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El MELAO DE MI AUSENCIA
MARIO ANDRÉS SOTO GARCÍA
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
Facultad de Artes ASABArtes Plásticas y Visuales
BOGOTÁ D.C.2015
El MELAO DE MI AUSENCIA Trabajo de grado para optar al título de pregrado:
Maestro en Artes Plásticas y Visuales.Tutor:
Maestro Jainer LeónUNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE
CALDASFacultad de Artes ASAB
Artes Plásticas Y Visuales
BOGOTÁ D.C.2015
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CONtENIDO
Mi nueva familia y mi nuevo yo…......................................................4Intentando recordar para no olvidar.................................................................6
Aparece mi padre! primeros recuerdos…....................................................................7Segundo viaje: Conocer, reconocer y aferrarme................................................................12
Retomando la historia, en camino a una idea.........................................................................40 A trabajar se dijo....................................................................................................................................57
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Mi nueva familia y mi nuevo yo…En esta crónica leerá sobre momentos que se habían perdido en el tiempo,
historias que ahora han sido recuperadas, todas, con un sabor familiar, con
estos relatos busco tocar la imaginación de un lector que también, sabe lo
que es la familia, le brindo una historia que de apertura a la imaginación,
que lo invite a sentirse parte de ella. Todo nace a partir de mi vida, de
lo que fue, es y será, luego de zambullirme en una historia familiar
que desconocía, que me era ajena y que por iniciativa propia decido
recuperar para mi vida, leerán como entrar a la manada Soto y
narrare para ustedes los apartes de cómo recuperar algo que creía
perdido y llenar los espacios vacíos que tenía mi memoria, para
hacer parte de mis recuerdos a esta familia paterna que nunca viví.
Este texto, cuenta una vivencia filtrada por mi visión artística, y se narra en tres capítulos:
El primero, “Recuerdos familia Soto primer viaje (1995)”, el segundo, “Viaje (2013)” y el tercero, “Viaje (2015)”. Se encontrará con una historia que quizá le suene familiar, historia que viví en carne propia y que sin saber, de pronto usted también vivió, lo veo en todos lados, miles de nuevas familias con padres separados e hijos que crecen sin alguna de las dos figuras paternas. Veremos a la familia como una especie por conocer, pues cada una representa un universo diferente, es como un organismo viviente de múltiples sentires y saberes; en mi caso, la familia que conocí, es un viaje a un universo desconocido.
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Teniendo como referente algunos análisis, sobre los estudios de Fecundidad y Familia en Colombia del año 2013, realizados por Carmen Elisa Flórez, directora de Profamilia donde se plan-tea esta problemática, desglosaré algunos puntos de cambio en la familia colombiana, que han sido filtrados por una historia familiar en particular, la mía. La tendencia nos muestran que en Colombia aumentan las familias que se disuelven, por esta razón, cada día son más los niños que nacen en linajes mono-parentales es decir, de un solo padre. Sin decir que esto lleve a la extinción de las familias, pienso que es bastante preocupan-te, como estas nuevas familias, alejan a los seres humanos de sus raíces, haciendo que el problema de la falta de memoria en el país se acentúe. Por tal razón, este trabajo expondrá esta pro-blemática y buscara darle una trasformación a nivel artístico. Es una reflexión y un ejercicio donde Christian Boltanski y su vi-sión estético-ritual de toman especial importancia, es en parte, su estética mística la que me permite expresar esta problemá-tica y obtener alguna mitigación de la misma a nivel personal. El que vea mi trabajo en la galería y lea este texto, desarrollara un análisis personal con base en su propia historia, sin embargo, aprovechando su lectura, quiero que se pregunte, ¿si siente que algo de su vida familiar se esfumo? Si o no, sea su respuesta, sépase que no lo es del todo cierto, siempre queda una huella en todos y de todos, los lazos familiares se pueden recuperar o perder y la vida nos da la oportunidad de salir a buscar una respuesta, pues en mi consideración, jamás será tarde para darnos una segunda oportunidad y encontrarnos en colectiva de nuestras familias.
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Intentando recordar para
no olvidar…Mi vida es una extraña
y bendecida suerte de momentos que hacen de mí
lo que soy ahora, sin embargo, mi familia más próxima, mis
padres, no fueron, ni serán ya, la familia modelo que
la sociedad occidental plantea; con un padre y una madre casados por la iglesia, pues en el contexto de mi vida, las cosas no fueron como yo las hubiese querido, pero si, las que tenían que ser. Así que mi familia fue; una madre que trabajo fuerte durante 22 años,
por sacarme adelante como detective del ya extinto DAS; sin un
padre y con una familia materna numerosa y ejemplar, sabrán
pues, que ella intento ser esa figura paterna,
sin pensar quizá, ingenuamente,
que la
unión de dos personas (padre y madre) es importante en mi memoria pues crecía sin esa figura que da autoridad cuando se necesita, recuerdo que mis amiguitos asistían al día de los padres del
colegio con sus dos papás, y yo me preguntaba, el porqué
de la ausencia de mi padre, pues yo asistía a
estas reuniones con mi madre en ocasiones, mis abuelos o mis tíos, ya que mi madre trabajaba mucho, mientras tanto, era criado por tías y tíos
maternos y cada que mi madre estaba en
casa aprovechábamos al máximo el tiempo,
jugando y compartiendo.
A mis 11 años nace mi hermano Santiago, producto de una relación que sostenía mi madre con otra persona, luego por c o i n c i d e n c i a s de la vida,
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reaparece mi padre Luis
Soto y me lleva consigo a un viaje
que duro una semana aproximadamente, a conocer,
a visitar la Familia Soto, un diciembre de 1995, del cual
tengo pocos y vagos recuerdos, pero existen algunos que
evoco vívidamente.
¡ApArece mI pAdre! prImeros recuerdos…
El primero, es en la casa de ellos, en Barbosa Santander, recuerdo que habían muchos escombros y tenía una tina con agua, llena de renacuajos que recogí del rio, en mi memoria hay como una especie de regaños
por eso; otro, es el de un muñeco que construimos con mis primos, hecho
con pantimedias de mis tías y ropa vieja de mis tíos, relleno de
aserrín y pólvora, a esos que llamábamos año viejo, ese
que finalmente no vi quemarse pues
estaba al
teléfono con mi mamá. Lágrimas de nostalgia recorrían mis mejillas, pues recuerdo sentirme un tanto extraño con tantas nuevas personas, lejos de mi madre a la cual extrañaba, el sonido de la pólvora me aturdía
y la comunicación fallaba.
Otro momento que recuerdo con intensidad
de aquel viaje es mi sensación en ese cuarto de mi padre, viendo televisión, lo sentía tan ajeno, y decía ser mi padre; Luis Ernesto Soto Ariza. En la casa tenían
parabólica con canales que nunca había visto,
esa noche mi padre roncó demasiado y me trasnoche
viendo un programa sobre tiburones. Un tío Carlos de contextura gruesa que durante todo el paseo recuerdo me trato bien, sale a relucir en mi mente, mi madre siempre habla con mucho afecto sobre como ella le salvo la vista cuando él era solo un n i ñ o ,
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también e x i s t e n
algunas imágenes de un concierto al que
asistí con la orquesta que tenían todos mis tíos junto
con mi padre; la orquesta “Los Hermanos Soto” (1984 – 1994), en
esas imágenes hay un bus rojo con blanco, ese en el que hacían
sus giras, recuerdo también unas imágenes mías en la
tarima tocando con ellos, creo que la campana
era mi instrumento. Es peculiar como esos viejos recuerdos se desvanecen, como el sonido en la distancia, pues trascurrirían 18 años para que yo volviera a escuchar estos sonidos de una familia que seguía sintiendo ajena.
Mi vida siguió su camino, pero siempre latente en mí, un impulso
creativo que ahora traduzco como el gusto por la práctica artística.
Después de ese viaje regrese a casa, continúe mi vida como
venía, hacia lo que me gustaba hacer y lo que
tenía que hacer, p e r o
persistía aún ese vacío familiar, la ausencia de mi padre, que tras haberlo conocido, sentía que se esfumaba de mi vida, y lo peor, que cada día me hacía más viejo y no actuaba para volver a recuperar esos recuerdos; pensaba
que me algún día tenía que ir buscarlos, pues esa otra parte
de mi vida se aferraba a mi mente. Quizá existía en mí,
un “orgullo” pues pensaba que el poco interés que demostraban hacia mí, no los hacia merecedores de mi sentimientos, ese orgullo me estaba cohibiendo de encontrar
un mundo nuevo, lleno de historias que enriquecerían
mi existir, pues no todos los días se conoce una familia,
esperando que de esa experiencia, surja algo que inspire mucho más mi vida. Siempre me gusto pintar y dibujar, así que la carrera que quería estudiar era artes, no me imagino que hubiera pasado si mi vocación hubiese sido el derecho, quizá u n a
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demanda fuera el
resultado de mi búsqueda.
Yo propongo la reconciliación,
lo siento como un acto de reciprocidad
hecho vida, un acto que me brida tranquilidad y
refuerza mis lazos familiares, donde la creación artística siempre estuvo presente sin darme cuenta. Entré a estudiar artes plásticas y visuales en la Universidad Distrital luego de varios intentos sin lograr pasar y de algunas carreras que comencé y no termine, trascurrieron algunos semestres estudiando y adquiriendo conocimiento artístico, hasta que conocí una técnica que cautivo
mi sentido de la estética, además de
sumergirme en el ritual del fuego,
t a m b i é n llamó mi
atención
4 la poca popularidad que tiene esta técnica, el “FUMAGE” fue mi
revelación. Dos años experimente ahumando
superficies y objetos de todo tipo, artistas como Yves
Klein, Jiri Georg Dokoupil con sus pinturas de hollín, también Otto
Piene con sus Rauchbilder (“imágenes de humo”) inspiraban mi proceso; luego de un tiempo hice un trabajo para taller integral
1, llamado “La Humareda”, donde tome una foto de un paseo de olla con
mi familia materna, esta, describía una escena donde
un tío abanica el trasero de mi abuela materna mientras ella aviva las llamas de la fogata para asar la carne. Este trabajo se
r e a l i z ó s o l o
c o n
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e l humo de
las velas, pues descubrí una afinidad
especial por el color de la huella que deja. Tras un
proceso en el que escudriñe lo que esta técnica podía
brindarme, donde los quemones y la cera derretida, pagaban con
creses los resultados visuales tipo radiografía que lograba
ahumando cualquier superficie poco inflamable, luego de ello, surgieron otros trabajos plásticos e instalativos de carácter efímero, donde las velas y el fumage seguirían dando más material para trabajar, para taller integral 2, realice como trabajo final una instalación exclusivamente con velas,
tomando como referente monjes que utilizaban esta audacia
de insertar algún metal pesado en la vela. La idea de esta, era
que en algún momento, el metal se callera y así poder
medir el tiempo de sus meditaciones.
Este trabajo s e
trababa de una serie de velas de 5cm cada una, las cuales tenían incrustadas una cantidad específica de balines metálicos, en el piso, cada cierta distancia, dispuse láminas de vidrio de forma intermitente. Cuando se
prendían las velas y se consumían, premeditadamente caían las
esferas al suelo y otras en el vidrio, logrando una serie
de sonidos que se dirigían solos al ritmo y el poder del fuego, este trabajo lógicamente terminaba con la extinción de la vela. Cada trabajo que realizaba duraba poco.
En “La Humareda”, todo finalizaba cuando dejaba
de avivar la fogata con más madera, en otro ejercicio
en clase donde la temática era los inventarios, dispuse una serie de objetos que se esfumaban de mi vida y mis lugares privados, dentro de un altar estilo barroco encontrado en la calle, con una lista de los objetos dentro de un cajón del
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mismo altar y
velas dispuestas alrededor semejando
un altar a lo esfumado, este trabajo también terminaba
cuando las velas se derretían, pues la fuente de luz de la
obra era producto de estas velas.
Cada trabajo era de carácter efímero, quizá es la traducción de eso que era fugaz
para mí, esos recuerdos que se escapaban a mi memoria, no quiero escapar de ese
carácter efímero, pues en cierta forma, siempre he pensado que no me interesa que la obra perdure en el tiempo pues al igual que esta historia es cambiante, trasmuta.
Puede ser una visión poética sobre el fin, el tiempo y su recuerdos, me parece interesante eso que sólo se ve una vez, que es momentáneo, ese instante de tiempo que se captura y se hace real, de alguna manera intento que mi trabajo tenga esa
urgencia de recuerdo y ligo a mi trabajo esa conexión, con una obra que tiene
vida, se trasforma y también perece.
Logre entender, que más que la técnica era esa sensación de
esfumamiento paternal que sentía en mi vida,
sensación que i n t e n t a b a
plasmar en mis trabajos. En una clase de taller integral, un maestro me hizo la pregunta de dónde salió todo este proceso, ¿qué tan presente estaba esta técnica “fumage” en mi vida y el porqué de mi interés por esta técnica? Ahí fue donde llego la palabra “esfumar” a mi trabajo, pues para lograr pintar con el humo realizo la acción de esfumar o ahumar las superficies, así pues, con la palabra esfumar llegue a la pregunta clave y de la cual no era consiente ¿Qué se ha esfumado de mi vida?.
Luego de un doloroso paso de interiorización, aceptando mi realidad, reconociendo que realmente algo hacía falta en mi vida, fui consciente de que no podía morir o seguir mi vida, sin buscar esa parte de mi vida que creía perdida y pensé, que podría aprovechar el arte y mi tesis, para mostrar el resultado de esta búsqueda caprichosa pero necesaria, pretendiendo con ello, llenar ese vacío en mis recuerdos, plasmar mi memoria y la de ellos, con nuevas experiencias de vida y si se quiere, abrir la discusión sobre la disolución de la familia en
12
la
c o n t e m p o ra n e i d a d y la necesidad de estas
uniones genealógicas y antropológicas para la
subsistencia de la sociedad actual, asegurarles a las generaciones
venideras un futuro menos surrealista, pues la desintegración de las familias
en mi opinión, podría llegar a crear sociedades egoístas e individualistas,
desechando quizá la posibilidad de sentir amor y afecto por otra persona.
Así que decidí tomar esta historia en mis manos y convertirla en un proceso artístico, viaje por segunda vez a Barbosa a reencontrarme con aquel pasado perdido, si bien me han dicho “si la montaña no va a Mahoma…” pensé, ¿Por qué Mario no iría a la montaña?... De este modo emprendí mi viaje y estaba ansioso por conocer, revivir, y descubrir nuevas historias. En
un principio me inquieto el cómo me recibirían, pues casi dos décadas de
valiosos recuerdos esfumados y vida recorrida ya me hacían una persona
capaz de discernir y perdonar, con la firme intención
de brindarles amor.
segundo vIAje: conocer,
reconocer y AferrArme...
En el año 2013 decido trasladarme para visitar esa familia y recuperar esos recuerdos borrosos, empaco un par de mudas de ropa y una lista de cosas por hacer, dibujos de lo que ya tenía planeado hacer, me despido de mi madre siempre incondicional con un beso en la mejilla, y me dispongo a conseguir transporte. En el viaje de 4 horas por tierra voy pensando si cuando llegue me reconocerán, o si por lo menos encontrare la casa donde viven, pues aunque tengo recuerdos, con el tiempo todo cambia, igual que yo, pues en ese momento tenía casi treinta años y una personalidad definida. Pasan por mi cabeza muchas cosas, pienso si accederán a ayudarme con mis ideas para graduarme, o si por lo menos me acogerán con cariño, la verdad, ese trayecto nocturno por las carreteras de mi incertidumbre me espanto el sueño, la ansiedad salía en forma de sudor y el aire de tierra caliente en mi nariz, me recordaba que cada minuto me acercaba más a un nuevo mundo,en ese momento aún no sabía cuánto tiempo me quedaría en este lugar al que e s t a b a
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próximo a arribar.
Llegue en la noche a Barbosa, e intentaba
ubicarme en medio de una lluvia torrencial, le pregunte
al encargado de la flota si de casualidad sabia donde quedaba la
casa de la familia Soto y sin chistar ni un segundo me sonrió y
señalo hacia una cuadra que se me hacía familiar,
mientras intentaba caminar sin mojarme demasiado, trataba de cubrirme en lo posible, y mis pasos cada vez aumentaban la velocidad, con ansias de llegar, pero al mismo tiempo con muchísima incertidumbre. Al ver la casa, que ya era totalmente reconocible note como mis recuerdos
recobraban su claridad.
En la puerta de aquella casa, un tanto descuidada se encontraba
una joven de gafitas, revisando su celular intentando
no mojarse, así que me acerque y le
p r e g u n t e :
- H o l a buena noche, ¡¡Oye!! ¿De casualidad esta es la casa de los Soto?, mirándome fijamente a los ojos me respondió, -Sí, ¿y tú eres?...Con mi mirada respondiendo la suya, le conteste: –Soy Mario Soto el hijo de Luis Soto,
el abogado, luego de un par de segundos de incomodo
silencio, me dijo con una sonrisa extraña, -¡Primo
soy Daniela!, la hija de tu tía Ada Luz, siga…- Después de eso todo comenzó…
Entre a esta casa como detenida en el tiempo, pues sus paredes se veían
desgastadas y eran un tanto lúgubres, a la primer
persona que me encuentro es a mi abuela Teresa, la
madre de mi papá, no fue muy afectuoso el saludo, pero intente de algún modo abrasarla y darle un pico, sin embargo no sentí de ella esa calidez de abuela que esperaba sentir, luego, de una habitación, sale la tía Ada Luz me dice -sobrino
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Mario, como estas
de grande- y con un abrazo cálido se
comenzó a rellenar este vacío, le pregunte si estaba mi
tío Carlos, del que ya les había contado, y con una sonrisa en su
cara me dijo claro sobrino, suba al segundo piso por
esas escaleras y golpéele en la puerta, gracias tía,
respondí y mientras tanto en mi cabeza todo era una confusión de sentimientos y p e n s a m i e n t o s .
Subí por unas escaleras oscuras, que llevaron mi mente al pasado, vino a mi mente el recuerdo de los renacuajos, cada vez se hacía más nítido,
la nostalgia mezclada con alegría me invadía, al terminar
esas extrañas escaleras llego a un pasillo con varias puertas, todas
cerradas, pensaba, ¿en cuál de estas puertas será que vive mi
tío? Me arriesgue a tocar la primer puerta, me
abrió una mujer de pelo
crespo, q u e enseguida de verme me dijo, -sobrino Mario, usted que hace por acá, yo soy su tía Sonia la esposa de su tío Carlos- la verdad me alegro sentir que el recuerdo
que ella tenía de mí, aún estaba en su memoria, me
invito a pasar diciéndome que mi tío estaba
durmiendo, pero que esta ocasión merecía que lo despertase, pues el hijo prodigo había vuelto a casa, abrió la puerta del cuarto donde dormía,
lo llamo, el entre dormido, me dijo -huy
juemadre donde hago la raya- se paró de la
cama y me recibió con otro abrazo. Mi memoria seguía
reteniendo y recuperado instantes, en ese momento estaba lleno de emociones y sentimientos encontrados, en una ciudad lejana y mojado hasta los tobillos; al rato, llego mi tía abuela Rosario, que me
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reconoció de una vez,
con otro abrazo además de un beso,
ese amor de abuela Soto que quería sentir fue saciado
momentáneamente. Luego de estar hay por un tiempo, llego una
persona tras otra, primos, primas y más tíos, yo lo único que
podía hacer era
s o r p r e n d e r m e de tantos familiares nuevos y
regalarles una sonrisa y todo la buena disposición con la que
llegue. Hubo una química familiar especial con
una tía fabulosa llamada Ligia
Soto, que vive en la costa y tiene una muy bella manera de tratarme, su acento es muy particular, es como si me dijera en estos momentos, – ¡aja! Chico, y va uno a ver, y ¡aja!-, fue la única familiar que me hizo saber la tristeza que le producía verme reclamando algo que ella considera m í o p o r
d e r e c h o , con sus acciones y palabras supo ganar mi confianza y demostró estar a la altura de la tía favorita.
Aun no me veía con mi padre pues él no estaba en la casa en esos momentos,
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llego a l
siguiente día en la mañana, el
lugar donde él vive es un apartamento que no
recuerdo que estuviera la primera vez que fui, había
dejado de ser esa habitación pequeña en la que yo me sentía
tan ajeno, sin embargo, recordé que él siempre se levantaba temprano, se toma un tinto y se ponía a leer el periódico matutino. Ahí comprendí que para mí esto siempre fue importante y trate de memorizar lo que más pude, aunque no fuera
mucho, fue valioso para mí, así que reafirme que
revivir esos recuerdos era de suma importancia.
“La memoria da coherencia a la
vida de la
persona. Si se consigue hacer un cierre sobre esos agujeros negros, la persona consigue cierto equilibrio emocional. Es importante recuperar esas lagunas. Es como sacar a la luz algo que hubiera estado como borrado, algo que permite cerrar la historia” 1. Cyla KestenEste corto fragmento de investigación de la Escuela de ciencias del Envejecimiento de la Universidad Maimónides en Buenos Aires, resume muy bien la importancia de los recuerdos para nuestra memoria, y el porqué de mi motivación para escoger este tema en mi proyecto. E x i s t e n
1.Recuperado de: http://www.lavoz.com.ar/content/como-recuperar-recuerdos-olvidados-02. La memoria declarativa contiene información referida al conocimiento sobre el mundo y sobre las experiencias vividas por cada persona (memoria episódica). Un ejemplo de la misma es el día de año nuevo es una fecha importante que recordamos y la cual es diferente para cada uno. así como información referida al conocimiento general, sobre todo respecto a los conceptos extrapolados de situaciones vividas, la memoria episódica, representa eventos o sucesos que reflejan detalles de la situación vivida y no solamente el significado.La organización de los contenidos en la «memoria episódica» está sujeta a parámetros espacio-temporales; esto es, eventos que se recuerdan y representan los momentos y lugares en que sucedieron. Sin embargo, Otra característica que diferencia ambos tipos de representación se refiere a que los eventos almacenados en la «memoria episódica» son aquellos que se han codificado de manera explícita.
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momentos, instantes en mi
memoria, que me gustaría sacar de la parte
de atrás de mi archivador y traer ese instante de tiempo, y
noto que al hacerlo se trasladan incompletos, no son tan claros
como lo fueron antes. Entonces, cuando esto sucede recurro a
esas personas de mi entorno que pueden ayudarme a
recordar con más facilidad, a este proceso se le llama memoria declarativa y de ahí se desprende la memoria episódica2 , la cual depende de la acción del momento, que nuestro cerebro procesa y lo convierte en un recuerdo que almacena y sigue su proceso, si estas situaciones
llegan de nuevo a tu vida de forma palpable, auditiva y real, ese recuerdo
que se quiere recuperar llegara nítido a mi memoria. En mi caso,
estos recuerdos a recuperar son mínimos o inexistentes, pues
de los 31 años de mi vida, quizá sumando toda
la relación con la familia de
m i padre, he vivido con ella seis meses, a lo máximo y me gustaría crear 28 años y medio de experiencias de ahora en adelante, para ello, historias de tías y preguntas anecdóticas a todos los que conozca
son fundamentales, sé que con ellos compartí mucho más con
esa visita inconscientemente etnográfica, que lo que
había compartido hace algunos años, de niño; también cuento con documentos, fotos y objetos, que confirman y configuran esta historia,
que ahora se convierte en mi trabajo de grado.
Retomando esta crónica vivencial, al poco tiempo de
llegar, me cuentan que hace tres meses un primo que nunca conocí llamado Elvis Soto había muerto en un accidente de moto según parece, aunque la familia dice que fue asesinato, él era trompetista de un mariachi, con tan solo 14 años de edad ya ejercía la música para s u
Foto 1 (Primo) Elvis Soto (1996- 2013)
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sustento. Por su muerte,
toda la familia estaba de luto, cada que
se tocaba el tema alguien lloraba, yo sentía la pena de
esta situación y pensaba que si nos hubiéramos conocido, quizá
yo estaría igual de triste. Tantas personas que se me esfumaron con
la muerte, mi abuelo y dos primos. Pérdidas y vacíos que solo serán
llenados con fotos e historias. Hay una entrevista a Cristian Boltanski, realizada por la periodista Pilar Ribal de la revista “El Cultural” en (2008) donde ella le pregunta:
-Recuerdo aquella frase suya que dice que “todo hombre lleva dentro a un niño muerto”...
-Trabajé mucho tiempo sobre esa memoria perdida de la infancia. Esa idea de llevar en uno mismo una forma de muerte
me interesa mucho. Por otro lado, en mi Teatro se refleja la poética del
pequeño juguete. Mi trabajo actual es mucho más realista y sobrio.
-Me interesa su concepto de la exposición como
una obra efímera.
-La mitad de mis obras son
efímeras. Mi obra es como una partitura que se puede interpretar y reinterpretar, que se modifica cada vez.
Retomemos, mi padre llego al otro día, todo lo que tenía en mente se desdibuja, este viaje toma un rumbo nuevo y m i s planes d e
visitar e l c e m e n t e r i o se ven aplazados. Él me lleva a Bucaramanga, a conocer un apartamento donde vive en esta ciudad, que apropósito es mi ciudad natal y aun no la conocía; así que este tinte paternal
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comenzaba a dar frutos,
por lo menos para mi tesis, pues aun no sentía
ese afecto que esperaba pudiese llenar esos vacíos.
Mi padre de por sí, ha sido frio y esquivo con migo, la razón de
esta actitud se debe a un momento fatídico en la relación de mis
padres, pues cuando estos ya estaban a punto de
terminar, cuenta mi madre, que en ese instante se llenó de furia y le miente a mi padre, diciéndole que yo no era hijo suyo; lamentablemente esa grave mentira quedo sembrada en su memoria y repercutió fuertemente sobre mí, ya que las pocas veces que nos hemos visto siempre ha actuado de manera
apática y distante, siento como un recelo que lo llena de dudas y
no le permite disfrutar nuestros momentos. En la flota rumbo
a Bucaramanga tenía unas buenas horas para intentar
tener una charla amena de la cual pudiera
sacar la
mayor información posible, así que sin rodeos, le comente lo que pretendía hacer de trabajo de grado y que necesitaba de toda su ayuda, sin dudarlo broto una sonrisa de su cara y me dijo que se le hacía
raro, que ahora me diera por esas, después de solo vernos
pocas veces en la vida, y que le producía orgullo
saber que “la sangre tira”; recuerdo muy bien que miraba por la ventana el paisaje santandereano pensando que en mejor contexto no podía estar. En esas horas, mi papá
me conto resumidamente todo lo que el sabia de la
familia Soto, primero, que un antepasado de la familia,
llamado Francisco Soto, había sido un prócer de la patria, que ya había realizado la investigación y que el resultado de esta, era un libro escrito por el abuelo en 4 generación, llamado (Mis Padecimientos i Mi Conducta Pública de 1810 Hasta H o i ) ,
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elaborado por la Academia
Colombiana de Historia en (1978), me
resumió la historia que contaba el libro y rescate de
esta algo particular que me conto, era que el abuelo Francisco Soto,
trasportaba el oro de la campaña libertadora escondido en panelas, y
me dije ¡eureka!, la panela es un material interesante para
trabajar en mi proyecto. El siguió diciéndome que si leía el libro, tendría material de sobra para hacer el trabajo y que a nuestra llegada a Bucaramanga me lo daría, sin duda alguna fue un preludio muy prometedor con historias de ese calibre, pensaba yo.
Justo cuando termino la historia del libro, la flota se detuvo,
¡ttssuu! rechino el freno -¡parada para relajarse!- grito el encargado,
así que sin dudarlo, nos bajamos para comer y tomar algo,
mientras yo no dejaba de preguntarle cosas,
incluso en un
momento sentí que estaba fastidioso con el tema, pero la curiosidad era más grande que mi sensatez. Llegamos a la barra de comidas y cada uno se sirvió un caldo de costilla, café y pan, vimos una mesa libre y nos
sentamos, ahí le dije que el caldo de costilla era mi caldo favorito,
el contesto que también era su favorito, -en algo
nos parecemos- le dije y comenzamos a comer rápidamente, pues solo teníamos 20 minutos antes de regresar al bus, no se me olvidará que la comida entraba
a mi boca al mismo tiempo que salían mis
preguntas sobre la familia.
Luego de retomar el camino a Bucaramanga le pregunte el
porqué de mis dos abuelas, pues yo sabía que tenía dos abuelas, pero lo que no sabía era la historia y me causaba mucha curiosidad saber cómo mi abuelo Luis Antonio Soto, ya fallecido
21
a l que nunca
conocí, había tenido dos mujeres
como compañeras y esposas, la tía abuela Rosario
y la abuela Teresa; él con una mirada de estupor, me respondió,
que ese era un tema tabú de la familia, que quizá no era muy fácil
tocar esa tema sin causar dolor, así que deje el tema para retomarlo luego.
Llegamos a Bucaramanga en la noche, el barrio donde vive mi papá resulta ser uno de los mejores de esta ciudad y su apartamento para ser de soltero es más organizado de lo que creí, pensaba que era otra cosa en la que nos parecíamos, pues también me gusta el orden, sin embargo no lo comente, esa noche dormí en un colchón inflable, era lógico que mi padre no fuera el mejor anfitrión, pues nunca le conté que lo visitaría, luego de un
hasta mañana, apagamos las luces y a dormir, pues el viaje me paso su
factura de cansancio, me dijo que en este apartamento también
vivía una prima, que teníamos casi la misma edad y que al
otro día me la presentaría.
Al día siguiente, Bucaramanga me recibe con una mañana soleada, eran casi las 7:20 am y mi padre con un café en sus manos me dice que tiene cosas por hacer, pues su profesión de abogado la ejerce en esta ciudad, enseguida de eso sale la prima de la que me hablo, ella me mira y le pregunta a mi padre sobre mi proceder, mi p a d r e
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l e explica que
soy el hijo mayor, me presentó y una
cruzamos una sonrisa, ella se despide de la misma forma
con la que nos presentamos pues se le hace tarde para ir a trabajar,
fue una extraña presentación pensé, así que retomo la discusión
con mi padre y le recuerdo que necesito el libro de Francisco
Soto para leerlo, así que de un cajón de su armario saca una caja con algunos objetos, entre ellos unas gafas y un sombrero, que dice, eran del abuelo Luis Antonio, noto que el abuelo tenía su estilo para vestir, pues sus gafas son muy lujosas, marca Pólice, un marco dorado, lente oscuro y su sombrero
negro con los estragos del uso y el tiempo; documentos personales
cédula, pase de conducción, hasta su pasado judicial y algunas fotos,
luego, del fondo de esta caja sale el libro por el cual estuve
tan inquieto, se ve viejo y desgastado, mi padre
dice que lo ha l e í d o
como cinco veces, se me acerca y me dice al oído: -vea Mario, dese cuenta que tenemos una historia de la cual hay que sentirnos orgullosos y de la que hay mucho que aprender y analizar, su tátara abuelo fue un hombre más que honesto, un valor perdido
que ya no se practica, pero que espero, usted intente
aplicar a su vida, pues no hay mejor persona, que la que es honesta consigo mismo. Yo mientras tanto pensaba que tan honesto era él consigo mismo, si creía que no era su hijo y no hacía nada para tener
su mente tranquila, de razón la falta de interés
que tuvo hacia su hijo, no lo sentía con autoridad moral
para decirme eso, recuerdo que sentí algo de resentimiento y como Vincent Van Gogh mi oreja sane con unas vendas, pues quizá ese desprendimiento mutuo ya había construido un muro entre nosotros, que nos convertía en dos magnetos de i g u a l
Foto 1 Vincent Willem van Gogh. Autorretrato con oreja vendada (1889)
23
carga
r e p e l i é n d o n o s entre sí, estaba
molesto, así que baje mi guardia y le repetí que mi
único interés era el de buscar un punto de equilibrio donde
nos permitiéramos conocernos y tolerarnos buscando una
reconciliación por lo menos de carácter formal, y fue en ese momento donde creí
pertinente preguntarle si enserio él creía que yo no era su hijo y con su cara un tanto
triste me explico su versión de la historia.
Me conto que mi madre en un día de rabia le había dicho que yo no era su hijo, que era hijo de un compañero que tenía mi madre en el trabajo, por el cual él la había celado varias veces, antes de ese día fatal, dijo: mijo con que animo cree que me dejo eso-. Luego de algunas razones y explicaciones le dije que si tanta era su duda pues
que podíamos hacernos una prueba de ADN, así él estaría más tranquilo;
con su cara apática cambio el tema y siguió mostrándome las cosas de la
caja, sale la placa del bus y llama mi atención, pues tengo una
foto del bus con los mismos números; mi padre me
cuenta, que fue lo único que
quedo del bus cuando se chatarrizó, también hay fotos de la orquesta y documentos. Lo siguiente, fue alistarnos para salir a recorrer los sitios donde él trabajaba, lo acompañe a ver algunas personas por el centro de Bucaramanga, me sentía como un niño, pues al ser mi ciudad de nacimiento y sin conocerla todo era evocador, de alguna manera, intentaba poner todas las situaciones a mi favor.
Esos días en Bucaramanga fueron en principio de convivencia con mi padre, le ayude a planchar algunas camisas pues le fastidiaba hacerlo, me di cuenta que sin él saberlo esa era otra cosa en la que nos parecíamos, también recuerdo que en esos tres días mientras estuvimos juntos, la segunda noche creí sentirlo llorar mientras lavaba la loza en la cocina, yo estaba acostado en la sala, eran pasada la media noche me imagino que me creyó dormido,
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pero yo no lo
estaba así que me agazapé en mis sabanas
y por un huequito que deje lo observe; este hombre, al
que quería tener cerca y sentirlo padre… la nostalgia me invadió,
las lágrimas luchaban por no salir de mis ojos pero fue inútil resistirme,
quería pararme y ver su cara, pues todo ocurrió mirándolo por la espalda,
quería abrasarlo y decirle que lo extrañe, que lo necesite y que estaba dispuesto a perdonarlo, de cualquier manera me quede quieto en mi colchón, el termino de lavar los trastes y se fue a su cuarto.
Allí logre darme cuenta que mi padre siente que soy su hijo, pero trata de poner esa barrera de incredulidad, de frialdad, probablemente, para no sentir tanta culpa por no verme crecer, esa es la conclusión que saco de este viaje a Bucaramanga;
pasados los tres días partimos de nuevo a Barbosa pues en parte, llevarme a ese
lugar él lo había hecho para darme a conocer su vida y mi ciudad natal,
con un poco más de confianza, yo bromeaba preguntándole por el
lugar de mi concepción, cada vez que pasábamos por
algún motel volvía a preguntarle.
Antes de regresar a Barbosa, pasamos a recorrer un centro comercial muy grande, ese día papá por fin se reportó económicamente, lo digo de forma afectuosa; pues, la verdad yo no espera mucho de él, sin embargo la cantidad de ropa que llevaba era ridícula para los días que me quedaría, así que entramos a un almacén de cadena donde me compro un pantalón, un buzo, lo recuerdo decirme:, -Vea Mario cómprese un saco que le sirva para el clima de Bogotá, recuerde que usted se va y si se compra algo que no lo abrigue no lo va a utilizar después-, comimos pollo , con una amiga que se encontró, ella estaba con sus hijos, le pregunto quién era yo, él dijo: es mi hijo mayor, el que yo le comente, que es hijo de la del DAS,- se me ocurrió que entre ellos existía quizá algo más que una amistad, pensaba que también es bueno que mi padre estuviera acompañado, ese día nos reímos bastante y por un momento disfrutamos padre e hijo sin la formalidad del parentesco o los tabús del pasado. Ahora creo que así él no me sienta su hijo me gustaría que por lo menos desee tener una amistad con migo, ya más
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tranquilos nos sentamos
a tomar cerveza a eso de las 8 de la
noche, cerveza viene cerveza va, mientras papá me
comentaba algunas anécdotas que vivió con mi madre,
note que ella siempre fue su gran amor,
aunque él lo niegue.
La historia que más recuerdo de esa noche, fue cuando me conto como mi madre le dio un disparo con su revolver de dotación, Smith and Wesson calibre
38, justo en la batería del bus de la orquesta,
porque estaba cansada de que a él lo buscara una mujer
llamada “Gloria”, con la que mi padre sostuvo
otra relación.
Cuenta Luis
Soto que toda la familia se acuerda de mi mamá por este suceso, pues ella fue la reina del caos ese día. Llegamos al punto que nos embriagamos y
lloramos nuestras penas, un recuerdo crucial de
esa noche es la prueba de ADN, que tanto deseaba hacerme; como es el trago, en esos instantes ya estaba harto que arruinara un día donde lo sentí tan
cercano, con este tema que en verdad
no era mi favorito. Entonces recordé:
“El exceso de alcohol es perjudicial para la salud” dice el anuncio, en este caso también fue nocivo para una relación padre-hijo deteriorada, como era de
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esperarse los tragos se
nos subieron a la cabeza y decidimos
irnos para la casa pues al día siguiente partiríamos de
regreso. De llegada a Barbosa, me dispongo a leer este libro
que tantas expectativas me creaba, así que hice
todo un ritual para llevar a cabo la lectura,
primero visite a mis abuelas y les di las buenas noches, pues ya era algo tarde, en una tienda cerca de casa compre algo para tomar pues el bochorno era sofocante, también
compre algo de comer, avise a algunas primas
que no me molestaran y en el cuarto donde me quedaba, me
senté en un sillón y prendí algunas velas. Abrí el libro
y en la segunda hoja me encuentro un
grabado del torso de mi tátara abuelo, realizado por los “hermanos Martínez”3, caricaturistas y grabadores de aquel entonces , este grabado
me deja en claro el parecido a Francisco Soto y como
la genética familiar es difícil de negar. Noto
que el abuelo tiene frente grande y una nariz imponente, podría decir que el tiempo ha pulido en algo eso, pues
aunque las narices Soto no son como las
del abuelo Francisco, aún siguen teniendo la
misma imponente fuerza, sigo leyendo este libro y noto
que la letra (Y) aún no existe y se utiliza en cambio la i, sigo recorriendo estos párrafos y me encuentro con una especie de
Foto 1 (Grabado) Hermanos Martinez, libro "Mis Padesimientos i mi Conducta Publica"
3. Celestino y su hermano Jerónimo trabajaron en el primer taller de litografía establecido en Carácas por los alemanes Muller y Stapler. Luego, los hermanos Martínez fueron contactados por el diplomático Manuel Ancízar, representante del gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera en Cará-cas. A los hermanos Martínez les fue encomendado organizar un periódico en Bogotá. El Neogranadino, periódico dirigido por el mismo Ancízar, se consolidó como la organización periodística más importante en el país durante el siglo XIX. Martínez desarrollo el incipiente arte litográfico en Colombia, aportando los últimos avances que aprendió durante su estancia en París. Además de su labor como litógrafo en el periódico, fue profesor en el colegio de la Independencia, escribió una obra de teatro llamada “El Loco de la Ciudad”, y fue cónsul de Venezuela en Bogotá. Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/arte/personalidades_influyentes#Jeronimo_Martinez
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introducción escrita por (José
María Plata)4 , donde cuenta su visión sobre
Francisco Soto, el porqué de sus padecimientos, incluso,
lo describe físicamente, pero hay un párrafo en especial que
enseguida de leerlo, alimenta mi creatividad y orgullo hacia el abuelo.
La vida de los hombres ilustres i generosos que nos dieron patria i libertad, es la mejor lección de virtud práctica que puede presentarse a los pueblos, así como la relación de sus importantes servicios que se encomiendan a la memoria i a la gratitud de la nación, es el homenaje más puro, más desinteresado i mas fructuoso que pudiera hacerse a su
nombre inmortal. Es en cierto modo asociarse a la noble empresa que
ellos acometieron i a la cual sacrificaron su fortuna, su
tranquilidad i bienestar individual, ofrecer
a la lista de las generaciones
siguientes el cuadro fiel de las acciones de heróico patriotismo, de desinterés acendrado, de amor nunca desmentido a la libertad, de consagración generosa a la causa de la humanidad, i de abnegación sublime de sí mismos, que nos legaron los varones eminentes que fundaron la soberanía e independencia de la Nueva Granada.
Entre aquellos próceres nunca suficientemente encomiados, descuella la virtud firme, severa i ejemplar, al mismo tiempo que modesta i aun humilde del Dr. Francisco Soto, i nos ofrece el modelo cabal del magistrado patriota i del honrado ciudadano. I es por tal motivo que presentamos hoi a nuestros compatriotas esta sucinta noticia histórica i biográfica del Dr. Soto. 5
Con esta introducción, mi corazón latía rápido, así que con más e nt u s i a s m o
4. José María Plata Estudió leyes en San Bartolomé, fue profesor de filosofía en el Colegio San José de Pamplona y luego lo nombraron rector de dicho establecimiento hacia 1832; desempeñó el cargo de tesorero de la Provincia de Pamplona en 1832 y fue Diputado de dicha Provincia en 1837, 1838, 1849, Senador por Pamplona en 1850. Recuperado de: http://www.cucutanuestra.com/temas/historia/personajes/los_soto_cucuta.htm).
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quería leerlo. Luego
de examinarlo la primer vez, buscando
donde decía que Francisco Soto escondía el oro de
la campaña libertadora en panelas, noto que no aparece
nada literal donde asegure esa afirmación hecha por mi
padre y pienso que quizá lo dedujo, pues en
una página del libro el relata:
Yo salí del Socorro en compañía de mi esposa, salvando los caudales que había en su tesorería, los cuales conduje a Tunja, i los entregue a disposición de su gobernador el Sr. Vázquez.
No puedo dejar de recordar en este lugar los riesgos a que me expuse
por salvar la tesorería, en mi transito del Socorro a Tunja.
En Oiba, Chitaraque, Moniquira i Leiva se
levantaron para
apoderarse de ella, i entregándome a mí a Calzada, los mismos que pocos días antes hacían alarde de patriotismo: ellos juzgaban se redimirían de los males que para sí temían, con
presentarme amarrado al general español. El Dios de
la justicia me preservo de sus manos, i yo continué
mi viaje por Sogamoso para Labranzagrande en Casanare. 6
Luego de leer este fragmento del libro, pensé que quizá
es probable que sí trasportara la tesorería
escondida en algún tipo de caleta, pensé que por
ser la panela un producto tan santandereano, es muy probable que esta historia sea cierta y Francisco Soto realmente trasportara así este tesoro, o ¿de qué otra forma los que se levantaron a apoderarse de
5. Francisco Soto. ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA “Mis Padecimientos i mi Conducta Publica”. Bogotá, (1978). (p.9-10) 6. Francisco Soto. ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA “Mis Padecimientos i mi Conducta Publica”. Bogotá, (1978).(p. 27)
29
e ste o r o ,
dejarían ir a mi abuelo ileso y
con el tesoro intacto? Así que mi interés por la
panela seguiría causando especial interés en mi proceso
artístico, pues aparte de ser considerado un material absurdista
en el arte7 , es un producto de la tierra santandereana que todos
los colombianos disfrutamos y ha hecho parte de nuestra cultura por generaciones, investigando sobre eso, me encontré algo sobre La Economía del Virreinato (1740-1810), escrito por Jaime Jaramillo Uribe, que habla sobre la panela: “Vélez y el Socorro producían caña para la producción de mieles destinadas a la fabricación de aguardiente, panela y azúcar para el
consumo local y para la fabricación de conservas de frutas 8 ” otra
razón para pensar que la teoría del escondite en la
panela tiene sentido.
Sin darme cuenta ya era el último
d í a de mi viaje y empaco maletas para arribar de nuevo a Bogotá, como el abuelo Francisco Soto, llevaba encaletado mis sentimientos bajo una cara de un volveré pronto, recuerdo que pensaba en todo lo que había vivido y sentí una extraña ausencia prematura, quizá, la de esa tía que me hizo sentir Soto. Así que los despedía, con más maletas y más recuerdos de los que lleve, recuerdos del pasado ahora están tan vivos, muchos objetos importantes para mi trabajo y un sinfín de historias que alimentarían mi creatividad para trabajos posteriores, conocí 12 de los 16 tíos que tengo y casi 35 primos, a ellos les deje algunos pensamientos sobre mi proyección, mi vida y parte de lo que podría ser mi trabajo de grado, pero primordialmente la expectativa por una nueva visita que nos permitiera conocernos más; con mi prima Astrid
Término utilizado para definir materiales no convencionales en el arte, extraído del texto: Thomas McEvilley. ON THE MANNER, OF AD-DRESSING CLOUDS. “En el ademán de dirigir nubes”, Publicado por primera vez en la revista Artforum, Junio, (1984). (p. 5), (cap. 4), Conte-nido que proviene del material en el que está hecha la obra. Jaime Jaramillo Uribe, HISTORIA ECONÓMICA DE COLOMBIA, CAPÍTULO 2: LA ECONOMÍA DEL VIRREINATO. Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/economia/histecon/histecon3a.htm
30
Soto, la que
más estuvo pendiente de mí,
decidimos estar en contacto y acordamos
utilizar las redes sociales para cualquier cosa que surgiera,
me despedí y la tía favorita, me acompaño a la puerta, en
ese momento reflexione sobre el poco interés que mostro mi padre en el momento de mi partida, sin embargo, le di un beso en su cabezota de poco pelo y me fui. Llegando a la estación de flota Boyacá, mi tía me recuerda lo mucho
que me quiere y con lágrimas en sus ojos me encomienda
a Dios. El fin de mi viaje fue todo un hecho.
Ese trayecto de regreso estuvo
lleno d e pensamientos, analizando lo que se me venía encima, también sobre ese vacío que pretendía llenar y cómo el hecho de estar ahora un poco lleno, era para mí, como
si este espacio estuviera ya tan comprimido,
que al introducirle su contenido las paredes de este se ampliaran y al mismo tiempo generaban en mi un
dolor inexplicable, que intentaba poner en algo
tangible, como darle un nombre a algo nuevo que
sentía; es como si esa lejanía que se avecinaba, tradujera mi dolor de alguna manera. En esas horas pensé que al mirar los recuerdos9 de mi pasado, percibo que
9. LOS RECUERDOS: Los recuerdos son imágenes del pasado que se archivan en la memoria. Nos sirven para traer al presente algo o a alguien. Se definen también como una reproducción de algo anteriormente aprendido o vivido, por lo que están vinculados directamente con la expe-riencia.Las conexiones neuronales de la corteza son estimuladas por la información y se fortalecen y vinculan al contexto emocional en que se formaron. Una vez codificadas reside en la región de la corteza en la que la información fue percibida y procesada. Cuando sea necesario, o suscitado por la emoción, esa memoria se activa para utilizarse como memoria de trabajo.Según el psicoanálisis, el aferrarse a un recuerdo puede generar depresiones y, en casos extremos, incluso una ruptura con la realidad actual. Los recuerdos de un colectivo humano nos dan una aproximación más cercana de la realidad que la propia historia, puesto que ella suele saltarse los hechos individuales para centrarse en los acontecimientos globales. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Memoria_(proceso)
31
los o r g a n i z o
sistemáticamente en mi cerebro, es una
especie de archivador, donde los sitúo en un orden
determinado por el tiempo, entre más atrás en el tiempo
menos son mis recuerdos o solo hay fragmentos de ellos, al parecer los
recuerdos se desvanecen y entre más viejos sean estos recuerdos más borrosos
serán, ahora con esta nueva vivencia, tan fresca, estos recuerdos se situaban de primeras en ese archivador y estaban dispuestos a darse su lugar en mi mente.Al regresar a casa, concienzudamente organice por temas toda la documentación, fotografías y objetos que traje, catalogue todo en tres temas: libro, abuelo y orquesta. Hable con los objetos, me vestí con ellos, analice y leí uno por uno cada artículo de periódico que tengo, escuche dos discos de la orquesta Soto que me dieron, noto,
que por cierto en el revés de la caratula de disco de larga duración hay una
dedicatoria a un primo muerto para esa época (1990), llamado Ángel
Rafael Soto, trompetista, hijo del tío Rafael Soto, una salsa
llamada “mi pequeño Rafael”, compuesta
por dos tíos, J u l i á n
Soto y Celina Soto acompaña esta dedicatoria. Sin embargo, la canción que me atrapa es una adaptación que hace la orquesta a manera de salsa, de la canción “HOJAS DE CALENDARIO” del maestro Ulloa/Díaz, única canción que canta mi padre en el Long play “siempre
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unidos”(1990), esta canción cuenta la historia de un amor del cual solo
quedan recuerdos y desolación, veo que la caratula del disco
tiene una dedicatoria especial a mi madre, esta borrosa
pero se lee algo como: “siempre te
amare” o
algo así. Esta cancion toca mis fibras y al hablar de los recuerdos que solo quedan en hojas de calendario, hago una analogía con mi historia y esta salsa se convierte en el himno de mi historia familiar paterna.
Ahora ya pasado ese instante del re encuentro, retomando un nuevo semestre en la universidad y con toda esta información, paso a proyecto de grado 1, siendo mi tutor de grado el maestro John Castles, con su asesoría, finalizo mi trabajo de semestre con una instalación, que reproduce el Long play de la orquesta “Los Hermanos Soto” (siempre unidos), en un toca discos antiguo, haciendo especial énfasis en el tema “Hojas de Calendario”; este toca discos está en un pedestal, encima de él, cuelga de un hilo un dispositivo que amplia una filmina fotográfica con una lupa, para verla es necesario tener una fuente de luz, en reemplazo de esta filmina, dispongo un papel traslucido con una leyenda alusiva la familia y a los recuerdos esfumados, escrita a lápiz, este artilugio obtiene su luz de una vela instalada a la pared, con una base en forma de L en
33
34
madera, justo al frente
del ampliador, a los lados, las carátulas
de dos discos, debajo una foto con mi padre cuando yo,
era pequeño y una foto de mi abuelo con mi padre; estas en una
base de madera y cada una, con un
espacio equivalente al lado representando ese vacío que se llena, con otro trozo de madera pintado de blanco, como haciendo referencia a eso que viene
de generación en generación. Todo ambientado por la música del disco,
de este trabajo no tome registro, pues hace parte de esa búsqueda
efímera por encontrarme dentro de mi familia.
Solo quedan bocetos y estudios
presupuestales de lo que para entonces quería hacer con toda esta historia, pero ahora me he dado cuenta que es tanto lo que tengo por decir, por encontrar, por enunciar, por visibilizar de mi familia que probablemente no me alcance el trabajo de grado para contarlo, y aunque quisiera hacer de cada historia un proceso he estado permeado totalmente por la emocionalidad que esto personalmente esto me exige, así pues que con mucho entusiasmo espero que lo que
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presentaré como trabajo
de grado solo sea la punta del iceberg,
en una iniciativa que merece proyectarse a futuro.
Culminado ese momento académico y en tránsito por mi
vida, me aleje de la universidad por cuestiones económicas, me dedique a
trabajar como vendedor, periódicamente me salían trabajos como escenógrafo para
diferentes obras de teatro, entre ellas, una llamada (La Reina Madre) obra ganadora
d e la beca de creación teatral del ministerio de cultura, donde fui el escenógrafo asistente, de este trabajo, rescato la experiencia en cuanto al gran formato, pues ayude en escenografías y personajes grandes. Era el año 2013, pero siento de nuevo como si fuera ayer, cuando estando en una sala del Julio Mario Santo Domingo en el estreno de la obra, con mi madre sentada a mi lado me entristecía que una silla sola a mi izquierda representara a mi padre, pues después de invitarlo su lejanía no le permitió hacerse presente aquel día.
Entre estas actividades mi trabajo de grado seguía dando vueltas en mi mente, leí el libro del tátara abuelo varias veces, realicé más dibujos y propuestas como para ver en que me enfocaría y experimente con la panela a ver qué cosas podía lograr; después de intentar técnicamente varias cosas con este material como conclusión puedo decir que la panela es un material moldeable al calor, su olor es penetrante cuando se funde y quema muchísimo más duro que la vela.
E s t á
36
comenzando el año (2014) y la
conexión con la familia Soto había mejorado
sustancialmente, ahora las redes sociales y el WhatsApp me
acercaban a ellos, no puedo decir que la relación con mi padre hubiese
mejorado igual, pero por lo menos si hablábamos un poco más seguido,
de hecho nos vimos tres veces durante ese año. La primer vez, el me llamo días
antes de vernos para preguntarme la talla de mi pantalón, le respondí que mi talla era 30, me dijo que vendría a Bogotá y que estuviera listo para vernos. Días después volvió a llamar y acordamos vernos en el centro de la ciudad, ese día yo tenía cosas que hacer, sin embargo cancele todo para el encuentro, de llegada al centro nos encontramos en la séptima, ¡oh! Sorpresa me lleve, mi padre estaba con un niño de aproximadamente 10 años, cuando
me lo presento, me dijo –vea Mario le presento a su hermano menor Luis
Antonio- yo con cara de asombro, creo, lo salude, y él pequeño me
dijo – ¿tú eres mi hermanito mayor? – ¿hermanito?, pensé
mientras la ternura invadía mi ser, le conteste que
sí, con una sonrisa en mi cara
que s e n t í a sincera, le replique que me alegraba conocerlo, luego de medio conversar un rato preguntándonos cosas, vimos un señor que vendía mamoncillos, los cuales, al parecer, son la fruta favorita de mi nuevo hermano, pues se abalanzó hacia ellos.
Mi padre me propuso que nos tomáramos un café, en la cafetería fue donde me dio el pantalón y recordé la llamada de la
37
dichosa talla, chistoso
era que me hubiera llamado para pedírmela
y me llegara con una talla más grande, nos reímos por su
falta de memoria y le dije, que es otra cosa en la que nos perecemos,
pues tampoco recordaba su llamada, fue un momento emotivo y reímos
a carcajadas, mientras miraba sus caras con bocas extendidas, sentí como
ese vacío familiar en mi memoria y mi ser, cada vez era más y más pequeño, lo sentí tan real y artístico como pude, pues sus sonrisas en panela imagine; como si considerara que eso que sentía yo, también lo sentían ellos y estaba escondido, luego, el olor del café que estaba frente a mí, invadió mi olfato e imaginaba como el abuelo Francisco Soto, salvaguardo la tesorería del pueblo de Cachiri, en la Nueva Granada, el paso sus noches con la energía de estas panelas que escondían un tesoro, así
que pensaba en la pertinencia de todo eso que se esconde en la panela de
cada uno, y que tan importante es para cada persona. Llegue a casa
y eleve al cielo una oración por todos los que amo y los
que no, con una agua de panela caliente
me acosté a
dormir; siempre el agua de panela de las abuelas es deliciosa pensé, así que como tarea para la próxima vez que los visitara tendría que probar el sazón de una agua de panela de las abuelas Soto.
El segundo encuentro fue en mi casa, el llego de noche, previamente se puso de acuerdo con mi madre para pedirle permiso para quedarse en nuestra casa, ese día al llegar de mi trabajo encuentro que mis padres hablan plácidamente en la sala, yo saludo a mi madre con un abrazo y un beso, saludo a mi padre y le digo -donde hago la raya-, ellos están como con planes de irse de rumba y ni corto ni perezoso aprovecho este plan para unirme a la causa y departir un “momento en familia”, cosa que no pensé nunca antes se pudiera dar; ese día salimos a un bar cerca, pedimos media de aguardiente y algunas cervezas, pasaron algunos tragos y mi padre se pone a pedirle música al encargado; pide una canción del grupo niche y la canta, para ser más exacto se la canta a mi madre, hay note que aún se sentía algo entre ellos, como e v i t a r l o
38
después de una
historia tan fuerte, mientras tanto yo
los veía y me imaginaba cómo hubiese sido mi
vida si ellos dos hubieran estado juntos en mi crianza.
En un artículo del portal web de Semana, “La familia en
Colombia está en crisis” que me enlazo a los estudios de Profamilia en Colombia, se lee:
Álvaro Sierra, profesor investigador del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, institución que participó en el trabajo de Child Trends11 , le preocupa la baja nupcialidad y
la poca importancia que tiene hoy la figura del padre, pues
para nadie es un secreto que la mayoría de los hogares
monoparentales está en cabeza de
las mujeres.
“ E l m a d r e -s o l t e r i s m o ha llevado a que los niños crezcan sin padres, y es preocupante que las mujeres desconozcan el rol de ellos en la crianza. Muchas veces los niños crecen con los abuelos o con otros familiares que pueden abusar de ellos”, dice el experto.
También preocupa el efecto que esta nueva estructura puede tener en el desempeño académico de los niños. Según el estudio, los estudiantes con dos padres tienen mayor probabilidad de seguir en el colegio y de alcanzar mayores niveles de comprensión de lectura, si se compara con aquellos que solo viven con uno o con ninguno.
En mi caso, ninguno de mis familiares abuso de mí, pero con la mano dura de una presencia paternal a m i
Encabezado del artículo: Según un estudio hecho en 47 naciones Colombia es el país donde la gente se casa menos, apenas la mitad de los ho-gares tienen a los dos padres y 40 por ciento de los niños vive con otras personas además de su familia. Extraído página oficial Child Trends: El Instituto Hispano Child Trends proporciona información oportuna y detallada basada en la investi-gación y la orientación a los responsables políticos, profesionales, medios de comunicación, líderes corporativos, y la filantropía privada que trabajan para mejorar los resultados para los niños y jóvenes latinos en los EE.UU.
39
l a d o , yo creo, todo hubiese sido
distinto para mí, quizá no me costaría tanto madrugar, tal vez, la lectura me interesaría
más, y sin dudarlo al decir “padre”, lo sentiría más mío, menos actuado; espero con ilusión que esto cambie con el tiempo,
pues tampoco es nada fácil esto de crear los lazos familiares. En fin, tragos van, tragos vienen, y ellos bótense la pelota de mi crianza del uno
al otro, haciéndose reclamos se reían, bailaron un buen rato, mientras yo solo observaba, recuerdo que salimos los dos muy tomados y mi madre intacta aunque
tomo a la par ella nos paladio la borrachera y juntos en un taxi nos dirigimos a casa.
Al día siguiente mi padre entra de manera abrupta a mi cuarto muy a las 6 de la mañana, enciende mi televisor y abre las cortinas y la ventana, el café de la mañana no lo podía
abandonar solo que ahora me traía uno a mí, para que me levantara; por mi parte, el guayabo de la noche anterior era insoportable y la verdad tenía más ganas de dormir que de hacer cualquier otra cosa, pero mi padre insistió tanto e hizo ruido hasta que se me disipo el sueño, me repetía esto incesantemente, -¡Mario levántese!, que al hombre perezoso la cama lo mata y si tiene mujer se acaba de joder, recuerde estas sabias palabras de su abuelo Luis Antonio- una y otra vez, así que decidí levantarme a ver que traía para mi este nuevo día con mi padre tan cerca. Me pidió que lo acompañara a una base militar, a visitar unos presos militares a los que defendía, si mi memoria no me falla el caso era del sonado falso positivo, yo estaba extrañado pues después de verlos me decía que eran culpables y que aun así los defendería, y volvió a mí, su discurso sobre la honestidad que me había recitado meses antes en Bucaramanga, no le dije nada pues es su trabajo y en eso no me entrometo;
no duro mucho mi alegría, pues como siempre el señor Luis Soto, mi padre, viene, va y desaparece como por arte de magia. Después de esa visita a la base militar,
salimos juntos a almorzar, me explicaba como los soldados mataron a los campesinos, también me explicaba que el llego tarde a defenderlos, pues
ya dos abogados dejaron el caso antes, pues decía mi padre, los soldados estaban casi condenados por una declaración que
dieron antes y esa era la soga que tenían en el cuello, que sería difícil sacarlos de esta, así trascurrió
aquel almuerzo, al terminar, se paró pago la cuenta
40
y me dijo que tenía que
salir de la cuidad cuanto antes, pues tenía trabajo en otra ciudad, que lamentaba
dejarme así y tras un abrazo se volvió a esfumar.
Reconozco que sentía que ya no era tan ajena la palabra padre para mi pues, al despedirme, cuando le dije hasta luego padre, ya
no sentía que era un esfuerzo, ya sentía que algo estaba sanando poco a poco dentro de mí y aunque siguiera doliendo, ese vacío se iba llenando.
El tercero fue de nuevo por causas de su trabajo, ya estaba notando yo, que es más casual de lo que creo el hecho mi padre venga a Bogotá, el caso fue, que
nos hablamos días antes de su llegada. El día que llego, era de noche y mi padre tenía cara de cansado, por alguna razón le cedí mi cama para que durmiera, ya en la mañana volvió a despertarme, pero ahora de manera jovial, solo nos vimos un rato esa mañana pues muy a las 6:30 ya estaba saliendo para algún lugar, recuerdo claramente que me regalo $50.000 pesos, me alegre por que en verdad los necesitaba, pero en el fondo quería enmarcarlos y ponerlos como trofeo, pues no era común recibir estos presentes de su parte, ahora que lo pienso, pocos recuerdos hay de ese último encuentro.
retomAndo lA hIstorIA, en cAmIno A unA IdeA…
Un año ha pasado desde entonces, luego de los avatares de vivir de manera independiente y con algunos ahorros a mi haber, decido regresar a la universidad y retomar mis estudios, es mi último semestre y tengo que demostrarme que tan dispuesto estoy a
ser un Soto realmente, llego a la academia, me encuentro con que han cambiado mi tutor de grado, ahora es el maestro Jainer León, escultor, al principio del proceso
académico fue complicado encontrarnos, así que recién terminando el mes de febrero de este presente año (2015) decido encaminarme nuevamente a
la travesía Soto, en el departamento de Santander. Sí, el último viaje, por ahora, Esta vez aviso primero a mi prima Astrid, le comento
que en un día, a partir de esa llamada, los visitaría, ella se alegró bastante y me pregunto si mi papá ya sabía,
le comente que no, pero que lo llamaría para avisarle. Llame a mi
41
padre y le conté que
iría y le pregunte que si de casualidad
estaría en Barbosa para esos días, que mi viaje no era
largo, pero que si quería que fuera muy productivo y que sería
excelente que me acompañara o que si se podía me prestara las llaves
de su apartamento para quedarme, titubeo un momento y con voz como de
adaptación me respondió que sí, que no me preocupara, que le gustaba la idea.
Entonces hable con mi madre, también le conté me volvería a ir, se alegró de cierta forma y una vez más me dio su bendición; esta vez empaque más ropa y todo el avance que en ese tiempo sin verlos tenia del trabajo de grado, dibujos de tres proyectos, uno de cada historia; en esta ocasión me arme de lecturas sobre etnografía, también de estudios psicológicos y científicos sobre la familia, para afrontar de mejor manera
esta experiencia y hacer de ella algo que produjera resultados positivos
para mi vida y sí, de alguna manera para este proyecto. Esta vez
llevo una maleta más grande por si hay algún objeto que
pueda servirme para la causa, de una u
otra forma
estoy reclamando mi herencia Soto, una herencia más cultural que económica, al fin y al cabo, cualquier cosa es algo si antes no había casi nada.
Tomo mis maletas y me embarco nuevamente, reconozco que la ansiedad perfumaba mi aura todo el camino, esta vez el trayecto me pareció corto, de llegada a Barbosa, todo era más fácil para mí, la ubicación de la casa ya no era problema y mi ruta estaba más clara, me voy acercando a la casa y veo en la puerta un señor que me imagine era tío mío, ya estando en la puerta y con mis maletas al hombro, lo saludo y el con cara de extrañeza y ojos a medio cerrar, como quien ya no mira, si no sospecha y me dice: -Don, Don, lo recuerdo, ¿usted es el hijo de Luis?, ¿cómo vamos sobrino?, ¿sí le aviso a su papá que venía a quedarse?, porque no dejo las llaves del apartamento, ¿tiene un minuto para llamarlo?- entonces sonriendo y como quien quiere hablar y no lo dejan, le respondí que sí, que supuestamente me dejaría las llaves con Luis Antonio, mi medio hermano, el de los mamoncillos; le dije
42
también que no tenía
minutos, así que me invito a seguir y
nuevamente todo comenzó.
Como en aquel primer viaje a la primer persona que me encuentro
es a mi abuela Teresa, sigue igual de seria pero en esta ocasión una
pequeña y disimulada sonrisa note en su rostro y con más
confianza la salude ahora, de beso efusivo y abrazo, que tímidamente fue reciproco. Para que este viaje fuera más productivo para mi trabajo de grado, aparte de conocimientos nuevos, también tenía a mi favor el factor dinero, pues los ahorros que poseía, tenían como fin los viáticos a este lugar, así como un par de estímulos económicos
que sentía les debía a mis abuelas, además sabía que lo necesitaban,
pues no gozaban de buena salud recientemente. Nuevamente
reflexione todo lo que me perdí en estos 30 años,
así que en forma de secreto, le dije a
la abuela:
-abuelita hermosa, yo le traje un regalo que espero lo utilice bien, ya vengo voy a saludar a todos- mientras eso pasaba, una tía que no recordaba apareció, así que me dirigí a saludarla y antes que me le acercara, la energía de ella
se tornó extraña, su mirada era la de alguien que no me quería
ni poquito, sin embargo la salude; como ya es
bien sabido por todos, la decencia no pelea con nadie, sin embargo, ella me levanto una ceja y me saludo despectivamente, diciéndome: -que tal joven- yo enseguida trate
de ignorar el rechazo, y le sonreí, pensaba, ¿por qué
esta actitud de parte de esta señora?, pues ni el nombre
me sabia; entonces bajando las escaleras, esas del corredor detenido en el tiempo, sale una prima que se me hace conocida y le dice –¡mamá!, ¡mamá!, hay Teresa, me pone atención, que hubo primo-, con mirada extraña la mire, y le dije: –hola
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prima- e n s e g u i d a
vino a mí el recuerdo casi reciente, pues esta
prima se quedó en mi casa en el año 2009 por problemas
con la familia, ahora mismo no recuerdo como, pero por alguna
razón ya nos conocíamos, yo fui a la casa de ella aquí en Bogotá, para
algo, no recuerdo que y de ese encuentro surgió una buena
amistad. Así que cuando ella estuvo en problemas luego, yo le brinde apoyo y estadía en mi casa, mientras ella arreglaba las cosas en la suya, no le vi problema en ese entonces la verdad. Recordé esta situación y pensé, que por ello esta tía Teresa, que relativamente acababa de conocer me miraba tan mal,
entonces comprendí, que esto no podría arruinar mi viaje y decidí de
ahí en adelante ignorar su actitud y hacer de cuenta que nada
pasaba, como el que se hace el desentendido, así que les
pedí un permiso y subí al segundo piso de
la casa, no sé
porque, pero me sentía mejor con mis tíos por parte de la tía abuela Rosario, pues de una u otra forma son más sensibles a mi situación y sentía que me trataban como familia, no quiere decir que mi familia por parte
de la abuela Teresa no me quiera, solo digo que su actitud
estirada me repele un poco; caso opuesto de mis otros
tíos que son más humildes. Cuando termino de subir las escaleras por una ventana abierta del apartamento de mi tío Carlos, el gordito, mi tía Sonia la esposa, me
ve, sonríe, y se abalanza a saludarme, entonces
el resto de familiares me escucha la voz y se acercan
a saludarme, entre ellas mi tía Ligia, la prima Astrid y la abuela Rosario, así que las saludo como se lo merecen, buena energía sentía, apreciaba como unos familiares, más que otros, se encargaban de llenar estos espacios que ya no están
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vacíos.
T o d o s entusiasmados me
cuentan que hay ferias en un pueblo de Santander
llamado Guabata, y que mis primos tocarían con el grupo
de ballenato que tienen, parece ser como la segunda generación de
los “Hermanos Soto”, con mi tío Carlos como manager y
productor musical, se hacen llamar “TNT Explosión
Vallenata”; sin saberlo, el arte y la música seguían identificando a la familia Soto. Estos primos, ya estaban en Guabata, eran ya las 8 pm así que tenía poco tiempo para alistarme, pues en un rato llegaría un bus que nos llevaría a todos, excepto
las abuelas, por su estado de salud, los primos tocarían después de
Matecaña Orquesta, así que pensaba que sería muy chévere compartir
unas ferias en compañía de la familia y más si mis primos
eran quienes harían el show. Como buen
Soto, me puse la pinta más
bonita que lleve y salí con mi prima Astrid y mi tía Ligia a tomarnos una cerveza bien fría, pues el calor esa noche en Barbosa nos tenía desesperados; cerca de la casa hay una panadería, ahí pedimos las cervezas mientras
les comentaba el suceso con la tía mal mirada, la tía Ligia
me decía: -No le pongas cuidado niño, que ella
quizá tiene razones para estar amargada, por que anda sola y jode mucho, pero que eso no te puede afectar, tu viniste acá fue a pasarla bueno- razón tenía, le dije que
exactamente eso haría, que la indiferencia seria mi
escudo protector, no niego que era de esperarse esto, ya
se me hacía raro que con todos me la llevara bien. Recordé entonces, que mi madre me contaba cuando le preguntaba por la relación con mi padre, que una de las razones por las cuales su relación con mi padre no funciono fue porque algunos Soto, n o
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estaban de acuerdo
con la relación, por tal motivo, ella sentía
que parte de ese rencor me podría afectar; ahora veo
que quizá tenía razón y sea esta una razón para no llevarme bien
con algunas personas de la casa, sin embargo, pensé en aquel entonces
tendré que limar esas asperezas con el tiempo, si quiero una real reconciliación
en mis recuerdos, pensé que tendría que trabajar el doble para que esto cambiará de regresarme a Bogotá.
Mientras nos tomábamos la cerveza llego un colectivo y algunos carros de los tíos; todos estábamos a la espera, así que rápidamente nos terminamos de tomar la cerveza y subimos al transporte, justo en el colectivo vamos con la tía mal mirada y la hija, fue cómico ver cómo le disgustaba mi presencia y no podía hacer nada para
expresarlo, pues hasta el momento era la única que no disfrutaba de mi visita.
Una hora duro el recorrido, pasamos por algunas trochas, el colectivo
rebotaba mientras hacíamos bromas con mi prima, y
reíamos a carcajadas, pensando en que sería
nuestra primer borrachera
juntos. De llegada a Guabata veo un pueblo lleno de personas festejando, juegos pirotécnicos que hace rato no veía, horda tras horda de explosiones que ponían mis pelos de punta, me ensordecían, mientras abrazaba a mi prima que no se despegaba de mí, estaba casi toda la familia reunida, faltaban apenas un par de tíos y varios primos que por su corta edad no estaban; con mi prima compramos algo de tomar y más cerveza, aunque mi prima sabía que estaba en modo trabajo de grado, hacia bromas diciéndome que en este texto tenía que escribir lo memorable de aquel día.
Éramos aproximadamente 40 personas, entre familiares y amigos de familiares, yo baile al son de Matecaña con muchas tías y primas, justo antes de que saliera “TNT” felices posamos para una foto los que estábamos de recocha, esta foto representa un recuerdo que ahora está contenido en el que era un vacío de mi memoria. De repente termina Matecaña y sale el animador de la noche a presentar a la orquesta de mis primos, recuerdo que gritábamos en familia,
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la euforia se sentía, es entonces cuando sale “TNT” el ruido del todo el pueblo era tremendo, pensaba que ya tenían consolidada su fanaticada, pues la gente al perecer los conocía y se sabía sus canciones, recuerdo sentir ese nuevo orgullo familiar Soto y revivía con nostalgia aquellos recuerdos borrosos del día que vi tocar la orquesta “Los Hermanos Soto” por primer vez, cuando era solo un niño,
de ahí en adelante, todo fue baile y fiesta, también fue una prueba
Soto para mí, pues aseguraban que si no bailaba bien no era
un Soto, mis tías y primas se pelearon por zapatear con
migo luego de ver mis aptitudes bailando.
Bailamos
hasta el amanecer y al darnos cuenta ya todos nos preparamos para volver a Barbosa, la verdad estaba tan agotado que dormí todo el camino, de llegada pocos recuerdos hay, pues estaba tan cansado que ni conciencia tuve cuando nos bajamos del carro ni de la llegada a la casa. Cuando desperté, me encontraba en la cama de mi padre y por una ventana vi como hacia el desayuno, un supuesto caldo de pescado levanta muertos, milagro fue que no me despertara a las 6 am, pues mire el reloj y marcaba el medio día, dije, -Vea pues mi padre me dejo dormir-, me levante con sed y prepare una limonada, me bañe, me vestí
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y salí a
cumplir con la lista de deberes que tenía
para saciar mi sed familiar.
Primero, quería tomarme una agua de panela preparada por
alguna de las dos abuelas, así que salí con la intención de proponerle a
mi tía abuela Rosario que me preparara una, la segunda, era averiguar de
primera mano la historia real del abuelo y las dos abuelas, así que, sin intención
de comprarlas, retire del cajero $100.000 pesos que regalaría a cada abuela, esto mientras mi abuela preparaba el agua de panela. Cuando llegue Rosario me tenía en la mesa el agua de panela caliente, que tanto añore, enseguida llame a mi abuela lejos de todos y le dije, -Vea abuelita este es un regalo que le debo de toda la vida, eso sí, perdone la bobadita- ella con los ojos llorosos los recibió y su voz entre cortada no le dejo agradecerme, sin embargo,
le recalque que no podía llorar, pues eso me partía el corazón, ella toda
tierna seco sus lágrimas y me dio un beso enorme y probé esta
deliciosa bebida de panela con limón, para la sed, pues la
resaca del día anterior aún se sentía; no sé,
si mi abuela le
agrego canela o era su sazón, pero tenía un leve sabor a amor.
Mientras me tomaba mi agua panela pensaba como toda esa historia familiar impregnaba ese líquido caliente que alimentaba de calorías mi sangre, sangre que recorría mi cerebro y este cerebro que trataba de visualizar una imagen que pudiera contar brevemente todo esto que sabia y sentía, me preguntaba ¿cómo con un solo trabajo puedo resumir esta historia y como hacer de esta historia personal un trabajo que trastoque el imaginario del que lo observe?, mientras tanto mi abuela me observaba y sonreía, luego de esa experiencia y de darle el otro dinero a mi abuela Teresa, la cual lo recibió gratamente, aunque su reacción no fue ni por las curvas la de la abuela Rosario. Mi abuela Teresa solo sonrió, agradeció y los guardo, la verdad sabía ya como era y no esperaba otra cosa. Luego me encuentro a mi tía Ligia, la costeña, y le pido que me acompañe a comprar algunas cosas para hacer un asado y también que me acompañe a visitar la tumba del primo Elvis, Rafael y el abuelo Luis A n t o n i o
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Soto, t e r c e r
actividad en mi lista, ella hace
cara de asombrada mientras me confirma
que es una excelente idea.
Salimos de la casa, y mi tía cogió el mando del recorrido, me dijo:
-Mira chico, tenemos que ir a comprar eso rápido, con eso
alcanzamos hacer todo lo que tú necesitas Mario, y
pues no sé cuántos días te quedes pero entre más rápido mejor ¿no crees?-, le respondí que no me quedaría mucho, 4 días máximo, entonces me dijo que nos fuéramos enseguida al cementerio, recorrimos varias calles de Barbosa y el calor era
insoportable, decidimos tomarnos una cerveza, en una
tienda cerca al cementerio, en la sombra me conto como sirvió de
alcahueta cuando mi padre y mi madre fueron novios, pues mi
padre estaba terminando una relación de donde
nacieron mis dos h e r m a n a s
mayores Claudia y Diana Soto, ella me contextualizo del por qué a mi madre no la quisieron tanto en la casa y también, como mi padre estuvo destrozado por mi madre cuando su relación termino, terminamos
concluyendo que la vida sin saberlo nos trae a nuestros
orígenes y que mi padre era un inmaduro por su
posición frente a esa historia entre ellos, que yo no tenía por qué pagar los platos rotos… se terminó la cerveza, pague, y nuestros pasos se dirigieron a visitar los
restos de estos familiares que nunca conocí en vida,
compramos unas flores a la entrada mientras el
calor seguía quemando nuestra piel, entramos y buscábamos con determinación entre muchas tumbas y nichos para dar con la ubicación de sus tumbas. Mi tía me conto que desde el entierro de Elvis no venía, aunque solo han pasado d o s
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años, por lo que
note mi tía estaba un tanto perdida, pues
ella, como vive en la costa, va pocas veces a visitarlos
a Barbosa, nos dividimos para buscarlos, mi tía encontró primero
la tumba de Elvis, e hicimos una pequeña oración por él, al darnos
cuenta que las flores que tenía estaban relativamente
frescas, decidimos dejarlas en la tumba del abuelo
cuando lo encontramos, luego de recorrer de arriba abajo el lugar, mi tía se acordó que donde estaba el primo Rafael, también estaba el abuelo Luis Antonio, así que nos dirigimos allí, llegamos a una esquina del cementerio, en un lugar sin
lapida y descuidado, asegura están ellos, me entristece un poco
ver que ni siquiera se reconoce la forma del sepulcro, por tal motivo
me pongo a limpiar y organizar el lugar, barrí muy bien e
hice un hueco para las flores con algunos
materiales que
encontré cerca, mi tía no hacía más si no decir lo molesta que estaba por ese descuido. Luego de un tiempo y sudoroso por la actividad realizada, nos sentamos juntos al lado del sepulcro del abuelo y el primo, no se
mi tía, pero yo eleve al cielo una plegaria y suplique al abuelo
sabiduría y entendimiento para llevar a feliz término
mi trabajo de grado.
Cuando no pudimos soportar más el sol y luego de casi tres horas, salimos del lugar, para ir por las cosas para el
asado, conocí otras calles del pueblo, hasta que
llegamos a una carnicería donde compramos la carne
y los chorizos, después de eso fuimos a una tienda de abarrotes, compramos mazorcas y algunos plátanos; ya para ese momento el sol había bajado un poco su intensidad, era lógico pues eran casi las 4 de la tarde y en Barbosa algunas tardes se tornan f r í a s .
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Llegamos a casa y todos
los presentes en estaban reunidos, mi
padre estaba molesto y con hambre preguntándome
donde me había metido, le conté lo que estábamos
haciendo y con una cara que expresaba
tolerancia frunzo el ceño y me ayudo a
sacar la carne. El tío Rafael Soto ya tenía la brasa caliente, con su voz ronca y gruesa me dice, -Qué paso sobrino manguales, dónde andaba, vea que ya me adelgace de esperarlo-, -¿manguales?- Me pregunte, en ese justo momento retorno a mí, otro
recuerdo, uno que parecía haber desaparecido, el tío al nombrar
manguales, despertó ese recuerdo, y reflexione sobre
la importancia de la sonoridad para que
este r e c u e r d o emergiera, a su vez recordé algo que leí un portal sobre arte contemporáneo publicado en un catálogo llamado, “Ejercicios de
Memoria”, “La Necesidad de la Memoria” escrito
por Rodrigo Alonso12:
Por otra parte, en manos de los artistas, todo registro, imagen, sonido o palabra accede a un universo de significaciones que supera el nivel de la
evidencia. Es en ese nivel, justamente, donde
podemos esperar una redistribución de lo sensible
que transforme las formas de percibir, escuchar y ver. Si existe alguna posibilidad de arrojar nueva luz sobre ciertos acontecimientos relevantes, si pudiéramos pensar en nuevas lecturas y
RODRIGO ALONSO: Profesor y curador independiente. Licenciado en Artes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina, especiali-zado en arte contemporáneo y nuevos medios (new media).Profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Universidad del Salvador (USal) y del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA), Buenos Aires, Argentina. Profesor y miembro del Comité Asesor del Máster en Comisa-riado y Prácticas Culturales en Arte y Nuevos Medios, Media Centre d’Art i Disseny (MECAD), Barcelona, España.
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miradas en relación a situaciones, hechos o personajes engarzados en la historia o la memoria, quizás no debiéramos esperarlas tanto de una revisión más exhaustiva de los registros existentes como de nuevas configuraciones estéticas, nuevos usos de las realidades existentes, nuevas transformaciones del espectro sensorial.
Para lograr que el receptor de mi trabajo de grado, se haga la pregunta que
planteo, si ¿algo de su vida familiar le hace falta? es imprescindible
que la música o el sonido, estén presentes, se me ocurre que
una buena idea sería sacarle sonido a la panela, que
se relacionen, es importante que
esa parte
musical que siempre ha representado a la familia Soto no se pierda en mi trabajo plástico, que mi obra sea un elogio a la panela, trasformar esa energía de la panela en energía sonora, que irrumpa el oído del asistente a la galería, y que esta historia, sirva para ambientar todo, como decía un tío Soto, “que parezca fiesta mijo” y sí, tiene razón, pues lo único que puedo sentir en estos momentos es alegría, estoy en un asado con mi familia paterna, en cierta forma podría decir que la manada ya me acepto y esa palabra fue la clave para saber que no podía alejar de mi trabajo la música.
En ese momento aparece por un costado la abuela Rosario, así como
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algunos amigos de
mi papá, abogados tinterillos, que andan
como ladillas al lado de mi padre, pues al parecer, es más
generoso con los desconocidos que con la familia. Entre carne
y cerveza mi tío Carlos se puso a discutir con mi padre y algunos
hermanos, cada uno, se votaba la pelota al otro por el cuidado de la abuela Teresa,
que está enferma y requiere de cuidados especiales, que ninguno está preparado para asumir o dispuesto a pagar para que la cuiden por ellos. Como casi siempre, el dinero resulta ser un factor diluyente de familias, muchos casos veo donde la madre no permite a su padre ver al hijo, pues no le ha cumplido con la cuota que tiene que dar por ley, esa disolución familiar por dinero, que mi generación no vivió con tal fuerza, ahora es pan del día a día. Entonces reacciono con propiedad y
coloquialmente, meto la cucharada en la discusión a favor del tío Carlos,
pues los argumentos de mi padre, eran los de un abogado que sabe
que su defendido es culpable, y le reclamo a mi padre por
ser una persona tacaña con la familia, le
recordé que el
también será viejo y necesitará de alguien que lo cuide, cuando se trata de la familia es una prioridad la que habla, no una razón económica, también les reclame por estar discutiendo por eso, y les hice saber qué me parecía patética la discusión pues eso es algo que les debe nacer y no una obligación, no puedo decir que se arruino el asado, pero si fue bastante incómodo, me retire a mi cuarto a dormir, alegre porque cumplí mi objetivo de brindarles una cena y compartir un rato en familia, sentirme aceptado, pero pensativo por la situación con la abuela.
Ya era el tercer día de mi visita en Barbosa, me levanté de nuevo un poco tarde, en esta ocasión si me molesto, pues ese no era mi plan, así que rápidamente me preparo para asumir mi día y retomar los pendientes de mi lista, que para ese día serian recaudar la mayor información sobre la historia del abuelo y mis dos abuelas, así como también socializar lo que quería realizar de trabajo de grado. Primero les explique la parte conceptual del trabajo, dejaría para después las preguntas a las abuelas, les comente,
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sobre la intención
de sanar estos vacíos de recuerdo
en mi memoria, tenía un nudo en mi garganta que no
me dejaba hablar bien; mientras todo esto sucedía, recuerdo que la
abuela me miraba como poniéndose en mis zapatos, para no llorar termine
desviando un poco el tema y pase a exponer algunos bocetos sobre las
propuestas, les comente, que pretendía hacer un trabajo por cada historia y
me aconsejaron hacer un trabajo que contuviera las tres historias, y pensé, tengo que ser práctico. Confieso que ha sido difícil hacer algo práctico una historia tan grande, pero puedo decir que de esta socialización, salieron muy buenas ideas para optimizar el enfoque y la complejidad de mi trabajo. Luego de esta actividad, me dispuse a entrevistar a mi tía abuela Rosario sobre el abuelo Luis Antonio, pues mi
abuela Teresa estaba muy enfermita y casi no pude hablar con ella.
Fue así como en la habitación de la tía abuela, a solas, ella me
contó toda la historia de su difícil relación, trate de
preguntarle lo que más pude, por supuesto
con mesura y
logre sacarle la mayor información posible para contextualizar mejor todos mis recuerdos, buscar hilar cada parte de todo esto nuevo para mí. La primer pregunta se encamino a saber cómo fue posible, que mi abuelo Luis viviera con las dos, ella me contesto que no siempre fue así, pues ella fue la primer mujer del abuelo, y la abuela Teresa llego después a la relación, sin embargo, al ser hermanas, la abuela Rosario tolero que la hermana Teresa, tuviera amoríos con el abuelo, pero la tía abuela Rosario abandono la relación y se fue a vivir a Bogotá durante 6 años, mientras me contaba esto, se le sentía algo de resignación en la voz, aunque según vi, ya era un tema superado. Me pareció increíble que las dos abuelas hablan del abuelo con mucho cariño, lo describen como un galán muy atento y detallista, la tía abuela me dice que eso fue lo que la enamoró de él, cuenta que ellas vendían tintos cerca a la plaza de mercado del pueblo y mi abuelo siempre pasaba en su camión, donde trasportaba mercancías y repuestos para vehículos: al parecer el a b u e l o
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e ra de los
solteros cotizados, pues aparte de ser muy
simpático tenía los medios económicos y la familia estaba
bien acomodada en Santander, sus ojos brillaban mientras me
contaba, se acordaba que el abuelo le llevaba una rosa al trabajo y ella alegre
me contaba, que feliz respondía sus cortejos, sin embargo el
abuelo, siempre tuvo fama de coqueto y mujeriego, por esta razón, nadie en la familia de las hermanas estaba de acuerdo con la relación de ellos, al punto que se enviaban cartas a escondidas para no ser descubiertos. Así que le pregunte en que momento la abuela Teresa irrumpió en la relación, ella me comento
que el abuelo tenía un taller de reparación de autos y también un
hotel, que actualmente es la casa del lado, aún sigue siendo un hotel,
y por razones de la vida la tía abuela Rosario necesitaba
una persona que le ayudara con las labores
del hotel así
recomendó a la hermana por ser una persona de confianza, pero, la abuela Teresa se enamoró del abuelo y así comenzó esa relación. Mientras ella me contaba la historia, yo pensaba en el gran amor que une las familias y
en eso que hace especiales las familias de antaño, el perdón,
la tolerancia… Rosario termino la historia con esta
sabia frase: -Vea mijo, es que en la antigüedad las cosas que se dañaban no se cambiaban, se arreglaban-…
Eran ya las 2 de la tarde de mi tercer y quizá último
día en Barbosa, me sonó el celular y conteste, era mi
padre, diciéndome que me esperaba para almorzar en un
restaurante a unas cuadras de la casa, llegue como pude, voy entrando al restaurante y me reciben algunos tíos y primos, mi padre estaba sentado comiéndose una parte de la picada que se pidió para todos, yo me senté y
Foto 1 (Abuelo) Luis Antonio Soto (1980)
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comencé el festín de
comida. Al terminar el almuerzo, mi padre
saco $50.000 pesos, yo creía que eran para pagar
parte de la cuenta, ¡pero no!, tuvo otro de sus ataques de buen
padre y me los dio para uso personal, de nuevo quería enmarcarlos, no
obstante, de nuevo los necesitaba.
Luego del almuerzo un primo menor llamado Ángel Soto estaba rondando la casa sin nada que hacer, yo había visto una mesa de pin-pon olvidada en un rincón de la casa, le propuse que la armamos y jugáramos, me demore más en decirlo, que mi primo en armarla, nos dispusimos a jugar, mi primo me preguntaba qué tan bueno era para el pin-pon, le conté que fui muy bueno para este deporte en el colegio y que daría mi mejor esfuerzo para demostrarlo, jugamos por dos horas, no recuerdo quien le gano a quien, lo que sí recuerdo es que el calor
era sofocante además cerca de la casa hay una fábrica de panela, no sé, si
era el calor, pero el olor a panela invadía mi olfato al punto del
empalague, le pregunte que si sentía el olor a panela,
me dijo que ya estaba acostumbrado,
que todos
l o s días, al medio día, era el olor que se sentía en la cuadra, mientras jugábamos, pensaba que si mi trabajo de grado también estuviera presente el olor a panela, sería una buena manera de ir tocando cada uno de los sentidos del espectador, pues pienso que este olor puede contextualizar un poco más todo mi trabajo plástico y posiblemente pueda trasporta al espectador a esa cuadra en Barbosa, lugar donde viví toda esta historia. Terminamos de jugar con mi primo y le pedí que me invitara a conocer los instrumentos que tiene la orquesta “TNT”, me causaba curiosidad pues donde estaban los instrumentos, era un lado de la casa que no conocía, entonces él pidió las llaves, bajamos las escaleras, en un cuarto de puertas grandes, mi tío Carlos nos acompañó, introdujo la llave, lentamente las puertas se abrían, lo primero que veo es un montón de instrumentos musicales apilados, sin embargo, lo que llamo mi atención fue una esfera disco que se escondía tímida y semi destruida detrás de todos los instrumentos, en mi mente la forma esférica del o b j e t o
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creo la analogía
con ese nuevo mundo Soto, del cual
me están haciendo parte con toda esta experiencia
de vida y cada espejo reflejaba una persona de mi nueva familia.
Le pregunte a mi tío sobre el origen de la esfera disco, me comento
que la utilizaban antes que se dañara para las fiestas
que se organizan en un salón comunal que había contiguo al cuarto, todo en la misma casa, ese día el salón servía de parqueadero para los carros de la familia, me contaba que el salón aún se alquila para eventos y fiestas del pueblo, pero que esa esfera disco ya había
cumplido su vida útil, ahora tenían luces digitales y cosas nuevas.
Salimos pronto de ahí, pues mi primo se había tomado enserio
lo del deporte e insistía para que me preparara para
un partido de fútbol entre primos, yo
con cara
aséptica, pensaba y sentía, como la edad y los malos hábitos cobraban su factura, de solo pensar en correr con ese sol ya me fatigaba, no me salve pues el clima cambio repentinamente y la lluvia refresco la tarde, fue como si
la naturaleza se confabulara para no poder decir que no al juego, no
tenia de otra, todos los primos reclamaban mi participación
en el partido, sentía que era un acto para aceptarme en su joven manada, yo pensaba que no podía estar más feliz de cansarme con ellos, pues para el futbol nunca he sido muy diestro,
sabía que sería un desastre ese juego y ahora que llovía
peor, aliste mi pinta para soportar una cancha lodosa y
jugué con tres primos un partido que fue una completa recocha; nos mojamos, nos arrastramos, el juego brusco dispuso la jerarquía y las risas proporcionaron la cura para el dolor de jugar en una cancha mojada, fue una tarde que no olvidare.
Foto 1(Esfera disco) Imagen Google
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Terminada la contienda
llegamos todos a la casa a bañarnos, yo tenía
que alistarme para viajar, pues me esperaba una clase con
el tutor y un desarrollo de las ideas que tuve en campo, rápidamente
empaque de nuevo y can más alegría que tristeza me despedí de
todos y les recordé, que próximamente los esperaba
en la inauguración de mi trabajo, enseguida salió de una cuarto una prima llamada Julieth Soto, con la que días antes estuvimos de recocha en las fiestas de Guabata, ella triste se despidió y ofreció acompañarme a la flota, la tía favorita Ligia ya estaba lista también para
acompañarme, caminamos hasta el lugar donde se coge el trasporte
y con un beso veloz nos despedimos, las puertas del bus se cerraron y ahí
note que los extrañaría de nuevo, el trayecto a Bogotá se me paso
volando, no veía la hora de discutir con el tutor las
posibles, las ideas y ver que tenía
para aportar o corregir. Sin darme cuenta ya estaba inmerso en mi familia, ya hacia parte de los Soto y fue tan rápido, faltando aún tanto que ni siquiera lo note con detenimiento.
A trAbAjAr se dIjo…
Estando ya en Bogotá al día siguiente fue mi tutoría con
el maestro Jainer León, le intente exponer todas mis ideas, luego de moldear y desmoldar mis ideas, el tutor sabiamente me recomienda algunos textos para desarrollar mejor mi trabajo. Después de varias
asesorías con el maestro, de pensar y re pensar mi
trabajo, de experimentar con panela a más no poder, de
quemones y alegrías, de errores y aciertos, espero lo que presencien les guste tanto como a mí y de una u otra forma puedan sentirse parte de esa familia que se creía esfumada, esa familia que me acepto y que en este trabajo también lo aceptará a usted,
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prepárese para una
experiencia olfativa, visual y sonora. Que
mi historia sirva como detonante se sentimientos,
recuerdos y experiencias que yo viví y que ahora, usted
también vivirá a su manera.
Puedo concluir de toda esta experiencia, que no es
nada fácil enfrentar esta situación, sin embargo cuando la voluntad de hacer algo es la que manda, el inconsciente se alinea con el consiente para trabajar en pro de algo, en este caso mi reencuentro familiar. Puede que si usted intenta hacer lo mismo, otro sea el
resultado, sin importar cuál sea, igual que yo, también podrá algún
día decir, no me morí sin conocer esa familia lejana. También puedo decir
que de toda esta experiencia familiar, salieron relaciones
familiares importantes, como la que ahora
tengo con mis p r i m o s ,
quedaron p r o m e s a s , negocios y nuevas ideas y una persona que siempre buscara conservar esta nueva familia yo. Me he dado cuenta ahora, que este momento del proceso abre las puertas para un encuentro, para
incentivar la curiosidad y participar en este proceso de sanación
mutua, en mi cabeza veo todo lo que significa este trabajo
y posiblemente ahora usted también lo vera.
Quiero permear la mayor cantidad de sentidos posibles en usted, para que la experiencia con
mi trabajo sea vivida, enriquecedora y envolvente,
queriendo ser, lo más acogedora y familiar posible.
Espero que usted reflexione, que así como en esas panelas hay algo oculto que se devela, en su vida familiar también puede existir algo que quiera develar o recuperar.
El olor de la panela que tendrá el lugar donde se expondrá mi trabajo de grado
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invadirá su olfato y las luces de la
esfera disco crearan una fiesta para sus sentidos, también aprovechare el reflejo luminoso
de los espejos para que se vea algo, una palabra puede ser, estos reflejos invadirían el espacio, mientras el oído y el olfato
trabajan, todo esto mientras el espectador se involucra rodeando el espacio. Analizo mi trabajo y concluyo que realizaré un “Environnement”
que me permita mezclar todo esto, seré yo, el que paulatinamente devuelva el sonido del disco al inicio, al son de “Hojas de Calendario” y otros temas del
disco “Siempre Unidos” disfrutaremos por unos momentos de la fiesta familiar Soto, pues todo termina cuando la música deja de sonar, y las luces se apagan,
pero nos veremos después, porque el show de la familia Soto deberá continuar y yo tengo que visitarlos de nuevo y ahora sé que, con cada viaje donde mi familia,
alguna historia nueva y curiosa surgirá, historias que sin duda seguirán alimentando mí proceso artístico, gracias por acompañarme en esta travesía, nos veremos luego...
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Página para correciones:
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edición coresponde a una muestra sin color de página.
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