View
4
Download
0
Category
Preview:
Citation preview
IX Jornadas Internacionales de debate interdisciplinario en Salud y Población
Estado nutricional y estado de salud en adultos mayores de la ciudad de Córdoba
Autores: -Acosta, Laura Déboralaudeac@hotmail.com-Peláez, Enriqueepelaez@hotmail.com
Institución:CIECS-CONICET-UNC.
ResumenIntroducción: Un estado nutricional saludable contribuye, a mejorar el estado funcional
y mental del individuo y por ende favorece el mejoramiento de su calidad de vida, algo
sumamente importante en estos tiempos en que se han aumentado claramente los
años de supervivencia. Diversos estudios epidemiológicos demuestran una relación
entre el estado nutricional y la morbi-mortalidad.
Objetivo: El presente trabajo tiene como propósito relacionar el estado nutricional y el
estado de salud de los adultos mayores de la ciudad de Córdoba, en el año 2011.
Metodología: Se utilizaron datos primarios provenientes de la investigación
“Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de
Córdoba”. Para la determinación del estado nutricional se utilizaron técnicas
medicionales (antropometría) para determinar el IMC, Circunferencia de Cintura (CC) e
Índice Cintura Cadera (ICC). Para la determinación del estado de salud se utilizaron
indicadores subjetivos (Autopercepción del Estado de Salud, Autoinforme de
Enfermedades Crónicas), obtenidos a través de encuesta.
Resultados y conclusiones: Se observó un alto porcentaje de malnutrición por exceso,
en especial en hombres. La mayor parte de la población percibió su salud como
“excelente”, “muy buena” y “buena”. Se observó relación entre el estado nutricional y la
percepción del estado de salud. Los resultados, aunque preliminares, resultan útiles
para establecer recomendaciones tendientes a mejorar los programas y políticas
públicas destinadas a la tercera edad en nuestro medio.
Introducción
El proceso de envejecimiento no se produce de la misma manera en todo el
mundo (Chackiel J, 1999); en Latinoamérica dicho fenómeno ocurre mucho más rápido
que en el mundo desarrollado. Mientras en Europa demoró entre 150 y 200 años, en
Latinoamérica el mismo proceso se desarrolló entre 40 y 60 años; y a diferencia de
Europa, Latinoamérica al envejecer es una sociedad empobrecida, con graves
desigualdades en la distribución del ingreso.
Por lo tanto, el aumento de la esperanza de vida en los países de
Latinoamérica, produjo que cada vez se viva más años, pero el interrogante es si la
calidad de vida de esos años ha ido en aumento, o por el contrario se vive más tiempo
pero en condiciones de discapacidad, abandono y pobreza (Peláez M y col; 2005)
Entre los múltiples factores que afectan la autonomía y la calidad de vida de los
ancianos, se encuentran los déficits o desviaciones en la alimentación, la nutrición y la
actividad física, unido a otros factores psico-afectivos y socioeconómicos (Martínez
Quero C, 2005).
Un estado nutricional saludable contribuye, a mejorar el estado funcional y
mental del individuo y por ende favorece el mejoramiento de su calidad de vida, algo
sumamente importante en estos tiempos en que se han aumentado claramente los
años de supervivencia (García de Lorenzo A y col, 2006).
Diversos estudios epidemiológicos (Landi F y col, 1999; Calle EE y col, 1999)
demuestran una relación entre el estado nutricional y la morbi-mortalidad.
La malnutrición por déficit en el adulto mayor se relaciona con la disminución
del estado funcional, de la función muscular, disfunción inmune, anemia, reducción de
la función cognitiva, pobre cicatrización de heridas, retraso en la recuperación de
cirugías, aumento de las tasas de re-hospitalización y mortalidad (Ahmed, T y col;
2010). Esta correlación se ha observado con distintos parámetros simples de
valoración del estado nutricional como el peso, la pérdida de peso y el índice de masa
corporal (IMC). Un IMC por debajo de 22 kg/m2 se ha asociado a una mayor tasa de
mortalidad y a un peor estado funcional en personas mayores que viven en la
comunidad (Landi F y col, 1999).
Por otra parte, la malnutrición por exceso también se relaciona con el riesgo de
morbi-mortalidad. La ganancia de peso es común con el incremento de la edad, y un
aumento de peso es aceptado e incluso recomendado en las personas de edad, ya
que la asociación de la mortalidad con la obesidad disminuye a medida que avanza la
edad (Mc Tigue, KM y col, 2006). Sin embargo este efecto protector se pierden con un
IMC > 30 kg/m2 (Solomon CG y col; 1997). Otros indicadores antropométricos como la
circunferencia de la cintura y el índice cintura-cadera poseen mayor sensibilidad que el
IMC para indicar la probabilidad de un mayor riesgo de morbi-mortalidad por
enfermedades crónicas no transmisibles en la población adulta mayor (Seidell JC,
2000). La obesidad en el adulto mayor contribuye al riesgo de enfermedad
cardiovascular, diabetes, algunos tipos de cáncer, dificulta la movilidad e incrementa el
riesgo de osteoartritis. La pérdida de peso se relaciona con un aumento de la
tolerancia a la glucosa, mejora el funcionamiento de la actividad física, reduce la
incidencia de diabetes, y mejora el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares
y la hipertensión (Mc Tigue KM y col, 2006).
En Europa, según el estudio SENECA, la prevalencia de malnutrición por déficit
es baja: 3,3% en hombres y 6,38% en mujeres; mientras que la prevalencia de
obesidad (IMC > 30 kg/m2 fue mayor: 23,4% en mujeres y 16,67% en hombres)
(Beltrán B, 2001). En EEUU la prevalencia de obesidad en 2000 varió de 42% en
mujeres de 60 a 69 años, hasta 9,6% en hombres de 80 años y más (Zamboni M y col;
2005), mientras que la prevalencia de desnutrición fue del 1,6% en el mismo período
(Friar C, 2010).
Debido a que el envejecimiento y la obesidad son dos condiciones que
representan una importante parte del gasto en salud, constituye por lo tanto un
problema financiero para los sistemas de salud en los países desarrollados (Zamboni
M y col).
En cuanto a las condiciones nutricionales de la población en Latinoamérica y
en nuestro país, los cambios en el estilo de vida y la urbanización han influido en el
proceso denominado “transición nutricional”, el cual acompaña el proceso de transición
epidemiológica y demográfica. La transición nutricional es un fenómeno caracterizado
por condiciones de deficiencia nutricional, típicas de sociedades en desarrollo;
acompañado por una alta prevalencia de malnutrición por exceso –y
consecuentemente un aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas no
transmisibles-, propias de sociedades modernas, que coexisten en comunidades de
bajos recursos (Kak G y col 2003).
Según la encuesta Salud Bienestar y Envejecimiento (SABE) en América
Latina y el Caribe (OPS/OMS; 2001), la proporción de individuos en edad mayor que
presentan obesidad varía entre el 35% en Montevideo al 20% en Sao Paulo, mientras
que la proporción de personas mayores con bajo peso varía del 15% en la ciudad de
México al 29% en Bridgetown. Entre las enfermedades crónicas más prevalentes en
las personas de edad se encuentran la hipertensión, cuyos valores se hallan por
encima del 43% en todos los países, afectando a más de la mitad de la población en
Sao Paulo y Santiago de Chile; la segunda patología crónica más frecuente es la
artritis.
En nuestro país, según datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo
2005, el 17,7% de los adultos mayores de 65 años y más presentaron obesidad (Elgart
J y col, 2010). En cuanto a la prevalencia de enfermedades crónicas, el 47,1% de la
población adulta mayor presentó hipertensión arterial, el 38% presenta colesterol
elevado y el 20,4% presentan glucemia elevada (Ministerio de Salud de la Nación,
2006).
Con la finalidad de contar con indicadores que evalúen las condiciones de
salud y nutrición de los adultos mayores en nuestro medio así como la influencia
recíproca entre ambas variables; el presente trabajo tiene como propósito relacionar el
estado nutricional y el estado de salud de los adultos mayores de la ciudad de
Córdoba, en el año 2011.
Materiales y métodos
Se utilizaron datos primarios provenientes de la investigación “Condiciones de
Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”. Se trata de
un estudio descriptivo y correlacional, cuyo Universo está compuesto por personas de
60 años y más, autoválidos y residentes en la ciudad de Córdoba, en el año 2011. La
muestra es no probabilística, intencional, y está constituida por adultos mayores
beneficiarios de comedores sociales de la provincia de Córdoba (n=350) y adultos
mayores afiliados a la obra social universitaria DASPU (n= 135).
Esta investigación se encuentra en etapa de recolección de datos, la presente
ponencia corresponde a la primera etapa, la cual incorpora a los adultos mayores
afiliados a la obra social DASPU (n=135). La muestra seleccionada en el presente
trabajo fue intencional, con la finalidad de contar con datos de un grupo poblacional
con un nivel socioeconómico medio-alto, caracterizado por poseer un alto porcentaje
de estudios superiores.
A los fines de cumplimentar con las normas éticas vigentes, se solicito a cada
encuestado la firma del consentimiento informado. No contar con el consentimiento del
adulto mayor, constituyó el único criterio de exclusión para participar en este estudio.
El proyecto incorpora numerosas variables relacionadas con la salud nutricional
y las condiciones de vida del Adulto Mayor. Para la consecución del objetivo de ésta
ponencia, las variables analizadas fueron el Estado Nutricional, y el Estado de Salud.
Para la determinación del Estado Nutricional se utilizaron técnicas medicionales
(antropometría) lo cual incluyó el Índice de Masa Corporal (IMC), Circunferencia de
Cintura (CC) e Índice Cintura Cadera (ICC).
El IMC se obtuvo a partir de la ecuación peso/talla2, planteando como valores
de “normalidad” un IMC de 24-27 kg/m2, “malnutrición por déficit” <24 kg/m2 y
“malnutrición por exceso” >27 kg/m2. El peso fue medido con Balanza Electrónica
“Tanita”, con precisión de 100 gramos; la talla fue estimada mediante la altura de la
rodilla, la cual es medida con antropómetro largo, con precisión en milímetros. Para la
estimación de la talla se aplica la ecuación de Chumlea (1985).
Las categorías de CC consideradas fueron “sin riesgo” ≤ 87,99 cm mujeres y ≤
101,99 cm hombres y “riesgo” ≥ 88,00 cm para las mujeres y ≥ 102,00 cm en hombres.
Para el ICC (obtenido del cociente entre la circunferencia de la cintura en relación a la
circunferencia de la cadera), se consideró “riesgo” cuando el mismo fue ≥ 1 para
hombres y ≥ 0,80 mujeres. Las circunferencias de cintura y cadera fueron medidas
con cinta de fibra de vidrio inextensible y flexible, con precisión en milímetros. Las
mediciones fueron realizadas por nutricionistas y estudiantes en nutrición entrenados
para tal fin. Todas las mediciones se tomaron por triplicado y luego se determinó el
promedio de las mismas.
Para la determinación del Estado de Salud se utilizaron indicadores subjetivos,
obtenidos a través técnicas observacionales por encuesta.
Los indicadores de salud subjetivos considerados fueron la Percepción del
Estado de Salud -la cual incluye las categorías: “excelente”, “muy bueno”, “bueno”,
“regular” y “malo”- Otro indicador utilizado fue la Comparación de la Salud actual con
otras personas de su edad -categorizada en “igual”, “mejor” o “peor”-. Por último se
utilizó el autoinforme de presencia de las siguientes condiciones crónicas: Hipertensión
Arterial, Diabetes, Tumores Malignos, Infarto, Accidente Cerebro Vascular,
Enfermedad Respiratoria Crónica, Artritis, Artrosis o Reumatismo. Los cuestionarios
fueron administrados por encuestadores entrenados.
Análisis estadístico
La información fue procesada con el paquete estadístico SPSS versión 11.5
para Windows e Infostat. Se determinaron frecuencias absolutas y relativas
expresadas en porcentajes; medias y DE, según la naturaleza de la variable analizada.
Para la corroboración de hipótesis se utilizó Test de X2 y ANOVA, aceptándose un
nivel de significación < 0,05 para rechazo de hipótesis nula.
Resultados
El 62% de los encuestados correspondieron al sexo femenino. La media de
edad fue de 70,4 años DE±7,8. El 44% de la población encuestada posee estudios de
nivel superior.
En cuanto a la distribución del estado nutricional, los indicadores pudieron ser
obtenidos para 124 casos (92% de la población total). En la tabla 1 y 2 se indican los
valores mínimos y máximos, así como las medias y DE de cada indicador
antropométrico, según sexo.
Tabla 1: Valores mínimos y máximos, medias y DE de indicadores antropométricos: talla, peso, circunferencia de cintura, circunferencia de cadera, índice cintura cadera e índice de masa corporal. Adultos mayores de 60 años y más, sexo masculino; obra social DASPU.
Mínimo Máximo Media DE
Talla estimada (cm) 149.70 183.00 169.79 5.94
Peso (kg) 58.40 108.70 81.66 11.18
Circunferencia cintura (cm) 76.00 122.50 99.67 10.06
Circunferencia cadera (cm) 96.00 120.00 105.33 6.02
Índice de Masa Corporal 21.16 42.39 28.37 4.09
Índice Cintura-Cadera 0.77 1.07 0.94 0.06Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos
Mayores de la ciudad de Córdoba”
Tabla 2: Valores mínimos y máximos, medias y DE de indicadores antropométricos: talla, peso, circunferencia de cintura, circunferencia de cadera, índice cintura cadera e índice de masa corporal. Adultos mayores de 60 años y más; sexo femenino; obra social DASPU.
Mínimo Máximo Media DE
Talla estimada (cm) 142.00 176.00 158.15 5.15
Peso (kg) 43.10 95.50 66.94 11.17
Circunferencia cintura (cm) 66.00 114.00 89.40 10.40
Circunferencia cadera (cm) 89.00 128.00 104.22 9.02
Índice de Masa Corporal 18.01 38.04 26.78 4.28
Índice Cintura-Cadera 0.68 1.03 0.85 0.07Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos
Mayores de la ciudad de Córdoba”
Al comparar los valores antropométricos de IMC, CC e ICC según sexo, se
observó que la media de IMC para mujeres fue de 26,78 mientras que para hombres
de 28,37 (p<0,05), la media de CC para mujeres fue de 89,4 mientras que para
hombres fue de 99,67 (p<0,001) y la media de ICC para mujeres fue de 0,85 y de 0,94
para hombres (p<0,001).
Al analizar el IMC según las categorías de “déficit”, “normalidad” y “exceso”,
según sexo; se observa que los hombres presentaron mayor porcentaje de
malnutrición por exceso y de normalidad, mientras que en las mujeres se observó
mayor porcentaje de déficit (Figura 1. Diferencias no significativas).
Figura 1: Estado nutricional según sexo. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 124).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
En relación a la CC, se observó un mayor porcentaje de “riesgo” para el sexo
femenino (Figura 2. Diferencias no significativas).
En cuanto al ICC en relación al sexo (Figura 3), se observó que los hombres
presentaron menor riesgo en relación a este indicador que las mujeres (p<0,001)
Figura 2: Circunferencia de cintura, según sexo. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 124).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
Figura 3: Índice Cintura/Cadera, según sexo. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 127).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
En relación al estado de salud, la mayor parte de la población indicó que su
salud era muy buena, excelente o buena. Al comparar su salud con las de otras
personas de su edad un mayor porcentaje indicó que era mejor. Las patologías más
prevalentes fueron la artritis/artrosis/reumatismo, seguido de la hipertensión arterial
(Tabla 4)
Tabla 4: Resumen de estado de salud según indicadores subjetivos. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 135).
Indicador Categorías n %
Percepción del estado de salud Excelente 9 6,7Muy buena 29 21,5Buena 58 43,0Regular 33 24,4Mala 4 3,0s/d 2 1,5
Comparación de su salud con la de otras personas de su edad
Mejor 91 67,4Igual 31 23,0Peor 9 6,7No Sabe 1 0,7s/d 3 2,2
DIABETES Si 19 14,1No 114 84,4s/d 2 1,5
HIPERTENSION Si 67 49,6No 66 48,9s/d 2 1,5
ENFERMEDADES DEL CORAZÓN Si 31 23,3No 101 74,8No Sabe 1 0,7s/d 2 1,5
ACCIDENTE CEREBRO VASCULAR Si 5 3,7No 128 94,8s/d 2 1,5
TUMOR MALIGNO Si 10 7,4No 121 89,6No Sabe 2 1,5s/d 2 1,5
PROBLEMAS RESPIRATORIOS CRÓNICOS
Si 24 17,8No 109 80,7s/d 2 1,5
ARTRITIS/ARTROSIS/REUMATISMO Si 71 52,6NoNo Sabe
611
44,90,7
s/d 2 1,4
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
En otras enfermedades padecidas auto-informadas por los adultos mayores, se destacan el hipotiroidismo, enfermedades gastrointestinales y la hipercolesterolemia.
Figura 4: Percepción del estado de salud, según sexo. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 124).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
Al comparar el estado de salud según sexo, se observó que si bien la mayor
proporción de la población de ambos sexos catalogaron su salud entre buena, muy
buena y excelente, las mujeres presentaron mayor porcentaje de percepción de su
salud como regular (Figura 4, diferencias no significativas). De la misma forma si bien
la mayor parte de la población de ambos sexos consideraron su salud mejor que la de
otras personas de su edad, las mujeres presentaron menor porcentaje en relación a
los hombres y mayor porcentaje de “igual” (Figura 5, diferencias no significativas).
Figura 5: Comparación del estado de salud con otras personas de su edad, según sexo. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 124).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
En relación a las patologías auto-informadas, las mujeres presentaron mayor
prevalencia de artritis/artrosis/reumatismo (p<0,01).
Figura 6: Autoinforme de enfermedades crónicas, según sexo. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 124).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
Relación entre estado de salud y estado nutricional
Se re-categorizó la variable percepción del estado de salud en tres categorías:
Excelente-Muy buena; Buena; y Regular-Mala. Al relacionar esta variable con el
estado nutricional según IMC se observó que quienes presentaban IMC normal
presentaron mayor porcentaje de percepción del estado de salud excelente-muy
bueno (Tabla 3. p=0,02), mientras que quienes presentaron malnutrición por exceso
presentaron un mayor porcentaje de percepción del estado de salud “buena” (p=0,03).
Por otra parte, quienes presentaron déficit presentaron mayor porcentaje de
percepción de salud como regular-mala (Diferencias no significativas. Tabla 3).
Tabla 3: Relación entre estado nutricional según categoría de IMC y percepción de estado de salud. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 122). Percepción del estado de salud re-categorizado
Estado Nutricional según IMC
Déficit Normal Exceso
Recuento
% del N de la
columnaRecuent
o
% del N de la
columnaRecuent
o
% del N de la
columnaExcelente-Muy buena 8 32,0% 15 41,7% 10 15,9%
Buena 8 32,0% 14 38,9% 35 55,6% Regular-Mala 9 36,0% 7 19,4% 18 28,6%Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos
Mayores de la ciudad de Córdoba”
En cuanto al autoinforme de enfermedades crónicas y su relación con el estado
nutricional, se observaron diferencias significativas entre la CC y la presencia de
hipertensión, presentando quienes no poseen hipertensión arterial una media de CC
de 90,6 cm frente a una media de 95,2 cm para quienes si poseen hipertensión (Figura
7. p<0,05).
Figura 7: Valores medios de Circunferencia de Cintura (cm), según autoinforme de Hipertensión. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 124).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
Figura 8: Estado Nutricional según autoinforme de Diabetes. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 124).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
Además se observó relación entre el autoinforme de diabetes y el estado
nutricional (p=0,01 Figura 8) y así como con la CC (p=0,04 Figura 9).
Figura 9: Categorías de riesgo según circunferencia de cintura y su asociación con el autoinforme de Diabetes. Adultos mayores de 60 años y más, obra social DASPU (n= 124).
Fuente: Elaboración propia en base al proyecto: “Condiciones de Vida y Salud Nutricional en los Adultos Mayores de la ciudad de Córdoba”
Discusión y conclusionesEn relación al estado nutricional, conforme con otros estudios, la mayor parte
de la población presentó malnutrición por exceso, según IMC. Sin embargo, en cuanto
a la prevalencia de la malnutrición según sexo, se observó que los datos del presente
trabajo son diferentes a los reportados por otros estudios, tanto en países
desarrollados como en Latinoamérica (Beltrán B, 2001; Zamboni M y col; 2005;
OPS/OMS; 2001) ya que se observó que las mujeres presentaron menor malnutrición
por exceso que los hombres. Estos hallazgos podrían deberse a las características
particulares de la muestra de este estudio. Sin embargo, si se observó una mayor
prevalencia de riesgo en relación al ICC y CC en mujeres.
En cuanto a la percepción del estado de salud, se observó que al igual que en
la encuesta SABE (OPS/OMS; 2001), las mujeres se encontraron más disconformes
con su salud. Se destaca que la mayor parte de la población tuvo una visión positiva
en relación a su autopercepción de salud, indicando la misma como excelente, muy
buena y buena. Así mismo, al igual que en la encuesta SABE las enfermedades más
prevalentes fueron la hipertensión arterial, seguido de la artritis/artrosis/reumatismo.
Aunque se trata de enfermedades crónicas autoinformadas, algunos estudios
han mostrado que la morbilidad que perciben coincide en dos terceras partes con la
diagnosticada por los profesionales de la salud (Seculi E, 2001).
Conforme a lo reportado por otros estudios (Mc Tigue, KM y col, 2006;
Solomon CG y col; 1997), en los adultos mayores estudiados, la malnutrición por
exceso estuvo relacionada con la presencia de hipertensión arterial y diabetes.
Como principal aporte del presente trabajo, se destaca la importancia del
estado nutricional en la percepción subjetiva del estado de salud. Esta relación puede
ser explicada en base a que la presencia de enfermedades crónicas repercute en la
auto-percepción del estado de salud, como ha sido estudiada en diversas
investigaciones (Lima-Costa MF, 2004; Gallegos-Carrilo, 2006). Por lo tanto, el estado
nutricional al estar asociado con la presencia de enfermedades crónicas, se relaciona
a su vez con la percepción del estado de salud.
La principal limitación de este estudio, es que se trata de resultados
preliminares. Se espera que al finalizar el estudio se enriquezca el análisis de la
relación estudiada.
Los resultados, aunque preliminares, resultan útiles para establecer
recomendaciones tendientes a mejorar los programas y políticas públicas destinadas a
la tercera edad en nuestro medio.
Bibliografía
AHMED T, HABOUBI N (2010). Assessment and management of nutrition in older
people and its importance to health. Clinical Interventions in Aging; 9 (5): 207-216.
CALLE EE, THUM MJ, PETRELLI JM, RODRIGUEZ C, HEATH CW (1999). Body-
mass index and mortality in a prospective cohort of U.S. adults. New Engl J Med; 341:
1097-1105.
CHACKIEL, J. (1999) “Hacia una relación de Dependencia favorable”. Encuentro
Latinoamericano y Caribeño sobre las personas de Edad. Cepal. Santiago de Chile.
CHUMLEA WC, ROCHE AF, STEINBAUGH ML. Estimating stature from knee height
for persons 60 to 90 years of age. J Am Geriatr Soc. 1985;33:116-120.
FRIAR C, OGDEN C.(2010). Prevalence of underweigth among adults aged 20 years
and over: United States 2007-2008 Disponible en:
http://www.cdc.gov/NCHS/data/hestat/underweight_adult_07_08/
underweight_adult_07_08.pdf Accedido: 02/2011.
ELGART J, PFIRTER G, GONZALEZ L, CAPORALE J, CORMILLOT A, CHIAPPE ML,
GAGLIARDINO J. (2010) Obesidad en Argentina: Epidemiología, morbimortalidad e
impacto económico. Rev Arg Salud Pública; 1 (5): 6-12.
ELIA M (2001). Obesity in the elderly. Obes Res 9:244S-248S.
GALLEGOS-CARRILLO y col. (2006). Autopercepción del estado de salud: una
aproximación a los ancianos en México. Rev. Saúde Pública 40(5):792-801
GARCÍA DE LORENZO, A; RUIPÉREZ CANTERA, I. (2006). Valoración nutricional en
el anciano. Documento de consenso. SENPE, SEGG. ISBN: 978-84-95364-55-5
KAK G; VELÁSQUEZ MELENDEZ G. (2003) A transição nutricional e a epidemiologia
da obesidade na América Latina. Cad Saúde Publica; 19 (Sup1): 54-55.
LANDI F, ZUCCALA G, INCALZI RA, MANIGRASSO L, PAGANO F, CARBONIN P,
BERNABEI R. (1999). Body mass index and mortality among older people living in the
community. JAGS; 47: 1079-1076.
LIMA-COSTA MF, FIRMO JO, UCHOA E. (2004). The structure of self-rated health
among older adults: the Bambui health and ageing study (BHAS). Rev Saúde
Pública. ;38:827-34.
MARTÍNEZ QUERO, C y col (2005) La fragilidad: un reto a la atención geriátrica en la
APS. Rev. Cubana Med. Gen. Int.; 21 (1-2).
MC TIGUE KM; HESS R, ZIOURAS J (2006). Obesity in older adults: A systematic
review of the evidence for diagnosis and treatment. Obesity 14 (9): 1485-1497.
MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN (2006). Encuesta Nacional de Factores de
Riesgo. Documento de resultados. Disponible en:
http://www.msal.gov.ar/htm/Site/enfr/resultados.asp Accedido: 31/03/11.
OPS/OMS (2001). Encuesta Multicéntrica Salud, bienestar y envejecimiento (SABE)
en América Latina y el Caribe. Informe preliminar. Washington DC.
PELAEZ M; PALLONI, A Y FERRER, M (1999). “Perspectivas para un envejecimiento
saludable en América Latina y el Caribe”. Encuentro Latinoamericano y Caribeño
sobre las personas de Edad. Cepal. Santiago de Chile.
SEIDELL JC, VISSCHER TL. (2000). Body weigth and weigth change and their
implications for the elderly. Eur J Clin Nutr; 54 (Supl 3): 33-39.
SECULI E, FUSTE J, BRUGULAT P, JUNCA S, RUE M, GUILLEN M. (2001).
Percepción del estado de salud en varones y mujeres en las últimas etapas de la vida.
Gac Sanit.;15: 217-23.
SOLOMON CG, MANSON JE (1997). Obesity and mortality: A review of the
epidemiologic data. Am J Clin Nutr 66(suppl):1044S-1050S.
ZAMBONI M, MAZZALI G, ZOICO E, HARRIS TB, MEIGS JB, DI FRANCESO B Y
COL (2005). Health consequences of obesity in the elderly: a review of four unresolved
questions. International Journal of Obesity; 29: 1011-1029.
Recommended