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“ESTILOS DE AFRONTAMIENTO Y SOBRECARGA EN CUIDADORES
PRIMARIOS DE PACIENTES EN HEMODIÁLISIS”
TESIS
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA
Presentan
Ruth María Quintero Beltrán
Ana Lucia Valdez Rodríguez
CD. Obregón, Sonora; Octubre, 2013
ii
AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIAS
A Dios, por permitirnos llegar hasta este momento tan especial en nuestra vida.
Por darnos la fortaleza de superar los momentos difíciles y la oportunidad de
festejar los triunfos que nos han enseñado a valorar la vida cada día más.
Al Instituto Tecnológico de Sonora, por brindarnos la oportunidad de crecer y
formarnos como profesionistas de la salud.
A nuestra asesora la Dra. Raquel García Flores, quien con su apoyo y calidad
humana, nos alentó y orientó en los momentos difíciles, tanto en lo profesional
como en el plano personal. Por recibirnos siempre con una sonrisa a pesar de sus
múltiples compromisos.
A la psicóloga encargada del Hospital la Lic. María trinidad Contreras Apodaca,
por habernos brindado su apoyo, ayuda y orientación para realizar la investigación,
por confiarnos a sus pacientes y por los convivios compartidos.
A nuestros revisores, la Dra. María Teresa Fernández Nistal y la Dra. Guadalupe
de la Paz Ross Arguelles, por su disposición a ayudarnos y su apoyo. Por
centrarnos en una visión científica.
A los cuidadores primarios, por su disposición e interés, ya que sin ellos no
hubiera sido posible la realización de la presente investigación.
A todos nuestros profesores de la licenciatura de psicología, por habernos
enseñado tanto de la profesión como de la vida, impulsándonos siempre a seguir
adelante.
A mis padres Alma y José Antonio, a
quienes dedico este trabajo, por
apoyarme en todo momento, por los
A mis papis Jorge y María de los
Ángeles, a quienes amo profundamente,
les dedico esta tesis por haber brindado
iii
valores que me han inculcado y por
haberme dado la oportunidad de tener
una excelente educación en el
transcurso de mi vida. Sobre todo por
ser un excelente ejemplo de vida. Los
amo.
A mis hermanos José y Gabriel, por ser
una parte importante en mi vida y
apoyarme en todo. Gracias por su
paciencia y confiar en mí. Los amo y
agradezco los momentos compartidos.
A mis tías y tíos, que me han acogido y
velaron por mi durante este arduo
camino para convertirme en
profesionista. Gracias por creer en mí.
A mi mejor amigo y novio, mil gracias
por acompañarme en este proceso, y
sobre todo por tu paciencia, fortaleza,
comprensión y por tu amor.
A mi amigo incondicional Diego, por
su compañía, comprensión, apoyo y por
todas las emociones, anécdotas y
su comprensión y apoyo incondicional
durante toda mi carrera, por sus
consejos que me orientaron a tomar las
mejores decisiones y por creer en mí.
A mis hermanas Mónica y María de los
Ángeles, por su amor incondicional que
me ha enseñado a salir adelante. Por
preocuparse por mí, pero sobre todo,
gracias por estar conmigo en otro
momento tan importante en mi vida. Las
amo morritas.
A mi mejor amigo, compañero de
viaje y novio Oscar Castellanos, por tu
amor, cariño, paciencia y apoyo
incondicional. Por prestarte a ser mi
conejillo de indias durante la carrera.
Gracias por todos los momentos buenos
y malos que hemos pasado juntos. Te
amo mi pedazo.
A mis mejores amigas y colegas
Rocío, Ivonne, Alejandra, Daniela,
Cecilia y Lupita, por enseñarme que la
amistad no está peleada con la
profesión. Gracias por todas locuras
iv
aprendizaje compartidos.
A mi compañera de tesis, por su
locura, apoyo incondicional. Por todos
los pensamientos y emociones
compartidas, porque más que mi amiga
te convertiste en mi hermana. Te quiero
mucho.
Ruth Maria Quintero Beltran
vividas. Las amo y gracias por todo su
apoyo. Éxito siempre.
A mi amiga y compañera de tesis, por
su paciencia, esfuerzo y dedicación en
este trabajo. Gracias por tu apoyo
profesional y personal. Te admiro, eres
una hermana para mí. Te quiero mucho.
Ana Lucia Valdez Rodriguez
v
Ser cuidador (a) va más allá de tener una tarea o responsabilidad, genera una
forma de vida y relación diferente consigo mismo, con la persona cuidada y con el
mundo...constituye un avance de la línea de investigación de cuidado crónico que
permite la integración de la docencia y la asistencia en pro del desarrollo
institucional y del recurso humano responsable por esta atención.
Anónimo
vi
INDICE
AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIAS ............................................................... ii
INDICE .................................................................................................................... vi
RESUMEN……………………………………………………………………………………….viii
CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN ................................................................................ 1
1.1 Antecedentes ..................................................................................................... 2
1.2 Planteamiento del problema .............................................................................. 8
1.3 Justificación ..................................................................................................... 10
1.4 Objetivo general ............................................................................................... 12
1.5 Hipótesis .......................................................................................................... 12
CAPITULO II MARCO TEORICO .......................................................................... 13
2.1 Enfermedad renal ............................................................................................ 14
2.2 La Insuficiencia renal crónica ........................................................................... 14
2.3 Diálisis ............................................................................................................. 15
2.4 Hemodiálisis .................................................................................................... 16
2.5 Cuidadores de personas dependientes ........................................................... 17
2.5.1 Cuidadores primarios ................................................................................... 18
2.6 Principales patologías en cuidadores primarios ............................................... 18
2.6.2 Ansiedad ...................................................................................................... 19
2.6.3 Estrés ........................................................................................................... 19
2.7 Sobrecarga ...................................................................................................... 20
2.8 Afrontamiento .................................................................................................. 21
2.9 Estrategias de afrontamiento ........................................................................... 23
2.9.1 Análisis lógico ............................................................................................... 23
2.9.2 Resolución de problemas ............................................................................. 23
2.9.3 Contención emocional .................................................................................. 23
2.9.4 Búsqueda de guía y soporte ......................................................................... 24
vii
2.9.5 Aceptación o resignación ............................................................................. 24
2.9.6 Evitación cognitiva ........................................................................................ 24
CAPÍTULO III METODOLOGÍA ............................................................................. 25
3.1 Participantes .................................................................................................... 25
3.2 Instrumento ...................................................................................................... 26
3.3 Procedimiento .................................................................................................. 26
CAPÍTULO IV RESULTADOS ............................................................................... 29
4.1 Datos demográficos de los participantes ......................................................... 29
4.2 Cuestionario de Sobrecarga de Zarit ............................................................... 30
4.3 Estilos de afrontamiento de Moss .................................................................... 32
4.4. Correlación entre estilos de afrontamiento y sobrecarga ................................ 33
4.5 Correlación entre sobrecarga y horas de cuidado al día.................................. 35
CAPÍTULO V DISCUSIÓN ..................................................................................... 38
5.1 Conclusión ....................................................................................................... 42
5.2 Recomendaciones ........................................................................................... 43
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................... 45
APÉNDICE ............................................................................................................ 54
ANEXO .................................................................................................................. 55
viii
RESUMEN
Los padecimientos crónicos que hoy en día aquejan a la población adulta han
generado un crecimiento del número de personas que se convierten en cuidadores.
Por este motivo es importante brindar atención a las personas que están ayudando
a estos pacientes. El objetivo general es describir la relación entre estilos de
afrontamiento y sobrecarga, a través de la aplicación de dos instrumentos que
evalúan respectivamente cada una de las variables en cuidadores primarios de
pacientes en Hemodiálisis del Hospital de Especialidades No. 2 Lic. Luis Donaldo
Colosio Murrieta del CMN Noroeste, para identificar el impacto de sobrecarga en la
vida de los cuidadores. Según diversas investigaciones en su mayoría suelen ser
sus propios familiares. En el presente estudio se obtuvo una muestra total de 73
cuidadores, dentro de los cuales 58 fueron mujeres (79.5 %) y 15 hombres (20.5%).
Este estudio es de tipo no experimental transeccional descriptivo-correlacional,
cuyo abordaje es cuantitativo. Los instrumentos que se utilizaron fueron: Escala de
sobrecarga del cuidador de Zarit (1982) y Escala de afrontamiento de Moss (1984).
Se encontró que el 58.9% de los cuidadores presentan sobrecarga, estimando que
6 de cada 10 cuidadores son propensos a presentar altos niveles de sobrecarga.
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
En nuestros días es cada vez más común encontrar en los centros de atención
médica a pacientes con infinidad de enfermedades, en su mayoría crónicas, que
llevan a un desenlace drástico para las familias que viven con un miembro enfermo
y con pocas posibilidades de vida, lo que provoca angustia y preocupación.
Dada la demanda de los padecimientos crónicos que hoy en día aquejan a gran
parte de la población, en su mayoría adultos, el crecimiento del número de
personas que se convierten en cuidadores ha ido en aumento. Por este motivo se
considera indispensable dar mayor importancia y atención a las personas que
están ayudando a estos pacientes. En ésta investigación nos centraremos en los
cuidadores primarios de pacientes con Insuficiencia Renal Crónica (IRC) que se
encuentran en proceso de hemodiálisis y según diversas investigaciones en su
2
mayoría suelen ser sus propios familiares.
Ésta enfermedad se define como una condición en la cual los riñones son
lesionados y no es posible la filtración de la sangre. Pudiendo acumular toxinas en
el cuerpo y condicionar a otras patologías cardiovasculares, anemia y enfermedad
ósea (García, 2012). El hecho de que los riñones ya no filtren la sangre en el
organismo del paciente afecta en otras áreas de su vida, lo orilla a convivir con
limitaciones importantes como el cambio en su alimentación, el seguir un horario de
medicamentos, entre otros cuidados específicos. Es por ello que no pueden
desempeñarse óptimamente por sí mismos y es aquí donde entra la labor de los
cuidadores, mismos que se convierten en un complemento y en el principal apoyo.
El cuidar a una persona enferma, ha sido tema de estudio entre investigadores
como una actividad estresante (Alpuche, Ramos, Rojas y Figueroa, 2008). Como
cuidadores se enfrentan a tomar decisiones y a asumir responsabilidades sobre el
cuidado con respecto a su paciente que vive en situación de enfermedad y por
ende pueden descuidarse a sí mismos.
1.1 Antecedentes
El comienzo de una enfermedad física crónica en un miembro de la familia
cuestiona la capacidad de afrontamiento de problemas de toda la familia, la que
debería recurrir a anteriores estrategias o crear nuevas maneras de hacer frente a
la adversidad (Stefani, Seidmann, Pano, Acrich y Bail 2003). Hernández (2004),
menciona que la aparición de una enfermedad puede representar un serio
problema tanto en el funcionamiento familiar como en la composición de la misma;
podría considerarse a la familia en una crisis dada la desorganización que se
produce y que impacta en cada uno de sus miembros, exponiéndolos a vivir con
sobrecarga.
3
Dicho impacto sigue un patrón especifico, es decir, están dados por las propias
características familiares tales como su etapa del ciclo vital, el momento de vida del
paciente, el grado de solidez de la familia, el nivel socioeconómico, la función que
cubra la enfermedad para ese grupo en específico, la historia familiar, etcétera. Sin
embargo, este impacto además de afectar a la familia afecta principalmente a la
persona encargada del cuidado del enfermo (cuidador primario) llegando a tener
complicaciones en su propio bienestar físico, psicológico y social (Hernández
2004). A partir de este enfoque se puede decir que, la enfermedad no solo afecta al
que la padece, afecta también a la persona más cercana a este y muchas veces sin
darse cuenta.
La evidencia sugiere que los cuidadores reportan una pobre percepción de su salud
y se ha demostrado que tienen una baja respuesta inmunológica. Especialmente, la
carga y la tensión que sufren los cuidadores están asociadas a niveles altos de
comorbilidad, siendo los más frecuentes la diabetes mellitus, el dolor crónico, los
trastornos de tipo cardiovascular y los reumáticos (Wo y Lo, 2007; citado por
Alpuche, Ramos, Rojas y Figueroa, 2008).
Para Montorio, Fernández, López y Sánchez (1998) la carga es un concepto clave
en las repercusiones del cuidado de pacientes geriátricos, en sus investigaciones el
sentimiento de carga del cuidador se ha revelado como un importante factor tanto
en la utilización de servicios de larga estancia, como en la calidad de vida de los
cuidadores. Gracias a esto en Murcia, España, diversos estudios se han centrado
en medir la carga del cuidador e identificar las características de la persona mayor
(estado físico, mental y emocional) y del propio cuidador (estado de ánimo, salud y
mecanismos de afrontamiento) que están asociados con el sentimiento de carga.
En México, la UNAM realizó un estudio donde se pretendía medir y comparar los
niveles de sobrecarga en cuidadores primarios de pacientes con dolor crónico junto
con los cuidadores de pacientes terminales. Ambos grupos rebasaron el punto de
corte del nivel de sobrecarga, pero no hubo diferencias significativas en esta
variable. Sin embargo, en un estudio similar realizado por (Alfaro, 2007) los
4
cuidadores de pacientes terminales presentaron mayor sintomatología depresiva,
estrés y mayor percepción de impacto en su estado de ánimo; de estas
investigaciones, se puede rescatar que los cuidadores tienen sintomatología
afectiva que necesita atención, sobre todo si cuidan pacientes terminales; ya que el
tipo de paciente influye en la sintomatología depresiva.
Dentro de las principales funciones que los cuidadores primarios desempeñan
según investigaciones realizadas por Mateo, Millán, García, Gutiérrez, Gonzalo,
López y Fernández, (2000) se encontró que proporcionan ayuda en cuanto a
actividades instrumentales, cuidados relacionados con actividades de la vida diaria,
vigilancia/acompañamiento y administración de la toma de medicamentos lo que
constituye un gran apoyo a los pacientes. Para el cuidador el asumir este rol puede
afectar de forma directa a su salud, así como a otras áreas de su vida y, en
especial, a sus posibilidades de tener relaciones sociales y de usar el tiempo para
sí mismas o para otras actividades diferentes.
Hablar del rol o función de los cuidadores, supone importantes repercusiones para
la salud física y mental de la persona encargada de cuidar, es por esto que la tarea
de cuidar conlleva a menudo la aparición de una amplia variedad de problemas
constituyentes de un auténtico síndrome que es necesario conocer, diagnosticar
precozmente y tratar de prevenir (García y Otero s/f); hablándose en la actualidad
de “síndrome del cuidador” para referirse a dichas consecuencias negativas en
cualquier enfermedad (Seguí, 2008). El mismo autor evaluó los niveles de
sobrecarga en cuidadores de niños diagnosticados con autismo, enfocándose en el
estado actual de salud mental y física. Los resultados indican una elevada
sobrecarga en los cuidadores, así como una peor salud mental y física respecto de
la población en general. Con esto es importante rescatar que el desgaste y estrés
en cuidadores primarios siempre se presenta sin hacer distinción de la enfermedad
que padezca el paciente.
Así mismo, López, Orueta, Sanchez, Carmona y Alonso (2009) corroboran el
impacto que tiene el cuidar a un enfermo crónico y en su investigación dieron a
5
conocer la sobrecarga sentida por los cuidadores y las repercusiones que este rol
representa sobre su calidad de vida, indicando la necesidad de actuaciones
multidisciplinarias encaminadas a apoyar a los cuidadores, tanto de forma
preventiva como de soporte o apoyo, con esto existe mayor posibilidad de obtener
resultados positivos en diversos aspectos relativos tanto a la persona atendida
como al cuidador; es necesario adaptar las intervenciones a las características y
necesidades específicas de cada cuidador.
Al estar al cuidado de un enfermo crónico es posible desarrollar un fenómeno de
“sobrecarga” por la tarea asumida, conjugando diversas variables: (a) desatención
de la propia salud, proyecto de vida y vida social; (b) deterioro familiar, relacionado
a dinámicas culposas, rabiosas y manipuladoras; (c) ansiedad o frustración por
falta de preparación y conocimiento técnico en el cuidado de pacientes
dependientes (Vargas y Sánchez, 2011). Además, el cuidador tiende a no buscar
ayuda médica, postergándose y priorizando los problemas de su familiar
dependiente, manteniendo la mayoría de sus propias patologías sin diagnosticar,
tornándose casi “invisible” para el sistema de salud (Hepburn y cols. 2001; citado
por Vargas y Sánchez, 2011).
Cuidar a un enfermo es una situación estresante, ya que se deben afrontar
necesidades crecientes del miembro dependiente (Biegel, Sales y Schulz, 1991;
citado por Stefani, Seidmann, Pano, Acrich y Bail, 2003), sobrellevar conductas
disruptivas, encarar situaciones de restricción de la libertad y la pérdida de un estilo
de vida anterior. Actualmente en Tlalpan, México, se ha demostrado la relación
entre estrés del cuidador y tasas más altas de institucionalización; y que pacientes
que conviven con cuidadores muy estresados presentan mayor índice de
problemas de conducta y episodios de agitación (García y Otero s/f).
El cuidador junto con la familia debe abordar nuevas tareas relacionadas con la
enfermedad, tales como la incapacidad, el dolor y los tratamientos especiales
característicos del ámbito hospitalario. Stefani, Seidmann, Pano, Acrich y Bail
(2003) mencionan que el tipo de situación de cuidado de un familiar enfermo
6
crónico, influye sobre las estrategias de afrontamiento centrado en el problema,
auto-atribución de culpa y pensamiento fantasioso, y sobre el sentimiento de
soledad social y el aislamiento social.
Además de tomar en cuenta las problemáticas y padecimientos por los que
atraviesan los cuidadores, es importante resaltar que en la actualidad el
padecimiento de una enfermedad crónica como lo es IRC se ha venido
incrementando en los países de América Latina. Dávila (citado por Torres, 2007)
señaló que en 1999, existían 107,953 pacientes de 17 países latinoamericanos y
del Caribe, diagnosticados con IRC recibiendo tratamiento de diálisis, refiriéndose a
esta cifra solo a los que reciben tratamiento, sin contar los que no están en terapia;
en el 2007 en Puerto Rico se estimó que existían alrededor de 4,000 pacientes en
diálisis (Torres, 2007).
Un estudio en Bogotá menciona que la vivencia de una situación de enfermedad
crónica para las familias se relaciona con factores socioeconómicos, emocionales y
espirituales que en conjunto generan un gran impacto en la vida de las personas
implicadas. Es importante apoyar a estas personas para conseguir una existencia
más cómoda, eficaz y satisfactoria. Para ello, es esencial la comprensión, la
experiencia familiar, la cronicidad dentro de un marco de totalidad. La problemática
de los cuidadores familiares dentro de un sistema que no los ha tenido en cuenta
debe hacerse visible para poder encontrarle alternativas de solución (Barrera,
Blanco, Figueroa, Pinto y Sánchez, 2006).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2012, define las enfermedades
crónicas como enfermedades de larga duración y por lo general de progresión
lenta. Las enfermedades cardíacas, los infartos, el cáncer, las enfermedades
respiratorias y la diabetes, son las principales causas de mortalidad en el mundo,
siendo responsables del 63% de las muertes.
En el caso de la IRC, los riñones cumplen la misión de mantener el equilibrio
hidroelectrolítico y son los órganos mejor irrigados. Poseen un sistema de
7
regulación único, que responde a cambios en el aporte sanguíneo (Mejía, 2001).
Además, se considera como un problema de salud pública a nivel mundial, ya que
el número de pacientes se viene incrementando tanto en países desarrollados
como en desarrollo. Como consecuencia, cada vez es mayor la necesidad de
recurrir a procedimientos de diálisis o hemodiálisis o en su defecto de trasplante
renal y por lo tanto se incrementa progresivamente el costo de atención y el
número de cuidadores.
En México, la realidad no dista del resto del planeta. En un estudio presentado por
Méndez en la Revista Nefrología y Diálisis en España a través de Elsevier en 2010,
titulado la “Epidemiologia de la Insuficiencia Renal en México” hace mención a que
no existe un registro real de la tasa de pacientes con dicho padecimiento, pero que
una incidencia estimada de pacientes con IRC es de 377 casos por millón con una
prevalencia de 1,142; cuenta con alrededor de 52,000 pacientes en terapias
sustitutivas de los cuales 80% son atendidos en el Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS).
Actualmente, en nuestro país, la insuficiencia renal crónica (IRC) ocupa el décimo
lugar como causa de mortalidad general, con una incidencia de 100 a 400 casos
por cada millón de habitantes. Ocupa la octava causa de defunción en el varón de
edad reproductiva y la 6ta en la mujer de 20 a 59 años, mientras que por demanda
de atención en los servicios de urgencias del segundo nivel de atención ocupa el
décimo tercer lugar, noveno en las unidades de tercer nivel y el octavo como causa
de egreso hospitalario por defunción (García, 2012). Además, se estima que el
manejo sustitutivo (diálisis/hemodiálisis) consume siete por ciento del presupuesto
total destinado a la atención médica (Instituto Mexicano del Seguro Social, 2012)
Se considera que la hemodiálisis es un tratamiento relativamente nuevo en México
pues se desarrolló durante la última década del siglo XX. Anteriormente, todos los
pacientes con enfermedad renal crónica recibían tratamiento de sustitución a través
de la diálisis peritoneal. Este procedimiento permite remover las toxinas y el exceso
8
de líquidos del cuerpo mediante el uso de una máquina y un dializador, también
conocido como riñón artificial (Tirado, 2011).
Debido a los múltiples cuidados y apoyo que necesita el enfermo de Insuficiencia
Renal Crónica, requiere de cuidados por parte de algún familiar, lo que convierte a
ese familiar en el cuidador principal (Rodríguez y Rodríguez, 2004). Los daños a la
condición física por IRC son degenerativos, provocando dependencia, que con el
tiempo pasa de ser parcial a total. Conforme la enfermedad avanza se incrementa
la carga del cuidador, debido a la cantidad de cuidados que el enfermo precisa, los
problemas que trae consigo la enfermedad como son los gastos, el cuidado del
enfermo y los tratamientos, consultas médicas, solo por mencionar algunos. Todas
estas situaciones terminan por afrontarlas y solucionarlas el cuidador primario
produciendo un desgaste paulatino y progresivo en este (Torres, 2007).
1.2 Planteamiento del problema
En España, la Sociedad Española de Nefrología informa que, según los resultados
del estudio Epidemiologia de la Insuficiencia Renal Crónica en España (EPIRCE),
se estimó que aproximadamente el 10 % de la población adulta sufría de algún
grado de ERC (Enfermedad Renal Crónica), se presentaron diferencias importantes
con la edad (3.3% entre 40 – 64 años y 21, 4% para mayores de 64 años). Estos
datos fueron obtenidos a partir de la medición centralizada de una muestra
significativa aleatoria y estratificada de la población española mayor de 20 años
(Sociedad Española de Nefrología, 2012).
Actualmente, México no cuenta con un registro nacional de enfermos renales
crónicos, como lo mencionan Tirado, Durán, Rojas, Venado, Pacheco, y López,
(2011) en su publicación, se estima que hay más de 102,000 enfermos renales
crónicos en el país, de los cuales sólo 37,000 cuentan con algún tratamiento
sustitutivo de manera continua. El 80% de estos enfermos son atendidos por el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios
9
Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), sin embargo, este porcentaje
tiene un crecimiento anual de 11%, lo que representa una demanda de servicios de
hemodiálisis claramente elevada. Además, la hemodiálisis sigue siendo poco
accesible; de cada 10 pacientes, 8 reciben diálisis peritoneal y únicamente 2
reciben hemodiálisis, por lo que los cuidadores primarios igualmente se acrecientan
y, cabe mencionar que en México no existen evaluaciones sobre el funcionamiento
y la estructura de las unidades de hemodiálisis.
El estilo de vida, los hábitos, horarios de comida, bañarse y hacer ejercicio
adecuadamente propicia un mejor manejo de la enfermedad crónica. El familiar es
el primer contacto donde se desarrollan dichos estilos, sin embargo, cuando se ha
diagnosticado una enfermedad de este tipo también es la familia el principal vinculo
que tiene el paciente para modificar, mantener o eliminar prácticas, costumbres
dañinas y/o establecer nuevas.
Las personas con enfermedades crónicas requieren de cuidados fundamentales
para tener una mejor adherencia al tratamiento y, por consiguiente una mejor
calidad de vida. Es aquí donde entra el papel indispensable de la familia y/o
cuidadores, ya que además de ser la más cercana al paciente es la que mejor los
conoce. Sin embargo, como lo indican Barrera, Blanco, Figueroa, Pinto y Sánchez
(2006) la enfermedad crónica impacta no solo al que la padece si no también a la
familia y el cuidador, ya que de no contar con los elementos necesarios para
asumir el cuidado se ven obligados a hacerlo. El hecho de que los cuidadores no
estén preparados y no reciban la orientación necesaria para responsabilizarse por
estas tareas pueden desgastarse y afectar la relación entre paciente-cuidador.
Dicho de otra manera, la enfermedad crónica se caracteriza porque requiere
intervenciones permanentes paciente-cuidador primario; los cuidadores primarios
suelen llevar la mayoría de la carga sobre sus hombros, hacerse responsable del
enfermo, darle los medicamentos y ayudarlo con lo que necesite; si el cuidador no
cuenta con estilos de afrontamiento apropiados todo esto puede generar
sentimientos de soledad, ansiedad e impotencia. Pueden recurrir a pensamientos
10
como: “me siento solo/a”, “creo que esto únicamente le está pasando a mi familia y
ya no sé cómo actuar”, etc. Los cuidadores no reconocen sus deberes y sus
propios derechos, piensan que lo único importante es su familiar enfermo.
Un estudio de meta-análisis realizado sobre 84 estudios diferentes en Murcia,
España se comparó a cuidadores y no cuidadores en diferentes variables
relacionado a la salud física y psicológica demuestra como los cuidadores están
más estresados, deprimidos y tienen peores niveles de bienestar subjetivo, salud
física y auto-eficacia que los no cuidadores (Pinquart y Sorensen, 2003; citado por
Seguí, 2008). Camacho (2010) menciona que el deterioro experimentado por el
cuidador, se relaciona ampliamente a nivel cognitivo; ya que representa una
sobrecarga objetiva importante en el cuidador primario, en términos de tiempo, lo
cual repercute en sus diferentes ámbitos: laboral, familiar, social y de salud.
En un contexto familiar en el que hay un enfermo, específicamente un paciente
crónico, ya sea en fase terminal o con expectativa de vida breve, precisa de un
cuidador debido a su capacidad para realizar los cuidados por sí mismo, el
cuidador primario es la persona que asume la responsabilidad de coordinar la
atención que requiere de los diversos sistemas que le asisten y rodean, como ya se
ha mencionado anteriormente y según estudios recientes, esta tarea la realizan en
su mayoría mujeres de mediana edad y los atendidos son los padres o conyugues,
es importante tener presente lo anterior para situar los problemas que pueden
afectar y que abarcan aspectos fisiológicos, psicológicos y económicos (Espina,
2003; citado por Torres, 2007).
1.3 Justificación
Desde el momento del diagnóstico de IRC hasta la posible realización del
trasplante (única expectativa real de “cura”), el camino del insuficiente renal crónico
es influenciado por una serie de cuestiones que colocan en evidencia su
problemática personal, así como la dinámica familiar (Berreza, 2008). Por lo que
11
son numerosas las dificultades enfrentadas por esas personas, las cuales
modifican su día a día y su modo de relacionarse, sea por la dependencia de la
máquina o por las visitas al médico, dificultando de esa forma el desempeño de sus
actividades ocupacionales, lo que, por consecuencia, altera su vida cotidiana.
Vivir con una enfermedad crónica y cuidar a una persona con una enfermedad
crónica, puede llevar al estrés físico y emocional; aunado a esto el no contar con
estilos de afrontamiento adecuados a la situación hace que los síntomas de este
estrés parezcan similares tanto en la persona que sobrelleva el padecimiento como
en el cuidador, mismos como la ira, algunas veces conductas de violencia física,
ansiedad, negación, depresión, insatisfacción por la vida, agotamiento, culpa e
irritabilidad (Martínez y Torres, 2007; citado por Castro, 2012).
Dentro de los problemas físicos, que según Castro (2012) experimenta el cuidador
primario, se traduce en la presencia de cansancio, falta de sueño, falta de apetito,
afecciones en el sistema inmunológico como constantes dolores de cabeza, entre
otros. Se identifica por lo tanto, una disminución en su capacidad funcional para
realizar sus actividades laborales, recreativas, familiares, maritales o su adaptación
a las demandas impuestas por su entorno.
Resulta indispensable mencionar que han sido numerosas las investigaciones para
tratar de disminuir las altas tasas de sobrecarga y estrés que presentan los
cuidadores y la principal motivación para trabajar con ellos, como lo indican
Sánchez, Pinto, Carrillo y Barrera (2008), proviene de las vivencias personales que
experimenta el equipo médico (que trata a pacientes enfermos crónicamente) con
la familia y/o el cuidador, ya que son los que informan de manera directa los
avances y/o retrocesos de la enfermedad. La dura experiencia de trabajar con
enfermedades sin expectativas de curación, de luchar contra la limitación y la
dependencia genera muchas frustraciones, pero también grandes satisfacciones
cuando se logra superar con éxito los retos.
12
1.4 Objetivo general
Describir la relación entre estilos de afrontamiento y sobrecarga, a través de la
aplicación de dos instrumentos que evalúan respectivamente cada una de las
variables en cuidadores primarios de pacientes en Hemodiálisis, para identificar el
impacto de sobrecarga en la vida de los cuidadores.
Con este fin se han planteado los siguientes objetivos específicos:
Identificar las principales estrategias de afrontamiento que emplean los
cuidadores primarios.
Identificar la presencia de sobrecarga de los cuidadores.
Describir la relación entre sobrecarga y las horas de cuidado al día.
1.5 Hipótesis
Los estilos inadecuados de afrontamiento se asocian a la sobrecarga en los
cuidadores primarios de pacientes.
CAPITULO II
MARCO TEORICO
En este capítulo se describen algunos conceptos teóricos que sostienen este
trabajo; primeramente se hace una descripción sobre Enfermedad Renal y sus
tratamientos, tales como: Diálisis y Hemodiálisis. Posteriormente se describe al
cuidador como fuente de apoyo y lo que engloba ser un cuidador primario, así
mismo se hace mención de las posibles patologías que pudiese padecer el
cuidador. Por último, se habla sobre afrontamiento y sus diferentes estrategias.
14
2.1 Enfermedad renal
El riñón es para el organismo un regulador de las funciones sanguíneas y
corporales así como muy importante para mantener el bienestar físico del individuo.
Cuando estas funciones del riñón se ven afectadas, es necesario realizar
tratamientos farmacológicos y terapias como la diálisis y hemodiálisis (Rodríguez,
Campillo y Aviles (2006), siendo esta última la priorización en este estudio.
La enfermedad renal crónica (ERC) constituye un importante problema de salud
pública, es la pérdida lenta de la función de los riñones con el tiempo. La
manifestación más avanzada de la ERC, la insuficiencia renal crónica (IRC) y la
consiguiente necesidad de tratamiento sustitutivo de la función renal mediante
diálisis o trasplante renal, presenta una incidencia y una prevalencia crecientes en
las últimas décadas (Castaño y De Rovetto, 2007).
2.2 La Insuficiencia renal crónica
La insuficiencia renal crónica (IRC) es una enfermedad que implica la pérdida
gradual y progresiva de la capacidad de los riñones para eliminar los productos de
desecho, mantener en equilibrio la cantidad de líquidos en el organismo, controlar
la presión arterial, facilitar la producción y mantenimiento de glóbulos rojos y
regular los niveles de calcio y fosforo (Contreras, Espinosa, y Esquerra, 2008).
Dicho de un modo más concreto la insuficiencia renal crónica es la pérdida
de la capacidad funcional de los riñones en forma permanente, llegando a un grado
funcional tan bajo que requiere diálisis.
Con esta enfermedad el paciente debe vivir con la función renal notablemente
disminuida y con alta probabilidad de deterioro de los demás órganos internos. En
la actualidad desafortunadamente no existe una cura para esta enfermedad, sin
embargo suele tratarse con hemodiálisis y trasplantes.
Esta enfermedad, como lo indican Rodríguez, Campollo y Aviles (s/f), afecta el
15
estado de salud, emocional, económico y social del paciente, ya que al ingresar a
los programas de tratamiento y terapia de reemplazo renal; se está sometiendo a
un estricto tratamiento que lo obliga en cierto punto a modificar su estilo de vida
tanto social como alimenticio sometiéndose a estrictas dietas, restricción de
líquidos y muchas veces se enfrentan a la pérdida de esperanza de un trasplante
renal.
Según el National Institutes of Health, (2007) los riñones hacen mucho más que
eliminar desechos y líquido innecesario. También producen hormonas y equilibran
las sustancias químicas del cuerpo. Algunas de las afecciones más comunes
causadas por la insuficiencia renal son cansancio extremo, problemas de los
huesos, problemas en las articulaciones, comezón y el “síndrome de las piernas
inquietas”.
Según el Fresenius Medical Care (2011), las dos causas principales de la
insuficiencia renal son la diabetes y la presión arterial alta. Otras causas pueden
ser la inflamación de las nefronas renales (pequeños filtros que eliminan el líquido y
los desechos de la sangre); existen otros factores que determinan una enfermedad
renal, tales como un antecedente familiar de enfermedad renal crónica, ser de edad
avanzada, haber nacido prematuramente, fumar, presión arterial alta o diabetes no
controladas, entre otros.
2.3 Diálisis
La diálisis es un proceso artificial de sustitución renal, mediante el cual una persona
con sus riñones dañados o enfermos puede depurar las toxinas que este guarda
evitando así posibles contaminaciones o enfermedades serias en el organismo. La
diálisis es hoy en día utilizada por aquellas personas que necesitan un trasplante
de riñones y, mientras esperan, reciben este tratamiento. Uno de los métodos de
realizar la diálisis es por medio de la Hemodiálisis (Milan, 2009).
16
La diálisis peritoneal es un procedimiento que permite retirar del cuerpo el agua y
los desechos que se acumulan debido a la enfermedad renal, empleando el
peritoneo como membrana de limpieza. El paciente con insuficiencia renal crónica
en diálisis suele sufrir cambios psicológicos, sociales, en su estilo de vida y también
en su vida espiritual, que no sólo le afectan a él, sino a toda su familia (Cantoni,
2000).
Cantoni (2000) también menciona que algunas personas aceptan el hecho de tener
una enfermedad renal y que necesitarán tratamiento para el resto de sus vidas.
Otros, en cambio, pueden tener problemas para ajustarse a los desafíos que la
enfermedad implica. Durante el curso de la enfermedad, habitualmente afloran
sentimientos de culpa, negación, rabia, depresión, frustración que son difícilmente
comprendidos y aceptados por el paciente y sus familiares. Es muy importante
saber que es posible desarrollar nuevas capacidades y habilidades que permitan
lograr una mejor calidad de vida. Así como también es posible obtener ayuda para
asumir la enfermedad y su tratamiento.
2.4 Hemodiálisis
La hemodiálisis es el método más común para tratar la insuficiencia renal avanzada
y permanente (National Institutes of Health, 2007). La hemodiálisis es un
procedimiento que se realiza a través de una máquina que filtra la sangre del
paciente para extraer los desechos urémicos; para ello, es necesario que el
paciente asista al menos tres veces a la semana al hospital donde le realizan el
tratamiento y permanecer allí de tres a cuatro horas en promedio (Borrero, Vea y
Rubio, 2003; González y Lobo, 2001; citado por Contreras, Espinosa y Esquerra,
2008)
Este procedimiento permite la depuración de las sustancias de deshecho y la
normalización de los electrolitos plasmáticos y depende de las necesidades de
diálisis de cada paciente, pero como la sangre tiene que pasar varias veces a
17
través del filtro, la media es de 3 horas, tres veces por semana. Teniendo en
cuenta que el riñón sano realiza este trabajo las 24 horas del día y todos los días
de la semana (Contreras, Espinosa y Esquerra, 2008).
La hemodiálisis es un procedimiento que implica riesgos de reacciones adversas
infecciosas y no infecciosas, tanto por factores propios del huésped como
derivados del procedimiento. Entre los factores propios del huésped tenemos
importantes patologías como la diabetes, cardiopatías y tiempo en hemodiálisis.
Entre los factores asociados al procedimiento están los relacionados a la técnica de
la hemodiálisis, tipo de monitor, tipo de accesos vasculares, capacitación y
experiencia del equipo a cargo y algunas técnicas de atención directa entre otros
(Araya y Olivares, 2002). Así mismo, es un procedimiento muy costoso, que
presenta el enorme reto de producirse grandes cantidades de agua de alta pureza
con un costo-efectividad aceptable. Las características de este tratamiento
requieren que el ambiente hospitalario, tanto animado como inanimado, no propicie
la aparición de complicaciones clínicas en los pacientes (García, 2011).
2.5 Cuidadores de personas dependientes
Un cuidador es la persona que asume la responsabilidad total en la atención y el
apoyo diario de los pacientes. El cuidado del paciente es un proceso dinámico que
va a requerir un progresivo incremento de atenciones y tareas por varios motivos:
la larga duración de la enfermedad (en más del 70% se trata de un proceso
superior a 6 años), la pérdida progresiva de capacidad física por parte del paciente
y su creciente dependencia del entorno familiar (Lago y Debén 2001; citado por
García y Venegas, (s/f).
Los autores Barrera, Blanco, Figueroa, Pinto y Sánchez (2006) mencionan que el
cuidado siempre está asociado a una expresión humana de supervivencia, se
manifiesta en nuestra habilidad de cuidar. Aquel a quien se ha cuidado es por lo
general capaz de cuidar y el crecimiento que esto permite es mutuo, sensitivo y
18
comprensivo y debe contar al menos con tres elementos del proceso de ayuda: la
autenticidad de quien ayuda, el reconocimiento positivo hacia la otra persona y la
comprensión empática.
2.5.1 Cuidadores primarios
En 1999, la Organización Mundial de la Salud definió al cuidador primario como “la
persona del entorno de un paciente que asume voluntariamente el papel de
responsable del mismo en un amplio sentido; este individuo está dispuesto a tomar
decisiones por el paciente, decisiones para el paciente y a cubrir las necesidades
básicas del mismo, ya sea de manera directa o indirecta”.
Se ha confirmado que ser un cuidador primario tiene un impacto en la vida y en la
salud de la persona a cargo. El cuidador que es hábil, lo refleja mediante una
actitud de compromiso, con una presencia auténtica, asumiendo la responsabilidad,
creciendo mutuamente con la persona cuidada y viviendo una motivación hacia el
cuidado (Barrera, Blanco, Figueroa, Pinto y Sánchez, 2006).
2.6 Principales patologías en cuidadores primarios
A continuación se describen los problemas que en su mayoría se ubican como
resultado de vivir con algún grado de sobrecarga.
2.6.1 Depresión
Para la Organización Mundial de la Salud, (OMS, 2013) la depresión es un
trastorno mental frecuente caracterizado por la presencia de tristeza, pérdida de
interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o
del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
La depresión (del latín depressus, que significa "abatido", "derribado") es un
trastorno emocional que se presenta como un estado de abatimiento e infelicidad
que puede ser transitorio o permanente donde predominan los síntomas afectivos
19
(tristeza patológica, decaimiento, irritabilidad, sensación subjetiva de malestar e
impotencia frente a las exigencias de la vida) (Lizondo y Llanque, 2008).
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSMIV-R))
en su forma clínica, la depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado
por una sensación de tristeza intensa superior a dos meses. Se produce por
diversas causas: acontecimientos de la vida diaria (relacionados con pérdidas o
incapacidad para hacerles frente indefensión), cambios químicos en el cerebro,
efecto secundario de medicamentos, diversos trastornos físicos o médicos. Los
síntomas de depresión no son los mismos en todos los individuos (Piqueras,
Martínez, Ramos, Rivero, García y Oblitas; 2008).
2.6.2 Ansiedad
La ansiedad se refiere al desorden psicofisiológico que se experimenta ante la
anticipación de una situación amenazante o peligro físico o psíquico, sea esta más
o menos probable, cuyo objeto es dotar al organismo de energía para anular o
contrarrestar el peligro mediante una respuesta (conducta de huida o de agresión).
En la ansiedad la dimensión cognitiva se caracteriza por la preocupación,
anticipación, hipervigilancia, temor, inseguridad, sensación de pérdida de control y
la percepción de fuertes cambios fisiológicos (cardiacos, respiratorios, etc.) (Sandín
y Chorot, 1995).
Piqueras, Ramos, Martínez y Oblitas (2010) consideran 3 tipos de ansiedad, baja,
óptima y ansiedad excesiva; la ansiedad baja conlleva una eficacia de acción baja.
La ansiedad óptima propicia el aumento, de forma deseable de la ejecución o
eficacia. Sin embargo la ansiedad excesiva o clínica actúa interfiriendo el
rendimiento en todos los ámbitos del ser humano. Un hecho bastante común es
que la ansiedad suele aparecer asociada a un cuadro depresivo.
2.6.3 Estrés
Entiéndase estrés a una respuesta adaptativa del organismo ante situaciones de
alarma (Espina, 2003; citado por Torres, 2007). Cuando una persona debe hacer
20
frente a situaciones que implican exigencias que le resultan difíciles de satisfacer,
sea por falta de capacidad, por falta de preparación o por ser excesivas, se estresa
(Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos, 2003).
Según Moreno (2007) existen cuatro etapas claras que afectan a la persona
"estresada", como se le denomina hoy: 1) La inquietud; 2) La ansiedad; 3) La
angustia y 4) El descontrol. La inquietud se caracteriza por una vaga sensación de
inseguridad y nerviosismo, que con frecuencia se convierte en algo crónico e
inseparable de la vida cotidiana. La ansiedad es un malestar más intenso, que
aparece bajo la presión de hechos o circunstancias especiales y se manifiesta más
en lo físico, la persona no puede estar tranquila, se mueve con ansiedad e
imprecisión.
De forma general, la respuesta de estrés es una reacción inmediata e intensa, que
implica la movilización general de los recursos del organismo y que se produce
ante situaciones que suponen importantes demandas para el individuo. Una
amenaza real o imaginada, una pérdida importante, como la de un ser querido, o un
reto pueden ser ejemplos de este tipo de situaciones desencadenantes. Esta
reacción general incluye respuestas fisiológicas (el corazón se acelera, hay
hiperventilación, se tensan los músculos, etc.) cognitivas (incremento de la
atención, mayor rigidez de pensamiento, etc.) y motoras (conductas de lucha o
huida, fundamentalmente), encaminadas todas ellas a facilitar un mejor
procesamiento de la situación y una respuesta efectiva a la hora de afrontarla o
manejarla (Moreno, 2007).
2.7 Sobrecarga
Los cuidadores primarios y quienes los apoyan de manera importante en el
cuidado, tienen con frecuencia un sentimiento de carga mismo que crece conforme
avanza la enfermedad y es generado por la responsabilidad de cuidar a una
persona dependiente en muchos aspectos de la vida diaria y por tomar
21
constantemente decisiones que afectan la propia vida y la del ser querido.
La sobrecarga consiste en un profundo desgaste emocional y físico que
experimenta la persona que convive y cuida a un enfermo crónico incurable, tal
como el enfermo de Alzheimer. El cuidador que puede sufrirlo es aquel que llega a
dedicarle casi todo su tiempo (incluso dejando de trabajar para cuidarle)
generalmente en solitario (aunque haya otros familiares que suelen "hacerse a un
lado" y mantenerse en la periferia), durante ya muchos años y con estrategias
pasivas e inadecuadas de resolución de problemas (Jerrom, Mian, y Rukanyake,
1993).
Este padecimiento se considera producido por el estrés continuado de tipo crónico
(no el de tipo agudo de una situación puntual) en un batallar diario contra la
enfermedad con tareas monótonas y repetitivas, con sensación de falta de control
sobre el resultado final de esta labor, y que puede agotar las reservas psicofísicas
del cuidador (Goode, Haley y Roth 1998).
La sobrecarga para Rodríguez (2002) incluye desarrollar actitudes y sentimientos
negativos hacia los enfermos a los que se cuida, desmotivación, depresión-
angustia, trastornos psicosomáticos, fatiga y agotamiento no ligado al esfuerzo,
irritabilidad, despersonalización y deshumanización, comportamientos
estereotipados con ineficiencia en resolver los problemas reales, agobio continuado
con sentimientos de ser rebasado por la situación.
2.8 Afrontamiento
El afrontamiento se ha definido como aquellas estrategias que los individuos
utilizan para reducir al mínimo el impacto negativo que producen los estresores
sobre su bienestar psicológico, un buen afrontamiento nos ayuda incluso a mediar
entre situaciones estresantes y la salud. Así mismo el afrontamiento supone
cualquier esfuerzo, ya sea saludable o no, consciente o inconsciente para evitar,
22
eliminar o debilitar los estímulos estresantes o para tolerar sus efectos de la
manera menos perjudicial (Fernández y Díaz 2001; Pearlin y Schooler, 1978
citados por Conteras, Esguerra, Espinoza y Gómez, 2007). Dichas definiciones
implican los recursos personales del individuo para manejar adecuadamente el
evento estresante.
Palacios, citado por Rodríguez, Campollo, y Aviles, (s/f) afirma que el afrontamiento
ha sido descrito como el proceso a través del cual el individuo maneja las
demandas de la relación individuo-ambiente que previamente ha evaluado como
estresantes; para manejar las emociones y cambios psicofisiopatológicos que este
proceso implica, el individuo realiza una selección de patrones conductuales,
cognoscitivos y fisiológicos para su atenuación o anulación. Así mismo, lo que hace
la persona al afrontar la enfermedad, ya sea propia o de algún familiar es tratar de
adaptarse a la nueva situación, desde un punto de vista general, cuyo objetivo es la
restauración del equilibrio, readaptación o consecución de un nuevo equilibrio, cuya
pérdida es lo que se conoce como la sobrecarga.
El afrontamiento incluye todas las acciones dirigidas a tolerar, minorar, aceptar o
incluso ignorar aquellos eventos que no se pueden controlar; el estilo de
afrontamiento adoptado dependerá de varios factores entre los que se encuentran
la evolución que el individuo realiza sobre la situación o el evento estresante, la
disponibilidad de recursos y las experiencias previas (Mork y Tam, 2001; citado por
Contreras, Esguerra, Espinosa y Gómez, 2007).
Así mismo encontramos que se definen los estilos de afrontamiento como los
esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se
desarrollan para controlar las demandas específicas externas y/o internas que son
evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo. Con
esto se entiende a afrontamiento como una estrategia de marcado carácter
individual. (González, Lacasta y Ordenez; 2009) Es decir que desde el punto de
vista conceptual el afrontamiento es valorado por diversos autores como una
variable mediadora o moderadora que modifica los efectos desestabilizadores del
23
estrés (Mikulic, Crespi; 2008) De acuerdo con algunos estudios, el afrontamiento
dirigido al problema constituye una estrategia en pacientes hemodializados y
favorece la adaptación positiva del paciente al tratamiento (Peñaranda, 2005).
2.9 Estrategias de afrontamiento
Las estrategias de afrontamiento son los procesos concretos y específicos que se
utilizan en cada contexto que implique un problema y pueden ser cambiantes
dependiendo de las condiciones desencadenantes. (Solís y Vidal, 2006)
2.9.1 Análisis lógico
Es un estilo de afrontamiento por aproximación, donde se utilizan estrategias
cognitivas cuyo objetivo es entender y prepararse mentalmente para enfrentarse
con el estresor y sus consecuencias. Se focaliza en el problema y refleja los
esfuerzos cognitivos y conductuales para hacerle frente (Mercè, 2005).
2.9.2 Resolución de problemas
En la resolución de problemas se analiza alguna acción con la finalidad de acabar
directamente con el problema. La solución de problemas por lo general se define
como la formulación de nuevas respuestas que van más allá de la simple aplicación
de reglas previamente aprendidas para lograr una meta. La solución de problemas
sucede cuando ninguna solución es obvia, es decir, es necesario hacer uso de un
proceso de pensamiento cognitivo y crítico para encontrarla (Woolfolk, 2006).
2.9.3 Contención emocional
Son esfuerzos dirigidos a evitar y controlar en medida de lo posible la expresión de
sentimientos; controlar los sentimientos y emociones no significa reprimirlos. El
exceso de contención emocional es considerado peligroso, dificultando las
relaciones intrapersonales, pudiendo tener importantes repercusiones en nuestra
salud psíquica y física. El extremo contrario de contención emocional sería el de
aquella persona que expresa lo que siente, en el momento que lo siente, sin tener
24
en cuenta su entorno y a las demás personas, saturándose a si misma de
emociones y sentimientos (Mercè, 2005).
2.9.4 Búsqueda de guía y soporte
Esta estrategia consiste en la inclinación a compartir el problema con otros y
buscar apoyo para su resolución. Ejemplo: “Hablar con otros sobre mi problema
para que me ayuden a salir adelante” (Solís y Vidal, 2006). Su objetivo es buscar
información, soporte y ayuda ante el estresor.
2.9.5 Aceptación o resignación
Es vital entender que no es lo mismo Aceptar que Resignarse, sin embargo la
finalidad de ambos términos en conjunto engloba la aceptación del problema y la
adopción de una actitud de resignación ante el mismo, con la finalidad de hallar una
óptima y pronta solución. La aceptación suele acompañarse de sentimientos de paz
interior. Ocurre cuando uno asume el momento que le toca vivir con serenidad. La
resignación implica conformarse con algo sin remedio, después de haber luchado
inútilmente contra ello. Supone asimismo reconocer que no siempre es posible
alcanzar algo que es importante para nosotros o de lo que podemos vernos
privados o perder algún bien por determinadas cacusas o circunstancias (Mercè,
2005).
2.9.6 Evitación cognitiva
Se utiliza una estrategia para evitar pensar realmente en el problema o estresor
(Riveros, 2007). La evitación cognitiva se refiere al uso de estrategias cognitivas
(por Ej. sustitución del pensamiento, distracción, supresión del pensamiento) que
facilita la evitación de la excitación cognitiva y de imágenes amenazantes
asociadas con la preocupación (Dugas &Koemer, 2005; citados por Behar, Dobrow,
Hekler y Staples 2011).
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA
El presente estudio es de tipo no experimental transeccional descriptivo-
correlacional, cuyo abordaje es cuantitativo.
3.1 Participantes
La población de estudio fue seleccionada de manera aleatoria y la conformaron
cuidadores primarios de personas en tratamiento de hemodiálisis del Hospital de
Especialidades No. 2 Lic. Luis Donaldo Colosio Murrieta del CMN Noroeste. Se
obtuvo una muestra total de 73 cuidadores, dentro de los cuales 58 fueron mujeres
(79.5 %) y 15 hombres (20.5%). La edad promedio de los participantes oscila en 44
años de edad.
26
3.2 Instrumento
Para la recolección de datos fueron aplicados los siguientes instrumentos
consecuentes de un consentimiento informado (Anexo 1); 1) Escala de sobrecarga
del cuidador de Zarit (1982) que consta de 21 afirmaciones, en las que se cuantifica
el grado de sobrecarga que padecen los cuidadores de personas dependientes.
Posee preguntas con escala de respuesta tipo Likert, en las que 1 es equivalente a
nunca, 2 a rara vez, 3 a algunas veces, 4 a bastantes veces y 5 a casi siempre, la
puntuación total es de 105, teniendo una clasificación de 21 a 46 que corresponde
a no sobrecarga, de 47 a 55 sobrecarga Moderada e <56 sobrecarga intensa (Ver
Anexo 2).
2) Escala de afrontamiento de Moss (1984) consta de 34 reactivos en escala Likert,
donde se busca identificar la forma de reaccionar de una persona ante un
problema. Conformado originalmente por 8 factores, de los cuales fueron
eliminados 2 (Resolución Positiva y Búsqueda de recompensas alternativas.)
quedando con un total de 6 factores: Análisis lógico: Estrategia Cognitiva cuyo
objetivo es entender y prepararse mentalmente para enfrentarse con el estresor y
sus consecuencias; Resolución de Problemas: Se analiza alguna acción con la
finalidad de acabar directamente con el problema; Contención Emocional: Son
esfuerzos dirigidos a evitar la expresión de sentimientos negativos; Búsqueda de
guía y soporte: su objetivo es buscar información, soporte y ayuda ante el estresor;
Aceptación o Resignación: su finalidad es la aceptación del problema y la adopción
de una actitud de resignación ante el mismo; Evitación cognitiva: se utiliza una
estrategia para evitar pensar realmente en el problema o estresor (Riveros, s/f) (Ver
Anexo 3).
3.3 Procedimiento
Con la finalidad de llevar a cabo esta investigación se realizó lo siguiente:
Se realizó de Agosto cuidadores en el área de Hemodiálisis, de dicha intervención
27
a Noviembre del 2012 un programa de intervención psicológica con pacientes y
surgió la inquietud de conocer más a profundidad sobre los cuidadores primarios,
específicamente sobre los estilos de afrontamiento y nivel de sobrecarga. En Enero
de 2013, se planteó la propuesta de realizar el presente estudio con el Jefe de
Enseñanza y el Jefe del área de Hemodiálisis.
Una vez obtenido la autorización para elaborar la presente investigación, se obtuvo
acceso al área de Hemodiálisis para la aplicación de los instrumentos. Se llevó a
cabo la elaboración de una carta de consentimiento informado dirigido a los
participantes del estudio (cuidadores primarios de la misma área) para constatar su
participación voluntaria, haciendo mención de que sus datos son meramente
confidenciales y para fines educativos. También se les señalo que podían retirarse
en cualquier momento de la investigación, si así lo deseaban.
Se verificó que los participantes cumplieran con los criterios de inclusión para
participar en el estudio: ser cuidador primario de pacientes en proceso de
Hemodiálisis y estar en condiciones físicas y psicológicas para responder al
instrumento (saber leer y escribir). Para identificar estos criterios fue agregado un
apartado en los instrumentos donde se solicitaban datos demográficos de los
participantes, tales como: si es el cuidador primario, edad, sexo, parentesco con el
paciente, estado civil, ocupación, tiempo que lleva cuidándolo, horas de cuidado al
día, motivo por el que lo cuida y tiempo que lleva el paciente en tratamiento.
Los horarios del servicio de Hemodiálisis se dividen en cuatro turnos por día: 1ro.
8:00-10:00 am; 2do. 11:00 am - 1:00 pm; 3er. 4:00-6:00 pm; y 4to. 8:00 pm-11:00
pm. Cabe señalar que el paciente asiste a sus sesiones de Hemodiálisis cada 3er
día, creándose dos grupos de días de asistencia, los pacientes que acuden Lunes-
Miércoles-Viernes y Martes-Jueves-Sábado. Con la finalidad de cubrir todos
horarios del servicio de Hemodiálisis, los instrumentos fueron aplicados en la sala
de espera a los 4 diferentes turnos en los dos grupos de dias (Lunes-Miércoles-
Viernes y Martes-Jueves-Sábado) durante el tiempo en el que el paciente recibe su
28
tratamiento (2 horas aproximadamente).
Una vez recabados los datos se procedió a capturarlos para su análisis, utilizando
el paquete estadístico SPSS versión 18, para finalizar este procedimiento se
integraron los resultados utilizando las pruebas de Pearson para describir la
correlación entre ambas variables.
CAPÍTULO IV
RESULTADOS
En este capítulo se describen los resultados obtenidos en cuanto a la percepción
de sobrecarga y las estrategias de afrontamiento que presentan los cuidadores
primarios con pacientes en tratamiento de Hemodiálisis del Hospital de
Especialidades No. 2 Lic. Luis Donaldo Colosio Murrieta del CMN Noroeste,
consiguiente a esto se presenta la correlación entre los instrumentos utilizados.
4.1 Datos demográficos de los participantes
El presente estudio constó de un total de 73 cuidadores, la distribución por género
fue de 58 mujeres (79.5%) y 15 hombres (20.5%). Sus edades oscilaron entre los
11 y 80 años de edad, obteniendo una edad promedio de 44 años. Respecto al
estado civil, 53 (72.6%) eran casados; 14 (19.2%) solteros; 3 (4.1%) viven en unión
libre; 1 (1.4%) es madre soltera y sólo 2 (2.7%) eran viudas. En cuanto al
parentesco con la persona a cargo 38 (52.1%) cuidan al esposo (a), 25 (34.2%)
30
cuidan de su mamá/papá. Cabe mencionar que los cuidadores que atienden a su
hermano (a) y los que atienden al abuelo (a) solamente son correspondientemente
3 (4.1%); 2 (2.7) cuidan de su tío (a), con el mismo porcentaje los que cuidan a sus
propios hijos. Referente la ocupación de los participantes, 49 (67.1%) se dedican a
las labores del hogar, 8 (11.0%) eran empleados. En cuanto a las horas de
cuidado, 43 (58.9%) proporcionan los cuidados las 24 horas del día. En relación al
motivo por el que cuidan a su familiar, 64 (87.7%) lo hacen por amor, y sólo 3
(4.1%) por obligación.
4.2 Cuestionario de Sobrecarga de Zarit
El grado de confiabilidad del instrumento, presentó un Alpha de Cronbach de .864,
lo cual demuestra que es un instrumento fiable.
A continuación se muestra la Figura 1, que indica la frecuencia acumulada de los
datos obtenidos dentro del Cuestionario, el cual nos muestra el grado de
sobrecarga de los cuidadores, pudiéndose discriminar en no sobrecarga,
sobrecarga moderada y sobrecarga intensa.
Figura 1. Sobrecarga en el cuidador primario.
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
41.1
28.8 30.1
No sobrecarga Moderada Intensa
31
Como se observa en la figura anterior, del total de los cuidadores participantes se
encontró que 30 de los participantes (41.1%) se percibe a sí mismo sin sobrecarga;
21 participantes (28.8%) afirma tener un nivel moderado de sobrecarga y 22
(30.1%) son identificados con sobrecarga intensa. Infiriendo que 6 de cada 10
cuidadores se ven afectados por esta actividad, haciéndolos más susceptibles a
presentar niveles de sobrecarga.
En la tabla 1 se muestran los reactivos que obtuvieron los valores más altos (<3.0),
indicando las áreas donde los cuidadores se perciben más sobrecargados. Donde
nos permite identificar que estos reactivos se enfocan a la percepción que como
cuidador no realizan lo suficiente por el cuidado, creando que se exijan más ellos
mismos, lo cual les genera sobrecarga.
Tabla 1.
Reactivos con mayor porcentaje en sobrecarga (<3.0).
Reactivo N Mínimo Máximo Media Desv. típ.
14¿Piensa que su familiar le considera a usted la única persona que le puede cuidar?
73 1 5 3.77 1.612
8¿Piensa que su familiar depende de usted?
73 1 5 3.70 1.525
7¿Tiene miedo por el futuro de su familiar?
73 1 5 3.45 1.344
21¿Piensa que podría cuidar mejor a su familiar?
73 1 5 3.45 1.555
20¿Piensa que debería hacer más por su familiar?
73 1 5 3.08 1.412
15¿Piensa que no tiene suficientes ingresos económicos para los gastos de cuidar a su familiar, además de sus otros gastos?
73 1 5 3.04 1.428
32
0.0
1.0
2.0
3.0
4.0
5.0
Factor 1.Análisis Lógico
Factor 2.ResoluciónProblemas
Factor 3.ContenciónEmocional
Factor 4.Busqueda
Guía/Soporte
Factor 5.AceptaciónResignación
Factor 6.EvitaciónCognitiva
4.97 4.94 4.95
3.67 4.31
2.67
Dada la tabla anterior, se puede identificar claramente que el reactivo más alto
obtuvo una media de 3.77% (Reactivo 14) en donde el cuidador asume la carga y/o
responsabilidad él mismo como la única persona que puede cuidar de su familiar.
4.3 Estilos de afrontamiento de Moss
A continuación se procede a la descripción de los resultados obtenidos en el
Cuestionario de Estilos de Afrontamiento, en donde se obtuvo un Alpha de
Cronbach de .767, demostrando su confiabilidad.
La Figura 2 que a continuación se muestra, puntualiza los 6 factores incluidos
dentro de la Escala de Afrontamiento de Moss, en la cual se observa un mayor
porcentaje en los estilos considerados adaptativos-positivos tales como, Análisis
lógico (4.97%); Resolución de problemas (4.94%); Contención emocional (4.95%) y
Aceptación/Resignación (4.31%); ya que son factores que ayudan al sujeto a
hacerle frente al problema obteniendo un promedio de <4% con una diferencia
mínima entre ellos. Sin embargo, se observa que la estrategia poco adaptativa
(Evitación cognitiva, 2.67%) no es del todo utilizada, por lo que cabe mencionar que
los cuidadores en las áreas de hemodiálisis manejan estrategias más útiles para
enfrentar el problema.
Figura 2. Porcentajes por factores
33
4.4. Correlación entre estilos de afrontamiento y sobrecarga
A continuación se describen las correlaciones no paramétricas que los participantes
obtuvieron proveídas de los 6 factores del instrumento de Estilos de Afrontamiento
con el instrumento de Sobrecarga.
Tabla 2.
Correlación de Sobrecarga con los 6 Factores de Estilos de Afrontamiento
Factor 1. Análisis lógico
Factor 2. Resolución
de problemas
Factor 3. Contención emocional
Factor 4. Búsqueda de guía y soporte
Factor 5. Aceptación o resignación
Factor 6. Evitación cognitiva
Nivel de sobrecarga
.015 -.156 -.279* .036 .124 -.145
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). *. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
La tabla anterior nos muestra una relación significativa en cuanto al Factor 3
(Contención emocional, -.279*), el signo negativo indica que cuando un elemento
sube el otro baja y viceversa, es decir, cuando se presenta una sobrecarga leve o
moderada aumenta la contención emocional, ya que el sujeto sólo necesita contar
el problema para expresar sus sentimientos y liberar tensiones para poder
comprender mejor algo que les ocurrió a través de la repetición; por otra parte,
cuando la sobrecarga es elevada y la contención emocional es baja, el sujeto no
hablará del problema y tratara de esquivarlo, de ahí la relación con el Factor 2, en
donde la habilidad del sujeto para solucionar problemas se verá averiada y por
consiguiente le evitará el razonar (Factor 6).
Siguiendo con la correlación de sobrecarga con estilos de afrontamiento, se
presentan las diferencias en las medias de acuerdo al nivel de sobrecarga con los
estilos de afrontamiento que utilizan los participantes. Para ello, se analizaron los
niveles de sobrecarga (no sobrecarga, sobrecarga moderada y sobrecarga
intensa), encontrándose que los participantes que puntúan con una sobrecarga
intensa utilizan con mayor frecuencia la estrategia de afrontamiento de Análisis
34
Lógico (Factor 1; 5.23%). Por otro lado, se observa que la estrategia que utilizan
con menor frecuencia se refiere a la Evitación Cognitiva (Factor 6; 2.57%), ya que
evitan hablar o conversar sobre el problema (ver Figura 4).
Figura 4. Diferencias de medias en Estrategias de Afrontamiento con Sobrecarga
Intensa.
A continuación se dan a conocer las diferencias de medias en las estrategias de
afrontamiento que utilizan los participantes que presentan un nivel de sobrecarga
moderada (ver Figura 5).
Figura 5. Diferencias de medias en Estrategias de Afrontamiento con Sobrecarga
Moderada.
0
1
2
3
4
5
65.23 5.05
4.72 4.07
4.67
2.57
Factor 1 Análisis Lógico Factor 2 Resolución de Problemas
Factor 3 Contención Emocional Factor 4 Búsqueda guía/soporte
Factor 5 Aceptación-Resignación Factor 6 Evitación Cognitiva
0
2
4
64.98 5.00 5.30
3.04
4.18
3.00
Factor 1 Análisis Lógico Factor 2 Resolución de Problemas
Factor 3 Contención Emocional Factor 4 Búsqueda guía/soporte
Factor 5 Aceptación-Resignación Factor 6 Evitación Cognitiva
35
Como se puede observar en la figura anterior, los participantes que puntúan con
sobrecarga moderada utilizan con mayor frecuencia la Contención Emocional
(Factor 3; 5.30%), y la estrategia de afrontamiento que utilizan con menor
frecuencia es la Evitación Cognitiva (Factor 6; 3.00%).
Por último, resta mencionar las diferencias de medias en Estrategias de
afrontamiento sin la presencia de sobrecarga (Véase Figura 6).
Figura 6. Diferencias de medias en Estrategias de Afrontamiento con la No
Sobrecarga.
En base a la figura anteriormente mencionada, se puede decir que los participantes
que no presentan un nivel de sobrecarga alarmante utilizan con mayor asiduidad la
Contención Emocional (Factor 3; 5.11%). Por otro lado, la estrategia que menos
utilizan es la Evitación Cognitiva (Factor 6; 2.71%), en la cual los participantes
tienden a evitar hablar de los sentimientos negativos que la situación pueda
originarles; piensan en el problema pero no lo solucionan.
4.5 Correlación entre sobrecarga y horas de cuidado al día.
A continuación se muestra el resultado obtenido al correlacionar la suma total de
sobrecarga con las horas de cuidado de su familiar por día, observándose que
0
1
2
3
4
5
64.88 4.92 5.11
3.64 4.18
2.71
Factor 1 Análisis Lógico Factor 2 Resolución de Problemas
Factor 3 Contención Emocional Factor 4 Búsqueda guía/soporte
Factor 5 Aceptación-Resignación Factor 6 Evitación Cognitiva
36
0
10
20
30
40
50
60
40.8 43.33
53.62
Nivel de sobrecarga por horas al día de cuidado
De 1 a 8 horas
De 8 a 16 horas
De 17 a 24 horas
existe una correlación significativa en sobrecarga por horas al día de cuidado
(.332*), lo que indica que influye en gran medida las horas por día que el sujeto
provee a su familiar, en la sobrecarga que este pueda experimentar (ver tabla 3.)
Tabla 3.
Sobrecarga con horas de cuidado al día.
suma Horas al día
Rho de Spearman
Sobrecarga Total
Coeficiente de correlación
1.000 .332**
Sig. (bilateral) . .004
N 73 73 **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
Es importante puntuar que no se encontró una correlación significativa entre los
datos demográficos de sexo, motivo de cuidado, ocupación, edad, etc. con el nivel
de sobrecarga o con las estrategias de afrontamiento.
Por ello, viendo la significancia de ésta correlación, se describe a continuación el
nivel de sobrecarga presentado por los cuidadores. Las horas de cuidado al día
fueron agrupadas en rangos de 8 para ser graficadas.
Figura 3. Nivel de sobrecarga por horas al día de cuidado
37
La Figura anterior demuestra cómo el grupo de 17 a 24 horas de cuidado al día,
obtuvo un mayor puntaje en sobrecarga, indicando que los participantes que cuidan
de su familiar por largas horas durante el día, tienen a experimentar niveles más
altos de sobrecarga (53.62%) que los que proveen cuidados por menos horas. Sin
embargo, como se puede observar, los puntajes entre los tres grupos de horas no
distan en gran medida uno del otro, por lo que el aumento de las horas de cuidado
propiciará una mayor sobrecarga en el cuidador.
CAPÍTULO V
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio fue describir la relación entre las estrategias de
afrontamiento y la sobrecarga en cuidadores primarios de pacientes con
Insuficiencia Renal Crónica (IRC) que se encuentran en servicio de Hemodiálisis,
identificar al mismo tiempo la presencia de sobrecarga en los cuidadores y cuáles
son las estrategias de afrontamiento que utilizan con mayor frecuencia.
Al analizar los datos de los participantes se encuentra que el perfil del cuidador
primario no difiere de otras investigaciones, el rol de cuidadores es desempeñado
por un familiar, siendo en su mayoría más mujeres (58 cuidadoras) que hombres
(14 cuidadores), personas casadas, amas de casa, esposas o hijas del paciente,
proporcionando cuidados los 7 días a la semana las 24 horas del día; esto coincide
con lo reportado en la literatura donde es posible identificar que culturalmente se
percibe a la mujer como la persona ideal para cuidar a una persona dependiente,
sin hacer distinción de la enfermedad que padezca el paciente. Haciendo mención
39
que el motivo principal de proveer cuidados en la mayoría de los casos es por
amor.
Los resultados obtenidos en esta investigación concuerdan con lo descrito por
Mateo, Millán, García, Gutiérrez, Gonzalo y López (2000) sobre el perfil del
cuidador primario, donde se menciona que por lo general, una persona, la
cuidadora principal, asume la responsabilidad de cuidar sola o con el apoyo de
otros, casi siempre un familiar. Esta cuidadora principal suele ser una mujer
miembro de la misma familia y con frecuencia convive en el mismo domicilio del
beneficiario (paciente).
El hecho de que en la mayoría de los casos no se presente una distribución
equitativa de los cuidados dentro de la familia, y que una sola persona sea
responsable del cuidado, se asocia con un impacto negativo en los diferentes
aspectos de la vida del cuidador principal (en este caso mujeres) y en especial
sobre su salud psicológica. Además el hecho de que el cuidador principal sea
mayormente una mujer dentro de la familia plantea una situación desigual en el
reparto familiar.
Por otra parte en los resultados se observa que la mayoría de los cuidadores se
encuentran ubicados en la adultez intermedia (ya que predominan los cuidadores
mayores a 44 años). Castañeda (2007) menciona que esto es una clara
demostración de las dificultades de una generación que la literatura denomina
“generación en sándwich” sobre la cual, recae la carga laboral y de crianza de los
hijos. En esta etapa también la gente tiende a volverse socialmente más madura,
confiada, cálida, responsable y tranquila (Papalia, 2010), por lo que suelen asumir
el cuidado de los familiares que se encuentran en situación de enfermedad o
dependencia.
Como se muestra en el capítulo anterior, en lo referente a los niveles de
sobrecarga se puede identificar que los cuidadores de esta área al momento del
estudio, un 41.1% (30 cuidadores) no presenta niveles significativos de sobrecarga,
40
indicando que se sienten bien consigo mismos y con la tarea/rol que están
desempañando; un 28.8% (21 cuidadores) se presentan con sobrecarga moderada
exteriorizando que comienzan a sentirse sobrepasados con la labor que se
encuentran desempeñando, comienzan a identificar en sí mismos mayor
cansancio, estrés y dolores psicosomáticos derivados de esto; ocasionando que el
servicio que ofrecen a la persona a su cuidado comience a carecer de calidad.
Por otro lado un 30.1% (22 cuidadores) presenta sobrecarga intensa, esto indica
que el trabajo de cuidado y atención a sus familiares les está generando un
agotamiento de recursos emocionales y energía muy preocupantes. Esto genera de
igual forma que los cuidadores se auto evalúen con sentimientos de insuficiencia y
que no permiten tener una satisfacción personal, por el hecho de cuidar a una
persona- familiar que requiere de su ayuda. En general, las áreas donde los
cuidadores se perciben a sí mismos como más sobrecargados encontramos que
están relacionadas con la percepción de no realizar lo suficiente por el cuidado,
generándoles sentimientos negativos e incertidumbre sobre él y el futuro de su
familiar
Concerniente a las estrategias de afrontamiento, las más utilizadas por los
cuidadores de esta área son análisis lógico, resolución de problemas y contención
emocional. Se encuentran dentro de los estilos adaptativo-positivos,
proporcionando estrategias que ayudan al sujeto a enfrentar el problema. Tomando
como referencia la media más alta de las estrategias ya antes mencionadas
podemos concluir que la estrategia que los cuidadores primarios de pacientes en
servicio de hemodiálisis utilizan con mayor frecuencia es análisis lógico con una
media de 4.97. Recordemos que al utilizar esta estrategia los cuidadores se están
aproximando a conocer más sobre el problema utilizando estrategias cognitivas
cuyo objetivo es entender y prepararse mentalmente para enfrentarse con el
estresor y sus consecuencias.
Desde otro marco, Mikulic y Crespi (2008) asumen que no puede establecerse “a
priori “o en forma directa qué tipos de estrategias de afrontamiento resultan de
41
mayor eficacia, sino que su funcionalidad depende en alto grado del tipo o
naturaleza del evento estresante; así mismo plantean que las características
específicas de una crisis o transición vital y la evaluación que un sujeto hace de la
situación, contextualizan la selección de respuestas específicas de afrontamiento.
Se puede observar que fueron analizados ambos instrumentos individualmente
arrojando resultados importantes los cuales concuerdan con investigaciones
previamente revisadas. Sin embargo, no se obtuvo una correlación
estadísticamente como para afirmar que los estilos de afrontamiento tienen una
relación directa con el nivel de sobrecarga. Por lo que no se comprueba la hipótesis
inicialmente propuesta en esta investigación; la cual es: “Los estilos inadecuados
de afrontamiento se asocian a la sobrecarga en los cuidadores primarios de
pacientes en servicio de hemodiálisis”.
De igual manera se buscó correlacionar ambos instrumentos por separado con los
datos demográficos (sexo, parentesco, edad, ocupación, horas de cuidado al día,
tiempo de estar cuidando al paciente, tiempo del paciente en servicio de
hemodiálisis y motivo por el que cuida al paciente). Primero se analizaron los
estilos de afrontamiento, dando como resultado que no existe correlación alguna;
sin embargo al analizar una posible correlación del instrumento de sobrecarga con
los datos demográficos se pudo identificar que si existe una correlación significativa
de .332** (** La correlación es significativa al nivel 0,01(bilateral)) entre las horas
de cuidado al día con el nivel de sobrecarga.
Al relacionar estas dos variables se encontró que la sobrecarga se va
intensificando en las personas que llevan lapsos de tiempo más prolongados al
cuidado del enfermo, es decir, a mayor tiempo de cuidado mayor presencia de
sobrecarga. Esto concuerda con la investigación realizada con cuidadores de
pacientes con insuficiencia renal crónica, donde se hace mención de la misma
relación entre las horas de cuidado y la sobrecarga (Torres 2007).
42
5.1 Conclusión
Se puede concluir que el 58.9% de los cuidadores de la muestra presenta
sobrecarga de algún tipo, estimando que 6 de cada 10 cuidadores de pacientes con
IRC se encuentran propensos a presentar niveles considerables de sobrecarga,
afectando su entorno social, personal y laboral.
Esto básicamente se debe a que al cuidar alguna persona que queremos se
experimentan emociones contradictorias. El amor por un familiar y la satisfacción
que se deriva de ayudarle pueden ser sentimientos que coexisten con el
resentimiento por la pérdida de su propia privacidad y la frustración al creer que no
se tiene control sobre lo que sucede, todo esto puede verse intensificado al no
contar o conocer estrategias de afrontamiento adecuadas que ayuden a sobrellevar
la situación conflictiva.
Del mismo modo se encontró que el cuidador considera difícil aceptar el deterioro
en esta persona que ahora está cuidando. Estos sentimientos dependerán en parte
de la relación que previamente ha tenido con esa persona, cuánta responsabilidad
tiene, y las actividades diarias en su propia vida (profesionales, sociales y de
entretenimiento), estas emociones conflictivas pueden causarle culpabilidad y
estrés convirtiéndose en una sobrecarga (Zas, 2011).
Concordamos con lo descrito por García y Otero (s/f) al considerar importante que
el cuidador primario, en especial los cuidadores en los que su familiar es de primer
grado (recién ingresa al servicio de hemodiálisis), lleve un tratamiento psicológico
durante el proceso en el que comienza a responsabilizarse del enfermo con IRC.
Con el fin de que este se encuentre en un estado emocional a nivel óptimo e influya
motivando al paciente a que continúe con el cuidado propio de su enfermedad y
generar una adecuada adherencia terapéutica.
Así mismo se pudo comprobar lo descrito por Torres (2007) donde menciona que
para presentar algún grado de sobrecarga no solo influye el tiempo que se lleva
cuidando al enfermo sino también una serie de elementos, como la personalidad
43
del cuidador así como la del enfermo, la calidad y el tipo de relación “cuidador-
enfermo” previa a la enfermedad, estado de salud del cuidador, edad, capacidad de
afrontamiento al estrés del cuidador, recursos económicos, cantidad de actividad
laboral, en este caso en específico doméstica, estado emocional y entorno
emocional.
5.2 Recomendaciones
Todo lo anterior pone en evidencia la necesidad de implementar actuaciones
multidisciplinarias encaminadas a apoyar a los cuidadores tanto de forma
preventiva como de soporte, principalmente cuando las revisiones realizadas sobre
el tema muestran el beneficio potencial de las mismas.
Se propone a partir de los resultados encontrados, realizar una intervención que
proporcione herramientas que ayuden a los cuidadores primarios de esta área a
tener un mayor autoconocimiento y control sobre sus emociones para evitar las
consecuencias de un vacío físico y emocional, sobrecarga, sentimiento de pérdida
y tendencia a la depresión. Vale la pena mencionar que los instrumentos utilizados
en la investigación demostraron ser confiables en esta población por lo que pueden
ser útiles en futuros estudios en población mexicana.
Es conveniente para los (as) cuidadores (as) y pacientes tener más información
sobre las consecuencias a nivel físico y psicológico que implica la enfermedad por
la que están pasando y los alcances de su intervención en el cuidado del enfermo.
Involucrar a otros miembros de la familia o amigos en la atención al mismo;
recordar que sólo es una persona más en el grupo de individuos que rodean al
paciente, y ver que si todos ellos actúan de manera conjunta podrán lograr mejores
resultados. Esto podría ayudarles a prevenir conductas que serían contra
producentes para cuidador-paciente y podrían orientarlos para tener una mejor
adherencia al tratamiento, aceptación hacia la enfermedad y actitudes positivas de
afrontamiento hacia esto. Por lo que es ampliamente recomendable que el cuidador
44
cuente con apoyo psicológico durante el proceso en el que se responsabiliza del
enfermo con IRC.
Sin dejar de lado la indispensable colaboración del equipo médico (médico familiar,
trabajadora social, enfermeras, etc.) que nos ayuda a identificar y orientar al
cuidador primario, reconociendo los posibles síntomas para prevenir o disminuir la
sobrecarga. Así mismo, se puede aprovechar el tiempo en el que los pacientes
están en la sesión de hemodiálisis y que los cuidadores están en la sala de espera,
para llevar a cabo las intervenciones con los cuidadores, mediante pláticas y
talleres con la finalidad de mejorar su calidad de vida.
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cion%20de%20problemas%20en%20psicologia&f=false
54
APÉNDICE
INSTITUTO TECNOLOGICO DE SONORA
Psicología
CONSENTIMIENTO INFORMADO
De manera voluntaria hago autorizar, por medio de la firma del presente
documento, para participar en una investigación, con la aplicación de un
cuestionario con respecto al desgaste y a estilos de afrontamiento del cuidador de
paciente con IRC en servicio de Hemodiálisis. Teniendo entendido que dicho
procedimiento no afectara de ningún modo mi integridad física, moral, social,
familiar o emocional; así mismo estoy enterado que la información que proporcione
es estrictamente confidencial y con fines educativos que apoyan un proceso de
investigación a modo de aportar beneficios.
Las alumnas en proceso de titulación de la licenciatura de Psicología; Quintero
Beltrán Ruth María y Valdez Rodríguez Ana Lucia son responsables de dicha
investigación.
Estando en mi derecho abandonar esta investigación en cuanto lo desee
_________________________________
Firma y Nombre del Participante.
55
ANEXO
EL CUESTIONARIO DE SOBRECARGA DEL CUIDADOR DE ZARIT
A continuación se presenta una lista de afirmaciones, en las cuales se refleja cómo se sienten, a veces, las personas que cuidan a otra persona. Después de leer cada afirmación, debe indicar con qué frecuencia se siente USTED así: nunca, raramente, algunas veces, bastante a menudo y casi siempre. A la hora de responder piense que no existen respuestas acertadas o equivocadas, sino tan sólo su experiencia.
Los valores correspondientes a las opciones de respuesta son: 1=Nunca 2=Rara vez 3=Algunas veces 4=Bastante a menudo 5=Casi siempre
Nunca Rara vez Algunas veces
Bastantes veces
Siempre
¿Piensa que su familiar le pide más ayuda de la que realmente necesita?
¿Piensa que debido al tiempo que dedica a su familiar no tiene suficiente tiempo para usted?
¿Se siente agobiado por intentar compatibilizar el cuidado de su familiar con otras responsabilidades (trabajo, familia)?
¿Siente vergüenza por la conducta de su familiar?
¿Se siente enfadado cuando está cerca de su familiar?
¿Piensa que el cuidar de su familiar afecta negativamente la relación que usted tiene con otros miembros de su familia?
¿Tiene miedo por el futuro de su familiar?
¿Piensa que su familiar depende de usted?
¿Se siente tenso cuando está cerca de su familiar?
56
¿Piensa que su salud ha empeorado debido a tener que cuidar de su familiar?
Nunca Rara vez Algunas veces
Bastantes veces
Siempre
¿Piensa que no tiene tanta intimidad como le gustaría debido a tener que cuidar de su familiar?
¿Piensa que su vida social se ha visto afectada negativamente por tener que cuidar a su familiar?
¿Se siente incómodo por distanciarse de sus amistades debido a tener que cuidar de su familiar?
¿Piensa que su familiar le considera a usted la única persona que le puede cuidar?
¿Piensa que no tiene suficientes ingresos económicos para los gastos de cuidar a su familiar, además de sus otros gastos?
¿Piensa que no será capaz de cuidar a su familiar mucho más tiempo?
¿Siente que ha perdido el control de su vida desde que comenzó la enfermedad de su familiar?
¿Desearía poder dejar el cuidado de su familiar a otra persona?
¿Se siente indeciso sobre qué hacer con su familiar?
¿Piensa que debería hacer más por su familiar?
¿Piensa que podría cuidar mejor a su familiar?
57
Escala de Afrontamiento (forma B) de Moss, R. (1984).
Instrucciones
Intentamos conoces cuales son las formas que usa al tratar de solucionar los problemas que se le presentan cotidianamente. No hay respuestas buenas ni malas, por favor conteste con toda franqueza, diciendo la verdad. Escoja la opción que refleje mejor su propio caso encerrando en un círculo la respuesta.
CUANDO TENGO UN PROBLEMA ACTUO DE LAS SIGUIENTES FORMAS
Nunca Casi Nunca
Pocas veces
Frecuente-mente
Casi siempre
Siempre
1.- Tratando de conocer más del problema
2.- hablo con mi pareja o mi familia sobre el problema.
3.-Hablo con un amigo acerca del problema.
4.-Hablo con un profesional (medico, abogado, etc.) del problema)
5.-Le pido a Dios que me guie o me de valor
6.-Me preparo por si pasa lo peor.
7.-No me preocupo, pienso que todo saldrá bien.
8.-Cuando me siento enojado(a) me desquito con otras personas.
9.-Cuando me siento deprimido(a) me desquito con otras personas.
10.-Trato de ver el lado bueno del problema.
11.-Hago otras cosas para no pensar en el problema.
12.-Pienso en un plan de acción y lo llevo a cabo.
13.-Pienso en varias formas de resolver el problema.
14.-Me guío por mis experiencias pasadas en situaciones similares.
15.-Doy a notar lo que siento
16.-Tomo las cosas como vienen y las resuelvo paso a paso.
17.-Trato de analizar el problema y de ves las cosas objetivamente.
18.-Pienso en el problema para tratar de entenderlo mejor.
19.-Trato de no precipitarme y no actuar impulsivamente.
20.- Me digo cosas a mí mismo(a) para sentirme mejor.
21.-Me olvido del problema por un tiempo.
22.-Sé lo que debo hacer y me esfuerzo para que salgan bien las cosas.
23.-Prefiero estar alejado(a) de la gente.
24.-Me propongo que la próxima vez las cosas serán
58
diferentes.
25.-Me niego a creer lo que está pasando.
26.-Si no puedo hacer nada para cambiar las cosas, las acepto como vienen.
27.-Trato de permanecer insensible, que no me afecte.
28.-Busco ayuda con personas o grupos que hubieran tenido experiencias similares.
29.-Trato de llegar a un acuerdo para rescatar algo positivo del problema.
30.-Trato de relajarme o tomármelo con calma. A) Bebiendo más B) Comiendo más C) Fumando más D) Durmiendo más E) Haciendo más ejercicio F) Hago otras cosas (anotar)_____________________________________
ninguno uno Dos tres cuatro Más de cuatro
31.- ¿Cuántos amigos(as) considera que tiene?
32.- ¿Cuántos amigos(as) cercanos con quienes pueda platicar de sus problemas tiene?
33.- ¿A cuántas personas conoce de quienes pueda esperar ayuda real cuando tiene problemas?
Una vez al día
Una vez a la
semana
Una vez al mes
Cada 6 meses
Cada año
Cada 2 años
34.- Tengo un círculo de amigos(as) con quienes mantengo un contacto cercano
Gracias por su aportación
Datos generales:
Edad: __________ Sexo: F___ M ____ Estado Civil: ______________ Parentesco: ______________
Ocupación: __________________ Tiempo que lleva cuidando al paciente: ______________
Número de horas que cuida al paciente por día: ___________
Motivo por el que cuidad a su familiar:
a) Por amor b) compromiso c) agradecimiento d) apoyo e) por que le pagan
Tiempo que lleva el paciente en tratamiento: ___________________
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