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La noche llegó rápidamente. Todos fueron a relajarse y a dormir.
«Chis…..¡Carolina, Victoria!» Una voz interrumpió la tranquilidad en el dormitorio.
Carolina se despertó, abrió los ojos y vio que estaba Alfonso. Asustada, Carolina
intentó gritar.
«Sólo quiero contados un"
secreto…. No os voy a hacer"
nada.»
«Alfonso, ¿qué hace usted aquí?»
preguntó"Victoria con voz
de dormida.
Ella también había sorprendido de ver a su viejo maestro.
«Carolina, Victoria, tenéis
que iros de este colegio…. Es
peligroso. Ahora no tengo tiempo de explicárselo
pero…cuando yo era joven, unos
alumnos me pidieron ayuda.
Carolina escuchó
atentamente a Alfonso. Ella
estaba alarmada al oír lo que
decía Alfonso.
Victoria escuchó atentamente
también. Ella estaba muy
confundida pero continuó
escuchando…
«Por favor, venid mañana a las diez al viejo
cementerio y os lo explicaré
todo.»
El viejo profesor les dijo con tanta insistencia que las chicas prometieron ir al cementerio.
Iván, Roque y Cayetano escucharon con atención a Carolina y Victoria, parecían en
choque por las noticias.
«¿Que el colegio es
peligroso? Y a las diez en el cementerio, ¿no?» exclamó
Iván.
Roque y Cayetano las miraron durante unos segundos, hasta que no pudieron aguantar
más la risa.
«¿Sois imbéciles?" Alfonso no es como vosotros» dijo Carolina.
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