Febrero 2009 «Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos,...

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Febrero 2009

«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas y hasta su propia vida, no puede ser mi

discípulo». (Lc 14,26)

¿Qué dices de esto?¿Qué dices de esto?¡Son palabras con exigencias tremendas, radicales, ¡Son palabras con exigencias tremendas, radicales,

jamás oidas! jamás oidas!

Y sin embargo, aquel Jesús que declaró indisoluble el matrimonio y mandó amar a todos y de forma especial a

los padres, ese mismo Jesús ahora pide poner en segundo lugar todos los afectos bellos de la tierra, cuando estos son un impedimento al amor directo e inmediato por él.

Sólo Dios podía pedir tanto.

Jesús arranca a los hombres de su modo natural de vivir y quiere que ante todo estén unidos a él, para poder construir en la tierra la fraternidad universal.

Por eso,donde encuentra un obstáculo a su

proyecto “corta” y en el Evangelio habla de

“espada”, en sentido espiritual, se entiende.

Y llama “muertos” a los que no han sabido amarle a él más que a la madre, a la esposa, más que a la vida.

¿Recuerdas aquel hombre que le pidió poder enterrar a su padre antes de seguirlo? Pues justamente a él Jesús le

respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”.

Quizás, ante tanta exigencia, habrás sentido un escalofrío de miedo; tal vez habrás pensado relegar estas palabras

de Jesús a su época, o destinarlas a los que lo deben seguir de un modo particular.

Te equivocas. Estas palabras son válidas para todas las épocas, incluso para la actual, y sirven para todos los cristianos, incluso para ti. Con los tiempos que corren se te pueden presentar muchas ocasiones para poner

en práctica la invitación de Cristo.

¿Estás en una familia donde alguno rechaza el cristianismo? Jesús quiere que tú lo testimonies con la

vida, y en el momento oportuno con la palabra, incluso a costa de que se rían de ti o te calumnien.

¿Eres madre y tu marido te invita a interrumpir el

embarazo? Obedece a Dios y

no a los hombres.

¿Un hermano te quiere ¿Un hermano te quiere introducir en ambientes introducir en ambientes

con fines no muy claros o con fines no muy claros o incluso reprochables? incluso reprochables?

Recházalo.Recházalo.

¿Alguno de tu familia te ofrece dinero poco limpio?

Mantén tu honestidad.

¿Toda tu familia quiere envolverte en un tipo de vida ¿Toda tu familia quiere envolverte en un tipo de vida mundano? Corta, para que Cristo no se aleje de ti.mundano? Corta, para que Cristo no se aleje de ti.

«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas y hasta su propia vida, no puede ser mi

discípulo».(Lc 14,26)

¿Eres de una familia poco creyente y por ello tu conversión a Cristo ha provocado divisiones? No te

alarmes. Es un efecto del Evangelio. Ofrece a Dios el dolor que sientes por aquellos que amas, pero no cedas.

¿Cristo te ha llamado particularmente a seguirlo y ahora ha llegado el momento en el que tu donación total

requiere dejar al padre y la madre, e incluso renunciar a la novia? Lleva a cabo tu elección. Quien no lucha no

obtiene la victoria.

«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas y hasta su propia vida, no puede ser mi

discípulo».(Lc 14,26)

“… y hasta su propia vida”.¿Estás en una tierra de persecución y el exponerte por

Cristo pone en peligro tu vida? Ten valor. A veces nuestra fe puede pedir también esto. La época de los

mártires no se ha terminado completamente en la Iglesia.

Cada uno de nosotros, en su existencia, tendrá que elegir entre Cristo y todo el resto

para seguir siendo un cristiano auténtico. Por tanto también a

ti te tocará.

No tengas miedo. No tengas miedo por la vida: mejor

perderla por Dios que no volver a encontrarla. La otra Vida es

una realidad.

Y no tengas miedo por los tuyos. Dios los ama. Un día –si eres capaz de posponerlos a él– pasará a su lado y los llamará con las palabras fuertes de su amor. Y tú los

ayudarás a ser contigo verdaderos discípulos de Cristo.

«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas y hasta su

propia vida, no puede ser mi discípulo».(Lc 14,26)

“Palabra de vida”, publicación mensual del Movimento de los Focolares.

Texto de Chiara Lubich, octubre 1978.Gráfica de Anna Lollo en colaboración con don Placido D’Omina

(Sicilia - Italia)

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