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HISTORIAS DE WINNERS
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HISTORIAS
DE WINNERS
Un proyecto conjunto de Aida
Rebeca Neuah, Daniel Najnsztejn
y Gabriela Szuster.
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Historias de WINNERS (I):
Lito Lusinsky
Salió como todos los días, a pesar del
feriado, a cumplir con su rutina habitual.
Cortado en el bar, Clarín Deportivo, dos de
grasa. Lejos quedaron esas épocas en
Beer Sheva, ciudad a la que abandonó
cansado de lidiar con la nostalgia. Su único
recuerdo era para Ludmila, aquella
muñequita rubia del Volga, que no quiso o
no pudo finalmente acompañarlo en este
regreso sin gloria. Un retorno no deseado
pero forzado por las circunstancias, si es
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que podemos llamar circunstancias a una
hija, nieto, amigos, veredas, olores. Una
lista interminable de dolores. Y allí estaba
en sus cavilaciones cuando entre sorbo y
sorbo la vio pasar – morocha, estatura
mediana, tetas cereza, culo luna llena-. Al
instante se imaginó a sí mismo encamado
con esa mujer, objeto de un repentino
deseo. Para ello tenía que actuar rápido y
sin dilación. Apartarse de su rutina. Como
en un flash apareció su amigo Luciano
Lerman y tuvo miedo. Miedo de no
animarse a perseguir lo que uno quiere y
acabar como él. Aunque Lito siempre se
imaginó ganándole la partida a la muerte, y
decidiendo cuando y de qué manera se iría.
Pero no era tiempo de filosofía barata y
zapatos de goma, (como diría Charly) sino
de actuar, porque la morocha ya le llevaba
casi cincuenta metros de ventaja. Se
levantó disparado como si un hámster se le
hubiera metido en el culo. Ni siquiera pagó
el cortado y las dos de grasa, no
importaba, el mozo no lo iba a correr, una
porque lo conocía y otra porque con sus ya
casi setenta años y más de cien kilos le
hubiera sido una misión imposible. Una
repentina lluvia lo sorprendió. De todas
formas él nunca usaba paraguas. Mojarse
gracias a la lluvia era para Lito una
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especie de ritual. Desde niño pensaba que
ese aparato era un invento de los que
habían dibujado los hechos del 25 de Mayo
de 1810 y que le daba un cuadro más
sugestivo. Hoy le hubiéramos dicho
marketing.
-Otra vez me fui al carajo con mis pensamientos –se dijo Lito y empezó a
correr con tan mala suerte que un charco
inesperado en la vereda lo llenó de barro
transformándolo en el “negro Lusinsky”…
Daniel Najnsztejn IMAGEN: Bar Cao, fotografía Soledad
Rodriguez
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Historias de WINNERS ( II ):
Ludmila Leibovich
¡Bozhe moi! (1), ¡cómo me dormí!…, suerte, hoy no trabajo. Qué dolor de cabeza… Chort (2) otra vez me dieron ganas de llorar y no quiero, menos hoy que cumplo años. ¿Dónde quedaron mis sueños de niña? ¿Adonde fueron a parar? Imaginé tantas cosas para mí… Me gustaba fantasear conmigo cuando fuera grande. ¡Sí!Me acuerdo esa época cuando quería ser bailarina y ensayaba poses frente al
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espejo o actriz de cine; me ponía los zapatos de taco alto de mamochka (3) y me pintaba con rouge rojo los labios. Todos esos sueños para terminar vendiendo cosméticos en Superpharm (4)…Mejor pongo algo de música,me lavo la cara y voy a Zamak (5). Despertate… (no me acuerdo ni su nombre), ey…arriba hombre. -… - Me voy a duchar. Ludmila se levantó desnuda y se metió
bajo el agua. No cerró la puerta. La ducha
le ayudó a despejarse y comenzó a
recordar: “¡Linda manera de festejar mis treinta! Encamarme con este viejo. ¿Cómo dijo que se llamaba? Mmm… ah sí, Lito… Lito no se cuanto (al fin y al cabo tantos años de telenovelas estúpidas sirvieron para poder entendernos). Igual el “viejito” no está tan mal y se porta más que bien. Anoche en el bar me estaba aburriendo, el vodka no hacía lo suyo, no pasaba nada. La música me hundió en la melancolía, recordé a mi hija… Basta, no quiero, volver a eso. Después apareció Lito, pagó la cuenta, y… no sé como terminamos acá. La voz de Lito la sacó de sus
pensamientos.
- Rubia, ¿me puedo hacer un café?
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- Prepará dos… - ¿Me podes decir donde carajo están las cosas?- Buscalas. Salió del baño solamente con una toalla en
la cabeza, fue a la cocina donde la
esperaban el café y un Lito también
desnudo, que de golpe se acordó de
algunas “cositas” pendientes, arrojándola
al piso, iniciando con ella una frenética y
urgente danza sexual. Nadie se acordó del
café. Una alarma comenzó a sonar, señal
de buscar refugio (6). A ellos no les
importó, no tenían nada que perder…
Gabriela Szuster IMAGEN: Serie Mujeres de Ernest Descals
N. de A.: 1. Bozhe moi: Expresión en ruso que significa, ¡como pudo pasarme esto! ¡Dios mío! 2. Chort: Expresión utilizada en Rusia y Ucrania cuyo significado es ¡Mierda! 3. Mamochka: Mamá en ruso. 4. Superpharm: Cadena de perfumería y farmacia de Israel. 5. Zamak: Pub en la ciudad de Beer Sheva, Israel. 6. Buscar refugio: En Israel la alarma es señal de que un misil está a punto de caer.
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Historias de WINNERS (III):
Luna López
Llovía en su cumpleaños. Siempre. Ese año
no iba a ser la excepción. La despertó una
gota en la cara. ¡La puta! justo hoy esa
gotera de nuevo. ¿Estarán los de arriba?
¡Qué bah! Como siempre se piraron,
dejaron la canilla abierta y se les llenó de
agua el depto. Luna López puso la escalera
en el balcón, en remera y pantuflas
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empezó a subir. Siempre lo mismo con
estos borregos… ¿no saben cerrar la
canillita? ¿Se les va a entumecer la mano?
Llegó a la baranda de arriba, levantó una
pierna, la otra y entró al piso de sus
vecinos. Welcome. ¿Qué les puedo hacer?
Mirá esos sobrecitos, ¿qué tal un poco de
azúcar en la cama? ¡Ahora van a tener un
buen dormir, pendejos! Encontró una
botella de aceite en la mesada, la abrió, la
puso en el piso y en un movimiento casual
casi desinteresado la volcó. Uyyy se cayó,
¡cuánto viento! Ajo y agua. La próxima van
a tener más cuidado. Casi me olvido… que
boluda. Cerró la canilla que causaba la
gotera.
Volvió como desinflada, claro… se había
sacado toda la bronca, se desagotó, se
deshinchó, quedó vacía. Respiró profundo,
fue a la cocina, trajo la cajita de cartón. Se
sentó “a lo buda” en la cama y apoyó el
paquete. Una porción de torta y una vela.
Prendió la vela. Qué los cumplas feliz,
qué… los… cumplas yooo…muy feliz. Buen
día luna, hoy cumplís cuarenta, década
nueva. ¿Qué se siente? Mal. Es un mal
chiste. Las pilas… a ponerse linda que hoy
almorzás con Lenny. Se vistió y se dio una
palmadita en el culo. Si vos hablaras
papito. Listo, perfecta. Dale nena, una
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sonrisita, no de esas falsas, no, una de
verdad, que hoy es tu día y el chabón está
que se parte.
La calle olía a tormenta, en cualquier
momento se largaba. (¡Cheee vos… si a
vos te hablo…Si…si! A vos que me estás
leyendo. Entrá en la escena, imaginátela:
una morocha, linda la morocha, culo de
luna llena, camina bajo la lluvia, se
contornea como una gata. ¿No da para
escuchar esto?) Lunita miró el reloj. ¡Qué
temprano, parezco desesperada! Mejor me
pego otra vuelta. Si bajo por Entre Ríos
hasta Belgrano llego quince minutos
después que él. Que espere, total es
hombre, además ni se acordó de saludarme
por mi cumple.
Y como todo, cuando cambia, porque todo
cambia, tiene que cambiar, porque si, la
vida de Luna dio un vuelco, o volcó, o las
dos cosas juntas. Un instante, varias
cosas, una señal, el cielo empezó a llorar,
ella alzó las manos para disfrutar del agua
y giró lento y lo vio. Un señor, lindo,
precioso, en un charco de agua, todo
salpicado de barro, cayendo apurado y
riendo a carcajadas.
Aida Rebeca Neuah IMAGEN: Intimidad de Jorge Jana
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Historias de WINNERS (IV):
Pequeños grandes interrogantes
Lito iba a quinto grado de una primaria del
Estado, en Villa Pueyrredón, muy cerca de
su casa. La escuela se veía triste y
abandonada, como con ganas de caerse, y
era por eso que los días de lluvia no había
clases. Le divertía mucho ir después de un
día de esos y ver el cuadro de Sarmiento
mojado. Una vez se le ocurrió decir que
Sarmiento se había hecho pis, lo que le
valió una severa reprimenda de la maestra
y la directora por meterse con un prócer.
¿Qué es un prócer? Un padre de la Patria,
le contestaron. Entonces ¿Por qué la Patria tiene más de un papá, y yo sólo uno? ¿Qué
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es Patria? En ese instante recordó haber
escuchado que tenía mucha suerte por
haber nacido en 1950, año del Libertador.
¿Qué es un Libertador? A la escuela la iban a poner linda, le decía
su papá, ahora que no están más ni Perón
ni la “curve (1)”. ¿Qué es Perón, y qué es curve? Su papá le contó que Perón era un
señor muy muy malo que odiaba a los
judíos como él y que para saber lo que es
curve era muy chico. ¿Qué son los judíos como yo? si yo veo a todos mis
compañeritos iguales a mí. ¿Soy muy chico? ¿Será que mi papá me miente? Lito se sentaba en la segunda fila del lado
de la pared, y es por eso que su
guardapolvo nunca estaba muy limpio. Su
compañero de banco era Luisito, un
gordito de rulos con la cara llena de pecas.
Lito pensaba que a Luisito la cigüeña que
lo trajo no lo tapó lo suficiente y es por
eso que tenía esas manchas que el sol le
había hecho en el viaje. ¿Por qué el sol era tan malo que manchaba la cara a la gente? A Lito le gustaba ir a la casa de Luisito;
allí había muchos juguetes, un hermano
mayor, y una caja grande donde adentro
había gente que se llamaba televisión, en
la que estaba el Capitán Piluso con el que
se sentaban a tomar la leche. Además
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había una chica que siempre limpiaba que
le dijeron se llamaba “Shikse (2)”. Qué
nombre tan raro para una persona,
pensaba Lito ¿Existirá alguien más que se llame Shikse? Luisito, que sabía muchas
más cosas que él, le contó que Shikse era
una nena muy buena, ya que se dejaba
tocar las tetas y el culo, y que un día de
estos le iba a mostrar. ¿Es lindo tocar tetas y culo? Los papás de Lito estaban contentos que
sea amigo de Luisito porque según decían
era de buena familia, con coche y lo más
importante, no era “goi” (3). ¿Qué es ser goi? La maestra del grado era la Señorita
Liliana, rubia de pelo largo, que a Lito le
parecía muy linda, como una
muñeca.¿Todas las muñecas son rubias? ¿Por qué él no podía jugar con muñecas? Porque eso es cosa de nenas le decía su
amiguito y los varones que juegan con
muñecas son unas “mariquitas”. ¿Qué es ser una mariquita? De repente, cuando iban a empezar la
clase, se abre la puerta del aula, aparecen
dos mujeres y una de ellas dice: –
Hoooooola mis chiquitos. Somos del Ministerio y necesitamos a tres niñitos porque queremos saber si crecen
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saniiiiiiiiiiitos y fuertes. Lito quiso
desaparecer en ese instante. Se convirtió
en una especie de ovillo de lana para que
no lo vieran; sin embargo y gracias a ser
uno de los preferidos de la maestra fue al
primero que llamaron. – Andá Lito así después me contás, le dijo la Señorita
Liliana. Para colmo de males no iba con su
amigo.
Las dos mujeres del Ministerio llevaron a
los chicos a la Secretaría y allí les dijeron:
– Bueno niñitos, somos doctoras y tenemos que revisarlos así que bájense los pantalones y el calzoncillito que vamos a ver como están. Lito se puso colorado
colorado y no quiso mirar a sus
compañeros. Cumplió con lo que le habían
pedido y acto seguido sintió una mano
rugosa que le tocaba el pito, (pirulín le
dijeron que se llamaba) moviéndoselo para
un lado y para el otro. Sintió miedo, un
miedo difícil de precisar, un miedo como el
que nunca había sentido… ¿Por qué tengo miedo?
Daniel Najnsztejn IMAGEN: Mirada sincera (Maria Gallego)
N. del A.:
(1) Curve: Puta en Idisch.
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(2) Shikse: Denominación que se le daba a las empleadas domesticas en el seno de las familias judías. (3) Goi: No perteneciente a la colectividad judía.
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Historias de WINNERS (V):
Sensaciones
¿La puedo ayudar en algo?
- Estoy buscando una crema que me
recomendó una amiga, que tiene jojoba y
miel.
- ¿Mami mami me compras éste?
Qué linda nena… ¿cuántos años tendrá?…
- ¿Me podés mostrar la crema, jamuda (1)?
¡Chork! ¡Hoy estuve muy distraída! Odio estos días. Los recuerdos me invaden, y yo prefiero no pensar… Pero esa nena…La supervisora me estuvo mirando con esa cara de bruja que tiene. Tengo que tranquilizarme. ¡Ya sé! Voy a llamar a Lito,* eso me va a ayudar a no caer en la melancolía…
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Cuando llegaron a su departamento Di
Caprio evitaba dejar morir ahogada a
Winsletdesde la gastada pantalla, (por lo
menos alguien puede salvarse, pensó
Ludmila). Todo olía a cerveza; los gritos
de Lilith y su novio carilindo, las botellas
tiradas, conformaban un clima irrespirable.
Ludmila y Lito sintieron una sensación de
asfixia, como si las grises paredes se les
vinieran encima.
Fuimos a mi habitación, espacio íntimo
donde gastadas muñecas convivían
armoniosamente con perfumes, cremas,
cosméticos, pulseras, collares y anillos. El
sexo urgente ayudó a calmarme, y la
botella de vodka que habíamos comprado
no fue menos estimulante. Luego de una
hora mi dolor y angustia habían quedado
olvidados entre las arrugadas sábanas de
la cama. Quedamos en volver a vernos a la
noche. Sé que al menos hoy no voy a deprimirme, ¡no tendré tiempo! - ¿Qué querés comer rubia?
- Pizza. ¿Y cuando me vas a llamar por mi
nombre?
- Nooo, la pizza de acá es horrible, vos
tendrías que probar la de “Las Cuartetas”,
¡eso es pizza! Y por lo de tu nombre, te
gusta que te diga rubia.
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- No se entonces, elegí vos… Espero que
no vuelva a sonar la alarma…
- ¿Qué alarma? Yo estaba muy
entretenido, casi no la escuché. Bueno,
vamos a “Nafis(2)”…
Al llegar les dijeron que había una hora de
espera, se miraron y la risa fue inevitable.
Compraron una pizza por el camino y
fueron a la casa de ella. Por suerte Lilith
ya no estaba.Escucharon música,
comieron, bebieron, bailaron, se gozaron
en cada uno de los rincones de ése, su
mundo.
Con Lito conversamos, hay una energía
que nos une. No sé cómo definirlo,
sensaciones que van más allá de las
palabras, una conexión que me reconforta,
algo que hace tiempo no sentía…
N.del A:
1- Jamudá: expresión cariñosa en hebreo.
2- Nafis: uno de los restaurantes más
populares de Beer Sheva.
Gabriela Szuster IMAGEN: Saudade de Carlos Cabezuelo
Betanzos
* Decime Lito ¿Qué están haciendo? ¿Otra vez guerra? Otra vez dolor, sufrimiento, muerte. La lección no fue aprendida. Millones de muertos no fueron suficientes.
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¿Acaso nuestro dolor no alcanzó? Claro que no… la sed de sangre del ser humano exige más. El hombre enemigo del hombre y camino a su destrucción. ¡Hasta cuándo Lito, hasta cuando!… Ya sé, algunos dirán que estamos ante una guerra “justa”, pero la realidad es
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que aquellos que siembran el terror en Israel, esos están bien guardados. Conclusión: los que estamos jodidos somos nosotros, gente común, chicos que recién empiezan a vivir. Las tragedias nos unen como la del Dr.Izzeldin Abuelaish, un especialista de infertilidad residente en Gaza, un palestino que desde hace años cruzó las líneas de enemistad para trabajar en hospitales de Israel. Qué amarga ironía Lito, quien ayudó a tantas parejas a traer hijos al mundo ve con sus ojos la muerte de tres de sus hijas. Daños colaterales dicen algunos: lindo nombre para titular a la muerte absurda. Cuándo vamos a romper las barreras de la ignorancia y darnos cuenta que muerte equivale a más muerte y más muerte en una espiral de sangre incontrolable que se vuelve contra nosotros mismos. Cuándo el odio y la venganza serán reemplazados por el amor y la sabiduría…Cuándo vamos a dejar de ser sobrevivientes… La sirena Lito, corré, apurate, cuidado
viene el Kapo…(1)
Lito, ¿estás ahí? Contestame por favor…
La voz de Ludmila en el teléfono
sobresaltó a Lito. No dejaban aún de sonar
en sus oídos las palabras de su padre.
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(1) Kapo era un término usado para ciertos
presos que trabajaron dentro de los
campos de concentración nazis durante la
Segunda Guerra Mundial en varias
posiciones administrativas más bajas. Los
kapos recibieron más privilegios que los
presos normales, hacia quienes eran a
menudo brutales. Los kapos eran
comúnmente presos que se habían ofrecido
a hacer ese trabajo a cambio de recibir los
privilegios anteriormente mencionados y
una mayor esperanza de supervivencia.
Daniel Najnsztejn
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Historias de WINNERS (VI):
Incendio
¿Quién es este gil? Que se haga de abajo. Yo no bailo con nuevos. _ ¿Vamos?
_… No gracias, recién tiré…
La sensualidad acumula una gruesa capa
de niebla en los locales de tango, menos
en la pista, donde los firuletes y las
volteretas las barren. Luna sentada en la
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barra de la ventana marcaba los tipos que
llegaban.
No viene ni uno de los míos, ¿qué pasa hoy?, mierda… De repente lo vio, mezcla rara de
penúltimo linyera y primer polizón de viaje
a Venus… ¡no, ese es otro tango!
Mira vos quien entra, si el mundo tiene el tamaño de un pañal, el pisqüi que se cayó en el charco la otra vez, mas limpito, claro, supongo que se habrá bañado un par de veces, pasaron varios días. ¿me habrá reconocido? Viene para acá. _ Un whisky por favor- le dijo al barman-
¿te gusta jugar bajo la lluvia, morocha?-
añadió sin voltear la cabeza.
_ Prefiero el tango en una isla de humo-
contesté.
Creo haber escuchado algo así como una
invitación (no podría asegurarlo) antes de
que su brazo me llevara a la pista.
“Yo, La Escritora, que los estoy mirando, de acá, de afuera, te cuento: Al encontrarse ellos dos, después de mirarse sin verse, una chispa rosada (que será llamarada) nace creciendo en ardor entre neblinas espesas. El fuego devora a los encontrados, les atrapa los cuerpos, los invita a danzar a ritmo de llamas. Se mueven con pasión. Los veo, el calor se
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expande hacia afuera, se les sale de dentro (aunque siempre queda más), se va lejos, muy lejos. Les cambia el mundo, crea otros planetas con otras lunas y los lleva a conocerlos, modifica sus vidas, trasmuta en colores sus almas. Inventa un universo diferente combinando sentidos no develados, genera vida y muerte, tanto asi que, yo que los estaba mirando, de acá, de afuera: NO EXISTO MAS”. Luna, esta vez sí, oyó brotar desde un mar
de tinieblas una voz arrastrada:
-¿Vamos?
No valía preguntar adonde.
Aida Rebeca Neuah IMAGEN: Tango con besos (Ida O)
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Historias de WINNERS (VII): No
llores por mí Lito
No entiendo… ¿Qué hacés viejo? ¿No estás muerto vos? ¿A qué viniste? Ah… a dejarme un mensaje de paz. ¿Creés que a alguien le importa? A quienes hablamos de otro camino, si pudieran nos ahorcarían en la plaza pública. O quizás ya nos hubieran tirado de los aviones como en los famosos “vuelos de la muerte”. No quiero recordar ahora. Pienso en mi amigo Luisito y se me parte el alma. Qué boludo que fui. Yo, gritando Argentina Campeón mientras a una generación entera se la desangraba. Sabes lo que pasa viejo, acá en Israel
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queremos sentir ahora que estamos del lado de los buenos. Ahora sí… ¡Somos los mejores del mundo! Quien puede dudarlo. Llegamos de naciones en las cuales durante años las voces que disentían fueron acalladas y nos queremos sentir parte de la manada, ser auténticos winners, no como yo. SOMOS LOS BUENOS. Y a los buenos todo se les permite. Deja, no me hagas caso viejo, a veces deliro y más ahora que estoy durmiendo. ¿Dónde estamos viejo? ¿Por qué tenés tatuado un número? ¿Y esa estrella? ¿A dónde nos llevan? ¿Por qué tenemos que desnudarnos? ¿Qué son esos caños? NO POR FAVOR… ALLA NO… Me ahogo viejo… No puedo resp…______ El teléfono emitía su sonido
insistentemente… El infierno había
atrapado a Lito y no daba opción a que
éste pudiera liberarse. La voz de Ludmila
con forma de ruego lo hizo reaccionar y
asustado atendió: _ Perdoname rubia, me
quedé dormido mal. Me devolviste a la
vida. Me sentía muerto. Decime ¿qué pasa?
¿No estás trabajando ahora? ¿Me queres
ver o queres otra cosa? Yo prefiero lo
segundo, sabes cómo soy. No tenes
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freno rubia… Epa… no te calentes, o sí
calentate pero más tarde… bancate una
joda… ¿Qué es una joda? Después te
explico. Sí, yo también te quiero… te
quiero c… Está bien la corto. Beso. Sí, a la
una te paso a buscar…
Se levantó presuroso, abrió la heladera en
busca de un imposible. La heladera le
sonrió y escuchó su voz que le decía
“mejor me desconecto para lo que guardo,
soy la vergüenza del barrio, podrías
mimarme un poquito de vez en cuando, no
me dejes como únicos compañeros a una
lata de atún, tres cervezas y un pan viejo”.
Tenes razón frigorífico, prometo que
mañana te atiendo. Se preparó un café
(otra cosa no había) y se dispuso a revisar
sus mails. Un nombre le sobresaltó, Lorena
Lusinsky. Su hija le había enviado un
correo. Lo abrió y volvió a cerrarlo al
instante. No quiso leerlo. Tuvo miedo de
llorar. Otra vez, la nostalgia, el desamor, el
no hablar, recuerdos que quería borrar y
no podía, mientras un tumor de angustia
martillaba su interior.
No quiero pensar, no quiero. La rubia me pareció medio triste y si me llamó es porque necesita un buen polvo y si yo me enfrasco en mis pensamientos no le voy a servir. Ella debe tener sus kilombos,
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aunque todavía no me contó nada. ¡Hace mucho que no cogía tan bien con alguien! ¿Me estará pasando algo con ella? Cortala Lito, no seas boludo, a ver si te enamoras todavía… Un buen baño me va a dejar como nuevo. Lito se detuvo un instante
frente al espejo. Se miró de arriba abajo.
Tengo que empezar a hacer un poco de dieta, sino dentro de poco no me la voy a encontrar. Pero fuera de eso sigo en carrera. Qué decís Lito eh… a la rubia la vuelvo loca. La dejo siempre caliente y por más. El agua tibia lo llevó a un centro, del cual
por momentos sintió que se había
desplazado. Se imaginó junto a Ludmila en
esa ducha cálida, incitante, traviesa. Sintió
como si alguien lo estuviera acariciando.
Pero no… Era Lito quien
desesperadamente había comenzado a
tocarse, a acariciarse, a amarse hasta la
llegada de un estallido que lo
conmoviese…Un estallido que lo hizo
temblar, reír, gritar… No llores por mí Lito
Lusinsky,se dijo.
Daniel Najnsztejn IMAGEN: Sin escape (Renso Castañeda)
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Historias de WINNERS (VIII):
Confesiones
Embebió el algodón en el líquido azul y se
quitó el maquillaje de los ojos. El aroma de
la crema humectante inundó la habitación.
Miraba su rostro detenidamente en la
imagen que el espejo le devolvía, cuando
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un amargo sabor inundó sus labios. Una
lágrima irrumpía sin pedir permiso. Tenía
el sabor de la desesperanza, del
desasosiego. Era su vieja amiga la tristeza
que regresaba. Casi sin quererlo comenzó
a hablar…
Nunca tuve papá. No había fotos de él en casa, de los álbumes familiares las hojas estaban arrancadas… Mamá nunca me explicó nada, él era un fantasma que aparecía a veces en mis sueños, sin rostro, sin voz, solo una presencia-ausencia. Tantas veces lo necesité, tantas noches lloré su falta… Ludmila desnuda, sentada frente al espejo
de su cómoda, mientras peinaba su larga
cabellera rubia, seguía hablando, decidida
a desnudar también su alma.
Los fines de semana, íbamos a la “dacha”*, sólo ahí era feliz. Jugábamos en grupo, hacíamos competencias frente al río, largas caminatas. Inocencia y alegría era lo que respiraban mis pulmones esos días. Nos internábamos en el bosque con amigos, escondiéndonos de miradas indiscretas, disfrutando nuestros juegos que con el tiempo se hicieron más audaces. Una noche todo fue alcohol y descontrol. Los recuerdos son difusos, borrosos. No tengo nada claro, sólo que
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ahí, en mi primera vez, quedé embarazada. Los meses que siguieron fueron un calvario: ver mi cuerpo deformándose a la par de mi alma. ¡Odié a ese bebé desde el mismo instante que supe de su existencia! Pensé en deshacerme de él, pero tuve miedo. Mi vida fue un antes y un después. Ya nunca volví a ser la misma. Todos mis sueños se evaporaron de golpe. Larysa, mi hija, nació cuando yo tenía diecisiete. Nunca quise cuidarla, nunca quise ocuparme de ella, nunca la amé. Me recordaba los planes truncos… Lo ideé todo, y apenas cumplí la mayoría de edad vine a Israel, a lo de mi prima Lilith, que recién separada me ofreció ayudarme y compartir este departamento. Decidí comenzar una nueva vida tratando de olvidarme de mi madre, de mi abuela y de mi hija. Al poco tiempo conocí a León y salimos un par de veces. El pobre se enamoró. Salí con varios hombres más, pero fue sólo sexo, nunca me permití querer a nadie. De repente apareciste vos… no se… Y ahora a medida que pasan los años comienzo a pensar mucho en mi hija; cada nena que veo me la recuerda, me hace pensar… _ ¿Pensás que soy un monstruo por haber
abandonado a mi hija?
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Lito por única respuesta emitió un sonoro
ronquido...
Gabriela Szuster IMAGEN: Mujer en el espejo (Maria Mendez
Aranda)
N.del A.:
*dacha: Una dacha (en ruso: дача) es una
casa de campo, habitualmente de una
familia urbana, que se usa
estacionalmente.
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Historias de WINNERS (IX):
Volver a Empezar
Una tarde más, ésta moría de muerte
natural, como todas las tardes. Su estudio
aun conservaba olor a Lito. Desde su
rincón veía al espejo juguetear con los
últimos rayos de sol. Se sentía extraña,
pequeña ante la inmensidad del lugar;
faltaban los firuletes, el dos por cuatro y
los acordes del bandoneón. Fue hacia el
balcón, algo crujió bajos sus pies “me
queda mucho por hacer con esta casona”.
Luna no era consciente del prestigio
internacional que había adquirido su
academia.
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Another turning point, a fork stuck in the
road.
Time grabs you by the wrist, directs you
where to go.
Otro punto decisivo, una bifurcación en el
camino
El tiempo te agarra de las muñecas y te
lleva donde tenés que ir.
La musiquita del celular no paraba de
sonar. Luna se estremeció al escuchar el
ringtone. Otra vez…
So make the best of this test, and don’t ask
why.
It’s not a question but a lesson learned in
time.
Así que haz lo mejor que puedas y no
preguntes porque
No es un problema pero es una lección
aprendida a tiempo.
¿Qué hago? ¿Atiendo o no? Es mi ex, el anterior, el ya pasado, el que fue. Le dije que no quiero verlo (tres veces). Fui clara. Dije NO. Ese hombre entiende únicamente lo que quiere. Se terminó, cruzó un límite, me ocultó cosas que me incumbían, me privó de mi derecho a elegir. Me hace mal, me lastima, lo sabe y lo sigue haciendo. Dice que me quiere… seguro… me quiere mal, muy mal. Trata de manejarme como antes. No quiero más
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eso. YA TOME DEMASIADO DE ESA COPA QUE ESTA ROTA. Atendí.
_hola, mamita, quiero verte, te extraño,
quiero volver, volvamos ¿por qué me decís
que no?
_no quiero, ni puedo.
_ ¿estás comprometida? Decime que estas
comprometida y no te jodo mas.
_ estoy.
Pude decirle un chau mientras cortaba.
Ay Luna, Lunita… no pudiste decirle que te volviste a enamorar como a los veinte, que lo que te ofrecía ya no te alcanzaba, que cuando se metió con aquel alumno tuyo te hubiera podido decir, avisar, que fue desleal, que rompió nuestro pacto, querías mas y de otra persona, que así de en medio de un charco de agua un día lluvioso apareció Lito y te tiene agarradita de la mano flotando en las nubes, que cuando un cristal se hace añicos no hay forma de unir los pedazos. It’s something unpredictable, but in the end
is right.
I hope you had the time of your life.
Esto no se puede preveer, pero al final es
cierto
Espero que hayas tenido ESE MOMENTO
en tu vida.
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Aida Rebeca Neuah IMAGEN: Piernas y bandoneon (Daniel
Machado)
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Historias de WINNERS (X):
Entre dos fuegos
LUDMILA Y LITO (Beer Sheva, Israel,
Julio 2010)
Las primeras luces de la mañana
comenzaban a iluminar la habitación
decorada al parecer de Lito en una onda
un tanto kitsch. Sobre una cómoda se
amontonaban rositas rococó, muñequitas
de porcelana, mamushkas de todos los
tamaños conviviendo con cajitas de
música. Sobre la pared en un cambalache
de gustos lucían Facundo Arana en traje de
cura, Mickey Rourke en 9 Semanas y ½ y
Madonna como una virgen. El color rosa le
agregaba al entorno una mezcla de
adolescencia e ingenuidad.
¿Por qué conmigo? Si quería confesarse tiene la imagen del Padre Coraje pegada en la pared. Lo hubiera hecho con él.
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¿Acaso no fuimos claros? ¿No nos dijimos que lo nuestro era algo sin compromisos, sin involucrarnos? Que no teníamos pasado, sólo presente. ¿Cómo no me voy a hacer el dormido? Que piense lo que quiera de mí. No me importa. ¿Me vio cara de papá? ¿Qué busca, el padre que no tuvo? ¿Esa imagen doy? ¿Por qué son tan complicadas las minas? Siempre la tienen que embarrar con el asunto de los sentimientos. Pensé que había encontrado por fin alguien que estaba más allá de todo eso y… otra vez. Primero que te quiere, después que te ama, después que quiere estar más tiempo con vos y no te diste cuenta y la tenés con el cepillo de dientes y un bolsito. No, otra vez no, no me va a volver a pasar. No quiero. No lo necesito. Quiero gozar el hoy. Mientras Ludmila distraída seguía peinando
su rubia cabellera, Lito libraba por enésima
vez su batalla interior. Aquella que
después de un frustrado matrimonio, sólo
por conveniencia, del cual no cansaba de
arrepentirse, y de varias parejas
relativamente estables, lo habían
transformado en un ser fóbico, inestable,
temeroso del compromiso. Lo que no podía
Lito era dejar de admirar la hermosura de
la rubia, que cuando se contorneaba sobre
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él, (y últimamente pasaba muy seguido), lo
hacía sentir más allá del mundo, al igual
que un poema de Oliverio Girondo.
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Lo que amo de vos Ludmila son tus pechos en punta y esos pezones rosados en los cuales puedo sumergirme y viajar. Lo que amo de vos Ludmila es tu cuello que vibra ante cada caricia, cada beso, cada mordida. Lo que amo de vos Ludmila es tu lengua, aquella que recorre mi cuerpo en detalle, sin inhibiciones, entregándose a la mágica sensación que produce dar placer. Lo que amo de vos Ludmila es tu ombligo, que me mira desafiante y me incita marcando el comienzo de un excitante camino, como un bosque en el cual me abro paso con frenesí, con mis dedos, mi boca, mi yo entero. Lo que amo de vos Ludmila es ese hoyuelo chiquitito que se te forma a veces en el final de tu espalda, prolegómeno de un paraíso, al cual con maestría me llevaste. Lo que amo de vos Ludmila es tu deseo loco, tu pasión, tus ganas de explorar siempre algo nuevo, diferente. No me pidas más Ludmila. Más que eso no puedo amar… LUNA Y LITO (Buenos Aires, Argentina, Mayo 2011) La puta madre, de dónde salió el agua. No lo puedo creer, una gotera. La morocha tiene estilo, cómo carajos puede ser que tenga una gotera justo sobre la cama.
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Lito se despertó sobresaltado. Miraba a su
lado, y no lo podía creer. Esa morocha de
culo de luna llena, que se había burlado de
él en aquélla, su infortunada caída en el
barro, hoy estaba a su lado, luego de haber
vivido con ella lo que pocos mortales
pueden darse el lujo de vivir.
Veni, vidi, vici, se dijo, sintiéndose por un
instante Julio César. Una a una fueron
apareciendo las imágenes de una noche
que comenzó a ritmo de tango y fue
envolviendo a ambos en una magia que
solamente una Luna puede brindar. En su
boca aún perduraba el dulce sabor de los
fluidos de esa misteriosa mujer. Y esta
Luna, su Luna allí, entreabriendo
pícaramente sus piernas, pidiendo,
implorando. Otra vez Lito, otra vez…
Daniel Najnsztejn IMAGEN: Bendito entre las Mujeres
(Gabriel Meneses)
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Historias de WINNERS (XI):Mal
día
_ Shit! Qué día de mierda. Llegué tarde al trabajo. Me volqué el café sobre mi blusa nueva. La supervisora que no me dio respiro y para colmo, yo menstruando. Me duele hasta el pelo. _ ¿Y ese sobre? ¿Qué hace una carta de Ucrania aquí? Esa letra la conozco. ¿Cómo carajo me encontró? ¿Qué quiere después de tantos años? Ludmila se quedó petrificada en el lugar sin poder moverse.
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Una mezcla de sensaciones la embargaba.
Pensaba que el día de hoy no había podido
ser peor, pero ahora no estaba tan segura.
Se arrastró hasta el sillón, rompió el sobre
y comenzó a leer...
TVER, UCRANIA, Diciembre 15 de 2010
DEROGAIA* LUDMILA:
Perdón Perdón por irrumpir en tu vida con esta carta. Es el momento de contarte lo que ignorás de mí. Siempre me viste como una mujer amargada, perdida en sus pensamientos y refugiada en su trabajo. Todo tiene una explicación, quizás puedas comprenderme. Cursaba el último año de secundaria: era alegre, divertida, me gustaban las fiestas, bailar y cantar. El profesor de literatura (tu papá) un hombre diez años mayor que sus alumnas era atractivo, simpático y de buen humor. Todas estábamos enamoradas de él. Fui la elegida. Creí tocar el cielo con las manos. Nos casamos luego de un corto noviazgo, que no nos dio tiempo a conocernos más profundamente. Enseguida mostró la otra cara de la moneda. El novio atractivo se transformó en un marido violento, su simpatía en sarcasmo y el hombre de buen humor en un iracundo golpeador. Fui
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cambiando de carácter: me volví callada, sumisa y obediente, trataba de no cometer ningún error para no ser castigada. Quedé embarazada. ¡Temía tanto perderte! Tu papá cambió de método, su agresión ya no era física sino verbal. Él también deseaba un bebé. Esperaba un varón, por lo tanto cuando naciste su frustración fue total. Perdón por haberte espaciado los besos. Para comprenderlo debés entender los sentimientos de una mujer golpeada. ¿Tenés idea de lo que significa compartir tu lecho con un enemigo? Una se siente humillada, profanada, desvalorizada y va cayendo en un profundo pozo negro, del que es difícil salir puesto que cree, o le han hecho creer, que es la culpable de todo lo que sucede. Perdón por no haber sabido hacerte feliz. No supe cómo. ¿Te acordás aquel día? Eras muy pequeña. Querías disfrazarte de señorita. Te pusiste mis zapatos de taco alto y comenzaste a buscar alguna prenda mía para ponerte; encontraste un revólver, y apuntando inocentemente exclamaste: Pum, pum. Perdí el control, me encolericé y sacándote el arma te grité que nunca más la volvieras a tomar. Quedaste aturdida, no entendías mi reacción y corriste a refugiarte en brazos de tu abuela (que ya
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vivía con nosotras). A partir de ese momento tu mirada se volvió opaca y comenzaste a alejarte de mí. Pude liberarme de tu papá gracias a ese revolver y su cobardía. A partir de ese día deseché todo lo que pudiera recordarlo. Perdón por haber dejado que te hagas mujer sola. A partir de ese momento me obligué a ser fuerte; superar mis traumas y frustraciones. Asumí la función de jefe del hogar y me aboqué de lleno a mi trabajo. Debía mantener la casa, quería darte una buena educación a la par de una vida en la que tuvieras todo lo que tenían tus amigos: diversiones, paseos por el Volga, vacaciones en la dacha. Para poder realizarlo delegué en la abuela mis deberes de madre; y en cierto modo lo fue más que yo. Te convertiste en una adolescente rebelde, pero… ¿Quién no lo es a esa edad? Cada vez nos fuimos distanciando más y de un día para otro me convertiste en abuelamadre. Perdón por no haber sabido retenerte. Laryssa tenía unos pocos meses; te sentías incapaz de asumir tu rol de madre; no la querías, no había sido fruto del amor, sino de un momento de extravío. Te marchaste sin decirme una palabra, sin despedirte. Tiempo después me enteré que
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te habías ido a Israel. ¡Cómo te odié en ese momento! Me prometí a mí misma que con Laryssa no volvería a cometer el mismo error. Poco a poco fui arrojando las piedras que tenían sepultado mi corazón; aprendí nuevamente a reír, a demostrar mi cariño y le dediqué mi vida, tanto que ella me llama mamushka, aunque sabe que soy la abuela. Siempre le inculqué el amor por vos, su mamá. Laryssa te quiere mucho y sueña con el momento en que puedan estar juntas. Heredó tu pasión por la danza, la envié a estudiar a las mejores academias; es muy talentosa y acaba de ganar una beca para estudiar en Buenos Aires, la capital de Argentina. Laryssa es encantadora, dulce y cariñosa, acapara la atención de quien la conoce, es muy querida por amigos y profesores. Si la conociera Ludmilushka, estarías muy orgullosa de ella.Te verías retratada en sus ojoscielo como en un espejo. Se parecen mucho, también tiene tu mismo carácter independiente, sabe lo que quiere y lucha por conseguirlo. Pronto se irá. No estaré con ella para protegerla. Para mí será como perderte otra vez. Quedaré con la soledad como única compañía, ya que la abuela murió hace dos años. Me importa su felicidad
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tanto como la tuya. Si pudieras encontrar el modo de acercarte a ella… ¡Qué bien les haría a las dos! Tu mamushka Luba, que te quiere mucho. Terminó de leer e hizo un bollo que tiró a
la basura. Fue a su habitación, trató de
relajarse con la música. No pudo. Dio mil
vueltas. Volvió a tomar el papel arrugado
de la basura. No se dio cuenta que había
empezado a llorar hasta que todo su
cuerpo tembló convulsionado con la fuerza
de su pena.
N. A.: Derogaia: querida (ruso) Gabriela Szuster
IMAGEN: La Carta (Juanan Pascual Albarranch)
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Historias de WINNERS (XII):
Deseo de Luna
El inconsciente es un hombre vestido de
sobretodo negro, de piel blanca y sombrero
de ala cruzada. El consciente es un mulato
de piel brillosa vestido de traje
inmaculadamente blanco. Hay veces que se
juntan, son amigos, juegan al truco. Quieren
hacerse trampa aunque ninguno de los dos
sabe mentir ni saben el significado real de
las señales.
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Eclipse de Luna 15 de junio 2011
Buenos Aires
El cuerpo de Luna se revolvía inquieto en
la cama mientras su mente dormida vagaba
en otros mundos, en otros lados, en otros
espacios donde se viven los sueños más
profundos, aquellos que no podemos o no
queremos ver.
“Un amplio salón de piso lustroso, una pista de baile. Una mezcla de objetos conocidos: la araña de cristalitos de la abuela alumbra la habitación, cuadros de mi casa de la infancia que recuerdo haber tirado a la basura con alivio colgados de las paredes, muchas fotos, algunas las conozco, otras no. Un espejo en un panel enfrente reflejándonos, a mí y a la muchachita rubia, la nueva estudiante de mi academia. -Laryssa, el tango es un juego de seducción y como tal, nace en los ojos, comienza en la mirada. Tiene reglas claras, muy claras. El brazo de tu pareja te envuelve el torso, vos correspondes con tu mano en su hombro, presionando, no mucho. Tu mano, la otra, la
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derecha en la de él, también apretando un poco. El pecho abierto y enfrentado al de tu compañero. Postura relajada y respiración pausada. Así los cuerpos combinan fuerza y energía para ser uno y poder bailar.¿Estás lista? Probemos. Lito… Lito… vení a bailar con nuestra hija.” -Lito… Lito…
-Hermosa, despertate, te vas a caer de la
cama de tanta vuelta- dijo Lito mientras
suavemente tocaba el hombro de Luna. No
quería nuevamente vivir la experiencia de
que se despertara asustada.
-¿Qué soñabas morocha?-preguntó
mientras la abrazaba.
-Había una pista de baile con piso
lustroso…
Eclipse: La Luna se oculta y se presenta
renovada, siendo más ella. En su renacer
se descubre a sí misma, se ve más clara y
brillante. Se observa en profundidad y ve
cosas en ella que tenia encubiertas…
-… claro que te hablé de ella. Laryssa…
esa chica tan bonita que llegó de Ucrania…
que ganó la beca para estudiar tango. La
viste ayer cuando me viniste a buscar al
estudio, era la que estaba practicando
conmigo, es muy tierna, muy dulce, me
recuerda a mí cuando tenía esa edad…
está tan sola y tan necesitada de una
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mamá… nos hicimos muy compinches, me
cuenta sus cosas, se apoya mucho en mí…
¿ te das cuenta que tengo edad para ser su
madre?… vos sabes cómo es…se piensa
de una manera y de repente un detalle
hace que todo se revire… sentí que me
faltaba algo, que no estaba completa, algo
que nunca quise… ¿estoy a tiempo todavía
no?
Lito quiero tener un hijo.
Aida Rebeca Neuah IMAGEN: Metztli (Jorge Corleto)
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Historias de WINNERS (XIII):
Escapando
El vuelo de El-Al despegó a horario. Lito
Lusinsky abandonaba Israel con destino
final Argentina. El tratar de reconstruir los
afectos y de reencontrarse consigo mismo
lo llevó a esta decisión. Además esa
nostalgiosa ideología porteña que jamás lo
abandonó. A pesar de ello una extraña
sensación de temor lo invadía. ¿Qué carajo me pasa? se preguntaba Lito sin encontrar
respuesta, o temiendo dicha respuesta. Se
imaginó a sí mismo como el protagonista
de un tango, volviendo al primer amor.
Por lo menos ahora cuando pida un cortado me van a entender y no me van a taladrar el cerebro con preguntas como éstas:
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¿Turco, instantáneo o expreso? ¿Largo o corto? ¿Con leche o sin leche? ¿Con leche fría o caliente? ¿En vidrio o taza? ¿Con espuma o sin espuma? ¿Con crema o sin crema? ¿La leche separada o en el café? ¡Quiero un simple y mísero café, cómo tengo que hacer para qué me entiendan!* Atrás quedaban años de intentar insertarse
en una sociedad difícil, por momentos
áspera, hostil y envuelta en una guerra
interminable de la cual no se vislumbraba
salida. Atrás quedaban sus interminables
luchas que lo único que le habían aportado
era incomprensión y enemistades,
simplemente por tratar de entregar otro
mensaje, no aquel de la violencia, la
intolerancia, la discriminación. Los mismos
que denostaban a Lito son quienes no
comprenden o no quieren comprender, que
la moneda siempre tiene dos caras y a
veces debemos intentar ponernos aunque
sea un instante en el lugar del otro.
Recordaba todavía el revuelo provocado
por un artículo que difundió: ¿Israel tiene
fecha de vencimiento? Lito no podía
aceptar tanto odio.
Les insertan un microchip en el aeropuerto cuando llegan a Israel, y se transforman en fachos. Se creen winners de verdad. Reniegan de su origen. Dejan de comer
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jamón cuando toda su vida vivieron deseando costillitas de cerdo. No se comprometen. Se llaman a sí mismos israelíes mientras éstos los llaman a ellos argentinos, chilenos, uruguayos, etc. Indudablemente años de dictadura en sus países de origen les quemaron el cerebro, pensaba Lito. Una estación más en el andar de su vida
había resultado esta experiencia.
¡Qué boluda esta Ludmila! ¿Por qué no me acompañó? ¿Qué la retiene en Israel? Podríamos haberlo intentado por lo menos. ¿Hasta cuándo esta soledad? Se me agota la cuerda y el pescado sin vender. Buenos Aires, Argentina, Octubre 27 de
2010
Lito Lusinsky arriba luego de un viaje por
demás agitado al aeropuerto de Ezeiza. Su
regreso se produce en un día que será
recordado en los libros de historia. Moría
Néstor Kirchner, ex-Presidente de la
Nación. Lito siempre lo había admirado a
través de la distancia. Ahora y ya en las
calles de Buenos Aires podía advertir la
fuerza de ese hombre más que nada en la
juventud, que espontáneamente había
salido a rendirle un último adiós. Los hijos de puta generalmente se mueren de viejos, se dijo Lito. O no terminan de morir nunca,
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como Videla. Decir Videla para Lito era
volver a su infancia, a su compañerito de
banco, Luisito, a aquél que por
comprometerse nunca más volvió. Era
recordar una Argentina nefasta. Qué injusticia, aquellos que luchan contra los asesinos mueren, y éstos siguen en vida. Y después me hablan que Dios existe. Que mierda va a existir. Y Lito en el medio de
una Plaza de Mayo doliente recuerda como
en un flash su vida y llora, llora por él, por
vos, por todos nosotros, por los que están,
por los que no sabemos donde están, por
aquellos que no volverán.
LITO Y LUNA (Eclipse de LUNA)
- Qué te pasa Luna, el eclipse te aplastó alguna neurona? ¿De qué hijo me hablás? Si queres tener un hijo es asunto tuyo, pero conmigo no contes para esas cosas. Y avisame antes así me rajo. ¡Un hijo!, venía todo bien, la puta madre, la tuviste que cagar. Me voy Luna, cuando se te pase el eclipse llamame. Lito salió a la calle. Llovía. Lito solo. Otra
vez solo…
N.del A.* En Israel no es válido el típico
gesto porteño para pedir un café. Y cuando
pedimos un café el mozo-a nos ametralla a
preguntas como las arriba indicadas.
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IMAGEN: Escape (Lidaura Chapitel) Daniel Najnsztejn
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Historias de WINNERS (XIV):
Kaos
- Pujá, pujá, vamos nena.
- No puedo más…
- Pujá corazón, ya falta poco.
- Uuuff, uuuuff, uuuuff.
- Dale, así, seguí.
- Aaaaaaaaaaaay.
- Ya veo la cabecita, un poco más.
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- Ayyy, no, no puedo.
- No me aflojes, ya sale, un esfuercito
más…
Ludmila despertó sobresaltada, cada poro
de su cuerpo bañado en sudor, el pelo
pegado en la nuca, en la frente.
Totalmente desorientada, asustada.
Aturdida… Laryssa, bebé, Laryssa… Tardó
un tiempo en comprender donde estaba,
mientras su cuerpo pasaba del frío al calor
en cuestión de segundos…
Se incorporó a tientas, y como pudo se
arrastró hacia el baño. Abrió la ducha y
dejó que el agua acariciara su piel,
mientras las lágrimas se perdían con las
gotas de agua fría, liberando una pena, un
dolor que tenía atragantado tanto tiempo...
Se envolvió en la toalla, peinó su larga
cabellera y la recogió en un rodete
desordenado, no tan desordenado como su
cabeza, en la que las imágenes, recuerdos
y sueños luchaban por tener protagonismo,
dejando a Ludmila en un estado de caos.
Se sentó en el borde de la cama, tratando
de poner orden:
” La carta de mamoshka me descolocó, me sorprendió, me sacudió. El tiempo me fue cambiando, no soy la adolescente que se fue de Tver. ¿Madurez? No lo sé, no importa como se llame. Hace rato que
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Laryssa dejó de ser una nena odiada, maldecida, despreciada por mí. No sé cuando, pero comencé a extrañarla, a pensar en ella, a imaginarla. Soy una perdedora, un verdadero fracaso, lo sé. Lo tengo asumido. Una nena que se crió con fantasmas, ausencias, preguntas sin respuestas, una adolescente que arruinó su futuro al quedar embarazada sin siquiera saber de quién, y una mujer, ja, una mujer, sola, sin amor, que empieza a creer que sólo el perdón de su hija logrará su salvación. ¿Qué voy a hacer Dios mío, qué?
Gabriela Szuster IMAGEN: KAOS (JD Uceda)
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Historias de WINNERS (XV): Rotación de
Luna
“La puta que la vida tiene sus vueltas, tantas que te deja sentada de culo de puro mareo- pensaba Luna- Lucchetti, me adornó con unos magníficos cuernos, pero noooo… Lunita no es una cornuda cualquiera, ni ahí, a mi me encuernan con chabones y para mejor, con mi mejor alumno, un talento nato con proyección internacional. Definitivamente soy un ser especial. Cómo me dolió que se me haya
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llevado al pibe… después, un mediogiro después aparece Lito, la frutillita de la torta, una monada, cuando me engañe seguro que va a ser con una mina, lo que sí, tiene algunas fobias, unas pocas… vino con algunos problemitas incorporados… una pizquita de miedo al compromiso, un poquito nada mas… tanto como para salírsele del cuerpo y desbordarlo. No estoy mejor porque no quiero”. Luna López se terminó de cambiar y salió a
la calle. Fue un día agotador para ella, la
cantidad de alumnos la había obligado a
abrir otra clase y la dictaba ella hasta que
consiguiera alguien idóneo para el trabajo.
Además, Laryssa era buena, muy buena
bailando, tan buena que había decidido
darle unas clases extra para que alcanzara
el máximo nivel, en la primera oportunidad
se lo iba a decir.
-Laryssa, Laryssa- le gritó cuando la vio
en la esquina de la academia de tango.
“Está conversando con alguien. Qué raro, no tiene a nadie en Buenos Aires, desde que llegó de Ucrania sólo charla conmigo”. ¡Sorpresa! Dicen que no hay más que
pensar en algo para atraerlo y
definitivamente ella había estado pensando
en él todo el día. Dicen que los hombres regalan flores cuando
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los puede la culpa por alguna metida de pata y este hombre doy fe, se mandó una fea conmigo. ¡Sorpresa! Un giro y lo vi sosteniendo un
gran ramo de rosas blancas.
-¿Qué haces acá? (actitud femenina de
orgullo herido).
-Vine a buscarte, necesito hablar con vos
(actitud masculina de falso
arrepentimiento).
-¿Y de qué querés hablar conmigo? (gesto
inconfundible de enojo para siempre).
-Entre nosotros quedaron cositas
pendientes (sonrisita pícara del hombre
que quiere colocarla).
Las mujeres tenemos necesidades
(muchas, muchísimas) como explicarles a
ellos (seres despiadados) que necesitamos
afecto, comprensión, compañía, calidez, yo
debía hacer algo por todas las chicas del
mundo, anque por los muchachos, los que
están pasando lo mismo que yo y aquellos
que están del otro lado, esas que sufren,
ellos que no se deciden. Ese era el día
para enseñarles algo a todos, un momento
de gloria, tocar el cielo con las manos, un
cuento con moraleja para todos… y que
moraleja, lo mío… un sacerdocio…
Luchetti vamos… y no preguntes a donde.
Aida Rebeca Neuah
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IMAGEN: Luna mágica (Irene Patricia Muñoz Weber)
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Historias de WINNERS (XVI):
Lito y Antonio
El mozo del Bar Cao, donde Lito
acostumbra a mirar por la ventana y leer el
suplemento deportivo mientras ensopa sus
medialunas de grasa en el café se llama
Antonio.
A simple golpe de vista nos enteramos de
que Antonio probó infinidad de manjares.
Después vemos que es rubio, de ojos
claros y saltones. Después estimamos que
medirá un metro sesenta y ocho. Después,
cuando nos disponemos a calcularle la
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edad, decidimos que no nos importa tal
precisión. Deducimos que vio lo suficiente,
que calló lo suficiente.
Un buen día su médico le restringió con
severidad la dieta. Le explicó el significado
de la palabra colesterinemia, y Antonio
logró traducirla a O cambiás la manera y la cantidad o reventás en pocos meses.
Desde entonces perdió bastante peso, pero
quien no lo conoce de antes no lo nota.
A pesar de que Lito se sienta hace
bastante en el Cao, no conoce este dato, ni
ningún otro, del veterano trabajador
gastronómico.
Se debe a que la gente del Bar Cao es
discreta. Rara vez alguien levanta la voz.
Allí se puede oír el murmullo de alguna
charla y el sonido de la vajilla cuando se la
lava. Nadie instaló ningún televisor cada
dos metros. Son de la vieja escuela, pero
de la vieja – vieja, no de la neo – vieja que
se identifica con los valores de entonces
recreados desde el ahora, y los copia, los
nombra, los enmarca y los vende.
Esos tipos son así, nomás. Cuestión de
valores, no de mercadotecnia. Y por eso
Lito acostumbra a sentarse allí.
Uno de los hermanos Cao recuerda todavía
cuando Antonio contestó a una chica que le
hablo con una sobresaliente impertinencia
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¨Señorita, ni yo soy mozo ni usted
doncella¨. Cao repite a quien quiere oírle
que por frases como ésa lo quiere tanto a
Antonio.
Un día le trajo a Lito su café y sus dos de
grasa antes de que las pida. Al momento
de servírselas lo miró largo. Lito casi se
intimidó, pero se dejó mirar. Logró
sonreírle media sonrisa de varón y quiso
decirle gracias. Ahí fue que Lito pisó el
palito. Miró al tipo un tiempo un poco más
largo del que se le dedica a mirar al que te
sirve. Entonces se escuchó diciendo ¿Cuál
es su nombre, caballero? Antonio replicó
Antonio y se fue.
Repentinamente, Lito comprendió que cayó
en una de las múltiples manifestaciones del
amor. Podemos decir que hasta ese
momento estaba sólo enterado de que el
amor no es únicamente sexual, y entonces
despertó a la certeza de que el amor al
prójimo es posible. Se puede querer a
alguien como a un hermano aunque no sea
de sangre. Digamos que es bueno sentirse
hijos de una Gran Madre, una Madre
antigua y buena, una supermadre común a
todos. Ungido por esta idea metió la mano
en el bolsillo, sacó el billete, lo puso
debajo del platito, dobló el suplemento
deportivo con cuidado, y esmerándose por
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no encontrar la mirada de nadie, salió del
Cao con destino incierto.
La siguiente mañana que Lito se aposentó
en el Cao Antonio se le acercó como si no
lo hubiera visto en su vida.-Un cortado y
dos de grasa- dijo expectante. Antonio le
sonrió ¿Querés agrandar tu pedido por sólo
siete pesos? Después le trajo un exprimido
de naranja y una porción de torta de
chocolate que cuando los parroquianos la
vieron pasar se enteraron de que en bar
existía una mercadería semejante.
Lito no se quejó. Eso sí, dejó el
suplemento deportivo y se trajo del
revistero la revista Vosotras y no se
levantó de la silla hasta que no leyó hasta
el último de los avisos.
Y desde entonces todo cambió. Lito fue a
sentarse cada día al Bar Cao como a una
sesión de amor, o de filosofía, o de humor.
El siguiente encuentro fue el que inauguró
la complicidad. Después de asegurarse de
que Antonio lo estaba viendo, Lito levantó
el brazo por encima de la cabeza y esbozó
una letra C con el índice y el pulgar. De
inmediato juntó y separó el índice y el
mayor repetidas veces. Antonio cabeceó
un Entiendo, y cruzó las manos a la altura
de su pecho ida y vuelta unas tres veces
¿Eso sólo? Entonces Lito intentó dibujar
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los cuernos de las medialunas con un
movimiento paralelo de las dos manos.
Antonio se rió para adentro y Lito volvió al
suplemento deportivo.
A los dos les gustó el asunto de la mímica
y lo hicieron costumbre. Una vuelta Lito le
dijo Me gusta cuando callas porque estás
como ausente y Antonio le dio una
cachetadita de mentira con tres de sus
dedazos. Entonces le trajo una grapa. Sos
un lindo tipo, vos. Una lástima que sigas
tan solo por el miedo que te da encarar
una mina. Señalo el vasito que le había
dejado y le dijo Cortesía de un servidor.
Otra vez se le sentó en la mesa y miró
hacia la calle. Cuando pasó una mujer le
dijo Quisiera ser un pez para chocar mi
nariz en tu pecera. La mujer le reprendió
un Salga, señor, a su edad… y siguió
caminando. Antonio miró a Lito. – Jamás
una grosería – y se levantó a atender a
otro parroquiano.
En una tercera ocasión Antonio le dejó un
vaso de agua con tres escarbadientes. –
Disculpe, señor, creo que es esto lo que
me pidió con todas esas señas que me hizo
– Lito supuso que había llegado la hora de
cambiar. En eso una repentina tormenta le
hizo volar el suplemento deportivo y le
salpicó su camisa favorita. Estaba por
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enojarse cuando vio pasar a una morocha
que le llamó la atención. O mejor dicho,
que le llamó poderosamente la atención. Y
cuando la morocha estaba por salírsele del
campo visual se le vino a la mente la
historia de su amigo Luciano con toda su
historia de hacer lo correcto, se le vino a
la mente la grapa que le había servido
Antonio hace pocos días y se sintió muy
poca cosa. Se levantó de un salto, gritó
¨Antonio, quisiera ser un pez¨ y salió
corriendo rumbo a la morocha.
Damian Szmulewicz*
*DAMIAN SZMULEWICZ: “Prefiero definirme como un apasionado de las palabras y de la historia de cada una de ellas. Gusto de paladearlas. Pienso el uso apresurado del lenguaje como alimentarse a base de alimentos desecados. Seguro que alimentan, pero cuanto mejor si los rehidratamos a ellos y volvemos a dar pleno sentido a aquellas”. Hay personajes que se graban a fuego en
nuestras vidas. Éste es el caso del gallego
Antonio, mozo del bar al cual Lito acude
diariamente. Fue Antonio con su filosofía y
sabiduría quien hizo ver a Lito cosas que él
no había podido percibir. Lito no tiene
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amigos (su mejor amigo, Luciano Lerman
desapareció) y Antonio poco a poco va
transformándose en un referente en su
vida y es por eso que le dedicamos un
capítulo especial de la mano de nuestro
amigo Damian Szmulewicz al cual
agradecemos profundamente.
Daniel Najnsztejn IMAGEN: Mozo de bar en Buenos Aires
(Marcelo Bigliano)
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Historias de WINNERS (XVII):
Te busco, me busco
Me voy.
- ¿Como que te vas? ¿Cuándo? ¿Adónde?
- Me traicionaste.
- ¿de que hablas Lu?
- Durante todos estos años confié en vos,
mientras la señora Lilith iba y le contaba
todo a mi mamá. ¿Por qué no me dijiste
nunca nada? Recibiste cartas de mi mamá,
fotos de mi hija. ¿Cómo pudiste?
- ¿Me revisaste las cosas?
- ¡Si! Y eso no es nada comparado con tu
traición.
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La discusión volvía una y otra vez en la
mente de Ludmila, mientras el avión
volaba, cada vez más y más alto, alejándola
de una vida que se armó para poder
sobrevivir, dejando una tierra que la
recibió cuando pensó que su mundo se
acababa, dándole una esperanza. Una
nueva oportunidad.
Yendo a buscar a su hija, estaba yendo
también a buscarse a si misma No sabia
muy bien que quería, ¿conocer a Laryssa
para acallar su conciencia? ¿Cerrar una
etapa? ¿Sentirse finalmente liberada y
empezar a vivir? Una mano que tomó
tiernamente la suya la sacó de sus
pensamientos.
- Va a estar todo bien Lu.
- ¿Te parece? Gracias por acompañarme,
de verdad. Tengo mucho miedo Lilith.
- Es lo menos que podía hacer. Además es
toda una aventura, ¡Ir a la Argentina! ¡Mira
si lo vemos a Facundo Arana!
- No seas boluda.
- Ves, ya hablas como una argentina. Y no
soy boluda, estoy tratando de distraerte.
Ludmila volvió a ensimismarse,
acomodándose en el angosto asiento,
mientras las azafatas empezaban a servir
la comida. ¡Que viaje tan largo!…
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Comenzó a fantasear, una vez más, el
reencuentro con Laryssa, anhelando un
perdón que dudaba mucho en conseguir.
Había encontrado sus fotos entre las cosas
de Lilith, y la verdad es que su hija se le
parecía mucho. Ya no necesitaba
imaginarla más, ahora Laryssa tenía un
rostro, y era hermoso. Aún no sabía
exactamente qué iba a buscar a la
Argentina, pero esperaba poder
averiguarlo pronto. Había pensado que
quizás Lito también podría ayudarla.
Aunque estaba un poco enojado cuando no quise irme con el. No iba a entender nada
cuando la viera, pensará que cambié de opinión y que vine a quedarme con él. ¡Qué sorpresa se va a llevar!
Gabriela Szuster IMAGEN: Búsqueda de Raíces (Liliana
Marescalchi)
75
Historias de WINNERS (XVIII):
Dos por Cuatro
El lugar: Baires. Un bar “El Cao”, uno de
esos boliches que quedaron suspendidos
en el tiempo, donde los minutos duran
horas y las horas pueden llegar a ser años.
Un espacio intimista, verdadero.
El motivo: uno, el encuentro de dos y
viceversa. Yin y yang. Energía masculina y
femenina.
La consigna: conocer al otro, que es parte
de conocerse a uno mismo, usando el viejo
truco de salirse de escena , rotar el foco
de la imagen, observar desde otro ángulo,
para poder ver.
La escritora y el personaje
76
Aida Rebeca Neuah: Lito, decime Lito…
¿extrañás a Luna?
Lito Lusinsky: claro que sí.
A.R.N: ¿por qué entonces no vas a
buscarla?
L.L: tengo miedo. Estoy en el limbo de la
indecisión, gataflorismo puro, una mitad de
mí quiere correr hacia ella y la otra mitad
está paralizada después de lo que me dijo
la última vez.
A.R.N: ¿estás consciente que la podés
perder?
L.L: si, pero no puedo hacer nada.
A.R.N: ¿qué sentís por la morocha?
L.L: me parte el bocho, es una corriente
eléctrica, pasa por dentro. Ella es temor,
es pasión.
A.R.N: ¿si te la encontrás, que hacés?
L.L: le como la boca.
El escritor y el personaje
Daniel Najnsztejn: Luna, ¿podés llegar a
entender lo que le pasa a Lito?
Luna López: de alguna manera sí, aunque
me pone loca pensar en las oportunidades
que se pierden por cagazo. Sé que la vida
es una calesita y no siempre está la sortija
para agarrar. En la vuelta que aparece hay
que tirársele con ganas.
77
D.N: ¿por qué una mujer como vos, que
puede engancharse cualquier tipo, se
busca a alguien tan complejo como Lito?
L.L: viste cuando estás en la playa, en el
mar, con el agua a la cintura digamos,
estás acostumbrada a saltar las olas, ya les
calaste el tiempo, las ves venir y cuando
están ahí, a dos segundos de vos, te
zambullís y la pasas por debajo. Un día, te
descuidas o calculas mal y en vez de
pasarla, la ola te hace pito catalán y te tira
a la mierda. Eso me pasó con Lito, me dejó
sentada de culo y se fue.
D.N: ¿si te lo encontrás, que hacés?
L.L: le como la boca.
Un lugar, Baires. Un reencuentro causal de
dos (las casualidades no existen). Palabras
que se atoran en la garganta y no pueden
salir. Un cruce de miradas. Un dedo que
acaricia una mejilla levantando una lagrima
solitaria. Esbozos de sonrisas de niños
pescados in fraganti después de una
travesura. Luna y Lito. El beso.
Aida Rebeca Neuah
IMAGEN: El beso (Ivan Martinez Valdes)
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Historias de WINNERS (XIX):
¿Final?
Lito y Luna se besaron como nunca antes
lo habían hecho. Un beso interminable,
lleno de gozo y pasión. Un beso que
reflejaba las angustias de ambos seres por
aquello que no fue, por el desencuentro,
por lo perdido. Lito besaba y besaba a
Luna y lloraba, lloraba desconsoladamente
79
aunque para su interior. Su falso machismo
de porteño de ley no le permitía mostrarse
débil frente a Luna. ¿Era ella su estación
terminal? ¿Era esa morocha culo de luna
llena, por quien él tantas veces vibró, la
personificación del amor? ¿Lito realmente
sabía lo que era el amor? ¿Lo había
experimentado alguna vez? Mucha
información para decodificar en esa
eternidad del beso. Eran demasiadas
preguntas para un sólo instante. Un
instante eterno, mágico, de esos momentos
que quedan grabados a fuego en la piel, en
el hígado, en los riñones.
Repentinamente y como en un flash
aparecieron imágenes en la mente de Lito:
su amigo Luciano, su ex mujer, su hija, su
padre, la guerra, el miedo a morir. Lito no
aguantó más y en una explosión de furia
descontrolada mordió los labios de Luna
con tal desesperación que un hilo de
sangre comenzó a correr por esos labios
que ahora eran suyos. Y así como a esos
labios, Lito tomó para sí esa sangre para
luego explotar en llanto, ahora sí para
afuera y escapar corriendo hacia quién
sabe dónde, y por qué. Una vez más Lito
escapaba de sí mismo, pero esta vez
decidido a dar fin a su tormento.
80
Ya en su departamento, agotado,
transpirado, excitado cual animal
recientemente enjaulado procuró aturdirse
con la música y el alcohol. Una botella de
Jack Daniels lo esperaba, llamándolo para
que acabara con ella de una buena vez.
Recordó con una mueca similar a una
sonrisa que fue aquella ucraniana Ludmila
la que le enseñó a beberlo. Y eso es lo que
Lito hizo. Cada trago, prolongado él, traía
un recuerdo: el primero fue para su amigo
Luciano Lerman, el normal, a quien en el
fondo le estaba agradecido por haberse
transformado de algún modo en el
auténtico esposo de su ex mujer. Lito
siempre supo de esta relación, nunca le
importó. Temía perder a su amigo, quien
para él era mucho más importante que
aquella mujer con la cual estaba sólo por
conveniencia. Además le estaba
agradecido, su mujer, gracias a Luciano,
no le hinchaba las pelotas. El segundo
trago, más largo que el anterior tuvo el
sabor de su hija. Aquella hija a la cual
siempre quiso, aunque nunca supo cómo
expresárselo. Esa hija que hoy ya mujer lo
necesitaba y él no sabía o no podía
acercársele. Lito repetía su historia
familiar de silencios, de desamor, que sus
padres habían tenido para con él. Se juraba
81
una y otra vez a sí mismo no hacerlo pero
una fuerza que lo aplastaba y paralizaba al
mismo tiempo lo hacía caer en esa
negrura, en ese abismo. Con el tercer
trago comenzó a sentir una extraña paz.
Veía a su padre que lo llamaba, lo quería
ver, hablar con él, explicarle que del
infierno también se sale como él ¿pudo?
Que esa prisión en la cual vivía se
encontraba sólo en su imaginación y que
cuando quisiera podía terminar con ella.
“Tenés razón viejo, voy a salir de esta cárcel“. El Jack Daniels lucía ya su vacío. Lito se
dirigió a un armario en el cual guardaba
celosamente un arma, que había sido de su
suegro y con el cual éste se había matado,
cuando sus empresas quebraron. Lo apoyó
sobre la cama. Lo tomó con delicadeza
como quien acaricia una virgen. Besó el
arma como se besan los amantes (imaginó
la boca de Luna). Introdujo el caño de la
misma en su boca. El teléfono sonaba. El
timbre de la puerta de calle también…
Daniel Najnsztejn IMAGEN: El Pánico (Patricia Molina Nieves)
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Historias de WINNERS (XX):
Cross Road
LUDMILA
Seguro que es acá, esta música es típica
de Lito. ¡Qué sorpresa se va a llevar
cuando me vea!
Que sonido raro tiene este timbre… ¿Pero
por qué no me abre? ¿Me habrá visto?
Tengo que tranquilizarme, cuento hasta
tres, inspiro profundo y expiro, uno, dos,
tres… expiro, uno, dos, tres…expiro.
- Lito soy yo, Ludmila, abrime por favor…
No me voy de acá hasta que me digas en la
cara que me vaya ¿o no tenés las pelotas
para hacerlo?
- ¿Qué mira señora? No es asunto suyo…
La gente se mete siempre donde no la llaman.
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- Lito sé que estás ahí, abrime, soy yo, tu
“zvezda”. (1)
- ¿Quien sos? ¿Qué carajo querés?
- ¿Cómo quien soy Lito? ¿Qué te pasa?
- ….
- ¿Lito qué hacés? Soltame, me haces
doler, estás borracho…
- ¡Veni para acá!
- Lito, no, dejame, no volví para esto…
Sin querer y sin darme cuenta, estoy acá
desnuda, con Lito dentro mío…Bozhe moi
(2)
- Así no Lito, me estás lastimando...
- Lito, pará, pará, nos están mirando. ¿Y
ésta quién es? Bozhe moi, ¿hace cuanto que esta parada acá mirándonos? Por esa cara de asesina diría que bastante. Mejor me voy y los deje solos. ¿Por qué me pasa todo a mí? (1) zvezda: estrella en ruso. (2) Bozhe moi: Dios mío en ruso.
Gabriela Szuster
LITO
-La puta madre, ni matarse tranquilo te
dejan en este Baires de hoy. Todo me sale
para el orto, ni una buena. ¡Qué grande
que sos polaco!, es así, ni el tiro del final
me va a salir. Y ese timbre que sigue
sonando y la cabeza que se me parte y
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estas ganas de vomitar. También, me
vengo a poner en pedo con esta cagada de
Jack Daniels, que ni siquiera es whisky,
sólo a los yanquis boludos se les puede
ocurrir tomar esta mierda y a mí que le
hice caso a esa rubia con la que me
encajeté en Israel. Esa rusita, ucraniana,
soviética, que carajo importa. Qué yegua
que era y como se movía la guacha. ¡Viva
la Perestroika! Y ese timbre que sigue
sonando y la cabeza que se me parte y
estas ganas de vomitar. El teléfono puto
que no para. Tomá, tomá, tomá teléfono y
la putísima madre que te pario, para que
aprendas, ahora no vas a joder más. ¿Y el
arma ésta, de donde salió? Me volví loco,
loco me volví, me quiero matar, ni yo sé, o
sí, pero si me mato a quién le importa.
¿Alguno va a llorar por mí? A lo mejor el
gallego Antonio, y ese timbre que sigue
sonando y la cabeza que se me parte y
estas ganas de vomitar. “Puaaaj” que asco,
creo que lancé hasta las tripas. Mejor me
quedo así con la cabeza dentro del
inodoro. ¡Qué buena el agua, cómo me
refresca! ¿Y esa voz? Uy, que pedo madre
que tengo, parece la voz de la rubia
comunista. Y la cabeza que se me parte y
mejor abro esa puerta…
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¿Quién sos, qué carajo querés? Te pareces
mucho a una mina que en una época me
partió el balero. ¿Qué te pasa, nunca viste
a un tipo en bolas? No te hagas la Virgen
María que de eso vos no debes tener nada.
¿Qué haces parada ahí como una boluda?
Pasá, dale. ¿Me estuviste hinchando las
pelotas con el timbre y ahora no vas a
entrar? Qué mierda vas a ser Ludmila vos.
Ludmila se quedó en ese agujero del
desierto en el que vivía. Te pareces un
poco nada más. Pero si querés ser
Ludmila, vas a ser Ludmila. Vení conmigo.
Así me gusta, que seas obediente. No sé si
serás la rubia esa pero que tenés las
mismas artes no cabe duda. Seguí mi amor,
que bien que lo hacés. Ahora dejame a mí.
Dejame sentir tu olor, tu sexo, dame de
tomar de tu humedad, dejame oler tu piel,
dejame chuparte, lamerte, abrite dale,
quiero entrar en vos, sí, así, lo haces muy
bien, te moves como la rubia. ¡Carajo, sos
Ludmila!
¿A qué viniste? No te das cuenta que tu
tranvía pasó nena. Yo me enamoré de otra
mina. Una mujer en serio. ¡LUNA! ¿Qué
hacés? pará no te vayas, puedo
explicártelo todo, no me dejes Lunita, me
di cuenta de todo, por favor
NOOOOOOOO…
86
Daniel Najnsztejn
LUNA
Quedé prendida del beso, flotando entre
las nubes y mirando como Lito se iba
corriendo. ¿Qué hacer? Empecé a caminar,
no sabía dónde ir, era un zombi más en
Baires . “Es un cagón, nunca se hizo cargo
de nada y de los afectos menos. Tiene
miedo de que se cumpla lo que desea y no
tenga más remedio que ser feliz. Igual que
todos los chabones, no actúa, él pulula por
la vida, espera que las minas le solucionen
todos los bardos, que lo saquen, que lo
pongan, lo traigan y lo lleven. Quieren una
mamita y cuando encuentran una que los
deja ser, le tienen cagazo”.
Cuando me di cuenta estaba parada frente
al edificio de Lito con el celular en la
mano. “No atiende, claro, sabe que soy yo,
no quiere dar la cara”. Tardé diez minutos
en decidirme a subir. “¿La puerta abierta?
Éste sí que vino alterado”. Entro al living y
me choco con una botella de whisky y una
pistola en la mesa ratona. ¿Qué pasó acá?
Voy a la habitación. El cuarto estaba en
penumbras pero se distinguían claramente
dos bultos que se movían acompasados.
Abro los ojos, reconozco a Lito, mi Lito. El
tiempo se congeló y un cuchillo imaginario
87
me desgarró el pecho dejándome sin
respiración. Duele. Ver a tu hombre, él que
amas, con otra, te desgarra por dentro,
más cuando sabes que te quiere. Duele. Un
segundo, cien o quizás una hora, no sé
cuanto pasó. Entré y descorrí las cortinas
dejando entrar el reflejo de la luna llena.
Me vio. Su cara de horror asustaba. Me
senté al costado de la cama y en ese
momento fui otra y la misma, un espíritu
me invadió, una fuerza se apodero de mí,
un poder nacido de la tristeza, de la
frustración y del sufrimiento.
“- Ay Lito, pobre Lito, rodando por la vida queriendo ser amado y cuando lo consigue no se lo banca. Mucho trabajo dejar de ser un perdedor y ponerse a construir algo. Él, que se la pasa llorando por lo que se fue y lo que no tuvo. Mejor, siempre es mejor y sobre todo más cómodo echarles la culpa a los otros. Escuchame bien amorcito, hay gente, pobre gente, que nunca llega a sentir lo que yo siento por vos. Pasan por la vida, no viven. Yo soy una mina afortunada. Y ¿querés que te diga la verdad? vos también sos un tipo afortunado, a pesar de que lo hayas mandado todo al carajo por cobarde, por cagón y por poco hombre. Querete un poco a vos mismo, pelotudo. sos tu peor
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enemigo y te vas a quedar solo. ¿Qué tal nena? en este sencillo acto te entrego a la joyita, disfrutala”. Arranqué el velador del enchufe y lo
estrellé contra el vidrio de la ventana que
se hizo añicos y lloré, como lloré, salí
corriendo y después… después seguí
llorando.
Neuah Rebeca Aida IMAGEN: Villacampa Nestor. Intencions
Segones
Un tiempo después:
Otro cumpleaños de Ludmila, otra vez
sentada en “Zamak”, otra vez sola, otra
vez vodka, otra vez mirando a ese hombre
que la observaba sin disimular,
sonriéndole. Pensando en las ironías de la
vida, en como suceden las cosas, ciclos,
que empiezan y terminan, para volver a
comenzar. Ludmila sonrió para si misma,
se levantó, y se fue. No quiero repetir la historia. Laryssa me está esperando en casa.
Una tanguería y Luna sentada en la barra.
-Te imaginas Pedro, mi mejor alumna
resulto ser la hija de la mina esa, el mundo
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es un pañuelo. No… Todavía no estoy para
empezar a bailar, un tiempito más y
arranco. Creo que hoy doy por terminada
la noche acá. Luna apuró el trago, agarró
la cartera y salió caminando con paso
firme… la calle olía a tormenta, en
cualquier momento se largaba. Y así,
porque todo pasa exactamente en el
momento que tiene que pasar, la vida de
Luna tomó una curva o siguió derecho,
quién sabe la diferencia. En un instante,
varias cosas, una señal, el cielo empezó a
llorar, ella
90
alzó las manos para disfrutar del agua y
giró lento y lo vio. Un señor, lindo,
precioso, en un charco de agua, todo
salpicado de barro, cayendo apurado y
riendo a carcajadas.
Ya lo sé gallego, soy un boludo, decímelo,
no me ofendo, todo lo que toco lo cago.
Tengo el cerebro en la pija. Viene la rubia
desde Israel no por mí, sino a buscar a su
hija que andaba por aquí y a mí no se me
ocurre mejor idea que cogerla. ¿Me querés
decir para qué? La perdí gallego, a Luna la
perdí para siempre. Lo mío no tiene
retorno. Hay infiernos de los que no se
vuelve jamás. Y yo hace tiempo que vivo
dentro de él. Estoy como el indio aquél de
Atrapado sin Salida. ¿Te acordás? Qué
mierda te vas a acordar, si vos la última
película que habrás visto es Marcelino, Pan
y Vino. No te chives gaita, fue una joda.
Encima esta lluvia otra vez, cada vez que
llueve me acuerdo de ella. Gaita, decime,
¿no es esa? ¿Qué hago, voy? Gracias
hermano, esta vez no se me escapa.
¡Quisiera ser un pez…! Otra vez la
morocha del culo de luna llena, otra vez la
lluvia. Lito, Luna, la corrida, la caída, el
barro, las risas… el amor.
FIN
91
Historias de WINNERS ha terminado formalmente pero en la práctica esto no es así. Historias de WINNERS no ha sido una novela en el término que pueda aplicarse a dicho género. Historias de WINNERS es un corte en la vida de tres seres anónimos, como cualquiera de nosotros, con todas sus miserias al descubierto, luchando por sobrevivir de acuerdo a sus posibilidades. Luchando contra sus fantasmas, que también son los nuestros. Y tratando de crecer a pesar de todo. Si en algún tramo de la historia ustedes amigos lectores se han sentido identificados en alguna situación nuestro objetivo se ha cumplido. Por nuestra parte nos sentimos muy satisfechos con la tarea, que por primera vez realizamos como es la escritura en conjunto de tres individuos, cada uno con sus características, cada uno a su manera, pero que juntos pudieron amalgamar un todo. ¡GRACIAS A TODOS Y HASTA LA PRÓXIMA! Los Escritores (Aida Rebeca Neuah, Daniel
Najnsztejn y Gabriela Szuster)
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