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La Visitación: pintura de Carlos de Foucauld
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ÍNDICE
Presentación …………..…..… 3
Itinerario de Carlos de Foucauld ………..… 5
La misericordia en la vida del Hno. Carlos…... 7
Carta abierta ……………………………… 9
¿Qué nos dices hoy? ……………………….. 11
La conformidad con Jesús ………………… 14
C. de Foucauld y los cristianos del s. XXI …… 16
Celebraciones del centenario…………………... 19
Noticias de la Región
Ceuta ……………………………………… 21
Madrid ……………………………………… 25
Málaga ……………………………………… 28
Otras noticias
Preparación del Capítulo …………………. 30
Encuentro sobre el trabajo …………………. 31
Época de cambios……..………………………... 32
Llegada a la Región ………………………… 33
Un libro ……………………………………... 34
Queridos amigos y amigas:
4
El centenario de la muerte del Hermano Carlos (Carlos de Foucauld) es
un aniversario que nos dice mucho. Su vida fue un don para nosotras y
para la Iglesia.
Recordemos las palabras del Papa Francisco:
“Tal vez como pocos, Carlos de Foucauld intuyó el alcance de la
espiritualidad que emana de Nazaret, fascinado por el misterio de la
Sagrada Familia, por la relación diaria de Jesús con sus padres y
vecinos, por su trabajo silencioso, por la oración humilde. Mirando a la
familia de Nazaret, el Hermano Carlos se dio cuenta de cuán estéril es
la avidez por las riquezas y el poder. Con el apostolado de la amistad se
hizo todo para todos… A través del acercamiento fraterno y solidario
hacia los más abandonados, comprendió que finalmente, son
precisamente ellos quienes nos evangelizan a nosotros, ayudándonos a
crecer en humanidad”.
Es importante para nosotras, porque como nos dijo Hermanita
Magdeleine:
“Fue a propósito que escogimos al hermano Carlos de Jesús como padre
y, de hecho él es nuestro fundador; aunque muriera solo y abandonado.
Ésta soledad y este abandono fue algo que le asemeja más con Cristo y
es también una fecunda simiente de vida”.
En esta ocasión tan especial para profundizar en el don precioso
de su vida y su mensaje, queremos compartir con vosotros algunos
testimonios que nos revelan su presencia entre nosotros.
Con la alegría de esta Navidad que se acerca y en la esperanza
de que el año 2017 sea para todos más semejante a lo que Dios sueña
para la humanidad, recibid un abrazo fraterno de las
hermanitas de España y Portugal
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SOBRE EL HERMANO CARLOS
(TESTIMONIOS DE ALGUNAS
HERMANITAS Y DE PERSONAS
AMIGAS)
6
ITINERARIO DE CARLOS DE
FOUCAULD, EL HERMANO
UNIVERSAL
Carlos de Foucauld nació en 1858 en Estrasburgo, en el este de Francia.
Huérfano de padre y madre a los cinco años, se fue a vivir con su abuelo
materno.
Tuvo una adolescencia difícil y acabó por perder
la fe. Se sumergió en una vida desenfrenada de placer,
pero en el fondo de su corazón sentía una gran tristeza y
vacío.
A los 22 años era ya oficial del ejército y fue
destinado a Argelia, en aquel tiempo colonia francesa. Poco después abandonó
el ejército y emprendió una arriesgada exploración de Marruecos. El
testimonio de fe de los musulmanes despertó en él un interrogante: ¿Será que
Dios existe?
De regreso a Francia, Carlos quedó conmovido por la acogida
afectuosa y discreta de su familia, profundamente cristiana. Inició un camino
de búsqueda y encontró providencialmente a un
sacerdote, Henri Huvelin, que fue para él un padre y
un amigo. En octubre de 1886, a los 28 años, se
convierte y toda su vida se transforma.
A partir de ese momento quiso entregar su
vida a Dios. Una peregrinación a Tierra Santa le reveló
el rostro de Jesús de Nazaret que le fascinó y, desde
entonces, procurará seguirle. Quiere imitar a ese
“Dios, obrero en Nazaret”. Empezó por pasar siete
años en un monasterio de la Trapa, y después cuatro en Nazaret, como
ermitaño en una barraca junto al convento de las monjas Clarisas.
Progresivamente va descubriendo que seguir a Jesús y amarlo
7
apasionadamente es hacerse, como él, cercano a los que están lejos, a los más
abandonados.
Ordenado sacerdote en 1901, se fue a Argelia y se estableció en Beni-
Abbès, donde su casa tenía la puerta siempre abierta a todos los que llegaban.
Viendo la situación de los habitantes del país, denuncia la injusticia y la
esclavitud: “No tenemos derecho a ser centinelas dormidos, perros mudos, o
pastores indiferentes”.
Habiendo oído hablar de los
tuaregs, un pueblo situado aún
mucho más al sur, se va a vivir
entre ellos, solo, indefenso,
confiando en la palabra de los que
le dan hospitalidad.
Estudia su lengua y
emprende un gran trabajo
lingüístico: además de hacer un
diccionario tuareg-francés, transcribe millares de poemas que la gente cantaba
y que corrían el riesgo de perderse.
Nunca procuró convertir a nadie, tan solo amar. Éste
era el camino que descubrió para decirles quien era su
Dios.
En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y la
violencia llegó también a las colonias francesas.
Carlos murió el día 1 de diciembre de 1916, en
Tamanrasset, asesinado, solo porque quiso
permanecer hasta el fin junto a sus amigos.
8
La misericordia en la vida del
Hermano Carlos
Estamos terminando el año de la
Misericordia, proclamado por el Papa
Francisco y, al mismo tiempo, el centenario
de la muerte del Hermano Carlos de Jesús.
Me conmovió mucho constatar como el Hno.
Carlos, ya en su tiempo, vivió
profundamente sumergido en la misericordia
de Dios. ¿Cómo?
Aún adolescente, Carlos había
rechazado una cierta imagen de Dios y
pensaba haber perdido definitivamente la fe.
Pero después de su estancia en Marruecos,
impresionado por el testimonio de oración de
los musulmanes y también por el de una
persona de su familia, empieza un camino de búsqueda: “Empecé a ir a la
iglesia, sin creer. Pasaba largas horas repitiendo: Dios mío, si existes, haz que
te conozca”.
Lo que caracterizó el encuentro de Carlos con Dios fue, en primer
lugar, la acogida del P. Huvelin, que fue capaz de lanzarlo en los brazos de la
Misericordia de Dios. Comprendió que ese joven era un pobre que tenía sed de
Dios, por esto se negó a “discutir con él sobre religión” y lo mandó a beber a
la fuente: reconciliarse con Dios y comulgar. Este fue, para el Hermano
Carlos, el encuentro con el Dios vivo que lo marcó para toda la vida.
Fue una experiencia de “paz infinita y luz radiante”, como el hijo
pródigo encuentra en el perdón al Padre que lo invita a la fiesta.
¿No fue este mismo mensaje el que nos quiso transmitir el Papa
Francisco a lo largo de este año? “Espero que la indulgencia jubilar llegue a
cada uno como una experiencia genuina de la misericordia de Dios, que va al
9
encuentro de todos como el Padre que acoge y perdona, olvidando
completamente el pecado cometido”.
Impresiona en el Hermano Carlos el hecho de que, después de este
encuentro con el Padre, nunca más se encerró en sí mismo sino que, a lo largo
de los años, siempre tuvo un canto de acción de gracias al recordar aquel
abrazo misericordioso.
La experiencia de la misericordia de Dios nos ayuda a tener un
corazón misericordioso que sea capaz, a su vez, de perdonar.
A partir de este descubrimiento, Carlos se abre cada vez más al amor
hacia los hermanos.
“La vida de Nazaret tengo que vivirla
no ya en Tierra Santa que tanto amo, sino en
medio de las almas más enfermas, de las
ovejas más abandonadas. No debo presentar
este banquete divino a los hermanos ni a los
familiares ni a los vecinos ricos sino sobre
todo a los cojos, ciegos, a los pobres, a las
almas más abandonadas.
Desde Tamanrasset escribe a un
amigo protestante: “Estoy seguro de que
Dios acogerá en el cielo a los que hayan sido
buenos y honrados, sin que sea necesario ser
católico romano. Usted es protestante, otros
no creen, y los tuareg son musulmanes.
Tengo la certeza que Dios nos recibirá a todos, si lo merecemos.”
El amor de Dios para cada uno de nosotros es inmenso. Él es el buen
Pastor que busca la oveja perdida, y nos acogerá en sus brazos como un Padre
acoge a sus hijos, a pesar de nuestras debilidades.
En este mundo nuestro, marcado por guerras, violencias, indiferencias,
el Hermano Carlos nos llama a ser portadores de la ternura de Dios para todos
los que encontramos en nuestro camino, a trabajar para crear lazos de amistad
y de fraternidad entre personas de diferentes culturas y religiones.
Hermanita Viviana María
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CARTA ABIERTA AL
HERMANO CARLOS
Querido Hermano Carlos:
Acordándome del centenario de tu muerte, se me ocurrió escribirte
una carta.
Te conocí cuando era joven, leyendo
el libro “En el corazón de las masas”, del P.
Voillaume, donde encontré tu espiritualidad y
radicalidad de vida. Me fascinaron de tal
manera que me llevó tiempo decidirme a
seguirte con miedo de no ser capaz de
vivirlas. Acabé por dar el “salto”, entrando en
la congregación de las Hermanitas de Jesús.
Así empezó mi aventura, consagrándome a un
Dios sorprendente que tuvo la audacia de
hacerse uno de nosotros en Jesús de Nazaret.
Fue por este mismo Jesús que tú te
apasionaste. Lo hiciste todo para imitar su vida, leyendo y releyendo,
meditando y contemplando la belleza de su Palabra.
Viví en una chabola del Barrio de Curraleira en Lisboa, y trabajé una
temporada en una fábrica de chocolates. En Marinha Grande tuve una
experiencia en un taller de vidrio; pasé varios años en São Romão. Como las
otras hermanitas trabajaban en fábricas, yo me quedaba más en casa, pero
también lo hacía algunas horas como limpiadora.
Ahora estoy con otras dos hermanitas en el Barrio Social de Quinta da
Fonte, cerca de Lisboa, donde fueron realojadas muchas personas, sobre todo
africanos y gitanos. Nos acogieron bien y poco a poco fue naciendo una
verdadera amistad, con lo cual vivimos la experiencia de que las diferencias
son una riqueza cuando somos capaces de respetarlas y de dialogar. Encuentro
11
a personas llenas de cualidades que me enseñan muchas cosas. Aprecio sobre
todo su fe, que les da valor y fuerza para luchar y vencer las dificultades.
Ya jubilada, ahora tengo más libertad para dedicarme a los vecinos, a
través de una amistad
gratuita e
incondicional,
siguiendo a Jesús que,
a lo largo de su vida,
dio preferencia a los
más pobres, a los
excluidos. Así, visito a
personas ancianas,
acompaño a algunas a
los hospitales, les
ayudo a arreglar sus
papeles, comparto las
penas y las alegrías del
pueblo…
¡Soy una mujer feliz! ¡Gracias, Hermano Carlos!
Tu hermanita… y de Jesús,
Maria do Carmo
Hermanita Maria do Carmo con dos vecinas
12
QUÉ NOS DICES HOY, CIEN
AÑOS DESPUÉS DE TU
MUERTE?
El hermano Carlos nos dejó un mensaje inolvidable que los años no
pueden borrar.
Después de su conversión, la experiencia del misterio de Nazaret
provocó en él tal inquietud, que llegó a ser su razón de existir: “Qué sed tengo
de vivir por fin esta vida que busco hace siete años. Que entreví, presentí, al
recorrer las calles de Nazaret, que pisaron los pies de Jesús, pobre trabajador”.
“Dios hecho hombre tomó de tal manera el último lugar que nadie se lo puede
quitar”.
Carlos encontró la respuesta a su sed de Dios en Jesús de Nazaret, que
se hizo hombre, que vivió día a día como la mayor parte de las personas de su
pueblo y de tal modo se identificó con ellos que más tarde, cuando empezó su
vida pública, los galileos al oírle decían sorprendidos y extrañados: “¿No es
este el hijo del carpintero?”
Jesús se formó en Nazaret, en la
escuela de la gente sencilla, en contacto con
su pueblo; creció “en edad, sabiduría y
gracia” a través de sus relaciones de familia,
de pueblo, de trabajo, observando la vida y la
naturaleza, escuchando, recogiendo las
reservas de su fe: “Te bendigo, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque escondiste
estas cosas a los sabios e inteligentes y las
revelaste a los pequeños”.
El hermano Carlos descubrió en la
encarnación el amor que Dios tiene hacia los
hombres. Hablando de sus amigos del
Nazaret: pintura de Carlos de Foucauld
13
desierto escribió: “Estoy aquí no para convencer a los tuaregs sino para
intentar comprenderles. Hay que crear un clima de confianza, llegar a ser
amigos, ayudarles en las pequeñas cosas”.
Cuando estuvo gravemente enfermo y los tuaregs lo salvaron,
comprendió que la verdadera amistad requiere una reciprocidad. En ese
momento escribió: “No acierto a expresar lo
buenos que son conmigo”.
Su único deseo era ser todo de Dios y del
prójimo por amor, sobre todo hacia los más
abandonados, para construir un mundo de
hermanos.
Escribe: “Señor, para salvarnos viniste a
nosotros, mezclándote con nosotros, viviendo con
nosotros en un contacto familiar, desde la
Anunciación a la Ascensión. El Hijo de Dios que
se nos revela es el humilde y pobre habitante de
Nazaret”, Jesús que asume hasta el fin esa
situación de hombre del pueblo, y esto hasta la
muerte.
También él quería ser “el hermano de
todos” permaneciendo fiel a su amistad con el
pueblo tuareg, hasta el fin.
En la vida del hermano Carlos hay materia para vivir la vocación al
amor universal, a la que son llamados todos los cristianos. Mucho se puede
hacer, según su espiritualidad, para el bien de los que viven olvidados en las
periferias. Siguiéndole a él, cristianos de todos los países y culturas oyeron y
oyen la misma llamada. Así nacieron las fraternidades de sacerdotes,
religiosos y laicos que forman la familia espiritual de Carlos de Jesús.
HERMANO CARLOS ¿CÓMO HACEMOS FRUCTIFICAR TU
HERENCIA?
Nazaret no fue para Jesús ni para el hermano Carlos un lugar de paso
sino de residencia. Siguiendo sus pasos, también nosotras, hermanitas de
14
Jesús, vivimos en el barrio de Chelas en Lisboa. Es un lugar que nos permite
vivir al lado de la gente, compartiendo su realidad. Requiere una actitud de
disponibilidad y de escucha para que pueda existir una acogida sencilla hacia
aquellos que nos rodean.
Vivir el Evangelio en el barrio de Chelas es para nosotras hoy ante
todo encarnar la manera de vivir de la Familia de Nazaret: vida escondida,
rutinaria y común, como la de la mayoría de la gente. Procuramos ir al
encuentro de los que nos rodean a partir de la intimidad con Jesús en la
Eucaristía.
Los pobres y los pequeños, los que no tienen nombre ni influencia,
están en el centro de nuestra vida y son ellos quienes muchas veces nos
evangelizan. No sin emoción recuerdo una conversación con uno de nuestros
amigos. Una vez que le hacía una visita se empeñó en enseñarme un crucifijo
que había recogido de la basura. Después me dijo: “¡Este es uno que fue como
yo y yo un día voy a ser como Él!”
Hoy, como cien años atrás, el hermano Carlos continúa presente en la Iglesia y
en el mundo, ayudándonos a redescubrir a Jesús vivo en medio de nosotros.
Hermanita Aida Maria
Las hermanitas Aida María, Viviana y Madeleine-Sophie, con dos amigos
del barrio de Chelas
15
LA IDENTIFICACIÓN CON
JESÚS A partir del momento de su encuentro con Dios, Carlos de Foucauld sintió que
sólo podía vivir para Él, afirmando que su vocación religiosa había nacido al
mismo tiempo que su fe.
Toda su vida fue una búsqueda incansable de la voluntad de Dios, de
vivir en conformidad con Jesús a quien siguió amorosamente hasta el fin.
A lo largo de su recorrido de
identificación con Jesús entendió que la única
manera de parecerse más a Él sería ponerse en
el último lugar, hacerse todo para todos, y lo
descubrió intensamente en sus largos ratos de
adoración, contemplando la presencia de Jesús
en la Eucaristía en forma de pan, de alimento
para todos, don permanente y constante de su
inmenso Amor por los hombres.
El hermano Carlos vivió tan profunda e
íntimamente esta presencia real y vivificadora de Jesús en la Eucaristía que
intuyó que esta presencia se encontraba de la misma forma viva y real en cada
ser humano. Como consecuencia de esta experiencia, después de ser ordenado
sacerdote en 1901 deja Tierra Santa y se va a vivir a Beni-Abbès, en Argelia,
donde construye una ermita, espacio de recogimiento y de oración, pero con la
particularidad de tener siempre las puertas abiertas para acoger a las personas
de paso por aquella región, sobre todo los más pobres y los esclavos, pues
decía: “Quiero acostumbrar a todos los habitantes, sean cristianos,
musulmanes o judíos, a ver en mí al hermano universal… empiezan a llamar
la casa „fraternidad‟ ”.
Desde entonces el hermano Carlos se transforma en un verdadero
hermano universal, se hace todo para todos y llega a estar de tal modo
solicitado por todos los que pasaban por su ermita, respondiendo a sus
necesidades, que muchas veces no tenía tiempo para la oración personal ni
para comer.
16
La frase de Jesús ``todo lo que hacéis a uno de estos pequeñuelos, a mí
lo hacéis`` se volvió el
lema de su vida.
Recorriendo esta senda
del amor a Dios y a sus
hermanos, partió hacia
el Hoggar, lugar más al
sur de Argelia, con el
anhelo de acercarse aún
más a los que se
encontraban más
desprovistos de todo, y
allí estableció una
verdadera fraternidad,
pues estaba convencido
de que su apostolado debía ser el de la bondad y el de la presencia amorosa de
Jesús entre los suyos.
En el mundo actual, en este
contexto social en que nos confrontamos
cada vez más con las más diversas
realidades interculturales, este ejemplo de
fraternidad, de bondad, de acogida y de
compartir vividos hasta el extremo por el
hermano Carlos es una llamada a nuestra
existencia cristiana, ya que él mismo
afirmaba: ``Todo cristiano debe ver en
cada ser humano un hermano querido y
tener para él los mismos sentimientos del
corazón de Jesús``.
Teresa Arthanius
En Tamanrasset, con un grupo de tuareg
17
Carlos de Foucauld y los cristianos
del siglo XXI
Como laica, encuentro en la vida del hermano Carlos la llamada universal
dirigida a todos los bautizados a vivir unidos a Dios y a perfeccionarnos en un
camino de santidad.
Forja este recorrido espiritual en la relación íntima e interpersonal con
Dios, en el “tú a tú” con todas las personas de la Sagrada Familia. Lo que es
transversal a toda su vida y lo que en definitiva más parece marcarlo es esta
experiencia de “encuentro”. Para él, Dios no es una idea, sino una persona que
hay que encontrar.
Desde el momento de su conversión es un hombre totalmente
cautivado, totalmente entregado. No es un cristiano tibio, un hombre a medias.
Es un cristiano íntegro, que vive con intensidad la experiencia cristiana y hace
de ella fuerza y orientación para la vida.
A Carlos, la vida cristiana, la
unión a Dios, no se le impone como una
obligación, sino como una necesidad de
amor. Como él mismo expresa, “cuando
creí que había un Dios, comprendí que
no podía hacer otra cosa sino vivir solo
para Él”.
Los años que siguieron a su
conversión, los pasó de rodillas delante
de Jesús, en profunda contemplación.
Dedicó horas, días, años de vida, al
conocimiento y la meditación de la
Palabra de Dios. Su objetivo principal
era evaluar y discernir el modo de
repetir en su propia vida, la vida
humana de Dios, tal era la necesidad de conformidad, de identificación con la
persona de Jesús.
Sagrado Corazón pintado por Carlos en la capilla de Beni-Abbès
18
Esta búsqueda, no estuvo en modo alguno desenraizada, ajena a la
vida de los hombres, sino descubierta en el encuentro diario con ellos. Su
oración cotidiana los tenía siempre presentes.
Su más íntimo deseo era que el Espíritu Santo fuese luz y guía de
todas sus decisiones y opciones de vida. Es de tal modo dócil al Espíritu, que
deja que Dios le altere los planes en función de las necesidades reales, no sin
tener que luchar para vencer ciertos escrúpulos y no sin necesidad de dejarse
transformar. En lo íntimo de sí mismo, confrontado con la Palabra y el
ejemplo de Jesús se abandona a la voluntad de Dios. Aprende a ver a Cristo en
cada ser humano, a reconocerlo en los más pobres y abandonados, a desear
“hacerse „próximo‟ a los que están más apartados”.
Transfigurado por la experiencia de Dios, llega a ser un hombre
unificado, cristificado, que hace de su propia vida su apostolado. Según él, “se
puede hacer mucho bien a los hombres, un bien
muy grande, un bien infinito y divino, sin
pronunciar siquiera una palabra, sin pronunciar
un único sermón, sin el menor ruido, en absoluto
silencio”. Identifica así su forma específica de
anuncio del Evangelio: “Mi apostolado debe ser
el de la bondad; al verme deben poder decir: „si
este hombre es tan bueno, su religión debe ser
buena‟ (...)” y “Quien me diera ser lo bastante
bueno para que pudieran decir: „Si el siervo es
así, ¿cómo será el Señor?‟»”. Paulatinamente,
Carlos desciende, se vuelve “accesible y
pequeño”, convencido de que Jesús habita
realmente en cada hombre, tanto como en la
Eucaristía.
La palabra de Jesús: “Todo lo que hagáis
a uno de estos más pequeños es a mí a quien lo
hacéis” fue para él una idea transformadora.
En esta unidad de vida, en actitud de disponibilidad y apertura al Espíritu,
Carlos abre un nuevo camino. Descubre una nueva dimensión de la vida
religiosa que expresa de este modo: “Es el amor que debe recogerte en Mí y
19
no el alejamiento de mis hijos. Veme en ellos y, como Yo en Nazaret, vive
cerca de ellos, perdido en Dios”.
A propósito de esta íntima comunión, sabe que Jesús dijo: “Quien
permanece en Mí y Yo en él, dará mucho fruto, pues, sin Mí, nada podéis
hacer”. Está convencido que “Dios ayuda siempre a los que le sirven. Dios
nunca falta a los hombres, es el hombre que falta muchas veces a Dios”.
Así fue con Carlos de Foucauld.
De la simiente lanzada en él
surgió después de su muerte una
familia numerosa de religiosos y
religiosas, sacerdotes y laicos,
inspirados en su experiencia. Él
mismo, al reconocer su vida
aparentemente escondida, vio
crecer una certeza en el corazón:
“Si el grano de trigo, caído en la
tierra, no muere se queda solo,
pero, si muere da mucho fruto”.
Así interpreto yo la vida de este hombre, ahora reconocido por la
Iglesia como beato Carlos de Foucauld: la escucha atenta con que acogió la
Palabra revelada por el Espíritu, fue lo que hizo de él lo que hoy es y
representa para todos nosotros cristianos. Él mismo no sabía ni podía adivinar
donde lo conducía Dios; tan sólo seguía, sin conocer los pormenores del
camino, confiando en Aquél que un día lo escogió, llamó y envió.
Fernanda Batista
20
Celebraciones del Centenario
En las distintas fraternidades se han realizado actos especiales para dar a
conocer al Hermano Carlos con ocasión del centenario de su muerte.
Hablamos de su vida en grupos parroquiales, de jóvenes y de personas que se
preparan al bautismo o a la confirmación y escribimos algunos artículos para
revistas. También tuvimos la ocasión de compartir sobre él en un Instituto de
Pastoral.
Tuvimos un día de “puertas abiertas” y varias charlas sobre su persona
y su espiritualidad, todo esto en colaboración con los diversos grupos de la
“Familia Foucauld”.
Con la ocasión del Centenario
del Hermano Carlos, se organizó una
marcha hacia Taizé para jóvenes de
Europa, de la familia espiritual y
otros. Fue un tiempo intenso y, para
muchos, un momento estremecedor de
fraternidad. Al llegar a Taizé eran 85
y representaban 21 nacionalidades.
Por las mañanas seguían el ritmo propuesto por los monjes, y las tardes eran
“Foucauld”.
El 12 de noviembre se celebró una Eucaristía de acción de gracias en
Chelas (Lisboa), presidida por el Cardenal de Lisboa, con varios
concelebrantes, entre ellos el asistente general de los franciscanos de nuestra
parroquia.
En el día aniversario de su muerte, 1º de diciembre, se celebrará una
Eucaristía en muchas ciudades, y del 8 al 11 de diciembre tendremos en Ávila
una Asamblea de todos los amigos de Carlos de Foucauld.
Cuando recibáis el Boletín ya estará terminado el año del centenario,
pero al cerrar la edición no se han realizado aun estos últimos actos, ya os
hablaremos de ellos el año próximo.
Hacia Taizé…
21
Noticias de la Región
ESPAÑA-PORTUGAL
22
Ceuta
En este año de la Misericordia hemos podido vivir con algunos amigos y otras
hermanitas, una especie de peregrinación en esta tierra de Ceuta. “Ceuta,
ciudad autónoma de frontera entre Marruecos y España, separa dos
continentes: África y Europa, dos mundos: el norte opulento y el sur
empobrecido, África y Europa se mezclan” (Pietro Soddu).
Con Jesús, que es el Buen Pastor, la Puerta, emprendemos un camino de
contemplación. “Quítate las
sandalias de los pies porque la
tierra que pisas es tierra santa” (Ex
3,5). Pasamos algunas puertas
santas: el CETI (Centro de
Internamiento temporal para
extranjeros), el mar, la playa, el
cementerio, la frontera de El Tarajal,
Benzú (junto a la valla).
*** Vamos al CETI cada semana. Por la mañana, antes de salir, en la oración
comunitaria confiamos esta peregrinación… ir al encuentro del otro a lo largo
del camino. Dios va con su pueblo, Jesús dice “Yo soy el camino”.
Encontramos tantos muchachos que van al curso de español, que van a trabajar
aparcando coches o en las puertas de los supermercados ayudando a la gente y
recibiendo lo que cada persona les ofrece… Es una peregrinación de
encuentro, de pararse para intercambiar alguna palabra, un saludo. Entrar en el
CETI es como entrar en una catedral donde hay acogidos entre 500 y 800
jóvenes de África, Asia, Medio Oriente, cuántos rostros, cuántas historias
sagradas…
23
Encontrarse, escuchar, estar, compartir tomando un café y celebrar la
vida con pequeños gestos que tienen sabor de Eucaristía y pan partido: “Haced
esto en memoria mía”. Mientras una de nosotras estaba hablando con algunos
de ellos, otro estaba en su
habitación llorando porque había
recibido la noticia de la muerte de
su hermano de 25 años ahogado en
el Mediterráneo en una patera que
salió de Libia. Salió y dijo: he
reconocido tu voz y me he decidido
a levantarme, salir y poder
compartir el dolor que estoy
viviendo… estar lejos de la familia
sabiendo que mi hermano está en el fondo del mar y no podemos recuperar su
cuerpo me duele… El llanto es siempre una invocación, un grito diferente, una
manifestación del dolor incontenible. Hemos vivido su dolor estando cercanas
y rezando juntos.
Qué alegría y agradecimiento el gesto de un sacerdote de Ceuta que ha
venido con nosotras al CETI para conocer de cerca esta realidad. La alegría de
los jóvenes de recibir la visita de un sacerdote les ha dado vida, la ternura de la
Misericordia se ha hecho cercana.
*** Continuamos la peregrinación caminando por la arena a la orilla del mar,
admiramos la belleza del mar Mediterráneo, la salida del sol con su luz… en el
Océano Atlántico, miramos la puesta del sol con sus maravillosos colores.
Permanecemos en silencio contemplando la belleza de la creación y un himno
de alabanza surge de nuestro corazón y mirando más allá… pensamos en las
pateras cargadas de personas que se dirigen a Europa, también en estos días
cuántas tragedias en el mar… Cuando escuchamos a los amigos que han
vivido la travesía, a los que han tenido que nadar, a los que lo han conseguido,
a quien ha escuchado el grito del hermano que estaba ahogándose y no ha
conseguido salvarlo… ( cargar con este “grito” da un sentimiento de
culpabilidad a quien no ha tenido la fuerza de ayudar a un hermano en
dificultad), nuestra oración se hace súplica e intercesión…
24
Caminamos y llegamos al cementerio donde descansan tantos amigos,
rezamos, ponemos flores y pensamos en sus familias. Son pequeños gestos de
la vida que buscamos vivir con Jesús que es la Puerta, la Fuente y de cuyo
costado herido mana una corriente de Amor, de Ternura y Misericordia.
*** El Señor nos permite vivir así el agradecimiento, la reconciliación, que
todo se pacifique en nuestro interior… rezando con nuestros amigos africanos
y ceutís en Benzú, junto a la valla y al mar por donde tantos pasan y muchos
más aún lo intentan.
Hacer de la vida una Eucaristía lleva consigo vivir los pequeños gestos
cotidianos de unión, amistad, agradecimiento, intercesión… Y así, por
ejemplo, el jueves santo vino a casa una amiga musulmana para hacer el pan
con el que rezamos el día del amor fraterno.
*** La puerta santa del Tarajal,
por donde cada día pasan tantas
y tantas personas para Ceuta,
para Marruecos, llevando la
alegría y el peso de las
dificultades de la vida… nos
abre al mundo musulmán, a
Marruecos y el mundo laboral
también se hace presente. Van
creciendo las relaciones con
nuestras hermanitas de
Marruecos, con su Iglesia, con sus amigos…
25
En el mundo laboral compartimos el sudor, el cansancio, las
dificultades… el trabajar de noche, el trabajar en condiciones muy precarias…
compartir el día a día y codo con
codo con musulmanes, cristianos,
ateos, hindúes… Así Carmen
Rebeca continua trabajando en
una residencia de ancianos y
Paloma en estos últimos meses ha
trabajado en una empresa de
limpieza, en la cocina de un
mesón y en la cocina de un
chiringuito en la playa. Decía
Hermanita Magdeleine: « Amad
esta realidad de trabajo, respetadla. Es así que podrán amar, a través nuestro,
al Señor que deseamos dar a conocer… No busquéis otra eficiencia que la de
poder dar a vuestro alrededor un poco más de alegría, un poco más de amor ».
Las cuatro puertas de la misericordia,
puertas santas, son como los cuatro puntos
cardinales que abrazan al mundo entero y nos
abren a todas las realidades sufrientes y de
muerte que el Señor puede convertir en vida.
Estas son las puertas que aquí en Ceuta nos
conducen a Jesús, Puerta que conduce a la
Vida.
Cuánto deseamos que un día estas
fronteras y vallas se conviertan en puertas por
donde se puede pasar libremente…
Las hermanitas de Ceuta
Trabajo de Carmen Rebeca en la residencia
26
Madrid
Nos decía hermanita Magdeleine en el año 1963:
“Dentro de 10, 20 o 30 años, cuando haya muchas hermanitas de 70 u 80
años, cambiaremos de óptica. Hasta ahora nos decíamos que las hermanitas
se quedarían en las pequeñas fraternidades, como las abuelas se quedan en
sus casas.
En una fraternidad obrera, si entre 3 hermanitas hay una de 80 años, pienso
que no podremos asumir todas las exigencias de una vida en fraternidad.
Todos nos están esperando ahí, en el momento en que seremos numerosas las
hermanitas con 70 años o más. Dios proveerá, El nos inspirará lo que
tendremos que hacer a medida de nuestras necesidades…”
Ese momento llegó, y deseamos compartir con vosotros nuestra experiencia de
Madrid. Somos seis hermanitas en cuatro lugares de vida…tres en distintas
Residencias:
En Seseña, provincia
de Toledo, María Estrella,
está en una residencia de la
comunidad de Castilla-La
Mancha. Lleva varios años en
ese lugar, conociendo y
siendo conocida también por
las familias de los hombres y
mujeres que viven allí con
ella… experiencia de
dependencia en esta etapa de
su vida, fiel a su camino de
oración e intercesión por todos, preocupada por la pérdida de valores y los
acontecimientos que golpean a nuestro mundo. Aunque echa de menos la vida
comunitaria, se alegra al vernos, celebramos en la parroquia de Seseña sus 50
años de vida religiosa agradeciendo el camino recorrido.
María Estrella (de pie) en la residencia
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Una frase repite a menudo: “Vivir el momento presente como si fuera el
último de nuestra vida”, o estas del Evangelio” Si no os hacéis como niños no
entrareis en el Reino de los cielos…” y “Amaos los unos a los otros, como yo
os he amado…”
Con las hermanitas de los Ancianos Desamparados está Carmen:
“Ya más de 2 años que vivo en la residencia, es ahora cuando me siento una
residente más, pongo las mesas, acompaño a algunas personas al hospital etc.
Muchos residentes están impedidos física y/o mentalmente, pero eso no impide
los gestos de ternura y solidaridad entre todos. Los momentos duros no
faltan…
Estamos en un barrio popular, bastante cerca de las hermanitas y ¡qué bueno
es vernos y podernos encontrar a menudo!!
Déjenme decir GRACIAS a la Fraternidad, a
hermanita Magdeleine por la confianza que me
han hecho siempre. Gracias también a todos
aquellos que me enseñan a tener entrañas de
misericordia.”
Con las Hermanitas de los Pobres está Irene.
“Ve a la tierra que yo te mostraré…” Gn 12,1:”
Abraham acepta la invitación a salir hacia una
tierra nueva…cada cristiano y cada comunidad
discernirá cual es el camino que el Señor le pide.
Esta frase que encabezaba el documento de trabajo
para nuestro próximo capítulo me puso en camino,
es una llamada que sigue el camino de mi vida en
Fraternidad. La respuesta rápida de las Hermanitas de los Pobres, en pocos
días, confirmaba la decisión, respuesta casi milagrosa vivida como una
experiencia de resurrección.
Después de estos 4 meses estoy contenta y agradecida a Dios y a todos
aquellos con quienes comparto este tiempo de gracia.
Irene y Carmen en la fraternidad
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Y juntas en Usera vivimos Pilarin, Nativitat y María Jesús:
La fraternidad lleva aquí más de 30 años y somos testigos del gran cambio que
estamos viviendo también en
el barrio , la llegada de
familias chinas, este verano
un campamento urbano de
niños y niñas chinos se
organizó en la parroquia con
4 religiosos chinos
…experiencia entrañable y a
continuar.
Familias “latinas
“que en particular los fines
de semana ocupan el parque del Pradolongo con sus músicas y bailes típicos y
la presencia de familias del Magreb…junto a las de toda la vida dan un rostro
pluricultural e internacional, provocándonos y abriéndonos a la diferencia.
Si, mirando este cuerpo que formamos las 6 hermanitas aquí y en 4
lugares distintos de vida cotidiana, nos sentimos unidas las unas a las otras: en
buena o mala salud, fuertes o frágiles, próximas o lejanas y queremos
cuidarnos, porque es esto lo que puedo, podemos ofrecer: mi oración, mi
delicadeza, mi atención, aunque a veces ofrezco mi desánimo, mi falta de
decisión, mis limites…
Invitadas a acompañarnos mutuamente, en las necesidades diferentes,
en el deseo de compartir el Evangelio y en las exigencias de nuestro carisma y
en nuestros caminos de VIDA de “Nazaret” aquí o allí… en las residencias.
Las hermanitas de Madrid
Pilarín, Nativitat y María Jesús con una amiga
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Málaga
Después de muchos y hermosos años en La Courneuve, cerca de París, en un
barrio multicultural, vivo ahora en Málaga.
Hace tiempo deseaba compartir en la amistad con personas
relacionadas con la cárcel: detenidos, antiguos detenidos, sus familias, jóvenes
delincuentes. Lo pude vivir en La Courneuve, tanto en el barrio como
visitando la cárcel, pero nuestro proyecto comunitario no se limitaba a esto.
Yo sabía que en Málaga teníamos una fraternidad más particularmente
consagrada a estas personas, pero tenía mucho cariño a nuestra fraternidad de
La Courneuve…
Hasta el año 2014 en que la llamada de Dios se hizo sentir muy fuerte,
de manera insistente… Primero una llamada a un mayor despojamiento, luego
una llamada a dejar mis seguridades, como Abraham llamado a salir de su país
para ir al país que Dios le indicaría… ¿Sería Málaga?
Hasta el día en que todo se volvió muy claro, barriendo mis dudas,
mis miedos, mis razonamientos. Lo hablé con mis hermanas de comunidad y
con las que están encargadas de escucharnos, discernir y enviarnos… Me
sentía disponible para ir a cualquier lado, porque lo único que contaba era
seguir a Jesús… ¡pero me sentí muy feliz cuando todas dijeron ``sí`` para
enviarme a Málaga!
Llegada en octubre de 2015, después de algunos meses de aprendizaje
del castellano, tuve que sumergirme en lo que se habla en nuestro barrio de la
Palmilla… no sólo andaluz, sino un lenguaje muy popular. Algunas personas
me ayudan para continuar
aprendiendo el castellano, y
una o dos vecinas están bien
contentas de ser mis
``profesoras de Palmillero``.
Además, todo está por
descubrir: el mundo gitano, la
manera de relacionarse… La
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gente se expresa mucho, habla con todo el cuerpo, tienen gestos inconcebibles
en Francia, el sentido de los límites no es el mismo… todo es muy intenso. ¡El
corazón ocupa todo su lugar! A veces me parece que es demasiado, pero
reconozco que es un valor muy grande.
Hay muchas fiestas, el clima es encantador y la gente canta y baila. Con ellos,
aprendo a despojarme de mi stress parisino, y poco a poco descubro detrás de
muchos rostros sonrientes y tranquilos, otra forma de stress, la pobreza severa,
el hambre, la soledad, la inquietud por el futuro. Efectivamente, aquí el paro es
general, y también la droga, el alcohol, la enfermedad. En todo esto, veo un
milagro: una cantidad de asociaciones que ayudan, muchas de ellas salidas de
la Iglesia católica o de Iglesias protestantes. Tantas personas que son el único
pilar de la familia, y que resisten contra viento y marea. Tantos impulsos de
vida, de generosidad para compartir, de fe, venidos de los más pobres…
A partir de este contexto de barrio nuestra fraternidad vive la relación con la
cárcel… que aquí toca a casi todas las familias. Desde hace algún tiempo, voy
cada semana a la cárcel, con otra hermanita o sola… podemos entrar en el
patio de casi todos los módulos. Allí encuentro a vecinos nuestros. Me han
acogido bien de verdad. El hijo de una vecina me cogió bajo su protección el
primer día para explicármelo todo y me hizo visitar todo el módulo. Otro me
ofreció un cuadro que había hecho, y estuvimos hablando de esto. En el
módulo de mujeres me quedo a menudo bastante tiempo, paso una hora o dos
con ellas. A veces me ofrecen un café, es impresionante. Yo no puedo
ofrecerles nada, no tengo derecho a
entrar dinero. Pero me piden rosarios,
preguntan cómo rezamos… y empieza
una conversación profunda. Toda la
mañana estoy sencillamente dentro
con ellas, y me cuesta trabajo irme.
Porque me siento una de ellas, y como
ellas. Sí, es de verdad aquí que Jesús
me esperaba…
Hermanita Martine-Emmanuelle
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Otras noticias Preparación del Capítulo
El año próximo, como sucede cada seis años, vamos a tener nuestro Capítulo
General, al que asisten delegadas de todos los países donde existen nuestras
fraternidades.
En esa reunión se revisa lo vivido en los últimos seis años, se
proyectan orientaciones para los siguientes, y se procede a la elección de la
nueva Responsable General y de las cinco “asistentas” que componen su
consejo. Toda la Fraternidad se prepara para ese evento, a partir de algunas
pistas comunes que interesan a las comunidades del mundo entero.
Esta vez partimos de la palabra de Dios a Abrahán: “Sal de tu
tierra…” que nos invita caminar hacia un lugar que no conocemos, hacia
personas que tal vez están a nuestro lado pero son muy diferentes de
nosotras… ¿Qué sociedades se esbozan en nuestros países? ¿Qué está
muriendo? ¿Qué está naciendo? ¿Qué significan para nosotras estos cambios y
mutaciones y cómo interpelan nuestra manera de vivir el carisma hoy y
mañana? ¿Cómo afecta esto al Cuerpo de la Fraternidad?
Esperamos poder, en
el Boletín del año que viene,
compartir con vosotros algo de
la riqueza que va a suponer
esta reflexión de las
Hermanitas del mundo entero.
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Encuentro sobre el trabajo
Un grupo de 23 hermanitas de toda Europa (tres de nuestra región) nos
reunimos del 17 al 24 de septiembre en Irlanda del Norte para reflexionar
sobre la situación del trabajo hoy y nuestro camino de humanidad. Nos
acompañó un sacerdote belga como moderador. La casa que nos acogió quiere
favorecer el encuentro y el diálogo entre protestantes y católicos y trabajar por
la unidad. El lugar, maravilloso, ofrecía un ambiente de paz y de silencio que
ayudó al clima fraterno que nos permitió compartir en confianza.
Evocamos la situación general del trabajo y del paro en nuestros
respectivos países. La precariedad, los horarios difíciles y cambiantes, la
presión para producir, los excluidos, no han cesado de aumentar en toda
Europa. Cada vez es más difícil encontrar trabajo y los salarios no dan para
vivir.
Llegamos con el
peso de nuestras
dificultades y las
de nuestros
compañeros de
trabajo, pero la
dinámica de la
semana y la
unidad que se
fue
profundizando
entre nosotras
nos dieron
confianza y
fuerza.
El trabajo es un aspecto de nuestro Nazaret, a través del cual vivimos
una solidaridad profunda, ese “estar con” es como un trozo de pan partido por
la vida del mundo…
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Tiempo de cambios
Este año Rosaura, que ha sido nuestra regional durante bastante tiempo, ha
dejado este servicio a las comunidades y está disfrutando de un año sabático
bien merecido.
El consejo general ha nombrado por dos años a un equipo de tres
hermanitas que llevarán en coordinación los asuntos de la vida ordinaria de la
Región.
Muchas gracias a Rosaura y su consejo (Casimira y Juana) y
también a Begoña, María Jesús y Maria de Fátima que han aceptado hacer
parte del nuevo equipo.
De izq. a derecha: Juana, María Jesús, Maria de Fàtima, Begoña, Casimira y
Rosaura
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Llegada a la región
María Olídia, la primera hermanita portuguesa, llevando en el corazón el
entusiasmo de su juventud, se fue al Brasil hace 59 años y allí vivió siempre,
compartiendo la vida con los Indios Tapirapés y con el pueblo del Nordeste
con el cual tejió lazos profundos de amistad y de entrega.
Ahora de regreso
en Portugal, trae
en el corazón la
nostalgia de sus
amigos, pero
también el
sentimiento
gratificante de
quien cumplió su
misión al
servicio del amor
por los más
desfavorecidos.
Muchas gracias, María Olídia y, ahora entre nosotras, continúa siendo
la mujer de fe que a la luz del Evangelio supo siempre ayudar a todos
Fraternidad de Fátima, de izq. a dcha: Elena Pilar, Maria do Céu, Maria Montserrat, Casimira, Maria Olídia y Maria de Fátima
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Un libro…
Este año hemos tenido la
alegría de poder publicar el
libro “Escritos Esenciales
de Hermanita Magdeleine”,
con el objeto de dar a
conocer un poco más la
vida y el pensamiento de
nuestra fundadora, mujer
precursora de tiempos
nuevos en la Iglesia y en el
mundo. Lo ha editado Sal
Terrae, y está disponible en
las librerías para todos los
que deseen acercarse a su
figura.
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Noticias de la Fraternidad se ha podido realizar
hasta ahora con la colaboración de unos y otros, y os lo
agradecemos mucho.
Esperamos vuestras sugerencias y aportes para la preparación
del próximo número.
¡Gracias!
Para comunicar con nosotras, dirigíos a la fraternidad de
Murcia o al correo electrónico:
josefagermaneta@gmail.com
Nos hemos pasado a la Banca Ética… ahora nuestro número de cuenta es de
Triodos Bank:
Hermanitas de Jesús del Padre Foucauld
ES 75 1491 0001 26 2015189612
Con todos los amigos que tenemos, nuestra base de datos se ha ido ampliando, y nos hemos visto en la
obligación de inscribirla en el Registro de la Agencia Española de Protección de Datos.
De acuerdo con lo establecido en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de
Carácter Personal, os informamos de que vuestros datos forman parte de un fichero con la finalidad de
enviaros este Boletín. Dichos datos no serán utilizados para ninguna otra finalidad, ni cedidos o
comunicados a terceros sin vuestro consentimiento. Si deseáis consultar los ficheros, podéis acceder a ellos
a través de la página web www.agpd.es.
Entendemos que nos habéis proporcionado los datos directamente, o que nos los ha cedido otra persona con
vuestro consentimiento. Si no fuera así, comunicádnoslo, por favor. En cualquier caso, en cualquier
momento podréis ejercer el derecho de acceso, rectificación, cancelación y oposición en los términos
establecidos en la Ley citada, dirigiéndoos a nuestra fraternidad de Murcia: calle Navarra 8, 1º B 30005
MURCIA (Murcia).
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PARA ENCONTRARNOS
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Y también en:
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Número 17
Diciembre 2016
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