Entre los años dorados y la Gran depresión Alberto Lettieri

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Universidad Nacional Autónoma de

México

Facultad de Filosofía y Letras

Licenciatura en Historia

SUAyED

Historia Contemporánea III

ENTRE LOS AÑOS DORADOS Y LA GRAN

DEPRESIÓN.

Los Estados Unidos en las décadas de 1920 y

1930.

Alberto lettieri

Prof. Lic. Rafael Hernández Ángeles

Alumna: Peña Mena Ruth Angelina

de la (Para examen extraordinario

EB-2013-1)

Num. De Cta. 8508141-1

2

Alberto Lettieri, historiador argentino, investigador independiente del Consejo Nacional de

Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)1, nos trae un trabajo breve pero bien emprendido

sobre las características de la economía norteamericana en el periodo de entreguerras; es decir,

del periodo de prosperidad en la década de 1920 en los Estados unidos, a la época de la crisis de la

Gran Depresión, en 1930.

Lettieri nos explica, a través de estas páginas, la manera en que Norteamérica inicia su carrera

como potencia económica mundial gracias a la situación bélica en Europa. Debido, principalmente,

al hecho de haberse convertido en el principal productor de alimentos, materias primas y

manufacturas; pues la guerra en el territorio europeo, no permitía a las naciones de ese

continente, mantener el circuito

comercial, donde ellos producían las manufacturas y adquirían las materias primas de naciones

menos desarrolladas.

Este cambio suscitó que Los Estados Unidos lograran acumular una gran reserva y fortalecer su

moneda, el dólar, convirtiéndose en la divisa primordial en el comercio internacional. Así, el país

norteamericano se vio enriquecido y próspero, mientras Europa se veía frente a una pobreza

creciente.2 Tenemos pues, un país próspero en un momento en que diversas naciones se

enfrentan a la pobreza, pero eso no debe hacernos creer que dentro de Estados Unidos, no existía

la escasez en sus grupos marginados. De hecho, el gobierno en este momento, se convierte en un

gran represor de los movimientos sindicales.

Para Lettieri, diversos fueron los motivos que originaron esa prosperidad, resaltando aquellos

creados por las funciones empresariales que dieron vida a corporaciones inmensas, apoyadas por

un gobierno republicano con una política impositiva regresiva, la cual facilitaba la disponibilidad de

capital de las empresas, al no tener una presión fiscal y así poder destinar su dinero a inversiones

productivas y especulativas.3

Al exponernos el panorama imperante en esta década o “años locos” como nos recuerda el autor

que se le nombraba a esos tiempos desenfrenados, de optimismo y desahogo económico; no hace

sino acercarnos al sentir de la gente de esa época y así dirigir nuestra mirada a las posibles

explicaciones de la eminente caída en la crisis derivada del crac de octubre de 1929. Para explicar

este proceso, Lettieri recurre a diversos economistas en los cuales basa sus conjeturas. Los dos

principales son el británico Dudley Baines y el norteamericano -canadiense específicamente, pero

1 Para la biografía y algunos datos del autor, ver: Wikipedia, “Alberto Lettieri” en [ http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Lettieri, 25 de agosto de 2012] y para conocer someramente la mentalidad de este historiador, vale la pena revisar algunos artículos escritos por él, como ejemplo : Alberto Lettieri, “La guerra de las representaciones” en: Esto que pasa. Diario digital, [http://www.estoquepasa.com.ar/desarro_noti.php?cod=2427, 25 de agosto de 2012] 2 Alberto Lettieri . “Entre los años dorados y la Gran Depresión. Los Estados Unidos en las décadas de 1920 y 1930”, en Alberto Lettieri,

Annette Pfeiffer y otros, Los tiempos modernos. Del capitalismo a la globalización siglo XVII al XXI. Argentina, Ediciones del Signo, 2000. p. 197. 3 Ibid., p. 199.

3

que desarrolló su trabajo en Los Estados unidos- Jonh Kenneth Galbraith.4 Al hablarnos de la

situación positiva enfrentada por la nación norteamericana, menciona diversos aspectos del

mercado que influyeron en la prosperidad económica, como el impresionante desarrollo industrial

basado en la producción de bienes durables; así como el perfeccionamiento de las formas de

organización científica del trabajo, el cual permitía producir grandes cantidades de unidades en

tiempos decrecientes, con lo que se conseguía la disminución de costos y el aumento de

beneficios. Como ejemplo de la eficiencia de dicha organización, podemos mencionar la

producción de automóviles Ford, donde utilizando la eficacia del taylorismo con la cadena de

montaje se creó una industria que revolucionó la manera de producir una gran cantidad de

unidades en poco tiempo, lo que lograba bajar los precios de las mismas.

Esta prosperidad en la industria automotriz, jaló a su vez al sector de la construcción, pues se

necesitaron carreteras y con ello, se crearon nuevas zonas suburbanas que a su vez requirieron el

impulso de la construcción inmobiliaria, bajando los precios de los materiales y motivando a la

creación de grandes edificios como los rascacielos. Sin embargo, este crecimiento en el paisaje

arquitectónico coadyuvó al aumento de la inversión, a la venta a plazos y a la especulación

inmobiliaria.5

Todo parecía ir muy bien según lo indicaba la teoría económica clásica.6 No se veían nubes en el

horizonte, lo cual llevó a que gran parte de las utilidades se deslizara hacia la especulación en el

mercado de valores. Asimismo, aparecieron gran cantidad de trusts de inversión y muchos de ellos

sin respaldo real. De esta manera, según Lettieri, llegaron los norteamericanos al verano de 1929,

cuando aparecieron signos alarmantes de que el fin de la expansión económica verdadera había

iniciado. Tres fueron las señales que dieron la alerta, la baja producción agrícola, la desaceleración

del ritmo de la construcción y la caída general de la producción industrial. Y con esta situación,

sumando la aparición de rumores, llegamos al mes de octubre de ese año. El mercado de valores,

llevado con total negligencia, entró en pánico ante la sospecha de una fuga masiva de capital

extranjero, cayendo la cotización de las acciones ese 24 de octubre. Los inversionistas trataron de

deshacerse de sus títulos provocando que bajara completamente el valor de los mismos. Nada

pudo parar la caída del valor de las acciones, arrastrando a miles de empresas y bancos.7

Para explicar el porqué de esta situación, Lettieri menciona dos teorías basadas en los

economistas anteriormente mencionados, Baines y Galbraith. Para Baines, la causa fue la

“sobreinversión”, es decir, durante el periodo de prosperidad en la década de los 20’s, existió un

incremento descomunal de la productividad, rebasando las posibilidades de expansión del

mercado estadounidense, que a pesar de todo, seguía creciendo.

4 Para información de estos economistas: Dudley Baines en: “Research and expertise” The LondonSchool of economics and political science, [http://www2.lse.ac.uk/researchAndExpertise/Experts/d.e.baines@lse.ac.uk, 26 de agosoto de 2012] y para Galbraith: Richard Parker, John Kenneth Galbraith: His Life, His Politics, His Economics, en [http://www.johnkennethgalbraith.com/topnav/header2_01.gif, 26 de agosto de 2012]. 5 Op. Cit., Lettieri, pp. 199-204. 6 Según mi observación al leer otros textos de Lettieri y artículos sobre este historiador, pude notar que es contrario a las ideas de la teoría económica clásica, vamos, que él no es un liberal y se encuentra apoyando y aconsejando al nuevo gobierno argentino para que tome medidas anti-neoliberales. 7 Op. Cit., Lettieri, pp. 207-210.

4

A esta tesis, contrapone la de Galbraith, más apegado a la idea del “subconsumo”, donde pone

mayor énfasis a la cuestión de la inversión como componente decisivo del gasto y no el consumo

privado. La producción de bienes durables o de consumo es, en este caso, superior a su demanda.

Si seguía esta situación, los excedentes de producción se van acumulando hasta llegar a ser

insostenibles para las empresas. Así, para los teóricos del “subconsumo” o podríamos verlo como

“superproducción”, la capacidad productiva aumenta, mientras que el poder de compra o

capacidad adquisitiva de la gente disminuye.

Sin embargo, parece ser que, nuestro historiador, se decanta más por la primer teoría, la de la

“sobreinversión”, al decirnos que es difícil que el mercado de bienes durables se pudiera saturar

sencillamente y que además, para esa época, el consumo privado no refleja haber disminuido.

Pero eso sí, al acumular un stock elevado, las empresas frenaron drásticamente la inversión en

bienes de capital, produciéndose entonces, el dramático paro económico.8

Ante semejante crisis y la duración que presentaba, los gobiernos abandonaron, por fin, el dogma

clásico económico y de esta forma, sorteando el camino y ensayando, el Estado asumió, poco a

poco, la función de motor de la economía. Intentó reactivar la economía y disminuir el desempleo

y el hambre. Es aquí donde Lettieri nos habla de la teoría de John Maynard Keynes, que aún

cuando no fue utilizada en ese periodo, estuvo en boga durante las generaciones siguientes. Para

Keynes, el déficit fiscal era un instrumento vital para el financiamiento de la recuperación

económica. Así, el gasto público deficitario, la redistribución del ingreso y las facilidades

monetarias juntas, ayudarían a controlar el ciclo económico de manera eficiente.

Es sobre todo con la llegada de Franklin D. Roosevelt a la presidencia de los Estados Unidos y a sus

planes New deal, que el Estado comienza a tomar sobre sí la responsabilidad de arreglar la

situación crítica.9

No obstante, para Alberto Lettieri, no fueron estos pactos los que mejoraron la situación como

siempre se ha planteado. El primer New Deal, fue en muchas ocasiones rechazado por la sociedad

y por el Tribunal Supremo de Justicia, refugio de la oposición conservadora. Al tratar de

implementar la Ley de Recuperación Nacional se vio interpelado por las grandes corporaciones

que a fin de cuentas, eran una fuerza política en sí mismas y por otro lado, por los comerciantes y

productores minoristas e independientes que exigían acciones anti trust. Asimismo, el Estado trató

de implementar medidas que limitaran la especulación y que hicieron a la banca y a la bolsa de

valores permanecer bajo un mayor control del Estado.

Y al igual que las medidas anteriores, las acciones que tomaron para disminuir el desempleo no

funcionaron en la medida que se esperaba, pues lo único que se logró, fue redistribuir el poder

adquisitivo entre los trabajadores y no aumentarlo, al utilizar los impuestos al salario para pagar a

los parados.10

8 Ibid., pp. 210-214. 9 Ibid., pp. 214-215. 10 Ibid., pp. 216-218.

5

Con respecto al segundo New Deal, las leyes anti trust que propugnaban, quedaron en el vacío al

llegar la Segunda Guerra Mundial

Así pues, fue la guerra la que impulsó a la economía, no los pactos como en general se plantea.

Aunque es importante recordar que, estos tratos lograron que el estado regulara las relaciones

laborales, protegiera al trabajador brindándole seguridad social y un salario mínimo. Y aunque

intentó cuidar la actividad sindical, el ingreso a la guerra creó un ambiente de hostilidad que limitó

las exigencias del movimiento obrero. Con la intervención bélica, regresó el predominio

conservador al Congreso, así como un creciente odio hacia las medidas más drásticas del New

Deal, por considerarlas demasiado invasivas, dentro de un marco de temor a los Estados

totalitarios. Lo anterior, promovió un detrimento en las acciones estatales de planificación

económica centralizada.

La guerra trajo consigo un progresivo restablecimiento de la economía y del empleo. Creó una

nueva confianza en los beneficios del capitalismo, aunque el miedo a un desplome económico en

tiempos de paz, ensombrecía ese ánimo optimista. Por ello, fue necesario implementar las

doctrinas de Keynes, dirigidas a aumentar el consumo a través de la intervención indirecta del

Estado, para garantizar el crecimiento sostenido. Así pues, herencia del New Deal, fue la

aceptación de la intervención indirecta y anti-cíclica del Estado, para incentivar el consumo masivo

y así beneficiar a toda la economía. De esta manera, se convirtió en un mal necesario en los

siguientes años de la posguerra.11

Sin embargo, a partir de finales de la década de 1970, las ideas neoliberales resurgieron y

gobernantes como Margaret Tatcher y Ronald Reagan pusieron en práctica estas teorías, donde se

propone que se deje en manos de los particulares o empresas privadas el mayor número de

actividades posible. Igualmente propone una limitación del papel del Estado en la economía y la

privatización de empresas públicas. Respecto al derecho laboral, mercantil y las regulaciones

económicas generales el neoliberalismo propugna una flexibilidad laboral, la eliminación de

restricciones y regulaciones a la actividad económica, la apertura de fronteras para mercancías,

capitales y flujos financieros. Estas implementaciones fueron, además, introducidas a los demás

países a través de los organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial y la OMC, los que

en ocasiones ejercen presión política y extorsión.

Lettieri parece ser un anti-neoliberal y como mencioné anteriormente, forma parte del grupo de

consejeros de Cristina Fernández de Kirchner. En los actos de esta presidente, podemos ver una

actitud pro-nacionalista, como la expropiación del 51% de las acciones de Repsol YPF. Evento

totalmente criticado por el Presidente Calderón.

No obstante, con todo y sus críticas a la postura de la presidente de Argentina, el crecimiento en

nuestro país enfrenta problemas de tipo estructural que se han venido gestando y complicando

desde hace muchos años. Estos problemas son verdaderos límites al crecimiento económico que si

11 Ibid., pp. 220-222.

6

no son enfrentados y atacados con políticas y estrategias económicas de largo plazo, donde

participe el Estado, la empresa privada y la sociedad en su conjunto, no podrán ser resueltos.12

Históricamente, los cambios en la estructura económica en México y en otros países han

respondido a diferentes visiones sobre el papel que tiene el Estado en la economía. Hay

momentos históricos clave, como las crisis económicas, las recesiones, las depresiones o incluso

periodos bélicos que influencian el consenso económico y la visión que se tiene del Estado y su

función en la economía.

El modelo de Estado intervencionista aparece a raíz de la crisis mundial del 29 y se consolida en la

posguerra, en un periodo en el cual los ciudadanos buscan cierta seguridad mínima y el gobierno

tiene que proveer empleo, salud y educación, entre otros. Este modelo se convierte en lo que

conocemos como el “Estado de bienestar” y mantuvo su popularidad hasta la década de los

ochenta, cuando los cambios en los gobiernos de varios países produjeron una mudanza de

opinión favorable hacia las fuerzas de mercado y un adelgazamiento del Estado. Hoy día, después

de un largo periodo de supremacía de este modelo económico y a raíz de la grave crisis económica

que afecta al mundo entero, hay una fuerte posibilidad de que los gobiernos recuperen el modelo

de Estado promotor del desarrollo económico, así como de productor de un sinnúmero de bienes

y servicios a fin de crear empleos y mantenerse alejados de una depresión económica de mayor

intensidad. En ese contexto, habrá que esperar para evaluar el efecto de este cambio de

percepción en el tamaño, la estructura y las funciones de la administración pública en México. El

papel que adopte el Estado en este nuevo contexto económico habrá de definir el futuro de la

economía nacional.13

Bibliografía

Comín, Francisco, Historia de la hacienda pública, Madrid, Crítica, 1996, 253pp.

Lettieri, Alberto, “Entre los años dorados y la Gran Depresión. Los Estados Unidos en las décadas

de 1920 y 1930”, en Alberto Lettieri, Annette Pfeiffer y otros, Los tiempos modernos. Del

capitalismo a la globalización siglo XVII al XXI. Argentina, Ediciones del Signo, 2000. pp. 197- 222.

Lettieri, Alberto, “La guerra de las representaciones” en: Esto que pasa. Diario digital,

[http://www.estoquepasa.com.ar/desarro_noti.php?cod=2427, 25 de agosto de 2012]

North, Douglass C., “Desempeño económico en el transcurso de los años”, en: Economía: Teoría y

práctica, Número 9, 1998, [http--www.izt.uam.mx-economiatyp-numeros-numeros-09-

articulos_PDF-9_8_Desempeno.pdf, 28 de junio de 2012]

12

Douglass C. North, “Desempeño económico en el transcurso de los años”, en: Economía: Teoría y práctica, Número 9, 1998, [http--

www.izt.uam.mx-economiatyp-numeros-numeros-09-articulos_PDF-9_8_Desempeno.pdf, 28 de agosto de 2012] 13 Francisco Comín, Historia de la hacienda pública, Madrid, Crítica, 1996, p. 81.

7

“Research and expertise” The LondonSchool of economics and political science, [http://www2.lse.ac.uk/researchAndExpertise/Experts/d.e.baines@lse.ac.uk, 26 de agosoto de 2012] Richard Parker, John Kenneth Galbraith: His Life, His Politics, His Economics, en [http://www.johnkennethgalbraith.com/topnav/header2_01.gif, 26 de agosto de 2012].