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Sonia L. Lanzelotti y Gabriel E. Acuña Suarez (editores)
FLORENTINO AMEGHINO EN MERCEDES HOMENAJE EN EL
CENTENARIO DE SU FALLECIMIENTO
Ficha Catalográfica Florentino Ameghino en Mercedes. Homenaje en el centenario de su fallecimiento / Gabriel E. Acuña Suárez...[et.al.]. - 1a ed. - Mercedes : MCA Libros, 2014. E-Book. ISBN 978-987-33-6514-0 1. Investigación Histórica. 2. Ameghino, Florentino. Biografía. 3. Historia de la Ciencia. I. Acuña Suarez, Gabriel E. CDD 907.2 Fecha de Catalogación: 3/12/2014 Esta obra fue editada en el marco del Proyecto de Investigación titulado "Arqueología del partido de Mercedes y sus alrededores" acreditado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (PRI 2012-2014) bajo la dirección de la Dra. Sonia L. Lanzelotti y el Lic. Gabriel E. Acuña Suarez, y registrado en la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural de la provincia de Buenos Aires. La edición de esta obra contó con el apoyo de la Dirección de Cultura y Educación de la Municipalidad de Mercedes y de la Asociación de Amigos del Museo "Carlos Ameghino". Portada: Arriba: Documento del año 1876, del acervo de la Escuela N°2 de Mercedes, firmado por Florentino Ameghino y Luis Traverso (tomado de Lanzelotti y Acuña Suarez, en esta obra). Abajo: Foto de la Avenida Mercedes, actual calle 29 de la ciudad de Mercedes, del Álbum de Carlos Leopoldo Lowther (tomado de Dagnino, en esta obra). Primera edición: diciembre de 2014 MCA Libros Museo Municipal de Ciencias Naturales "Carlos Ameghino" (MCA) Calle 26 N° 512 (6600) Mercedes, Buenos Aires Argentina mameghino@mercedes.gob.ar Hecho el depósito que marca la ley 11.723. Permitida su reproducción total o parcial con permiso expreso de los editores. Editado en Argentina © Copyright de los autores.
FLORENTINO AMEGHINO: UN SIGLO DE ESTRATIGRAFÍA PAMPEANA
Eduardo Pedro Tonni
RESUMEN Tomando como ejemplo el cuadro estratigráfico y cronológico generado por Florentino Ameghino en
1889, se analiza el significado de los distintos términos estratigráficos a lo largo del tiempo hasta el
presente. Desde la segunda mitad del siglo XIX, se desarrolló un esquema estratigráfico con base
bioestratigráfica, siguiendo los lineamientos de la época y considerando las características de las
secuencias sedimentarias del Mioceno Tardío a la actualidad, representadas en la región pampeana de la
Argentina. Sin embargo, a partir de la década de 1960, como consecuencia del desarrollo y uso de las
“Edades mamífero”, el interés en llevar adelante esquemas bioestratigráficos en consonancia con la
moderna práctica de la disciplina, disminuyó notablemente. Desde la década de 1990 comenzaron a
realizarse nuevas e intensas prospecciones paleontológicas en distintas secciones aflorantes en la región
pampeana, lo que dio por resultado el actual esquema cronoestratigráfico/geocronológico con base
bioestratigráfica.
Palabras clave: Ameghino , Estratigrafía, Cenozoico superior, Argentina.
INTRODUCCIÓN
LA LABOR de Florentino Ameghino, que comenzó a desarrollarse promediando la
segunda mitad del siglo XIX, incluyó entre otros resultados singulares el establecimiento
de una escala cronológica para el Cenozoico Superior continental. Esta escala se basó en el
estudio de las secuencias estratigráficas portadoras de mamíferos representadas en
afloramientos de la región pampeana, especialmente de la provincia de Buenos Aires.
Claro está que en este aspecto la obra de Ameghino contó con antecedentes importantes,
algunos de los cuales son comentados en los aportes de Tonni y Pasquali (2006) y Tonni et
al. (2008).
En esta nota se hará una síntesis histórica de la estratigrafía de la región
pampeana, tomando como base el esquema generado por Florentino Ameghino (1889,
1908) que con modificaciones, ha llegado hasta la actualidad. Se analizará
______________________________________ División Paleontología de Vertebrados, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional
de La Plata, Paseo del Bosque s/n°, (1900), La Plata, Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico:
eptonni@fcnym.unlp.edu.ar
Eduardo P. Tonni
asimismo, el significado de los distintos términos a lo largo del tiempo y en el presente.
LA ESTRATIGRAFÍA PAMPEANA
El químico, zoólogo y geólogo alemán Adolf Doering integró el Comité Científico
que acompañó al ejército en la expedición dirigida por el General Julio Argentino Roca en
el año 1879. Doering (1882) describió los depósitos sedimentarios que observó, a los que
reunió en catorce “horizontes geológicos” o “pisos”. Su esquema estratigráfico incluye la
clasificación de los sedimentos superficiales de la región pampeana, que subdivide en
“formación araucana”, “formación pampeana”, “formación querandina” o “post-pampeana”
y “formación ariana” (Doering 1882:499). A su vez las “formaciones” son subdivididas en
“pisos” sobre la base de fósiles característicos. En la “formación araucana” incluye al “piso
puelche o sub-pampeano”, sin caracterización faunística. La “formación pampeana”
incluye al “piso pampeano inferior” caracterizado por “Typotherium”, al “piso eolítico” con
“Equus” y al “piso pampeano lacustre”, con “Paludestrina Ameghini”. Dentro de este
esquema, la “formación querandina” incluye a los “pisos” querandino” y “platense”, y la
“formación ariana” sólo al “piso ariano”.
La clasificación de Doering fue la base para la que propuso Florentino Ameghino en
su obra de 1889 (Figura 1), la que irá modificando parcialmente para concluir en el que
será su aporte definitivo, el esquema publicado en su obra sobre las formaciones
sedimentarias del sudeste bonaerense (Ameghino, 1908; Figura 2).
Son varias las modificaciones de Ameghino (1889) al esquema de Doering. Así, la
“formación araucana” incluye al “piso hermósico” subyacente al “piso pehuelche”
(“puelche” de Doering); el “piso pampeano inferior” de Doering es el “piso” (“horizonte”)
“ensenadense”, caracterizado por la fauna procedente de los sedimentos dejados al
descubierto durante las excavaciones para el puerto de la ciudad de La Plata en “la
Ensenada”. Ameghino denomina “piso pampeano superior o bonaerense” probablemente
al “piso eolítico” de Doering, mientras que mantiene la denominación de Doering de “piso
pampeano lacustre ó lujanense”; respecto de este último debe señalarse que “piso
pampeano lacustre” había sido utilizado previamente por Ameghino (1881). En el
esquema comentado de 1889, Ameghino introduce una nueva unidad entre el
“ensenadense” y el “bonaerense” a la que denomina “piso pampeano medio ó belgranense”
(Ameghino 1889:31-32) a la que describe como un conjunto de sedimentos marinos que
se extienden a lo largo de la costa del Río de La Plata y que se correlacionan hacia el
interior con un “belgranense” continental. En lo que antecede
se observan términos que en la actualidad son de uso formal en las
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Florentino Ameghino: un siglo de estratigrafía…
Figura 1. “Las Formaciones Cenozoicas de la República Argentina”. Fragmento del esquema publicado
por Ameghino (1889).
clasificaciones estratigráficas. Tal es el caso de “formación” y “piso”. Se verá como a fines
del siglo XIX y comienzos del XX estos términos tenían significados diferentes a los
actuales.
Ameghino (1908) señala que “…formación Pampeana…[son] los depósitos de
transporte subaéreo de la llanura Argentina, caracterizados por la mastofauna designada
con el nombre de fauna Pampeana” (Ameghino 1908:365). Esta frase demuestra
claramente que desde el punto de vista de la terminología estratigráfica en uso, una
“formación” era definida a partir del contenido fosilífero, y la litología no constituía el
elemento principal ni el único de la definición. Por su parte, el “piso” (“horizonte” o
“subformación”) no era más que una subdivisión de la “formación” y no difería
mayormente, en cuanto a su reconocimiento, de las unidades bioestratigráficas actuales.
Respecto al uso de estos términos en Europa, señala MacLeod (2005) que “piso” o “zona”,
fueron utilizados indistintamente por d’Orbigny -entre 1842 y 1851- como una
subdivisión, basada en amonites, de los estratos del Jurásico. Poco después, en la década
de 1850, Albert Oppel define la “zona” como ‘the constant and exclusive
occurrence of certain species [that] mark themselves off from their neighbours
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Eduardo P. Tonni
Figura 2. El esquema de Ameghino de 1908.
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Florentino Ameghino: un siglo de estratigrafía…
Figura 3. Correlación de la secuencia estratigráfica pampeana con eventos climáticos en Europa y la región patagónica, según Frenguelli (1957).
as distinct horizons’ (MacLeod 2005:2). Esta definición retrotrae a más de un siglo y medio
la definición moderna de zona bioestratigráfica. Queda claro entonces que Ameghino
seguía, como la mayor parte de los autores de la época, los conceptos desarrollados, entre
otros, por Oppel (1856-1858).
Cuando a mediados del siglo XX, Frenguelli expone su esquema estratigráfico
(Frenguelli 1950, 1957) lo hace agrupando los nombres de Ameghino en “series” y “pisos”,
sin que ello signifique el uso de categorías formales de la clasificación cronoestratigráfica
(time-stratigraphic units), como fue definida por Schenck y Müller (1941) y adoptada por
los códigos estratigráficos, incluido el argentino (CAE 1992). Frenguelli pone mayor
énfasis que Ameghino en las descripciones litológicas. Por ejemplo, cuando se refiere al
“Ensenadense” destaca que “…está constituido por un espeso horizonte de limos
loessoides…Su base generalmente se estratifica en capas irregulares…arenosas, arcillosas
o conglomerádicas. Más arriba, pierde todo vestigio de estratificación y se compone de un
limo más o menos conglomerádico…” (Frenguelli, 1957:40). Sin embargo, el mayor
cuidado en las descripciones litológicas y en el análisis genético de los depósitos, no deja
de lado la utilización del contenido paleontológico como herramienta
cronológica. Así, siempre refiriéndose al “Ensenadense”, expresa
“Particularmente su mitad superior encierra restos fósiles de numerosos
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Eduardo P. Tonni
mamíferos, en su máxima parte hoy extinguidos…” ( Frenguelli 1957: 41), proporcionando
a continuación una completa lista de tales mamíferos que en su mayoría son los que
Ameghino (1889) utiliza para caracterizar al Ensenadense y que en la actualidad -con
adiciones y correcciones- lo siguen caracterizando (véase Cione y Tonni 2005).
Adicionalmente, y no menos importante, es la correlación que establece Frenguelli (1950,
1957) entre los depósitos sedimentarios de la región pampeana y los eventos climáticos
globales (Figura 3).
Por su parte, el esquema estratigráfico de Jorge L. Kraglievich (1952) sigue la
clasificación de Ashley et al. (1933) que a su vez es recogida en la terminología
estratigráfica de Schenck y Müller (1941), donde se definen las modernamente
denominadas unidades litoestratigráficas (“rock stratigraphic units” de Schenck y Müller
(1941)). Sin embargo, las Formaciones de Kraglievich están definidas por supuestas
discordancias más que por la litología y, por lo tanto, siguiendo a Cione y Tonni (1995)
representarían unidades separadas por discontinuidades. Zárate (1989) sostiene que
estas unidades son biozonas, aunque Kraglievich no las caracterizó por su contenido
paleontológico a pesar de haber reunido una importante colección que nunca dio a
conocer. Teruggi et al. (1957) demostraron la ausencia de caracteres mineralógicos
significativos y discriminantes entre las distintas unidades de la secuencia estudiada. Lo
cierto es que el esquema de Kraglievich fue utilizado por autores posteriores, siguiendo las
asignaciones temporales que estableció para cada una de las unidades, aún fuera del área
tipo. De tal forma, esas supuestas unidades litoestratigráficas incluyeron el concepto
Figura 4. Fragmento de las “Edades del Cenozoico mamalífero” y sus correlaciones, según Pascual et al.
(1965).
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Florentino Ameghino: un siglo de estratigrafía…
temporal que por definición no poseen.
En la publicación de Wood et al. (1941) que aparece en la misma revista y volumen
que el aporte ya citado de Schenck y Muller (1941), se formaliza un esquema para la
estratigrafía continental norteamericana basado en las "Edades mamífero" (originalmente
"Provincial ages", actualmente, "Land Mammal Ages"). Este enfoque fue adaptado para
América del Sur por Pascual et al. (1965; Figura 4), siguiendo la propuesta de Savage
(1962). Los aspectos teóricos bajo los cuales se desarrolló el paradigma de las “Edades
mamífero”, fueron examinados por Cione y Tonni en varios trabajos (para una síntesis
véase Cione et al. 2007). Para Woodburne (1987) las “Edades mamífero” no son unidades
geocronológicas formales (es decir, basadas en Pisos). Sin embargo, Cione y Tonni (1995)
consideran que no hay una distinción esencial entre aquéllas y las edades formales. Las
“Edades mamífero” aparecen como edades formales definidas de una manera menos
precisa que las edades basadas en Pisos definidos en secuencias marinas. Las “Edades
mamífero” de América del Sur están en realidad basadas en Pisos continentales
pobremente definidos de acuerdo con los requerimientos actuales en geosistemática
(Cione y Tonni 1995). Simpson (1971), en un aporte soslayado por la literatura específica,
señala con claridad que “Aun en los casos en que los mamíferos son usados para definir las
edades, las rocas son referidas a pisos sobre la base de sus mamíferos fósiles; los taxa de
las edades y de los pisos son geocronológicos y cronoestratigráficos, respectivamente…”
(Simpson 1971:289). Luego señala que “Es asimismo cierto que algunos géneros
confinados a una determinada edad…pueden cambiar su reconocida extensión temporal
por ulteriores hallazgos. Decir entonces que no debiéramos definir edades y pisos en estos
términos sería como decir que no debiéramos intentar la práctica de una ciencia
estratigráfica” (Simpson 1971:289). Concluye Simpson diciendo que “La clasificación toda
de pisos y edades alcanzada hasta el momento tuvo su origen en Argentina y toda su
nomenclatura ha derivado de nombres geográficos argentinos”… “Es muy probable, pues,
que la clasificación argentina resulte aplicable a una provincia que comprende todo
América del Sur” (Simpson 1971:295-296).
Si bien Simpson (1971) dejó en claro que la clasificación en uso en la Argentina
involucra a unidades de las clasificaciones cronoestratigráfica y geocronológica, la
propuesta de Wood et al. (1941) permaneció vigente con variantes, para las secuencias
mamalíferas continentales cretácicas y cenozoicas de las Américas e incluso de Europa
(véase la discusión en Cione et al. 2007). Este uso no implicó un reconocimiento formal ya
que, a pesar de los años transcurridos desde la propuesta original, los términos "Edad
provincial" o "Edad mamífero" no han sido incluidos en códigos ni guías. Al respecto, el
Código Argentino de Estratigrafía (CAE 1992) señala que “Los pisos basados en
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Eduardo P. Tonni
vertebrados y plantas son de la misma clase que los fundados en otros grupos de
organismos fósiles… Para los acontecimientos paleobiológicos se ha aplicado la
denominación de ‘edad’ (por ej.: Edad Mamífero Riochiquense), cuyo uso no se
recomienda” (CAE 1992:47). El actual esquema cronoestratigráfico / geocronológico con
base bioestratigráfica (véase Cione y Tonni 2005; Tonni 2009; Figura 5) surge como
consecuencia de que a partir de comienzos de la década de 1990 se realizaron nuevas e
intensas prospecciones paleontológicas en distintas secciones aflorantes en la región
pampeana. El resultado fue una nueva colección de mamíferos fósiles, que incluye taxones
ya conocidos y otros nuevos, todos ellos con procedencia estratigráfica precisa. Por otra
parte se procedió, a través de la labor de varios especialistas, a reexaminar colecciones
prexistentes en distintas instituciones [véase por ejemplo los trabajos incluidos en Tonni y
Cione (eds.) 1999; Soibelzon et al. 2005; y bibliografía citada en Cione et al. 2007)]
concluyéndose en la depuración de los listados faunísticos y estableciéndose los primeros
y los últimos registros de los taxones involucrados. Con ese conocimiento, se diseñó un
esquema bioestratigráfico para los sedimentos del Mioceno Superior basal al Holoceno en
la región pampeana. La última revisión de este esquema (Cione y Tonni 2005) incluye 11
biozonas (Zonas de Asociación, o alternativamente Zonas de Intervalo, véase CAE 1992)
para el lapso considerado, las que representan la base bioestratigráfica para el
reconocimiento de otros tantos Pisos y Subpisos que constituyen la base material
(cronoestratigráfica) que sustenta a las correspondientes Edades y Subedades. Aportes
recientes como los de Verzi et al. (2008) y Tomassini (2012) modificaron parcialmente el
esquema propuesto por Cione y Tonni (2005).
Cione et al. (2007; véase también Tonni 2009), consideran que las unidades
bioestratigráficas, cronoestratigráficas y geocronológicas, representan niveles de
abstracción creciente. Estas entidades no son “reales”, es decir, no son parte de la
naturaleza. De estas tres, las unidades bioestratigráficas son las que poseen mayor
cantidad de caracteres objetivos observables en el campo, como por ejemplo la
distribución espacial de los fósiles. Las unidades cronoestratigráficas están basadas en un
carácter no observable (el tiempo del depósito) y es por ello que el reconocimiento de este
carácter descansa en la distinción de otras unidades como biozonas y magnetozonas, o en
las dataciones absolutas (por ejemplo, radimétricas, OSL). Por último, las unidades
geocronológicas no son estratigráficas y constituyen abstracciones que representan un
tiempo pasado (el tiempo geológico). Las unidades cronoestratigráficas son la
materialización de ese tiempo geológico de manera que -como se comprenderá- es
necesario definirlas previamente. Odin et al. (2004) sugieren la utilización de
una única escala cronológica, rechazando las diferencias entre las escalas
cronoestratigráfica y geocronológica.
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Florentino Ameghino: un siglo de estratigrafía…
Figura 5. Cronología del Mioceno Superior al Holoceno de la región pampeana de la Argentina, sus correlaciones con América del Norte y la región del Mediterráneo europeo y los principales eventos
faunísticos en el sur de América del Sur vinculados al Gran Intercambio Biótico Americano (modificado de Tonni 2009).
CONCLUSIONES Desde fines del siglo XIX, especialmente a través de la labor de Florentino
Ameghino, se desarrolló en la Argentina un esquema estratigráfico con base
bioestratigráfica. Ello fue consecuencia tanto de las prácticas estratigráficas en uso
especialmente en Europa en la misma época, como de las características de las secuencias
sedimentarias del Mioceno tardío a la actualidad, representadas en el área pampeana
oriental de Argentina. En estos sedimentos se reconoce una
secuencia bioestratigráfica casi continua que constituye la base de la
escala cronológica sudamericana. Es allí donde se pueden establecer adecuadas
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Eduardo P. Tonni
relaciones de superposición, de primeros y últimos registros, así como de abundancia
relativa de taxones.
Sin embargo, como consecuencia del desarrollo y uso de las “Edades mamífero” a
partir de mediados de la década de 1960, el interés en desarrollar esquemas
bioestratigráficos en consonancia con la moderna práctica de la disciplina, no prosperó o
al menos disminuyó notablemente. La ausencia de una bioestratigrafía cuidadosamente
documentada, tuvo consecuencias en la comprensión de procesos fundamentales en la
evolución de la fauna sudamericana del epílogo del Cenozoico. Algunos aspectos de
procesos tales como el Gran Intercambio Biótico Americano fueron incorrectamente
interpretados, fundamentalmente en lo referido a la supuesta interacción entre la fauna
holártica y la autóctona (véase al respecto Woodburne et al. 2006; Wooodburne 2010).
Para revertir esa situación debe continuarse con la realización de mucha tarea de campo a
los fines de establecer los estratotipos de límite de las unidades bioestratigráficas y
cronoestratigráficas. Ciertamente, esto debe estar asociado a adecuados estudios
sistemáticos, que son los que constituyen la base de una bioestratigrafía sólida.
Como señalaron Cione et al. (2007), es evidente que para todas las secuencias
mamalíferas en el mundo, se observa un interés cada vez más grande en desarrollar
esquemas bioestratigráficos que permitan identificar adecuadamente secuencias que
puedan ser datadas y correlacionadas con la mayor certeza posible.
AGRADECIMIENTOS
A la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y a la Facultad de Ciencias
Naturales y Museo, UNLP, por el apoyo financiero.
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acantilados marinos comprendidos entre Playa San Carlos y el arroyo
Chapadmalal, partido de General Pueyrredón, provincia de Buenos Aires.
Tesis Doctoral inédita. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad
Nacional de La Plata.
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