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La versión digital de "El Murmullo", periódico escolar del colegio San Ignacio, publicada el 10/04/13
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Periódico escolar Colegio San Ignacio — Abril del 2013
Santi
ago R
iquelm
e
E N T R E V I S T A
CON EL RECTOR
2 - EL MURMULLO
R
O
F
R E P O R T A J E S
O P I N I Ó N
F I C C I Ó N
Director: Andrés Cruz
En esta edición:
Cristián Gómez S.J. y los nuevos horizontes de la comunidad jesui-
ta en el colegio - por Andrés Cruz (PÁGINAS 4-5)
Entrevista al rector - por Rodolfo Vicencio (PÁGINA 6)
Director: Gabriel Nachar
En esta edición:
Un Papa jesuita (y argentino) - por Andrés Cruz (PÁGINA 7)
Chávez: más que un presidente, un personaje - por Sebastián Ma-
chuca (PÁGINAS 8-9)
El legado de Chávez - por Benjamín González (PÁGINA 10)
Director: José Miguel Frías
En esta edición:
Buzón/Algo que podría gustarte/Estúpido y astuto/¿Psicosis? No -
por José Miguel Frías (PÁGINAS 11 y 14)
Historias de atrasos - por José Miguel Frías (PÁGINAS 12-13)
Profesora asesora: María Paz Mallegas | Diseñador: Andrés Cruz | Tesorero: Miguel Vergara
Fotógrafos: Santiago Riquelme | Ilustradores: Luis Leiva
*Parte del material fotográfico contenido en esta edición no pertenece a “El Murmullo”, pero ha sido registrado bajo licencias
Creative Commons (CC).
EL MURMULLO - 3
E D I T O R I A L
T ermina marzo y empieza ya el segundo mes de clases. Pero no podíamos dejar pasar este mes sin
que se hablara aunque sea un poco acerca de los grandes acontecimientos que han sucedido du-
rante estas semanas.
Partiendo por nuestro propio establecimiento, en el cual finalmente ha asumido como rector,
Marcelo Mackenney Poblete. Primer laico en la historia del colegio que asume el puesto. Esto es uno más
de los grandes cambios que se están sucediendo en nuestro San Ignacio. Y es que una a una, las tradiciones
más arraigadas de nuestro establecimiento están quedando atrás, entre esas, el paso de ser un colegio his-
tóricamente solo de varones, a un establecimiento coeducacional. Esperamos que el nuevo rector siga lle-
vando al colegio de vuelta a su antiguo “prestigio”, perdido hace años y que hoy no es más que un simple
recuerdo del que, por algún motivo, nos seguimos alimentando el orgullo por ser “ignacianos”.
En el ámbito internacional, la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez ha sido un hecho que a nadie
puede serle indiferente y que sin duda traerá consecuencias no solo para su país, sino para toda América.
Conocidos eran sus ideales de unificar toda la región, y aunque sus métodos muchas veces eran cuando me-
nos, cuestionables, tuvo una gran pasión por lo que fue su mandato de catorce años, catorce años en los
que los valores de la democracia que él supuestamente defendía se vieron muchas veces en entredicho.
Curiosas son también las circunstancias que rodearon su muerte y bastante imprudentes los dichos que
mantuvo el vicepresidente de la nación Nicolás Maduro (refiriéndose a conspiraciones y tretas de Estados
Unidos y haciéndolos responsables de la muerte del mandatario) durante las semanas en que Chávez estuvo
enfermo y aun después de su muerte.
En otro asunto, luego de la renuncia al trono papal por parte del cardenal Joseph Ratzinger, se abrió un
nuevo conclave que tenía la misión nombrar un nuevo papa, en unos momentos en que la Iglesia está más
cuestionada que nunca. Los escándalos que han protagonizado sus integrantes a lo largo y ancho de todo el
mundo no han pasado desapercibidos en una época donde la información fluye como nunca antes. Así, fue
electo el cardenal argentino Jorge Bergoglio, que desde el momento preciso de su elección entregó signos
de que algo diferente traía consigo. Esperamos que lo que hasta ahora ha mostrado no sea tan solo una
pantalla o que sus ansias de cambios decaigan con el tiempo y siga dándole una lección de “humildad” a
todos aquellos que parecen demasiado cómodos en sus sillones refinados y no se mueven más que para con-
sagrar las hostias.
Finalmente, hace muy poco tiempo se ha dado un nuevo paso (aunque bastante grave) en el conflicto entre
Corea del norte y del sur, cuando el primero acaba de declarar estado de guerra. La situación se ha puesto
complicada y si no se encuentra una solución rápido tal vez lo que venga luego ya no se pueda parar.
El equipo de El Murmullo sigue trabajando para ustedes y les desea mucha suerte en este año.
4 - EL MURMULLO
R
Santi
ago R
iquelm
e
por Andrés Cruz CRISTIÁN GÓMEZ S.J.
y los nuevos horizontes de la comunidad
jesuita en el colegio
EL MURMULLO - 5
R y los nuevos horizontes de la comunidad
jesuita en el colegio C ristián Gómez S.J. es ahora parte del equi-
po directivo del colegio. Así es, al clicar en
el link “Equipo Directivo” de la página del
colegio se puede leer “P. Cristián Gómez
Cobo, S.J. Capellán General”. Con la “G” de
“general” en mayúscula, sí señor.
Me recibió una tarde en su oficina y hablamos tanto
de su nuevo puesto en el colegio como de su visión
sobre el presente y el futuro del SIAO.
Capellán General
La oficina de Cristián, ubicada en el largo “pasillo de
los profes” del tercer piso, luce en su entrada la pla-
ca de “Capellán”. Así que apenas comienza la entre-
vista le pregunto qué significa exactamente ser el
Capellán General del colegio. Me explica que él es el
sacerdote que debe estar presente y, en especial,
dar la cara por todas las actividades pastorales,
apostólicas y, en general, religiosas del colegio. An-
tes, cuando el rector del SIAO era un jesuita, éste
debía asumir una doble responsabilidad, al cargar
con todo el trabajo de ser el rector de un colegio
como el San Ignacio junto con el de ser el capellán
del establecimiento.
El directorio del colegio
Cristián me dice que el nuevo rector no está solo,
pues además de poder apoyarse en el equipo directi-
vo (incluyendo al nuevo Capellán General) y en todos
los funcionarios del colegio, cuenta con un directorio
que está por encima de él. Este directorio, realmen-
te poco conocido por los estudiantes, incluye ex
alumnos y jesuitas que deben dar su visto bueno a la
hora de tomar decisiones importantes en el colegio.
El rector laico
Cuando le pregunto a Cristián del porqué de tener un
rector laico en el colegio, me dice que “la persona
que puede cumplir con el perfil que necesitamos de
rector en el colegio está, en este momento, en los
laicos”, pero niega que en el futuro un jesuita no
pueda cumplir con esta función otra vez. Además,
agrega que, en su opinión, “un requisito para ser
rector laico es que sea ignaciano. Es algo que no se
puede transar.” Cristián cree firmemente que, inde-
pendientemente de que el rector del colegio ahora
sea laico, la espiritualidad ignaciana seguirá por la
misma línea e, incluso, se fortalecerá.
Los jesuitas en el colegio
En su cargo de Capellán General, se podría decir que
Cristián Gómez S.J. es, de alguna forma, el encarga-
do de los jesuitas en el colegio. Cuando le consulto
sobre la actual situación de los jesuitas en el cole-
gio, me dice de plano que “ahora somos menos je-
suitas en el colegio que antes”. Hay diez jesuitas (no
todos sacerdotes ordenados) trabajando en el cole-
gio, de los cuales solo cuatro se dedican a ello “full-
time”.
6 - EL MURMULLO
R por Rodolfo Vicencio
C on Marcelo Mackenney Poblete ya instalado como
el primer rector laico de la historia de nuestro cole-
gio, decidimos hacerle un par de preguntas, en rela-
ción a su nuevo cargo: ¿Cómo fue su experiencia laboral en el SIEB? Fue de mucho trabajo, y muy contento. Yo afortunada-mente y gracias a dios tengo mucho ánimo y en general me gusta lo que hago, y lo disfruto. Por un lado muy contento de trabajar, por otro feliz por la diversidad de cargos que tuve, director de ciclo, pastoral, académico, inauguramos un ciclo nuevo que era de séptimo hasta segundo medio, y debo decir que me gusta esa edad. Todos dicen “ah, es la edad del pavo” y todas esas cosas, pero yo considero que es una etapa de la vida en la cual se madura mucho y des-cubren muchas cosas, y bueno hay rebeldía y bienvenida sea pero bueno el adulto debe saber enfrentarla óptima-mente porque eso hace crecer al alumno. En general muy contento y agradecido. ¿Cuando realizaba sus estudios en el colegio, ¿se imaginó alguna vez que estaría donde está hoy, siendo el primer rector laico del colegio San Ignacio? Nunca se me pasó por la mente el que iba a ser rector, sí imaginé que llegaría a trabajar acá, porque cuando fui alumno estuve en los scouts, fui dirigente de manada, es-tuve casi tres años de Akela, hice clases aquí. Entonces de que iba a tener un vínculo de trabajo sí me lo imaginé, pe-ro rector nunca. ¿Cómo reaccionó usted y su familia frente a esta opción de ser rector del colegio? Cuando existió la posibilidad de inmediato comencé a acomodarme para hacerme disponible. Después lo conversé con mi señora, hemos tenido cambios laborales y en verdad no le tememos a los cambios, sabemos que dentro de ellos hay muchas cosas buenas. Eso sí siempre buscamos mantener nuestro proyecto de fami-lia y este puesto entregaba las garantías para seguir eso. Mis hijos me dieron fuerzas y me apoyaron siem-pre, es gratificante tener una familia que te apoye siempre. ¿Cómo ha sido el recibimiento del colegio frente a su llegada? Me he sentido bastante acogido, como si fuera mi casa. Nunca tuve esos temores de llegar a un lugar desco-nocido, me ha agradado mucho el poder ir conociendo a las personas, saber sus nombres sus historias, me ha gustado tener los ojos bien abiertos, bien despiertos para ir captando qué es lo que hay acá. Me he sen-tido muy bien y con muchas ganas, acá se tienen proyectos, y cuando se tienen proyectos y sueños yo me sumo a ellos, cuando hay un proyecto educativo, un plan de desarrollo y hartas cosas por hacer y estoy ani-mado por hacerlo. Hay metas para todos, incluyendo a ustedes los alumnos.
cole
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nacio
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ENTREVISTA CON EL
RECTOR
EL MURMULLO - 7
O UN PAPA
JESUITA (y argentino)
por Andrés Cruz
C uando me enteré de que el nuevo Papa sería
un jesuita quedé descolocado por la sorpresa
un par de segundos. Le dije toscamente “¿En
serio?” a Don Omar –quien me dio la noticia,
mientras yo salía del colegio por la tarde–, a
lo que respondió “Sí, jesuita y argentino”.
¿Por qué me sorprendió tanto esta noticia? Porque había leído y escuchado hasta el hastío que el cónclave
para elegir al nuevo Pontífice estaría seguramente entre los más largos del último tiempo, debido a que
entre los cardenales se deslumbraban dos puntos de vista en apariencia irreconciliables: unos querían un
Papa que se dedicara a arreglar los problemas internos del Vaticano, mientras que otros tenían ansias de
un Pontífice que respondiera a las necesidades de nuestro siglo, abierto al diálogo y al cambio. ¿Cómo en-
tonces –me pregunté– un jesuita argentino consiguió reunir la mayoría necesaria para ser electo Papa en
tan pocos días de cónclave?
¿Será por su personalidad? Es sabido que como cardenal siempre optó por mantener un bajo perfil, reali-
zando un trabajo eficaz pero sin grandes publicidades ni propagandas. ¿Será por su congregación, la de los
jesuitas, ésa que ha tenido más problemas con el orden ecuménico tradicional que ninguna otra, ésa que
ha querido desde sus inicios cambios revolucionarios en la Iglesia? ¿Será por representar a América Latina,
donde actualmente reside más de la mitad de los católicos del mundo? Es, definitivamente, una conjun-
ción entre estos factores y muchos otros.
Lo innegable, en mi opinión, es que Francisco representará un antes y un después en la Iglesia Católica,
un cambio de enfoque cuya irracional demora ha significado para el catolicismo la pérdida de millones de
fieles, desencantados por la inconsecuencia de la Iglesia formal.
(CC)
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8 - EL MURMULLO
C H Á V E Z :
por Sebastián Machuca Más que un presidente, un personaje
P ara nadie era desconocido el delicado esta-
do de salud que afectaba al Presidente de
Venezuela, Hugo Chávez, que desde el
2011 luchaba contra el cáncer. Lo que en
un comienzo no era más que dolor en la rodilla le
terminó costando la vida: el pasado 5 de marzo fa-
lleció, luego de una larga lucha contra el cáncer de
colon en La Habana, Cuba.
Hugo Chávez se había mantenido en el poder desde
1999: pasó por 4 reelecciones, contando la del
2012, en la cual no pudo asumir tras su victoria en
las urnas ante Henrique Capriles. Al momento de
asumir como presidente de Venezuela por primera
vez, en 1999, sometió a la ciudadanía a un Referén-
dum Constitucional, acto puramente democrático,
donde la gente votó tanto por si se modificaba la
constitución que hasta aquel entonces regía Vene-
zuela, de 1961, como por la aprobación de las bases
de la Asamblea Constituyente. Es destacable aquel
acto, debido a que muy pocas veces se ha hecho en
la historia. Con ideales fundados en Simón Bolívar,
renombra a Venezuela como República Bolivariana y
comienza a dictar discursos, donde su base era la
imagen de una Latinoamérica unida.
Con sus ideas socialistas, Chávez nacionaliza gran
parte de las empresas, medios de comunicación y
producción venezolanos, ganándose así el odio, co-
mo también el apoyo, de muchos. Fundó el progra-
ma “Aló Presidente”, donde diariamente daba men-
sajes a su pueblo.
Su muerte no fue sorpresa, debido a su delicado
estado de salud, pero lo más importante es su lega-
do, y aún más grande que su legado, el mensaje
que esparcía por el mundo. Con una extrovertida
personalidad, así como con su hábito de decir todo
lo que pensaba, Hugo se presentaba frente a los
líderes del mundo, en la ONU, CELAC y un sinfín de
organizaciones parecidas, donde la clase burgués
gobernante chocaba con este hombre de clase baja,
quien se insertó en el mundo de la política de forma
natural.
Su odio a los yankees era evidente, como también
su amor por el socialismo y por el pueblo latinoa-
mericano ligado con Bolívar. “Ayer estuvo el diablo
aquí […] HUELE A AZUFRE”, comentó Chávez en
reunión de la ONU refiriéndose a Bush. “Váyanse al
carajo, yankees de mierda, que aquí hay un pueblo
digno”, proclamó en un discurso multitudinario el
año 2008, frente a los tensiones que vivió la Repú-
blica Bolivariana con los EEUU mientras Chávez go-
bernó.
Chávez fue un personaje particular, quien triunfaba
en las urnas, arrasando ante cualquier contendor,
pero también muy cuestionado, debido a que en
Latinoamérica no se había visto socialismo parecido
desde la elección de Salvador Allende. Sin importar
sus detractores, el mensaje más importante, el que
cala fondo en los oídos del pueblo latino, es la
unión que el recordado proclamaba, una unión que
combatiese contra el capitalismo yankee, ilustrado
en los gobiernos de derecha, como el de Sebastián
Piñera.
Ahora solo queda esperar a ver si el pueblo venezo-
lano votó por Chávez por su persona, o por el po-
tente mensaje que transmitía. Se verá si el triunfo
del socialismo en las urnas permanece, o si la figura
del Presidente Bolivariano se queda en el pasado
como una anécdota histórica más.
O
EL MURMULLO - 9
(CC)
Bern
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ondoy
O
10 - EL MURMULLO
O CHÁVEZ EL LEGADO DE
S eguramente dentro de todos los importantes
acontecimientos que han ocurrido en los pri-
meros meses de este 2013, la muerte de Hu-
go Chávez es, sin duda, uno de los más tras-
cendentes. Por sobre algún juicio de valor que pue-
da hacer su poco humilde servidor acerca del man-
dato completamente democrático de Chávez, con
una duración de catorce años, catorce años donde
como quería plasmar el nuevo socialismo, con una
interesante visión acerca de cómo debe de ser la
división de los tres poderes del estado incluida, es
necesario hacer un recuento de qué y cómo ha deja-
do a Venezuela, Latinoamérica y al mundo el te-
niente coronel Chávez, ese mismo que se dio a co-
nocer en Venezuela allá por el año 1992 como un
Golpe en la historia del hermano país, o es mejor
decir -para seguir la información que se encuentran
en los textos de historia en Venezuela- “una rebe-
lión patriótica contra un gobierno corrupto”. Poste-
riormente Chávez, es elegido como presidente y em-
pieza una nueva historia para este Venezuela, antes
conocida en el extranjero casi solo por sus teleseries
más que por otro acontecimientos relevantes, em-
pieza un gobierno que demuestra que unas ideas
bien intencionadas eran lo importante (por sobre el
resultado real de dichas propuestas), un gobierno en
el que Chávez logra sacar al país del siempre vil ca-
pitalismo, un líder siempre carismático que llamó la
atención del mundo , cambió la constitución, se pro-
puso metas, cambió incluso el nombre del país, la
actual República Bolivariana de Venezuela también
tuvo un cambio de moneda: el Bolivar Fuerte(el cual
ha sufrido dos devaluaciones desde entonces), se
propuso más metas, bajó la pobreza considerable-
mente y sacó al país del analfabetismo, organizó
una alianza junto a los otros países socialistas, apo-
yó a países como Cuba o Irán, siguió proponiendo
metas, se peleó con grandes potencias y personajes
como George Bush o el rey Juan Carlos, sin duda el
fallecido Chávez cambió la historia venezolana y en
cierto modo la historia del mundo en general, si me
preguntasen qué es lo que creo que deja Chávez con
su partida- aparte de una herencia avaluada en unos
2000 millones de dólares a sus familiares y de dejar
a Venezuela como el décimo país más corrupto del
mundo y el más corrupto de Latinoamérica- deja un
enorme hueco: no hay un personaje tan carismático
como Chávez en la actualidad, ya lo dijo quien fuera
su contrincante político en las pasadas elecciones,
Henrique Capriles: “Nicolás Maduro (el vicepresiden-
te venezolano y quién fue recomendado por el mis-
mo Chávez en uno de sus últimos discursos antes de
morir) no es Chávez bajo ninguna circunstancia,
ahora corre por cuenta de los venezolanos decidir el
próximo 14 de abril”.
Lo que queda claro de todas las conclusiones que
puedo sacar acerca de la ida del mandatario es que
Hugo Chávez -a diferencia de algunos precandidatos
(as) que tiene Chile- fue un hombre dispuesto a de-
fender sus ideas, a dialogar y, si era necesario, dis-
cutir por lo que él creía justo. Pese a equivocarse,
pese a pecar de populismo y pese a ser muchas ve-
ces criticado, él siempre dio la cara por sus ideales.
(CC)
Agência
Bra
sil
por Benjamín González
EL MURMULLO - 11
F por José Miguel Frías
F B U Z Ó N
Bajé por las escaleras para poder salir a revisar el bu-zón, siempre ahí la misma nota, no importa cuántas veces al día la tome y la bote a la basura, basta que vuelva a la casa para luego al salir, encontrarla ahí. No entiendo, pensé que todo eso ya había quedado atrás, muchas veces se lo dije, el amor llego a tal punto que seguir queriéndonos así era peligroso. Yo intenté seguir con mi vida, pero ella, ella no, es dis-tinta, me aferro a la idea de que le debe ser más difí-cil, fue mucho tiempo, verla sólo nos llevaría al amor nuevamente y como dice su nota, aún tenemos el po-der de arruinar nuestros días. Todo es tan extraño, en las noches y en las tardes siempre es el mismo sueño, yo parado fuera de la casa y ella llegando con un pa-pel, yo con un lápiz en la mano y ella entregándome el papel para que escriba. Es incómodo, nunca logro recordar que escribo, sólo recuerdo que meto la hoja al buzón y que antes de entrar nos damos un último beso.
A L G O Q U E P O D R Í A
G U S T A R T E
por José Miguel Frías Me viene a la cabeza que podríamos estar horas acostados en la cama escuchando temas de Elliott Smith. Al frente de nosotros pero a una distancia discreta estaría la ventana, tendríamos una vista cómo pocas. Si quieres que sea más específico, bueno, veríamos el parque a lo largo y en la noche sólo estarían los focos indicando el camino que todas las mañanas recorremos para comprar lo que se nos antoje en ese negocio irreemplazable de don Agustín. Puta que nos agarraría cariño ese viejo, claro, si estuvieras aquí conmigo. Sé que no te molestaría mi amor por escribir, de todas formas tendríamos tiempo para todo. Las tardes serían la envidia de aquellos que no recuerdan lo que es atracción, tú ahí en la terraza y yo apoyado en la pared formando un bosquejo en mi cabeza de tu cuerpo en la misma postura pero sin esa tenida improvi-sada que sólo ocupas en la casa. Para describirte nuestra casa podría comenzar contándote que los mue-bles tendrían bastantes libros, algunos escritos por mí y los otros se dividirían entre mis ídolos de la litera-tura y los tuyos, es obvio que no serían los mismos. Siendo sincero te diré que sería un desorden, un desor-den con el que podríamos vivir tranquilos sin mayores inconvenientes. La cocina siempre tendría lo nece-sario, de eso se encargaría don Agustín y sus ofertas especialmente inventadas para nosotros, así que por el dinero no habría problema. Como el piso del departamento sería únicamente nuestro tendríamos bas-tante espacio, sería la excusa perfecta para que nuestros amigos se quedaran unos días. Al leer esto com-prenderías que te ofrezco la utopía de lo simple, risas, penas, caricias, sueños. Algunos días dormiríamos en la cama y otros despertaríamos en el suelo con el periódico del día anterior, eso nos desconcertaría al principio pero aparecería la notable idea de vivir el día como si fuera ayer. Cuando bajaras para dejar la basura en esos infaltables canastos frente al portal, Pablo, el niño que muchas veces nos topamos al pa-sear, te daría un mensaje escrito por mí pero entregado dos días tarde. Cosas fuera de lo común similares a esa serían recuerdos que atesoraríamos. Para terminar te digo que la historia sigue pero me gustaría que la vivieras y no que la leyeras o que te la contara, de todas formas esto es algo que podría gustarte.
Luis
Leiv
a
12 - EL MURMULLO
[8:00 a.m.] Mierda. Ya, igual la hora es razonable, puedo decir que había taco o que el auto estaba en pana y me vine en micro. No, ésa ya no me la van a creer. Cagué, ya estoy avisado, un atraso más y sus-pendido, igual no estaría malo pero tengo que entre-gar las cosas de literatura. [8:15 a.m.] (Dirige su mirada al reloj) Siempre lo mismo jajaja quince minutos aquí sin levantarme todavía pensando cómo salgo de esta. Ya, no alcan-zo a ducharme, una lavada de cara y me mojo un poco el pelo nomás. [8:30 a.m.] (Decide tomar la micro y por suerte lle-ga una al instante) Ya, a ver, 8:30. Si el semáforo en verde apaña a las 8:45 debería estar llegando, total ya llegué tarde, la cosa es ver cómo me salto el atra-so. [8:45 a.m.] (La suerte lo acompaña, llega a su des-tino) Llegué. La portería ya cerró hace rato, me van a pedir la agenda o el RUT. No me pueden contar el atraso, uno más y suspendido, necesito entregar el informe, no lo entrego un punto menos y así. A estas alturas ninguna excusa sirve, no me van a creer. [8:55 a.m.] (Dirige su mirada al reloj) Tengo que dejar de quedarme parado pensando, 10 minutos y sigo aquí afuera. (Un joven de unas ropas algo ridículas aparece, pa-recía de la edad del otro, quizá uno o dos años más. Llevaba una especie de traje, pero un maletín de escuela, de esos antiguos.) [9:00 a.m.] Ignaciano ropas ridículas.- Atrasado, siempre llega-ba atrasado. Ignaciano.- ¿Disculpa? Ignaciano ropas ridículas.- Atrasado hueón, siempre llegaba atrasado al colegio y el reto que me llegaba era grande. Ignaciano.- ¿Estudias acá? Ignaciano ropas ridículas.- Estudié, salí el 67 de
aquí.
Ignaciano.- Buena esa, tienes a lo más dos años más
que yo y voy en tercero.
Ignaciano ropas ridículas.- ¿Nunca te contaron lo de la pileta verdad? Igual es probable que el truco se haya perdido en el tiempo. Estoy con esta ropa por-que egresé el 67, búscame en las fotos si es que hay. Ya no más conversa, tú quieres saltar el atraso
y yo te puedo ayudar ¿Aceptas?
Ignaciano.- No me queda otra.
Ignaciano ropas ridículas.- Te lo diré una pura vez, la pileta, esa que tiene la campana, esa va a ser tu salvación. Presta atención por favor, bajo la campa-
na hay algo escrito.
Ignaciano.- Sí, está como en latín o algo así, nunca
me lo había preguntado la verdad.
Ignaciano ropas ridículas.- No interrumpas, lo que dice no es de importancia ahora, bajo lo que está escrito con un lápiz vas a escribir lo que quieras, en este caso tendría que ser “Quiero estar a las 7:55 de
este día aquí”, lo hice varias veces.
Ignaciano.- ¿Sabes lo que va a pasar si me ven ha-ciendo eso? Prefiero llegar atrasado y que me sus-
pendan.
Ignaciano ropas ridículas.- Marica.
Ignaciano.- Ya te dije, prefiero llegar atrasado.
[9:15 a.m.]
El ignaciano dejó al ignaciano del 67 hablando solo y empujó la puerta para entrar a portería. Estaba Don
Omar.
Don Omar.- ¿Otra vez atrasado? Era una más y se va
suspendido.
Ignaciano.- Hay que asumir nomás.
H I S T O R I A S D E
ATRASOS
F por José Miguel Frías
EL MURMULLO - 13
ATRASOS
Es aquí cuando el ignaciano se agacha para sacar su agenda pero en vez de eso decide tomar un lápiz, un profesor estaba abriendo la puerta para entrar y el ignaciano no la pensó dos veces, corrió y se tiró a la pileta. Don Omar le gritaba que volviera, el profesor le informaba todos los castigos que le esperaban, el ignaciano miró hacia atrás y con un gesto de despe-dida escribió justo bajo las palabras que el Ropas Ridículas le había dicho, las palabra fueron “Quiero estar a las 7:55 de este día aquí”. El ignaciano sintió cómo se sumergía en el agua y aún escuchaba los
gritos de Don Omar y el profesor, todo se puso oscu-ro pero miró hacia arriba y pudo ver un círculo blan-co de luz, era justamente uno de esos orificios de la pileta que había quedado sin piedras. Saliendo del orificio tocó los bordes de la pileta y logró entonces apoyarse para poner su cuerpo en algo que no fuera agua. Levantándose y mirando el reloj vio las 7:55
a.m., alguien tocó su hombro, era Olivers.
Olivers.- ¡Frías! ¿Qué hacía ahí dentro de la pileta?
José Miguel Frías.- Me caí profe.
Luis
Leiv
a
F
14 - EL MURMULLO
F ¿ P S I C O S I S ?
N O por José Miguel Frías
Siempre pido el mismo trago, quizá por costumbre, no sé. Un día como este entraste por esa puerta, te veías hermosa, estabas perdida y necesitabas ayuda para encontrar una dirección. Tu búsqueda no duró mucho ya que con un tinte nervioso te dije que el lugar que buscabas no existía, soltaste una risa y me preguntaste si bromeaba, yo sólo te invité una copa. Así conversamos un rato, mis respuestas no eran vagas y supongo eso fue lo que llamó tu atención, probablemente aparentaba algo diferente. Me dijiste que tenías prisa por irte y yo te respondí que no hay prisa cuando la conversación es buena. No me jacto de ser apuesto pero en el momento sentí que te gusté tanto como tú a mí, subimos a tu auto ya que yo acostumbro caminar, llegamos a ese bendito lu-gar, y digo bendito sólo por la ironía de mostrar que al pensar en tú inocencia me sor-prendiste. Pasó lo que tenía que pasar, el humo de tu cigarrillo polarizó las ventanas de esa camioneta que supongo era una Ford. Luego de unos minutos te conté que el lugar en realidad si existía, pero te dije que no te preocuparas, no habías perdido el tiempo aquí conmigo y el lugar no se iría a otra parte, de todas formas era mi casa y yo no tenía pensado mudarme. [...] Siempre pido el mismo trago, quizá por costumbre, no sé. (El viejo se levantó y le dejó un par de monedas al cantinero, luego pateó la puerta y salió de ese lugar)
E S T Ú P I D O Y
A S T U T O
por José Miguel Frías A veces encuentro notas en mi pieza, algunas en los zapatos y otras en los libros. No podría dar una expli-cación razonable a esto pero tampoco la busco, sólo por intentar entender podría decir que sí, las notas son mías y probablemente son y serán para recordar cosas importantes, pero como pueden apreciar, esto no funciona. Otra posibilidad es que sí, sean para recordar pero quizá soy yo quien las pone en lugares es-túpidos y astutos para no poder recordarlas. Ahora vendría el porqué de esta actitud, el por qué es eviden-te. Me duele y a la vez quiero tener esos momentos en alguna parte, quizá un día dejen de doler y ese día lanzaré todas las notas al techo feliz.
F
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