Gramsci Reloaded

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COLUMNAS24 de Enero de 2012Gramsci reloaded

RAFAEL CAVIEDESAcadmico de la Universidad de Los AndesCOMENTARENVIARRECTIFICARIMPRIMIRAquellos que crean que despus de la cada del muro de Berln y el estrepitoso fracaso del socialismo real, las doctrinas marxistas estaban muertas, se estarn convenciendo de su error al analizar con ms detencin las bulladas marchas y protestas realizadas por los estudiantes el ao recin pasado. El socilogo Antonio Leal,en su columnadeEl Mostrador, referida a su libro Gramsci, reconoce el regreso del pensamiento marxista en los lderes estudiantiles, pero no con aquella vertiente estalinista que conocimos los aos 60 y 70, sino revestido de una forma ms sutil, ms seductora, intelectualmente bien elaborada, que le da un nuevo carcter tico e, inclusive, esttico, atractivo para jvenes e idealistas del nuevo pensamiento marxista y que marchan por la calles, quizs sin saberlo, de la mano de Gramsci.El filsofo, quien cumple 121 aos desde su nacimiento, si bien influy en el comunismo italiano, no existi para los leninistas rusos sino hasta la Perestroika, puesto que su propuesta propicia la penetracin intelectual y espiritual, en contraposicin al pensamiento leninista que justifica la violencia poltica, el totalitarismo e, incluso, la va armada. Tales ideas an permanecen subyacentes, al menos as lo han deslizado, algunos de los nuevos dirigentes estudiantiles de nuestro pas, motivados quizs, porque saben que la va gramsciana puede ser lenta, sofisticada, y requiere penetrar la dura coraza de la superestructura social y moral. Para ello, Gramsci propuso entregar una formacin humanista, es decir, preparar o formara la gente no para el trabajo, sino en aspectos humanistas que condujeran a la transformacin social. Y qu mejor que el Estado controlando la educacin de todo un pas para ello!Para responder esa pregunta, hay que conocer el pensamiento de este filsofo que est influyendo en los movimientos sociales actuales y, para ello, Leal ofrece su libro. Evidentemente, el pensamiento gramsciano ha tenido xito. Prueba de ello, es que a nadie parece importarle el fracaso reciente del modelo socialista. Se les permite gobernar, aunque ahora no postulan a la dictadura del proletariado, se promueven como demcratas, coquetean con el capitalismo, y la opinin pblica hasta les perdona su incursin en la va armada.Lo interesante de Gramsci es que de esta forma volvi a retomar la concepcin marxista, pero no al ritmo cruel de la violenta revolucin rusa, sino que al paso cadencioso de las ideas, del pensamiento, de la ciencia poltica. No obstante, la clara derrota del socialismo real, el ideario marxista -como lo reconoce Leal- ha vuelto a ganar espacio poltico como si nada hubiese sucedido en 90 aos. Es cierto que ahora se trata de un pensamiento renovado que se ha apropiado de atributos como la equidad, la igualdad, la tolerancia, la preservacin del medio ambiente, los derechos humanos y de las minoras, etc., que cualquiera debera apoyar. Aunque para alcanzar tales atributos no se basa en la libertad del individuo y el emprendimiento, sino propicia nuevas formas de intervencionismo estatal en materias de propiedad, educacin, salud, econmicas, tributarias y previsionales, entre otras, restndole toda importancia a la libertad individual. As, aunque pareca incomprensible que tal ideologa fuese an capaz de sobrevivir y gobernar, a nuestro alrededor vemos prosperar el pensamiento neo marxista tanto en pases de la regin como en Chile.Cmo se puede explicar sto? La respuesta se encuentra en la interpretacin efectuada por Gramsci al marxismo, al que consider como la doctrina de salvacin del reino de la ilusin (la religin) y del engao (el capitalismo). Gramsci, visualiz desde la perspectiva del mundo occidental las debilidades de la ortodoxia rusa marxista-lenilista, referidas a la toma violenta del poder. Seal que slo una alternativa que apuntara a la ocupacin cultural, al ejercicio del verdadero liderazgo al interior de la sociedad civil, podra tener xito para alcanzar el poder. Tal estrategia, llamada guerra de posicin, operara mejor en el modelo occidental capitalista, que la cruel guerra de maniobras propiciada por el marxismo leninismo. Para Gramsci, el socialismo es ms que un sistema poltico o econmico, es un valor moral profundamente liberador. Su propuesta de conquista consiste en incursionar en lo que l denomina la superestructura social, es decir, en los fenmenos culturales y espirituales de la sociedad.Propone una ocupacin cultural, de suyo sutil, y el ejercicio de un verdadero liderazgo o hegemona al interior de la sociedad civil. As, Gramsci, ha inspirado a la nueva izquierda para que est presente en la literatura, en la prensa, en la iglesia, en los organismos internacionales, en los sindicatos y minoras, en la ecologa, en la televisin, en la universidad, en la ciencia, en la cultura y hasta en la msica popular. Basta pasearse por una librera, repasar los ttulos y sus autores, para darse cuenta de la enorme intrusin intelectual marxista existente. Sin embargo, para lograr dicha hegemona social, cultural y econmica, tambin reclama a la escuela, por su funcin educativa positiva, y a los tribunales, por su funcin educativa represiva. Hoy, adems, las nuevas redes sociales de internet -impensado para Gramsci- permiten una penetracin ideolgica rpida y eficiente.Basta pensar en lo ocurrido el ao pasado, revisar la historia reciente de nuestro pas, los textos escolares, la interpretacin histrica, los museos inaugurados en la ltima dcada, u observar la tolerancia frente al delito y el terrorismo ecolgico y todo aquello que debilite la institucionalidad. Basta observar el diestro uso que hacen de los medios de comunicacin o ver cmo se hacen meritorios de xitos econmicos -que no corresponden al modelo que ellos mismos propician- y notar cmo hacen gala de un hbil transformismo filosfico que les permite transmutar de vctimas a usuarios del capitalismo, de predicar desde hace 90 aos la descomposicin del modelo capitalista, de tratar de provocar permanentemente la crisis social para que los gobiernos entren en conflicto, se cuestione su liderazgo, se desacredite su autoridad y, as, se produzca la anhelada crisis de poder y el consecuente desgaste de la clase dominante, para al fin asumir el poder. Ser esto lo que le da sentido a los movimientos sociales del ao pasado?Para responder esa pregunta, hay que conocer el pensamiento de este filsofo que est influyendo en los movimientos sociales actuales y, para ello, Leal ofrece su libro. Evidentemente, el pensamiento gramsciano ha tenido xito. Prueba de ello, es que a nadie parece importarle el fracaso reciente del modelo socialista. Se les permite gobernar, aunque ahora no postulan a la dictadura del proletariado, se promueven como demcratas, coquetean con el capitalismo, y la opinin pblica hasta les perdona su incursin en la va armada en dcadas pasadas. La doctrina gramsciana transforma a Abel en Can y viceversa. De esta forma, aquellos que originaron el doloroso y violento proceso que vivieron muchos pases, han quedado absueltos de toda culpa. Aquellos que empobrecieron a la gente con sus modelos estatistas, hoy aconsejan cmo lograr mayor equidad. As las cosas, pareciera que se est avanzando en la progresiva conquista de la conciencia, de la superestructura y de la propia personalidad histrica. La sociedad parece adormecida, est quedando anestesiada, sin percibir que la verdad se est alterando, que la historia se est re-escribiendo con mano gramsciana.