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Las abejas sin aguijón ó "meliponas"
Las abejas sin aguijón son una subfamilia de la familia Apidae, del Orden
Hymenoptera de los insectos (Roubik 1989). Los himenópteros son insectos con
cuatro alas membranosas, con partes bucales mandibuladas que forman una
estructura en forma de lengua, a través de la cual el alimento líquido es tomado.
En algunos casos, el ovipositor en las hembras está modificado en aguijón, el cual
funciona como órgano de defensa y ofensa. La subfamilia de las meliponas se
diferencia del resto de los miembros de Apidae por su venación reducida en las
alas anteriores, aguijón atrofiado o no funcional y los ojos compuestos sin
pilosidad (Borror 1989). Son reconocidas por su pequeño tamaño (la mayoría
entre 15 mm de largo), relativa ausencia de pelo, y abdomen no puntiagudo. La
venación de las alas es unica, con la celda marginal del ala delantera abierta en el
ángulo (Hogue 1993).
La subfamilia Meliponinae se originó probablemente en Africa (Willie 1979,
citado por Roubik 1989) durante el período Cretácico medio (120 millones de
años). Actualmente se encuentran en Australia y Nueva Zelanda, Africa, Sur este
de Asia y Sur América. Kerr y Maule (1964, citados por Ramírez y Ortíz 1995)
reportan 183 especies de abejas sin aguijón en el trópico del Nuevo Mundo, 32 en
Africa, 42 en Asia y 20 en Australia y Nueva Guinea. Sin embargo se cree que
esta cantidad ha aumentado y actualmente se conocen más de 500 especies
distribuías en las zonas tropicales del mundo; de esta cantidad, la mayoría se
encuentra distribuida en la zona tropical americana (Ramírez y Ortíz 1995). En los
Neotrópicos centrales, se distribuyen especialmente en ambientes húmedos de
tierras bajas. Están ausentes de los valles de los Andes, desiertos costeros, las
Antillas excepto las islas mayores y aquellas cerca del continente (Hogue 1993).
Las abejas sin aguijón se reconocen por sus habitos molestos cuando se les
excita y sus asociaciones con sus nidos, los cuales están siempre densamente
poblados, agresivamente defendidos, y de construcción única. Muchos están
localizados en cavidades naturales, usualmente en el suelo o en troncos de
árboles pero a menudo en sitios raros como esqueletos de mamíferos o aves,
nidos de termitas u hormigas. El arreglo particular de elementos estructurales
varía, pero los nidos siempre contienen celdas de cría en un grupo (género
Trigona) o estratificados en panales horizontales (género Melipona), rodeados por
una envoltura en capas, con los potes de miel y polen localizados fuera de la
envoltura, y el canal de entrada encerado que a menudo se extiende fuera del nido
es un tubo que se proyecta libremente. El complejo entero está amurallado por
placas terminales fuertes o una cobertura exterior llamada batumen. Muchas
clases de materiales de construcción se utilizan, primariamente cera, usualmente
mezclada con otros materiales como propoleo, resina de plantas y/o goma
colectada por las abejas. Mezclado con cera (cerumen), ésta es la sustancia de
las celdas de cría. Lodo, heces, fibras de plantas, y fragmentos de hojas también
se usan para fabricar el nido. Las provisiones larvales de algunas especies son
conocidas por soportar la rica flora bacteriana que debe jugar un rol fundamental
en la preservación y conversión metabólica de estas sustancias. (Hogue 1993)
Figura 1. Nido de
Melipona en la
cavidad de un árbol.
Este tipo de
nidos es el más
elaborado de todas
las abejas sociales
nativas del Nuevo
Mundo e identifica a las abejas sin aguijón como un grupo, así como su método de
defensa en ausencia de aguijón. El órgano picador es vestigial y no tiene uso en
ocasionar lesiones a enemigos mayores, pero estas abejas no son impotentes. En
grupos, ellas se lanzan sobre aquellos que amenazan el nido, introduciéndose en
los nostriles, oidos, pelo, y ojos. Aunque la mayoría emplea sólo las mandíbulas
para pinchar, algunas depositan un fluido caústico originado en las glándulas de
las bases de las mandíbulas. Muchos de los nombres nativos de estas abejas se
refieren a su beligerancia y potencia (por ejemplo, cagafogos ó escupefuegos,
torcecabellos). (Hogue 1993)
Al igual que la abeja mielera europea, son insectos sociales, viven en colonias
diferenciadas en castas de obreras, machos y reina, pero a diferencia de éstas la
reina es fecundada solamente una vez y por un solo macho. La propagación de
las colonias se efectúa por medio de enjambres, consistentes de una reina y un
gran número de obreras. Las reinas hijas son las que salen a fundar la nueva
colonia, todo el material es traído de la colonia madre, incluyendo la miel. (Hogue
1993; Ramírez y Ortíz 1995)
Entre ellas se comunican la distancia y la dirección de forrajeo, pero solo con
sonidos. La cera es producida por glándulas dorsales en el abdomen y excretada
entre los tergos abdominales, y no en la región ventral. Se alimentan de materia
orgánica, incluyendo animales muertos. (Hogue 1993; Ramírez y Ortíz 1995)
La tribu incluye tres géneros, cada uno conteniendo muchas especies
comunes, excepto Lestrimellita, la cual tiene dos especies. L. limao carece de la
canasta de polen en la tibia trasera y produce olor a limón cuando se aplasta. Las
especies del género Melipona son generalmente las más grandes (6 a 15 mm),
relativamente peludas, con alas que no se extienden más allá de la punta del
abdomen cuando se doblan. Las especies de Trigona son más pequeñas (2 a 8
mm), con el pelo esparcido, alas que se extienden más allá del abdomen cuando
descansan y a menudo son brillantes. (Hogue 1993)
Las abejas sin aguijón son generalmente beneficiales debido a su actividad
polinizadora, aunque ocasionalmente dañan cultivos de frutos, especialmente
citricos, cortando las flores que usan para construír sus nidos. (Hogue 1993)
Etnobiología de las abejas sin aguijón
Según Hogue (1987), las abejas son casi culturalmente ubicuas, habiendo
evocado en los humanos un considerable numero de supersticiones y
adaptaciones simbólicas.
Hogue (1993) considera que este grupo de abejas ha sido profundamente
importante en la cultura humana latinoamericana, lo cual se evidencia en los
muchos nombres comunes que reciben, no sólo como grupo sino como especies
individuales.
Tabla 1. Algunos nombres comunes de las abejas sin aguijón.
País Nombre común
Panamá Zeganas
Colombia Abejas bobos, angelitos
Amazonas
peruano Arambasas
Venezuela Pegones
Costa Rica Culos de vaca, abejas, jicotes, abejas atarrá,
etc.
Brasil
Abelhas sem ferrao, torcecabelos, irapua,
abelhas de cupim, cupira, jataí, xupé, abelhas
bravas, cagafogos, etc. Se le llama Juanats a
Melipona y pegones a Trigona.
MéxicoNecutli, pipiolin; Xun'an Kab a Melipona beecheii
(Yucatán).
Guatemala
Doncellita, serenita, criolla, joloncán, talnete,
etc. Según Fray Francisco Ximénez (1722) los
nativos les llamaban uzcab (mosquitos de miel).
Fuentes: Ximénez (1967), Hogue (1993), Solís (2000).
[Índice]
Cultivo de abejas sin aguijón: Meliponicultura
Debido a su larga asociación con las abejas sin aguijón, los Amerindios
desarrollaron una forma de cultivo que se ha denominado meliponicultura. Las
colmenas nativas comunmente consisten de troncos huecos que son sembrados
con porciones de panales silvestres. Después de que una nueva colonia se
desarrolla en tamaño saludable, sus potes de miel son cosechados. Aunque varias
especies son ocasionalmente mantenidas de esta manera, Melipona beecheii es la
más frecuentemente domesticada. (Hogue 1993)
Existe para Guatemala una antigua descripción del cultivo de las meliponas
por parte de los nativos, registrada en el año 1722 en la Historia Natural del Reino
de Guatemala, escrita por el religioso de la Orden de los Predicadores, Fray
Francisco Ximénez (Ximénez 1967).
En el título IV de su obra llamado "de las abejas", Ximénez se refiere a las
abejas de esta forma: "Aqueste animalito, es muy peculiar de aquestas partes, y
tanto, que totalmente se diferencian de las de España. Aunque en el tamaño, y el
color, quieren semejarse algo, pero aquestas carecen totalmente de aguijón, y la
fábrica de la miel y de la cera es muy diferente en todo porque ni hacen panales
como las de España sino es para criar a sus hijos, y así aquestas abejas son muy
peculiares de aquesta tierra…." "….procrean en árboles huecos, los cuales cortan
de arriba y abaxo, y traen aquel tronco donde está el hueco, y lo tapan por una
punta y otra, con un tiesto y lodo. Y de aqueste modo hacen los colmenares……."
"no se satisfacen las abexas con aquel tapado, sino que sobre el lodo que han
puesto ellas echan un betún, que parece hecho de arena y alguna resina, tan duro
que parece piedra…"
En 1923 el naturalista guatemalteco don Mariano Pacheco Herrarte realizó un
estudio del mencionado título IV: "de las abejas", por encargo de la Facultad de
Ciencias Naturales y Farmacia. El señor Pacheco escribió en esa oportunidad que
las abejas a las que se refiere Ximénez puden ser Melipona fasciata y Melipona
fulvipes (Citado por Herrera en el Prólogo de Historia Natural del Reino De
Guatemala, 1967).
En el área rural de Guatemala, los campesinos suelen tener colmenas de
abejas sin aguijón en los alrededores de sus casas. Las colmenas son colectadas
por los hombres en el campo; algunos suelen cortar el tronco donde se encuentra
la colmena (cuando no es muy grueso) al que se denomina corcho; otros trasladan
la colmena a una caja fabricada con madera, a un tecomate (calabaza vacía)3 ó un
trozo de bambú. Ya de esta forma, son trasladadas y colgadas en una rama de
árbol, bajo el techo de la casa ó en la pared. Las personas manejan
artesanalmente sus colmenas, las castran cada 6 meses o un año, las protegen de
las plagas o enfermedades con cal o ceniza, utilizan los productos principalmente
para su propio consumo, pero también los venden, variando el precio según el tipo
de abeja (Solís 2000). Existen meliponarios a gran escala en San Marcos, El
Progreso y Jutiapa (Biol. Eunice Enríquez, Com.Pers. 2000).
3- Tecomate es el nombre común de Lagenaria clavata (Cucurbitaceae).
Su fruto vacío se utiliza en algunos grupos como recipiente para contener
agua, como instrumento musical o como instrumento en la cacería de
felinos.
En Costa Rica, según Van Veen et al. (1990, citado por Ramírez y Ortíz 1995),
la meliponicultura se practica básicamente de dos formas:
(a) colonias mantenidas en troncos, de las cuales se extrae la miel por las
aberturas laterales. Esta modalidad se usa para Melipona beecheii, en la
Península de Nicoya y para Melipona fasciata en Pérez Zeledón. La producción de
miel depende del tamaño de la cavidad del tronco, y puede ser aproximadamente
de diez litros por nido.
(b) colonias colocadas en cajas pequeñas, trozos de bambú o calabazos, de las
que se obtienen pequeñas cantidades de miel. Esta modalidad se usa más en el
Valle Central para la crianza de nidos de Tetragonisca angustula. La miel obtenida
es valiosa por las diversas propiedades medicinales que se le atribuyen.
Los indígenas Kayapó del Brasil utilizan diferentes estrategias para castrar los
nidos dependiendo de la agresividad de la especie. Además, practican una
semidomesticación de 6 especies de abejas, pero solamente ciertos hombres la
pueden realizar. Otras especies son mantenidas cerca de los domicilios, siendo
traídos los nidos desde la selva e instalados en las casas o en los márgenes de
las villas. Es de resaltar que estas personas asocian la presencia de abejas con un
cultivo exitoso, a pesar de que no tienen una noción clara de polinización per se.
Cuando Posey (1983) hizo una revisión de la correlación entre especies
científicamente reconocidas y las identificadas por los Kayapó, encontró un 86%
de correlación.
Los mayas de Yucatán suelen cultivar a las abejas en troncos que cuelgan
desde los techos de sus casas. Según las personas, Ya'ax (Vitex gaumeri) es la
planta apropiada para instalar las colmenas; además, aseguran que Tz'itz'il-che
(Gymnopodium antigonoides) es su planta nectarífera predilecta (Weaver y
Weaver 1980).
Los Miskito y los Sumu de Nicaragua, pueden observar el vuelo de las abejas
y seguirlas hasta sus panales en los huecos de los árboles. Se trepan o tumban el
árbol, toman la miel, y la que no se consume en ese momento se coloca en cañas
de bambú, que se preparan especialmente para estas ocasiones. Los Boro,
fermentan la miel de las abejas que no pican y producen un aguamiel ligeramente
alcohólico, utilizado en fiestas. (Posey 1980)
Metraux (1948, citado por Posey 1980) afirma que los Guaraní, han "semi-
domesticado" la abeja. Anota que, aunque los indígenas consideran la miel como
golosina, siempre dejan parte del panal y algunas de las larvas. Este acto
intencional de dejar parte de la colonia para que retornen las abejas ahuyentadas,
es una consideración importante cuando se trata de evaluar, si la abeja es, o no,
una especie domesticada.
[Índice]
Usos de los productos de las abejas sin aguijón.
Antes del descubrimiento y la conquista de América, la crianza de las abejas
sin aguijón era parte de las costumbres religiosas, alimenticias y comerciales de
muchos pueblos indígenas de América.
En México, después de la conquista española la abeja nativa "domesticada"
por los mayas denominada Xuna'an Kab (Melipona beecheii), problablemente de
todas las especies existentes en la Península de Yucatán (14 en total) la única
utilizada racionalmente, mantuvo su importancia respondiendo a los propósitos de
los hispanos quienes monopolizaron la producción, imponiendo fuertes tributos de
miel y cera a los indígenas, canalizando dichos productos principalmente a
Europa. (González , s.f.)
Durante la Colonia, Yucatán (que hoy es el mayor estado productor de miel de
abeja europea en México) recibía por concepto de exportación de miel y cera de
Xuna'an Kab (Melipona beecheii), 400,00 pesos mexicanos; dichas exportaciones
iban a España vía Cuba. El principal volumen de exportación era la cera, la cual
no sólo se recogía de colmenas domésticas, sino que había cuadrillas de
cosechadores que la recogían del campo. Por otro lado, la miel también se recibía
como pago de tributos. Todavía a principios de siglo se mantenía el volumen de
exportación y el miel de Xuna'an Kab era el edulcorante preferido de los
yucatecos. (U T'AN YIK'EL KAB 1991)
La miel ha sido utilizada como mercancía y tributo en Yucatán a través de la
historia, y parece que fué así en tiempos prehistóricos también. En base a algunas
referencias históricas, se cree que las técnicas de cultivo de abejas permanecen
virtualmente idénticas a las utilizadas en tiempos prehistóricos, excepto por
algunas pequeñas modificaciones. (Weaver y Weaver 1980)
La miel y la cera fueron productos comercializados por los indígenas para
pagar los impuestos a los colonizadores; la cera se exportaba a España, y se
conocía con el nombre de cera de Campeche. En Costa Rica, los habitantes de la
Península de Nicoya conservaban y criaban a las abejas sin aguijón, cuya
producción de miel abasteció el consumo nacional hasta los inicios del siglo XX.
(Ramírez y Ortíz 1995)
En todo el Nuevo Mundo, antes de la introducción de la caña de azúcar y de la
abeja europea (Apis mellifera), la principal fuente de endulzantes eran las abejas
sin aguijón. Desde la introducción de la abeja europea, el cultivo de Melipona
beecheii no ha desaparecido, ya que la miel de ésta última tiene propiedades
curativas que no posee la miel de la abeja occidental. Hasta hoy en día el dulce
producto de estas abejas es preferido entre los indígenas y gente del campo,
quienes hacen con él condimentos, bebidas y medicinas. La miel de abejas
específicas se ha supuesto tiene valor para curaciones específicas, por ejemplo, la
miel de Trigona jaty, una especie ampliamente cultivada en el sur de Brasil, es un
remedio para la garganta inflamada. El balche, hecho de la miel de abejas sin
aguijón, era una bebida ceremonial de los Mayas y la borrachera por embeberlo
era obligatoria en rituales religiosos. La miel de la abeja limón (Lestrimelitta limao),
es venenosa, una cualidad que curiosamente contribuyó, no a detractarse de su
uso, sino a promover su uso terapeútico. Los Gurayo de Bolivia fueron reputados
por usar miel de esta abeja para curar la parálisis. (Hogue 1993)
La cera también cuenta con aplicaciones precolombinas que continúan entre la
población rural actualmente. Se aplica para manufactura de candelas, artículos
contra agua, formación de íconos religiosos. Es un adhesivo común, material para
relleno, lubricante, y ocasionalmente terapeútico menor como removedor de cayos
y verrugas. Su significacia histórica más importante se deriva de su uso en
metalurgia. En las civilizaciones Pre colombinas los orfebres desarrollaron sin
influencia del Este, una técnica en la que moldeaban joyería en oro y otros
artículos de la mejor calidad con una "técnica de la cera perdida" idéntica a la
practicada por los artesanos del Viejo Mundo, pero empleando cera de meliponas
en lugar de la de abejas europeas. (Hogue 1993)
Ciertas tribus Paraguayas reconocieron derechos de propiedad en miel
silvestre. Los tributos eran pagados a menudo con miel y cera; el texto Códice
Mendoza especifica cantidades que serían entregadas a Moctezuma por
comunidades Aztecas de tierras bajas. Incluso hoy en día dentro de los Maya de
Yucatán, se celebra una ceremonia conocida como u hanli cab en la cual se les
suplica a los dioses Mayas abejas bendecir las abejas cultivadas. (Hogue 1993)
Los Cayapa de Ecuador utilizan la brea o cera para calafatear canoas,
impermeabilizar cerámica, se hierve con pigmentos para pintar canoas,
impermeabilizar cerbatanas y también para curar heridas y raspaduras. En otras
regiones se han reportado otros usos: encerado de cordeles de pesca, como
pegamento al confeccionar lanzas, flechas y otros implementos; también se usa
en la iluminación. (Posey 1980)
Muchos usos pueden enumerarse para los productos de las abejas sin aguijón
en la actualidad entre los pueblos latinoamericanos. En la Tabla 2 se enlistan
algunos de ellos.
Tabla 2. Algunos usos de los productos de las abejas sin aguijón en tres países
latinoamericanos.
País Usos Fuente
Costa Rica
Aliviar dolores después del
parto
Prevenir hemorragia
vaginales y várices, pues se
cree purifica la sangre y
limpia los órganos
reproductivos y digestivos
Como tónico vitalizante
Prevención y tratamiento de
afecciones del tracto
respiratorio
Se consume con tortilla o
pan con "cuajada", también
se mezcla con la carne de
tepezcuintle o se usa para
endulzar jugos de fruta
Ramírez y Ortíz
(1995)
México Tratamiento de afecciones
como úlcera en la boca,
erupciones en la piel y
problemas urinarios.
Reestablecimiento de las
mujeres que acaban de dar
a luz ó curación del Sudor de
Noche.
Tratamiento de la catarata
en los ojos y para aliviar
golpes en los ojos de los
animales.
La cera se utilizó para la
confección de candelas,
Ramírez y Ortíz
(1995); Revista
UT'ANYIK'ELKAB
(1991)
también como sustituto de la
grasa o margarina. Los
recipientes para guardar
alimentos se sellaban con
cera de abejas. En las
marimbas es usada para
afinar las teclas o pegar los
diafragmas en los tubos de
resonancia.
Guatemala
Comestible: la miel y el
suchío (polen)
Medicinales: la miel. Sirve
para tratamiento de las
"nubes" en la vista, curar
llagas, eliminar cicatrices,
fortalecer pulmones, en
quemaduras, dolores
musculares, para que
crezcan las uñas.
Doméstico: la cera. Sirve
para sacar espinas, para
cubrir las baquetas de la
marimba, para los machetes,
dolor de oídos, para tapar
ollas y tambos, para pegar
cosas en la pared
Solís (2000)
[Índice]
Clasificación Etnobiológica. Leyendas, Tradiciones.
Para Guatemala, no existen registros de leyendas referidas a las abejas sin
aguijón (Lic. Celso Lara, CEFOL, comm.pers. 2000). Sin embargo si se hace
mención de los productos producidos por éstas en algunas historias de pueblos
mayas.
El Popol Vuh, que cuenta las historias de los Quichés de Guatemala, en la
narración "El comienzo del secuestro y de la muerte de la gente de los pueblos",
menciona que los primeros cuatro hombres que fueron creados (Balam Quitzé,
Balam Acab, Mahucutah e Iquí Balam) "…andaban por los cerros y les llevaban a
sus mujeres y a sus hijos tábanos, avispas y panales para comer…." (Popol Vuh
1965; Popol Vuh 1973)
En las Leyendas sobre el origen del pueblo Quiché, recopiladas en Rabinal,
Baja Verapaz por Jaime Búcaro (1995) se menciona: "Rabinal Achí fué un ser
sobrenatural que no nació en la tierra sino que vino del cielo", "dispuso entonces
[Rabinal Achí] crear a la gente y en poco tiempo, todo este territorio se pobló de
habitantes", "Rabinal Achí tenía que mantener a toda la gente que había creado y
los alimentaba sólo con miel blanca, que él mismo iba a buscar a las montañas."
Sobresale en estas dos narraciones la presencia de la miel y los panales, que
representan el alimento con que se sustentaron los primeros hombres del pueblo
Quiché.
Entre la tradición oral referida a estos insectos podemos mencionar que en la
Historia Natural del Reino de Guatemala, Fray Francisco Ximénez relata que los
nativos le mencionaron que después de las peleas, las abejas cargaban a las
muertas de su familia, y las llevaban a enterrar, a las orillas de los ríos en la arena
(Ximénez 1967).
Solís (2000) ha entrevistado a los habitantes de algunas aldeas del municipio
de Pueblo Nuevo Viñas, Santa Rosa, Guatemala, y encontró que algunas
personas les atribuyen a las abejas virtudes mágicas como la de trasladarse de un
lugar a otro en segundos; otras personas creen que reflejan el estado del hogar,
indicando que si existen pleitos en el hogar, las abejas dejan la colonia; los
entrevistados coincidieron en opinar que las abejas son un regalo de Dios.
Los habitantes de Pueblo Nuevo Viñas reconocen 13 especies de abejas, y las
clasifican según los siguientes aspectos:
color de la abeja,
los tipos de árboles en que se instala la colmena,
caracteristicas, productividad y usos de la miel,
la estructura de la colmena ,
comportamiento (vuela sobre las heces, no le gusta el ruido, se
esconde de la gente, etc.) (Solís 2000)
La tradición de los Kayapó del Brasil dice que los humanos aprendieron a ser
sociales de un hombre sabio ancestral (wayanga), quien ganó su conocimiento del
estudio del comportamiento de abejas, avispas y hormigas. Por esta razón los
Kayapó continuan sus observaciones de la naturaleza y de los Hymenopteros en
particular, lo cual les ha valido la reputación de etólogos perspicaces. (Posey
1983)
Los Kayapó consumen la miel de las abejas sin aguijón, utilizan las ceras (para
impermebilizar canoas, las queman en ceremonias o para curar enfermedades), el
batumen (resina) e incluso las pupas, larvas y el polen son considerados
delicadezas.
Poseen varias formas de clasificar las abejas:
En base a su comportamiento cuando son molestadas: dóciles,
picadoras, mordedoras o causadoras de ampollas.
En base a las propiedades de la miel: sabor, acidez, producción por
nido, época de castración, etc.
En base a su morfología.
En base a la estructura del nido (forma y tamaño del tubo de entrada;
tamaño del nido; cantidad de miel por nido, etc.) y a su localización
(en la tierra, en un árbol, en montículos de termita abandonados,
etc.).
Posey (1983) observó que fuera del nicho ecológico, la habilidad de los Kayapó
de identificar las abejas es generalmente poco confiable. De una población de 600
habitantes, solamente dos eran consistentes en identificar las especies en base a
su morfología. Además, el conocimiento de las abejas es parte del dominio cultural
masculino, y las mujeres saben poco acerca de las abejas.
En Yucatán, México, los mayas celebran ceremonias conectadas con las
abejas y su cultivo, que pueden ser remanentes de la religión tradicional, más que
de la religión de grandes sacerdotes ancestrales, y sin duda han evolucionado
para incluir elementos del Catolicismo. En maya, la abeja Melipona beecheii es
llamada colecab que significa "dama abeja", y los mayas creen que es en cierta
forma santa, y solamente el maíz es más especial para esta gente. (Weaver y
Weaver 1980)
Weaver y Weaver (1980) han descrito todos los pasos del ritual que se realiza
para castrar la colmena, la cual se caracteriza por la necesidad de dejar a la
colmena limpia de malas influencias que pudieran entrar durante el proceso.
Además, se describe la ceremonia mayor de bendición de las abejas (u hanli cab),
la cual requiere a un sacerdote shaman y debe realizarse cada cuatro años, pero
actualmente rara vez se practica.
Los mayas yucatecos creen que cuando una persona que posee colonias de
abejas muere, las abejas se irán a menos que el heredero vaya inmediatamente
después de la muerte a avisarles a éstas del desceso. Según ellos las abejas
necesitan saber que alguien las cuidará. Además, si el cultivador visita un
cementerio, no debe visitar las colonias en tres semanas, porque acarreará la
tristeza del cementerio. Un cultivador que ha tocado un cadáver; sólo podrá tocar
sus colmenas después de lavarse varias veces con hojas de chacah o naranja.
(Weaver y Weaver 1980)
Los Cayapa de Ecuador reconocen cuatro tipos de abejas (reconocidos por la
ciencia como especies), basados en la calidad de la cera que produce cada una
de ellas. Los cuatro tipos son:
La abeja negra que vive en huecos de los árboles, y produce buena
cera.
La abeja negra que también vive en huecos de árboles pero, que
produce más miel que cera.
La abeja negra que construye sus nidos en el suelo, y su cera no es
de mucha utilidad.
La abeja amarilla, cuya cera es de color negro.
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