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“La contemplación de Jesucristo en toda su obra conduce a cada uno
de nosotros a vivir más y más plenamente en su Espíritu (…) Un
Misionero de los Santos Apóstoles tiene una sola norma: vivir el
Evangelio, la Ley experimentada por los primeros discípulos en el
seguimiento de Jesús. Lo más importante es estar con Cristo,
depender totalmente de Él y nunca tener duda de su Palabra”
Eusebio Menard, Orientaciones para la vida conforme al Evangelio, 1969
2
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE TEOLOGIA
PROGRAMA DE MAESTRIA
LA COMUNION, DINAMISMO SOTERIOLÓGICO DE CRISTO EN EF 1, 3-14
Monografía para optar al título de Magister en Teología
Presentado por Joseph Théophile NGOUO, M.S.A.
Bajo la dirección de la Doctora María Lucía Jiménez de Zitzmann
2011
3
DEDICATORIA
A SOPHEZO Joséphine, mi querida madre, mujer de fe profunda y
admirable, quien nos llevó al primer encuentro con el Dios de Nuestro Señor
Jesucristo
A TCHINDA Albert, mi amable padre, quien hubiera querido
compartir esta obra de su hijo, pero lo está asistiendo desde la eternidad
dichosa del Padre celestial
A los Padres Bertrand ROMA, m.s.a., Isaac Martínez CHUQUIZANA,
m.s.a. y Christian RODEMBOURG, m.s.a. quienes me incentivaron con sus
consejos y cuyo apoyo fraterno, material y espiritual es inmenso.
4
AGRADECIMIENTOS
A los ilustres profesores e investigadores de la Pontificia Universidad Javeriana,
María Lucía Jímenez de Zitzmann, Doctora en teología bíblica y al Padre Pedro Ortiz
Valdivieso, s.j., Doctor en Sagrada Escritura, por haber creado el Método Semántico
Teológico que sirvió para esta investigación y cuyos aportes son sorprendentes
A la Doctora María Lucía Jímenez de Zitzmann quien dirigió esta monografía, por su
paciencia y cariño, su dedicación y sabiduría. Su constante apoyo hizo realidad el
sueño de hacerme un estudioso e investigador bíblico. Por su amor y su deseo
ardiente de conocer el Misterio de Dios escondido en el texto bíblico y aconteciendo
en la vida de toda persona humana, ella hizo suya mi preocupación desde el inicio de
esta investigación
A mis profesores de Posgrado de teología, quienes discreta y generosamente me han
brindado su amistad, su apoyo efectivo y me han enseñado el sentido del rigor y la
nobleza de la investigación teológica
A los miembros del consejo general de los Misioneros de los Santos Apóstoles,
quienes confiaron en mí y me dieron la oportunidad de investigar, comprender,
interpretar y comunicar la riqueza teológica y vital de este texto fundamental de
nuestra espiritualidad
A todos ellos, mi inmenso afecto y sincera gratitud.
5
Contenido
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................... 8
PRIMER PASO ............................................................................................................................. 27
ESTRUCTURA SINCRONICA DE LA CARTA A LOS EFESIOS ............................................ 27
1.1 OBJETIVO DE LA LECTURA SINCRÓNICA DEL TEXTO ............................................................. 27 1.2 LA IMPORTANCIA DE LA PRE-COMPRENSIÓN DE LA FE PARA EL MÉTODO DE ANÁLISIS
SEMÁNTICO TEOLÓGICO ..................................................................................................................... 28
1.3 INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS SINCRÓNICO DEL TEXTO ................................................................. 29 1.3.1 Identificación y análisis inicial de los dinamismos soteriológicos presentes en el saludo y
en el Himno .................................................................................................................................. 29
1.4 CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS SINCRÓNICO DEL PRIMER PASO ..................................................... 44 1.5 CAMPOS SEMÁNTICOS QUE SIGNIFICAN LA ACCIÓN SOTERIOLÓGICA DE CRISTO IDENTIFICADOS EN
LA TOTALIDAD DE LA CARTA Y SU FRECUENCIA ................................................................................ 46
SEGUNDO PASO .......................................................................................................................... 51
ANALISIS DIACRONICO DE LOS TERMINOS CLAVES DE LA INVESTIGACION .......... 51
2.1 SIGNIFICACIÓN DEL DINAMISMO SOTERIOLÓGICO DE CRISTO EN LA CARTA A LOS EFESIOS ........ 51
2.2 JUSTIFICACIÓN DE LA OPCIÓN INVESTIGATIVA POR EL HIMNO ..................................................... 52
2.3 ANÁLISIS DE LOS CAMPOS SEMÁNTICOS DE COMUNIÓN Y DE UNIDAD ............................... 54
2.3.1 La comunión en el Nuevo Testamento y en la Teología paulina .................................. 54
2.3.2 La unidad en el Nuevo Testamento y en la Teología paulina ....................................... 61
2.4 IMPORTANCIA DE LAS PREPOSICIONES COMO DINAMISMOS SOTERIOLÓGICOS DE
COMUNIÓN Y DE UNIDAD ................................................................................................................... 63
2.4.1 La preposición griega “eivj” (a, hacia, hasta) ................................................................... 64
2.4.2 La preposición griega “evn” (en) ..................................................................................... 65
2.4.3 La preposición griega “suvn” (junto, con, en compañía de) ........................................... 68
2.4.4 La preposición griega “di,a” (a través de, por medio de, por, por causa de, mediante) ... 71
TERCER PASO ............................................................................................................................. 72
INTERPRETACION TEOLOGICA ............................................................................................. 72
3.1 HERMENÉUTICA TEOLÓGICA DE LAS ACCIONES SOTERIOLÓGICAS CONTENIDAS EN EL SALUDO:
PREPARACIÓN AL DINAMISMO SALVADOR DE JESUCRISTO EXPRESADO EN ELLAS DENTRO DEL HIMNO
.......................................................................................................................................................... 72
3.1.1 El Saludo y sus contenidos teológicos, presentación que supera la clásica apreciación
del carácter normativo de las cartas de aquella época ............................................................... 74
3.1.2 Las preposiciones que expresan el dinamismo soteriológico en esta sección del texto 75
3.1.3 El dinamismo de Comunión generador de la identidad del autor de la Carta y de sus
destinatarios: entretejido de los contenidos salvíficos significados por la Gracia y la Paz ....... 76
3.1.4 La comunión con Dios y con Cristo en la Fe como fuente de Vida, Gracia y Paz
generadores de Unidad hacia la Nueva Creación ...................................................................... 78
6
3.1.5 La Comunión con Cristo, generadora de Paz en la Palabra de la Verdad y la Justicia,
sus fundamentos esenciales ......................................................................................................... 80
3.1.6 El Don de la Fe y del Amor: pilares de la Comunión en Cristo ................................... 82
3. 2 BREVE CONTEXTUALIZACIÓN DEL HIMNO A LOS EFESIOS ........................................................... 84 3.3 HERMENÉUTICA TEOLÓGICA DE LAS ACCIONES SOTERIOLÓGICAS DE CRISTO CONTENIDAS EN EL
HIMNO ............................................................................................................................................... 88
3.3.1 Aproximación a la estructura del Himno ............................................................................ 88
3.3.2 Primera Sección: Hermenéutica teológica de los dinamismos soteriológicos .................... 92
3.3.3 El dinamismo salvífico de la Redención (vv.7-8)............................................................... 106
3.3.4 El dinamismo salvífico Plenitud y Recapitulación en Cristo (vv.9-10) ............................. 113
3.4 SEGUNDA SECCIÓN: HERMENÉUTICA TEOLÓGICA DE LOS DINAMISMOS SOTERIOLÓGICOS ........ 118
3.4.1 La revelación salvífica de Dios en Cristo para los judíos (vv.11-12) ............................... 118
3.4.2 La revelación salvífica de Dios en Cristo para los gentiles (v.13) .................................... 125
3.5 ALABANZA A LA GLORIA DE DIOS (V.14) ................................................................................... 139
CUARTO PASO .......................................................................................................................... 145
LA COMUNIÓN CON CRISTO EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA HOY .............................. 145
4.1 LA IMPORTANCIA DE LA FUNCIÓN COMUNICATIVA PARA LA VIVENCIA DEL MENSAJE BÍBLICO .. 145 4.2 LA ACCIÓN SALVADORA DE LA COMUNIÓN COMO CAMINO DE VIDA DENTRO DE LA DINÁMICA DEL
PRESENTE ANÁLISIS Y SU RELACIÓN CON ASPECTOS SIGNIFICATIVOS DEL NUEVO TESTAMENTO .... 146
4.3 LA COMUNIÓN CON CRISTO COMO INVITACIÓN A REENCONTRAR EL VERDADERO
SENTIDO DE LA IDENTIDAD CRISTIANA .......................................................................................... 148
4.3.1 La afirmación de la identidad cristiana, mensaje que rebase las normas lingüísticas .. 148
4.3.2 La comunión con Cristo a la luz del Nuevo Testamento como lugar de dicha identidad
.................................................................................................................................................... 149
4.3.3 La identidad cristiana como vocación a la santidad en la comunión con Cristo .............. 150 4.4 LA VIDA DEL CRISTIANO OFRECIDA EN CRISTO PARA SER HOMBRES Y MUJERES DE GRACIA Y DE
PAZ E INSTRUMENTOS DE JUSTICIA, DE AMOR, DE PERDÓN Y DE VERDAD ...................................... 151 4.5 LA COMUNIÓN CON CRISTO COMO INVITACIÓN A UNA VIDA SENCILLA, HUMILDE Y POBRE:
CONDICIÓN PARA LA VERDADERA ALABANZA ................................................................................. 152 4.6 LA VOCACIÓN CRISTIANA COMO UNA LLAMADA A LA SANTIDAD Y PRINCIPIO UNIFICADOR DE LA
VIDA EN CRISTO ............................................................................................................................... 154
4.6.1 La intimidad con Cristo en el corazón de nuestra vocación a la santidad y en el amor .. 157
4.6.2 El amor en Cristo como un signo profético de nuestra vocación a la santidad ............... 158
4.6.3 El perdón, expresión concreta del amor en una vida de santidad en y con Cristo........... 160 4.7 EL ENTRETEJIDO VIVENCIAL DE LA COMUNIÓN CON LOS CAMPOS SEMÁNTICOS QUE HACEN
PRESENTE EL ACONTECER DE LA SALVACIÓN EN CRISTO EN LA COMUNIDAD CREYENTE ................. 162 4.8 EL CONOCIMIENTO DE CRISTO, CLAVE DE COMPRENSIÓN DE LA IDENTIDAD CRISTIANA DESDE EL
DINAMISMO DE ELECCIÓN Y PREDESTINACIÓN EN EL CONTEXTO DEL HIMNO A LOS EFESIOS .......... 163 4.8.1 Elección y Predestinación, dos campos distintos y complementarios de nuestra identidad en
Cristo .......................................................................................................................................... 163
4.8.2 El conocimiento de Cristo en la meditación orante de la Palabra de la Verdad .............. 164 4.8.3 La elección divina en Cristo: acontecer de Gracia y de Paz en la vida cristiana mediante
la escucha y la acogida de la Palabra de la Verdad .................................................................. 166
7
4.9 LA ESCUCHA Y LA ACOGIDA DE LA PALABRA, FUNDAMENTO DE LA VIDA EN EL ESPÍRITU SANTO
........................................................................................................................................................ 169
CONCLUSIÓN ............................................................................................................................ 173
BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................................... 176
8
INTRODUCCIÓN
La Sagrada Escritura ha sido a través de los siglos un lugar impresionante de
investigación. En el transcurso de los años y con el impulso efectivo del Concilio
Vaticano II, la manera de leer e interpretar la Escritura se ha ido transformando. Al
reconocer y valorar los logros de los distintos métodos de interpretación bíblica,
podemos destacar de manera especial la importancia del Método Semántico Teológico
del Nuevo Testamento, cuyo dinamismo nos conduce al núcleo vital del cristianismo:
el acontecer salvífico de Dios en la persona de Jesucristo. La Pontificia Comisión
Bíblica reconoce que:
La interpretación de la Sagrada Escritura es de importancia capital para la fe cristiana
y la vida de la Iglesia (…) El modo de interpretar los textos bíblicos para los hombres
y mujeres de nuestro tiempo tiene consecuencias directas para su relación personal y
comunitaria con Dios, y también está ligado estrechamente a la misión de la Iglesia.
Se trata de un problema vital1.
Por ello, consideramos que el método de interpretación del texto bíblico es como un
medio de transporte que utilizamos para llegar a nuestro destino. Por tanto, todo
medio de transporte, aunque eficaz y perfeccionado, no sirve para todos los destinos.
Por eso, es importante escoger un medio de transporte adecuado para el destino
deseado. Sin negar el valor y la importancia de los demás, en materia de
interpretación bíblica, optamos por el Método Semántico Teológico del Nuevo
Testamento como el más apropiado para esta investigación, que consiste
esencialmente en evidenciar y analizar los dinamismos soteriológicos presentes en el
Himno a los Efesios, elementos fundamentales hoy, para la vivencia de nuestra
identidad cristiana, imposible de separar de la comunión con Cristo.
Cabe señalar, que a la base de esta investigación se encuentra nuestra preocupación
de dar a conocer de manera especial a nuestra Sociedad de Vida Apostólica, los
1 Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, 6
9
Misioneros de los Santos Apóstoles2, la riqueza exegética y teológica contenida en Ef
1, 3-14, que nuestro fundador el Padre Eusebio-Henri Ménard dejó para sus hijos
espirituales como uno de los tres textos fundamentales3 de la espiritualidad de dicha
familia misionera. ¿Qué encontró este hombre de Dios, en su inspiración profética,
como fuerza vital en dicho texto para nuestra misión en la Iglesia y en el mundo?
Esta preocupación nos llevó a consultar con la directora del Grupo de Investigación
Bíblica “Soter”, de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia), la
posibilidad de realizar bajo su dirección y con dicho Método, fruto de la creación de
los dos profesores investigadores del Grupo, la Doctora María Lucía Jiménez de
Zitzmann, quien dirige este trabajo y el Doctor en Sagrada Escritura, Padre Pedro
Ortiz Valdivieso, S.J, la investigación monográfica. ¿En qué consiste el Método
Semántico Teológico? En el documento, “Análisis Semántico-Teológico del Nuevo
Testamento”, los dos profesores citados, plantean el objetivo de dicho método:
Descubrir y analizar –en los distintos textos del Nuevo Testamento- las acciones
salvadoras de Cristo en el contexto de los diversos campos semánticos que las
significan. El método se construye de acuerdo con el aporte fundamental de la
semántica, que pretende encontrar el sentido de los términos y de las distintas partes
del texto que expresan una determinada acción, y con base en las distintas relaciones
que lo conforman dentro de sus respectivos contextos. La manera de relacionar los
términos es a través del campo semántico, muy diferente a la construcción de un
análisis etimológico que se fija en el aspecto formal de las palabras y no tanto en su
significado… El punto de partida es el análisis de las expresiones y de su
significado4.
2 La Familia de los Misioneros de los Santos Apóstoles es una Sociedad de Vida Apostólica de la
Iglesia Católica que fue fundada en Canadá en 1946 por el Padre Eusebio-Henri Menard, O.F.M. Su
carisma es promover, formar y acompañar a jóvenes y adultos en su vocación al ministerio presbiteral
y a los demás ministerio en la Iglesia. 3 Los tres textos fundamentales que constituyen el núcleo de la Espiritualidad de los Misioneros de los
Santos Apóstoles son: Ef 1, 3-14; Jn 15, 1-17; 1Cor 12, 12-31. 4 Valvidieso Pedro Ortiz, S.J. y María Lucía Jiménez de Zitzmann, Análisis Semántico-Teológico del
Nuevo Testamento, 55
10
El Método Semántico Teológico, entre los distintos hermeneutas de los textos que
conoce, cuenta con los aportes de Louw-Nida quien establece algunos principios
básicos del análisis semántico que presentamos aquí de manera resumida:
No existen “sinónimos” en el sentido de que dos “campos semánticos” no tienen el
mismo significado en todos los contextos en los cuales se encuentran (…) Aun
cuando dos “campos semánticos” no parecen ser distinguibles en su significación
designativa o denotativa, ellos pueden ser distintos en su significación connotativa o
asociativa (…) Las diferencias en el significado (de los campos semánticos) son
marcadas por el contexto, textual o extra-textual. El significado de un campo se
define por un conjunto de elementos distintos (…) Los significados figurativos son
básicamente distintos con respecto a tres factores fundamentales: la diversidad de
contextos, las diferencias a nivel de la conciencia (popular que existe) acerca de la
relación entre el significado literal y figurativo, y el alcance del uso convencional
(…) Los distintos significados de la misma palabra y los significados relacionados
de palabras distintas, ambos, tienden a ser multidimensionales y son raras veces
ortogonales en la estructura; es decir, que los distintos significados tienden a formar
un modelo irregular de grupos en vez de estructuras ordenadas y bien organizadas5.
Así, comenzamos, a aplicar analíticamente el Método Semántico Teológico a la Carta
a los Efesios para identificar en ella los dinamismos salvíficos presentes, de acuerdo a
los requerimientos del primer paso analítico. Es de reconocerse que en la dinámica
pedagógica de este Grupo, aprendemos a investigar investigando y el contenido del
texto y la forma de abordarlo se van incorporando procesualmente a través de la
práctica investigativa y de la tutoría en los semestres siguientes.
Por ello, nuestro trabajo toma en consideración algunos núcleos problémicos que van
orientando nuestra investigación: ¿Cuáles son las acciones soteriológicas de Cristo
presentes en Ef 1, 3-14 que nos permiten, hoy en día, dar a conocer el núcleo de su
mensaje salvífico para nuestra Iglesia?
5 Véase la obra de Louw-Nida, Greek-English Lexicon of the New Testament base on Semantic
Domains que se encuentra también en BibleWorks que nos sirvió para hacer este resumen
11
La respuesta a esta pregunta no puede darse solamente desde un análisis que contenga
únicamente los catorce versículos del Himno, porque para conocerlo hace falta
ubicarlo y analizarlo dentro de su contexto total, la Carta misma. Ya en el primer
paso, como podremos apreciarlo a través de la investigación, se sacarán conclusiones
serias y novedosas que nos conducen a realizar este trabajo monográfico teniendo en
cuenta que es la comunión en y con Cristo, el hilo conductor de la Carta y
fundamento del Himno que la introduce. El análisis sincrónico de la totalidad de la
Carta es requisito fundamental para la sostenibilidad de esta afirmación como puede
verse en el anexo de esta investigación, elemento indispensable para su seguimiento.
El método nos propone, no sólo identificar las acciones soteriológicas, en este caso de
Cristo, sino también, encontrar en el texto los campos semánticos que las significan.
De esta manera, pudimos identificar 76 acciones de Cristo significadas por 86 campos
semánticos de los cuales la comunión, que no aparece como sustantivo dentro del
texto sino dinamizada por preposiciones, atraviesa la totalidad de la Carta con un total
de 47 acciones. Por ello, se hace necesario responder ¿cuáles son los campos
semánticos que significan dichas acciones soteriológicas de Cristo presentes en este
texto y con qué frecuencia aparece cada uno de ellos?
Si el Primer Paso analítico demuestra que la comunión es el hilo conductor y
fundamento soteriológico del texto, ¿Cuál es su contenido y mensaje teológico en
cada una de las acciones que se encuentra significando en dicho texto? ¿Podríamos
evidenciar a través del análisis que la comunión es el principio de identidad de la
vida cristiana? ¿Los resultados de esta investigación nos podrían ayudar a una
fundamentación de la vida cristiana hoy? Estas preguntas constituyen el núcleo del
proceso investigativo que vamos a desarrollar en cuatro pasos analíticos y dinámicos,
brindados por el Método aquí empleado. Por la dinamicidad de dicho Método y la
indisoluble relacionalidad entre los distintos procesos analíticos, preferimos hablar de
“pasos” ya que el siguiente proceso es siempre dependiente del anterior sin el cual
sería imposible avanzar y alcanzar el objetivo planteado.
12
El primer paso consiste en una lectura sincrónica que permite identificar las acciones
soteriológicas de Jesucristo, con sus respectivos campos semánticos en relación
dinámica con las expresiones afines y las otras determinaciones que contribuyen a
clarificar su sentido. La importancia de las expresiones opuestas, dentro de la
dinámica del análisis lingüístico, consiste en que ellas, muchas veces, generan y
enaltecen la dinámica soteriológica de la acción explícita.
El segundo paso, que surge del núcleo del primero, el campo semántico, se encamina
hacia un análisis diacrónico de los términos para su real comprensión y ubicación
dentro del texto; así como también el análisis de las preposiciones que se encuentran
expresando dichos dinamismos salvadores.
Con esta base fundamental, entramos en dialogo, con distintos teólogos y exegetas,
en el tercer paso de nuestro Método, propiciando una hermenéutica teológica
encaminada a esclarecer el sentido y significado de las acciones soteriológicas
significadas y entretejidas, dentro de su propio y peculiar contexto, con innumerables
campos semánticos que se entretejen, a su vez, con aquel que se encuentra
significando la acción, abriendo así, un camino para una comprensión profunda y
dinámica del texto mismo, que en diálogo con otros métodos, según se requiera,
enriquece posibilitando, una mejor interpretación.
Este recorrido nos permite llegar al cuarto paso que consiste en la comprensión de
nuestra propia realidad desde esta “nueva mirada” sobre el texto, para alcanzar una
auténtica vivencia del mensaje salvífico en el hoy de nuestra vida cristiana. Sin
embargo, para favorecer una buena lectura y un análisis rigoroso de este Himno que
se sitúa al inicio de nuestra Carta y se presenta como la fuente del mensaje que el
autor desarrolla en la totalidad del texto dirigido a los Efesios, se hace indispensable,
comenzar nuestro proceso analítico por una contextualización general de la Carta,
buscando, en lo posible, elementos informativos que puedan ampliar nuestro
13
conocimiento y ayudar a nuestro análisis: ¿Será la Carta realmente dirigida a los
Efesios? ¿El apóstol Pablo será realmente su autor? ¿Cuándo y dónde fue escrita?
Estas son algunas de las preguntas que estamos llamados a responder para asegurar,
lo más posible, el texto objeto de nuestra investigación. Es de advertir que dichas
informaciones son una ayuda para el análisis del texto así como también, contamos,
como elemento absolutamente indispensable, con la Pre-comprensión de la fe sin la
cual se hace imposible entablar una verdadera y auténtica relación con el autor ya que
nos encontramos ante un texto escrito desde la fe y para la fe de sus destinatarios.
14
CONTEXTUALIZACIÓN GENERAL DE LA CARTA6
Presentación teológica-literaria
La Carta a los Efesios es un escrito que se encuentra dentro de la literatura paulina.
Sin embargo, en comparación con los demás escritos de Pablo, la epístola no hace
explícitas referencias a la situación de la comunidad creyente, su destinataria, así
como a sus problemas específicos. En la segunda edición de la Biblia de Jerusalén, el
texto presenta una estructura dinámica que gira en torno a dos grandes secciones:
La primera, Misterio de la Salvación y de la Iglesia (1,3-3,21), que contiene: el plan
divino de la salvación (1,3-14); el Triunfo y la Supremacía de Cristo (1,15-23); la
Salvación en Cristo, don gratuito (2,1-10); Judíos y Gentiles reconciliados entre sí y
con Dios (2,11-22); Pablo, ministro del Misterio de Cristo (3,1-13); Súplica de Pablo
(3,14-21).
La segunda sección, la Exhortación (4,1-6,20), que se expresa como: un llamamiento
a la unidad (4,1-16); la Vida Nueva en Cristo (4,17-5,20); la Moral Familiar (5,21-
6,9) y el Combate Espiritual (6,10-20).
El autor empieza su Carta con un saludo inicial (1,1-2) y la termina con una
conclusión que contiene noticias personales y un saludo final (6,21-24). Sin
embargo, nos unimos a Chantal Reynier para señalar que:
La dinámica de la Carta está orientada por el Himno que tiene una función proléptica.
Las dos partes del Himno anuncian respectivamente las dos partes de la Carta. Por
ello, la primera parte del Himno (1,3-10) revela el designio de Dios que se despliega
en la primera sección (1-3), dando acceso al conocimiento de Cristo y situando a la
Iglesia en relación con Cristo. La segunda parte, (1,11-14), tiene resonancia en la
6 Aunque la Contextualización no hace parte del análisis explícito propuesto por el Método Semántico
Teológico del Nuevo Testamento, dicho método exige este paso como previo para apropiarse realmente
del Texto que se va a investigar. Por eso, le da a esta etapa previa, una gran importancia, pero sin
exigirle al investigador mayor creatividad. Se trata de considerar aspectos ya estudiados
suficientemente por otros autores. La pre-comprensión en la Fe del texto, por parte del investigador, es
el primer vínculo que lo une con el autor de la Carta. Esta etapa primordialmente ubicativa le ayuda
inmensamente en este proceso.
15
segunda sección (4-6), en la que se proyecta la manera como, en la Iglesia se origina
la apropiación del Misterio de Cristo que conduce a su vez a Cristo7.
El problema del encabezamiento. ¿Es una Carta dirigida a la Iglesia de Éfeso?8
El encabezamiento de esta Carta plantea varios problemas y no se sabe finalmente si
fue dirigida a los Efesios o a todas las iglesias de la Provincia de Asia como una carta
circular. Existe también la posición de Marción, según la cual, la carta fue dirigida a
los cristianos de Laodicea, opinión no confirmada por manuscrito alguno y
ciertamente, fundamentada en Col 4,16. La variante “en Éfeso” se encuentra apoyada
por los manuscritos a2 A B
2 D F G Y 0278. 33. 1881
9… Podemos reconocer, que en
el más antiguo manuscrito de la Carta a los Efesios, reconocido hoy en día, el P46
, no
se encuentra dicha variante. Además, se encuentra omitida en los manuscritos a* B*
6. 1739 así como en Orígenes (siglo III), Basilio y Jerónimo (siglo IV).
Es decir, que desde el saludo inicial, omitiendo la variante “en Éfeso”, no tenemos
argumentos suficientes para afirmar quienes serían los destinatarios de la Carta. La
cuestión de autoría tampoco es evidente aunque el autor se presenta como Pablo,
apóstol de Jesucristo por Voluntad de Dios (1,1). Según los Hechos de los Apóstoles,
Pablo vivió y trabajó en Éfeso durante dos a tres años (Hch 19.20, 18-35). Pero, la
pregunta que se hace es la de saber ¿cómo podría él, haber escrito una carta a dicha
comunidad cristiana sin hacer referencia al tiempo en que estuvo allí? ¿Cómo no
mencionar a las personas que conoció y no dar ninguna noticia personal?
7 Chantal Reynier, L‟Epître aux Ephésiens, 43 (asumimos la estructura presentada por este autor con
las explicaciones en las páginas 81-85. 8 Según los datos del aparato crítico de Nestle-Aland, Greek-English New Testament, 27
th ed., 2001, en
el v.1, la variante Cristou/ VIhsou/ es invertida por VIhsou/ Cristou en unos testigos de la tradición: a A
F G Y 1739 1881 R it vgcl sy
p. Pero el texto está apoyado por î46
B D P 0278 33 1505 pc b vgst.ww
syh;
Ambst. Recordemos que el testigo conocido hoy como más antiguo de la Carta a los Efesios es el î46
del año 200, que se encuentra en la biblioteca de Dublin. El códice D06, del siglo VI, que se encuentra
en la biblioteca nacional de Paris, se reconoce también como el segundo manuscrito más importante de
dicha Carta. 9 Se puede consultar a propósito los datos del aparato crítico de Nestle-Aland, Greek-English New
Testament, ed., 27, 2001, sobre la variante “en Éfeso”.
16
Por esta razón, planteamos una doble pregunta: ¿Para quién se habrá escrito esta
Carta? Y ¿Cómo llegó a ser conocida como Carta del apóstol Pablo a los Efesios?
Francis Foulkes recopila cuatro explicaciones posibles10
:
La Carta no fue enviada a una Iglesia particular sino a todo cristiano. En este caso, no
tendría la variante “en Éfeso” pero, gramaticalmente sería una interpretación bien
difícil.
La Carta fue enviada a una Iglesia local pero los datos y saludos personales fueron
posteriormente omitidos para que pudiera tener un alcance más general y llegar a
relacionarse de manera particular con Éfeso. La más grande dificultad que presenta
esta hipótesis es que en la mayoría de las cartas de Pablo se encuentran referencias
frecuentes a la situación y a las personas a quienes se dirigen sus cartas.
La Carta fue enviada a ciertas Iglesias de una determinada región, probablemente la
provincia romana de Asia. Las evidencias internas y externas proporcionan bastante
apoyo a este punto de vista. Se supone que copias de la Carta fueron enviadas a
diferentes iglesias y se dejó un espacio para que el portador llenase el nombre de la
iglesia cuando la visitara.
También se sugiere que había innumerables copias de la Carta teniendo cada una un
destinatario diferente. La copia dirigida a Éfeso fue la más generalmente aceptada
porque Éfeso era la Iglesia más importante.
Por último, ha sido defendida la opción que encuentra a esta extraña incertidumbre
acerca de los destinatarios, unida a otras características particulares de esta Carta,
como pruebas para afirmar que no fue Pablo quien en persona la escribió, sino
alguien diferente, después de la muerte del apóstol. Como lo podemos ver, ninguna
hipótesis es plenamente conclusiva ni satisfactoria.
Para el Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo:
10
Ver el comentario, de Francis Foulkes, Efésios, Introdução e comentário, 17-19 del cual dependen
las cuatro explicaciones sobre la autoría y destinatarios de la Carta.
17
El mejor modo de explicar la ausencia de “en Éfeso” es entender Ef como una
encíclica, una carta circular destinada a varias Iglesias de la provincia romana de
Asia. El primero en proponer esta teoría fue el arzobispo J. Ussher, en el s. XVII (…)
La introducción de “en Éfeso” en 1,1 y del sobrescrito posterior “A los Efesios” tal
vez se daba a la importancia de Éfeso entre las Iglesias a las que la carta iba
destinada, a la adición de “en Éfeso” en una copia del original utilizada en esa
ciudad, o a la fusión de Ef 6, 21-22 con la noticia de 2Tim 4, 12: “He enviado a
Tíquico a Éfeso”11
.
El Problema del autor y la incertidumbre sobre la autenticidad paulina
Cabe señalar que “desde el s. II hasta el XVIII, la atribución de Ef al apóstol Pablo
permaneció mayormente indiscutida. A finales del s. XVIII, la autoría paulina
empezó a ser puesta en tela de juicio (…) El cuestionamiento de la autoría paulina se
basa en el contenido, vocabulario y estilo de Ef, en sus diferencias teológicas respecto
a las cartas paulinas indiscutidas, en su dependencia literaria respecto al corpus
paulino y también respecto a Col”12
.
El problema planteado, desde el siglo XVIII, aún no está resuelto y las posiciones
son muy divergentes. Chantal Reynier, citando a M. Barth, resume dichas posiciones
fundamentadas en cuatro principales corrientes13
:
1. Los partidarios de la autenticidad paulina: Abbott, Gaugler, Grant, Harnack,
Haupt, Hort, Michaelis, Percy, Robinson, Robert, Feuillet, Sanders, Schille,
Schlier, Westcott, Barth, Hahn…
2. Los partidarios de una semi-autenticidad paulina: Benoit, Cerfaux, Goguel,
Holtzmann, Murphy O‟Connor, Wagenführer. Para éstos, la carta a los
Efesios se fundamenta en un Texto original dictado o escrito por el apóstol
que fue posteriormente complementado por un editor.
11
Paul J. Kobelski, “Carta a los Efesios” en Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo, publicado bajo
la dirección de Raymond E. Brown, Fitzmyer Joseph A. y Roland E. Murphy, 439-440 12
Ibid., 440 13
Ver el comentario aquí resumido de Chantal Reynier, op. cit., 29
18
3. Los partidarios de la no-autenticidad paulina: Allan, Beare, Bultmann,
Conzelmann, Dibelius, Goodspeed, Käsemann, Kümmel, Marxsen, Masson,
Mitton, Moffatt, Schweizer, Weiss, Gnilka, Schnackenburg, Penna, Lincoln,
Bouttier, Pokorny, Montagnini, Best, Kreitzer, Mac Donald, Aletti, Yoder
Neufeld, Romanello…
4. Los que no toman posición ni a favor ni en contra de la autenticidad paulina:
Cadbury, Jülicher…
A pesar de los datos bíblicos y extra-bíblicos que nos proporcionan las distintas
fuentes históricas, nos parece imposible resolver y concluir el problema del autor de
esta Carta. Reconocemos, como lo hemos visto anteriormente, que la Carta a los
Efesios puede ser la obra de Pablo o de un discípulo suyo que escribió poco después
de la muerte del apóstol para dar a conocer su pensamiento y mantenerlo vivo en
medio de la comunidad cristiana. Sin embargo, para tomar posición en estas
discusiones que siguen suscitando investigaciones y divergencias, hacemos nuestros,
los interrogantes y las pertinentes reflexiones de Chantal Reynier:
¿Sería realmente impensable que esta Carta no fuera de un Pablo que estuvo
pensando durante su cautividad en su propio ministerio y en el rumbo y significación
que éste podría tomar en el futuro? ¿Esta Carta sería la obra de un discípulo suyo que
quiso presentar el significado global del pensamiento paulino para toda la Iglesia?
Nada de lo analizado nos permite resolver. Si esta Carta no es realmente de Pablo,
tampoco es una traición de su pensamiento; al contrario, lo exalta sin falsearlo. Por
ello, no es imposible que después de la desaparición del apóstol, la Iglesia produzca
ese texto y lo ponga bajo su autoridad. Dada la profundidad de esta Carta, es
imposible que sea la obra de una comunidad. Sólo un individuo nos parece capaz de
haber llegado a una tal concentración digna de las grandes cartas paulinas. Decir que
este autor no es Pablo, nos plantea un problema serio, lo mismo que puede plantearse
a otros, el hecho de atribuir al apóstol dicha Carta. Hemos dicho que es imposible
resolver el problema del autor. Pero, si se nos pide hacerlo, no vemos porque no
atribuiríamos a Pablo una Carta que, si no fuera de él, debe ser reconocida como obra
de un genio tan grande como él14
.
14
Ibid., 41
19
Fecha y lugar de redacción
Los problemas sobre el lugar y fecha de redacción están estrechamente relacionados
con el de la autoría. Si la Carta no fue escrita por Pablo, debemos situar la fecha de
redacción después de la muerte del apóstol; es decir después del año 67, fecha
preferida para la muerte de Pablo (Se puede consultar la obra de Joseph A. Fitzmyer,
Teología de San Pablo, p. 42). En ese caso, la década de los años 80 aparece más
probable para varios investigadores, contemporánea a la aparición de los evangelios
de Mateo y Lucas así como los Hechos de los Apóstoles. Para Raymond Brown, si la
Carta “fue escrita por Pablo, (sería) en los 60. Si pseudónima (opinión del 80% más o
menos de la crítica), hacia los 90”15
.
Chantal Reynier afirma que “respecto a los testimonios de Clemente de Roma y de la
Didaché, la Carta a los Efesios no puede ser posterior a los años 90. Dicha Carta se
sitúa entre los años 61-64 si es de Pablo, y después del 64 si el apóstol no es el autor;
pero, de todas maneras antes del 90”16
. En la misma perspectiva, Ernest Best
argumenta que “nada en la investigación del material del NT exige una fecha anterior
a la prevista, alrededor de los años 90 para la redacción de Efesios. La fecha más
temprana podría ser, por supuesto, durante la vida de Pablo que llegó probablemente
a su fin alrededor de los años 60”17
.
Sin embargo, el autor de la Carta se presenta como Pablo, apóstol de Jesucristo (1,1),
prisionero de Cristo (3,1) o prisionero en el Señor (4,1), ministro del evangelio
conforme al don de la Gracia de Dios (3,7), padeciendo tribulaciones por el anuncio
del evangelio a favor de sus destinatarios (3,13). Los Hechos de los Apóstoles nos
ofrecen también datos sobre la cárcel de Pablo en Filipos (16, 23-40); en Jerusalén y
Cesarea (21,27-26,32) y en Roma (27,1-28,16). A propósito, José Bortolini señala
que
15
Raymond Brown, Introducción al Nuevo Testamento, 804 16
Chantal Reynier, op. cit., 28 17
Ernest Best, A critical and exegetical commentary on Ephesians, 19
20
si dependiéramos exclusivamente de Lucas, una de estas dos últimas cárceles debería
corresponder al lugar y fecha en que la Carta a los Efesios hubiera sido escrita (59-
60 en Cesarea; 61-62 en Roma). Sin embargo, la mayoría de los estudiosos,
conociendo las intenciones teológicas de Lucas en los Hechos de los Apóstoles,
tienen la opinión que Lucas omite la cárcel de Pablo en Éfeso. Durante el tercer viaje
misionero (53-57) descrito en Hch 18,22-21,16, Pablo se detuvo por casi tres años en
Éfeso (19,8-19; 20,31). Quizá por motivos estratégicos de evangelización o por
motivos de fuerza mayor, como sería una eventual cárcel18
.
Aunque Pablo no habla claramente de una posible cárcel en Éfeso, sabemos que vivió
allá situaciones dramáticas y terribles tribulaciones (1Cor 15,32; 2Cor 1,8-10). A
propósito, Bortolini reconoce que Pablo “sufrió de forma aguda y profunda, más allá
de la resistencia física, sin esperanza de vida, situación de condenado a muerte. Sin
esperanza de sobrevivir, Dios fue su única esperanza. Si Efesios es de Pablo, debe
haber sido escrita en ese tiempo (54-56) y en esas circunstancias”19
.
Estas informaciones nos muestran que los problemas sobre el lugar y fecha de
redacción, estrechamente relacionados con la autoría no están concluidos y las
distintas posiciones siguen suscitando el avance de los estudios. Refiriéndose a las
cárceles de Pablo, Ernest Best piensa que:
Las de Cesarea y Roma tenían una duración suficiente para la redacción de una o
todas la llamadas cartas de la cautividad. Pero, el problema del lugar de
encarcelamiento no está resuelto, el sitio tradicional de Roma es la referencia más
probable. Naturalmente, cuando se determina el lugar, la fecha también se determina.
Si fue Roma o Cesarea se encontrarían al final de la vida de Pablo y Efesios habría
sido escrita al inicio de los años 6020
.
El Género literario
Sin ignorar la larga tradición que reconoce esta Carta como la epístola de San Pablo a
los Efesios, Michel Bouttier afirma que
18
José Bortolini, Como ler a Carta aos Efésios, o universo inteiro reunido em Cristo, 11 19
Ibid., 15 20
Ernest Best, op. cit., 45-46
21
La apelación „epístola‟ no conviene a este texto colocado dentro de la
correspondencia paulina. Podemos ser fieles a esta tradición pero, reconociendo la
originalidad de esta Carta en el seno de dicha familia. Su objetivo no es tanto el de
convencer o informar sino el de asociar al lector a la concelebración del designio de
Dios, llamado misterio; hacerle partícipe de este proyecto por medio de la alabanza,
el conocimiento y la obediencia. Este designio, escondido desde siempre, realizado
en Jesucristo, revelado al apóstol, desplegado en la Iglesia, abarca al universo entero.
Un acto de gracia universal que abre el acceso a la esperanza para los que fueron
excluidos, derrumba toda barrera, reúne a los que estaban separados y sella una
reconciliación cósmica21
.
Sin embargo, podemos reconocer en la dinámica del texto algunos aspectos
epistolares: el saludo inicial (1,1-2); la conclusión y saludo final (6,21-24). Los
comentaristas le dieron a este texto distintas apelaciones: homilía, liturgia bautismal,
discurso iniciático, homilía sapiencial, encíclica. El estilo de la Carta se caracteriza
por una abundancia de genitivos. La largueza de las frases que se entretejen con
cortas oraciones, pone de relieve el carácter celebrativo y oracional de la Carta.
Chantal Reynier anota que la Carta contiene más verbos que sustantivos: “231 verbos
y 158 sustantivos”22
. El estilo es muy variado contiene exhortaciones, oraciones de
alabanza y acción de gracias. Esta abundancia de verbos prueba su dinamismo, que en
nuestro análisis se corrobora con la evidencia de la multitud de acciones
soteriológicas contenidas en dicho texto, dinamismo verbal que se une al de las
preposiciones, que en nuestro análisis, expresan la acción soteriológica de Cristo,
significada por el campo semántico de la comunión.
Efesios en la literatura neotestamentaria
La carta a los Efesios y la carta a los Colosenses
Andrew Lincoln afirma que
uno de los más fascinantes de los distintos enigmas que rodean la Carta a los Efesios
es la naturaleza de su relación con otra carta del corpus paulino, la carta a los
Colosenses. La relación entre las dos cartas es desde lejos la más cercana dentro del
21
Michel Bouttier, L‟Epître de saint Paul aux Ephésiens, 17 22
Chantal Reynier, op. cit., 30
22
corpus paulino y dentro del Nuevo Testamento en su totalidad… De las 1570
palabras de Colosenses, 34% vuelven a aparecer en Efesios y a la inversa 26.5% de
las 2411 de Efesios son paralelas con las de Colosenses23
.
Encontramos en las dos cartas palabras comunes: Cristo como cabeza (Col 1,18; Ef 1,
22); el hombre viejo y el Hombre Nuevo (Col 3, 9-10; Ef 4,22-24). Encontramos
también pasajes paralelos en distintos versículos (Ef 1,15-16 // Col 1,3-4; Ef 6,21-22
// Col 4,7-8). Algunos pasajes de la Carta se refieren a pasajes de Colosenses: (Ef
1,21 # Col 1,16.2, 10; Ef 2,1-5 # Col 2, 13.3,6). Sin embargo, aunque ambas cartas
tengan palabras y expresiones parecidas, cada una las trata desde una perspectiva
propia. Por ello, el desarrollo de la cristología aparece distinto en las dos cartas. Esta
similitud suscitó muchas discusiones y posiciones distintas en cuanto a su origen
respectivo. Para algunos, ambos textos fueron escritos al mismo tiempo; para otros, la
Carta a los Efesios es anterior, otra tendencia piensa en la anterioridad de Colosenses
que hubiera sido la base para la redacción de Efesios.
La carta a los Efesios y las cartas Pastorales
Aunque el contexto de la carta a los Efesios difiere del de las cartas Pastorales así
como sus problemas y objetivos, podemos anotar una similitud en el vocabulario
empleado por ambas: la frecuencia del término “Misterio” (Ef 5,32 y 1Tm 3,16); el
uso de la expresión “en Cristo” (Ef 1, 1-3… y 1Tm 1,14; 3,13; 2Tm 1,1; 1,9…). Se
observa también una similitud en la organización de la Iglesia (Ef 4,11 y 1Tm 3,8-
13). Sin embargo, la Carta a los Efesios enfatiza la relación existente entre la Iglesia-
Cuerpo y Cristo-Cabeza, mientras las Cartas Pastorales le dan más importancia a la
organización de dicha Iglesia dentro de sus respectivos contextos.
La Carta a los Efesios y otros escritos del Nuevo Testamento
Respecto al vocabulario empleado, podemos anotar con Michel Bouttier que en la
Carta a los Efesios se encuentran 30 palabras que no existen en ninguna de las Cartas
paulinas.
23
Andrew Lincoln, World Biblical Commentary, Ephesians, XLVII-XLVIII
23
26 de estas 30 palabras presentes en la Carta a los Efesios y ausentes de las
anteriores, se encuentran en los Hechos de los Apóstoles (…) También se encuentran
las expresiones relacionadas con la sangre de Cristo y la Plenitud del Espíritu. La
integración de los cristianos de origen judío y pagano que se realiza pacíficamente y
los conflictos tan acres en las cartas anteriores de Pablo son en ésta superados24.
En cuanto a la relación con la carta a los Hebreos, se observa el empleo de
expresiones comunes: fundación del mundo (Ef 1,4; Hb 4,3); el Beneplácito de Dios
(Ef 1,5.9; Hb 10,6.8.38); la Voluntad (Ef 1,5; Hb 10,5-10). En el mismo sentido,
Michel Bouttier señala que
la comparación teológica resalta la analogía del eje central de ambas cartas: la
exaltación del Mesías/Hijo, su lugar a la derecha de Dios celebrado desde los salmos
8 y 110 como resultado de la acción salvadora que caracteriza especialmente a estos
dos textos del Nuevo Testamento, asociando <Redención, Sangre y Remisión de los
pecados>. Es en el Cuerpo de Cristo que el muro de separación es abolido (el que de
los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad, Ef 2,14)
o teniendo plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús,
por este camino nuevo y vivo, inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es
decir, de su propia carne Hb 10,19-2025
.
Sin embargo, a pesar de dicha similitud, no podemos llegar a una conclusión de
dependencia literaria entre ambas cartas, aunque reconocemos con Chantal Reynier
que “48% del vocabulario de la Carta a los Efesios se encuentra también en la carta a
los Hebreos”26
.
Respecto a la Primera Carta de Pedro, se puede decir que más allá de la diferencia
que existe en sus orientaciones, Pedro enfatiza el testimonio de los cristianos y
Efesios, la celebración del Misterio de Dios que se revela en la persona de Cristo,
ambas cartas se relacionan mutuamente con palabras y expresiones comunes. Los dos
escritos empiezan con una bendición (1P1,3 y Ef 1,3) y continuan con la revelación
del Misterio escondido desde siempre (1P 1,10-12 y Ef 3,2-6). Podemos observar
también la centralidad y la exaltación de Cristo (1P 3, 22 y Ef 1, 20-21).
24
Michel Bouttier, op. cit., 29 25
Ibid., 30 26
Chantal Reynier, op. cit., 37
24
Por otra parte, a pesar de la diferencia notable de estilo y vocabulario, la Carta a los
Efesios y el Evangelio de Juan enfatizan la perspectiva de una vida cristiana
fundamentada en la comunión de amor con y en Cristo. La soteriología de ambos
escritos es esencialmente cristológica.
En el cuarto evangelio, el símbolo es el vector de la cristología; los dinamismos,
subida y bajada, describen el itinerario y la identidad del Salvador. El mundo gira en
torno al Hijo elevado. En Efesios también, la recapitulación universal se realiza en
aquel que subió y bajó para cumplirlo todo. Como en Efesios, la expresión „en
Cristo‟ toma en Juan una extensión teológica y se hace la raíz de la acción trinitaria27
.
Podemos además, observar el empleo de palabras comunes entre los dos escritos:
“antes de la fundación del mundo” (Ef 1, 4 y Jn 17, 24); “la medida del don” (Ef 4, 7
y Jn 3, 34); “caminar en la luz” (Ef 5, 8; Jn 12, 35).
Sin embargo, a diferencia de los evangelios, Efesios no le da importancia al
ministerio de Jesús ni a sus enseñanzas; por lo mismo, se aleja del género narrativo
propio de los evangelios. Estas distintas comparaciones nos permiten situar la Carta
dentro del marco contextual del Nuevo Testamento para identificar su relación con
los demás escritos y evidenciar su originalidad.
La Teología de la Carta
La Carta a los Efesios además de ser una obra eminentemente espiritual es también
una exposición profundamente teológica. En ella encontramos una eclesiología que
lejos de ser una descripción de las distintas instituciones eclesiales, apunta hacia una
Iglesia que envuelve el universo, una Iglesia cósmica. Este horizonte cosmológico se
encuentra presente en la Carta a través del empleo de las imágenes “principados”,
“potestades”, “cielos” (Ef 1,21; 3,10; 4,10).
La palabra ecclesía no hace referencia a las comunidades locales, sino a la Iglesia
universal. Para su descripción se utiliza una serie de metáforas: el cuerpo de Cristo
(1,22; 4,15s); la plenitud desbordante de Cristo (1,23; 4,15s); familia de Dios y
edificio, cuyo fundamento son los apóstoles y profetas, y cuya piedra angular es
Cristo (2,20-22), lugar de la habitación de Cristo y que él llena con la plenitud de
27
Michel Bouttier, op cit., 32
25
Dios (3,17-19). Las mismas imágenes destacan la unidad fundamental de los
creyentes, procedan de donde procedan. Cristo es el autor de esta realidad única: él,
mediante su cruz, superó las distancias y enemistades, realizó la reconciliación y
estableció la Paz (2,14-18)28
.
En la dinámica de la Carta, la Iglesia se presenta no sólo como Cuerpo de Cristo sino
también como su Pléroma. En comunión con Cristo los cristianos participan de su
Plenitud cósmica (Ef 1, 23; 4,15). La expresión “en Cristo” y sus derivados se
multiplican a lo largo de la Carta, como característica fundamental de la importancia
de la cristología de Efesios que se encuentra en el corazón de su eclesiología. Por
ello, podemos afirmar con Joachim Gnilka que:
El creyente está unido a Cristo. Esta comunión afecta y abarca todas las dimensiones
de la vida. Recordar una y otra vez esa comunión es uno de los sellos peculiares de la
teología paulina; podemos suponer además que él mismo se esforzó por considerar y
configurar su propia vida cristiana desde esa unión con Cristo. Instrumento
lingüístico privilegiado para articular esa idea es la expresión “en Cristo” o las
expresiones equivalentes “en Cristo Jesús” y “en el Señor”. En el primer plano de la
expresión “en Cristo” o “en el Señor” aparece el Señor exaltado, que fue crucificado
por los hombres, pero a quien Dios resucitó. Con el Señor exaltado se obtiene una
comunión permanente29
.
Por otra parte, la comunión del cristiano con y en Cristo, es un aspecto fundamental
de la Carta tal como lo vamos a evidenciar a lo largo de nuestro trabajo. Cristo es
aquel por quien y en quien Dios realiza su designio salvífico. Por ello, la
preponderancia de Cristo que se encuentra en el centro de este texto dinamizando
hacia Él a la comunidad creyente, nos revela su identidad esencialmente de comunión
soteriológica. En este sentido, podemos reconocer con F. Ramos que “el
acontecimiento de Cristo se halla siempre vinculado a la Iglesia. La Iglesia es
comunidad salvadora de los miembros que se integran en ella (…) La Iglesia es
28
Felipe Ramos, Diccionario de san Pablo, 405-406 29
Joachim Gnilka, Teología del Nuevo Testamento, 102
26
instrumento de Cristo en su tarea salvífica sobre la creación. La verdadera redención
del universo se realiza por Cristo a través de la Iglesia”30
.
Desde este dinamismo de salvación en Cristo, tal como lo vamos a ver, la Carta a los
Efesios no sólo nos orienta hacia el horizonte de una escatología futura que dinamiza
la vida del cristiano hacia la Redención final en Cristo sino también una escatología
que se hace presente y se realiza en la vida de la comunidad cristiana. Dentro de este
dinamismo, Dios da a conocer su Misterio conforme al Beneplácito de su Voluntad;
Misterio escondido desde siempre, que Él quiso realizar en la Plenitud de los tiempos,
hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la
tierra (Ef 1, 9-10).
Este campo semántico del Misterio, en la teología de la Carta, se utiliza para dar a
conocer la íntima relación entre Cristo y su Iglesia, imagen que se fundamenta en la
relación conyugal (Ef 5, 32). En el acontecer de este Misterio divino en la vida de los
creyentes, se perfila una nueva concepción y situación del Hombre, una nueva
antropología. “Aunque el hombre todavía se debate en el mundo y se halla bajo la
influencia de los „poderes‟, al estar ya „en Cristo‟, su victoria está asegurada de
antemano. Contando, por supuesto, con que el cristiano se ciña la armadura de
Dios”31
.
Desde el concepto de la Iglesia que abarca el universo, podemos decir que la Carta a
los Efesios, es un instrumento bíblico importante hoy para el diálogo ecuménico.
Raymond Brown nos hace observar que “Ef, calificada como „la corona del
paulinismo‟ (…) es más atractiva para muchos, puesto que les ahorra la compleja
argumentación de Rm. Especialmente atrayente para una época de ecumenismo es la
magnífica visión de Ef de la iglesia universal y de la unidad de los cristianos”32
.
30
Felipe Ramos, op. cit., 406 31
Ibid., 407-408 32
Raymond Brown, op. cit., 803
27
PRIMER PASO
ESTRUCTURA SINCRONICA DE LA CARTA A LOS EFESIOS
1.1 Objetivo de la lectura sincrónica del texto
Esta lectura es el primer paso exigido por nuestra metodología. En él, pretendemos
encontrar en el texto bíblico los dinamismos expresados por las acciones
soteriológicas y/o relaciones activas, en nuestro caso, de Cristo. Dichas acciones se
encuentran significadas por campos semánticos que relacionan y explicitan el tejido
textual que las acompañan evidenciando así elementos lingüísticos y filológicos
esenciales para la comprensión del texto.
El método encuentra fundamental en este primer paso de la investigación, explicitar
afinidades y opuestos de la acción, así como también las otras determinaciones que
van clarificando dentro del texto mismo, su dinamismo soteriológico. Es preciso
también tener claras las relacionalidades establecidas por las acciones, ya sean con
Cristo, el Padre, el Espíritu o la Comunidad e identificar a sus beneficiarios.
Teniendo en cuenta que en las lecturas previas al análisis investigativo, ya se ha
establecido un vinculo entre el autor, el texto y el lector gracias a la Pre-comprensión
de la Fe y a un conocimiento previo del contexto general de la Carta, se procede en
este primer paso a determinar los contextos tanto inmediatos como amplios que
contienen a cada una de las acciones.
Todos estos puntos son fundamentales para conocer y dar fundamento a los
elementos que se entretejerán con los siguientes pasos analíticos para comprender e
interpretar los dinamismos salvíficos presentes en el texto. Como lo hemos dicho en
la introducción, este primer paso se da en la práctica investigativa dentro del grupo
de investigación en Biblia “Soter”, bajo la dirección de la Doctora María Lucía de
Zitzmann. Las acciones encontradas y analizadas nos revelan que el campo semántico
de mayor significación en la Carta a los Efesios es el campo de la comunión que
28
atraviesa la totalidad de la Carta, dándole unidad y coherencia. Esta es la razón que
nos motivó para escogerlo como objetivo de esta investigación.
1.2 La importancia de la Pre-comprensión de la Fe para el Método de Análisis
Semántico Teológico
El texto bíblico es un texto vivo con una riqueza inagotable que quiere transmitir al
creyente un mensaje de fe para ir conociendo y fortaleciendo su experiencia de Dios
que acontece día tras día en su vida personal y comunitaria. Por ello, el mensaje
bíblico fue escrito por el autor sagrado desde la fe y para la fe de sus destinatarios.
Esta Pre-comprensión de la fe es un elemento fundamental en la “nueva mirada”
que propicia el Método de Análisis Semántico Teológico en su acercamiento al texto
Sagrado del Nuevo Testamento y su deseo de comprender cada vez más el acontecer
de la salvación divina en el hoy de nuestra vida. “El vínculo intrínseco entre Palabra y
fe muestra que la auténtica hermenéutica de la Biblia sólo es posible en la fe eclesial,
que tiene su paradigma en el sí de María. San Buenaventura afirma en este sentido
que, sin la fe, falta la clave de acceso al texto sagrado”33
.
Ubicándose en contextos de vida y tiempos distintos, la fe es lo que une
profundamente al autor sagrado con el creyente de todos los tiempos quien quiere
comprender y vivenciar su identidad cristiana, descubriendo a Dios en la lectura y
meditación de su Palabra. Sin esta Pre-comprensión de la fe, toda interpretación y
comprensión del mensaje revelado no será completa y correría el riesgo de reducirse a
una investigación científica que podría hacerse a cualquier otro texto. Por eso, la
Constitución Dogmática Dei Verbum afirma que:
Cuando Dios se revela, el hombre tiene que someterse con la fe. Por la fe se entrega
entera y libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y
voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela. Para dar esta respuesta de la fe
es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio
interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del
espíritu y concede a todos gusto en aceptar y creer la verdad”. Para que el hombre
33
Benedicto XVI, Exhortación Apostólica Postsinodal, Verbum Domini, no 29
29
pueda comprender cada vez más profundamente la revelación, el Espíritu Santo
perfecciona constantemente la fe con sus dones34
.
Nuestra experiencia del Dios de nuestro Señor Jesucristo, dentro de la
comunión eclesial en la meditación de la Palabra de la Verdad, el Evangelio
de salvación, es ante todo una experiencia de fe. Por ello, “la intensidad de
una auténtica experiencia eclesial acrecienta sin duda la inteligencia de la fe
verdadera respecto a la Palabra de Dios; recíprocamente, se debe decir que
leer en la fe las Escrituras aumenta la vida eclesial misma (…) De este modo,
la escucha de la Palabra de Dios introduce y aumenta la comunión eclesial de
los que caminan en la fe”35
.
1.3 Introducción al análisis sincrónico del Texto
1.3.1 Identificación y análisis inicial de los dinamismos soteriológicos presentes
en el saludo y en el Himno
1.3.1.1 El Saludo36
: (1, 1-2)
Hemos de recordar que el objeto de nuestra Investigación se concentra
específicamente en Ef 1, 3-14. Sin embargo, queremos presentar brevemente, un
análisis del Saludo, ya que en este contexto anterior se encuentran algunos campos
semánticos que se van entretejiendo con el Himno, dándole a la totalidad de la Carta
su carácter dinámico y vital. Señalamos, en el Saludo, que en la BJ no se encuentra la
variante “en Éfeso” presente en el texto griego. Dicha variante fue analizada en la
contextualización desde los manuscritos antiguos. Señalamos también que se
encuentra en algunas ediciones de la Biblia como: Dios Habla Hoy, 1994; Reina
Valera, 1995. Además, la variante “que están” presente en el texto griego y en
34
Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Dei Verbum, no 5
35 Benedicto XVI, op. cit., n
o 30
36 Respecto a los contextos distinguimos: el más amplio de la totalidad de la Carta (1,1-6, 24); el
amplio que contiene las dos grandes secciones (1,3-3,21 y 4,1-6,20) y los contextos inmediatos que
dentro del texto contienen las acciones soteriológicas.
30
distintos manuscritos antiguos está ausente en la BJ. Lo tenemos en cuenta en nuestra
traducción para aproximarnos lo más fielmente posible al texto griego.
Texto griego: Nestle-Aland, Greek-English New Testament, 27th
ed., 2001
1Pau/loj avpo,stoloj Cristou/ VIhsou/ dia. qelh,matoj qeou/ toi/j agi,oij toi/j ou=sin Îevn
VEfe,sw|Ð kai. pistoi/j evn Cristw/| VIhsou/( 2ca,rij u`mi/n kai. eivrh,nh avpo. qeou/ patro.j
h`mw/n kai. kuri,ou VIhsou/ Cristou/Å
Traducción española: Biblia de Jerusalén 1975
1Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos [que están en
Éfeso] y fieles en Cristo Jesús. 2Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro
Padre, y del Señor Jesucristo.
En el siguiente análisis, que presentamos en tablas, el número de los dinamismos es
representado con cifras romanas y con el color rosado. Después del número, se
presenta la referencia bíblica y a continuación, el texto griego y la traducción
española así como los dinamismos soteriológicos que pueden ser acciones o
relaciones activas. Dichos dinamismos de comunión con y en Cristo son resaltados
con el color azul y subrayados. Se identifican también los campos semánticos que
significan dichas acciones así como las expresiones afines y otras determinaciones
que las clarifican. Hemos de precisar con los autores de dicho método que:
Al comparar todas las expresiones, se descubren afinidades de diversos tipos y al
reunir las expresiones afines se descubren diversos campos en que varias expresiones
se relacionan entre sí. Esto es lo que llamamos los campos semánticos. El estudio de
los campos semánticos de un determinado escrito del Nuevo Testamento nos revela
que la acción salvífica de Cristo se expresa dentro de una gran variedad de campos de
significado, muchos de los cuales no aparecen a primera vista como terminología
31
específica del lenguaje religioso, sino que hacen parte del lenguaje de la vida humana
en sus múltiples y variados aspectos37
.
Se identifica, al fin, la relacionalidad de los beneficiarios con Cristo según los
distintos contextos. Podemos señalar que en el contexto del Himno que se inicia en la
Carta como una alabanza dirigida a Dios, no se encuentran las expresiones opuestas
que el autor utiliza a veces en los siguientes capítulos para enaltecer dichos
dinamismos.
I
Ef 1,1
Pau/loj avpo,stoloj Cristou/ VIhsou/ dia. qelh,matoj qeou/ toi/j agi,oij toi/j ou=sin
Îevn VEfe,sw|Ð kai. pistoi/j evn Cristw/| VIhsou/38
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús
Relación soteriológica: Pablo apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios
Campo Semántico: Comunión
Expresiones afines: a los santos y fieles en Cristo Jesús
Otras determinaciones: Gracias a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre, y del
Señor Jesucristo
Relación con Cristo: Comunión, pertenencia
Beneficiarios de la relación salvífica: los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: el Saludo
II
Ef 1,1
Pau/loj avpo,stoloj Cristou/ VIhsou/ dia. qelh,matoj qeou/ toi/j agi,oij toi/j ou=sin
Îevn VEfe,sw|Ð kai. pistoi/j evn Cristw/| VIhsou/
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús
Relación soteriológica: a los santos y fieles en Cristo Jesús Campo Semántico: Comunión Expresiones afines: Pablo apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios Otras determinaciones: Gracias a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre, y del
37
Valvidieso Pedro Ortiz, S.J. y María Lucía Jiménez de Zitzmann, op. cit., 55-56 38
Podemos anotar en esta acción, la presencia de los títulos de Pablo como “apóstol” y de Jesús como
“Cristo”
32
Señor Jesucristo
Relación con Cristo: Comunión, unidad Beneficiarios de la relación salvífica: los santos y fieles en Cristo Jesús Contexto inmediato: el saludo
III
Ef 1, 2 ca,rij umi/n kai. eivrh,nh avpo. qeou/ patro.j h`mw/n kai. kuri,ou VIhsou/ Cristou/39
Gracias a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo
Relación soteriológica: Gracias a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre, y del Señor
Jesucristo Campos Semánticos: Comunión, Gracia y Paz
Expresiones afines: Pablo apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios
A los santos y fieles en Cristo Jesús
Otras determinaciones: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha
elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el
amor
Relación con Cristo: Agente con el Padre Beneficiarios de la relación salvífica: los santos y fieles en Cristo Jesús Contexto inmediato: el saludo
1.3.1.2 El Himno: 1, 3-14
Recordamos que el Himno es el texto específico de nuestra Investigación.
Empezaremos con un estudio sobre la estructura literaria del texto de la Bendición
para lo cual, presentaremos con base en su estructura rítmica. En seguida,
mostraremos otras estructuras y al inicio de la hermenéutica teológica (pp. 81-85),
justificaremos nuestra opción por la estructura de Chantal Reynier.
Como lo pueden ver, en la traducción propuesta por el Grupo de Investigación
“Soter” (después del texto griego de la siguiente página), el Himno a los Efesios
presenta una estructura bipartita, dinamizada en cada una de sus partes por tres
39
Señalamos en esta acción soteriológica la afirmación de Jesús como “Señor” y “Cristo” y la de
Dios como el “Padre” nuestro
33
momentos dinámicos que presentaremos más detalladamente al inicio de la
hermenéutica teológica del tercer paso. La última fase de la primera sección se
encuentra rodeada por la expresión “en él”, enfatizando el lugar de Cristo en las
acciones que se encuentran significadas en ellas.
El campo de la Predestinación presente en el v.5 de la primera sección y en el v.11 de
la segunda sección, es dinamizadas, a su vez, por los campos de la voluntad divina y
la alabanza (de su gloria). La presencia del Espíritu Santo dinamiza las últimas
acciones, dándole al Himno su carácter trinitario. Como lo hemos señalado,
presentamos al inicio del Tercer Paso de nuestra Investigación (pp. 81-85), otros
elementos analíticos importantes para la comprensión de la estructura literaria del
Himno.
Texto griego: Nestle-Aland, Greek-English New Testament, 27th
ed., 200140
3 Euvloghto.j o` qeo.j kai. path.r tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/( o` euvlogh,saj h`ma/j
evn pa,sh| euvlogi,a| pneumatikh/| evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/|( 4 kaqw.j evxele,xato
h`ma/j evn auvtw/| pro. katabolh/j ko,smou ei=nai hma/j a`gi,ouj kai. avmw,mouj katenw,pion
auvtou/ evn avga,ph|( 5 proori,saj h`ma/j eivj ui`oqesi,an dia. VIhsou/ Cristou/ eivj auvto,n(
kata. th.n euvdoki,an tou/ qelh,matoj auvtou/( 6 eivj e;painon do,xhj th/j ca,ritoj auvtou/ h-j
evcari,twsen h`ma/j evn tw/| hvgaphme,nw|Å
40 En el aparato crítico, vemos que la variante kai. path.r del v.3 es omitida en el códice B y se trata de
una omisión mayor. Es el único manuscrito en el que se señala dicha omisión. Se puede considerar que
el texto se encuentra apoyado por los demás manuscritos. En el v.6, el pronombre relativo, genitivo
femenino h-j está sustituido por en h en: a2 D (F) G Y R. Pero el texto impreso está apoyado por î46
a* A B P 0278 6 33 81 365 1175 1739 1881 2464 pc. Metzger señala a su vez que se optó por h-j dado
la importancia del apoyo externo y teniendo en cuenta que los copistas hayan cambiando la lectura más
difícil por la menos difícil. Se puede consultar el comentario de Bruce Metzger en, Un Comentario
textual al Nuevo Testamento griego, volumen complementario de The Greek New Testament, 4ed.,
528. Cabe señalar que este vocablo h-j será analizado en el segundo paso de nuestro trabajo por su
importante relación con el dinamismo de la unidad.
34
7 VEn w-| e;comen th.n avpolu,trwsin dia. tou/ ai[matoj auvtou/( th.n a;fesin tw/n
paraptwma,twn( kata. to. plou/toj th/j ca,ritoj auvtou/ 8 h-j evperi,sseusen eivj h`ma/j( evn
pa,sh| sofi,a| kai. fronh,sei(
9 gnwri,saj h`mi/n to. musth,rion tou/ qelh,matoj auvtou/( kata. th.n euvdoki,an auvtou/ h]n
proe,qeto evn auvtw/| 10 eivj oivkonomi,an tou/ plhrw,matoj tw/n kairw/n(
avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw/|( ta. evpi. toi/j ouvranoi/j kai. ta. evpi. th/j
gh/j evn auvtw/|Å
11 VEn w-| kai. evklhrw,qhmen proorisqe,ntej kata. pro,qesin tou/ ta. pa,nta evnergou/ntoj
kata. th.n boulh.n tou/ qelh,matoj auvtou/ 12 eivj to. ei=nai hma/j eivj e;painon do,xhj auvtou/
tou.j prohlpiko,taj evn tw/| Cristw/|Å 13 VEn w-| kai. u`mei/j avkou,santej to.n lo,gon th/j
avlhqei,aj( to. euvagge,lion th/j swthri,aj umw/n( evn w-| kai. pisteu,santej evsfragi,sqhte
tw/| pneu,mati th/j evpaggeli,aj tw/| a`gi,w|( 14 o[ evstin avrrabw.n th/j klhronomi,aj h`mw/n(
eivj avpolu,trwsin th/j peripoih,sewj( eivj e;painon th/j do,xhj auvtou/Å
Traducción propuesta por el Grupo de Investigación “Soter”
3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo
Que nos ha bendecido con toda bendición espiritual, en los cielos,
en Cristo; 4como nos eligió en él, antes de la fundación del mundo,
para ser nosotros santos y sin tacha delante de él en el amor.
5Predestinándonos para hijos de adopción por medio de Jesucristo,
para sí mismo, según el beneplácito de su voluntad, 6para alabanza
de su gracia, con la que nos agració en el Amado.
7En él, tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de las
transgresiones, según la riqueza de su gracia, 8que ha prodigado
sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia
9Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su
35
beneplácito que se propuso en él, 10
para realizarlo en la
plenitud de los tiempos, recapitular todas las cosas en Cristo, las
(que están) en los cielos y las (que están) en la tierra.
11En Él, fuimos elegidos en herencia habiendo sido predestinados
según el previo designio del que realiza todo, conforme a la decisión
de su voluntad, 12
para ser nosotros, alabanza de su gloria, los que ya
antes esperábamos en Cristo.
13En él, también vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el
Evangelio de vuestra salvación, y creyendo también en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, 14
que es prenda de
nuestra herencia,
para redención del Pueblo de su posesión para alabanza de su gloria.
Traducción de la Sagrada Biblia de F. Cantera – M. Iglesias (2009)
3Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que en los cielos nos bendijo en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales:
4porque nos eligió en él, antes de la creación del mundo,
para que fuéramos santos e inmaculados en su presencia por [la] caridad,
5habiéndonos predestinado para ser sus hijos adoptivos por Jesucristo
conforme al beneplácito de su voluntad,
6para alabanza de[l] esplendor de su gracia,
de la que nos colmó en el[Hijo] querido
7en el que tenemos la redención por su sangre,
36
el perdón de las ofensas,
conforme a las riquezas de su gracia,
8la que hizo desbordar sobre nosotros
en toda clase de sabiduría y prudencia
9dándonos a conocer el misterio de su voluntad,
conforme al proyecto que se había propuesto 10
realizar
cuando se cumpliera el momento preciso:
recapitular en Cristo el universo
(las cosas [que hay] en los cielos y las [que hay] en la tierra); en él,
11en quien además fuimos constituidos herederos,
habiendo sido predestinados
conforme a[l] designio del que obra todo según el plan de su voluntad,
12para que seamos alabanza de su esplendor,
nosotros, los que ya habíamos esperado en el Mesías;
13en el que también vosotros, después de oír la palabra de la verdad,
el evangelio de vuestra salvación;
en el que, después de haber abrazado también la fe,
fuisteis marcados con el sello del Espíritu Santo prometido,
14que es arras de nuestra herencia,
con vistas a [la] redención de su patrimonio
para alabanza de su esplendor.
Traducción española: Biblia de Jerusalén (Edición 1975)
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido con toda clase de
bendiciones espirituales, en los cielos, en
37
Cristo;
4 por cuanto nos ha elegido en él antes
de la fundación del mundo,
para ser santos e inmaculados en su
presencia, en el amor;
5 eligiéndonos de antemano para ser sus
hijos adoptivos por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad, 6
para alabanza de la gloria de su gracia
con la que nos agració en el Amado.
7 En él tenemos por medio de su sangre
la redención,
el perdón de los delitos,
según la riqueza de su gracia 8 que ha prodigado sobre nosotros
en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el Misterio de su
voluntad
según el benévolo designio
que en él se propuso de antemano, 10
para realizarlo en la plenitud de los
tiempos:
hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza,
lo que está en los cielos y lo que está
en la tierra. 11
A él, por quien entramos en herencia,
elegidos de antemano
según el previo designio del que realiza
todo
conforme a la decisión de su voluntad,
12
para ser nosotros
alabanza de su gloria,
los que ya antes esperábamos en Cristo. 13
En él también vosotros,
tras haber oído la Palabra de la verdad,
el Evangelio de vuestra salvación,
38
y creído también en él,
fuisteis sellados con el Espíritu Santo
de la Promesa, 14
que es prenda de nuestra herencia,
para redención del Pueblo de su posesión,
para alabanza de su gloria
IV
Ef 1,3-4 Euvloghto.j o` qeo.j kai. path.r tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/( o euvlogh,saj h`ma/j evn pa,sh| euvlogi,a| pneumatikh/| evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/|( kaqw.j evxele,xato h`ma/j evn auvtw/| pro. katabolh/j ko,smou
ei=nai h`ma/j a`gi,ouj kai. avmw,mouj katenw,pion auvtou/ evn avga,ph|41
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de
bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación
del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor
Acción soteriológica: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo Campos semánticos: Comunión, bendición
Expresiones afines: Por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser
santos e inmaculados en su presencia, en el amor; Predestinándonos para ser sus hijos adoptivos por
medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la
que nos agració en el Amado.
Otras determinaciones: En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los
delitos, según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
dándonos a conocer el Misterio de su voluntad
Relación con Cristo: Mediación, comunión
Beneficiarios: los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El Plan divino de la salvación. EL Himno
Contexto amplio: El misterio de la salvación y de la Iglesia. Primera Sección de la Carta
V
Ef 1, 3-4 Euvloghto.j o` qeo.j kai. path.r tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/( o euvlogh,saj h`ma/j evn pa,sh| euvlogi,a| pneumatikh/| evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/|( kaqw.j evxele,xato h`ma/j evn auvtw/| pro. katabolh/j ko,smou
ei=nai h`ma/j a`gi,ouj kai. avmw,mouj katenw,pion auvtou/ evn avga,ph| Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de
bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación
del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor
Acción soteriológica: Por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos
e inmaculados en su presencia, en el amor
41
Observamos que en esta acción, Dios es llamado “Padre” no de nosotros sino de Jesús, quien a su
vez, es reconocido como “Cristo” y “Señor” nuestro.
39
Campos semánticos: Comunión, Elección, Santidad, Amor
Expresiones afines: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido
con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo. Predestinándonos para ser sus hijos
adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad; para alabanza de la gloria de
su gracia con la que nos agració en el Amado.
Otras determinaciones: En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos,
según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
dándonos a conocer el Misterio de su voluntad
Relación con Cristo: Mediador, comunión
Beneficiarios: los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
VI
Ef 1,5-6 proori,saj h`ma/j eivj ui`oqesi,an dia. VIhsou/ Cristou/ eivj auvto,n( kata. th.n euvdoki,an tou/ qelh,matoj
auvtou/( eivj e;painon do,xhj th/j ca,ritoj auvtou/ h-j evcari,twsen h`ma/j evn tw/| hvgaphme,nw|42 Eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito
de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que se agració en el Amado
Acción soteriológica: Predestinándonos para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el
beneplácito de su voluntad
Campos semánticos: Predestinación, Adopción, Voluntad
Expresiones afines: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido
con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo. Por cuanto nos ha elegido en él
antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor. Para
alabanza de la gloria de su gracia con la que se agració en el Amado
Otras determinaciones: En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los pecados,
según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
dándonos a conocer el Misterio de su voluntad. A Él por quien entramos en herencia, predestinados
según el previo designio del que realiza todo, conforme a la decisión de su Voluntad
Relación con Cristo: Mediador
Beneficiarios: los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
VII
Ef 1,5-6 proori,saj h`ma/j eivj ui`oqesi,an dia. VIhsou/ Cristou/ eivj auvto,n( kata. th.n euvdoki,an tou/ qelh,matoj
auvtou/( eivj e;painon do,xhj th/j ca,ritoj auvtou/ h-j evcari,twsen h`ma/j evn tw/| hvgaphme,nw| Eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito
de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado
Acción soteriológica: Para alabanza de la gloria de su gracia en la que nos agració en el Amado
42
Podemos anotar que los beneficiarios de esta acción salvífica son llamados “hijos adoptivos” (de
Dios) quien es el Padre nuestro (1,2) y de nuestro Señor Jesucristo (1,3). Jesús es presentado como
“Cristo” y el “Amado”.
40
Campos semánticos: Gloria, Gracia, (Hijo) Amado, Comunión
Expresiones afines: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido
con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo. Por cuanto nos ha elegido en él
antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor.
Predestinándonos para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su
voluntad. Según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e
inteligencia, dándonos a conocer el Misterio de su voluntad
Otras determinaciones: En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los
pecados… Hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra
Relación con Cristo: Mediador de la revelación del Padre en la gracia y en el amor
Beneficiarios: los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
VIII
Ef 1,7-10 VEn w-| e;comen th.n avpolu,trwsin dia. tou/ ai[matoj auvtou/( th.n a;fesin tw/n paraptwma,twn( kata. to. plou/toj th/j
ca,ritoj auvtou/ h-j evperi,sseusen eivj h`ma/j( evn pa,sh| sofi,a| kai. fronh,sei(gnwri,saj h`mi/n to. musth,rion tou/ qelh,matoj auvtou/( kata. th.n euvdoki,an auvtou/ h]n proe,qeto evn auvtw/| eivj oivkonomi,an tou/ plhrw,matoj tw/n kairw/n(
avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw/|( ta. evpi. toi/j ouvranoi/j kai. ta. evpi. th/j gh/j evn auvtw/|43 En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia que
ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el Misterio de su voluntad,
según el benévolo designio que en él se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos, hacer
que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra
Acción soteriológica: En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los pecados
(trasgresiones), según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e
inteligencia Campos semánticos: Muerte sacrificial (sangre), Redención, Perdón, Transgresión
Expresiones afines: dándonos a conocer el Misterio de su voluntad, según el benévolo designio que
en él se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos, hacer que todo tenga a
Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra
Otras determinaciones: En Él por quien entramos en herencia, predestinados según el previo designio
del que realiza todo, conforme a la decisión de su Voluntad
Relación con Cristo: Comunión, mediador
Beneficiarios: Los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
IX
Ef 1, 7-10 VEn w-| e;comen th.n avpolu,trwsin dia. tou/ ai[matoj auvtou/( th.n a;fesin tw/n paraptwma,twn( kata. to. plou/toj th/j
ca,ritoj auvtou/ h-j evperi,sseusen eivj h`ma/j( evn pa,sh| sofi,a| kai. fronh,sei(gnwri,saj h`mi/n to. musth,rion tou/ qelh,matoj auvtou/( kata. th.n euvdoki,an auvtou/ h]n proe,qeto evn auvtw/| eivj oivkonomi,an tou/ plhrw,matoj tw/n kairw/n(
avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw/|( ta. evpi. toi/j ouvranoi/j kai. ta. evpi. th/j gh/j evn auvtw/| En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia que
43
Respetando las distintas traducciones del término que analizaremos en el Tercer Paso de nuestro
trabajo, podemos anotar en esta acción, la afirmación de Jesús como “Cristo” y “Cabeza”.
41
ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el Misterio de su voluntad,
según el benévolo designio que en él se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos, hacer
que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra
Acción soteriológica: Según el benévolo designio que en él se propuso de antemano, para realizarlo
en la plenitud de los tiempos
Campos semánticos: Designio (salvífico), Plenitud de los tiempos, Comunión
Expresiones afines: En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los pecados
(trasgresiones), según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e
inteligencia, dándonos a conocer el Misterio de su voluntad… Hacer que todo tenga a Cristo por
cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra
Otras determinaciones: En Él por quien entramos en herencia, predestinados según el previo designio
del que realiza todo, conforme a la decisión de su Voluntad
Relación con Cristo: Comunión, Causa, Mediador, Realización
Beneficiarios: Los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
X
Ef 1, 7-10
VEn w-| e;comen th.n avpolu,trwsin dia. tou/ ai[matoj auvtou/( th.n a;fesin tw/n paraptwma,twn( kata. to. plou/toj th/j
ca,ritoj auvtou/ h-j evperi,sseusen eivj h`ma/j( evn pa,sh| sofi,a| kai. fronh,sei(gnwri,saj h`mi/n to. musth,rion tou/ qelh,matoj auvtou/( kata. th.n euvdoki,an auvtou/ h]n proe,qeto evn auvtw/| eivj oivkonomi,an tou/ plhrw,matoj tw/n kairw/n(
avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw/|( ta. evpi. toi/j ouvranoi/j kai. ta. evpi. th/j gh/j evn auvtw/| En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia que
ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el Misterio de su voluntad,
según el benévolo designio que en él se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos, hacer
que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra
Acción soteriológica: Hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que
está en la tierra
Campos semánticos: Designio salvífico, Plenitud de los tiempos, Recapitulación, Cabeza (Cristo)
Expresiones afines: En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los pecados,
según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
dándonos a conocer el Misterio de su voluntad, según el benévolo designio que en él se propuso de
antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos
Otras determinaciones: En Él por quien entramos en herencia, predestinados según el previo designio
del que realiza todo, conforme a la decisión de su Voluntad
Relación con Cristo: Cristo, causa y plenitud de lo creado
Beneficiarios: Los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
XI
Ef 1, 11 VEn w-| kai. evklhrw,qhmen proorisqe,ntej kata. pro,qesin tou/ ta. pa,nta evnergou/ntoj kata. th.n boulh.n
tou/ qelh,matoj auvtou/
A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza
42
todo conforme a la decisión de su voluntad
Acción soteriológica: En Él por quien fuimos elegidos en herencia, habiendo sido predestinados
según el previo designio del que realiza todo, conforme a la decisión de su Voluntad
Campos semánticos: Comunión, Herencia, Predestinación, Voluntad
Expresiones afines: Para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo
Otras determinaciones: En él también vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el Evangelio de
vuestra salvación, y creyendo también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, que
es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria
Relación con Cristo: Mediador, Causa, Comunión, Herencia, Predestinación
Beneficiarios: Los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
XII
Ef 1, 12
eivj to. ei=nai h`ma/j eivj e;painon do,xhj auvtou/ tou.j prohlpiko,taj evn tw/| Cristw/|44
Para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo
Acción soteriológica: Para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo
Campos semánticos: Alabanza, Gloria, Esperanza, Comunión
Expresiones afines: En él también vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el Evangelio de
vuestra salvación, y creyendo también en él
Otras determinaciones: Fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, que es prenda de
nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria
Relación con Cristo: Objeto (de la esperanza), Comunión
Beneficiarios: Los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
XIII
Ef 1, 13 VEn w-| kai. umei/j avkou,santej to.n lo,gon th/j avlhqei,aj( to. euvagge,lion th/j swthri,aj umw/n( evn w-| kai.
pisteu,santej evsfragi,sqhte tw/| pneu,mati th/j evpaggeli,aj tw/| a`gi,w| En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y
creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa
Relación soteriológica: En él también vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el Evangelio de
vuestra salvación
Campos semánticos: Comunión, Escucha, Palabra de la Verdad, Evangelio de salvación
Expresiones afines: y creyendo también en él… Para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya
antes esperábamos en Cristo
Otras determinaciones: Fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, que es prenda de
44
Una vez más aparece la afirmación de Jesús como “Cristo”.
43
nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria
Relación con Cristo: Comunión, Objeto, Agente, Mediador
Beneficiarios: Los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
XIV
Ef 1, 13
VEn w-| kai. umei/j avkou,santej to.n lo,gon th/j avlhqei,aj( to. euvagge,lion th/j swthri,aj umw/n( evn w-| kai.
pisteu,santej evsfragi,sqhte tw/| pneu,mati th/j evpaggeli,aj tw/| a`gi,w|45
En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y
creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa
Acción soteriológica: y creyendo también en él
Campos semánticos: Comunión, Fe
Expresiones afines: En él también vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el Evangelio de
vuestra salvación
Otras determinaciones: Fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, que es prenda de
nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria
Relación con Cristo: Comunión, Objeto
Beneficiarios: Los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
XV
Ef 1, 14
o[ evstin avrrabw.n th/j klhronomi,aj h`mw/n( eivj avpolu,trwsin th/j peripoih,sewj( eivj e;painon th/j do,xhj
auvtou/46
Que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su
gloria.
Acción soteriológica: que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión,
para alabanza de su gloria
Campo semántico: Herencia, Redención, Alabanza, Gloria
Expresiones afines: Y creyendo también en Él fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa
Otras determinaciones: En él también vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el Evangelio de
vuestra salvación, y creyendo también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa
45
El Espíritu Santo aparece en esta acción como Espíritu Santo de la “Promesa”. 46
En relación con lo anterior, el Espíritu Santo aparece aquí como “arras” (prenda) y los destinatarios
son reconocidos como “Posesión” de Dios, el „pueblo‟ de su posesión.
44
Relación con Cristo: Comunión
Beneficiarios: Los santos y fieles en Cristo Jesús
Contexto inmediato: El plan divino de la salvación. El misterio de la salvación y de la Iglesia
1.4 Conclusiones del análisis sincrónico del primer paso47
La Carta a los Efesios cuenta con un total de 155 versículos distribuidos en 6
capítulos tal como lo podemos ver en el cuadro 1. Desde los datos de la crítica textual
mencionados, podemos señalar que excepto el problema de encabezamiento tratado
en la contextualización, el Himno a los Efesios no presenta problemas mayores de
crítica textual.
Cuadro 1
Capítulos 1 2 3 4 5 6
Versículos 23 22 21 32 33 24
En la totalidad de la Carta, nuestro análisis identificó 75 acciones soteriológicas de
Cristo. Por ello, es indispensable consultar el documento anexo a esta monografía en
el que se encuentra el análisis de los dinamismos soteriológicos de los capítulos 1,
15-6,24. Este análisis de la totalidad de la Carta nos permite afirmar que el
dinamismo salvífico de la comunión es el hilo conductor del texto dirigido a los
Efesios y principio identificador de la vida cristiana. No pudimos integrar la totalidad
del análisis en el conjunto de nuestro trabajo por respeto a las normas exigidas por la
Universidad. Podemos apreciar, en el cuadro 2, la frecuencia de dichas acciones
soteriológicas de Cristo en la dinámica de la Carta.
Cuadro 2 47
Cabe señalar, que las conclusiones que aquí se exponen fueron sacadas del análisis sincrónico de
toda la Carta, presentado en el anexo de la presente investigación. Es desde allí, que se puede construir
el fundamento del primer paso analítico. Como la monografía se centra en el Himno, sólo incluimos lo
que corresponde a éste. En la publicación de este trabajo se incluirá la totalidad de lo investigado.
45
Capítulos 1 2 3 4 5 6
Dinamismos
Soteriológicos
de Cristo
20
13
9
15
10
8
Como lo podemos ver, la mayor concentración de las acciones salvíficas de Cristo se
encuentra no sólo en la primera sección dinámica de la Carta, que abarca los tres
primeros capítulos, sino también y esencialmente en el capítulo primero, en el que se
encuentra el Himno, objeto de nuestra investigación. Nuestro análisis identificó 86
campos semánticos en los cuales la comunión en y con Cristo se encuentra abarcando
la totalidad de la Carta y se presenta no sólo como su hilo conductor sino también
como elemento fundamental del acontecer salvífico de Dios en la persona de Cristo
para la comunidad creyente.
Podemos apreciar la frecuencia de dichos Campos en el cuadro 3. Como lo podemos
ver, el término koinwni,a no aparece en la dinámica del texto para expresar la
comunión del cristiano en y con Cristo, sino que ésta, se encuentra expresada por
preposiciones. Estos dinamismos salvíficos se encuentran materializados tanto en el
Himno como en la totalidad de la Carta con el color azul.
Después de la comunión, campo de mayor relevancia (50 veces), podemos resaltar la
importancia de la unidad (9 veces) que se entreteje con la comunión desde una
profunda e íntima relación como lo veremos en el curso de nuestro análisis. Dicha
unidad en el corazón de la Comunión con Cristo, es un elemento esencial de la Iglesia
(9 veces). Podemos resaltar también la importancia del Espíritu (17 veces) que anima
a la Iglesia cuya Cabeza (6 veces) es Cristo. La importancia y el entretejido de la
comunión con los campos de la Gracia (15 veces), la Paz (8 veces), la Fe (11 veces),
el Amor (19 veces) y la Santidad (16 veces) es aún más impresionante. La Verdad (7
veces), la Gloria (8 veces), el Cuerpo (9 veces) y la Voluntad (7 veces) aparecen
también como campos salvíficos de gran importancia en relación con la comunión en
y con Cristo. Sin embargo, la mayor relevancia de estos campos no aniquila la
importancia de algunos campos que aparecen con menor frecuencia en el texto pero
46
cuyo significado salvífico y alcance es considerable e innegable. Es el caso de la
Salvación (5 veces), la Elección (1 vez), la Adopción (1 vez), la Predestinación (2
veces) que analizaremos muy detalladamente en la hermenéutica teológica de nuestro
trabajo. Todos ellos se entretejen con la comunión dándole a ésta, su verdadero
sentido y significado eminentemente soteriológico.
1.5 Campos semánticos que significan la acción soteriológica de Cristo
identificados en la totalidad de la Carta y su frecuencia
Presentamos en el cuadro 3, un panorama de los campos semánticos identificados en
la Carta, su frecuencia sus referencias, teniendo en cuenta que se presentan, dentro
del texto como sustantivos, verbos al infinitivo o participios…
Cuadro 3
Campo semántico Referencia textual Total
Comunión
(no como sustantivo ni
verbo sino expresado a
través de preposiciones
“griegas” y en algunos
casos con el genitivo)
1,1(2veces); 1, 3 (2 veces); 1,4;
1, 5.6.7.9; 1,10(2 veces); 1,11;
1,12; 1,13 (2veces); 1,15; 1,20;
2, 5; 2,6 (3 veces); 2,7; 2,10;
2,13; 3,1; 3,11; 3,12; 3,17; 4,1;
4, 5; 4,12; 4,21(3 veces); 4,32;
5,8; 5,21; 6,1; 6,4; 6,5; 6,6; 6,7;
6,8; 6,9; 6,10; 6,16; 6,20; 6,21;
6,23; 6,24
50
Gracia 1,2.6.7.16; 2,5.7.8; 3,2.7.8;
4,7.29; 5,4.20; 6,24 15
Paz 1,2; 2,14.15.17.17; 4,3; 6,15.23 8
Fe 1,1.13.15.19; 2,8; 3,12.17;
4,5.13; 6,16.23 11
Amor (Caridad) 1,4.6.15; 2,4.4; 3,17.19;
4,2.15.16; 5,2.2.25.28.28.28.33;
6,23.24
19
Verdad 1,13; 4,15.21.24.25; 5,9; 6,14 7
Justicia 4,24; 5,9; 6,14 3
Hijo 1,5; 2,2.3; 3,5; 4,13; 5,1.6.8;
6,1.4 10
Padre 1,2.3.17; 2,18; 3,14.15; 4,6;
5,20.31; 6,2.4.23 12
Redención 1,7.14; 4,30 3
Sangre 1,7; 2,13; 6,12 3
Separación 2,14 1
Unidad 2,14; 2,15; 2,16; 2,18; 4,3; 4,5; 9
47
4,6; 4,13; 4,16
Bendición 1,3 (3 veces) 3
Elección 1,4 1
Predestinación 1,5; 1,11 2
Adopción 1,5 1
Santidad 1,1.4.13.15.18; 2.19.21;
3,5.8.18; 4,12.24.30; 5,3.27;
6,18
16
Pureza (inmaculada) 1,4 1
Voluntad 1,1; 1,5; 1,9; 1,11; 2,3; 5,17; 6,6 7
Gloria 1,6; 1,12; 1,14; 1,17; 1,18;
3,13.16.21 8
Perdón 1,7; 4,32(2 veces) 3
Transgresión 1,7 1
Designio salvífico 1,9; 1,11; 3,11 3
Plenitud (pléroma) 1,10.23.23; 3,19.19; 4,10.13;
5,18.19 9
Cabeza 1,10.22; 4,15; 5,23.23; 6.17 6
Herencia 1,11; 1,14; 1,18; 3,6 4
Alabanza 1,6; 1,12; 1,14 3
Esperanza 1,12.18; 2,12; 4,4 4
Escucha 1,13; 3, 2; 4,21 3
Evangelio 1,13; 2,17; 3,6.8; 6,15.19 6
Palabra 1,13; 4,29; 5,6.26; 6,19 5
Salvación 1,13; 2,5.8; 5,23; 6,17 5
Fuerza 1,19; 6,10 2
Muerte 1,20; 2,1.5; 5,14 4
Resurrección 1,20; 2,6; 5,14 3
Exaltación 1,20; 2,6 2
Poder 1,19; 1,21; 1,22; 3,20; 3,7 5
Iglesia 1,22; 3,10; 3,21; 5,23; 5,24;
5,25; 5,27; 5,29; 5,32 9
Cuerpo 1,23; 2,16; 3,6; 4,4.12.16;
5,23.28.30 9
Vida 2,5 1
Bondad 2,7 1
Creación 2,10; 4,24 2
Caminar (camino) 2,10 ; 4,1.17; 5,2.8.15 6
Cercanía 2,13; 2,17 2
Salvador 5,23 1
Entrega 5,2; 5,25 2
Venida 2,17 1
Anuncio 2,17; 3,8 2
Prisionero 3,1; 4,1 2
Acceso 2,18, 3,12 2
48
Espíritu 1,3.13.17; 2,2.18.22; 3,5.16;
4,3.4.23.30; 5,18.19; 6,12.17.18 17
Familia (casa) 2,19 1
Templo (santo) 2,21 1
Despojo 4,22 1
Hombre (viejo-nuevo) 2,15; 3,16; 4,22; 4,24 4
Edificio (edificación) 2,20.21.22; 4,12.16.29 6
Subida 4,8; 4,10 2
Don 4,8 1
Bajada 4,10 1
Sumisión 5,21; 5,24 2
Temor 5,21 1
Ministerio 4,11; 4,12 2
Perfección 4,13 1
Crecimiento 4,15 1
Aprendizaje 4,20 1
Enseñanza 4,21 1
Vestido 4,24 1
Conocimiento
(dar a conocer)
1,9.17; 3,3.5.10.19; 4,13;
6,19.21 9
Misterio 1,9; 3,3.4.9; 5,32; 6,19 6
Promesa 1,13; 2,12; 3,6 3
Realización (en Cristo) 3,11 1
Exhortación 4,1 1
Vocación (Llamada) 1,18; 4,1; 4,4 3
Dignidad 4,1 1
Cautividad 4,8 1
Enemistad 2,14; 2,16 2
Nulidad (Abolición) 2,15 1
Ley (Norma) 2,15 1
Reconciliación 2,16 1
Cruz 2,16 1
Riqueza 3,8 1
Luz 5,8; 5,9; 5,13; 5,14 4
Corazón 5,19 1
Apóstol 1,1; 2,20; 3,5; 4,11 4
Cielo 1,3.10.20; 2,6; 3,10.15; 4,10;
6,9.12 9
En el Himno, objeto de nuestra investigación, identificamos 11 dinamismos
soteriológicos de Cristo y 28 campos semánticos que los significan. En el saludo,
contexto anterior, se encuentran 3 dinamismos salvíficos de Cristo y 3 campos
49
semánticos que las significan. El cuadro 4 nos presenta el comportamiento de los
campos semánticos que se entretejen con la Comunión en la dinámica del Himno que
se encuentra así, registrando una mayor concentración de dinamismos salvíficos y
campos semánticos. Como lo veremos en la hermenéutica teológica del tercer paso,
el versículo 14 no es una acción soteriológica de Cristo sino la expresión afín a la
acción anterior que es de Cristo. Pero, por culminar dentro del Himno, el acontecer
salvífico para la comunidad creyente, quisimos analizarlo ya que se encuentra
uniendo profundamente a la comunidad creyente con Cristo y su Padre en comunión
con el Espíritu Santo.
La función dinámica de las expresiones afines y otras determinaciones identificadas,
consiste en clarificar el sentido de las acciones soteriológicas. Las expresiones
opuestas identificadas en los siguientes capítulos del texto, generan y enaltecen la
dinámica de las acciones salvíficas dentro de sus respectivos contextos. Por ello, el
análisis tiene en cuenta a los beneficiarios de dichas acciones y a los agentes
soteriológicos que las producen. Podemos también observar en este cuadro, las
apariciones, dentro del Himno, de la expresión evn Cristw y sus equivalentes. El
cuadro de la p. 61 nos presenta dichas apariciones en la totalidad de la Carta.
Cuadro 4
Campos
Semánticos
Expresión Versículo Frecuencia
Comunión tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou / evn Cristw/| evn auvtw/| dia. VIhsou/ Cristou/ evn tw/| hvgaphme,nw| VEn w-| evn auvtw/| avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw/| evn tw/| Cristw/|
3
3
4
5
6
7 11 13
9
10
12
Bendición Euvloghto.j euvlogh,saj euvlogi,a
3
3
Elección evxele,xato 4 1
50
Santidad a`gi,ouj a`gi,w |
4
13
2
Amor avga,ph hvgaphme,nw |
4
6
2
Predestinación proori,saj proorisqe,ntej
5
11
2
Adopción ui`oqesi,an 5 1
Voluntad qelh,matoj qelh,matoj qelh,matoj
5
9
11
3
Gloria do,xhj do,xhj do,xhj
6
12
14
3
Gracia ca,ritoj ca,ritoj
6
7
2
Hijo ui`oqesi,an 5 1
Padre path.r 3 1
Muerte sacrificial
(sangre)
ai[matoj 7 1
Redención avpolu,trwsin avpolu,trwsin
7
14
2
Perdón a;fesin 7 1
Transgresión paraptwma,twn 7 1
Designio (salvífico) euvdoki,an 9 1
Plenitud de los
tiempos
plhrw,matoj tw/n kairw/n 10 1
Recapitulación avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta
10
Cabeza avnakefalaiw,sasqai 10 1
Herencia evklhrw,qhmen klhronomi,aj
11
14
2
Alabanza e;painon 12
Esperanza prohlpiko,taj 12 1
Escucha avkou,santej 13 1
Palabra (de verdad) lo,gon th/j avlhqei,aj 13 1
Evangelio euvagge,lion 13 1
Salvación swthri,aj 13 1
Fe pisteu,santej 13 1
51
SEGUNDO PASO
ANALISIS DIACRONICO DE LOS TERMINOS CLAVES DE LA
INVESTIGACION
2.1 Significación del dinamismo soteriológico de Cristo en la Carta a los Efesios
La lectura sincrónica de la Carta a los Efesios, que acabamos de hacer, nos muestra
que el campo semántico de la comunión abarca la totalidad de la Carta. No obstante,
podemos observar que el término koinonia, no aparece en ninguna parte del texto, ya
que la comunión no se encuentra significada directamente por dicha palabra sino a
través de la relacionalidad con Cristo y con los demás agentes soteriológicos. Dicha
relacionalidad activa se encuentra significada y dinamizada por el uso frecuente de
las preposiciones. En el análisis del segundo paso metodológico de nuestro método,
con base en el texto griego, vamos a mostrar cómo dichas preposiciones se
encuentran significando este campo semántico de la comunión, hilo conductor de la
totalidad de la Carta.
En la totalidad del texto, aparece únicamente en dos momentos el sustantivo unidad,
campo dinámico que analizaremos juntamente con el de la comunión, evidenciando la
relación intrínseca entre ambos términos. El campo de la unidad se encuentra
expresado explícitamente en dos lugares del texto: poniendo empeño en conservar la
unidad del Espíritu con el vínculo de la paz (Ef 4, 3); y hasta que lleguemos todos a
la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre
52
perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo (Ef 4, 13). Sin embargo, la unidad
como dinamismo soteriológico de Cristo se encuentra también significada
implícitamente en otros pasajes como podemos apreciar en Ef 2, 14-18 y Ef 4, 5-6.16.
Al dar una “nueva mirada” al texto a través del Método Semántico Teológico,
podemos afirmar, que las preposiciones en la Carta a los Efesios tienen ciertamente
un propósito profundamente dinámico y significativo del dinamismo salvador de
Cristo. En el uso de las preposiciones, como lo veremos en nuestro análisis, el autor
de la Carta nos está señalando un dinamismo de encuentro, de pertenencia y de
comunión que culmina en nuestra identidad con y en Cristo. Por eso, no estamos de
acuerdo con el sentido de la preposición, a veces presentado, como algo fijo o
estático.
2.2 Justificación de la opción investigativa por el Himno
En nuestra experiencia cristiana y particularmente en nuestra experiencia pastoral,
siempre hemos tenido una fascinación por los escritos del apóstol Pablo. En el
momento en que empezamos nuestro ciclo de Maestría en teología con énfasis en
Biblia, en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia), la Iglesia
Católica, por iniciativa del Papa Benedicto XVI, celebraba el año paulino; un año que
favoreció el redescubrimiento de la riqueza espiritual inagotable de este apóstol del
evangelio de Jesucristo, tanto a nivel personal como eclesial.
Quisimos seguir profundizando esta riqueza no sólo para nuestra vida personal sino
también para nuestro ministerio sacerdotal, dando a conocer a la comunidad creyente
esta insondable riqueza del misterio de Cristo. Este deseo nos lleva constantemente a
seguir aprendiendo a hacer de nuestro quehacer teológico o más bien de nuestra
exégesis una verdadera hermenéutica y fundamentar nuestra hermenéutica en una
exégesis rigorosa y profunda de la Sagrada Escritura, buscando siempre una nueva y
profunda comprensión del sentido de la Sagrada Escritura en la vida de los hombres y
mujeres de nuestro tiempo así como de las necesidades de nuestro mundo.
53
Como lo decía el Papa Benedicto XVI, a los miembros de la Pontificia Comisión
Bíblica:
El exégeta católico no se siente sólo miembro de la comunidad científica, sino
también y sobre todo miembro de la comunidad de los creyentes de todos los tiempos.
En realidad, estos textos no han sido entregados sólo a los investigadores o a la
comunidad científica "para satisfacer su curiosidad y/o para ofrecerles argumentos de
estudio y de investigación" (Divino Afflante Spiritu, EB 566). Los textos inspirados
por Dios han sido encomendados en primer lugar a la comunidad de los creyentes, a
la Iglesia de Cristo, para alimentar la vida de fe y para guiar la vida de caridad. El
respeto de esta finalidad condiciona la validez y la eficacia hermenéutica bíblica48.
Desde esta perspectiva, como miembro de los Misioneros de los Santos Apóstoles,
quisimos analizar de manera detenida el Himno a los Efesios, que fue para el Padre
Eusebio-Henri Menard, fundador de dicha Sociedad de Vida Apostólica, uno de los
tres textos esenciales en la fundamentación de la vida fraterna y la misión de esta
Familia Misionera, como ejes principales de su carisma. Profundizar este texto tan
importante en la espiritualidad de nuestro fundador, permite finalmente alimentar la
vida de fe de los miembros, coherederos de esta riqueza espiritual y guiar nuestra vida
de caridad no sólo como miembros de la misma Familia Misionera, sino también
como miembros de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, llamados a dar testimonio de nuestra
esperanza en el mundo.
La elección del Grupo “Soter” para realizar, bajo la dirección de la Doctora María
Lucía de Zitzmann, la práctica investigativa en la que se inició el conocimiento del
Método Semántico Teológico al servicio de los dinamismos soteriológicos presentes
en los textos neotestamentarios, fue muy oportuna. A través del análisis propuesto por
el primer paso, pudimos comprender que el fundamento de la presente investigación,
la comunión en y con Cristo, atraviesa como hilo conductor la totalidad de la Carta y
que su dinamismo soteriológico es el núcleo esclarecedor para comprender la esencia
de la identidad y la misión cristiana. La Carta se inicia con un Saludo del autor a sus
48
Esta cita es un pasaje del discurso del Papa Benedicto XVI a los miembros de la Pontificia Comisión
Bíblica, en audiencia con motivo de su reunión plenaria anual, el 23 de abril de 2009, en la ciudad del
Vaticano
54
destinatarios en el cual encontramos la variante “evn VEfe,sw|” cuya omisión fue
tratada en la contextualización. Señalamos en el primer paso de nuestro trabajo unos
datos proporcionados por la crítica textual que nos permiten asegurar nuestro texto
para edificar un análisis desde una base más confiable.
En este segundo paso de nuestro trabajo, la tarea consiste esencialmente en construir
un análisis diacrónico de los términos claves que constituyen el núcleo de nuestra
investigación. Se trata especialmente de la comunión y de la unidad, ubicándolos
dentro de la literatura bíblica, especialmente la neotestamentaria, la teología paulina
hasta llegar a la Carta objeto de nuestro análisis. La identificación de los dinamismos
soteriológicos es esencial para la comprensión y vivencia del mensaje bíblico, en
nuestro caso, la Carta a los Efesios, ya que un texto y particularmente un texto bíblico
es fundamentalmente un tejido en el que los distintos elementos se entretejen para dar
a conocer la acción salvífica de Dios en la persona de Jesucristo para la comunidad
creyente.
¿Cómo se expresan y se dinamizan la comunión y la unidad en el marco general de la
literatura bíblica y muy especialmente en el contexto del Nuevo Testamento? Dado
que el término comunión “koinwni,a” no aparece en nuestra Carta sino que dicha
comunión junto con la unidad se expresan a través de las preposiciones (el término
unidad, aparece sólo en los dos versículos señalados), resulta imprescindible hacer un
análisis de las preposiciones correspondientes para mostrar cómo expresan y
dinamizan las acciones y relaciones soteriológicas desde los campos semánticos que
las significan .
2.3 Análisis de los campos semánticos de comunión y de unidad
2.3.1 La comunión en el Nuevo Testamento y en la Teología paulina
55
La visión que le damos a la comunión en esta parte tiene también en cuenta la
perspectiva veterotestamentaria donde destacamos unos elementos importantes para
una comprensión más amplia de dicho campo semántico. Pero, nuestro interés se
orienta especialmente hacia el Nuevo Testamento y concretamente a la literatura
paulina. Por ello, no partimos del sustantivo koinwni,a que no se encuentra en la
Carta a los Efesios, sino de la fórmula evn Cristw/ y sus derivados que se encuentran
de manera abundante en la Carta, manifestando la comunión salvífica del creyente en
y con Cristo. Mostrando la importancia de la comunión en el pensamiento paulino, el
Diccionario de san Pablo afirma que:
El concepto de la comunidad es central en el pensamiento paulino. Con él, expresa el
apóstol, la íntima unión que tienen los creyentes con Dios y entre sí. (…) El apóstol,
como hombre de su tiempo, conocía el pensamiento judío que confesaba a un Dios
que se revela a un pueblo, y que consideraba al hombre no como un simple individuo,
sino como miembro de un grupo; y conocía también el pensamiento griego,
principalmente el de la estoa, que afirmaba la unidad de los hombres, unidad que
partía de un panteísmo naturalista y que se manifestaba en un compartir de ideas
comunes. Pablo, aunque deudor tanto del judaísmo como del pensamiento griego
lleva su razonamiento por otro camino: fundamenta la comunidad en un Dios que
reúne a los hombres por medio de una relación personal con él, unión que no se vive
en el campo abstracto de las ideas, sino en la experiencia profunda que cada
individuo tiene de estar unido a Dios y que al compartirla cada uno de ellos, crea una
unidad entre los que participan de esta experiencia y así nace la comunidad que es
una íntima y real unión entre los creyentes49.
Dados los resultados de la investigación en el primer paso del análisis sincrónico de
esta monografía, pudimos constatar que el dinamismo más importante para significar
la relacionalidad salvífica del creyente en y con Cristo en la Carta a los Efesios, es la
comunión. Dicho campo semántico es la característica fundamental de la identidad
cristiana presente no sólo en las cartas paulinas sino de modo particular y evidente en
la Carta a los Efesios y más aún en el Himno, objetivo explícito de nuestra
investigación.
49
Felipe F. Ramos, op. cit., 213-214
56
Además de comprender lo que acabamos de afirmar, constatamos que la comunión
significada tanto por las preposiciones como por el campo de la unidad “e.nothj”, se
constituye en el hilo conductor del pensamiento del autor de esta Carta y objetivo
claro de aquello que él quiere comunicar a la comunidad creyente. Ésta precisión nos
muestra la importancia de entender el pensamiento teológico de Pablo desde el
trasfondo veterotestamentario aunque nuestro autor tenga también esta característica
propia y esta capacidad de darle un nuevo sentido a los términos que emplea.
En el Antiguo Testamento, de manera paralela al vocablo koinwni,a y a sus derivados,
se nota el uso más frecuente del verbo e,vcw “tener” que manifiesta la idea de una
pertenencia, y sus derivados mete,cw “participar”, metoch, “participación” y me,tocoj
“partícipe, participante”. Sin embargo,
mientras que el verbo e,vcw „tener‟, y específicamente su compuesto mete,cw
„participar‟, aluden más bien a los individuos que gozan de la posesión de un bien o
al hecho de participar de él, los vocablos del grupo koinwni,a centran su atención más
en lo común y sólo en un segundo momento se refieren a los individuos que
participan de ello. El hecho de que la solidaridad no consiste únicamente en un tener,
sino que exige también una participación activa, una colaboración, lo expresa con
toda claridad me,tocoj y koinwno,j que designan al colaborador, y koinonía que
también puede significar colaboración, ayuda. En el NT ambos grupos de vocablos
son empleados sobre todo al hablar de la relación del hombre con Dios o con poderes
sobrehumanos50.
Por ello, más allá de las relaciones fraternas del tener a un hermano o a una hermana,
y más allá de las relaciones conyugales de tener a un esposo o a una esposa, que en
ambos casos manifiestan la idea de comunión entre las dos partes, el verbo e,vcw
expresa también la comunión con Dios que se fundamenta en los escritos del Nuevo
Testamento en la persona de Jesús. “Dikaiwqe,ntej ou=n evk pi,stewj eivrh,nhn e;comen
pro.j to.n qeo.n dia. tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/ : Los cristianos tienen ya desde
ahora paz con Dios por y en Cristo” (Rom 5, 1); “evn w-| e;comen th.n avpolu,trwsin(
50
J. Eichler, “Solidaridad (e,vcw)” en L. COENEN, E. Beyreuther y H. Bietenhard, Diccionario
Teológico del Nuevo Testamento, Vol. 2, 4ª edición, 670
57
th.n a;fesin tw/n a`martiw/n\ han sido rescatados por medio de su sangre” (Col 1, 14);
“evn w-| e;comen th.n parrhsi,an kai. prosagwgh.n evn pepoiqh,sei dia. th/j pi,stewj auvtou/Å
y tienen acceso al designio gratuito de Dios y a la salvación que éste lleva consigo”
(Ef 3, 12).
Sin embargo, analizando la importancia de la koinwni,a desde el término koino,j y sus
derivados, y resaltando la ausencia del mismo en la literatura veterotestamentaria,
Schattenmann, en su artículo contenido en el Diccionario Teológico del Nuevo
Testamento, afirma que
el motivo teológico de la ruptura de la comunión con Dios, (…) el problema de la
preservación de la comunidad del pueblo (…) y el significado histórico-salvífico de
esta comunión (…), desempeñan un importante papel en el AT. Por eso es
sorprendente que este grupo de vocablos aparezca casi exclusivamente en los escritos
tardíos del AT y en la literatura intertestamentaria51.
Por ello, es evidente que el término griego koinwni,a muy poco empleado en la
literatura del Antiguo Testamento, no se refiere a una relación directa entre Dios y el
hombre. La nueva perspectiva de presentar la comunión en una relación directa entre
Dios y la persona humana, la ofrece la literatura del Nuevo Testamento, desde el
acontecimiento único de la encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo, en quien Dios
“nos ha bendecido con todas clases de bendiciones espirituales en los cielos” (Ef
1,3).
Es decir que la comunión de Dios con el hombre en Cristo, aunque nueva en su
concepción, no es extraña a la naturaleza humana, ya que el ser humano es
fundamentalmente un ser de y en comunión. Pero, cabe resaltar en la literatura
neotestamentaria que “el término koinonía está totalmente ausente de los sinópticos y
51
J. Schattenmann, “(koino,j) Solidaridad”, en L. COENEN, E. Beyreuther y H. Bietenhard,
Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Vol. 2, 4ª edición, 674
58
del evangelio de Juan; en cambio, se encuentra 13 veces en Pablo y con ello se
manifiesta como un concepto típicamente paulino”52
.
Desde la etimología griega, el verbo koinwnew significa participar, ser o hacer
partícipe, tener comunión, compartir o hacerse cómplice. Por ello, la koinwni,a puede
significar la comunión, la participación, la comunicación, la compañía, la solidaridad
y el término koinwno,j puede significar, compañero, partícipe, solidario, el que
comparte.
Podemos encontrar distintos empleos de la comunión en el Nuevo Testamento y
especialmente en el vocabulario paulino ya que la etimología de un término no es
suficiente para explicar su función comunicativa en el espacio y el tiempo de la
historia humana. Con el dativo se indica generalmente a la persona con la que somos
“partícipes” o de la que somos “compañeros” (Lc 5,10: que eran compañeros de
Simón). Con el genitivo se indica generalmente en que somos “compañeros” o de
quien somos “compañeros”. Sin embargo, la cosa en que se hace partícipe, o la
manera en que se mantiene la comunión, se indica con la preposición evn (Gál 6,6) o
eivj (Flp 4,15). Más allá de los distintos empleos de la forma absoluta del término,
podemos destacar esta observación del Diccionario Exegético:
en el NT hallamos con más frecuencia las determinaciones preposicionales de
koinwni,a con eivj (2Cor 9,13; Flp 1,5), evn (Flm 6), provj (2Cor 6,14) y metav (1Jn 1,
3.6.7) (…) El carácter peculiar del uso paulino de estos términos se realza, sí,
constantemente en las obras de exégesis, y se acentúa su carácter religioso (…)
„koinwni,a expresa una relación mutua… como sucede con koinwnevw, no se puede
destacar con mayor relieve ni la faceta otorgadora ni la faceta receptora de la
comunión‟. En realidad, en el uso concreto se expresa siempre con mayor relieve una
faceta u otra. Y, sin embargo, de todo el uso paulino no puede deducirse una
fundamental estructura uniforme de este campo léxico como tal, que debiera ser
52
Ibid., 675
59
tenida en cuenta siempre para la interpretación de cada uno de los textos. Expresa:
comunión (con alguien) mediante la (común) participación (en algo)53.
Es decir, que la comunión en san Pablo, quiere mostrar, por una parte, las distintas
formas de relación entre personas; una relacionalidad interpersonal o comunitaria que
nace y crece en una participación mutua y recíproca de las dos partes. La relación con
el otro se convierte en una relación que “obliga” al otro a dar una respuesta
haciéndose partícipe. Por otra parte, esta concepción paulina de la comunión supera
infinitamente el concepto griego de la estoa que se entiende simplemente desde la
unión de personas que comparten una misma idea. La comunión en Pablo es
fundamentalmente comunión con Dios en la persona de Jesucristo.
A las distintas comunidades cristianas, Pablo insiste sobre las relaciones de comunión
que implican y obligan finalmente a cada miembro a ser partícipe, a tener y mantener
esta comunión con los demás. Por ello,
en Gál 2, 9, la koinonía no significa un acuerdo subjetivo corroborado por un apretón
de manos, sino el reconocimiento recíproco del “ser en Cristo”. Asimismo, en 1Cor
10, 16, koinonía significa la participación en el cuerpo y la sangre de Cristo y con
ello, el hacerse uno con Cristo glorificado. Esta comunión con Cristo se realiza por
medio de una intervención creadora de Dios; es una transformación del hombre que
alcanza hasta las raíces de su ser y, por consiguiente, un nacimiento a una nueva
existencia, que sólo puede ser expresado a partir de la oposición entre vida y
muerte54.
En la carta a los Romanos, describiendo la relación de las distintas comunidades con
la comunidad madre de Jerusalén, y por consiguiente, la relación de comunión entre
los distintos miembros de la comunidad cristiana, Pablo deja ver claramente que esas
relaciones de comunión son fundamentalmente relaciones de “deuda” y
“obligación”. “Si los gentiles han sido hechos partícipes (evkoinwvnhsan) de sus (…)
53
J. Hainz, “koinwni,a”, en Horst Balz y Gerhard Schneider, Diccionario Exegético del Nuevo
Testamento, Vol. 1, 2ª edición, 2362-2363 54
J. Schattenmann, op. cit., 676-677
60
bienes espirituales (el evangelio, la fe, la salvación), entonces son deudores y están
obligados a prestarles también a ellos un servicio en las cosas materiales”55
.
Otro modo peculiar de Pablo para expresar la comunión, es el uso frecuente de la
preposición su,n junto con un radical tal como lo podemos ver de manera frecuente
tanto en la Carta a los Efesios como en los demás escritos de Pablo: “sunezwopoi,hsen
tw/| Cristw/| : ser vivificado con Cristo” (Ef 2, 5); “kai. sunh,geiren kai. suneka,qisen
evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/| VIhsou/ : y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los
cielos en Cristo Jesús” (Ef 2, 6). Analizaremos más adelante esta preposición griega
en sus distintas acepciones.
En esta misma perspectiva, el Diccionario Exegético afirma que “la comprensión
paulina de la koinwni,a adquiere su máxima significación en conexión con los
enunciados acerca de Cristo y del Espíritu”56
. La comunión brota de las realidades
poseídas en común por distintas personas, sean realidades materiales o espirituales.
Por ello, los bienes materiales entre cristianos no pueden existir sin los bienes
espirituales (Rom 15, 26-27; Flp 4, 15-17). La comunión de la que proceden todos los
demás bienes favorece ante todo una participación en los bienes propiamente divinos
y nos une finalmente al Padre, a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo. El Diccionario
exegético advierte que en la primera carta a los Corintios,
la conexión aparece clara en 10,16ss, sobre todo en contraste con mete,cw, que en
griego puede ser sinónimo de koinwnevw, pero que en Pablo expresa únicamente la
recepción concreta de una participación, pero no el aspecto más decisivo: la
“comunión” en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, es decir, la comunión con los
otros comensales, efectuada en la Santa Cena mediante la “participación en” el
cuerpo del Cristo exaltado57.
Volveremos, luego, a este caso específico, en el análisis de las preposiciones. Desde
este análisis de la comunión y teniendo en cuenta los resultados de nuestra primera
55
J. Hainz, op. cit., 2364 56
Ibid., 2365 57
Ibid., 2365-2366
61
investigación del análisis sincrónico de la Carta, vemos que este campo semántico de
la comunión tiene una estrecha e importante relación con la unidad, que a su vez, se
expresa tanto con el sustantivo e.nothj como con las preposiciones que lo significan.
2.3.2 La unidad en el Nuevo Testamento y en la Teología paulina
Como lo hemos señalado, la unidad, “enothj”, como substantivo, aparece solamente
dos veces en la literatura del Nuevo Testamento; precisamente en la Carta a los
Efesios en la que el autor exhorta a la comunidad cristiana a mantener la unidad del
espíritu por el vinculo de la paz (Ef 4,3) para llegar todos a la unidad de la fe y del
conocimiento de Jesucristo (Ef 4,13). En esta última referencia
la unidad se describe aquí como un ideal al que debe aspirarse. Consiste en la fe y en
el conocimiento del Hijo de Dios, o nace de ellos. Por medio de esta cualificación se
ve claramente que el autor piensa nuevamente en algo que los creyentes ya poseen.
Pero deben ahondar en ello; pueden crecer en ello y acrecentarlo por medio de su
propio esfuerzo58.
Por razones de evolución en la lengua, especialmente en el griego de la koiné y la
influencia del uso semítico, aparece también en el Nuevo Testamento, las formas
masculina ei-j, femenina mi,a, y neutra e]n del adjetivo numeral “uno” para expresar la
unidad. Después del análisis sincrónico del primer paso, podemos evidenciar desde
la mirada proporcionada por el Método Semántico Teológico, la importancia de este
numeral para entender el dinamismo de unidad y de unicidad, que encontramos en
varios textos del Nuevo Testamento y en nuestro caso en Ef 4,5-6 que señalaremos a
continuación. El Diccionario Exegético advierte que las
fórmulas como “un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” y, ya en 1Cor 10,17, un
“solo pan, un solo cuerpo”, que muestran la función de tales fórmulas: sirven para la
restauración o la conservación de la unidad eclesial (…). La idea de la unidad es
determinante para todo el proceder de Pablo en su actividad misionera y de política
58
J. Lambrecht, “eno,thj”, en Horst Balz y Gerhard Schneider, op. cit., 1398
62
eclesial, de la misma manera que también la redención consumada puede equipararse
con la unidad de todas las cosas en Dios59
.
Encontramos también esta perspectiva teológica de ei-j expresando la unidad y la
unicidad de Dios en el único Señor en la Carta a los Efesios: “ei-j ku,rioj( mi,a pi,stij(
e]n ba,ptisma( ei-j qeo.j kai. path.r pa,ntwn( o evpi. pa,ntwn kai. dia. pa,ntwn kai. evn
pa/sin : un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos,
que está sobre todos, por todos y en todos” (Ef 4, 5-6). En este mismo sentido, la mi,a
savrx que encontramos en Ef 5,31-33, aparece como una fundamentación de la
relación conyugal en la unidad entre los cónyuges y la comunión en el Señor (una
sola carne y un solo cuerpo). Desde esta perspectiva, reconocemos con Kittel que la
principal importancia teológica de la preposición se entiende con respecto a la
fórmula ei-j qeovj (Dios es uno solo), desde la enseñanza del shema de Israel en Dt.6,
4: `dx'(a, Ÿhw"ïhy> WnyheÞl{a/ hw"ïhy> lae_r"f.yI [m;Þv.. No existe ningún otro a su lado. Su unicidad es
especialmente importante para su pueblo. En un solo Dios, el origen y el fin del
mundo; y en un solo Cristo histórico y la historia de la salvación, se encuentra la
unidad60.
En la literatura bíblica, ei-j se emplea también de manera paralela a mo,noj (solo,
único), frecuente en la literatura griega. Este uso del término puede encontrarse en
varios pasajes de los sinópticos.
Pero al contrario de ei-j, el término mo,noj enfatiza sobre la singularidad o la unicidad
de Dios. Lo podemos ver en el libro Deuteronomio desde la versión griega de los
Setenta (LXX): “ku,rioj mo,noj h=gen auvtou,j kai. ouvk h=n metV auvtw/n qeo.j avllo,trioj :
Sólo Yahveh le guía a su destino, con él ningún dios extranjero” (Dt 32, 12); en el
libro de Éxodo: o qusia,zwn qeoi/j qana,tw| ovleqreuqh,setai plh.n kuri,w| mo,nw| : El que
ofrece sacrificios dioses distintos del único Señor será exterminado (Ex 22, 19).
59
H. D. Betz, “ei-j, mi,a , e]n ”, en ibid., 1217 60
Gerhard Kittel, Theological Dictionary of the New Testament, Vol. 2, 435
63
En el contexto del Nuevo Testamento, mo,noj y mo,nwn aparecen con más frecuencia
en los escritos de san Pablo. “Desde el punto de vista teológico, mónos es importante
sobre todo en el contexto de la confesión del Dios único, especialmente en las
plegarias litúrgicas de alabanza”61
.
Desde la historia de la Iglesia naciente, “el numeral ei-j presentó otra importancia en
los primeros siglos de la cristiandad. Ella resistió a todo dualismo y eliminó toda
relación entre Dios y el anti Dios, denotó la básica e inviolable unidad y la más alta
unidad con el Señor”62
. Por ello, la comunidad cristiana tuvo que afirmar su fe en el
único Señor; su unidad en el mismo Cuerpo de Cristo por y en el único Espíritu (Ef 4,
3). Sigue la misma idea en el versículo siguiente para expresar la unidad del cuerpo
en el mismo espíritu: “En sw/ma kai. e]n pneu/ma( kaqw.j kai. evklh,qhte evn mia/| evlpi,di
th/j klh,sewj u`mw/n\ : Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a
que habéis sido llamados” (Ef 4, 4). Estos distintos empleos del vocablo ei-j
muestran su importancia teológica en la literatura del Nuevo Testamento en la que
la unidad es considerada siempre a partir de Cristo (...) En la filosofía greco-romana, la
unidad de Dios y del mundo es una exigencia de la razón; en el AT es una profesión de fe
que se deriva de la experiencia de la realidad única de Dios. El paso decisivo del NT,
operado por Dios, es la fundamentación de la unidad y unicidad de Dios a través de la
revelación en el hombre Jesucristo, revelador y Señor63.
2.4 Importancia de las preposiciones como dinamismos soteriológicos de
comunión y de unidad
Hemos de recordar que los campos semánticos, especialmente en Pablo, además de
expresarse a través de sustantivos, pueden ser representados por verbos, adverbios y
también por preposiciones. A propósito, J.A. Fitzmyer afirma que:
61
K.-H. Bartels, “Uno, único (mo,noj, ei-j)”, en L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard,
Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Vol 2, 4ª edición, 756 62
Gerhard Kittel, op. cit., 435 63
K.-H. Bartels, op. cit., 754
64
Para valorar los efectos de la fe y del bautismo tal como los considera Pablo,
debemos ver (…) su pensamiento sobre la incorporación de los cristianos a Cristo.
Esta última unión de Cristo y los cristianos se expresa mediante una serie de intensas
fórmulas preposicionales y también mediante la metáfora cuerpo de Cristo. Pablo
emplea principalmente cuatro preposiciones con el nombre de “Cristo” como
complemento para indicar distintas facetas del influjo de Cristo en la vida del
cristiano. El uso de cada una de estas preposiciones es variado y, con frecuencia, rico
en matices (…) Estas cuatro preposiciones son dia, eis, syn y en.64
2.4.1 La preposición griega “eivj” (a, hacia, hasta)
La preposición griega eivj puede emplearse en varios sentidos tanto temporal como
espacial, refiriéndose a personas como a cosas. El Diccionario Exegético señala la
relación que existe entre las dos preposiciones eivj y evn, afirmando que
“originalmente eivj designa las mismas dimensiones espaciales que evn, pero con
dirección hacia una meta, no como indicación de lugar sin dirección alguna”65
.
Sin embargo, se reconoce que “la significación fundamental de eivj así como también
sus múltiples posibilidades de empleo en sentido ampliado y figurado explican la
frecuentísima aparición de esta preposición en el NT (unas 1750 veces): ocupa el
segundo lugar en frecuencia, después de evn”66
. En este sentido, la preposición puede
emplearse “para designar la persona o la cosa, con miras a la cual o para la cual
sucede algo (…). Principalmente en Pablo, eivj avllhvlouj, „mutuamente‟, para
expresar las relaciones fraternas que deben existir en las comunidades; también eivj
64
Joseph A. Fitzmyer, Teología de San Pablo, Síntesis y Perspectivas, 166 65
W. Elliger, “eivj”, en H. Balz y G. Schneider, Diccionario Exegético del Nuevo Testamento, Vol. 1,
2ª edición, 1210 66
Ibid.
65
uvmaj, (h.maj), „en vosotros, (nosotros)‟, para referirse al amor o a la gracia, que Dios
ha demostrado (en) los hombres”67
.
Por eso, en un contexto teológico, puede emplearse para referirse al acontecimiento
divino a favor de la humanidad o del dinamismo soteriológico (es el caso de la
filiación divina en Ef. 1,5). Kittel señala que “el Nuevo Testamento hace una correcta
distinción entre eivj y provj (…) En el sentido de relación personal, eivj no se reduce a
un específico contexto lingüístico; eivj denota una relación parecida en el sentido
neutro (…) denota la relación en un sentido hostil, (…) denota la relación amistosa
entre personas”68
. Podemos ilustrar con la relación entre Cristo y la Iglesia: to.
musth,rion tou/to me,ga evsti,n\ evgw. de. le,gw eivj Cristo.n kai. eivj th.n evkklhsi,an:
Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia (Ef. 5, 32).
2.4.2 La preposición griega “evn” (en)
El Diccionario Exegético señala:
Con unos 2700 testimonios, evn es con mucho la preposición más frecuentemente
usada en el NT. Aparece en todos los escritos del NT (…). Las posibilidades de
aplicación de esta preposición, que en el griego clásico, sobrepasan ya totalmente el
sentido local, se han ampliado mucho más aún en el NT, en parte porque se calcan
construcciones hebreas con be69. (B = en, junto a, entre, con, por medio de).
Esta preposición puede utilizarse tanto para las cosas y las personas como también en
sentido temporal o espacial para designar el tiempo o el lugar donde se encuentra algo
o alguien. Sin embargo, según Kittel, “el empleo de evn con el dativo impersonal es de
suma importancia teológica en la Biblia en la medida en que manifiesta
especialmente los lugares supraterrenales, particularmente evn toij ouvranoivj (evn tw
67
Ibid., 1212-1213 68
Gerhard Kittel, op. cit., 431-432 69
W. Elliger, “e,n”, en H. Balz y G. Schneider, Diccionario Exegético del Nuevo Testamento, Vol. 1,
2ª edición,1369
66
ouvranw)”70
. Esta acepción se encuentra también en la Carta a los Efesios: “Kai. oi
ku,rioi( ta. auvta. poiei/te pro.j auvtou,j( avnie,ntej th.n avpeilh,n( eivdo,tej o[ti kai. auvtw/n
kai. u`mw/n o ku,rio,j evstin evn ouvranoi/j kai. proswpolhmyi,a ouvk e;stin parV auvtw/|Å
Amos, obrad de la misma manera con ellos, dejando las amenazas; teniendo presente
que está en los cielos el Amo vuestro y de ellos, y que en él no hay acepción de
personas” (Ef 6, 9).
En el mismo sentido, se puede anotar el empleo de evn ouvranoi/j de Ef. 3,15 en
oposición a evpi. th/j gh/j de Ef. 1,10 donde se cambia esta preposición en el momento
de indicar el lugar terrenal. Se pueden reconocer, en cambio, las dificultades del
empleo de esta preposición con el dativo; donde puede usarse tanto con personas en
general como con el “Espíritu” (pneuma) y con “Cristo” (Cristw) o “Señor” (Kuriw).
Sin embargo, se encuentran tanto en Efesios como en los demás escritos del Nuevo
Testamento, distintos sentidos de dicha preposición. Cabe destacar con Kittel que
las expresiones evn Cristw, evn Kuriw y expresiones relacionadas (…) en general,
denotan los miembros de Cristo y de la Iglesia (…); caracteriza la actividad o el
estado del cristiano, (…) a veces denotan la base objetiva de la comunión con Dios,
(…) la reunión de muchos en uno solo y la recapitulación del universo siempre con
referencia a la eterna elección71.
En éste se incluye también la comunión de Cristo con los creyentes muy frecuente en
san Pablo y aún más relevante en la Carta a los Efesios (Ef.1,4.9.10; 3,11…). El
Diccionario Exegético anota que “en la terminología religiosa, evn se usa: en relación
con una persona que está llena de algo (…). A su vez, todos los tesoros de la
sabiduría se hallan en Cristo, (…) el misterio y la vida están ocultos en Dios (Ef 3, 9;
Col 3,3) para expresar la íntima unión entre Dios y el hombre”72
. Esta comunión que
requiere y exige una reciprocidad, se manifiesta plenamente en las expresiones
70
Gerhard Kittel, op. cit., 537 71
Ibid., 541 72
W. Elliger, op. cit., 1371
67
paulinas “en nosotros”, y “en vosotros”. “Pablo acentúa más intensamente todavía el
ser “en Cristo” o “en el Señor”(….). Por tanto, en Cristw no significa el morar
místicamente en Cristo, sino que sirve, lo mismo que la fórmula afín evn pivstei, “en la
fe”, para caracterizar un ámbito del propio ser que a menudo se halla en oposición al
ámbito mundano”73
.
Como lo podemos ver, la expresión “en Cristo” y sus derivados, se encuentran
dinamizando el Himno, objeto de nuestra Investigación y la totalidad de la Carta a los
Efesios. La siguiente tabla nos presenta su presencia dinámica en la Carta.
Capítulos 1 2 3 4 5 6
Evn Cristw/| VIhsou/
Evn Cristw
evn auvtw/|
VEn w-|
evn tw/| Cristw /|
evn tw/| kuri,w| VIhsou/
evn kuri,w | evn tw/| Cristw/| VIhsou/ tw/| kuri,w
evn tw/| VIhsou/
evn ovno,mati tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/
1
3
4 9 10
7 11 13 13
10 12 20
15
6 7 10 13
15 16
21 22
21
6 21
12
11
1
32
21
1 17
21
8
8
20
20
10 21
El uso más frecuente de la expresión „en Christo‟ expresa la estrecha unión entre
Cristo y el cristiano, una inclusión o incorporación que significa una simbiosis de los
dos. “Si uno está en Cristo, es nueva creación” (2Cor 5, 17). Esta unión vital se
expresa también con la fórmula “Cristo en mí” (Gál 2, 20; 2Cor 13, 5; Rom 8, 10;
Col 1, 27; Ef 3, 17). El resultado de todo ello es que pertenecemos a Cristo (2Cor 10,
73
Ibid.
68
7) o somos “de Cristo”, “genitivo místico” que expresa frecuentemente la misma idea
(cf. Flm 1 y Ef 4, 1; 3,1) (…) La expresión tiene también a veces dimensiones
eclesiales (Ef 1, 10; Gál 1, 22) e incluso escatológicas (Ef 2, 6)74
.
2.4.3 La preposición griega “suvn” (junto, con, en compañía de)
El énfasis teológico en el Nuevo Testamento del uso de la preposición suvn se
encuentra en la fórmula paulina suvn Cristw. Mientras que las traducciones griegas
del Antiguo Testamento emplean metav con el genitivo para una importante afirmación
teológica (…), Pablo prefiere suvn con el dativo que no tiene una importancia
teológica en los Setenta cuando él habla de la existencia de los cristianos con
“Cristo”. La opción de Pablo por el suvn puede basarse en la expresión griega y
helenística suvn qewñ, su,n qeoij. Lo que Pablo significa por suvn Cristw se elabora con
una serie de verbos y adjetivos con suvn. El griego tiene compuestos similares, pero
los que Pablo emplea en su acepción, son de su autoría con la base de suvn
Cristw”75.
Con la expresión suvn Cristw Pablo hace un uso que supera infinitamente la
expresión griega suvn qewñ.
Las expresiones suvn qewñ, su,n qeoij son constantemente empleadas en los discursos y
profesiones entre griegos así como en su literatura. Para los griegos, “denotan la
convicción de que la vida humana, su palabra, su consejo y acciones están bajo la
voluntad de Dios y la cooperación ayudante de la divinidad (…) suvn qewñ expresa el
favor de la hora, circunstancia alegre, y la benevolencia para el hombre desde el
destino escondido de su ser.”76
.
Pablo retoma esta expresión griega, le da no sólo el sentido de la vida presente “en
Cristo” sino también el sentido escatológico aún más importante para manifestar el
pre-destino y el estar de la persona humana con Cristo por toda la eternidad. Por ello,
el uso de la preposición en Pablo muestra generalmente el sentido de la comunión
74
Joseph A. Fitzmyer, op. cit., 169 75
Grundmann, “su,n meta ” en Gerhard Kittel, op. cit., Vol. 7, 767 76
Ibid., 773
69
“junto con”; aún cuando sustituye a la conjunción kai., el sentido sigue siendo lo
mismo, es decir “junto con”. Este sentido escatológico es importante para la
comprensión de la comunión con Cristo en la carta a los Efesios, “lo que está por
venir, y lo que esperan los cristianos, aunque no se llama todavía resurrección de los
muertos sino manifestación de la vida escondida”77
.
El acontecimiento de la encarnación de Dios en la persona de Cristo es para Pablo el
acontecimiento que determina toda la existencia humana; su vida presente y futura, su
muerte y su resurrección. La persona humana vive desde ahora con Cristo, en Cristo,
por Cristo y para Cristo. Es decir que Cristo es el „principio‟ y el „fin‟, el „Alfa‟ y el
„Omega‟ del ser humano y de la creación entera. La expresión su,n Cristw manifiesta
una modalidad de vida, una calidad de ser en y con Cristo. Una lectura desde el
griego clásico y la Koiné nos permite mostrar que
la relación entre las preposiciones su,n con el dativo y meta, con el genitivo, han
variado más de una vez durante el transcurso de la historia. Existe una diferencia
básica en el sentido. metav relacionado con el alemán “mit”, significa “en medio de”,
“entre” y se encuentra ante todo con el dativo y muy raramente con el genitivo (…)
En Homero, su,n con el dativo es el término más común para designar “con” mientras
meta, conserva el sentido más antiguo de “en medio de”; (…) en las lenguas antiguas,
incluso la importante literatura Iónica y Eólica, era aún el término normal para
designar “con” (…) su,n significa “con” en el sentido de una comunión cerrada, de la
asistencia y apoyo, mientras meta, con el genitivo, expresa la idea de compañía de
personas, cosas o circunstancias78.
Anotemos de paso que en la función comunicativa de la lengua alemana, el vocablo
“mit” significa también “con”. Se puede reconocer en los Setenta, el uso más
frecuente de meta, con genitivo para significar “con” mientras su,n se refiere a veces a
kai (“y”, “también”, “por cierto”). También en el Nuevo Testamento, se destaca el
uso más común de meta, con genitivo. Pero, Kittel señala que
el significado básico de la preposición su,n con el dativo asociado es “con”; y la
preposición tiene un carácter personal; denota la totalidad de personas en su conjunto,
77
Ibid., 786 78
Ibid., 767-768
70
personas que trabajan juntas, o que se acompañan unas a otras; comparten un trabajo
común o un destino común; ayudando y soportándose unas a otras; denota también el
hecho del compartir cosas y posesiones79.
La expresión más corriente evn Cristw, en san Pablo y la fórmula suvn Cristw
marcan una comunión íntima con Cristo no sólo sobre el horizonte de una vida futura
sino también en la realidad de la vida presente. En el horizonte de una vida futura, el
uso de estas expresiones manifiesta el deseo siempre ardiente de Pablo de estar con
Jesús, “el uso de suvn sugiere que dicho vocablo tiene presente la comunión personal
en el sentido de llegar a y estar con.”80
.
Hemos de precisar, que en la Carta a los Efesios, aunque no se encuentra la expresión
suvn Cristw, aparecen constantemente verbos compuestos con suvn que podemos
encontrar, por ejemplo en Ef 2, 5: sunezwopoi,hsen tw/| Cristw/ (nos vivificó
juntamente con Cristo); kai. sunh,geiren kai. suneka,qisen evn toi/j evpourani,oij evn
Cristw/| VIhsou/ y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús
(Ef 2, 6). evn w-| pa/sa oivkodomh. sunarmologoume,nh au;xei eivj nao.n a[gion evn kuri,w|( evn
w-| kai. u`mei/j sunoikodomei/sqe eivj katoikhth,rion tou/ qeou/ evn pneu,matiÅ en quien
toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor, en
quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de
Dios en el Espíritu. (Ef 2, 21-22). Encontramos también esta forma compuesta en Ef
3,6; 4, 3.16; 5,7…
Podemos ver con el Diccionario Exegético que otro empleo de la expresión “con
Cristo”:
Muestra una estrecha relación entre la esperanza escatológica y la conducta de la
propia vida aquí y ahora. Así como el morir “con Cristo” significa la liberación de los
elementos de este mundo, así también, el “ser resucitado con Cristo” obliga a buscar
las “cosas de arriba” (ta. anw); ahora la vida “juntamente con Cristo” está oculta en
Dios, pero después de la parusía “vosotros también seréis manifestados con él en la
79
Ibid., 770 80
Ibid., 781
71
gloria”: el acontecer sacramental, la obligación ética y la expectación escatológica de
la comunión se compenetran mutuamente81
.
Las cualidades humanas, intelectuales y las pasiones espirituales, propias de la
persona humana, se manifiestan también por esta preposición su,n.
2.4.4 La preposición griega “di,a” (a través de, por medio de, por, por causa de,
mediante)
En nuestro texto del Himno a los Efesios, la preposición di,a se encuentra solamente
en Ef 1, 5.7. En el contexto anterior del Saludo inicial se la encuentra también en
Ef 1, 1. Nos limitamos con el Diccionario Exegético a destacar algunos elementos
informativos de esta preposición.
La preposición di,a se refiere generalmente a un medio por el cual sucede algo. En la
literatura neotestamentaria “su campo de aplicación con régimen de acusativo se
limita al ámbito causal; pero, con régimen de genitivo, su campo se amplia para
abarcar el del dativo instrumental. Además, esta preposición adopta construcciones
hebreas (di,a con infinitivo o con acusativo e infinitivo) y forma combinaciones de
palabras”82
.
Con el genitivo, esta preposición puede tener tanto un sentido espacial, por „por
medio de‟, a través de, como expresar un sentido temporal de toda la duración en el
tiempo, a lo largo de, durante; puede traducir también un período de tiempo dentro
del que sucede algo, mientras, en.
Por otra parte, di,a puede referirse también a un mediador. En este caso puede
expresarse con el genitivo de persona o de causa, el instrumento; acompañado con un
verbo puede designar la manera. Esta preposición se refiere igualmente a las
circunstancias. Con el acusativo, indica el motivo o la finalidad.
81
W. Elliger, “su,n”, en H. Balz y G. Schneider, op. cit., Vol. 2, 1551 82
A. J. Heb, “dia,”, en H. Balz y G. Schneider, op. cit., Vol. 1, 894
72
TERCER PASO
INTERPRETACION TEOLOGICA
Fundamentada en los datos arrojados por los dos Pasos Analíticos anteriores y
en Diálogo con otros Hermeneutas
3.1 Hermenéutica Teológica de las Acciones Soteriológicas contenidas en el Saludo:
preparación al Dinamismo Salvador de Jesucristo expresado en ellas dentro del
Himno
Nosotros contemplamos dentro del Método Semántico Teológico al servicio de lo
soteriológico presente en la totalidad de los textos del Nuevo Testamento, la
necesidad de incluir el análisis diacrónico de los términos que se encuentran
significando, en este caso, el dinamismo salvífico de Cristo. Este análisis está
presente en el segundo paso en el cual sólo incluimos aquellos términos que
constituyen la significación de dicho dinamismo como campos semánticos nucleares
y directos. Estos campos son: la comunión expresada a través de preposiciones y el
73
término unidad muy profundamente relacionado con la comunión tanto en su
hermenéutica teológica como en la praxis de la vida cristiana tal como lo vamos a
mostrar en el cuarto paso de nuestro recorrido.
Sin embargo, a lo largo del análisis y para no romper su unidad, se van incluyendo
campos semánticos que se entretejen significativamente, a lo largo del Himno con el
campo central de la comunión en y con Jesucristo. Dichos campos son analizados
diacrónicamente dentro de la hermenéutica teológica que se desarrolla en este tercer
paso. Dichos campos son: la Gracia, la Paz, la Justicia, la Verdad, la Fe, el Amor, la
Elección, la Santidad, la Predestinación, la Adopción, el Misterio (de su voluntad), la
Bendición, la Plenitud de los tiempos, la Transgresión, la Recapitulación, la Cabeza,
la Muerte sacrificial, la Redención, el Perdón, la Palabra de la verdad, el Evangelio,
la Gloria, la Alabanza, la Esperanza, la Herencia, la Escucha, la Salvación…
Texto griego
1Pau/loj avpo,stoloj Cristou/ VIhsou/ dia. qelh,matoj qeou/ toi/j agi,oij toi/j ou=sin Îevn
VEfe,sw|Ð kai. pistoi/j evn Cristw/| VIhsou/( 2ca,rij u`mi/n kai. eivrh,nh avpo. qeou/ patro.j
h`mw/n kai. kuri,ou VIhsou/ Cristou/Å
Traducción española
1Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo
Jesús. 2Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor
Jesucristo.
Acciones soteriológicas identificadas y sus respectivos campos semánticos
Pau/loj avpo,stoloj Cristou/ VIhsou/ dia. qelh,matoj qeou (Pablo apóstol de
Cristo Jesús por voluntad de Dios)
toi/j a`gi,oij toi/j ou=sin Îevn VEfe,sw|Ð kai. pistoi/j evn Cristw/| VIhsou (a los
santos y fieles en Cristo Jesús)
74
ca,rij umi/n kai. eivrh,nh avpo. qeou/ patro.j h`mw/n kai. kuri,ou VIhsou/ Cristou
(Gracias a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre, y del Señor
Jesucristo)
Los campos semánticos significantes de las relaciones soteriológicas contenidas en
esta sección que se van entretejiendo con el campo de la Comunión con Cristo son:
comunión, unidad, gracia y paz. Para las relaciones lingüísticas identificadas en el
texto, podemos consultar el análisis sincrónico-lingüístico del primer paso.
3.1.1 El Saludo y sus contenidos teológicos, presentación que supera la clásica
apreciación del carácter normativo de las cartas de aquella época
El Saludo inicial del autor, Ef 1, 1-2, que precede al Himno a los Efesios, requiere,
antes de empezar el análisis detallado de sus acciones soteriológicas, que nos
detengamos en él; ya que desde la mirada proporcionada por nuestro Método, el
Saludo contextualiza las tres primeras acciones y revela la profunda relación de
comunión que existe entre el remitente y los destinatarios, Cristo Jesús y Dios Padre,
como agentes causantes de dicha comunión. En el análisis de este Saludo, Schlier
afirma que:
Como todas las cartas del apóstol san Pablo, a la Carta a los Efesios comienza
indicando quién es el remitente y los destinatarios, y añade, en una segunda frase, un
saludo de bendición. Este tipo de encabezamiento en dos frases sigue las normas de
las cartas orientales, que se derivan en último término del esquema de la
correspondencia oficial persa (…) Pablo utiliza más bien la forma epistolar de la que
se sirven, (…) las cartas oficiales y de carácter público, los „mandatos‟, incluso del
mundo helenístico83
.
Sin embargo, más allá de este aspecto estrictamente formal de la obediencia a las
normas sociales de su tiempo, mediante el análisis, pudimos ver que el Saludo que el
autor de esta Carta dirige a la comunidad, revela una realidad mucho más profunda
que no se puede reducir a un aspecto meramente normativo. Sabemos que el saludo
83
Heinrich Schlier, La Carta a los Efesios, 39
75
epistolar en la Grecia antigua tenía el modelo de la presentación del remitente con sus
posibles títulos, de los destinatarios y la formulación de unos deseos personales. Pero,
en el caso presente, este Saludo va mucho más allá que presentar un título y unos
deseos personales. Pablo se encuentra revelando, desde el inicio de su Carta, su
profunda comunión e identidad con la persona de Cristo en quien se fundamentan y
tienen sentido y significación, en relación con la totalidad de la Carta, los deseos de
Gracia y de Paz que él dirige a sus destinatarios.
3.1.2 Las preposiciones que expresan el dinamismo soteriológico en esta
sección del texto
Desde la mirada proporcionada por el Método Semántico Teológico, hemos
identificado en la primera acción presente en el Saludo, una relación soteriológica de
Pablo con Cristo, que se encuentra expresada, no con la dinámica preposicional, sino
con el uso del genitivo en el texto griego después del sustantivo, como lo podemos
apreciar al inicio del presente análisis, en la presentación de las tres acciones
contenidas en el saludo. En la segunda acción soteriológica, la comunión de los
destinatarios con Cristo, se expresa con la preposición griega “evn”. En ambos casos,
se trata del dinamismo de comunión con Cristo Jesús.
En el Nuevo Testamento, podemos encontrar unos modelos de saludo similares en los
que la relación de comunión del autor sagrado con Cristo o con Dios, se expresa
también a través de unas preposiciones o del empleo del genitivo griego. Al inicio de
su carta, Santiago nos presenta un modelo parecido: “Ia,kwboj qeou/ kai. kuri,ou VIhsou/
Cristou/ dou/loj tai/j dw,deka fulai/j tai/j evn th/| diaspora/| cai,rein: Santiago, siervo
de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión” (St 1, 1) y
en la primera carta de Pedro: “Pe,troj avpo,stoloj VIhsou/ Cristou/ evklektoi/j
parepidh,moij diaspora/j : Pedro, apóstol de Jesucristo, a los que viven como
extranjeros en la Dispersión” (1Pe 1, 1).
76
3.1.3 El dinamismo de Comunión generador de la identidad del autor de la
Carta y de sus destinatarios: entretejido de los contenidos salvíficos
significados por la Gracia y la Paz
Pablo dirige su mensaje a los santos y fieles desde su identidad de apóstol de Cristo
Jesús. Los santos y fieles son los que „apartados‟ del mundo han sido consagrados a
Dios; son los que han puesto su fe en el Dios de nuestro Señor Jesucristo que los
resucitó de entre los muertos. Y esta fe en Dios Padre, es ante todo el don mismo de
Dios. Esta referencia a Cristo Jesús no es solamente la evocación de un título sino la
afirmación de una identidad no sólo propia, la del autor, sino también la de sus
destinatarios. El dinamismo de comunión del autor y de los destinatarios con Cristo
Jesús, es el que les otorga su propia identidad. Es al mismo tiempo un dinamismo de
pertenencia a Cristo Jesús tanto de Pablo como de los destinatarios de la Carta.
Por ello, los santos y fieles en Cristo Jesús aparecen en nuestra lectura, no sólo como
beneficiarios y en comunión con Cristo en la segunda acción, sino también, se
constituyen en expresión afín de la primera acción soteriológica haciéndola
profundamente significativa. Si Pablo, es apóstol de Cristo Jesús, fundamentalmente
es un enviado, destinado a anunciar el mensaje de Cristo a una comunidad
determinada. La Gracia y la Paz de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo, que
en las dos primeras acciones soteriológicas que nos encontramos analizando,
determinan y concretizan, como lo señalamos en el primer paso, el mensaje que el
apóstol de Jesucristo tiene que llevar a las naciones. Dicha Gracia y Paz se
convierten en campos semánticos significantes de la tercera acción soteriológica
donde el apóstol desea para sus destinatarios la Gracia y la Paz de Dios nuestro
Padre y del Señor Jesucristo.
La afirmación de la identidad de Pablo conferida por su autoridad de apóstol de
Cristo Jesús, responde explícitamente a las críticas y dudas de las que fue objeto a lo
largo de su ministerio, rechazando su autoridad de apóstol de Cristo. Como podemos
ver, nuestro aporte es mucho más significativo y mayor que el que hemos podido
encontrar en los comentaristas aquí representados por Schlier, a quien se puede unir
77
Michel Bouttier y Chantal Reynier quienes se quedaron en una lectura estrictamente
normativa de dicho Saludo. Esta “nueva mirada” a través del Método Semántico
Teológico nos proporciona desde el saludo, la intención firme del autor de dar a la
comunión, el carácter de dinamismo soteriológico de Cristo, como hilo conductor de
la totalidad de la Carta. Podemos afirmar con Ernest Best que en el Saludo, la palabra
„Apóstol‟ tiene un significado importante (…) en Lucas y Hechos „apóstol‟ se refiere
generalmente a uno de los Doce en el que no había lugar para Pablo (...) Pablo se
presenta como „apóstol de Cristo Jesús‟, y en el momento de escribir y dirigir esta
carta a una comunidad que nunca ha visitado, naturalmente piensa, que allí se
encuentran quienes ponen en tela de juicio su autoridad y por eso, afirma que él no es
inferior, en ningún caso, a quienes usan el título de „apóstol de Cristo‟ para
identificarse.84
Cristo Jesús, a quien el autor nombra tres veces en este Saludo, es el que le da sentido
y autoridad a su apostolado. Cristo Jesús, se encuentra desde el principio, como causa
y meta de su ministerio apostólico y Pablo no puede vivir más que por él. Pablo es
apóstol por “voluntad de Dios”; es decir que esta vocación de apóstol se inscribe
dentro de este plan maravilloso de Dios que se realiza una vez más en comunión con
la persona de Cristo.
Esta relación de comunión se enfatiza al final del Saludo, con la formulación de un
deseo del apóstol que señala otra acción soteriológica de Dios en Cristo para la
comunidad. Esta acción soteriológica explicita el origen de tal deseo, enfatizando el
dinamismo de comunión con Dios y con Cristo: “Gracia a vosotros y paz de parte de
Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo” (Ef 1, 2). La Gracia y la Paz son, a su
vez, campos semánticos significantes del dinamismo salvífico del Padre y del Señor
Jesucristo que nos posibilitan la participación en el plan salvífico de Dios.
Este horizonte de salvación que se vive ya en comunión con Cristo, en un estado de
Gracia y de Paz, debe mover a los santos y fieles en Cristo, a mantenerse firmes
calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz (Ef 6, 15). La comunión se
entreteje con la Gracia y la Paz como acción soteriológica de Cristo y del Padre
84
Ernest Best, op. cit., 96-97
78
expresada como deseo del apóstol para que dicho dinamismo soteriológico del Padre
y de Cristo acontezca en la comunidad de los creyentes. La identidad del creyente se
fundamenta en su comunión con Cristo y se va edificando con la Gracia y la Paz,
bendiciones espirituales en el mismo Cristo Jesús.
3.1.4 La comunión con Dios y con Cristo en la Fe como fuente de Vida, Gracia
y Paz generadores de Unidad hacia la Nueva Creación
La comunión con Cristo y Dios Padre, desde el inicio de la Carta, es fuente de Gracia
y de Paz y constituye en la fe y en el amor, el dinamismo integrador de la totalidad de
la Carta. Podemos encontrar en el Nuevo Testamento el uso frecuente del término
ca,rij y muy especialmente en las cartas paulinas. A propósito, el Diccionario
Teológico nos hace observar que la literatura neotestamentaria
emplea el concepto cháris 155 veces. El centro de gravedad está en las cartas paulinas
(100 veces), especialmente en 1-2 Cor (10 y 18 veces respectivamente), Rom (24
veces) y Ef (12 veces) (…) Para Pablo, ca,rij es la recapitulación de la decisiva
acción salvadora de Dios en Jesucristo, acontecida en su muerte sacrificial, y las
consecuencias de su carácter actual y definitivo85
.
En las cartas paulinas y especialmente en la Carta a los Efesios, no se puede entender
el acontecimiento de la salvación por fuera de la Gracia de Dios presente de manera
total y definitiva en la persona de Jesucristo, salvador. Dios nos ha predestinado para
ser sus hijos adoptivos en Jesucristo, “para alabanza de la gloria de su gracia con la
que nos agració en el Amado” (Ef 1,6). La salvación se entreteje en Cristo con el
dinamismo de la vida; “estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó
juntamente con Cristo y por gracia habéis sido salvados” (Ef 2,5). Por otra parte,
esta gracia de la salvación, se relaciona con el don divino de la fe: “habéis sido
salvados por la gracia mediante la fe, y esto no viene de vosotros, sino que es un don
de Dios” (Ef 2,8).
85
H.-H. Esser, “(ca,rij ) Gracia”, en L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard, op. cit., Vol. 1, 5ª
edición, 626-627
79
Como dinamismo salvador, el campo semántico de la Paz aparece también
significativamente no sólo en la Carta a los Efesios y en los escritos paulinos, sino
también, en toda la literatura neotestamentaria. En la misma dinámica, el Diccionario
Teológico observa que:
en el NT aparece en total 91 veces, se encuentra en los evangelios en 24 ocasiones, de
las cuales 4 en Mt (todas en el discurso que pronuncia Jesús al enviar a los apóstoles
a anunciar el evangelio en el cap. 10); una vez en Mc, como fórmula de saludo (en 5,
34); 13 en Lc; 6 en Jn (…); 7 en Hch; 43 veces en la literatura paulina, sobre todo en
Rom (10 veces) y Ef (8), 11 en las cartas pastorales, 4 en Heb y 2 en Ap86
.
En la Carta a los Efesios, la Paz expresa la reconciliación en Cristo Jesús que
“es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los
separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus
preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la
paz, y reconciliando con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz,
dando en sí mismo muerte a la Enemistad. Vino a anunciar la paz: paz a vosotros que
estabais lejos, y paz a los que estaban cerca” (Ef 2, 14-17).
En la perspectiva de nuestro análisis, el teólogo español Bosch señala, respecto a la
frecuencia del empleo de este término en estos versículos, que
ningún otro fragmento del Nuevo Testamento repite tanto el término „paz‟ (…) Esa
paz implica la reconciliación con Dios, pero pone en primer plano la reconciliación
entre dos grandes entidades: los judíos y los gentiles. Y ahí no se trata de tolerancia o
de respeto, ni siquiera de amistad, sino de que ambos lleguen a formar „un nuevo
hombre‟, „un mismo cuerpo‟, a base de una tal identificación con Cristo que sólo
puede ser objeto de una nueva creación87.
El autor de la Carta, con la acción soteriológica significada por el campo semántico
de la Paz, revela su importancia en la cotidianidad de la vida de la comunidad
creyente, para que haciéndola realidad en ella, el dinamismo salvador de la comunión
86
H. Beck, “Paz (eirhnh)”, en L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard, op. cit., Vol. 2, 310 87
Jordi Sánchez Bosch, Efesios y Colosenses, ¿Dos cartas de Pablo?, 176
80
con Cristo por medio del Espíritu acontezca como fuente de Gracia: “con toda
humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor, poniendo
empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz” (Ef 4, 2-3).
Esta Paz que la comunidad debe acoger, es una disposición del corazón para seguir
construyendo el diario vivir de su existencia. Dicha Paz es finalmente el contenido
mismo del evangelio, el evangelio de la Paz: “ceñida vuestra cintura con la Verdad y
revestidos de la Justicia como coraza, calzados los pies con el Celo por el Evangelio
de la paz” (Ef 6, 14-15). Paz que se construye, como dice el autor, sobre los
fundamentos de la Verdad y la Justicia.
3.1.5 La Comunión con Cristo, generadora de Paz en la Palabra de la Verdad y
la Justicia, sus fundamentos esenciales
En cuanto a la Verdad, podemos decir que además de la literatura Juanica en la que el
concepto de Verdad tiene una importancia peculiar, aparece también de manera
relevante en san Pablo, especialmente en la carta a los Romanos y en la 2 Corintíos.
“El sentido universal de la teología paulina se evidencia en relación con este
concepto, en que Pablo toma elementos, tanto de la concepción griega de verdad,
como de la del AT, de alguna forma, elabora con ellos, un concepto nuevo de
verdad”88
.
En la Carta a los Efesios, podemos encontrar el campo semántico de la Verdad en sus
distintas facetas, expresando lo que es recto o sincero: “siendo sinceros en el amor,
crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo” (Ef 4,15); la verdad en
contraposición a la mentira: “Por tanto, desechando la mentira, hablad con verdad
cada cual con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros” (Ef 4,25).
Vemos que este campo semántico de la verdad se entreteje constantemente con el
dinamismo salvador de comunión entre los miembros de la comunidad creyente y la
88
H.-G. Link, “Verdad (alh,qeia)”, en L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard, op. cit., Vol. 2, 781
81
comunión con Cristo. En sus grandes cartas, Pablo integra el concepto hebreo de la
verdad como fidelidad en referencia a la fidelidad de Dios.
Pero, tanto en la Carta a los Efesios como en las demás cartas paulinas, podemos ver
que el peculiar aporte de Pablo se encuentra en la relación que él logra establecer
entre la verdad, el evangelio de Cristo y la revelación misma de Dios. La Carta a los
Efesios nos presenta esta relación entre la verdad, la persona de Jesús y su mensaje
de salvación: “si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados
conforme a la verdad de Jesús (Ef 4,21), tras haber oído la Palabra de la verdad, el
Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa” (Ef 1,13).
En cuanto al campo semántico de la justicia en la teología paulina en general,
reconocemos con el Diccionario Teológico que
es utilizado de un modo muy frecuente y con la máxima variedad de sentidos. En su
predicación sobre la justicia y la justificación de Dios, él encuentra al mismo tiempo
la vinculación a la tradición veterotestamentaria en el más enérgico de todos los
escritos del NT. Para él, la justicia de Dios es esencialmente un obrar de Dios para
con su pueblo, adecuado a la propia naturaleza divina y determinado por la fidelidad
a la alianza; por medio de esta acción, él constituye a su pueblo en una nueva
humanidad (…) Esta justicia de Dios se manifiesta en que Dios, ante el pecado de la
humanidad, no se deja llevar, por decirlo así, de su ira, sino que, a pesar de la actitud
rebelde del hombre, hace prevalecer su salvación y su soberanía89.
En la Carta a los Efesios, el dinamismo de la justicia que se entreteje, por una parte,
con el campo de la verdad, se entiende desde la realidad de la Creación del Hombre
Nuevo: “revestíos del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de
la verdad” (4,24). Por otra parte, la justicia se relaciona no sólo con la verdad sino
también con el dinamismo de la luz y de la bondad; ya que la Nueva Creación en
Jesucristo acontece como una luz que ilumina las tinieblas del mundo: “en otro
89
H. Seebass, “Justica (dikaiosu,nh)”, en L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard, op. cit., Vol. 1,
796
82
tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz
(Ef 5, 8); pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad” (Ef 5, 9).
La Gracia de la Paz que acontece en la vida de los creyentes por su comunión en
Cristo, y se fundamenta en la verdad y la justicia, se hace más aun relevante al final
de la Carta, uniéndose con las virtudes teologales de la fe y de la caridad, que
constituyen los dos fundamentos del cristianismo: “Paz a los hermanos, y caridad
con fe de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo” (Ef 6, 23).
3.1.6 El Don de la Fe y del Amor: pilares de la Comunión en Cristo
La fe como fundamento esencial del cristianismo y por tanto de la teología paulina,
es respuesta al acontecer soteriológico de Cristo para la salvación humana. Esta
importancia de la fe se hace también evidente en la Carta a los Efesios: “habéis sido
salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un
don de Dios” (Ef 2, 8). La gracia de la fe en Jesucristo, nos abre a la salvación y nos
da acceso a Dios: “mediante la fe en él, nos da valor para llegarnos confiadamente a
Dios” (Ef 3,12). Esta fe se entreteje con el bautismo “un solo Señor, una sola fe, un
solo bautismo” (Ef 4,5) para expresar la acogida de la Palabra de salvación y el inicio
de una vida nueva en Cristo: “En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de
la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados
con el Espíritu Santo de la Promesa” (Ef 1, 13).
En cuanto don divino, el dinamismo de la fe en la Carta a los Efesios, implica y
compromete la vida del creyente que debe expresarse en los actos de amor: “que
Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en
el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la
altura y la profundidad” (Ef 3, 17-18) del amor de Cristo. Pablo termina
entretejiendo el dinamismo de la fe con el conocimiento pleno del Hijo de Dios. Esa
83
fe y ese conocimiento permiten que la medida del hombre perfecto llegue a ser la
Plenitud en Cristo.
Siendo del mismo parecer, Jordi Sánchez Bosch afirma que “no son meras
formulaciones, sino contenidos de una fe viva, en el contexto de una transformación
total del hombre en Cristo”90
, hasta que lleguemos, según el horizonte de la Carta a
los Efesios, “a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado
de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo” (Ef 4,13). Esta fe debe
finalmente, dinamizar el testimonio del cristiano y fortalecer su combate contra las
fuerzas del mal para que “abrazando siempre el escudo de la fe podáis apagar con él
todos los encendidos dardos del Maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación y
la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” (Ef 6,16-17).
En cuanto al amor „avga,ph‟, nos encontramos en el corazón del mensaje cristiano y de
la Revelación del Dios de Jesucristo, que Pablo llama el Dios de la paz y del amor:
“hermanos, alegraos; sed perfectos; animaos; tened un mismo sentir; vivid en paz, y
el Dios del amor y de la paz estará con vosotros” (2Cor13,11). Desde esta
perspectiva, podemos resaltar que “un cristiano sin amor es una contradicción en sus
términos. Este amor cristiano es la última consecuencia, la culminación de la fe; tiene
su fundamento en la fe que actúa por el amor (…) La fe se manifiesta en el amor y el
amor da vida a la fe. Sin fe, no hay vida nueva, pero sin amor, la fe se muere”91
. Por
eso, la Doctora María Lucía apunta que “la fe es confiar en el amor y la esperanza es
esperar en el amor, porque el amor siempre permanece”92
.
Con el uso abundante del término "avga,ph|”, el amor, como fundamento de la vida
cristiana, aparece como un componente esencialmente paulino. La razón de ser y el
quehacer del cristiano en el mundo es amar. Así, “siendo sinceros en el amor,
90
Jordi Sánchez Bosch, op. cit., 133 91
Felipe F. Ramos, op. cit., 170-171. 92
Un Comentario de la Doctora María Lucía de Litzmann en los Apuntes de la Práctica Investigativa
2, en la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Mayo 2010.
84
crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo, de quien todo el Cuerpo
recibe trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que llevan la
nutrición según la actividad propia de cada una de las partes, realizando así el
crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor” (Ef 4, 15-16). Ese amor que
debe resplandecer en las relaciones fraternas dentro de la comunidad creyente brota
del amor de Dios por su Hijo amado: Predestinándonos para ser sus hijos adoptivos
por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la
gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado (Ef 1, 5-6).
En este dinamismo de gracia y de paz, que se entreteje93
con la justicia y la verdad,
por un lado, la fe y el amor, por el otro, de manera que aconteciendo simultáneamente
en la vida del creyente en comunión con Cristo, realiza el Designio Salvífico de Dios
en el cual se nos invita a participar.
3. 2 Breve contextualización del Himno a los Efesios
El Himno que vamos a analizar en este tercer paso, se encuentra dentro de la Carta a
los Efesios; que en su totalidad fue objeto de análisis en nuestra práctica investigativa
donde aprendimos a leer el texto con la ayuda del Método Semántico Teológico. Con
esta lectura, construimos el primer paso de análisis sincrónico, que nos permitió
determinar los elementos lingüísticos que acompañan a las acciones soteriológicas de
Jesucristo, significadas por múltiples campos semánticos. Constatamos que los
dinamismos salvadores no se encuentran expresados únicamente a través de los
verbos sino de una manera frecuentemente impresionante por las preposiciones.
De ahí, que en nuestro análisis, consideramos muy importante esta presencia
dinámica preposicional, la cual se distribuye a través de la totalidad del Himno, objeto
de esta monografía. La mayor parte de las acciones significadas por el campo
semántico de la comunión que evidenciamos como hilo conductor significativo de la
93
Recordemos que el Método busca encontrar en el texto ese entretejido de los términos que significan
la acción soteriológica y la determinan, dando cohesión al mensaje ya que un texto es un tejido.
85
acción soteriológica de Cristo en la totalidad de la Carta a los Efesios, se encuentra
dinamizada por preposiciones. Para empezar el análisis hermenéutico de esta
presencia dentro del Himno, Ef 1, 3-14, después del análisis sincrónico y de las
precisiones que hicimos a través del análisis diacrónico de los términos comunión y
unidad, tenemos que contextualizar la presencia de dicho Himno que, en la Carta a
los Efesios, se mueve dentro de un ambiente literario, histórico y vital que hemos de
precisar.
En la segunda edición, en Español, de la Biblia de Jerusalén, 1975, que propone
también una traducción más fiel al texto griego, el Himno a los Efesios tiene como
epígrafe “El plan divino de la salvación” que abarca los versículos 1,3-14. Esta
unidad literaria se ubica después del Saludo inicial de la Carta, Ef 1, 1-2 y precede al
epígrafe del “Triunfo y supremacía de Cristo” Ef 1,15-23. Se encuentra en la primera
sección de la Carta llamada “El misterio de la salvación y de la Iglesia”, que abarca
los capítulos 1,3-3,21.
La segunda sección de la Carta, llamada “Exhortación”, empieza con un
“llamamiento a la unidad”, Ef 4,1-16, y abarca los capítulos 4,1-6,24. Al comparar
con otras traducciones, vemos que dicho Himno, en Nestle-Aland, The Greek-English
New Testament, 27a Edición, 2001, es llamado “Bendiciones espirituales en Cristo”,
abarca los mismos versículos y precede a la unidad literaria de 1,15-23 que se llama
en éste último la “oración de Pablo”.
La primera palabra que surge del corazón del autor de nuestro texto como una
inspiración divina, Euvloghto.j o` qeo.j, nos coloca desde el inicio, frente a una
bendición: ¡Bendito sea Dios! La bendición es un género literario que se hace muy
presente en la literatura bíblica. Esta bendición “Euvloghto.j o` qeo.j con que comienza
la sección, es traducción del Hebreo yhel{åa/ hA"ßhy> %WrïB'. La fórmula se encuentra en el
Antiguo Testamento, en la versión de los LXX y profusamente en los escritos judíos,
judeo-helenísticos y en otros escritos influidos por ellos”94
. En el mismo sentido,
94
Heinrich Schlier, op. cit., 54
86
Lincoln reconoce que “este pasaje inicial con su dinamismo de alabanza tiene la
forma de la amplia bendición o berakah (“Bendito sea Dios…”); el Antiguo
Testamento y la adoración judía ofrecen el trasfondo de esta forma. Euvloghto.j
(bendito), es frecuentemente empleado en los LXX para significar el hebreo barûk”95
.
En el libro del Génesis, encontramos esta forma de bendición y de alabanza en la
forma hebrea de los LXX: “euvloghto.j ku,rioj o qeo.j en Gn 9, 26: “yhel{åa/ hA"ßhy> %WrïB'”
(Bendito sea Yahveh, el Dios)”; en Gn 14, 19 laeäl. ‘~r"b.a; %WrÜB' rm:+aYOw: WhkeÞr>b'y>w:¥ `#r<a'(w" ~yIm:ïv'
hnEßqo !Ayël.[, : y le bendijo diciendo: "¡Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de
cielos y tierra” ; en Ex 18, 10 de los LXX: “kai. ei=pen Ioqor euvloghto.j ku,rioj o[ti
evxei,lato : Y dijo Jetró: "¡Bendito sea Yahveh, que os ha librado”; en Tb 13, 1-2: kai.
ei=pen euvloghto.j o` qeo.j o` zw/n eivj to.n aivw/na kai. h` basilei,a auvtou/ o[ti auvto.j
mastigoi/ kai. evlea/| kata,gei e[wj a[|dou katwta,tw th/j gh/j kai. auvto.j avna,gei evk th/j
avpwlei,aj th/j mega,lhj kai. ouvk e;stin ouvde,n o] evkfeu,xetai th.n cei/ra auvtou/ : Y dijo:
¡Bendito sea Dios, que vive eternamente, y bendito sea su reinado! Porque él es
quien castiga y tiene compasión; el que hace descender hasta el más profundo Hades
de la tierra y el que hace subir de la gran Perdición, sin que haya nada que escape
de su mano”.
Podemos resaltar también la oración de bendición del rey Salomón después del
traslado del arca de la alianza a Sión en 1R 8, 15: “Euvloghto.j Ku,rioj o Qeo.j tou/
VIsrah,l : Bendito sea Yahveh, Dios de Israel”. Y terminando su oración, Salomón
retoma la misma expresión: “euvloghto.j ku,rioj sh,meron o]j e;dwken kata,pausin tw/|
law/| auvtou/ Israhl kata. pa,nta o[sa evla,lhsen ouv diefw,nhsen lo,goj ei-j evn pa/sin toi/j
lo,goij auvtou/ toi/j avgaqoi/j oi-j evla,lhsen evn ceiri. Mwush/ dou,lou auvtou/ : Bendito
sea Yahveh que ha dado reposo a su pueblo Israel, según todas sus promesas; no ha
fallado ninguna de las palabras de bien que dijo por boca de Moisés su siervo”(1R8,
56).
95
Andrew T. Lincoln, op. cit., 10
87
Vemos que en el Antiguo Testamento, la oración de bendición surge generalmente
después de un acontecer de Dios en la vida de la persona, de la comunidad o del
pueblo en general. Dios hace maravillas por su pueblo y como signo de
reconocimiento, el pueblo le agradece, bendiciendo su santo nombre. Lo mismo
sucede en la adoración judía que podemos encontrar en la literatura de Qumrán y el
judaísmo rabínico.
Esta fórmula de bendición se encuentra también en el Nuevo Testamento. Es lo que
nos deja ver la exclamación de Isabel ante la Visita de la Santísima Virgen María:
“euvloghme,nh su. evn gunaixi.n kai. euvloghme,noj o karpo.j th/j koili,aj souÅ : Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno” (Lc 1, 42). Con esta misma fórmula,
Zacarías manifiesta su alegría ante la promesa cumplida y las maravillas del Señor:
“Euvloghto.j ku,rioj o qeo.j tou/ VIsrah,l( o[ti evpeske,yato kai. evpoi,hsen lu,trwsin tw/|
law/| auvtou/ : Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su
pueblo” (Lc 1, 68).
En la primera carta de san Pedro y especialmente en los escritos de san Pablo, esta
fórmula aparece con una nota particular: el Dios del que se trata es el Dios de nuestro
Señor Jesucristo. “Euvloghto.j o` qeo.j kai. path.r tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/( o`
kata. to. polu. auvtou/ e;leoj avnagennh,saj hma/j eivj evlpi,da zw/san diV avnasta,sewj
VIhsou/ Cristou/ evk nekrw/n : Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo
quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los
muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva” (1P 1,3). En 2Cor 1, 3
encontramos la misma referencia: “Euvloghto.j o qeo.j kai. path.r tou/ kuri,ou hmw/n
VIhsou/ Cristou/( o` path.r tw/n oivktirmw/n kai. qeo.j pa,shj paraklh,sewj : Bendito sea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de
toda consolación” (2Cor 1, 3).
Nuestro Himno a los Efesios empieza, pues, con esta misma fórmula de bendición:
“Euvloghto.j o` qeo.j kai. path.r tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/( o` euvlogh,saj h`ma/j
88
evn pa,sh| euvlogi,a| pneumatikh/| evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/| : Bendito sea el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de
bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo” (Ef. 1, 3). Nos ponemos de acuerdo
con Chantal Reynier para decir que este
grito de bendición surge del descubrimiento de encontrarnos puros beneficiarios de
un acto de Dios por nosotros. La referencia a “nosotros” no es ni un plural respetuoso
del autor ni dirigido a los cristianos de origen judío, sino que se extiende a todos los
cristianos y a toda la humanidad. Por supuesto, sólo los cristianos pueden bendecir a
Dios ya que son capaces de comprender la gracia de la bendición a ellos concedida,
pero no significa que esta gracia esté reservada únicamente para ellos. Para toda la
humanidad corresponden todas las bendiciones. Al colmar a la humanidad con toda
bendición, Dios revela su identidad de Padre. Él es el Padre de Nuestro Señor
Jesucristo (…) Bendecir para Dios es entregar todo: entregando a su Hijo, Dios
entrega todo lo que puede entregar de sí mismo a la humanidad96
.
3.3 Hermenéutica teológica de las acciones soteriológicas de Cristo contenidas en el
Himno
3.3.1 Aproximación a la estructura del Himno
En el análisis de las acciones soteriológicas contenidas en el Himno, llamado también
“euvlogi,a|” “Bendición”, objeto de esta investigación, presentamos en las p. 27-28 la
estructura propuesta por nuestro Grupo de Investigación “Soter” respetando, con
inmensa fidelidad el texto griego. Dicha estructura se presenta no en forma de
versículos sino según el dinamismo (rítmico) que va surgiendo del mismo texto. El
Himno a los Efesios es un texto denso tanto en su contenido como en su forma
literaria. Andrew Lincoln, observa que en “el texto original griego, la perícopa 1,3-14
constituye una sola oración. Pero, a favor de la inteligibilidad del texto, la traducción
96
Chantal Reynier, op. cit., 53
89
no intentó guardar la misma forma estilística”97
, con la preocupación de hacer más
explícito y comprensible el tesoro espiritual contenido en esta unidad. En su
composición, se encuentra en este Himno, una serie de sustantivos y preposiciones,
de verbos y conjunciones, entrelazados los unos a los otros pero formando una sola y
única oración. Chantal Reynier nos presenta los comentarios de Alfred Loisy, quien
hablando de este Himno, lo llamó un “suntuoso galimatías” y en el mismo sentido,
Norden habló del “más monstruoso conglomerado de la lengua griega”98
. Estas
distintas observaciones confirman la densidad de nuestro texto que se percibe desde
su misma estructura literaria. Aunque, cuenta hasta cierto punto, con parecidos a otros
textos de la literatura bíblica del mismo género, nuestro Himno presenta unas
características propias.
La íntima asociación entre la forma y el contenido, la acuñación de la forma por el
contenido, y el realce del contenido por medio de la forma, nos permiten ver que es
probable que nuestra eulogía sea una prosa literaria y rítmica, de carácter uniforme,
creada especialmente para este documento, y que es algo así como un himno, pero no
un himno tomado del culto, que Pablo hubiera recogido y elaborado para incorporarlo
a su carta.99
Las estructuras presentadas por distintos exegetas y teólogos pueden variar en sus
enfoques pero son muy complementarias en la forma y el contenido del texto de la
Bendición. Schlier advierte que:
La fórmula de bendición es la base de toda la eulogía. Porque es desarrollada más
detalladamente en los versículos 4-10, y por cierto dentro de una oración
comparativo-causal introducida por la conjunción kaqw.j y que gravita sobre tres
verbos: evxele,xato 4-6a ; evcari,twsen 6b-7; evperi,sseusen 8-10. A cada uno de los
predicados verbales de los versículos 4-6a y 8-10 se halla subordinada una oración de
participio, a saber proori,saj (v. 5) y gnwri,saj (v. 9), mientras que los versículos 6b-
7 llevan incorporada una oración de relativo: VEn w-| e;comen …. A cada uno de los
tres predicados verbales o a las oraciones subordinadas a ellos o coordinadas con
ellos (…) corresponde un complemento introducido por la preposición kata. (vv. 5b.
7b. 9b.) (…)
97
Andrew T. Lincoln, op. cit., 9 98
Ver el comentario de Chantal Reynier, op. cit., 52 99
Heinrich Schlier, op. cit, 51-52
90
Las tres oraciones están, además, íntimamente conectadas por el acentuado
complemento evn Cristw/| (evn auvtw/| u otro semejante) (…) A la bendición del v. 3 y a
su desarrollo en los versículos 11-14, se les ha añadido –digámoslo así –una doble
estrofa, acompañado por un enfático evn auvtw. Ahora que se trata de la relación de los
creyentes con Cristo, “en” quien ellos han recibido la bendición, este elemento evn Cristw, que antes no estructuraba sino que unía, se convierte en el medio y signo de
la estructuración100
.
Esta afirmación nos muestra, desde la estructura del Himno, la íntima relación que
existe entre los distintos versículos, y por consecuencia, resalta el entretejido entre las
distintas acciones salvíficas y los campos semánticos presentes en el texto. Cristo,
aparece como el „sujeto‟ indispensable de la relación con los beneficiarios de dichas
acciones y del cumplimiento de las mismas. Apuntando hacia una estructura ternaria
del Himno, Boismard afirma:
Esta introducción solemne de la carta constituye una sola oración, dinamizada por tres
relativos (comienzo de los vv. 9a, 11 y 13b). Contiene tres partes, según una estructura
ternaria (pero no trinitaria). La primera parte (vv. 3-4) se refiere a Dios, la segunda (vv. 5-11)
a Dios y a Cristo, la tercera (vv. 13b-14) al Espíritu Santo. Sin embargo, más allá de la
diferencia “Dios-Espíritu”, la primera y la tercera parte se relacionan. El adjetivo “espiritual”
del versículo 3, se encuentra anunciando el tema del versículo 13b, y la expresión “en los
cielos” indica la finalidad de nuestro destino, lo que significa también la palabra “herencia”
del versículo 14, ya que tenemos en posesión las “arras” por el Espíritu.
En la segunda parte, los versículos 5.9b por una parte y 11b por otra parte, están relacionados
por los términos que tienen el prefijo pro, y las dos fórmulas análogas: “según el benévolo
designio de su voluntad” y “según el beneplácito de su voluntad”. Pareciera que estos
términos hubieran sido agrupados voluntariamente para evidenciar los versículos 10 y 11a
(…) Estos, constituyen realmente el centro del chiasmo, cuya frase central “recapitular
absolutamente todo en Cristo” representa el centro del centro del conjunto101
.
Respetamos las distintas estructuras presentadas que tienen también su validez y
permiten evidenciar la densidad del texto, tanto en su forma literaria como en su
contenido. Pero, optamos por la estructura, también reconocida y valorada, de
100
Ibid., 50-51 101
M-E Boismard, L‟Enigme de la lettre aux Ephésiens, 19
91
Chantal Reynier que se aproxima a la estructura propuesta por nuestro Grupo de
Investigación “Soter” (ver p. 28). Dicha estructura, surgiendo de la misma dinámica
del texto, corresponde a nuestra lectura desde las acciones soteriológicas del
acontecer divino en la vida de los creyentes y los campos semánticos que se
entretejen con dichas acciones. Chantal Reynier resalta dos grandes partes de la
Bendición:
La primera parte (v. 3-10), se refiere al designio de Dios y contiene tres secciones
dinamizadas por los verbos: los vv. 3-6 presentan la bendición como elección y
filiación, los vv. 7-8 tratan de la redención y los vv. 9-10 vuelven a la bendición vista
como recapitulación.
La segunda parte no rompe con la precedente ya que el relativo kai asegura no sólo la
transición “y en él” (v. 11) sino que se le retoma en el v. 13, poniendo el énfasis
sobre Cristo. Los vv. 11-14 tratan de manera paralela las dos modalidades de la
Revelación del designio de Dios en la historia: los vv. 11-12 por el lado de los judíos
y el v. 13 por el lado de los gentiles, el v. 14 presenta una síntesis102
.
Por ello, dentro de la estructura interna de este Himno, tendremos en cuenta dos
grandes secciones: La primera, de los vv. 3-10 y la segunda de los vv. 11-14. Dichas
secciones expresan dinamismos internos que recogen momentos fundamentales de la
Revelación.
La primera sección se articula en torno al designio de Dios y presenta dentro
de su desarrollo tres momentos dinámicos: la elección y la filiación (v. 3-6), la
redención (v. 7-8) y la recapitulación (9-10).
La segunda sección contiene las dos maneras del acontecer de la Revelación
salvífica de Dios tanto en la historia de los judíos (v. 11-12) como en la
historia de los gentiles (v. 13).
102
Chantal Reynier, op. cit., 53
92
Y al final, el Himno termina construyendo una síntesis de carácter doxológico (v. 14).
En estos últimos versículos (13-14), el Himno culmina con la comunión en Cristo
salvador; él, como Palabra de la Verdad y a través de la fe, nos sella en el Espíritu
redimiéndonos a todos para la alabanza de la gloria del Padre (universalidad de la
obra salvífica del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo). Como puede apreciarse, al
final se recoge significativamente lo que se inició en el Saludo, confirmando así el
dinamismo que atraviesa la totalidad del texto.
Al final de este análisis sobre la estructura literaria del Himno, podemos afirmar con
Raymond Brown que:
En 1, 3-14, la primera parte de la acción de gracias (…), Pablo utiliza el lenguaje casi
litúrgico de las bendiciones judías y celebra la función de Cristo y de los cristianos en
el plan de Dios para unir en Él todas las cosas en el cielo y en la tierra. En este
misterio de la voluntad divina, anterior incluso a la creación del mundo, Dios destinó
a los cristianos a la “filiación” en Cristo, quienes a través de la sangre de éste
consiguen la redención, el perdón de los pecados y las riquezas de la gracia103
.
3.3.2 Primera Sección: Hermenéutica teológica de los dinamismos soteriológicos
3.3.2.1 Momento dinámico de la Elección y de la Filiación (vv. 3-6)
Texto griego
3Euvloghto.j o` qeo.j kai. path.r tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/( o` euvlogh,saj h`ma/j
evn pa,sh| euvlogi,a| pneumatikh/| evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/|( 4kaqw.j evxele,xato hma/j
evn auvtw/| pro. katabolh/j ko,smou ei=nai hma/j a`gi,ouj kai. avmw,mouj katenw,pion auvtou/
evn avga,ph|, 5proori,saj hma/j eivj uioqesi,an dia. VIhsou/ Cristou/ eivj auvto,n( kata. th.n
euvdoki,an tou/ qelh,matoj auvtou, 6eivj e;painon do,xhj th/j ca,ritoj auvtou/ h-j evcari,twsen
h`ma/j evn tw/| hvgaphme,nw|Å
103
Raymond Brown, op. cit., 805
93
Traducción española
3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con
toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; 4Por cuanto nos ha
elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su
presencia, en el amor; 5Eligiéndonos [predestinándonos] de antemano para ser sus
hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, 6para
alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado.
Comentario a la traducción
Cabe señalar al inicio de nuestra reflexión, que para aproximarse con más fidelidad al
texto sagrado y alcanzar su sentido y su significado, el Método Semántico Teológico
considera indispensable detenerse en la traducción del texto, teniendo en cuenta las
funciones etimológicas y filológicas que dan sentido a los términos, ya que son
indispensables para la comprensión de cada uno de ellos.
Por ello, en esta primera parte del análisis del Himno, manifestamos nuestro
desacuerdo con el término “eligiéndonos” (v. 5) empleado por la Biblia de Jerusalén
en Español, 2 edición de 1975, para traducir la palabra griega “proori,saj” de dicho
versículo. No podemos oponer los dos términos en el sentido de una separación
absoluta; pero conviene hacer una distinción desde el enfoque que expresa cada
término y la idea que el autor nos quiere revelar en el texto. En este sentido, se
emplea en el versículo anterior (v.4), el indicativo aoristo evxele,xato del verbo
evkle,gomai (elegir, escoger) y en el versículo siguiente (v.5), el participio aoristo
activo proori,saj . Este último término, desde su origen griego, tiene una partícula
pro y el verbo ori,zw que significa pre-destinar.
94
Es necesario observar que, en unos pasajes de la misma Biblia de Jerusalén, podemos
encontrar una traducción más exacta de este término: “o[ti ou]j proe,gnw( kai.
prow,risen summo,rfouj th/j eivko,noj tou/ uiou/ auvtou/(… ou]j de. prow,risen( tou,touj
kai. evka,lesen\... Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a
reproducir la imagen de su Hijo… y a los que predestinó, a ésos también los
justificó” (Rom 8, 29-30). Además, en la edición de Nestle-Aland utilizada en nuestra
monografía, se conserva el mismo término “proori,saj” traducido como
“predestinar” en el contexto de Ef 1, 5 así como en las ediciones de la Biblia de
Jerusalén en Francés y la Reina Valera, edición 1995 en español.
En la literatura neotestamentaria, se encuentran dos verbos para significar la elección
tanto a nivel humano como a nivel divino, ai`re,omai y evkle,gomai. Se utiliza
frecuentemente el último, para significar el sentido teológico de la elección divina;
excepto en Lc 10,42 en que durante la visita de Jesús, se dice que María elige la
mejor parte y en Lc 14,7 cuando los invitados eligen los primeros puestos. El verbo
aire,omai, poco empleado en el Nuevo Testamento, se encuentra en Flp 1, 22; Heb 11,
25 y 2Tes 2,13 (en este último pasaje tiene el sentido de “elección divina”). Podemos
resaltar que en el Nuevo Testamento,
lo peculiar de la fe cristiana en la elección aparece en el himno de alabanza de
Efesios 1,3-14; este himno, a diferencia de la conciencia de la elección existente en la
apocalíptica judía, relaciona con el acontecimiento de la redención en Cristo la idea
de que los creyentes fueron escogidos antes de la fundación del mundo (Ef 1, 4). Y la
relaciona mediante la adición “en Cristo” y mediante todo lo que se dice en el
contexto. La elección tendrá que reflejarse en una vida “santa” que se ajuste a la
realidad de la elección (v.4b)104
.
En cuanto a proori,zw :
el verbo aparece 6 veces en el NT, refiriéndose siempre a la predestinación de
acontecimientos y de personas por Dios antes de todos los tiempos o antes de su
tiempo histórico concreto. Y, así, el verbo funciona reforzando el sentido del verbo
104
J. Eckert, “ekle,gomai” en H. Balz y G. Schneider, op. cit., Vol. 1, 1271
95
simple “o.ri,zw” (…) La divina predestinación se encamina a la concreta revelación
histórica de lo que hasta ahora había permanecido oculto. Y, por tanto, Pablo habla
de ella como un enunciado salvífico, es decir, como un enunciado que debe
entenderse doxológicamente (…) De la predestinación de los creyentes para la
salvación, se trata también en Ef 1, 5 (…) y 1, 11105
.
La meta de esta predestinación se entiende en relación con nuestra filiación divina por
medio de Jesucristo: “Él nos predestinó para ser sus hijos adoptivos por medio de
Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad (Ef 1, 5). A él, por quien entramos en
herencia, habiendo sido predestinados según el previo designio del que realiza todo
conforme a la decisión de su voluntad (Ef 1, 11)”. Este horizonte teológico de nuestra
predestinación a ser hijos adoptivos de Dios en Cristo, nos lleva a excluir todo
sentido determinista que afectaría la libertad humana y todo sentido excluyente que
destinaría a un grupo de personas para el cielo y a otro grupo para la condenación
eterna.
Por eso, no estamos de acuerdo con Coenen, cuando en su comparación entre la
elección y la predestinación, anota la distinción entre los dos términos diciendo la
predestinación “indica que, por parte del poder divino que domina al hombre, ha sido
tomado sobre él una decisión, previa a su propia existencia, aunque no
necesariamente anterior a todo tiempo, que le destina irrevocablemente a la salvación
o a la condenación, de tal manera que, haga lo que haga, en ningún caso puede él
cambiarla ni modificarla en absoluto”106
. Esta concepción de la predestinación es
totalmente contraria a la de la Carta a los Efesios y puede llevar peligrosamente a un
fatalismo y a un determinismo totalmente contrario al designio salvífico de Dios que
quiso hacer de los hombres sus hijos adoptivos en Cristo, respetando su libre
voluntad. Volveremos a este elemento en nuestro análisis.
3.3.2.2 Relaciones soteriológicas identificadas y sus respectivos campos
semánticos
105
H. Balz y G. Schneider, op. cit., Vol. 2, 1154-1155 106
L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard, op. cit., Vol. 1, 458
96
v.3: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido
con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo: Euvloghto.j o` qeo.j
kai. path.r tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/( o` euvlogh,saj h`ma/j evn pa,sh| euvlogi,a|
pneumatikh/| evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/|(
v.4: Por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser
santos e inmaculados en su presencia, en el amor: kaqw.j evxele,xato h`ma/j evn auvtw/| pro.
katabolh/j ko,smou ei=nai h`ma/j a`gi,ouj kai. avmw,mouj katenw,pion auvtou/ evn avga,ph|
v.5: Predestinándonos para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el
beneplácito de su voluntad: proori,saj h`ma/j eivj ui`oqesi,an dia. VIhsou/ Cristou/ eivj
auvto,n( kata. th.n euvdoki,an tou/ qelh,matoj auvtou/
v.6: Para alabanza de la gloria de su gracia en la que nos agració en el Amado: eivj
e;painon do,xhj th/j ca,ritoj auvtou/ h-j evcari,twsen h`ma/j evn tw/| hvgaphme,nw|Å
Los siguientes campos semánticos: Bendición, Elección, Santidad, Amor,
Predestinación, Adopción y Voluntad, significantes de las relaciones soteriológicas
contenidas en esta sección, no pueden ser ignorados por nuestro análisis el cual se
centra en el campo de la comunión, porque dichos campos se entretejen
dinámicamente en sus relaciones lingüísticas dando una mayor y profunda
comprensión a las acciones significadas por el campo de la comunión.
3.3.2.2.1 La bendición divina en la persona de Cristo
Desde el inicio de nuestra euvlogi,a| vemos que Dios se presenta como un Dios que se
hizo cercano bendiciéndonos en la persona de Cristo con toda clase de bendiciones
espirituales. Este Dios que bendice, debe a su vez, ser bendito, es decir, si el ser
humano es bendecido por Dios en Cristo, a su vez debe bendecir él a Dios en Cristo
como respuesta a la bendición divina. La bendición de Dios a favor de la humanidad
acontece en la persona de Cristo como mediación y centro de todos los
97
acontecimientos que tienen que ver con ella. Por otra parte, esta bendición de Dios es
también bendición espiritual, euvlogi,a| pneumatikh/|. Nos unimos a Schleir para
observar que desde la gramática griega
las palabras terminadas en iko,j designan en general, lo que pertenece al concepto del
que se derivan, lo que lleva su índole, lo que es de su esencia. La bendición de Dios
es de la misma índole que el Pneûma, deriva del Pneûma su manera de ser (…) La
bendición es algo que se revela en el Pneûma, porque se da en él y está presente en
él. El beneficio de la bendición se hace accesible para nosotros en el Pneûma, es el
beneficio que el Pneûma nos concede en sí mismo. En el Pneûma se nos han dado
todos los bienes y dones, porque se contienen en él y vienen sobre nosotros con la
bendición de Dios. En él se nos abren, se hacen conocibles y asequibles para
nosotros107
.
La acción del Espíritu acontece en la vida del creyente por mediación de Cristo y de
su comunión con él. Porque Jesús vuelve a su Padre es él quien va a mandar a sus
discípulos su Espíritu para continuar su misión.
El término bendición aparece tres veces en este primer versículo del Himno, v.3, (en
el participio pasado, Euvloghto.j; el adjetivo verbal, euvlogh,saj y el sustantivo, euvlogi,a,
traduciendo el término hebreo berakah „berakah‟ del verbo barak „barak‟ cuyo primer
significado, como respuesta humana a la acción divina, es arrodillarse, y después
bendecir y alabar. Desde esta perspectiva, la bendición es ante todo una actitud de
adoración a Dios, ponerse de rodillas ante Él, para alabarlo y bendecir su santo
nombre. Podemos apreciar la importancia de la bendición en este género epistolar, tal
como lo hemos desarrollado en el inicio del capítulo. Esta bendición nos pone en
comunión con un Dios Trino, el Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo en unión con
el Espíritu Santo.
Nuestro objeto de estudio se concentra explícitamente en el campo semántico de la
Comunión, que se encuentra significando la acción soteriológica del Hijo a través de
la totalidad de la Carta como hilo conductor de la misma. Sin embargo, se hace 107
Heinrich Schlier, op. cit., 56
98
necesario, como dijimos arriba, para la comprensión de dicho campo semántico,
relacionarlo con el entretejido textual, de otros campos que contribuyen de modo
definitivo a darle el verdadero sentido que contiene en cada una de las acciones por
ellos significadas. Por lo cual, tendremos que detenernos en los términos que nos
facilitan llegar a comprender las acciones aquí relacionadas tan estrechamente la una
con la otra, de un modo profundamente integral.
3.3.2.2.2 Las preposiciones que expresan el dinamismo soteriológico en esta
sección del texto
En esta fase del Himno que llamamos en la estructuración de nuestro texto, momento
de “bendición y de filiación”, hemos identificado cuatro acciones soteriológicas. La
primera (v.3), de comunión entre Cristo, su Padre y “nosotros”, se expresa una vez
más con el uso del genitivo griego tou/ kuri,ou hmw/n que en la traducción española se
expresa con la preposición „de‟ Jesucristo. La segunda relación (v.4) se traduce tanto
en griego como en español con la preposición „en él‟, „evn auvtw/‟. La tercera (v.5) se
expresa con el genitivo griego precedido por una preposición, dia. VIhsou/ Cristou,
que se traduce en español con la expresión por medio de Jesucristo. La cuarta
relación (v.6) se expresa con el uso del dativo precedido por la preposición „en‟, evn
tw/| hvgaphme,nw| (en el amado).
Estas relaciones activas, en las que Dios Padre es el agente soteriológico, manifiestan
una profunda comunión con la persona de Jesús. En la interpretación de estos
versículos, Boismard enfatiza de manera excluyente la acción del Padre, en cuanto
agente de la bendición, de la elección y de la adopción108
. El, Dios Padre es quien
nos da la posibilidad de participar en su designio salvífico. Sin embargo, no podemos
entender esta acción del Padre, en toda su riqueza y profundidad, independientemente
de su Hijo Jesucristo quien en comunión con Él y con su Espíritu, realiza sus
designios, vinculando a dicha comunión a la comunidad creyente que unida en su Fe,
108
Ver el comentario de: M. E. Boismard, op. cit., 20
99
profundamente trinitaria, realiza desde y en Cristo, como beneficiaria del designio
salvífico, una misión soteriológica, constituyéndose al mismo tiempo, en beneficiaria
de todas las bendiciones.
3.3.2.2.3 Las bendiciones espirituales en “nosotros”
Las bendiciones de Dios, de las que somos beneficiarios, acontecen en medio de la
comunidad de los creyentes por medio de Jesucristo: “Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones
espirituales, en los cielos, en Cristo” (v.3). Cabe señalar que cuando el autor habla de
“nosotros”, en las expresiones “nuestro Señor Jesús Cristo” y “nos ha bendecido”,
tanto en este versículo como en la totalidad de la Carta, nos llama la atención el
empleo de esta primera persona del plural, y podemos preguntarnos a quién se dirige
esta bendición del Padre a través de esta expresión. Es importante hacer unas
aclaraciones respecto a este pronombre que contrasta al final del Himno con la
aparición de la segunda persona del plural, “vosotros”. A propósito, Michel Bouttier,
teólogo protestante, afirma que en múltiples ocasiones:
Los problemas de crítica textual o de exegesis, llamaron la atención sobre el manejo
del pronombre personal en la Carta (…) El pronombre “vosotros” no presenta
dificultades ya que se dirige a los destinatarios. Pero ¿quién se oculta tras el
pronombre “nosotros”? M. Carrez considera cuatro respuestas posibles: el “nosotros”
comunitario que incluye a todos los creyentes. El “nosotros” epistolar que incluye a
Pablo y a sus posibles colaboradores. El “nosotros” apostólico que Pablo emplea
apoyándose en la autoridad de los apóstoles. Y el “nosotros” personal, es decir, un
“yo” enfatizado que se utiliza a veces en las cartas oficiales. La Carta a los Efesios
nos lleva a pensar en el uso de un “nosotros” que incluye a los cristianos de origen
judío para distinguirlos de los destinatarios de la Carta dirigida a una comunidad
pagano-cristiana. Este doble sentido sería la clave para entender no sólo el capítulo
dos sino también el Himno”109
.
Además, siendo nuestro Himno una bendición, podemos resaltar en su dinámica, el
paso inter-actuante de un aspecto esencialmente celebrativo, que enfatiza la
109
Michel Bouttier, op. cit., 291
100
dimensión comunitaria “nosotros” y la exhortación del autor a sus destinatarios que
enfatiza el “vosotros”. Desde esta perspectiva, al inicio de nuestro Himno, no es el
autor quien entra de manera exclusiva en la celebración de las bendiciones de Dios
sino toda la comunidad la que bendice a Dios por habernos bendecido en Cristo;
manifestando así, la comunión entre los miembros de la comunidad, pero una
comunión fundamentada en la persona de Jesús.
La bendición de Dios nos llega en Cristo, desde nuestra comunión en y con él.
Aunque Dios Padre sea el agente salvífico de estas bendiciones espirituales, podemos
afirmar, que Cristo Jesús, en este caso, no puede ser simplemente un “sujeto pasivo”.
Dios nos bendice en él y por él. Por ello, la relación de Cristo con los beneficiarios de
esta bendición, es no sólo una relación de mediador sino también de comunión activa.
El dinamismo de comunión con Cristo es el que nos otorga la bendición. Los santos y
fieles que vuelven a aparecer como beneficiarios de esta bendición de Dios nos
comunican el significado de la expresión afín (vv 4-5) que hace aun más inteligible la
cuarta acción soteriológica.
3.3.2.2.4 Elección y Predestinación: bendiciones espirituales “en los cielos” y “en
Cristo, para llegar a ser “santos e inmaculados en el Amor”110
Podemos observar en la dinámica del texto, que la expresión evn Cristw/| “en Cristo”
es precedida por la expresión evn toi/j evpourani,oij “en los cielos”, ambas expresiones
se encuentran fundamentalmente relacionadas. Las bendiciones espirituales con las
que Dios nos ha bendecido acontecen “en los cielos” y “en Cristo”. Esta expresión
empleada frecuentemente en la Carta a los Efesios, con distintas variaciones, debe ser
muy significativa para el autor, manifestando así lo que “es del cielo”, o más bien “lo
110
Nos encontramos en las expresiones de este apartado con un lenguaje eminentemente metafórico
que ciertamente se encuentra lejos de nuestra cultura. Para salvar la distancia que nos separa, nuestro
método propone, más que “desmitologizarlo”, como lo hace Bultmann, comprenderlo e interpretarlo
traduciendo sus contenidos a un conocimiento actual, que incluya al lenguaje original, totalmente
simbólico y pleno de mística y de vida.
101
que pertenece al mundo celestial”. La expresión aparece en este versículo 1,3 como
evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/| ; pero en 1,20 encontramos la forma auvtou/ evn toi/j
evpourani,oij y en 2,6 aparece evn toi/j evpourani,oij evn Cristw/| VIhsou/ . Más adelante
en 3,10 se encuentra la forma evn toi/j evpourani,oij dia. th/j evkklhsi,aj y terminando
la Carta en 6,12 encontramos evn toi/j evpourani,oij .
Como podemos ver, la expresión “en los cielos” aparece no sólo en relación con
Cristo sino también en relación con la Iglesia y con las potestades. En la persona de
Cristo, la bendición de Dios nos abre un espacio en el cielo y el cielo se encuentra en
nuestra vida. Esto significa que: “para el creyente, lo inmediato, lo contingente, las
cosas y realidades que conforman su existencia adquieren otra dimensión, la
dimensión divina que trasciende e impregna de sentido y de luz la realidad prosaica
de la existencia humana. Es decir, que el que vive en comunión con Cristo permite
que “el cielo acontezca ya” en él y en la realidad que lo rodea”111
.
En comunión con Cristo, dentro de la Iglesia, el creyente ya está en los cielos y recibe
una fuerza, un poder para entrar en medio de las Potestades celestiales.
Por otra parte, la comunión con Cristo, que es fuente de estas bendiciones
espirituales, hace posible no sólo nuestra elección divina, para ser santos e
inmaculados en su presencia, en el amor sino también nuestra predestinación para
ser hijos adoptivos de Dios (v.4). Esto quiere decir, que si Dios nos ha bendecido “en
los cielos” y “en Cristo”, esta bendición se entiende, en el caso presente, desde el
dinamismo salvador de la elección y de de la predestinación que la determinan y la
concretizan, entretejiéndose con los campos semánticos de la santidad y del amor.
Dicha elección (v.4) y predestinación (v.5) se convierten también en campos
semánticos significantes de la quinta y sexta acciones soteriológicas (según la
numeración que nos brinda el primer paso analítico) que expresan la identidad
111
Un comentario de la Doctora María Lucía Jiménez de Zitzmann, en la Tutoría I, Mayo 2010
102
comunitaria de los destinatarios; por cuanto nos ha elegido en él antes de la
fundación del mundo para ser santos e inmaculados en su presencia (v.4), y
predestinados para ser sus hijos adoptivos en la persona de Cristo (v.5). La
comunión con Cristo es, entonces, el lugar referencial e imprescindible para que el
dinamismo salvador de la bendición, de la elección y de la predestinación acontezca
en la vida de los creyentes para ser santos e inmaculados en el amor.
Ser santos e inmaculados se refiere tanto a la humanidad genéricamente, como a la
comunidad de los creyentes, específicamente. Por eso, estos campos semánticos
vuelven a aparecer para tratar del amor de Cristo por su Iglesia dentro de un contexto
de relación conyugal: “Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la
Iglesia y se entregó a sí mismo por ella para santificarla, purificándola mediante el
baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo;
sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada”
(Ef 5,25-27).
En la interpretación de este contexto, Michel Bouttier destaca la asociación de la
elección con sus consecuencias finales y enfatiza a continuación el resultado de la
redención112
como esfuerzo humano para responder a la gracia divina. Sin embargo,
esta interpretación es totalmente contraria a nuestra manera de ver el texto. Ser
“santos e inmaculados” en la presencia de Dios, no es ante todo el resultado de una
ética en la vida, sino fruto de la gracia de la elección que nos hace nuevas creaturas
en Cristo. La elección divina ya es una obra de la gracia, una actuación de la misma.
Ser “santos e inmaculados en su presencia en el amor”, determina nuestra
pertenencia y nuestra identidad en Dios cuya esencia es el Amor. Dios nos ha elegido
para estar con y en Él, en su presencia, porque el Dios Santo es el Dios del Amor.
Esta elección divina antes de la fundación del mundo y la predestinación para ser sus
hijos adoptivos en Cristo, acontecen en la vida de los creyentes según el beneplácito
112
Michel Bouttier, op. cit., 63
103
de la voluntad de Dios. La elección divina no es ni una exclusión ni una selección. El
motivo teológico de la elección y de la predestinación consiste en la revelación de
este designio de Dios que actúa según el beneplácito de su voluntad y en comunión
con su Hijo Jesucristo. En relación con la santidad y el amor, este dinamismo
salvador de elección y de predestinación se entreteje aquí, con el campo semántico de
la Voluntad divina, que recoge todo el dinamismo del texto, desde el inicio, para
enfatizar la gratuidad de este don Divino.
3.3.2.2.5 Bendiciones espirituales según el Beneplácito de la Voluntad divina
El beneplácito de la Voluntad de Dios quiere manifestar el puro favor divino, el don
de su gracia como único motivo de nuestra adopción filial en Cristo, de nuestra
elección y predestinación. El Diccionario Teológico nos deja ver que
esta voluntad salvífica abre a los creyentes la mirada para que puedan ver en Cristo la
sabiduría creadora, visible ahora en la comunidad compuesta por fieles procedentes
tanto del judaísmo como del paganismo. Su voluntad se corresponde con aquella
decisión primera, tomada en una predeterminación libre, de convertir a Israel en
heredero y de imponerse mediante una acción que lo abarca todo113
.
“En él, por quien entramos en herencia, predestinados según el previo designio del
que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad” (Ef 1, 11). En el Nuevo
Testamento y especialmente en los escritos paulinos, qe,lhma se refiere generalmente a
la voluntad de Dios. En muy pocos pasajes, se refiere a la voluntad de Cristo Señor;
en Ef 5, 17 aparece: dia. tou/to mh. gi,nesqe a;fronej( avlla. suni,ete ti, to. qe,lhma tou/
kuri,ouÅ (Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad de Señor
(Cristo)). También, en Ef 2,3 se expresa una connotación distinta: poiou/ntej ta.
qelh,mata th/j sarko.j kai. tw/n dianoiw/n( kai. h;meqa te,kna fu,sei ovrgh/j w`j kai. oi
loipoi,\ (siguiendo las apetencias (la voluntad) de la carne y de los malos
pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera…).
113
D. Müller, “Voluntad (qe,lema)”, en L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard, op. cit., Vol. 2, 822
104
Prescindiendo de estas dos excepciones, qe,lhma se refiere esencialmente a la
Voluntad de Dios en la totalidad de la Carta. Desde el inicio, Pablo se presenta como
el apóstol de Cristo Jesús por Voluntad de Dios (1,1). Esta Voluntad de Dios es la
fuente de la que procede todo y el fin al que todo retorna. Pero, no es una voluntad
egoísta o egocéntrica sino una Voluntad que se abre al hombre y al universo como
fuente de bendiciones espirituales. Conforme a la Voluntad Divina, esta bendición
acontece “para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el
Amado” (Ef 1,6). En el aspecto literario, el dinamismo que manifiesta este versículo,
desde su estilo, es típico de esta bendición que le da un ritmo a la oración de
alabanza. La comunión de Dios Padre con su Hijo Jesucristo se expresa aquí con el
mismo término que encontramos en el bautismo de Jesús cuando salió del agua y se
oyó una voz que venía del cielo: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco” (Mc
1,11).
Esta voz se dio a conocer una vez más en el monte de la Transfiguración desde la
nube: “Este es mi Hijo amado, escuchadle” (Mc 9,7b). Estas distintas proclamaciones
de la filiación divina en la persona de Jesús como Hijo Amado, son muy significativas
en la literatura bíblica y especialmente en la Carta a los Efesios. La filiación divina,
desde la tradición veterotestamentaria, no procede de un alumbramiento sino de una
investidura, de una elección. Así dice Yahveh: Israel es mi hijo, mi primogénito (Ex
4,22). Voy a anunciar el decreto de Yahveh: El me ha dicho: "Tú eres mi hijo; yo te
he engendrado hoy” (Sal 2,7).
Siguiendo este recorrido, vemos que la filiación en el Antiguo Testamento es la del
pueblo de Israel o de los reyes. En el Nuevo Testamento, esta filiación se realiza en
Jesús, Hijo Amado, fuente y cumplimiento de la filiación divina. En comunión con él,
la filiación se transmite al creyente como hijo amado de Dios. En la persona de Jesús,
Dios pone su mirada de amor en nosotros y ya podemos llamar a Dios “Padre
Nuestro”.
105
A través de estas bendiciones, Dios da a conocer el misterio de su Voluntad revelando
su gloria y el esplendor de su gracia. El misterio de la Voluntad divina se va
entretejiendo con el conocimiento de su gloria que se une a su alabanza y se entiende
desde el dinamismo de la gracia. En la Carta a los Colosenses, se encuentra un solo
texto claro que expresa la alabanza a Dios: “La palabra de Cristo habite en vosotros
con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantad agradecidos,
(por la gracia), himnos y cánticos inspirados” (Col 3,16). En cambio, la Carta a los
Efesios, está totalmente envuelta en un contexto de alabanza que podemos encontrar
de manera muy insistente en el capitulo primero:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con
toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo (1,3); para alabanza
de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado (1,6); para ser nosotros
alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo (1,12) que es prenda
de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su
Gloria (1,14).
Esta serie de alabanzas culmina en 5,19 con una invitación: Recitad entre vosotros
salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al
Señor. Este es el misterio de la Voluntad de Dios que se nos revela, es decir que en
comunión con Cristo, la actitud de la comunidad creyente debe ser ante todo una
actitud de alabanza y de acción de gracias por las bendiciones que Dios le ha
concedido en Cristo Jesús. La vida del creyente, llamado a ser una nueva creatura en
Cristo Jesús, es finalmente una bendición. El versículo siguiente (v.7) que destacamos
como otras determinaciones en el primer paso, y que se revela como la siguiente
acción soteriológica que analizaremos, confirma y fortalece este dinamismo de
comunión con Cristo quien nos otorga la gracia de la redención por medio de su
sangre: “en él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos,
según la riqueza de su gracia” (Ef 1, 7).
106
3.3.3 El dinamismo salvífico de la Redención (vv.7-8)
Texto griego
7 VEn w-| e;comen th.n avpolu,trwsin dia. tou/ ai[matoj auvtou/( th.n a;fesin tw/n
paraptwma,twn( kata. to. plou/toj th/j ca,ritoj auvtou/ 8 h-j evperi,sseusen eivj h`ma/j( evn pa,sh| sofi,a| kai. fronh,sei
Traducción española
7 En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según
la riqueza de su gracia 8 que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e
inteligencia
Acciones soteriológicas identificadas y sus respectivos campos semánticos
Para el análisis de las acciones, recordamos que lo construimos con base en el aporte
analítico del primer paso analítico de nuestra monografía.
En w-| e;comen th.n avpolu,trwsin dia. tou/ ai[matoj auvtou/( th.n a;fesin tw/n
paraptwma,twn( kata. to. plou/toj th/j ca,ritoj auvtou/ h-j evperi,sseusen eivj h`ma/j( evn
pa,sh| sofi,a| kai. fronh,sei
En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de las transgresiones,
según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e
inteligencia
Los campos semánticos significantes de las relaciones soteriológicas contenidas en
esta sección que se van entretejiendo, tal como lo vamos a ver, con el campo de la
comunión con Cristo a través de toda la Carta son: Muerte Sacrificial, Redención,
Perdón y Transgresión (caída).
107
3.3.3.1 Las preposiciones que expresan el dinamismo soteriológico en esta
sección del texto
En esta fase que constituye el segundo momento dinámico de la primera parte del
Himno, dentro de la estructuración que hemos encontrado en el texto, se encuentran
los vv. 7-8. En este momento del análisis, identificamos una acción en la que la
relación entre Cristo y los beneficiarios es una relación de mediación y de comunión.
Cabe recordar, que estamos hablando de relaciones dinámicas, activas, desde la
perspectiva del Método Semántico Teológico al servicio del dinamismo soteriológico
presente en los textos del Nuevo Testamento. En el primer paso, identificamos dicho
dinamismo con la connotación de relaciones y no de acciones por ser expresadas por
preposiciones y no por verbos. El presente dinamismo se expresa a través del empleo
de las preposiciones en w, (en el) y dia., (por medio de), seguido por el genitivo tou/
ai[matoj auvtou (por medio de su sangre). La preposición inicial en él, hace la
transición con el versículo precedente y enfatiza la comunión con Cristo, que en este
caso, es agente de la relación soteriológica en unión con su Padre.
La relación dinámica precedente nos dejó entender que la bendición acontece en la
vida de la comunidad creyente “para alabanza de la gloria de la gracia de Dios con
la que nos agració en el Amado” (Ef 1,6). Ahora, en la presente relación activa, esta
gracia divina que acontece en el Amado y por medio de él, se hace aún más explícita
y significativa: “En él, tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de las
transgresiones” (v.7).
La gracia de la bendición que nos alcanza por la mediación del Amado y en
comunión con él, es la de la redención y la del perdón de los pecados, que nos unen
plenamente en el amor de Dios. Como lo podemos ver, el dinamismo salvífico se va
entretejiendo en la totalidad de la Carta a través de los términos que lo significan y
aclaran. Por eso, en esta sección, mostraremos cómo los términos se entretejen para
dar a luz el dinamismo de la Comunión con Cristo.
108
Siendo el texto un tejido, esta relación dinámica se hace aun más relevante, en
relación con las expresiones afines identificadas y las otras determinaciones que
enfatizan la preponderancia de Cristo como lugar imprescindible del acontecer de la
gracia divina resaltando la importancia de la comunión con él. La comunión con
Cristo se entreteje, en el caso presente, con los campos semánticos de la redención y
del perdón de las transgresiones mediante su muerte sacrificial. Estar en comunión
con Cristo es obtener la gracia de la redención y del perdón de nuestros pecados. Esta
gracia acontece en el creyente por medio de la sangre derramada de Cristo; es decir,
mediante su muerte sacrificial en el árbol de la cruz.
3.3.3.2 Comunión con Cristo, fuente de Redención y de Perdón
Relacionando la gracia de la elección divina, que analizamos anteriormente, con la
gracia de la redención, el teólogo americano Ernest Best enfatiza, en la misma
perspectiva, la comunión con Cristo:
Desde la elección pre-temporal de los creyentes, el autor de la carta continúa con su
realización histórica a través de la redención en Cristo. Muestra a Cristo como el
medio para obtener la redención. Sin embargo, la referencia a la sangre no sólo
implica a Cristo como medio sino que los creyentes obtienen la redención viviendo
en comunión con Cristo114
.
En esta redención y perdón de los pecados, consiste la gracia del amor divino con la
que nos agració en el Amado. El amor de Dios es un amor que se hace misericordia y
el perdón de los pecados se convierte en la manifestación concreta de este amor. En
este sentido, en una profunda y verdadera comunión con Cristo, no es posible amar
sin perdonar, porque la medida del amor de Dios es amar sin medida. Volveremos a
esta relación de comunión con Cristo en sus expresiones de amor y de perdón en el
cuarto paso metodológico donde actualizaremos la importancia de los dinamismos
soteriológicos para vivir el cristianismo hoy.
En la perspectiva de la Carta, la gracia de la redención no se ubica solamente en el
horizonte escatológico de la redención final sino que acontece en la vida del creyente
114
Ernest Best, op. cit., 129
109
por medio del misterio de la vida y muerte de Jesús. Por estar unidos a Cristo,
experimentamos la gracia de la redención en el perdón de nuestros pecados;
expresión equivalente al perdón de las transgresiones que preferimos en nuestro
trabajo. Porque el perdón supone una transgresión, una caída, un pecado. En él (en
Cristo) tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de las
transgresiones, según la riqueza de su gracia (v.7).
Este versículo se identifica con el versículo final del Himno, que enfatiza el aspecto
de la herencia final, para ubicar la totalidad de la Carta en dos dimensiones, histórica
y escatológica: “En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el
Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la Promesa, que es prenda de nuestra herencia, para redención del
Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria” (v. 13-14).
3.3.3.2.1 La Comunión, riqueza de la gracia de Cristo
Cabe señalar, que la expresión riqueza de su gracia con la que termina el versículo 7,
quiere mostrar el carácter inagotable de esta gracia divina que hemos venido
destacando en sus distintas expresiones y manifestaciones desde la Comunión en
Cristo, lugar indispensable del acontecer de dicha gracia en la comunidad creyente.
Lo cual se encuentra corroborando los datos suministrados por el análisis contenido
en el primer paso del Método Semántico Teológico, que permitió a nuestra opción
investigativa concentrarse en el campo semántico de la Comunión, que teje en él,
numerosos campos significativos que van completando la comprensión total de la
Carta.
Este dinamismo de la riqueza de la gracia divina, que aparece constantemente, le da
al texto su carácter de alabanza y de bendición y pone de relieve la inmensa riqueza
de los dones espirituales de Cristo en este versículo: “en él tenemos por medio de su
sangre la redención, el perdón de las transgresiones, según la riqueza de su gracia”
110
(Ef 1,7); este dinamismo es retomado por el autor de la Carta en el capítulo siguiente
para “mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (Ef 2,7).
3.3.3.2.2 Comunión con Cristo, riqueza de la Gloria divina
Encontramos también en la Carta, el uso de esta expresión en relación con la riqueza
de la gloria divina: “iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál
es la esperanza a que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de la gloria
otorgada por él en herencia a los santos” (1,18) y en el capítulo tercero se repite la
misma fórmula: “para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis
fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior” (3,16). En la misma
perspectiva, al hablar de la gracia que se le concedió para anunciar el misterio de
Cristo, el autor de la Carta presenta esta gracia como “la de anunciar a los gentiles la
insondable riqueza de Cristo” (3,8).
Este dinamismo de la riqueza de la gracia divina, v. 8, a continuación de lo expresado
en el versículo anterior, abre nuevos horizontes de comprensión sobre las bendiciones
espirituales que acontecen en medio de la comunidad creyente mediante la sangre
derramada de Cristo: En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón
de las transgresiones, según la riqueza de su gracia (v.7) que ha prodigado sobre
nosotros en toda sabiduría e inteligencia (v.8). La comunión con Cristo que nos hace
beneficiarios de esta riqueza de su gracia, se entreteje aquí con los campos
semánticos de la sabiduría y la inteligencia, dones de la gracia de Dios en la persona
de Jesús, quien es Él mismo, la Sabiduría eterna del Padre.
3.3.3.2.3 Comunión con Cristo, fuente de sabiduría e inteligencia
Para comprender el v. 8 del Himno a los Efesios, se hace preciso conocer aquello que
el apóstol Pablo comunica a los Corintios respecto a la Sabiduría Divina: “hablamos
111
de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de
los siglos para gloria nuestra… desconocida de todos los príncipes de este mundo…
Más bien, como dice la Escritura, anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni
al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman” (1Cor 2, 7-
9). En esta perspectiva, no se pueden reducir los dones de la gracia divina a una
simple actuación de la mente o de la razón humana. La sabiduría y la inteligencia
enfatizan la abundancia de la gracia que Dios nos agració en el Amado. En comunión
con Cristo, la riqueza de la gracia divina hace de los creyentes, sabios e inteligentes,
para conocer y profundizar el misterio insondable de Dios. Por eso, no existe una
verdadera sabiduría e inteligencia que no sea Don de la Gracia de Dios.
En la literatura veterotestamentaria, la sabiduría es un don divino y, por lo tanto,
requiere una actitud humana frente a Dios, tal como lo hemos evidenciado en el
análisis del término bendición desde su raíz hebrea; una actitud que se va modelando,
en la tradición judía, con el conocimiento de la ley. La sabiduría se identifica con
dicho conocimiento. Por eso, en el contexto del Nuevo Testamento, Jesús que iba
creciendo en sabiduría e inteligencia (Lc 2, 40), se distinguió por su conocimiento de
la ley divina y más que todo por su testimonio de vida en sus obras. Este es el
testimonio que dan sus discípulos, al presentar a Esteban, el primer mártir, hombre de
Dios, lleno de Espíritu y sabiduría (Hch 6,3.10).
En sus discusiones con los Corintios, el apóstol Pablo presenta el mensaje de la cruz
como sabiduría de Dios en oposición a la sabiduría del mundo (1Cor 1, 19-21).
Dios ha convertido la sabiduría del mundo en necedad (…) Esto no ocurrió con
palabras o argumentos, en una confrontación entre principios de sabiduría „mundana‟
y principios de sabiduría „cristiana‟, sino que Dios ha convertido en necedad la
sabiduría del mundo mediante su „acción‟, es decir, su actuación en la crucifixión de
Cristo. Porque la sabiduría no es un conjunto de conocimientos, sino una conducta
112
ante Dios; y del mismo modo la necedad no es una falta de saber, sino un
comportamiento equivocado115.
Este don divino de la sabiduría, según el autor de la Carta a los Efesios, permite un
conocimiento perfecto de Dios. “No ceso de dar gracias por vosotros recordándoos
en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la
gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle
perfectamente” (Ef 1,16-17). El contenido de esta sabiduría, una vez más, es el
misterio de Dios que se revela plenamente y llega a los creyentes en comunión con la
persona de Cristo, en quien Dios nos da a conocer el Misterio de su voluntad.
Esta acción soteriológica, del v. 8, se complementa y se hace aun más significativa en
los versículos 9 y 10, que identificamos como expresiones afines en el análisis del
dinamismo que nos encontramos estudiando y que al mismo tiempo se constituyen en
acciones soteriológicas por excelencia para significar la Recapitulación de todo en
Cristo; análisis que viene a continuación: “Dándonos a conocer el Misterio de su
voluntad, según el benévolo designio que en él se propuso de antemano, para
realizarlo en la plenitud de los tiempos, hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo
que está en los cielos y lo que está en la tierra” (Ef 1,9-10).
Este campo del conocimiento del misterio de Dios juega un papel fundamental en el
pensamiento paulino y especialmente en la Carta a los Efesios. Sin embargo,
haciendo una comparación entre las cartas a los Efesios y a los Colosenses, Jordi
Sánchez Bosch señala que “la principal diferencia entre Ef y Col está en que Col
coloca el lenguaje de sabiduría en contextos de realización ética, mientras que Ef
coloca el mismo lenguaje en contextos de evangelización y fe”116
. Entenderemos a
profundidad este contexto de evangelización y fe en el análisis de los versículos 11-
12.
115
J. Goetzmann, “Sabidurá (soyi,a)” en L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard, op. cit., Vol. 2,
570 116
Jordi Sánchez Bosch, op. cit., 182
113
La siguiente acción que trata de la Recapitulación de todo en Cristo nos sigue
revelando los distintos aspectos de este gran Misterio de la Voluntad Divina
aconteciendo en la vida de los creyentes en comunión con Cristo.
3.3.4 El dinamismo salvífico Plenitud y Recapitulación en Cristo (vv.9-10)
Texto griego
9 gnwri,saj h`mi/n to. musth,rion tou/ qelh,matoj auvtou/( kata. th.n euvdoki,an auvtou/ h]n
proe,qeto evn auvtw/| 10 eivj oivkonomi,an tou/ plhrw,matoj tw/n kairw/n(
avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw/|( ta. evpi. toi/j ouvranoi/j kai. ta. evpi. th/j
gh/j evn auvtw/|Å
Texto en español
9 Dándonos a conocer el Misterio de su voluntad según el benévolo designio que en
él se propuso de antemano 10
para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que
todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra.
Acciones soteriológicas identificadas y sus respectivos campos semánticos
Según el benévolo designio que en él se propuso de antemano, para realizarlo en la
plenitud de los tiempos: kata. th.n euvdoki,an auvtou/ h]n proe,qeto evn auvtw/| eivj
oivkonomi,an tou/ plhrw,matoj tw/n kairw/n
Hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la
tierra: avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw/|( ta. evpi. toi/j ouvranoi/j kai. ta.
evpi. th/j gh/j evn auvtw/|
Los campos semánticos significantes de las relaciones soteriológicas contenidas en
esta sección que se van entretejiendo con el campo de la Comunión con Cristo son:
114
Misterio (de su Voluntad), Designio salvífico, Plenitud de los tiempos,
Recapitulación y Cabeza.
3.3.4.1 Preposiciones y acciones que expresan el dinamismo soteriológico en esta
sección del texto
Cabe recordar aquí, que hemos estructurado nuestro texto del Himno a los Efesios en
dos grandes secciones complementarias y hemos venido analizando la primera
sección en sus distintos momentos dinámicos. Este momento de la Recapitulación, se
ubica en la tercera y última fase de esta primera sección, dándonos la posibilidad de
contemplar cómo el dinamismo presentado por el texto, alcanza su plenitud y su
recapitulación en la persona de Cristo. En este momento, identificamos dos
relaciones activas que manifiestan la comunión con Cristo entretejiéndose con los
campos semánticos que acabamos de señalar.
La primera relación dinámica expresa esta comunión con Cristo por medio de la
preposición “evn auvtw” “en él” colocada al final del v.9 y la segunda acción expresa
dicha comunión a través de la expresión avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw
“Hacer que todo tenga a Cristo por cabeza”. Anotamos además, la repetición, una
vez más, al final del v. 10, de la preposición evn auvtw “en él” que no se repite en la
traducción española por motivos estilísticos, pero se encuentra en el texto griego. El
v.9 enfatiza esta comunión con Dios, como agente de la acción en unión con Cristo,
para la realización de su designio salvífico; el v.10 resalta la comunión de los
beneficiaros de dicho proyecto con Cristo, centro de todos los acontecimientos de la
gracia divina. Al respecto, debemos preguntarnos ¿Cómo se entreteje dicha comunión
con Cristo con los demás campos semánticos para revelar la fundamental y salvífica
común - unión hecha vida en la existencia de los creyentes? La respuesta, trataremos
de construirla a través de los siguientes apartes.
115
3.3.4.2 Revelación del Misterio de la Voluntad divina en Cristo: Plenitud de los
tiempos
El misterio que Dios nos da a conocer en Cristo, que el apóstol de Jesucristo por
Voluntad de Dios debe anunciar, no es un misterio reservado exclusivamente a un
grupo de iniciados, al ejemplo de las religiones mistéricas, se trata del misterio
salvífico de Dios que se extiende a todo el universo y debe ser conocido por todos.
Misterio que envuelve y comunica la revelación divina, dándose a conocer de varias
maneras dentro de la dinámica de la Carta. Es el misterio de la Voluntad divina que se
propuso realizar en Cristo antes de la fundación del mundo. Misterio de la elección
divina, de la filiación y de la adopción, tal como había sido anunciado en los
versículos anteriores: “por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del
mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; predestinándonos
para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su
voluntad” (Ef 1,4-5).
El designio que Dios se propuso de antemano, antes de la fundación del mundo, lo
quiso proyectar realizándolo en la Plenitud de los tiempos en Cristo. Esto quiere
decir, que Dios en su benévolo designio y según el beneplácito de su Voluntad, quiso
que en Cristo aconteciera la Plenitud de los tiempos, plh,rwma tw/n kairw/n. Ahora,
¿qué nos quiere dar a conocer el autor de la Carta a través de esta expresión, Plenitud
de los tiempos que se puede traducir como Pléroma de los tiempos? El texto de Gál
4,4, hace también referencia a la Plenitud de los tiempos, y fue para varios autores y
comentaristas, la base de interpretación de este versículo en el sentido de la sucesión
del tiempo.
Esta interpretación influyó también en algunas traducciones de la Biblia en las cuales
encontramos la expresión “en el cumplimiento de los tiempos”, Biblia de las
Américas, edición 1986; “que se cumpliera el término”, Dios Habla Hoy, edición
1995. Pero, podemos anotar que el plh,rwma tw/n kairw/n, en este versículo, no puede
116
limitarse al sentido exclusivo de plh,rwma tou/ cro,nou de Gál 4,4 que se presenta de
esta manera: o[te de. h=lqen to. plh,rwma tou/ cro,nou( evxape,steilen o qeo.j to.n uio.n
auvtou/( geno,menon evk gunaiko,j( geno,menon upo. no,mon( pero, al llegar la plenitud de
los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley.
El plh,rwma tou/ cro,nou se refiere a la misión de Cristo en el mundo, es el
presupuesto del plh,rwma tw/n kairw/n en el que se realiza dicha misión. En nuestro
pasaje, resumiendo la reflexión de Heinrich Schlier, teólogo protestante que se
convirtió a la Iglesia Católica, el Pléroma es la Plenitud divina como dimensión y oi
kairoi, son los sucesivos momentos de la historia que van preparando salvíficamente
el espacio y el tiempo del acontecer divino definitivo en la persona de Cristo Jesús. El
Pléroma es entonces, la dimensión espacio-temporal que Dios desde siempre ha
destinado para que en el acontecer de Cristo se revele la Plenitud de Dios, llenando
así la historia del misterio de la voluntad de Dios en Cristo; convirtiéndola en
historia salvífica y no en una sucesión de tiempos que se hunde en el vacío117
. Cristo
es aquel en quien este misterio de la Voluntad de Dios se da a conocer y alcanza su
Plenitud.
Este misterio de la Voluntad Divina es dar a conocer con valentía el Misterio del
Evangelio, (6,19); es el misterio de Cristo y de la Iglesia, que el autor de la Carta
reconoce como un gran misterio; “gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y a
la Iglesia” (5,32); misterio escondido a sabios y a entendidos, el cual el apóstol trata
“de esclarecer cómo se ha dispensado ese Misterio escondido desde siglos en Dios,
Creador de todas las cosas”, (3,9).
3.3.4.3 La Recapitulación de todo en Cristo
Ambas acciones aquí presentes se complementan en la culminación de este misterio
con la recapitulación de todo en Cristo. “avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/|
117
Ver el comentario más denso de Heinrich Schlier, op. cit., 82-83
117
Cristw/|( ta. evpi. toi/j ouvranoi/j kai. ta. evpi. th/j gh/j evn auvtw/| : hacer que todo tenga a
Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra” (1,10).
Con esto queda claro que el misterio que Dios nos ha dado a conocer, según 1,9, y
cuya comunicación nos hace sabios y prudentes, se contempla desde aquello que el
apóstol dice, en otras partes y en nuestra carta, que es el Misterio de Dios en Cristo,
el misterio de su Sabiduría, el misterio de Cristo como su Sabiduría y el misterio de
la Iglesia como Cuerpo de Cristo y de su sabiduría. Pero no como tres misterios, sino
como un mismo y único Misterio. El Misterio de la Sabiduría de Dios, de esa
Sabiduría que es Cristo, y que se manifiesta en su Cuerpo, que es la Iglesia integrada
por judíos y gentiles118
.
El verbo avnakefalaiw,sasqai, aoristo medio, nos llama la atención en la medida en
que aun cuando no se deriva directamente de kefalh.n, deja abierta la percepción de
este término que encontramos al final del capítulo para ilustrar la imagen de Cristo,
como cabeza de la Iglesia que es su Cuerpo: “Bajo sus pies sometió todas la cosas y
le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia, que es su Cuerpo, la Plenitud del que lo
llena todo en todo” (Ef 1,22-23). Sin embargo, cabe señalar que avnakefalaiw,sasqai
se deriva directamente de kefa,laion que indica un punto culminante. Y la palabra
kefa,laion se deduce a su vez de kefalh, que significa cabeza. El verbo griego aquí
empleado expresa a la vez la idea de reunir o recapitular dinámicamente, resaltando la
soberanía.
La edición, Biblia de estudio Reina Valera de 1995 optó por la primera perspectiva
con la siguiente traducción: “Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según
su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, reunir todas las cosas en
Cristo…” (Ef 1,9-10a). La Biblia de Jerusalén, segunda edición, 1975, optó por la
segunda perspectiva que ya mencionamos más arriba. Aunque ambas traducciones
puedan ser legítimas, será interesante y juicioso, en otra investigación, profundizar
estas diferencias para entender mejor las perspectivas teológicas de protestantes y
católicos.
118
Ibid., 80
118
Cualquiera que sea la opción, la comunión con Cristo ocupa el lugar central de este
designio salvífico de Dios. Cristo es aquel en quien ha llegado a su plenitud la
historia salvífica (dinamismo) y en quien dicha historia sigue cumpliéndose
(dinámicamente). En esta recapitulación de todo en Cristo, se clarifica la identidad
de los creyentes: son los bendecidos por Dios, elegidos de antemano antes de la
fundación del mundo, predestinados a ser hijos adoptivos en Cristo, agraciados y
redimidos en el Amado para ser sabios e inteligentes por medio de la revelación del
misterio de la Voluntad Divina que acontece en su vida personal y comunitaria, sean
judíos o gentiles y que están llamados a constituir desde ahora el Cuerpo Místico de
Cristo que es la Iglesia (dinamismo).
El misterio que Dios ha dado a conocer es finalmente el misterio del Cuerpo de Cristo
que reúne a judíos y gentiles. ¿Sería pura casualidad o Providencia divina que la
Plenitud de los tiempos y la Recapitulación de todo en Cristo se encontraran
precisamente en este lugar del texto? Es aquí donde culmina el dinamismo salvífico
que se encuentra en la primera parte de la estructura del texto, abriendo ahora otra
fuente que se entreteje con el dinamismo soteriológico que conforma el momento
siguiente.
3.4 Segunda sección: Hermenéutica teológica de los dinamismos soteriológicos
3.4.1 La revelación salvífica de Dios en Cristo para los judíos (vv.11-12)
Texto griego 11 VEn w-| kai. evklhrw,qhmen proorisqe,ntej kata. pro,qesin tou/ ta. pa,nta evnergou/ntoj
kata. th.n boulh.n tou/ qelh,matoj auvtou/ 12 eivj to. ei=nai hma/j eivj e;painon do,xhj auvtou/
tou.j prohlpiko,taj evn tw/| Cristw/|Å
119
Traducción española
11 A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo
designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad, 12
para ser
nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo.
Acciones soteriológicas identificadas y sus respectivos campos semánticos119
En Él fuimos elegidos en herencia, habiendo sido predestinados según el previo
designio del que realiza todo, conforme a la decisión de su Voluntad: VEn w-| kai.
evklhrw,qhmen proorisqe,ntej kata. pro,qesin tou/ ta. pa,nta evnergou/ntoj kata. th.n
boulh.n tou/ qelh,matoj auvtou/
Para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en
Cristo: eivj to. ei=nai hma/j eivj e;painon do,xhj auvtou/ tou.j prohlpiko,taj evn tw/|
Cristw/|
Los campos semánticos que se entretejen significativamente con las relaciones
soteriológicas y el campo de la Comunión con Cristo, en esta sección son: Herencia,
Predestinación, Voluntad, Alabanza, Gloria y Esperanza.
3.4.1.1 Preposiciones que expresan el dinamismo soteriológico en esta sección del
texto
Empezamos, en este momento, el análisis de la segunda sección de nuestro Himno
que nos lleva a contemplar, en primer lugar, el acontecer salvífico de Dios en la
historia de los judíos (v.11-12) y en segundo lugar, en la historia de los gentiles
(v.13). Dentro del dinamismo de la revelación divina que acontece en la historia de
los judíos, identificamos dos acciones soteriológicas significadas por la Comunión
119
Teniendo en cuenta el texto griego, hicimos algunas correcciones para hacer más inteligible, fiel y
apropiada la traducción. La Biblia de Jerusalén traduce la expresión griega “VEn w-|” por “a él”; vemos
conveniente traducirla por “en él”; lo mismo que“proorisqe,ntej” traducido como “elegidos de
antemano”, vemos, según el contexto de nuestra Carta, que es mejor y más fiel al término y al
contexto la traducción “predestinados”, explicación que puede verse en el análisis del v.5. Otras
correcciones serán explicadas más detalladamente dentro de la hermenéutica que estamos
construyendo para cada acción.
120
con Cristo. La primera expresa la comunión de los beneficiarios con Cristo con el
empleo de la preposición “VEn w-| kai.” „y en él‟, colocada al inicio del versículo once
para asegurar el vínculo con la acción anterior. La segunda, expresa dicha comunión a
través de la expresión evn tw/| Cristw, “en Cristo” con la cual termina el v. 12. Como
podemos ver, la totalidad del dinamismo de las relaciones se encuentra centralizada
en Cristo.
La comunión de los beneficiarios con Cristo, hace de Él, el Mediador entre la
comunidad creyente y Dios Padre, agente de la acción. Por medio de Cristo, el
creyente fue predestinado para ser hijo adoptivo y por medio de Él, obtiene la
herencia prometida. Además, Cristo es el objeto de la esperanza, el lugar
imprescindible donde se entiende y se alimenta la esperanza de la comunidad
creyente. Por eso, estamos de acuerdo con el teólogo americano E. Best, para decir
que “si el v.10 fue la cumbre hacia la cual subimos mediante los vv. 3-10, en este
momento, parece que estamos bajando de la cumbre. Pero no es así, ya que la subida
se inicia ahora, hacia una nueva cumbre”120
.
El contenido de las expresiones afines y el de las otras determinaciones de esta
acción en la primera plataforma nos permite resaltar el vínculo existente entre el v.11
con la acción que analizamos en los vv. 5-6, en la que la predestinación del creyente
en Cristo y por medio de Él, se orienta hacia su filiación y adopción para la alabanza
de la gloria de Dios: “predestinándonos para ser sus hijos adoptivos por medio de
Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su
gracia con la que nos agració en el Amado” (Ef 1, 5-6).
En el caso presente, el v.11 comienza con la realidad de la elección del creyente en
Cristo, como herencia divina, y enfatiza dicha predestinación para alabanza de la
gloria de Dios conforme a la decisión de su Voluntad. La comunión del creyente con
Cristo y por medio de Él, es no sólo fuente de bendiciones espirituales sino motivo de
alabanza: “En Él fuimos elegidos en herencia, habiendo sido predestinados según el
120
Ernest Best, op.cit., 144
121
previo designio del que realiza todo, conforme a la decisión de su Voluntad. Para ser
nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo” (Ef 1, 11-
12).
3.4.1.2 La elección del creyente en Cristo como herencia divina
El campo semántico de la herencia es fundamental en la dinámica de esta acción y
tiene un trasfondo veterotestamentario muy significativo. En el Antiguo Testamento,
al pueblo de Israel, se le asignaron porciones de tierra como herencia tal como lo
podemos ver en el libro de los Números: Habló Yahveh a Moisés y le dijo: "A éstos
les has de repartir la tierra en herencia, conforme al número de alistados: al grande
le aumentarás la herencia y al pequeño se la reducirás; a cada uno se le dará según
el número de sus alistados” (Num 26, 52-54). En nuestro pasaje, la herencia que
brota de la comunión del creyente con Cristo, puede entenderse de dos maneras:
En él, recibimos nuestra parte de herencia. Esta traducción se entiende desde el
reparto de la tierra prometida en el Antiguo Testamento donde cada israelita recibe su
parte de herencia según lo que había sido escrito. Es la misma perspectiva que
encontramos en la carta a los Colosenses: “gracias al Padre que os ha hecho aptos
para participar en la herencia de los santos en la luz” (Col 1, 12). La herencia es, en
este sentido y en nuestra carta, la salvación, no sólo de Israel sino que ahora incluye
a los gentiles y a todos los creyentes. La herencia es el Don de Dios que el creyente
recibe, para la alabanza y gloria de su nombre.
En él, fuimos elegidos en herencia. Esta perspectiva se entiende desde algunos
escritos del Pentateuco: “Si en verdad he hallado gracia a tus ojos, oh Señor, dígnese
mi Señor venir en medio de nosotros, aunque seamos un pueblo de dura cerviz;
perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y recíbenos por herencia tuya” (Ex 34,
9). La misma idea sigue en el libro del Deuteronomio: “Porque tú eres un pueblo
consagrado a Yahveh tu Dios; él te ha elegido a ti para que seas el pueblo de su
122
propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra” (Dt
7,6). “Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de
Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios; mas la
porción de Yahveh fue su pueblo, Jacob su parte de heredad” (Dt 32, 8-9).
En la misma perspectiva, podemos señalar con E. Best que
la concepción de Israel como parte o porción escogida por Dios entre las naciones se
encuentra constantemente en el Antiguo Testamento y se enfatiza en Qumrán donde
los adversarios de la comunidad son reconocidos como parte de Belial o de la
oscuridad. Así, la Iglesia podría ser descrita como el lote o la parte de Dios… La
adopción (v.5) se armoniza con la recepción de la herencia. ¿Cuál es, pues, la
naturaleza de la herencia que reciben los cristianos? Si la de Israel fue la Palestina, la
de los cristianos podría ser el cielo; y más probablemente, su adopción, su perdón, su
sello en el Espíritu Santo, es decir, todas las bendiciones señaladas en el v.3121
.
El creyente no sólo recibe la herencia de Dios sino que es también herencia,
propiedad exclusiva de Dios.
La interpretación de este versículo, según varios comentaristas, tiende a referirse
exclusivamente a los judeocristianos. Pero, como lo hemos señalado en el análisis de
los pronombres que se manejan en el texto, estamos también de acuerdo con Andrew
Lincoln para decir que:
en este caso, este berakah, implica a toda la comunidad; el nosotros puede referirse a
todos los creyentes. Es poco probable que en este caso, el cambio repentino de
perspectiva hacia el período pre-cristiano con la referencia a la expectativa mesiánica
de Israel sea un cambio radical de tal manera que la primera persona del plural se
restringe única y exclusivamente a un grupo particular de creyentes, los
judeocristianos. Todo lo que se dice en los vv. 11-12 acerca del momento de los
creyentes, invitados a permanecer en alabanza de la gloria de Dios y acerca de su
predestinación, es igualmente apropiado para los judíos y gentiles creyentes. Por eso,
son los creyentes en general quienes son llamados a tener esperanza en Cristo122
.
121
Ibid., 145-146 122
Andrew Lincoln, op. cit., 37
123
Esta dimensión universal no le quita nada a la estructura dinámica de nuestro texto
que deja en evidencia, a primera vista, a los judíos, quienes acogieron en primer
lugar, el mensaje revelado -antes que los gentiles- y por lo tanto se encuentran
esperando la venida del Mesías. Esta doble dimensión de la herencia, tal como lo
acabamos de ver, muestra a los judeocristianos y a todos los creyentes, que lo que
somos y tenemos, es Gracia y Bendición de Dios. ¿No es finalmente éste el profundo
motivo de alabanza al Señor?
Señor, Dios nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste tu
majestad sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza
contra tus enemigos, para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el
cielo, obra de tus manos; la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre,
para que te acuerdes de él; el ser humano, para darle poder? (Sal 8, 2-5; Liturgia de
las Horas, según el rito romano, IV, 1987).
En Cristo, nos ha asignado Dios a nosotros, los cristianos procedentes del judaísmo,
la tierra prometida que habríamos de heredar. En Cristo, se ha cumplido la promesa y
la esperanza de Israel (…) Israel, que ha recibido ahora en Cristo su heredad, es una
alabanza en la que Dios, que así lo quiso, determinó y obró, hace él mismo que
resplandezca su loor (…) Israel, que ahora había encontrado su herencia en Cristo
descubriéndola en la Iglesia, había recibido ya su predestinación, por obra de Dios,
integrándola a su esperanza (…) El hecho de esperar en virtud de la promesa de
Cristo suscitadora de esperanza, abrió para ellos el ser en Cristo con la modalidad de
un ser en esperanza123
.
El campo de la predestinación analizado en el v.5, se entreteje aquí con la herencia
desde la comunión con Cristo, para mostrar en este contexto, que el creyente no
recibe dicha herencia como resultado de un esfuerzo personal sino según el previo
designio del que realiza todo conforme a la decisión de su Voluntad. En comunión
con Cristo todos los creyentes, judíos y gentiles, son hijos de Dios y coherederos de
la promesa divina. Los gentiles son coherederos, miembros del mismo Cuerpo y
partícipes de la misma Promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio (Ef 3,6).
123
Schlier, op. cit., 86-88
124
Si Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo ha bendecido a toda la comunidad
creyente con toda clase de bendiciones espirituales en Cristo (v.3), los gentiles hacen
parte también de esta comunidad y son coherederos con Cristo por medio del
evangelio. El apóstol enfatiza la acción soteriológica, como participación en la
herencia divina, mediante una expresión opuesta que se encuentra en el capítulo
cinco y que identificamos, en el primer paso, dando relieve al dinamismo salvífico
de la participación en la herencia de Dios: “Porque tened entendido que ningún
fornicario o impuro o codicioso - que es ser idólatra - participará en la herencia del
Reino de Cristo y de Dios” (Ef 5,5).
3.4.1.3 La comunión con Cristo, lugar imprescindible de la esperanza cristiana
La universalidad del Amor de Dios revelado en Cristo, converge en la Oración de
Acción de Gracias, que el apóstol entona en los versículos posteriores al Himno,
recogiendo a manera de síntesis la esencia del dinamismo cristiano, que a través de
los dones de la Sabiduría y de la Revelación, acontece en los creyentes llamándolos a
confirmarse en su identidad significada por la Fe, el Amor y la Esperanza dándole
sentido y consistencia.
Tal es el motivo de la oración que el autor de nuestra Carta eleva a Dios a
continuación del Himno:
Por eso, también yo, al tener noticia de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro
amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros recordándoos
en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la
gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle
perfectamente; iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál es la
esperanza a que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de la gloria otorgada
por él en herencia a los santos (Ef 1, 15-18).
Acoge en su oración a la comunidad creyente y la invita a permanecer despierta,
recomendándose el apóstol mismo a la oración de su comunidad, para poder tener
125
éxito en su ministerio apostólico el cual consiste en dar a conocer el misterio del
evangelio.
Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra
de Dios; siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu,
velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos, y también por
mí, para que me sea dada la Palabra al abrir mi boca y pueda dar a conocer con
valentía el Misterio del Evangelio (Ef 6, 17-19).
Como podemos ver, la oración del apóstol se entreteje con la esperanza orientando la
mirada hacia el futuro. Y la esperanza se entreteje, a su vez, con la llamada a la
unidad: Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a la que habéis
sido llamados (Ef 4,4). En el análisis detallado de la fe, en el saludo inicial de nuestra
Carta, y su entretejido con el amor, hemos dicho que la fe es confiar en el amor y la
esperanza es esperar en el amor. En la Carta a los Efesios, la fe en Cristo alimenta la
esperanza del creyente y fertiliza su amor que se manifiesta por el llamamiento y la
preocupación por la unidad del cuerpo. Por ello, sin Cristo no hay esperanza:
“estabais a la sazón lejos de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y extraños a
las alianzas de la Promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Ef 2, 12).
3.4.2 La revelación salvífica de Dios en Cristo para los gentiles (v.13)
Texto griego
13 VEn w-| kai. u`mei/j avkou,santej to.n lo,gon th/j avlhqei,aj( to. euvagge,lion th/j swthri,aj
u`mw/n( evn w-| kai. pisteu,santej evsfragi,sqhte tw/| pneu,mati th/j evpaggeli,aj tw/| a`gi,w|
Traducción española
13En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de
vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
Promesa
126
Relaciones soteriológicas identificadas y sus respectivos campos semánticos124
En él también vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra
salvación “VEn w-| kai. u`mei/j avkou,santej to.n lo,gon th/j avlhqei,aj( to. euvagge,lion th/j
swthri,aj umw/n”
y creyendo también en él fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa “evn w-|
kai. pisteu,santej evsfragi,sqhte tw/| pneu,mati th/j evpaggeli,aj tw/| a`gi,w|”
Los campos semánticos significantes de las relaciones soteriológicas contenidas en
esta sección que se van entretejiendo con el campo de la Comunión con Cristo son:
Escucha, Palabra (de Verdad), Evangelio (de Salvación), Fe (Creer), Espíritu Santo,
Promesa.
3.4.2.1 Preposiciones que expresan el dinamismo soteriológico en esta sección del
texto
Dentro del dinamismo de la revelación divina que acontece en la vida de los gentiles,
identificamos dos relaciones soteriológicas significadas por la Comunión en Cristo.
Ambas relaciones activas expresan, dicha comunión de los beneficiarios, los gentiles,
con Cristo, por medio de la preposición “VEn w-| kai.” “y en él” que dinamiza la
estructura del Himno. La comunión de los beneficiarios, con Cristo hace de Él, no
sólo el mediador de Dios para la comunidad creyente sino también el objeto y agente
junto con el Padre, de la acción salvífica que acontece en dicha comunidad. En
Cristo, el creyente escucha la Palabra de la verdad que es al mismo tiempo la Buena
Nueva de su salvación.
124
En este versículo, optamos por la traducción del participio aoristo activo avkou,santej como
“escuchando” y pisteu,santej como “creyendo”, puesto que estos verbos revelan de manera continua
la acción salvífica del Evangelio.
127
3.4.2.2 La Escucha, una actitud fundamental de comunión con Cristo
Cabe señalar, que preferimos traducir el verbo avkou,w como escuchar y no como oír a
la manera de la Biblia de Jerusalén. El verbo escuchar en la literatura bíblica es
mucho más importante y profundo que oír que puede limitarse simplemente a una
operación auditiva, de los sentidos. Más que esto, el verbo escuchar es una actitud del
corazón; se escucha con el corazón. Escuchar se convierte en una actitud del ser
humano frente a Dios. Esta Palabra de la verdad que Dios le da a su pueblo,
mediante la predicación del apóstol de Jesucristo por Voluntad de Dios, no es un
conjunto de órdenes sino palabra de gracia y de bendición para la liberación y la
salvación del pueblo.
Por eso, podemos leer en la misma Biblia de Jerusalén, el Shema de Israel con el
verbo escuchar: “Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh. Amarás a
Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Queden
en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy” (Dt 6, 4-6). El libro del
Deuteronomio termina haciendo una relación entre esta palabra de Dios que se debe
guardar en el corazón y su puesta en práctica que es el lugar visible del testimonio, de
la acogida de dicha palabra:
Porque estos mandamientos que yo te prescribo hoy no son superiores a tus fuerzas,
ni están fuera de tu alcance. No están en el cielo, para que hayas de decir: "¿Quién
subirá por nosotros al cielo a buscarlos para que los escuchemos y los pongamos en
práctica?". Ni están al otro lado del mar, para que hayas de decir: "¿Quién irá por
nosotros al otro lado del mar a buscarlos para que los escuchemos y los pongamos
en práctica?". Sino que la palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y en tu
corazón para que la pongas en práctica (Dt 30, 11-14).
3.4.2.3 Nosotros y Vosotros: expresiones celebrativas de la comunidad creyente
En este versículo, se encuentra el cambio repentino del “nosotros” al “vosotros”. En
la dinámica de nuestro Himno, si la acción anterior deja pensar de manera específica
128
en los judíos que ya antes esperaban en Cristo (v.12), “nosotros”; la acción
presente piensa, en primer lugar, en los gentiles, “vosotros”, como aquellos que
acogieron la Palabra de la verdad, el evangelio de la salvación y hacen parte del
mismo Cuerpo de Cristo. En esta perspectiva se ubica el análisis de Francis Foulkes
quien afirma que “los gentiles que antiguamente estaban sin esperanza llegaron a
participar de la misma promesa que los judíos; por las mismas razones, pues, Pablo
sigue diciendo lo que significa dicha promesa para ellos. Los gentiles llegaron a
participar del proyecto Divino porque conocieron a Jesús como el Cristo”125
.
Para enfatizar esta perspectiva de los gentiles que son también partícipes del Cuerpo
Místico de Cristo, Schlier reconoce que “no sólo los cristianos procedentes del
judaísmo están <en él>, sino también los cristianos procedentes de la gentilidad,
concretamente los paganocristianos a quienes el apóstol dirige su carta. A ellos se
refiere expresamente este v.13”126
.
Sin embargo, para amplificar y actualizar la comprensión de nuestro versículo, tal
como lo hemos hecho anteriormente, siendo la Palabra de Dios un texto vivo y actual,
reconocemos con Michel Bouttier que “el paso de la primera persona <nosotros> a la
segunda <vosotros> que se produce en el v.13, se explica no, exclusivamente, por un
cambio de personas implicadas, cristianos de origen judío y cristianos de origen
pagano, o eventualmente apóstoles y destinatarios, sino por un cambio de género, el
paso de la celebración a la interpelación”127
.
En esta dinámica, el autor continúa con su oración de alabanza en los versículos
siguientes, en forma de celebración, donde no sólo eleva los ojos al cielo, dándole
gracias a Dios por sus bendiciones sino se dirige a los creyentes con una oración de
exhortación, alternando el empleo de las dos personas:
125
Francis Foulkes, op. cit., 47-48 126
Heinrich Schlier, op. cit., 89 127
Michel Bouttier, op.cit., 74
129
no ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones, para que el
Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de
sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente; iluminando los ojos de
vuestro corazón para que conozcáis cuál es la esperanza a que habéis sido llamados
por él; cuál la riqueza de la gloria otorgada por él en herencia a los santos, y cuál
la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la
eficacia de su fuerza poderosa (Ef 1, 16-19).
Desde esta perspectiva, los beneficiarios de esta relación soteriológica pueden
entenderse no sólo en el sentido de los gentiles sino también de los creyentes de todo
lugar y de todo tiempo a quienes el apóstol invita no sólo a la escucha de la Palabra
de la verdad, el evangelio de la salvación sino a la fe que se manifiesta por el
bautismo y el sello del creyente con el Espíritu Santo de la Promesa. En este
contexto, el dinamismo deja claramente ver que la fe viene ante todo de lo que se
escucha. Las afinidades y otras determinaciones identificadas en el primer paso nos
permiten aclarar el dinamismo salvífico presente en este versículo y dilucidar sus
funciones con el entretejido de los distintos campos semánticos que lo significan.
3.4.2.4 Conocimiento de Cristo, fundamento dinámico de la vida de fe y del
anuncio del evangelio
Los creyentes son partícipes del Cuerpo de Cristo porque escucharon ante todo la
Palabra de la verdad. Una vez más, nuestro texto se mueve dentro del contexto del
anuncio del evangelio y de la adhesión de los que acogen dicho mensaje de salvación
por el cual “los gentiles son coherederos, miembros del mismo Cuerpo y partícipes
de la misma Promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio, del cual he llegado a
ser ministro, conforme al don de la gracia de Dios a mí concedida por la fuerza de su
poder” (Ef 3, 6-7). La meta de este anuncio del evangelio, como respuesta a los
peligros que pueden amenazar la edificación de este Cuerpo de Cristo, es que
“lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al
estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo” (Ef 4,13).
130
Como lo hemos anunciado en el momento dinámico de la Redención (v.7-8), el
conocimiento de Cristo en nuestra Carta, conocimiento que nos hace sabios e
inteligentes, se ubica ahora en el contexto de la evangelización y de la fe que
caracterizan este v.13, por medio del empleo de los campos semánticos palabra,
verdad, escucha, evangelio y salvación. Si los gentiles participan del Proyecto de
Dios y son coherederos de su Promesa, es porque ellos llegaron a conocer a Cristo y
dicho conocimiento se hizo mediante la escucha de la Palabra de la Verdad, como
Palabra Revelada que se entiende, no como un conjunto de doctrinas sistematizadas
sino desde la Persona misma de Jesús, Verdad y Vida (Ef 4, 21-24).
La Palabra de la verdad es ante todo la Palabra que revela al creyente la identidad de
Jesús, lo invita a permanecer en Él acogiendo dicha Palabra que genera, en él, un
cambio total de vida:
si es que habéis escuchado hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la
verdad de Jesús a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo
que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias, a renovar el espíritu
de vuestra mente, y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia
y santidad de la verdad (Ef 4, 21-24).
En la carta a los Colosenses, se encuentra también este dinamismo de la Palabra de
la verdad identificada por el campo semántico evangelio: “a causa de la esperanza
que os está reservada en los cielos y acerca de la cual fuisteis ya instruidos por la
Palabra de la verdad, el Evangelio” (Col 1, 5). Cabe señalar, de acuerdo con Michel
Bouttier, que
Colosenses y Efesios pertenecen a ese período en el que la verdad tiende a designar
un conjunto de datos de fe. Pablo habló de la verdad del evangelio, de Dios y de
Cristo; formulaciones que se encuentran también en Colosenses. Pero, en Efesios, la
referencia desaparece. Lo que se percibe en Colosenses, es el compromiso de esta
verdad en lucha contra las seducciones de la filosofía. Pero, aquí, la verdad califica el
131
mensaje, recibido sin matiz polémico predominante; la verdad tiene y recibe su
contenido128
.
3.4.2.5 La Palabra de la Verdad que acontece salvíficamente en la vida del
creyente
Si Cristo es aquel en quien somos coherederos y recibimos la herencia, él es al mismo
tiempo, aquel en quien somos sellados con el Espíritu Santo. El dinamismo de la
Palabra de la verdad, es Cristo mismo, quien al entregárnosla nos entrega su propia
vida y al recibirla, nuestra vida se convierte, a su vez, en virtud de la comunión con
Él, en vida divina. No puede existir separación alguna entre palabra y verdad sino
que ambas se encuentran indisolublemente unidas. Dicha palabra es verdad y la
verdad no es un atributo de la Palabra sino su esencia, es finalmente, la Palabra que
Dios revela al creyente en su comunión con Jesucristo, su Hijo. Podemos volver a
ver el entretejido de la Verdad con Cristo y con la Comunidad Creyente en el análisis
de las acciones soteriológicas contenidas en el Saludo.
Andrew Lincoln afirma en el mismo sentido que
la Palabra de la verdad enfatiza el evangelio apostólico revelando la realidad del
proyecto divino de salvación y el lugar que ocupa la humanidad en dicho proyecto;
ofrece el acceso a la verdad que es su contenido (…) La verdad de este mensaje
apostólico se realiza en su cumplimiento como mensaje que lleva a cabo la salvación
de sus beneficiaros; es la Buena Nueva de la Salvación (…) que tiene efecto en el
dinamismo de la liberación de la muerte espiritual, de la ira divina, del asalto del
espíritu maligno, del pecado y de la carne129
.
Por esta razón, la Palabra de la verdad es al mismo tiempo el evangelio de la
salvación. La salvación tiene, en algunos textos, un sentido escatológico tal como lo
podemos ver en la carta a los Filipenses: pero nosotros somos ciudadanos del cielo,
de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo (Flp 3, 20). Mientras que en
Filipenses la salvación se hace todavía esperar, en Efesios, por la muerte de Cristo
128
Ibid., 74 129
Andrew Lincoln, op. cit., 38-39
132
para santificar a su Iglesia, la salvación no se espera sino que está ya presente en la
vida de la comunidad creyente; “estando muertos a causa de nuestros delitos, nos
vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados - Pues habéis sido
salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don
de Dios” (Ef 2, 5.8). Vemos como en el v.13, se encuentra:
El proceso por el cual se llega a la fe (…) Así como la palabra comunica la verdad
enseñada por ella, así también, el evangelio no sólo da noticia de la salvación, sino
que la produce. El proceso de llegar a la fe se consuma al ser sellados con el Espíritu
Santo (…) La elección encuentra su meta en la liberación, en la salvación, que desde
toda la eternidad Dios quiere y proyecta concedernos. En su ejecución, se unen la
acción de Dios a través de su Espíritu santificador y la obediencia de la fe puesta por
el creyente redimido130
.
Dicho evangelio de la salvación se concretiza en la comunidad creyente como Buena
Nueva de Paz: “Vino a anunciar el evangelio de la paz: paz a vosotros que estabais
lejos, y paz a los que estaban cerca” (Ef 2, 17). En la sección final de la Carta que la
Biblia de Jerusalén titula “el combate espiritual”, el autor invita al creyente,
escuchando esta Palabra de la verdad y creyendo en ella, a ser protagonista del
anuncio de este evangelio de la salvación que es el evangelio de la paz: “¡En pie!,
pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia como coraza,
calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz” (Ef 6, 14-15).
Aunque Ernest Best lo hace desde una perspectiva diferente, podemos afirmar con él
y desde nuestra mirada, que en su comunión con Cristo, el creyente
encuentra la salvación, y la Palabra de la verdad, que es Cristo mismo, se define
como evangelio de su salvación; es decir, el evangelio que trae y revela la salvación
(…) Los creyentes ven ahora la salvación desde una nueva mirada (…) algunos oyen
y no hacen caso; otros escuchan y son salvados. La Carta a los Efesios trata de estos
últimos y no del casual oír de los sentidos que se puede olvidar muy pronto. Se trata
de la escucha que se convierte en creer, porque creer escuchando, es lo que se da a
130
K. H. Schelkle, “swthri,a”, en H. Balz y G. Schneider, op. cit., Vol. 2, 1661-1662.
133
conocer en este v.13 (…) Los que creyeron escucharon la Palabra de la verdad, el
evangelio de salvación131
.
3.4.2.6 El evangelio de salvación como Misterio escondido de Dios
El evangelio de la salvación que se da a conocer en este versículo, además de ser la
Palabra de la verdad es expresión del misterio escondido de Dios. Misterio que se
revela en el evangelio realizando su dinámica salvífica mediante su acontecer
procesual en la vida de los creyentes dando así cumplimiento a la verdad revelada; y
los creyentes al escuchar la Palabra, van creyendo en Cristo Jesús para ser sellados
con el Espíritu Santo que se convierte en garante del cumplimiento de la promesa
divina en el mismo Señor Jesucristo.
Como lo pudimos ver en el v. 9,132
el misterio escondido de Dios dinamiza y entreteje
desde el Himno el contenido de la totalidad de la Carta. Misterio que se revela en
Cristo, quien en comunión con los creyentes conduce a la salvación. Dicho misterio
se entreteje, en la acción presente, con el campo del evangelio comunicándose al
autor de manera personal mediante la obra del Espíritu Santo y dándose a conocer a
los santos y fieles en Jesucristo: “cómo me fue comunicado por una revelación el
conocimiento del Misterio, tal como brevemente acabo de exponeros. Según esto,
leyéndolo podéis entender mi conocimiento del Misterio de Cristo; Misterio que en
generaciones pasadas no fue dado a conocer a los hombres, como ha sido ahora
revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu” (Ef 3, 3-5).
Podemos afirmar con Michel Bouttier que dicho misterio escondido de Dios que se
da a conocer,
funciona de manera análoga con el evangelio (…) Por eso, dicho término aparece
también en el momento en que los continuadores de Pablo reflexionan sobre las
131
Enerst Best, op. cit., 149 132
Se puede consultar el análisis del v.9 para una mayor comprensión dado el entretejido de estos
versículos
134
consecuencias de la predicación del evangelio. El misterio se relaciona con el
evangelio para discernir su compromiso con el futuro (…) El misterio del evangelio
es la Buena Nueva original con sus implicaciones en la historia de los hombres. En 5,
32, el misterio trata del sentido que el apóstol le da a la Palabra sobre la creación del
hombre y de la mujer (…)
La revelación entre el misterio que comunica Efesios con el evangelio de Jesucristo,
nos lleva al corazón del diálogo ecuménico en el Occidente: ¿la Iglesia será y quedará
como efecto del anuncio del evangelio? o ¿llegará a ser, <realización completa del
pensamiento divino>, parte integrante del <misterio de salvación>? Para Efesios, la
Iglesia aparece como el signo ofrecido a los hombres y a los poderes cósmicos del
cumplimiento en Jesucristo del proyecto divino de reunir en Él el universo133
.
Cabe señalar que la importancia de la comunión del creyente con Cristo que atraviesa
la totalidad de la Carta no reduce de ninguna manera el lugar irremplazable del
Espíritu Santo, tal como lo vamos a ver a continuación de nuestro análisis, ni
disminuye la acción de Dios Padre como agente principal de todas las bendiciones
espirituales en Cristo y a quien se dirigen las oraciones de alabanza y de acción de
gracias.
3.4.2.7 El Espíritu Santo, acontecer divino en el creyente, sello y signo de su
pertenencia
La expresión tw/| pneu,mati th/j evpaggeli,aj tw/| a`gi,w| abre el camino a una
comprensión muy profunda del Espíritu Santo como Espíritu “prometido” desde el
Antiguo Testamento. Recordemos que
el Espíritu Santo es el sello del cristiano. La experiencia del Espíritu Santo en la vida,
es para el cristiano prueba cabal, y también una muestra para los demás, de lo
genuino del objeto de su fe, a demás de la seguridad interior proporcionada por la
convicción de pertenecer a Dios como hijo (…) El bautismo se dio a conocer como el
sello del Espíritu, (…) un signo exterior y visible de la obra interior de Dios, signo
dado al creyente. (…) El Espíritu en la vida del creyente es el signo innegable de la
obra de Dios en él y para él134
.
133
Michel Bouttier, op. cit., 289-290 134
Francis Foulkes, op. cit., 48
135
Este proyecto divino de salvación se hace realidad en la vida de los creyentes, judíos
y gentiles, por su comunión con Cristo Jesús. La salvación, como don gratuito de
Dios en Jesucristo, lugar de reconciliación de los judíos y de los gentiles entre sí y
con Dios. Como puede verse, la comunión sigue siendo el contexto en que se mueve
todo el capítulo segundo de la Carta:
Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando
muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia
habéis sido salvados - y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo
Jesús… Así que, recordad cómo en otro tiempo vosotros, los gentiles según la carne,
llamados incircuncisos por la que se llama circuncisión - por una operación
practicada en la carne -, estabais a la sazón lejos de Cristo, excluidos de la
ciudadanía de Israel y extraños a las alianzas de la Promesa, sin esperanza y sin
Dios en el mundo. Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo
estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. Porque él es
nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los
separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus
preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la
paz (Ef 2, 4-6.11-15).
Introducimos este texto porque aclara profundamente la comunión con Cristo de
judíos y gentiles y además une en su contenido las expresiones opuestas que se
encuentran en el v. 19, las cuales afirman con fuerza la acción soteriológica de Cristo
contenida en el v. 13 del Himno que nos encontramos analizando, y en su mismo
dinamismo de oposición realza el contenido salvífico de 2, 4-6.11-15. El dinamismo
opuesto nos permite desde la mirada proporcionada por nuestro método, entender de
una manera más profunda la salvación en Cristo, aconteciendo en la nueva situación
de gentiles y judíos, que constituyen juntos la Morada de Dios entre los hombres.
En su comunión con Cristo, el Espíritu Santo de la Promesa es el que vivifica en los
creyentes, la Palabra de la verdad, el evangelio de su salvación; “en él también
vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación y
creyendo también en él fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa” (Ef 1,
13). En el Antiguo Testamento, los profetas anunciaron el don del espíritu para los
tiempos mesiánicos: “Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas
vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré. Y os daré un corazón
136
nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón
de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que
os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas” (Ez 36, 25-
27).
Este espíritu de profecía, fuente de renovación interior, es derramado sobre todos los
mortales sin distinción de clases: “Sucederá después de esto que yo derramaré mi
Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros
ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Hasta en los siervos y
las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y realizaré prodigios en el cielo y
en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo” (Jl 3, 1-3).
Podemos anotar con Lincoln que:
en cuanto a lo conocido del mensaje cristiano, creer se entiende como una relación
vital entre la escucha de la Palabra y la recepción del Espíritu; al creer, los
destinatarios de la carta, fueron sellados con el Espíritu Santo. Los ganados y
esclavos fueron marcados con su propio sello como signo de propiedad y de
preservación. En el Antiguo Testamento, Dios marca a sus elegidos con un signo para
distinguirlos como suyos y protegerlos de la destrucción. Por eso, la recepción del
Espíritu por parte de los creyentes sigue siendo signo de pertenencia a Dios de una
manera especial y el Sello es el que da carácter de propiedad divina. Los creyentes le
pertenecen a él y también son protegidos hasta que tome totalmente posesión de
ellos135
.
3.4.2.8 El Sello del Espíritu Santo como signo de comunión del creyente con
Cristo
La tradición judía en el tiempo de Jesús reconocía que, con los últimos profetas del
Antiguo Testamento, especialmente los profetas del día de Yahvé, los cielos “se
habían cerrado”, limitando así toda relación entre el Espíritu de Dios y los hombres.
135
Andrew Lincoln, op. cit., 39
137
En el bautismo de Jesús, sucede el acontecimiento fundamental que manifiesta el
restablecimiento de esta relación con la apertura de los cielos y la bajada del Espíritu
Santo Prometido: En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el
Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se escuchó una voz que venía de los
cielos: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco" (Mc 1, 10-11).
Después de su resurrección, Jesús envía a sus discípulos este Espíritu para seguir
proclamando en el mundo la Palabra de la verdad, el evangelio de salvación:
exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y
ha derramado lo que vosotros veis y escucháis (Hch 2, 33). Es decir que en Cristo, el
cielo se abre sobre la vida del creyente y el Espíritu Santo toma posesión de él. La
promesa del Espíritu hecha por los profetas se cumple en Jesús. Sin embargo, ¿cómo
podemos entender esta imagen del sello en el contexto de nuestro pasaje?
En las primeras comunidades cristianas, la recepción del Espíritu Santo se
relacionaba con el agua bautismal. Al escuchar esto, dijeron con el corazón
compungido a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué hemos de hacer, hermanos?"
Pedro les contestó: "Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el
nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos
los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro." (Hch 2, 37-39).
En la carta a los Romanos, hablando de Abraham, san Pablo relaciona la circuncisión
con el sello mediante el don de la fe: recibió la señal de la circuncisión como sello de
la justicia de la fe que poseía siendo incircunciso. Así se convertía en padre de todos
los creyentes incircuncisos, a fin de que la justicia les fuera igualmente imputada
(Rom 4, 11). El texto de Colosenses hace directamente referencia al bautismo como
circuncisión espiritual de los cristianos: en él también fuisteis circuncidados con la
circuncisión no quirúrgica, sino mediante el despojo de vuestro cuerpo mortal, por la
138
circuncisión en Cristo (Col 2, 11). Teniendo en cuenta los distintos comentarios,
podemos anotar con Lincoln que
desde que el bautismo sustituyó la circuncisión en la comunidad cristiana, es
probable que también en el Nuevo Testamento el lenguaje del sello pudo ser usado
como una referencia al bautismo (…) Parece más probable que el sello en este
versículo se refiera más bien a la recepción del Espíritu, un acontecimiento distintivo
para los primeros cristianos (...) Es cierto, que fue estrechamente relacionado con el
agua bautismal, pero como lo observa Caird, „no debemos confundir la oportunidad
con el acontecimiento‟. El sello del Espíritu Santo es, por lo tanto, el bautismo en el
Espíritu, en que, según el proceso conversión-iniciación, el bautismo en el agua fue
el reverso de la moneda, la expresión de fe por la cual Dios concede el Espíritu136
.
El Espíritu Santo de la promesa es el Espíritu del cumplimiento de la promesa divina
en la persona de Cristo ya que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones
espirituales, en los cielos, en Cristo (Ef 1, 3).
Sellados con el Espíritu Santo, los creyentes pertenecemos a Cristo de una manera
especial y participamos de la comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu
Santo. Como lo podemos ver, la comunión es la fuerza dinámica que une al creyente
con Cristo y nos introduce en la comunión con la Trinidad. Dicha comunión
evidencia la misericordia y el amor divino que “nos vivifica con y en Cristo”. La
Gracia Divina es la que nos salva, en comunión con Cristo y con él nos resucita.
Anulando la lejanía nos pone en comunión unos con otros, nos otorga la ciudadanía
de Israel y nos incluye en la Alianza a través de la Promesa cumplida y plenificada en
Cristo. Ahora, vivimos en la esperanza y en comunión con Cristo hemos sido
salvados. Su sangre ha dinamizado en nosotros la comunión con Dios y de unos con
otros, ha unido en él al pueblo judío y al gentil, creando en él un solo hombre nuevo.
136
Ibid., 40
139
3.5 Alabanza a la gloria de Dios (v.14)
Texto griego
14 o[ evstin avrrabw.n th/j klhronomi,aj h`mw/n( eivj avpolu,trwsin th/j peripoih,sewj( eivj
e;painon th/j do,xhj auvtou/Å
Traducción española
14 Que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión,
para alabanza de su gloria.
3.5.1 Dinamismo soteriológico y campos semánticos identificados
A pesar, de no ser ésta, una acción soteriológica de Cristo sino del Espíritu Santo, es
expresión afín de la acción soteriológica anterior que es explícitamente de Cristo. El
Espíritu Santo, como agente principal de la presente acción soteriológica, continúa su
dinámica salvífica que se inició en la acción anterior. Por eso, consideramos
importante analizarla, ya que culmina dentro del Himno, en el dinamismo salvífico,
que aconteciendo en la comunidad creyente y unida indisolublemente a Cristo y a su
Padre en el Espíritu, se convierte en posesión suya para alabanza de su gloria.
Los campos semánticos significantes de las relaciones soteriológicas contenidas en
esta sección que se van entretejiendo con el campo de la comunión con Cristo son:
Herencia, Redención, Alabanza y Gloria.
Como lo podemos ver, este versículo constituye el culmen del Himno recogiendo
campos que han venido entretejiéndose con el campo de la comunión. El autor se
expresa de nuevo en primera persona, “nosotros”, uniéndose a los creyentes, como a
una asamblea en plena celebración litúrgica para terminar doxológicamente su
alabanza que continúa en los versículos siguientes (vv. 15-23) en forma de oración de
140
acción de gracias y de intercesión. Es de advertir que así como el Himno tiene una
estructura dinámica expresada en dos partes (1, 3-10; 1,11-14), la Carta como
totalidad, también se encuentra contextualizada dinámicamente en dos secciones (1,
3-3,21; 4, 1-6,24), donde, como demostramos en el primer paso analítico de esta
investigación, la comunión con Cristo se identifica uniendo el Himno con la totalidad
de la Carta como su hilo conductor.
Al final de la primera sección de la Carta (Ef 1, 3-3,21), el autor retoma la misma
fórmula doxológica de manera más solemne aún: “a él la gloria en la Iglesia y en
Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos. Amén” (Ef 3, 21).
3.5.2 El Espíritu Santo como prenda de nuestra herencia para redención del
pueblo de su posesión
Como lo acabamos de decir, cabe señalar que la presente acción tiene como expresión
afín la acción anterior: “en él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la
verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados
con el Espíritu Santo de la Promesa” (v.13); dicha acción soteriológica de Cristo nos
permite afirmar que el Espíritu Santo es prenda o arras de nuestra herencia para
nuestra redención y alabanza de su gloria. El Espíritu Santo como prenda, genera en
la presente acción el dinamismo de una garantía. Al igual que el campo del sello,
analizado en la acción anterior, el campo de la prenda puede entenderse desde la
literatura veterotestamentaria, por lo cual vamos a contextualizarlo en ella. En la
Biblia de los Setenta, el término aparece tres veces en el Génesis, tratando de la
alianza de Judá, quien vivía separado de sus hermanos, con su nuera Tamar a quién
prometió una prenda, como garantía para unirse a ella:
Dijo ella: "¿Y qué me das por venir conmigo?" "Te mandaré un cabrito de mi
rebaño". - "Si me das prenda hasta que me lo mandes.". "¿Qué prenda he de darte?"
- "Tu sello, tu cordón y el bastón que tienes en la mano". El se lo dio y se unió a ella,
la cual quedó encinta de él. Entonces se marchó ella y, quitándose el velo, se vistió
sus ropas de viuda. Judá, por su parte, envió el cabrito por mediación de su
141
compañero el adulamita, para rescatar la prenda de manos de la mujer, pero éste no
la encontró (Gn 38, 16b-20).
Desde su origen semítico, avrrabw.n es un término más comercial que “los griegos
heredaron de los mercaderes fenicios; era un pago parcial, que daba la certeza de que
el pago total sería hecho (…) Ahora, la experiencia que el cristiano tiene del Espíritu
es una anticipación y una garantía de aquello que será suyo cuando entre en la plena
posesión de la herencia legada por Dios”137
.
En la literatura paulina, se retoma el dinamismo del Espíritu Santo de la Promesa no
sólo como garantía sino como sello y primicia. “El que nos marcó con su sello y nos
dio en prenda el Espíritu en nuestros corazones” (2Cor 1, 22). Y “el que nos ha
destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en prenda el Espíritu” (2Cor 5,5). “Y no
sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros
mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo” (Rm 8,
23). En la Carta a los Efesios, el hecho de ser sellados con el Espíritu Santo, hace
evidente nuestra redención final. Por eso, “no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios,
con el que fuisteis sellados para el día de la redención” (Ef 4, 30).
Desde esta acción del Espíritu Santo como prenda de nuestra herencia, la presente
acción se mueve hacia el horizonte escatológico, enfatizando la plena realización de
la promesa de la herencia y de la redención en el tiempo futuro. Sin embargo, el v.7
que hemos analizado anteriormente, enfatiza la perspectiva de la realización histórica
de dicha redención que acontece día tras día en la vida de la comunidad creyente.
Este v.7 se complementa ahora, con la acción presente para evidenciar los dos
aspectos del dinamismo escatológico dentro de los cuales se mueve nuestro Himno
encaminándose hacia la totalidad de la Carta realizando en ella el dinamismo
salvífico de Cristo. En este sentido, podemos afirmar con Michel Bouttier que la
Carta a los Efesios
137
Francis Foulkes, op. cit., 49
142
clarifica la expresión paulina prenda del Espíritu, quitándole toda su ambigüedad. Ya
que el creyente no recibió una parte más o menos generosa de la Plenitud del don del
Espíritu que él estaría todavía esperando. Al recibir al Espíritu Santo, sin restricción,
el creyente percibe la anticipación de la herencia definitiva que le posibilita
vivenciarla de antemano. La naturaleza de la herencia no está precisa pero aparece
como el cumplimiento de la promesa y de la adopción. La referencia a la herencia
abre al Himno para que culmine en el horizonte escatológico de la redención, de la
liberación definitiva138
.
Como lo podemos ver, el campo de la herencia dinamiza el final del Himno desde la
acción del Espíritu Santo, como prenda de nuestra herencia para redención del
pueblo de su posesión. Dicha herencia es finalmente objeto de la oración que el autor
dirige al Dios de nuestro Señor Jesucristo “para que conozcáis cuál es la esperanza a
que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de la gloria otorgada por él en
herencia a los santos” (Ef 1, 18). Haciendo una observación a posteriori del
versículo anterior que se convierte en otra determinación para la acción presente,
dándole su profundo sentido y significado en la dinámica del texto, vemos que para
que el Espíritu Santo sea realmente prenda de nuestra herencia, el creyente tiene que
ser sellado con él y para ser sellado el creyente tiene que creer en la Palabra de la
verdad como evangelio de la salvación y para llegar a creer tiene que haberla
escuchado.
Existe dentro de este dinamismo una concatenación esencial para la vida del creyente
que tiene como núcleo causante su oración la cual tiene como objetivo la herencia,
dándole la posibilidad del conocimiento y de la esperanza que dinamizan la llamada
que el Espíritu Santo en la persona de Jesús le hace para conocer la riqueza de su
gloria que por medio de él le ha sido otorgada.
Por ello, “sellados con el Espíritu, los cristianos han comenzado ya a participar de su
herencia de salvación y tienen el derecho legal de heredarla plenamente (…) La vida
de la Iglesia en la que judíos y gentiles son ahora reconciliados, es la prenda de la
138
Michel Bouttier, op. cit., 76
143
vida en el mundo que está por venir cuando todo se recapitule en Cristo”139
. En su
comunión con la persona de Cristo, los creyentes terminan recibiendo en herencia
todas las bendiciones a ellos destinadas y se convierten en pueblo de Dios, pueblo de
su posesión; porque Dios que toma posesión de su pueblo les ha elegido antes de la
fundación del mundo (v.4), les ha predestinado para ser sus hijos adoptivos por
Jesucristo (v.5), les ha redimido por medio de su sangre (v.7), les ha dado a conocer
el misterio de su voluntad (v.9); misterio que él reveló tanto a los judíos, testigos de
la espera mesiánica (v.11) como a los gentiles llamados a ser partícipes de la
salvación reservada en otro tiempo a la judíos (v.13).
Frente a este misterio insondable de Dios que se revela al hombre y lo supera
infinitamente, podemos reconocer con Schlier que:
La voluntad de Dios, que es voluntad de gracia y voluntad de amor, incluye un
„propósito‟ que es, por decirlo así, la idea fundamental de todo lo que Dios quiere y
obra. Este propósito e idea fundamental, en la que se ha expresado y se ha fijado la
voluntad de Dios, es Cristo. Cristo es, con ello, la dimensión de la gracia y del amor,
previamente dada en la voluntad de Dios, para todo lo que ha de ser. En Cristo se da
aquello en lo que el universo encuentra el fundamento, la unidad y la meta de sí
mismo, y aquello en lo que su historia, - sus „situaciones‟- llega a ser historia
„cumplida‟ y plena. Cristo es aquel en quien el misterio de la voluntad de Dios se ha
condensado como propósito y como idea fundamental140
.
En este tercer paso, a través del entretejido de los campos semánticos que atraviesan
la Carta, entretejidos a su vez, de manera indisoluble con el campo de la comunión en
y con Cristo, hemos podido demostrar que desde el Himno se entreteje la unidad de
la Carta y del mensaje eminentemente universal y salvífico. Por ello podemos afirmar
con Schlier que:
La primera parte de la carta (1, 3-3,21) comienza ensalzando las bendiciones que
Dios ha concedido en Cristo a los miembros de la Iglesia (1, 3-14): la bendición de la
predestinación “para que fuésemos sus hijos”, la de la redención por la remisión de
los pecados, la de la iluminación mediante el conocimiento de la obra salvífica de
Dios (1, 3-10). Y en estas bendiciones participaron judíos y gentiles (1, 11-14) (…)
139
Ernest Best, op. cit., 152 140
Schlier, op. cit., 94-95
144
La segunda parte (4, 1-6, 22) habla a los cristianos procedentes de la gentilidad y que
acaban de ser instruidos sobre su nueva realidad, y les exhorta a que en una vida
nueva conserven y demuestren lo que ahora son por la gracia. Pero a lo primero que
les exhorta el apóstol es a conservar humildemente la unidad del Cuerpo de Cristo,
creada y conservada por el Espíritu, y a tener conciencia de que los que recibieron en
diversa medida el ministerio de la gracia deben prestar servicio, todos ellos y cada
uno a su manera, para la edificación del único cuerpo141.
141
Ibid., 20
145
CUARTO PASO
LA COMUNIÓN CON CRISTO EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA HOY
4.1 La importancia de la función comunicativa para la vivencia del mensaje bíblico
Cabe señalar que uno de los aspectos fundamentales del objetivo de nuestra
monografía es el de comunicar las consecuencias transformadoras de esta
investigación con respecto a la realidad actual, ya que investigar, comprender,
interpretar y comunicar son las funciones fundamentales de nuestro método como
medio para acercarnos al texto bíblico. Nos unimos a Bernard Lonergan para reiterar
que la función de la comunicación “es de un interés capital, porque en esta etapa final
es donde la reflexión teológica aporta todo su fruto”142
.
Por ello, en este último paso de la investigación, vamos a continuar nuestro diálogo
no sólo con los hermeneutas que hemos consultado, evidenciando sus aportes y los
nuestros, sino también las divergencias que nos apartan de ellos en la comprensión
del texto, para con base en el trabajo realizado, construir el diálogo con la realidad
hoy. ¿Qué comunica el Himno a los Efesios hoy, para mejorar y transformar la
realidad que motivó esta investigación desde la visión profética de nuestro fundador,
la realidad de la Comunidad a la que él dio origen y de la Iglesia toda?
Recordemos que la función comunicativa del quehacer teológico se relaciona
estrechamente con la vivencia del mensaje revelado, ya que
el mensaje cristiano como lo hemos podido constatar a través del análisis, es
compartir con el otro de manera eficiente lo que hemos podido comprender a través
de la Palabra contenida en el texto. Si queremos comunicar su sentido y significado,
en este caso, contenidos en el Himno a los Efesios, antes que nada, debemos
comprender aquello que queremos dar a conocer. Pero, para comunicar su esencia
142
Bernard Lonergan, Método en Teología, 341
146
constitutiva, tenemos que hacer vida aquello que queremos compartir. Por eso, las
acciones soteriológicas no son abstracciones sino Palabra viva dirigida a una realidad
viva para transformarla143
.
4.2 La acción salvadora de la comunión como camino de vida dentro de la dinámica
del presente análisis y su relación con aspectos significativos del Nuevo Testamento
En el primer paso analítico, pudimos demostrar que la comunión como significación
de la acción salvadora de Cristo, atraviesa la totalidad de la Carta y se convierte en
fundamento de la vida nueva; es decir, en elemento determinante y decisivo de la
identidad cristiana. A través de todo el Nuevo Testamento encontramos el vínculo de
la comunión con Dios y los hermanos como fundamento de identificación de los
seguidores de Cristo.
En el segundo paso de nuestro análisis, pudimos ver que la comunión hace del
cristiano un koinwno,j, es decir, un compañero, partícipe del misterio de Cristo quien
acontece en su vida, impregnando su naturaleza humana de lo divino. Como lo
podemos ver también en los evangelios y especialmente en el cuarto evangelio, la
comunión con Cristo pasa necesariamente por el hecho de permanecer – comunión –
en su amor (Jn 15, 9-11).
Como lo pudimos mostrar en este paso del análisis, existe una relación profunda entre
la comunión y la unidad. Estar en comunión con una persona es estar unido a la
persona. El que está en comunión con Cristo se une a Él y se hace un solo espíritu
con Él (1 Cor 6, 17). La comunión con Cristo implica una comunicación de vida, de
pensamiento, de sentimientos, de bienes materiales y espirituales. Por ello, la unidad
es el corazón de la comunión, de tal manera, que sin ella no puede existir una
verdadera comunión que supere una simple relación social, familiar o profesional,
para implicar una unión integral entre personas. 143
Un comentario de la Doctora María Lucía Jiménez de Zitzmann, en los apuntes del seminario
durante la tutoría.
147
Desde esta perspectiva, el dinamismo de la comunión, que se entreteje con otros
campos semánticos para significar las acciones y relaciones soteriológicas de Cristo,
a lo largo de la Carta a los Efesios, implica la pertenencia a una comunidad de fe con
sus expresiones significativas, pero supera toda denominación institucional que puede
volverse, muchas veces, a causa de sus estructuras normativas, que equivocadamente
se convierten en fines y no en medios, en un real obstáculo a la vivencia de dicha
comunión. Por ello, la comunión con Cristo, exige del cristiano un esfuerzo constante
para superar barreras, reticencias, obstáculos y temores con el fin de dinamizar una
verdadera relación con Dios que permita en todos y en cada uno el acontecer salvador
de Cristo que rescata en la sencillez y en la humildad, la autenticidad de la identidad
cristiana concretizada en el amor y en el servicio a los demás (Fil 2, 1-11).
Estos elementos nos permiten ver como la comunión con Cristo se presenta de
manera global en el contexto de la literatura neotestamentaria y culmina no sólo en el
Himno, objeto de nuestra investigación, sino también en la totalidad de la Carta a los
Efesios. La comunión como objetivo de nuestra investigación e hilo conductor del
texto, que nos brinda la “nueva mirada” proporcionada por el método aquí empleado,
ha sido evidenciada detalladamente en las expresiones que la significan y su
entretejido con los demás campos semánticos presentes en la dinámica de la Carta, se
han estudiado y relacionado suficientemente en el tercer paso del trabajo. Ahora, para
dar coherencia y continuación a nuestra investigación, es importante detenernos
especialmente en este tercer paso analítico, al que no habríamos podido llegar sin los
anteriores, para destacar elementos esenciales de la comunión del creyente en y con
Cristo fundamentando así, nuestro dialogo con la realidad hoy.
148
4.3 La comunión con Cristo como invitación a reencontrar el verdadero sentido
de la identidad cristiana
4.3.1 La afirmación de la identidad cristiana, mensaje que rebase las normas
lingüísticas
La hermenéutica teológica del tercer paso de nuestro método, desde el inicio de la
Carta, mostró que la comunión con Cristo nos revela no sólo la identidad de Cristo
sino también nuestra propia identidad cristiana; es decir, nuestro ser y nuestro vivir
en Cristo. El Misterio de Dios que nos da a conocer el autor de la Carta y nos invita a
celebrar, es ante todo, el misterio de nuestra propia identidad. La afirmación de dicha
identidad cristiana frente a tantas ideologías, corrientes e invitaciones de nuestro
mundo y de nuestras propias estructuras eclesiales, muchas veces obstaculizadoras
del acontecer del mensaje del evangelio de Cristo en nosotros, exige desde su realidad
la profesión y legitimación explícita de nuestra fe.
Hemos podido mostrar en el tercer paso analítico, que Schlier, Boismard y otros
hermeneutas, en sus comentarios acerca de los componentes del saludo inicial, se
limitaron más al aspecto normativo, que las cartas oficiales deberían respetar. Desde
nuestro acercamiento, vemos que la profunda comunión del autor con Cristo y de los
destinatarios que son santos y fieles en el mismo Cristo Jesús, se inicia desde el
saludo, marcando su identidad, y se va entretejiendo con otros campos semánticos
presentes en el texto, generando el dinamismo salvífico del acontecer divino por
medio de Jesucristo en la comunidad creyente.
Sin embargo, esta identidad no se afirma ante todo, como se considera con frecuencia
hoy, pertenencia a una institución eclesial sino pertenencia a Cristo y a su Evangelio.
El ser cristiano no es primero un asunto de denominaciones eclesiales – católico,
evangélico, ortodoxo, luterano – sino un ser discípulo y apóstol de Jesucristo.
149
4.3.2 La comunión con Cristo a la luz del Nuevo Testamento como lugar
de dicha identidad
En el contexto general del Nuevo Testamento, llama la atención la primacía de la
comunión con Cristo en relación con los términos Iglesia y Sinagoga enfatizando el
aspecto fundamental de la comunión del creyente con Cristo, como lugar
imprescindible de la revelación de nuestra identidad cristiana. Según los datos del
Diccionario Teológico:
en el Nuevo Testamento llama la atención en primer lugar que los discípulos de Jesús
no designaron sus asambleas (y la comunidad en ellas representada) con el término
synagoge, (única excepción Sant 2, 2) aun cuando, desde el punto de vista formal tal
palabra hubiera sido la más apropiada para designar a un grupo brotado de las raíces
del judaísmo y, en todo caso, perteneciente a su esfera. Prescindiendo del pasaje de St
y de Ap 2, 9 y 3, 9, synagoge se encuentra solamente en los evangelios (Mt 9 veces;
Mc 8 veces; Lc 15 veces; Jn 2 veces) y en Hch (19 veces)144
.
Con respecto al término ekklesia, vemos en el Diccionario Teológico, que la escasez
es aun más significativa:
Lo primero que llama la atención referente al término ekklesía es que, con excepción
de Mt 16, 18; 18, 17, falta totalmente en los evangelios (...) Lucas lo emplea en Hch
23 veces (…) La frecuencia mayor pertenece a las cartas paulinas (46 veces de un
total de 114 pasajes; además en Ef sale 9 veces y en Col 4 veces), sobre todo en 1
Cor (22 veces) (…) El término falta en 1 y 2 Pe, en 2 Tim y en Tit; aparece
esporádicamente en Sant y en Heb, y en las cartas de Juan, sólo está representado en
la tercera, mientras que el Ap lo emplea 20 veces145
.
Para Pablo, en quien abunda el término, la Iglesia es Cristo vivo en cada uno de sus
miembros. “No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al
presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí
mismo por mí” (Gál 2, 20).
144
L. Coenen, E. Beyreuther y H. Bietenhard, op. cit., Vol 1, 713 145
Ibid., 714
150
¿Será ante todo, esta identidad en Cristo, el punto de unión de los que profesamos la
misma fe en el mismo Señor? Al colocar hoy, erróneamente el énfasis en las
denominaciones eclesiales y en las divergencias doctrinales, nos apartamos de la
Carta a los Efesios y de la literatura neotestamentaria en general, que nos hacen una
invitación clara, para volver a encontrar la raíz de nuestra verdadera y común
identidad en Cristo dentro de una ekklesia entendida precisamente como comunión
de hermanos unidos en la misma fe.
4.3.3 La identidad cristiana como vocación a la santidad en la comunión con Cristo
Si Pablo es apóstol de Jesucristo por Voluntad de Dios, no es ante todo, sólo una
decisión personal suya ni una usurpación de un título. Nadie puede atribuirse la
identidad cristiana y apostólica. Es un don y una gracia de Dios. Ser cristiano no es
un nombramiento de la Iglesia sino una llamada de Dios por medio de Jesucristo a la
persona del creyente. Por ello, no estamos de acuerdo con quienes creen que en la
Iglesia contemporánea no existen apóstoles porque este título se encuentra reducido a
los Doce. Nosotros creemos, que esta designación incluye verdaderamente la misión
del cristiano hoy, como portador del evangelio de la salvación.
Por eso, nuestra Sociedad de Vida Apostólica, los Misioneros de los Santos
Apóstoles, inculca en cada uno de sus miembros la consciencia de ser Apóstoles de
Cristo Jesús. Como discípulo de Cristo llamado a permanecer en Él, en una actitud de
humildad, de adoración y apropiación de su mensaje, el cristiano debe anunciarlo con
su testimonio de vida hasta el fin, asumiendo el riesgo de sacrificarla para respaldar
aquello en lo cual cree verdaderamente. Creer en el sentido integral, como lo entiende
por ejemplo Juan en su evangelio, la fe es ante todo, un dinamismo que responde en
la praxis de la vida a la acción salvífica de Dios en Jesucristo. No se trata de afirmar
conceptualmente el “sí, creemos”, sino de vivir de acuerdo con aquello en lo que
creemos.
151
El anuncio de dicho mensaje, exige que el cristiano viva en plena comunión con
Cristo quien acontece en él. El cristiano en su ministerio apostólico actúa in persona
Christi, ya no es él quien vive sino Cristo quien vive en él (Gá 2, 20). Muchas veces,
tanto a nivel de la vida religiosa como de la vida laical, esta integralidad ni se ve, ni
se vive. El Himno nos invita, sin lugar a dudas, a vivir de acuerdo a ella en el
entretejido que presentan, en la Comunión con Cristo a través de los campos del
Amor, de la Justicia, de la Paz y de la Verdad que ciertamente conducen al creyente a
la santidad de vida.
4.4 La vida del cristiano ofrecida en Cristo para ser hombres y mujeres de Gracia y de
Paz e instrumentos de Justicia, de Amor, de Perdón y de Verdad
El Himno de alabanza que el autor coloca al inicio de la Carta es una melodía
profundamente teológica donde el espíritu y la vida se exigen mutuamente en función
de una praxis de amor, en la cual se posibilita que en Cristo toda la creación sea
recapitulada. La vida del cristiano, es la de aquel que escucha la Palabra de la
Verdad, el Evangelio de salvación y la acoge en su vida para transformar y elevar la
existencia humana a las dimensiones de la vida divina. Por eso, desde su comunión
con Cristo, al cristiano se le posibilita llegar a ser, como Él, fuente de Gracia y de
Paz que transforma su propia existencia y la de los demás en una nueva vida.
Como lo pudimos evidenciar en el tercer paso de nuestro análisis, esta Paz se
entreteje en la dinámica de la Carta con la Justicia y la Verdad. ¿No será ésta una
buena noticia para nuestras comunidades cristianas y para nuestra sociedad hoy?
¿Qué significa realmente la Palabra de la Verdad, el Evangelio de salvación para
todos aquellos que viven en la injusticia, el engaño y la opresión? Si el deseo de Paz
con el que el autor inicia su Carta se entreteje con la Palabra de la Verdad que es
Evangelio de Salvación, podemos preguntarnos: ¿puede una sociedad conocer
realmente la Paz, viviendo en una situación permanente de injusticia?
152
Las disensiones internas que agobian a nuestras comunidades cristianas son pruebas
que demuestran que la comunión con Cristo es todavía un largo camino en el desierto
de la vida humana. ¿Cómo entender que entre cristianos exista la crítica que
destruye, la envidia que aniquila, el odio que corrompe, el rencor que no permite la
reconciliación? Las dimensiones del Amor, de la Justicia, de la Paz, de la Verdad, del
Perdón ¿serán los elementos constitutivos y fundamentales de la vida humana como
comunión con Cristo?
4.5 La comunión con Cristo como invitación a una vida sencilla, humilde y pobre:
condición para la verdadera alabanza
Desde la perspectiva del combate espiritual que el creyente debe librar para
permanecer en Cristo Jesús, logrando la superación de sus limitaciones humanas, el
autor de la Carta nos invita desde nuestra comunión con Cristo, a iniciar dicho
proceso con una verdadera alabanza a Dios que no sólo nos ha elegido en su Hijo
Jesucristo sino también nos ha bendecido por Él y en Él, dando gracias por aquello
que debemos llegar a ser y no somos todavía: “Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones
espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la
fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor” (Ef
1, 3-4).
Cabe señalar, que el Padre Eusebio Menard, en su inspiración profética, no sólo
escogió el Himno a los Efesios como un texto fundamental de la espiritualidad de la
Familia Misionera a la que él dio origen, sino que recomendó a sus hijos espirituales,
los Misioneros de los Santos Apóstoles, orar de rodillas este texto del Himno. En un
mundo fuertemente marcado por la locura del poder y la búsqueda desenfrenada de
bienes materiales, esta invitación a ponerse de rodillas es una actitud fundamental
para entrar en el conocimiento del plan maravilloso que Dios nos revela por medio de
153
esta alabanza. Estar en comunión con Cristo para elevar a Dios una verdadera
alabanza, es reconocer nuestra condición humana que exige una actitud de humildad,
de adoración y de contemplación.
Ponernos de rodillas para ofrecer a Dios nuestra alabanza es desde el Antiguo
Testamento, la actitud humilde de Moisés y de todo verdadero creyente. Recordemos
que Dios llamó a Moisés de en medio de la zarza y le dijo: “No te acerques aquí;
quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada” (Ex 3,
5). La comunión con Cristo que estimula a una verdadera alabanza a Dios, exige que
nos „pongamos de rodillas‟, y como Moisés, „quitarnos las sandalias‟ que llevamos
puestas; es decir, despojarnos de todo lo que nos hace pesado el corazón, lo que nos
duele, nuestras heridas internas y rencores, liberarnos de toda autosuficiencia, que
como gran obstáculo, impide nuestra comunión con Cristo y con los demás, para
permitirnos elevar a Dios una verdadera alabanza, en Espíritu y en Verdad (Jn 4, 23).
Dicha actitud de humildad frente a Dios y a los hermanos, que debe fundamentar
nuestra vida de comunión en Cristo, exige que planteemos unas preguntas respecto a
la vivencia del mensaje cristiano hoy: ¿Dónde está la humildad en las relaciones
entre los cristianos, sean de la misma comunidad o de denominaciones eclesiales
distintas? ¿Será todavía la humildad el criterio que une a la autoridad en la Iglesia
con el servicio de la comunión en Cristo, sencillo y humilde de corazón?
El ejercicio de la autoridad en la Iglesia, lejos de estar al servicio de la comunión en
Cristo para el bien de la comunidad cristiana, se ha vuelto en la mayoría de los casos,
un medio no sólo para imponer una opinión subjetiva sino también para hacer
prevalecer intereses personales y egoístas. ¿Será la humildad la actitud del creyente
que a la escucha de la Palabra sabe discernir en los aportes del Magisterio lo bueno
y constructivo, de lo limitante y cuestionable? Iniciando el Himno con esta actitud de
humildad y de contemplación como condiciones esenciales para ofrecer a Dios una
154
verdadera alabanza, el autor de la Carta está haciendo una invitación importante al
creyente, no sólo en su relación con Dios sino también con los demás.
Tal es el dinamismo de vida y de santidad cristiana que el Himno y la totalidad de la
Carta a los Efesios presentan hoy a los seguidores de Jesucristo. De acuerdo con
Hernandes Dias Lopes, podemos afirmar que:
De todos los libros de la Biblia, Efesios es el más convincente para la situación
actual, tanto de la Iglesia como del mundo. Aquí, Dios y el hombre, Cristo
Crucificado y Cristo Resucitado, doctrina y música, pensamiento teológico y vivir
diario, vida del hogar y vida del mundo, experiencia arrebatadora de seguridad en
Cristo y consciencia de peligro inminente, tranquilidad íntima y turbulencia externa
en el camino de la vida, se reconcilian bajo los ríos del pensamiento más iluminado
que nunca centelleó en la mente humana. Su interés abarca todo cuanto Dios ha
hecho por el hombre; y lo que Él hace y puede hacer por medio del hombre146
.
4.6 La vocación cristiana como una llamada a la santidad y principio unificador de la
vida en Cristo
En el Saludo inicial, el autor al presentar a sus destinatarios, los llama, “santos y
fieles en Cristo Jesús” (1,1). ¿Cómo podemos entender que los cristianos sean
llamados santos? La concepción de la santidad hoy está estrechamente vinculada con
la de la perfección, entendiéndola como una vida sin pecado. Una concepción que no
sólo hace perder el sentido de la santidad sino que va haciendo del ideal cristiano de
la configuración con Cristo, un ideal inalcanzable, dejando terribles vacíos y
consecuencias nefastas en el proceso de apropiación y vivencia del mensaje revelado.
Con este tipo de concepciones se vislumbra más una concepción que se encuentra
ignorando la dinamicidad bíblica que nos invita a entender la virtud como amor leal
al prójimo que transparenta nuestra fidelidad a Dios, la cual debe permanecer a lo
largo de toda nuestra vida hasta el fin. Tenemos que tener consciencia del mal para
poder remediarlo pero no absolutizar el mal, entendiendo que la perfección es un
146
Hernandes Dias Lopes, Efésios, Igreja, a noiva gloriosa de Cristo, 11-12
155
proceso al que se le da culmen en la fidelidad y en el amor. Afirmamos con Francis
Foulkes que:
El cristiano no sólo tiene fe en Cristo, sino que toda su vida se encuentra en Él. Como
la raíz enterrada en la tierra, como la rama unida a la vid, como el pez en el mar y el
pájaro en el aire, también el lugar de vida del cristiano se encuentra en Cristo (…)
Esto significa que donde el cristiano puede estar, en cualquier ambiente por difícil
que sea, amenazado por el materialismo o por el paganismo, en el peligro de ser
involucrado por el poder o ser derrotado por las presiones de una vida no-cristiana, él
está en Cristo. Este no es un misticismo más, sino que se pretende con esto, expresar
la verdad bien práctica de que el cristiano, si está fiel a su llamada, no tratará de ser
auto-suficiente, (…) ni buscará orientación, inspiración y fuerza en el mundo. El
cristiano encuentra la satisfacción de todas sus necesidades en Cristo, y jamás en
ningún otro lugar o en cualquiera otra fuente147
.
Desde esta perspectiva, los cristianos como santos y fieles en Cristo, no son personas
perfectas, eximidas de todo pecado sino pecadores llamados por Dios en Jesucristo a
permanecer en Él, a emprender un largo camino de conversión y de vida interior para
una existencia contraria a los valores efímeros del mundo actual en el que deben estar
plenamente presentes y totalmente presentes en Cristo. El cristiano está llamado a
vivir plenamente la realidad humana desde su plena comunión con Cristo. La vida
humana no es una vida separada de la vida de fe del cristiano y la vida de fe no es una
realidad limitada exclusivamente a prescripciones rituales.
Un cristiano es el mismo, tanto en un momento de adoración en la iglesia como frente
a una dificultad de servicio en su profesión y en un momento de convivencia en su
familia. Cuando la vida cristiana no se entiende desde esta perspectiva, la identidad
cristiana aparece muchas veces como un ropaje que se puede colocar en la iglesia y
quitar en otras circunstancias. Cuando la comunión con Cristo no se vive así, la
santidad a la que estamos llamados se vuelve una superchería y un ideal totalmente
inalcanzable. Por ello, podemos decir con el teólogo americano Raymond Brown que:
147
Francis Foulkes, op. cit., 38
156
la santidad es una característica muy importante de la Iglesia como cuerpo de Cristo.
Cristo murió „para consagrarla a Dios, purificándola por medio del agua y la palabra.
Se preparó así una iglesia esplendorosa, sin mancha ni arruga ni cosa parecida; una
iglesia santa e inmaculada‟ (Ef 5, 27). Los dos se unen en una sola carne (5, 31-32),
de modo que la santidad de Cristo puede percibirse en su Iglesia, Cuerpo suyo que
está siendo edificado en el amor (4, 6)148
.
Es decir que es posible vivir una plena comunión con Cristo y es posible vivir en la
santidad, desde nuestra elección en el mismo Cristo Jesús. Por eso, reafirmamos con
Raymond Brown que “los escándalos e insensateces institucionales, incluso en los
niveles más altos, no desmoralizarán (…) En el credo apostólico confesamos „creo en
la santa iglesia católica‟. Mientras exista esta fe, la iglesia perdurará a pesar de la
ineficacia de su administración”149
.
El Himno a los Efesios invita a los cristianos hoy a volver a descubrir el verdadero
sentido de la santidad a la que están llamados, no como algo lejano sino como un
aspecto constitutivo de nuestra identidad. La legitimación de nuestra fe, en el sentido
de dar razón de la esperanza que llevamos en nosotros, debe necesariamente pasar por
una crítica y apropiación del lenguaje cristiano que se fundamenta en la vivencia de
dicha Palabra de la Verdad, el Evangelio de la Salvación.
La imagen de la santidad que nos revela el Himno desde nuestra elección en Cristo y
el Misterio de Dios que se nos da a conocer, no es un pretexto para esconder nuestros
errores, hipocresías y escándalos. Llegamos con Raymond Brown a concluir que
“una Iglesia en la que la santidad tiene que percibirse por la fe, y en la que los fallos
son materialmente visibles, encarna el Misterio de lo divino en lo humano, el mismo
misterio del que era portador el molesto evangelio de Pablo”150
.
148
Raymond Brown, Las Iglesias que los Apóstoles nos dejaron, 68 149
Ibid., 74 150
Ibid., 77
157
4.6.1 La intimidad con Cristo en el corazón de nuestra vocación a la santidad y en el
amor
Es de advertir que la Carta a los Efesios es uno de los textos más profundamente
eclesiológicos del Nuevo Testamento. Sin embargo, utiliza con menos frecuencia el
término Iglesia como tal, con respecto a la expresión “en Cristo” que predomina en
la totalidad de su dinámica; no para mostrar oposición entre una y otra realidad sino
su comunión indisoluble y la centralidad de Cristo. En los vv. 1-14, aparecen quince
veces las expresiones “en Cristo” y sus equivalentes, manifestando así la acción de
Dios por medio de su Hijo y la comunión del creyente en y con Él. Es decir, que
Cristo, como Cabeza, se encuentra en el corazón de la Iglesia y toda la atención de la
comunidad cristiana debe dirigirse hacia Él. Es en Cristo que el cristiano debe
anunciar y darse a conocer a través de su testimonio de vida.
El cristiano en el anuncio del Evangelio, con una actitud de humildad y a través de un
testimonio vivo y eficaz debe no sólo dar a conocer a Cristo sino dejarlo ser en su
existencia y resplandecer en su vida. El cristiano se convierte a su vez en mediación,
instrumento en las manos del Señor, para que acontezca su mensaje de salvación en la
vida de los demás. Pero, debe cuidarse de no creerse él agente de dicha salvación,
sólo Dios a quien corresponde todo Honor y toda Gloria, puede salvar.
Retomando el dinamismo de la humildad que debe regir las relaciones entre la
autoridad en la Iglesia y el servicio de la comunión, podemos resaltar que no puede
existir un verdadero servicio eclesial sin comunión fraterna y tampoco puede existir
una profunda y verdadera comunión sin humildad que se entienda y se viva desde la
elección en Cristo Jesús para ser „santos e inmaculados en el amor‟.
158
4.6.2 El amor en Cristo como un signo profético de nuestra vocación a la santidad
El propósito de la Elección Divina que nos presenta el Himno es hacernos santos e
inmaculados en el amor. Es decir, que la santidad de la vida en Cristo se entiende
desde el dinamismo de la Fe en el Amor. Esta santidad que se origina, se fortalece y
se desarrolla en el amor de Cristo que es la característica de la identidad cristiana. Por
ello, un cristiano, seguidor y apóstol de Jesucristo, elegido y bendecido por Dios en
Cristo Jesús para ser santo e inmaculado en el amor, debe ser realmente un signo
profético para su tiempo.
Es decir, una persona que viviendo en el corazón del mundo, vive al mismo tiempo en
el corazón de Dios la autenticidad de las realidades humanas en la fe y el amor; una
persona que debe interpretar y anunciar los signos de Dios en los acontecimientos de
la historia humana como „un relato de Dios‟, porque „toda persona humana es una
historia sagrada‟ donde acontece el misterio de la salvación divina; una persona que
no hace diferencia ni es diferente de las demás en su constitución biológica y
fisiológica, pero una persona que en su manera de ser se distingue de las demás
porque la elección divina la ha hecho sabia e inteligente.
En este sentido, podemos entender que el Padre Eusebio-Henri Menard era no sólo un
hombre de fe y de amor, un hombre humilde y misericordioso sino también un
hombre lleno de la gracia del Espíritu Santo por su vida de comunión íntima con el
Señor, tal como lo vamos a ver al final de nuestro trabajo.
Si los cristianos están llamados a vivir en la santidad, están también llamados a ser
inmaculados en el amor. Es decir, a no poner obstáculos que impidan el acontecer en
ellos de la vida divina comunicada por Cristo quien se entregó para que el mundo
tenga vida y la tenga en abundancia (Jn 10, 10). De esta manera, nuestras actividades
y nuestra vida, sin máscaras, deben ser una verdadera ofrenda para alabanza de la
gloria de Dios. Tal es el sentido del amor con el que Dios nos ha elegido y bendecido
159
con toda clase de bendiciones espirituales. Quien vive en la santidad vive en la
presencia de Dios en el amor; y quien ama verdaderamente es capaz de entregar todo
y entregarse a sí mismo en el amor. “Dios, rico en misericordia, por el gran amor
con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó
juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados - y con él nos resucitó y nos
hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús” (Ef 2, 4-6).
Los sacrificios y ofrendas de nuestras solemnes celebraciones litúrgicas tienen
sentido en la medida en que sean expresión verdadera de la vida entendida como
amor a Dios y a la persona humana. “Amar a Dios con todo el corazón, con toda la
inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que
todos los holocaustos y sacrificios” (Mc 12, 33). Como lo hemos podido evidenciar
en nuestro análisis, la fe y el amor son dos pilares fundamentales de nuestra
comunión con Cristo.
No existe una vida cristiana sin fe, entendida personal y comunitariamente. La fe se
vive en comunidad en la relación e interacción con los demás. Tampoco puede existir
una fe sin amor. La comunión con Cristo exige siempre una profesión de fe verdadera
que se fortalece en una vida de amor como expresión concreta, total y profunda de la
misma fe. Porque la fe es creer, confiar en el Amor, esperar en el Amor, construir y
construirse en el Amor.151
Podemos con Pablo meditar la belleza de este Himno al
amor:
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy
como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y
conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como
para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque repartiera todos mis
bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, nada me aprovecha. El
amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se
engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no
se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree.
Todo lo espera. Todo lo soporta (1Cor 13, 1-7).
151
Un destaque del comentario de la Doctora María Lucía de Zitzmann
160
¿Es el amor el signo profético que aún caracteriza e identifica a los cristianos en el
corazón del mundo hoy? ¿Qué será el rostro concreto de este amor en la dinámica de
nuestro texto que debe manifestarse y resplandecer entre los cristianos como signo
de su pertenencia y comunión con Cristo?
4.6.3 El perdón, expresión concreta del amor en una vida de santidad en y con Cristo
El texto entiende el amor de Cristo como comunión con él, dentro del dinamismo del
perdón. “En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de las
transgresiones, según la riqueza de su gracia” (Ef 1, 7). Si permanecemos en Cristo,
su amor permanece en nosotros y tendremos la fuerza para perdonar y permitir que el
perdón se convierta en la manifestación concreta del amor divino ya que la medida
del amor es amar sin medida.
La indisolubilidad que existe entre amar y perdonar nos permite hacer una serie de
aclaraciones que ayudarán a comprender la vivencia del mensaje de Cristo. No
estamos de acuerdo con la expresión tan frecuente “perdón y olvido”. Es cierto que el
perdón que Cristo nos ofrece es total y nadie lo merece. Pero identificar el perdón con
el olvido, es un error, porque dichos términos nunca llegarán a ser equivalentes. Aun
cuando el cristiano ofrezca y reciba el perdón, no significa olvidarse de la ofensa. El
perdón supera la ofensa y libera al ofendido en su dolor sin borrar o dañar su
memoria.
Cabe señalar que la cuestión del perdón se encuentra en el corazón de las relaciones
familiares y sociales, pero se reviste a veces de ignorancia y confusión. El perdón
tiene un aspecto psicológico y sociológico importante. Algunos psicólogos reconocen
que habría menos enfermos en los centros psiquiátricos si la gente supiera realmente
perdonar y saberse perdonada. El perdón se encuentra en el corazón de la salud
mental de la persona humana. Por ello, el perdón no es olvidar ya que la falta del
161
perdón puede esconderse en el subconsciente y seguir llevando sus efectos en la
persona ofendida y en consecuencia en su vida de fe.
El perdón no puede restringirse meramente a un acto de voluntad personal. El perdón
es dinámico y compromete todo nuestro ser: nuestro corazón, nuestra inteligencia,
nuestra voluntad. Como acción soteriológica, el que perdona adquiere un compromiso
de sanación y conversión con aquel que lo ha ofendido. Por ello, el tiempo es
necesario en el acto de perdonar ya que el perdón no se impone, es un acto de amor y
libertad.
El perdón cristiano es el acto por excelencia que revela la identidad de quien perdona
en su comunión con Cristo y en la profundidad del amor divino. La comunidad
creyente crece y se fortalece en el acontecer del perdón que se da y se recibe entre sus
miembros porque el perdón en Cristo libera y genera la alegría y la real comunión.
Por ello, la comunión con Cristo exige saber pedir perdón reconociendo
humildemente la ofensa y saber ofrecer el perdón como acto que libera, sana y
promueve la comunión entre el agente del perdón y el perdonado. Es de advertir, que
la voluntad de perdonar como la de reconocer la ofensa y vivir un sincero
arrepentimiento provienen de la Gracia Divina.
La vida de santidad a la que somos llamados antes de la fundación del mundo,
acontece en nuestra vida a través del perdón que se ofrece a los que nos ofenden,
disponiendo nuestros corazones a la acción en nosotros de la Gracia de Dios que
alimenta nuestra fe, fortalece nuestra esperanza y renueva nuestro amor en Cristo. La
vida de santidad que nos propone el Himno a los Efesios, es saber perseverar en la
comunión con Cristo en una vida de fe, de esperanza y amor que se manifiesta en el
perdón. Es luchar día tras día por la Justicia, la Verdad, y la Paz porque un santo,
lejos de ser un hombre sin pecado, es un pecador arrepentido que reconoce en la
fragilidad de su vida el poder de la acción divina de la Gracia.
162
4.7 El entretejido vivencial de la Comunión con los campos semánticos que hacen
presente el acontecer de la salvación en Cristo en la comunidad creyente
Como lo pudimos ver, los campos semánticos de la Justicia, la Paz y la Verdad se
entretejen con la Comunión de manera indisoluble en la dinámica de nuestra Carta. El
cristiano debe ser un hombre de Justicia, de Paz y de Verdad. La Verdad se entiende
no sólo como lo que es recto y sincero sino también como un despojo total del
hombre viejo que obstaculiza la comunión con Cristo. En este sentido, la Verdad se
convierte en un dinamismo salvífico esencial en la Carta a los Efesios en relación con
la persona de Cristo y el evangelio de salvación.
Si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad
de Jesús a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se
corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias, a renovar el espíritu de
vuestra mente, y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y
santidad de la verdad. Por tanto, desechando la mentira, hablad con verdad cada cual
con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros (Ef 4, 21-25).
El cristiano quien vive en la Verdad y la Justicia, vive también en la plena Luz del
Hombre Nuevo creado por Dios. “Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora
sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en
toda bondad, justicia y verdad” (Ef 5, 8-9). Esta Justicia es finalmente la obra de
Dios en la comunidad creyente en la que ya no existen ni judíos ni gentiles porque
Cristo les ha reconciliado en un solo pueblo. La lucha por la Justicia, la Paz y la
Verdad en nuestro mundo debe seguramente iniciarse no sólo en la sociedad y dentro
de la comunidad „cristiana‟ sino también en la vida personal del cristiano. Sin lugar a
dudas, la comunión con Dios en y con Cristo, por el Espíritu Santo, es el dinamismo
que nos conduce a la real y transformadora “Nueva Creación”.
Este análisis nos muestra el identidad del creyente en Cristo entretejido de los
campos salvíficos que se van dando a conocer –la santidad, la gracia, la fe, el amor,
el perdón – con los demás campos semánticos – justicia, paz, verdad – que
163
atraviesan el texto, desde una profunda comunión con Cristo en la dinámica del
Himno y en la totalidad de la Carta. En este diálogo con la realidad, no podemos
tratar a profundidad todos los campos pero, queremos llamar la atención como desde
el Himno dichos campos se entretejen con la totalidad del texto a los Efesios,
brotando de él como de su fuente para darnos la luz de una “vida nueva” aquí y ahora.
Cabe señalar, que de los comentaristas y hermeneutas consultados, ninguno ha
evidenciado el dinamismo soteriológico de la comunión del creyente en y con Cristo,
hilo conductor de la totalidad de la Carta, ni visto su entretejido vivencial con los
demás campos semánticos presentes en la dinámica del texto. Este considerable
aporte que nos brinda la “nueva mirada” proporcionada por el Método Semántico
Teológico nos permite no sólo enriquecer la hermenéutica teológica bíblica sino
también dar a conocer los elementos que ayudan al cristiano en la comprensión y
vivencia del mensaje bíblico en el hoy de su vida. ¿Qué sería de la investigación
bíblica si no rescatamos en ella el núcleo de su mensaje como respuesta
esperanzadora para un mundo sumergido en la inmediatez y el sin sentido?
4.8 El conocimiento de Cristo, clave de comprensión de la identidad cristiana desde
el dinamismo de Elección y Predestinación en el contexto del Himno a los Efesios
4.8.1 Elección y Predestinación, dos campos distintos y complementarios de nuestra
identidad en Cristo
Chantal Reynier afirma dicha identidad de la comunidad creyente en Cristo,
reconociendo que los “santos y fieles no son dos grupos distintos, los creyentes de
origen judío y los gentiles, sino un solo grupo cuya identidad se refiere totalmente a
Dios y a Cristo”152
. Sin embargo, ella no relaciona dicha identidad con el entretejido
que la comunión del creyente con Cristo tiene con los demás campos semánticos que
la significan. Además, refiriéndose al autor de la Carta, Reynier tiende a reducir la
152
Chantal Reynier, op cit., 48
164
identidad apostólica a una simple función, afirmando que “en la Carta a los Efesios,
la calificación de apóstol sustituye a la declaración de identidad que se encuentra en
los autores judíos o latinos”153
. Ya pudimos mostrar en nuestro análisis el alcance
inmenso de la identidad cristiana que contiene esta presentación del autor en el
Saludo inicial y se confirma en el dinamismo de nuestra elección y de nuestra
predestinación para ser hijos adoptivos de Dios en Cristo.
Por eso, manifestamos también nuestro desacuerdo con Michel Bouttier quien analiza
el ser “santos e inmaculados” en el sentido moral y no de elección. En el contexto de
la Carta a los Efesios, ser santos e inmaculados en la presencia de Dios en el amor, se
entiende ante todo desde el dinamismo de la elección divina. Los creyentes son
santos e inmaculados, no por una ética de vida desde sus actividades ni por un mérito
suyo, sino porque Dios ha puesto en ellos su mirada; les ha elegido para estar con Él,
en su presencia y les ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los
cielos, en Cristo. Ahora, si hablamos de moral, lo que no podemos excluir, será más
bien, la consecuencia de esta identidad del creyente desde su elección, su
predestinación y su comunión en y con Cristo Jesús. Por ello, en el contexto de
nuestra Carta, el dinamismo de la Redención se entiende desde la Elección divina y
no al contrario.
4.8.2 El conocimiento de Cristo en la meditación orante de la Palabra de la Verdad
En la dinámica de la Carta, la fe posibilita al creyente el conocimiento pleno del Hijo
de Dios para que la Iglesia, su Cuerpo, viviendo en la santidad, medida del hombre
perfecto, llegue a la Plenitud en Cristo. Después del largo camino recorrido en la
investigación teológica sobre la relación “fe y Razón”, podemos advertir, desde
nuestra investigación, que se trata de realidades absolutamente inseparables porque el
conocimiento de Jesús, que tratamos en el tercer paso de nuestro trabajo, da origen a
la fe y la fe se ve enriquecida por el conocimiento, dando origen al testimonio fiel de 153
Ibid., 49
165
su Palabra. Nos preguntamos ¿cómo poder conocer a Cristo sin dejarlo acontecer en
nosotros a través de la meditación del Evangelio de la Salvación?
La Palabra de la Verdad que es al mismo tiempo el evangelio de salvación es el
tesoro y la riqueza inagotable de la Iglesia en la que se le revela al cristiano su propia
identidad y la de Cristo Jesús quien acontece día tras día en su vida. Un abandono
visible del estudio orante del evangelio de salvación, a pesar del esfuerzo del Concilio
Vaticano II, ¿no será la causa de una vida „cristiana‟ mediocre y de tantas personas
que abandonan a la Iglesia hoy? “En él también vosotros, escuchando la Palabra de
la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y creyendo también en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la Promesa” (Ef 1, 13).
La escucha de la Palabra de la Verdad, que es el Evangelio de Salvación, es el hilo
conductor de la totalidad de la Historia de la Salvación, que en el Himno a los Efesios
se pone de manifiesto. Es a través de la escucha de la Palabra que su destinatario llega
a la fe y al pleno conocimiento de Cristo. Dicho Evangelio acontece en la vida del
creyente y de su comunidad como Evangelio de Paz, ya que en Cristo quien es
nuestra verdadera Paz, como lo veremos más adelante, hemos sido predestinados
para ser hijos adoptivos de Dios. Y esta escucha abierta a la esperanza nos dinamiza
en el amor para ser verdaderos testigos de Dios en Cristo.
Por ello, en el análisis del Himno, cuando aparece la Predestinación para ser hijos
adoptivos de Dios en Cristo (Ef 1, 5), manifestamos nuestro desacuerdo con toda
concepción determinista y excluyente de dicha Predestinación. Su dinamismo, que se
encuentra en el contexto del Himno a los Efesios, no tiene nada que ver ni con el
determinismo ni con el fatalismo. No existen personas condenadas para el infierno y
otras destinadas para el cielo así como no existen santos y espirituales por un lado, y
por el otro, pecadores y materiales. La Predestinación para ser hijos adoptivos de
Dios en Jesucristo, aparece en la dinámica de la Carta como segunda bendición
espiritual en Cristo. Dicha Predestinación se entiende desde la Nueva Creación en la
166
cual somos configurados con Cristo, Hijo del Padre y desde nuestra comunión con él
es que llegamos a ser hijos adoptivos de Dios.
Nos unimos a José Bortolini para reconocer que esta segunda bendición:
completa la primera e impulsa el tema (…) En la bendición anterior, Dios es llamado
„Padre de nuestro Señor Jesucristo‟. En la segunda, podemos llamarlo Padre ya que
fuimos predestinados en Cristo para ser sus hijos adoptivos. Popularmente, se habla
mucho de predestinación, casi siempre en sentido negativo y fatalista. La Biblia
desconoce ese tipo de predestinación. Para ella, esta palabra implica siempre dos
cosas: el amor compasivo del creador y el esfuerzo de la criatura para descubrir
siempre más, la esencia de ese amor. Nunca se insistirá demasiado en el hecho de
comprender nuestra predestinación para ser sus hijos adoptivos, en una relación de
vida y de amor, y no de muerte, odio o fatalidad154
.
Es a través de un largo camino de opciones en la fe, en el amor, en la esperanza,
componentes esenciales de nuestra identidad en Cristo Jesús, que el Misterio
escondido de Dios acontece en la vida de la comunidad creyente, para ser en el
mismo Cristo Jesús, hijos adoptivos en “un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una
es la esperanza a que hemos sido llamados hasta que lleguemos todos a la unidad de
la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la
madurez de la plenitud de Cristo” (Ef 4, 4.13).
4.8.3 La elección divina en Cristo: acontecer de Gracia y de Paz en la vida cristiana
mediante la escucha y la acogida de la Palabra de la Verdad
Las bendiciones espirituales con las que Dios nos ha bendecido, tienen sentido desde
la elección en Cristo Jesús. Por ello, el don de la Gracia y de la Paz, más que un
deseo, es un compartir la experiencia del autor en su comunión de vida en Cristo y a
154
José Bortolini, op. cit., 26
167
la vez, una invitación dirigida a la comunidad creyente para tomar consciencia y
celebrar el don de Dios aconteciendo en su vida. Ese deseo se convierte en melodía
que acompasa el ritmo de la alabanza contenida en el Himno: “para alabanza de la
gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado” (Ef 1, 6).
Dicha alabanza se cumple más aun, en la reconciliación de los judíos y gentiles entre
sí y con Dios; reconciliación en la que el don de la Paz ya no es solamente un bien
exterior que se le ofrece a la comunidad creyente por el evangelio de la salvación y de
la Paz, sino también Cristo mismo quien se manifiesta y se entrega como la verdadera
Paz de los que creen:
Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que
los separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus
preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la
paz, y reconciliando con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz,
dando en sí mismo muerte a la Enemistad. Vino a anunciar la paz: paz a vosotros que
estabais lejos, y paz a los que estaban cerca (Ef 2, 14-17).
Por ello, la Paz en Cristo no depende de circunstancias externas y no es
necesariamente ausencia de guerra, aunque no la excluye. La Paz en Cristo no es
sinónimo de desaparición del sufrimiento y dificultades de la vida. El cristiano
siempre encontrará dificultades en su camino como desafío de su testimonio de vida
en Cristo: “os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis
tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33). Desde una profunda
e íntima comunión con Cristo, el cristiano puede experimentar una verdadera Paz
interior a pesar de situaciones difíciles de su vida. Nuestro mundo tiene una necesidad
real de Paz, pero la busca a veces en lugares donde no se la encuentra. No podemos
construir la Paz en nuestras comunidades y entre las distintas naciones, si esta Paz
todavía no se encuentra primero, en el corazón de la gente y de aquellos que la
quieren edificar. La Paz no es ante todo un consenso que se firma en los papeles, en
los cuales cada parte busca siempre los medios necesarios para proteger sus intereses
168
personales. La Paz es ante todo una Gracia Divina que se recibe con una buena
disposición de corazón.
Por ello, la Paz en Cristo es más bien un estado de presencia interior que el cristiano
debe sentir y vivir independientemente de las circunstancias y condiciones vitales.
Reconocemos con Hernandes Dias que:
La Paz pertenece al fluir de bendiciones espirituales que vienen de Dios. Esta Paz es
la sonrisa de Dios que se hace presente en el corazón de los redimidos, la seguridad
de la reconciliación por medio de la sangre de Cristo, la verdadera integridad y
prosperidad espirituales (…) En la Biblia, la Paz nunca tiene un sentido negativo,
nunca es ausencia de tribulaciones, dificultades y aflicción; ella se relaciona con el
bien supremo del hombre, todo lo que hace que la vida sea verdaderamente digna de
ser vivida. En esta forma, la Paz cristiana es absolutamente independiente de las
circunstancias externas155
.
Desde esta perspectiva, la Palabra de la verdad que es al mismo tiempo el Evangelio
de salvación y de Paz, no son realidades distintas y separadas de la persona de Cristo
quien acontece en la vida del creyente. Es decir, quien escucha la Palabra de la
verdad, el evangelio de la salvación y cree, escucha y cree en la persona de Cristo
para librar el combate de la vida. “¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la
Verdad y revestidos de la Justicia como coraza, calzados los pies con el Celo por el
Evangelio de la paz, abrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis apagar
con él todos los encendidos dardos del Maligno” (Ef 6, 14-16).
Escuchar la Palabra de la verdad que nos libera, creer en el evangelio que nos salva y
anunciar el mensaje de la Paz que nos transforma desde el interior es, desde la
perspectiva del Himno a los Efesios y de la totalidad de la Carta, permanecer siempre
en comunión con Cristo quien nos lleva a la plena comunión con Dios Padre y con el
Espíritu Santo. El campo de la escucha que analizamos en el tercer paso de la
hermenéutica teológica, se entreteje con el campo dinámico del Evangelio y vuelve a
155
Hernandes Dias Lopes, op. cit., 14-15
169
aparecer en la vivencia del mensaje cristiano como condición sine qua non de una
verdadera y profunda comunión con Cristo que introduce al creyente en el corazón de
la Santísima Trinidad, la plena y efectiva comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. “En él también vosotros, escuchando la Palabra de la verdad, el Evangelio de
vuestra salvación, y creyendo también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de
la Promesa” (Ef 1, 13).
4.9 La Escucha y la acogida de la Palabra, fundamento de la vida en el Espíritu Santo
En la comunión con Cristo, la escucha y la acogida de la Palabra son elementos
esenciales para que el cristiano sea sellado con el Espíritu Santo y las promesas de la
alianza se hagan realidad en su vida. Como lo pudimos evidenciar en la hermenéutica
teológica del v.13, el Espíritu Santo y su sello dan el carácter de pertenencia al
cristiano como propiedad divina. El creyente es una persona llena del Espíritu Santo;
su cuerpo es la morada del Espíritu de Dios, cuyo dinamismo le permite dejar de ser
una persona „instalada‟ y convertirse en profeta de nuestro tiempo. Ahora, si el
cristiano vive su realidad abriendo espacios al silencio para transformarse en un ser a
la escucha de Dios en su Hijo y en el Espíritu Santo, quien toma posesión de él,
heredará las bendiciones prometidas, y por lo mismo, se convertirá en comunión con
los otros en pueblo de posesión divina para alabanza de su gloria (Ef 1, 14).
Podríamos detenernos para desarrollar la importancia del Espíritu Santo en la vida del
cristiano así como su ausencia en la consciencia del creyente hoy. Esta grave omisión
puede ser explicada por la ignorancia que nos caracteriza debida a la falta de una
catequesis apropiada la cual se genera en los enfoques teológicos que valoran de
manera exagerada los logros puramente humanos, olvidándose de la Gracia Divina
que los genera y posibilita. Pero, nos limitaremos simplemente a plantear algunas
preguntas que pueden suscitar no sólo una toma de consciencia sobre este dinamismo
vital del Espíritu Santo sino propiciar otras investigaciones al respecto, ya que el
análisis de esta acción soteriológica en nuestro texto no se refiere directamente a
170
Cristo, objetivo fundamental de esta investigación, sino al Espíritu Santo como
expresión afín de la acción anterior.
Por ello, la escucha en Cristo por el Espíritu Santo exigirá siempre por parte del
creyente, una actitud de meditación, humildad y silencio interior desde donde se
prepara, madura y crece el poder vivificante de la Palabra. ¿La pérdida de sentido de
la escucha y del silencio interior en nuestra sociedad y comunidades cristianas, no
representará un lucro cesante hoy? ¿Cómo ayudar para que el cristiano de hoy se
deje habitar por el acontecer del Espíritu Santo? ¿Cómo en su comunión con Cristo
podrá llegar a ser un hombre del Espíritu Santo que pueda entender e interpretar los
acontecimientos a veces desconcertantes de su propia vida y de los distintos pueblos?
Es movidos por este mismo Espíritu que podemos entender el nacimiento de la obra
de los Misioneros de los Santos Apóstoles en la Iglesia; obra que inició el Padre
Eusebio Menard bajo la inspiración del Espíritu Santo en tierra canadiense. Cabe
señalar, que después de sus múltiples viajes a través del mundo, hizo una observación
desconcertante:
Lo que más falta en la Iglesia hace, son los despertadores de vocaciones, los
educadores de la fe, los testigos que se atrevan a afirmar públicamente, la alegría de
ser sacerdote y el orgullo de ser cristiano (…) En cada generación, la Iglesia necesita
hombres y mujeres que permitan que nazca en el corazón de los jóvenes, el deseo de
ser sacerdote o líder cristiano en el mundo. El Padre Menard acogió las maravillas
que el Espíritu Santo realiza en cada persona ya que en cada sacerdote y en cada líder
cristiano, es la voz de Cristo la que sigue recorriendo las ciudades y aldeas,
proclamando el mandamiento del Amor y las Bienaventuranzas156
.
Es desde esta mirada llena del Espíritu Santo, que el Padre Ménard, en los años 1946,
mucho antes del Concilio Vaticano II, vio la importancia de la misión del laico en el
seno de la Iglesia, dominada en aquella época, y todavía hoy, por una visión casi
totalmente clerical. Cabe señalar, que su mirada „revolucionaria‟ le costó por parte de
156
Christian Rodembourg, Prier 15 jours avec Père Eusèbe-Henri Ménard, 30-31
171
la autoridad eclesiástica de la diócesis de Montreal, la salida injusta y precipitada de
su tierra natal.
Una salida que Dios permitió para que se iniciara su misión en el mundo,
multiplicando comunidades en distintos países para compartir este bello carisma que
el Espíritu Santo suscitó en el corazón de la Iglesia, mediante este gran hombre de
Dios quien vivió de manera excepcional su compromiso bautismal y su consagración
religiosa en la obediencia a Dios y a las autoridades eclesiales. El Padre Menard,
vivió en su relación con las autoridades en la obediencia una profunda comunión que
vivió también con todos y cada uno de los miembros de su comunidad naciente y con
los laicos vinculados como miembros activos y partícipes comprometidos en el
carisma de esta nueva congregación en la que uno de ellos es el Cofundador, en la
persona de Cristo, a través de los más necesitados.
Al terminar este recorrido de la comunión del creyente con Cristo en la misión de la
Iglesia hoy, en diálogo con la vivencia del mensaje que nos ofrece especialmente el
Himno a los Efesios, en su entretejido con campos semánticos relevantes, es
importante recordar que los elementos del análisis que brinda este último paso
metodológico, nos fueron dados por los pasos anteriores sin los cuales no podríamos
llegar a los resultados de esta investigación en la coherencia dinámica del método
aquí empleado.
Al inicio de este cuarto paso analítico, pensamos hacer una distinción entre los
aportes del presente análisis a las realidades que vive la Familia Misionera de los
Santos Apóstoles en su compromiso de vida comunitaria y apostólica y las realidades
de la Iglesia como comunión de los bautizados en Cristo. Sin embargo, nos damos
cuenta que es realmente imposible hacer esta distinción. El análisis nos mostró que el
testimonio que deben dar los Misioneros de los Santos Apóstoles en su compromiso
radical con el evangelio de Cristo, desde su carisma y su misión en la Iglesia y en el
172
mundo, es ante todo el de una vida cristiana acogida y asumida en la plena y auténtica
comunión con la persona de Cristo.
Por ello, la pérdida de identidad, la falta de amor y de justicia, la búsqueda de poder y
riquezas materiales, la miseria espiritual que se caracteriza por la falta de la lectura
orante y permanente de la Palabra de Dios, los múltiples conflictos y disensiones
consecuencias de la falta de comunión con Cristo, la falta de sinceridad e hipocresía y
otros elementos mencionados en nuestro trabajo, son todavía los desafíos que se
presentan tanto a los Misioneros de los santos Apóstoles como a la Iglesia en general,
lugar imprescindible para dar a conocer a Cristo en nuestro mundo.
La respuesta que nos propone el Himno frente a nuestra vocación cristiana y a los
desafíos de la misma, se dirige tanto a los Misioneros de los Santos Apóstoles como a
todo seguidor de Jesucristo sin ninguna distinción. La Carta a los Efesios se presenta,
entonces, como instrumento invaluable para un diálogo ecuménico que debe
fundamentase en la raíz del cristianismo: la comunión en y con Cristo.
173
CONCLUSIÓN
Al terminar nuestro trabajo, queremos ante todo manifestar nuestra alegría por los
resultados enriquecedores y sorprendentes que nos ha brindado esta “nueva mirada”
al texto bíblico cuya dinámica nos ha conducido a evidenciar el núcleo problémico de
nuestra salvación contenido en Ef 1, 3-14. Cabe señalar, que es la primera vez en la
historia de la investigación bíblica que se aplica dicho método al estudio de la Carta a
los Efesios bajo una perspectiva propiamente soteriológica, a través de la cual como
primer gran aporte pudimos comprobar que es la comunión en y con Cristo, hilo
conductor de la totalidad de la Carta.
Los cuatro pasos metodológicos nos ayudaron a evidenciar, interpretar, comprender y
comunicar a nuestros lectores el contenido dinámico y salvífico que el autor de la
Carta quiso dar a conocer a sus destinatarios bajo el requerimiento de la vida de
comunión con Cristo. El primer paso nos permitió identificar los dinamismos
salvíficos de Cristo presentes en el Himno y en la totalidad de la Carta y sus
respectivos campos semánticos significativos de cada una de las acciones, así como
las expresiones afines, los opuestos que muchas veces las originan y las otras
determinaciones que realzan su contenido en la dinámica del texto y su propio
contexto lingüístico. Este análisis tuvo en cuenta las relacionalidades entre Cristo
como agente, mediador, objeto, comunión y los beneficiarios quienes conducen al
contexto histórico y vital del Mensaje.
El análisis del segundo paso nos permitió evidenciar el trasfondo veterotestamentario
del pensamiento paulino sobre la comunión y su profunda e íntima relación con la
unidad así como la capacidad del autor de dar un nuevo sentido a los términos que
emplea. La escasez del empleo del término koinwni,a en el Antiguo Testamento, que
no se refiere a una relación directa entre Dios y el hombre, nos mostró la novedad de
la perspectiva neotestamentaria157
.
157
Se puede ver a propósito el análisis diacrónico hecho en el segundo paso de nuestro trabajo.
174
En el diálogo con teólogos y exegetas, en el que se reconocieron sus contribuciones y
límites, el tercer paso Hermenéutico Teológico comunica el gran aporte de nuestro
trabajo sobre el entretejido de la comunión, como hilo conductor de la Carta y
fundamento de la vida cristiana, con los distintos campos semánticos que la
significan y atraviesan de manera especial dentro del Himno, objeto de nuestra
investigación: Paz, Gracia, Amor, Elección, Predestinación, Perdón, entre otros.
A través del trabajo pudimos mostrar la solidez de nuestra interpretación con respecto
a la de los connotados hermeneutas consultados, quienes en muchas ocasiones, tal
vez, por no tener en cuenta el dinamismo soteriológico de la comunión que entreteje
el sentido teológico de la totalidad del texto, se quedan en análisis puntuales que no
alcanzan a ver aportes esenciales del mensaje que repercuten en la vida del creyente.
Con base en estos pasos fundamentales y analíticos, entramos en diálogo con la
realidad de la misión eclesial hoy, dando lugar a una “nueva manera” de leer e
interpretar el texto bíblico, con el fin de lograr una apropiación auténtica y vivencial
de la cual adolecen los autores consultados quienes se quedan en análisis científicos y
técnicos del texto que no alcanzan a tener una auténtica proyección. Al obtener una
real conciencia de nuestra identidad cristiana podemos vivirla en medio de un mundo
que pierde a velocidades vertiginosas su sentido.
A nivel de los propósitos iniciales que nos motivaron a realizar el estudio sobre el
Himno a los Efesios, este trabajo puede ser una contribución importante para el
avance de la investigación bíblica en relación a éste, y enriquecer el compromiso
comunitario y misionero de nuestra Sociedad de Vida Apostólica en el fortalecimiento
de la fe eclesial y en la vivencia del mensaje revelado. Esta “nueva manera” para leer
el texto bíblico no se encuentra reservada únicamente a teólogos y exégetas sino se
constituye en invitación a todos los creyentes para que puedan conocer, comprender,
175
apropiarse y vivir el Mensaje revelado en el Nuevo Testamento, desde una real y
profunda comunión con Cristo aconteciendo salvíficamente en sus vidas.
En un mundo marcado por el materialismo y la pérdida de identidad, aún se
encuentran personas sedientas de Dios, que lo buscan en las „noches‟ de sus vidas.
Para ellas, esta “nueva mirada” sobre el texto bíblico con los resultados que nos ha
brindado, puede ser un despertador y una fuerza esperanzadora que calme su sed de
salvación.
El mensaje bíblico es una riqueza inagotable, una experiencia vivida y transmitida
oralmente antes de ser escrita, que como Palabra Viva sigue siendo Mensaje actual
cuyo acontecer salvífico se hace presente en la realidad de toda persona o comunidad
creyente independientemente del espacio y del tiempo. Mensaje de Salvación que, de
generación en generación, se dirige a la persona humana de toda raza, nación, cultura
y condiciones sociales, porque Dios sigue aconteciendo en la vida de hombres y
mujeres de nuestro tiempo, por medio de su Hijo Jesucristo, en quien “nos ha
bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos; nos ha elegido en
él antes de la fundación del mundo y nos ha predestinado en él para ser sus hijos
adoptivos” (Ef 1, 3.4.5).
176
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