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Alejandro Pérez
MONTICULOS MERINES - CELTAS- GALOS Y RUIDAS
LA COLINA DE TARA
La excursión nos ha llevado a un paisaje realmente especial. Desde hace milenios éste
es un lugar de poder. Estamos caminando por la Colina de Tara (en irlandés ‘Teamhair
na Rí’, ‘La Colina de los Reyes’). Un geógrafo diría que es una alargada elevación caliza
de escasa altitud, situada cerca del río Boyne, en el condado de Meath, en la provincia
histórica de Leinster. Un historiador añadiría que esta Colina fue el centro político y
espiritual de la Irlanda celta y que probablemente también gozó con anterioridad de
tanta importancia, tal como parecen señalar los hallazgos arqueológicos del Neolítico,
así como la leyenda que sitúa a Tara como capital de los Tuatha Dé Danamm (un
pueblo anterior a los celtas). En Innisfree ya nos hemos referido a este lugar al narrar
las andanzas de Finn MacCumhail cuando Tara era la sede del Ard Rí (el Gran Rey de
Irlanda).
A nuestro alrededor se extienden numerosos monumentos antiguos, como Ráith na
Rig (la Fortaleza de los Reyes, también conocida como el Recinto Real): se trata de una
fortificación de la Edad del Hierro de casi 1.000 metros de circunferencia, en cuyo
interior destacan dos anillos de piedras tangentes conocidos como Teach Chormaic (la
Casa de Cormac) y Forradh (el Asiento Real). En el centro del Forradh, en la cima de la
colina, se yergue la Lia Fáil (la Piedra del Destino), en la cual eran coronados los
Grandes Reyes de Irlanda. La leyenda sugiere que la piedra debía rugir tres veces si el
aspirante al trono era el verdadero rey.
Lia Fáil
(La Piedra del Destino, el símbolo fálico más evidente de la antigua Irlanda.)
En Tara se encuentra también una pequeña tumba de corredor neolítica, conocida
como Dumha na nGiall (el Montículo de los Rehenes), que data del año 2000 a.C.
aproximadamente. Su corto pasillo está alineado con la puesta de sol del 8 de
noviembre y del 4 de febrero, que son precisamente las fechas en las que se
celebraban las antiguas fiestas célticas de Samhain e Imbolc. Este hecho ha abonado la
polémica científica: ¿los celtas llegaron aquí antes de lo que se venía creyendo o las
festividades celtas fueron heredadas de anteriores pobladores? Existe pues mucho
misterio todavía en estas tierras.
Entre otros monumentos, podemos destacar Ráith na Seanadh (el Anillo de los
Sínodos), la Sala del Banquete (que parece ser en realidad una avenida ceremonial que
conduce hacia el sitio en cuestión), las Trincheras en Pendiente y el Fuerte de
Gráinne.
La colina de Tara
(en irlandés ‘Teamhair na Rí’, ‘La Colina de los Reyes’)
Cuando los celtas establecieron su sede en la colina, ésta se convirtió en el lugar desde donde los reyes de Meath gobernaron la isla con un status casi divino. Junto a la influencia política como capital, Tara parece haber conservado una influencia religiosa que fue disminuyendo debido a la labor de San Patricio, el evangelizador de Irlanda. Sin embargo, el papel emblemático de Tara dentro de la política irlandesa sobrevivió al paso de los siglos: Durante la rebelión irlandesa de 1798 los United Irishmen (Irlandeses Unidos) establecieron un campamento en la colina, pero fueron atacados y derrotados por las tropas británicas el 26 de mayo en la denominada batalla de la Colina de Tara. La Lia Fáil fue movida entonces para marcar las tumbas de 400 rebeldes que murieron allí aquel día. Por otra parte, el 15 de agosto de 1843 el parlamentario Daniel O’Connell, líder del movimiento para la emancipación católica, convocó una manifestación en la Colina de Tara, que reunió a un millón de personas.
Una de las interpretaciones del nombre Tara dice que significa ”un lugar de gran
perspectiva”.
Hoy Tara es un hermoso nombre con el que bautizar a las niñas en Irlanda, al igual
que la familia de Escarlata O’Hara, protagonista de ‘Lo que el viento se llevó’, escogió
el nombre de Tara para sus tierras en el viejo Sur de los Estados Unidos.
Monumentos antiguos
En la cima de la colina, hacia el norte del cerro, se ubica la fortificación de la Edad del
Hierro conocida como Ráith na Rig (la Fortaleza de los Reyes, también conocida como
el Recinto Real), con casi 1000 m de circunferencia. Las estructuras más destacadas en
su interior son dos ráth (anillos erigidos con piedras) tangentes, conocidos como
Teach Chormaic (la Casa de Cormac) y Forradh (el Asiento Real). En el centro del
Forradh se erige la destacada Piedra en Pie, que es una de las piedras que se suele
interpretar como Lia Fáil, la Piedra del Destino, en la cual eran coronados los Grandes
Reyes de Irlanda. Hacia el norte de los anillos se encuentra una pequeña tumba de
corredor neolítica, conocida como Dumha na nGiall (el Montículo de los Rehenes), que
data del año 2000 a. C. aproximadamente.
Hacia el norte, justo al exterior de los límites del Ráith na Rig, hay un anillo con tres
terraplenes conocido como Ráith na Seanadh (el Anillo de los Sínodos). Las
excavaciones en este lugar han recuperado materiales romanos datados entre los
siglos I y III d. C. Algo más al norte destaca una estrecha y alargada estructura
rectangular, conocida como la Sala del Banquete (Banqueting Hall), si bien parece ser
una avenida ceremonial que conduce hacia el sitio, y dos estructuras conocidas como
las Trincheras en Pendiente (Sloping Trenches) y el Fuerte de Gráinne (Gráinne's
Fort).
Hacia el sur del Recinto Real yace un anillo conocido como Ráith Laoghaire (el Fuerte
de Laoghaire), donde se dice que está enterrado el rey epónimo en posición vertical.
Media milla al Sur de la Colina de Tara hay otra fortificación conocida como Rath
Maeve, el fuerte de la legendaria reina Medb, que es asociado habitualmente a
Connacht, o atribuido también a la menos conocida figura legendaria de Medb
Lethderg, que está asociado a Tara.
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