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INFORME TÉCNICO DEL PROYECTO
Organismo Ejecutor: Universidad Cristiana de Panamá
Nombre del Proyecto:
Desarrollo del Eje Transversal Valores en la Educación Básica
Código del Proyecto:
VID-04-010
Nombre del Investigador Principal:
Zoleida Liendo Durán
Dirección y Datos del Contacto: Universidad Cristiana de Panamá Vista Alegre Panamá Oeste
Colaboradores:
Investigador Principal: Zoleida Liendo Duran. Universidad Cristiana de Panamá. Co-investigadora: Norberto Valbuena. Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt Co-investigador: Marlón Rivas. Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt
Fecha de Entrega: 12/2015
REPÚBLICA DE PANAMÁ UNIVERSIDAD CRISTIANA DE PANAMÁ
VICERRECTORÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO FACULTAD DE EDUCACIÓN
CARRERA EDUCACIÓN PREESCOLAR
“DESARROLLO DEL EJE TRANSVERSAL VALORES EN LA EDUCACIÓN BÁSICA”
Elaborado por Dra. Zoleida Liendo Durán
Panamá, Noviembre 2015
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Liendo Durán, Zoleida de Jesús. PROPUESTA PARA DESARROLLAR EL EJE TRANSVERSAL VALORES EN LA EDUCACIÓN BÁSICA. Investigación libre. Universidad Cristiana de Panamá. Facultad de Educación. Panamá 2015, P.412
RESUMEN
La Educación Básica, presenta entre sus componentes más dinámicos los ejes transversales. Entre estos el de valores constituye un hilo conductor de la reflexión y el debate interno para analizar situaciones personales, particulares de los sujetos, de la institución y del entorno que interrelacionados con la praxis pedagógica contribuyen a la formación integral de los alumnos. A objeto de viabilizar este cometido, esta investigación persiguió los objetivos: determinar en la praxis pedagógica de la Educación Básica los criterios epistemológicos y curriculares predominantes en la operacionalización del Eje Transversal Valores; diseñar una propuesta pedagógica que permita operacionalizar dicho eje en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Destaca como plataforma teórica lo concerniente al eje transversal valores en su dimensión educativa global, interdisciplinar y curricular; según consideraciones de Flórez (2002), Gavidi (2000), Yus Ramos (2000), Sánchez (1998), Palos (1998) y el Currículo Nacional (Ministerio de Educación), por sus aportes epistemológicos, teóricos y metodológicos de relevancia para el estudio. El procedimiento investigativo se insertó en el enfoque fenomenológico (Padrón 1996) y el tipo de investigación interpretativa y explicativa. La recolección de la información se obtuvo en la aplicación de tres instrumentos o protocolos Guías de Observación participante, a 09 docentes informantes, durante 5 momentos a cada uno, para un total de 45 observaciones. Como resultado, se encontró que la práctica pedagógica en la Educación Básica adolece de una reflexión e integración teórico-práctica, con prevalencia de la epistemología conductista, metodología didáctica unidireccional, técnicas expositivas magistrales y limitadas estrategias asociadas al fortalecimiento de valores básicos para la vida en los educandos. En consecuencia, se diseñó una propuesta pedagógica de estrategias, que representa una herramienta de apoyo al docente para la operacionalización del eje transversal valores por su condición de adaptabilidad al proceso educativo en la Educación Básica. Palabras Clave: Propuesta Pedagógica, Eje transversal Valores, Educación Básica
iv
Liendo Durán, Zoleida de Jesús. OFFER TO DEVELOP THE TRANSVERSE AXIS VALUE IN THE BASIC EDUCATION. Doctoral thesis. University of the Zulia. Faculty of Humanities and Education. Division of Studies for Graduates. Program Taken doctor's degree on Human Sciences. Maracaibo, Venezuela, 2005, P.412
SUMMARY
The Basic Education, he presents between his more dynamical components the transverse axes. Between these that of values appears as a conductive thread of the reflection and the internal debate to analyze personal, particular situations of the subjects, of the institution and of the environment that interrelated with the pedagogic practice they contribute(pay) to the integral formation of the pupils. To object of viabilizar this assignment, this thesis chased the aims: Basic Education determines in the pedagogic practice of the stage II of l the contents epistemológicos and curriculares predominant in the operacionalización of the Transverse Axis Value; to design a pedagogic offer that allows operacionalizar the above mentioned axis in the processes of education and learning. Stands out as theoretical platform the relating thing to the transverse axis value in his educational global dimension, to interdiscipline and curricular; according to considerations of Flórez (2002), Gavidi (2000) Yus Ramos (2000), Sanchez (1998), Palos (1998) and the Basic National Curriculum (Department of Education 1998), for his(her,your) contributions epistemológicos, theoretical and methodological of relevancy for the study. The procedure investigativo I insert in the approach fenomenológico (Padrón 1996) and the type of interpretive and explanatory investigation. The compilation of the investigation was obtained in the application of three instruments or protocols participant Guides of Observation, to 09 educational informants, during 5 moments each one, for a whole of 45 observations. As result, one thought that the pedagogic practice of the stage II in the Basic Education suffers from a reflection and theoretical - practical integration, with prevalencia from the epistemología conductista, didactic unidirectional methodology, explanatory magisterial technologies(skills) and limited strategies associated with the strengthening of basic values for the life in the pupils. In consequence, there was designed a pedagogic offer of strategies, which represents a tool of support to the teacher for the operacionalización of the transverse axisvalue for his condition of adaptability to the educational process of the stage II of Basic Education. Words Fix: Pedagogic Offer, transverse Axis Values, Basic Education
INTRODUCCIÓN
La educación en valores requiere de una intencionalidad orientada por
clarificaciones, vivencias, reflexiones, teorías, metodologías y procedimientos,
organizados sistemáticamente, en los diferentes campos del conocimiento. Este es el
sentido de una moral cívica, manifestada desde la vida pública y privada, en la cual los
objetivos, valores y criterios para la orientación de la acción social remiten a una
estructura de relaciones democráticas, con una clara visión de lo que implica el
compromiso y responsabilidad frente a las consecuencias de las acciones humanas
individuales y colectivas.
En ese orden, los valores se constituyen, fundamentan, corrigen y se legitiman en y
para lo público. Por lo tanto, la educación en valores ha de propiciar la expresión e
intercambio de sentimientos, razones y juicios, a partir de los cuales sea posible la
expresión de respeto, la solidaridad en los intereses manifiestos y las acciones públicas
de los ciudadanos mayores y menores de edad; esto último amerita la promoción, el
ejercicio de la crítica constructiva, y la gestión de cambio por parte de todos los
involucrados en procesos sociales. Este contexto permite el intercambio de ideas y
experiencias hacia el acceso al conocimiento de teorías, instrumentos, orientaciones
prácticas y procedimientos que cuestionen y reafirmen las convicciones y actuaciones
de las personas situadas en el contexto y en su desarrollo integral.
En tal sentido, Benjamín (1994) señala que muchas veces se siente la tentación de
rechazar, desde un principio, las discusiones teóricas sobre la enseñanza de los
valores, mediante afirmaciones como ésta: “la cuestión moral es meramente personal y
se sustrae a cualquier esquematización o norma”. Independientemente de la certeza o
no de esta afirmación, la enseñanza de los valores resulta necesaria como factores
esenciales en una sociedad democrática porque a través de ellas se facilitarán las
relaciones sociales y la calidad de los procesos que se emprenden.
Por ello la educación en valores requiere de un abordaje sistemático de
construcciones teóricas que le atribuyan validez práctica y legitimidad a sus
aplicaciones empíricas. El ámbito de la educación moral requiere en sí mismo de
fundamentación, de reflexiones organizadas en un campo de conocimiento en el cual se
articulen principios, intenciones y justificaciones sobre una plataforma argumentativa o
narrativa. De este modo la orientación de competencias, actitudes y acciones morales
podrían encontrar verdaderas posibilidades de desarrollo con las cuales rebatir el
relativismo moral.
En el Currículo se hace mención a los objetivos fundamentales transversales, los
mismos hacen referencia a las finalidades generales de la educación, a los
conocimientos, habilidades, actitudes, valores y comportamientos que se espera
desarrollen los estudiantes en el plano personal, intelectual, moral y social. Para cumplir
con este objetivo, es necesario reforzar la formación docente para la temática de la
educación en valores, es decir, preparar a los docentes según los lineamientos teóricos
necesarios para atender el desarrollo moral de los educandos. Es por ello que la
educación requiere el compromiso moral de sus actores representados por los
docentes.
El sistema educativo, cualquiera sea su realidad está sometido constantemente a
múltiples estímulos externos, alejados en muchos casos de lo que espera la educación,
formar una persona que sea capaz de dirigir su propia vida, basada en la internalización
de valores universales, como la libertad, justicia, solidaridad, tolerancia, respeto, que le
permitan actuar de manera autónoma e insertarse positivamente en la sociedad.
Como una aplicación al estudio y aplicación teórico-práctica de los fundamentos
curriculares que fortalecen el desarrollo del Eje Transversal Valores, surge el interés en
esta investigación que presenta una propuesta que orienta al docente de educación
primaria en la operacionalización de dicho eje; hacia un intento de aportar
conocimientos en la búsqueda de estrategias de enseñanza aprendizaje, que permitan
impregnarlos en cada uno de los contenidos que se desarrollan en el aula y en la
escuela. De esta manera se deberán fomentar experiencias vinculadas con la realidad
social y cultural, en las cuales el niño o niña afectivamente se identifiquen con el
hombre y asumen roles de ayuda, cooperación, aliento, desprendimiento, necesidad de
compartir y de alcanzar beneficios inmediatos en pro del bienestar del otro, asignar
responsabilidades y permitir la toma de decisiones que tengan que ver con lo justo e
injusto, lo correcto e incorrecto en sus relaciones de convivencia. De esta manera, se
contribuirá al desarrollo del razonamiento moral y la conducta prosocial de los niños
cursantes de primaria Educación Básica. La argumentación precedente se explica en
consideración a la estructura siguiente:
En el primer capítulo se relatan la caracterización del problema, los objetivos de la
investigación, la delimitación y la justificación del estudio.
En el segundo capítulo se recogen los basamentos epistemológicos del currículo y la
pedagogía. Se describe la relación entre el currículo y la pedagogía, cómo a través de
esta relación se llega al aprendizaje como apoyo a la reconstrucción de la sociedad,
tomando como punto de partida los conceptos de Flórez Ochoa, Gimeno Sacristán,
Lucini, Yus Ramos, Palos y las premisas teóricas, metodológicas de los temas
transversales. Otra aspecto importante de este trabajo lo constituye la discusión sobre
la dimensión conceptual, actitudinal y procedimental de la transversalidad como enlace
entre los contenidos actitudinales, ya que los mismos no pueden desligarse de los
conceptuales, porque las actitudes no se generan en el vacío, sino a través de hechos,
situaciones o fenómenos.
Se plantean puntos centrales acerca de los fundamentos psicológicas que para el
desarrollo de valores, tomando referencias el concepto de estadio, modelos o
concepciones para abordar los procesos del conocimiento humano. Se describe la
importancia del cambio de paradigma hacia temas transversales, como vía de
construcción del pensamiento social crítico, temas transversales alrededor de una ética
para la convivencia.
Igualmente, refiere la fundamentación de los ejes transversales, definición de la
transversalidad como un planteamiento integrador, contextualizador de la problemática
que las personas como individuos y como colectivos tenemos planteados en estos
momentos. Al tiempo, se hace un recorrido teórico de la Educación en valores, y los
modelos por los cuales se llega a la construcción de la personalidad moral, haciendo
énfasis en cada uno de los métodos y estrategias para educar en valores.
En el tercer capítulo se explican las bases teóricas del estudio, haciendo referencia
al Currículo Panameño en el de Educación Básica.
El capítulo cuatro explica la metodología propia para abordar la investigación,
haciendo referencia al enfoque epistemológico, tipo y diseño de investigación, planta de
informantes y descripción del tratamiento estadístico. Igualmente se enfatiza en el
análisis y discusión de los resultados, lectura de los gráficos de cada uno de los
instrumentos que se aplicaron.
Seguidamente en el capítulo cinco se presentan los resultados globales, el análisis
y discusión de los mismos, asimismo, las conclusiones y recomendaciones.
Abriendo el circulo
Hay que disfrutar el camino, estar atentos al paso que
estamos dando, no a la meta, que nunca se alcanza
porque transitamos un infinito en una eternidad.
Facundo Cabral
CAPÍTULO I
CAPÍTULO I. EL PROBLEMA
CARACTERIZACIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La educación es un proceso complejo intrínsecamente y difícil de materializar
en forma plena. Ella busca que los educandos se realicen como seres humanos, lo
cual implica estimular su libertad y autonomía, no segregándolos del grupo social,
sino incitándolos a aprehender la propia cultura de la sociedad en la que se
inserta, desarrollando la capacidad de revisar, clarificar y contextualizar los valores
en beneficio propio y del grupo social en el que se desenvuelve, con libertad de
pensamiento para captar los valores.
En ese orden de ideas, las instituciones socioculturales desarrollan sus
procesos como garantes de la satisfacción de necesidades básicas de los
individuos tales como vivienda, seguridad y educación. Esta última tiene como
funciones inherentes: la socialización, formación, instrucción, sistematización y
construcción del conocimiento. Esto se cumple de tres maneras: la preservación,
la innovación y la aplicación del conocimiento. La primera implica asignar la
singular valoración a las características o rasgos típicos, costumbres y tradiciones
que conforman la cultura del grupo social en el que se inscribe el hecho
educativo. La segunda como creación, descubrimiento o generación de nuevas
estrategias y acciones orientadas al mejoramiento y calidad del sistema, con lo
cual se facilitaría los procesos de docencia, investigación y acción comunitaria. La
última se concreta en la aplicación de conocimiento en distintos ámbitos
académicos relacionados con la educación, porque es en el campo de acción que
éste cobra viabilidad y su evaluación permite validarlo.
Es importante acotar que, según la Constitución de la República de Panamá,
la educación tiene como propósito fundamental promover: favorecer que todos los
alumnos y alumnas de edad escolar alcancen, de acuerdo con sus
potencialidades, el pleno desarrollo de sus capacidades, habilidades y destrezas.
Asimismo, que contribuyan activamente a la defensa, conservación y mejora del
medio ambiente como elemento determinante de la calidad de vida. Las áreas de
estudio son: ciencias, mecanografía, artística, artes industriales, música,
matemáticas, comercio, educación física e inglés. El segundo se dirige al
desarrollo del individuo en las diferentes áreas de su personalidad, tomando en
cuenta los valores que le permitan dar significado a la identidad que como sujeto
se inscribe en un contexto social que lo conlleve a fortalecer al grupo social.
La Educación está llamada a fomentar la formación ética mediante valores
orientados hacia un perfil de un ciudadano consustanciado con la sociedad. Sin
embargo, es necesario reconocer el impacto que tienen los medios de
comunicación masiva en los ciudadanos, (la televisión, radio, internet, cine y
prensa), los cuales con la programación que ofrecen tienden a debilitar esos
valores. La educación presenta oportunidades de desarrollo y superación
personal. Al menos teóricamente, la gente asimila una amplia variedad de
perspectivas y experiencia que estimulan el desarrollo intelectual, la creatividad y
el avance de los medios verbales y artísticos de expresión personal. De esta
manera la educación proporciona elementos teóricos, metodológicos y prácticos a
partir de los cuales los seres humanos pueden mejorar la calidad de vida mediante
experiencias intelectuales, procedimentales, artísticas y emocionales.
Es importante señalar que, durante mucho tiempo las instituciones educativas
se han limitado a transmitir saberes científicos o técnicos que los ciudadanos
necesitan para desempeñar las funciones demandadas por la sociedad, sin
embargo en la actualidad los cambios se están produciendo en el mundo de la
ciencia que ha dejado de alentar la ilusión de poseer verdades absolutas. Una
neutralidad discutible, cuestionada por una visión holística de la realidad impone
un nuevo enfoque curricular en el que la dimensión transversal constituye una de
sus mejores innovaciones encaminadas a corregir algunas fallas adquiridas de la
cultura tradicional.
Una de las cuales ha sido que este tipo de enseñanza tradicional no prepara al
alumnado para convertirle en ciudadano para la vida en una sociedad
democrática, al no permitirle el acceso de conocimientos precisos sobre la
problemática social del momento, desarrollar su propia autonomía moral, construir
su propio conocimiento y participar en la solución de los problemas que afectan a
la sociedad, especialmente el ámbito donde está inmerso. Es por eso que las
instituciones educativas no deben permanecer al margen de las corrientes nuevas
que imperan el campo de la filosofía de la ciencia, según las cuales las teorías
científicas no serían sino modelos explicativos parciales y provisionales de
algunos aspectos de la realidad de un determinado contexto, social y cultural.
En ese sentido Moreno (1993) señala que la temática de los temas
transversales proporciona el puente de unión entre lo científico y lo cotidiano, a
condición de proponer como finalidad las temáticas que plantean y como medios
las materias curriculares, las cuales cobran así la calidad de instrumentos, cuyo
uso y dominio conducen a obtener unos resultados claramente perceptibles.
En ese orden en la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el
siglo XXI: Visión y Acción. UNESCO (1998) presidida por Delors, donde se
destaca la preocupación por la necesidad de cambios en la educación expone:
Dado el alcance y el ritmo de la transformación y expansión de la educación superior y la investigación hoy en día parte fundamental del desarrollo cultural...la propia educación superior ha de emprender la transformación y la renovación más radicales que jamás haya tenido por delante, de forma que la sociedad contemporánea que en la actualidad vive una profunda crisis de valores, pueda trascender las consideraciones meramente económicas y asumir dimensiones de moralidad y espiritualidad más arraigada. (p.2)
Este documento destaca la presencia de valores implícitos en las políticas
sociales y educativas, tales como: mejoramiento y cumplimiento de la condición
humana, la paz social, desarrollo socio cultural y científico, promoción de la
democracia como modelo que implica igualdad, equidad, respeto, solidaridad
participación, tolerancia, derechos humanos, entre otros, los cuales van a servir de
fundamentos a la educación, en la combinación de los perfiles deseados. De esa
manera, la Filosofía política de una nación se refleja en la filosofía de la
educación. De este modo las reformas educativas responden al modelo de
sociedad que se privilegia en un determinado momento; con implicaciones directas
en la formación del ciudadano quien se espera hará posible la reproducción de
ese modelo. La escuela constituye un espacio propicio para construir esta
formación por ser centro del quehacer de la comunidad y el eje del desarrollo local
hacia lo regional y nacional.
Pasando a otro aspecto, igualmente importante que fundamenta la necesidad
de abordar esta investigación es la que hace referencia a los cuatro pilares de la
educación expuestos por Delors (1998), donde refiere, que para la educación del
siglo XXI sería conveniente adoptar la visión de los cuatro pilares de la educación,
(aprender a vivir juntos, aprender a conocer, aprender a ser y aprender hacer)
que gravitan en torno a los cuatro pilares de la educación, para hacer ver que los
temas transversales, y la transversalidad contemplada desde una perspectiva
holística, proporciona sólidos elementos para dichos pilares. La misma aporta
importantes elementos en todos esos pilares, y a su vez guardan estrecha
interrelación que apunta al desarrollo de un humanismo mundialista en la
sociedades ultramodernas.
Estos pilares conllevan al ámbito personal, significando una sólida base para el
desarrollo del individuo. El aprender a ser y a convivir se articulan en función de lo
individual y social de lo humano. El aprender a conocer y el hacer se imbrican
para hacer posible las operaciones en las prácticas sociales. Todos juntos
proporcionan las bases de lo que llamamos desarrollo sociopersonal, que
finalmente reúne las cuatro grandes finalidades del sistema educativo al menos a
nivel declarativo.
La Educación en los Valores constituye otro de los ejes transversales
característicos de la Educación Básica y, a la vez, configura uno de los retos más
importantes a los que se enfrentan los educadores en la actualidad.
"Para resolver con éxito los problemas globales, característicos de nuestro mundo
contemporáneo, es necesario crear nuevos métodos de pensamiento, elaborar
una nueva moral y una nueva escala de valores, y, sin duda alguna, nuevas
normas de comportamiento. La humanidad está en el umbral de una nueva etapa
de su desarrollo. No sólo se debe promover la expansión de su base material,
científica y técnica, sino, lo que es todavía más importante, formar nuevos valores
y aspiraciones humanísticas, ya que la sabiduría y el humanismo son las verdades
eternas que constituyen el fundamento de la humanidad. Nos hacen falta nuevos
conceptos sociales, morales, científicos y ecológicos que deberían determinar las
nuevas condiciones de vida del hombre actualmente y en el futuro." (I.T.Frolov,
citado por Aguirre, 2001)
Nos encontramos, por lo tanto, ante un reto histórico consistente en
recuperar el pensamiento humanista como definidor de la arquitectura de todo
modelo social; un gran reto que debe traducirse, desde la perspectiva educativa,
en la integración, dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje, de un
sistema de valores compartidos sobre los que construir la propia vida y el
entramado social; un nuevo sistema de valores capaz de hacernos descubrir y
redimensionar la existencia, y de abrirnos horizontes, positivos e ilusionados, en la
construcción de nuestros propios y personales proyectos de vida.
Es un reto del que se desprende un hecho incuestionable: la vinculación que
hoy, más que nunca, debe existir entre ética y educación, es decir, entre la ética
entendida como el arte de saber vivir con uno mismo y con los demás y de
aprender a sentir amor, interés y gusto por la vida, y la escuela como el ámbito
capaz de contribuir activamente a ese aprendizaje. En el marco de este reto, surge
la consideración de la Educación en los Valores, dentro del Currículo, como un eje
transversal, o, si se quiere, como un contenido de enseñanza y aprendizaje que
debe impregnar la totalidad de la tarea educativa. Entre las dimensiones de este
eje se encuentran el respeto por la vida, la libertad, la solidaridad, la convivencia,
la honestidad, la identidad nacional y la perseverancia.
Actualmente la preocupación por la educación en valores es algo que está
presente en todos los sistemas educativos internacionales y, en nuestro país,
es una línea fundamental de acción que está presente en el proceso educativo.
La razón de ello es que desde diferentes ámbitos de la sociedad se plantea la
necesidad de promover desde la escuela una postura ética de actuación que
establezca las bases de convivencia de la sociedad. El asumir como
compromiso el mejorar la calidad de la enseñanza significa no solamente más
aulas, más docentes, más tecnología sino que también significa una educación
en valores.
Para Alfayete (1995, citado por Aguirre 2001) esto implica una educación
más humanizada haciendo una síntesis equilibrada entre el «aprender a
aprender» y el «aprender a ser».
En nuestro país, el tema de la ética, la moral y los valores también han
cobrado actualidad a partir del año 1997 cuando se estableció un nuevo modelo
educativo, cuya base de sustentación era el fomentar los valores.
El nuevo modelo educativo está amparado jurídicamente por la Resolución
Ley No 34 de 1995 , la ley No 50 del 1 de Noviembre de 2002 y la ley No 60
del 7 de Agosto de 2003 ha sido aprobada mediante decreto ejecutivo No.305
del 30 de Abril de 2004. A partir de ese momento el Ministerio de Educación de
Panamá con el apoyo de la Organización de los Estados Americanos (OEA),
algunas organizaciones no gubernamentales y empresas privadas iniciaron a lo
largo y ancho de todo el país una serie de seminarios, talleres, ciclos de
conferencias y otras actividades dirigidas a facilitar a los docentes y equipos
técnicos entre otros, la comprensión plena sobre el alcance y aplicación
práctica del nuevo modelo educativo, en los distintos niveles de la educación.
Es importante destacar que la mencionada resolución se fundamenta
legalmente en el Artículo 64 de la Ley Orgánica de Educación con las adiciones
y modificaciones introducidas por la ley No 34 de 6 de Julio de 1995, la
educación en Panamá
Así pues, ha llegado la hora de que los gobiernos que conforman la
Comunidad Internacional integren esfuerzos con el objetivo de transformar al
hombre para poder disfrutar de un mundo lleno de paz y humanidad
Vinculado con lo indicado en la búsqueda de una mayor eficiencia y calidad
de la práctica educativa en Panamá el Ministerio de Educación (MEDUCA)
propuso un plan de acción en el cual se privilegia la palabra “reestructuración” con
un significado de transformación total, desde las bases operativas hasta la cima
gerencial del sector educativo. Esta transformación implica repensar la
concepción, las metas y propósitos de la educación Panameña, actualizar las
estrategias y modernizar los recursos que sustentan el proceso de enseñanza y
aprendizaje.
Estas últimas especificaciones se encuentran explicitadas en el Modelo
Curricular, documento de carácter normativo que constituye el referente teórico de
la reforma educativa propuesta por el Ministerio de Educación (MEDUCA), la cual
se ha iniciado en el mencionado nivel de educación por concentrarse en éste la
gran mayoría de la población en edad escolar.
La conceptualización del Nivel de Educación Básica en el Modelo Curricular
considera los mandatos de la Constitución Nacional y el ordenamiento legal
expresado en la Ley de Educación, su reglamento y otros instrumentos legales
que rigen la materia educativa. De esta manera, se concibe al Nivel de Educación
Básica el cual tiene una duración de once (11) años, que es gratuita y obligatoria
para toda la población en edad escolar como servicio público garantizado por el
Estado Panameño. Esta obligatoriedad se entiende asimismo, como una
responsabilidad del Estado y como un deber y derecho de todos los ciudadanos
Panameños”.
De igual manera, se considera el Nivel de Educación Básica como: Integral,
General y Básica. A partir de lo expuesto, estos planteamientos implican cambios
curriculares como lo son la incorporación de los Ejes transversales, la
globalización del aprendizaje, la organización del currículo con base en el
desarrollo integrado de los cuatro aprendizajes fundamentales, en la búsqueda
de una educación para la vida y de una formación general básica que contribuya a
dignificar al ser humano.
Así pues Odreman (1997) señala, que el currículo del Nivel de Educación
Básica se concibe con una visión holística, sistémica y se sustenta en los Ejes
Transversales que se integran a todos los componentes del Diseño Curricular y
que permiten organizar los contenidos de las distintas áreas académicas
aportando significados reales y funcionales a las áreas del saber al abordar
problemas y situaciones de la sociedad Panameña actual, a objeto de que el
educando tome conciencia de su contexto socionatural y al mismo tiempo
desarrolle competencias para modificarlo y construir una sociedad mejor. Los Ejes
Transversales se sistematizan a través de contenidos procedimentales y
actitudinales, toman elementos de los campos científico, artístico, filosófico y ético
de la cultura nacional, regional y local. Los Ejes Transversales seleccionados para
la primera etapa son: lenguaje, desarrollo de habilidades del pensamiento, valores
y trabajo. En la segunda etapa se incorpora el eje ambiente.
Como lo indica Victoria Camps (1993) “La educación es necesariamente
normativa”. Su función no es sólo instruir o transmitir unos conocimientos, sino
integrar en una cultura que tienen distintas dimensiones: una lengua, unas
tradiciones, unas creencias, unas actitudes, una forma de vida. Todo lo cual no
puede ni debe transcurrir al margen de la dimensión ética que es, sin duda, el
momento último y más importante, no de ésta o aquella cultura, sino de la cultura
humana universal. Educar es, así, formar el carácter, en el sentido más extenso y
total del término: formar el carácter para que se cumpla un proceso de
socialización imprescindible, y formarlo para promover un mundo más civilizado,
crítico con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral de las
estructuras y actitudes sociales.
Lo indicado conlleva a afirmar que la dimensión transversal del currículo
plantea reflexiones que no son nuevas en el campo de la pedagogía, la didáctica o
la filosofía, pero su particular aportación consiste en hacer explícitas una serie de
aspiraciones de cambio en la práctica educativa y en el perfil del futuro ciudadano
que los constantes cambios producidos en la sociedad reclaman, tanto en el
ámbito teórico como práctico. En ese sentido el término transversalidad se
enmarca en la nueva concepción curricular que, ante el deterioro y la crisis de la
función normativa de la escuela que pretendía alcanzar conductas formales,
neutras y susceptibles de ser generalizadas, reclaman un modelo en el que los
contenidos se constituyen en el eje estructurador de objetivos y actividades.
Concepción sostenida, entre otras por la teoría del aprendizaje significativo, y las
aportaciones del constructivismo.
De igual manera la transversalidad implica la inclusión en el currículo de lo
que se ha denominado temas, ejes, enseñanza transversales, los cuales poseen
una vertiente cognitiva y una vertiente de índole afectiva, conjugan conocimientos
e información con el mundo de los valores, las decisiones, los sentimientos, las
actitudes , etc.
Con referencia a lo anterior Bravo y Morillo (2002) plantean que la
transversalidad refleja preocupación por los problemas sociales, conectan la
escuela con la vida, favorecen la educación en valores y permiten adoptar una
perspectiva social crítica. En ese sentido la introducción de temas transversales en
el currículo constituye una propuesta de cambio de paradigma que permite la
construcción de un pensamiento social crítico producto de la interrelación de
diferentes temas transversales alrededor de una ética para la convivencia.
Amplían el escenario educativo más allá de los contenidos académicos clásicos al
incorporar oportunamente temas de la realidad cotidiana y problemas actuales de
la humanidad aún no incluidos en las áreas disciplinarias. De igual manera
permiten definir el papel de la escuela en el desarrollo de los valores y en la
formación moral en general.
El problema que se observa desde la puesta en práctica reforma educativa
en Panamá la inclusión de la transversalidad en el currículo es que esto altera el
sistema clásico de organización de lo que debería conducir a redimensionar la
propuesta curricular. Debido a que los contenidos de los ejes transversales no
encajan fácilmente en las asignaturas que componen al currículo tradicional
basado en disciplinas. De esa manera se corre el riesgo de que en la práctica
ninguna de las disciplinas asuman su ejecución. Algunos asumen la
transversalidad de manera superficial incluyéndola de manera puntual, a través de
celebraciones y efemérides (ej. Día Mundial del Ambiente) o por iniciativa de
profesores motivados. Otros prefieren la definición previa de los temas
transversales y una propuesta curricular a partir de ella. Sin embargo, cualquiera
que sea el caso, la introducción de los ejes transversales exige repensar la noción
de contenidos y sus formas de organización.
Lo indicado conlleva a realizar una propuesta para desarrollar el eje
transversal valores en la educación básica, el abordaje de la investigación se
realizará desde una perspectiva multi y transdisciplinario del problema. Por ello la
investigación se desarrollará sobre la base de fundamentos sociológicos,
psicológicos, filosófica y educativos, ya que en estos momentos se plantea del
paso de la visión fragmentada de la realidad a la visión totalizadora y múltiple, la
cual garantiza una lectura holgada y profunda del entorno.
ENUNCIADO DEL PROBLEMA
¿ Cuáles son las especificaciones epistemológicas y teóricas determinantes
de la operacionalización del eje transversal Valores en la praxis pedagógica de la
Educación Básica ?
¿Qué elementos teóricos y prácticos pueden caracterizar una propuesta
que conlleve a operacionalizar el eje transversal valores en la Educación Básica?.
OBJETIVOS
Objetivo General
1. Determinar en la praxis pedagógica de la II etapas de Educación Básica los
criterios epistemológicos y curriculares predominantes en la operacionalización del
Eje Transversal Valores
2. Diseñar una propuesta didáctica que permita operacionalizar el eje
transversal valores en el proceso enseñanza-aprendizaje de la II etapa de
Educación Básica
Objetivos Específicos
1. Describir a la luz de la epistemología y fundamentos del currículo de la
Educación Básica los elementos que caracterizan el eje transversal valores
en la praxis del docente.
2. Develar los criterios generales de alcance práctico y didáctico que orientan
los elementos curriculares requeridos en la operacionalización del eje
transversal valores en la Educación Básica.
3. Identificar los procesos de construcción cognitiva y las dimensiones del eje
transversal valores expresados en su operacionalización pedagógica.
4. Proponer estrategias didácticas vinculadas con la realidad sociocultural
para la construcción e interiorización de las dimensiones del eje transversal
valores contemplados en el currículo nacional.
JUSTIFICACIÓN
La educación necesita un cambio trascendental, los responsables de la
misma no han acertado en el intento de promover el desarrollo de nuestros
valores, de la moral social; estos factores han trastocado la formación de nuestros
niños y niñas. Se hace necesario educar en valores y promover el desarrollar de la
moralidad y la ética en el individuo. Para esto es necesario plantearse
lineamientos curriculares del área de ética y valores humanos, partiendo de una
comprensión, en el terreno filosófico, de la naturaleza de la discusión en torno al
problema de la ética, la moral y la política, desde la cual se pueda fundamentar
una propuesta de formación en valores.
Desde esa perspectiva en el momento en que se plantea la escuela como
función social que responda a la nueva realidad de las comunidades, éstas
deberían estar preparadas para desarrollar la competencia social en los alumnos.
Pero la realidad demuestra que “no hay lugar” para trabajar estas competencias,
ya que es evidente que no se las pensó inicialmente como competencias
prioritarias a desarrollar en la escuela y por lo tanto, es lógico que no exista un
espacio y un tiempo concreto para ella. En ocasiones al intentar transversalizarlas
(educación en valores, actitudes, etc.) se las ha convertido involuntariamente en
una parte del “currículo diluido” de la institución. Muchas veces docentes
entusiastas que intentan elaborar proyectos para trabajar las distintas habilidades
sociales, al poco tiempo termina desanimados porque la comunidad donde están
inmersos no acompaña este proceso formativo.
Todo lo planteado justifica y obliga a la realización del estudio titulado
Desarrollo del eje transversal valores en la Educación Básica; la misma dará una
respuesta del entramado de los valores y la transversalidad curricular. En la
investigación se expone la necesidad de lograr el fortalecimiento de los valores
que amplíen la convivencia y el bien común, a través de la educación y de los ejes
transversales, así como una visión universalista que potencie las capacidades
individuales y sociales de cohesión interna y de adaptación a un mundo
interrelacionado
DELIMITACIÓN
La Propuesta está dirigida a todas las Escuelas Básicas Panamá en la
Educación Basica. Específicamente se seleccionaron las Escuelas Básicas
Escuela República de Venezuela, Panamá Centro las mismas son instituciones
pública dependiente directamente del Ministerio de Educación, y la Unidad
Educativa Colegio “La Salle,” por ser una institución privada.
Se selecciono esta etapa, porque, el nivel de Básica proporciona la base
esencial para la construcción de futuros aprendizajes y además atiende el
desarrollo integral y holístico de la personalidad del educando, mediante el
desarrollo de sus capacidades cognitivas (intelectuales, motrices, afectivas), de
equilibrio personal, de integración social. Es importante destacar que las edades
donde hay mayor construcción de aprendizaje son los primeros años de vida, es
por ello que los ejes transversales se constituyen, entonces, en fundamentos para
la práctica pedagógica al integrar los campos del ser, el saber, el hacer y el
convivir a través de los conceptos, procedimientos, valores y actitudes que
orientan la enseñanza y el aprendizaje
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