En el Antiguo Testamento Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés en el Sinaí para ayudar a su...

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En el Antiguo Testamento Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés en el Sinaí para ayudar a su pueblo escogidos a cumplir la ley divina.Jesucristo, en la ley evangélica, confirmó los Diez Mandamientos y los perfeccionó con su palabra y con su ejemplo.Nuestro amor a Dios se manifiesta en el cumplimiento de los Diez Mandamientos y de los preceptos de la Iglesia.En definitiva, todos los Mandamientos se resumen en dos:

Darse tiempo para conocer a Dios.

Saludar a Dios.

Agradecer sus regalos.

Participar con buena disposición en la Santa Misa y fiestas de guardar

Amor y respeto

A los padres.

Obedecer y respetar a los padres Los hijos mayores tienen

una gran responsabilidad de ayudar a los padres.

Reconocer que la vida es un don que Dios nos

ha regalado

No arriesgar la propia vida

Evitar el uso de estupefacientes, que causan

gravísimos daños a la salud; el abuso de la comida, del

alcohol, del tabaco, de las drogas y de las medicinas.

Pedir a Dios Padre que nos regale la gracia de la pureza y nos proteja en las tentaciones.

Seleccionar adecuadamente las compañías, lecturas y espectáculos.

Buscar una vida sana, cultivando el deporte, las ciencias y el arte.

Conservar la purezaMantener nuestra mente libre de malos pensamientos

Moderar el uso de Internet, televisión, radio, revistas.

No RobarDevolver siempre las cosas prestadas u olvidadas

Valorar a las personas por lo que son, destacando sus cualidades y no lo que tienen, la casa donde vive o la marca de ropa que usa.

Ser siempre veraces.

Aprender a perdonar de corazón y a decir la verdad sin herir.

Evitar chismes o rumores.