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GEOGRAFIA DE TERCER AÑO
TODAS LAS DIVISIONES
Fecha de entrega: 15/06/2020
REGION DE LA LLANURA
La Argentina, tiene una amplia llanura al este de los Andes, llamada Llanura Platense,
y por sus características particulares se divide en Chaco, Pampa Humeda y Seca,
Esteros Correntinos y Cuchillas Entrerrianas. Tienen en común su relieve plano.
Llanura chaqueña
Relieve
La llanura chaqueña se sitúa al norte del río salado del norte desde la zona montañosa
del oeste hasta los ríos Paraguay y Paraná. Se prolonga más allá del territorio
argentino, por el denominado chaco paraguayo y el chaco boliviano. Comprende las
provincias de Formosa, Chaco, Santiago del Estero, norte de Santa Fe y este de Salta.
Origen
Su origen estructural es una cuenca sedimentaria cubierta por erosión de los macizos
vecinos. Tiene un clima tropical con estación seca. En verano se producen las
mayores precipitaciones y decrecen de este a oeste.
Esta es una de las zonas con temperaturas más elevadas en el hemisferio occidental,
llegando en enero las temperaturas a los 45 °C, por contrapartida el frente del viento
pampero —pese a su nombre, originado en la Antártida— dominante hacia julio puede
provocar importantes descensos térmicos con temperaturas que en ciertas ocasiones
apenas superan a los 0 °C, de este modo el promedio anual de temperaturas da un
perfil moderado que no refleja a primera vista los extremos estacionales.
Desde el Paleozoico todo el espacio de basamento precámbrico está marcado por
cuencas y terraplenes. El espesor del material de edad paleozoica sobrepasa los
1.000 metros. Los sedimentos triásicos y jurásicos tienen, por el contrario, un espesor
menor. Durante el Jurásico, un período en el que comienza la desintegración de
Gondwana, se forman varias subcuencas del sustrato paleozoico afectado por
movimientos tectónicos. Dichas cuencas se rellenan posteriormente con gruesos
sedimentos cretácicos y cenozoicos. Los espesores de las series continentales del
Triásico y Terciario oscilan entre 3.000 m (al oeste del río Paraná) y 5.000 m (en la
frontera entre Bolivia y Argentina).
Biomas y flora
La parte occidental de la región:
Poco poblada, presenta un bosque tropical xerófilo en el que predominan el quebracho
y el algarrobo, chañal, lapacho, yuchán, guayacán o palo santo, el tártago y el vinal, lo
que ha determinado actividad principalmente forestal.
La zona central:
Aquí se encuentra el chaco deprimido con suelos arcillosos, ríos que acumulan mucha
sedimentación y son causales de inundaciones, y cubierto por bosques
(predominantemente quebracho y palmeras de las especies yatay, pindó y caranday),
imbricados tales bosques con pastizales. Por las características del suelo (arcilloso),
es frecuente la formación de esteros y bañados. La tala y “desmonte” indiscriminados
de esta región han facilitado procesos de desertización y se ha producido la
recurrencia de grandes inundaciones durante los meses de lluvia y grandes déficits
hídricos durante el resto del año.
Zonas aledañas a los ríos Paraguay y Paraná:
Se trata de las zonas más húmedas, la formación forestal predominante es selvática
con predominio de especies distribuidas más densamente. Pero tal foresta natural ha
sido reducida y empobrecida a lo largo de todo el siglo xx por la tala sin renovación de
las especies autóctonas. Hay mayor densidad de población y se desarrollan cultivos
de algodón, maíz, soja y algunos cítricos.
La zona sur:
Entrando a la provincia de Santiago del Estero, son característicos los bañados
formados por los ríos Dulce y Salado, como los bañados del Quirquincho y del
Añatuya. En esta agricultura de bañados, se cultivan hortalizas y alfalfa.
Hidrografía, ríos y lagunas
En la llanura pampeana hay muchos ríos, algunos de ellos muy importantes. El río
Paraná es un río que nace en las selvas de Brasil, en el corazón de América del Sur.
Allí recoge las aguas de las lluvias torrenciales de la zona cálida. Cuando llega a
nuestro suelo trae ya un enorme volumen de agua, que baña luego la costa de Santa
Fe.
En la llanura pampeana vuelcan sus aguas en el Paraná los ríos Salado del Norte y
Carcarañá.
El río Paraná es navegable en su mayor parte. El Salado del Norte y el Carcañá no
son navegables. El Paraná al llegar a la provincia de Buenos Aires se divide en
muchos brazos que circundan islitas: el delta. Estos brazos se unen con el río
Uruguay. Unidas las aguas del Paraná y el Uruguay forman el Río de La Plata que
vuelca sus aguas en el mar Argentino.
El río de La Plata tiene muy poca profundidad, que dificulta la navegación.
En la provincia de Buenos Aires hay varios ríos que desembocan en el río de La Plata
o en el mar Argentino: el Riachuelo, el Salado del Sur, El Sauce Grande, el Quequén
grande y el Colorado son los principales. El Colorado nace en la Cordillera de Los
Andes y atraviesa el territorio argentino de este a oeste. Desemboca al sur de la
provincia de Buenos Aires. Forma el límite sur de la llanura pampeana: la separa de la
patagónica. La laguna Mar Chiquita, en Córdoba, es la más grande de la llanura
pampeana.
En la Llanura Chaqueña Los ríos Paraguay y Paraná bañan el borde oriental de la
llanura chaqueña. Son navegables en toda la región. Los ríos Pilcomayo y Bermejo
son afluentes del Paraguay. El Pilcomayo viene de Bolivia y forma el límite norte entre
Argentina y Paraguay. En verano aumenta su caudal por las lluvias. Se desborda y
forma pantanos. El Bermejo nace también en Bolivia, cruza por el norte de Salta y
divide las provincias de Chaco y Formosa. Ninguno de los dos es navegable. El río
Dulce nace en Tucumán con el nombre de Salí, y atraviesa luego Santiago del Estero.
El río Salado del Norte cruza la llanura chaqueña por Santiago del Estero y el norte de
Santa Fe.
Inundaciones
Los casos de Santa Fe y Buenos Aires
La ciudad de Santa Fe se localiza muy cerca de la confluencia de los
ríos Salado y Paraná. La crecida del nivel del río Paraná, que es un fenómeno
recurrente, ha ocasionado inundaciones en forma reiterada. En el año 2003, el río
Salado experimentó una crecida extraordinaria que provocó una de las catástrofes
más grandes de los últimos años. Se plantearon entonces grandes interrogantes.
El estado, en estas situaciones, tiene un papel muy importante para atenuar los
efectos de una catástrofe y proteger a las personas más vulnerables. Las instituciones
públicas dedicadas a la investigación y desarrollo contaban con la información que
hubiera podido advertir a la población sobre la crecida del río Salado. A pesar de ello,
el agua que fue ocupando las calles de la ciudad encontró una población localizada en
áreas expuestas y desprovistas de los medios necesarios para prevenirse.
La ciudad de Buenos Aires está atravesada por una serie de arroyos que se
encuentran entubados debajo de las calles y avenidas. Cuando las lluvias provocan el
aumento del caudal de esos arroyos, se desbordan, inundando los sectores
circundantes.
Tanto en los casos de Santa Fe como en la Ciudad de Buenos Aires, se produce un
evento natural, aunque normal dentro del sistema hídrico, es un fenómeno
extraordinario y se convierte en una amenaza para la vida cotidiana. En ambos lugares
hay sectores de la población más vulnerables, porque están localizadas en las áreas
más expuestas. Las medidas de prevención y de contingencia dependen de las
decisiones políticas.
Las inundaciones en Buenos Aires, aunque causan graves daños, no provocan
catástrofes de la magnitud de las de Santa Fe. La gravedad de las inundaciones en
Buenos Aires no recibe en su magnitud sino en su repetición. La frecuente
periodicidad con la que se producen las crecidas de los arroyos entubados convierte al
riesgo en permanente. En Buenos Aires las inundaciones afectan periódicamente el
desarrollo normal de las actividades de la ciudad, provocan daños en edificios,
comercios, e inconvenientes en el tránsito.
Actividades económicas
Economía
El trigo constituye una producción fundamental para el país y es de la región
pampeana de donde surge aproximadamente el 98 % del ingreso total.
El maíz se distribuye extensamente en el territorio argentino, especialmente en el sur y
en el noroeste, pero la mayor concentración de cultivo corresponde a la pampeana a
onduladas debido a sus favorables condiciones del clima, como son las tardías de
verano y otoño.
En ambos casos, se ha logrado una eficiente selección de semillas que ha
determinado el aumento en el tonelaje de las cosechas. En el caso del maíz supera al
aumento de la superficie cultivada, debido a la mayor productividad por hectárea.
También las máquinas cosechadoras conllevan a un significativo mejoramiento de la
producción. También la región mantiene la más alta proporción de cultivo de avena,
centeno, cebada y lino. Se utiliza la semilla de lino como aceite industrial y su fibra
para tejidos, siendo la primera producción casi exclusiva.
Gracias al cultivo de oleaginosas, la Argentina dejó de importar aceite de mesa. Parte
de ese resultado se debe a los cultivos de algodón del Chaco; asimismo, han
contribuido otros cultivos que prosperan en la pampa como el girasol y el maní. La soja
ha tenido una enorme difusión a partir de la década de 1990 debido a su gran valor y
aplicabilidad diversa; sustituyendo otras producciones que tenían una menor
rentabilidad inmediata. Menor importancia adquiere la producción de frutales de la
región, con respecto a los cereales.
La horticultura, de gran valor económico, y bajo agricultura intensiva, se da
generalmente en las zonas suburbanas de las grandes ciudades debido al carácter
perecedero de sus cosechas, que requieren, también, gran cantidad de trabajo rural
especializado. La zona pampeana produce el 35 % del total nacional. Se dan casi
todas las variedades de huerta y en algunas especies, como la papa, la producción
llega al 90 %. Con la ocupación agenda, ya sea para la obtención de madera o para
abrir paso a la instalación humana en el área de mayor densidad de la Argentina, pone
de manifiesto la acción antrópica en detrimento del recurso.
En la pampa la ganadería ha influido sobre la agricultura, al destinar grandes
extensiones de tierra al cultivo de plantas forrajeras que sustenten aquella actividad. Y
es la región pampeana la que reúne entre el 90 y 95 % de la producción nacional.
En suma, la agricultura pampeana representa las dos terceras partes del país.
Consecuentemente el P.B. está representado por la agricultura en un 7 % y la
ganadería en un 5 %.
Ganadería
El área pampeana presenta las mejores pasturas para criar vacunos, de los que se
obtiene carne y leche para las grandes ciudades y exportación. La tecnología mejoró
los pastos, las razas y los sistemas de cría, renovando la producción. Desde los
tiempos coloniales, la ganadería de vacunos, equinos, ovinos y porcinos ha sido la
actividad económica fundamental. Esta zona geográfica es la principal en la cría de
vacunos para carne y lechero.
Vacunos para carne: entran dentro de esta categoría las razas Charolais, Heresford y
Aberdeen Angus.
Vacunos lecheros: formado por la raza Holando-Argentino.
En la provincia de Santa Fe se encuentra la cuenca lechera más importante del país.
Le siguen las cuencas de Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos y La Pampa. El ganado
en esta región es de altísima calidad ya que se cría a campo, esto quiere decir que los
animales se alimentan directamente del pasto, esto es posible por las grandes
extensiones de tierra, el pasto blando, el clima templado. El ganado vacuno argentino
está libre de aftosa y otras enfermedades, por lo que se inserta muy bien en los
mercados europeos. Se distinguen tres zonas de especificación, con el objetivo de la
productividad: zona de cría, zona de engorde y zona mixta.
Porcino
Las razas con cría intensiva son Duro Jersey, Poblando China y Berkshire. La mayor
parte de la carne de cerdo se consume en el país, ya sea fresca o conservada en
jamones como materia para.
Los pastizales pampeanos son aptos para la cría de ganado vacuno, que abunda en
las provincias de Salta y Chaco. Se crían allí el cebú y sus cruzas vacunas, que
resisten mejor las altas temperaturas. En segundo lugar figuran los equinos. Al sur de
Santiago del Estero, donde el clima es más templado y los pastos más duros, se cría
el ganado ovino. Comparada con la de la llanura pampeana, la ganadería chaqueña
ocupa un lugar secundario.
Agricultura
El cultivo principal es el algodón. Esta planta textil se cultiva especialmente en Chaco,
Formosa y norte de Santa Fe. Hoy es la mayor riqueza de aquellas dos provincias del
norte. La siguen en importancia la caña de azúcar, el maíz, el tabaco, el maní, el arroz,
la mandioca, el girasol y el lino. Los árboles frutales de clima cálido prosperan en casi
toda la región chaqueña: naranjos, limoneros, mandarinos, pomelos, chirimoyos, etc.
Explotación forestal
A fines del siglo XIX comenzó la explotación de los bosques de quebracho y algarrobo,
que fue desarrollada a gran escala por empresas europeas. De estos árboles se
obtenían maderas para leña y el tendido del ferrocarril y una sustancia llamada tanino,
usada para el tratamiento de los cueros. Esta actividad permitió que se tendieran vías
ferroviarias, se instalaran industrias y surgieran pueblos habitados por los trabajadores
del bosque. Pero las empresas forestales, a las que se les cedieron millones de
hectáreas, talaban los árboles sin plantar nuevos ejemplares, y el bosque comenzó a
desaparecer. A partir de 1940 decayó la extracción de tanino en la zona, ya que estas
mismas empresas comenzaron a obtenerlo en plantaciones africanas, y, se
descubrieron sustancias sintéticas que lo reemplazaban. Las áreas deforestadas
fueron ocupadas por colonos que se dedicaban al cultivo de algodón.
Algodón
Entre las plantas de cultivo de la región chaqueña, el algodonero es la más importante
ya que ocupa un 64 % de la producción
Soja
La producción de soja es de gran importancia económica para el país, por el sostenido
ingreso de divisas que genera la exportación de los granos de soja y sus
subproductos.
La principal zona productora de soja es la región pampeana abarcando las provincias
de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y norte de Buenos Aires. Otras zonas cultivadas se
encuentran en las provincias de Chaco, Santiago de Estero, Tucumán y Salta.
La demanda mundial de granos de soja y sus derivados adquiere importancia debido a
diversos motivos. Desde 1970, el desarrollo de la ganadería intensiva requiere la
incorporación de derivados de la soja como complemento en la alimentación del
ganado. A esto se suma el sostenido crecimiento del consumo mundial de aceites
vegetales, entre ellos el de soja.
En Chaco y Santiago del Estero, la expansión de este cultivo se realiza sobre zonas
anteriormente ocupadas con bosque nativo y selva.
La etapa industrial se desarrolla principalmente en plantas aceiteras e incluye:
La molienda de granos de la que se obtienen aceites brutos (para usos industriales) o
refinados (para consumo humano). Del total de la molienda de granos, el 88 %
corresponde a la soja.
La obtención de subproductos, que son residuos sólidos provenientes de la extracción
de aceites.
Existen en el país 47 plantas aceiteras que industrializan el 75 % de la soja que se
produce. La mayoría de estas plantas se ubican en la zona pampeana.
Uno de los procesos experimentados en el complejo de la soja ha sido la
concentración económica en la industria aceitera. Por otro lado, el sector no escapó al
proceso de “extranjerización” de la industria, que se manifiesta en la compra de
compañías locales por parte de grandes empresas transnacionales.
Comercialización
Los granos producidos en los establecimientos agropecuarios son comprados por
cooperativas que los venden a los exportadores o a las empresas aceiteras. En los
últimos años se ha difundido la “agricultura de contrato”, que consiste en un arreglo
entre el productor y la industria, según el cual el productor produce lo que la industria
la demanda (asegurándose así la venta de la producción) y la industria le provee los
insumos necesarios. El 85 % de la producción de aceites y el 95 % de los
subproductos se exportan. En el mercado interno la comercialización está dominada
por la gran distribución minorista de las cadenas de supermercados.
La integración regional
El sistema urbano de la región tiene características radiocéntricas y hacia el centro
principal convergen las redes de transporte. Los centros urbanos presentan una
distribución homogénea y la llanura propende a la regularidad de esa distribución.
La llanura pampeana es el centro de comunicación en el país: los ferrocarriles,
caminos y las vías aéreas nacionales tienen su kilómetro cero en Buenos Aires.
Posee, por tanto, instalaciones portuarias, ferroviarias, grandes caminos de acceso,
autopistas, una amplia red de subterráneos y aeropuertos.
Por ser el centro económico del país, las principales instituciones bancarias nacionales
tienen sus casas matrices en la ciudad de Buenos Aires, y es aquí donde se
centralizan las operaciones y transacciones que abarcan todo el país.
Circulación e integración pampeana
El relieve llano y la ausencia de grandes ríos interiores o de masas boscosas difíciles
de atravesar facilitaron desde los orígenes de la ocupación humana de la pampa la
circulación en todos los sentidos, y, consecuentemente, la integración social y
económica de la región.
Las vías férreas llegaron con la expansión agropecuaria. Su tendido tampoco encontró
obstáculos de consideración en la topografía de la región, permitiendo su trazado sin
necesidad de obras previas de puentes, viaductos o desmontes de consideración. Un
cierto número de rutas secundarias presta al sistema carretero el carácter de una
verdadera red, cuya mayor densidad corresponde precisamente a la región pampeana.
La circulación fluvial de la región sigue el eje Plata-Paraná y sirve especialmente a los
puertos del frente fluvial. También los puertos marítimos de todo el país sostienen un
sistema de circulación estrechamente relacionado con la pampa.
LLANURA PAMPEANA
La región pampeana es un área geográfica situada en el centro-este de Argentina,
según la división administrativa que ofrece el INDEC. La componen las siguientes
jurisdicciones1 Provincia de Santa Fe, Entre Ríos, Provincia de La Pampa, Provincia
de Córdoba, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), y Provincia de Buenos Aires;
limita en el norte con las provincias de Corrientes, Chaco y Santiago del Estero; hacia
el oeste con las de Catamarca, La Rioja, San Luis y Mendoza; hacia el sur con la
provincia de Neuquén y Río Negro; y hacia el este con el océano Atlántico y Uruguay.
Esta privilegiada ubicación convierte a esta región en el núcleo central del país, tanto
en lo político, económico y demográfico.
Tiene una extensión de 1 200 000 kilómetros cuadrados y es mayormente una
amplia estepa —con sectores septentrionales de sabana—; la parte suroriental (desde
el centroeste de la provincia de Córdoba hasta el océano Atlántico), debido al clima
templado y a la relativamente alta humedad, es interrumpida solo periódicamente por
las sequías derivadas de El Niño y La Niña, que luego suelen ser compensadas
por avenidas, es decir, inundaciones hacen que gran parte del este de la Pampasia
sea zona de praderas. En su sector austral presenta
antiguos médanos paleoclimáticos, y muestra un relieve levemente escalonado hacia
el oeste. En Uruguay y Río Grande del Sur presenta un paisaje más ondulado con
sierras de una altura de poco más de 500 msnm. Es una de las regiones más fértiles
del mundo.
El ombú, originario de la selva paranaense, era antiguamente encontrado solitario en
la llanura pampeana sin formar bosque, siendo la única interrupción de un paisaje
monótono de hierbas de 2-3 m de altura por cientos de kilómetros de extensión. Un
viajero puede atravesar casi 800 km entre las ciudades de Buenos Aires y Córdoba, y
observará que el relieve se mueve en suaves colinas, con el horizonte en una
sinuosidad suave por no decir que parece casi completamente recto por cientos de
kilómetros, con las interrupciones lógicas de un terreno ondulado. Mientras que hacia
el sudoeste no verá ninguna diferencia a esa horizontalidad por cientos de kilómetros.
La región pampeana tiene una llanura vasta y continua. Esta continuidad es solo
interrumpida por dos sistemas serranos en el sudoeste de la región:
Sierras de Tandilia: se extiende desde Mar del Plata hasta el arroyo Las Flores. La
mayor altura, 524 msnm, se encuentra en el cerro La Juanita.
Sierras de Ventania: se extiende desde la ciudad de Puan hasta Indio Rico en
el partido de Coronel Pringles. Su mayor altura, 1239 m, se encuentra en el cerro
Tres Picos.
La llanura alterna zonas casi completamente planas con ligeramente onduladas. Se
basa en depósitos de loess de 300 a 5000 metros de profundidad que se acumularon
durante unos 5 millones de años, desde el inicio del Plioceno hasta el Holoceno.2 La
roca cristalina se encuentra por debajo de estos depósitos y solo emerge en los
sistemas serranos mencionados o en las llamadas Sierras Pampeanas, en la provincia
de Córdoba, las cuales están fuera de la región. En toda la región
hay lagunas permanentes y temporarias de diversas dimensiones. La mayoría se
deben a la pobre red de drenaje asociada a la escasa pendiente regional y la
topografía plana.
Clima
El clima de esta región es una variación del subtropical húmedo, también llamado
templado, que se caracteriza porque la estación más cálida es también la más lluviosa.
Presenta veranos cálidos e inviernos frescos y variables, con heladas frecuentes pero
sin nevadas; la temperatura media anual es de 17 °C.
La cantidad de precipitaciones forma una división entre la pampa húmeda y la pampa
seca. La pampa húmeda recibe un promedio de 1000 mm anuales de precipitación y
se encuentra favorecida por los vientos del océano Atlántico. En la pampa seca,
ubicada al oeste de la región, solo hay un promedio de 400 mm anuales de
precipitaciones sobre un suelo arenoso.
Los vientos característicos de la región pampeana son el pampero y la sudestada. El
primero proviene de un anticiclón antártico, por lo que es un viento muy frío y seco,
sopla desde el sur o el sudoeste del país hasta nuestra región; tiene una velocidad de
100 km/h y ocasiona lluvias, descenso de la temperatura, grandes nubes de polvo, y a
veces nevadas.
La sudestada es un fenómeno meteorológico de vientos fríos del sur, que satura las
masas de aire polar con humedad. Si el viento se mantiene durante varios días y se
presentan otras cuestiones naturales, el nivel del Rio de la Plata aumenta y dificulta el
drenaje de ríos menores. Este viento produce inundaciones y situaciones peligrosas
en deportes náuticos.
Bioma
El bioma natural de la región pampeana es el pastizal. Dentro de este bioma, el tipo de
vegetación dominante es la pradera, seguido por la estepa. Desde el punto de vista
fitogeográfico, pertenece a la provincia fitogeográfica pampeana. Gran parte de la
región fue modificada profundamente por la producción agrícola y ganadera.
Durante los 10 milenios de vegetación del pastizal pampeano se generaron fitolitos de
tamaño arcilla, en un 20 % del total de la fracción arcilla.
La llanura pampeana presenta al este un clima templado y un bioma de pastizal,
mientras que hacia el oeste, se distingue una franja árida con bioma semidesértico.
Población
Como ya se ha indicado, probablemente desde fines del Pleistoceno o desde hace por
lo menos 8000 años AP la zona fue poblada por pueblos pámpidos (los patagones se
incluyen entre los pámpidos), estos primeros pobladores poseían un cuerpo adaptado
a la caza y recolección en zonas de estepas, praderas y parques: piernas largas (lo
que prácticamente equivale a tallas elevadas y contextura fornida) ya que esto les
permitía correr más rápidamente grandes distancias y casi literalmente cazar corriendo
a sus presas (venados de las pampas, guanacos, ñandúes, e inicialmente a la
extinta megafauna del Pleistoceno).
A la llegada de los españoles en 1520 la población indígena de la región era muy
escasa ya que su modo de vida dependía de la caza, la pesca y la recolección (casi no
existen vestigios de no ya agricultura sino de siquiera horticultura). Las mayores
concentraciones humanas prehispánicas (es decir anteriores a 1520) estaban a orillas
de los ríos de la cuenca del Plata. Esto provocó durante la conquista española una
situación antagónica: por una parte los pueblos nativos prehispánicos al ser
relativamente pocos cuantitativamente parecieron fácil presa de los nuevos invasores,
pero la carencia de estados nativos jerarquizados o de la necesidad de estar
apegados a tierras de cultivo (para los transportes de la época) y las enormes
extensiones pampeanas, más la percepción rápida de los europeos (sobre todo tras
desvanecerse las fantasías de Los Césares y La Trapalanda) de la ausencia de
grandes riquezas en minerales preciosos hizo que los españoles despreciaran el
territorio excepto la franja o ruta de comunicaciones que iba desde el río de la Plata,
pasaba por la ciudad de Córdoba y entraba al Tucumán.
Lo anterior significó que, desde el siglo XVIII, los europeos (españoles y otros que en
menor cantidad iban con ellos –portugueses, italianos, alemanes etc.–) poblaran
ciertos puntos nodales a orillas del río Paraná y en el Camino Real hacia el Alto
Perú (esto es: las ciudades de Buenos Aires, Córdoba etc.), sin embargo a
pocas leguas «tierra adentro» casi hasta fines del siglo XIX el territorio era
considerado por los europeos un «desierto» en el cual vivían con muy baja densidad
de población diversas tribus indígenas muchas veces en guerra. Mientras tanto en la
región pampeana desde el siglo XVI habían prosperado enormes ganados de
vacunos, equinos, ovinos procedentes de Europa.
La revolución industrial llegó con bastante demora a la región pampeana sin embargo
cuando lo hizo provocó un cambio radical: el sistema de granjas de secano habilitó
zonas antes consideradas «desérticas» para una gran agricultura intensiva de tipo
europeo, los ferrocarriles y los vapores (más aún cuando a fines del siglo XIX Charles
Tellier inventó el barco frigorífico) posibilitaron incluir fácilmente a la región pampeana
dentro de un gran circuito económico global (la región pampeana apareció entonces
como gran productora de cueros -que fueron parte principal de la indumentaria,
calzados y arneses europeos así como de las correas de transmisión de las máquinas
europeas-, de lanas ovinas y luego de cereales como el trigo y el maíz,
transformándose entonces en un granero del mundo), para los nuevos modos de
producción se requirió la inmigración masiva de campesinos europeos; aunque las
aspiraciones iniciales fueron bastante racistas: se pretendió poblar la región con
«anglosajones» o «por lo menos» con franceses (estas poblaciones eran consideradas
por el pseudocientífico «darwinismo social» como las «razas» más evolucionadas del
mundo entre casi los 1850 y los 1950), sin embargo la masiva inmigración europea
provino de las zonas más empobrecidas de Europa, por ejemplo de las zonas más
superpobladas y/o deprimidas de Italia y España. Es esta masiva inmigración europea
pobre que supo aprender elementos de la cultura del gaucho la que ha poblado de un
modo más intensivo y económicamente más productivo a la región pampeana, en
donde aún en el siglo XXI se alternan latifundios («estancias», casi siempre con
dueños absentistas), minifundios y, altamente productivos minifundios
de chacareros argentinos de orígenes europeos. Los estancieros constituyeron tras la
llamada Conquista del Desierto la SRA, mientras que los sectores intermedios han
solido formar parte de las CRA y los chacareros han constituido generalmente
la Federación Agraria Argentina y/o CONINAGRO.
El último Censo Nacional de Población y Vivienda, realizado en octubre de 2010,
mostró que el 66,2 % de los habitantes de la Argentina se localizaban en la región
pampeana (conformada por la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos
Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa).
Subregiones
Sobre la base de estudios fisonómicos, geológicos y de vegetación, Rolando
León distinguió cinco subregiones —pampa interior, austral, mesopotámica, ondulada
e inundable— que, en conjunto con los campos del Sur y del Norte
en Uruguay y Brasil, forman la región de los pastizales del río de La Plata.3
Pampa interior
Carros tirados por bueyes en la pampa interior en 1821; dibujo de Schmidtmeyer,
litografía de Aglio.
Esta subregión comprende el oeste de la provincia de Buenos Aires, norte y este de La
Pampa, sur de Córdoba y sureste de San Luis. Por sus características internas se
puede dividir en dos grandes unidades: la “plana”, al este y “oeste” (León). Existen
limitaciones climáticas para las prácticas agrícolas muy severas en el oeste, con
niveles de precipitación muy bajos para realizar una agricultura de secano, así el uso
actual se basa en el pastoreo extensivo sobre campos naturales o seminaturales. En
el este, las condiciones más favorables para la agricultura están en las lomadas o en
los llanos altos (INTA-SAGyP 1990). La aptitud de las tierras es agrícolo-ganadera y
ganadero-agrícola en similares proporciones, según se trate de paisajes altos y
estables o áreas medanosas o bajas (INTA-SAGyP 1990).
Características físicas
El paisaje en la región es muy llano (los casi 800 km que separan a las ciudades de
Córdoba y Buenos Aires son una llanura tan plana que el horizonte aparece como una
recta casi perfecta) sin embargo en las cercanías de los grandes ríos se vuelve
ligeramente ondulado, y ha producido una red de drenaje poco definida, existiendo
grandes cuencas arreicas caracterizadas por la presencia de lagunas permanentes o
temporarias, con amplias zonas afectadas por la salinización , especialmente en el
este, donde las precipitaciones son mayores. En cuanto a las características edáficas,
la textura decrece marcadamente de oeste a este . En la provincia de San Luis los
suelos presentan un drenaje excesivo, baja capacidad de retención de humedad y alta
susceptibilidad a la erosión eólica . Los suelos de las partes altas muestran poca
diferenciación de horizontes, son profundos, neutros y débilmente estructurados
(INTA-SAGyP 1990). En los bajos, que se hallan bien definidos, se identifican
complejos de suelos afectados por hidromorfismo, salinidad y sodicidad subsuperficial
.
La pampa húmeda (es decir la mayor parte de la provincia de Buenos Aires, los 2/3
meridionales de la de Santa Fe, las 3/4 partes occidentales y meridionales de la
de Córdoba y el cuarto este de la de La Pampa) tiene profundos y ricos suelos
abundantes en humus (predominando el suelo afín al loess) lo que propicia –merced a
una pluviometría superior a los 500 mm/año–) la existencia natural de
importantes pastizales de gramíneas o directamente praderas; aunque actualmente (si
la zona no está cultivada) suelen percibirse praderas (los "montes" o bosques
de algarrobos, piquillines y de caldenes o han sido talados o han sido muy reducidos y
devastados. Según Patricio H. Randle et al., antes de la llegada de los grandes
rebaños europeos (hacia 1537) la mayor parte de la cobertura pampeana era
una estepa de altos y duros pastizales.
En la región pampeana occidental (pampa alta y pampa seca) la cobertura de
los pastizales es poco densa, cubriendo de 60 % a 80 % aproximadamente de la
superficie del suelo, con comunidades dominadas, en el límite entre Buenos Aires y La
Pampa, por especies de los géneros Stipa, Piptochaetium y Poa y arbustos aislados
(INTA-UNLP 1980, León 1991). En el oeste de Buenos Aires y este de La Pampa, la
heterogeneidad de los suelos resulta en una distribución irregular de los lotes de
cultivos (Baldi et al. 2006). En la provincia de San Luis, la vegetación original de
pastizales se encuentra invadida en la actualidad por el árbol chañar (Geoffroea
decorticans), principalmente en la zona este, donde predominan las actividades
agrícolas (León 1991, INTA 1998). Los pastizales naturales existentes han sufrido en
los últimos 100 años un proceso de degradación debido al sobrepastoreo en todo el
distrito. Sin embargo, existen en esta región relictos de Sorghastrum pellitum, llamado
comúnmente pasto colorado o de vaca, especie emblemática de los
pastizales semiáridos (INTA-UNLP 1980, INTA 1998). Cabe destacar, la presencia en
el oeste del distrito de parches de caldenes con distinto grado de aislamiento (INTA-
UNLP 1980, INTA 1998).
Pampa austral
Esta subregión comprende el sur y suroeste de la provincia de Buenos Aires, y se
caracteriza por una importante agrícola, ganadera e industrial. La agricultura tiene un
predominio de cultivos de invierno, en especial trigo (Giagante de Vercesi 1978; INTA-
SAGyP 1990). Las áreas plenamente ganaderas se hallan donde los suelos presentan
problemas de hidromorfismo y alcalinidad (INTA-SAGyP 1990). La vegetación en
áreas prístinas está dominada por especies del género Stipa, similar a lo que ocurre
en la Pampa Ondulada y en la Interior (León 1991). La vegetación de los sitios rocosos
y colinas de Tandilia y Ventania constituyen según algunos autores un distrito
fitogeográfico per se (Parodi 1947).
Características físicas
Comprende paisajes planos y altos, otros suavemente ondulados y los sistemas
montañosos de Tandilia y Ventania . Predominan en el distrito las lomadas bien
drenadas; es posible encontrar zonas de extensión reducida entre las lomas donde el
agua se acumula por períodos considerables. Los suelos se caracterizan por poseer
propiedades texturales y estructurales favorables para la agricultura. Estos están
provistos de materia orgánica y nutrientes minerales, y no tienen otra limitación que la
presencia en ciertos sectores de tosca subsuperficial.
Pampa mesopotámica
La combinación de las características edáficas y posición geográfica hizo de esta
subregión un polo agropecuario del país desde fines del siglo XIX (van der Sluijs 1971,
Cammarata 1978). Las principales actividades económicas de la región son los
cultivos anuales (trigo, maíz, arroz, girasol) y perennes (frutales) en el este y la
ganadera en el centro-oeste. En los años noventa la superficie dedicada a la actividad
forestal (pinos y eucaliptos) presentó un cambio significativo debido fundamentalmente
a la promulgación de la ley n.º 25.080, de inversiones en los bosques cultivados, y a
leyes provinciales, como la ley Nº 3.190 de la provincia de Corrientes, direccionadas a
generar una estrategia de captación de inversiones. La superficie forestada en esta
región en provino mayoritariamente de áreas tradicionalmente destinadas a la
actividad ganadera (Sarli 2004, Paruelo et al. 2005, Jobbágy et al. 2006).
Características físicas
Este distrito se localiza sobre una planicie constituida por sedimentos loéssicos, de
relieve levemente ondulado. Los suelos son medianamente profundos, con un buen
contenido de materia orgánica, de texturas francas a franco-limosas en el oeste y
franco-arcillosas en el este, con la consecuente reducción en los niveles de infiltración.
La red de drenaje se encuentra bien desarrollada, con numerosos cursos de agua de
carácter exorréico (Van der Sluijs 1971).
La vegetación se caracteriza por un mosaico de formaciones herbáceas dominantes
en las porciones elevadas de las lomadas, que alterna con bosques en galería a en las
márgenes de los cursos fluviales (Cabrera 1971). La comunidad herbácea más
representada es la pradera de “flechilla”, que constituye un tapiz casi continuo de
vegetación en los sectores elevados (Cabrera 1971). Un elemento de diferenciación de
este distrito en relación a las otras Pampas es la presencia de géneros de gramíneas
tropicales como Axonopus, Paspalum, entre otros (León 1991).
Pampa ondulada
Llanura Pampeana al norte de la provincia de Buenos Aires.
Limita hacia el este con las costas de la provincia de Buenos Aires; hacia el sur y el
oeste con el río Salado; y hacia el norte con el río Carcarañá, en la provincia de Santa
Fe. Se caracteriza por ser la sub-región más industrializada (predomina la industria
metalmecánica, textil) y poblada, esto debido a su cercanía con los puertos, la
disponibilidad de energía y agua, que cuenta con un mercado del consumidor, existe
mano de obra numerosa, excelentes condiciones edáficas y climáticas.
La modificación de la cobertura original de vegetación -producto de actividades
productivas- es casi completa. Las condiciones edáficas y climáticas permiten
desarrollar dos cultivos en la misma estación de crecimiento, dándole a esta subregión
un carácter eminentemente agrícola. Las áreas utilizadas para la ganadería se
encuentran adyacentes a los cursos de agua y en zonas cóncavas anegables. Con la
intensa presión que la agricultura y la ganadería han ejercido sobre la vegetación
nativa, se han producido grandes cambios en la cobertura del suelo, así como en la
estructura y la composición de los remanentes de pastizales.
Características físicas
La elevación del basamento provocó que los ríos Paraná y de la Plata erosionaran su
lecho. En general su relieve es levemente ondulado y está drenado por arroyos y
cursos de agua bien definidos. Los suelos son en su mayoría profundos y bien
drenados, con una textura franco-limosa. En las cañadas que recortan las lomadas y
en algunas cubetas aparecen suelos lavados, algo hidromórficos y sódicos en los
horizontes superficiales.
La estructura de la vegetación de los pastizales correspondería a una pradera en los
años húmedos y una pseudo-estepa en los períodos secos. En zonas donde los
suelos son muy fértiles (la gran parte de este distrito) se desarrollaría el llamado
“flechillar”, caracterizado por gramíneas del género Stipa. Donde los suelos son
ligeramente alcalinos, como pequeños manantiales donde se originan cursos de agua
o en los bordes de éstos, se pueden encontrar comunidades halófilas. Debido a las
restricciones que presentan estas áreas, su utilización como tierra de cultivo es muy
limitada.
Pampa deprimida o inundable
Se extiende al oeste de la pampa ondulada, en la cuenca del río Salado. Son
frecuentes las inundaciones dado que no hay pendientes de desagüe, además por las
dunas en la Bahía de Samborombón se complica, aún más, la evacuación de agua.
Características físicas
En general se trata de una llanura sumamente plana que comprende la mayor parte de
la cuenca del Salado y una amplia zona, topográficamente más alta, limitada por los
pedemontes de los sistemas de Tandilia y Ventania.4 La característica más notable es
su exigua pendiente y agudos problemas de escurrimiento de las aguas superficiales.4
El viento ha sido el principal modelador en este distrito, así se han formado numerosas
cubetas de deflación que constituyen en la actualidad cuencas cerradas ocupadas por
lagunas o pantanos permanentes o temporales.5 Los materiales originales de los
suelos fueron lavados por la acción hídrica, por lo que predominan limos y arcillas,
aportando también iones de calcio en solución que contribuyeron a la formación de
planchas de tosca.4 Las limitaciones para la agricultura en toda la subregión están
determinadas fundamentalmente por la anegabilidad y los problemas de alcalinidad y
sodicidad superficial o subsuperficial.4
La vegetación más frecuente en estos suelos es una estepa graminosa baja, con una
cobertura rala, donde existe dominancia de una poácea del género Distichlis.6
De todas las pampas, la inundable es la que presenta un menor grado de reemplazo
del sistema original de pastizales,7 aunque el pastoreo ha modificado la composición
florística y la estructura de la vegetación.8 Las limitantes edáficas antes mencionadas
condicionan las actividades productivas que se realizan en este sector, determinando
que la actividad dominante sea la ganadera, y únicamente en lomadas aisladas es
posible la práctica de la agricultura
Fauna
El humano provocó grandes cambios al introducir la agricultura, la ganadería, y
la forestación. Por eso, especies como el puma, ñandú, venado de las pampas, etc.
Fueron desapareciendo para ser encontrados en su hábitat natural en muy pocos
lugares.
Especies de menor tamaño que las anteriormente mencionadas, se han adaptado a
las transformaciones generadas por el hombre, es así que, en las áreas rurales
pueden verse mamíferos como la comadreja overa, el cuis, el zorro de las pampas,
el peludo; aves como el sirirí, la gallareta, la martineta, varios paseriformes (entre
ellos: el jilguero amarillo, el cardenal de copete rojo, el zorzal, etc.); reptiles (como
el lagarto overo) .
También pueden encontrarse especies foráneas que han sido introducidas por el ser
humano como la liebre europea, el jabalí y el gorrión común.
Actividad sísmica
La región pampeana es una de las zonas geológicamente más estables del planeta
Tierra, ya que apenas hacen fricciones algunas fallas menores periféricas y casi
inactivas de los escudos de Brasilia y Patagonia y débilmente llegan, muy
morigeradas, las réplicas de las fricciones de la placa de Nazca ante la placa del sur
de América (en la región pampeana tales fricciones apenas llegan como ligeros
temblores en espacio de décadas). Es decir, los sismos en la región pampeana son
poco frecuentes, y solo llaman la atención por su carácter de insólitos.
Desde que se tiene noticias (hace siglos), no se conoce ninguna víctima de terremotos
o sismos en la región pampeana.
Como algo muy extraño se percibió un terremoto en 1888:
El 5 de junio de 1888, a las 3:20, se produjo el leve terremoto del Río de la Plata de
1888, con una magnitud en la escala de Richter de 5,5, su epicentro estuvo
en 34°36′0″S 57°53′59″O,a 30 km de profundidad.
Afectó ligeramente, sin causar víctimas, a todas las poblaciones de la costa del Río de
la Plata, en especial a las ciudades de Buenos Aires y de Montevideo. Produjo daños
leves, ya que en estas ciudades aún no existían edificios de altura, ni trenes
subterráneos. Aun así, posteriormente a este terremoto, en ninguna de las dos
capitales se han tomado medidas anti-sísmicas en sus construcciones.
Economía
El área pampeana presenta las mejores pasturas para criar vacunos, de los que se
obtiene carne y leche para las grandes ciudades y para exportación. .
Agricultura
Sembrado de cebada.
Históricamente, esta zona ha producido cereales como el maíz y el trigo, destinados
básicamente a la exportación. Esto fue posible por sus excelentes suelos agrícolas al
clima templado y a la disponibilidad de agua. En los últimos tiempos, nuevas técnicas
y la inversión de capitales potenciaron estas ventajas, y los esfuerzos se concentraron
en la producción de soja. El incremento agrícola argentino tiene varias causas, entre
ellas la diversificación, o sea la variación de cultivos que permite un mayor
aprovechamiento del suelo. Entre las innovaciones tecnológicas se encuentran la
siembra directa (sin arar), el desarrollo de plantas híbridas y transgénicas de veloz
crecimiento o más resistentes a las plagas.
Los principales cultivos en la zona pampeana
son: trigo, maíz, cebada, girasol, soja, papa, maní y sorgo.
Soja: de sus semillas se obtiene una gran variedad de productos alimenticios:
aceite, salsa, jugo vegetal, brotes, alimentos para animales,
harinas, porotos, tofú o queso de soja. Como uso secundario de la soja, se
elaboran plásticos, adhesivos, pinturas, tinturas, insecticidas y productos
farmacéuticos. Fue plantada por primera vez hacia 1970. En 1971-1972 hubo
80.000 ha plantadas. En la campaña 2001-2002 la soja desplazó a cultivos
tradicionales llegando a 11.640.000 ha.
Entre 1999/2000 la producción de cereales y oleaginosas superó los 50 millones de tn.
Ganadería
Desde los tiempos coloniales, la ganadería de vacunos, equinos, ovinos y porcinos ha
sido la actividad económica fundamental. Esta zona geográfica es la principal en la
cría de vacunos para carne y lechero.
Vacunos para carne: entran dentro de esta categoría las
razas Charolais, Hereford y Aberdeen Angus.
Vacunos lecheros: formado por la raza Holando-Argentino.
En la provincia de Santa Fe se encuentra la cuenca lechera más importante del país.
Le siguen las cuencas de Córdoba, Provincia de Buenos Aires, Entre Ríos y Provincia
de La Pampa. El ganado en esta región es de altísima calidad, ya que se cría a
campo, es decir, que los animales se alimentan directamente del pasto; esto es
posible por las grandes extensiones de tierra, el pasto blando, el clima templado. El
ganado vacuno argentino está libre de aftosa y otras enfermedades, por lo que se
inserta muy bien en los mercados europeos. Se distinguen 3 zonas de especificación,
con el objetivo de mejorar la productividad: de cría, de engorde y mixta.
Cuchillas o Lomadas Entrerrianas
Las lomadas entrerrianas, históricamente llamadas en forma impropia cuchillas (término hoy no avalado por los geólogos, pero que continua en uso), son un sistema de colinas de Argentina que se extiende en sentido general norte-sur por las provincias de Corrientes y Entre Ríos. El alineamiento de las lomadas determina el escurrimiento de las aguas formando las cuencas de ríos y arroyos en los valles de origen fluvial entre ellas y establece la divisoria de aguas de los ríos Paraná y Uruguay. Si bien las lomadas se extienden por el centro-sur de la provincia de Corrientes llegando la divisoria de aguas hasta las nacientes del río Miriñay en la laguna Iberá, el nombre entrerrianas se usa generalmente para referirse a las ubicadas en Entre Ríos, ya que en Corrientes no suele dárseles un nombre específico y forman parte de la subregión denominada planicie del Paiubre.
La subregión geográfica de las lomadas entrerrianas forma parte de la región pampeana y está limitada al norte por la subregión de los esteros correntinos, al sur por la planicie deltaica, al oeste por el río Paraná y al este por el río Uruguay. Esta subregión se caracteriza por ser una planicie sedimentaria de relieve suavemente ondulado, en la que la red de drenaje se encuentra bien desarrollada, con numerosos cursos de agua de carácter exorréico.
Las lomadas entrerrianas son de alturas muy bajas, chatas y anchas por lo que popularmente aún se las refiere como las cuchillas entrerrianas aunque su origen
geológico sea diferente de las verdaderas cuchillas o coxilhas de la Banda Oriental (Uruguay y parte de Río Grande del Sur en Brasil), que son rocosas, mucho más elevadas y presentan crestas. En cambio las elevaciones entrerrianas están formadas por sedimentos loéssicos (depósitos de arcilla) pampeanos y marinos que se gestaron durante la era Cenozoica (o era Terciaria), cuando los ríos Paraná y Uruguay definieron sus cursos a medida que ascendía el bloque precámbrico del macizo de Brasilia (formado por basalto). Durante el plegamiento andino se crearon líneas de falla por donde corren longitudinalmente los ríos Gualeguaychú y Gualeguay y el arroyo Nogoyá.
La erosión fluvial del suelo de composición arcillosa, favorecida por las abundantes precipitaciones, suavizó las ondulaciones que caracterizan el paisaje entrerriano, formando buenos suelos de aptitud agropecuaria. Los suelos son medianamente profundos, con un buen contenido de materia orgánica, de texturas francas a franco-limosas en el oeste y franco-arcillosas en el este, con la consecuente reducción en los niveles de infiltración.
Las lomadas escasamente superan los 100 msnm presentándose como ondulaciones de la llanura con pendientes suaves, que se elevan no más de 10 metros sobre los valles circundantes. El nombre de cuchilla alude a la función de cortar las aguas entre
las cuencas que separan.
A fines de siglo XIX e inicios de siglo XX se usaron las cumbreras de estas lomadas para que por ellas transitara el ferrocarril, de manera de evitar inundaciones fluviales y reducir la necesidad de construcción de puentes.
Desarrollo
El ramal troncal se encamina en dirección sur aproximadamente a los 30° de latitud sur en el borde sur de la meseta del Paiubre (o meseta de Mercedes) en la provincia de Corrientes. En el límite interprovincial el ramal es conocido como cuchilla de Basualdo y tras recorrer 42 km en Entre Ríos se bifurca en la localidad de Los Conquistadores en dos sistemas de lomadas conocidos como: cuchilla Grande (al este, extendida de norte a sur) y cuchilla de Montiel (al oeste, de noreste a sureste). Por el valle central, entre las dos cuchillas, se halla la cuenca del río Gualeguay, río que divide en dos partes a la provincia.
De la cuchilla Grande se desprenden dos ramales en el departamento Villaguay que general la cuenca del arroyo Lucas. Luego se bifurca hacia los 31° 50' S en dos ramales paralelos que originan el valle del río Gualeguaychú y que finalizan rodeando a la ciudad de Gualeguaychú. La cuchilla de Montiel se bifurca hacia los 32° S, formándose un ramal perpendicular que llega al río Paraná en la Punta Gorda del Departamento Diamante, generándose un valle entre ambas ramas en el departamento Nogoyá, por donde discurre el arroyo Nogoyá.3 Desprendimientos menores de los ramales principales aparecen en los departamentos: Federación, Concordia, San Salvador, Villaguay, La Paz, Paraná y Nogoyá.
Las lomadas desaparecen brúscamente al alcanzar las barrancas que forman el borde de la zona deprimida del delta del Paraná, lo mismo que al alcanzar las líneas de falla por donde discurren los ríos Uruguay y Paraná. En el norte del Departamento La Paz, existe otra zona deprimida denominada bajo del Yacaré. Al noreste, el río Uruguay forma terrazas fluviales, sumergidas hoy en gran parte por el embalse de la represa de Salto Grande.
Entre Ríos es la provincia cuya mayor elevación es la más baja de las 23 provincias. Dicha elevación se encuentra en la cuchilla de Montiel, entre las localidades de Crespo y Estación Camps (32°02′51.74″S 60°16′51.63″O) a una altura de 127,5 msnm.
Vegetación
La vegetación se caracteriza por un mosaico de formaciones herbáceas dominantes en las porciones elevadas de las lomadas, que alterna con bosques en galería a en las márgenes de los cursos fluviales.5 La comunidad herbácea más representada es la pradera de “flechilla”, que constituye un tapiz casi continuo de vegetación en los sectores elevados. Un elemento de diferenciación de este distrito en relación a las otras pampas es la presencia de géneros de gramíneas tropicales como Axonopus y Paspalum.
La fertilidad del suelo y el clima húmedo permiten el desarrollo de vegetación arbórea de numerosas especies, entre las cuales destacan el ñandubay, el tala y el algarrobo negro, que forman bosques en las riberas de los arroyos. En el este de Entre Ríos se hallan palmares esparcidos.
En el área de la cuchilla de Montiel, al norte de Entre Ríos, se encuentra la selva de Montiel, que corresponde al distrito del ñandubay de la provincia Fitogeográfica del Espinal, con mucha riqueza forestal. La selva de Montiel ha reducido su tamaño, que correspondía a un tercio del territorio de Entre Ríos, y actualmente corresponde a sectores aislados de los departamentos Federal, San José de Feliciano y Villaguay. No constituye una selva propiamente dicha, pero se le dio localmente ese nombre a causa de su aspecto enmarañado
ESTEROS
El término estero se utiliza en varios contextos ecológicos y geográficos para designar condiciones de pantano generalmente en zonas planas con drenaje imperfecto. Pantanos
Como estero también se designa a una extensión pantanosa de gran tamaño que suele llenarse de agua por la lluvia (anegación) o por desborde de un río o laguna durante las crecientes (inundación). Tal es el caso de los esteros del Iberá en el interfluvio entre la margen oriental del río Paraná y occidental del río Uruguay, en Argentina. La siguiente definición se basa en gran medida en las características del Iberá: laguna de regiones tropicales y subtropicales, de escasa profundidad ( 3 m), permanente o semipermanente, con poca superficie de agua libre y sin movimiento, estratificación térmica con capa superficial más caliente, tenor de oxígeno disuelto escaso hasta nulo, abundantes vegetación acuática sumergida y emergida circundante, con abundante sedimento en descomposición y pobre población planctónica, sobre todo de fitoplancton
Se denomina Esteros del Iberá a un extenso humedal que abarca unos 12 000 km², en la provincia de Corrientes1, en el nordeste de Argentina. Solo superado en extensión por el Pantanal (brasileño, boliviano y paraguayo) con el cual forman el segundo humedal más grande del mundo, parte de un sistema hidrográfico mucho más extenso: el macrosistema del Iberá, de cerca de 45 000 km², en el que se desarrolla un ecosistema subtropical y tropical de enorme diversidad.
Descripción
El centro aproximado de este sistema se ubica en las coordenadas 28°36′00″S 57°49′0″O. En Argentina ocupa unos 12 000 km2, que forman parte de un sistema mucho más extenso cuya superficie se estima en alrededor de 45 000 km2.2
Debido a su peculiar geografía y difícil acceso, la zona cuenta con una rica y variada población animal. La fauna autóctona incluye numerosas especies amenazadas para las cuales éste es uno de los últimos hábitats remanentes; entre ellas, el ciervo de los pantanos (Blastoceros dichotomous), el venado de las pampas (Ozotocerus
bezoarticus), el carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris), el lobo de crin o aguará guazú (Chrysocyon brachiurus), el yacaré overo (Caiman latirostris) y negro (Caiman yacare), la boa curiyú (Eunectes notaeus) y el lobito de río (Lontra longicaudis), los monos aulladores (o carayás), así como una enorme variedad de aves como el pirincho entre tantas muchas aves. La ictiofauna también es muy variada y abundante, sobresaliendo los dorados, armados, surubíes, pacúes, mojarras, tarariras y palometas. Los yaguaretés parecen haber sido extinguidos en esta zona durante la primera mitad del siglo XX, al igual que el tapir, el lobo gargantilla, el pecarí de collar y el oso hormiguero; este último reintroducido recientemente. La exuberante flora local incluye numerosas especies acuáticas como el camalote, y amapolas de agua —que dan lugar al fenómeno de los embalsados, auténticas islas flotantes que complican la geografía de las lagunas— además de extensos pirizales.
El 15 de abril de 1983, por ley 3771, un área de unos 12 000 km² —dividida entre los departamentos San Miguel, Concepción, Santo Tomé, San Martín y Mercedes— fue instituida como Reserva Natural Provincial por el Gobierno de la Provincia de Corrientes, del que depende actualmente, tal reserva es el área protegida más extensa con la que actualmente (septiembre 2007) cuenta la República Argentina. Se lo considera un humedal de importancia internacional en los términos de la Convención de Ramsar.
La región del Iberá se ubica en la depresión central de La Crespa, flanqueada por terrenos más altos de carácter geológicamente diverso en las márgenes de los ríos Paraná y Uruguay, que constituye el centro de la provincia de Corrientes. Toma la forma de una ancha llanura, de pendiente apenas superior al 1‰ que permite un lento desagüe en dirección noreste-sudoeste.
La formación del sistema de los esteros del Iberá no se conoce con exactitud. El lecho del Paraná está excavado sobre un sustrato de basalto poroso que presenta fracturas importantes en varios puntos; la mayor de estas fallas secciona diagonalmente la totalidad de la provincia de Corrientes, e interseca el lecho del Paraná unos 90 kilómetros río abajo de la ciudad de Posadas con una pared basáltica de considerable espesor. Se especula con que la presencia de esta pared desviaba antiguamente el curso del río, llevándolo en dirección sudeste por los bajíos que hoy componen el sistema del Iberá y dando origen a la morfología actual de la zona. El cauce del río habría tomado su forma presente una vez la erosión hizo practicable el flujo a través del banco rocoso de los saltos de Yacyretá-Apipé. También la erosión eólica habría ayudado a deprimir las lomadas y cuchillas que surcan los esteros.
Avala esta teoría el origen aluvionario del suelo, compuesto por capas de arena y limo sobre un fondo impermeable de arcilla que impide el drenaje directo de las aguas. El estrato superficial actual está conformado por arenas de origen fluvial, acumuladas entre el Plioceno Superior y el Pleistoceno Inferior.4
La escasa pendiente y la densidad botánica en los cuerpos de agua hacen que el drenaje del sistema sea marcadamente lento; el agua fluye poco a poco hacia el sudoeste, hasta desaguar a través del río Corriente y el Miriñay, hacia las cuencas del Paraná y el Uruguay respectivamente.5 Las lluvias frecuentes, sobre todo durante la primavera y el otoño, reponen el nivel de los esteros, que no ha mostrado tendencias a la modificación en los últimos años; se mantiene así estable, aunque con variaciones estacionales, el nivel hídrico. Las precipitaciones anuales están en el orden de los 1200 a 1500 mm, mientras que la evaporación se eleva a los 1.000 mm en un plazo equivalente.
El área exacta que ocupan los bañados varía con la altura de los ríos de la región, con los que están conectados subterráneamente; si bien la margen sur de la zona está claramente definida por el límite natural de la geología entrerriana —una zona de lomadas bajas que ocupa la mitad sur de la provincia—, sus fronteras noreste y
noroeste no tienen solución de continuidad con el resto del paisaje. La profundidad media de las lagunas no excede los 3 m, variando alrededor de 1 m entre la cota más alta y la más baja del ciclo anual.
El relieve del fondo es en general aplanado, a una altura promedio de 65 msnm. Los rasgos geomorfológicos más destacables son las lagunas de diversa conformación que componen el eje principal de la cuenca, conectadas entre sí por riachos y rodeadas de bañados permanentes. Los ambientes son sobre todo lenticos permanentes, representados por las lagunas y esteros, con algunas zonas temporales periféricas y extensas áreas de transición semianegadas de manera permanente, y secciones lóticas representadas por los canales de desagüe que los conectan.
Por el sudoeste, y antes de llegar de vuelta al curso actual del Paraná las aguas del hoy humedal del Iberá se ven endicadas o embalzadas por madrejones (del lado del río Paraná) y por la leve meseta del Payubré (o del Pay Ubré y de Mercedes) zona que fue naturalmente selvática y que naturalmente se extiende en la provincia de Entre Ríos en la que fuera extensa Selva de Montiel.
A lo largo del arco de la zona pueden distinguirse varias lagunas o esteros permanentes de diversas extensión, de las cuales las más amplias son la epónima Iberá, y la laguna Luna, a cuyas orillas se ubica el pueblo de Colonia Carlos Pellegrini, la base más recomendable para visitar la región. Las lagunas Fernández, Galarza, Medina, Paraná y Trin superan también los 15 km²;. El sistema de lagunas es de muy escasa profundidad, por lo general, aunque en épocas de creciente pueden alcanzar los tres metros. Con ellas se alternan escasas áreas de tierra seca, mayormente lomadas bajas y arenosas, y una gran extensión de bañados, es decir, terreno anegable o anegado.
El perfil exacto de la superficie firme varía constantemente; sumado a la continuidad visual entre la tierra firme y las cañadas —dada tanto por la gran cantidad de vegetación semisumergida como por la formación de embalsados, enmarañadas formaciones de vegetación flotante a las que la acumulación de tierra de origen eólico y el entrelazamiento de las raíces dota de solidez suficiente para caminar sobre ellas; la orientación se hace extremadamente difícil, tanto en la tierra como en las lagunas.
Clima
Pese a ubicarse en zonas subtropicales, el clima del Iberá es netamente tropical debido a la elevada humedad atmosférica que retiene el calor solar en este medio ambiente. El invierno es relativamente seco (relativamente, ya que la humedad es perenne), con temperaturas mínimas que llegan a 5 °C, y fuertes precipitaciones durante el otoño y la primavera. El verano es también húmedo y muy caluroso, con máximas que pueden superar los 50 °C. Las precipitaciones anuales rondan los 1700 mm.
Historia
A la llegada de los españoles en el siglo XVI la zona estaba difusamente poblada por las etnias de los llamados en guaraní: guaraníes aunque muchos de ellos eran pueblos anteguraníes guaranizados a la fuerza (hacia el s. XV los avá o guaraníes
invadieron territorios de pueblos como los que tales invasores indoamericanos llamaron "mocoretás", los guaraníes practicaban el canibalismo con los varones de las etnias que les resultaban obstáculo a su expansionismo). Aún hasta inicios del siglo XX, debido a que se escuchaban "gritos" provenientes de las zonas más internas y entonces inexploradas por los "blancos", se supuso que todavía tales nativos habitaban los esteros.
Gracias a la dificultad para acceder a la zona de los esteros del Iberá, los asentamientos en el área han sido muy escasos, aunque algunas poblaciones en su
margen noreste —sobre todo Concepción Yaguareté-Corá— se remontan a la época de la colonia. Las reducciones jesuíticas ocuparon territorios colindantes con los esteros, pero el área de bañados y lagunas se consideraba inhabitable. A lo largo de los siglos XVIII y XIX permaneció generalmente libre de asentamientos estables, aunque constituyó refugio para forajidos y fuente de sustento para cazadores ("mariscadores") y pescadores.
La primera investigación científica de las riquezas naturales del área se debió a Alcide d'Orbigny, un naturalista francés que visitó el área a fines de la década de 1820 como parte de la expedición a Sudamérica encargada por el Musée d'Histoire Naturelle de París. Entre los siete tomos de su Voyage dans l'Amérique Méridionale se
cuentan las primeras observaciones sistemáticas del ecosistema del Iberá. La turbulenta situación política regional y la escasez de medios demoraría el interés local en el mismo hasta la década de 1930, en que la recientemente creada Administración de Parques Nacionales presentó al Congreso el primer proyecto de creación del Parque nacional Iberá, fruto de negociaciones con el gobierno provincial.
Tanto éste como otros dos proyectos presentados en décadas posteriores fracasaron; las reticencias de la provincia a comprometer una parte importante de su territorio a cambio de un apoyo institucional dudoso jugaron un papel importante en estos fracasos. El interés industrial en la zona — expresado en un plan de desarrollo de la década de 1970 que promovía la construcción de un canal en la zona de San Miguel para inundar los esteros con las aguas del Paraná y formar un lago interior, cuyas aguas se derivarían hacia la Represa de Salto Grande, a través del río Miriñay, para incrementar el rendimiento de la planta generadora— cuyo rendimiento para la alicaída economía correntina primaba ante intereses ecológicos, era también un factor de peso. La demora en intervenir tuvo graves consecuencias sobre la fauna de la zona, gravemente diezmada por la caza furtiva y las incursiones defensivas de los ganaderos de la región sobre los felinos predadores. A comienzos de la década de 1980, las especies con valor comercial —sobre todo el yacaré negro, cuyo cuero se utilizaba en marroquinería, pero también el yaguareté, cazado por su piel y para proteger los rebaños, las distintas especies de ciervos y venados y varias aves— estaban en alto riesgo o habían desaparecido de la zona, y las alteraciones del ecosistema amenazaban a muchas otras.
La combinación de reclamos insistentes de la Administración de Parques Nacionales y la imposibilidad de concertar con el gobierno federal la administración del patrimonio ecológico de la zona movieron al gobierno correntino a declarar la creación de la Reserva Natural del Iberá el día 15 de abril de 1983 por ley provincial 3771. La intención del proyecto era aunar la conservación y recuperación de las especies nativas y la eliminación de las exóticas con el desarrollo turístico de la región. Se delimitaron las tareas de conservación y se reglamentó el apoyo financiero y la dotación de personal para estas tareas. Sin embargo, el gran esfuerzo realizado, sobre todo para combatir la caza furtiva y restaurar paulatinamente el estado de equilibrio del ecosistema, se vio seriamente afectado por la situación económica de la Argentina en las dos décadas transcurridas. Con todo, la recuperación ha sido notable y la conservación de numerosas especies se encuentra garantizada.
La obra vecina de la represa de Yacyretá influyó en la región a partir de su finalización en 1994, a causa de la elevación del nivel de las aguas, y el anegamiento total de parte del ecosistema.6 El decreto 1577/94 de la provincia de Corrientes reguló las unidades de conservación dentro del área de influencia de la represa, así como apoyo financiero por parte del Ente Binacional a cargo de las obras.
El 23 de diciembre de 2015, a partir de la donación de 150. 000 hectáreas de tierras (en gran parte inundadas) que el ambientalista estadounidense Douglas Tompkins había comprado a precio muy bajo, mediante expresa delegación de su
viuda Kristine McDivitt, en diciembre de 2018 se anunció la creación del parque nacional Iberá.
Biología
La vegetación acuática es frondosa y cubre extensas áreas. El camalote (Eichhornia spp), es el género más extendido y conforma generalmente la base de los embalsados, junto con la amapola de agua (Hydrocleys nymphoides). La ortiga acuática (Cabomba caroliniana), el junco (Scirpus californicus) y las achiras o pehuajos (Thalia spp).
Sobre los embalsados se deposita tierra y semillas llevadas por el viento; la densidad de su base es suficiente para que sobre ellos crezcan especies de tierra firme, tanto arbustos como árboles (ceibo, curupí, laurel de río y sangre de drago, entre otros).
El ñangapiri o pitanga, el lapacho, el laurel, el ombú, el sauce, el timbó , el urunday, el catiguá, y el alecrín son las especies más representativas de los montes o bosques higrofilos, junto con las palmeras caranday y pindó (las palmeras pindó producen frutos que son los principales alimentos para los monos carayá).10
Hacia el sur la vegetación se transforma en pastizales y sabanas, apareciendo densas arboledas de algarrobo (Prosopis nigra), ñandubay (Prosopis affinis) y espinillo (Acacia caven).
Fauna
Lógicamente, casi la totalidad de estas especies goza de hábitos más o menos acuáticos. Las especies de mayor porte son el ciervo de los pantanos (Blastoceros dichotomous, en guaraní guazú puku) y el venado de las pampas (Ozotocerus bezoarticus, en guaraní guazú ti'í). El primero, excelente nadador, se extiende por toda la región, viviendo sobre los embalsados durante largas temporadas, por lo cual es difícil de avistar salvo desde embarcaciones. El segundo, de menor tamaño, está restringido a la zona de tierra firme. Ambas especies están consideradas en peligro y están inscriptas en el apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que prohíbe de modo absoluto su caza y comercio.
Difíciles de observar por sus hábitos tímidos —y también protegidos estrictamente por CITES— son el aguará 11 guazú o lobo de crin (Chrysocyon brachiurus), un cánido autóctono de gran tamaño, el lobito de río (Lontra longicaudis, un pariente de la nutria), y el gato montés (Oncifelis geoffroyi). Por el contrario, el carpincho 12(Hydrochoerus hydrochaeris) y se encuentra con facilidad actualmente. Es un roedor herbívoro anfibio. Su peso en estado adulto supera los 70 Kg y mide aproximadamente 1 metro de largo y 60 cm de altura. Su aspecto es similar al de un cobayo gigante, robusto y sin cola. De tronco macizo, cabeza gruesa, hocico ancho y dividido, ojos pequeños, orejas poco desarrolladas y labio superior muy hendido. De patas son cortas con cuatro dedos en las patas anteriores y 3 dedos en las posteriores, unidos por una pequeña membrana natatoria. El pelaje es denso, corto y áspero. La coloración general es gris claro.
Las especies de reptiles incluyen a los omnipresentes yacaré negro (Caiman yacare) y yacaré overo (Caiman latirostris). Ambos superan los dos metros de longitud en
ocasiones, aunque los ejemplares de buen tamaño son escasos debido a la intensa caza furtiva antes de la constitución del parque. Las dos especies se han repoblado
con facilidad y son fáciles de avistar actualmente. Varias especies de serpientes —entre ellas las muy venenosas yarará o víbora de la cruz (Bothrops alternatus), serpiente de cascabel (Crotalus durissus terrificus) y serpiente de coral (Micrurus pyrrhocryptus), además de las inofensivas cobra de agua (Hydrodynastes gigas, en guaraní ñacaniná), falsa yarará (Pseudotomodon trigonattus) y la constrictora curiyú (Eunectes notaeus)—, de tortugas, de lagartos — entre los que se destaca el lagarto overo (Tupinambis teguixin)— completan el panorama, al que se suman numerosas especies de anfibios de todos los tamaños.
El oso hormiguero gigante o yurumí (Myrmecophaga tridactyla) existía naturalmente en
la zona hasta 1965 pero fue exterminado por el ser humano, recientemente ha sido reintroducido.13
El tapir o mboreví (Tapirus terrestris), el pecarí de collar (Pecari tajacu) y la nutria gigante o ariray (Pteronura brasiliensis) también han sido reintroducidos.14
En 2016 se ha observado la reaparición del félido mediano llamado ocelote (Leopardus pardalis).15
Yaguareté o "tigre americano".
En cuanto al yaguareté o "tigre" (Panthera onca) este felino máximo americano fue
exterminado en los 1960 en la provincia de Corrientes (donde sin embargo es emblemático) al ser calificado de "plaga"; sin embargo desde 2015 se encuentra activo el plan de reintroducción del "tigre" o "yaguareté" en los esteros del Iberá a partir de ejemplares que se encuentran en cautiverio y a cuyas crías se las volvería al estado silvestre en los "esteros", "bañados" y humedales del Iberá controlando de este modo, ya que es un superpredador focal, ecosistemicamente, a la reproducción de la otra fauna.16 En mayo de 2015 se reintrodujo la primera hembra de "tigre" o yaguareté, llamada «Tobuna», en su bioma natural del Iberá.1718
La zona se destaca por su riqueza ornitológica. Se ha registrado la presencia de alrededor de 300 especies de aves, de más de 50 familias.19 Entre las especies raras o con algún grado de vulnerabilidad se encuentran el yetapá de collar (Alectrurus risora), el capuchino de collar (Sporophila zelichi), el tordo amarillo (Xanthopsar flavus), el espartillero pampeano (Asthenes hudsoni) y el espartillero enano (Spartonoica maluroides), el cardenal amarillo (Gubernatrix cristata).20El guacamayo rojo (Ara chloropterus)21, el muitú (Crax fasciolata) han sido reintroducidos.
En total, en la zona del Iberá se consideran (año 2015) que existen unas 800 especies de fauna macroscópica.
Sin dudas, el turismo rural en sus formatos de ecoturismo y turismo activo, le han dado una fisonomía a los esteros del Iberá como un verdadero paraíso de vida silvestre donde poder convivir con un ecosistema en plena expansión y desarrollo de especies animales y vegetales. Es gracias al turismo y a la conciencia ecológica y conservacionista conque pueden disfrutar a pleno todo lo que son los esteros del Iberá.
2- Busca los siguientes enlaces y mira con atención los videos
Vieo 1https://www.youtube.com/watch?v=8f-sPrtRQ9U
Video 2 https://www.youtube.com/watch?v=5b00BbbcgRk
Video 3 https://www.youtube.com/watch?v=QWEtdaseGac
3- luego de leer el apunte y visualizar los videos realiza las siguientes actividades
a- En un mapa de Argentina señala con verde la Llanura platense y con un
marcador negro las subregiones.
b- Realiza un mapa conceptual del tema en donde quede expresado las
diferentes características de las subregiones
c- Completa el siguiente cuadro
Subregión Características
fisicas
Ubicación
Flora Fauna Actividades
económicas
Turismo Una
imagen
4- copia 1 de los circuitos productivos señalados en el apunte y luego realiza un
circuito productivo típico de cada subregión.
5- Nombra 30 ciudades importantes de la Llanura. Ubícalas en un mapa de Argentina.
6- arma un glosario de la región estudiada
7- Busca en las noticias la situación en la que se encuentran cada una de las
provincias de la región con respecto al coronavirus.
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