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HIDALGO Y SU PLAN DE OPERACIONES
Manuel CARRERA STAMPA
A CABALLO o EN CARROZA, e l cura de l a congregación de Santa
María de los Dolores, cercana a San M i g u e l el G r a n d e , en l a
i n t e n d e n c i a de G u a n a j u a t o , v ia jaba a m e n u d o por l a comar
ca. Su fuerte y adusta f i g u r a era b i e n conocida, estimada y
respetada de labriegos y hacendados, mineros y comerciantes;
c u a l q u i e r i n d i o lo reconocía en seguida. E l cura atravesó m u
chas veces los caminos y los atajos d e l Bajío, solo o acompa
ñado de gente de a l c u r n i a , o de pobres indios, sucios y ha
rapientos.
¡Cuántas veces, c a m i n a n d o solo, a l f i l o de las montañas,
a l cruzar algún vado o a l recorrer los caminos de h e r r a d u r a o
las veredas, a l atravesar los trigales y las mi lpas , debió de pen
sar en l a mísera condición de los labriegos indígenas y mes
tizos, o de los mineros de l a cercana G u a n a j u a t o ! ¡Cuántas
veces d e b i ó de pensar en l a i m p o t e n c i a social y económica en
que se h a l l a b a n ! ¡En cuántas ocasiones debió de pensar tam
bién en l a situación de los cr io l los , más cult ivados y de mayor
imaginación y temperamento que los españoles, i m p o s i b i l i t a
dos de ocupar los puestos políticos y administrat ivos d e l V i
r r e i n a t o ! ¡Y cuántas veces debió de m e d i t a r sobre l a conve
n i e n c i a de l levar a cabo u n a revuelta , de i n i c i a r u n nuevo
o r d e n de cosas!
P o r q u e , s in d u d a , este infat igable cura estuvo siempre
atento a mejorar l a condición económica y social de sus feli
greses: introdujo el cultivo de la vid y de la morera, fomentó
la apicultura, y estableció aquí una fábrica de loza, allá una
carpintería, más allá telares y pozos artesianos. Entendió,
c o m o n i n g ú n otro en toda l a i n t e n d e n c i a de G u a n a j u a t o , las
necesidades de l a clase trabajadora y las angustias en que
vivía l a clase m e d i a , mestiza y c r i o l l a .
Sus grandes y expresivos ojos verdes, en extraño contraste
c o n su tez m o r e n a acei tunada, b r i l l a b a n , ya en sus tiempos
HIDALGO Y SU PLAN DE OPERACIONES 193
de estudiante, con los destellos de l a rebeldía, l a i n q u i e t u d , l a
c u r i o s i d a d , y sus actitudes estaban de acuerdo con sus senti
mientos . D e ahí que desde esos años de l a escuela sus compa
ñeros del C o l e g i o de San Nicolás le pus ieran el mote de " e l
Z o r r o " . H o m b r e astuto, sagaz, ca lculador , y a l p r o p i o t iempo
audaz y rápido en l a ejecución, e l mote "correspondía perfec
tamente a su carácter t a i m a d o " , como dice Alamán.
Este h o m b r e , que como estudiante, como rector d e l Cole
g i o de San Nicolás, y después como c u r a en C o l i m a , en San
F e l i p e y en Dolores dió muestras de u n a c lara inte l igencia y
de u n a a c t i v i d a d creadora p o c o común, debió de m e d i t a r
constantemente sobre l a conveniencia de u n a revolución que
transformase e l orden de cosas establecido; debió de tener, en
esbozo a l menos, u n p l a n , a l l a d o ya de los demás conspira
dores de Querétaro.
H i d a l g o , lector de los enciclopedistas franceses, atento a
f o m e n t a r l a c u l t u r a y las artesanías en su curato, conocedor
d e l p u e b l o como quizá n i n g ú n otro en toda l a intendencia de
G u a n a j u a t o ; H i d a l g o , a q u i e n se l legó a considerar como u n a
de las mejores cabezas d e l obispado de Michoacán, y que es
t a b a a l tanto de l o que promovían los conspiradores de Que
rétaro, no podía menos de tener u n p l a n de acción política
o estratégica. Y s in embargo algunos historiadores, entre ellos
Z a v a l a y M o r a , re la tan ingenuamente los acontecimientos de
1810 negando l a existencia de u n p l a n o desdeñando los i n d i
cios que nos h a b l a n de su existencia.
L A S ACTIVIDADES DEL CURA HIDALGO
L o que decidió a l c u r a a hacer l a independencia n o fué
ciertamente, c o m o pretende C a r l o s M a r í a de Bustamante , 1 l a
b u e n a disposición que encontró en sus feligreses para entrar
e n l a revolución, descontentos c o m o estaban p o r no poder
aprovechar l a u v a de G u a n a j u a t o p a r a hacer v i n o , a causa
de las prohib ic iones , y reducidos p o r eso a l a miseria, y tam
poco , como a f i r m a d o n A g u s t í n H i d a l g o , sobr ino d e l C u r a ,
a haberse detenido e n l a Secretaría d e l V i r r e i n a t o e l permiso
q u e p a r a c u l t i v a r l a v i d h a b í a o b t e n i d o H i d a l g o d e l R e y . 2
L a s razones que l o m o v i e r o n a tomar las armas fueron
m u c h o más profundas . S i H i d a l g o encabezó l a rebelión n o
194 MANUEL CARRERA STAMPA
fué sólo p o r eso, n i tampoco por e l inesperado descubr imiento
de la conspiración y l a p r e c i p i t a d a intervención de A l l e n d e
y de A l d a m a l a noche de l 15 de septiembre de 1810, s ino que
hubo, además, razones sociales m u y profundas, aunadas a he
chos políticos recientes: los antagonismos y r ival idades que
había entre las diversas clases y castas sociales d e l V i r r e i n a t o ;
l a mísera condición social , económica y c u l t u r a l de los i n d i o s
y de la "gente de casta", cuyos anhelos y sufrimientos p a l p ó
tan e n lo v i v o e l cura H i d a l g o ; las prerrogativas de los espa
ñoles en menoscabo de los cr io l los y mestizos; los pr iv i leg ios
de la nobleza frente a los demás estamentos sociales; las ideas
democráticas venidas de los Estados U n i d o s ; las doctr inas
igualmente democráticas e i n d i v i d u a l i s t a s emanadas de los
Derechos d e l H o m b r e y proclamadas por l a Revolución fran
cesa; l a invasión napoleónica en España y la caída de Car
los I V ; l a actuación a m b i g u a de F e r n a n d o V I I ; l a r e i v i n d i c a
ción de los derechos de l p u e b l o español a l sentirse entregado
a l invasor; l a deposición de I turr igaray; l a conspiración abor
tada de V a l l a d o l i d ; e l estado económico y hacendario de l a
C o l o n i a , cargado de alcabalas y gabelas, estancos y m o n o p o
lios, peajes y tr ibutos; y a l o anter ior hay que añadir, quizá,
di f icultades de carácter l o c a l con e l alto clero —en p a r t i c u l a r
l a Inquisic ión— y con l a administración c i v i l .
T o d a s esas causas l o d e t e r m i n a r o n a par t i c ipar en e l mo
v i m i e n t o l i b e r t a r i o . Él m i s m o afirmó que procedió conscien
temente: "Sí —exclamó H i d a l g o con entero acento—, lo he
pensado bien, y veo que estamos perdidos y no queda más
recurso que i r a coger gachupines" , como af irma J u a n A l d a
m a en su conocida Declaración.
N o es ciertamente H i d a l g o " e l pobre cura de l a congrega
ción de Dolores a q u i e n arrastró e l m o v i m i e n t o insurgente" ,
n i " e l atrevido que se lanzó a l a l u c h a s in preparación y s i n
saber lo que hacía" , como l o h a n cal i f icado historiadores inte
resados en desfigurar l a verdad.
A l a luz de nuevos documentos, l a investigación histórica
puede ver más claro. Sabemos, p o r u n a carta recién descu
bierta , que H i d a l g o tuvo comunicaciones reservadas con n u
merosos conspiradores, l o c u a l nos revela que h u b o de exist ir ,
aunque sea en bosquejo, u n " p l a n r e v o l u c i o n a r i o " . H e aquí
e l d o c u m e n t o m e n c i o n a d o :
HIDALGO Y SU PLAN DE-OPERACIONES 195
Señor don José Morelos. Dolores, Sbre. 4 de 1810.—Querido dici-
p u l o y amigo. T u b e noticias del Centro; se me dice que el 29 del veni
dero Octubre es el día señalado para la celebración del gran jubileo, que
tanto ansiamos todos los americanos. Como aun puse en duda tan buena
nueva demoré en m i viage á Querétaro y N . Señor Corregidor me con
firmó la noticia l leno de gusto así como Da Josefa. Por lo tanto y según
lo que hablamos en nuestra entre vista de fines de ju l io , me apresuro a
notisiárselo y espero que U d . procurará por su parte que en dicho día
29 de Octubre se celebre con toda pompa y con el objeto que simultá
neamente sea en todo el Anahuac, tenga berificativo y que tomen parte.
Y o procuraré tener a U d . al tanto de todo lo que ocurra y m i notario
D o n T i v u r c i o está encargado de recibir noticias y contestar en caso
urgente.
D o n Ignacio l o saluda a U d . lo mismo que el licenciado y tienen el
deseo de que U d . ha de sobresalir en esta funsión y de que llegue el día
señalado que le repito 29 de octubre.
E l P. M a r i a n o Matamoros estubo a verme y también se fue entusias
m a d o y a disponerse para esa gran funsión.
Su maestro y amigo que lo aprecia y B. S. M .
M i g u e l H i d a l g o [rúbrica].3
Es i n d u d a b l e que H i d a l g o escribió cartas semejantes a
otros jefes de l a insurgencia: A l l e n d e , Abasolo, A l d a m a , M a
tamoros, Santos V i l l a , C h i c o , etc., y que, en consecuencia, me
d i t ó y p laneó concienzudamente l a revuelta .
OPINIONES NEGATIVAS 5
L o r e n z o de Zavala y José M a r í a L u i s M o r a a f i r m a n que
e l c u r a H i d a l g o obró s in p l a n determinado. Dice el p r i
m e r o : 4
. . . a l proclamar el señor Hidalgo la revolución, no publicó plan alguno,
n i hizo manifiesto que diese a entender sus intenciones. Los que escriben
con ligereza, suponiendo en otro sus propias opiniones, han dicho que
este eclesiástico deseaba establecer una república, como l a que después
se ha querido consolidar en los Estados Unidos Mexicanos. Pero es evi
dente que este célebre corifeo no hizo otra cosa que poner una bandera
con l a imagen de Guadalupe y correr de c iudad en ciudad con sus gentes,
s in haber indicado siquiera qué forma de gobierno quería establecer. Yo
creo que n i él n i los que lo acompañaban tenían ideas exactas sobre
alguna forma de gobierno, y que tal vez la teocracia era la que les pare
cería más regular y más conveniente, aunque sin otra idea de ella que lo
que sabían de los libros sagrados.
196 MANUEL CARRERA STAMPA
Zavala , en e l transcurso de su Ensayo, i n c u r r e en crasos
errores e n cuanto a los nombres de las personas y en cuanto
a las fechas, a u n tratándose de hechos en los que fué testigo
presencial. Más que u n h is tor iador es u n escritor polít ico.
" E n l a parte en que trata de l a guerra de Independencia fa l ta
lo que pudiéramos l l a m a r perspectiva histórica, los sucesos
se a c u m u l a n desordenadamente e incurre e n crasos errores",
dice A l f o n s o T o r o en e l Estudio biográfico que antecede a l
Ensayo.5 Zavala , en efecto, a l h a b l a r en l a siguiente página
de l a c u l t u r a y los antecedentes de Hidalgo, i n c u r r e en u n a
contradicción: " e l c u r a d e l p u e b l o , D . M i g u e l Hidalgo y Cos
t i l l a , concibió l a vasta y atrevida empresa de ponerse a l a
cabeza de u n a revolución, cuyas consecuencias él m i s m o n o
podía conocer" .
Veamos ahora l o que dice e l D r . M o r a refiriéndose a
H i d a l g o :
E l deseo que lo devoraba de hacer ruido en el mundo le hizo sacu
dir , más por espíritu de novedad que por u n verdadero convencimiento,
algunas de las preocupaciones dominantes en su país y propias de su
estado, así es que leía y tenía algunas obras literarias y políticas p r o h i b i
das severamente por la Inquisición y desconocidas para el común de los
Mej icanos. . .
E n efecto, este hombre n i era de talentos profundos para combinar
u n p lan de operaciones, adaptando los medios al f i n que se proponía, n i
tenía u n ju ic io sólido y recto para pesar los hombres y las cosas, n i u n
corazón generoso para perdonar los errores y preocupaciones de los que
debían auxi l iar lo en su empresa o estaban destinados a contrariarla: lije-
ro hasta lo sumo, se abandonó enteramente a lo que diesen de sí las
circunstancias, s in estender su vista n i sus designios más allá de lo que
tenía de hacer el día siguiente; jamás se tomó el trabajo, y acaso n i aun
lo reputó necesario, de calcular el resultado de sus operaciones, n i esta
bleció regla alguna fija que las sistemase. 6
O p i n i ó n t a n negat iva e inexacta d e l C u r a se c o m p l e m e n t a
con otras apreciaciones p o r e l estilo, a l o largo de su l i b r o ;
he aquí algunas:
pero m a l podría dar este paso importante quien caminaba sin p l a n fijo
n i determinado, a no ser que se tenga por tal el de generalizar en pocos
días una conflagración general. E n efecto, no parecen haber sido otras
las miras de este caudil lo. Así es que él mismo no sabía n i lo que había
de hacer al día siguiente, y mucho menos se ocupaba de l a clase de go-
HIDALGO Y SU PLAN DE OPERACIONES
bierno que debería establecerse después del triunfo para rejir l a nueva nación. 7
H i d a l g o se preparó para marchar a Méjico con el mismo desorden y desconcierto que lo había hecho hasta entonces, fiándolo todo del número de los que lo seguían, y cuidándose poco de lo demás . 8
P e r o es r o t u n d a su contradicción cuando dice que, desde fe
b r e r o de 1810, el doctor M a n u e l I t u r r i a g a , c a p i t u l a r de l a
ig lesia de V a l l a d o l i d ( M o r e l i a ) , e l c u a l había tenido part ic i
pac ión en l a conjuración descubierta en esta úl t ima c i u d a d
a fines de 1809, se puso de acuerdo con H i d a l g o y A l l e n d e y
les sometió u n plan.
. . .desde febrero de 1810 el doctor Iturriaga se puso de acuerdo con H i d a l g o y Al lende, y estendió u n p lan que abrazaba dos partes: la p r i mera contenía los medios de realizar la independencia, y la segunda lo que debería hacerse después de verificada. Por l a pr imera se debían crear en las principales poblaciones otras tantas juntas, que bajo el más riguroso secreto sobre el f in que se proponían, propagasen el disgusto con e l gobierno de España y los Españoles, inculcando todos los agravios recibidos en los últimos años, l a ninguna esperanza que había de que l a metrópoli triunfase del poder colosal de Bonaparte, y el riesgo que en consecuencia corría la Nueva España de quedar sometida a éste, con perju ic io de l a pureza de relijión. Estas juntas debían declararse también con aquellas personas de que tuvieran una absoluta confianza y que por otra parte, en razón de su posición social, pudiesen in f lu i r con ventaja en el buen éxito de l a empresa.
Los españoles en lo general debían ser vistos con desconfianza; por lo mismo se encargaba que sin mucha seguridad no se contase con ellos, debiendo en todos casos ocultárseles l a conjuración y valerse de ellos solamente como ajentes secundarios.
Y agrega:
Obtenido el triunfo, los Españoles todos debían ser espulsados del
país y privados de sus caudales, que se destinaban a las cajas públicas:
e l gobierno debía encargarse a una junta compuesta de los representantes
de las provincias, que lo desempeñarían a nombre de Fernando V I I ; y las
relaciones de sumisión y obediencia a l a España debían quedar entera
mente disueltas, manteniéndose en el grado que se tuviese por oportuno
e indicasen las circunstancias de fraternidad y armonía.
Hidalgo , con su acostumbrada lijereza, sin ocuparse mucho de los por
menores del p l a n , lo adoptó sin discusión n i mayor examen, y Allende,
que no creía pertenecerle la parte dispositiva, se encargó de su ejecu
ción. . . 9
MANUEL CARRERA STAMPA
Estos dos historiadores, Zavala y M o r a , por su a c t i v i d a d
en l a polít ica en nuestros pr imeros años de v i d a i n d e p e n d i e n
te, h a n i n f l u i d o notablemente en escritores más tardíos, al
gunos de los cuales, a l h a b l a r de H i d a l g o , n o a l u d e n a l p l a n
que tuvo p a r a l levar a efecto l a revolución de Independencia .
L a mayor parte de nuestros historiadores se h a n abstenido de
ahondar en e l p r o b l e m a y siguen a L u c a s Alamán, que es e l
p r i m e r o que m e n c i o n a l a existencia de u n p l a n y expone ar
gumentos e n su apoyo.
OPINIONES POSITIVAS
E n su Historia de Méjico, Lucas A l a m á n dice a l h a b l a r de
l a prisión de E p i g m e n i o González, u n o de los comerciantes
que p a r t i c i p a r o n en l a conspiración de Querétaro:
. . .entre los papeles que se encontraron en su casa, uno de ellos fué el
plan general o sistema que se había de plantear, poniendo u n emperador
y varios reyes feudatarios, y esto indica que si nada se había resuelto,
había sido cosa tratada en las juntas, o de que por lo menos se ocupaban
algunos de los concurrentes a ellas. Este p lan, con todos los demás pape
les, se entregó al oidor Col lado que, como en su lugar veremos, fué comi
sionado para estas causas...
Esto m i s m o declaró J u a n F e r n a n d o Domínguez en el proceso
que se abrió contra l a C o r r e g i d o r a .
P o r su parte, fray G r e g o r i o de l a Concepción, c a r m e l i t a y
partícipe de l a R e v o l u c i ó n , asegura que H i d a l g o le había
presentado e l año de 1808 u n p l a n :
. . . y nos fuimos debajo de u n árbol, y allí nos presentó el señor Hida lgo
el plan que tenía hecho, y todos convenimos en él, y aunque el se
ñor Al lende le hizo algunas reflejas, y yo lo mismo, no en cuanto a lo
substancial, pero quedamos unánimes y decididos a padecer la misma
muerte, con tal de l ibertar de los opresores a nuestra p a t r i a . 1 0
DEMOCRACIA Y LIBERTAD
Después de i n i c i a d a l a Revoluc ión, e l 15 de octubre de
1810, e l intendente de V a l l a d o l i d , José M a r i a n o A n z o r e n a ,
m a n d ó p u b l i c a r u n b a n d o a n o m b r e de H i d a l g o en que
se leía:
HIDALGO Y SU PLAN DE OPERACIONES 199
Establezcamos u n congreso que se componga de representantes de to
das las ciudades, villas y lugares de este reino, que teniendo por objeto
p r i n c i p a l mantener nuestra Santa Religión, dicte leyes suaves, benéficas y
acomodadas a las circunstancias de cada pueblo: ellos entonces goberna
rán con l a dulzura de padres, nos tratarán como a sus hermanos, des
terrarán la pobreza, moderando la devastación del reino y l a extracción
de su dinero, fomentarán las artes, se avivará l a industria, haremos uso
l ibre de las riquísimas producciones de nuestros feraces países, y a la
vuelta de pocos años disfrutarán sus habitantes de todas las delicias que
el Soberano A u t o r de la Naturaleza ha derramado sobre este vasto conti-
nente.11
E l pensamiento de H i d a l g o , expresado a través de su co
l a b o r a d o r A n z o r e n a , esboza u n p l a n sobre el gobierno que de
ber ía establecerse: u n a asamblea const i tut iva y legislativa, l a
c u a l decidiría l a f o r m a de gobierno que habría de adoptarse.
Estas ideas r a t i f i c a n l o que había d icho desde l a H a c i e n d a
de las B u r r a s , e l 28 de septiembre de 1810, en carta d i r i g i d a a l
Intendente de G u a n a j u a t o , d o n J u a n A n t o n i o R i a ñ o , en l a
que dice:
Cuartel general en la Hacienda de Burras, 28 de Setiembre de 1810.—
E l numeroso ejército que comando me eligió por Capitán general y Pro
tector de la Nación en los campos de Celaya. L a misma ciudad, a presen
cia de cincuenta m i l hombres, ratificó esta elección que han hecho todos
los lugares por donde he pasado: lo que dará a conocer a V.S. que estoy
legítimamente autorizado por m i Nación para los proyectos benéficos que
me han parecido necesarios a su favor. Éstos son igualmente útiles y
favorables a los Americanos y a los Europeos que se han hecho ánimo de
residir en este R e i n o , que se reducen a proclamar la independencia y
libertad de la Nación; de consiguiente no veo a los Europeos como ene
migos, sino solamente como a u n obstáculo que embaraza el buen éxito
de nuestra empresa. V.S. se servirá manifestar estas ideas a los Europeos
que se han reunido en esa Alhóndiga, para que resuelvan si se declaran
por enemigos o convienen en quedar en calidad de prisioneros recibiendo
u n trato humano y benigno, como lo están experimentando los que trae
mos en nuestra compañía, hasta que se consiga la insinuada libertad e
independencia, en cuyo caso entrarán en l a clase de ciudadanos, quedan
do con derecho a que les restituyan los bienes de que por ahora, para las
exigencias de l a Nación, nos serviremos. Si , por el contrario, no accedie
r a n a esta solicitud prudente, sin que acarree perjuicio a su famil ia , apl i
caré todas las fuerzas y ardides para destruirlos, sin que les quede espe
ranza de cuartel. Dios guarde a V.S. muchos años, como desea su atento
servidor.—Miguel H i d a l g o y Costi l la, capitán general de A m é r i c a . 1 2
200 MANUEL CARRERA STAMPA
Es i n d u d a b l e que H i d a l g o , a l h a b l a r de independencia y
l i b e r t a d , está pensando en l a f o r m a democrática recién esta
b l e c i d a p o r los Estados U n i d o s , y en los Derechos de l H o m b r e
proclamados p o r l a Revoluc ión Francesa, que conocía m u y
b i e n , y sobre los cuales había tenido conversaciones y largas
discusiones con personas como A b a d y Q u e i p o , R i a ñ o y
A l l e n d e .
E n carta a H i d a l g o , fechada en San M i g u e l el G r a n d e
e l 31 de agosto de 1810, es decir, unos días antes d e l G r i t o ,
A l l e n d e le c o m u n i c a que h a estado durante los días 13 a 16
de ese mes en Querétaro, en casa de los hermanos E p i g m e n i o
y E m e i e r i o González,
. . .donde se trataron muchos asuntos importantes. Se resolvió ovrar en-
encuvriendo cuidadosamente nuestras miras, pues si el movimiento era
francamente revolucionario no sería secundado por la masa general
del pueblo; y el alférez real don Pedro Setién robusteció sus opiniones
diciendo: que si se hacía inevitable la revolución, como los indígenas eran
indiferentes al verbo libertad, era necesario hacerles creer que el levanta
miento se lleva a cabo únicamente para favorecer al rey F e r n a n d o i s
L a idea, pues, era de dar l a l i b e r t a d a l país. ¿Cómo? P o r l o
p r o n t o , estableciendo u n Congreso Leg is la t ivo , Consti tuyente.
A l l e n d e e H i d a l g o , como adelante comentaremos, negaron
repet idamente, en sus procesos de 1811, tener p l a n alguno. S i n
embargo, a l a luz de u n a nueva documentación sabemos que,
e n Maravat ío , e l 21 de octubre de 1810 se encontró con el
cura H i d a l g o d o n Ignacio R a y ó n , q u i e n le ofreció sus servi
cios; que e l C u r a le n o m b r ó su secretario, y que fueron sus
pr imeras ocupaciones "redactar u n c o m u n i c a d o d i r i g i d o a al
gunas autoridades y f o r m u l a d o p o r e l General ís imo", convo
cando a los jefes y oficiales insurgentes que operaban ya en
muchas partes, y a u n a j u n t a que tendría p o r objeto "regla
m e n t a r l a revolución", y d a n d o a conocer los nombramientos
acabados de hacer en A c á m b a r o . 1 4
Este "reg lamento de l a revo luc ión" o " p l a n de operacio
nes" es e l siguiente:
«El S. D . Ignacio A n t o n i o R a y ó n , p o r p a r t i c u l a r comición
d e l E x m o . S. D . J o s e p h M i g u e l ITidalgo y C o s t i l l a , C a p i t á n
G r a l . d e l Exérc i to de Redención de estas nobilísimas y m u y
felices Américas , &. &c.
HIDALGO Y SU PLAN DE OPERACIONES
»Por q u a n t o entendió l a s u p e r i o r i d a d de S. E x . l a coal i
c ión, intel igencias y reprobados arbitr ios que se adoptaban de
acuerdo con l a sublevada estirpe de los Bonapartes sobre l a
entrega, dimisión, saqueo, e x t e r m i n i o y total r u i n a de estos
afortunados reinos, l l eno d e l más glorioso entusiasmo resolbió
a c u a l q u i e r costo l iber tar l a p a t r i a de l a v o r a c i d a d d e l T i r a n o
y sus crueles Enemigos .
»A cuyo f i n convoca a todo americano que, conforme a los
sentimientos de su corazón, preste a l intento q u a n t o p o r su
persona y sus arbitr ios sea capaz de franquear para e l éxito de
esta vniversal , justa, rel igiosa y Sta. Causa, c o n c u r r i e n d o con
p u n t u a l i d a d , eficacia y zelo a l a execución de q u a n t o p o r sus
respectivos gefes se les prevenga e i m p o n g a .
»1 a —Siendo l o p r i m e r o que a todo E u r o p e o que v o l u n t a
r iamente n o se presente a e l Gefe más i n m e d i a t o se a p r e n d a su
persona, y se conduzca a disposición de S. E x a .
»2 a —Que los bienes, sean de l a clase que fueren, reconoci
dos por los referidos Europeos , sean confiscados y puestos en
seqüestro y seguro depósito p a r a l a aplicación conveniente.
»3 a —Que p o r q u a n t o todo A m e r i c a n o que haya g i rado
comercio, compañías, relaciones y cuentas de que resulte ac
ción, alcanze y haver perteneciente a E u r o p e o , lo manif ieste
e n el término de ocho días, so p e n a de i n c u r r i r en e l enorme
d e l i t o de t r a i d o r a l a Nación.
»4 a —Por q u a n t o e l objeto y p u n t o de vista de este p l a n de
operaciones n o es otro más que l a manutención de N . S . R e l i
g i ó n y sus dogmas, l a conservación de N . L i b e r t a d y e l a l i b i o
de los P u e b l o s , los declara l ibres de l a pensión de T r i b u t o s ,
exentos as imismo d e l gravamen que inf iere e l estanco de Pói-
b o r a , N a i p e s y P a p e l Sel lado, dejando el T a b a c o en oja, labra
d o y p o l b o bajo el sistema que h a j i r a d o .
»5 a —Que h a b i e n d o considerado lo graboso que era a l pú
b l i c o e l i m p u e s t o d e l seis p o r ciento que indis t intamente se
exi j ía de A l c a b a l a en todo efecto, y siendo conveniente mante
ner arbitr ios p a r a subvenir a gastos crecidos de u n exercic io
defensor y f i e l custodia de l a nación, a venido en m o d e r a r l o a l
tres por c iento e n los efectos d e l País, y a l re lac ionado seis
e n los v l t r a m a r i n o s . D e c l a r a de comercio l i b r e todas las be
bidas que se h a l l a b a n p r o h i b i d a s bajo l a anter ior regla.
»6 a —Sobre declarar como revestido de l a a u t o r i d a d que
202 MANUEL CARRERA STAMPA
exerce p o r aclamación de l a Nación, declara iguales a todos
los A m e r i c a n o s s in l a distinción de castas que adoptó e l fa
nat ismo; es conseqüente que q u e d a a b o l i d a la mísera condi
ción de Esclavo, y l ibre todo el que l o haya sido como cual
q u i e r a i n d i b i d u o de l a nación.
»7a y v l t i m o . — Q u e debiendo c o n c u r r i r cada i n d i v i d u o de
p o r sí y todos en masa a l a defensa de tan justa causa, deberán
armarse conforme a las facultades de cada u n o y circunstan
cias en que nos hal lamos.
» T o d o l o cual he resuelto p u b l i c a r p o r b a n d o y fi jar p o r
rotulones, p a r a que puesto en n o t i c i a públ ica nadie pueda
alegar i g n o r a n c i a n i excusar las penas que tenga a b i e n i m p o
ner l a s u p e r i o r i d a d p o r l a infracción de c u a l q u i e r a de los ya
relacionados artículos, y tendréislo entendido para su p u n t u a l
y debido c u m p l i m i e n t o . T l a p u g a h u a , O c t u b r e 23, 1810.—L. Ig
nacio Antonio Rayón.
»Oficio.—Publicará V d . y expondrá a ese p u e b l o el adjunto
B a n d o que le acompaño, acusándome V d . a continuación de
este of ic io el recibo que corresponde. D . G . a V d . m . a. T l a p u
g a h u a y O c t u b r e 24 de 1810.—S. D . J o s e p h Ignacio Muñiz.»
Pero Muñiz , en vez de p u b l i c a r e l b a n d o , dió l a siguiente
respuesta: " E n lugar d e l p a p e l que V d . me acompaña y le
debuelbo, lebanto m i débil voz en presencia de los soldados
que V d . embía , y p u b l i c o solemnemente e l edicto de l Sto. O f i
c io de 13 de O c t u b r e , y explicaré con estas palabras: Impius
cum in profundum venerit contemnit. D i o s G u a r d e a V d . m u
chos años. Vicar ía de Xocot i t lán, O c t u b r e 25 de 1810. Br. Jo
seph Ignacio Muñiz." Y además, remit ió e l bando anterior a
los inquis idores P r a d o y A l f a r o , de latando a Rayón.
E L PROCESO
A l C u r a se le siguió u n proceso lento, d i f e r i d o por largos
intervalos, con todos los defectos de precipitación i n t e r i o r que
se había seguido en los anteriores de los demás jefes insur
gentes. L a s declaraciones le f u e r o n tomadas los días 7, 8 y 9
de m a y o de 1811 p o r e l comis ionado p a r a e l lo , Á n g e l A b e l l a ,
a d m i n i s t r a d o r de correos de Zacatecas. Sus respuestas prue
b a n q u e n o se había amenguado su d i g n i d a d n i entereza. A
nadie c u l p ó de sus actos y a nadie delató.
HIDALGO Y SU PLAN DE OPERACIONES 203
Contestando a l interrogator io , que h a p u b l i c a d o Hernán
dez y D á v a l o s , 1 5 declaró haber creído siempre que l a Inde
p e n d e n c i a sería útil y benéfica p a r a su país: " e l A m e r i c a n o
debe gobernarse p o r e l A m e r i c a n o , así como e l A l e m á n p o r
e l A l e m á n " , fué su respuesta a l a q u i n t a pregunta.
A l a p r e g u n t a 27 ("Si entró en e l P a r t i d o de l a Insurrec
c ión s in concierto de P l a n a lguno, cuál fué a lo menos e l
q u e adoptó p a r a organizaría luego que se vió a l frente de e l l a
y poner e n orden todas las relaciones y ramos civiles, m i l i t a
res, políticos y de just ic ia de que se compone todo gobierno
b i e n ordenado") , " d i x o : que n o adoptó P l a n n i n g u n o de or
ganización, en todo n i en parte, n i se hizo otra cosa más que
según se i b a es tendiendo l a Insurrección, dejando como esta
b a n , m u d a n d o solamente los empleados, y lo que e l desorden
traía c o n s i g o . . . " 1 6
A l a p r e g u n t a 38 ( " C ó m o se c o n c i l l a b a su revolución de
I n d e p e n d e n c i a con l a ostentación que se hacía del n o m b r e
de F e r n a n d o V I I , a l m i s m o t i e m p o que se destruía su r e a l
p a t r i m o n i o " ) , " d i x o : que e l án imo d e l declarante siempre fué
e l de poner e l R e i n o a l a disposición de l Sr. d o n F e r n a n d o 7°
s iempre que saliese de su caut iver io , y los excesos que i n d i c a
l a pregunta n o estaban en l a intención de l declarante".
" H i d a l g o —dice e l Padre Cuevas 1 7 — , dándose o no cuenta
de l o que f i r m a b a , sí f irmó este proceso, con lo cual nos pro
bar ía solamente que ése fué su sentir en aquel momento, pero
n o que haya sido l a n o r m a c u a l debamos juzgar su a c t i t u d
excepc ional y heroica de haber p r o c l a m a d o l a independencia
n a c i o n a l . " Esto l o dice p o r l a f laqueza que mostró el C u r a a l
preguntársele cómo c o n c i l l a b a las doctrinas de l a guerra c o n
las del evangelio, e n su doble carácter de generalísimo y de
sacerdote.
Es evidente que e l c u r a H i d a l g o calló l a verdad a l con
testar l a p r e g u n t a 27, r e l a t i v a a si t u v o o n o u n p l a n de ac
c ión o de gobierno, u n p r o g r a m a polít ico. H i d a l g o trató en
t o d o su proceso de n o hacer delaciones. A c t i t u d c o n t r a r i a
sostuvo A l d a m a , y sobre todo Abasolo. E l C u r a , conocedor
d e l f i n que le aguardaba, trató en su causa de no delatar a
numerosos partícipes de l a R e v o l u c i ó n de Insurgencia que
permanecían e n diversos puntos d e l país. Es también eviden
te que, si en u n p r i n c i p i o los conspiradores de Querétaro
204 MANUEL CARRERA STAMPA
pensaron e n l l a m a r a F e r n a n d o V I I p a r a que gobernara el
país, este pensamiento debió de i r m u d a n d o en l a mente de
los jefes de l a Revolución.
N o es posible pensar que los insurgentes i m b u i d o s de las
ideas y postulados de l a R e v o l u c i ó n norteamericana y en l a
d o c t r i n a de los Derechos d e l H o m b r e proclamados p o r l a R e
volución Francesa, sabedores, además, d e l cautiverio de Car
los I V y de l a act i tud de su h i j o F e r n a n d o V I I , creyeran bona
fide que éste pudiese aceptar u n gobierno surgido de l a R e
volución. N o . Evidentemente , F e r n a n d o V I I fué e l señuelo,
como le decía A l l e n d e a l p r o p i o H i d a l g o en su carta de l 31
de agosto de 1816, p a r a levantar a las masas indígenas de
labriegos y mineros. Fué e l señuelo p a r a buscarse adeptos
a l a causa.
P o r e l lo , n o debe tomarse e l proceso de H i d a l g o y demás
caudi l los de l a Independencia , según hace Alamán, como u n o
de los documentos más f idedignos sobre l a verdad de los he
chos; hay que tomarlo con las reservas con que l o hacen J u l i o
Zarate 1 8 y M a r i a n o C u e v a s , 1 9 q u i e n asienta: " S i hemos de
dar crédito a u n documento en cuya ejecución y preguntas
resalta u n apasionamiento tendencioso, u n documento que
fué e laborado p o r los jueces y hecho f i r m a r por u n h o m b r e
i n t i m i d a d o ante l a muerte , e l proceso de H i d a l g o sería su
m a y o r enemigo."
Su proceso, interpretado rectamente, constituye u n o de los
sillares de su grandeza, puesto que allí se p r u e b a que el reo
m i n t i ó a sabiendas p a r a no delatar a los impl icados en l a cons
piración. E n los interrogatorios, H i d a l g o h izo recaer sobre sí
solo toda l a responsabi l idad.
L o s siguientes testimonios, además de l o dicho, comprue
b a n que del iberadamente obró en esa f o r m a con el nobilísi
m o propósito de resguardar a quienes permanecían en l a
l u c h a .
E n febrero de 1810, H i d a l g o estuvo en Querétaro con
A l l e n d e e n casa d e l doctor M a n u e l I t u r r i a g a , sucesor de H i
dalgo en l a rectoría de San Nicolás y u n o de los ex conspi
radores de l a abortada conjuración de V a l l a d o l i d , p a r a con
feccionar u n Plan de Independencia, documento que fué
e n c o n t r a d o p o r las autoridades de Querétaro a l catear e l
d o m i c i l i o de I t u r r i a g a en septiembre de 1810. Acerca de este
HIDALGO Y SU PLAN DE OPERACIONES 205
h e c h o s ignif icat ivo calló e l cura H i d a l g o , n o obstante que
p a r a entonces había m u e r t o e l doctor I t u r r i a g a .
E l segundo hecho es l a carta que a r r i b a transcribí, d i r i g i
d a a M o r e l o s , a q u i e n l l a m a " q u e r i d o discípulo y amigo" ,
c a r t a que demuestra dos cosas fundamentales: u n a es que l a
important ís ima entrevista de M o r e l o s con e l C a u d i l l o no fué
e l encuentro casual que se h a creído y se nos h a relatado en
todas las historias, s ino algo p r e m e d i t a d o y previsto para
e l 29 de octubre de 1810, fecha posible de l alzamiento; y l a
o t r a es que H i d a l g o estuvo en comunicación con otras m u
chas personas comprometidas en l a Conspiración. T o d o s es
tos hechos y personas fueron callados p o r H i d a l g o en su
proceso.
M u y sustanciosas noticias y conclusiones pueden sacarse,
respecto a sus ideas políticas, sociales y a u n económicas, de
los documentos que he transcrito, y de otros más que he de
j a d o a u n l a d o con l a intención de estudiarlos en otra
ocasión.
C o n l o anterior , creo haber demostrado que l a act i tud de
H i d a l g o frente a l a conspiración y revolución de insurgencia
se h a v e n i d o juzgando en f o r m a l igera y u n tanto ingenua. A
l a l u z de u n análisis más detenido de los documentos y de las
apreciaciones de nuestros historiadores, y a l a luz también
de u n a nueva documentación recién descubierta, el p e r f i l de l
héroe se va a f inando hasta aproximarse a l o verdadero.
N O T A S
1 Cuadro histórico de la revolución mexicana, comenzada en 15 de
septiembre de 1810 por el ciudadano Miguel Hidalgo y Costilla, cura del
pueblo de Dolores, en el obispado de Michoacán, México, 1844, vol . I,
p p . 19-20.
2 Lucas A L A M Á N , Historia de Méjico, 1846-1849, vol . I, p. 352, nota 2.
3 Jesús C . ROMERO , " U n a carta del Padre H i d a l g o " , en Excélsior, 10
de mayo de 1953. (El or ig inal es propiedad de don A . Pompa y Pompa.)
4 Ensayo histórico de las revoluciones de México desde 1808 has
ta 1830, México, 1928, vol . I, p. 24.
5 Ibid., p. XIX.
6 México y sus revoluciones, París, 1836, vol . II , pp. 8-9.
7 Ibid., pp. 22-23.
8 Ibid., pp . 70-71.
9 Ibid., pp. 11-13.
206 MANUEL CARRERA STAMPA
10 A p u d J . E . HERNÁNDEZ Y DÁVALOS, Colección de documentos para la
historia de la Guerra de Independencia, vol . I I (México, 1871), p. 320.—
Sin embargo, hay que observar que las llamadas Memorias de fray Grego
rio de la Concepción (Gregorio Melero y Pina), de la orden del Carmen,
no pueden compaginarse en general con documentos fidedignos como la
relación de Michelena, las constancias procesales de las causas de Hida lgo ,
Allende, A l d a m a , etc., y las del proceso de doña Josefa Ort iz de Domín
guez. Como no consta su veracidad, hay que ponerlas en entredicho.
11 HERNÁNDEZ Y DÁVALOS, op. cit., vol. I I , p. 304.
12 Ibid., pp. 116-117.
13 Jesús A AI A YA, El Padre Hidalgo y los suyos, México, 1951, pp. 28-29.
1 4 L u i s CASTILLO LEDÓN, Hidalgo. La vida del héroe, México, 1948-49,
vol . I, pp. 80-81, no hace mención del bando de Rayón. Cf. HERNÁNDEZ Y DÁVALOS, op. cit., vol . I, p. 115, Niceto de ZAMACOIS, Historia de Méjico,
México, 1878-1888, vol . V I I , Apéndice 10, pp. 779-781, y Agustín CUÉ CÁNOVAS, Hidalgo, México, 1953, pp. 88 y 108.
15 Op. cit., vol . I, pp. 7-24; cf. ZAMACOIS, op. cit., vol. V I I , Apéndice 8,
pp. 669-713.
16 Archivo Histórico del Instituto Nacional de Antropología e Histor ia ,
Proceso de Hidalgo y demás socios. 1811, núm. 235. Véanse además las
preguntas y respuestas, 10, 15 y 28 (HERNÁNDEZ Y DÁVALOS, op. cit., vol . I,
pp. 14-20).
17 Historia, de la nación mexicana, México, 1940, p. 415.
18 " L a Guerra de Independencia", en México a través de los siglos,
México-Barcelona, s. f., vol . III , pp. 215-216 y 219-220.
19 CUEVAS, op. cit., p . 415.
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