Hoja Dominical - 7° Domingo de Pascua

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Tono 6º - Santos Padres del 1er Concilio

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…porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he

sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están

en el mundo; yo voy a Ti. ¡Oh Padre Santo!, guarda en tu Nombre a los

que me has dado, para que sean uno, así como Nosotros. Cuando estaba

con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu Nombre; a los que me has

dado, yo los guardaba, y ninguno de ellos se ha perdido, salvo el hijo de

la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a Ti, y

digo esto en el mundo, para que tengan en sí mismos mi alegría en su

plenitud.

Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.

CONFESIÓN DE FE - Extracto del Synodikon, en el año 843.

“Como los Profetas lo han sostenido. Como los Apóstoles han enseñado. Como

la Iglesia lo ha recibido. Como los maestros han dogmatizado. Como el

universo ha acordado. Como la Gracia ha mostrado. Como la Verdad ha

revelado. Como la falsedad se ha disuelto. Como la Sabiduría ha presentado.

Como Cristo ha conferido. Así nosotros declaramos. Así nosotros afirmamos.

Así nosotros predicamos a Cristo nuestro Verdadero Dios, y honramos a sus

Santos en las palabras, las Santas Escrituras, los pensamientos, los sacrificios,

en la Iglesia, en los Santos Iconos; por una parte adorado y reverenciando a

Cristo como Dios y Señor; y por otra parte honrando como los verdaderos

siervos del mismo Señor de todos y ofreciéndoles por lo tanto veneración”.

“ÉSTA ES LA FE DE LOS APÓSTOLES, ÉSTA ES LA FE DE LOS PADRES,

ÉSTA ES LA FE DE LOS CRISTIANOS ORTODOXOS, ÉSTA ES LA FE QUE

HA ESTABLECIDO EL UNIVERSO”.

Diócesis de México Iglesia Ortodoxa en América

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Catedral Ortodoxa La Ascensión del Señor

Domingo de los Santos Padres del Primer Concilio

Ecuménico

En el séptimo domingo después de Pascua se

conmemora a los Santos Padres que participaron

del Primer Concilio Ecuménico de la Iglesia

realizado en el año 325, convocado y organizado

por el Emperador Constantino el Grande y que

reunió a 318 obispos de Europa, África y Asia,

las que eran entonces partes del Imperio

Bizantino. Este concilio se organizó debido a las

malas doctrinas enseñada por el diácono libio

Arrio, que rechazaba la Divinidad de Cristo. En

efecto, contra la enseñanza de la Iglesia, Arrio

sostenía su propia opinión de que Cristo no es

Dios diciendo que “era una criatura, no siendo

consubstancial al Padre y que tampoco era eterno, que no tenía el mismo

grado divino y que sólo de un modo alegórico se le llamaba Hijo de Dios”.

Esta herejía produjo una división en el pueblo Cristiano, y el Emperador

conociendo esto envió a Osio, Obispo de Córdoba (en la actual España), para

interiorizarse del asunto. Informado el Emperador por Osio, determinó

convocar a un Concilio en la plaza central del palacio Imperial de la ciudad

de Nicea de Bitinia. Se destaca la presencia en este concilio de un grupo

numeroso de Padres que, por su fe, dieron un ejemplo vivo de vida en Cristo,

como san Nicolás de Mira, san Espiridión de Trimitós, san Macario de

Jerusalén, y san Atanasio el Grande, el que en ese entonces, era sólo diácono.

En este Concilio se condenó la herejía de Arrio, y se establecieron los primeros

siete artículos del Credo. En el mismo están presentadas, con breves pero exactas

palabras, las verdades fundamentales de la fe ortodoxa. El Concilio se encargó

también de unificar la celebración de la Pascua Cristiana, tanto en cuanto a su

contenido central, cuanto en relación con la fecha de su celebración. Fue también

a partir de este Primer Concilio Ecuménico que se estableció la idea de que para

ser ortodoxo se debía conservar y defender la fe y la doctrina del Concilio

Ecuménico, al que se reservó definitivamente el llamado magisterio, la voz del

Espíritu Santo.

La fecha de la Pascua fue definida como el primer domingo después de la

primera luna llena de la primavera (en el hemisferio Norte). Esta fecha es muy

cercana al décimo cuarto día del mes hebreo de Nisán. En caso que la fecha así

determinada coincida o se anticipe a la celebración de la Pascua hebrea (14 de

Nisán), la Pascua Cristiana debe postergarse en una semana para conservar la

analogía de la sucesión de los hechos históricos. Esta prescripción es seguida por

nuestra Iglesia hasta hoy.

7° DOMINGO DE PASCUA

TROPARIO DE LA RESURRECCIÓN – Tono 6°

Coro: Las potestades angelicales estaban ante Tu tumba, / y los que te vigilaban

cayeron como muertos, / y María entrando en Tu sepulcro, / buscaba Tu Purísimo

Cuerpo. / Te despojaste del infierno sin ser entrampado por el. / Descendiste al

encuentro de La Virgen dando vida, Oh Señor, / que de entre los muertos resucitaste, /

Gloria a Ti. //

TROPARIO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR – Tono 4º

Coro: Has subido en gloria, Cristo Dios nuestro, / después de alegrar a tus discípulos /

por el anuncio del Espíritu Santo; / fueron confirmados por tu bendición, / pues eres el

Hijo de Dios, / el Redentor de nuestras almas. //

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

TROPARIO DE LOS SANTOS PADRES DEL 1er. CONCILIO ECUMÉNICO – Tono 6°

Coro: ¡Glorificado eres Tú oh Cristo Dios nuestro, / que cimentaste a los Santos Padres

en la tierra como astros, / por los cuales nos dirigiste a la verdadera fe! / ¡Oh

Misericordioso, gloria a Ti! //

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén

CONTAQUIO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR - Tono 6°

Coro: Habiendo cumplido la dispensación divina para con nosotros / y habiendo

reunido a los habitantes de la tierra con los del cielo, / has subido al cielo en gloria,

Cristo Dios nuestro, / para no alejarte jamás de él, / sino para vivir allí eternamente; / y

dices a los que amas: / Estoy con vosotros y nadie prevalecerá contra vosotros. //

Diácono: Atendamos.

Sacerdote: Paz a todos.

Lector: Y a tu espíritu.

Diácono: Sabiduría.

Lector: PROQUIMENO en el Tono 6°

Lector: Oh Señor, salva a Tu pueblo, y bendice Tu heredad; Tu heredad.

Coro: Oh Señor, salva a Tu pueblo, / y bendice Tu heredad; / Tu heredad. //

Verso: A Ti clamaré, oh Señor mi fortaleza; no guardes silencio para mí.

Coro: Oh Señor, salva a Tu pueblo, / y bendice Tu heredad; / Tu heredad. //

Verso: Oh Señor, salva a Tu pueblo.

Coro: Y bendice Tu heredad; / Tu heredad. //

Diácono: Sabiduría.

ECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS

APÓSTOLES. (Hechos. 20: 16 – 18, 28 - 36)

Diácono: Atendamos.

Hermanos: En aquellos días, Pablo había resuelto pasar de largo por Éfeso,

para no perder tiempo en Asia. Se daba prisa, porque quería estar, si le era

posible, el día de Pentecostés en Jerusalén. Entonces desde Mileto envió a

llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso. Cuando llegaron donde estaba él,

les dijo: Tengan cuidado de ustedes y de toda la grey, en medio de la cual los

ha puesto el Espíritu Santo, como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios,

que Él adquirió con su propia sangre. Yo sé que, después de mi partida, se

introducirán entre ustedes lobos crueles que no tendrán piedad del rebaño; y

también que de entre ustedes mismos se levantarán hombres que hablarán

cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de ellos. Por lo tanto,

vigilen y acuérdense que durante tres años no he cesado de amonestarlos día

y noche con lágrimas a cada uno de ustedes. Ahora, hermanos, los

encomiendo a Dios y a la Palabra de su Gracia, que tiene poder para

edificarlos y darles la herencia con todos los santificados. Yo de nadie

codicié plata, oro, ni vestido. Ustedes saben que estas manos proveyeron a

mis necesidades y a las de mis compañeros. En todo les he enseñado que es

así; trabajando, como se debe socorrer a los débiles, y que hay que tener

presentes las palabras del Señor Jesús, que dijo: Mayor felicidad hay en dar

que en recibir. Dicho esto, se puso de rodillas y oró con todos ellos.

Sacerdote: Paz a ti.

Lector: Y a tu espíritu.

Diácono: Sabiduría.

Lector: ALELUYA, en el Tono 6°

Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Lector: El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.

Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Verso: Diré yo al Señor, Esperanza mía y Castillo mío, mi Dios, en el confiaré.

Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Diacono: Sabiduría. Estemos de pie, escuchemos el Santo Evangelio.

Sacerdote: Paz a todos.

Coro: Y a tu espíritu.

ECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN

SAN JUAN. (Juan. 17: 1 – 13)

Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.

Sacerdote: Atendamos.

En aquel tiempo: Jesús alzando los ojos al cielo dijo: ¡Padre!, ha

llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a Ti.

Y que según le has dado poder sobre toda carne, dé también vida

eterna a todos los que le diste. Ésta es la vida eterna: Que te conozcan

a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo

te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me

encomendaste. Ahora glorifícame, ¡oh Padre!, junto a Ti, con la gloria

que tenía a tu lado antes que fuese el mundo. He manifestado tu

Nombre a los hombres que del mundo me has dado. Tuyos eran, y me

los has dado, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo

lo que me has dado, viene de Ti, porque las palabras que me diste, se

las he dado; y ellos las han recibido y han conocido verdaderamente

que vengo de Ti, y han creído que Tú me enviaste. Yo ruego por ellos,

no ruego por el mundo, sino por los que me has dado…

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