LA PRIORIDAD PASTORAL DE LA DIÓCESIS DE QUERÉTARO EN EL 2012

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LA PRIORIDAD PASTORAL DE LA

DIÓCESIS DE QUERÉTARO

EN EL 2012

ORACIÓN DEL DISCÍPULO MISIONERO(Para reencontrar el sentido de la vida personal y social)Señor Jesucristo, Camino, Verdad y Vida,rostro humano de DiosY rostro divino del hombre,enciende en nuestros corazonesel amor al Padre que esta en el cieloy la alegría de ser cristianos.Ven a nuestro encuentroy guía nuestros pasos para seguirte y amarteen la comunión de tu Iglesia,celebrando y viviendo el Don de la Eucaristía,cargando con nuestra cruz y urgidos por tu envío.Danos siempre el fuego de tu Santo Espíritu,que ilumine nuestras mentesy despierte entre nosotrosel deseo de contemplarte,el amor a los hermanos,sobre todo a los afligidosy el ardor por anunciarteal inicio de este siglo.Discípulos y misioneros tuyosqueremos remar mar adentro, para que nuestros pueblostengan en ti vida abundante,y con solidaridad construyanla fraternidad y la paz.Señor Jesús, ¡Ven y envíanos!María Madre de la Iglesia, ruega por nosotros. Amen

Benedicto XVI

REALIDAD:

Ante la experiencia del fracaso, los imprevistos que se nos presentan en la vida, las dificultades y los problemas, surge el desconcierto y desánimo.

El hombre como ser racional e inteligente busca el sentido a su vida. Siempre se ha cuestionado sobre su existencia:

¿Quién soy?

¿Por qué estoy aquí?

¿Qué hay después de esta vida? ¿Cuál es el sentido de vivir?

Más aún la única certeza es que un día morirá.

La muerte le asusta, le da pavor, prefiere burlarse de ella con canciones, poesía o figuras, para no enfrentarla ni prepararse al buen morir.

El hombre no sabe vivir y menos sabrá morir.

Otras ocasiones apenas sobre vive por situaciones de primera necesidad, de enfermedad o soledad.

Más aún las propuestas de vida que se difunden en algunos medios de comunicación son parciales e inalcanzables.

Tenemos un acentuado

Materialismo, el placer por el placer (hedonismo), Y el egoísmo

en sus diversas expresiones van ofreciendo respuestas a nuestras necesidades pero no a todas.

Hay necesidades que no son satisfechas con lo que nos presenta la moda, nos llenamos de diversas experiencias; hartos de todo y llenos de nada.

Aparece el aburrimiento, el vacío, el tedio, el sin sentido de la vida.

Pensar es mucho esfuerzo y no reflexionamos ni en nosotros mismos. Sino leemos los libros, menos sabremos leer los signos de los tiempos.

Vivimos de recuerdos, o bien de la imaginación y de la fantasía presentes, sin proyectarnos al futuro; sin visión ni misión. No sabemos a dónde ir porque tampoco sabemos nuestro origen.

Estos hechos se ven más en los adolescentes y jóvenes, pero no es algo sólo de ellos. La falta de sentido personal y social es muchas veces porque nosotros no hemos presentado ni difundido el valor de la persona humana que se fundamenta en valores universales.

Incluso no hemos aprendido a usar los medios de comunicación y la tecnología para anunciar la Buena noticia del Evangelio, en algunos lugares seguimos con métodos anticuados.

Reencontrar el sentido de la vida es una prioridad diocesana que nos incluye a todas las comisiones y dimensiones de pastoral, a sacerdotes y laicos, consagrados

El objetivo no sólo para este año sino hasta el 2016 es el siguiente: “Anunciar y proponer a Cristo, Camino, Verdad y Vida como respuesta a la falta de sentido de la vida personal y social, promoviendo una cultura vocacional para redescubrir el llamado que Dios nos hace a la existencia, a la santidad, al discipulado y a la misión cada quien desde su propia libertad, vocación y originalidad”(PDP 282).

MISION:Anunciar y Proponer a Cristo Camino, Verdad y Vida es parte de la nueva evangelización.

Los desafíos pastorales que tenemos son los siguientes (PDP 258):

1.Fomentar la comunión y participación en la pastoral.

2.Promover una cultura vocacional.

3.Impulsar la oración permanente por las vocaciones.

4. Fortalecer los procesos de formación y acompañamiento de las vocaciones.

Sólo llegará la hora de Evangelizar si descubrimos que no hay misión (o misioneros) sin vocación (es decir, llamados por Dios) y sino brota toda vocación del encuentro con Cristo.

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