La Palabra y La Creacio

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de Laura Guerrero Guadarrama

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    H ay personas que llegan al mundo con una misinsemejante al hroe de los cuentos de hadas, sufrenpenalidades, encuentran ayudantes, se les otorgandones, poderes o artificios para cumplir una misinque favorece a la comunidad humana. Hroes comostos son algunos grandes escritores que podemoscontar como patrimonio universal, personas quelograron el complejo compromiso de Despertar enotros seres humanos poderes, sueos que estn msall de los nuestros; inducir en otros el amor por loque nosotros amamos; hacer de nuestro presentei n te rior el futuro de ellos: sta es una triple ave n t u-ra que no se parece a ninguna otra. ( S te i n e rLecciones 173).

    Un gran maestro fue J. R. Tolkien quien al escribirsobre la potica de su obra nos deja una enorme lec-cin para todos los que buscamos contaminar delgoce pleno de la literatura, mundo inabarc a b l e,autntico y extraordinario que yace en los anaquelesde cualquier biblioteca . En So b re los cuentos de hadasel lingista ox fo riano que fue To l kien hace re fe rencia a lanaturaleza mgica de las palabras, esos instrumentosde la vida humana que atendemos con la mismacuriosidad con la que escuchamos el llamado de lospjaros o los cambios de la luz, no producen asom-bro, porque son una parte de la vida cotidiana y, sinembargo, su textura est hecha del origen mismo dela creacin.

    En el principio cre Dios los cielos y la tierra. Latierra era caos y confusin y oscuridad por encimadel abismo, y un viento de Dios aleteaba por encimade las aguas.

    Dijo Dios: Haya luz, y hubo luz. Vio Dios que laluz estaba bien, y apart Dios la luz de la oscuridad,y llam Dios a la luz da y a la oscuridad la llamnoche. Y atardeci y amaneci: da primero. (Gen1:1-2) (Cursivas personales)

    Las palabras son mate ria pura del alma humanaque la mente cristaliza en pensamiento s. Las palabrasnombran el mundo que nos rodea y nombran, tam-

    bin, nuestro cosmos inte ri o r, nos perm i ten observ a r-l o, admirarlo y compre n d e rl o. Y la imaginacin, moto rde la cre a t i v i d a d, perm i te mezclar elementos de larealidad circ u n d a n te para crear nuevas fo rm a s.

    El hombre se convierte en sub-creador. (Tolkien,34) y un escritor debe ser un atinado sub-creadorpara provocar en el lector esa confianza y aceptacindel texto, para construir un Mundo Secundario en elque tu mente puede entrar. Dentro de l, lo que serelata es verdad: est en consonancia con las leyesde ese mundo. Crees en l, pues, mientras ests, poras decirlo, dentro de l. Cuando surge la increduli-dad, el hechizo se quiebra: ha fallado la magia, o msbien el arte. (Tolkien, 50).

    La inve rosimilitud e incredulidad dev u e l ven al lec-tor al mundo pri m a rio para ver desde fuera ese otromundo secundario que ya le es ajeno.

    Pe ter Be rg e r, un pensador conte m p o r n e o, nosre c u e rda que existe una realidad dominante y subuni-versos o p a rcelas finitas de sign i f i c a d o (31), espaciosque se experimentan cuando el individuo e m i gr at r a n s i to ri a m e n te de la realidad pre d o m i n a n te de lavida cotidiana. (32) Al emigrar va hacia esas islas dee x p e riencia que vive como re a l e s, ya que tienen s up ropia connotacin de re a l i d a d(32), como ejemplosde estos subuniversos pone los sueos, el te a t ro, unae x p e riencia esttica intensa pro m ovida por el arte, lamsica o la literatura. Cada una de estas parcelas fini-tas de significado pro p o rcionan una experiencia dis-tinta, tienen una especial resonancia en el desarro l l ode la persona y se abandonan mediante un s a l to: l atransicin de un mundo al otro se experimenta comoun sobre s a l to (33) y lo que se ha experimentado esdifcil de traducir a los t rminos de otra parcela finitade significado o de la realidad pre d o m i n a n te : (32).

    As, la literatura es sub-c reacin humana, pro d u c-to de las palabras que se subyugan, seducen y trasto r-nan para crear grandes metforas para nombrarn u evos hori zo n te s, establecer norm a s, deslizar seres yp rovocar sucesos, escri tos con arte. Podemos decir

    LA PALABRA Y LA CREACIN PROMOVER LITERATURA PARA NIOS Y JVENES Dra. Laura Guerrero Guadarrama1Universidad Iberoamericana de Mxico

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    1 laura.guerrero@uia.mx

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  • LA FORMACIN DE LECTORES COMO SUSTENTO PARA LA IGUALDAD

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    e s to para la literatura de fantasa, pero tambin para larealista, pues como bien sealaba Bo rges: la lite r a t u r arealista es tan ficcin como la fantstica porq u eambas presentan acciones imitadas es decir, fingi d a s,f r a g u a d a s, las dos se construyen con la primitiva clari -dad de la magi a . ( Bo rges 230), simpata que p o s t u l aun vnculo inevitable entre cosas distante s ( Bo rg e s230) aunque se pre tenda reflejar la re a l i d a d.

    Jacqueline Held en su exc e l e n te trabajo sobre losnios y la literatura fantstica hace nfasis en que e lre l a to realista nos inte resa y nos conmueve quizp o rque nos re p resenta la re a l i d a d, pero adems porq u etoda realidad est amasada con sueos y es re c re a d apor el auto r. [] Todos los gneros son port a d o res delo imagi n a rio para quien sepa hacerlo surgi r. ( 2 0 )

    Georges Jean comenta que el autntico encan-tador es el narrador o la narradora de historias, sonellos quienes crean a la verdadera hada. Los demo-nios y las maravillas existen puesto que las palabrasque los dicen, los dicen. (70) y pugna por no aniquilarla vida imaginaria del nio. Una batalla que, a veces,parece perdida, por la preeminencia .de las lecturasi n fo rm a t i v a s, por el temor que algunos adulto stienen a la gratuidad y el goce de la literatura.Aspecto que tambin seala Jacqueline Held:

    Por qu asustarse si el nio suea o juega?Prueba sus nuevas fuerzas nos dice. Ejercita, poneen juego su imaginacin, como pone en juego susmsculos, o descubre y construye poco a poco losmecanismos lgicos. Pero, frente a este juego de loimaginario, el adulto se inquieta con facilidad, des-confa, est a la defensiva. [] Ver al nio soar gra-tuitamente, fuera de las normas, por simple placer,es ms p e rt u rb a d o r para muchos adulto s, auncuando no tengan conciencia de que es esa gr a t u i d a dla causa de su inquietud. (33-34).

    Cuando hablamos de pro m over literatura paranios y jvenes hablamos de este tipo de construc-cin artstica en donde la palabra es el motor clave, elp u n to de partida, con todo su carg a m e n to estilstico,sus objetos re p re s e n t a d o s, deseos, sueos y te m o re s.Hablamos de este arte que nos construye y mov i l i z an u e s t ro pensamiento hacia nuevas experiencias quevan ayudndonos en la confo rmacin de nuestra per-sona. As el primer paso es descubrir lo lite r a ri o, selec-cionar bien, como cuando escogemos los frijoles o lasl e n te j a s, dejar slo las buenas semillas, sacar lo que,d e f i n i t i v a m e n te no es lite r a ri o, aunque se le pare zc a ,quitar la tierra, las piedras, las hojas, aunque nosquedemos con poco mate rial para trabajar.

    El intermediario, ese promotor en la familia, en laescuela, en las editoriales, en las publicaciones ymedios, tiene un papel clave en la LIJ y debe pre-pararse para cumplirlo.

    Todos vamos afinando nuestras compete n c i a sl e ctoras con el ejercicio cr t i c o, y en este ejercicio dis-frutamos ms y profundizamos mejor. Si quere m o sfomentar la lectura de la literatura hay que leer muchoy ponerle corazn y cabeza al asunto. No se trata deun oficio sencillo, cmodo o fcil. Ni siquiera para losp a d res de familia, si algo vale la pena tenemos queh a c e rlo con pasin, debemos ente r a rnos de las cosasque nos inte resan, preguntar y buscar apoyo en lose x p e rto s. So b re to d o, debemos conve rt i rnos en lec-to res asiduos y conve n c i d o s. Leer te xtos impre s o s,saber descubrir sus significados y saber dar cuenta delo que sealan es el inicio de una prctica de vida.Vamos a leer con igual cuidado y exigencia la te l e-visin, el cine, el te a t ro, el peri d i c o, los discursos delos polticos y a educar para la cri t i c i d a d, para lademocracia y la libert a d. El camino empieza con no-s o t ros mismos, muchos vamos a decir lo mismo,p o rque es una ve rdad enorme que el pueblo re p i te :se ensea con el ejemplo.

    Es verdad que existen muchos caminos hacia lapreparacin en el campo de la literatura, est la his-toria, la teora y la crtica, tres reas que nos ayudan aver el fenmeno con herramientas de la misma dis-ciplina, dentro de estas vas nosotros proponemosformar promotores hermeneutas que permitan laformacin de nios hermeneutas y en eso estamosdesde el ao 2000.

    La hermenutica es una actividad que le pregun-ta al texto y encuentra en l las respuestas, es la cien-cia de la interpretacin que nos lleva a interpre-tarnos a nosotros mismos as como al mundo quenos rodea. El texto es como un mediador entre ellector y su mundo(Valds XV) interpretarlo nos con-duce hacia la lectura de lo que se encuentra entrelneas y nos permite ver ms all de lo aparente, delo explcito, para descubrir lo que se sugiere y some-terlo al debate de los intrpretes. Una lectura, de unlector, no agota un texto literario, es la provocacinpara que el otro construya conmigo. Refiguramos eltexto cuando hablamos o escribimos sobre la expe-riencia de la configuracin. (Valds XV) se facilita eldilogo sobre la obra, la construccin solidaria: [ ]la tarea de un arte de la inte rp retacin, comparada ala de la argumentacin, no es tanto hacer prev a l e c e runa opinin sobre otra como permitir que un te xtosignifique todo lo que pueda, no que signifique una

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    cosa en lugar de otra, sino que s i gnifique ms y, as,que haga pensar ms [] Tambin la herm e n u t i c areclama la imaginacin pro d u ctiva en su exigencia deun a c re ce n t a m i e n to de sentidos [] Me gustara decirque la funcin de la inte rp retacin no slo consiste enhacer que un te xto signifique otra cosa, ni incluso ques i gnifique todo lo que puede y que siempre sign i f i q u ems para re tomar las expresiones ante ri o res-, sino endesplegar lo que llamo el mundo del te xto. ( Ri c o e u r, In te rp retacin 134-137).

    Un mundo del te xto que entra n e c e s a ri a m e n teen colisin con el mundo re a l, para re h a c e rlo; sea quelo confirm e, sea que lo niegue. ( Ricoeur Ac e rc a21). Elmundo pre p o n d e r a n te y el creado por el escri tor sevinculan, la obra lite r a ria tiene como re fe re n c i a l i d a dn e c e s a ria este mundo en el cual vivimos, es su gr a nm e t fora y sobre ella se dialoga.

    Aunque la hermenutica no es un mtodo detrabajo, parte del conocimiento del texto, hay quesaber dar cuenta de l, de su configuracin, de laspartes que lo conforman, el lenguaje utilizado, unanlisis que no tiene por qu convertirse en un ele-mento rido sino en un proceso de descubrimiento.Nosotros le preguntamos al texto y en l encon-tramos las respuestas. La doctora Gloria Prado, granh e rmeneuta mexicana, sugi e re en su vo l u m e n :Creacin, recepcin y efecto que la lectura y el anli-sis del texto, saber qu se dice y cmo se dice (34)sera un primer momento del trabajo, despus ven-dra la Interpretacin del contenido latente y lareflexin hermenutica que nos lleva a unaapropiacin sobre nosotros mismos por qu inter-pret como interpret? (Prado, 34)

    No se trata de que sometamos a los nios y niasal proceso como si fuera un examen de compre n s i nde la lectura, se tiene que ser inte rm e d i a rio y conducirel dilogo para buscar ese significado que los llama yhace resonancia en su inte ri o r, lo que todos conoce-mos como un aprendizaje sign i f i c a t i vo, anclado enn u e s t ro inte ri o r. Muy pro n to ellos buscarn lasrespuestas y darn cuenta de lo descubierto.

    Si pensamos en la hermenutica como el grancaparazn de nuestra tarea podemos idear activi-dades y ejercicios que faciliten la reflexin pro-moviendo el goce y el placer esttico. Barthes noshabla de ser comentaristas del placer, y ofrecer unaidntica o semejante intensidad con nuestra palabraa la intensidad del texto: no se puede hablar deltexto, slo se puede hablar en l a su manera, entraren un plagio desenfrenado (36).

    Ge o rge Ste i n e r, otro gran maestro de nuestro tiem-p o, ha dicho que La crtica lite r a ria debera surgir deuna deuda de amor. De un modo ev i d e n te y sin embar-go miste ri o s o, el poema, el drama o la novela seapoderan de nuestra imaginacin. Al te rminar de leeruna obra no somos los mismos que cuando lae m p e z a m o s. ( S teiner To l s ti, 13). Es as porque la lite r a -tura tiene un poder transfo rmador inquietante y bus-camos compartir a otros nuestra experienciad e s e a ramos conve n c e rlos de que se abrieran a ella.( S teiner To l s toi, 13). Es este esfuerzo el que nos lleva aafinar nuestras herr a m i e n t a s, nos conduce a la inve s t i-gacin activa, a perfeccionar nuestro trabajo comoi n te rm e d i a rios para mostrar a los nios y jvenes como:

    Las grandes obras de arte nos atraviesan comograndes rfagas que abren las puertas de la percep-cin y arremeten contra la arquitectura de nuestrascreencias con sus poderes transformadores. (SteinerTolstoi, 13)

    B I B L I O G RA F A :

    Barthes, Roland. El placer del texto y Leccin inaugu-ral. 1973. Mxico: S XXI, 1982.

    Berger, Peter L. Risa redentora: La dimensin cmicade la experiencia humana. Barcelona: Kairs, 1999.

    Bo rg e s, Jorge Lu i s... Obras co m p l e t a s. Vo l. 1.Barcelona: Emec, 1996.

    Held, Jacqueline. Los nios y la literatura fantstica.Funcin y poder de lo imagi n a ri o. 1977. Barce l o n a :Paids, 1981.

    Jean, Ge o rg e s. Los senderos de la imagi n a c i ninfantil. Los cuentos, los poemas, la realidad. 1979. Bre-viarios 514, Mxico: FCE, 1994.

    Pra d o, Gloria. Creacin, re cepcin y efe cto. Unaaproximacin hermenutica a la obra literaria. Mxico:Diana, 1992.

    Ri co e u r, Pa u l. Inte rp re t a c i n Indagaciones Her-menuticas 117-122

    Steiner, George. Tolsti o Dostoievski. 1959. Biblio-teca de Ensayo. Madrid: Siruela, 2002.

    Lecciones de los maestros. Mxico: col. Tezontle,FCE, 2004.

    Tolkien, J. R. R.Sobre los cuentos de hadas rbol yhoja y el poema Mitopoeia. 1964. Barcelona: Minotauro,1994. 13-100.

    Valds, Mario Coord. Con Paul Ricoeur. Indagacioneshermenuticas. Azul. Barcelona: Monte vila EditoresLatinoamericanos, 2000.

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