las características presentadaspor maquinistas, de la región. Fundamentamos lo antedicho basándonos en los trabajos dePaula Berenguer desarrollados en las provincias del sur argentino.
64
departamentos con mayor cantidad de ovinos (Paysandú, Salto, Tacuarembó,
Durazno, Flores y Lavalleja).
Los niveles educativos son menores que la media del país, ya que
señalan que un cuarto de la población objeto, no culminó el nivel primario,
mientras que algo menos de un cuarto culminó el nivel secundario y en algunos
casos el terciario.
Estado Civil y Constitución Familiar.
La gran mayoría de los maquinistas (85 %) conviven con una pareja. Un
escaso 13 % declara ser célibe, lo que evidencia un grado de estabilidad y
estructuración familiar importante.
Cuadro Nº 3.1.3
Estado Civil.
%
Viudo 1.6
Soltero 13.1
Casado/juntado 85.2
Total 100.0
Número total de hijos y personas en el hogar.
En torno a esta variable, encontramos que la media es de poco más de
dos hijos –con una desviación estándar de 1,5- lo que estaría evidenciando un
comportamiento reproductivo similar al configurado por sectores de capas
medias. En tal sentido, el número de personas en el hogar arroja una media en
torno a 4, cifra correspondiente a la constitución de un hogar nuclear, que más
65
allá de la diversidad de conformaciones familiares existentes, si tomamos en
cuenta los resultados de la variable: Estado Civil y el indicador: Número total de
hijos, podemos inferir la conformación de hogares nucleares con un promedio de
dos hijos como constitución familiar predominante.
Presencia de hijos en la comparsa.
Un 88 % de maquinistas, declara no tener hijos trabajando en la
comparsa de esquila frente a un 12 % que sí afirma tenerlos.
3.2 El maquinista de esquila.
Características particulares del mismo.
3.2.1 Trayectoria laboral en tareas de esquila.
Más de los dos tercios de los maquinistas se ha desempeñado
anteriormente en una comparsa de esquila, siendo mayoritariamente los 19
años, la edad de iniciación en una comparsa.
Un tercio comenzó desarrollando tareas de menor jerarquía en la
comparsa (vellonero, alcanzador, barredor) mientras que un cuarto de ellos
comenzó como esquilador. Poco menos de la quinta parte, se incorporó a una
comparsa directamente como maquinista.
Cuadro Nº 3.2.3
Primer puesto de trabajo ocupado en una comparsa de esquila.
% % válido
66
Acondicionador 1.6 1.7
Cocinero 1.6 1.7
Otro 4.9 5.2
Agarrador 6.6 6.9
Bolsero 6.6 6.9
Vellonero 8.2 8.6
Alcanzador 8.2 8.6
Barredor 14.8 15.5
Maquinista 16.4 17.2
Esquilador 26.2 27.6
Total 95.1 100.0
Sin Datos 4.9
100.0
El desempeño como esquilador pareciera ser el común denominador, ya
que dos tercios han realizado esta tarea en algún momento, mientras que un
tercio han desempeñado tareas como barredores y/o velloneros y/o
acondicionadores y/o bolseros y/o agarradores.
El carácter de propietario de la máquina de esquila es muy marcado,
puesto que dos tercios son dueños y la mitad del tercio restante, son socios en
la empresa de esquila.
Cuadro Nº 3.2.4
Vinculación actual con la máquina de esquila.
%
Socio 14.8
Encargado 19.7
67
Dueño 65.6
Total 100.0
Promedialmente los maquinistas tienen tres lustros de antigüedad como
propietarios de la máquina de esquila, habiéndola adquirido la mitad de los
mismos con ahorros propios, mientras que el porcentaje restante ha utilizado
diversas modalidades de crédito para financiar su compra.
Cuadro Nº 3.2.5
Forma de adquisición de su primera máquina de esquila.
%
Herencia 2.1
préstamo bancario 6.4
préstamo no bancario 8.5
Otro 14.9
a través del patrón 19.1
Ahorros 48.9
Total 100.0
El aprendizaje empírico es el predominante, ya que poco más de un
tercio, aprendió el “oficio” trabajando en otras máquinas, mientras que la cuarta
parte lo hizo, en cursos del SUL.
Cuadro Nº 3.2.6
Forma en que se inició en el oficio de maquinista de esquila.
% válido
trabajando en comparsas 39.0
en cursos del SUL 25.4
trabajando con familiares/amigos 18.6
mirando otras máquinas 15.3
68
Otro 1.7
Los maquinistas, con su empresa esquilan una media de 20.000 ovejas,
abarcando un radio promedio ligeramente superior a los 100 kilómetros,
generalmente desplazándose con locomoción propia.
Cuadro Nº 3.2.7
Total de ovejas que esquila la máquina.
Frecuencia Mínimo Máximo Media Desviación Std.
ovejas a esquilar zafra2001
61 1.500 70.000 20.480,33 14.192,73
ovejas esquiladaszafra 2000
57 2.000 80.000 23.100,00 17.641,63
CV 2000: = 76,4% respecto de la media
CV 2001: = 69,3% respecto de la media
De acuerdo a los coeficientes de variabilidad presentados más arriba se
puede afirmar que si bien hay una caída en la media de ganancias para el 2001,
las observaciones se distribuyen de modo más homogéneo con respecto de la
media que en la zafra anterior. Exactamente, la variabilidad o heterogeneidad
interna, aunque sigue siendo importante, disminuye un 7,1%.
Cuadro Nº 3.2.8
Radio cubierto este año (2001) con la comparsa de esquila.
%
< 50 km 11.5
51-100 km 37.7
69
> 100 km 50.8
Total 100.0
Esta muy difundido el acondicionamiento del vellón y hay una tendencia a
la extensión en el tiempo de la zafra de esquila ya que al tiempo que dos tercios
de las máquinas realiza esquila preparto con una media de 3.500 ovejas, poco
menos de la mitad esquila la categoría “cordero pesado” con aproximadamente
2.000 lanares cada una.
Cuadro Nº 3.2.9
Características de la máquina y tipos de esquila que realiza.
Si % No %
Acondicionamiento 77.0 23.0
hace esquila preparto 65.6 34.4
esquila cordero pesado 42.6 57.4
con enfardadora 14.8 85.2
Los cambios tecnológicos repercuten incesantemente en la empresa de
esquila, al punto que la sexta parte posee enfardadora, reconfigurando el
esquema laboral del conjunto al no necesitar del “embolsador” en forma
permanente embolsando los vellones y utilizar al enfardador en varias tareas
simultáneas.
La categoría “mediana” y “grande” es la predominante en las máquinas
de esquila encuestadas, ya que la cuarta parte cuenta con 4 tijeras, la tercera
parte con 5 y 6 y una cuarta parte con más de 6 tijeras situándose la media en
5,3 tijeras.
Cuadro Nº 3.2.10
Cantidad de tijeras activas en la máquina de esquila.
70
% % acumulado
2 4.9 4.9
3 8.2 13.1
4 26.2 39.3
5 19.7 59.0
6 16.4 75.4
7 9.8 85.2
8 13.1 98.4
10 1.6 100.0
Total 100.0
Los maquinistas financian fundamentalmente, con recursos propios su
actividad, lo que sumado a otras variables analizadas –propiedad de la
máquina de esquila y del medio de transporte utilizado- evidencia una
importante capacidad de acumulación de capital en medios de producción
por parte de estos empresarios.
Cuadro Nº 3.2.11
Forma de financiamiento de la zafra de esquila.
Utiliza: %
préstamos bancarios 2.9
préstamos de casas comerciales 5.8
préstamos particulares 8.7
Otros 17.4
ahorros propios 65.2
Este tipo de empresario prioriza en la selección de personal para sus
comparsas los factores sociales –comportamiento del trabajador, la
71
confianza, el conocimiento personal- y es en segundo término que adopta
criterios técnicos –eficiencia en la labor desempeñada- para la elección de
sus trabajadores.
Cuadro Nº 3.2.12
Criterios utilizados en la selección de los esquiladores.
1er. criterio(%)
2º criterio(%)
comportamiento en el trabajo 68.3 20.7
calidad para esquilar 10.0 37.9
que haya hecho cursos del SUL 10.0 17.2
la confianza que le tiene 3.3 12.1
experiencia previa como esquilador 3.3 1.7
rendimiento, velocidad para esquilar 1.7 5.2
que sea vecino de la zona 1.7 5.2
que tenga relaciones de parentesco 1.6
Referente a la vinculación de los maquinistas con los trabajadores,
encontramos dos conductas –con similar grado de representatividad- que
evidencias distintas pautas de relacionamiento laboral. La mitad de los
maquinistas, confirma a sus trabajadores el salario que pagará con
anterioridad al comienzo de la zafra, mientras que otra mitad, confirma a sus
trabajadores el precio del trabajo que contrata al comienzo de la zafra, “en el
primer galpón de esquila”, elemento este, que conjugado con la falta de
oportunidades laborales en el medio rural y la premura por comenzar el
trabajo pactado -en esa misma jornada inclusive- sitúa al trabajador en una
difícil coyuntura para negociar su salario, constituyéndose esto en un
72
diferencial de poder importante que el maquinista hace jugar a su favor.
Mientras que en el primer caso, el trabajador de la esquila, al conocer de
antemano el precio que se le abona por su trabajo –y saber más o menos la
cantidad de lanares que “tiene” la máquina- posee un cierto margen de
maniobra para evaluar si le conviene o no salir con tal o cual máquina.
Este factor, señalado en el párrafo anterior, combinado con el “criterio de
selección del personal” utilizado por los maquinistas, configuran indicadores
que revelan la existencia de un sistema de relaciones sociales de producción
donde existe una fuerte sujeción (subordinación) de los trabajadores a su
empleador.
Cuadro Nº 3.2.13
Momento en que confirma a los esquiladores el precio que pagará por oveja
% válido
2 meses antes de la zafra 48.3
al inicio de la zafra 46.7
al final de la zafra 5.0
Hay una fuerte voluntad de permanencia en la actividad –a pesar de la
coyuntura desfavorable por la que atravesaba el sector lanero en el momento
de realizar la encuesta- aunque es necesario observar que los maquinistas
que “sobrevivieron” a esta coyuntura desfavorable, son quizás aquellos que
lograron una mejor y más eficiente organización en sus empresas, y en
consecuencia son quienes expresan una voluntad más firme de permanecer
en la actividad.
Cuadro Nº 3.2.14
Consideración de salir en la próxima zafra.
73
%
si 93.4
no sabe 6.6
Total 100.0
La mitad de los maquinistas, ha pensado en tener una segunda máquina
de esquila, aunque en la encuesta no consignamos ningún caso de
propietarios que tuvieran más de una máquina en funcionamiento.
Por las características de la estructura laboral imperante en las empresas
de esquila, donde el papel desempeñado por el maquinista es fundamental,
tanto en lo que hace al aspecto técnico –control de calidad del trabajo
efectuado- como a elementos de organización y de control social, se asevera
como muy difícil la concreción de dos o más máquinas de esquila activas
simultáneamente, lo que pone de manifiesto la importancia de la figura del
maquinista en el escenario de trabajo.
Cuadro Nº 3.2.15
Consideración de tener una segunda máquina.
% válido
si 49.1
no 50.9
La obtención de nuevas majadas para esquilar –como forma de
asegurarse la permanencia y/o el crecimiento en el rubro- se da
mayoritariamente en función de criterios particularistas (por intermedio de
conocidos, recomendaciones, etc.) siendo el factor prioritario en al obtención
de las mismas, la calidad del trabajo efectuado.
Cuadro Nº 3.2.16
Forma de obtención de nuevas majadas para esquilar.
74
%
por recomendación de clientes 43.44
por recomendación de conocidos 23.23
sale a buscarlas 15.15
por recomendación de SUL 14.14
otras formas 4.04
3.3 Historia laboral.
Los maquinistas tienen una incorporación temprana al mercado laboral,
siendo la edad de iniciación (15 años) prácticamente la misma que la del
conjunto de trabajadores de la esquila (14 años).
Los ingresos provenientes de esta actividad, para la mitad de los
maquinistas son secundarios, siendo principales para un tercio de entre ellos. Ya
que así como la mayoría se desempeña en tareas rurales, más de la mitad de
ellos actualmente son pequeños productores rurales. Entre quienes actualmente
no lo son, casi la mitad en algún momento lo fueron, lo que condice con el deseo
manifiesto de la mitad de ellos que revelaron su aspiración de (continuar a)
desarrollar un trabajo rural.
Cuadro Nº 3.3.1
Rango de los ingresos de la esquila 2001.
% Válido
Un ingreso secundario 45.0
Su principal ingreso 35.0
Similares a otros ingresos 20.0
Cuadro Nº 3.3.2
75
Condición actual de productor rural.
% Válido
Si 43.3
No 56.7
3.4 Vinculación con el SUL.
El total de los maquinistas conoce la labor desarrollada por el SUL en lo
concerniente a capacitación, y la gran mayoría de ellos han efectuado cursos de
maquinista. También los trabajadores de la comparsa en gran medida han sido
capacitados en estos cursos –fundamentalmente los cursos de aprendiz de
esquilador y acondicionamiento del vellón-. Existe una valoración positiva de
estas instancias de capacitación por parte de los empresarios de la esquila, y en
términos generales no han realizado sugerencias significativas de modificación
y/o mejoramiento para los cursos existentes. Estiman eficaz la labor del SUL en
lo concerniente a su vinculación con el proceso de la esquila.
Cuadro Nº 3.4.1
Cursos que ha utilizado su máquina.
Si % No %
Aprendiz 83.6 16.4
Acondicionamiento 73.8 26.2
Maquinista 73.8 26.2
Perfeccionamiento 55.7 44.3
Personal de mesa 33.3 66.7
76
Capítulo 4“Clasificando por “finura”.
Una tipología de los maquinistas de esquila.
4.1 Distintos tipos de maquinistas y de empresas de esquila.
En el capítulo anterior hemos comentado e interpretado las principales
variables acerca del maquinista de esquila, la máquina –cómo sinónimo de
“empresa de esquila”-, los trabajadores, los clientes, el servicio ofrecido así
como también diversos elementos vinculados a la actividad de estos pequeños
empresarios rurales.
En este capítulo, focalizaremos nuestro abordaje en la “interna” del vasto
mundo que conforman “las máquinas de esquila” ya que referente a las distintas
máquinas de esquila y su funcionamiento, encontramos una categorización en
torno a las mismas. Diferentes tipos de “máquinas-empresas” dan lugar a
distintos comportamientos, al interior de la comparsa de esquila y también hacia
fuera. Recogiendo esta diversidad, el SUL, ha tentado objetivar las diferencias
catalogando a las máquinas en: A, B, C y D obedeciendo tal división
básicamente en criterios de calidad del servicio ofrecido, así como también a
esquemas organizativos más o menos explícitos, impartidos por los técnicos del
SUL en función de lo que el organismo define como óptimo.
Tentaremos en este capítulo, de objetivar las diferencias entre las
distintas empresas catalogadas en diferentes categorías, al mismo tiempo que
tentar de encontrar, algunas variables, entre los distintos maquinistas de esquila
que nos permitan explicar los contrastes entre unos y otros –y por ende de su
organización empresarial- con un doble propósito. Primero, con el objetivo de
aproximarnos a una perspectiva más acabada del mundo laboral que conforma
77
la realidad de la esquila y en segundo lugar, persiguiendo como meta el
comenzar a estudiar –aunque en forma muy primaria en estos primeros pasos-
un singular grupo de pequeños empresarios rurales (maquinistas de esquila en
esta oportunidad), no investigados sistemáticamente hasta el presente.
4.2. Universo de referencia
De las 61 máquinas de esquila que conforman la muestra estudiada, 7
máquinas (11 %) se incluyen en la categoría A; 14 máquinas (23 %) se sitúan en
la categoría B; 34 (56 %) máquinas de esquila se ubican en la categoría C y por
último, 6 máquinas (10 %) se encuentran en la categoría D.
Observamos una fuerte representación en la categoría C, donde más de la mitad
de máquinas se sitúan en este segmento.
En los extremos (categorías A y D) se sitúan alrededor de un 10 %, señalando
una equiparación entre las máquinas consideradas "de punta" y las que se
ubican en "la cola".
Casi el 80 % de las máquinas, entonces, se ubican en una categoría
intermedia, entre las categorías B y C, con una marcada tendencia a la sobre
representación en C, tal como lo demuestra el cuadro 1.1.
Cuadro Nº 4.2.1
Categorización según tipo de máquina
Cantidad demáquinas
PorcentajePorcentajeacumulado
A 7 11 11
B 14 23 34
C 34 56 90
D 6 10 100
Total 61 100
78
Al momento de realizada la encuesta, la realización de acondicionamiento
por parte de las máquinas de esquila estaba muy difundida, al punto que casi el
80 % de ellas, realizaba esta tarea. Tal como se desprende del cuadro 4.2..2.
Cuadro Nº 4.2.2
Realización de acondicionamiento según tipo de máquina
acondicionamientoTotal
Si no
A 11 0 11
B 20 3 23
C 36 20 56
D 10 0 10
Total 77 23 100
Si observamos un poco más detenidamente al interior de las diferentes
categorías de máquinas, encontramos algunas diferencias entre ellas. El 100 %
de las máquinas A, realizaban acondicionamiento –siendo esta actividad, una de
las características necesarias para obtener la clasificación de excelencia (Tipo
“A”). Dentro de la categoría B, el 87 % realizaban acondicionamiento y dentro de
la categoría C, lo efectuaban el 64 %.En la categoría D, encontramos que el
100% de las máquinas realizaban esta preparación de la lana, según nos lo
indica el Cuadro 4.2.3.
La realización de esta práctica, es uno de los criterios en los que se basa
el SUL, para clasificar los distintos tipos de máquinas, siendo consistente la
realidad relevada, con la importancia –de mayor a menor- que cada categoría de
máquina le otorga a la realización del acondicionamiento. En el caso D, en el
cual todas las maquinas realizan acondicionamiento, parecería no ser esta la
79
condicionante que opera al momento de catalogar la máquina de esquila, sino
que más bien, la categorización de “máquina D” estaría obedeciendo a otros
criterios de clasificación que veremos más adelante, como ser la calidad del
trabajo efectuado, el personal que tiene la máquina, etc.
Cuadro Nº 4.2.3
Realización de acondicionamiento según tipo de máquina (en porcentajes)
acondicionamientoTotal
Si no
A 100 0 100
B 87 13 100
C 64 36 100
D 100 0 100
Total 77 23 100
4.3 Características socio-demográficas del maquinista
según categoría de la máquina de esquila.
Si analizamos la variable edad, observamos una asociación entre las
máquinas con mejor desempeño y la edad del maquinista, así los maquinistas
de las máquinas A, tienen una edad promedio menor a los maquinistas que
poseen una máquina D. Lo que nos permitiría afirmar que el factor edad, esta
vinculado al desempeño logrado por la máquina de esquila (de donde se
desprende su categorización), según se observa en el Cuadro 4.3.1
Cuadro Nº 4.3.1
Edad promedio del maquinista según tipo de máquina
Edad promedio
A 37
B 42
C 45
D 50
Promedio general 44
80
En la variable “nivel educativo” encontramos diferencias significativas
entre las distintas categorías de máquinas. Dentro de la categoría A,
observamos que casi dos tercios -un 57 %- de maquinistas tienen una educación
terciaria o técnica, no habiendo casos registrados en los que sus componentes
no hayan terminado primaria.
En la categoría B, el 79 % han completado primaria y realizado algún año
de educación secundaria, encontrándonos con un reducido 7% de integrantes
que no han finalizado el primer ciclo escolar y con un 14 % que ha realizado
estudios técnicos (UTU o similar).
En la siguiente categoría –C- encontramos que: más de la cuarta parte
de sus integrantes, 27 % no han finalizado primaria; casi la mitad -52%- no ha
podido culminar secundaria y el 21 % restante, han culminado secundaria o
realizado estudios técnicos.
Por último en la categoría D, nos encontramos que dos tercios de sus
integrantes -67%- no han culminado el ciclo primario y el tercio siguiente -33%-
sí ha culminados ese nivel de formación –primaria- pero no ha avanzado hacia
estudios ulteriores, según se desprende del Cuadro 4.3.2.
Vemos entonces una fuerte asociación entre el factor educativo formal
adquirido por el maquinista, y la categorización que su “empresa de esquila”
ostenta frente al organismo rector en el rubro –el SUL-.
Cuadro Nº 4.3.2
Nivel educativo del maquinista según tipo de máquina
Educación Total
Primariainc.
Primariacomp.
Secundariainc.
Secundariacomp.
UTU osimilar
Universidad
Cat. A 0 29 14 0 14 43 100
SUL B 7 57 22 0 14 0 100
C 27 36 16 6 15 0 100
81
D 67 33 0 0 0 0 100
4.4. Trayectoria laboral del maquinista
según categoría de la máquina de esquila.
En el Cuadro 4.4.1 observamos que casi la mitad de los maquinistas -
44%- de la categoría A, comenzaron su labor en una comparsa de esquila
ocupando directamente el puesto que hoy desempañan, como maquinistas.
En la categoría B, encontramos que un 44% comenzó en el puesto de
esquilador –uno de los lugares de mayor jerarquía dentro de la comparsa-
infiriendo que, una vez adquiridas ciertas capacidades esenciales, se
independizaron llegando a organizar una comparsa bajo su dirección, en un
proceso de movilidad ascendente. En esta categoría, es de destacar que casi un
quinto -21%- comenzó su oficio directamente como maquinista, por lo que la
sumatoria de estas dos categorías –esquilador y maquinista- nos explican el
origen de los dos tercios de los maquinistas Categoría B.
La distribución de los orígenes del maquinista en la categoría C, es más
heterogénea, aunque es de destacar que casi un tercio de los mismos -29%-
comenzó siendo esquilador, ocupando el puesto de barredor el segundo lugar,
con un 17% como lugar puesto de “iniciación”; acumulándose entre ambos –
esquilador y barredor- casi la mitad 46 %- de los lugares ocupados en el origen,
de los actuales maquinistas situados en esta categoría.
La tercera parte -32%- de quienes tienen una máquina catalogada como
D, comenzaron como maquinistas. El 68% restante, se distribuyen en
proporciones iguales -17%- entre barredores, bolseros y cocineros (quizás la
baja calificación laboral requerida para estos puestos en la comparsa, sea un
factor explicativo de las limitantes a las que se ven enfrentados estos
maquinistas, a la hora de conformar una organización laboral).
Cuadro Nº 4.4.1
82
Primer puesto ocupado en una comparsa de esquila según tipo de máquina
1° puesto Total
Cat.SUL
0agarrador
barredor
esquilador
bolsero
acondicionador
vellonero
alcanzador
maquinista
cocinero
10
ABCD
14 0 14 0 14 0 0 14 44 0 0 100
0 0 7 44 0 0 7 21 21 0 0 100
3 12 17 29 6 3 12 3 6 0 3 100
17 0 17 0 17 0 0 0 32 17 0 100
Total 5 7 15 25 7 2 8 8 16 2 5 100
Referente a la edad en que comenzaron a salir en una comparsa de
esquila –que no necesariamente implica la edad de iniciación laboral, pues la
pregunta formulada fue: ¿Qué edad tenía la primera vez que salió en una
comparsa encontramos los siguientes guarismos: en el cuadro 4.4.2 tenemos la
distribución de las frecuencias según edades y tipo de máquina, lo que nos
permite observar que si bien el comienzo es temprano –entre 11 y 15 años- en
casi todas las máquinas (salvo en la categoría D), el grueso de las
incorporaciones se produce en el rango etario 16-20 años, donde se incorporan
casi la mitad de los maquinistas a una comparsa de esquila, salvo en la
categoría D, donde se incorporan en esta etapa, un 83 %.
Cuadro Nº 4.4.2
Edad que tenía la primera vez que salió en una comparsa según tipo de
máquina
(expresada en porcentajes)
11a15 16a20 21a25 26a30 31y más Total
Cat A 14 43 14 29 0 100
SUL B 22 50 0 14 14 100
C 39 42 16 0 3 100
83
D 0 83 0 17 0 100
Total 28 48 10 9 5 100
Si observamos el cuadro 4.4.3 vemos que la media de edad para las
máquinas categoría A y B es mayor (20.57 y 20,64) que las restantes, lo que nos
estaría diciendo que la edad de quienes salieron por primera vez en una
comparsa tipo A, y B es promedialmente mayor que quienes lo hicieron en una
máquina C y D respectivamente, o sea que su incorporación a una comparsa de
esquila se produce en una edad posterior, y que estas edades descienden para
las categorías de máquinas subsiguientes –C y D-, o sea que hay una
incorporación más temprana.
Cuadro Nº 4.4.3
Media de edades correspondiente a la primera vez de salida en una comparsa
según tipo de máquina
Mínimo Máximo MediaDesviación
STD
A 14 28 20,57 5,412
B 14 37 20,64 7,292
C 11 37 17,55 5,427
D 16 28 19,33 4,457
Total 11 37 18,84 5,878
84
Referente a la forma en que aprendió el oficio de maquinista,
encontramos que el 86% de los maquinistas que poseen una máquina de
esquila categoría A, lo hicieron mediante los cursos impartidos por el SUL o
trabajando con familiares y amigos, mientras que un 14% aprendieron el oficio
trabajando en comparsas. Si sumamos las dos modalidades de carácter
particularista –trabajo en comparsas y trabajo con familiares/amigos- obtenemos
una ligera sobre representación -57%- de esta forma de aprendizaje frente a la
otra de carácter más “universal”: -cursos del SUL- que se ve reflejada en un
43%.
Para las máquinas B, la situación es similar, salvo que es mayor la
proporción de maquinistas que adquirieron el oficio trabajando en comparsas -
36%-, frente a quienes lo hicieron trabajando con familiares/amigos -21%-, si
bien sumando estas dos modalidades obtenemos un 57% similar al obtenido en
el caso anterior. La diferente ponderación entre las máquinas A y las máquinas
B, de la vía utilizada para aprender el oficio, nos estaría induciendo a pensar que
los maquinistas A disponen, en su conjunto, de una cuota mayor de capital
social (parientes, amigos, etc.) que de alguna manera estaría actuando como
“facilitador” en su iniciación en el oficio frente a sus colegas situados en la
categoría B.
Referente a las máquinas C, observamos en el cuadro 3.3 que el “trabajo
en comparsas” y el “mirando máquinas” nos explican el 58% de la modalidad
adoptada para aprender el oficio. El capital social utilizado de “trabajo con
familiares/amigos” ostenta el guarismo menor -11%- y el carecer más universal –
“cursos del SUL”- alcanza la cifra de 18%.
Finalmente en las máquinas D, nos encontramos una ausencia de la
utilización de la vía “cursos del SUL”, y un bajo porcentaje de maquinistas que
han aprendido su oficio “trabajando con familiares/amigos” –solo un 17%-,
siendo la forma más utilizada para la adquisición de conocimientos y
habilidades, “mirando máquinas” utilizada por la mitad de los maquinistas de
esta categoría, seguida por el “trabajo en comparsas” empleado por el 44%.
85
Si observamos ahora el promedio total del conjunto de todos los
maquinistas, vemos que solamente la cuarta parte de ellos, han iniciado su oficio
mediante los cursos del SUL; menos de la quinta parte lo ha hecho utilizando los
réditos de su capital social disponible –“trabajando con familiares/amigos”- y más
de la mitad se ha formado “trabajando en comparsas” y “mirando máquinas”
según observamos en el cuadro 4.4.4.
Cuadro Nº 4.4.4
Aprendizaje del oficio del maquinista según tipo de máquina
Cat. SUL 0Trabajo encomparsas
Trabajo confamiliares/amigos
CursosSUL
Mirandomáquinas
Otro Total
A 0 14 43 43 0 0 100
B 0 36 21 43 0 0 100
C 6 44 11 18 18 3 100
D 0 33 17 0 50 0 100
Total 3 38 18 24 15 2 100
Si analizamos ahora la antigüedad que tiene la máquina de esquila,
encontramos que en la categoría A, tenemos en igual proporción máquinas
“nuevas” –de 1 a 10 años”- y máquinas “viejas” de 17 a 46 años según lo indica
el cuadro 3.4.1 situándose la media en 17.33 años.
En la categoría B, encontramos mayor cantidad de máquinas “nuevas” –
de 1 a 10 años- donde se ubican el 72%, situándose la media en 11.64 años.
En la categoría C, hay una distribución más homogénea en torno a la
antigüedad de las máquinas, aunque la media calculada, 12.72, nos está
indicando la prevalencia de máquinas relativamente nuevas, como la categoría
anterior –B-.
86
Por último la categoría D, se comporta referente a la distribución de
máquinas en torno a la antigüedad, de manera similar a la categoría A ya
analizada según el cuadro 4.4.5
Cuadro Nº 4.4.5
Antigüedad (en años) que tiene esta máquina según tipo de máquina
Cat.SUL 1 a 5 6 a 10 11 a 15 16 a 25 26 a 46 Total (%)
A 17 33 0 17 33 100
B 36 36 0 7 21 100
C 21 31 24 10 14 100
D 17 33 0 17 33 100
Total 23 33 13 11 20 100
En el cuadro 4.4.6 visualizamos mejor que son las categorías de las
máquinas A y D, las más antiguas, en términos de media -17.33 y 19.33 años
respectivamente- siendo seguidas por las máquinas categoría C, con una media
de 12.72 años y por último las máquinas B, con una media de 11.64 años de
antigüedad.
Cuadro Nº 4.4.6
Media de antigüedad (en años) que tiene esta máquina según tipo de máquina
Mínimo Máximo MediaDesviación
STD
A 5 30 17,33 11,84
B 1 35 11,64 10,99
C 2 40 12,72 9,35
D 3 46 19,33 15,95
87
4.5 Ingresos y actividades del maquinista
según categoría de la máquina de esquila.
Analizando ahora el rango de los ingresos provenientes de la esquila,
vemos que en la categoría de máquinas A, éstos tienen una importancia
fundamental -43%- frente a las otras categorías de máquinas –B, C y D- lo que
estaría evidenciando la clara tendencia a constituir la empresa de esquila como
fuente principal de recursos –profesionalización- por parte de este grupo, ya que
en las restantes categorías, los ingresos provenientes de otras actividades
superan a los ingresos provenientes de la esquila.
Por último, en la categoría A encontramos a un 14% que declara que los
ingresos que percibe en la esquila, son similares a otros ingresos; esta cifra
trepa a un 21% en la categoría B, descienda a un 18% en la categoría C para
volver a subir a un 33% en la categoría D, lo que habla de la dispersión –
fundamentalmente en las categorías B, C y D- de las fuentes de ingreso de los
maquinistas y el carácter accesorio de su actividad como empresarios de
esquila, como lo demuestra el cuadro 4.5.1
Cuadro Nº 4.5.1
Importancia de los ingresos provenientes de la esquila según tipo de máquina
ingreso esquila 2001Cat.SUL principal
ingresoingreso
secundariosimilares a
otrosTotal
A 43 43 14 100B 21 58 21 100C 39 43 18 100
88
D 33 34 33 100Total 35 45 20 100
Posiblemente el siguiente cuadro -4.5.2- nos ayude a explicar algunos de
los comportamientos que vimos en el cuadro anterior, ya que el 57% de los
maquinistas ubicados en la categoría A, no son productores rurales, por lo que
no dispondrían de una fuente de ingresos adicional de las características que
brinda una explotación agropecuaria. Sin embargo en la categoría B,
encontramos un 64% de maquinistas que también son productores rurales, y si
cotejamos este porcentaje con los datos que se desprenden en el cuadro
anterior, donde solamente un 39% declara que los ingresos provenientes de la
esquila son sus principales ingresos, vemos que los resultados obtenidos en los
dos cuadros son consistentes con una explicación plausible de la fuente de
recursos de estos maquinistas.
Una explicación similar, más allá de las diferencias de guarismos,
pensamos que opera en el caso de los maquinistas que se ubican en la categoría
D.
Cuadro Nº 4.5.2
Maquinistas de esquila que son productores rurales según tipo de máquina
Cat. SULproductor rural actual
Total0 si No
ABCD
0 43 57 100
0 64 36 100
3 32 65 100
0 50 50 100
Total 2 43 55 100
89
Queda por responder el interrogante planteado por los maquinistas C,
donde dos tercios de los mismos no son productores rurales, y 61% de entre
ellos obtiene sus ingresos principales de otras actividades que superan o igualan
lo percibido en la esquila.
Para comprender mejor el fenómeno –que muchas veces puede quedar
escondido en las cifras y cuadros generales- procedimos a confeccionar el
cuadro 4.5.3, donde vemos a la interna de esta categoría C, que lo que sucede
es coincidente con lo afirmado en el análisis del punto anterior, entre quienes son
productores rurales, el 64% indican que los ingresos provenientes de la esquila
son secundarios en su economía, mientras que en una relación inversa, quienes
no son productores rurales, estiman en un 57% que los ingresos provenientes de
la esquila son su fuente principal de recursos.
Cuadro Nº 4.5.3
Importancia de los ingresos provenientes de la esquila según sean productores
rurales o no en la tipología de máquinas “C”
ingreso esquila 2001
Totalprincipalingreso
ingresosecundario
similaresa otros
productorrural actual
0 0 100 0 100
si 9 64 27 100
no 57 29 14 100
Total 39 43 18 100
De esta forma, hemos tentado explicar la relación existente entre la
condición de productor rural y de maquinista de esquila, utilizando
fundamentalmente una variable cuantitativa: los ingresos. En la medida que
90
hemos visto como opera el ranking de ingresos en la economía del empresario
de esquila –tomando como referencia su condición o no de productor rural- ello
nos ha permitido observar la asociación existente entre la profesionalización
orientada hacia la empresa de esquila versus la dedicación a otras actividades
que, eventualmente, proporcionan ingresos en el medio rural.
4.6 Características de la empresa y el servicio ofrecido
según categoría de la máquina de esquila.
Según el cuadro 4.6.1, observamos que las máquinas tipo A, son las
más grandes en cuanto a la cantidad de tijeras utilizadas, con una media de 7,43
de acuerdo a la medida calculada en el cuadro 4.6.2.
Las máquinas B, también son máquinas que utilizan un número
considerable de tijeras, aunque la media desciende a 5.57.
Las máquinas C, pueden ser catalogadas como máquinas medianas,
con una media de 4.56 tijeras y por último, encontramos que en las máquinas D,
la cantidad de tijeras vuelve a crecer con una media de 6 tijeras.
Cuadro Nº 4.6.1
Máquinas de esquila según tamaño y tipo de máquina
tijerasTotal
2 3 4 5 6 7 8 10
Cat.SUL
A 0 0 0 14 14 14 44 14 100
B 7 7 7 30 21 7 21 0 100
C 16 12 43 15 9 12 3 0 100
D 0 0 0 33 50 0 17 0 100
Total 5 8 26 20 16 10 13 2 100
Cuadro Nº 4.6.2
91
Media de tijeras en las máquinas de esquila según tipo de máquina
Mínimo Máximo MediaDesvío
STD
A 5,00 10,00 7,43 1,62
B 2,00 8,00 5,57 1,83
C 2,00 8,00 4,56 1,46
D 5,00 8,00 6,00 1,10
Total 2,00 10,00 5,26 1,78
Por lo tanto, son las máquinas A seguidas luego por las de tipo D, las que
reúnen mayor cantidad de tijeras en su labor de esquila, seguidas por las
máquinas B y C, pudiendo considerar en términos generales a estos dos últimos
tipos como máquinas medianas en función del número de tijeras empleado.
Referente a la cantidad de ovejas esquiladas en la zafra anterior, las
máquinas A son las que esquilaron zafras más grandes –ver cuadro 4.6.3- y las
que esquilaron un promedio de 43.171 ovejas –ver cuadro 4.6.5-.
Las máquinas B, esquilaron majadas más reducidas, haciéndolo un tercio
de ellas en majadas de 15 a 20 mil ovejas y otro tercio a majadas de 30 a 50
ovejas, según el cuadro 4.6.3, con un promedio de 24.715 ovejas por máquina.
En tercer lugar, las máquinas C, fundamentalmente centraron su trabajo
en majadas más reducidas, encontrando que dos tercios de las mismas
esquilaron majadas de 15000 y menos ovejas según indica el cuadro 4.6.3, con
un promedio por máquina de 16.668 ovejas.
Por último las máquinas D, esquilaron fundamentalmente majadas
medianas, ya que los dos tercios de estas máquinas centraron su trabajo en
majadas que van desde los 15 hasta los 30000 lanares –ver cuadro 4.6.3- con
un promedio de 29.417 ovejas por máquina según releva el cuadro Nº 5.5.
92
Cuadro Nº 4.6.3
Cantidad de ovejas esquiladas en la zafra anterior según tipo de máquina
Cat SUL 0-10000 10001-15000 15001-20000 20001-30000 30001-50000 50001-80000 Total
A 0 0 0 28 44 28 100
B 8 15 31 15 31 0 100
C 34 28 13 13 9 3 100
D 0 17 33 33 0 17 100
Total 21 21 17 17 17 7 100
Referente a las ovejas a esquilar durante el año que se realizó la
encuesta, se repiten las proporciones que se observaron en el punto anterior –
“Cantidad de ovejas esquiladas”- aunque con una mengua en la cantidad de
ovejas a esquilar, debido a la paulatina disminución del stock ovino en el país.
Las máquinas A, esquilarán majadas más grandes, seguidas por las
máquinas tipo B, que esquilarán majadas más reducidas. Los dos tercios de
maquinas C esquilarán majadas de menos de 15000 animales y las majadas D
se repartirán de forma más homogénea entre majadas “chicas” y medianas
fundamentalmente, según consigna el cuadro 4.6.5.
Cuadro Nº 4.6.4
Cantidad de ovejas que esquilará en la zafra según tipo de máquina
Cat SUL 0-10000 10001-15000 15001-20000 20001-30000 30001-50000 50001-80000 Total
A 0 0 0 28 44 28 100
B 14 29 14 14 29 0 100
C 43 21 9 18 9 0 100
D 0 50 0 33 17 0 100
Total 28 23 8 20 18 3 100
93
El siguiente cuadro, nos permite visualizar los totales y los promedios de
las ovejas esquiladas en la zafra anterior (zafra 2000) por los distintos tipos de
máquinas así como también los totales y los promedios a esquilar durante el
momento que se desarrolló la encuesta (zafra 2001) viendo las variaciones
producidas de una zafra a la otra.
El total el stock ovino de las máquinas de esquila estudiadas disminuyó
en un 11.34%, afectando a los distintos tipos de máquinas de manera diferente.
Las máquinas A, perdieron un 0.4%, las tipo B diminuyeron su esquila en
un 13.94%, en la categoría C, la disminución fue de 8.6% y por último las
máquinas D perdieron un 24.93% de ovejas.
Estas cifras reflejan dos tipos de comportamientos. El de los maquinistas
que desarrollaron sus estrategias laborales para tratar de perder la menor
cantidad posible de ovejas –y por ende de ingresos- y por otro lado nos dice
mucho del comportamiento de los demandantes del servicio, los productores
rurales.
Éstos, a la hora de elegir tienden a hacerlo por las máquinas tipo A
preferentemente y luego por la categoría de máquinas C, desestimando el
servicio ofrecido por las máquinas tipo B y fundamentalmente tipo D.
Sabemos que la calidad de trabajo realizado es uno de los elementos que
inciden a la hora de tomar la decisión de a quién se le asignará el trabajo,
analizaremos luego otras variables (precio, distancia, etc.)
Cuadro Nº 4.6.5
Cantidad de ovejas de una zafra a la otra según tipo de máquina
Cat SUL Total de la promedio de ovejas Total de la promedio de ovejas Diferencia de
94
Zafra 2000 por máquina Zafra 2001 por máquina ovejas pormáquina (%)
A 302200 43171 301000 43000 - 0,4
B 321300 24715 297800 21271 - 13,94
C 516700 16668 518000 15235 - 8,6
D 176500 29417 132500 22083 - 24,93
1316700 23100 1249300 20480 - 11,34
Este comportamiento analizado –de pérdida paulatina de trabajo zafra a
zafra- según los datos recabados –expuestos en el cuadro 4.6.6 -no se
transforma en impedimento para seguir apostando a la actividad29, ya que
promedialmente cerca de un 90% de los maquinistas, tiene intenciones de seguir
en la actividad, la zafra próxima.
Señalamos que esta intención es más fuerte en las máquinas tipo C, con
un 97% de intención de “seguir saliendo”, dato que es consistente con los
resultados ya analizados en torno a la disminución de ovejas para esquilar de la
zafra 2000 a la 2001, donde frente a una disminución general de un 11.34%
estas máquinas “solo” perdieron un 8.6%, lo que alude –relativamente- a una
percepción de parámetros de viabilidad de las empresas.
Cuadro Nº 4.6.6
Intenciones de salir en la zafra siguiente según tipo de máquina
zafra 2002Total
si no sabe
CatSUL
A 86 14 100
B 93 7 100
29 Señalamos que la presente encuesta que estamos analizando, se desarrolló durante la zafra2001, donde la realidad laboral en el medio agropecuario encontraba limitantes de importantesignificación. Tal vez hoy, año 2008, debido al surgimiento de otras actividades agropecuariasque han emergido con fuerza –como ser el caso de la actividad forestal o el de la agriculturaextensiva, en rubros como la soja- posiblemente las respuestas recabadas podrían diferir enalgunos casos.
95
C 97 3 100
D 83 17 100
Total 93 7 100
En el cuadro anterior analizábamos la intención de la “apuesta de seguir
en el rubro”. En el presente cuadro -4.6.7- esa “apuesta” “se dobla”, ya que
frente a la crisis que atraviesa el stock ovino, pareciera ser que la estrategia –por
lo menos a nivel de imaginario- es la de tener una segunda máquina, como
forma, suponemos, de cooptar más majadas, y por ende mejorar los ingresos,
desestimando la lógica que un mayor número de máquinas harían más débil la
posición de éstas frente a una demanda cada vez más reducida.
Casi la mitad de maquinistas expresan la intención de tener una segunda
máquina, intencionalidad que es más fuerte en el caso de las máquinas B y D –
recordemos que fueron las dos categorías que más ovejas perdieron, con un
13.94% y 24.93% respectivamente con respecto de una zafra a la otra-.30
Cuadro Nº 4.6.7
Intenciones de tenencia de una segunda máquina según tipo de máquina
segunda máquinaTotal
0 si no
CatSUL
A 0 43 57 100
B 0 67 33 100
C 4 42 54 100
D 0 50 50 100
Total 2 48 50 100
30 Este razonamiento –salvando las distancias- de maximizar en medios de producción de formaextensiva para mejorar ingresos, frente a una estrategia alternativa de invertir en mejorastecnológicas o en mano de obra (con un uso mas intensivo de la misma) lo encontramos muysimilar a la lógica empresarial ganadera tradicional, que históricamente ha invertido en tierraspara mantener o aumentar sus ingresos aún a costa de un descenso de la tasa de productividadpor unidad ganadera. Pensamos que la similitud de estas lógicas empresariales, no es casual.
96
En lo que hace a la movilidad geográfica, observamos diferencias
importantes en torno a las distintas categorías de máquinas. Mientras que mas
de los dos tercios de las categorizadas como A, declaran efectuar
desplazamientos mayores a los 100 kilómetros –o sea moverse en un radio de
acción más lejano a su lugar de origen- vemos que esta distancia decrece en las
maquinas de categoría B, abarcando un radio promedialmente cercano a los 100
kilómetros y vuelve a descender para las máquinas C, las cuales en promedio
abarcan una distancia situada ente los 50 y los 100 kilómetros. Encontramos a
las máquinas D, que en su totalidad, se desplazan en un radio mayor a los 100
kilómetros, seguramente por la dificultad que encuentran para conseguir
majadas para esquilar en las zonas colindantes a su origen.
Cuadro Nº 4.6.8
Distancia de traslado en la zafra según tipo de máquina
radioTotal
< 50 km 51-100 km > 100 km
CatSUL
A 14 14 72 100
B 0 43 57 100
C 18 47 35 100
D 0 0 100 100
Total 11 38 51 100
Referente a la locomoción utilizada la mayoría de las máquinas de
esquila posee locomoción propia, lo que nos habla de un proceso de
acumulación de capital en medios de producción ponderado a la hora de tomar
97
decisiones en inversiones. Entre las categorías B y C encontramos un quinto y
un cuarto respectivamente, de máquinas que rentan este servicio.
Cuadro Nº 4.6.9
Característica de la locomoción utilizada según tipo de máquina
locomociónTotal
0 propia contratada
Cat.SUL
A 0 100 0 100
B 7 72 21 100
C 0 74 26 100
D 0 100 0 100
Total 2 79 19 100
Referente a la incorporación de esta mejora tecnológica observamos
que la mayoría de las máquinas ubicadas en la categoría A han integrado la
enfardadora, maximizando de una manera más eficiente el factor trabajo en la
estructura laboral de la empresa, llegando en algunos casos a sustituir algún
puesto de trabajo en la comparsa al suplirlo con la incorporación de maquinaria
(al tiempo que ofrecen una mejor presentación del servicio de cosecha de lana
efectuado, adaptándose a los cánones exigidos por el SUL). Este
comportamiento, no ha sido seguido por las otras categorías –máquinas B, C y
D- donde es minoritaria la cantidad de maquinistas que han incorporado este
cambio.
Cuadro Nº 4.6.10
Posesión de enfardadora según tipo de máquina
enfardadoraTotal
si no
98
Cat.SUL
A 57 43 100
B 7 93 100
C 9 91 100
D 17 83 100
Total 15 85 100
4.7 Característica de los trabajadores
según categoría de la máquina de esquila.
En este punto analizaremos la vinculación de los maquinistas con
respecto a los trabajadores empleados en función de la tipología establecida
según el tipo de máquina.
En primer lugar, observamos que estableciendo un cuadro en términos
porcentuales, vemos que en la categoría A, el 11% de las máquinas utiliza el
16% del total de los trabajadores. Una explicación a este fenómeno puede estar
dada en que la mayoría de las máquinas de categoría A, realiza
acondicionamiento, por lo que los requerimientos de personal es mayor que la
media –conformada por máquinas que no realizan esta tarea-.
En el caso de las máquinas B, el total de máquinas y de trabajadores en
términos porcentuales, exhibe guarismos más o menos similares, mientras que
en las máquinas C, observamos que el 56% de las máquinas solo utiliza el 47%
de los trabajadores, lo que estaría indicando que se manejan con menos
personal que el promedio utilizado por el total de las máquinas.
En el caso D, el 11% de las máquinas, utiliza al 13 % de los trabajadores,
lo que estaría indicando un comportamiento similar al descrito para la categoría
A, ya que la totalidad de las máquinas D, realiza acondicionamiento.
99
Cuadro Nº 4.7.1
Cantidad de trabajadores empleados según categoría de máquina
Tipo de máquinaTotal de trabajadores
(en %)Total de máquinas
(en %)
A 16 11
B 24 23
C 47 56
D 13 10
Total 100 100
Referente a la variable “fecha en que se le confirma el pago que van a
percibir los trabajadores”, vemos, en el análisis de esta variable, que las
categorías A, B y C evidencian un comportamiento similar, lo que interpretamos
que aproximadamente la mitad de los maquinistas (ligeramente superado en la
categoría A, con un 57%) desea asegurarse antes del comienzo de la zafra a
determinado tipo de trabajador, que satisface sus expectativas, por lo que trata
de asegurarse su contratación con anticipación. Este mecanismo no opera con
tanta fuerza en el caso de las máquinas C, las cuales por otro lado, son las que
establecen las condiciones de pago con la mitad de sus trabajadores al
comienzo de la zafra y con un 17% las estipulan al final de ésta.
Cuadro Nº 4.7.2
Fecha de confirmación del pago a los trabajadores según categoría de máquina
confirma pagos
Total0
2 mesesantes
iniciozafra
finalzafra
100
CatSUL
A 0 57 43 0 100
B 0 50 50 0 100
C 3 47 44 6 100
D 0 33 50 17 100
Total 2 48 45 5 100
En el siguiente cuadro, observamos un comportamiento bastante
diferenciado entre las diferentes categorías de máquinas. Mientras que para
los maquinistas categoría A, el criterio prioritario para elegir sus trabajadores es
el comportamiento de los mismos, siendo seguido por la calidad, en el caso de
las máquinas B, el primer criterio es el comportamiento (aunque no tan marcado
como en el caso anterior) seguido por la realización de cursos del SUL por los
trabajadores.
Las máquinas C, también remarcan el comportamiento en la contratación
de sus trabajadores, ocupando el segundo lugar la calidad del trabajo mientras
que las máquinas categoría C, evidencian un comportamiento bastante
diferenciado, ya que los criterios “comportamiento” y “cursos SUL” demuestran
iguales guarismos (33%).
Cuadro Nº 4.7.3
Primer criterio utilizado para la elección del esquilador según tipo de máquina
1er. criterio elección esquilador Total
Cat.SUL
0Comporta
mientorendimi
entocalidad confianza
experiencia
residencia
familiarcursos
SUL
ABCD
0 86 0 14 0 0 0 0 0 100
0 79 0 0 0 7 0 0 14 100
3 64 3 15 3 3 0 3 6 100
0 33 0 0 17 0 17 0 33 100
Total 2 66 2 10 3 3 2 2 10 100
101
En el caso del segundo criterio para la elección de los esquiladores tanto
las máquinas A, B y C definen la calidad del trabajo hecho como el factor
principal para definir sus prioridades, aunque este compartimiento se manifiesta
con más fuerza en el caso de las máquinas A.
En este punto, nuevamente el comportamiento de las máquinas C,
ostenta diferencias, ya que en este caso, es le comportamiento y la confianza los
criterios que priman para la elección de los esquiladores tal como lo registra el
Cuadro 4.7.4.
Cuadro Nº 4.7.4
Segundo criterio utilizado para la elección del esquilador según tipo de máquina
2° criterio elección esquilador Total
Cat. SUL 0comporta
mientorendimiento calidad confianza experiencia residencia
cursosSUL
ABCD
14 0 14 44 14 0 0 14 100
0 14 7 35 14 0 7 21 100
3 23 3 38 6 3 6 18 100
17 33 0 17 33 0 0 0 100
Total 5 20 5 36 11 2 5 16 100
A modo de síntesis de los puntos analizados, resulta evidente que hay un
comportamiento diferenciado entre las diferentes máquinas de esquila. Mientras
las máquinas categoría A, evidencian un comportamiento más de tipo
“empresarial moderno” con criterios de eficacia y de calidad de servicio
deliberadamente perseguidos, en el otro extremo, las máquinas C, de corte más
“tradicional” siguen pautas de organización laboral regidas por principios que se
evidencian menos “profesionales” –aunque no por ello menos funcionales, a un
mercado demandante de este tipo de trabajo-.
102
En el medio, encontramos las máquinas B y C, que ostentan un pasaje de
un esquema de trabajo al otro (ya sea en sentido ascendente o descendente,
según el caso). Lo que si queda claro, luego del presente análisis, que “los
maquinistas de esquila” encierra un grupo heterogéneo de agentes que
desarrollan conductas y comportamientos diferenciados frente a la demanda de
sus servicios y frente al mercado de trabajadores oferentes de su fuerza de
trabajo.
4.8 Su vinculación con los trabajadores.
El proceso de trabajo y las relaciones sociales al interior de la comparsa
de esquila.
Los maquinistas de esquila fueron, en su gran mayoría, en algún
momento de su historia laboral, trabajadores en una comparsa de esquila y se
desempeñaron fundamentalmente como esquiladores.
En su nuevo papel de empresario, ejecuta aquellas tareas que no
solamente le confieren un status diferenciado, sino que por las características de
las mismas, puede dominar visualmente el conjunto del proceso laboral y por
ende a cada uno de los trabajadores. De ahí que lo más frecuente sea el
cuidado de la máquina de esquila, la afilada de herramientas, las tareas de
clasificación de vellones, ocupaciones que le permiten estar aquí y allá,
controlando personalmente la calidad del trabajo realizado y el ritmo desplegado
por la comparsa.
En términos de remuneración cuantificando la estructura salarial de la comparsa
por animal esquilado nos encontramos con la siguiente distribución:
Cuadro Nº 4.8.1 Estructura salarial al interior de la comparsa (por oveja).
PUESTOSalario por oveja
(en $)Porcentaje
sobre el totalPorcentajeacumulado
103
Barredor 0,34 3,27 3,27
Acondicionador 0,36 3,46 6,73
Alcanzador 0,37 3,56 10,29
Bolsero 0,38 3,65 13,94
Vellonero/levantador 0,39 3,75 17,69
Cocinero 0,50 4,81 22,50
Agarrador 0,55 5,29 27,79
Esquilador 3,34 32,12 59,90
Maquinista (*) 4,17 40,10 100,00
TOTAL 10,40 100,00Fuente: Confeccionado por el autor en base a datos surgidos de la mencionada
encuesta.
(*) En este valor no están deducidos los gastos de funcionamiento de la
comparsa (locomoción, alimentación, herramientas, etc. asumidos por el
maquinista en su rol de empresario). También es importante destacar, que el
maquinista percibe ese ingreso por todas las ovejas que se esquilan en la zafra,
mientras que el esquilador –que es en la tabla el otro “salario” elevado-, percibe
sus ingresos dividiendo todas las ovejas de la zafra entre la cantidad de
esquiladores que compongan la comparsa.
Tiene muy claro e impone su condición de “patrón” ya que hay un fuerte
sesgo “disciplinador” en la organización de la comparsa de esquila, no tanto
como rémora del pasado sino como elemento que refuerza la asimetría existente
entre empleador y empleado, en el sentido de fortalecer el rol de maquinista y su
diferencial de poder ejercido sobre los trabajadores.
En tal sentido, como se desglosa de la encuesta efectuada, el productor
no visualiza como problema a la hora de contratar máquinas de esquila, la
conducta de la comparsa, ya que el factor prioritario para obtener nuevas
majadas, señalado por los maquinistas, es la calidad del trabajo que se hace.
104
No obstante lo cual nos encontramos que el primer criterio de selección
de los trabajadores por parte del maquinista es “el comportamiento” y no la
eficiencia, lo que nos está pautando que para el empresario un elemento
importante a la hora de configurar su “empresa” es la posibilidad de ejercer un
marcado control social sobre sus trabajadores.
Este control social buscado por el maquinista juega un doble papel muy
importante a la hora de definir su rol en la empresa de esquila.
Por un lado reafirma su actual condición de “patrón” diferenciándolo del
hasta ayer, trabajador. Se configura en un fuerte elemento identitario, en un
ámbito de trabajo donde hay pocos elementos simbólicos que le confieran al
maquinista de esquila, una identidad diferenciada –se comparte un mismo
espacio laboral, la vestimenta es similar, la comida es en común-.
Por otro lado el control social ejercido, se constituye como elemento que
reafirma el poder detentado, necesario por ejemplo a la hora de objetivar su
posición en la estratificación social al negociar el salario con sus trabajadores.
Tan fuerte resulta este elemento coactivo que mencionaremos dos
elementos a modo de ejemplo, que caracterizan las relaciones de poder
imperantes en el conjunto de la comparsa.
En primer lugar la ausencia de un contrato escrito entre el trabajador y su
empleador, reproduce en el seno de la comparsa de esquila la misma asimetría
que señalábamos entre el dueño de la majada de esquila y el empresario de
esquila.
En segundo lugar, la ausencia de formas de organización cooperativas de
trabajadores para desarrollar tareas de esquila, estaría evidenciando, entre otras
cosas, una determinada incapacidad de constituirse en sujetos sociales per se
pasibles de conformarse en artífices de su propia condición.
105
Capítulo 5Acomodándose los zapallos en el carro…
El proceso de concentración en las máquinas de esquila.
5.1 El maquinista de esquila como contratista
A fines del siglo XIX y principios del siglo pasado, cuando se afianza la
explotación del lanar, coexisten dos modalidades básicas de organización del
proceso de esquila. Por un lado, existen en las grandes estancias, donde el
tamaño de la majada tornaban rentable tal decisión, instalaciones fijas de
máquinas de esquila, las cuales llegado el momento de la zafra se ponen en
funcionamiento con personal del propio establecimiento y eventualmente se
contrata trabajadores externos para reforzar el trabajo durante el lapso que lleva
la esquila. Este procedimiento se desarrolló en aquellos establecimientos
ganaderos, organizados con modernos criterios de racionalidad económica. Los
cuales buscaron por medio de innovaciones tecnológicas y una organización
laboral eficiente, que utilizara al máximo los recursos, una relativa independencia
de las condiciones productivas imperantes y el estado de desarrollo de la fuerza
de trabajo, en el conjunto del sistema productivo.
Por otro lado, existen comparsas de esquiladores –con tijera manual o “a
martillo”- que realizan la esquila en los establecimientos concertados de
antemano –generalmente el año anterior, ya que era habitual que cuando la
comparsa terminaba su trabajo quedaba “apalabrada” para volver a efectuarlo al
año próximo-. Estas comparsas, podían llegar a ser muy numerosas -hay
autores que señalan de hasta 50 o 60 esquiladores- organizadas bajo la jefatura
de un capataz, quien era el que daba nombre a la comparsa –“la comparsa de
fulano...”-, conseguía las majadas para esquilar y contrataba a los trabajadores
necesarios.
106
Es importante subrayar el importante papel articulador del capataz de la
comparsa, no solamente como agente económico –ofertando un servicio frente a
una demanda- sino en su función social, por cuanto el papel “disciplinador” que
le cupo desempeñar fue de primerísimo orden.
“Yo resaltaría en primer lugar que el empresario de esquila se caracteriza por el
manejo de la gente. El manejo de la gente hacia arriba y hacia abajo.” (Anexo 3.
Entrevista Nº 1. Pág. 1)31
El alambramiento desplaza importantes contingentes de mano de obra,
que de sedentaria se vuelve nómada, buscando oportunidades laborales que le
permitan subsistir. La esquila proporciona una “changa” que se torna en una
considerable fuente de ingresos, frente una escasa demanda de la fuerza de
trabajo rural.
En un escenario de fuertes tensiones sociales y políticas imperantes en
el medio rural -en pleno proceso modernizador y “disciplinador” de la fuerza de
trabajo- el hecho de reunir a un número importante de hombres en un galpón de
esquila, durante tres o cuatro meses, conlleva a una socialización forzada donde
las fuentes de conflicto surgen un día sí y otro también. De ahí la importancia
superlativa del capataz de la comparsa en el plano social, con un ascendente
cuasi “caudillesco” frente a los trabajadores. Garante de seguridad frente al
estanciero –de su propiedad e inclusive de su integridad física y la de su familia-
frente a un conjunto de hombres agrupados en un medio signado por profundas
inequidades, en el cual la violencia privada era una forma habitual de “impartir
justicia” y zanjar diferencias.
31 En las entrevistas que aparecen a lo largo del documento, la numeración de página onumeración de la entrevista, señala su ubicación en el “Informe final del proyecto deinvestigación: El empresario de esquila, aportes para una caracterización.” CSIC, Inédito 2007.
107
Este capataz de comparsa, -embrión del actual “maquinista”- es uno de
los prototipos humanos que efectúa la transición entre el “caudillo” que se
impone por sus cualidades de “líder carismático” - personaje que atraviesa todo
el siglo XIX - y la introducción de la disciplina en la empresa económica
articulando la dominación en torno a elementos legales y racionales, tornándose
de esta manera en un “capitán de empresa” capitalista. Agente de cambio en un
medio rural donde se profundiza la inserción del sistema de producción
capitalista -y las relaciones sociales de producción resultantes-.
“Las primeras formas de empresario de esquila fueron aquellos buenos
esquiladores, que a partir del dominio del oficio y con ciertas formas de manejo,
sobre todo de manejo de la gente, no? En primer lugar un grupo.” (Anexo 3.
Entrevista Nº 1. Pág. 1)
Al respecto resulta interesante lo estipulado en el Código Rural en su
artículo 238: “Los esquiladores pueden trabajar solos o en cuadrilla. Toda
cuadrilla de esquiladores debe tener un jefe.
Éste es la persona encargada de contratar con el dueño del rebaño, la que
debe vigilar la buena conducta de sus peones y responder del daño que éstos
causen.” (el subrayado es nuestro).32
En esta tensión entre lo “viejo” y lo “nuevo”, entre las relaciones
capitalistas de producción y las formas pre-capitalistas, hay elementos que
subyacen del pasado, no lográndose configurar relaciones modernas de
regulación y contratación de servicios. Prueba de ello es la ausencia de un
contrato escrito y suscrito por ambas partes, demandante y oferente, productor
agropecuario y maquinista, en el cual se estipulen de antemano las condiciones
32 Código Rural de la República Oriental del Uruguay. Sancionado en 1941- 43 - Anotado porNelson Nicoliello. Ed. Jurídicas Amalio M. Fernández. Montevideo 1978. pag. 180 – 182.
108
del servicio contratado y ofrecido. Estas se pactan “de palabra”, dejándose para
su resolución posterior, fruto de una negociación también verbal, las
condicionantes emergentes que modifiquen el contrato inicial.
Estas condiciones de contratación, tienen una parte más fuerte –el
productor- y una más débil, el maquinista. El demandante dispone, además de
su poder económico más o menos significativo, la fortaleza de requerir un
servicio con mayor oferta que demanda, lo que conlleva a detentar un poder de
negociación fuertemente desigual.
“Es así, y no es que… me vas a cobrar tanto? No, yo eso no te pago. Entonces
salgo a buscar otra máquina o en muchos casos peor, no: tanto. Es perverso,
realmente es perverso, en muchas ocasiones. Son varios casos, pero hoy día
les podría poner nombre y apellido.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 12)
Señalamos la importancia del capital social que posee en su haber el
maquinista. Por cuanto será en función de la red de relaciones sociales que
posea, las posibilidades que tendrá de vincularse con productores que contraten
sus servicios. En la medida que esta red esté más extendida, se beneficiará de
mayores oportunidades para obtener nuevas majadas y por ende lograr mejores
ingresos.
En el mismo sentido, opera este activo de capital social en lo concerniente
a la contratación de trabajadores. En la medida que posea un profundo
conocimiento de sus vecinos y de su zona –existe una fuerte segmentación
espacial en la contratación de la mano de obra dentro de la comparsa- será que
incorpore a aquellos individuos que más se avengan a sus necesidades y
requerimientos, tanto en lo que hace a condiciones técnicas de trabajo –
109
habilidad, destreza, prolijidad- como a características de control social –los
menos “rebeldes”-.
Precisamente es esta conjugación de factores –el trabajo y el capital- que
definen su rol, el maquinista es, en esta fase, un contratista o enganchador de
mano de obra. El mismo se constituyó como el intermediario entre los grandes
productores y los trabajadores, su papel, en estrecha vinculación con el
productor, era el de alimentar las relaciones de dependencia que mantuvieran la
fuerza de trabajo cautiva (Berenguer: 2002).
Este activo de capital social, que le permite conjugar –más o menos
armónicamente- la dotación necesaria de empleadores y trabajadores, es su
impulso y su freno, desde el momento que no ha permitido el desarrollo de una
fuerza social autónoma, al punto de no permitir constituirse al (un) conjunto de
maquinistas, como fuerza social con intereses específicos capaz de dotarse de
un grado de organización. No existe, actualmente ningún tipo de nucleamiento –
con algún tipo de organicidad- que relacione a los más de seiscientos
maquinistas del país.
- “Yo creo que realmente no hay, o no ha habido hasta hace… hasta ahora,
quizás ahora empiece a haber una transformación, una verdadera sensación
de gremio.
- Claro.
- Yo creo que son, una suma de individualidades. No hay un funcionamiento
colectivo. Muchas veces dentro de un mismo… en una misma área de
influencia, hay contactos entre ellos. Por la fijación de precios, de cobro, de
pagos y muchas veces el dato se utiliza para ver de cómo me puedo
diferenciarse de este para tomar su… o sea no hay una verdadera función
de… no hay un sentimiento colectivo.
- ¿Porque?
110
- Por competencia de la majada.” ((Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 8)
En una sociedad como la uruguaya, con fuerte tendencia a la
corporativización y al desarrollo de formas organizativas a todo nivel, llama la
atención que un sector de “empresarios” con presencia en la actividad
productiva de más de un siglo, no haya encontrado las formas organizativas de
constituirse como actor social, en la defensa de sus intereses específicos.
Una organización de tipo gremial en los maquinistas tendría por objeto,
entre otros, la formación de una estructura corporativa que presionase en el
sentido de lograr mejores condiciones –precios, tributación, cargas sociales,
etc.- - por el servicio ofrecido. En tanto el Uruguay es tomador de precios en el
marcado lanar -por lo que el precio de la lana es bastante inelástico-, los
principales conflictos, es de preveer, se producirían con el sector ganadero,
reconfigurando el actual escenario nacional y los distintos actores involucrados
(Ministerios, SUL, empresas acopiadoras y/o exportadoras, etc.).
5.2 La empresa de esquila.
La tendencia a la profesionalización y a la concentración,
basadas en el cambio y el mejoramiento técnico y tecnológico.
5.2.1 La tendencia a la profesionalización.
El SUL, cumple un importante papel en la articulación del complejo lanero
uruguayo. La materia prima proveniente de la fase agropecuaria, es en su gran
mayoría exportada, configurando históricamente el segundo rubro de
exportación del país.
111
A nivel industrial, es muy reducido el trabajo incorporado –lanas peinadas,
tops- exportándose gran porcentaje de “lanas sucias”. Este panorama, se ha
visto agravado por la virtual desaparición de la industria textil uruguaya, lo que
ha llevado a configurar un elemento adicional en la debilidad de la rama
industrial del complejo y la escasa incidencia de ésta en el mismo (por lo menos
a nivel nacional).
En este escenario, cobra mayor relevancia el papel desempeñado por el
SUL, ya no solamente en labores de investigación y desarrollo sobre
mejoramiento genético, manejo del rodeo lanar, incorporación de tecnología33,
sino en todos y cada uno de los procesos productivos de la fase agropecuaria.
Sea en la obtención de lana, en la producción de carne, promoviendo
determinadas cruzas, categorías de lanares para faena, etc.
En este marco, observamos como determinadas tareas desarrolladas
anteriormente fuera de la fase agropecuaria, como ser la clasificación del vellón
en función de su calidad –homogeneidad, finura de la lana, etc.- asumidas por el
consignatario lanero o directamente por la industria con trabajadores idóneos-
actualmente –mediante el acondicionamiento realizado en el propio galpón de
esquila- tiende a ser transferida a la fase agropecuaria, transfiriéndole también
los costos a la misma (ya que la diferencia de precio existente entre lana
acondicionada y no-acondicionada es mínima, al tiempo que se obliga al
productor –indirectamente- a que asuma la primera modalidad de
acondicionamiento en la remisión de su producción), caso que no sucede en
otras partes de la región, como por ejemplo en el sur argentino, donde en la
33 “La innovación es una construcción técnico-social donde se confrontan distintas percepcionesy capacidades de los grupos de referencia tejiendo relaciones de cooperación, conflicto ycompetencia entre ellos. Como resultado, los actores implementan acciones estratégicas ytácticas a través de las cuales elaboran y/o se adaptan a marcos de referencia sociotécnicos. Lainnovación en medio rural no es una caja negra. Los actores manipulan, modifican, recrean elobjeto técnico en función de sus capacidades de negociación, conocimiento, información,percepciones e intereses.” Bravo, Gonzalo C. 2000 En: Adopción de tecnología: ¿Difusión onegociación? X. Congreso mundial de Sociología Rural. Río de Janeiro.
112
mesa de envellonar se reúnen dos categorías de trabajadores, el clasificador o
el acondicionador de lanas, contratado por el productor es quien selecciona a
que categoría corresponde cada vellón presentado en la mesa de envellonar, el
cual posee una matrícula emitida a nivel nacional y con esta habilitación como
clasificador tiene la posibilidad de trabajar tanto en el campo como en las
barracas (centros de acopio) y lavaderos y los meseros que son quienes
extienden los vellones sobre la mesa y separan las partes más sucias y los
pedazos de lana de barriga que hayan quedado adheridos. En la década
pasada, Prolana34 impulsó la difusión del sistema Tally Hi y el acondicionamiento
básico en estancia, para lo cual realiza una capacitación a los acondicionadores,
a los cuales se les extiende una matrícula Prolana.
Estos acondicionadores son un miembro más de la comparsa de esquila y
su responsabilidad es la declaración de la calidad de cada fardo, por lo que
firman las planillas de romaneo, donde se detallan estos datos. Estos
acondicionadores no tienen reconocimiento para trabajar en barracas y en
algunos casos se refieren a ellos como meseros especializados.35
En el aspecto tecnológico, ha sido a instancias del Secretariado Uruguayo
de la Lana que se ha introducido, difundido e incentivado el método de esquila
denominado Tally-Hi diseñado por campeones de esquila de Nueva Zelanda y
Australia. Paulatinamente el Secretariado ha presionado en el sentido de lograr
imponer esta innovación tecnológica. Condicionando a la utilización de éste
método, tanto a las empresas y trabajadores dedicados a la esquila, así como
también a algunos productores lanares renuentes, so pena –vía precios,
dificultades en la comercialización de la lana, reducción de las majadas para
esquilar- de discriminar negativamente a aquellos que no adopten este tipo de
esquila.
34 Programa de Asistencia para el mejoramiento de la calidad de la lana, organismo dependientede la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación de la RepúblicaArgentina.35 Berenguer, Paula. Las transformaciones del trabajo en la esquila: nuevos perfiles y relacionesde los actores.
113
Concretamente en el caso de los maquinistas de esquila, hay una
decidida promoción por parte del SUL entre los productores laneros, hacia
aquellas empresas de esquila que adoptan los criterios organizativos y prácticas
tecnológicas propuestas por el organismo. Ello conlleva a que determinadas
máquinas obtengan nuevas majadas –en un proceso concentrador- en
detrimento de otras –que al ver reducida su participación y por ende su
ganancia, inclusive se ven obligadas a abandonar la actividad-. Esta práctica es
una evidencia del fuerte poder articulador del Secretariado ya no solamente
entre los productores, sino también de su incidencia directa aún hasta en la
regulación de la dinámica del sector servicios – léase empresas de esquila-
vinculado con la producción de lana.
“Con la industria de los operadores de lana, para lograr las bases de una
presentación que servía a todo el mundo. El gran éxito de todo esto, es hacerlo
juntos y no unos compartimentados con los otros, entonces se acordaron las
primas de bonificación por los acondicionamientos. Se vio que era lo que el
productor, a través de su comparsa de esquila, podía hacer en los galpones de
esquila, que le sirviera a la industria. La industria procesó eso, vio como se
podía pagar, como se podía… y ahí surge toda esta idea del acondicionamiento
de lana que es a partir de ese momento realmente donde se dan los grandes
cambios. Directa e indirectamente inciden en el funcionamiento de las
comparsas.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 7)
En consonancia con lo expresado más arriba los cursos ofrecidos por el
SUL se constituyen en una oferta de capacitación frente a una demanda
generada por el mismo organismo en su voluntad de mejorar el proceso de
esquila.
Tomando como indicador la inexistencia de sugerencias y/o comentarios
significativos, por parte de los maquinistas, respecto a elementos que hagan a la
114
mejora de los cursos impartidos, en una actividad que presuponemos compleja y
por ende susceptible de ser mejorada en varias dimensiones –ya sea a nivel
técnico, administrativo, manejo del personal, relacionamiento con el productor,
innovaciones tecnológicas, etc.- observamos la escasa participación activa de
los maquinistas en las definiciones sustantivas de la actividad.
De esta manera, un grupo de productores –quienes conforman la
dirigencia del organismo- hegemonizan el proceso de modernización en el
complejo lanar por varias vías y en variadas direcciones. Pautando, vía precios y
condiciones de comercialización, determinadas prácticas productivas.
Adiestrando la mano de obra necesaria en todos sus niveles: a través del
organismo en los niveles técnicos; a nivel de las empresas, empresarios y
trabajadores de esquila, vía precios pagados por los servicios y vía posibilidades
o no de trabajo.
5.2.2 La tendencia a la concentración.
En este esquema de funcionamiento, la crisis del sector lanero –debido a
la baja rentabilidad, consecuencia de una coyuntura de precios internacionales
desfavorables- y en consecuencia la reducción del stock ovino conlleva a la
reducción de la mano de obra necesaria para efectuar la zafra de esquila.
En tal sentido, se acentúan las tendencias señaladas más arriba.
Perduran en el medio, las máquinas que logran acumular una cierta cantidad de
majadas de esquila –las cuales les permitan hacer viable su ecuación en
términos económicos-.
De esta manera el organismo, fija las pautas de la tecnología a emplear,
selecciona las empresas de esquila exitosas, e inclusive –indirectamente- fija de
alguna manera la rentabilidad de la empresa de esquila –por medio de la
115
promoción o no de determinado maquinista- configurando de esta manera una
fuerte articulación del proceso laboral de esquila.
“Yo creo que va a haber una reducción del número de máquinas. Sí. Es más, yo
espero que lo haya, porque eso va a traer asociado, mejor equipamiento de
gente, de la gente, de las máquinas que quedan y un fortalecimiento en
clientela.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 14)
En este marco nos preguntamos entonces: ¿hasta dónde, el maquinista
de esquila se configura como un empresario independiente o por el contrario no
es sino un articulador que ofrece un servicio –el de la esquila- al grupo de
productores, núcleo del complejo lanero?
Tentaremos algunas respuestas en el apartado siguiente.
5.3 Los maquinistas como empresarios de esquila.
Si en torno al acervo de capital social, como hemos visto hay fuertes
condicionamientos y contradicciones que se ponen de manifiesto impidiendo un
mayor grado de desarrollo, en torno a otros componentes del proceso
productivo, existen importantes niveles de acumulación.
Hemos observado en la categorización efectuada en el capítulo 4, que
aunque no existe un grado de homogeneidad en el comportamiento
“empresarial” de todos los maquinistas de esquila, hay una marcada tendencia,
sobre todo en las categorías A y B a desarrollar “saberes” y niveles organizativos
en lo referente al proceso de trabajo. En estos casos, fundamentalmente,
prevalece un nivel técnico y organizativo que implica un importante acopio de
experiencia y/o capacitación, ya sea por vía empírica o por la adquisición en
116
instancias de formación específicas (cursos, asesoramiento técnico, etc.)
llegando a conformar lo que Barnard define como organización “…en la medida
que efectúa una red de funciones que implica cada una de las tareas definidas, y
por tanto, cierta división del trabajo. Supone también un fin, hacia el cual tienden
sus miembros, asociados en un conjunto de tareas así definidas y divididas. En
este sentido una organización es un sistema de actividades o fuerzas personales
conscientemente coordinadas.”36
Observamos también un importante poder de acumulación de capital
(máquinas de esquila, herramientas, medios de trasporte propio, recursos para
la financiación de la zafra) como fuerza de trabajo objetivada, lo que es un
indicador de la capacidad de ahorro de estos empresarios y su facultad de
insertarse en procesos productivos que permitan formas de reproducción
ampliada del capital.
En tal sentido, destacamos dos elementos que reafirman lo enunciado.
Primero, la importancia en los desplazamientos donde prevalecen
aquellos maquinistas que se mueven en un radio mayor a los 100 kilómetros, lo
que presupone desplazamientos que pueden llegar a los 200 kilómetros. Si
tenemos en cuenta las dimensiones del país y de cada uno de sus
departamentos, donde la mayor distancia entre dos ciudades es de 600
kilómetros, obtenemos una idea de la magnitud que los traslados que algunas de
las empresas de esquila realizan. En tal sentido apuntamos que si bien existe
una fuerte segmentación de los mercados laborales, en base a criterios
espaciales claramente delimitados, la misma pareciera no regir de la misma
manera para la contratación de servicios, existiendo en este factor una movilidad
espacial significativa aprovechada y consolidada por los empresarios de esquila
con una eficaz dotación de recursos –inversión de capital en medios de
locomoción-.
36 Barnard. 1938. in Friedman, Georges y Naville, Pierre. 1963. Tratado de Sociología delTrabajo. Tomo I. Ed. FCE. México.
117
El segundo elemento surge fundamentalmente de la capacidad de
respuesta que el maquinista de esquila posee frente a requerimientos del
productor. Mejoras técnicas implementadas en el manejo de las majadas,
nuevas categorías de producción cárnica hacen que la demanda de los servicios
de esquila se prolongue en el transcurso del año, ubicándose ya no en tres
meses zafrales sino abarcando seis y hasta ocho meses anuales.
Esta nueva “estacionalidad” de la zafra de esquila le plantea al maquinista
de esquila nuevas demandas y una forma de articular su trabajo distinta a la
practicada hasta ahora. Esta tendencia manifiesta, que poco a poco se está
consolidando, demuestra el poder de adaptación del maquinista a los
requerimientos laborales, así como su dependencia.
“Hay lugares donde la zafra, directamente desapareció. Tu te vas para Colonia,
para Soriano, la gente, ahora, en pleno período, donde normalmente esquilaban,
salen, esquilan en lo de fulano y de repente pasan cuatro días en la casa y
recién van a esquilar a lo de zutano.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 14)
Esta nueva realidad tiende a establecer cambios en la conformación
social de los maquinistas de esquila.
El maquinista, en una gruesa categorización, fue un productor rural que
buscó complementar sus ingresos con entradas extra-predio incursionando en el
sector servicios, siendo ésta una fuente de retribuciones secundarias.
Sin embargo, la encuesta efectuada nos está indicado que entre los
actuales maquinistas encontramos casi un cuarto de entre ellos que fueron
productores rurales y actualmente no lo son. Estos se han volcado al sector
118
servicios. Servicios que en un proceso de profesionalización demandan una
mayor eficacia de las tareas de esquila, dinámica ésta que a su vez tiende a la
concentración, entre quienes pueden dar satisfacción a los requerimientos que le
impone el mercado.
Esta concentración, va de la mano de la desafralización, ya que al
producirse una extensión de la duración del tiempo de esquila en el año, se
procesa un cambio cualitativo en el rol jugado por algunos de estos contratistas,
configurando de esta manera un nuevo sujeto social: el empresario de esquila.
Camino ya comenzado a transitar por algunos de ellos.
Algunos autores, como Lobstein (Lobstein; 1963) señalan cuatro
características en la definición de una empresa:
1) un centro de contabilidad,
2) una cierta continuidad y fijeza,
3) un trabajo colectivo, aunque mediado por una estructura de poder ya
que el mando es una forma dominante de las relaciones de persona a persona
en una empresa y por último
4) la autonomía de la empresa, la cual se traduce en posibilidades de
acción sobre sí misma y sobre su medio.37
Se conjugan en la misma, aspectos técnicos (técnicas contables y de
registro que aseguran la maximización de beneficios con una correcta dotación
de recursos), técnica y tecnológicos (capacidad de articular una respuesta
técnica y tecnológica acorde a la demanda del mercado en términos de calidad y
eficacia del servicio ofertado) y sociales (capacidad de dotar a los recursos
humanos de una capacitación acorde a las necesidades de la empresa al mismo
tiempo que articular los mecanismos de dominación y/o sujeción que permitan
un funcionamiento armónico y acorde con los objetivos preconizados –
motivación-). Elementos estos que hemos encontrado al procesar la encuesta en
función de las distintas clases de máquinas de esquila. En algunas categorías
37 Lobstein, Jacques. 1963. Estructura y organización de la empresa. In Friedman, Georges yNaville, Pierre. Tratado de Sociología del Trabajo. Tomo II. Ed. FCE. México.
119
presentándose de manera más categórica, en otras esbozándose como
tendencia incipiente, pero sin duda anunciando el sentido y la dirección de hacia
donde apunta la tendencia de la “profesionalización” de la “empresa de esquila”.
“…nosotros hemos focalizado en los últimos años, la atención del servicio de
esquila y acondicionamiento de lana en aquellas empresas de esquila que
manifiestan su preocupación y su interés en recorrer ese camino. Porque
pensamos que son las empresas que a lo largo van a sobrevivir. Aún en una
situación de reducción de stock o de limitación del stock ovino, pensamos que
son esas empresas las que están llamadas a seguir permaneciendo, porque son
las que van a poder dar respuesta a las necesidades de los productores. De
repente hoy, el productor no les está planteando, pero seguramente las marque
de aquí a relativamente poco tiempo. Aquella gente que ha preferido, con
buenas empresas de esquila, que han dado buen servicio a lo largo de los años,
pero han preferido mantenerse en una situación más cómoda, relativa, más
cómoda, porque no tiene un cliente demandante, entonces no da determinados
pasos que necesita dar, para ponerse a la altura de lo que pueden ser
exigencias mayores, en materia de equipamiento dentro de la máquina, en
materia de capacitación del personal o exigencia de la capacitación o el propio
número del personal, por ejemplo en las tareas de acondicionamiento.
Seguramente esa empresa, cuando sea demandada de golpe, no le de el tiempo
para responder. Porque no ha tenido el proceso de formación y decantación
para poderlo hacer, por lo menos en la mejor forma.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1.
Pág. 5-6)
5.4 Los procesos de movilidad social en las últimas décadas y los cambios en
el agro.
120
El modelo productivo imperante en el agro hoy, en la reasignación de
recursos tiende al logro de rentabilidad en función de economías de escala.
Opera también en el caso estudiado de una forma novedosa y sutil, desplazando
pequeños productores y acelerando el proceso de transformación de algunos en
empresarios al sector servicios, en la medida que esta “nueva” actividad les
permite formas de reproducción ampliada del capital y no solamente la
reproducción simple del mismo, tal como ocurría en su condición de productores,
debido a las dificultades cíclicas que enfrenta el sector un año sí y otro también
–a pesar que coyunturalmente existen ciclos de bonanza, donde el proceso
antes descrito, tiende a enlentecerse, aunque no a desaparecer-.
El proceso de fuerte inserción de las relaciones capitalistas en el agro,
acentuado en las últimas décadas, ha modificado no solamente la estructura
productiva del mismo, sino la estructura social y las relaciones imperantes en él.
El caso de los contratistas de esquila es un ejemplo paradigmático, ya que una
estructura social y laboral que conoció un proceso de lento desarrollo y
modificaciones en medio siglo, se vio sacudida por una tardía y acelerada
“puesta a punto” de la mano de la apertura comercial y la liberalización de la
economía.
Algunas estructuras productivas, deben rápidamente “ponerse al día” con
las formas de producción de países desarrollados en materia de producción
lanar, para tener alguna oportunidad a la hora de competir en los mercados
internacionales.
Esta “puesta al día” implica cambios no solamente en el desarrollo técnico
y tecnológico, sino también en las estructuras sociales de producción, del viejo
“capataz de cuadrilla” al “empresario de esquila” hay una distancia que no es
solamente nominativa, sino que obedece a realidades productivas distintas y a
modelos económicos que han cambiado de forma.
La introducción del método Tally Hi, el acondicionamiento de la lana en el
galpón – tarea que antes se realizaba en la barraca de acopio de lanas-, la
enfardadora mecánica son algunas de las modificaciones introducidas en las
121
últimas décadas. Ellas, sumadas a la reducción del stock ovino, debido al poco
interés que la explotación que este rubro despierta en el productor
(fundamentalmente por los precios de la lana en el mercado internacional)
ha llevado a las comparsas de esquila existentes en el país a transitar por
dos caminos. Por un lado la desaparición de muchas de ellas y por otro, la
aceptación de la presión ejercida por el SUL a mejorar sus niveles de eficiencia
en la cosecha de la lana, ya que tanto en lo que refiere al manejo de la majada
(menores daños infligidos a la oveja durante la esquila) así como la conducta
desempeñada por los trabajadores en el establecimiento (cuadrillas más
disciplinadas y ordenadas) también se ve reflejado en beneficios a la hora de
comercialización del producto, ya que o bien los precios obtenidos son mejores o
es más rápida y segura la comercialización del producto.
122
Capítulo 6Enfardando el vellón…
A modo de conclusiones.
6.1 La “auto-construcción” de un empresario rural.
En síntesis, desde una perspectiva “profesional” u ocupacional, el
maquinista de esquila es un ex trabajador de esquila (ya sea que haya
comenzado como asalariado o sea un ex-productor obligado a complementar
ingresos fuera de la explotación) que gracias a una acumulación de capital
económico, así como también de capital social, ha logrado constituirse como
empresario. Por esta vía ha logrado de alguna manera romper una fuerte
segmentación geográfica existente en el mercado laboral rural y extender su
oferta de servicios a nivel de una región más o menos extensa, abarcando hasta
3 y 4 departamentos.
Su dependencia de la fase agropecuaria de la cadena de producción lanar
es muy grande. Son los mercados internacionales –globalización mediante-
quienes imponen las condiciones técnicas, tecnológicas y aún en muchos casos
económicas en las que se desarrolla la tarea de esquila, articuladas a nivel
nacional por los productores –fundamentalmente aquellos agrupados en el SUL-.
Aquellos que mantienen la dualidad de empresarios de esquila y
productores rurales en actividad, que complementa sus ingresos con actividades
extra predio, se encuentran en la disyuntiva de priorizar alguna de las
actividades, por cuanto las innovaciones técnicas en la cría del lanar, imponen
una dinámica a las empresas de esquila, de mayor profesionalidad al tiempo que
extienden en el tiempo, el período de cosecha, llegando a ocupar hasta ocho
meses en el año, los servicios de la empresa de esquila.
123
Este fenómeno de la “deszafralización” ha llevado a algunos a desarrollar
una profesionalización en la tarea que lo aleja de la simple figura de
“enganchador de mando de obra” para conferirle características de moderno
empresario. Encontramos, por ejemplo, empresarios que complementan las
labores de esquila con otras tareas pecuarias que requieren gran cantidad de
mano de obra en un período acotado y con una cierta dotación de capital fijo –
como ser camiones, etc.- realizando tareas de carga en las cosechas, etc.
Al interior de la comparsa, es interesante observar aquellos elementos de
los cuales se vale el maquinista para marcar la diferenciación social imperante,
no solamente los económicos, sino fundamentalmente los simbólicos. En un
ámbito donde es muy difícil la objetivación de las diferencias de clase, a pesar
de la posesión de los medios de producción y la apropiación de la plusvalía,
existe toda una gama de situaciones que ilustran lo difícil que puede llegar a ser
la imposición de una estructura empresarial capitalista con roles visiblemente
diferenciados y con una estratificación social claramente definida.
Pensamos que este último elemento señalado, abre toda una línea de
investigación, por cuanto no existen estudios exhaustivos que releven el
fenómeno de este tipo de “empresario” rural. Los contratistas de mano de obra,
los maquinistas de esquila, quienes arriendan maquinaria agrícola, algunos tipos
de alambradores que contratan mano de obra asalariada son formas
transicionales entre la mano de obra asalariada y la categoría de empresario
capitalista.
¿Estas ocupaciones tienen en su origen trabajadores que en un proceso
de capitalización creciente ascienden a la categoría de empresarios? En el caso
de los maquinistas de esquila pensamos que se conjugan las dos vertientes, por
un lado esquiladores o trabajadores que por sus aptitudes y capacidades, logran
realizar un incipiente proceso de acumulación que les permite pasar a la
categoría de pequeños empresarios y por otro lado, muchos pequeños
124
productores que debido a la insuficiencia de los ingresos generados en su
predio, se ven en la necesidad de buscar otras fuentes laborales que les
permitan mantenerse en el sector.
¿Qué grado de autonomía –frente al gran capital- tienen? Ha quedado
demostrado, a lo largo del análisis realizado que una parte de los maquinistas
responden a las señales emitidas desde el organismo articulador de los
intereses de la producción lanar, pero también se observa que un número
importante de “comparsas” –ubicadas en la categoría D y C- no son tan proclives
a reconocer y aceptar la “modernización”. No nos es posible, con los insumos
disponibles explicar este comportamiento, si el mismo se debe a factores de
incapacidad, a factores de “resistencia” o si obedece a causas más profundas.
Pensamos que así como no existe “un” campo uruguayo, sino una multiplicidad
de agentes que interactúan en el mismo, con distintos intereses, grados de
desarrollo técnico y tecnológico y estrategias productivas, articulados entre sí a
veces y otras con distintos mercados, la existencia de una pluralidad de
máquinas de esquila – categorizadas por el SUL como A, B, C y D- obedecen a
esta conformación agraria nacional.
¿Qué mecanismos de contratación utilizan para reclutar a sus
trabajadores? En el caso de las cuadrillas de esquila, fundamentalmente hemos
visto que tienen gran peso las formas de vinculación basadas en mecanismos
particularistas. El conocido, el familiar, el vecino… parecieran ser los
mecanismos imperantes. No debiera sorprendernos, pues en última instancia,
obedecen a la estructura social del medio rural.
6.2 Las empresas de esquila hoy.
125
Las empresas de esquila hoy, fines del año 2006, en comparación al
momento de realizada la encuesta (zafra 2001) han experimentado algunas
modificaciones, de las cuales tentaremos dar cuenta.
Las fuentes de las que nos hemos valido para realizar estos “ajustes” son
los registros del SUL, en cuanto a número y tipo de máquinas, la información
suministrada por sus técnicos y la observación directa realizada por nosotros.
Claro que cualquiera de estos elementos no tienen la contundencia de métodos
cuantitativos como es el caso de la encuesta realizada, pero pensamos que de
todas maneras son válidos en la medida que expresan una parte de la realidad,
tal como es percibida.
Para comenzar a describir los cambios acaecidos, es necesario
contextualizar la situación económica por la que atravesaba el agro en el año
2000, 2001 y la actual en el 2006.
Debido a la devaluación brasileña del real en el año 1999, la actividad
económica del país se vio severamente afectada.
Hoy día, después de un sostenido crecimiento a partir del año 2004 en
adelante, las tasas de crecimiento de los años 2004, 2005 y 2006 exhiben
guarismos de franca recuperación, proyectándose para el año 2007 una tasa de
crecimiento inimaginable años anteriores. En lo concerniente al rubro
agropecuario, en el mismo se ha registrado un crecimiento en los años 2004,
2005 y 2006 récord, sosteniéndose el impulso en el año 2007.
En este escenario también se han procesados cambios cualitativos que
han modificado profundamente la estructura productiva. Hay dos actividades que
nos interesa subrayar, por cuanto consideramos que son las que más
modificaciones han impuesto en los últimos años, la forestación y el cultivo de
soja de forma intensiva.
El desarrollo de la forestación, se inició en la década del 90, a influjos de
una legislación que promovía dicha actividad. Ello trajo aparejado un crecimiento
explosivo de la actividad.
126
En los últimos años, la demanda del sector en términos de recursos
humanos ha ido en aumento, ya sea porque se continúa forestando así como
también porque se ha extendido la necesidad de realizar tareas de
acondicionamiento (poda, raleo) en las plantaciones y de cosecha (tala) de la
misma al tiempo que se ha desarrollado en forma explosiva el cultivo de la soja,
Esta realidad signa el perfil productivo de la actividad agropecuaria en el
Uruguay del presente. Por lo menos de los dos grandes rubros de explotación
que han causado mayor impacto. No detallamos los demás sectores –los cuales
en su mayoría conocen tiempos de prosperidad - por entender que a los efectos
de nuestra exposición lo expuesto es suficiente para tener una idea de la
realidad agropecuaria.
Estos desarrollos han tenido importantes consecuencias en todo el
panorama agropecuario nacional, tanto en lo que refiere al factor tierra (limitando
y/o reduciendo otras actividades productivas) así como ha causado impactos en
los mercados de trabajos.
Específicamente en el sector de ganadería ovina, la expansión de los
cultivos ha dificultado la recuperación del sector, sumado a la inestabilidad de
los precios internacionales de la lana, factores estos que han desestimulado el
crecimiento del sector.
En todos los sentidos compite. Sacándole lugar a la oveja, o sea reduciendo
potencialmente clientes y el personal de trabajo. (Anexo 3. Entrevista Nº 1.
Pág. 14)
Menos ovejas, se traducen en la necesidad de menos trabajadores y
menos máquinas de esquila año a año. Ello ha hecho que se reduzca el número
de las mismas en aproximadamente un 30%. Esto, no quiere decir que hayan
quedado las “mejores” sino aquellas que han podido sobrevivir. Como lo
127
expresábamos en el capítulo anterior, no hay “un” solo medio rural ni tampoco
“un” único comportamiento productivo. Hay una pluralidad de conductas que se
expresan realizando distintas opciones, y en este marco es que han prevalecido
distintos tipos de máquinas de esquila.
Los técnicos observan que el proceso de “selección” se viene
produciendo en el sentido que tienden a desaparecer las máquinas más
ineficientes, las más “improvisadas”, aquellas en que el servicio ofertado adolece
de menor calidad. Esta observación pareciera lógica, inserta en el marco de un
proceso de selección “natural” del sistema de producción capitalista, donde el
mercado “premia” a aquellos que realizan una asignación de recursos más
eficiente en detrimento de quienes no tienen esta capacidad.
Esta lógica descrita, por otro lado “atenta” contra los empresarios y
maquinistas de esquila que se mantienen en la actividad, socavando las bases
mismas de la estructura de trabajo de la empresa de esquila ya que
concomitantemente, la aparición de nuevos rubros productivos ha traído
aparejada la necesidad de mano de obra para las nuevas producciones
(fundamentalmente en el sector de la forestación, ya que el cultivo de soja viene
acompañado de un avanzado paquete tecnológico tendiente a sustituir la mano
de obra por modernos procesos de mecanización). Ello se ha traducido en una
demanda de mano de obra, más acentuada que la preexistente en el mercado
de trabajo rural. Lo que ha dado lugar a fuertes procesos de desplazamiento de
aquellas actividades que resultaban menos atractivas hacia las que ofrecen
mejores oportunidades.
“Yo creo que va a haber una reducción del número de máquinas. Sí. Es más, yo
espero que lo haya, porque eso va a traer asociado, mejor equipamiento de
gente, de la gente, de las máquinas que quedan y un fortalecimiento en clientela.
Porque se mantienen las mismas, el mismo número de máquinas o números
128
similares, pero de repente no con el mismo número de tijeras operativas. No es
que queden cantidad de esquiladores sin salir. No, el esquilador no sobra.”
(Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 15)
Una de las principales características del trabajo de esquila es su
estacionalidad y más allá de la tendencia a la deszafralización de la actividad, la
misma se concentra en determinados meses del año, no ofreciendo alternativas
laborales durante los meses siguientes.
“Ocho meses, pero… van, salen, vuelven, salen, vuelven. Hay lugares
donde la zafra, directamente desapareció. Tu te vas para Colonia, para Soriano,
la gente, ahora, en pleno período, donde normalmente esquilaban, salen,
esquilan en lo de fulano y de repente pasan cuatro días en la casa y recién van a
esquilar a lo de zutano. A veces, las comparsas como tales, se mantienen por
decir que sí, pero a veces son dos comparsas, dos maquinistas que se unen.
Casos de… no sé… concretamente por ejemplo en Dolores, que es un lugar
donde se ha dado una reducción muy importante, en el departamento de
Soriano, en torno a Colonia, una gran reducción del stock ovino, pero había muy
buenas máquinas. De repente fulano, está esperando que el otro colega termine
la esquila, para que cuando termine, tomar su personal e ir a esquilar a un
cliente suyo y muchas veces lleva como empleado al maquinista de la otra
comparsa y se da a la inversa en otras situaciones. Entonces, en realidad no son
dos comparsas. Es una nave con dos pilotos distintos.” (Anexo 3. Entrevista Nº
1. Pág. 14)
Ello ha llevado a los trabajadores temporarios, eventuales o zafrales a
establecer estrategias de sobrevivencia que les permitan disponer de una
129
pluralidad de fuentes de ingresos que les permitan hacer frente a sus
necesidades durante todo el año.
Esta tarea no es sencilla, no solo por los costos económicos y de energía
que supone, sino porque dificulta la articulación del trabajador en el marco de
una familia, de una comunidad, de la sociedad. Históricamente la tendencia del
hombre, es a la sedentarización, por el ahorro de recursos y energías que esto
implica y además porque hemos estructurado nuestras sociedades en torno a
esos parámetros.
En el trabajo de campo desarrollado con motivo de la encuesta que
presentamos, muchos trabajadores acusaban el estar lejos de su familia y de su
entorno familiar, como uno de los factores adicionales que desestimulaban el
trabajo en la esquila.
Precisamente, el trabajo en la forestación ofrece dos atractivos
importantes para un trabajador de esquila, la posibilidad en algunos casos de
trabajar un tiempo más o menos largo (en meses) en el mismo lugar, lo que le
posibilita el traer a su familia a la localidad donde trabaja o en algunos casos, el
viajar diariamente hacia el lugar de trabajo y volver al finalizar la jornada a su
casa.
El segundo atractivo, es la posibilidad de tener un trabajo continuo
durante todo el año, quizás en tareas distintas, quizás con ritmos de trabajo e
intensidad diferentes, pero con la perspectiva de tener más o menos asegurada
su fuente de ingresos.
Estos elementos han impactado fuertemente en el marco de las cuadrillas
de esquila, donde encontramos trabajadores manualmente hábiles,
acostumbrados al trabajo con maquinarias, habituados a largas jornadas de gran
exigencia física y disciplinados en el trabajo colectivo. La consecuencia en
muchos casos ha sido la “reconversión” laboral y no solamente de los
trabajadores de la esquila, en muchos casos, el mismo maquinista, se dedicó de
lleno a trabajar en el rubro forestal.
130
“Hay máquinas de esquila, yo conozco algunos casos concretos, que han
mantenido el grupo unido a lo largo del año, por ejemplo en tareas de
forestación: raleo, podas, limpieza, etcétera, etcétera. Llegaba la época de
esquila, ese mismo grupo se mantenía unido, se evitaba aquello del trasiego de
personal de un lado para el otro. El encargado daba… el maquinista, el
empresario, daba tareas, daba trabajo a lo largo de todo el año, llega el
momento de la esquila y salía. Eso yo hoy día, veo que algunas de esas
personas que salieron a otras actividades como la forestación, para poder
mantener un conjunto, hoy decididamente se volcaron a la forestación, porque
les da más. Les da trabajo todo el año, o un trabajo más estable a lo largo del
año.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 10)
Estos impactos en la actividad ganadera ovina y en el mercado de trabajo
vinculado con la misma, tienden a reforzar dos posibles tendencias en torno a la
actividad de las comparsas de esquila, por un lado aquellos volcados a la
profesionalización. El “empresario de esquila” quien –con el apoyo técnico- será
el agente que lleve adelante la “cosecha” en las majadas más grandes e
importantes. Por otro lado, complementariamente, aquellos maquinistas que con
una “maquinita” chica, sin muchos recursos tecnológicos y juntando un vecino de
acá y otro conocido de allá, logren “armar” una comparsa y “salgan” a la zafra,
para redondear algunos ingresos que “escasean” el resto del año…
“…el chiquitaje, que sin hacer una gran cosa, sin hacer una gran cosecha, está
sacando clientela a máquinas que realmente quieren… y se han preocupado y
han ido para adelante, no? Es, hoy día te diría que es uno de los objetivos
importantes. Lograr no perder lo que hemos alcanzado. Esas máquinas
acreditadas que mantengan, aumenten pero… también que desaparezca lo otro.
Se han ido achicando las otras, no? salvo algunas… se han ido achicando.
131
Como que hay una tendencia. Se mantienen, cada vez esquilan menos y
bueno.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 18)
… y seguirán “saliendo” porque ser “maquinista” de esquila, además de lo
estudiado desde una perspectiva económica y social-laboral es también, en
muchos casos, un “oficio” que confiere identidad a quien lo ejerce.
“…vemos que hay gente muy eficiente en su tarea, y que con mil dificultades,
sigue manteniéndose en el rubro y hace mil años que está amenazando de
repente, que va a dejar de salir, que va a dejar de salir, y llega la zafra y sale.
Seguramente debe de haber mucho de un relacionamiento muy directo, hasta en
los motivos de ir… en el orgullo. A veces es mucho más fácil de plantearse esa
disyuntiva con una visión más ciudadana, no? Más urbana. A veces sorprende…
digo, pensar que si este hombre estuviera volcando el esfuerzo en otra cosa, de
repente estaría haciendo lo mismo o parecido, pero con menor esfuerzo, no sé.
Pero hay gente que siente que, mi oficio, mi actividad, es la esquila y ´ta.Sabe que va a morir de viejo en eso, no? Hay una mezcla de cosas, no es un
cálculo simplemente.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 15)
133
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137
Anexos.
Entrevista No. 1
Fecha: Noviembre del 2000.
Lugar: Departamento de Florida.
“Uno no puede pretender que en la esquila va a pasar bien.”
La entrevista fue realizada al encargado de la máquina. El dueño, no estaba a
cargo de la misma, debido a que en el momento de salir de zafra, había obtenido
un trabajo efectivo como encargado de un establecimiento rural.
El encargado, al tiempo que realizaba sus tareas de cuidado y atención de la
máquina, también esquilaba.
Era un hombre de 52 años, quien se mostró comunicativo en la entrevista
realizada.
- ¿De dónde es usted?
- De Pueblo Goñi. Ahí es donde vivo, pero yo soy de la ciudad de Durazno. Hace
cuarenta y cinco años que vivo ahí.
- ¿Cuánto hace que esquila?
- Yo esquilaba maneado (método tradicional). Que esquilo así, suelto, hace
cuatro o cinco años.
- ¿Hizo el curso?
- Sí.
- ¿Le resulta más fácil?
- Sí. Lo que pasa es que ya tengo algún año. El manejo de tijera y todo lo sé
bien, pasa que cuesta más, y hacer otras cosas...
- ¿Usted hace otras cosas?
- Quiero decir, atender la máquina, ver el agua... El trabajo de la tijera lo tengo
que parar y darle la tijera a alguno, arreglar otra, todo eso.
138
- ¿Es el primer año que sale como maquinista?
- No. Con esta máquina sí, pero yo ya había salido con otra máquina de la
doctora Abreu. Salí unos años, pero esquilábamos allí, dos o tres casas nada
más.
- ¿Cuánto hace que esquila?
- Yo que esquilo hace veintisiete años.
- ¿Y empezó en esto?
- No, yo empecé en otras cosas. Primero empecé embolsando, en una máquina
de cuatro (tijeras), cocinaba... después a los muchos años empecé a esquilar
maneado. Como veintidós años, veintitrés,... y ahora, cuatro o cinco años.
- ¿Cuánto llegó a esquilar?
- Maneado, llegué a esquilar ciento ochenta.
- ¡Ciento ochenta por día!
- Sí. A veces... Había días que no. Depende de la majada. En algunas ciento
cincuenta, ciento sesenta. Si uno agarra una majada medio flaca como ésta,
llena de piojos, va patinando.
- ¿Con esto esquila igual o esquila menos?
- No, este año son menos.
- Claro, porque este año está haciendo otras cosas... pero yo le pregunto con
este método?
- El año pasado anduve bien. Con otra máquina. Esquilé como 4.000 vellones.
- ¿Cuántos vellones esquilaron con la otra máquina?
- Esquilaron 22.000.
- ¿Y en esta, este año, cuanto tienen para esquilar?
- En esta hay 11.000. Pero el año pasado, esta máquina esquiló dieciocho y
pico.
- ¿Cordero pesado, han hecho? ¿Hacen?
- Si hay sí. Este año esquilamos poco. A veces lo agarra la flechilla, y no
conviene esquilar. En algún lado esquilan.
- ¿Acá desojan y eso?
139
- Acá no se ha hecho nada. Está a la criolla esta lana. Esta esquila. Porque la
mayoría de las lanas se acondiciona. Hay que desojar, que descolar, todo... y
tirar el vellón que quede tendido arriba de la mesa. Acá nada. Toda la lana con
orín, sucia.
- ¿Y usted antes esquilaba así?
- No, no. Ya hace cinco años que esquilo acondicionando. Antes esquilaba
maneado. Se maneaba la oveja. Ahora, la mayoría de la gente no está con la
idea de acondicionar, porque la lana no vale nada, no se la pagan.
Bueno y el cordero es el otro tema también, muchos no lo quieren esquilar,
como acá en esta casa porque es un gasto, se cobra un poco menos que la
oveja. Algunos lo hacen esquilar ellos. Pagan $ 3.50 y les queda el resto libre, al
patrón.
- ¿Usted además de esto, el resto del año, que hace?
- Ah. Yo trabajo en lo que venga. Alambrados.
- ¿Siempre en campaña o en el pueblo?
- No, no. Trillas, cortar maíz.
- ¿En esta zona, qué es lo que se hace, principalmente?
- Y en esta zona ahora, es alambrados. Postes.
- ¿Montean?
- Sí.
- ¿Monte criollo o...?
- No, eucaliptos. Yo en lo que no trabajo hace muchos años, que antes
trabajaba, en las estancias. Antes trabajaba.
- ¿Trabajó en las estancias?
- Trabajé en una época, que tenía veinte, treinta años.
- ¿De peón?
- Sí. Tenía caballos. Trabajaba en las trillas...
- ¿Tiene la familia en el pueblo?
- No. Sí. Era casado. Tengo hijos grandes. El que anda agarrando es hijo mío.
- ¿Cuántos hijos tiene?
- Tres. El menor es el que anda agarrando.
140
- ¿Tiene casa en el pueblo?
- Alquilo.
- ¿Es bravo el trabajo de la esquila, no?
- Sí. Uno no puede pretender que en la esquila va a pasar bien. Mal tampoco
porque comer, va a comer bien. Ahora no es como estar en la casa de uno. Acá
lo que tiene que uno anda siempre a la carrera.
- Y todavía viene gente del pueblo a estorbar... a hacer preguntas...
- No, no hay problema, aunque hay poca comodidad.
- No, a nosotros más que nada nos interesa ver las distintas formas de trabajar,
la gente...
- Acá la mayoría, son todos de campaña, gente que trabaja en el campo.
- ¿Y usted siempre trabajó en el campo?
- Toda la vida. Desde que salí a trabajar a los dieciséis años. Siempre.
- ¿Hizo la escuela y después salió a trabajar?
- Sí. Salí a los catorce años de la escuela. E hice de todo un poco, tambo. Y en
la esquila, a los dieciséis años salí.
- ¿Siempre acá en la zona?
- Sí, en el departamento de Florida más bien, y Durazno. Y he andado, anduve
en la caña de azúcar en Bella Unión, en el 77 y después en el 86. Fallaban los
trabajos acá. No había nada. Y arranqué para allá. Hice la temporada y me vine
en septiembre para acá.
- ¿Y alguna otra zafra que recuerde?
- No. Trabajo de campo. No voy a decir que soy profesional, pero más o
menos...
- Y más que nada se dedica al alambre...
- Seguro. Pero me dedico a lo que venga. Si tengo que trabajar, trabajo. Para
este hombre le trabajo (se refiere al ex –dueño de la máquina que es
alambrador) y si sale un trabajo para mí lo hago, no? Como peón... y ahora
como está medio difícil la cosa. La gente que tiene estudios, a veces no puede
agarrar nada.
- ¿Cómo aprendió esto de la máquina?
141
- Lo poco que sé, por las zafras que tengo. Tuve un patrón que era el dueño de
esta máquina y anduve diez años con él, en esta máquina. Siempre me decía y
mostraba y me daba oportunidades.
- ¿Pero tuvo una máquina a su cuidado?
- Sí, sí. Una máquina más grande que esta, de seis (tijeras). Como ésta, pero
más grande el cuadro.
- ¿Y organizaba todo?
- Sí, yo conseguí toda la gente, me encargaba de pagar, de arreglar con los
establecimientos. Y él me daba la máquina y me daba un porcentaje.
- ¿Y acá el arreglo es igual?
- No, acá el dueño de la máquina me paga por oveja a parte de la esquila. Si
cuadra me pagan yo levanto la plata y bueno, le pago a la gente. Y la esquila
mía va a parte, después por animal tengo otro precio.
- ¿Por qué usan arpillera y no otras bolsas (para embolsar la lana)?
- Y bueno, porque acá, como no acondicionan, ponen así.
- ¿Es más barata que la de plástico?
- Es más fuerte.
- ¿En otros establecimientos ustedes usan otras bolsas?
- Ah sí, en otros establecimientos, donde hay que acondicionar en la mesa,
usamos bolsa de nylon… son la mayoría. Son contadas las casas que embolsan
con arpillera.
- ¿Cuántos vellones entran por bolsa?
- Cuarenta, cuarenta y pocos.
- ¿Y en las otras (de nylon)?
- Depende, si son vellones medio grandes, como estos, treinta.
- Usted me decía que su hijo trabaja acá con usted.
- Sí, es el que anda agarrando.
- ¿Y los otros? ¿Trabajan en el pueblo?
- Tengo una hija casada, y otro es inválido y tiene una pensión, no puede
trabajar, tiene 24 años.
- ¿Yéste, hace mucho que sale con usted?
142
- Ah sí, sí. Siempre sale conmigo, aunque a veces si no hay trabajo conmigo,
busca por su cuenta.
- ¿Vive en el pueblo también?
- Sí.
- ¿Es casado también?
- No. Tiene una pieza aparte. Vive conmigo. El otro vive con la madre.
- ¿Qué edad tiene?
- Tiene 26 años.
- ¿Es el mayor?
- Es el menor. Tiene 25 y la hija tiene 26.
- ¿Y usted me dijo que tenía…?
- 53 años. Hace 29 años que trabajo. He hecho de todo un poco. He ido a la
caña de azúcar. Acá en el Uruguay no debe de haber nada más bravo que eso.
- ¿Ah sí?
- Ah, no hay esquila, no hay nada. Primero que es sucio, porque las cañas se
queman y después recién hay que cortarlas. Uno queda totalmente como un
carbón. A los cinco minutos uno queda… negro y la melaza que larga para
afuera. Y el calor como hoy (25 grados), allá en julio y agosto uno duerme
afuera. Bueno eso larga como un aceite que se pega en la ropa. Todos los días
uno no puede lavar la ropa, porque no le aguanta.
- ¿Trabajo estable, tuvo en algún momento?
- Sí, estuve en un tambo.
- Estuve un año. Cuando era joven, era peón de campo en las estancias.
Después empecé a agarrar trabajos por mi cuenta. Changas.
- ¿En la ciudad nunca ha trabajado? ¿En el pueblo?
- No. No. No he querido, porque tengo un cuñado que trabaja en Maldonado.
Que trabaja en la construcción y me ha dicho de ir. Pero no he querido, no lo
hice antes, y ahora estoy acostumbrado aquí, al campo.
143
Entrevista No. 2
Fecha: Noviembre del 2000.
Lugar: Departamento de Florida.
“... yo te hallo razón, porque vos vivís de eso...pero no me engañés.”
Entrevista realizada al ex-dueño de la máquina (quien se la había vendido al
hijo, el año anterior) –Don B. A.- y que salía en esta zafra para ayudar,
realizando tareas de acondicionamiento.
Este realizaba tareas de acondicionamiento de los vellones y ayudaba al
embolsador, alcanzándole los mismos.
Era el encargado también, de cerrar las bolsas de arpillera en las cuales se
enfardaba la lana.
Es el propietario de una camioneta grande (Ford 250) en la cual transportaba la
comparsa y la máquina de esquilar.
Su aspecto general, era prolijo y mostró muy buena disposición a la entrevista
realizada, destacamos su locuacidad (y picardía).
En esta comparsa, notamos que si bien el encargado de la máquina era otra
persona, el referente, era el entrevistado. Ya sea, porque hasta el año pasado
había sido socio en la máquina, porque el actual propietario era su hijo o porque
era el encargado del transporte, elementos estos diferenciales de poder.
Esto se evidenciaba tanto en el hecho de que el técnico del SUL, que oficiaba de
guía en nuestra incursión, se dirigió hacia él para plantearle el permiso para
desarrollar nuestro trabajo, así como en el hecho de que todo su aseo, luego de
la jornada, lo hizo en “su casa” –su camioneta- lo que le permitía establecer
diferencias jerárquicas con los demás integrantes de la comparsa.
- ¿Cuánto tiempo hace que anda esquilando?
- Este año?
144
- No. En su vida. ¿Usted era el dueño de la máquina?
- Sí.
- ¿Y se la vendió a su hijo?
- Sí. Yo anduve desde... ¿dueño de la máquina?
- No, no. Desde que sale.
- Como dueño de la máquina anduve desde el 90.
- ¿Y antes?
- Yo era esquilador antes. En una máquina. Y esa máquina se terminó. No salió
más. Era de una estancia y no salió más el hombre con la máquina. Y todas las
casas que yo iba, muchas de las casas que yo iba esquilando, me decían los
patrones: “Comprá una máquina, y salís vos”.
Y bueno, y la tuve. No tenía nada. Lo único que tenía era un camioncito a nafta.
- ¿Y como hizo para comprarla? ¿Consiguió prestado?
- Fui al Banco República de Durazno, y un señor gordo, no sé quien era, me
atendió pero, bien de bien. Me dijo: “Bueno, usted busque la máquina – en esa
época, me iba un poco mejor- usted busque la máquina. Después cuando usted
la tenga ahí, me avisa. Y yo le mando un tasador. Usted puede pagar lo que
usted quiera, pero yo le voy a dar el 80% de lo que vale la máquina. El otro 20%
lo tiene que conseguir. Pero el 80 % de lo que mi tasador diga que vale la
máquina.
Usted la puede comprar a una cierta cantidad, que, va mi tasador y no vale eso
la máquina”.
Me lo dijo bien clarito.
- ¿Cuánto la pagó? ¿Se acuerda?
- La pagué $ 5.000. Tenía motor a nafta...
- En el año 90.
- En el año 90. Pero la compré fiada. Porque uno de esos patrones me dijo: “No,
no te metas en el banco. Vos buscala y pedile fiado al hombre. Pedile que vos
se la vas a pagar después de la zafra. Pero mentira, vos no se la vas a pagar
porque no vas a poder. Todo lo que no puedas hablar, cuando el hombre te
aprete vení y hablamos, que de alguna manera vamos a arreglar”.
145
- ¿Y cómo fue consiguiendo los clientes?
- Y porque yo esquilaba en esa otra máquina. Y fui cantidad de años esquilando.
Y me conocían.
- ¿Se acuerda con cuantas ovejas empezó? La primera zafra.
- Ah. La primera zafra eran unas 14.000 nomás y siempre se mantuvo ahí.
- ¿Y con cuántas tijeras salía?
- Con cinco o seis. Según.
- ¿Cómo conseguía la gente?
- La gente la conseguía fácil.
- ¿Eran conocidos?
- Vecinos míos, y de ahí del pueblito de Goñi, bueno en fin. Veía la gente uno
mes antes o dos. Para tal cosa, para tal trabajo. Uno les pregunta. ¿Cuánto les
pagan? Cosas así. Y bueno yo les digo cuanto les voy a pagar este año...
- ¿Siempre esquiló tradicional?
- Empecé esquilando así. Maneado. Después yo vi que se venía esto. Y llame al
SUL. A P. A., que era el que estaba, era el que yo conocía más, porque la
familia A., esta muy allegada a... o sea J. L. I., aquel que se cayó en la
Cordillera, es casado con una A., y ella... bueno y lo llamé. Vino a mi casa, la
señora hizo tortas fritas, lo convidamos, muy contento, y bueno, fue fácil.
“Usted tiene que ir a hacer un curso, como maquinista y como acondicionador”.
Entonces me llevaron allá, a Sarandi del Yí.
- ¿Y allí hizo el curso?
- De maquinista y de acondicionador.
- Y antes, cuando usted esquilaba ¿hizo algún curso?
- No.
- ¿Cómo aprendió a esquilar?
- Así nomás. Criollito nomás.
- ¿Y como empezó?
- De canchero. Barriendo. Cuando era gurí.
- ¿Cuántos años hace?
- Y yo era gurí, yo soy nacido en Casupá.
146
- Y así empezó. ¿Y siempre trabajó en esquila?
- Y algún año quede... no, siempre. Ah, una vuelta cuando recién me casé
estuve en una estancia.
- ¿Cuántos años estuvo saliendo de canchero?
- Ah, un año nomás. Después al otro ya para vellonero y después ayudante de
embolsador y después agarrado, y después al otro año salí de embolsador.
- Así que ¿cuándo empezó a esquilar? ¿Qué edad tendría, más o menos?
- Más o menos 20 años, por ahí.
- ¿Y ahora tiene…?
- 59, soy del 41... no? ¿Está bien la cuenta? Soy del 41. En octubre cumplo.
- Y aprendió a esquilar viendo y agarrando la bolada...?
- Sí, y siempre alambrando. Fui peón de alambrador.
- ¿O sea que mientras que no esquilaba, alambraba?
- Fui peón de un alambrador que después se mató. Tomaba mucho. Cuando el
se mató, yo empecé a agarrar los alambrados. Los clientes me hablaban.. y
bueno.
- ¿O sea que mientras que no esquilaba, alambraba?
- Sí.
- ¿Y algún otro trabajo que recuerde?
- Tractorista. Sí ahí en lo de P.
- ¿Pero siempre tratando de salir en las esquilas?
- Ah sí. Siempre. Llegaba la esquila y yo trataba de salir. Los hijos míos también.
- ¿Es casado usted?
- Sí, sí.
- ¿Cuántos hijos tiene?
- Me quedan dos. Me quedan dos. Desgraciadamente el mayor se mató. Un
accidente machazo, ahí en la Cruz. Se nombró por todo el país. Una camioneta
contraria con caballos y una camionetita blanca, terminó con toda la familia.
- ¿Y ahora tiene dos hijos?
- Me quedan dos. Uno es el dueño de la máquina, y el otro, el más chico, tiene
22 años y anda esquilando con D. R., en una máquina de Sarandi Grande.
147
- ¿Está de esquilador también?
- De esquilador. Todos empezaron así, y bueno aquel es esquilador, el dueño de
la máquina fue a... ha concurrido a varios campeonatos; a Minas allá...
- ¿Hizo el curso?
- Sí, hizo curso y todo de esquilador.
- ¿Hicieron la escuela y después salieron a trabajar, o hicieron el liceo y eso...?
- No, no. No, no, no. Hicieron la escuela y el liceo no.
- ¿Y usted hizo la escuela?
- Yo hice la escuela hasta cuarto, porque en aquel tiempo, en campaña había
hasta cuarto, pero cuarto que ahora los gurises son de sexto, y no saben, no
saben ni la mitad.
- ¿O sea que a los 14, 15 años empezó a trabajar?
- Mis padres eran pobres.
- ¿De Casupá, y de campaña o del pueblo?
- No, no. De campaña.
- ¿Usted se crió en campaña?
- Ah sí. No en el pueblo nunca viví. En Goñi, ahora.
- ¿Cuánto hace que vive ahí?
- Ah, allá compré un sitio y lo poblé, después que me casé, que me cas(z)aron
(risas)... y está, como quiere que sea, echamos los tres hijos, varones todos.
- ¿Cuántos años hace, me dijo, que estaba en Goñi?
- Y fue por el 64.
- O sea 35 años?
- Más o menos por ahí.
- Y antes, ¿vivía en campaña?
- Vivía en campaña, estaba en alguna estancia.
- ¿Su señora trabaja?
- No. Cuando recién empezamos estuvimos en una estancia dos años, y estuvo
ella... Justamente tiene ese problema, que no tiene Caja (de Jubilación) y a los
60 años no se puede jubilar, no tiene Caja. Yo pago la Caja, como contratista de
trabajo, pero no sirve como colaboradora mía, por el motivo que yo no tengo
148
nada. Si tuviera un pedacito de campo, es colaboradora; ella tiene lugar ahí,
pero yo pago la Caja como contratista de trabajo. Contrato, y yo pago, porque
sino no tengo derecho a jubilación. Yo empecé pagando, me acuerdo, por el 70,
por ahí, empecé a pagar. En el 79 que fue que hubo un plan SATO (¿?) que
tarde dos años en pagar, que me dijeron que no me pertenecía y que bueno que
terminé pagando.
- ¿Y ahora en que trabaja, cuando no esquila?
- Alambro.
- ¿Sigue alambrando?
- Conseguí un alambrado ahí, en las mangas de esa estancia.
- ¿O sea que su otro oficio es alambrador?
- Sí.
- ¿Y algún otro trabajo?
- No, ahora no.
- ¿Y la patrona siempre en el pueblo?
- Sí, ella siempre estuvo en Goñi.
- ¿Alguna quinta o algo...?
- Hacíamos quinta antes, ahora no hacemos nada. Ella tiene problemas en la
columna. Bueno, por eso estuvo casi por jubilarse, después cuando vino esta...,
esta que viene por la Caja, que viene de Montevideo, dijo que no, no le dieron
nada. Pero a otros les dieron.
Quieta anda, en el verano, si cuadra ahora en enero, va a pasar un mes sentada
en la silla, sin poder moverse, por la columna, y en invierno no. Y camina, todos
los días sale a caminar, por la ruta. Hace dos o tres kilómetros para acá y dos o
tres kilómetros para allá. Todos los días.
- ¿Cuántas ovejas esquilaron este año? Me decía 10.000 u 11.000...
- Por ahí.
- Pero en años anteriores ¿ha esquilado más?
- Sí, he llegado a 18.000.
- ¿Con esta máquina?
- Sí.
149
- ¿Qué era suya?
- Sí. Pero ahora no hay ovejas.
- ¿Y hacen algún otro tipo de esquila, caso cordero pesado, descole, desoje?
- Sí. En el invierno estábamos alambrando ahí en Colonia, y paramos la
alambrada para hacer una esquila de 2.600 corderos que estaban contratados
para el frigorífico. Borreguitos. Eso fue en junio. Los esquilamos todos. Por eso
ahora tuvimos menos, porque los esquilamos en ese tiempo. Y los vendió y el
hombre no compró más. Pero quizás para el año, compra.
Ideal...
- ¿La gente en la cuadrilla, es más o menos la misma?
- Se cambia. Y a veces falta..., hay un hombre de Paso de los Toros que hace
tres años que viene, hay otro de Durazno. Uno va a la radio, y usted pide lo que
quiera.
- ¿Y no tiene miedo de encontrarse con cualquier cosa?
- No porque más o menos se dan las condiciones. Y si se le erra, bueno, mala
suerte. Yo, he tenido suerte.
Ese hombre, pedí por radio, llamar a tal teléfono y a las nueve de la mañana,
estaba sonando el teléfono. Y llamó un capataz de estancia, -porque ya venía
con otra cosa- llamó el capataz y dijo: “Aquí hay un muchacho –que esta en
Baigorria, estaba trabajando- que le puede servir, es muy buena persona, está
domando acá, y yo soy el capataz”.
Todavía no lo conozco (al capataz) en cualquier vuelta, cazo la camioneta y
vamos.
- ¿Cómo hace para arrancar? ¿Tiene algún capitalcito?¿Para comprar la
comida, y eso?
- La comida la pone la estancia.
- ¿Usted no pone nada?
- No, ya los acostumbré a mis clientes así. Aunque igual les llevo una bolsa de
galletas, si me hablan por teléfono: “Cuando vengan trae galleta” si es que no
hay.
- O sea que son mantenidos.
150
- Sí.
- Y a medida que va cobrando les va pagando...
- Ah sí, sí.
- O sea que arranca sin nada. ¿Y con las herramientas cómo hace?
- Herramientas, tengo un muchacho, que es guarda de los ómnibus de Núñez, y
él me consigue.
- ¿Qué gastos tiene en herramientas, que gastos tenía?
- Lo que se esquiló el año pasado?
- Sí.
- Unos ochocientos dólares. Ochocientos treinta, por ahí.
- ¿Y de combustible? ¿Ha sacado las cuentas, o no?
- De combustible, ciento cincuenta litros de gasoil. Para la máquina. Y la
camioneta, es lerda, el año gastamos $ 2.500 de gasoil, más el aceite...
- ¿Y los precios de la esquila, han subido, bajado, se han mantenido?
- No dan nada. Yo le hice el motor nuevo a la camioneta, el año pasado antes de
irme, es gasolero, sabe cómo le voy pagando al mecánico? Tenía ahorrado U$S
1.000, los gasté todos en una casa de Montevideo, que fue la rectificadora, creo
que la mejor rectificadora que hay en Montevideo y después hace poco terminé
de pagar. Pero, ¿sabe como lo pagué?
Sacando crédito en el Banco, que me firmó un patrón. El crédito, cuando lo
terminé ahora, el otro día lo terminé de pagar, y firmamos otra vez porque no he
terminado de pagar la camioneta y estoy pagando en el Banco por unos meses
más.
No es tampoco para entregarse, pero no hace pesos. Antes se hacían pesos.
- ¿En qué época?
- Cuando la dictadura se anduvo bien.
- ¿Pero usted no tenía máquina?
- No, esquilaba y alambraba.
- ¿Cuánto sacaba como esquilador por oveja? ¿Se acuerda?
.- .. No, no me acuerdo.
- ¿Ahora cuanto está un esquilador?
151
- Un esquilador, $ 3,40.
- ¿Y el vellonero?
- El vellonero ha de andar por los $ 35 o $ 40 (por ciento de ovejas).
- O sea...
- Andá sumando que vas a ver que no te dá.
- El agarrador $ 40, el embolsador $ 35.
- Cuando me dice 35 ¿qué me quiere decir, 35 centésimos cada oveja?
- Sí.
- ¿Y el vellonero?
- Más o menos.
- Sí, yo es para tener una idea, no es para sacar cuentas, es para tener una
idea.
El vellonero me dijo 35.
- El agarrador 60 centésimos.
- ¿El que está en la mesa?
- Creo que anda en 35.
- ¿Y el que barre?
- El que barría pagaba la lata, se cambió, pero debe de andar por ahí más o
menos.
- ¿Y por oveja están cobrando cuánto?
- Nueve pesos. Ponele los ochocientos dólares también.
- Y acá, por ejemplo, que hacen tradicional, sin acondicionar, ¿cobran lo mismo
por oveja, o no?
- Ah sí, porque es como el cordero, gasta filo que da miedo. Porque agarra toda
la tierra y la lanita así... y la tierra va donde va el filo.
- O sea que el cordero sale lo mismo y sale lo mismo esquila tradicional que
esquila Tally Hi.
- A uno le sale el mismo costo, pero a veces hay que bajarle.
- Y usted, ¿a los clientes suyos les cobra diferente?
152
- No, no. Uno sale con un precio y si hay que hacer descuento se hace. Casi
nadie esquila cordero, porque lo esquilan cordero pesado después cuando lo
van a vender. En el momento que esta colocado. En febrero, de repente.
- ¿Cuántos establecimientos tiene? ¿Se acuerda?
- Siete u ocho. En Carreta Quemada, vamos a esquilar mil y poco de ovejas, al
Ingeniero S., otro señor G., pariente allá de Carreta Quemada...
Catorce o quince establecimientos.
- ¿Qué ha notado, que la gente ha reducido la majada o que se han reducido el
número de establecimientos?
- Pienso que están reducidos los establecimientos.
- En la majada? Porque clientes tienen los mismos.
- Sí. Sí son los mismos, pero cada vez con menos. Acá le esquilaba 1.500, a un
cliente que tiene dos casas una en el departamento de Florida, otra al lado del
Yí, yendo por este lado, siempre mil y pico en las dos casas, sabe cuantas tenía
este año? En una sola. 140, en la otra no tenía nada.
Como la lana no vale, no la quieren.
- O sea que cada vez está más difícil...
- Ah sí, se rejunta, se rejunta. Y después... la Caja lo mata. Usted tiene que tener
todo en planilla. Porque como vinieron ustedes, si viene un inspector y hay diez
cristianos y hay dos en planilla... En la planilla tienen que estar todos.
- ¿Y facturan?
- No, no.
- ¿La locomoción la pone usted? ¿Le pagan los viáticos?
- Le cobro para transportarlo. Antes tenía un camioncito a nafta, después
conseguí una Peugeot y después la cambié –allá en Las Piedras- con chapa de
Canelones.
- Y alambrar ¿alambra solo o tiene algún peón?
- Antes de irse ese hijo mío que esta con B., ahí, que es el dueño de la máquina,
trabajábamos los dos. Y bueno, ese muchacho que es encargado de la máquina,
a veces también trabaja conmigo.
Y los dos hijos que tengo.
153
- A, los dos trabajan con usted?
- Bueno, ahora va a trabajar el chico, nomás, porque el otro esta de capataz. El
dueño de la máquina ya no sale, salió el año pasado.
- El chico, que tiene 22...
- Tiene 22 años, y aquel tiene 30.
- ¿El que es esquilador?
- Sí que sale en la otra máquina, que trabajaba el hermano, cuando era vivo el
otro hermano, que era el que salía en esa máquina, el encargado de la máquina
era el hijo mío que mataron. Y bueno, ahora tiene que salir el dueño, y sale el
dueño.
Y el gurí mío sigue saliendo.
- ¿Vive con usted en el pueblo?
- No, esta aparte. Esta juntado.
- ¿Y el mayor está casado?
- Sí, el mayor está casado. Tiene toda la familia en la estancia.
- ¿Así que ya tiene nietos?
- Pah. De ese hijo que se mato, se mataron dos nietas y me quedo una. Eran
tres nietas y dos murieron.
- ¿Entonces cuantos tiene?
- Me quedo esa...
- ¿Cuántos años tiene?
- Tiene diez años, y del gurí chico tengo otro nieto, se casó pero se separaron.
Tengo otro nieto que tiene tres años. Y este que esta en la estancia tiene dos
mellizas.
- ¿Qué tienen...?
- Tres años y algo.
- ¿Así que tiene como cuatro nietos?
- Sí, estoy bien de nietos.
- ¿Y cuándo fue que salieron?
- Más o menos por el 14 o 15 de octubre. Estuvimos parados, porque el hombre
no quería echar (embretar la majada para su esquila). Nosotros vinimos de
154
Carreta Quemada por el 19 de octubre y como no quería echar, estuvimos una
semana parados, después arrancamos de nuevo, y ahora estábamos parados
como diez días de nuevo.
- ¿En el pueblo?
- Ah sí. Porque yo no puedo arrancar tampoco con el alambrado. Tengo trabajo
para hacer, allá por la ruta 56, en una casa...
- ¿Y que le resulta más, el alambrado o la esquila?
- No, la esquila a mí no me da nada. Antes sí, hace tres o cuatro años atrás. Y
yo le decía a mi hijo, porque era a medias, era de los dos, yo le decía: “Vamos a
venderla, vamos a venderla, mira que se viene, se viene”.
Y esta gente del SUL, yo le dije a E.: “mira vos, yo te hallo razón, porque vos
vivís de eso, toda la razón, pero no me engañés, vos viste esto como va”. Y es
así. Está bien. Dejémoslo ahí. Está bien.
Pero yo también estoy bien. Porque no es así. Pero no es el quererme meter,
que esto sí, que esto no...
- No claro usted se da cuenta porque...
- Y no me voy a dar cuenta? Si no entran para acá los pesos. Yo debo siempre
lo que estoy debiendo, siempre se van... uno cobra en una estancia y es para la
gente, y es para la casa... y no queda nada.
Hace ya como tres años..., y el año pasado, le dije: “no yo la vendo, yo vendo mi
parte” y él me dijo: “no yo le compro”, y me la compró él.
- ¿Le compró la mitad?
- La mitad. La otra era de él.
- ¿Y cuanto le pagó?
- La tasamos entre nosotros nomás en U$S 4.000.
- ¿U$S 4.000 la mitad suya?
- No, toda la máquina. Él me tenía que pagar U$S 2.000. Lo hicimos entre
nosotros nomás.
- Claro, no va a necesitar papeles... de palabra...
- No, los papeles hicimos. En la escribanía hicimos sí. Sí no la máquina...
- Porque la máquina esta registrada...?
155
- Sí, esta registrada en la Caja. Si no, no se sabe de quien es.
- Claro... el responsable...?
- El responsable no, porque yo puedo salir. Yo en este caso no podía salir, y él
no se quiso afiliar, porque como ya estaba trabajando ahí. Y me pidió para que
yo fuera a esquilar esos corderos en invierno, y él no quería ir con la gente así
nomás. Entonces, fui a Florida y compré la planilla, y me anoté. Como de afuera,
cualquiera, te anotás vos igual y salís con la máquina. Ponele, comprás la
planilla y ‘ta. Ponés una fecha de salida y hacés los recibos para la gente. Desde
luego que los recibos no se los vas a hacer por todo lo que pagás, el recibo es
por la ley.’ta. Si no pagás todo a la Caja.
156
Entrevista No. 3
Fecha: Noviembre del 2000.
Lugar: Departamento de Florida.
“... uno está en esto, también por capricho...”
Entrevista realizada al dueño de la máquina. Un hombre de unos 50 años
aproximadamente. El mismo se mostró comunicativo.
Su aspecto general era prolijo.
En los intervalos, afilaba peines y cortes. Las herramientas eran de origen
australiano, y cuando nos las mostró, señaló la importancia de utilizar material
de buena calidad.
Cuando la máquina estaba en funcionamiento, desempeñaba tareas de
acondicionado de la lana en una de las mesas, destinadas para tal fin.
Era propietario de un camión, el cual era el medio de transporte de toda la
comparsa.
- ¿Cuánto tiempo hace que esta en la esquila?
- En la esquila, 10 años más o menos.
- ¿Y antes de salir como maquinista, que era?
- Esquilador.
- ¿Cuánto tiempo?
- Que yo ando en los galpones hace 35 años.
- ¿Cómo qué empezó?
- Como lavador de peines, de máquina de 10 tijeras. Después pasé a ser
esquilador.
- ¿Con qué método?
- Maneado (tradicional). Después dejé de maneado en el año 71 y empecé con
éste (método Tally Hi).
- ¿Hizo el curso de esquilador?
157
- Hice un campeonato, primero. En Sarandi Grande. Gané el campeonato y ahí
seguí haciendo el curso con los australianos. El primer australiano que vino al
país.
Y ahí seguí. Fui a Brasil.
- ¿Con máquina suya o fue a esquilar?
- Fui de maquinista de una empresa. Y después me resolví a comprar esta
máquina. Hace 10 años.
- ¿Cómo hizo para comprarla? ¿Tenía algo ahorrado?
- No, saqué un préstamo en el Banco República. En aquellos años daban a
cuatro años. Me firmaron unos productores. las ovejas durante tres años o
cuatro. Y en aquellos tiempos, servía. Daba para pagar.
- ¿Cuántas ovejas esquilaba usted, por día?
- 180, 190 más o menos. Maneado.
- ¿Y después con Tally Hi?
- No, con Tally Hi, esquilé menos. 140, 150.
- ¿Se esquila menos con Tally Hi?
- No, ahora no. Antes sí. Depende de las condiciones de la máquina. Las
condiciones de la tijera.
- ¿Se ha avanzado en eso?
- Se ha avanzado. Las herramientas que hay hoy en día, son muy buenas.
- Me decía entonces que con el préstamo compró la máquina, ¿y como hizo para
conseguir los clientes?
- Los clientes, la máquina tenía. Cuando compré la máquina, ya tenía los
clientes, y otros los había hecho con la otra...
- ¿Cuándo era esquilador?
- No, no. Con la otra empresa. Yo los hablé. Y así empecé.
- ¿Con cuánto?
- Con 13.000, 14.000 ovejas. Y hace unos años, esquilaba hasta 26.000.
- ¿Todas de zafra, o fuera de zafra también?
- De zafra.
- Y el resto del año, ¿agarraba cordero pesado?
158
- El cordero pesado empezó ahora.
- ¿Desojaba, descolaba?
- Descole.
- Y este año, ¿cuántas tienen para esquilar?
- Más o menos unas 24.000.
- ¿Con respecto al año pasado, han bajado o...?
- Yo me mantengo. La clientela es la misma. Este cliente ahora es nuevo.
- ¿Y dónde contrata la gente para trabajar?
- De distintos lugares. Es conocida. Por intermedio de uno o de otro.
Recomendados.
- Hace unos años entonces que está en esto... ¿desde que edad?
- Desde los 14 años.
- ¿Y qué otra cosa hace?
- Trabajo en la UTU. De peón.
- ¿Hace mucho?
- 30 años.
- ¿Y hace alguna otra cosa?
- Sí, trabajos de campo, alambrar, lo que venga.
- ¿Usted es de campaña?
- Sí. Nacido y criado en campaña.
- ¿Hizo la escuela?
- Hasta tercero. Y después salí a trabajar.
- ¿Y ahora, dónde vive?
- En el pueblo. En Sarandi Grande.
- ¿Es casado?
- Sí.
- ¿Tiene hijos?
- Sí, ya grandes,
- ¿Han agarrado el tema de la esquila?
- No.
- ¿En que trabajan?
159
- Uno trabaja en una industria, en Sarandi Grande. Hace todas las matrices.
- ¿Y cuantos me dijo que tenía?
- Cuatro. Las mujeres casadas. Tengo una casada, con un nieto.
- ¿Cuándo empezaron la zafra, este año?
- El 3 de octubre.
- ¿Y cuando terminarían?
- Calculo que para el 30 de noviembre.
- ¿Y me decía que ha esquilado cordero pesado?
- Sí. Esquilo para un frigorífico. El frigorífico Las Piedras.
- Lo veía en la mesa que estaba acondicionando, ¿usted hizo el curso?
- Sí. En el SUL.
- ¿Y también el de maquinista?
- Sí, maquinista y acondicionador. Se hace todo junto.
Y después voy a reuniones que hacen.
- Ahora la cosa ¿está más difícil, no?
- Ah sí. Está bravo.
- ¿Cuánto esta cobrando por oveja?
- $ 9,40.
- ¿Con acondicionado?
- Sí.
- ¿Tally Hi?
- Sí, Tally Hi.
- ¿Le cobra a todos los productores igual?
- Depende la majada, depende el trato, mantenido o seco...
- ¿Acá es mantenido o seco?
- Seco, solo la carne.
- Cuando arranca, ¿tiene algún capitalcito o no?
- Sí. Siempre hay que arrancar con algo. Para cosas, herramientas...
- ¿Cuánto gasta de herramientas?
- Entre $ 10.000 y 15.000, entre peines, cortantes, esmeril... gas-oil.
- ¿En ese presupuesto incluye el gas-oil también?
160
- Ah sí.
- ¿Cuánto gasta de gas-oil?
- Unos doscientos litros, para la máquina. Más los que gasta el camión. Hago
muchos kilómetros. Tengo clientes hasta en Soca.
- ¿Por qué zonas anda?
- Acá en el departamento de Florida, el departamento de Canelones, hasta
Soca, ahí en la ruta 9.
- ¿Estos muchachos que tiene con usted, hace tiempo que están?
- Algunos sí y otros son nuevos.
- ¿Cuántos son nuevos?
- Este año se incorporaron tres.
- ¿A usted le gusta la esquila?
- Sí.
- Digo, porque por ejemplo a sus hijos…
- No, es que ya son de otra tribu. Porque el nivel de vida es diferente.
Uno esta en esto, también por capricho.
- Esta brava la cosa ahora, un esquilador ¿en cuánto está?
- En $ 3.50.
- ¿El agarrador?
- En $ 55.
- ¿Los acondicionadores?
- $ 35 a $ 40.
- ¿Y el embolsador?
- También. Ahora, estos precios, son por ciento.
- ¿Y el cocinero?
- El cocinero es por día. $ 180.
- ¿Y hace mucho que no va al pueblo?
- Estuve ayer.
- ¿Y cuando sale de zafra, va seguido?
- No, pudiendo no voy. Si tengo que hacer un mandado o algo, voy, si no, no.
- ¿Y la patrona?
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- Le doy libre (risas). Hace 25 años que somos casados. Tiene libre dos meses.
- ¿Vive con alguno de los hijos suyos?
- Tres, tengo conmigo. La casada tiene casa aparte. Tiene casa en MEVIR.
- ¿Trabaja ella, el esposo...?
- No, trabaja el esposo. Ella no.
- ¿En que trabaja, en campaña?
- No, trabaja en un supermercado.
- ¿La nieta es chica?
- Nieto. Tiene un año y medio. Ayer pasé y estaba durmiendo.
- ¿Así que entonces el resto del tiempo trabaja en la UTU?
- Sí, entré en el año 71.
- ¿Y ha hecho otra cosa, del 71 hasta la fecha, además de trabajar en la UTU y
en la esquila?
- Sí. Trabajo en campaña. Tengo un pedacito de campo. Chico.
- ¿Y que hace, planta?
- Sí. Planto. Y tengo algún bicho.
- ¿Cuántas cuadras son?
- Poco. Diez cuadras.
- ¿Y en el campo, que agarra de trabajo?
- Algún alambrado, todo, una limpieza de majada, una bañada, todo. Pudiendo.
- ¿Sale sólo o con alguien que lo ayude?
- No, solo. De peón común nomás.
- ¿Cómo hace, pide licencia en la UTU?
- No, algún feriado, algún fin de semana. Me acomodo los días.
- ¿Recuerda algún trabajo que haya hecho este año?
- Sí. Alambré en casa. Unos fletes con el camión. Unas esquilas de limpieza.
Porque esto solo, no da. A mí no me da.
162
Entrevista No. 4
Fecha: Noviembre del 2000.
Lugar: Departamento de Treinta y Tres.
A partir de... “un caballo ensillado...”
Entrevista realizada al dueño de la máquina (y maquinista) con una Máquina
Certificada (por el SUL).
Éste se mostró muy comunicativo y nos narró con lujo de detalles todo lo
indagado.
Su vestimenta estaba compuesta de pantalones deportivos de algodón y una
camisa de verano de manga corta. Un gorro con visera.
En la tarde cambió su pantalón por un short. Su calzado eran hojotas.
Toda su ropa estaba en buen estado de conservación y aseada.
- ¿Qué edad tienes?
- 39 años.
- ¿Y cuánto hace que estás como maquinista?
- Como maquinista 10 años.
- Y antes empezaste en las esquilas?
- Sí. Empecé con 15 años de vellonero para una máquina con seis esquiladores.
Y para el año siguiente pasé a agarrador para una máquina de cuatro (tijeras),
al año siguiente pasé para una de seis (tijeras) y después al año próximo salí de
embolsador, enfardador verdad? y después empecé a agarrar de nuevo.
Después de la última agarrada, en una máquina de seis pasé a una sociedad
con una máquina de seis tijeras, que fue cuando comencé como maquinista,
verdad?
- ¿Esta máquina es tuya?
- Sí. Todo el equipo es propio.
- ¿Lo hiciste con plata de la esquila?
163
- Sí. Fue todo formado de abajo. Porque yo trabajo en el campo también con mi
padre, y el campo que ocupamos es poco, para los dos no dá, entonces decidí
que tá, el camino más fácil de estar cerca de lo mío y de lo que yo más o menos
entendía, verdad? fue la profesión que elegimos.
Además me gusta mucho.
Y bueno empecé de abajo. Esa máquina que tengo, esa máquina fue de mi
padre. Cuando yo la compré hacía 29 años que mi padre la había vendido. La
compré por decir que era una máquina pero... de lo que él había vendido a lo
que yo compré había mucha diferencia.
Y la empecé de a poco a -con el mismo laburo, verdad?- ... y con sacrificios, en
partes la fui parando, parando y ya tengo un equipo casi en marcha.
- ¿Tú antes de salir ya tienes todas contratadas a las majadas?
- Exacto.
- ¿Y cuánto están esquilando por año?
- Yo aumenté el número de ovejas este año. Hasta el año pasado andaba en los
veintipico, treinta mil vellones. El año pasado recibí una grifa de acreditación de
máquina, la grifa verde, y eso me favoreció un poco, verdad? aparecieron
ovejas... muchos productores con interés de la máquina, a cual muchos no les
pude cumplir por cuestión de fecha... Este año voy a esquilar 50.000 vellones.
- ¿Y en qué fecha arrancaron?
- Nosotros arrancamos el 6 de agosto.
- Y tienen zafra hasta...?
- Bueno, de correr normal el tiempo, con lluvias normales, pienso que para el 15
de diciembre terminamos.
- ¿Y en invierno también esquilan?
- Seguro. En invierno hacemos tareas de limpieza. Es decir, viene un cliente y
me contrata para que haga limpieza, desoje, descole, desubre, y alguna esquila
de cordero pesado hacemos también.
- ¿Con el mismo equipo o un equipo más reducido?
- No, hasta el momento lo venía haciendo con este equipo. Todavía no cuento
con una máquina más chica. No sé. Me he puesto a tirar números a veces y
164
saco cuentas que no vale la pena, de repente una máquina chica, para una vez
al año, unos pocos días. Esta máquina a pesar de que es grande es muy
práctica de trasladar. Se le ponen ruedas... y tres personas la cargan bien. Se le
ponen tablones, no hay que levantarla. Se queda ella parada, solamente hacerla
rodar y sube prácticamente sola.
- El transporte, ¿es tuyo también?
- Sí, todo...
- ¿Y el capital para arrancar... también?
- Seguro. Este año solicité un poco de ayuda de los productores para comprar la
prensa, verdad? la enfardadora. Seguro ya era otra cosa, intenté por intermedio
del banco...
- Así que hay productores que te han ayudado, pero para arrancar, para la
comida, el combustible, eso...
- No, eso. Al hacer esos laburos antes de la zafra, este año de febrero a julio
esquilé casi tres mil corderos y bueno hice la tarea de limpieza, casi... es un
trabajo que lo hacés con poco gasto porque lo hacés con tres o cuatro tipos, la
cocina la hago yo mismo, ahora que tengo la prensa no tengo que disponer de
un enfardador, son cosas que se reducen y...
Para arrancar la zafra ya está una basecita hecha, verdad? Por lo menos para el
inicio.
- ¿Y durante el resto del año, hacés alguna otra cosa, en campaña?
Trabajo en el campo. Soy productor rural. Productor chico.
- ¿Acá en la zona de Treinta y Tres?
- Sí. El lugar es conocido por Quebrada de los Cuervos. Ahí son campos
quebrados. Son campos de sierra.
- ¿Y crían novillos y eso...?
- Seguro. Tenemos ganado y ovejas.
- ¿Y tu familia está allí?
- Sí. Tengo una esposa y dos hijos. La nena tiene 11 años, ahora en septiembre,
y el varón de 5 años.
- ¿Y están en campaña?
165
- Sí están conmigo. Por lo menos hasta que llegue la edad del liceo. La escuela
está cerca, está a dos kilómetros, y van y vienen a caballo.
Bueno y somos tres hermanos, varón soy el único, mis hermanas están en la
ciudad, trabajando las dos, y acá afuera conmigo y mi familia están mis padres.
Ocupamos un campo, no es mucho. Y mi padre se tiene que embromar un poco.
Este año, por ejemplo, me fui en agosto y son cuatro meses que queda solo y ya
está con 70 años.
- ¿El personal, por lo que me han dicho, es casi toda gente de Treinta y Tres?
- Sí.
- ¿Tú ya los conoces o es gente nueva?
- En general tengo gente vieja en la máquina. No todos. Este año por ejemplo
hay más de la mitad que son nuevos. Por ejemplo tengo un muchacho que
estuvo cinco años conmigo, y este año arrancó como maquinista, le dí una
mano. Tengo otro que le conseguí como encargado de un establecimiento y se
fue, ese hacía cuatro años. Y tengo unos siete u ocho ahí que hace... el
agarrador hace diez años que anda conmigo, el gordito de la mesa va a hacer
ocho, otro muchacho que trabaja en la mesa hace cinco, tengo siete u ocho que
hace años que andan. Este año aumentó un poco... esos dos que dejaron para
mejorar.
Y después que agrandé el equipo, tenía seis tijeras y ahora son ocho, son dos
esquiladores más, uno más como vellonero, dos más en la mesa, de haber
pasado de seis a ocho (tijeras) aumenté como cinco personas más.
Y bueno, la gente... Si de repente voy a hablar con un tipo y no lo conozco, sé
cuando voy, ya voy con informaciones. No voy a ciegas.
En muchos casos me han pedido trabajo por ejemplo, y precisándolo a veces,
les he dicho que me aguanten unos días porque ya tengo otro que me pidió
laburo... y ahí me informo. ¿En qué máquina anduvo? y eso. Antes de confirmar
el trabajo, yo más o menos ya sé. En todo sentido. Cualquier laburo es un tema
medio delicado, verdad?
- No debe ser fácil formar un equipo con tanta gente?
166
- Sí. Eso que vos me decís, me lo han dicho este año productores... La conducta
de la gente. No se sienten en el fogón, no se siente un grito adentro del galpón,
no se sienten carcajadas, que a veces si uno está mirando de afuera no se sabe
si es por él o por qué es, verdad? Gritos arriba del camión tampoco permito. Ya
el día que voy a arrancar, les pido disculpas a todos, que no lo digo ni por Juan
ni por Pedro, que es una norma de la máquina. Porque si encuentran mujeres...
Considero que nunca se dice:”me gritó Juan o Pérez de la máquina tal”,
dicen:”me gritaron de la máquina” y queda mal.
Y bueno, yo pienso que el que viene para la máquina, y es nuevo y ya el primer
día vos le pedís eso y ya los viejos se encargan de encaminarlo. Pienso que eso
del desorden es un poco “el costumbre”, si vos permitís, bueno está,
acostumbrarlos es lo más difícil pero después. A veces hasta yo mismo me
siento medio... reprimido.
Porque bueno, a pesar de que somos diecisiete, sacándome a mí, me
obedecen. Todo lo que les he pedido. Si hay un corte vienen y me avisan,
cualquier inconveniente. Eso le decía a N. (el técnico del SUL). No es que anden
con rodeos y que me huyan. Ahora yo trato de ser lo mejor posible con ellos, de
conquistarlos verdad? Trato de ser lo mejor posible, el tema de la comida que es
importante y que terminen y tengan sus pesos, aunque a veces yo no cobré.
- ¿No se te hace difícil cuando terminás, porque a veces no cobraste y de todas
maneras hay que pagar el consumo, pagarle a la gente...?
- No. Los primeros años sí. Porque cuando vos comenzás, cuando arrancas sin
un respaldo, medio se complica, verdad? Pero siempre, nunca... podés
preguntarle al más viejo, que es el agarrador, nunca, nunca les quedé debiendo
un peso. He quedado yo, a veces, con diez pesos en el bolsillo y cuentas para
cobrar, de repente al mes, a los veinte días, más de un mes a veces. Pero
entiendo que el maquinista si, cualquier trabajo o sea el responsable de
cualquier laburo, si medio piensa un poquito llegó el día y... si yo te esquilo a vos
y vos no me pagaste, uno no va a c... en el gallinero, verdad? Tengo que
revolverme, conseguir prestado, ir a un banco... pagaré algún peso de interés
pero él tiene que tener sus pesos.
167
Y pienso que la recomendación para el encargado de una empresa, eso es
fundamental, que el tipo esté tranquilo que está trabajando y tiene sus pesos.
Y con el productor, bueno está. Hay productores más accesibles que otros para
pagar. Al productor como que lo maneja un poco el maquinista también. Si
hablás con él y le explicás, “mire”... A mí este año medio se me complicó un
poquito. Los adelantos que pedí para comprar la enfardadora, traté de pedirle de
la tercer casa en adelante, ya cuando llegara a descontarme... Por ejemplo, uno
me dio quinientos dólares, otro seiscientos, otro setecientos, otro mil, pero a
descontar de cuando yo les vaya a esquilar sus ovejas, verdad? De la misma
esquila. Pero traté de pedirle a las primeras tres casas, que más o menos eran
unos 25.000 vellones y esa gente no, no tenía. En primer lugar porque era la
primera vez que esquilaba, era nuevo, si bien tenía recomendaciones pero no
me conocían a fondo y otras, verdad? que ya sabía que arrancaba...
desesperados por agarrar un peso, de repente un esquilador que deja una
cuenta en un almacén, otro que consigue prestado... Entonces traté de que
cuando llegara a descontar mismo la enfardadora, ya tener un buen respaldo.
- ¿Cuándo empiezan a trabajar, tú les adelantas algo a los empleados o les das
todo al final de la zafra?
- No, bueno, este año precisaron. Sí bien no los conocía bien a algunos. Bueno,
precisaron y les fui solucionando el problema. Y bueno, por ejemplo, por darte
una idea, si se esquilan 2.000 vellones, cada esquilador estila 300, por decirte, y
el tipo precisa adelantados seiscientos vellones porque de repente debe en el
almacén o se le enferma alguien, si precisa seiscientos vellones yo se los
adelanto. Es un poco confianza que le tengo.
En general no traigo a nadie, si primero no sé, más o menos. Arranqué con un
sistema y...
- ¿Cuánto les pagan a ustedes por vellón, los productores? O depende de la
majada...
- No. Por ejemplo acá...
- Hay un único precio...?
168
- No, eso varía un poco, verdad. Por ejemplo acá que son zonas arroceras,
levantan el arroz, hacen un laboreo y meten la oveja ahí, que se embarra, te
mata. Eso perjudica la herramienta, el peine, el cortante, ya tenés más consumo
de esmeril, más de combustible, más horas esquilando, verdad? Entonces eso,
tenés que cobrar un peso más, el productor es conciente. Por ejemplo, tengo
una majada de esta misma firma, que ya esquilamos hace unos diez días o doce
que costea la Laguna Merín, entonces tienen arena hasta en la cabeza, o sea
eso perjudica enormemente la herramienta y entonces hay que cobrar algún
peso más. Yo cobro por ejemplo treinta pesos más el ciento, o sea dos centavos
y medio más o menos el ciento...
- El ciento de ovejas...
- Exacto.
- ¿Y por vellón? El promedio es...
- Y el promedio es... qué yo le cobro al productor?
- Sí.
- Doce pesos. Yo le cobro al productor 96 centavos (de dólar). En esta zona,
sale algún pesito más.
- Y bueno, el esquilador gana por vellón... y los clasificadores también ganan por
vellón?
- Todos ganan por ciento, por vellón, verdad? Sacando al cocinero que es por
día. Hay máquinas, por ejemplo, que hasta el cocinero gana por ciento. Esquila
más, gana más. Si ese día no se esquila, no gana nada.
- Y los barredores también?
- Todos. Todos. Diferentes precios, verdad? Todo por ciento. Yo creo que es la
mejor forma, porque si pagas por día, por ejemplo si terminás a media mañana,
o llovió y quedó media mañana, tenés que apuntarle al tipo media mañana...
tenés que llevar un control todos los días. Por ciento no. Si esquila doscientas,
bueno...
- ¿Les pagás a todos igual, los que hacen la misma tarea, o depende un poco de
la antigüedad?
169
- Yo les pago a todos igual. Porque el sacrificio en sí, es el mismo, verdad? Que
uno tenga más facilidades que otro, está. Lógicamente si uno tiene más
facilidad, rinde más y va a salir mejor. Pero yo les pago lo mismo. Por ejemplo el
caso de los velloneros, que les pago cuarenta y cinco pesos el ciento, pero
cobran mitad y mitad, verdad?
- ¿Cómo mitad y mitad?
- Claro, por que si se esquilan 50.000 vellones, ellos van a cobrar 25.000 cada
uno. Porque son dos. Si salen, un suponer 1.000 vellones por día, son $ 450 y
ganan $ 225 cada uno. Cada uno por sacar 500 ovejas más o menos.
- ¿Y cada esquilador cuánto saca?
- Yo acá les pago cuatro pesos. Oveja esquilada y llevar el vellón a la mesa.
- ¿Y el barrendero cuánto gana?
- Cuarenta y cinco pesos el barrendero. Lo mismo que el vellonero. Cuarenta y
cinco pesos el ciento, verdad?
- Eso el que barre, y el que acomoda?
- Los acondicionadores ganan treinta pesos cada uno. Cuatro, treinta pesos.
- ¿Y el que está en la máquina (de enfardar)?
- Ese gana quince pesos. Se han hecho ochocientos, novecientos vellones
diarios, ese muchacho anda en los ciento veinte pesos diarios. No es un trabajo
pesado, verdad?
- Los fardos son de ciento cincuenta, ciento ochenta kilos?
- No. Depende de la lana. Esta lana, que es lana romney, es lana medio gruesita
y de por sí es pesada, además la majada es grande, ahí están saliendo bolsas
de promedio doscientos kilos.
- Y la idea tuya, ¿cuál es? seguir con esto... armar otra máquina más?
- Bueno, la verdad es que me he puesto a pensar a veces. Y la verdad es que
soy medio exigente, y pienso que traer a alguien que me haga las cosas tan bien
como yo... no sé. Tiene que saber lidiar la gente también, el esquilador tiene sus
momentos que... el esquilador por decir, verdad? puede ser el agarrador que
tiene sus momentos. El ambiente de esquila es un ambiente medio difícil.
Siempre andás mal. Andás bien cuando terminás la esquila y cobrás, verdad?
170
Pero de más (además). Pero a veces si bien estás acomodado en un galpón,
vas al fogón y de repente estás al sol, poca sombra. Y hay algunas casas, que
de repente tenés buena sombra en el fogón y vas al galpón y andan uno arriba
de los otros, porque no hay espacio, estás mal, el calor. Andás practicamente
medio mal de continuo. Un trabajo que de por sí es sucio. Si bien estás
impecable despúes de cambiarte de ropa y de darte un buen baño, pero
después... Historia. Salís para el camino y...
- ¿Tú trabajas en la zona de Treinta y Tres? ¿Más o menos en un radio de
cuánto, 50 kilómetros,...?
- Este año hemos hecho unos cuantos kilómetros. He hecho viajes de más de
200 kilómetros.
- ¿Hasta adónde?
- Hemos ido hasta San Jorge, en Durazno. Eran pocos los vellones, pero había
que ir o ir porque ya en un galpón teníamos doce mil vellones... si bien a mí no
me servía mucho, pero había que ir, porque si me servían doce mil en un lugar
solo, me tenían que servir mil aunque hiciera doscientos kilómetros. Además
agarré otra acá en el Rincón de Ramírez que también entre ida y vuelta son
como trescientos kilómetros. De más en general, acá en esta vuelta. Y para el
año sí. Esta gente de S. tienen una estancia en Minas y me pidieron a ver si
podía ir. Y bueno son unos kilómetros más también.
- Bueno, según lo que he podido escuchar, la gente se queja porque las majadas
se están reduciendo, porque hay menos lanares, porque la lana no da... eso
dicen muchos maquinistas, pero en el caso de ustedes parecería ser al revés...
- El tema parte de que, no voy a decir que hago las cosas mejor que nadie, pero
en lo posible... Yo por ejemplo he salido adelante, los escucho a ellos (el SUL).
Yo he hablado con maquinistas que me dicen: “no el tema del SUL... “ no es que
te exige, te pide, parrilla, mesas adecuadas, bolsas con categoría de lana, está,
te cuesta sí unos pesos, pero sí hacés caso a lo que ellos te exigen y andás bien
en el trabajo, verdad? en rasgos generales, en la esquila... algo más o menos
presentable... y después esta la persona en sí. Yo por ejemplo, no me puedo
quejar, hace cinco años que estoy con este sistema Tally Hi, con
171
acondicionamiento. Recién al cuarto año fue cuando me armé de ovejas.
Considero que mucho, mucho, se han apocado las ovejas... a mí algunos
productores se me han achicado, pero como he ido agarrando otras, disminuir
no he disminuido, al contrario he aumentado.
- En términos generales ¿has perdido productores?
- No. No.
- ¿Has mantenido la clientela?
- Sí, sí. Inclusive te digo más, con el tema trabajo, en sí por los precios... yo
hasta el momento, perder ovejas no. Yo tengo dos productores que dejaron su
establecimiento y hoy están en la ciudad, pero está, fue por eso.
Pienso que... yo sé de máquinas que medio como que no le dan bolilla a los
técnicos del SUL. Sé de una que el técnico subió en el auto y va en la portera y
ya es otra cosa adentro del galpón. Yo si bien tengo un error y viene el técnico y
me observa: “mirá le estás errando en esto”, trato de corregirlo. Además pienso
que la imagen frente al productor no es la misma, porque si viene el técnico y
vos sos el dueño de la estancia, y al estar el técnico todo brilla y salió el hombre
y es todo un desorden, vos ya estás perdiendo confianza en el maquinista.
- ¿Tú te organizas todo? ¿Antes de salir ya tienes más o menos todo el
itinerario?
- Ah sí, sí.
- ¿Cuándo contratan? Por ejemplo ahora te vas de la estancia y ya te
dicen:”bueno para el año que viene...”
- Seguro.
- O sea que de un año para el otro ya sabes que bueno, “aquí voy a tener tantos
vellones”. Y después organizas los días.
- Ahí está. El tema de la máquina, uno se organiza, verdad? Como quien dice
uno lleva una escalera. Voy a la casa de Juan, después a la casa de Pérez.
- A no ser el tiempo, porque si llueve.
- Seguro. A veces el productor ya sabe, bueno la máquina está tal casa, yo sé si
viene atrasado y cuanto va a demorar, porque si tiene que esquilarle a fulano en
el camino. No hago una casa... viste. Ya cuando salgo, salgo con el camino
172
hecho. Si bien todos quieren esquilar en la misma fecha... y ahora se viene
dando, gente que esquila pre-parto y aprovechan la máquina y esquilan todo, ya
están empezando muchas máquinas en agosto, pero hace unos años atrás
había que esquilar en octubre y noviembre. Entonces la mejor forma es así,
porque yo les digo: “después de la casa de fulano, voy para su casa” y tienen
que aguantarme, si no bueno, vería otra máquina si al dueño se le atrasa
mucho.
- Tú me decías que entonces, siempre trabajaste en campaña...
- Sí. Sí. Siempre.
- Te criaste ahí, hiciste la escuela...?
- Sí.
- ¿Llegaste a hacer el liceo o algo?
- No. No llegué. Me quedé con lástima de no haber hecho. Estudiar me gustaba.
En eso como que mis padres le erraron un poco. Yo tampoco lo tomo como un
reproche. Jamás les he dicho nada, verdad? Por ejemplo yo dejé de estudiar,
salí junto con mi hermana de la escuela porque si bien le llevo un año y algo de
diferencia, tuve un inconveniente de salud y perdí un año, estuve en Montevideo,
haciendo un tratamiento y perdí. Ya cuando regresé a la escuela al año
siguiente, mi hermana estaba en sexto, hicimos sexto juntos, salimos juntos y yo
quería hacer el liceo pero mi hermana no, entonces como que mis padres
dijeron: “o hacen los dos o no hace ninguno” y bueno...
- Y arrancaste a trabajar en campaña?
- Seguro. Sí, sí, sí. Ah bien...
- ¿Qué hacían, chacra...?
- Seguro. Sí, sí. Nosotros lo poco que tenemos, lo he hecho todo a fuerza de
sacrificio. He trabajado yo junto con mi padre, después que me casé, mi señora,
mi hermana. Mi hermana hace tres años nomás que está en la ciudad, demás...
trabajábamos todos juntos en el campo.
Salíamos juntos para el campo, y chacra, todo hacíamos nosotros. Todo laburo
de chacra...
173
Se llegaron a sembrar catorce cuadras de chacra. Y tenemos un tractor, se
compró una sembradora. Se evitó el trabajo de la siembra. Siembra uno solo
arriba del tractor. Entonces se trabajaba mucho en chacra. Y bueno ahora ellas
se fueron para la ciudad, son solteras las dos. La campaña, medio como que
perdió el ambiente para la persona soltera. Además que la zona es medio
aislada, porque es zona de quebradas a cincuenta kilómetros de la ciudad,
caminos medios bravos. Como que no hay ambiente para la persona soltera así,
la mujer especialmente que se le hace medio difícil de salir. El hombre no
porque monta arriba de un caballo y va a una fiesta adonde quiera, no?
- Y tú, ¿qué ideas tienes cuando los gurises crezcan? ¿Irte para el pueblo?
- Lo que hemos pensado con mi señora es seguir en el campo nomás, me
cuesta dejar lo que ya hemos hecho. Como soy el único varón y mi padre me
vive diciendo como que... mis hermanas ya para el campo no van a volver. Y él
tampoco quiere deshacerse de lo del. Y bueno, la idea... él me ha ido pasando
de a potreros, a medida que yo voy aumentando en los animales, verdad? Me va
pasando un potrero, luego otro, hasta poder yo agarrar un poco más de fuerza y
él poder jubilarse y ya quedar con menos y más dedicado al pueblo, unos días
en el pueblo, otros días en campaña. Y bueno, pensamos que cuando los hijos
tengan la edad de liceo veré forma de que la madre se vaya con ellos o mi
hermana misma que se hagan cargo esos días de semana o los abuelos
mismos. Pero la idea es seguir en campaña. A mí me gusta el campo, verdad?
- Y te ha ido bien...
- A sí. No me puedo quejar. Sí bien sé que es una zona de cuarzos y malos
ratos... Pero, me siento muy conforme como he caminado y como soy recibido
en todos lados... La idea que tengo es seguir en lo que estoy.
...
Hasta ahora todos los años le he venido haciendo algo a la máquina. Hace tres
años, con este que le puse motor diesel, este año ya metí la prensa. Y bueno
ahora como que ya le puse lo máximo. Ahora con conservar.
- Y mantener los clientes...
174
- Pienso que eso fue lo que me llevó un poco más a comprar la enfardadora
también. Si bien la lana no vale, los productores están decepcionados con la
oveja... Está, me salió un lotecito bueno de ovejas este año, y bueno, saqué
cuentas y fui y compré la prensa. Y bueno como que quedo armado para
mantener el número de ovejas. Ya una máquina con prensa, es la primera del
departamento, la primera máquina con prensa. Como que te sirve de apoyo.
- ¿La prensa te ha significado poder cobrar un poco más en el vellón?
- No, no, no. Con el tema de que la oveja, la ganancia es tan poca, si vos le
hablás al productor como que le vas a aumentar, ya como que... Rechaza la
prensa. En definitiva yo le pellizco un peso más. Es verdad. Porque si vos hacés
una inversión de U$S 6.000 para salir empatando...
- Pero ganás en personal, por ejemplo...
- Claro. Por ejemplo en la bolsa. Yo la compro... Un muchacho compañero de N.,
él consigue precio para unas cuarenta prensas del país. Bueno, me sirvió de
costado ahí, para yo entrar. Yo que era nuevo en el tema, yo compré junto con
ellos. Y bueno no es lo mismo pedir 1.000 bolsas a 30.000 de repente. Las
cuarenta prensas le comprábamos a una firma sola. Entonces si conseguís buen
precio, yo se lo traspaso al productor, y bueno ahí ya le pellizco algo. Que para
el año que viene tengo pensado cambiar un poco eso. Cobrarle un peso más al
productor y hacerme cargo yo de la bolsa. Un suponer, este año estoy cobrando
92 centavos, 93, para el año le digo, bueno cuesta tanto la esquila y pongo yo el
fardo. Hay que cobrárselo aparte, porque hasta el momento no he tenido
inconveniente, pero me he dado cuenta -incluso me decía un técnico del SUL,
M.- que lo mejor es incorporar la bolsa. La verdad que es la mejor forma. Yo le
erré. Ahora ya pedí adelantado y no le voy a salir con otra cosa al productor.
Pero ya hoy por hoy a medida que voy terminando el trabajo, ya les he
comentado y están todos de acuerdo.
- ¿Tenés, más o menos en la cabeza, la cantidad de productores que te
contrataron este año?
- Sacando los productores nuevos...
- Todas las casas que vas a hacer. Nuevos y viejos.
175
- Son unos veinte productores. Eran quince, dieciséis y tengo tres nuevos este
año. Dieciocho o veinte, más o menos andan ahí.
- Dieciocho o veinte establecimientos con 50.000 vellones...
- Seguro. En sí, con menos de 1.000 vellones tengo un establecimiento solo, que
hice este año. Esquilamos hace unos días. De más son de 1.200 vellones arriba.
Porque la zona que yo hago, no es una zona de majadas grandes. Son
productores chicos. Si bien hay algunos, como el caso de los S. con 17.000
vellones, tengo otra firma, ahí en el Rincón, que fue la que te comenté, son
9.000 vellones, ahí son tres casas. Tienen estancia en Mariscala, ahí en Colonia
que este año no fui ahí, por problema de fecha no pude ir, quedamos ahí medio
enganchados para el año que viene. Demás son productores de 2.000 ovejas,
algunos 1.500. Si bien son estancias de muchas hectáreas de campo, pero han
reducido la majada, a la mitad o más. Acá nomás esta gente, en esta estancia
son 6 o 7.000 hectáreas y hoy por hoy estamos esquilando 1.000. En la otra
estancia allá, que ya esquilé se esquilaban 5 o 6.000 vellones, 10.000 vellones
entre las dos casas, entre las dos estancias, y el otro día esquilamos allá 1.900.
Date cuenta que se está esquilando menos que lo que se esquilaba acá. En 12 o
13.000 hectáreas. Gente dedicada al campo para el arroz y tienen la oveja como
un complemento, por el consumo y eso.
Pero, por ejemplo, el tema de la prensa -no te terminé de hacer el caso- yo, por
ejemplo, consulté con algunos amigos, y me dijeron”: ‘ta, y te vas a meter en una
prensa, que sale miles de dólares, y la lana no se sabe lo que va a hacer, que va
más para atrás que para adelante”. Sí, está, es cierto que no se sabe si va a
mejorar algún día o no, pero yo mismo me he dado el aliento e incluso a algunos
amigos les comenté que veía con más posibilidades de que siguiera en carrera
la máquina que tuviera mejor equipo, verdad? la que brindara mejor servicio, si
todos fuésemos para el tacho, posiblemente menos posibilidades de morir antes,
era yo, en el caso de una máquina que tenga prensa, no me refiero a mí mismo,
no? Porque está, el que brinde mejor servicio y tenga mejor equipo, ese es el
que va a subsistir más, a mi manera de ver.
- Seguro, si no seguiríamos esquilando con tijeras a martillo...
176
- Seguro. Y bueno eso fue lo que me llevó un poco a innovar. Y para el año, voy
a hacer un esfuerzo y voy a comprar balanza. Esta prensa viene sin balanza. Y
bueno, ya hay muchos productores que me han pedido, que haga un esfuerzo y
que ponga balanza. Para ellos la cosa es fundamental, que salga el fardo de la
enfardadora y ya sepan los quilos que tiene adentro, verdad? Y bueno, voy a
hacer lo posible para el año, si dios quiere voy a ver si se lo compro y ahí ya
quedaría completo.
- ...todas las comodidades más posibles.
- Hace dos años puse el agua corriente, se instaló un molino. Pusimos la luz, a
base de un motor. Trabajamos mucho, y gente que vemos de afuera (que se
contrata) cuando va la máquina, no más, demás lo hacemos todo solos. Yo
trabajo en madera, alambrado, el trabajo en sí, con ganado, ovejas, hacemos
todo nosotros. Con mi padre, con la ayuda de mi familia. Mis hermanas, cuando
estaban al lado de nosotros. Y bueno, nos dedicamos medio de lleno. Estando
yo en mi casa, de lleno a lo nuestro. Y el tema de la máquina de a ratos libres,
medio día, de tardecita, bueno, me dedico más a lo mío. Y bueno, por eso, como
te decía hoy, nos cuesta un poco, medio pensar en la idea de irnos. Pensando
que todo lo hemos hecho con gusto, ahí, todo hecho por nosotros.
- Seguro, y las comodidades...
- Seguro. Por ejemplo las casas allá son todas de material. No es por que sean
nuestras, pero para campaña, son casitas lindas. No tenían piso, y pusimos piso.
Se hizo un galpón grande, que ahí entra el camión, todo hecho por nosotros. Y
bueno, los campos son campos, con un poco de maleza, pero son campos
fáciles de trabajar. Son ocho potreros y todos así, alrededor de las casas. El más
lejos, quince minutos de llegar a la portera. Y bueno, hay baño de ganado
adentro del campo, hay baño de ovejas. El baño de ganado con agua corriente,
lo tenemos. Sí, lo llevamos por pendiente, por gravedad. El año pasado le puse.
Compré 200 y algún metro de plastiducto y llena solo. Vacías y se la sacás
también al agua. Sin baldear para nada. Y bueno salieron el ruralcel y se puso
teléfono. Ya si hay que llevar un bicho a la feria lo llevo yo en el camión,
177
tenemos la camioneta para las vueltas. En lo posible, a medida que hemos ido
pudiendo...
- Y ese campo es el que tenía tu padre... o compraron algún pedazo más?
- No, no, no. Es decir... Esas ochocientas cuadras. Todo el campo que tenemos
ahí es todo comprado. Con laburo de todos te puedo decir, porque hace unos...
Sí, yo nací en el campo y me crié, verdad? Mi padre ya hacía unos cuatro o
cinco que trabajaba en el campo, y te puedo decir que hace unos cuarenta años
que... o más, que esta trabajado mi padre en el campo.
- Y empezó de cero?
- Seguro. Y que nos armamos de campos propios, hace unos veinticinco años.
Empezamos comprando cien cuadras, después vendimos esas cien y nos
mudamos, a pocos kilómetros en esa misma zona...
- O sea que tu padre empezó de cero?
- Seguro de cero. Mi padre cuando arrancó, cuando se casó, tenía un caballo
ensillado, nada más. Hasta ahora se acuerda, un caballo bayo. Bueno, y
empezó a laburar por las estancias con mi madre. Mi madre hacía las tareas de
limpieza y cocinaba y él como encargado. Inclusive más, donde empezó a
trabajar, cuando recién se casó, fue en la casa que estamos ahora.
- Y tuvo máquina, me dijiste...
- Sí pero cuando se casó, ya había vendido la máquina. La tuvo siete años y la
vendió. Y se casó y vino para ahí, donde estamos ahora. Empleado de un
matrimonio que había ahí. Se fueron para el pueblo y ellos quedaron a cargo de
600 cuadras. Se fue... y como a los veintipico de años, treinta, le vino a pedir el
campo en renta. La dueña le contestó así: “mire, yo no pensaba arrendarlo, el
día que lo arriende, lo voy a tener en cuenta”. Y antes de los dos años lo llamó.
Que fuera que le iba a hacer negocio. Teníamos cien cuadras arrendadas, cien
cuadras arrendadas y cien propias. Pero no había posibilidad de extenderse.
Porque eran todos productores chicos y era difícil comprar campo ahí en la
vueltita. No había posibilidades. Trabajábamos con almacén, ahí en ese lugar.
- Almacén de ustedes...
178
- Seguro. Como que estábamos medio hastiados del almacén. El almacén medio
como que te acobarda un poco, verdad? Y más en campaña. Noches enteras sin
dormir. El almacén en campaña no cierra nunca. Bueno, entonces, se vendió las
cien cuadras, se entregó el campo que se había arrendado y se le arrendaron
setecientas cuadras ahí donde había trabajado mi padre. Y bueno, ahí
empezamos a trabajar todos juntos y a caminar y a caminar, y era chacra y era
campo y era chacra y era campo y a los quince años se compró un pedazo y a
los seis, siete años se compró el resto y después se redondearon las
ochocientas cuadras.
Yo te puedo decir que si salgo con la máquina, tal vez laburo más que estando
yo en mí casa, verdad? Porque con la máquina siempre estoy haciendo algo,
limpiando, acomodando. Y llego a mi casa, y bueno, hay que ponerse al día con
las tareas que están atrasadas por yo no estar y en los ratos libres atender la
máquina, limpiarla toda, acomodarla para la zafra que viene, no esperar a que
llegue la zafra. Sí hay algo para arreglar, tiene que ser ya en el momento,
porque te acordás en el momento, porque después... es difícil.
El año que arranqué con máquina... Arranqué con él.
- ¿Cuántos años hace que estás con el agarrador?
- Con el agarrador que nos conocemos, debe de hacer como quince años. Él
conoce bien mi vida. De que nos conocimos, quince años atrás, hasta ahora...
Información suministrada por el maquinista, S. mientras acondicionaba las
herramientas. Procediendo a su limpieza primero (con agua, jabón y un cepillo,
para sacarle la grasa -suarda- producida por el lanar, que queda adherida a las
tijeras de esquila) y luego a afilar cortantes y peines.
Los cortantes son de uso general, utilizando uno cada 12 o 13 animales, según
el estado de la majada, textura de lana, suciedad de la misma, etc. El costo de
cada cortante son de unos $ 80 (de origen australiano). Hay tres cortantes para
cada esquilador por cada peine.
179
Los peines están identificados y cada esquilador utiliza los que le corresponden.
Teniendo un juego de 3 a 4 a su disponibilidad. El costo de cada peine es de
unos U$S 20 (de origen australiano).
El esmeril tiene un costo de $ 40 y permite afilar las herramientas que luego
podrán esquilar hasta 1.000 ovejas.
El maquinista en los intervalos, aprovecha para limpiar y afilar los mismos
dejándolos prontos para su uso.
- ¿Cambian de esmeril según el tipo de lana?
- Claro. Porque tiene que ser suavecito el filo.
- ¿Para Ideal, por ejemplo?
- Ideal, merino.
- Con otra piedra de esmeril y con otro tipo de filo...
- No, se cambia el papel nada más, verdad?
- Claro, pero le da otro filo distinto al cortante.
- Ahí está. Esmeril de 80 y 120 se usa para lana fina. Lana gruesa, así como
ahora, Romey y Corriedale, el 60 te anda bien. Para el peine.
- ¿Y el cortante que esmeril lleva?
- Generalmente el cortante es siempre el mismo, sea lana fina o gruesa. Lleva
120. El que varía es el peine. En lugares como estos, donde hay arena, aunque
sea fina la lana, te conviene usar 60, porque al ser lana así, tiene que cortar
mucho y tirar.
- ¿Las herramientas las comprás en Treinta y Tres o las mandás pedir a
Montevideo?
- No, no, no. Se consigue ahí. Voy ahí se piden y las consiguen. Generalmente
hay todo ahí.
Aquí donde va la tijera, trabaja (el motor) a 2.700 revoluciones, setecientas
vueltas por minuto.
- y la afiladora esta a...
- A 2.400, un poco más lenta está la afiladora.
- Y todo esto, ¿dónde lo aprendiste?
180
- Ah. Mirando. No, y yo hice el curso. Sí en Cerro Largo. Que lo da el SUL.
Incluso tienen los fines de semana, para que les quede cómodo a todos. Si no
tenés el curso, bueno... a golpes.
- ¿Tú alcanzaste a salir con tu padre?
- No, no, no. Yo ni nacido era.
Cuando te vas iniciando siempre hay algún baquiano en la máquina. Ahora hay
gente que no quiere escuchar a otros, a un esquilador ponele, yo hallo que no es
así, porque equivocarnos, nos equivocamos todos, verdad? A los porrazos.
...
un hormigueo, la máquina, parece que no, pero primeras dos, tres veces. Te
lleva la mano. Te deja la mano como dormida. La primera vez, la tijera puede
más que uno. La tijera agarra con el brazo para cualquier lado. A todos les ha
pasado lo mismo. Vos la mirás y parece que la cosa ... y sin embargo no es tan
así. Vos vas a esquilar y querés agarrar para acá y la tijera agarra para allá.
Puede más que uno. Después sí. Entrás a dominarla y dominarla y ya a lo
último, hacés lo que querés con ella.
....
- ¿Y los trabajadores…?
- La mayoría o son hermanos o son cuñados o son parientes.
Él es hermano de este muchacho. Uno alto. Acá está el padre del y tíos hay
cuatro. Y acá esta el cuñado de tres y hay otro cuñado más de dos. Y los dos
velloneros, uno de cada lado son hermanos. Es decir. Todos prácticamente son
parientes.
181
Entrevista No. 5.
Fecha: Noviembre del 2000.
Lugar: Departamento de Treinta y Tres.
“Nosotros sabemos lo que hacemos.”
Comparsa con una máquina Tradicional donde dos esquiladores realizaban
esquila según el método Tally Hi.
Entrevista realizada al maquinista. Un joven de 35 años. Hijo del dueño de la
máquina.
Hace quince años que sale con su padre a la zafra, realizando tareas de
asistente y de chofer, así como también la parte del mantenimiento mecánico de
la máquina de esquila.
Está casado y tiene dos hijos en edad escolar, quienes concurren a la escuela.
Vive en la ciudad. Nunca vivió en el campo.
Su profesión es mecánico (su capacitación en esta tarea es formal).
Es poseedor -junto con su padre- de un camión de porte mediano y una zorra, a
parte de la máquina de esquila.
Su vestimenta de trabajo - championes, pantalón deportivo de algodón, una
remera y un gorro con visera - denotaba mejor estado que la de cualquier
integrante de la cuadrilla.
Así mismo, luego de finalizar la jornada laboral, al haberse higienizado y
cambiado de ropa, la misma, ostentaba también de ser de mejor calidad y estar
en mejor estado que la del resto de la comparsa. Vaquero, una campera de
media estación de algodón, remera tipo “polo” y championes.
Disponía de un teléfono celular, el cual lo acompañaba - visible - a todos lados,
colgado de su pantalón. Al conversar con nosotros, dejó el mismo, visiblemente
sobre una mesa próxima.
Observamos que tanto en la pausa realizada el mediodía, así como también en
la tarde, al finalizar la labor, su higiene personal la realizaba solo, contrariamente
182
a la forma realizada por el resto de la cuadrilla que compartían el baño (y en
algunos casos dos o tres integrantes iban conjuntamente hasta un arroyo
cercano para bañarse en él), siendo ésta una instancia para comentarios sobre
la tarea de la jornada así también como también alusiones personales -
disimuladas bajo la forma de presuntas “bromas”-.
En cuanto al lugar seleccionado por el mismo, para tomar mate y descansar, en
horas del mediodía y de la tarde, éste se encontraba a metros de los pequeños
grupos ( de tres y cuatro trabajadores) conformados por el resto de la
comparsa. No estando integrado a ninguno de estos “sub-grupos”, pero no tan
apartado de éstos como para estar aislado (pudiendo ver y escuchar a todos los
allí presentes).
Disponía de una radio, la cual en un breve instante - durante el mediodía -
encendió para escuchar dos o tres noticias de un informativo radial.
Nos preguntó sobre la situación general de la Universidad, -por la problemática
del presupuesto - así como por la situación laboral - en términos generales - en
Montevideo. Esto durante la conversación mantenida al mediodía y pudiendo ser
observado y oído por todos. El conocimiento de los tópicos era a nivel de
titulares informativos.
- ¿Cuántos años hace que sale tu padre con esta máquina?
- Debe de hacer cuarenta, cuarenta sí. No sé exactamente pero es fácil sí,
desde hace treinta años lo menos, de maquinista, sí, como propietario. Yo ahora
estoy porque él tiene problemas de salud, yo hace quince años que vengo
saliendo. Con otros trabajos...
Este año lo estoy haciendo como maquinista porque yo tengo que estar
capacitado para eso, no? El año pasado ya lo hice por razones de salud de él,
no? Porque en estos trabajos hay que estar bien de salud. La vida de uno... es
una vida que a veces se pone en condiciones ásperas, no? Acá a veces llueve
en los galpones, la vida no es como en la casa de uno.
183
Sí, a parte de andar pasando trabajo en los caminos, y arreglando cosas, si se
rompió una tijera ir a arreglarla, y conseguir gente, como ahora este muchacho
que se enferma, llevarlo para el pueblo; es complicado?
Estar en todo, por eso estoy yo. Aquí en el caso de nosotros, en el caso de esta
empresa, se ha agrandado, lo que ha decrecido es el número de productores,
hay otras empresas (de esquila) que han desaparecido.
- Lo que quiere decir que entonces hay algunos productores que tienen más
ovejas?
- No, no. Algunos desaparecen, aparecen otros, pero la lana tiende a haber
menos por la baja rentabilidad. Como no le es rentable, igual el tipo las mata a
las ovejas, se achica o se liquida.
- Ustedes cobran siempre lo mismo o ha habido alguna variación?
- Los precios se van ajustando de acuerdo al costo de trabajo como en cualquier
empresa. Se cobra a porcentaje y se cobra... depende de los valores... porque la
herramienta que uno usa, los fierros son todos en dólares, esta dolarizado eso, y
el atraso cambiario ya automáticamente cambia los precios. Un peine vale veinte
dólares, el año pasado los veinte dólares esos creo que estaban a $ 11.60,
ahora estos veinte dólares los estamos pagando a $ 12.30, si sube a quince
pesos mañana, eso es lo que vamos a tener que pagar, ese es el costo, el
atraso cambiario... después sube todo, la galleta... y la mano de obra, los
impuestos y el combustible, o sea se va aumentando el costo porque hay que
aumentarlo... o si no desaparece (la empresa).
Es difícil ese tema porque uno tiene que saber la línea media, no es una tarifa
fija, es una tarifa donde hay variantes.
- ¿Ah sí?
- Seguro, esta la competencia primero.
- Y esas variantes, ¿dependen del establecimiento, si tiene 5.000 ovejas cobran
un precio, si tiene 1.000 cobran otro?
- No, no. En esta empresa no es así. Hay otras que sí. Hay empresas que yo sé
que han hecho eso, pero en esta empresa no.
- Y tan mal no les ha ido, para estar cuarenta años...
184
- Nosotros sabemos lo que hacemos.
- Se ve que en la zona están bien catalogados...
- Mal no nos ha ido. Hay que saber manejar las cosas, es como todo. Pero esta
complicada la mano.
- Así que antes de salir, ya saben todo el itinerario, todo lo que van a hacer,
cuantos días van a estar... -dependiendo un poco del tiempo- pero más o menos
tienen todo organizado?
- El maquinista, antes de salir, tiene todo preparado.
- Eso ¿cuándo lo contratan? En el correr del año? o por ejemplo, este año,
esquilaste la majada y quedan más o menos apalabrados para el año que
viene?
- Exactamente. Uno esquila y el productor va y le dice a uno: “bueno, mirá que
quiero esquilar el 18 o 20 de noviembre del año que viene”. Uno va y arregla. Y
los va intercalando. Si hay un productor de noviembre, que quiere esquilar, yo
que sé, el 10 de octubre, uno va y arrancaría un 7 de octubre para esquilar...
Uno calcula la cantidad de días que va a tener - aproximado -, el rendimiento
que tiene para cada establecimiento. Siempre eso libre del estado del tiempo o
algún desperfecto mecánico.
- Claro, o algún accidente...
- Seguro, un muchacho (esquilador) el otro día se golpeó ahí, sin querer... ya
dice que está bien, que va a venir ahora... pero estos trabajos son peligrosos...
pero uno ya cuando sale, acá en esta empresa ya sabe lo que se va a hacer.
- ¿Ya tienes todo organizado? ¿Y con los esquiladores? ¿Son más o menos los
mismos o cambia mucho?
- Nosotros cambiamos muy poco. Han habido años que se han llevado las
mismas comparsas. Este año vinieron, creo que tres nuevos, pero todos han
dejado por... por... no porque se deba, sino que se ha dejado, han entrado otros,
han tenido otra oferta más interesante y se han quedado, pero en general hay
muchachos que tienen veinte años con nosotros. Se dedican a eso. Pasa que es
gente que así como esquila, es gente que necesita. O sea hacen la zafra y eso,
185
no? Y hay otros que van intercalando con otras cosas, entonces si de repente
tienen otra oportunidad... y bueno no salen.
- ¿Tú vives todo el año de esto, o tienes alguna otra cosa?
- No, yo trabajo con mi padre. Trabajo todo el año en esto y transporte. Yo soy
mecánico. Soy mecánico y me gusta la mecánica, pero soy también chofer;
tengo profesional de camiones, o sea yo tengo libreta profesional.
- Claro, porque esto se corta ahora en diciembre y después...
- Este año estamos con los corderos gordos, esos... para exportación y nosotros
los hemos hecho (esquilado), hay otros que no los hacen, o sea no han tenido
oportunidad... Y después, en cualquier parte del año uno esta abierto, sí que...
no es la temporada. Tiene sus fechas. Tiene un cliente, mi padre, que se dedica
a eso, a engordar y exportar corderos gordos. También se hace desoje, todo lo
que es relacionado con la esquila. Ahora como la lana ha bajado, al productor no
le da, entonces eso ha bajado también en invierno. Se esquilan corderos gordos,
porque al productor le deja un buen dinero, como ellos mismos dicen.
- Pero si se para la exportación, esta todo parado...
- Esta todo parado, exactamente. Todo depende de la salida y hasta de tener las
praderas, porque los corderos son engordados a pradera. Todo depende de un
montón de cosas. Hay gente que esta ocupada y no puede. Nosotros hemos
andado bien en eso. Este año esquilamos como cuatro mil bichos, no me
acuerdo bien -antes de la zafra-... y ahora estamos en zafra.
- Después ahora en febrero y marzo, arrancan con los corderos... o no?
- En el caso de nosotros arrancamos más tarde. Por los clientes. Hay gente que
tiene corderos prontos para marzo y hay otros que no. Este muchacho que
nosotros le esquilamos, no sé... los tiene más tarde... junio, julio, agosto. El
cordero gordo se hace trimestralmente. Ellos lo preparan... y hay algunos que lo
tienen pronto en esa fecha, otros no. Nosotros hemos arrancado más tarde
siempre. Hay otros maquinistas que han esquilado en febrero...
- O sea que más o menos estás todo el año en la vuelta de esto?
- Todo el año. Seguro. Me dedico a eso, eso y el transporte. Después arroz.
Aquí en la zona arroz. Y bueno cuando estoy parado en mi casa hago mecánica
186
también, pero eso lo hago más bien... Yo estoy en esto. En esto y para esto. En
la máquina.
- Pero no sólo la máquina, también en la organización, porque tenés que hablar
con los productores, tenés que...
- O sea cuando uno es maquinista esta en todo. O sea, el maquinista no es
solamente ponerse atrás de la máquina. El maquinista tiene que hacer todo. Si
me toca lo hago.
- Más o menos tenés idea de cuántas ovejas esquilan en cada zafra? Sacando
cuenta de que se esquilan aproximadamente 600 por día - como me dijiste - y
tres meses, que serían 100 días estamos hablando de 60.000 ovejas...
- No, no. No. Pero el promedio es más bajo.
- Por los días de lluvia y...
- Desde el momento que uno se mueve hace de repente un promedio de 300
ovejas por día. El año pasado hicimos 450, creo que fue.
- Esquilando cuantos días? Cien días.
- No, no. Menos. Cuarenta días.
- O sea, cuarenta por cuatro, dieciséis.
- Sí, se baja el promedio porque el promedio cae por un montón de cosas.
Transporte... Ayer nomás salimos... terminamos de mañana, de tarde y vine acá
y esquilé... ochenta ovejas se esquilaron, más o menos. O sea, toda la tarde fue
de viaje. Bueno y hay cosas... una tijera...
- Si cae mucho rocío, tenés que esperar...
- Exactamente, depende del productor, hay gente que no te echa (la majada
para esquilar) con rocío, hay otros que sí echan. Que eche o no eche, depende
de él. Entonces es muy variable. Eso sí que no hay nadie que lo diga. Es
impredecible. Depende del tiempo. Si uno dice, está en una estancia donde
están equipados, donde haya techo...
- ... seguro, de repente encierran en la noche y...
- Nosotros hemos ido a establecimientos donde hay. Encierran y uno sabe que
tiene la mañana asegurada, pero... aquí no hay nada.
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Depende también de las condiciones de las ovejas. Las ovejas, si están feas de
esquilar, el esquilador baja el rendimiento, es normal eso... y si está linda
aumenta. Si uno agarra una majada fea se nota que baja el rendimiento. O sea
es imposible... (calcular el rendimiento).
- Pero más o menos sabés cuantas se esquilan por temporada?
- Sí, nosotros este año vamos a andar alrededor de las 20.000. 20.000 animales,
no vellones, porque vamos a llegar con corderos. El año pasado se esquiló creo
que 19.000 y pico, algo así. Pero cinco años atrás esquilábamos 29.000 o
30.000. Se ha ido reduciendo.
- El cordero, más o menos durante el año, cuántos llegan a esquilar?
- Bueno, la esquila fuera de zafra, el año pasado esquilamos como 4.000, pero
hemos esquilado otros años hasta 8.000 entre corderos y pre-parto, eso es muy
variable.
.- .. y capones?
- No, capones poco. El capón ha bajado, porque como el capón lo usan para la
carne y eso, el capón ha bajado mucho. Oveja, borrego y cordero. Como la lana
no vale.
- Y en la comparsa, ¿son como trece, no?
- Con la de seis tijeras, somos trece. Esta máquina se hace de ocho. El año
pasado salimos con siete tijeras, pero se puede llevar a ocho. Este año somos
trece.
- Así que entonces la gente tiene las tareas conocidas?
- En esto, es como cualquier trabajo.
- No te podés quedar en mitad de la correntada...
- A claro, si viene uno desconocido, que uno no lo conoce, que no sabe si sabe,
eso puede ser... en la esquila se necesita mano de obra especializada. Como
que uno tenga un taxímetro y vaya y ponga un herrero. Tiene que ser un tipo
que sepa. Gente que sepa hacer el trabajo. Que ya haya trabajado en algún
lado.
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- Por eso te decía, la parte mecánica de reparar la máquina, la parte de personal
de más o menos armar el cuadro, la parte financiera... que la comida, que los
impuestos, que los sueldos, que bueno que me falta, que conseguir...
- Después el trato con el dueño del establecimiento.
- ... y aparte de eso la locomoción...
- Yo en este caso, hago todo. Soy el chofer. Hay gente que no tiene ni camión y
bueno, pagan el transporte.
- Tuviste un buen maestro... cuarenta años a tu padre.
- Seguro, yo aprendí. El sabe. Puede ser que haya otro que ande mejor... no sé.
Yo tengo un tío también que tiene máquina grande.
- Ya viene de familia.
- Nosotros estamos igual quince, diecinueve días sin ir al pueblo.
- ¿Vos tenés la familia en el pueblo?
- Sí. Nosotros salimos, pero si llueve, no volvemos. Solo en caso de urgencia.
Hay otros que vuelven, yo no. Soy el primero que sube al camión y soy el último
en bajarse.
- Es una actividad que te gusta, no?
- A mí me gusta. O sea, tengo vocación, pero también tengo responsabilidad.
Hago las cosas a mi criterio, no es que a mí se me antoje eso y... no, las cosas
hay que hacerlas como hay que hacerlas. Sé lo que tengo que hacer, o creo que
sé lo que tengo que hacer porque cuando quedo al frente se trata de hacer
funcionar.
- ... que no debe de ser fácil...
- Es como todo. Hay que estar. Hay que estar empapado en esto. Fácil no es,
no. Si no cualquiera lo haría, y nadie habría desaparecido... pero con esta crisis
tremenda que ha habido.
....
Después de una parada de tres y media a cuatro, dónde en esta máquina se les
da un refrigerio, avena y en otros casos se ha dado cascarilla o también se ha
dado cocoa otras veces también. Y después de tarde la cena, a las siete, siete y
algo.
189
- Y eso, lo proveen ustedes o ha habido algún arreglo con el establecimiento?
- No, no. En este caso el establecimiento lo único que nos aporta es el animal. El
animal va por cuenta del establecimiento y el agua. Demás el resto va todo por
cuenta nuestra. En este caso, en otros casos los maquinistas han arreglado que
son mantenidos. Pero nosotros nunca lo hemos hecho. En este caso de esta
empresa trabaja todo así.
- Te da otra independencia porque bueno, sabés que comés bien y...
- Nosotros lo hacemos así. Yo encuentro que es lo normal. Porque que lo
mantengan a uno no esta bien.
- Y cómo te arreglás con eso? Cuando salen ya tienen una plata?
- Hay que tener banca. Vas cobrando y vas pagando.
- No, pensé que de repente sacabas algún crédito en el banco...
- No, no. Porque ahí sí que nunca más.
.- .. o sea que la vas llevando, a medida que vas cobrando... Arrancás con un
capital para moverte.
- Ah sí. Y cuesta más, yo que sé, la herramienta. Es imponente. Como ser,
veinte dólares cada peine y de herramientas mil dólares. Hay quienes pagan a
treinta días, sesenta días a bajo interés, como es normal. Yo si me hiciera cargo
de hacer eso, lo haría así. Mi padre trabaja contado.
- Así que nueve años... por lo que me contabas.
- Aquí en la zona. Mi viejo hace cuarenta años que está trabajando.
- O sea que se han ganado un respeto...
Señalamos que él está encargado de la máquina de esquila. Su padre - dueño
de la misma - visita esporádicamente la comparsa. En esta oportunidad, así lo
hizo, junto con nosotros -equipo de investigación- y un técnico del SUL.
Durante el mediodía, su padre se sentó integrando un sub-conjunto con el
técnico mencionado y él no participó de este sub-grupo.
Durante la jornada laboral, sentado, observaba el trabajo realizado. En algunas
ocasiones realizaba su tarea de afilar los peines y cortantes de la máquina y
190
revisar el estado general de la misma. Si bien su padre estaba en el mismo
galpón, luego de haber intercambiado algunas impresiones en la mañana,
cuando éste - el padre - llegó, no se establecieron comunicaciones posteriores
entre padre e hijo e inclusive los lugares desde donde observaban la tarea eran
diferentes.
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