Ideas, No Hombres

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Brevísimo escrito sobre la democracia en relación a dos sucesos actuales en latinoamerica e in memoriam a Carlos Gaviria Díaz.

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  • Ideas, no hombres

    Todos en algn momento de nuestras vidas, hemos tendido a llevar las faltas y errores de

    los individuos a ser parte de una caracterizacin de los mismos, es decir, a volver a las

    personas el adjetivo de aquello que a nuestro parecer hicieron mal, una o ms veces; esto

    sin lugar a duda es algo que se presenta a diario entre todos nosotros y un ejemplo muy

    simple puede ser la palabra bruto que dependiendo de la frecuencia con que se diga a

    alguien, termina por ser automticamente la mejor palabra para describirlo y representarlo;

    esto, como pueden ver, no es solo injusto sino que adems limita la capacidad de la persona

    para dar a entender una cosa, pues la sociedad al haberlo caracterizado como algo, no

    puede entender qu de inteligente puede decir alguien ya considerado como bruto; lo

    anterior es una manera muy simple de explicar algo que est pasando hoy da, a saber, la

    defensa de muchas personas del mundo al rgimen de Nicols Maduro en Venezuela y el

    rechazo a las sanciones y peticiones de Obama con respecto a los derechos humanos y a

    una democracia activa -que no persiga a la oposicin-. La posicin de dichas personas,

    puede parecer justa a simple vista, dada la historia blica norteamericana y su tenacidad

    para meterse en asuntos extraterritoriales, al punto de terminar violando la soberana de

    los pases y estallando en guerras con fines dudosos. Ahora bien, considerando las

    demandas norteamericanas, como un llamado a la democracia, quisiera hablar de un libro

    que quiz explique mejor que ninguno su importancia, y es: el valor de la democracia, de

    Amartya Sen; el autor de este libro premio Nobel de economa en 1998- seala en sus

    primeras pginas que es aceptable el escepticismo en cuanto a la labor estadounidense por

    instaurar a corto plazo la democracia en Iraq, pero que sera un gran error ser escptico

    en cuanto a la posibilidad general y ms aun a la necesidad de este pas y de otros

    similares, de establecer la democracia. Un argumento que analizado a fondo nos permite

    ver como en realidad, aunque los Estados Unidos no estn realizando una labor efectiva de

    instauracin de la democracia en Iraq, la necesidad de esta va ms all, es decir, la idea de

    democracia se pone por encima de los individuos, ya sea del instaurante o del instaurado.

    Ahora regresando al primer eje de nuestra discusin, el conflicto entre aliados y seguidores

    de Nicols Maduro con el presidente Obama -y quiz tambin con los Estados Unidos-, y

    teniendo presente la democracia no como una accin que realiza algn individuo o pas,

    sino como una idea que no tiene nombre ni apellido, podemos ver la falacia ad hominem

    en que caen aquellos que defienden el rgimen desptico y coercitivo de Nicols Maduro -

    con la excusa de que Estados Unidos habla de democracia pero con intereses particulares-

    pues se vuelven cmplices de las atrocidades que la falta de democracia que dicho pas

    genera, al ver la democracia como instrumento del imperialismo yanqui y no como un

    valor universal; ergo, independientemente de quin haga el llamado a la democracia, una

    persona que sabe diferenciar muy bien entre ideas y hombres entender de inmediato que

    las acciones del hombre y el adjetivo que le hado la sociedad- no le quitan validez y

    necesidad a las ideas que pueda tener, algo que aplica igualmente para las naciones.

  • Siguiendo en la lnea de llevar el concepto de democracia a diferentes sucesos actuales, es

    necesario hablar ahora del profesor Ivn Giraldo y el expresidente lvaro Uribe; ambos

    representantes, uno, de la libertad de catedra y el otro, de s mismo, o mejor dicho, de su

    centro democrtico que en esta ocasin de democrtico no tiene nada-. Y digo esto

    porque concibo a la universidad como el lugar por excelencia para poner en prctica aquello

    que Sen llama la deliberacin pblica constructiva que se yergue como uno de los pilares

    de la democracia y que en esta ocasin se empieza a ver impedida por el capricho de un

    hombre que no concibe an que sus malas decisiones polticas, que sus errores estratgicos,

    que sus ideales mal formados y sus odios ms arraigados, sean puestos en tela de juicio sin

    su presencia, sin su permiso el colmo del fascismo! como si tuviramos que invitar al diablo

    y tambin pedirle permiso para hablar de sus diabluras En qu cabeza de un partido

    democrtico puede caber esto? Tenemos que sacrificar la libertad de ctedra por no

    herir la susceptibilidad de un poltico y sus seguidores? Est un hombre por encima de las

    ideas? Est la imagen pblica por encima de la libertad? Yo considero que no; considero

    que la universidad est en todo su derecho a crear espacios de discusin con respeto y

    tolerancia- sobre cualquier tema o cualquier personaje, cualquier creencia o partido

    poltico, cualquier hombre vivo o muerto; porque eso es algo que nos pertenece y nos

    concierne a todos y sobre lo cual tenemos un derecho inalienable y universal, a debatir;

    algo que quiz no entienda el expresidente es que decir la verdad no es lo mismo que hablar

    mal, que dar a conocer los errores -responsabilidad de un poltico- no es difamar ni

    calumniar, que ser sincero no es ser cobarde y menos en la universidad, porque se pueden

    corromper todas las instituciones del Estado y se puede alienar el pueblo entero, pero que

    no se apaguen las luces en la universidad, que no dejen de brillar.

    Para terminar, quiero hablar un poco de alguien que fue hombre y fue idea- hombre

    democrtico e idea de democracia-, alguien que con su partida entristece y deja un vaco

    muy grande en toda la nacin, un vaco que solo un reconocimiento y continuacin de su

    legado en el pas, pero especialmente en las universidades, puede llenar; un hombre

    llamado Carlos Gaviria Daz, quien su conviccin y coherencia tanto poltica como filosfica

    fueron la mejor representacin actual de la antigua pero siempre vigente frase de Platn:

    Hasta que los filsofos gobiernen como reyes o, aquellos que ahora son llamados reyes y

    los dirigentes o lderes, puedan filosofar debidamente, es decir, hasta tanto el poder poltico

    y el filosfico concuerden, mientras que las diferentes naturalezas busquen solo uno solo de

    estos poderes exclusivamente, las ciudades no tendrn paz, ni tampoco la raza humana en

    general. Solo nos falt una cosa para cumplir el sueo de Platn, tenamos al filsofo para

    convertirlo en presidente pero no la voluntad para hacerlo; solo nos falt dejar de lado el

    temor al cambio, al verdadero cambio que este hombre correcto y pulqurrimo hubiera

    podido realizar en el pas de llegar al poder; la cosas seran distintas, el coste de oportunidad

    fue y ser incalculable. Hasta cundo Colombia seguir defendiendo y empoderando

    hombres y no ideas? Hasta cundo seguiremos manteniendo el statu quo en el pas?

    H. Trismicristo