View
221
Download
2
Category
Preview:
DESCRIPTION
En esta ponencia discutimos consideraciones historiográficas acerca de las relaciones sociales entre africanos esclavizados y sus amos en la Región de Cuyo (Argentina) durante las primeras décadas del siglo XIX. La historiografía analizada, en general, sostiene la idea de un trato humanista y de una “relación recíproca de fidelidad”, de mestizaje y “absorción” de las minorías. A partir de esto reflexionamos acerca de la relación entre esas representaciones eruditas y aquello que actualmente desde la militancia afrodescendiente, y también desde algunos sectores académicos, se define como “invisibilización académica” de la población africana, y su descendencia, en y de Argentina.
Citation preview
ROSTROS, DESNUDOS, DIFERENCIAS E INTERVALOS EN ASIA, ÁFRICA Y
SU IMPACTO EN LATINOAMÉRICA
Coordinadoras:
Susana Murphy, Universidad de Buenos Aires-Universidad Nacional de Luján.
susanab.murphy@gmail.com
Mariela Ramos, Universidad de Buenos Aires. marielajoplin@hotmail.com
8. Estudio e invisibilización de los africanos y afrodescendientes en
Argentina. Crítica de la noción de “relaciones recíprocas de
fidelidad”, entre amos y esclavos, en la historiografía cuyana.
Expositor: Orlando Gabriel Morales, Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y
Ambientales, CCT-CONICET Mendoza,
omorales@mendoza-conicet.gob.ar
En esta ponencia discutimos consideraciones historiográficas acerca de las relaciones
sociales entre africanos esclavizados y sus amos en la Región de Cuyo (Argentina) durante
las primeras décadas del siglo XIX. La historiografía analizada, en general, sostiene la idea
de un trato humanista y de una “relación recíproca de fidelidad”, de mestizaje y
“absorción” de las minorías.
A partir de esto reflexionamos acerca de la relación entre esas representaciones eruditas y
aquello que actualmente desde la militancia afrodescendiente, y también desde algunos
sectores académicos, se define como “invisibilización académica” de la población africana,
y su descendencia, en y de Argentina.
Introducción
Vamos a ver cómo el desequilibrio existe en realidad; según el sistema, se mantiene por
parte de unos o de otros, por parte del jefe o de la gente. Pero la conjunción de una norma
de reciprocidad con una realidad de explotación no distinguiría la primitiva economía
2
política de cualquier otra: en todas partes del mundo la categoría indígena para explotación
es “reciprocidad”.
Marshall Sahlins (1983: 152)
En esta ponencia relacionamos y discutimos consideraciones teóricas de algunos eruditos y
académicos referentes de la historiografía de la Región de Cuyo(actuales provincias
argentinas de Mendoza, San Juan y San Luis) acerca de las relaciones sociales entre
africanos y afrodescendientes esclavizados y sus amos en la sociedad cuyana de la
coyuntura revolucionaria e independentista.
Ese contexto, y específicamente el período comprendido entre 1810 y 1820, nos parece
singular y relevante puesto que en el mismo se dictaron una serie de disposiciones relativas
a la libertad de los esclavos que nos permiten presuponer la emergencia de tensiones
sociales allí donde la presencia de africanos y afrodescendientes esclavizados era cuantiosa,
como es el caso de Cuyo y particularmente de Mendoza.En tal sentido, sólo entre 1812 y
1815 el gobierno central de las Provincias Unidas del Río de La Plata dictó una batería de
medidas en favor de manumitir esclavos, prohibir el tráfico esclavista, abolir la esclavitud
de los niños, reglamentar el ejercicio de los libertos e integrar a éstos en ejércitos y milicias.
Esta batería de medidas políticas se vinculó en parte con la crisis del sistema esclavista
frente al avance del abolicionismo, misma que resultaba representativa de algunos cambios
paradigmáticos que se desenvolvían no sin grandes tensiones sociales. En nuestra
perspectiva, hasta esa coyuntura la presencia de africanos y afrodescendientes fue
relevante, evidente y no negada socialmente, pero en el período comprendido entre las
acciones revolucionarias, independentistas y constitutivas de una nación argentina
independiente y la consolidación del modelo de nación proyectado hacia fines del siglo
XIX pudieron operar algunos mecanismos que contribuyeron a la progresiva invisibilidad
social y a la consecuente negación de estos grupos sociales. Fenómeno éste último al que
habría contribuido más adelante y de algún modo el saber historiográfico -y no únicamente
éste- al interpretar los hechos históricos constitutivos del estado-nación y las relaciones de
los grupos sociales en el devenir histórico de la nación argentina.
3
En particular, la historiografía que tiene por objeto de estudio a los africanos esclavizados y
sus descendientes en la región de Cuyo es escasísima. Su producción no se ha sostenido en
el tiempo y no ha seguido patrones de sistematicidad en cuanto a los problemas abordados
y los períodos de tiempo considerados. De modo que hayamos trabajos sueltos y
discontinuos de autores que eventualmente se preocuparon por problemas puntuales, salvo
el caso de José Luis Masini Calderón, un historiador local que, sobre todo a fines de la
década de 1950 y principios de 1960, abordó con cierta sistematicidad el tema de la
esclavitud en Cuyo en el período independiente (entre 1810 y 1860) y de la incorporación
de libertos en el Ejército de los Andes.
Los trabajos de Masini (1961, 1962, 1962/3), junto a otros pioneros que exploraron el
alcance e incidencias (demográfica, económica, social) de la integración de los esclavos y
libertos en el Ejército de los Andes (Barrionuevo Imposti, 1947; Comadrán Ruiz, 1978,
Saa, 1991), aportan evidencia empírica acerca de la presencia y evolución estadística de la
población negra esclava y libre, de las formas dispuestas por el estado para su
incorporación en las formaciones militares y del alcance de la legislación abolicionista en la
región durante el siglo XIX. En tal sentido también contribuyen otros trabajos (Sarmiento,
1850; Hudson, 1898; Sánchez Cano, 2006; Ponte, 2008) que sin abordar específicamente la
presencia afrodescendiente han entregado algunos datos e interpretaciones sobre su
incidencia demográfica y protagonismo doméstico y social.
Mientras que para la época colonial conocemos, sin toda la profundidad deseada, la
incidencia de la parcialidad negra en la población cuyana (Sánchez Cano, 2006; Comadrán
Ruiz, 2015), la legislación y dimensión política y comercial de la trata de negros (Zuluaga,
1970); y el papel de los esclavos africanos en las relaciones de producción y su incidencia
económica en el área rural cuyana (Garavaglia, 2013). También tenemos algunos datos en
torno de las “mezclas interétnicas”, específicamente en Mendoza, derivadas de uniones
legales de varones negros en el período 1710-1775 (Coria, 2006); y contamos con algunas
genealogías de africanos esclavizados que dejan ver trayectorias de vida individuales y el
alcance social de la afrodescendencia en Mendoza (Caballero, 2010).
En los últimos años, por otra parte, en el marco de una renovación historiográfica atenta a
conocer y explicar el papel de los sectores subalternos en los procesos sociopolíticos
constitutivos de las naciones hispanoamericanas, Bragoni (2008, 2010) puso en agenda
4
aspectos relativos a la participación política de los esclavos negros en Cuyo y precisó los
alcances de su politización en la coyuntura revolucionaria y de organización del Ejército de
los Andes.
Todos los trabajos citados dejan ver, en general, la relevancia demográfica, social y
económica de los esclavos negros y sus descendientes en la región de Cuyo, a la vez que la
importancia de esta región en la configuración social y política de la actual Argentina en los
siglos XVIII y XIX.
Asimismo, en la bibliografía examinada encontramos algunas interpretaciones acerca de las
relaciones entre amos y esclavos en la sociedad cuyana durante el período colonial y las
primeras décadas del independiente que entendemos que conviene revisar, por al menos dos
motivos: 1) para contribuir a sistematizar el conocimiento historiográfico existente sobre un
aspecto social puntual todavía muy poco estudiado; 2) porque presuponemos que puede
existir relación entre esos planteos y el marco interpretativo-explicativo que llevó a sostener
la idea de desaparición y/o asimilación no conflictiva de los descendientes de africanos
esclavizados en la sociedad cuyana.
Para empezar, conviene aclarar algunos criterios desde los que partimos: no creemos
pertinente presuponer un único modo de relación social para todos los vínculos ni pensar
esas relaciones como externas al contexto social, político, económico de cada época. Es
decir, partimos de pensar en los modos de relacionamiento como históricos, contingentes y
no universales. De modo que si estuviéramos interesados en especificar las formas de
relación amo-esclavo sólo podríamos reconstruir algunas formas predominantes en una
coyuntura histórica específica.
Pero en esta ponencia nuestro propósito no es llegar a definir a través de la bibliografía
examinada las formas de relación amo-esclavo en la sociedad cuyana en una coyuntura
particular si no exponer el conocimiento producido al respecto, o al menos las
interpretaciones vertidas por algunos autores (porque en lo examinado no se identifica un
cuerpo sistematizado de saberes al respecto), y reflexionar sobre la posible relación entre
esos planteos y un marco de interpretación-explicación histórica que actualmente algunos
actores (académicos y militantes) vinculan con el proceso de invisibilización de los
afrodescendientes en la sociedad argentina.
5
Invisibilización
En la Argentina, y actualmente, no solo se ignora, niega o minimiza la presencia de
población de origen africano (algo que a primera vista es difícil de detectar), sino también
su importancia histórica y hasta su misma existencia que, sin embargo, nunca falta en las
conmemoraciones escolares, donde siempre se la representa realizando distintas tareas en la
época de la independencia (Goldberg, 2011: 101)
Marta Goldberg, una de las pioneras de los estudios de afroargentinos, observa también que
los afrodescendientes han estado ausentes en la historiografía argentina hasta mediados del
siglo XX.
En este marco sobreviene una pregunta: ¿Qué es la invisibilización de los
afrodescendientes? Leite (1991), cuyo planteo compartimos, recurre al concepto de
invisibilidad para analizar la negación histórica y segregación de los descendientes de
africanos en Santa Catarina (Brasil), un caso con semejanzas respecto del contexto que
aborda nuestro trabajo.1 En la perspectiva deLeite (1991), la invisibilidad puede ocurrir en
el ámbito individual o colectivo, en las acciones institucionales, oficiales, y en los textos
científicos. Es un dispositivo de negación del Otro, a veces inconsciente, y (re)productor de
racismo. Asimismo, la invisibilidad es uno de los soportes de la ideología del
blanqueamiento, pudiendo ser construida/identificada en diferentes tipos de prácticas y
representaciones.
¿Cómo se construye la invisibilización? Para el caso de Argentina, López (2005) afirma
que en la literatura académica reciente se ha producido una deconstrucción que interpreta la
negación de las alteridades negras como el resultado de operaciones hegemónicas de
constitución histórica del perfil étnico-racial de la nación como blanco y europeo. En esta
1 La misma Leite (1991) señala que se trata de un mecanismo observable en otros contextos de la región. Aquí no desarrollaremos los aspectos comunes, que para una lectura avezada de su trabajo resultan bastante evidentes; pero, en general, pueden mencionarse: una presencia efectiva de población negra durante el período colonial; luego, una política estatal de fomento de la inmigración europea para blanquear y civilizar a la población en función de la idea de una Nación y del desarrollo y progreso del país; a la vez, una consecuente negación de la presencia de negros; y, actualmente, una situación de segregación social de los afrodescendientes. Por su parte, la historiografía brasilera también habría contribuido a la tesis de la “reducción progresiva” de la población negra y a la negación de su importancia para la economía, sociedad y cultura en el sur de Brasil.
6
línea de análisis hay que ubicar a la literatura científica que, sobre todo desde la
antropología y la historia, han producido, entre otros, Andrews (1989), Correa (2000),
Solomianski (2003), Domínguez (2004), López (2005), Frigerio (2000, 2006, 2008), Maffia
y Lechini (2009), Geler (2010), Guzmán (2011), y Morales (2014).
Asimismo, otros trabajos, como los de Goldberg (2000), Picotti (2001), Rosal (2002),
Lechini (2008), Pineau (2011) y Mallo y Telesca (2010) dan cuenta de un incremento de las
investigaciones en las últimas décadas y aportan a un mayor conocimiento sobre los
africanos esclavizados y sus descendientes en Argentina desde la época colonial, pasando
por el proceso de constitución y consolidación del Estado-nación, hasta fines del siglo XX.
Considerando este panorama, Geler (2006) sostiene que algunos historiadores
representativos de este “corrimiento teórico e ideológico” han incorporado a sus estudios
manifestaciones culturales, sociales y políticas de los afrodescendientes y les han otorgado
a éstos un papel activo en la escena social y la esfera pública en la región en el contexto del
siglo XIX y XX. Sin embargo, la misma autora sostiene que la historiografía debe un
trabajo que recoja las voces de la comunidad afroargentina para analizar la invisibilización
y el proceso de construcción del Estado-nación (Geler, 2006).
Andrews (1989) ha sido uno de los pioneros en discutir las interpretaciones historiográficas
prevalecientes hasta la década de 1980 acerca del devenir histórico de la población
afrodescendiente de la sociedad argentina. En este sentido, el autor sostiene que existen
cuatro explicaciones historiográficas recurrentes de la desaparición de los afroargentinos.
Por un lado, el argumento más frecuente es que los negros fueron exterminados en las
guerras del período revolucionario, constitutivo del estado-nación y en las guerras civiles.
Ligado a lo anterior, por falta de varones negros y por el deseo de las mujeres negras de
concebir hijos con mejor suerte que la de su raza, habría sobrevenido el mestizaje que hizo
a la desaparición de los negros.
Por otro lado, un tercer argumento se centra en las bajas tasas de natalidad y, paralelamente,
altas tasas de mortalidad de los afroargentinos; y una cuarta explicación apela a la
declinación del comercio de esclavos como factor decisivo para la extinción gradual de los
negros. Sin embargo, Andrews (1989) sostiene que todas estas explicaciones, pese a su
7
coherencia, no satisfacen un único criterio: “poco o ningún esfuerzo se ha hecho para
probarlas” (1989: 11).
Diferenciándose de estas explicaciones descriptas por Andrews, una línea de análisis
historiográfico recientemente fortalecida por múltiples aportes-incluso del propio Andrews
(1989)- sostiene que la construcción de la nación argentina involucró procedimientos de
blanqueamiento de la población racial o étnicamente marcada como diversa y no deseada.
También que, en tanto el blanqueamiento es una construcción hegemónica, estos
mecanismos implicaron la negación o represión de la ascendencia africana y su herencia
cultural por parte de la propia población negra, descendiente de esclavos o inmigrantes
(Solomianski, 2003; Geler, 2010; Cirio, 2009; Maffia, 2011).
En este sentido, la narrativa dominante de “lo nacional” en tanto blanco y europeo, a nivel
macro, se vincula y articula con una invisibilización y negación de las alteridades no-
blancas y no-eurodescendientes, igualmente constante, a nivel de las interacciones micro
sociales de la vida cotidiana (Frigerio, 2006).
Siguiendo a Frigerio (2006), es en el plano de los intercambios cotidianos que interviene la
lógica de clasificación racial que contribuye a la construcción de la blanquedad2.
(…) la categorización de una persona como “no negro” se produce a través de un trabajo
(work, en el sentido de trabajo de construcción social de la realidad) constante de
invisibilización de los rasgos fenotípicos negros a nivel micro (…). La “blanquedad”
(whiteness) porteña (…) precisa ser construida (…) por medio de la adscripción de la
categoría de negro tan solo a quienes tienen tez oscura y cabello mota (Frigerio, 2006: 81).
Asimismo, cambiando los términos, se puede hablar de un proceso de construcción
contrario y en paralelo, en palabras de Solomianski (2003): el de la negritud. La historia de
la negritud argentina es en buena medida la de la blanquedad argentina, que no se quiere
ver como tal o que se nos representa de modo evidente como mera "argentinidad"
(Solomianski, 2003: 20).
2 En este caso Frigerio (2006) se refiere en particular a la sociedad porteña de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,aunque consideramos que sus planteos contribuyen para pensar los mismos problemas en el contexto nacional.
8
Por otra parte, la producción bibliográfica relativa a la presencia e incidencia cultural,
social y política de la población negra africana y afrodescendiente en Argentina no puede
pensarse como ajena al contexto de invisibilización histórica de estos grupos.
Al respecto, Maffia (2008) sostiene que la producción de conocimiento científico sobre
África, Afroamérica, la población afroamericana y afroargentina ha sido escasa y limitada
en el marco de una invisibilización académica producto de la construcción ideológica que
niega la existencia de africanos y afrodescendientes en Argentina.
Frigerio (2006, 2008), por su parte, apunta a una “narrativa dominante” de la historia
nacional que enfatiza la blanquedad Argentina y a un sistema de clasificación racial que
invisibiliza las evidencias fenotípicas contra la “ilusión de blanquedad” como variables
estructurales que habrían contribuido a la ausencia de estudios de los afroargentinos durante
un período que se extiende desde fines del siglo XIX hasta comienzos del siglo XXI.
Relaciones sociales Amo-Esclavo
¿Cómo describe la historiografía las relaciones sociales amo-esclavo en la sociedad cuyana
en el período revolucionario e independentista?
En primer lugar habría que introducir algunas distinciones relativas al contexto geográfico
y socioeconómico cuyano, y especialmente de Mendoza y San Juan, que para la época que
nos interesa constituyen aspectos significativos: es el caso de las características propias de
las “ciudades agrícolas”.
“Las “ciudades agrícolas”, las dos únicas del Río de la Plata, a saber, Mendoza y San Juan,
habían alcanzado por su carácter una fuerte estructura interna en la que los grupos sociales
aparecían claramente diferenciados en función de la división del trabajo, a la vez que
cohesionados jerárquicamente” (Roig, 2005: 44-45).
Una particularidad de este tipo de ciudades, en el enfoque que sostiene el filósofo
mendocino Arturo Andrés Roig (2005), es que están organizadas sobre un sistema
patriarcal agrícola, a través del cual se prolongaban instituciones y usos derivados del
feudalismo. Sumado a esto hay que considerar que Mendoza, lo mismo que San Juan
aunque con mayor incidencia comercial y demográfica, fue, sobre todo en el período
9
colonial, una “ciudad esclavista”, sea por el tráfico desde el océano Atlántico hacia el
Pacífico como por la propia incorporación de mano de obra esclava en sus sistema
productivo (Roig, 2005). De hecho, con Garavaglia (2013) sabemos que la disminución de
la esclavitud en Mendoza durante la primera década pos revolucionaria impulsó una crisis
de la producción en los viñedos y, en general, una escasez de mano de obra para las tareas
agrícolas.
Quienes poseían esclavos en Cuyo eran mayormente familias de cierta posición económica
o instituciones como la Iglesia, el Cabildo o los Conventos, quienes los apreciaban como
mano de obra para realizar tareas domésticas, manuales y agrícolas; siendo que, ya en el
período revolucionario, también fueron empleados como soldados en la guerra por la
independencia (Sánchez Cano, 2006: 68-69).
En el período colonial en Cuyo, y particularmente en Mendoza, entonces, el sistema de
esclavitud y de servidumbre ese enlazaba sin mayor crisis en el sistema de jerarquías
estamentales instituido.
“Los integrantes de familias criollas “venidas a menos” o empobrecidas y los mulatos y
negros formaban estamentos inferiores, no confundidos entre sí, que constituían la llamada
“hez del pueblo”, caracterizada en todo momento como “los que no tenían nada que
perder”, frente a los propietarios, reducidos en número, que constituían la aristocracia
lugareña y que sustentaban, por eso mismo, el principio inobjetable de ser quienes debían
gobernar la cosa pública” (Roig, 2005: 44).
Al respecto, lo propio aporta Sánchez Cano cuando menciona la situación del mestizo en la
sociedad sanjuanina dominada por una minoría de blancos, ya que en su perspectiva la
condición de este “fue muy diferente a la del indio y del negro, puesto que se lo
consideraba en una situación de inferioridad social respecto del blanco, pero no se lo
explotaba económicamente” (Sánchez Cano, 2006: 70).
Volviendo sobre las ideas en torno de Mendoza y San Juan como ciudades agrícolas, Roig
pasa revista de Hegel, sin dejar pasar el hecho de que sus planteos se hallan presente en las
10
ideas del sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento3, y cita del filósofo alemán que el
sistema de la agricultura favorece el gobierno, el imperio de las leyes, la no dispersión
poblacional, la cohesión de todos los estamentos sociales y la dependencia recíproca.
En efecto, los planteos de algunos académicos y eruditos locales acerca de la dependencia
recíproca y, en general, de formas de reciprocidad entre amos y esclavos en el entramado
de relaciones del sistema social del período colonial y de la coyuntura del pasaje hacia la
nación independiente constituyen el centro de nuestra discusión bibliografía.
En este sentido, el historiador mendocino José Luis Masini (1961)4 nos dice que el
gobierno hispánico no era naturalmente esclavista y que en su contexto nadie dudaba de la
libertad esencial de todo individuo, por lo que la esclavitud habría estado atada únicamente
a la necesidad de mano de obra.
Hemos estudiado el régimen legal que tuvo el esclavo en el período anterior a la
independencia. Ese régimen y los variados documentos sobre la vida del esclavo en el
período, especialmente al final del mismo, demuestran que en aquel período no se procuró
deliberadamente mantener a esos desgraciados individuos dentro de límites estrechos e
inhumanos (Masini, 1961: 135).
Con similar orientación interpretativa, pero con mayor tenacidad y con una convicción
fundada en una explícita “inspiración hispánica”, se ha expresado el erudito sanluiseño
Víctor Saá (1991)5, quien ha calificado el vínculo del hacendado puntano6 y sus esclavos
como una “relación recíproca de fidelidad, a cambio de protección”. Le bastó para esto
poco más que mencionar que un mulato esclavo, propiedad de don Dionisio Peñaloza, que
había sido entregado al estado para ser incorporado al Ejército de Los Andes, al desertar se
refugió en la casa de su amo (Saá, 1991: Cap. IV “La esclavatura puntana”, s/p.).
3 Domingo Faustino Sarmiento fue un ilustrado del siglo XIX con gran influencia en la construcción de un imaginario nacional, en la incorporación deideas y políticas liberales y en la gestación de instituciones educativas. Nació en la Provincia de San Juan en 1811 y se desempeñó como Gobernador de esa jurisdicción entre 1862 y 1864 y como Presidente de la Nación argentina entre 1868 y 1874; más adelante en el tiempo, también fue Senador nacional por su provincia y Ministro del Interior. 4 José Luis Masini Calderón completó la carrera de Historia en la Universidad Nacional de Cuyo en el año 1946, fue docente de Historia y Geografía en esa misma institución y co-fundador del Liceo Militar General Espejo. 5 Víctor Saá intervino en la fundación de la Junta de Historia de San Luís en el año 1969 y llegó a presidir esa institución hasta 1979. 6 Puntano es un gentilicio usado para designar a los habitantes de la provincia de San Luis.
11
Pero también Saá respalda una definición propia del “hogar puntano”, hacia el año 18147,
con una referencia a la descripción del “hogar paterno” realizada por Sarmiento en su obra
“Recuerdos de provincia” (1850).
En la perspectiva de Saá (1991) la relación recíproca a cambio de protección se observa en
el nexo familiar que describe Sarmiento entre su madre, la criada y el agregado, en el cual,
según el autor, se evidencia trabajo, convivencia fraterna y unidad de fe.
“La caridad trascendía la unidad familiar dándole una jerarquía que apenas podemos
concebir en nuestros días. Y aun cuando el esclavo era un valor patrimonial gozaba de la
protección que alcanzaba a todos los miembros del hogar; protección que reconocía, por
sobre toda consideración económica o jurídica, un antecedente de responsabilidad moral
encarnado en el jefe de familia. El trabajo en aquel ámbito hogareño todavía tenía sentido y
valor de redención más que de mero recurso de subsistencia. La estancia –latifundio- era
una unidad económica de pastoreo más que de cultivo; pero el artesano que laboraba en
ella, libre de toda anónima explotación inhumana, gozaba de una seguridad que desconoce
el angustiado proletario de hoy” (Saá, 1991: Cap. 7 “El hogar puntano”, s/p).
Así, en Saa (1991) el reconocimiento del africano y/o del afrodescendiente esclavizado no
se realiza más que por alusión a la moralidad, a la dignidad y al valor espiritual reconocido
en el elemento hispánico.
“Étnica y culturalmente el pueblo puntano era hispánico en el momento de la Guerra de la
Independencia. Y al hacer esta afirmación en manera alguna negamos lo que realmente fue
la confluencia indígena; porque ella en su latitud histórica no contradice el calificativo,
antes bien, lo confirma, ya que la Hispanidad no se define como coincidencia meramente
biológica, como racismo consentido de la pureza de su sangre, sino como unidad
espiritual” (Saá, 1991: Cap. 5 “El pueblo puntano”)8.
Pues bien, el propio Domingo Faustino Sarmiento, en la obra referenciada por Víctor Saá9,
describió y valoró a la esclava y ala agregada como “personajes accesorios” de su hogar
7En la obra a la que referimos, firmada por Víctor Saá en 1950, el autor explica el aporte de San Luis a la gesta de San Martin por medio del Ejército de Los Andes para alcanzar la independencia argentina. 8El destacado es propio de la obra citada. 9VictorSaá encuentra en Sarmiento a un exponente del liberalismo, junto con el historiador mendocino Damián Hudson y el puntano Juan Wenceslao Gez, cuyas ideas tienen un sesgo antiespañol.
12
paterno; al tiempo que dejó ver en sus recuerdos un vínculo y sentimiento fraternal, más
propio del paternalismo patriarcal que de una reciprocidad equitativa.
“(…) la Toribia, una zamba criada en la familia; la envidia del barrio, la comadre de todas
las comadres de mi madre, la llave de la casa, el brazo derecho de su señora, el ayo que nos
crió a todos, la cocinera, el mandadero, la revendedora, la lavandera, y el mozo de manos
para todos los quehaceres domésticos. Murió joven, abrumada de hijos, especie de
vegetación natural de que no podía prescindir, no obstante la santidad de sus costumbres; y
su falta dejó un vacío que nadie ha llenado después, no sólo en la economía doméstica, sino
en el corazón de mi madre; porque eran dos amigas ama y criada, dos compañeras de
trabajo, que discurrían entre ambas sobre los medios de mantener la familia; reñían,
disputaban, disentían y cada una seguía su parecer, ambos conducentes al mismo fin”
(Sarmiento, 1850: 221-222).
En esta mirada retrospectiva de su niñez, Sarmiento recoge con melancolía los mejores
rasgos de esas personas que conformaban su hogar y los pone en evidencia con dos
consecuencias asociadas, aunque no fueran necesariamente intencionadas. Por una parte,
omite los elementos conflictivos propios de la desigualdad constitutiva de una relación
(amo-esclavo) basada en la propiedad y la explotación; por otra, circunscribe la descripción
a los factores afectivos y económicos de la unidad familiar omitiendo su contextualización
en el sistema de la esclavitud, de la servidumbre, y en un sistema económico que
funcionaba con base en la existencia de la esclavitud.
La otra era ÑaCleme, el pobre de la casa; porque mi madre, como la Rigoleta de Sué, que
no se mezquinaba nada, tenía también sus pobres a quienes ayudaba con sus desperdicios a
vivir. Pero el pobre de la familia era como la criada, un amigo, un igual y un mendigo.
Sentábase mi madre y ÑaCleme en el estrado, conversaban de gallinas telas y cebollas, y
cuando la infeliz quería pedir su limosna, decía invariablemente: -Pues vóyeme ya -, frase
que repetía hasta que algún harapo caído en desuso, en consideración a sus muchos
servicios, alguna semita redonda y sabrosa, una vela, si las había en casa, unos zapatos
viejos, y allá por muerte de un obispo, un medio en plata, a falta de menores subdivisiones
de la moneda, acudían a hacer cierto e inmediato el sacramental vóyeme ya, que no era al
principio más que una voz preventiva (Sarmiento, 1850: 222).
13
Pero, pese a lo argumentado por los autores citados, la existencia de conflictividad social
entre amos y esclavos en la coyuntura revolucionaria e independentista ha quedado en
evidencia,desde nuestra perspectiva,en algunos hechos históricos relevantes que dejan ver
algunas estrategias y experiencias de intervención política de los esclavos y libertos sobre
la base de preceptos liberales. Entre ellos, un acontecimiento excepcional: el levantamiento
armado de un grupo de esclavos para solicitar su libertad, frustrado en la ciudad de
Mendoza en el año 1812 (Bragoni, 2010); y algunos litigios entre particulares por
cuestiones de propiedad de esclavos y de maltrato de los mismos, que llegaron al ámbito
judicial por iniciativas emprendidas por mujeres esclavas (Bragoni y Morales, 2016).
En otro trabajo demostramos la puja entre amos y esclavos, esclavistas y
abolicionistas,sobre la base de las divergencias entre el “derecho de gentes” y los principios
jurídicos liberales en tanto sistemas jurídico-normativos que en la coyuntura revolucionaria
disputaban su legitimidad. Además, por medio de asumir las voces de los propios negros
esclavos y libres, rastreables en expedientes judiciales, mostramos las solidaridades y
agencias de éstos y la difusión de los preceptos liberales entre los mismos a sólo dos años
de la revolución de 1810 en las provincias del Río de La Plata (Bragoni y Morales, 2016).
Por su parte, Masinirefiere a algunos cambios significativos en relación con la obtención de
la libertad de los esclavos y el derecho de propiedad de los amos -que por nuestra parte
entendemos que están en la base de las nuevas tensiones sociales aludidas- y sostiene que el
período independiente “procura la desaparición del esclavo cosa, que era contra naturaleza
y además busca que desaparezcan las diferencias sociales que daban el nacimiento y el
color” (Masini, 1961: 136). En este nuevo marco, a la adquisición de la libertad civil por
medios privados, ya bastante extendida durante el período colonial, se sumó la intervención
del estado (por medio de la compra de esclavos para su incorporación en los ejércitos y de
la legislación abolicionista) para dar nacimiento a un individuo(el liberto)con un régimen
legal propio y una ubicación especial en la sociedad.
Sin embargo, según el mismo autor, elliberto de la época independiente no fue más que un
tipo de siervo, intermedio entre el esclavo y el individuo completamente libre, que debió
vivir su libertad sometido a una reglamentación especial o sirviendo en los ejércitos (donde,
según el mismo autor, una buena parte de ellos encontró la muerte).
14
“Dentro del período esclavista de nuestra vida independiente poco cambio sufrió el esclavo.
El único cambio de importancia en la nueva época se relaciona como se ha tratado, con la
incorporación de los mismos a la milicia. En este sentido el batallón de milicias formado
por San Martín en Mendoza (…) con obligaciones nuevas de carácter patriótico (…), con
prerrogativas propias de los milicianos, representa un nuevo aspecto del esclavo en la
sociedad (…) Dentro de los cuerpos, sin embargo, permanecieron separados por imposición
del medio social” (Masini, 1962: 60).
El medio social y, más propiamente, las nuevas circunstancias sociales productos de los
cambios acaecidos en torno del otorgamiento/obtención de la libertad civil y de las acciones
individuales y colectivas de los esclavos en función de sus expectativas por su libertad,
incidieron también para que, a lo largo del período que nos importa aquí (1810-1820), se
dictaran una serie de medidas relativas a la vigilancia y el castigo de los esclavos.Ejemplos
de esto para el caso de Mendoza nos menciona José Luis Masini Calderón:
“El Gobernador Juan F. Terrada, por bando del 29 de enero de 1814, establece: Serán
castigados y reprendidos con la severidad proporcionada, los esclavos que no guardasen el
respeto y la obediencia a sus amos, pues repetidas quejas y la experiencia han demostrado
la necesidad de que el Gobierno vele sobre los deberes de la esclavatura” (Masini, 1962:
61).
“El gobierno de San Martin insistió en el mismo sentido. El castigo de azotes lo
encontramos aplicado, también por estos años, tanto por parte de los particulares como del
Estado. La única prohibición estaba en impedir la sevicia de los amos” (Masini, 1962: 62).
En efecto, en nuestra perspectiva, la esclavitud no fue posible sin algún grado de ejercicio
de la violencia sobre los esclavizados y nos resulta difícil imaginar que esta no generara
algún tipo de resistencia de los esclavos y de tensión social en la relación social
amo/esclavo. Por supuesto, también, que la gradación de las tensiones y las violencias en el
contexto estudiado debió estar directamente vinculada a las fluctuaciones políticas, sociales
y económicas asociadas a los cambios y a las expectativas generados por la revolución,un
fenómeno extraordinario que incidiófuertemente tanto en las normativas como en las
sensibilidades sociales.
15
Es difícil pensar, al menos para nosotros, en la existencia de formas de reciprocidad en la
relación amo/esclavo que pudieran estar ajenas a este marco general de
violencias/resistencias/tensiones sociales, aun cuando la mirada se cierre sobre la unidad
del hogar, donde pueden haber operadocomponentes afectivos, fraternales y paternalistas.
Incluso a nivel de las relaciones al interior del hogar, generalizar sobre una supuesta
reciprocidad a cambio de protección parece poco prudente.
Reflexión final: Ausencia de conflicto / Invisibilización histórica
¿Cuál sería la relación posible entre los planteos anteriormente referidos acerca de una
relación de reciprocidad entre amos y esclavos y un marco de invisibilización académica e
histórica de los africanos y afrodescendientes esclavizados?.
Como hemos señalado antes, en sintonía con otros planteos similares (Frigerio, 2008;
Maffia, 2008;Goldberg, 2011; Morales, 2014),actualmente en los discursos de algunos
militantes afrodescendientes, o defensores de su causa, se hace pública la denuncia de una
vinculación entre las omisiones del sector académico, a la hora de producir conocimiento, y
la invisibilización de los africanos esclavizados y sus descendientes en la sociedad y la
historia nacional en Argentina.
Incluso, por otra parte, en el contexto más recientey en el campo de las investigaciones
etnográficas con personas africanas (migrantes) y afrodescendientes (nativos y
migrantes)hemos registrado cierta invisibilización (cultural y política) de los
investigadores-académicos en tanto actores situados en la estructura (de poder) de la
sociedad nacional y con participación en el campo de interlocución donde se producen las
narrativas hegemónicas acerca de los afrodescendientes en Argentina (Morales, 214).Por
esto mismo,sostenemos que laspropias prácticas académicas deben ser comprendidas como
parte de los procesos de construcción de alteridadeshistóricas en el marco de la formación
nacional.
En el mismo sentido, observamos que la intervención actual de los agentes académicos y
sus incidencias políticas en el sistema derelaciones que vincula a militantes
afrodescendientescontemporáneos entre sí y con la sociedad mayor y el Estado, a lavez que
16
las derivaciones de esa intervención en la producción de conocimiento científico,es uno de
los aspectos aún no suficientementeproblematizados en el campo de saber que estudia alos
afrodescendientes en Argentina. Aunque la relevancia de esa participaciónen el sistema de
relaciones aludido sepuede inferir, en parte, de la recurrencia de su figura como objeto de
discurso de los militantes afrodescendientes, sea para reclamar compromiso y militancia
con su colectivo, pararesponsabilizarlos por el paradigma de la blanquedad y el proceso de
invisibilización o como fuente de conocimiento para la reapropiación de categorías,
conceptos yperspectivas de análisis social (Hoffman, 2008; Morales, 2014).
Desde nuestra perspectiva, en el plano del análisis histórico emprendido por algunos
autores citados en el apartado anterior, la posibilidad de imaginar sin mayor dificultad una
integración social armoniosa de los descendientes de africanos esclavizados en la sociedad
cuyanase vincula con su orientación hacia la negación o desestimación de la conflictividad
social (y política) en la relación amo-esclavo.
Con base en esa orientación interpretativa, los mismos autores que nos hablan de
reciprocidad entre amos y esclavos plantean la idea deuna “absorción” o deuna integración
armónica y asimilacionista del elemento africano, “negro”, en la sociedad cuyana, “blanca”.
Indirectamente, la interpretación historiográfica que enfatiza o presuponela ausencia de
conflictoen las relaciones en cuestiónincurre en una negación de la desigualdad, de la
opresión y de la violencia que sometía al esclavo en beneficio de su propietario.
La invisibilización social e histórica de los afrodescendientes también es una forma de
desigualdad y sólo puede ser posible por una asimetría social que la operación
invisibilizadoraoculta, negando al otro (desigual). En la misma operatoria, sostenemos, se
niega la conflictividad que supone toda asimetría y desigualdad social, en la medida que en
algún grado y de alguna forma aquel que es negado resiste el poder opresor que lo niega.
Parece claro, entonces, que en este caso la negación de la conflictividad social estaría en la
base de un mecanismo invisibilizador que potencialmente y en forma consecutiva podría
operar asegurando que la desaparición de los africanos y afrodescendientes se debió a una
progresiva y armónica absorción o asimilación.
17
Bibliografía
Andrews, G. R (1989). Los afroargentinos de Buenos Aires. Buenos Aires, Argentina:
Ediciones de La Flor.
Barrionuevo Imposti, V. (1947). Los esclavos de San Luis en el ejército de los Andes y
otros documentos sanmartinianos. Villa Dolores.
Comadrán Ruiz, J. F. (1978). “Cuyo y la formación del Ejército de los Andes.
Consecuencias socio-económicas”. Primer Congreso Internacional Sanmartiniano, 20 de
noviembres, Buenos Aires.
Bragoni, B. (2010). “Esclavos insurrectos en tiempos de revolución (Cuyo 1812)”. En S. C.
Malloy Telesca I. (Ed.). “Negros de la patria” Los afrodescendientes en las luchas por la
independencia en el antiguo Virreinato del Río de La Plata. Buenos Aires: Argentina: SB.
Bragoni, B. y Morales O. G. (2016). “Libertad civil y patriotismo en el Rio de la Plata
revolucionario: la experiencia de los esclavos negros en la provincia de Cuyo, 1812-
1820”.Historia y Sociedad, en prensa.
Caballero, L. C. (2010). Los negros esclavos en Mendoza, algunas genealogías. Mendoza,
Argentina: Cuadernos de Genealogía de Cuyo - SS&CC Ediciones.
Cirio, P. N. (2009). Tinta negra en el gris del ayer. Buenos Aires: Editorial Teseo.
Comadrán Ruiz, J. (2015). “Las tres casas reinantes de Cuyo”. Revista de Historia
Americana y Argentina, 50 (1), 29-75.
Coria, L. A. (2006). “Los negros en Mendoza. Matrimonios y algo más”. Revista de la
Junta de Estudios Históricos de Mendoza, Tercera época, 5: 49-69.
Correa, N. O. (2000). Afroargentinos y caboverdeanos. Las luchas identitarias contra la
invisibilidad de la negritud en la Argentina. (Tesis de Maestría). Misiones, Universidad
Nacional de Misiones.
18
Domínguez, M. E. (2004). O ‘afro’ entre os imigrantes em Buenos Aires: reflexões sobre as
diferentes. (Tesis de Maestría). Florianópolis, Universidad Federal de Santa Catarina.
Frigerio, A. (2000). Cultura Negra en el Cono Sur: Representaciones en Conflicto. Buenos
Aires: EDUCA.
Frigerio, A. (2006). ““Negros” y “Blancos” en Buenos Aires: Repensando nuestras
categorías raciales”. En: Maronese Leticia. Buenos Aires negra. Identidad y Cultura.
Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos
Aires, Temas de Patrimonio Cultural, Volumen 16, Buenos Aires.
Frigerio, A. (2008). “De la “desaparición” de los negros a la “reaparición” de los
afrodescendientes: comprendiendo la política de las identidades negras, las clasificaciones
raciales y de su estudio en la Argentina”. En: Lechini Gladys (Comp.). Los estudios
afroamericanos y africanos en América Latina: herencia, presencia y visiones del otro.
CEA, Córdoba; CLACSO, Buenos Aires.
Garavaglia, J. C. (2013). “The economic role of slavery in a non-slave society.The River
Plate, 1750–1860”.En J. M. Fradera; Schmidt-Nowara Ch. (Ed.).Slavery and antislavery in
Spain's Atlantic empire.New York, Estados Unidos: Berghahn.
Geler, L. N. (2006). “Memoria del trabajo realizado en las ciudades de Buenos Aires
(Argentina) y Montevideo (Uruguay) durante los meses de octubre y noviembre de 2005”.
Documento de Trabajo, Agència de Gestiód'AjutsUniversitaris i de Recerca, Barcelona.
Geler, L. N. (2007). ““¡Pobres negros!”. Algunos apuntes sobre la desaparición de los
negros argentinos”. En: García Jordan Pilar (Ed.). Estado, región y poder local en América
Latina, siglos XIX-XX.Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona, Barcelona.
Geler, L. N. (2010). Andares negros, caminos blancos. Afroporteños, Estado y Nación
Argentina a fines del siglo XIX. Rosario, Argentina: Prohistoria Ediciones- Barcelona,
España: TEIAA -Universidad de Barcelona.
19
Goldberg, M. B. (2000). “Las sociedades afroargentinas de ayuda mutua en los siglos
XVIII y XIX”. En: Bellucci Beluce (Coord.). X Congresso Internacional ALADAA, v. I.
Rio de Janeiro, Brasil: Educam.
Goldberg, M. B. (2011). “Rompiendo el silencio y la invisibilidad africanos en la
historiografía argentina. La esclavitud en el Río de la Plata”. En: Mallo S. C.; Telesca I.
(Ed.). “Negros de la Patria”. Los afrodescendientes en las luchas por la independencia en
el antiguo Virreinato del Río de La Plata. Buenos Aires, Argentina: Editorial SB.
Guzmán, F. (2008). “Mulatización, indianización y banqueamiento en la sociedad colonial
de Catamarca: análisis de un ejercicio”. En: Siegrist Nora; Ghirardi Mónica (Comp.).
Mestizaje, sangre y matrimonio en territorios de la actual Argentina y Uruguay. Siglos
XVII-XX. Córdoba, Argentina: Centro de Estudios Avanzados.
Guzmán, F. (2011). “De esclavizados a afrodescendientes. Un análisis histórico sobre la
movilidad social a finales de la colonia”. Boletín Americanista (LXI.2) 63: 13-34.
Hoffmann, O. (2008). “Entre etnización y racialización: los avatares de laidentificación
entre los afrodescendientes en México”. En A. Castellanos(Ed.). Racismo e identidades.
Sudáfrica y Afrodescendientes en las Américas.México DF., México: División de Ciencias
Sociales y Humanidades, UAM-Iztapalaya,.
Hudson, D. (1898). Recuerdos históricos sobre la Provincia de Cuyo. Tomo Primero.
Buenos Aires, Argentina: Juan A. Alsina.
Lechini,Gladis (Comp.) (2008). Los estudios afroamericanos y africanos en América
Latina: herencia, presencia y visiones del otro. Córdoba: CEA - Bs. As.: CLACSO.
Leite, I. B. (1991). “Descendentes de africanos em Santa Catarina: Invisibilidade histórica e
segregação”. Textos e Debates (1) 1: 5-40.
López, L. C. (2005). “¿Hay alguna persona en este Hogar que sea Afrodescendiente?”.
Negrociaçoes e disputas políticas em torno das classificaçoes étnicas na
Argentina.(Disertación de Maestría) Porto Alegre, Universidad Federal de Rio Grande do
Soul.
20
Maffia, M. M. (2008). La enseñanza y la investigación sobre África y Afroamérica en la
Universidad Nacional de La Plata, Argentina. En G. Lechini (Comp.). Los estudios
afroamericanos y africanos en América Latina: herencia, presencia y visiones del otro.
Buenos Aires, Argentina: CLACSO.
Maffia, M. M. (2011). “La migración subsahariana hacia Argentina: desde los
caboverdianos hasta los nuevos migrantes del siglo XXI”. En: Catterberg Gabriela;
Mercado Rubén (Coords). Aportes para el desarrollo humano en Argentina / 2011.
Afrodescendientes y africanos en Argentina. Buenos Aires, Argentina: PNUD.
Maffia, M. M.; Lechini, G. (Comp.) (2009). Afroargentinos hoy: invisibilización, identidad
y movilización social. La Plata, Argentina: Ediciones IRI-UNLP.
Mallo S. C. (1991). “La libertad en el discurso del Estado, de amos y esclavos, 1780-1830”.
Revista de Historia de América, 112: 121-146.
Mallo, S. C.; Telesca, I. (Ed.) (2010). “Negros de la Patria”. Los afrodescendientes en las
luchas por la independencia en el antiguo Virreinato del Río de La Plata. Buenos Aires,
Argentina: SB.
Masini, J. L. (1961). “La esclavitud negra en la República Argentina”. Revista de la Junta
de Estudios Históricos de Mendoza, Tomo 1.
Masini, J. L. (1962). La esclavitud negra en Mendoza. Época Independiente. Mendoza,
Argentina: D’Accurzio.
Masini, J. L. (1962/63). “La esclavitud negra en San Juan y San Luis. Época
independiente”. Revista de Historia Americana y Argentina (IV) 7/8, 177-210.
Morales, O. G. (2014). Representaciones de alteridades “negras”, africanas y
afrodescendientes en la sociedad nacional en Argentina. Primera década del siglo XXI.
(Tesis doctoral). Recuperado de http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/39073
Picotti,D. (Comp.) (2001). El negro en la Argentina: presencia y negación. Buenos Aires,
Argentina: Editores de América Latina.
21
Pineau, M.(Comp.) (2011). La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata. Aportes para el
diálogo intercultural. Caseros, Argentina: EDUNTREF.
Ponte, J. R. 2008. Mendoza, aquella ciudad de barro. Buenos Aires, Argentina: CONICET.
Roig, A. A. (2005). “Las “luces” en la ciudad agrícola”. En: A A. Roig. Mendoza en sus
letras y sus ideas. Mendoza, Argentina: Ediciones Culturales de Mendoza.
Rosal, M. Á. (2002). “Los afroporteños: 1821-1825”. Revista de Indias (LXII) 22: 143-172.
Saa, V. (1991). San Luis en la gesta sanmartiniana. San Luis, Argentina: Junta de Historia
de San Luis.
Sánchez Cano, A. 2006. “El hombre y la ocupación del espacio regional”. En:A. M. J.
García (Directora). Desde San Juan hacia la historia de la región. Primer I: siglos XVI a
XIX. San Juan, Argentina: Universidad Nacional de San Juan.
Sarmiento, D. F.(1850). Recuerdos de Provincia. Santiago, Chile: Julio Belín y compañía.
Sahlins, M. (1983). Economía de la edad de piedra. Madrid, España: Akal Editor.
Solomianski, A. (2003). Identidades secretas: la negritud argentina. Rosario,
Argentina:Beatriz Viterbo.
Zuluaga, R. M. (1970). “La trata de negros en la región cuyana durante el siglo XVII”.
Revista de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza, Tomo 1, 6, 39-66.
Recommended