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Historia oral: una br?jula para los
desafios de la historia
Marieta de Moraes Ferreira
Grandes transformaciones marcaron el debate historiograficoen los ultimos
tiempos. Pero muy pocos historiadores han preservado la creencia en la capaci
dad de lahistoria de producir un conocimiento totalmenteobjetivo y recuperarel pasado. La objetividad de las fuentes escritascon que trabaj el historiador ha
sido definitivamente cuestionada.
Como se sabe, la historiografiade laAntig?edadNuestra intenCl?n es
Clasica recurri?a los testimoniesdirectos para cons-destacaf C?ITIO pil?de la
truir os relatos.Ese tipo de fuente fuedesclasificadoen el sigloXXpor historiadoresque defendfan la vali- historia Oral S?f Uli
dez del estudio deltiempo resente.
Sinembargo,
lainStrUITI6ntO d6 Cfftica yincorporation a la diseiplina hist?rica del estudio de
la historia recientey del estudio de fuentes orales no renOVaci?Fl de la Historia
es indiscutible:muchas veces seve con sospecha y de CO RIO d iSCipl i ia en ?lforma negativa.
La propuesta de este textoes discutir el porque de SiglO XXI
esta situation. Para hacerlo, nohay nada mejor que
enfocar lamirada sobre lahistoriografiay observar como lahistoria recientey las
fuentes orales han sido encaradas por diferentes coneepeiones de la historia, lo que
condujo, en cada caso, a ladesconfianzay a ladescalificaci?nde ambas por los his
toriadores. Nuestra intention esdestacar
comopuede la historia oral
ser unins
trument de criticay renovationde laHistoria como diseiplina en el sigloXXI.
La emergencia del oficio de historiador, la eliminaei?n de la historia
reciente y el uso de testimonios directos
^Por que, en el siglo XIX, la historia reciente, llamada entoncescontempor?
nea, sevolvio un objeto problematico? El punto de partida para entender el proceso es la constataei?n del triunfo e una determinada definition de lahistoria,a partirde la institucionalizaci?nde la propia historia como diseiplina universi
taria. Dicha definition, fundada sobre una ruptura entrepasado y presente, atri
buia a lahistoria la interpretationdel pasado y consideraba que solo los individuos que tuviesen una formation especializada podnan ejecutar
correctamente
esa tarea.
Antes de 1880, la historia en Francia era una diseiplina sin real autonomia,dominada por la literaturay la filosofiay subordinada al juego politico de las
Historia,ntropologiauentesrales,, 8, 002
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coyunturas. La investigation hist?rica estaba bajo control de los eruditos tradi
cionales, hostiles a laRep?blica, y no habia una ensenanza especializada de his
toria. La ausencia de formation para la investigation hist?rica explica la gran
heterogeneidad de normas para supractica (Noiriel, 1990).GabrielMond, fundador de laRevueHistorique (1876), afirmaba en el primer
n?mero de la revista que casi todos los predecesoreseran autodidactas. En los
librosde historia sedestacaban dos tiposde personas. En las ciudades, losprofesionales liberales,principalmente los abogados, hacian el papel de historiadores:en elmundo rural, los cuadros de la sociedad traditional,miembros de la Iglesiay de lanobleza, dominaban los estudios historicos (Carbonell, 1976).
Solamente a principios de la III Rep?blica, en los anos 1870, se altero el lugarde la historia en la sociedad francesa,y se establecieron las reglasy laspracticasdel metier, en un inmenso esfuerzo colectivo para romper con el antiguo estado
de cosas. Las nuevas elites republicanas -preocupadascon la utilization politica
que los conservadores hacian de la historia-, se empenaron desde la llegada al
poder en asumir el control de las instanciasde production de lamemoria colec
tiva del pais.
Fue en ese contexto de afirmaci?n de los historiadores profesionales que se
plante? una condition indispensable para elaborarEl dOUITientO y SU CntlCa una historia tientifica: la vision retrospectiva. <>Que
eran eSendaleS queriWecir eso exactamente?
La afirmaci?n de la historia como una disciplinapara distingUir qUe pOSeia unmetodo de estudio de textosque le era
la historia Cientff ica propio, con una practica regularpara descifrardocu
mentos, result? en la conception de la objetividadde la historia Nteraria Como un distanciamiento con respecto a los proble
mas del presente. Por lo tanto, solo un retroceso en el
tiempo podria asegurar una distancia cntica. Si se creia que la capacitaci?n del
historiador sedebia al hecho de que solo el podia interpretaros rasgosmateria
les del pasado,su
trabajono
podria empezar verdaderamente sino cuando ya no
hubiese testimoniosvivos de losmundos estudiados. Para poder interpretar os
rasgos,
era necesarioque
hubiesen sido archivados. Desdeque
se
produciaun
acontecimiento, este perteneciaa la historia; pero para que se tornase en un ele
mento del conocimiento hist?rico erudito, habia que esperar varios anos a que
los rasgosdel pasado pudiesen serarchivadosy catalogados (Noiriel, 1998).Charles Seignobos, coautor, con Charles Langlois, de Introdution aux etudes
historiques,manual publicado en 1898 cuyo textodefinia las reglasde lahistoria
escrita,pretendiadivulgar losprocedimientos y principios de lapractica de la his
142 toriatientifica entre j?venes estudiantes e historiadores.A su juicio, la historia
tenia comoobjetivo describir ?por medio de documentos? a las sociedades pasa
das y sus metamorfosis. El documento y su cntica eran esenciales para distinguir
la historia tientifica de la historia literaria (practicada por la generation precedente), o sea, los profesionales de los ensayistas.
Para Seignobos, la practica tientifica de la historia debia limitarsea la ense
nanzasuperior y a los periodos anteriores. En su
conception, para escribir la his
toriacontempor?nea serian impracticableslas reglasdel methodehistorique Prost,
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1994). Por lo tanto, los historiadores profesionales debian rechazar los estudios
sobre el mundo contempor?neo, pues en ese terreno seriaimposible alejar
a los
aficionados.El desprecio de los historiadoresuniversitarioshacia la historia recienteexplica,
asimismo, elporque de ladescalificacionde los testimoniosdirectos.Ese campo de
los estudios hist?ricos termin?convirtiendoseenmonopolio de loshistoriadores
aficionados.La situation se explicadebido al hecho de que el periodo recienteno
exigiauna amplia culturacl?sica,ni el control de losprocedimientos eruditos del
metodo historico. Quienes se interesaban por lo contempor?neo concebian, en rea
lidad, la investigationhistoricacomo unmedio de action politica.Se tomaron
algunas iniciativas con el proposito de romper esa barrera y
ampliar el espacio temporalde los estudios hist?ricos. Pero, en granmedida, se
mantuvo la elimination de los estudios de losperiodos recientes.La historia contemporanea paso a tener un car?cter esencialmente pedagogico,
pues supractica escapaba a las reglasb?sicas delmetodo historico cientifico.Los
historiadores profesionales republicanos decian que la historia contemporanea
trataba de eventos muy proximos y no se la podia separar de la politica.
,;C?mo justificar ue historiadores profesionales como el propio Seignobos yLavisse escribiesen libros sobre el periodo reciente? La respuesta era de que se tra
taba de obras de vulgarization elaboradas para la ensenanza secundaria, que teni
an car?cterpedagogico y debian formarciudadanos. Su finalidad no era producir hechos nuevos, sino divulgar interpretations
nuevas de hechos ya conocidos.
Los autoresagregaban
a ese argumento que la historia contemporanea, esencial
mentepolitica,
se basaba en fuentes oficiales. Como esas fuentes eran considera
das autenticas, la cntica de las fuentes, inherente lmetodo historico aplicado al
pasado, podria serdispensable (Prost, 1994).Esa formade pensar la historia en general y lo contempor?neo en particular,
fue objeto de intensosdebates a fines de siglo entrehistoriadores y sociologos(Reberioux, 1992). Los sociologos vinculados a D?rkheim, en particularSimiand, formularon criticas vehementes a
Seignobos y al metodo de investigation que el concibio para asegurar la objetividad. A su juicio, retrocederen el
tiempono
garantizabala
objetividadde la
historia,puestodo historiador es tri
butario de su epoca.
Los sucesores de Seignobos intentaron mostrar que eraposible utilizar elmeto
do historico para estudiar la epoca contemporanea.Dichas iniciativasde los his
toriadoresprofesionalespretendian retirar ahistoria recientedemanos de los his
toriadores aficionados. Pero permaneci? la desconfianza sobre el tiempo reciente.
Despues de haber disfrutado de amplio prestigio, la conception de historia
basada en las conjeturas del methode historiqueformuladaspor loshistoriadoresen la segundamitad del sigloXIX entro en un proceso de decadencia.
* * *
La creation, en Francia, de la revistaAnnales, en 1929, y de la Ecole Pratiquedes Hautes Etudes, en 1948, daria impulso
a unprofundo movimiento de trans
formation en el campo de la historia. En nombre de una historia total, una nueva
generation de historiadores, conocida como Ecole des Annales, paso a cuestionar
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la hegemonia de la historia polftica, atribuyendole un interminablen?mero de
defectos -era una historia elitista, anecd?tica, individualista, factual, subjetiva,
psicologizante. En contrapartida, el grupo defendia una nueva conception, en
que lo econ?mico y lo social ocupaban un sitioprivilegiado.Esa nueva historia sostenia que las estructuras durables son m?s reales y deter
minantes que los accidentes coyunturales. Sus conjeturaseran que los fen?menos
inscritos en unalarga duration son m?s significativos que los movimientos poco
amplios,y que lasconductas colectivas tienenm?s importanciasobreel cursode la
historia que las iniciativas ndividuales.Las realidadesdel trabajoy de laproduction, y ya no de los regimenes oliticosy los eventos,tendrianque serobjeto de la
atenci?n de los historiadores. Lo fundamental era el estudio de las estructuras, en
que asume la primacia ya no lo que est? al descubierto, lo que se ve, sino lo que
est? por detr?s.Lo que importaes identificar as relacionesque, independientemente de laspercepcionesyde las intencionesde los individuos,dirigen losmeca
nismos econ?micos, organizan las relaciones sociales, engendran las formas del dis
curso. De ahi la afirmaci?n de una separation radical entre el objeto del
conocimiento hist?ricopropiamentedicho y la conciencia subjetivade los actores.
Esa nueva formade hacer historiano alter? laposition anterioren loque res
pecta al periodoen causa y a las fuentes. De lamisma forma que en la historia
llamada evenementielle, los periodos que recibieron mayor atenci?n y se tornaron
objeto de estudios renovadores fueron prioritariamente el medieval y el moder
no. El sigloXX recibi? el estigmadel objeto de estudio problem?tico, y la
legitimidad de su abordaje por lahistoria fue cuestionada constantemente.La imposibilidad de retroceder en el tiempo, aliada a la dificultad de apreciar la
importanciay ladimension a largoplazo de los fen?menos, al igualque el ries
go de caer en el mero relato periodistico, fueron presentadosuna vez m?s como
impedimentospara la historia del sigloXX. Y aunque JacquesLe Goff haya sena
lado la conquista de la historia contempor?nea por la nueva historia como unatarea urgente, poco se hizo en ese sentido. Lo contempor?neo podfa
sermateria
de las ciencias sociales engeneral, pero no de la historia. Con ello, la historia
reciente se convirti? en una historia sin historiadores.
La inmensa transformationque
tuvolugar
en elcampo
de lahistoria apartirde Francia, y que se difundi? hacia otros pafses, tampoco cuestion? la valoriza
tion de lasfuentesescritas.AI contrario, la reafirm?. I valorizar el estudio de las
estructuras, de los procesos de larga duration, la nueva historia atribuy?una
importancia fundamental a las fuentes seriales y a las tecnicas de cuantificati?n.
En contrapartida,al desvalorizar el an?lisis del papel del individuo,de las coyunturas,de los aspectos culturalesy politicos, tambien descalific? el uso de los rela
144 tos personales, de las historias de vida, de las autobiografias. Se condenaba su
subjetividad,se levantaban dudas sobre las visiones distorsionadas que presenta
ban, se subrayaba la dificultad de lograrrelatosfidedignos.Tambien se alegaba
que los testimonios no podian ser considerados representativos de una epoca ode un grupo, pues la experiencia individual expresaba una vision particular queno
permitia generalizaciones. No es necesario decir que los historiadores identi
ficados con la tradition de Annales excluyeron laposibilidad de valorizar los tes
timonios directos y las fuentes orales.
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Asentada enprincipios que sostenian la necesidad del distanciamiento tempo
raldel investigador nte su objeto, pormedio de lo que loshistoriadores suelen
llamarvisionretrospective sea, laposibilidad de trabajarcon procesos historicoscuyo desenlace ya se conoce, la historia creaba limitaciones para el trabajo
con la
proximidad temporal,por temerque la objetividad de la investigationpudieseverse
comprometida.
Sin embargo,a
partir de los anos ochenta, seregistraron transformaciones
importantesen los diferentes campos de la investigation historica. Se revalorizo
el an?lisis cualitativo y se rescato la importanciade las experiencias individuals;o sea, se traslado el interes de las estructuras hacia las redes, de los sistemas de
posiciones hacia las situaciones vividas, de las normas colectivas hacia las situa
ciones singulares. Paralelamente, la historia cultural logroun nuevo
impulso,
hubo un renacimientodel interespor lo politico y se incorporarona la historiael estudio de lo contempor?neo y los debates en torno a lamemoria.
La memoria a debate
La profundizaci?n de las discusiones sobre las relaciones entrepasado y presents en lahistoria,y la rupturacon la idea que iden
tificabaobjeto historicoy pasado, definido como aigo La expansion de los
totalmentemuerto e incapazde ser reinterpretado nSQbre |gmemorja
runcion del presente, abrieron nuevos caminos para
el estudio de la historia del sigloXX. A su vez, la y SUS relaciones C011 la
expansion de losdebates sobre lamemoria ysusrela- ^clones con la historia orrecio las Haves para una nueva
inteligibilidaddel pasado (Rousso, 1993). para Ulla niieva
Seg?n atrickutton 1993), l interese loshis-inte|igibi|idad de, pasadoonadores por lamemoria rue, en gran medida, ins
pirado en lahistoriografiafrancesa,sobre todo la his
toria de las mentalidades colectivas que emergioen los anos sesenta. En esos
estudios, que se centraban principalmenteen la cultura popular, la vida familiar,
loshabitos locales, la religiosidad,etcetera,la cuestion de lamemoria colectivayaestaba
implicita, aunque
no fuese directamente abordada.
Uno de losprimeros autores que llamo la atencion sobre el temade lamemo
ria, seg?nHutton, fuePhilippeAries, quien destaco el papel de los ritualescon
memorativos con el proposito de fortalecer los lazos famili?resa fines del sigloXVIII e inicio del sigloXIX. Aries Uamaba la atencion sobre el papel de los
monumentos, de las conmemoraciones en torno de ilustres figuras politicasa lo
largodel sigloXIX, y de como ellos se relacionaban con la emergencia de los
Estados nationales. Siguiendo el sendero abierto porAries, en los anos ochenta
surgi?un nuevo genero de historiografia: la historia de las polfticas de conme
moraci?n (history f thepolitics ofcommemoration). l pionero en ese genero fue
Maurice Agulhon, quien analizo la imagen de laRep?blica en Francia (17891879) en su obraMarianne au combat (1979).
El trabajodeAgulhon inspiroamucha gentey,algunos anos despues, el tema
de lamemoria politica, principalmente los temasvinculados al proceso de cons
truction de im?genesen las pr?cticas conmemorativas, planted
una cuestion cen
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tralen la production historiogr?fica.En ese contexto, se destaca la formulation
te?ricadel soci?logoMaurice Halbwachs, pasando a integrar l universo te?rico
de los historiadores. De acuerdo con Halbwachs, lamemoria envuelve una rela
tion entre la repetition y la rememoraci?n. Cabe resaltar que, al analizar la repe
tition de las memorias, Halbwachs observ? que ello ocurrejuntamente
con su
revision.Otro punto relevantede la investigation es la formulation de que la
memoria colectivadepende del poder socialdel grupo que ladetenta. Porque, en
la rememoraci?n, nosotros no nos acordamos de las imagenes del pasadocomo
sucedieron, sino de acuerdo con las fuerzas sociales del presente que est?n
actuando sobrenosotros (Hutton, 1993).Ese aporte ofrece elementos para elaborar una historia de las conmemoracio
nes. AI investigar las imagenesen las cuales los actores hist?ricos representan su
mundo, los historiadores pueden identificarlas estructurasde la imaginationcolectivay el poder del grupo social que las cre?.
Tomando como referenda los aportes de Halbwachs, en su obra Les lieux de
memoire, Pierre Nora planteauna nueva historia de las politicas de memoria y
una historia de las memorias colectivas de Francia.
La valorization de una historia de las representa
La memoria eS flexible, y ciones, del imaginario social y de la comprensi?n de
losusos politicos del pasado por el presente,promolOS even tOS SOn record adOS vjQ una revaluation de las relaciones entrehistoriay
ala lUZ de la experiencia
memoria; y permiti? asimismo a los historiadores
repensar las relaciones entrepasado y presente y defi
SUbSIgUiente y de las njr ej estuc?0 de los usos deJpasado para la historia
necesidadeS del presentedel tiemP? presente.Nora profundiza la distinci?n
entreel relato hist?rico y el discurso de lamemoria ylos recuerdos. La historia trata de producir
un conocimiento rational, un anali
sis criticopormedio de una exposition l?gica de los acontecimientos yvidas del
pasado. La memoria tambien es una construction del pasado, pero pautadaen
emotiones y vivencias; es flexible, y los eventos son recordados a la luz de la expe
riencia subsiguientey de lasnecesidades del presente (Vilanova, 1994).Dicha
perspectiva, que explotalas relaciones entre memoria e
historia, permiti? una apertura hacia la aceptaci?n del valor de los testimonios directos, al neu
tralizar las criticas tradicionalesy reconocerque la subjetividad, lasdistorsiones
de los testimoniosy la faltade veracidad que se les imputapueden serencaradas
de una nueva manera, no como una descalificaci?n, sino como una fuente adi
cional para la investigation (Pollak, 1993).Si, por una parte, las transformaciones en el campo de la historia pueden
ser
146 consideradas positivas, en lamedida en que permiten una reflexion hist?ricamenos segura de ella misma, pero m?s viva, algunos diagn?sticos recientes de
especialistas de renombre llaman la atenci?n sobre la crisis epistemol?gica que
acompana el estremecimiento de las antiguas certezas de los historiadores.El cuestionamiento de la creencia en un pasado fijo y determinable, la perdi
da de confianza en la cuantificaci?n, el abandono de tier tosobjetivos hist?ricoso el cuestionamiento de nociones como mentalidad, de categonas como clases
sociales, de clasificaciones socio profesionales y de modelos de interpretation
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Historia ral: Una br?julapara losdesaffos e lahistoria
(estructuralista, arxista, demografico) hicieron que lahistoria, a juicio deRogerChartier (1993), perdiese su position de disciplina aglutinadora de las ciencias
sociales.A su vez, el reflujode los grandesmodelos explicativos condujo a unagran dispersion, haciendo que lasprincipales tradicioneshistoriograficasperdiesen su unidad, explotando
enproporciones multiples y, a veces, contradictorias.
Todos esos cambios crearon unespacio
nuevo para el estudio de los periodos
recientes y la incorporation de fuentes orales, pero permitieron asimismo la per
manencia de antiguas resistencias.
La fuerza de las tradiciones
La recoleccion de testimonios personales mediante la utilization de una gra
badora se inicio en los anos cuarenta con el periodista Allan Nevins, quien des
arrollo un programa de entrevistas volcado en la recuperation de informaciones
acerca de la actuation de los grupos dominantes norteamericanos. Dicho pro
grama constituy? el Columbia Oral History Office, organismo que sirvio de
modelo para otros centros creados en los anos cincuenta en bibliotecas y archi
vos enTexas, BerkeleyyLos Angeles. Ese primerciclo de expansion que seUamo
historia oral privilegio el estudio de las elitesy se atribuyo la tareade llenar las
lagunasdel registro scritomediante la formationde
archivoscontintas transcrkas. I_a historia oral se afirmabaLa expansion plena de ese proceso, que constituy?
un verdadero boom, tuvo
lugar
en la
segunda
mitad COITIO UPI inStmmePltO
de los anos sesenta,prolong?ndose a lo largode los (jg COnStTUCCi?n deanos setenta, especialmente
en los EEUU. Las luchas
por los derechos civiles, libradas por lasminonas, identidad de grupOS y de
negros,mujeres, inmigrantes tcetera,serianahora las transformaci?n SOCialprincipales responsablesde la afirmaci?n de lahisto
ria oral, que trataba de dar voz a los excluidos, recuperar las trayectorias de los
grupos dominados, retirar el olvido lo que la historia oficial habia sofocadodurante tanto
tiempo. La historia oral se afirmaba como un instrumento de cons
tructionde identidad de grupos y de transformationsocial -una historia oral
militante.
La introduction de la historia oral en la comunidad de loshistoriadores,pesea algunos puntos de afinidad con lanueva historia, que valorizaba el estudio de
los excluidos, sigui? pues enfrentado fuertes resistencias. Es cierto que en los
EEUU y en Inglaterrael uso de las fuentesorales encontr?mayor aceptaci?n,
propiciando el desarrollo de una linea expresivade trabajovolcada en el estudio
de la clase trabajadoray de lasminorias. Cabe senalar laoriginalidad de lahisto
ria oral brit?nica, que no se caracteriz? prioritariamentecomo academica o uni
versitaria.
En Francia, la fuertepresencia de laEcole desAnnales y el dominio de aborda
je estructuraly cuantitativode lahistoria, como ya dijimos, se revelaron factoresinhibidores del uso de las fuentesorales, asegurando el culto al registro scrito.
Lo que se puede percibir,por lo tanto, es que la historia oral sedesarrollo de
entrada, en gran medida, fuera de la comunidad de los historiadores. Aunque
guardando lasespecificidades propias de losdiferentespaises con susdistintas tra
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diciones historiogr?ficas,el fetichismo del documento escrito, la creencia en la
objetividad de las fuentesy la concentration del interesen los periodos m?s
remotosdel tiempo,han destinado a ladiscusi?n sobre la historia real-o inclusive solamente sobre el uso de las fuentes orales- un
espacio bastante limitado en
el contexto de los debates tecnico-metodol?gicos de los historiadores.
Sin embargo, las transformaciones recientes que tuvieron lugaren el campo de
lahistoria, en general,y en la historia del sigloXX, en particular,generaronuna
nueva discusi?n sobre el papel de las fuenteshist?ricas, permitiendo que la his
toria oral ocupe un nuevoespacio
en los actuales debates historiogr?ficos.
Veamos cu?les son esas transformaciones.
En primer lugar, la emergencia de la historia del sigloXX con un nuevo esta
tuto,que algunos definen como la historia del tiempopresente,por lo tantoquetiene la singularidad de convivir con testimonios vivos quienes, bajo cierto aspec
to, condicionan el trabajodel historiadory leobligan a centrarseen los testimo
nios orales. Adem?s, las propias transformaciones de las sociedades modernas y
los consecuentes cambios en el contenido de los archivos, que pasan cada vez m?s
a disponer de registros onoros, impulsan la tendencia a una revisiondel papel de
las fuentes escritas y orales.
El retOmO de lO polftiCO y^or otra Parte> e^ retornode lopolitico y la revalo
rization del papel del sujeto estimulan el estudio dela revalorizaci?n del papel jospr0cesos de tomade decision. Ese nuevo objeto de
del SUjetO estimulan el
an?lisis tambien damayoroportunidad
al uso de los
testimonios orales. Los archivos escritos dificilmente
estudio de lOS prOCeSOS dedejan transparentar osmeollos tortuososde lospro
toma de decision cesos decisorios. Muchas decisiones son tomadas a
traves de la comunicaci?n oral, de articulaciones per
sonales; el numero de problemas resueltos por telefono opersonalmente
no cesa
de crecer. Para supliresas
lagunas documentales, los testimonios orales son suma
mente valiosos.
La linea historiogr?fica que explota las relaciones entre memoria e historia
rompe con una vision deterministaque limita la libertad de loshombres, poneen evidencia la construction de los actoresde su
propiaidentidad
y replanea las
relaciones entrepasado y presente al reconoeer claramente que el pasado
se cons
truyeseg?n las necesidades del presente.Aunque basada en las fuentes escritas,
permiteuna mayor apertura, capaz de neutralizar, en parte e indirectamente, las
tradicionales cnticas al uso de las fuentes orales, consideradas subjetivas y distor
sionadas.
AI investigarosusos politicosdel pasado reciente al proponer el estudio de las
148visionesdel mundo de determinadosgrupos socialesen constructionde respuestas
para susproblemas,
esas nuevas lineas de investigation permiten asimismo que las
entrevistas orales sean vistas como memorias que reflejan determinadas representa
ciones.De esemodo, lasposibles distorsiones de los testimoniosy la faltade veracidad que se les atribuye pueden
ser encaradas de una nueva manera, no como una
descalificaci?n, sino como una fuente adicional para la investigation.
Todos esos aspectos que han caracterizado las transformaciones en el campo de
la historia a partir de los anos ochenta abrieron un espacio, sin duda, para el
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Historia ral: Una br?julapara losdesaffos e la historia
reconocimiento del uso de las fuentes orales. Sin embargo, para que se pueda ase
guraruna mayor legitimidadpara la historia oral en el universo de los historia
dores, seplantean nuevos desafios y dificultades.
Historiadores y historymakers
Los cambios dr?sticos y acelerados en las sociedades contemporaneas generan
movimientos sociales mayoritariamente fragmentados, locales, conobjetivos
especificos y efimeros. En ese contexto, las personas tienden a reagruparse en
torno a entidades primarias (religiosas, etnicas, territoriales, nationales) como
forma de lidiarcon la extincionde fronterasy el resquebrajamiento de las tradi
ciones y de los lazos interpersonales Castells, 1999).Esa b?squeda desenfrenada de la identidad es la principal fuente significativa
en un periodo historico que se caracteriza por la amplia desestructuraci?n de las
organizations, la deslegitimaci?n de las instituciones, el debilitamiento de
importantes movimientos sociales y la emergencia de expresiones culturales efi
meras.
La aceleracion del tiempoy lapreocupaci?n por laperdida de sentido del pasado y por el aumento de la capacidad de olvidar,han conducido a las sociedades
contemporaneas a demostrar gran interes en recupe
rar lamemoria y la historia. .w^u,^ ^ i? ^?c. , ,ii / j i . / ;Volver a los origenesrinalmente, ,;cual es la razon del interes reciente
por temas como memoria e identidad, que semani-
Sign
if C3 reCOnStitllir el
fiestaen una b?squeda generalizada de origenes fami-t t() recorrjdo para
hares, institucionales y sectonales? lal vez esa sea lar
contrapartidade un proceso de globalization que ha definir el rumbo del viajetransformado visiones del mundo y conductas, acele
rando el tiempo de la historia y produciendo un sentimiento de seguridad.
^Volvera los origenes significareconstituirel trayectorecorridopara definir elrumbo del viaje?
Dicha tendencia es detectada por David Lowenthal (1996) cuando aflrma:?No solo los arist?cratas obcecados por los ancestros, ni solamente los super-ricos
coleccionistas de
antig?edades,
o los anticuarios academicos, o
gentryvisitantes
de museos: ahora, millones de personas persiguensus rafces, protegen escenas
amadas, se tornandevotas de pequenas reliquias del pasado. Esa b?squeda de la
tradition reflejalos traumasde perdidas y cambios, al igualque losmiedos ante
un futurosobrecogedor? (ApudK?mmen, 2000: 233).El diagnostico de JohnGillis (1994) es de que lamemoria seha convertido en
un gran negocio y, con ello, la eonmemoraci?n en si paso a tener masimportan
cia que lo que esta siendo recordado. La memoria adquiri?,asi como casi todo el
mundo contempor?neo, un atributo de mercadena. Las exposicionesen los
museos, al igual que los eventos conmemorativos, se parecen cada vez mas a
espect?culos, afirma Gillis. Entre las multiples memorias en circulation, solo
quienes puedan referirsel individuo,de modo casi particular,han pasado a ser
objeto de acometidas, de celebraciones. La memoria invade lo cotidiano, pero en
lamayoria de las veces solo como unproducto
mas para satisfacer parcialmenteuna demanda de identidad.
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Ese interespor el pasado sehamanifestado de formavariada y ha establecidouna confusion entre historia ymemoria y entre lo que es ser historiador y history
maker. Esa denomination es atribuida a los autores que escriben sobre el pasado
sin utilizar las reglas establecidas por la comunidad academica, o que recogen tes
timonios orales convencidos de que el relato individual expresa en simismo la
historia. En fin, segeneraliza
una confusion entrehistoria-objeto
e historia-cono
cimiento, entre historia vivida e historia como unaoperation intelectual. Ha sido
crecienteen los?ltimos tiempo lademanda del gran p?blico por lahistoria vivi
da y lavalorization de las obras de los historymakers.Esa production fue consi
derada lamas atrayente por presentar una narrativa de lectura masagradable y de
mas facil comprension. Se establece pues unacompetencia
entre dos formas de
acceso al pasado y se reactualiza la disputa entreaficionados y profesionales. La
historia oral, un instrumento privilegiado para recuperar memorias y rescatar
experiencias de historias vividas, ha sido ampliamente utilizada por esos sectores
y llevada a la condition de una disciplina. En ese
caso, la recoleccion de testimonios y supublication
se
transforman en un fin en simismo y no deben ser
sometidos al an?lisis cntico de la investigationhisto
rica
Historia oral: un laboratorio de reflexionmeto
dologicaLas cnticas constantes de los historiadores tradi
cionales a la historia oral estimulan aquienes la prac
tican a hacer una permanente reflexion y evaluation
de susprocedimientos de investigation. Ese esfuerzo
de respuestaa las cnticas recibidasha tenidoun saldo
positivo que no debe sersubestimado.La historia oral
tiene como primer objetivo la production de entre
vistas que ser?n utilizadas como fuentes historicas. Exactamente por trabajarcon
testimonios directos, en coyunturas y procesos hist?ricos cuyos desenlaces a?n no
se conocen a consecuencia de laproximidad
de los fen?menosestudiados,
la his
toriaoral exigeun cuidado y una atencion redoblada de los investigadores l con
ducir sus proyectos de investigation.
Al poner en evidencia las condiciones de production de las fuentesy la rela
tion de estas con el investigador, la historia oral creaproblemas
a la propia
notion de fuente.Tal vez sea ese el gran aportemetodologico de lahistoria oralen la actualidad. AI estimularese tipode debate ella puede funcionar como una
br?jula no solo en la detection de problemas, sino tambien indicando caminos
para enfrentar la emergencia de nuevostipos de archivo (sonoros, visuales y vir
tuales).
Por otra parte, la aceleracion del tiempo y la extincion de fronteras, a que asistimoshoy dfa, conducen a una b?squeda generalizada de lamemoria. La histo
ria oral es un camino rico para superar las oposicionesentre memoria e historia,
y abre posibilidades para entender los caminos de construction de lamemoria,sus funciones y sus usos
politicos.
La historia oral es un
camino rico para superar
las oposiciones entre
memoria e historia, y abre
posibilidades para
entender los caminos de
construcci?n de la
memoria, sus funciones y
sus usos politicos
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