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Di r ecci ó n:Di r ecci ó n: Biblioteca Central Dr. Luis F. Leloir, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires. Intendente Güiraldes 2160 - C1428EGA - Tel. (++54 +11) 4789-9293
Co nta cto :Co nta cto : digital@bl.fcen.uba.ar
Tesis de Posgrado
Las comunidades vegetales delLas comunidades vegetales delChaco semiárido santiagueñoChaco semiárido santiagueño
Sarmiento, Guillermo
1963
Tesis presentada para obtener el grado de Doctor en CienciasBiológicas de la Universidad de Buenos Aires
Este documento forma parte de la colección de tesis doctorales y de maestría de la BibliotecaCentral Dr. Luis Federico Leloir, disponible en digital.bl.fcen.uba.ar. Su utilización debe seracompañada por la cita bibliográfica con reconocimiento de la fuente.
This document is part of the doctoral theses collection of the Central Library Dr. Luis FedericoLeloir, available in digital.bl.fcen.uba.ar. It should be used accompanied by the correspondingcitation acknowledging the source.
Cita tipo APA:Sarmiento, Guillermo. (1963). Las comunidades vegetales del Chaco semiárido santiagueño.Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires.http://digital.bl.fcen.uba.ar/Download/Tesis/Tesis_1243_Sarmiento.pdf
Cita tipo Chicago:Sarmiento, Guillermo. "Las comunidades vegetales del Chaco semiárido santiagueño". Tesis deDoctor. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires. 1963.http://digital.bl.fcen.uba.ar/Download/Tesis/Tesis_1243_Sarmiento.pdf
Guillermo Sarmiento4: a: aer
LAS COMUNIDADES VEGETALES
DEL
CHACO SEMIARIDO SANTIAGUEÑO.
Tests para optar al grado de Doctor mde 1a Universidad de Buenos Aires
- C u .¡. .. .4.
Padrino de Tesis: Dr. Jorge Morello.
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
Departamento de Ciencias Biológicas
Laboratorio de Ecología Vegetal.
Buenos Aires
1963
¿las 1243)Gaal!
III.
IV.
V.
VI.
TEMARIO
INTRODUCCION.
A. Objetivo del trabajo.B. Estado actual del conocimiento de 1a vegetación de la zona.CARACTERIZACION DE LA REGION ESTUDIADA.
Localización geográfica.Geologia y geomorfologi'a.Suelos.
D. Clima.E. Economia.UBICACION DE LA VEGETACION ESTUDIADA DENTRO DELCUADRO GENERAL DE LA VEGETACION ARGENTINA.
A.B.C.
A.B.
Esquemas fitogeográficos existentes.Ensayo de caracterización en pequeña escala de la.vegetación chaquena.
METODO Y DATOS.A. Consideraciones sobre el método utilizado.B. Datos obtenidos.COMUNIDADES VEGETALES.A. Caracterización somera de cada comunidad.B. Clasificación de las comunidades.C. Integración de las comunidades en el paisaje.RELACIONES CON LA VEGETACION DE LAS REGIONESCIRC UNDANTES.
Bosque Chaqueñoserrano.Chaco semiárido salteño.Chaco árido.Semidesierto del monte.Comunidades de suelos arcillosos o salinos.
CONCLUSIONES.A.B.
Valor indicador de algunas especies y de los grupos de especies.Conclusiones generales y perspectivas futuras.
GLOSARIO DE NOMBRES VULGARES.
RESUMEN.
BIBLIOGRAFIA .
I. INTRODUCCION
A. Objetivo del traba'Lo.
La finalidad del presente trabajo es reconocer y caracterizar las
comunidades vegetales de dos regiones naturales del chaco semiárido, a sa
berzla zona de influencia serrana del Sud Oeste de la Provincia de Santiago
del Estero y áreaslimi’trofes de Catamarca,y la región llana que se extien
de diagonalmente por aquella Provincia entre los ri’os Salado y Dulce. El in
tere's en la vegetación chaqueña se justifica por la necesidad palpable que
.tiene esta. región de estudios ecológicos básicos y en la importancia que pue
den tener dichos estudios para nuestro país, considerando que el chaco ocu
pa dentro de él una superficie enorme y se prolonga además en vastas áreas
de dos países vecinos: Bolivia y Paraguay.
El manejo de los recursos naturales, y muy especialmente del
agua, del suelo y de la vegetación, en una zona árida o semiárida, es el fun
damento básico de su actividad económica. En estas zonas en que la agricul
tura de secano sólo es posible en áreas restringidas y bajo condiciones espe
ciales,y que tienen pocas posibilidades inmediatas de riego, se presenta la
alternativa de dedicarlas a la explotación ganadera o forestal, o a una comb_i
nación de ambas. En cualquier caso el pilar de la econOmi’aes la vegetación
no plantada por el hombre, y a su vez, del buen uso que se haga de esta cu
bierta vegetal, dependerá la conservación del suelo y el máximo aprovecha
miento del agua.
El uso de este recurso vegetal debe ajustarse a procedimientos
fundados en un sólido conocimiento ecológico, única garantía de mantenimien
to de una productividad sostenida que sustente una economia estable y pro
gresista. La explotación de los recursos naturales que ha soportado la zona
considerada durante los últimos 70-80 años ha conducido a una destrucción
inusitada de lo más valioso de sus recursos vegetales, especialmente desde
(3
la llegada del ferrocarril en la década del 80, que incorporó sus recursos fo
restales al mercado nacional,comenzandouna destrucción acelerada e irra
cional de sus bosques, para proveer los durmientes y el combustible que de
mandaba la rápida extensión de las vias férreas. La secuela de esta falta de
planificación en el uso de un recurso teóricamente renovable se manifiesta
en la aguda pauperización de la población humana, con todas sus nefastas con
secuencias sociales.
Actualmente ya no se trata sólo de manejar sino de recuperar, y
para esto es imposible tomar otro punto de partida que no sea un conocimien
to profundo de los procesos naturales que influyen preponderantemente en la
dinámica de la vegetación y un análisis de los factores antropogénicos que
han degradado tan ostensiblemente la cubierta vegetal. Un estudio de las reg
puestas de cada comunidad al manejo actual o potencial servirá. de base pa
ra la elaboración de normas prácticas y económicamente convenientes para
racionalizar el uso de la tierra.
La economia de la región que nos ocupa se ha sustentado de la ex
tracción de madera y leña de sus bosques y en la ganaderia extensiva. Ambas
actividades, asi’encaradas, carecen actualmente de perspectivas,pues las es
pecies forestales más valiosas, el quebracho colorado y el quebracho blanco,
han disminude drásticamente, quedandosólo relictos con posibilidades de e!
plotación económica,y además, el bosque bajo las actuales condiciones no se
regenera, haciendo dudoso el futuro forestal de 1a zona.A su vez los pastiza
les naturales ya casi no existen, habiendo sido reemplazados por un matorral
de escaso valor tanto desde el punto de vista ganadero como forestal.
En consecuencia, la fisonomía preponderante en la vegetación ac
tual es el fachinal o matorral espinoso, económicamente improductivo y re
sultado directo del tipo de explotación a que ha estado sometida la cubierta
vegetal. Unahistoria similar fue admirablemente reconstruida por Morello
y Saravia (1959)con respecto a los bosques y pastizales del chaco salteño,
(4
y en lineas generales es aplicable al centro y sudoeste de Santiago del Este
ro, con la circunstancia agravante de ser ésta una zona marginal, más lábil,;
cuyo equilibrio natural una vez roto, se desplaza aceleradamente hacia la de
sertización.
Pero para un conocimiento profundo de la vegetación en sus aspeg
tos más dinámicos,el primer paso es caracterizar las distintas variantes de
la vegetación actual, o sea, establecer y delimitar las comunidades vegeta
les existentes. Estas servirán comobase para la caracterización de los co
rrespondientes ecosistemas o bioge‘cenosis,relacionando cada comunidadcon
las condiciones edáficas,topograficas y biótícas que la acompañan.Sin reco
nocer las distintas unidades de vegetación existentes es imposible adquirir
una visión del efecto de los diferentes fenómenos del ambiente sobre ésta, ya
que la vegetación no es un conjunto homogéneo sino que está parcelada,divi
dida en unidades con cierto grado de autonomía, que reflejan condiciones di
ferentes del ambiente y responden de modo diverso a la acción conciente o
inconciente del hombre. Sóloposteriormente podrá intentarse establecer un
esquema causal que nos indique cuales son los factores Operativos decisivos
en la determinación de cada comunidad y que nos permita ligarlas entre si’
según su propia dinámica.
Es decir la secuencia es: caracterizar las comunidades,conocer
los factores que las determinan y esbozar el encadenamiento causal que las
relaciona. Entonces podrán extrapolarse los resultados no sólo hacia el pa
sado reconstituyendo las condiciones primitivas de la vegetación, sino hacia
el futuro,permitiéndonos manejar realmente los recursos naturales. Existe
una cierta propensión a plantear directamente problemas de manejo y recu
peración de vegetación natural sin el estudio fitosociológico previo, creyendo
que el uso indiscriminado de maquinaria para desmonte, o el recurrir a plan
taciones de forraj eras introducidas, o a la resiembra, o a cualquier otra
técnica, solucionará el problema práctico sin necesitar un fundamentoteóri
(5
co previo. Como creemos que precisamente el camino apuesto es el correc
to, se ha realizado el presente trabajo.
Ahora bien, la caracterización y delimitación de comunidades-tipo
y su clasificación puede hacerse de variadas maneras y aplicando metodolo
gías y principios muy diferentes. Aunquepueda prevalecer cierta confusión
sobre si existe un único método justo de estudiar la vegetación,y sobre cúal
es este único método,nuestra actitud es considerar que todo método y toda
filosofia. subyacente, si está conceptualmente bien fundamentada,puede ser
aplicable, lo que implica automáticamente reconocer la validez del punto de
vista que confiere a los diferentes enfoques ecológicos sólo categoria gnoseg
lógica, es decir son eso: enfoques de una misma realidad que puede descri
birse e interpretarse desde muchos ángulos diferentes; y por otra parte ad0p_
tamos un criterio pragmático,por cuanto creemos que la elección del enfoque
sólo se sustenta en consideraciones prácticas y circunstanciales, la conve
niencia de seleccionar una metodología y su correspondiente fundamento teg
rico está restringida por ciertas condiciones.Por lo tanto, puede seleccio
narse en principio cualquier método de estudio, teniendo presente solamente
que los atributos que se utilizarán para definir las comunidades se deberán
seleccionar de acuerdo con los propósitos perseguidos, la documentaciónya
existente y los medios de trabajo disponibles.
Los fines buscados están claros: sentar bases que permitan mane
jar eficazmente la vegetación; la documentación botánica y ecológica existen
te, sin ser muy abundantenos permite saltearnos etapas ya realizadas; los
medios disponibles son modestos, exigen métodos de realización rápida y
económica. Se ha elegido para este estudio la metodología flori’stica de Zu
rich; Montpellier o sistema de Braun Blanquet, hasta ahora poco utilizado en
Argentina,y se lo ha modificado según los métodos usados por Ellemberg
(1950) de establecer grupos ecológicos.
Según la experiencia europea, es un sistema que ha dado amplio
(6
resultado para estudiar vegetación profundamente afectada por el impacto hu
mano, elaborada sobre una flora rica, en regiones con riqueza de ambientes
diferentes.A su vez permite una.caracterización de cemunidades más deta
llada que los sistemas fis'onómicos de la escuela de Clements o de Tansley.
El trabajo de campo fue realizado por personal del Depto.de Cs.
Biológicas de la Facultad de Cs. Exactas y Naturales. Trabajaron en él, M.Mg
nasterio; L. Pizzini, y A.Okada, y resulta grato decir que sin su empeño y
entusiasmo este estudio no hubiera podido realizarse. Deboagradecer asi
mismo los consejos y sugerencias del Dr. J. Morello, quien con su amplio
conocimiento del chaco, facilitó la resolución de muchos problemas. La.par
te primera del trabajo de campo se efectuó en la Estancia El Salvador y a sus
propietarios, la familia Retondo, agradezco su exquisita gentileza y hospita
lidad.
B. Estado actual del conocimiento de la vegetación de la zona.
La vegetación del chaco semiárido no ha sido estudiada hasta aho
ra detalladamente en su conjunto; sin embargo, diferentes autores se han o
cupado de alguno de sus aspectos, lo que hace posible tomarlos como punto
de partida de toda nueva investigación. Pero hagamos notar que aún hoy, vas
tas extensiones del chaco permanecen inexploradas, al menos botánicamen
te, y que no se tendrá. una comprensión cabal de toda su vegetación mientras
no se reconozcan mucho mejor áreas claves en el proceso de origen y dife
renciación de la flora chaqueña, como el chaco boliviano y paraguayo.
Sin contar las primeras descripciones existentes de los botánicos
que recorrieron el chaco durante el siglo pasado, donde se dan descripcio
nes fisonómicas o listas flori'sticas, nos referiremos a los principales tra
bajos que examinan con preferencia algún aspecto de la vegetación chaquefla.
El trabajo de Herzog (1900) describe sucintamente el chaco boliviano, al que
este autor denomina "formación de monte del gran chaco", estableciendo su
límite septentrional en la Sierra de Chiquitos, aunque algunos de sus elemeg
(7
tos, como Cogernicia, pasan esta serrani'a llegando hasta el Sur de los llanos
de Moxos. La lista flori’stica que da Herzog para el chaco boliviano en la Sie
rra de Chiquitos, nos muestra cómo esta vegetación es muy similar en com
posición al chaco de Salta y Formosa, sólo falta SchinOpsis, pero por la pre
sencia de Bulnesia sarmientoi y de Aspidospermaiuebracho-blanco ( ó A.
triternatum?) vemos que se trata de un "palosantal", comunidad similar a 1a
que se encuentra en sitios bajos e inundables del Norte de Salta y Oeste de
Formosa. En el chaco boliviano esta formación alterna con la formación del
"pantanal': mucho más higrofi’tica, constituida en su mayor parte por elemen
tos subtropicales,que ocupa suelos inundados durante un periodo prolongado
.del año. El trabajo de Herzog es útil entonces por contener algunas indicacig
nes sobre el limite norte del chaco, tan mal conocido y además para conocer
la composición del bosque Chaqueñoen Bolivia y sus relaciones ecológicas y
flori'sticas con las formaciones subtropicales.
Fiebrig (1933)da una visión 'general de las formaciones vegeta
les del chaco paraguayo, con énfasis en la parte oriental húmeda más cono
cida, cercana al rfo Paraguay; pero describe asimismo brevemente las for
maciones del chaco occidental paraguayo o "chaco alto", es decir, la prolon
gación en el vecino pai's de nuestro chaco. semiárido. Reconoce en la zona del
chaco alto dos formaciones de distinta fisonomía: los campos-parques y los
campos-espartillares. Los campos-parques están dominadospor Schinogsis
lorentzii y de la lista flori’stica que da este autor se desprende la similitud
de éstos con el bosque de quebracho de Salta y Formosa, aunque aquellos se
encuentran enriquecidos con numerosos elementos arbóreos característicos
de los bosques de transición hacia las selvas montanas occidentales: ¿5210
Ïtím: Fagara,Calzcophzllum,Pterogvne,CM elementosa suvez comunes con las formaciones húmedas subtropicales orientales del Este
del ri'o Paraguay. Los campos-espartillares, sábanas dominadas por el es
partillo Elionurus latiflora , alternan con el parque y el autor los asimila eco
(8
lógica y morfológicainente, a los campos altos del Matto Grosso. Si bien no
se aclara si existe alguna relación genética entre estas dos formaciones, o
cuales son los factores ambientales responsables de la existencia de cada
una de ellas, el mayor interés de este trabajo es mostrarnos, por un lado,
las afinidades flori'sticas con nuestro chaco, tan estrechas que pueden con
siderarse como integrantes de una misma comunidad;y por otro, la presen
cia en esta zona mu)rpoco modificada por el hombre blanco de dos tipos de
vegetación diferentes: parque y campo limpio, tipos que.como veremos, ya
no se encuentran en nuestro pais.
Kanter (1936), realiza la monografía más completa que se tiene
hasta el momento del ambiente chaquefio en toda su extensión. Además del
valor intrínseco de la obra como geografia regional, da datos valiosos so
bre flora y vegetación. El mapa que presenta con 1a distribución de algunas
especies características: palmeras, quebracho colorado, yuchán, no sólo
resulta útil para establecer los limites del gran chaco, sino también suges
tivo para reflexionar sobre la historia de la flora chaqueña.
Pasemos ahora a considerar los estudios más recientes realizados
en nuestro pais.
Ragonese (1951), dedicó un estudio monográfico a la vegetación y
a la flora de las Salinas Grandes, reconociendo tres cinturones de vegetación
que rodean conce'ntricamente al desierto salina, a saber: la estepa de nanofa
nerofitos suculentos o jumeal de Allenrolfea patagonica y Heterostacth ri
tteriana; el matorral halófilo o cardonal de Cereus coryne, Geoffraea decor
ticans y Maytenus vitis-ideae; y el quebrachal de Aspidosperma guebracho
blancoI describiendo asimismo las fases de degradación de este último hacia
matorrales de distintas especies. En cada una de estas comunidades fisong
mico-flori'sticas realizó censos según el método de Zurich-Montpellierfpero
dichos censos no fueron utilizados para establecer asociaciones en el sentido
de esta escuela.
(9
Hueck (1953), describe y cartografia las comunidades vegetales
de la Provincia de Tucumán, de acuerdo a criterios fisonómico-flori'sticos.
Dentro de los bosques chaqueños considera tres comunidades: el bosque de
algarrobo, el de quebracho y el de tala-mistol. El bosque de algarrobo se
encuentra tanto fuera de la zona chaquefla, bajo clima árido,donde es mante
nido por 1a humedad edáfica (Ver Morello-1958), como dentro del chaco en
Santiago y Catamarca,donde bordea suelos salinos, y en este caso pueden en
trar en su composición ambos quebrachos. En el bosque de quebracho dis
tingue tres variantes: el bosque normal, el de sequi'aextrema con Trithri
nax campestris , y el de áreas montañosas con horco-quebracho y yuchán.
El bosque de tala-mistol es el más higrófilo de los tres tipos de bosques ch_a_
queños y está. caracterizado por estas dos especies,y además por el ceibo,
por Sapium haematospermum y Schinus molle. Bordea el bosque de quebra
cho por el Oeste, pero en manchones discontinuos.
Hueck realizó también el mapa de vegetación de Salta y Jujuy (ho
ja La Quiaca, escala 1:1.000.000, inédito), utilizando los mismos tres tipos
de bosques chaqueños. Varias observaciones pueden hacerse respecto a es
tos trabajos, en primer lugar, es de hacer notar la falta de descripción y
caracterización precisa de cada una de las unidades mapeadas. Es inútil dar
detalles de la distribución de una comunidad en un mapa cuando ésta se en
cuentra insuficientemente definiday caracterizada. Por otra parte el bosque
de algarrobo reune un conjunto de comunidades bien diferentes ecolo'gicamen
te, como pueden ser los algarrobales freatófitos de clima árido y los alga
rrobales del chaco que, en muchos casos, son resultado de la destrucción
del quebracho! El bosque de quebracho a su vez está, como dijimos, vaga
mente caracterizado; probablemente lo que Hueck denomina variante normal
sea el quebrachal flori'sticamente más rico de la zona norte del chaco semi
árido, mientras que la variante de sequía sea el bosque de quebracho empo
brecido, característico de la región meridional del chaco. Además creo que
(10
el bosque Chaqueñoserrano tiene diferencias tan significativas con el que
brachal de llanura como para merecer un tipo aparte. Finalmente, el bos
que de tala-mistol parece ser un quebrachal explotado en zonas de piede
monte con humedad edáfica extra, es decir una variante menor del bosque
de quebracho de llanura de Salta y Tucumán.
Czajka y Vervoorst (1956), realizan distintos perfiles de vegeta
ción que cruzan el Noroeste argentino, desde el chaco hasta 1a puna, donde
representan diferentes tipos fisonómicos. En el área chaquefla reconocen,
fuera de las unidades azonales, tres tipos fisonómicos: el bosque espinoso
o sabana espinosa, con sotobosque formado por Bromeliáceas y Cactáceas;
el algarrobal Chaqueño; y el bosque seco de quebracho o sabana seca. E1bos
que espinoso sería en parte climáxico, en la zona más seca del chaco, en par
te antrópico, producto de degradación del quebrachal. El algarrobal igual
mente puede ser antrópico y derivado del quebrachal, o de origen edáfico, en
suelos con humedad extra. Estas unidades tienen un gran paralelismo con
las utilizadas por Hueck, sólo que estos autores consideran a1bosque de tala
mistol como una variante edáfica del quebrachal y dividen los algarrobales
de Hueck en dos tipos diferentes. Estos dos enfoques fisonómico-flori'sticos
son de utilidad indudable como primer paso en 1a individualización de gran
des unidades, pero no nos permiten ir muy lejos enla interpretación ecológi
ca ni en el análisis de 1a dinámica de la vegetación.
Morello y Saravia (1959 a, 1959b), realizan el primer estudio de
tallado de las comunidades vegetales del chaco semiárido y de las relaciones
entre vegetación primitiva, ganadería, explotación forestal y comunidades
actuales. Aunqueel trabajo fue realizado en el chaco saltefio, sus conclusio
nes son válidas en líneas generales para todo el chaco semiárido. Las prin
cipales conclusiones son realmente de gran significación para comprender
los agentes y sucesos decisivos en 1a historia reciente de la vegetación cha
queña: la desaparición de los pastizales, 1a invasión de leñosas, el papel del
(ll
fuego en ambos procesos, 1a acción del talado y del pastoreo sobre el bos
que y la transformación de éste en comunidades secundarias. Puede criti
carse este trabajo por las deficiencias metodológicas,principalmente en 1a
obtención de datos de campo y la realización de censos, lo que provoca en
ocasiones una generalización arriesgada, pero sin duda es el trabajo que ha
contribuido más al conocimiento de la vegetación chaquefia y de los agentes
que la condicionan.
Finalmente, citaremos el trabajo inédito de Sayago, "Esbozo fito
geográfico y Ma de vegetación leñosa del norte de Córdoba", del cual sólo
conozco el resumen, Sayago (1963), y un mapa preliminar en escala 1:
250.000 realizado según el sistema fisonómico de Kuchler,donde se indican
además sobreimpresas, la presencia de especies características o raras. La
vegetación aparece dividida en cinco zonas de vegetación de llanura y tres pi
sos de vegetación serrana. Mientras no aparezca el trabajo final, no será po
sible apreciar los aciertos de este mapa, pero pueden aplicarse a él las con
sideraciones válidas para todo el sistema de cartografiado fisonómico de
Kuchler, o sea, el ser útiles para un conocimiento general de la vegetación
de una región poco estudiada, pero presentar los inconvenientes de todo siste
ma de descripción meramente fisonómico: ser inadecuado para una compren
sión de la dinámica de 1a cubierta vegetal.
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ubicación geográfica de la regiónEiggra lb.h8p8 que muestra laestudiada.Escala 122.500.000
(12
II. -_ CARACTERIZACION DE LA REGION ESTUDIADA.
A. Localización geogáfica.
La zona cuya vegetación se estudió (Figura l a, b) se encuentra ub_i
cada en el centro-norte de la República Argentina, en las Provincias de San
tiago del Estero y Catamarca, siendo sus limites el ri'o Salado en el Este has
ta la localidad de Pinto; las Sierras de Sumampay Ambargasta, y las Salinas
Grandes en el Sur y SudOeste; la Sierra del Alto o Ancasti en el Oeste;el li
mite entre las Provincias de Santiago del Estero y Tucumán en el Oeste y
Nor Oeste, y el paralelo 27° latitud Sur en el Norte. Abarca una superficie
aproximada de 25. ooo km2.
No se ha recorrido toda la superficie comprendida dentro de los l_f
mites arriba indicados, pero en base al conocimiento exhaustivo de las comu
nidades vegetales de áreas caracteristicas reducidas y de reconocimiento ge
nerales por el resto de la zona, y apoyándonosen consideraciones ecológicas,
tcpográficas, geomorfológicas y climáticas, pueden extrapolarse los datos re
cogidos a toda el área mencionada. No se tienen en cambio datos de campo
de la vegetación existente desde la margen izquierda del Salado hacia el Es
te y Noreste, y no debe por consiguiente interpretarse este ri’ocomo límite
natural de ningún tipo de vegetación, sino sólo como frontera arbitraria de
la zona estudiada. Los otros límites en cambio pueden considerarse limites
naturales aproximados, más allá de los cuales las comunidades vegetales e
xistentes difieren de las que habitan en la región considerada.
Fundamentalmente los grandes rasgos de la geografia fisica de la
zona podrian describirse separando dos tipos básicos de relieve: 1a llanura
y la sierra. La llanura no es sino el borde occidental de la gran llanura cha
quefia, con pendiente suavi'sima hacia el Sudeste que determina la dirección
de los dos ri’osprincipales que la cruzan, y altitudes sobre el nivel del mar
desde 100 hasta 300 metros. El ri'o Dulce, después de atravesar el amplio
valle que separa 1a Sierra de Guasayán de su prolongación hacia el Norte,
(13
tuerce su cauce hacia el Sudeste,y marca en este tramo el límite Oeste de la
llanura, pues su cauce se apoya sobre el piedemonte de la Sierra de Guasayán.
Bordeandola llanura existen tres zonas serranas pertenecientes a1sistema
de sierras pampeanas. La más importante por su extensión y altitud es la
Sierra de Ancasti, cordón longitudinal que separa la región considerada del
valle de Catamarca. Sus cumbres se elevan hasta 1. 800 mts. Al Este de la
Sierra de Ancasti, se extiende otro cordón longitudinal, mucho menos exten
so y más bajo, la Sierra de Guasayán, cuyas cotas más elevadas no pasan
los 800 mts. Ambas sierras son montañas de falla, pero las fallas principa
les en ambos sistemas están situadas en bordes opuestos, al Oeste del Alto
y al Este de Guasayán, de modo que las pendientes suaves de ambos siste
mas serranos se enfrentan conformando un amplio valle longitudinal inter-mg
dio, con caracteristicas de bolsón. Por el eje de este bolsón pasa 1a li'nea fg
rrea que une Córdoba con Tucumán, que sirve asimismo de límite interpro
vincial entre Catamarca y Santiago del Estero.
El faldeo Este de Guasayán se prolonga en las pequeñas elevacio
nes de Ichagóny Los Cerrillos,terminando como ya hemos dicho sobre el
valle del ri'o Dulce. El tercer sistema serrano a que hemos hecho referen
cia está constituido por las Sierras de Sumampay Ambargasta, que consti
tuyen la prolongación más septentrional del sistema de sierras de Córdoba,
siendo en efecto la prolongación bifurcada de la Sierra del Norte o de San Pe
dro. También estas sierras se prolongan en faldeos suaves hacia el Este hag
ta terminar en los varios cauces del ri'o Dulce.
Comoproducto de estos accidentes del relieve pueden reconocer
se los siguientes ambientes geográficos dentro de esta región: los valles an
chos y chatos de los ri'os Dulce, Saladillo y Salado; la zona mesopotámica,li
geramente más elevada que separa estos cursos de agua; la Sierra de Guasa
yan, su piedemonte oriental, y sus prolongaciones hacia el Norte y el Sur;el
bolsón alargado entre esta sierra y 1a de Ancasti; la Sierra de Ancasti y su
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(14
p iedemonte; la depresión ocupada por las Salinas Grandes;las Sierras de Su
mampa y Ambargasta y sus piedemontes hacia el Oeste y Noreste. Los perfi
les topográficos de las Figuras 2a,b, c, nos muestran las condiciones gene
rales de pendiente, extensión y localización de cada una de estas unidades
geográficas. En este trabajo no se estudiará en detalle la vegetación de los
faldeos serranos, pero sf la de piedemontes y bolsones. Tampoco se consi
derará la vegetación de los valles anegadizos de los ríos Salado y Dulce, ni
la de las Salinas, pero sf se analizarán las comunidades de la región mesopo
támica más elevada. La razón para esta elección es simple: los faldeos se
rranos tienen comunidades totalmente diferentes de las de la zona ondulada
donde afin se siente la influencia topográfica de éstas, pero sin aflorar el ba
samento cristalino; y los terrenos bajos, inundables durante las grandes cre
cidas, con suelos pesados y generalmente salinos, tienen vegetación también
característica, con mucho de común con la de las Salinas, diferente de la de
los suelos zonales de la región mesopotámica. Esta en cambio, es esencial
mente similar a la pre-serrana. De modo que, en resumen, a pesar del gran
número de ambientes geográficos diferentes, los tipos fundamentales de ve
getación son tres: serrano, de piedemonte y llanura no inundable, y de sue
los anegadizos, de los cuales estudiaremos sólo el segundo.
B. Geologia y geomorfologi’a.
Geolo'gicamentepodemos considerar las siguientes unidades: el
basamento cristalino, grani'tico o metamórfico, que aflora sólo en los cordo
nes montafiosos; los estratos sedimentarios del llamado "terciario subandino"
que forman franjas paralelas al relieve localizadas en los bordes de los ma
cizos cristalinos; y los sedimentos cuartarios y recientes que cubren la gran
mayoría del relieve llano. Del trabajo de Beder (1928) se ha reproducido el
perfil geológico de la Figura 3.
El substrato geológicotiene importancia directa o indirecta, a tra
(16
vés del proceso pedogenetico, sobre la vegetación que lo cubre. Asi’cada vez
que aflora el basamento cristalino cambia radicalmente la naturaleza del bo_s_
que, siendo reemplazado el quebrachal semiárido por el bosque chaquefio se
rrano. Los sedimentos terciarios ricos en yeso influyen poderosamente en
el ambiente superficial, no directamente sobre el tipo de comunidad que los
cubre, sino sobre el grado de erosión del suelo y de recuperación natural de
la vegetación cuando se rompe el equilibrio natural. Es asf como se observa
que los terrenos con afloramientos yesosos son los más lábiles, más facil
mente erosionables y más difíciles de recuperar de toda la zona pre-serrana.
En cuanto a los sedimentos cuartarios, podemos dividirlos en dos
grandes grupos: los pleistocenos y los recientes. Aquellos, de tipo fluvio
lacustre o loessico, presentan un material original sobre el cual se desa
rrollan suelos permeables, muy favorables para la infiltración y almacena
miento de agua. Los sedimentos recientes en cambio, de origen fluvial, pue
den ser arenosos y permeables en el curso superior de los ri’os,pero apenas
estos salen a la llanura y pierden bruscamente pendiente, depositan sedimen
tos finos, arcillosos, a veces con muchas sales, que son la base de los sue
los pesados del curso inferior del Dulce, Saladillo y del Salado. También en
este caso el tipo de sedimentos, y el sueldo que es consecuencia, influye de
cisivamente sobre la comunidad vegetal que lo habita, pues según sea un ca
so u otro tendremos el bosque de quebracho de margen de ri’oy sus comuni
dades derivadas, o las asociaciones de vinal, cordón, jume y otras halofitas.
Si pasamos ahora a las características fisiográficas de tercer or
den que se desarrollan en cada tipo de relieve, veremos como en la región
interserrana y preserrana de piedemonte y de bolsón, 1atopografía es ondu
lada formando un relieve de colinas suaves y redondeadas, con diferencias
de altitud máximas entre sus cimas y sus fondos del orden de los 20 o 30mts.
En la región mesopotámica entre el Salado y el curso principal del Dulce, el
relieve también es suavemente ondulado, mientras que en la isla que queda
(.16
entre el Saladillo y el Dulce se encuentra un relieve totalmente plano, con di
ferencias de cota que no pasan de un par de metros. Veremos luego como es
tas pequeñas diferencias topográficas se traducen en la vegetación determi
nando variaciones entre las comunidades de diferentes situaciones topográ
ficas, variación que se hace más evidente en zonas extremas como los sue
los salinos de 1a región llana recién mencionada, donde basta una diferencia
de nivel de un metro para que existan comunidades totalmente diferentes.
C. Suelos.
En el trabajo más reciente y completo sobre los suelos de Argen
tina, realizado por Cappannini y Domínguez {1959), se consideran los suelos
zonales de la región estudiada como suelos Eedocálcicos rojizos. Son suelos
propios de regiones de lavado reducido, en clima cálido. Sus características
definitorias más importantes son: poseer acumulaciones calcáreas o yesosas
en el perfil, localizadas más bien en profundidad; reacción neutra a mediana
mente alcalina, y ausencia de sales solubles. Segúnla sexta aproximación
americana perteneceri’an al orden 7, de lavado moderado, con horizonte E
textural.
Según Kusnezov (1960), los suelos zonales en el chaco semiárido
santiagueño se han formado sobre limos loessicos amarillentos, y se carac
terizan por un horizontei de color pardo, de 20-25 cms. , que pasa muy len
tamente al ¿3_ de color pardo claro, y por fin a pardo amarillento a los 65
70 cms. Los carbonatos empiezan a partir de los 70-80 cms.Para esta auto
ra, que sigue las modernas clasificaciones rusas, los suelos desarrollados
bajo este tipo de bosque en clima subtropical semiárido, se denominan sue
los "marrones", y se diferencian de los suelos castaños por desarrollarse
éstos bajo vegetación herbácea y aquellos en cambio en ambiente forestal, lo
que se traduce en una mayor profundidad de deposición de carbonatos y un
menor contenido en materia orgánica.
(17
Los pocos análisis de campo que realizamos en suelos forestales
no degradados se ajustan a estas caracteristicas,ya que en ningúncaso se
encontró presencia de carbonatos en los primeros 30 cms; el pH débilmen
te ácido en superficie, se neutraliza a los 15-20 cms. y luego se alcaliniza
levemente.
D. Clima.
Siguiendoel sistema de clasificación climática de Koeppen,la re
giónconsideradase encuentra incluidaen el tipom, es decir de clima
seco semiárido subtropical. Sus caracteristicas principales son: 1) Preci
pitaciones anuales escasas de 400-500 mm. , en promedio; 2) Grandes ex
tremos de variación de las precipitaciones en un mismo lugar en distintos
años, asi’por ejemplo la localidad de Recreo presenta extremos de 170 y
825 mm; 3) Notables diferencias en las precipitaciones en un mismo ano en
tre estaciones cercanas, hay por ejemplo diferencias de 150mm. , entre lo
calidades situadas a 25 km. de distancia y sin ningún obstáculo intermedio;
4) El año está dividido netamente en dos estaciones casi de igual duración,
una seca,pra’cticamente sin lluvias, el invierno, y la otra relativamente llu
viosa, el verano; 5) La humedad relativa es constantemente baja; 6) La eva
poración potencial es siempre mayor que la precipitación, siendo la evapo
ración potencial anual promedio del 1. 050 a 1. 100 mm. (Según Burgos y Vi
dal, 1951); 7) Existen netas diferencias de temperatura entre el invierno
frio y el verano cálido; 8) El periodo de heladas dura dos meses, de media
dos de Junio a mediados de Agosto; 9) Las lluvias de verano tienen muchas
veces caracter torrencial, siendo frecuentes las precipitaciones de 50y aun
de 100 mm. en un solo dia.
En resumen, podemos decir que se manifiestan dos tendencias cli
máticas fundamentales: una de sabanización, otra de continentalización. El
régimen climático en su significado directo para la vegetación puede visuali
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"bya. ¡3d an) u)f7 v l ¡7. ¡5‘ I 'jr‘ áÓ’I/WÍLÍMÓÏGIZ
(18
zarse mejor mediante gráficos que representen la marcha anual de las varia
bles climáticas más significativas. El diagrama ombroJérmico de Bagnouls
y Gaussen (1953)representa por ejemplo, temperaturas medias mensuales y
precipitaciones mensuales, usando una escala doble para las primeras. El
diagrama nos indica claramente entonces, la distribución, duración e intens_i
dad de los periodos de sequía. La Figura 4, es un diagrama de este tipo, tf
pico para 1a zona considerada, ya que indica las condiciones idealizadas, abs
trai'das de diagramas realizados para diferentes estaciones meteorológicas.
Vemos que si definimos como mes seco, aquel en que la precipitación men
sual en milímetros es inferior al doble de la temperatura media mensual en
grandos centígrados, tenemos seis meses secos. lo que se ajusta bastante a
1a realidad. El diagrama de balance hi’drico de Thornthwaite (Figura 5) cons
trude según las fórmulas dadas en Burgos y Vidal (1951), también nos mues
tra como durante todo el año la evapotranspiración potencial es superior a la
precipitación, dandopor consiguiente como resultado una constante deficien
cia de humedad.
Estas características de clima semiárido con lluvias torrenciales
concentradas en la estación cálida, hace que las condiciones de infiltración
del agua en el suelo tengan importancia crucial para el destino del agua de
lluvia, pues toda condición que disminuya la permeabilidad del horizonte su
perior del suelo, aumentará enormemente el escurrimiento superficial,pro
vocando en poco tiempo un grado considerable de erosión hídrica. De aqui’la
gran importancia que tiene en estos bosques el tapiz forestal de hojarasca
que mantiene permeable al horizonte A, frenando la acción compactadora
de las gotas de lluvia y' favoreciendo la infiltración del agua.
E. Economia.
Separemos en primer lugar las reducidas zonas con irrigación, li
mitadas a las márgenes del Dulce y el Salado, con su economía agrícola ce
(19
realera, hortícola, fruti’cola o algodonera, del resto de 1a región con econo
mia fundamentalmente ganadera y/o forestal.
En esta última 1a agricultura de secano tiene extensión e importa_n
cia limitada; constreñida a cultivos de verano, de ciclo corto, asume dos as
pectos diferentes: por un lado, la pequeña agricultura de subsistencia, sobre
todo de maíz y unas pocas verduras de consumo familiar; por el otro, redu
cidas extensiones de cultivos forrajeros, principalmente de sorgos.
Pasemos ahora a la ganadería y a la explotación forestal, que cong
tituyen las dos actividades básicas en la-vida económica de la región. En la
primera pueden distinguirse también dos modalidades bien diferentes. Por
una parte, la ganadería vacuna que está en manos de los estancieros, propig
tarios de la tierra y del ganado. Las estancias, cuya extensión se mide en
miles de hectáreas están explotadas en forma extensiva y poco tecnificada.
El ganado, en general rústico, recorre largos caminos en procura de pastos
o de aguadas. Las mejoras son escasas, faltan alambrados, bebederos, etc. ,
y pra'cticamente no existe manejo del campo. En verano puede haber exceso
de forraje, pero durante la larga estación seca, y principalmente en los últi
mos meses de ésta, sólo existen pastos secos, impalatables, de modo que el
animal pasa por un periodo critico en su alimentación.
El número de cabezas vacunas en toda la Provincia de Santiago del
Estero ha oscilado en los últimos 75 años entre 580. 000 y 680.000; las dos
terceras partes de ganado criollo, repartidas fundamentalmente en el Sur y
Centro de la Provincia. Esta cifra nos indica que Santiago fue' a fines del si
glo pasado 1amás importante de las Provincias ganaderas de la zona semi
árida argentina, pero mientras que en otras provincias como el Chaco,Salta,
San Luis o La Pampa, esta actividad progresó hasta las primeras décadas de
este siglo, Santiago ha quedadopracticamente estancada. Catamarca, por
otra parte tiene un número de vacunos mucho menor, del orden de 150.000
en toda 1a Provincia, el 90%de ganado criollo.
(20
El otro tipo de ganaderia está representado por la cria de capri
nos, y tiene una significación económica muy diferente; está en manos de
puesteros o encargados, para los cuales representa la principal fuente de
ingresos en todo el ano. Cada puesto tiene su majada, de alrededor de un '
centenar de animales que vagabundea diariamente por la vecindad, tocando
se las áreas de las majadas vecinas, de modo que todo el territorio está ex
puesto en mayor o menor grado a la presión del ramoneo.
La explotaciónforestal se hace tanto en tierras particulares co
mo en lotes fiscales. Actualmente en esta zona del Sudoeste y Centro de San
tiago del Estero y Este de Catamarca, no existen aserraderos de importan
cia por el estado deplorable de las masas forestales. Sólo los bosques cha
queños serranos son explotados para madera. En cambio 1a fabricación de
carbón es intensiva y las baterias de hornos o carboneras, jalonan con su
presencia las etapas más degradadas de la vegetación leflosa. Mientras que
los aserraderos o las concesiones de lotes fiscales y particulares están en
manos de capitalistas madereros, los carboneros son el equivalente forestal
de los criadores de cabras, sin capital, sin medios, sólo constituyen otra
modalidad de economia de subsistencia.
En resumen, en 1a zona chaqueña semiárida no irrigada del Cen
tro y Sudoeste de Santiago del Estero y Este de Catamarca, se muestran ola
ramente, tanto en su agricultura, como en la ganaderia o en la explotación
del bosque, dos economías superpuestas: una en manos de los propietarios
de la tierra o de capitalistas madereros, que concentra la gran mayoría del
valor de la producción; la o'tra casi de subsistencia, permite vegetar al res
to de la población. Diri'amos que esta segunda es una economía residual, al
margen de la otra, o más bien subproducto de ella. Es sin duda la que más
seriamente degrada el ambiente, pero seri’a absurdo intentar extirpar este
apéndice sin curar el agente causal de esta dualidad económica, social y hum_a
na.
(21
De este panorama esquematizado diremos como conclusión que
en esta región se enriquecen todavía los pocos propietarios de la tierra y.
los concesionarios madereros, mientras que sólo vegetan en mi'seras con
diciones de subsistencia el grueso de sus habitantes.
(22
HI. UBICACION DE LA VEGETACION ESTUDIADA DENTRO DEL
CUADRO GENERAL DE LA VEGETACION ARGENTINA.
A. Esquemas fitogeográficos existentes.
Las grandes regiones flori'sticas de nuestro pai’sfueron delinea
das por Cabrera en su "Esquema Fitogeográfico de la República Argentina".
En ese trabajo se reconocen unidades de distinto nivel jerárquico que resul
tan fundamentales para comprender el proceso de integración flori’stica de
la vegetación argentina. El Dominio Chagueño alli’definido y delimitado re
presenta sin duda el resultado de un proceso histórico que condujo al mode
lado de un linaje flori'stico.
Dado que un linaje flori'stico es el resultado actual de los aconteci
mientos que han actuado sobre una determinada flora a lo largo de su histo
ria, su definición precisa implicaría conocer su génesis, edad y desarrollo,
asi' como los factores ambientales climático-geológicos que lo modelaron.
Con nuestros conocimientos actuales no estamos en condiciones de cumplir
la mayor parte de estos requisitos, pero podemos intentar dar una primera
aproximación y considerar como linaje flori’stico Chaqueñoa aquel conjunto
de especies que se originó a partir de la flora neotropical terciaria, en el
Sur del cinturón tropical sudamericano, como respuesta a tendencias climé
ticas de sabanización creciente. (Para aclarar el concepto de sabanización,
ver Dansereau, 1957). Esta definición nos indica conjuntamente la geoflora
que le dió origen, el lapso geológico aproximado de su aparición y diferen
_ciación, y el principal proceso climático-ambiental que la modeló.
A1Norte del cinturón selvático neotropical, también se diferenció
una flora peculiar como respuesta a condiciones de sabanización, pero ca
racteristicas geográficas diferenciales entre los trópicos del Norte y del Sur
de Sudamérica, conjuntamente con el largo aislamiento evolutivo de las dos
floras, ha hecho que pocos elementos sean comunes al linaje florfstico cha
(23
queñoy al linaje flori'stico sabánico de la zona septentrional de este continen
te.
Parece conveniente recalcar que un linaje flori'stico no puede ser
caracterizado por un cierto género, sin considerar simultáneamente la his
toria evolutiva de este género. Asi' Prosgpis es en América un género cuyo
mayor número de especies pertenecen al linaje flori'stico chaqueño,pero tiene
también especies que le son extrañas como P. juliflora. Una especie en cam
bio, por ser de origen monotópico, es siempre producto de cierto linaje flo
rfstico, aunqueposteriormente pueda extender su área geográfica hasta terri
torios muy alejados del centro de origen de su linaje.
Las unidades en los estudios flori’stico-históricos son, entonces,
grupos de especies resultantes de un modelado histórico común que ha actua
do sobre una cierta flora original. Ahora bien, en cualquier territorio geo
gráfico pueden coexistir diferentes linajes florísticos, ya sea por coloniza
ciones sucesivas de elementos de origen diverso o por diferente velocidad evg
lutiva de especies de un mismo linaje, y en consecuencia, resulta totalmente
arbitrario intentar adjudicar a cada linaje flori'stico un área definida de la su
perficie terrestre. Por ejemplo, es bien conocida la heterogeneidad, en cuan
to a los elementos que constituyen su flora, de la vegetación pampeana, inte
grada por lo menos por tres linajes florfsticos diferentes, uno austro-bras_i
lefio, otro Chaqueñoy otro andino. El colocar la pampa entonces como pro
vincia fitogeográfica del dominio chaqueno, puede obscurecer el hecho del ori
gen mixto de su flora, razón por lo cual resulta más eficaz considerar cada
unidad regional como integrada por uno o más linajes flori’sticos pero no como
perteneciente a un determinado territorio flori’stico.
Es decir los elementos flori’sticos constituyentes de un linaje son
especies que por su unidad de origen y de condiciones ambientales generales
en que se desarrolló su historia evolutiva durante un lapso de tiempo medido
en escala geológica, traducen con su presencia en un cierto territorio geográ
(24
fico, información valiosa de caracter histórico, pero salvo. casos excepcio
nales de territorios con flora muy uniforme, como podri’anser pequeñas is
las aisladas durante gran parte de su historia geológica, ningúnterritorio
fisico podrá caracterizarse por la presencia de un único linaje flori'stico, de
modo que resulta inadecuado dividir la superficie terrestre en zonas flori’s
ticas. Es por el contrario convenientecaracterizar los diferentes linajes,
catalogando los elementos que los integran y describiendo las condiciones
de su modelado histórico, e interpretar luego la flora de cada región del pla
neta como encuentro y superposición de diferentes linajes.
Si seguimos esta li'nea de pensamiento, podremos ver con mayor
claridad como el linaje flori'stico chaqueño se extiende por el dominio cha
queño definido por Cabrera, es elemento fundamental en 1aflora de la pro
vincia fitogeográfica chaquefla, y participa junto a otras líneas flori’sticas
en 1a integración de la flora de todas las provincias fitogeográficas pericha
queñas, ya sea en la del monte, la del espinal o la subtropical, extendiéndose
incluso hasta la pampa o las sabanas austrobrasileflas.
En cada territorio la flora actual es resultado del encuentro de dis
tintos elementos flori'sticos. Asi’el bosque serrano de Piptadenia macrocarpa
y SchinOpsishaenkeana contiene elementos flori’sticos de las selvas subtro
picales y del chaco; la vegetación de los faldeos áridos de las sierras pam
peanas, ubicada por Morello en la provincia fitogeográfica del Monte, con
tiene elementos andinos y chaquenos; los bosques de Schinogis balansae de
la Provincia de Santa Fe, presentan una conjunción de elementos chaqueños y
austrobrasileños.
De lo dicho se desprende que, establecer límites gográficos so
bre la base de elementos flori’sticos, es más o menos convencional, lo que
no significa desconocer su utilidad como primera aproximación en 1a delimi
tación de territorios cuya flora se labró bajo procesos ambientales comunes.
Pero si se desearan demarcar con exactitud los límites entre regiones flo
(25
rfsticas nos encontrarfamos abocados a un irresoluble pseudoproblema.Vol
viendo entonces al dominio chaqueño, repito que lo interpretaremos como el
área total en que se extienden en Argentina los elementos flori’sticos consti
tuyentes del linaje Chaqueño.
La caracterización de unidades flori’sticas menores dentro del do
minio chaquefio, constituye también un problema complejo. La división en
provincias fitogeográficas caracterizadas por el área de distribución de de
terminadas especies, resulta no sólo arbitraria, sino también poco relevante.
La provincia del Monte, por ejemplo, es como hemos dicho área de conjun
ción de lloras andinas y chaqueñas, y la lista de sus endemismos es hetero
génea en cuanto a su origen. Sin duda los elementos chaqueflos de la provin
cia del Monte son especies que han surgido como respuesta a condiciones cli
máticas de sabanización extrema, es decir, de semidesertización y continen
talización en una latitud subtropical. 0 sea que la tendencia climática básica,
no difiere de la.del chaco "sensu stricto" sino que es similar pero más acen
tuada. Tratar de definir el Montepor sus endemismos, tropieza con la difi
cultad básica de que no existe ningún endemismo, de cualquier origen que sea,
que se extienda por todo el territorio adjudicado a esta provincia fitogeográ
fica, y esto sin considerar la acción perturbadora del hombre que puede mo
dificar el área original de distribución de las especies.
Estas consideraciones bastan para indicarnos lo fútil que resulta
establecer unidades geográficas muy elaboradas con una base exclusivamen
te florfstica. Podríamos adoptar también el criterio de considerar el Monte
como intersección de dos corrientes flori’sticas, pero esto no nos ayudaría
mucho para comprender los problemas que presenta la vegetación de este
territorÍO.
Lo dicho para el Monte vale con más razón aún para la provincia
del Espinal, que carece en grado superior al Monte de homogeneidad florfs
tica. De modo que la división del dominio Chaqueñoen provincias según el
(26
esquema de Cabrera, no sólo es problemático por la falta de un núcleo im
portante de especies que se limiten a cada una de las divisiones así estable
cidas, sino que además las provincias definidas carecen de unidad incluso
desde el punto de vista histórico-flori'stico.
En base a estas consideraciones, creo que resulta más convenien
te, no elaborar demasiados esquemas fitogeográficos meramente flori’sticos
y utilizar en cambio como unidades menores dentro de cada dominio florfsti
co, unidades de vegetación o de vegetación y ambiente que tengan mayor sig
nificado ecológico.
B. Ensayo de caracterización en pequeña escala de la vegetación chagena.
La provincia fitogeográfica chaqueña tiene según estas considera
ciones poco sentido como unidad flori'stica. Cabrera en su esquema reco
noce esta unidad por "el predominio de SchinOpsisy Aspidosperma", criterio
que para delimitar una unidad flori'stica de la magnitud del chaco, parece tan
convencionalo tan aceptable como cualquier otro. En este trabajo preferire
mos hacer una sepración que refleje las condiciones ecológicas peculiares de
la vegetación en cada región, y con este objeto recurriremos en primer lugar
aun criterio fisonómico, estableciendo dentro del dominio chaqueño una pri
mera división entre regiones con vegetación exclusivamente herbácea, de tipo
estépico, y las restantes regiones con vegetación de bosque, parque, sabana
con árboles o matorral. De este modo separamos del resto del dominio cha
queño, la estepa pampeana y las estepas serranas de los faldeos elevados y
"pampas" de altura.
Esta separación fisonómica, tiene asimismo, además de un sentido
ecológico, un significado flori’stico, por ser ambas regiones muy afines en
este aspecto, siendo las zonas del dominio chaqueño en que el elemento flo
ral andino alcanza su máxima importancia. Los pastizales de altura de las
sierras de Aconquija, Ambato, Ancasti, Córdoba y San Luis presentan una
(27 l
afinidad flori'stica tan estrecha con las estepas de llanura del sur de Córdoba
o del Oeste de Buenos Aires que hace surgir la idea expresada en la literatu
ra de que "la pampa es un chaco sin árboles". Pero en este caso, lo fundameli
tal del elemento flori'stico común no es Chaqueño, sino andino, por lo que pa
rece más correcto decir que "la pampa es un pastizal serrano en la llanura",
al menos en su porción occidental.
Para el resto del dominio chaquefloresulta dificil seguir empleando
criterios fisonómicos para separar unidades ecológicas interesantes, a una
escala intermedia entre el dominioy las comunidades vegetales locales,por
la prolongada alteración fisonómica que ha impreso el hombre. Desde el pug
to de vista flori’stico, sólo valdría 1apena señalar que, la flora chaqueña casi
libre de elementos extraños en el centro de su área, se mezcla hacia ambos
bordes con elementos distintos: andinos en el Oeste y Sur, y austrobrasile
nos en el Norte y Este.
Por otra parte es útil considerar el gradiente de humedad que atra
viesa el chaco de Este a Oeste, originando comunidades de muy diferente sig
nificado ecológico en su borde oriental húmedo y en su margen occidental se
midesértico. Este gradiente de humedad tiene dos segmentos de gran signi
ficación como limites ecológicos y económicos de importancia trascendental
a saber: los que separan la zona agronomicamente húmeda de la semiárida y
ésta de la árida. Estos lfmites agronómicos, considerados aqui’no como li’neas
sobre un mapa, sino como franjas de espesor y localización variable de año a
año, se puedenutilizar para separar tres grandes zonas bioclimáticas en el
chaco: una oriental húmeda, una central semiárida y otra occidental árida.
Puede parecer incoherente utilizar un criterio agronómicopara es
tablecer limites de vegetación natural, pero en la escala que consideramos y
para el objetivo que perseguimos, este criterio, convencional como cualquier
otro, nos es útil y significativo. Es más útil que un criterio climático, como
podrían ser los limites entre zonas húmedas, áridas y semiáridas estableci
(28
das por el sistema de Koeppeno de Thorthwaite, porque estos limites tam
poco coinciden con límites ecológicos en la vegetación natural, y son mucho
menos significativos para la finalidad perseguida y en la escala considerada
que los criterios agronómicos.
El limite de cosechas anuales garantizadas, de agricultura de se
cano de éxito dudoso y de imposibilidad de cultivos, influirán poderosamente
sobre la actividad económica del hombre en cada región, y esta actividad in
fluirá a su vez, sobre lo que el hombre pretenda obtener de la vegetación na
tural y será por consiguiente uno de los factores decisivos para establecer
su acción directa o indirecta sobre ella.
Son estos los motivos por los que preferimos dividir el área cha
quefia según criterios de aridez basados en la posibilidad de cultivo de ce
reales. Cuando se conozcan con mayor detalle las comunidades vegetales de
todo el territorio Chaqueño, será posible tener un cuadro completo de su ve
getación sin necesidad de recurrir a criterios de separación extraños a la
vegetación misma.
Estos limites agronómicos no coinciden con los límites estableci
dos por los fitogeógrafos para sus unidades, ya sean establecidas con base
flori'stica o fisonómica. Tienen además sobre éstos la ventaja de ser de de
terminación sencilla, mientras que los limites entre los distritos florfsticos,
fuera de la zona de relieve montañoso, y por consiguiente de transiciones ta
jantes, son tan difusos que dejan amplias áreas ecotonales sin ubicación.
Veánse, por ejemplo, los ecotonos entre las provincias fitogeográficas del
Monte, Chaco y Espinal en Morello (1958), donde un mapa indica que la zona
de transición entre estas tres unidades abarca una superficie cercana a la
mitad de la superficie total del Monte.
Limitándonos ahora a nuestro objetivo particular de esbozar en sus
grandes lineamientos la vegetación de la región chaqueña semiárida y árida,
veremos como pueden establecerse dentro de ella unidades menores. No hay
(.2 9
estudios que consideren con detalle la vegetación del chaco semiárido y ári
do en su conjunto,de modo que basándonos en la bibliografía existente y en
el conocimientodirecto de la zona, trataremos de caracterizar algunas uni
dades de significación ecológica evidente.
Sobre el margen oriental de la zona semiárida chaqueña.existen
dos tipos básicos de comunidades: los bosques y las sabanas. Los primeros
son los quebrachales de Schinopsis balansae; Schinopsis lorentzii, y Aspidos
perma giebracho-blanco; las sabanas, con árboles aislados están dominadas
por Elionurus . Ambos tipos de vegetación han sido estudiados por Ragonese
y Covas (1940) y por Ragonese (1941).
Más hacia el Oeste, bien dentro de la zona semiárida, en la pro
vincia de Santiago del Estero, desaparece SchinOpsisbalansae, y el tipo de
vegetación predominante es el bosque de Schinopsis lorentzii y Agidosperma
Eebracho-blanco , o quebrachal semiárido, bosque al que se le ha atribui’do
el caracter de climax en la zona. Sin entrar a discutir el muy debatido con
cepto de clímax y su aplicabilidad al quebrachal semiárido, diremos que es
ta comunidad se extendió primitivamente, antes que la persecución del hom
bre redujera drásticamente su extensión, desde el chaco boliviano y paragua
yo hasta el Norte de la Provincia de Córdoba, alcanzando en su extremo Sud
Oeste la proximidad de las Salinas Grandes y el pie de la Sierra del Alto.
En el quebrachal semiárido se distinguen dos variantes que difie
ren en la composiciónflori'stica de sus estratos inferiores. La primera de
ellas más rica en especies, abarca el área septentrional, más lluviosa y cá
lida, del chaco semiárido, y podría denominarse giebrachal semiárido salteño.
Su límite meridional cruza el centro de la Provincia de Santiago del Estero a
la altura aproximada del parelelo 27°. El otro tipo de quebrachal semiárido,
que llamaremos santiaggeño , alcanza su máxima expansión en el centro y
SudOeste de esta Provincia. Aquí el clima es más seco y más fri’oen invier
no, aunque fundamentalmente similar en su régimen al que prevalece en el
(30
quebrachal salteño. La siguiente lista de especies reúne algunas de las que
pueden ser utilizadas para diferenciar ambos tipos de bosque, ya que sólo
se encuentran presentes en el chaco salteño: Caesalpinia paraguariensis,
Achatocarpus praecox, Capparis retusa, C.tweediana, C. salicifolia, Ru
prechtia triflora, R. apetala, Bulnesia bonariensis, B.foliosa, Bouganvilleae
campanulata, B. praecox, B. infesta, Chorisia ins1g3is, Pereskla sacharosa,
Quabentia pflanzii, Acantosyris falcata , todas estas leñosas, asi' como nume
rosas herbáceas y enredaderas como Ruellia, Arrabidaea, etc.
Ambos tipos de bosque son típicos y exclusivos de la llanura cha
queña, el resto de ésta, estuvo ocupada por sabanas limpias o arboladas, hoy
practicamente desaparecidas, y por comunidades edáficas de suelos tempora
riamente inundadas: palmares de Copernicia alba; bosques de Bulnesia sar
mientoi (palosantales) 'en el norte del chaco salteño; vinalares y jumeales en
las depresiones de suelos pesados o salinos, etc.
Acercándonos a las Salinas Grandes, desaparece Schin0psis lorent
Li, disminuyen las precipitaciones, aumentandoel número de meses secos,
y se continentaliza más el clima. La vegetación adquiere un caracter distin
to, constituyendo otra comunidad de distinta fisonomía y composición, que
podria designarse como bosque bajo, abierto y espinoso (thorn forest). Ro
dea este bosque al desierto salino, y se extiende hacia el sur y el oeste por
los Llanos de La Rioja, valle de Catamarca, alcanzando su limite meridional
en el centro de las Provincias de San Luis y Mendoza. Como hemos dicho, ha
sido considerado hasta ahora como un ecotono entre el chaco semiárido y el
monte, que comienza más al Oeste, pero por la gran extensión que ocupa, asi’
como por poseer caracteres ecológicos propios, es mejor considerarlo como
una comunidadpeculiar y caracteristica, que por encontrarse dentro de la zo
na agronómicamente árida podríamos denominar quebrachal árido.
La falta de barreras geográficas que 1a separen del semidesierto
del monto, fuera de las cadenas montañosas que constituyen barreras climá
(31
ticas netas; asf como la degradación ant ropogénica que ha padecido con la
consiguiente aridización ambiental, hace que haya sido sumamente variable
para diferentes autores la ubicación precisa de esta región dentro de sus
respectivos esquemas fitogeográficos (Ver en Morello, 1958), las variacig
nes en los límites de monte y chaco según distintos autores).
Pasando ahora a la zona montañosa, vemos que en los faldeos de
las sierras que bordean a1bosque chaqueño semiárido por el Oeste. asi’co
mo en las Sierras de Córdoba que lo limitan por el Sur, se encuentra, en su
piso altitudinal inferior, un tipo de bosque dominado por Schinopsis haenkeana,
enriquecido hacia el Norte por elementos subtropicales como Piptadenia ma
crocarpa y P. excelsa.
Este piso de bosque Chaqueñoserrano, tiene límites bien netos en
su porción meridional (Ancasti, Ambato,Sierra de los Llanos, Sierras de Cór
doba), pero en cambio es mucho más difuso y extendido hacia el piedemonte
en el Norte (Sierra de Medina, del Campo, etc.) Aquí los cebiles se asocian
con los elementos chaqueños constituyendo una comunidad de transición flo
rí‘stica entre el dominio chaqueño y el de las selvas subtropicales. Acompañan
al cebil en esta porción septentrional del chaco serrano, un conjunto de espe
cies características del chaco semiárido salteño, como el guayacán, el palo
borracho, Ruprechtia apetala, R. triflorg Capparis tweediana, etc., elemen
tos que se van perdiendo paulatinamente hacia el Sur a medida que se empo
brece también el bosque serrano. El cebil termina en 1aSierra del Alto, el
horco quebracho llega hasta la Sierra de Comechingones en el Sur. y 1a Sierra
del Valle Fértil en el Sudoeste; el guayacán se encuentra sólo como relicto en
la Sierra de San Luis y de los Llanos (Ver Castellanos, 1944).
Es interesante constatar entonces como el bosque chaqueñoserra
no tiene mayor afinidad florística con el bosque chaqueño semiárido de tipo
salteño, afinidad quese mantiene aun en su porción meridional donde está en
contacto directo con el tipo santiagueño. Cuando consideremos luego las comu
(32
nidades serranas con mayor detalle, volveremos a insistir sobre estas nota
bles conexiones flori'sticas.
Por encima de este piso de vegetación existe en las sierras pam
peanas perichaqueñas otro piso de bosque donde ya no predominan los ele
mentos flori’sticos del chaco sino una asociación de especies andinas y selva
ticas: Fagara coco, Lithraea molleoides, Colletia spinosissima, Flourensia
spp, etc. , con elementos arbustivos chaquenos como componentes de los es
tratos leñosos bajos: Acacia caven, Geoffraea decorticans, Condalia micro
pl_1y_]¿l_a,etc. Este piso boscoso se diluye, al aumentar la altitud, en las este
pas de altura.
Los pisos de vegetación serrana van desapareciendo hacia el Sur;
es asi’como en la más meridional de las sierras que bordean el chaco, la
Sierra de San Luis, el piso de chaco serrano es muy angosto y está constitui
do por una sola especie arbórea, el quebracho blanco, y a éste sigue el piso
de bosque de Lithraea mollepides que se entremezcla con los pastizales de
Stipa y Festuca. Al terminar las sierras, el bosque de quebracho blanco se
prolonga sobre los médanos aislados en la llanura pampeana de Córdoba y
San Luis.
Si hicieramos una transección latitudinal mostrando los diferentes
pisos forestales que ocupan las sierras marginales al bosque Chaqueñoen la
Provincia de Salta (Ver como ejemplo las listas flori'sticas del trabajo de
de la Sota, 1957) tendriamos, yendo de Este a Oeste: en la. llanura el quebrg.
chal semiárido salteno, que va perdiendo paulatinamente a medida que nos
aproximamos a los cordones montañosos, el caracter de semiárido, enrique
ciéndose con elementos selváticos como Piptadenia, Astronium, Tabebuia,
Fagara, Cordia, Chlorophora, etc. , siguiéndole luego sobre los faldeos se
rranos bajos la selva basal y a medida que ascendemos los demás pisos de
selvas, bosques y estepas montanas. En los habitats más secos, correspon
dientes en altitud con la selva basal, ya sean filos pedregosos o pendientes
(33
muy pronunciadas, aparece un tipo distinto de bosque, transición entre sel
va y chaco e intrincada combinación flori’stica de ambos, con Piptadenia,
Astronium, Chorisis msm, Schinopsishaenkeana,Capparis retusa, El;
prechtia apetala, etc.
Unperfil equivalente realizado en la latitud de la Sierra del Alto,
nos mostrari’a, partiendo del piedemonte oriental hacia la sierra: el quebra
chal semiárido santiaguefio, el bosque Chaqueñoserrano al subir por los fal
deos, y por encima, el bosque de molle y coco y la estepa. Comparando am
bas transecciones podemos equiparar el piSo de molle y coco con las selvas
montanas de más al Norte y el bosque Chaqueño-serrano con el quebrachal
salteño y el bosque de transición chaco-selva. Es decir, los pisos del per
fil latitudinal más seco y fri’o, en Santiago y Catamarca están emparentados
por sus afinidades flori‘sticas, con los del perfil latitudinal más húmedoy cé
lido en Salta, formando lo que podriamos designar como series latitudinales
homólogas de pisos de vegetación, siguiendo un gradiente Norte-Sur de em
pobrecimiento en elementos selváticos subtropicales.
El bosque bajo de llanura o quebrachal árido termina, como ya in
dicamos, a la altura de la Ciudad de San Luis; desde alli' hacia el Sur se di
ferencian dos grandes tipos de comunidades: el pastizal-caldenal hacia el Sur
y Sudeste, y el matorral espinoso hacia el Sudoeste. Este último no es sino
el extremo austral empobrecido del quebrachal árido, sin Aspidosperma, pe
ro con muchos de sus compañeros de comunidad que se extienden hasta el
Sur de la Provincia de La Pampa, donde termina como una cuña entre la ve
getación patagónica en el Oeste, y el caldenal en el Este. (Ver Monticelli, 1938).
El caldenal por otra parte puede considerarse como la prolongación meridio
nal del bosque Chaqueño-serrano y de 1a estepa de altura, siendo a su vez un
centro secundario de especiación dentro del área chaquefla, con elementos
propios como Prosopis caldenia, P. alpataco, P. globosa, etc.
Continuando ahora con el gradiente de humedad que atraviesa el
(34
chaco de Este a Oeste, llegamos a su extremo Oeste .semidesértico, cuya ve
getación integra 1a provincia fitogeográfica del Monte. Sin entrar a conside
rar la validez de este distrito florfstico examinemos sus afinidades con la
vegetación chaqueña adyacente, considerando solamente la parte central y
septentr'nnaldel semidesierto, es decir, desde San Juan hacia el Norte. Re
cordemos en primer lugar como, en condiciones hídricas tan extremas para
la vida vegetal, los factores topográficos y topoclimáticos adquieren una im
portancia inusitada en la elaboración del paisaje y de su cubierta verde, de
modo que no puede hablarse de vegetación del monto en forma unitaria, sino
de las comunidades que viven en cada uno de los habitats especiales que aqui' .
se forman.
Los distintos ambientes y su correspondiente vegetación han sido
delineados en sus rasgos generales por Vervoorst (1954)y por Morello (1958)
de modo que aqui’sólo recalcaremos la estrecha afinidad flori’stica existente
entre las comunidades del semidesierto y las del chaco semiárido. Asi', por
ejemplo, los faldeos pedregosos de las sierras albergan una comunidad en
cuya composición entran tres clases de elementos flori’sticos: 1) Los elemen
tos flori’sticos chaqueños; 2) Los elementos endémicos, que consideraremos
como chaqueños en origen, pero surgidos como respuesta a condiciones de
mayor aridez; 3) Las especies de linaje andino o puneno. Entre los primeros,
dominantes en número, tenemos: Larrea divaricata, Acacia furcatispina, Pro
sgpis torquata, Ximenia americana, Bougainvillea spinosa, Mimosa farinosa,
Mimozyganthuscarinatus, Acacia aroma, etc. Entre los segundos se encuen
tran: Bulnesia Schickendantzii,Plectrocgpa rougesii, Plectrocarpa tetracan
gi, Mimosa ephedroides, Zuccagniapunctata, especies afines filogenetica
mente a especies o géneros chaquefios vecinos. De los elementos andinos po
driamos citar: Cercidium praecox, que se extiende también por todo el chaco,
Chuquiragaerinácea, Montteaaphylla, Cassia crassiramea, Trichocereus
spa, Adesmia spp, etc.
(35
Si examinamos ahora la comunidad considerada arquetípica del
monte, el jarillal, vemos que también puede ser interpretado como un tipo
extremo de comunidad chaqueña. En efecto, el jarillal tipico del monte, do
minado por Larrea cuneifolia, se encuentra asimismo en zonas limitadas de
los Llanos de La Rioja, pero aqui'asociada 1ajarilla con Aspidosperma gue
bracho-blanco, constituyendo quizás el tipo más pobre estructural y flori's
ticamente de quebrachal Chaqueño. Si consideramos que esta comunidad es
primitiva dentro de la vegetación del chaco árido, vemos entonces que el ja
rillal de Larrea cuneifolia del semidesierto es una comunidadchaquefiaem
pobrecida, adaptada a este ambiente de sequi’aextrema.
Terminaremos este breve e incompleto esbozo de la vegetación
del Dominio Chaqueñoen sus porciones semiáridas y áridas, resumiendo
las conclusionesmás interesantes para destacar:
1. La división en provincias flori’sticas del Dominio Chaqueño no refleja ni
las relaciones ecológicas ni las afinidades flori’sticas estrechas entre las
comunidades existentes en cada una de estas provincias fitogeográficas.
2. Si en lugar de considerar territorios flori’sticos analizamos linajes, ve
mos que pueden alcanzarse conclusiones valederas no sólo sobre las in
terrelaciones flori’sticas de las diferentes comunidades, sino también de
la significación ecológica de cada elemento flori’stico.
3. Para dividir territorialmente el dominio Chaqueñoen una escala interme
dia entre éste y las comunidades particulares de cada zona, lo más con
veniente es recurrir a caracteres ecológicos y ambientales, como pueden
ser la fisonomía o los límites de sequía agronómica.
Dentro del cuadro delineado anteriormente, la zona estudiada en
este trabajo es la ocupada por el quebracha] semiárido santiagueño y por las
comunidadessabánicas relacionadas. Denominaremosa esta región M
semiárido santiagueño, teniendo claro que se usa este segundo adjetivo para
diferenciar este tipo de vegetación del chaco semiárido salteño , sin que
(36
implique darle connotación estrictamente geográfica, ya que en la Provin
cia de Santiago del Estero se encuentran ambos tipos de bosque Chaqueño,
y el tipo santiagueño se extiende incluso por las provincias vecinas de Cór
doba y Catamarca.
Haremos además, breves incursiones en el bosque Chaqueñose
rrano, el chaco semiárido salteño, el chaco árido, el semidesierto del mon
te, y las diferentes comunidades de suelos arcillosos y salinos, sobre todo
con fines comparativos.
(37
IV. METODO Y DATOS.
A. Consideraciones sobre el método utilizado.
El método seguido en la recolección de datos de campo es el de la
escuela de Zurich-Montpellier. Se comienza realizando censos flori'sticos en
lugares elegidos concientemente, elección que se basa como es sabido en
ideas previas sobre la existencia de comunidades, o sea en considerar Iii;
ma facie a1 stand censado como florfsticamente homogéneo. La superficie
censada varia según el tipo de vegetación, oscilando en general entre 25m2.
para comunidades peridomésticas bajas y flori'sticamente pobres, hasta 100
m2. para stands forestales, áreas que resultan superiores al área minima
de las respectivas comunidades. En general, no se dió importancia a la del_i
mitación precisa de la superficie censada, sino que se comenzaba censando
una superficie del orden de magnitud anteriormente indicado y se continuaba
luego anotando las especies presentes en el resto del stand, cuidando bien de
no sobrepasar el limite del área florfsticamente homogénea. De este modo
se asegura un inventario completo en una muestra, pero no se omiten las es
pecies situadas fuera de ella que pueden encontrarse en un examen más rápi
do del resto del stand.
En los censos sólo se eomputó para cada especie la estimación de
cobertura, según la escala de seis grados, anotando la vitalidad cuando esta
mostraba modificaciones evidentes. Las especies anotadas con indicación g
son las presentes en el stand fuera de la muestra censada. Se tuvo también
especial cuidado en anotar las características de la vegetación y del habitat
que parecian más significativas, de modo de poder integrar estos datos al
elaborar el cuadro de comunidades. En el invierno, 'en general, no se reali
zaron censos con estimación del valor de cobertura, sino que simplemente
se confeccionaron listas de presencia, apareciendo en estos casos las espe
cies en las tablas indicadas con un signo Á.
El trabajo de campo se comenzó en Enero de 1962, continúandolo
(38
durante ese verano hasta Marzo; se lo prosiguió en el invierno, con el obje
to de analizar 1a vegetación en su periodo desfavorable, prosiguió durante el
verano de 1963y se tomaron los últimos datos en el invierno del mismo año.
La mayor dificultad práctica con que se tropieza es la identificación de las
especies, lo que requiere un conocimiento pleno de la flora regional, ya que
es necesario identificar todas las plantas, aunque se encuentren en estado
vegetativo o inclusive de plántulas. No existiendo ninguna flora completa de
la región, se hizo necesario un entrenamiento sistemático previo. Las deter
minaciones sistemáticas fueron hechas en base a las monografias existentes
y para. aquellas familias no monografiadas, se recurrió a los distintos espe
cialistas. *
Ño resultó posible identificar a algunas especies y en estos casos,
se añade una breve descripción que permite su individualización. Todas las
especies citadas han sido herborizadas y se conservan en el herbario del La
boratorio de Ecologia Vegetal de la Facultad de Ciencias Exactas y Natura
les.
El plan general de trabajo de campo fué comenzar analizando exhaus
tivamente la vegetación de una zona limitada, estudiando todos los stands que
aparentaban diferencias fisonómicas o flori’sticas. Para ello se eligió la Es
tancia El Salvador, en el Departamento Choya, Provincia de Santiago del Es
tero. Una vez censadas y conocidas las comunidades alli' presentes, se prosi-'
guió con el análisis de las comunidades del resto de la región. Este procedi
miento facilitó la realización del trabajo, pues una vez familiarizados con to
das las comunidades de un lugar que presentaba una gran variabilidad de ha
bitats, resultaba fácil ubicar toda comunidad nueva que aparecía en el resto
de 1a región.
* Debo agradecer la colaboración de los siguientes especialistas:lng. L. Parodi(Gramfneas);Ing.A. Burkart(Leguminosas);Dr. A.Cabrera(Compuestas);Dra.N.Troncoso de Burkart(Verbenáceas);Prof. N. Bacigalupo (Rubiáceas);lng. A.Krapovickas(_Malvacéas)
(39
Con los censos se confeccionaron tablas de acuerdo con el método
habitual de la escuela de Z-M,. y de las tablas se extraen los grupos de espe
cies que sirven para delimitar las unidades de la vegetación, siguiendo el
sistema de Ellemberg (1950).
B. Datos obtenidos.
La Tabla 1, reune todos los censos realizados tanto en la zona
principal de estudio como en las regiones circundantes. Las eSpecies están
dispuestas en un orden aproximado de constancia. A continuación se detallan
las descripciones y demás datos de interés de cada uno de los censos corres
pondientes al chaco semiárido santiagueño. Se especifica el número del cen
so, la fecha de realización, localidad, fisonomía de la vegetación, uso ac
tual y estado del suelo. Se añaden datos de tipo de manejo o de vegetación an
terior cuando se conocen. En cuanto a.1a fisonomía aclararemos el significa
do de los términos empleados, algunos de los cuales son de uso popular y
otros fueron acuñados. Quebrachal designa cualquier tipo de bosque de que
bracho colorado y blanco, o sólo de quebracho blanco, que aunque pueda es
tar muy degradado aun conserva árboles adultos con densidad suficiente co
mo para. formar un estrato arbóreo. Fachinal designa un matorral denso de
arbustos bajos yespinosos, de composición variada, pero cuyo rasgo fisonó
mico característico es la carencia de visibilidad, es decir, un observador no
puede ver a distancia a través del matorral que lo rodea. Fachinal sabánico
designa un matorral poco denso, de modo que resulte posible ver a distancia
a través de él. Jarillal es una comunidad arbústiva en que domina exclusi
vamente Larrea divaricata. Si tiene gran abundancia de cardones (Cereus
cogne) lo denominamos jarillal-cardonal. Los demás términos fisonómicos
usados son autoexplicativos y no requieren definición previa.
Censo 1 (18-1-62) Ea. El Salvador, fachinal alto y abierto en fondo de cuen
ca, pastoreo, carboneras.
(40
Censo 2 (19-1-62)Ea. El Salvador, jarillal en faldeo suave, vecino a un co
rral de cabras, afloramiento de yeso, erosión avanzada.
Censo 3 (19-1-62) Ea. El Salvador, potrero de malva peridoméstico en fon
do de cuenca: pastoreo, pisoteo y ramoneo de caprino, vacuno y porcino.
Censo 4 (19-1-62) Ea. El Salvador, quebrachal de relache en cumbre:pasto
reo, erosión laminar, roedores.
Censo 5 (23-2-62) Ea. El Salvador, potrero de malva peridoméstico en fon
do de cuenca; pastoreo, ramoneo y pisoteo de caprino, vacuno y porcino.
Censo 6 (23-2-62) Ea. El Salvador, potrero desmontado en fondo de cuenca;
dominanmalezas bajas; sobrepastoreo y pisoteo, vízcacheras.
Censo 7 (24-2-62) Ea. El Salvador, potrero de malva en fondo de cuenca:
pastoreo y pisoteo de ganado.
Censo 8 (24-2-62) Ea. El Salvador, cinturón al borde de una aguada, domi
nado por Solanum argentinum.
Censo 9 (24-2-62) Ea. El Salvador, potrero desmontado en fondo de cuenca,
dominadopor malezas bajas; sobrepastoreo, vizcacheras
Censo 10 (24-2-62) Ea. El Salvador, fachinal bajo en cumbre y faldeo;erosión
muy avanzada; pastoreo, vecindad de corral de vacunos.
Censo 11 (25-2-62) Ea. El Salvador, fachinal-pichanal abierto y bajo en faldeo;
sobrepastoreo de vacunos,corral próximo; vizcacheras, afloramiento de yeso.
Censo 12 (25-2-62) Ea. El Salvador, pequeño stand de pastizal en fondo de cuen
ca dominadopor Digitaria insularis, rodeado por fachinal-algarrobal alto y
denso; no hay signos de pastoreo.
Censo 13 (25-2-62) Ea. El Salvador, fachinal-algarrobal y alto y denso, en fon
do de cuenca, poco pastoreo.
Censo 14 (26-2-62) Ea. El Salvador,jari11al en cumbre;vecindad de corral de
cabras; erosión acentuada.
Censo 15 (26-2-62) Ea. E1 Salvador,jarilla1 en parte baja de un faldeo;vecin
dad de corral de cabras; erosión acentuada; afloramiento de yeso.
(41
Censo 16 (26-2-62) Ea. E1Salvador, jarillal-fachinal con árboles aislados en
cumbreznumerosos tocones de quebracho colorado y blanco;erosión;ramoneo.
Censo 17 y 18 (27-2-62) Ea. El Salvador, quebrachal de reahche en faldeo su_a
ve;sin ningúnpastoreo desde hace dos años; estrato bajo en mosaico, alter
nando pastizal alto con suelo desnudo; abundante mantillo localizado.
Censo 19 (27-2-62) Ea. El Salvador, quebrachal de rehache en la parte alta
de un faldeo; pastoreo moderado; erosión laminar; poco mantillo.
Censo 20 (28-2-62) Ea. El Salvador, fachinal sabánico en faldeo alto; estrato
bajo dominado pOr Parthenium hysterophorus; signos de incendios pasados;
pastoreo.
Censo 21 (28-2-62) Ea. El Salvador, fachinal sabánico en faldeo; signos de
incendios pasados; ramoneo y pastoreo; isletas de chañaral puro coetáneo.
Censo 22 (28-2-62) Ea. El Salvador, fachinal denso y bajo en faldeo; pasto
reo de vacunos y equinos; erosión moderada.
Censo 23 (28-2-62) Ea. El Salvador, fachinal sabánico en faldeo bajo;pasto,-.
reo, ramoneo y tránsito de ganado.
Censo 24 (28-2-62) Ea. El Salvador, fachinal con árboles de quebrachos blan
co aislados, en faldeo suave, estrato bajo un mosaico; pastoreo, erosión.
Censo 25 y 26 (1-3-62) Ea. El Salvador, fachinal sabánico en fondo de cuenca;
estrato bajo un mosaico, alternando gramfneas y suelo desnudo;sin ningún
pastoreo desde hace dos años; rastros de incendios pasados.
Censo 27 (1-3-62) Ea. El Salvador, fondo de cuenca en vecindad de corral de
vacunos;vegetaciónherbácea, dominadapor malezas;talas y algarrobos blan
cos dispersos;napa de agua a 7 m. de profundidad.
Censo 28 (2-3-62) Ea. El Salvador, relicto de quebrachal de rehache rodeado
de fachinal denso en faldeo suave; tránsito y sobrepastoreo de vacunos;ero
sión; mucha repoblación vegetativa de quebracho blanco.
Censo 29 (3-3-62) Ea. El Salvador, fachinal-algarrobal denso y alto en fon
do de cuenca;extracción de leña de algarrobo;pastoreo;erosión;vizcacheras.
42
Censo 30 (5-3-62) Ea. E1 Salvador, jarillal con árboles aislados en faldeo;
erosión avanzada;vecindad de corral de cabras;en el lugar censado, quemado
hace poco,hay numerosas jarillas secas.
Censo 31 (5-3-62) Ea. El Salvador,jari]la1 con árboles aislados en faldeo de
pendiente marcada;erosión muy avanzada;ramoneo;restos de incendios pasa
dos;afloramiento de yeso.
Censo 32 (14-1-63) Prov. de Catamarca, Ruta 64 km. 109, fachinal alto y denso
con árboles aislados, en topografía 11ana;estrato bajo en mosafc0;erosión 1a
minar; poco pastoreo.
Censo 33 (14-1-63) Lavalle, terraplén del ferrocarril; fondo de una pequeña
depresión;tuscas quemadas con rebrotes basales.
Censo 34 (14-1-63) 3 km. al Norte de Lavalle, fachinal abierto y bajo en to
pografía llana; estrato herbáceo irregular; signos de incendio.
Censo 35 (14-1-63) 2 Kms. al Norte de Lavalle, fachinal abierto y bajo en to
pografía 11ana;pendienteapenas perceptible;estrato bajo en mosaico con man
chones dominadospor Trichloris crinita, otros por Bouteloua lophostachya
y otros con suelo desnudo; pastoreo moderado; restos de incendio; carboneras.
Censo 36 (14-1-63) Lavalle, comunidad peridoméstica de malezas bajas;vecig
dad de corral de cabras y ovejas.
Censo 37 (15-1-63) entre Lavalle y Cortaderas,fachina1 alto y denso en topo
grafía llana con pendiente apenas perceptible;pastoreo intenso;carboneras.
Censo 38 (15-1-63) entre Lavalle y Tres Cerros, potrero desmontado en 1a
vecindad de un puesto, dominan malezas bajas en mosaico;en los sitios más
bajos domina malva, sitios pocos centímetros más altos son dominados por
Parthenium hysterophorus ó BouteloualoMtachya; vizcacheras.
Censo 39 (16-1-63) entre Lavalle y Cortaderas, relicto de quebrachal rodea
do de fachina1;fa1deode pendiente muy suave;pastoreo;carboneras cercanas.
Censo 40 (16-1-63) entre Lavalle y Tapso,fachinal bajo y abierto en topo
grafía con pendiente apenas perceptible; estrato herbáceo en mosaico;pasto
reo; erosión; carboneras.
(43
Censo 41 (16-1-63) entre Lavalle y Tapso, fachinal denso y alto en topogra
fía llana; erosión; pastoreo.
Censo 42 (17-1-63) Lavalle, potrero peridoméstico de malva.
Censo 43 (17-1-63) Frías, margen derecha del río Albigasta; potrero desmon
tado dominadopor malezas bajas con arbustos dispersos; pastoreo intenso.
Censo 44 (18-1-63) Frías, orilla izquierda del río Albigasta, fachinal abier
to;suelo aluvional arenoso casi desnudo; sobrepastoreo y pisoteo.
Censo 45 (19-1-63) Villa La Punta, quebrachal de rehache en piedemonte a
500 m. de la Sierra de Guasayán; tocones, sendas de ganado, cabras; napas
de agua poco profunda.
Censo 46 (21-1-63) Villa La Punta, jarillal-cardonal junto a1pueblo, en el pie
demonte;pendiente marcada;erosión muy avanzada con formación de cárcavas
profundas; suelo duro y con grava suelta superficial; cabras.
Censo 47 (25-1-63) Guampacha, quebrachal poco explotado en e1 piedemonte
de 1a sierra de Guasayán; sotobosque impenetrable; sin pastoreo; repoblado
de ambos quebrachos.
Censo 48 (25-1-63) Prov. Santiago del Estero, Ruta 64, Km. 59, quebrachal
en el fondo de una depresión en topografía ondulada; poco pastoreo.
Censo 49 (3-3-62) Ea. El Salvador, fachinal en faldeo suave; pastoreo;erosión.
Censo 50 (3-3-62) Ea. E1 Salvador,.fachina1 en faldeo suave;poco pastoreo.
Censo 51 (3-3-62) Ea. El Salvador, fachinal denso en faldeo suave; abundante
jarilla; erosión; pastoreo.
Censo 52 (22-1-63) Santiago del Estero, jarillal suburbano; topografía llana;
suelo arenoso, muy pisoteado y pastoreado.
Censo 60 (21-7-63) entre Lavalle y Las Cañas, fachinal sabánico; topografía
llana; pastoreo.
Censo 61 (21-7-63) entre Lavalle y Las Cañas, fachinal sabánico bajo;topo
grafía llana; pastoreo.
Censo 62 (22-7-63) entre Lavalle y San Pedro, fachinal sabánico; faldeo de
(44
pendiente suave; cobertura de gramfneas 60-70 %;pastoreo.
Censo 63 (22-7-63) entre Lavalle y San Pedro, fachinal-jarinalgfaldeo de
pendiente muy suave; vecindad de un puesto;erosión;muchos pimponos de
quebracho blanco.
Censo 64 (22-7-63) 2 Km. a1 Norte de Lavalle, fachinal bajo y abierto, con
estrato bajo dominadopor Aristida adscencionis; a1lado de una carbonera.
Censo 65 (23-7-63) Ea. El Salvador, quebrachal de rehachefin faldeo alto;
sin pastoreo desde hace tres años.
Censo 66 (24-7-63) Ea. El Salvador, fachinal en faldeo suave; árboles aisla
dos de ambos quebrachos; pastoreo; erosión.
Censo 67 (25-7-63) Ea. El Salvador, fachinal sabánico en fondo de cuenca;sin
pastoreo desde hace tres años; cobertura de gramfneas 60-70 %; antiguos in
cendios.
Censo 68 (26-7-63) entre Laprida y Loreto, fachinal sabánico bajo;pendiente
suave; restos de incendio; carboneras próximas.
Censo 70 (27-7-63) 10 Km. al Norte de Colonia Dora, fachinal con renoval de
quebracho blanco; suelo limoso-arcilloso; pastoreo.
Censo 7Í (27-7-63) 5 Kms. a1 Norte de Garza, quebrachal de rehache en fal
deo de suelo arenoso;topografi'a ondulada;pastoreo y tránsito de ganado.
Censo 72 (27-7-63) 15 Kms. al Sur de La Banda, fachinal sabánico en topogra
fi’a llana; suelo arenoso.
Censo 75 (8-8-63) entre La Aurora y Huyamampa, fachinal con quebrachos
aislados y palmas; suelo limoso-arcilloso, llano;pastoreo;vizcacheras;cabras.
Censo 76 (8-8-63) entre Abra Grande y Pozo Hondo,fachinal en pendiente muy
suave; pastoreo e intenso ramoneo; vizcacheras.
Censo 77 (8-8-63) entre Pozo Hondoy Retiro(Ruta 34),pa1mar en bajo de 1-2
ha. de extensión; suelo pesado; rastros de incendios; rodeado de fachinal con
quebrachos dispersos.
o 1
.-.núi.‘.
1'}!
(45
V. COMUNIDADES VEGETALES.
A. Caracterización somera de cada comunidad.
Con los censos anteriores se hizo la Tabla 2, o tabla parcial don
de aparecen agrupadas las especies seleccionadas formando 10 grupos. A
cada grupo se le ha dado el nombre de una de sus especies más constantes
y de mayor importancia fisonómica. Según el método de Ellemberg, se han
reunido los censos que poseen los mismos grupos en común, y a1 conjunto
de censos definido por los mismos grupos comunes se lo ha considerado co
mo una'comunidad. En la Table 3, se ve con mayor claridad el conjunto de
censos en que está presente cada grupo y el número de grupos que caracte
riza a cada censo. Se indican asimismo en la Tabla, las diferentes comuni
dades que quedan definidas, asi’como los censos intermedios o ecotonales
entre dos o varias de ellas. La Tabla 4, esquematiza la composición fitoso
ciológica de cada comunidad; en ella se han eliminado para mayor claridad
los censos mixtos y los correspondientes a comunidades ruderales. Tene
mos asf definidas fitosociológicamente diez unidades elementales de vegeta
ción.
En cuanto al nombre dado a cada una de éstas, se ha preferido es
cogerlo con un sentido práctico, indicando fisonomía o ambiente, y no asig
narle denominacionesfitosociológicas, más correctas teoricamente, pero
engorrrosas para divulgar o recordar. Pasaremos seguidamente a conside
rar por separado cada una de las comunidades establecidas.
1.-Quebracha1presserano:
Esta comunidad queda definida por la presencia de los grupos As
pidosperma, Lycium, Schinopsis, Larrea y Acacia praecox, siendo éste úl
timo exclusivo de ella. Se encuentran stands de este tipo de quebrachal en el
piedemonte oriental de las Sierras de Ancasti, Guasayán y Sumampa-Ambag
gasta, y también en el bolsón intermontano entre las dos primeras cadenas
mencionadas. En dicho bolsón, 1a comunidad se encuentra topográficamente
(46
localizada en las cimas y parte alta de los f‘aldeosde las colinas redondea
das que caracterizan el relieve. En cambio, en el piedemonte serrano, los
stands se encuentran restringidos a una franja estrecha en el borde mismo
del afloramiento del basamento cristalino, pudiendo ocupar aquí tanto te
rrenos altos como fondos de cuencas.
“W._,Su fisonomíaes ladeunbosquebajoy abierto,codominado
por dos especies de árboles que-forman el estrato superior discontinuo de
12-15 m. de altura y 25-30 %de cobertura. Uno de los dominantes, Aspidos
firma quebracho-blanco, es perennifolio, con hojas pequeñas y coriáceas,
terminadas en un ápice punzante; el otro codominante, Schinopsis lorentzii
es tardiamente caducifolio, ya que sólo pierde sus hojas pinadas durante un
mes, al finalizar la estación seca. Las copas de ambos quebrachos sobresa
len del dosel más cerrado que forma el segundo estrato de árboles, compues
to en general por árboles bajos espinosos de poco fuste, donde se mezcan
elementos perennifolios de hojas simples, pequeñas y coriáceas como el
atamisqui, el piquiyi’ny el molle, con otros caducifolios de hojas simples o
pinadas, como los algarrobos, el mistol, la brea, el garabato blanco, y el
tala. Larrea divaricata domina totalmente en el estrato arbustivo, alcanzan
do un desarrollo exhuberante para esta especie, ya que tiene en promedio de
3 a 4 m, pero llega a veces hasta 5 m. de altura. Las cactáceas arbustivas
y arborescentes no son muy frecuentes. El estrato herbáceo presenta cober
tura variable según el estado del stand, oscilando entre el 10 y el 50%. Hay
tapices de musgos localizados al pie de los elementos leñosos.
Una idea del microclima más húmedo y temperado que se forma
bajo el dosel de árboles,nos lo da 1a abundancia de distintas especies de
Tillandsia epifitas sobre ambos quebrachos, asi’como la profusión de lfqug
nes foliosos y fruticulosos que recubren los troncos de árboles y arbustos.
(47
Pasada la época de fructificación abundanen el suelo las semillas
de ambos dominantes, pero mientras las plántulas y ejemplares juveniles de
quebracho blanco son relativamente frecuentes, las del quebracho colorado
son raras, las pocas que se encuentran son en general de menos de un año,
faltando casi totalmente ejemplares juveniles de mayor edad.
El suelo del quebrachal semiárido preserrano es flojo, con textu
ra del horizonte superficial de mediana a gruesa; debajo de los árboles, don
deise acumula hojarasca, es esponjoso y de buenas características físicas
para 1a infiltración, pero en general existe un elevado porcentaje de suelo
totalmente desnudo, con una costra superficial compacta por el impacto di
recto de la lluvia, lo que favorece el escurrimiento y la erosión laminar, 113
gando a quedar los árboles y arbustos sobre pequeños domos. Si la pendien
te es relativamente grande, el bosque muy abierto, y el pastoreo excesivo,
la erosión progresa aun más, comenzando a excavarse correderos de agua.
Todos estos stands forestales han sido explotados, extrayendo
principalmente madera de ambos dominantes, por ser los productos fores
tales de mayor valor comercial para durmientes de ferrocarril, postes pa
ra construcción o para alambrado, o leña de ferrocarril o para consumo en
las ciudades próximas. En todos ha habido y hay actualmente un pastoreo
selectivo de vacunos y/o caprinos. Como "campo de pastoreo" el quebra
chal es mediocre; las grami'neas tienen escasa cobertura, son bajas y mu
chas de ellas poco palatables. Además en invierno se secan, no quedando
nada verde al alcance del vacuno. _Son comunes las prácticas de voltear ra
mas de árboles, quebracho colorado, Maytenus viscifolia o ligas, para ali
mentar al vacuno en este período critico, práctica analizada en detalle en
el trabajo de Morello y Saravia (1959 b) para el chaco salteño.
Las dos variantes topográficas del quebrachal preserrano, una
en el piedemonte, la otra en el bolsón interserrano, implican pequeñas di
ferencias flori'sticas que pueden inducir a constituir dos divisiones fitoso
(48
ciológicas menores. El piedemonte cuenta posiblern'entecon mayor humedad
edáfica, producto del escurrimiento superficial o subsuperficial de las llu
vias en el faldeo serrano, y ésta es quizás la causa de la presencia aqui del
grupoProsgis alba.
El censo 47, fue realizado en el stand de esta fitocenosis que pre
sentaba condiciones de alteración minimas dentro de toda la región estudia
da. Se trata en efecto de un bosque casi virgen desde el punto de vista fores
tal, ya que ha habido unicamente entresaca de árboles muertos o enfermos,
y además muy poco pastoreo. Es este el único stand en que parecen estar
bien representadas las distintas clases de edad de ambos quebrachos, resal
tando además la abundancia con que se presentan las especies del grupo
Acacia praecox, que parecen tener gran sensibilidad frente a la modifica
ción de las condiciones del bosque primitivo. Es asimismo muy difi'cil tran
sitar a pie por este stand, por la gran profusión de arbustos espinosos bajos,
principalmente Mimosa detinens y Acacia praecox, que cierran el paso efi
hcazmente. En cambio, cuando el bosque ha sido más raleado, el tránsito se
hace más fácil.
El censo 16 fue hecho en un stand que representa el otro extremo
dentrodala comunidad: un quebrachal talado casi totalmente hace poco tiem
po y transitado diariamente por una majada de cabras. Su fisonomía y su
composición se acercan a las del jarillal, hacia el que evolucionará sin duda
en caso de persistir las actuales condiciones.
Resumiendo las caracteristicas de esta comunidad, podemos de
cir que se evidencian en ella sintomas de desequilibrio, como la disminu
ción en la repoblación natural de sus dominantes, considerable erosión la
minar del suelo, alto porcentaje de suelo totalmente desnudo, localización
y disminución de 1a hojarasca, etc. Este desequilibrio es ocasionado por el
manejo forestal-ganadero, lo que nos indica que incluso la tala selectiva mo
derada, seguida de pastoreo,provoca cambios floristicos y estructurales,
(49
que reflejan un deterioro en las condiciones del ambiente.
2. Quebrachal mesopotámico.
Queda definida esta fitocenosis por la presencia conjunta de los
grupos Aspidosperma, Lycium, Schinopsis, Larrea y Prosopis sericantha.
Se encuentran stand de esta comunidad en 1a región mesopotámica santiague
ña; la mayor parte de la zona entre Garza y Santiago del Estero, y entre La
Aurora y Abra Grande está ocupada por este tipo de quebrachal.
Fisonomicamente esta comunidades similar al quebrachal pre
serrano del que difiere fitosociologicamente por la ausencia del grupo éc_a:
cia praecox y la presencia en cambio del grupo Prosopis sericantha.( Ver
Foto 2). Se encuentran aqui ciertas especies que faltan en la zona pressrra
na, comolas bromeliáceas terrestres de los géneros chkis y Bromelia,pe
ro sin embargo la similitud flori'stica y fisonómica entre ambos tipos de que
brachal es muy grande.
E1bosque presenta distintos grados de alteración con respecto a
su composición y fisonomía original, siendo posible ordenar los stands
según un gradiente de degradación creciente según la intensidad de los fac
tores que han actuado apartando al quebrachal de esta región de su estructu
ra original. Dos factores "demanejo han dejado su impronta determinante
sobre esta vegetación: la extracción continua de madera y leña, que llega
a exterminar la población adulta de los árboles dominantes, y el vagabundeo
continuo de distintos tipos de ganado que deja como consecuencia de su trán
sito cotidiano numerosas sendas y huellas que, unido al compactamiento del
"suelo,crea condiciones óptimas para el escurrimiento y la erosión.
Llama la atención sin embargo, que con condiciones de explota
ción tan poco conservacionistas, en esta zona mediterránea, el bosque se
mantiene o se recupera mejor que en la región preserrana. Es posible que
esto sea debido a una conjunción de factores edáficos favorables, como una
textura del horizonte superficial que facilita la infiltración, la ausencia de
sulfatos en el subsuelo, y el nivel freático a escasa profundidad.
(50
3. Jarillal preserran .
Comunidad definida e por la presencia conjunta de los grupos Aspi_
dosperma y Larrea, únicos grupos que la constituyen. Es una fitocenosis ca
racteri’stica.y de fácil reconocimiento por presentar siempre gran uniformi
dad en su aspecto debido a.la dominancia fisonómica de Larrea divaricata
(Ver Fotos 5. 6 y 7). La estructura de la vegetación es muy simple, ya que
consiste en un estrato de arbustos perennifolios, compuesto casi exclusiva
mente de jarilla, de dos a tres metros de altura promedio, que cubre el sue
lo en un 20 a un 70%, con sus copas ramosas y difusas de follaje escaso,pe
queñoy resinoso. Pocos elementos sobresalen de este estrato,al gún arbus
to o árbol bajo, o más frecuentemente, cactáceas en candelabro muy ramifi
cadas que pasan los 5 m. de altura (Cereus cogne). Son asimismo conspi
cuas las cactáceas bajas, diversas especies de Opuntia, que generalmente son
los elementos más destacados del estrato inferior; en cambio las grami'neas
son escasas y están distribuidas irregularmente, predominandolas especies
anuales. Se forman asimismo cubiertas de musgos, de Selaginella o de Cia
nofi'ceas al pie de los arbustos, pero 1a mayor parte del suelo queda total
mente desnudo durante todo el año.
El jarillal se localiza en terreno ondulado, con pendientes de un 10
a un 20%, lo que unido a 1abaja cobertura del'estrato inferior, intensifica el
efecto erosiVo de las aguas de escurrimiento, favorecidas además por la fal
ta casi total de una capa de mantillo que cubra el suelo. Como resultado de
este proceso erosivo, es común encontrar los arbustos elevados sobre domos
de más de 30 cm. de altura, y entre ellos excavados correderos de agua que,
de acentuarse el proceso erosivo, se transforman en surcos y barrancos mas
profundos. Como consecuencia la microtopografi’a se hace accidentada e irre
gular.
Geograficamente este tipo de jarillal, está restringido al pie mismo
de la sierra, o a algunos faldeos altos de 1a zona interserrana. En el piede
(51
monte de las sierras, forma el jarillal una franja angosta pero casi contínua,
como por ejemplo en todo el pie oriental de 1a Sierra de Guasayán, donde
forma una banda paralela a 1a sierra de pocos kilómetros de ancho. Igual
cosa sucede en el borde Este y Norte de la Sierra del Alto, asi‘ como en las
de Sumampa y Ambargasta.
La jarilla no alcanza aqui’alturas comparables a las que alcanza
en el quebrachal, pero sin embargo, parece perfectamente adaptada a este
habitat tan desfavorable, repoblándose bien, con abundante floración y fruc
tificación durante todo el año, encontrándose siempre individuos en diferen
tes estados de desarrollo.
La pobreza estructural y flori’stica del jarillal, asi’como su loca
lización geográfica y topográfica y sus relaciones fitosociológicas con las
demás comunidades chaqueñas, nos sugieren que esta fitocenosis es una co
munidad secundaria en la zona, de origen antrópico evidente. Representa el
resultado de la explotación maderera total del primitivo bosque de quebracho,
seguida de una coación biótica continua e intensa, sobretodo a través del ra
moneo destructivo y persistente de la cabra.
Si nos referimos a su productividad en pai) o en madera, el jari
llal constituye la vegetación más improductiva de 1a zona, sólo la cabra es
capaz de obtener algún alimento en esta fitocenosis. Vemos que fitosociolo
gicamente el jarinal preserrano es un quebrachal preserrano empobrecido,
del que sólo han persistido las especies más resistentes o menos apetecidas
por el ganado o perseguidos por el hachero. Siendo una comunidad secunda
ria, originada por efectos del impacto humano sobre 1a vegetación primitiva,
su estabilidad depende de 1a acción continuada e intensiva de los factores
disturbantes que 1amantienen. Poco puede decirse sobre la posible evolu
ción que seguirán estos stands bajo condiciones de protección o de exclu
sión del caprino. Sin embargo, sobre un suelo tan erosionado y en una situa
ción topográfica desfavorable, resulta dificil concebir una recuperación na
(52
tural rápida hacia cualquier otra comunidadmás interesante economicamen
te. Es probable que los stands de jarillal sólo puedan recuperarse a plazo
más o menos mediato, empleando métodos más costosos que la simple ex
clusión del caprino. '
Cuando un bosque preserrano de quebracho es totalmente talado,
sea por una mal concebida explotación forestal o para fines agrícolas, y
luego se deja de cultivar, el jarillal se instala rapidamente, compitiendo los
primeros años con gramfneas anuales y perennes; pero como la jarilla crece
con suma rapidez, en cinco o seis años, según el grado de pastoreo, el stand
ya presentará la fisonomía característica de esta comunidad: un matorral
denso de jarilla. Pero bajo condiciones de presión biótica que no sean muy
extremas, y habiendo cerca portagranos de los constituyentes del bosque,
éste se recupera, y pronto los pimpollos de quebracho sobrepasan el dosel
de las jarillas. En condiciones favorables el quebrachal se regenera, y el
jarillal no es sino una etapa seral rapidamente superada. En cambio, si en
el desmonte, o cerca de él, existe o se instala un puesto de cabras, el jari
llal perdura como etapa sucesional en equilibro con los factores fisicos y
bióticos del ambiente que lo condiciona.
Es necesario aclarar, que el considerar esta comunidad como una
vegetación antr0pogénica más o menos reciente, y no como integrante de la
vegetación primitiva, no significa que 1a especie que mejor la define y ca
racteriza sea ajena a 1a vegetación original de la zona. Ha sido tendencia co
mún hasta ahora, el considerar a Larrea divaricata como especie caracte
ri'stica del semidesierto del monte, y que a partir de éste, avanzó sobre el
chaco, colonizando los habitats más modificados por la influencia humana,
una verdadera desertización acelerada. Estudiando la composición flori‘sti
ca de los jarillales del monte, resulta claro que sus relaciones con los del
chaco son lejanas, y que por consiguiente la hipótesis de 1apenetración re
ciente de la jarilla en Santiago del Estero, ya sea via Salinas Grandes o a
\
(53
través de las sierras, carece de un fundamento adecuado. En efecto, el ja
rillal tan típico de los bolsones intermontanos semidesérticos que aqui’en
el Noroeste constituyen el ambiente ocupado por el monte, está dominado
por Larrea cuneifolia y en él Larrea divaricata o está. ausente o es acciden
tal. Existen sin embargo, en ciertos faldeos rocosos en este clima árido,
como en el faldeo Oeste del Ambato o del Aconquija, comunidades domina
dad por Larrea divaricata, pero en este caso tanto 1acomposición floristi
ca como el habitat son totalmente diferentes a la de los jarillales del chaco
preserrano. En este jarillal desértico, Larrea divaricata está acompañada
por especies serranas comoJatropha macrocarpa, gmntia paediophila,
Acacia furcatispina, Prosgpis torguata, etc. y podriamos denominar a esta
comunidad_"jari11a1pedregoso" en contraposición a1"jarillal árido" deï:
rrea cuneifolia de suelos arenosos. Aparece asimismo Larrea divaricata
bajo clima árido en las galerias de los cursos de agua junto con Prosopis
ia, Pros0pis chilensis, Atamisquedaemarginata, Acacia aroma, Maytenus
viscifolia, etc. Vemos por esta lista de especies como esta comunidad de
margen de ri'olse compone totalmente de elementos chaqueños. Por otra par
te, también se encuentra Larrea cuneifolia en el chaco semiárido, pero li
mitada a áreas perisalinas o peridomésticas en zonas de suelos pesados do
minadas por jumeales. En consecuencia, Larrea divaricata sólo aparece en
el monte (al menos en la zona de bolsones que estamos considerando) en ha
bitats favorables, edaficamente más húmedos, y Larrea cuneifolia ocupa en
el chaco los habi'tats más desfavorables, edaficamente más secos.
Volviendo entonces a1problema del origen de la jarilla en el cha
co, resulta más acorde con los datos recogidos, el pensar que Larrea diva
ricata fué constituyente normal de la vegetación del Sudoeste de Santiago del
Estero donde ahora se encuentra, probablemente como elemento del estrato
arbustivo del bosque de quebracho. La alteración y destrucción del bosque
provoco' la expansión de 1ajarilla y la formación de jarillales, es decir,
(54
lo nuevo en este lugar no es la especie sino la comunidad.Si recurrimos a
antiguas descripciones de 1a vegetación de Santiago del Estero, como la de
Hieronymus (1874) vernos que habla de L. divaricata como de un "arbusto
muy social" de destacada importancia fisonómica en el estrato bajo de su
"formación del quebracho" en las márgenes del Ri'oDulce al Norte de la
Ciudad de Santiago.
Si el jarillal representa entonces una avanzada etapa de destruc
ción del quebrachal, podemos distinguir en el paisaje primitivo de la zona
el sitio que acupaba este tipo de bosque. Es asf como la vegetación de la r2
gión preserrana parece haber estado elaborada en base a comunidades que
ocupabanfranjas longitudinales paralelas a las cadenas serranas, situándo
se el quebrachal preserrano en situación inmediatamente adyacente e infe
rior al bosque serrano de Schinopsis haenkeana, esto por lo menos en 1a 1a
dera oriental de las Sierras de Ancasti, Guasayán y Sumampa-Ambargasta.
El bosque preserrano se interdigitaba luego con sabanas de distinto tipo co
mo veremos más adelante. El faldeo Oeste de Guasayán no tuvo en cambio
una franja boscosa continua,alternando sabanas, pastizales y pequeños bos
ques. En resumen, donde antes existió el bosque primitivo de quebracho co
lorado y blanco, ahora existe o el quebrachal preserrano o el jarillal.
4. Jarillal me50potámico.
Se caracteriza esta comunidadpor la presencia de los grupos As
pidosperma, Larrea y Prosopia sericantha. Aunqueno se tengan suficien
tes datos fitosociológicos sobre este tipo de comunidad, podemos decir que
el jarillal mesopotámico es al quebrachal mesopotámico lo que el jarillal
preserrano es al quebrachalpreserrano, es decir, representa una vegeta
ción producto de 1a intensa explotación del bosque con su consiguiente degra
dación.
En esta región mesopotámica, el jarillal sólo aparece en suelos
arenosos, estando totalmente ausente de las zonas bajas de suelos pesados.
(55
En la gran "isla" que queda entre los ri'os Saladillo y Dulce, alterna el ja
rillal, que ocupa los terrenos más altos, con el jumeal, que se extiende por
los terrenos bajos. Pasando el rfo Dulce, entre éste y el Salado, sólo apa
rece esta comunidad al Norte de la Estación Lugones, también sobre sue
los livianos y en terreno algo ondulado, constituyendo entonces el paisaje
un mosaico de quebrachal y jarillal.
Hacia el Norte de 1a Provincia, se hace cada vez más escasa esta
fitocenosis, limitándose más bien a habitats peridomésticos. Es general, que
Larrea divaricata aparezca primero en los bordes de los caminos, luego se
la encuentre en los quebrachales o fachinales, y finalmente constituya jari
llales. En su desaparición hacia el Norte ocurre lo mismo, se hacen raros
los jarillales, localizándose alrededor de las viviendaso caseríos,persis
tiendo la jarilla como constituyente de otras comunidades, prolongándose lug
go por el borde de los caminos, hasta desaparecer totalmente más o menos
a 1a latitud del paralelo 27°.
Podemos sacar como conclusión entonces, que el paisaje primiti
vo de la zona central de la Provincia de Santiago del Estero, estaba consti
tuido.por dos tipos fundamentales de comunidades: bosques de quebracho en
los sitios más elevados y matorrales de jumes en los sitios más bajos.
5. Comunidades de margen de'ri'o.
Se ha analizado un stand ubicado en la tercera terraza del Rfo Al
bigasta, en las cercanias de la Ciudad de Frias. En base a este único stand
hemos caracterizado provisoriamente una comunidaddefinida por la presen
cia de los grupos Aspidosperma, Lycium, Schinopsis, Prosopis sericantha
y Prosopis alba. Se trata de un fachinal abierto dominado por tusca, tala y
algarrobo blanco, con árboles aislados de quebracho colorado, quebracho
blanco y mistol. El suelo aluvional es arenoso y húmedo, utilizándoselo para
cultivos de secano. El stand estaba muy sobrepastoreado y transitado por ell
vacuno, de modo que faltaban casi totalmente las grami’neas y quedaban vastas
(56
áreas de suelo desnudo. Predominan en el estrato bajo malezas de sitios
húmedos como Verbesina encelioides, Rivina humilis, Cestrum parque, So
lanum argentinum, Solanum stuckertii, Portulaca lanceolata, Commelina,
etc.
Podemos interpretar esta comunidad suponiendo que en los suelos
aluvionales del margen de los ríos, en la zona de deposición de particulas
gruesas, es decir cuandotodavía conservan características juveniles de pen
diente, existia primitivamente una vegetación caracteristica determinada
fundamentalmente por las condiciones edáficas. Se trataba posiblemente de
un tipo de quebrachal, pero con tres dominantes, ya que además de ambos
quebrachos, el mistol alcanza agui', por su diámetro y corpulencia, caracte
risticas de componente del primer estrato arbóreo. Hoydi'a lo único que que
da de este bosque son algunos grandes mistoles dispersos y alguno que otro
quebracho que por deforme o enfermo se ha salvado del hacha.
No se tienen suficientes datos sobre las comunidades que han reem
plazado a1 quebrachal de margen de ri’o, pues aqui la variedad de tipos exis
tentes es grande, ya que la aptitud de los suelos para 1a agricultura ha he
cho que muchas parcelas fuesen desmontadas, originando asi' una gran varie
dad de etapas subserales que no han sido analizadas. El stand estudiado nos
muestra en su composición y estructura el grado de destrucción del bosque
y la influencia determinante del vacuno.
6. Fachinal-quebrachal.
Las especies que definen esta. comunidad, son las de los grupos As
pidosperma, Lycium, Schinopsis y Prosopis sericantha. Se encuentran stands
de este tipo en los faldeos occidentales de la Sierra de Guasayán, y en el cen
tro del bolsón entre esta Sierra y la de Ancasti. Al Norte del Bío Dulce se
los encuentra alternando con quebrachales. Fisonomicamente es un fachinal
de densidad variable, cubriendo las leñosas de un 25 a un 70 %, y alcanzando
el estrato superior de árboles y arbustos un promedio de 5m. de altura. (Ver
(57
Foto 8) Las especies dominantes son tusca, tala, algarrobo negro, brea y
quebracho blanco, faltando casi totalmente el quebracho colorado. La cober
tura del estrato herbáceo varía según el grado de pastoreo entre un 20 y un
40%. A pesar de encontrarse esta comunidad en lugares de poca pendiente,
se ha producido erosión laminar, quedandolos árboles y arbustos sobre do
mos de 5 a 10 cm. de altura, a veces más, donde se localiza el único manti
llo existente; el resto del suelo está casi desnudo, formando en algunas par
tes una delgada cubierta superficial endurecida, que dificulta la penetración
del agua.
La repoblación del quebracho colorado es practicamente nula, no
encontrándose sino muy esporadicamente ejemplares juveniles; el quebracho
blanco en cambio, se repuebla, pero fundamentalmente en forma vegetativa,
por brotes radicales.
Es difícil interpretar el origen de esta comunidady los factores
ambientales que determinan su subsistencia, pero por su composición florfs
tica y fitosociológica no parece tener relación directa con el quebrachal co
mo lo indica sobretodo la ausencia del grupo Larrea. En efecto, si represeg
tara un quebrachal preserrano o mesopotámico degradado por tala y pasto
reo, seri’a complicado poder explicar la ausencia del mencionado grupo de
especies, constituyente tanto de bosques menos degradados como de vegeta
ción más alterada (los jarillales). Para formular una hipótesis más acorde
con los datos fitosociológicos, habría que postular que.esta comunidad se ori
ginó a partir de otro tipo distinto de comunidad primitiva, un tipo de pastizal
o de sabana arbolada abierta, invadida luego, a causa del manejo a que esta
ba sometida, por malezas leñosas primero, y por los dominantes del quebra
chal luego, sobretodo por Aspidosperma. Es decir, la hipótesis nos conduce
a la conclusión de que el estado actual de evolución de cierto tipo de pastizal
o de sabana primitiva, alterada por efecto de la acción humana, converge, al
menos fisonomicamente, con tipos derivados del quebrachal primitivo, aunque
(58
nunca llega a constituir un bosque.
Cuáles son las causas de esta convergencia parcial en la sucesión
vegetal secundaria de dos tipos de vegetación diferente? Pueden esbozarse
varias explicaciones. 0 bien el factor predominante en los cambios de la
vegetación es el mismo para ambos tipos, de modo que su acción prolonga
da y determinante pueda tender a obscurecer las diferencias iniciales, o sino
podemos suponer que el quebrachal y el pastizal no reflejaban ambientes ff
sicos fundamentalmente distintos, y que por lo tanto las diversas etapas sub
serales pueden tener cierto grado de convergencia.
Una forma de comprobar la validez de esta última hipótesis, serfa
probando que bajo ciertas condiciones de manejo, la presente comunidad pue
de seguir evolucionando hacia el bosque, aunque éste por supuesto no sea
exactamente similar al quebrachal actual. Por otra parte, sostener que am
bos tipos fisonómicos primitivos no reflejaban diferencias fundamentales de
ambiente, nos conduce directamente a la idea que los pastizales o sabanas,
debieron tener como factor determinante otra variable no asociada a la si
tuación topográfica o edáfica, probablemente el fuego, que mantendría las
sabanas como un "fire-clímax". Sin embargo, y por lo menos en la zona pre
serrana, el fachinal-quebrachal ocupa una zona particular de los faldeos que
nos hace pensar que el sólo efecto del fuego no puede haber sido causa única
en la localización de las sabanas primitivas.
7. Fachinal- algarrobal.
Se define fitosociologicamente esta unidad, por la presencia de
los grupos Aspidosperma, Lycium y Prosopis sericantha. Se encuentra en
las mismas zonas que la comunidad anterior y su fisonomía es la de un fa
chinal de 3 a 6 m. de altura y cobertura variable del 25 a1 60%.(Ver Fotos,
15, 16, 17 y 18). Los dominantes del estrato arbustivo son algarrobo negro,
tala, mistol,brea y quebracho blanco. El estrato herbáceo es más denso que
en otras comunidades, variando un poco el valor de su cobertura según la in
(59
tensidad del pastoreo, oscilando entre el 40 y el 80%. La vegetación del es
trato herbáceo forma un mosaico bien visible, alternando tramos de suelo
desnudo con otros cubiertos por grami’neas bajas (Bouteloua), mientras que
otros manchones sustentan una buena cobertura de Trichloris crinita (Foto
15). En algunos stands en cambio, existe una cobertura uniforme de Aristida
adscencionis (Fotos 17, 18)
Esta unidad presenta evidentes similitudes fisonómicas, flori’sticas
y ambientales con la anterior y segúnnuestra interpretación estaria estre
chamente vinculada con ella. En efecto, creemos que el fachinal-algarrobal
es un tipo de fachinal que como el fachinal-pastizal, se ha originado de un
pastizal o sabana primitiva, pero el factor de explotación que ha provocado
la diferenciación de esta comunidad ha sido la explotación de su vegetación
leñosa para fabricación de carbón, es decir, el factor controlante de la co
munidad es el horno de carbón. Esta extracción total e indiscriminada de
los elementos lenosos, contribuyó a degradar más el ambiente, pero causó
asimismo, al disminuir la cobertura de arbustos, un mayor desarrollo del
estrato herbáceo. La composicióndel estrato inferior pasa por diferentes
etapas, siendo la primera, inmediatamenteposterior al talado total, el pas
tizal de Aristida el que es reemplazado luego por gramfneas perennes como
Bouteloualophostachia y T. crinita, bajas y de escaso valor forrajero.
Es posible que esta comunidad sea una etapa seral más o menos
breve, y que de no repetirse la extracción de leña para fabricar carbón, evo
lucione hacia el fachinal- quebrachal.
8. Fachinal -pastizal.
Unidadque tiene como grupos característicos a Aspidosperma, Prg
sopis sericantha y Digitaria insularis. Los censos realizados corresponden
a dos stands; uno en la Ea. El Salvador; el otro en las cercanía de Lavalle,
pero 1a comunidad ocupa importantes extensiones en el faldeo occidental de
la sierra de Guasayán. No se la ha encontrado en cambio, en la llanura del
(60
centro de la Provincia de Santiago.
Fisonomicamente es un fachinal sabánico, poco denso, (Ver Fo
tos 10, 11, 12,13, 14) con visibilidad, que presenta generalmente dos estra
tos de leñosas, el superior de 4-5 m. de altura, está. dominado por alga
rrobo negro, brea, tusca y chañar, el inferior de 0, 70-2 m. de alto, está
dominado por poleo, tala, piquiyi’ny coronillo. El estrato de grami'neas es
denso y alto, constituido fundamentalmente por Setaria argentina y Tricholo
ris pluriflora; cubre del40 al 80%del suelo y su altura promedio es de 60-80
cms. llegando al fructificar hasta 150cms. Los caracteres fisonómicos más
destacados de esta comunidad, que contrastan con todas las consideradas .
anteriormente son: La abundancia y altura de los pastos, y lo abierto del
soto, debido en parte a1distanciamiento entre los arbustos mayores y ade
más a la escasa repoblación de las especies leñosas dominantes.
Los stands de fachinal-pastizal están ubicados en terrenos bajos,
donde despues de intensaslluvias se producen inundaciones por acumulación
de la escorrenti’a de una vasta zona circundante. Actualmente constituye es
ta comunidad la mejor pastura de la, zona, tanto por el volumen de pastos,
como por su fácil transitabilidad, y en verano hay efectivamente abundan
cia de forraje. En invierno, los pastos se secan y son entonces demasiado
duros para ser palatables. Es práctica generalizada quemar periodicamen
te las matas secas, con lo que se consigue eliminar la paja acumulada, ase
gurar que los rebrotes verdes estén directamente al alcance del vacuno, y
contener a los elementos lenosos.
Es dificil valorar el efecto de esta práctica de quemar sin poseer
datos controlados sobre la evolución de la vegetación en los años siguientes
a su fuego. Lo que se nota en un primer examen, es que las parcelas que
madas tienen más pastos que las no quemada, en los primeros años siguien
tes a1 incendio, y que disminuye el número de arbustos debido a la mortan
dad producida por el fuego,sobre todo entre los arbustos bajos. Pero también
(61
se nota que el fuego estimula la germinación o la brotación de raices gemi
feras de ciertas plantas, como el chañar y la brea, formándose colonias
densas, puras y coetáneas de estos elementos indeseables y de rápido cre
cimiento. Si un incendio posterior no los elimina antes de los tres o cuatro
años, se forman bosquecillos de estas especies.
E1 efecto de las inundaciones aperiódicas, que pueden ocurrir una
vez cada varios años, después de lluvias excepcionales, se manifiesta apa
rentamente por la ausencia del quebracho blanco, muy sensible a-suelos i
nundadas, incluso por corto tiempo. La presencia del grupo Digitaria insu
laris, asi' como 1a abundancia de póleo, puede relacionarse también con la
existencia de mayor humedad edáfica. En resumen, puede decirse que esta
comunidadpropia de terrenos bajos, es mantenida por los incendios perió
dicos.
9. Algarrobal.
Esta unidad queda definida por los grupos Aspidosperma, Digita
ria insularis y Prosopis alba. Sonfachinales altos y densos dominados por
algarrobo negro, con cobertura arbórea del 70-80%, y 5-6 m. de altura.
Tienen además un estrato arbustivo muy abierto de tala, chañar y mistol,
y árboles muy aislados de quebracho blanco. E1 estrato herbáceo es muy
variable, pudiendofaltar totalmente o existir formando una cubierta densa
y alta (70-95%de cobertura y hasta 150cm. de altura) dominadapor gg:
taria insularis. También esta comunidades caracteristica de sitios bajos,
y está. ubicada en 1a vecindad de puestos o corrales, de modo que 1a influen
cia del ganado parece haber sido determinante en su formación y manteni
miento.
Otro factor adicional de disturbio, y muy destructivo, es la viz
cacha, que construye sus cuevas en estas comunidades peridomésticas, eli
minando totalmente de los alrededores de la vizcachera toda vegetación her
bácea. E1peladar asi‘formado se convierte en foco erosivo y punto de par
(62
tida de zurcos y cárcavas. El pisoteo del ganado contribuye a denudar el
suelo, compactándolo, de modo que cuando el tránsito de los animales es cg
tidiano, el stand toma un aspecto desolado, con el suelo practicamente des
nudo y ausencia casi total de hierbas palatables. Si se ha instalado en cam_
bio un pastizal de Digitaria insularis, sea en un desmonte o bajo los alga
rrobos, el suelo queda protegido, y aunque no tiene valor forrajero, forma
una capa de paja y mantillo que impide la degradación.
El valor actual de estas parcelas para pastoreo es nulo, la única
explotación económica factible, es la extracción de leña de algarrobo o 1a
fabricación de carbón. Se tienen pocos datos sobre la historia de los stands
que hoy albergan esta comunidad. De manera imprecisa los pobladores h'a
blan de la invasión del algarrobo negro como de un hecho reciente,producido'
en los últimos 30 años. Es indudable que las lefiosas en general, han ganado
muchoterreno, transformando pastizales en fachinales, pero también es
cierto que el algarrobo blanco existió siempre en los bajos. La hipótesis
más acorde con los datos conocidos es que el algarrobal se originó a partir
de una sabana dominada por Prosopis alba, con un estrato denso de grami
neas. La concentración del ganado en estos bajos, por la vecindad con los cg
rrales y las aguadas, produjo el rápido deterioro y luego la eliminación de
todas las especies palatables, provocando a su vez la invasión del algarrobo
negro, con la consiguiente transformación de una fisonomía sabánica en fachi
nal alto y denso. .
El ambiente sin embargo, conserva un valor potencial, al menos
en los stands en que no ha habido erosión violenta, como nos lo muestra el
desarrollo de exhiberantes pastizales de Digitaria insularis. Si este pasto no
sometido a la presión selectivas del ganadopuede constituir una considerable
masa verde, bien puede suponerse que un manejo adecuado restituiri‘a una
alta productividad en grami'neas palatables. Un obstáculo serio para la tarea
de recuperar la productividad económica, es el desconocimiento de la compo
(63
sición del pastizal primitivo y la posible desaparición en esta zona de sus
especies dominantes. La comparación con comunidades equivalentes de o
tra zona nos puede dar en este sentido indicaciones valiosas.
En lo que se refiere a las relaciones ecológicas y flori'sticas del
algarrobal con el resto de la vegetación, vemos que existe la mayor afini
dad con el fachinal-pastizal, del que difiere fitosociológicamente por la au
sencia de grupo Prosopis sericantha y la presencia en cambio del grupo Pro
sopis alba. Son en efecto las únicas agrupaciones de la zona que comparten
el grupo Digitaria y ambas se encuentran además en terrenos bajos. Sin em
bargo, las diferencias en la compdsición florfstica inicial se deben haber re
flejado en el distinto manejo de ambos tipos de comunidad, es particularmen
te en lo que se refiere al uso del fuego.
10. Pichanal-pastizal.
Los grupos Aspidosperma, Prosopia sericantha y Cassia aphylla
sirven para definir fitosociologicamente esta comunidad. El grupo Cassia aphx
lla en particular, _es exclusivo de ella. Se trata de un tipo de vegetación muy
localizado geograficamente, pues sólo se lo ha encontrado en áreas restrin
gidas del faldeo occidental de la Sierra de Guasayán. Por su fisono_mi'a(Ver
Fotos 19,20,21) es un fachinal bajo y abierto, con una cobertura total de le
ñosas que vari'a entre el 30 y el 70%. Existe un estrato superior de árboles
bajos, de unos 4m. de altura promedio, formado casi exclusivamente por
tusca, brea y chañar, y un segundo estrato más denso de arbustos bajos, de
l m. de altura, dominadopor pichana, coronillo y póleo. El estrato herba
ceo está dominado por plantas anuales, de modo que en invierno el suelo que
da casi desnudo y en verano se destaca por su dominancia Parthenium hzste
rophorus. Las grami'neas perennes son muy escasas, pero es notable que las
pocas.especies que aparecen con cierta frecuencia sean pastos que se conser
van verdes en invierno, como: Eragrostis longipila, Stipa ichu y Mophorum
mucronulatum. También es caracteristica la presencia de matorrales casi pu
(64
ros de ciertas especies, como tusca, brea o chañar, constituidos por indi
viduos coetáneos, que pueden alternar entre sf formando un mosaico de bos
quecillos de distinta extensión. Fuera de estas colonias coetáneas no se ve
repoblación de estos elementos.
La localización de estos stands en pendientes con cierto declive,
así como 1a ausencia casi total de protección del suelo, sea por una cubier
ta permanente de hierbas o de paja y mantillo, ha acentuado la erosión larni
nar, formando domos al pie de los elementos arbustivos. Estos caracteres
de la vegetación y del suelo, hacen que la presente comunidad sea una de la
más degradada e improductiva de la región, siendo su valor económico ac
tual casi nulo.
Es posible observar aun en el pichanal-pastizal, rastros de incen
dios pasados, como cenizas subsuperficiales en el suelo, ramas y postes
carbonizados, arbustos con copa seca y rebrotes basales, etc. Se tienen da
tos sobre algunas parcelas que fueron hasta hace 20, 25 años, pastizales lim
pios de "aibe" que eran quemados todos los años en invierno, pues los rebro
tes tiernos de estos pastos constituíanel único forraje verde existente al final
de la estación seca. Actualmente no se encuentra en esta región un solo pas
tizal puro de este tipo, y es lógico atribuir su desaparición al tipo de manejo
a que estuvieron sometidos. En efecto, el fuego seguido inmediatamente del
sobrepastoreo, resultó un método eficaz para exterminar las grami’neas.Se
guramente se produjo una invasión paulatina de arbustos/resistentes a los in
cendios a medida que se deterioraba el pastizal, traídos en parte por el mis
mo ganado, pero no perseguidos por éste en su estado vegetativo. De este
modo disminuyó cada vez más el área basal de las grami'neas, hasta que se
hizo difícil quemar por la falta misma de combustible que asegurara la pro
pagación del fuego. Una vez cesadas las quemas, entraron otras especies,
dando como resultado 1a comunidad actual.
Esta comunidadnos plantea un interesante problema interpretativo.
(65
Era un "clímax de fuego" mantenido por los incendios naturales primero y por
las quemas anuales de los ganaderos despues, o eran por el contrario reflejo
de condiciones edáficas particulares que favoreci'an el pastizal frente al bos
que?
Segúnnuestra opinión, en la vegetación primitiva representaban un
tipo estable de comunidaddeterminada por caracteristicas edáfico-tOpográfi
cas, y no un clímax de fuego. Esta hipótesis se base en el hecho que, en base.
al área que ocupan actualmente las comunidades derivadas del aibal, vernos
que su localización topográfica estaba restringida a la parte superior delipie
demonte occidental de la Sierra de'Guasayán. Si hubieran sido pastizales de o.
rigen pirógeno deberi’anencontrarse repartidos al azar por toda la región. ¡Los
aibales tienen según este punto de vista una relación ecológica estrecha con
las estepas serranas. Y en efecto, su composición flori'stica nos indica un ne
to parentesco con ellas. No sabemos sin embargo cuales son los factores am
bientales que determinan que en un piedemonte de la Sierra de Guasayán haya
habido primitivamente bosque‘de quebracho y en el otro'aibales y sabanas.
La composición de los aibales, únicas comunidades dominadas por
gramfneas de invierno, es decir que se mantienen verdes en la estación seca,
hizo que fueran particularmente perseguida por el ganadero, y se debe haber
generalizado la práctica de quemarlo para obtener mayor palatabilidad y pre
cocidad, eliminando las vainas foliares duras de la. estación anterior y'permi
tiendo un rebrote más temprano. Este fue sin duda el comienzo del fin del pas
tizal.
En cuanto a sus posibilidades defi-ecuperación, no parece fácil obte
ner resultados rápidos con el simple aislamiento. Los arbustos bajos indesea
bles como Prosopis sericantha y Cassia aphylla, están muy extendidos ylas
matas de gramíneas portagranos constituyen verdaderos relictos, pues tanto
Elionurus trigsacoides como Stipa ichu, sólo se encuentran esporadicamente
bajo la protección de los arbustos espinosos o en el terraplén del ferrocarril.
(66
Abundansin embargo en los faldeos pedregosos de las sierras vecinas, de
dondepodrían salir las semillas necesarias para recolonizar su antiguo do
minio. Puede objetarse que pensar en restablecer un pastizal dominadopor
grami'neas tan poco nutritivas y '{palatables como éstas, no represente un ob
jetivo economicamente ventajoso. Sin embargo, habri'a que tener en cuenta
que aun un pobre forraje de invierno, es precioso en esta zona, y si hay un
método de manejo que permita mantenerlo usándolo, creo que su reimplan
tación se justifica, máxime cuando es difícil poder obtener otro tipo de co
munidad que pueda reemplazarlo con ventaja en este tipo de ambiente y de
terreno.
11. Comunidades ruderales de potreros abandonados, corrales, caminos yterraplenes de ferrocarril.
Estas comunidades no han sido inclufdas en el esquema de clasi- '
ficación, pues es necesario contar para ello con censos realizados en stands
similares en otras regiones vecinas. Todas‘ellas se caracterizan por la pre
sencia del grupo chycarpon suffruticosum.
Son comunidades herbáceas, de cobertura variable, dominadas
por distintas especies de malezas anuales o perennes. Se encuentran tanto
en potreros que fueron totalmente desmontados, cultivados y más tarde abali
donados, como en sitios peridomésticos de vecindad de viviendas, corrales
y aguada, y también en el terraplén del ferrocarril.
Las leñosas se encuentran aqui’solamente en ejemplares juveni
les, indicándonoscuales son las especies pioneras en la invasión de parce
las desmontadas: tusca, jarilla, algarrobo negro, piquiyi'n, quimil, poleo,
tala, mistolillo; pero aun en potreros que llevan más de cinco años de aban
dono desde 1a última vez que fueron cultivados, ninguna de estas especies
lleñosas prospera, con la sóla excepción del poleo, lo que es debido a 1a vio
lenta acción destructora del ganado, tanto vacuno como caprino o porcino,
que pisotea y ramonea continuamente aun las especies menos palatables.
Unaprimera clasificación no florfstica de estos stands, seria:
(67
a) Comunidadesdel terraplén del ferrocarril. Su composi
ción varía según la topografía, siendo distinta en los bajos, donse se acu
mula humedad, que en los faldeos o cumbres. Pero hay dos factores de ma
nejo que le confieren importancia a su composición: estar alambradas, y
por lo tanto relativamente libres de pastoreo, y ser quemadas periodica
mente. Las leñosas que aquí prosperan son muy pocas; tusca, chañar,po
leo, Prosopis campestris y algarrobo negro juvenil, y su cobertura es esca
sa. Vemos asi’que el fuego mantiene el stand relativamente libre de arbus
tos. El número de especies de gramfneas que se encuentran es alto, al
igual que su cobertura (Ver censo 33) y es interesante la presencia y la
abundancia de Elionurus tripsacoides, uno de los aibes, lo que nos confir
ma la capacidad de esta grami'neapara resistir los incendios periódicos
cuando no es sobrepastoreada.
b) Comunidades de campos cultivados y abandonados. Estos
potreros desmontados están dominados por la malva (fiphaeralcea bonarien
¿SJ (Ver Foto 24) y han sido cultivados en un tiempo, aprovechando la si
tuación topográfica favorable que permitía la acuznü‘l‘aciónde las aguas deescurrimiento pluvial. Su abandonoposterior se a en parte al-fracaso de
las cosechas en años secos y en parte a desinterés o inercia. La estabili
dad de la comunidadestá asegurada por el tránsito diario de las majadas
con su ramoneo destructor y por el pisoteo del vacuno. El valor económico
actual es nulo, pues no hay nada aprovechable como forraje, sin embargo
estos lugares son potencialmente los más aptos para una agricultura de
secano planificada, pues están libres de leñosas, lo que implica aprove
char el gasto ya realizado en el desmonte. Sólo es necesario para evitar
un nuevofracaso elegir cuidadosamente las especies a sembrar y planifi
car las técnicas de almacenamiento y conservación del agua en el suelo y
de laboreo agrícola. Posiblemente estos stands sean los primeros a los
que haya que recurrir para solucionar el problema, que representa el
verdadero cuello de botella de la ganadería en la zona, la provisión de fo
(68
rraje en 1alarga estación seca.
c) Comunidadesruderales y pericorrales. Estas comunida
des son las de vegetación más baja y flori'sticamente más pobre de toda la
zona (Ver Foto 23). En verano la cobertura es alta y 1a altura de las hier
bas alcanza a 10 cms. de altura promedio, pero en invierno el suelo que
da totalmente desnudo. Alternanthera pungens es 1a especie dominante.
d) Comunidades de borde de aguadas y banquinas de cami
nos. Se encuentran aqui malezas más exigentes en cuanto a condiciones de
humedad del suelo y en general alcanzan más de 1m. de alto y una elevada
cobertura, por lo menos en verano. Las especies dominantes son:Solanum
argentinum, Verbesina encelioides y Zinnia peruviana.
e) Comunidades de vecindades de corrales de vacunos. En la
vecindad inmediata de estos corrales, que además están ubicados en gene
ral en sitios bajos, se encuentran en grupos o bordeando caminos talas y
algarrobos blancos, en cuya sombra vegeta esta comunidad de latifoliadas
altas y nitrófila, dominada por Malvastrum coromandelianum y Ruellia
lorentziana. Está condicionadapor la sombra y por el pastoreo, pisoteo y
las deyecciones de los animales.
8. Clasificación de las comunidades.
Una vez delineadas las comunidades-tipo, debemos ensayar
clasificarlas según un sistema que nos sirva para recalcar los vínculos que
las relacionan entre sf. La escuela fitosociológica de Zurich-Montpellier
agrupa las unidades inferiores de vegetación, asociaciones, en una jerarcOnSh'i'ugenáo
qui'abasado en la fidelidad de las especiesflagrupaciones cada vez más
amplios, uniendo asi’las asociaciones en alianzas. éstas en órdenes y lue
go los órdenes en clases, quedandodefinida cada unidad por sus propias es
pecies caracteristicas o diferenciales. Las unidades anteriormente descrip
tas en este trabajo correspondería a las asociaciones de Z-M, aunqueno
creemos convenientedenominarlas así por no haber sido caracterizadas
en base a especies de alta fidelidad. Tampoco hemos intentado seguir orto
(69
doxamente el sistema clasificatorio de Z-M, ya que para lograr hacerlo
con éxito es necesario tener un conocimiento más acabado de 1a vegeta
ción en toda la región.
Ha parecido más adecuado por ahora, unir las comunidades
vinculadas geneticamente entre si’, es decir, agrupar en una unidad superior
que llamamos s_e_r_ie_a aquellas comunidades que han derivado de un mismo
tipo original de vegetación y que representan por lo tanto diferentes esta
dos de degradación o de recuperación; en todo caso son tipos más o menos
modificados por 1a acción humana de un mismo stock original. Es decir, ca
da serie es producto del impacto del hombre a través del manejo pasado y
actual sobre una determinada comunidad original. En este sentido se ase
mejan a las series definidas por Gaussen (1954)y creo que tienen el mismo
significado de unidades dinámicas. Las comunidades cualitativamente distin
tas que componencada serie pueden llamarse estadios.
De cada serie no existen en la actualidad stands que repre
senten su estado primigenio, pero ello no nos impide para nada reconocer
como pertenecientes a la misma sus diferentes estados de alteración. No
debe interpretarse una serie simplemente como una sería, o una cadena su
cesional simple, sino como un conjunto de eslabones entrelazados de una
manera más compleja, producto de avances y retrocesos múltiples, resul
tado si' de un determinado tipo general de manejo, pero que varia infinita
mente en sus detalles, de modo que puede decirse que cada stand tiene ma}:
cada su propia historia, diferente en general a otros de su misma comuni
dad (estadio) y de su misma serie.
Cada uno de los estadios integrantes de una serie representa
una definida etapa cualitativa en su evolución, pero dentro de cada una de
estas comunidades pueden reconocerse stands que difieren cuantitativamen
te entre si, y en este sentido es mejor ordenar los stands que integran un
estadio, según caracteristicas mensurables que nos indiquen el grado de
(70
apartamiento de una condición-tipo, o que nos permita ubicarlo dentro de
un gradiente que indique caracteristicas de la vegetación o del ambiente
que sean reflejo de condiciones de uso. Algo similar a éste es el sistema
utilizado por Soriano (1963), para su valoración de campos en la Patago
nia subandina. Este trabajo de ordenación de stands, es posterior en todo
caso al de establecer las comunidades que integran cada serie y nosotros
no lo hemos realizado.
En resumen, los eslabones de una serie son estados suce
sionales secundarios provocados fundamentalmente por el antropofactor,
mientras que las diferentes series reflejan tipos de vegetación condiciona
dos por factores ambientales e históricos de otro tipo: edáficos, t0pográfi
cos, climáticos, etc. Las series que hemos establecido, junto con las co
munidades que las integran, se detallan a continuación:
1. Serie del Quebrachal-preserrano. Partiendo de la vegetación original,
esta serie está formada por: quebrachal primitivo preserrano - que
brachal preserrano - jarillal preserrano.
2.
3.
Serie del Quebrachal mesopotámico: quebrachal mesopotámico primig
vo - quebrachal mesopotámico - jarillal mesopotámico.
Serie del Quebrachal de margen de rfo: quebrachal primitivo de mar
gen de ri’o - quebrachal de margen de ri'o - fachinal de margen de rfo.
serie de 1a sabana-quebrachal: Sabana-quebrachal primitiva-fachinal
quebrachal - fachinal-algarrobal.
Serie de la sabana-algarrobal: sabana algarrobal primitiva - algarrg
bal.
Serie del pastizal de bajos: Pastizal primitivo de bajos - fachinal
pastizal.
Serie del pastizal serrano o aibal: aibal primitivo - pichanal-pastizal.
Debemos hacer notar que en caso de producirse una recupe
ración de la vegetación, los términos. sucesivos de evolución natural de ca
da comunidad una vez eliminados los factores de disturbio, integrari’an las
(71
respectivas series, pero por supuesto los términos finales no serian igua
les a los estadios primitivos anteriores a la degradación.
C. Integración de las c0munidades en emaisaje.
Para tener un panorama integrado del paisaje vegetal en la
región estudiada, es necesario indicar el lugar que cada comunidad ocupa
dentro del cuadro total de la vegetación regional. Lo ideal para este fin se
.ri'apoder trazar un mapa de vegetación que mostrara 1a localización preci
sa de cada una de las comunidades, pero como no tenemos un conocimiento
total de la zona,necesario para mapearla en una escala adecuada, daremos
al menos una visión general de la importancia relativa de las diferentes fi
tocenosis.
En 1a zona serrana, excluida la sierra misma, las comunida
des se distribuyen de modo asimétrico con respecto al eje del cordón monE’fl e.o r'l'th'u.
tafioso.— unperfilesquemaftico,que— 1aSierradeGua‘nwelicats-en
sayánen su porcióncentral, en el quese _ la posicióny extensiónreodño.
lativa de cada comunidad,—Verse quela serie del quebrachalprese- .
rrano se localiza en una franja angosta en el piedemonte oriental de la sie
rra. La mayor parte de esta franja está ocupadapor el jarillal, pero que
dan sin embargo algunos stands de quebrachal preserrano. Continúa luego
una banda mucho más extensa de sabana- quebrachal que termina con un H
mite bien neto en el Valle del Rio Dulce o del Saladillo. El valle del ri'o ten
drá quebrachal de río o jumeal, según se trate de la zona aluvional de se
dimentación de arenas o del valle inferior donde predominan los sedimenmesc‘ao 1-113“;ch
tosfinos.¡Lazonaü sustentala seriedelquebrachalmedite
rráneo hasta el valle del ri'o Salado, alternando con sabana- quebrachal en
las cercanías de la Ciudad de Santiago.
En el piedemonte Oeste de la Sierra de Guasayán, existe una
franja muy estrecha de aibal, que se repite al borde de cualquier aflora
(72
miento del sustrato cristalino, como en la pequeña elevación de Tres Ce
rros. E1resto del bolsón interserrano está ocupadofundamentamentepor
la sabana-quebrachal, salvo los bajos con'acumulación temporaria de agua
que tienen pastizal de bajos y sabana-algarrobal. A1llegar al borde del
faldeo oriental de la Sierra del Alto aparece otra franja de quebrachal.pre
serrano que precede al bosque serrano de horco-quebracho y cebil.
En el piedemonte septentrional y oriental del sistema serra
no de Sumampa-Ambargasta, se repite parcialmente este esquema, domi
nando el quebrachal preserrano y 1a sabana- quebrachal, que terminan brus
camente en los bajos salinos del valle del Saladillo. Entre este ri'o y el Dul
ce, alternan como ya hemos dicho, las comunidades de suelos salinoszju
meales, cardonales y vinalares, que ocupan las depresiones del terreno,
con el quebrachal mesopotámico, en general en el estadio de jarillal, que
ocupa las porciones ligeramente más elevadas.
Hacia el Noroeste de Guasayán, pasando el ri'o Dulce, hasta
el limite de la región estudiada, alternan el quebrachal mesopotámico con
la sabana- quebrachal, aunque no ha sido posible correlacionar en esta zo
na 1a presencia de una u otra comunidad con factores del ambiente. En los
bajos aparece asimismo 1a sabana-algarrobal, pero esta comunidadestá
mucho más restringida arealmente que las otras dos. Lo distintivo de la
fisonomía de 1a sabana-quebrachal en esta zona, es 1apresencia de Tritri
nax campestris , que puede alcanzar destacada importancia fisonómica.
Aproximadamente a la latitud del paralelo 27, desaparecen estas comuni
dades, siendo reemplazadas por otras derivadas del quebrachal de tipo sal
tefio, pero formando un ecotono amplio.
Es necesario decir algo sobre el problema de los ecotonos
entre diferentes comunidades. La vegetación de esta zona, es relativamen
te discontfnua, y se presta por lo tanto a la identificación de unidades dis
cretas. Esto es debido en parte, a que el factor humano ha dejado su huella
(73
predominante, y a menudo ocurre que un alambrado que separa dos propie
dades o dos potreros es a su vez límite de unidades de vegetación. Pero el
paisaje primitivo era probablemente más continuo, con áreas ecotonales
más bien amplias. Además, dentro de la discontinuidad actual podemos de
tectar variaciones menores de tipo contínuo regidas para un mismo stand
por factores tales como distancia a una aguada, un camino o un corral. ’ Pe
ro la discontinuidad básica de las comunidades no excluye la existencia en
determinados lugares de áreas ecotonales, donde 1a mezcla de dos o más
comunidades hace muy difícil interpretar la vegetación. Asi', mientras la
sabana-algarrobal tiene en general limites bien netos,, los del quebrachal
y de la sabana-quebrachal, suelen ser más difusos. También el aibal pue
de entremezclarse con los dos tipos anteriores, formando asf una vegeta
ción mixta por unión de tres tipos diferentes, aibal, quebrachal, y sabana
quebracha. En la Tabla 3, se indican algunos de estos ecotonos. Afortuna
damente los ecotonos son fáciles de identificar una vez que se está familia
rizado con las unidades que lo integran, reconociendo el caracter heterogé
neo de su vegetación.
(74
VI. RELACIONES CON LA VEGETACION DE LAS
REGIONES CIRC UNDANTES.
En esta sección trataremos algunas relaciones ecológicas y
fitosociológicas que se pueden establecer entre las comunidades estudiadas
y la vegetación de las regiones adyacentes. Por supuesto que nuestro cono
cimiento de las zonas circundantes es fragmentario, sin embargo, resulta
suficiente como para permitirnos cumplir el objetivo enunciado.En cuanto a
la caracterización a grandes rasgos de estos tipos de vegetación referimos
al lector a la Sección III B. Con los censos realizados en estas regiones,
- . se confeccionó 1a Tabla 5, donde se dispusieron
¡los grupos de especies fundamentales del chaco semiárido santiagueño, agre
gándose dos nuevos grupos inexistentes en la vegetación anteriormente con
siderada. En base a estos datos y los que se encuentran en la bibliografia
examinaremos sucesivamente las conexiones con el bosque chaqueño serra
no, el chaco semiárido salteño, el chaco árido, el monte y la vegetación de
suelos salinos . A1final de esta sección se encuentra 1a ubicación y breve
caracterización de los censos realizados en estas zonas.
A. Bosque Chaqueñoserrano.
Se tienen seis censos realizados en este tipo de bosque,
(55-79-59-54-85-97) en localidades muy alejadas entre sf, ubicadas en cua
tro sistemas serranos diferentes: Guasayán, Ancasti, Ambato y Sierra de
Los Llanos. (Ver Tabla 5). Tres grupos fitosociológicos son comunes a los
seis stands: Aspidosperma, Lycium y Acacia praecox. El stand del Porte
zuelo tiene además el grupo Larrea y los otros cinco el grupo Prosopis se
ricantha.
Si comparamos esta comunidadcon el quebrachal preserra
no notamos la ausencia del grupo Schinopsis, la presencia del grupo P. se
ricantha y la presencia en ambos del grupo A.praecox. La presencia del gru
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po Larrea en el faldeo Oeste de la Sierra de Ancasti, puede ser debida a que
este stand alberga una comunidad muy degradada, situada en la parte baja
del faldeo, en 1a vecindad de un jarillal que se extiende por el piedemonte,
y que además esta ladera occidental de Ancasti es el habitat más seco de tg
dos los ocupados por el bosque Chaqueñoserrano. La invasión por ambas es
pecies de jar-illa, L. divaricata y L. cuneifolia, es manifiestamente reciente,
como se puede deducir del "pattern" de dispersiónzespecies dominantes en
los alrededores de viviendas, poblados y borde de caminos, van disminuyen
do en importancia a medida que nos alejamos hacia las partes más alejadas
y menos modificadas, disminuyendo asimismo a1 aumentar la elevación en el
faldeo. El grupo P. sericantha por otra parte, es propio de lugares abiertos
e iluminados, siendo en su mayor parte constituyente primitivo de los faldeos
pedregosos escarpados donde no se ha establecido el bosque. Es lógico pen
sar que sus especies penetraran en el bosque cuando éste se clarea. Cree
mos que su ausencia del censo 59 no es significativa, sino producto del azar,
en nuevos censos en esta localidad seguramente aparecerá. El grupo Schi
nopsis falta porque su especie más caracteristica está reemplazada aqui'por
Schinopsis haenkeana y las demás constituyentes del grupo tienen fidelidad a
aquella especie faltando por consiguiente en esta comunidad serrana.
Como conclusiones preliminares del análisis de la composi
ción fitosociológica de esta comunidad diríamos: 1) Presenta gran afinidad
flori’stica con el quebrachal preserrano, sin embargo difiere en su constitu
ción fitosociológica en grupos clave como Schinopsis. 2) El bosque serrano
constituye una serie, en el sentido en que hemos definido anteriormente este
términoflos estadios de la serie más cercanos a las condiciones del bosque
no'alterado carecerán del grupo P. sericantha; en los estadios más degrada
dos puede presentarse el grupo Larrea. 3) Existe además una variación gra
dual en composición y características del bosque a medida que nos alejamos
hacia el Sur, empobreciéndose paulatinamente en sus especies ti'picas. 4)
(76
No se ha intentado, debido a falta de datos y a 1a existencia de este gradien
te, constituir grupos fitosociológicos exclusivos de esta serie.
B. Chaco semiárido salteño.
Se tienen sólo dos censos de esta vegetación, uno en Tucumán
(78) y otro en Salta (80), pero los trabajos de Morello y Saravia (1959) nos
proveen abundante información para nuestros fines comparativos. Los dos
censos realizados están caracterizados por los grupos: Aspidosperma, Ly
cium, Schinopsis y Acacia praecox, es decir los mismos grupos que indivi
dualizan a1 quebrachal preserrano, salvo que en éste se encuentra además el
grupo Larrea. Es decir, el quebrachal salteño es un quebrachal preserrano
sin el grupo de 1ajarilla,pero su mayor riqueza florfstica nos hace suponer
además, que podrán individualizarse en esta vegetación nuevos grupos de es
pecies que serán propios de sus diferentes comunidades. Creemos asimismo
que en estos grupos residirá precisamente 1a gran afinidad del quebrachal
salteño con el quebrachal serrano. De 1a lista de especies que dan Morello
y Saravia, como constituyentes del estrato arbustivo del quebrachal salteño
no pacido ni explotado para madera, vemos que: salvo cuatro especies de am
plia distribución, las 15 restantes o integran el grupo Acacia praecox, común
a los tres tipos de quebracha1:sa1teño,preserrano y serrano, o son especies .
características sólo del quebrachal salteflo y serrano.
No podemos decir nada de las restantes comunidades que in
tegran 1a vegetación del chaco semiárido salteño, pero si puede afirmarse que
el quebrachal salteño muestra 1a mayor afinidad fitosociológica con el bosque
Chaqueñoserrano, una afinidad menor con el quebrachal preserrano y menor
aun con el quebrachal mesopotámico que, sin embargo, lo limita directamente.
También puede verse, en base a los datos existentes en 1a li
teratura, que el quebrachal saltefio presenta un gradiente de empobrecimien
to paulatino en sus especies características a medida que nos alejamos de las
(77
sierras dirigiéndonos hacia el Este. Recién mucho más hacia el Este cuan
do se entra en e1 chaco húmedo,comienza a enriquecerse nuevamente. Es co
mo si un núcleo de especies chaqueñas relativamente'higrófilas encontrara
su óptimo en las laderas bajas de las sierras que bordean la llanura chaqug
ña en Salta y Tucumán, y luego fueran desapareciendo gradualmente en dos
direcciones: hacia el Sur, sin dejar nunca los faldeos, y hacia el Este, en
que se internan en 1allanura y se pierden lentamente. Algunas reaparecen
en el chaco húmedoy otras se prolongan por las galerías fluviales que sir
ven de puente entre ambas áreas disyuntas.
Así, por ejemplo, Chorisia insigis vive en el quebrachal
salteño y en el bosque serrano, llegando por el Sur sólo hasta 1a Sierra del
Alto, faltando en los bosques serranos de Córdoba, San Luis y La Rioja.
Hacia el Este también desaparece pronto, no alejándose más de 150km. de
las estribaciones montañosas en el oriente de Salta, reapareciendo otras
vez dende el centro de Formosa hacia el Este.
C. Chaco árido.
De esta región se tienen ocho censos en las Provincias de
La Rioja y San Luis. (Ver Tabla 5). Con este pequeño número de censos se
hizo un esquema de comunidades, que puede servir de guia provisional, en
el que se reconocen cuatro tipos: quebrachal árido, quebrachal-algarrobal,
quebrachal árido serrano, y jarillal-quebrachal. Para individualizar estas
unidades se utilizaron además de los grupos ya conocidos, otros dos gru
pos que aparecen por primera vez, a saber: los de Bulnesia retama y Pro
sopis flexuosa. Consideraremos brevemente cada comunidad.
1) El quebrachal árido queda definido por los grupos Aspi
dosperma, Lyc'ium, Larrea, P. sericantha y Bulnesia retama. Fisonomica
mente es un fachinal de 3-4 m. de altura y cobertura variable, dominadopor
jarilla, quebrachoblanco, algarrobo negro, lata y Cassia rígida. El estrato
(78
herbáceo es muy pobre, siendo escasa la cobertura de grami'neas perennes.
Esta comunidad se encuentra en terrenos relativamente altos, de suelo muy
arenoso, y es utilizada para pastoreo de ganado mayor. El talado de los ár
boles de mayor tamano y el uso ocasional del fuego son dos factores que de
ben considerarse para interpretar la historia de los stands de quebrachal
árido.
Puede hablarse de una serie, cuyos términos primitivos pre
sentaban mayor dominancia de quebracho blanco, pero que nunca formaron
una comunidad boscosa, ya que este árbol alcanza aqui'un desarrollo pobre
en comparación con Santiago del Estero, no encontrándose ejemplares mayo
res de 6-8 m. de altura. El extremo de mayor alteración de la serie es un
jarillal similar a1jarillal mesopotámico, del que se diferencia por poseer
el grupo Bulnesia retama. La explotaciónmaderera el pastoreo, conjunta
mente con las quemas, han producido los diferentes estadios-decis? serie.Su mayor afinidad fitosociológica es con el quebrachal lesopoka'flmd, del
que se diferencia por la ausencia del grupo Schinopsis y la presencia del gzli
po Bulnesia. Las diferencias climáticas, principalmente frio y sequía, son
responsables de estas variaciones.
2) El guebrachal-algarrobal se caracteriza por los grupos
Aspidosperma, Lycium, Larrea, Bulnesia y Prosopis flexuosa. Es un fachi
nal de jarilla, algarrobo, tala, brea y quebracho blanco, bajo y abierto, con
un estrato herbáceo denso de grami'neas anuales o perennes. Se diferencia
topográficamente del quebrachal árido por ocupar sitios con mayor humedad
edáfica, lo que provoca la aparición de freatófitas como P.flexuosa y de una
cobertura herbácea densa. Tendrfamos entonces otra serie, cuyo término
original puede haber sido un tipo de sabana con quebracho blanco y algarrobo
(P. flexuosa) como árboles mayores. Fuego, talado y pacido provocan los di
ferentes estadios, hasta terminar en un jarillal que es fisonomicamente dife
rente de cualquier otra comunidaddominadapor Larrea divaricata por la co
(79
bertura del suelo, constituida aqui’por hierbas anuales. Esta serie del que
brachal-algarrobal no es comparable a ninguna serie del chaco santiagueño.
3) Quebrachal árido serrano. En las Sierras de San Luis, y
del Sur de La Rioja (Ulapes) que se encuentran en el limite meridional del
bOSquechaqueño serrano, esta comunidad ya muy empobrecida flori’stica
mente adquiere asimismo una fisonomía distinta. El quebracho blanco es el
único árbol dominante, presentándose disperso desde el pie del faldeo hasta
unos 200-300 m. más arriba, tomando la comunidad un aspecto de sabana ar
bolada con un estrato denso de gramfneas, constituido en su mayor parte por
especies que han descendido de las estepas serranas de las cumbres, pudién
dose explicar de este modo la presencia del grupo P. sericantha, y de espe
cies como Festuca hieronymii y diversas Stipa. Además del grupo Aspidos
perma, puede formar parte de la comunidad el grupo Bulnesia retama, pero
el de Larrea divaricata, falta como es habitual en las comunidades de faldeos
serranos.
Puede considerarse entonces esta unidad fitosociológica co
mo un estadio de la serie del bosque Chaqueñoserrano ubicada en el extre
mo Sur de su gradiente de empobrecimiento, o también como integrante de
una serie propia con todas sus etapas de alteración,homóloga del quebrachal
serrano de más al Norte. La explotación del quebracho blanco puede provo
car incluso su desaparición total, siendo entonces invadida la comunidadpor
arbustos espinosos bajos, principalmente Acacia furcatispina, Acacia caven
y Mimozyganthus carinatus; el censo 90 fue realizado en un stand de este ti
po.
4) Jarillal-quebrachal árido. Esta es 1a comunidad más po
bre, flori’stica, fisonómica y fitosociologicamente de todo el chaco árido. Dos
grupos de especies 1a definen: Aspidosperma y Bulnesia retama. Sonjarilla
les bajos, un metro de altura promedio, de Larrea cuneifolia , con árboles
y arbustos dispersos que sobrepasan la cubierta de copas de 1ajarilla en uno
(80
o dos metros. Difiere fisonomicamente de los jarillales de Larrea divaricata
por su menor altura y la ausencia casi total de cactáceas arborescentes y ar
bustivas. Su mayor similitud es con los jarillales del monte, del que difiere
principalmente por la presencia del grupo Aspidosperma, razón por la que
hemos denominado a esta comunidad como jarillal-quebrachal. Ocupa suelos
arenosos en todo el piedemonte oriental de la Sierra de Velazco, extendién
dose hasta los bajos del Salado y del desagüe de Los Colorados, donde cam
bia el tipo de suelo. Está. cortada por numerosos cauces temporarios que ba
jan de la mencionada sierra y que presentan una angosta galería de Prosopis
M o P. chilensis.
Resultari’a prematuro adelantar una opinión sobre la posible
fisonomía y estructura primitiva de esta comunidad, Lo que puede verse ac
tualmente es que Larrea cuneifolia forma una matriz contínua presente en
toda la extensión de la comunidad, mientras que la cobertura de árboles ma
yores es muy variable de un lugar a otro, lo mismo que la de grami‘neas. En
pequeños monti’culosalgo más elevados que el resto del terreno dominan el
quebracho blanco y el retamo, pero no puede decirse si esto es exclusiva
mente debido a la variación topográfica o si ésta a favorecido la conserva
ción de estos bosquecillos relictos.
D. Semidesierto del monte.
Se realizanon tres censos en ambientes característicos de
los bolsones semidesérticos que se incluyen en 1aprovincia fitogeográfica
del Monte, a saber un faldeo montañoso, un cono de deyección y una baja
da. Se tienen además los datos de Vervoorst (1954) que trae censos de dife
rentes comunidades y de Morello (1958). La diferencia fitosociológica más
notable entre las comunidades del monte y las del chaco es la ausencia del
grupo aspidosperma, que no faltaba en ninguna comunidad chaqueña. Están
ausentes además los otros grupos que se encontraban en el chaco santiague
(81
no, quedando solamente los grupos B ulnesia retama y Prosopia flex'uosa,
que relacionan estas comunidades con las del chaco árido. El jarillal-que_
brachal árido sería el eslabón entre el jarillal del monte y el quebrachal
árido.
De las tres comunidades analizadas, el jarillal es la más
pobre, pues sólo posee el grupo Bulnesia retama. Su localización topográfi
ca y composición fueron estudiadas por Vervoorst (1954)por lo que no serán
consideradas aquí. El algarrobal fretófito de Prosopis flexuosa tiene este
grupo y el de la retama, siendo su afinidad mayor con el algarrobal-quebrg.
chal del chaco árido. La comunidad de faldeos pedregosos, se caracteriza
por el grupo Bulnesia retama, y posee además varias especies endémicas
que seguramente constituirfan un grupo fitosociológico exclusivo, c0mo ser:
Zuccag'niapunctata, Mimosa ephedroides, Bulnesia Schickendantzii, etc.
La presencia de especies distribuidas en todos los faldeos pedregosos le
confiere cierta afinidad flori'stica con el quebrachal serrano, particularmen
te con el quebrachal serrano árido, con el que comparte por ejemplo especies
como: Acacia furcatispina, Prosopis torquata, Lycium chilense, etc.
Pero como ya dijimos en otra sección, consideramos a las
comunidades del monte, al menos en su parte septentrional, como un tipo
extremo de vegetación chaqueña, íntimamente ligada con ésta en su historia,
composición y estructura fitosociológica.
E. Comunidades de suelos arcillosos o salinos.
Las comunidades de estos habitats especializados son, como
es lógico esperar, las que presentan menos afinidades con el resto de la ve
getación chaqueña. El trabajo de Ragonese (1951) trae abundante material
como para poder sacar conclusiones, y a él remitimos para una descrip
ción de las mismas.
Podemos dividirlas en dos grupos: las de salinas propiamen
(82
te dichas y las de suelos más o menos salinizados. Las primeras rodean al
desierto salino, y su composición ha sido estudiada por Ragonese (1951) en
las Salinas Grandes y por Vervoorst (1954), en el salar de Pipanaco. Sus es
pecies más características son: Allenrolfea patagónica, Heterostachys ritte
riana, Atriplex argentina, A. lampa, A. grisebachii, Suaeda divaricata, Ly
cium pubescens, Grahamia bracteata, Alternanthera nodiferí, etc. En los
suelos salinos y pesados del centro de la Provincia de Santiago del Estero,
salinizados por las inundaciones periódicas de los ri'os.que depositan su car
ga de sedimentos finos, se encuentran asimismo algunas de estas especies,
pero en general domina netamente Allenrolfea vaginata, el jume, arbusto de
color verde obscuro, y de 1, 50 a 2 m. de altura, que da fisonomía al paisa
je, que por ello recibe el nombre popular de jumeal. Además del jume puede
ser conspfcuoel cardón, pero son escasos otros .elementos arbustivos dees
ta altura. Si el suelo está aunque sea pocos centimetros más elevado, se
vuelven importantes además del jume, el vinal, quilfn, algarrobo negro, brea
y chafiar, y en caso de subir aun más el terreno aparece el quebracho blanco.
Existe por otra parte en la región meridional de 1amesopo
tamia santiagueña, aproximadamente desde la latitud de Atamisqui y Herrera
hasta la mitad de camino entre Pinto y Malbrán, un tipo de fachinal que por
su composiciónpareceri’a formar parte de otra serie del quebrachal semiá
rido, que podriamos denominar guebrachal-jumeal, pues el estrato arbustivo
bajo, que es el más cerrado, está dominado por Allenrolfea vaginata y Suaeda
divaricata, y el estrato arbóreo por quebracho blanco, brea, quimil, algarro
bo negro, chañar y garabato colorado; el quebracho colorado no existe en la
partemeridional,apareciendopocoantesdePinto._
_—. Estaseriedelquebrachal-jumealocupalossueloslimo-arcillosos'del borde Sudoriental del quebrachal semiárido santiagueño,
constituyendo una transición entre el quebrachal mesopotámico que lo reem
(83
plaza más al Norte, al hacerse los suelos más arenosos, y los jumeales sa
linos que lo continúan hacia el Sudeste hasta el límite con la Provincia de
Santa Fe y hacia el Sur por la vasta cuenca cerrada de la laguna de Mar
Chaquita en la Provincia de Córdoba . Aparentemente la fisonomía primi
tiva era más boscosa, transformándose en los fachinales que constituyen
los términos actuales de la serie, a medida que se explotaban ambos que
brachos, aumentando concomitantemente la importancia de los jumes.
La única agrupación de especies ya conocida que perdura
en estas comunidades es el grupo Cassia aphylla, aunque este arbusto no
es muy frecuente, pero si lo es en cambio Prosopis reptans que puede lle
gar a formar una cobertura densa de 30-40 cm. de altura. Es interesante
notar la presencia en estas comunidades de especies de arbustos comunes
con los faldeos serranos, como ser: Maytenus vitis-ideae, Mimozygan
thus carinatus, Prosgfia torglata, chlolepis genistoides, Bulnesia bona
riensis, Tabebuia nodosa, Plectrocarpa tetraeantha, etc. Seri’ainteresan
te investigar por qué razones ecológicas estos arbustos que caracterizan
algunas comunidades de los faldeos serranos perdurán también en suelos
salinos.
También están dominadas por el jume las comunidades ve
-getales de las zonas más bajas de los Llanos de La Rioja (Desagües del Rio
Salado, de los Colorados) y tanto aqui' como en Santiago el jumeal se expan
de rapidamente cuando las comunidades que lo limitan son degradadas. Es
característico asimismo, ver los puestos o caseríos rodeados de un cintu
rón de jumeal en áreas de quebrachal vecinas a esta comunidad, aunque ub_i
cadas fuera de ella.
Censos realizados en estas zonas.
En forma similar a lo que hemos hecho para el chaco semir
árido santiagueño, daremos a continuación algunas indicaciones útiles sobre
(84
cadaunodelos censosrealizadosen estas regionesmarginales,—
Censo 54 (2-8-62) Villa La Punta, faldeo rocoso de la sierra de Guasayán,frente mismo al pueblo; bosque serrano muy degradado dominado por R_uprechtia triflora y R. apetala; horco-quebracho y yuchán dispersos: pendiente 25-30 grados, cabras.Censo 55 (4-8-62) La Punta, pastizal-fachinal vecino al pueblo; topografía 'ondulada;pastos altos y secos con alta cobertura, arbustos y árboles bajosdispersos; sin signos de pastoreo; restos de incendios.Censo 59 (20-7-63) El Portezuelo (Catamarca) faldeo Oeste de la sierra delAlto; fachinal abierto en suelo pedregoso y de mucha pendiente; ramoneo;árboles muy aislados de horco-quebracho.Censo 78 (9-8-63) Tapia (Tucumán) faldeo pedregoso de mucha pendiente;bosque serrano muy alterado; pastoreo.Censo 79 (9-8-63) El Infiernillo (Salta, 40 Km. al S. de Rosario de la Frontera), pastizal casi puro en topografía ondulada; cobertura de gramíneas 90%pastos altos y secos; rastros de fuego; suelo negro, húmedo; stand rodeadode fachinal sabánico bajo y muy abierto.Censo 80 (10-8-63) 5 Kms. al Este de Balboa (Salta); fachinal denso y alto;en faldeo suave; suelo húmedo y algo pesado en la parte baja; en los cerrosvecinos domina el cebil.
Censo 81 (12-8-63) Andalgalá, jarillal en parte inferior de un cono de deyección de pendiente suave, entrecortado por fiumares; suelo completamentearenoso.
Censo 82 (12-8-63) entre Mollecito y Colpes (Catamarca) algarrobal muydestruído, rodeado de médanos y jumeales; suelo muy arenoso.
Censo 83 (13-8-63) faldeo Oeste del Ambato al entrar a la quebrada de laSébila, topografía accidentada, suelo pedregoso; fachinal muy abierto conabundancia de cactáceas bajas y Trichocereus.Censo 84 (14-8-63) entre La Rioja y Patquía; jarillal en el piedemonte de lasierra de Velazco; numerosos fiumares; suelo muy arenoso, pastoreo.Censo 85 (15-8-63) Olta (La Rioja) faldeo serrano pedregoso; fachinal abierto con árboles aislados de horco- quebracho; sedimentos rojizos.Censo 86 (16-8-63) Cruce de rutas nacionales 79 y 20 (La Rioja) jarillalfachinal bajo y abierto; topografía suavemente ondulada; suelo arenoso;mucho vacuno; restos de incendios.
Censo 87 (16-8-63) 15 Kms. al Sur de Ulapes (La Rioja), fachinal bajo en topografía llana, pastoreo intenso; suelo arenoso; tocones de quebracho blanco.
Censo 88 (16-8-63) 15 Kms. al Sur de La Candelaria (Sa, Luis), jarillal alto; faldeo muy suave; tocones grandes (de quebracho o algarrobo?).
Censo 89 (16-8-63) 8 Kms. a1 Sur de Quines (San Luis) jarillal cOnmuchasgramíneas altas; tocones de algarrobo; pastoreo, fuego.
Censo 90 (17-8-63) pasando el río Socoscora (San Luis); fachinal serrano enfaldeo pedregoso; tocones de quebracho blanco.
Censo 92 (18-8-63) Ruta 8, Km. 704 (San Luis) médano con quebrachal de Aspidosperma rodeado de pastizales, en topografía suavemente onduladagbuenarepoblación del quebracho; dominan Stipa ichu y otras especies de Stipa queforman un estrato herbáceo denso.
(85
Censo 95 (17-8-63) pasando el Río Socoscora (San Luis), jarillal a1pie dela sierra... con densa cobertura de gramfneas;pastoreointenso.Censo 96 (16-8-63) 15 Ksm. a1 Sur de Ulapes (La Rioja), fachinal denso,topografía con variaciones muy suaves; pastoreo.Censo 97 (13-8-63) Quebrada de La Sébila, valle estrecho con cauce seed;bosque serrano muy alterado.
(86
VII.CONCLUSIONES
A. Valor indicador de las especies y grupos de especies.
Una vez analizadas y clasificadas las comunidades vegetales
veamos que conclusiones pueden extraerse sobre el valor indicador de los d_i
ferentes grupos de especies que nos sirvieron para definirlas. Con los datos
que se poseen actualmente no es posible precisar exactamente el papel de ca
da uno de los factores que determinan la presencia de un grupo en un cierto
stand, siendo necesario obtener más información, particularmente de carac
ter hist Órico-económico, sobre la explotación pasada y reciente de las dis
tintas parcelas, asi’como un conocimiento más completo del área de distri
bución de las principales especies, considerando críticamente cada uno de
los factores operativos que influyen en la localización de los limites del área
de cada especie a lo largo de todo su contorno. Sin embargo, con los conoci
mientos que se poseen de las diferentes comunidades pueden enunciarse a1
gunos lineamientos de interés para la caracterización ecológica de las espe
cies y grupos fitosociológicos.
l. - El grupo Aspidosperma desaparece al desmontar total
mente y abandonar luego el stand a1 sobrepacido abusivo y al tránsito per
manente de todo tipo de ganado; de modo que la mayor parte de las especies
que lo constituyen no se reinstalan bajo estas condiciones de intensa coac
ción biótica; la excepción seria Prosopis nigra (Ver Foto 22), que invade
lentamente estos potreros, por lo que puede ser considerada como la espe
cie arbórea más agresiva en su expansión y más tolerante a las condiciones
de pastoreo, sólo el fuego detiene su crecimiento. El grupo Aspidosperma
está. presente en todas las restantes comunidades del conjunto de la región
chaqueña árida y semiárida, faltando unicamente en las comunidades del
monte y de las salinas.
El quebracho blanco, codominante del bosque primitivo, es
(87
constante en los diferentes tipos actuales de quebrachal, haciéndose raro
en cambio en el jarillal y en la sabana-quebrachal. El mistol, componente
normal del quebrachal semiárido en todas sus variantes, prospera asimis
mo en la sabana-quebrachal, siendo raro en el jarillal; no es una especie
agresiva, pues a pesar de que sus frutos son apetecidos y diseminados por
el ganado, no se establece en lugares desmontados. abiertos o sobrepaci
dos. Por esta falta de expansividad puede suponerse que su presencia en la
sabana-quebrachal, traduce su condición de componente autóctono de esta
comunidad. La brea es un elemento de linaje flori’stico andino que penetra
en el chaco pasando por el monte. Penetra por los caminos o clareos, sien
do en general indicio de disturbio, y aunque es muy ubicuista, falta en el al
garrobal y alcanza en cambio su máxima importancia en la sabana-algaer
bal y en el aibal, donde forma a veces breales puros; su asociación con es
tas comunidades en cuyo pasado figura como factor decisivo el fuego, denun
cia su condición de pirófita. Castela cocci’nea se aproxima en su límite
Sudoeste al límite mismo del chaco, coincidiendo en esto con el mistol y el
quebracho blanco; mientras que el piquiyín se extiende más hacia. el Sur por
el caldenal, y el tala llega también a la Provincia de Buenos Aires.
En cuanto a las grami’neas y latifoladas bajas que integran
este grupo Urvillea uniloba. Ayenia cordobensis, Abutilon virgatum, Gouinia
paraguayensis, Tragia hieronymii y Evolvulus sericeus , presentan un área
de distribución incluída dentro del distrito flori’stico del chaco occidental,
mientres que Chloris polydactila y Setaria argentina, se extienden a las sa
banas y pastizales limítrofes; caldenal, pampa y estepa serrana.
En conclusión, las especies que componen el grupo Aspidos
perma son elementos autóctonos de la flora ch'aqueña; integraban sus comu
nidades primitivas; en su distribución se limitan al chaco o sólo lo sobrepa
san hacia el Sur y Sudeste; son de amplia tolerancia y por consiguiente poco
indicadoras de condiciones particulares del habitat.
(88
2. - El grupo Lycium tenuispinosum , está formado prepon
derantemente por leñosas, salvo Tweedia brunonis que es un subfrútice vo
lubre y Trixis pappillosa una camefita baja. La mayor parte de sus especies
tienen una distribución geográfica más amplia que las del grupo Aspidosper
ma, llegando en su li’mite austral hasta el Norte de la Patagonia (Ri'oNegro)
como: L. teniuspinosum, Maytenus spinosa, Atamisguea emarginata, Ephedra
triandra, Trixis pappillosa y Tweediabrunonis. Las más restringidas en su
distribución son Beloperone scorpioides, Cleistocactus baumannii y Mimosa
detinens cuyo límite Sur no sobrepasa la Provincia de Córdoba, siendo ele
mentos megatérmicos derivados de un linaje flori'stico subtropical-brasileño.
De todas las comunidades del chaco aqui’consideradas, este
grupo está ausente solamente en el algarrobal, sabana-algarrobal y aibal.
Sus componentes no son afectados negativamente por el pastoreo o ramoneb,
pues salvo Ephedra, ninguna de las demás especies es palatable;pero tampo
co son elementos invasores, ni que se expanden en condiciones de disturbio,
con la excepción de Mimosa detinens. Es decir, es un grupo conservativo por
su permanencia en cierto tipo de comunidad; sensible a alteraciones grandes
del ambiente (desaparece en el jarillal); poco indicador sin embargo de con
diciones de habitat por su vasta área de dispersión, excepto por su ausencia
de sitios bajos y de 10s ex-aibales.
3. - El grupo Schinopsis lorentzii tiene como integrantes,
además de esta especie a Wissadula densiflora, Setaria cordobensis y Justi
cia sp. Estas dos últimas son finas indicadoras del grado de pastoreo, ya
que se cuentan entre las especies más apetecidas y perseguidas por el gana
do. Wissadula densiflora parece además ser esciófila, limitándose al bos
que o adonde eidste una buena cobertura de lefiosas. El grupo es sensible en
consecuencia a los factores de disturbio, explotación forestal o sobrepasto
reo, limitándose por consiguiente a stands forestales o de matorral muy
próximo al bosque. Su distribución geográfica es más restringida que la de
(89
los grupos anteriores, coincidiendosu área con la del quebrachal preserra
no y mesopotámico, llegando Wissadula hasta el quebrachal salteño.
4. - E1grupo Larrea divaricata, caracteriza a las series
del 'quebrachalpreserrano, mesopotámico, árido y quebrachal-algarrobal.
De los tipos de quebrachal falta en 1a serie del quebrachal serrano y en el
jarillal- quebrachal árido, es decir el más húmedoy el más seco de los bos
ques de quebracho. Está ausente en todas las otras comunidades del chaco
santiagueño, asi' como en el chaco salteño. Es entonces un grupo bien carac
terístico de ciertos tipos de vegetación primitiva y de sus comunidades de
rivadas, mucho más limitado fitosociologicamente que los tres grupos ante
riormente considerados. Es en cambio muy amplia el área de distribución
geográfica de las especies que lo componen:Larrea divaricata llega por el
Sur hasta Chubut y su distribución disyunta con el "desierto" de Sonora es
bien conocida. La presencia de esta especie en las comunidades que se ex
tienden hacia el Sur del chaco, incluidas generalmente dentro del monte, en
las Provincias de San Juan, Mendoza, San Luis, La Pampa, Ri'oNegro, Neu
quén y Chubut, nos permite considerar esta vegetación como una prolonga
ción empobrecida de la vegetación chaquefia, aunque enriquecida a medida
que se avanza hacia el Sur por elementos andinos. También Talinum polyga
loides se extiende por el chaco y el monte, mientras que Talinum panicula
tum es pantropical. Pithecocteniumgynanchoides y quntia utkilio son den
tro del grupo, las especies de distribución más restringida, pues no sobre
pasan el chaco "sensu stricto".
5. - El grupo Prosopis sericantha, está formado por una so
la especie arbustiva, 1a que le da el nombre, las restantes son subarbustos
como Buddleja mendozensis y.Stevia mercedensis; hierbas perennes corno
Mionandra comareoides, Galactia filiformis, Trichocline sinuata; grami'neas
perennes como Digitaria californica, Eragrostis longipila, Stipa ichu y Aris
tida mendocina; y también integra este grupo 1a única palmera de 1a región: o
(90
Tritrinax campestris. Es éste sin duda un grupo heterogéneo, ya que P.
sericantha es un arbusto invasor, cuyo origen no resulta muy claro, que ha
ganado terreno notablemente en los últimos 20 años, mientras que las res
tantes especies formaron parte de las comunidadesprimitivas de la zona,y
son más bien estáticas o se hallan en franca regresión. Sin embargo, a pe
sar de esta heterogeneidad de origen, el grupo es uniforme ritosociologica
mente en el área .estudiada, y su presencia está netamente restringida a
ciertas comunidades. I
Stipa íchu es una grami'nea en mata, dominante en las es
tepas serranas. En la vegetaciónpreserrana y mes0potámica siempre es
poco frecuente, y carece-actualmente de toda importancia como forrajera.
Se trata como ya hemos visto de una especie en plena regresión, ya que
los aibales han desaparecido transformándose en matorrales. Su área de
distribución se extiende por la zona _desierras pampeanas desde su piede
monte hasta más det-fi 2. 000 m. descendiendo en el Sur por la llanura are
nosa de la pampa occidental. Aristida mendocina también es preponderan
temente serrana, pero su área es mayor pues se extiende hasta las regio
nes áridas del Oeste. Digitaria californica llega desde Arizona y Califor
nia hasta La Pampa, siendo un elemento de muy amplia tolerancia. Eragros
tis longl'pila abunda hoy di'a en los que fueron antiguos aibales. Mionandra
camareoides se restringe en su distribución a las sierras "chaqueñas" de
Catamarca, La Rioja, Córdoba y San Luis.
El grupo se encuentra en el quebrachal mesopotámico, sab_a_¿
na-quebrachal, aibal y sabana-algarrobal, y fuera de la zona estudiada en el
chaco serrano, chaco serrano árido, quebrachal árido y estepas serranas.
Falta en el pastizal de bajos, quebrachal de ri’o, quebrachal preserrano,
quebrachal-algarrobal, quebrachal saltefio, jarillal-quebrachal y en el mon
te. Donde el grupo nos es de mayor utilidad es precisamente en 1a zona pre
serrana donde diferencia la serie del quebrachal de las del aibal y las saba
(91
nas. Las especies que lo forman son de sabanas y pastizales, de ahi' que no
entren al quebrachal preserrano; en el chaco serrano ocupan laderas roco
sas escarpadas donde no se ha podido establecer el bosque. Lo que resulta
dificil explicar es su presencia en el quebrachal mesopotámico, sólo puede
concluirse que ésto indica que el quebrachal mesopot-ámicoes intermedio en
su composición fitosociológica entre el quebrachal preserrano y la sabana
quebrachal, pero no puede saberse si esto es debido a condiciones edáficas
o a factores históricos.
6. - El grupo Cassia aphylla. Este pequeño grupo formado
por dos nanofanerofitas, está limitado al pichanal-pastizal y a las comuni
dades de suelos salinos. Posiblemente en éstas sean elementos autóctonos,
mientras que en los ex-aibales son invasores. También pueden invadir el
quebrachal mesopotámico en las cercanías de los bajos salinos. La entrada
del grupo Cassia en una comunidad es indicio de condiciones muy extremas
de degradación, y posiblemente también de un mayor contenido de sales en
el suelo, sean cloruros o sulfatos.
7. - Mlpo Acaciapraecox, está constituidopor especies
autóctonas de los bosques serranos y preserranos, a saber: Ruprechtia
triflora, POrlieria microphylla, Benthamanthaglabrescens, Cordobia ar
gentea, Ditaxis breviramea yC_apparis speciosa. En cuanto a Acacia prae
c_ox es un elemento común a todos los tipos de quebrachal semiáridozserra
no, preserrano, mesopotámico y salteño, y se encuentra además en el que
brachal de Schinopsis balansae. Es decir, su distribución es más amplia
que la de sus compañeras de grupo, no obstante se la ha incluido en éste
porque en la zona preserrana es muy fiel al quebrachal y útil por lo tanto
para su delimitación. A diferencia de las anteriores que son estáticas o re
gresivas, esta especie es agresiva dentro de su comunidad, pues aunque no
sale de ella, se expande y densifica con 1a menor alteración, siendo útil
por esto para correlacionar su densidad con el grado de explotación del bos
que.
(92
8. - El grupo Digitaria insularia está formado por cuatro es
pecies de gramineas y una dicotiledónea arbustiva. Prospera solamente en
sitios bajos, donde el suelo recibe humedad extra, pudiendo ocupar tanto
los fondos de cuenca como cualquier pequeña depresión donde se acumulan
temporariamente las aguas de escurrimiento. Fuera de Santiago del Estero,
en Tucumán y Salta, integra también pastizales de laderas, pero ya en luga
res climáticamente más húmedos.
9. - El grupo Prosopis alba también caracteriza terrenos
bajos pero siempre con napa de agua poco profunda (5-10 m.) El algarrobo
blanco parece haber formado parte de tres comunidadesprimitivas diferen
tes: la sabana-algarrobal, el quebrachal de margen de ri'o y el quebrachal
preserrano en stands de piedemonte. En las tres se conserva, aunque las
comunidades han cambiado profundamente, pero es una especie en retroce
so, los ejemplares adultos son raros. Prosgpis alba es freqtófita e indica
en el chaco existencia de napa. Sus dos compañeras de grupo son subfrúti
ces de sitios húmedos, sombri'os y ricos en deyecciones de ganado.
10.- Mmpo Polycarpon suffruticosum está compueSto
por un conjunto heterogéneo de malezas pantropicales o cosmopolitas de
muy diverso significado ecológico, y su presencia está limitada a comuni
dades peridomésticas, dondeha desaparecido la cubierta original y más in
tenso ha sido el impacto del ganado. Está formado por especies anuales o
perennes, bajas e impalatables, de fácil propagación y que en invierno de
saparecen de la superficie dejando el suelo descubierto.
11. - Otras especies. Aunqueno presentan fidelidad a nin
gún grupo hay varias especies que poseen cierto valor indicador por sus
preferencias por determinado tipo de ambiente o asociación con cierta ca
racterísticas de manejo.
Acacia aroma es la indicadora defuego por excelencia en el chaco santiague
ño, pues alcanza su máxima importancia en las comunidades en que el fuego
(93
ha sido factor preponderante, formando verdaderos tuscales o tuscales cha
ñarales-algarrobales. En el algarrobal es menos constante, en el jarillal
es rara, siendo totalmente extraña al quebrachal. También es pionera, jun
to con el algarrobo negro, en la invasión de potreros abandonados.
Geoffraea decorticans es más amplia en su distribución que la tusca, pero
adquiere su máxima importancia en dos tipos bien definidos de comunidades:
Las que han sido manejadas con fuego y las de suelos salinos. Como su pro
pagación vegetativa es explosiva y su crecimiento rápido, forma después de
los incendios verdaderos bosquecillos, como los que pueden verse en los te
rraplenes del ferrocarril.
Lippia turbinata , aunque es bastante ubicuista y por ello no se la puede en
casillar en ningún grupo, se hace elemento de significación fisonómica en
las comunidades de lugares bajos (algarrobal, fachinal-pastizal, desmontes)
o manejados con fuego (aibal, terraplenes de ferrocarril).
Parthenium hysterophorus es una maleza anual muy expandida en la región,
pero que se hace dominante en el estrato herbáceo del aibal, algarrobal y
jarillal y en potreros abandonadosy sobrepacidos, es decir en los habitats
más degradados de la zona, indicando entonces pisoteo, sobrepastoreo y
suelo erosionado y compactado.
Pappophorum mucronulatum es una grami'nea xeromorfa, que se conserva
verde todo el año; su máxima abundancia es en el aibal, fachinal-pastizal y
sabana-quebrachal, es resistente al fuego y a una elevada salinidad del suelo.
Trichloris pluriflora, Setaria argentina y Gouinialatifolia, son las tres es
pecies de grami'neas de mayor parte y eventualmente más interesantes co
mo forrajeras. Aunquede amplia tolerancia ecológica, estas especies se
hacen dominantes en las comunidades de fachinal-pastizal que son. quemadas
periodicamente y en los desmontes en el quebrachal, si son quemados y pas
toreados moderadamente.
Elionurus tripsacoides y Elionurus viridulis son grami'neas serranas,y fue
(94
ra de estas comunidades aparecen en el fachinal-pastizal y en el aibal, c_c_>
mo relictos, lo mismo que Bothryochloa barbinodis.
Arístida adscencionis, Boutelouaaristidoides, Eragrostis cilianensis, Tra
gus berteronianus y Chloris vigata son grami'neas anuales, que se hacen
frecuentes en stands muy pastoreados. También es común que al año si
guiente de quemar un fachinal-pastizal, aparezca una cobertura densa de
Aristida adscencionis , que es luego reemplazada por otra de gramfneas
perennes si el stand no es muy sobrecargado.
B. Conclusionesgenerales yjerspectivas futuras.
El método de estudio utilizado nos ha permitido individuali
zar 10 comunidades a las que podrían asignársele categoría de asociaciones,
pero se prefirió denominarlas estadios y agruparlas en series, ya que el
vocablo estadio da idea de transitoriedad y el de ser'ie sugiere conjunto re
gular de términos que pueden recorrerse en cualquier sentido. Además, se
hizo una delimitación preliminar de las comunidades ruderales. El recono
cimiento superficial de los factores del ambiente físico, asf como los pocos
datos que se poseen sobre la historia de la utilización de algunas parcelas,
nos han hecho sugerir varias hipótesis sobre los factores determinantes en
el origen y mantenimiento de cada una de las comunidades.
Podemos sostener como hipótesis de trabajo, que la vegeta
ción primitiva de esta zona estaba formada, por lo menos, por las diferen
tes series reconocidas: quebrachal preserrano, quebrachal mesopotámico,
quebrachal de margen de ri'o, quebrachal-jumeal, sabana-quebrachal, saba
na-algarrobal,pastizal de bajos y aibal; es decir cuatro tipos diferentes de
bosques, dos de sabanas más o menos arboladas y dos de pastizales relati
vamente puros.
La explotación conjunta forestal y ganadera llevó a los bos
ques hacia jarillales o hacia jumeales, mientras que las sabanas y pastiza
(95
les,ya sea por sobrepastoreo,por incendiosperiódicos,por errores de mane
jo, o por los tres factores en conjunto,se transformaron en los distintos fa
chinales que constituyen las restantes comunidades actuales. Para estudiar
las posibilidades de recuperación o de evolución posterior de la vegetación,
es necesario un trabajo experimental en clausuras, que implique el control
de los factores que mantienen a las actuales comunidades y la experimenta
ción de diferentes formas de manejo, con el subsiguiente análisis de 1a evo
lución de la vegetación y del suelo.
El esquema fitosociológico obtenido en este estudio, si bien
provisional, servirá para orientar el trabajo posterior de experimentación
en clausuras, ya que toda posibilidad de generalizar los resultados experi
mentales depende del conocimiento que se tenga del tipo de comunidad sobre
el que se está actuando.
Para terminar plantearemos, a modode temario, las cues
tiones esenciales que deben resolverse si se desea establecer una economía
que se base en la explotación productiva permanente de la cubierta vegetal.
1) Establecimiento de pasturas naturales. No existen en 1a
actualidad pastizales puros ni comunidades mixtas de herbáceas y leñosas
que puedan considerarse aceptables como base de una ganadería progresis
ta. Debe plantearse entonces el problema de como reconstituir las comuni
dades graminosas desaparecidas o como establecer en su lugar otras nuevas.
de mayor valor forrajero. La regeneración de 1a sabana en las comunidades
del pichanal y del fachinal-pastizal es posible teoricamente por la existen
cia en el lugar de plantas y semillas de las especies primitivas y por no ha
berse producido una desaparición irreversible del suelo; pero aun excluyen
do todo tipo de ganado, sería sin duda sumamente lenta como para ser eco
nomicamente recomendable. Debe pensarse entonces en cual es el medio
más barato y eficaz de acelerar el proceso, ya sea mediante eliminación
mecánica o manual del fachinal, o por resiembra de los pastos adecuados
(96
combinada con la exclusión temporaria del ganado, o pensar en manejar el
fuego como herramienta de trabajo. En los algarrobales el problema es
quizás más dificil por ser más raras en la zona, si es que todavía existen,
las grami'neas primitivas, y el fachinal mucho más denso y alto, pero en
compensación el habitat es muy favorable y el producto del desmonte más
valioso como para compensar el costo de la operación.
2) Conservación de las pasturas. Es decir, impedir que se
vuelva a repetir la historia de la invasión incontrolable de leñosas. Es en
este punto que resultan más útiles todos los datos y conocimientos que pue
dan obtenerse sobre condiciones de mantenimiento y estabilidad de los an
tiguos pastizales. Es seguro que un sistema conservacionista de manejo
implicará dividir mucho más los potreros y hacer más aguadas, pero es
tas fuertes inversiones iniciales pueden amortizarse en pocos años si se
consigue una elevación vertical de la productividad.
3) Provisión de forraje en la estación seca. Este es como
dijimos, el cuello de botella de la explotación ganadera en esta zona con
seis meses de sequía. Además de las soluciones que impliquen el cultivo
en secano de forrajeras, en los sitios que lo permitan por su topografía fa
vorable, que son muchos, debe pensarse en desarrollar dos recursos que
brinda la vegetación natural; los pastos invernales, representados en la
zona por varias especies, como los aibes por ejemplo, y 1autilización de
forrajeras arbóreas como Maytenus viscifolia o Schinopsis lorentzii o epí
fitas como las ligas (distintas Lorantáceas)._
4) Una economia fundamentalmente forestal requeriría a su
vez la recuperación de los stands forestales cuya estructura haga economi
camente factible esta operación. A primera vista esto es poco practicable
por el estado actual de los relictos forestales, su incapacidad de regene
ración bajo presión ganadera y la dificultad de eliminar el pastoreo en los
bosques.
(97
Diremos para terminar, que será sin duda valioso comple
tar paulatinamente el presente esquema fitosociológico, extendiéndolo en
primer lugar a las regiones semiáridas y áridas limítrofes, lo que permi
tirá entre otras cosas, evaluar correctamente la jerarquía taxonómica que
corresponde a cada una de las unidades de vegetación establecidas, poder
relacionar mejor entre si’las diferentes series y enriquecer el conocimien
to de los grupos indicadores. Es además importante para una interpreta
ción más fina de los fenómenos de la vegetación, emprender un estudio de
tallado del suelo, factor cuya influencia en la determinación de las distin
tas asociaciones nos es casi totalmente desconocido.
(98
GLOSARIO DE NOMBRES VULGARES
Abriboca - Maztenus sRinosa
Afata - Solanum argentinum
Algarrobo blanco - Prosopis alba, Prosopis chilensis
Algarrobo negro - Prosopis nigra, Prosopis flexuosa
Aibe - Stipa ichu, Elionurus tripsacoides
Ancoche - Vallesia glabra
Arca - Acacia visco
Atamisqui - Atamisguea emarginata
Brea - Cercidium praecox
Caldén - ProsoBis caldenia.
Camalote - Digitaria insularis
Cardón - Cereus corxne
Cebil - Eptadenia macrocarpa
Coco - Fagara coco
Coronillo - Prosopis sericantha
Cucharero - Porlieria microphylla
Chaguar - Bromelia hieronymii, Dyckia chaguar
Chaguarillo - Deinacanthon urbanianum
Chañar - Geoffraea decorticans
Churquí - Acacia caven
Duraznillo - Rugechtia triflora, Ruprechtia apetala.
Espinillo - Mum tenuispinosum, Acacia caven
Garabato blanco - Acacia Eraecox
Garabato colorado - Acacia furcatisEina
Garabato pispe - Mimosa detinens
Guayacán - Caesalpinia paraguaríensis
Higuerilla —Jatropha macrocarpa
Horco-quebracho - Schinopsis haenkeana
Horco-cebil - Piptadenia excelsa
(99
Iti'n - ProsoBiskuntzei N. H. O,’
Jaril-la - Larrea divaricata, Larrea cuneifolia g °" m ' ° ° u .
Jume - Allenrolfea vaginata, Suaeda dívaricata
Jumecillo - Allenrolfea patagonica, Heterostachys ritteriana
Lata - Mimozyganthus carinatus
Llora-tigre - guntia salmiana
Malva - fiphaeralcea bonariensis
Mistol - Zizzghus mistol
Mistolillo, mistol de zorro - Castela coccfnea
Molle - Schinus fasciculatus
Molle de beber. molle dulce - Lithraea molleoídes
Palán-palán - Nicotiana glauca
Palma - Trit‘orinax campestris
Palma blanca - Copernicia austrah’s
Palo cruz - Tabebuia nodosa
Palo azul - gyclolepis genistoides
Pasto crespo - Trichloris crinita
Pata - Ximenia americana
Peje - Jodina rhombifolia
Pichana, pichanilla - Cassía aphylla, Cassia rígida
Piquíyfn - Condalia microphylla
Poleo - LiBBiaturbinata
Quebracho blanco - Aspidosperma quebracho-blanco
Quebracho colorado - Schinopsis lorentzií
Quenti-taco - Prosogis torguata
Queyusisa - Verbesina encelioides
Quilfn - Prosopis nigra, Prosopis ruscifolia
Quimil - gguntia guimilo
Retamo - Bulnesia retama
(100
Sacha-alfa - Justicia echegarazi, Justicia sp.
Sacha-membrillo - Capparis tweediana
Sacha limón, sacha-naranjo - Caggaris sEeciosa
Sacha-pera - Acanthosyris falcata
Sinqui - Mimosa farinosa
Sombra de toro - J odina rhombifolia
Suncho - Baccharis salicifolia
Tala - Celtis esEinosa
Tala negro - Celtis chichape
Tusca - Acacia aroma
Ucle - Cereus validus
Ulúa - Harrisia pomanensis
Uvilinche - Cleistocactus baumannii
Usillo - Trichomaria usillo
Vinal - Prosopis ruscifolia
Yuchán - Chorisia insigEÍS
(101WSe analiza en este trabajo la vegetación de una región del
chaco semiárido ubicada en las Provincias de Santiago del Estero y Cata
marca en el Centro-Norte de la Argentina. La vegetación primitiva de es
ta región, bosques zerófilos y sabanas, ha sido profundamente modificada
por la actividad forestal y ganadera, de modo que las comunidades actua
les, en su mayor parte matorrales espinosos, tienen escaso valor econó
mico, y bajo las presentes condiciones de explotación se mantienen en equ_i
librio, no regenerándose la vegetación original.
Previo al estudio detallado de las comunidades vegetales,
se trata de ubicar la zona en el conjunto de la vegetación del centro-norte
del pai’s, reconociendo dentro del chaco occidental tres unidades flori’sticas
mayores: el chaco salteño, el chaco santiagueño, y el chaco árido.
Siguiendo e1método de Zurich-Montpellier se realizaron
67 censos en la zona, y en base a estos censos se constituyeron 10 grupos
de especies cuya presencia sirvió para definir las siguientes unidades de
vegetación: Quebrachalpreserrano, quebrachal mesopotámico, jarillal pre
serrano, jarillal mesopotámico, quebrachal de margen de río, fachinal
quebrachal, fachinal-algarrobal, fachinal-pastizal, algarrobal y pichanal
pastizal. De cada una de estas comunidades se indica la estructura, locali
zación, relaciones con las restantes y factores operativas que las condicio
nan. Reuniendo estas unidades con un criterio genético se constituyen se
ries que agrupan las comunidades que representan diferentes etapas de al
teración de un mismo tipo de vegetación original.
Luego, en base a 20 censos realizados en los distintos ti
pos de vegetación que rodean al chaco santiagueño, a observaciones de cam
po y a datos de la bibliografia, se analizan las relaciones ecológicas y flo
ri'sticas entre las comunidades estudiadas y las del chaco salteño, bosque
Chaqueñoserrano, chaco árido, monte y comunidades de suelos salinos.
(102
Se pone énfasis en la estrecha relación flori’stica y fitosociológica entre el
chaco y el monte, considerando a éste como una forma extrema de vegeta
ción chaqueña.
Finalmente, se analiza el valor indicador de los grupos de
especies, recalcando cuales son los factores físicos o bióticos que más in
fluyen en cada uno, caracterizando así especies o grupos indicadores de
suelos inundadas, uso frecuente del fuego, sobrepastoreo de vacunos, ra
moneo intensivo de caprinos, extracción abusiva de leña para fabricación
de carbón, etc.
Como conclusión se plantean los principales problemas e
cológicos que deben resolverse si se desea implantar una economía basada
en la explotación productiva permanente de la vegetación natural a saber:
establecimiento y conservación de pasturas naturales, provisión de forra
je dúrante la estación seca, y recuperación forestal.
¿en
(103.
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Foto 1.Vista del quebrachal preserrano en el piedemonte orien—tal de la sierra de Guasayán.Villa La Punta, 1-63.
Foto 2.Quebrachal mesopotémico.Quebrachal de rehache con quebracho colorado,blanco y mistol.Uenso 71,úarza,a1¿-63 .
.
Foto3.Vistadelquebrachalpreserranodeloscensos4y19.Sobresalenlascopasabier tasdelquebrachocolorado.Enprimerplanopastizalproductodeldesmontetotaldelque brachalseguidodeexclusióndelganado.LosarbustosobscurossondeLarreadivaricata.Ea.E1.Sa1vador,Clausura2,VII—63.
YR
Foto4.Elmismoquebrachaldelafotoanteriorvistomásdecerca.Elestratosu perioresmuyabierto,mientrasqueelsegundoestratoarbóreoesmáscerrado.VIl_4
Foto 5.Jarillal preserrano,bajo y abierto,con escesLsimacobertura del suelo,constituída fundamentalmentepor dicotiledóneas bajas.Censo 15,Íaldeo con afloramiento deyeso,en la vecindad de un corral de cabras.Ea.El‘Salvador,I-62.
F01306°J=3T11131Presen9n028uelo desnudo y erosionado,conlos arbustos en domos.L-acabra es el único herbívoro doméstico capaz de sustentarse en esta comunidad.Ea.El Salvador,VII-63.
Foto 7.Jarillal preserrano,alto y denso,con especies relictos del quebrachal desaparecido,comoChori‘siainsigis.Censo 31,138. El Salvador,VII-62.Foto Pizzini.
Foto8.Eachinal-quebrachalconquebrachoblanco,palma,quimilytusca.EstratoherbáceodominadoporTrichloriscrinita.Lavalle,
Foto 9.Ehchinal-quebrachal en el stand del censo l9,dominadopor algarrobo negro,brea y quebracho blanco.Estrato herbáceoen mosaico,alternando suelo desnudo con manchones de gremi¡leas bajas.Ea. El Salvador,VII-63
Foto 10¡Fachinal-pastizal.Densa cobertura de Trichlorispluriflora,con arbustos aislados de Prosopis nigra,aparentemente quemadosen un incendio.Ea. El Salvador,VII62.Foto Pizzini.
Foto 11.Fbchinal-pastizal.Domina algarrobo negro y brea,con estrato arbustivo bajo de Prosopis sericantha.Este stand es transitado continuamente por el vacuno en su marcha hacia una aguada cercana,siendo el pisoteo y el sobrepastoreo los causantes de la falta del estrato herbáceo,dela escasa cobertura del suelo y de la erosión muyintensa.Las raíces descubiertas del algarrobo que aparece en elprimer plano,nos indican lo recieñte del proceso erosivoque ha cavado la cércava.Ea. El Salvador,VII-62.
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Fotol2.Fachinal-pastiza1.E1fachinalabiertoybajo,estádominadoportusca, algarrobonegro,tala,piquiyinycoronillo.Sevengrandesquimilesdispersos.Apesardelintensopastoreolacoberturadegramíneasesalta,dominandoig; chlorisplgflfloramohayquebrachocoloradoniblanco.Ea.E1Salvador,VII-63.
Foto 13.Fachinal-pastizal.Fachinal muyralo,producto deun incendio tres años atrás.Buena cobertura de gramíneasy abundancia de poleo.Ea. El Salvador,VII-63.
Foto 14.Fachinal-pastizal;Fachinal denso,jóven y coetáneo de 33950918 ggggg en el stand del censo 41.Estratoherbáceo en mosaico,alternando suelo desnudo con manchones de gramíneas bajas.Lavalle,I-62.
Foto 15.Fachinal -algarrobal.Estrato herbáceo dominadoporErichloris criniia.Lavalle,I-62.
Foto16.Eachinal—algarrobalbajoyabierto,productodelaactividad deloscarboneros.Aparecenenlafoto:tusca,cardón,ucle,quimily palma.Lavalle,VII-63.
Fotol7.Fachinal-algarrobal,standdelcenso62,conpalma,mistol, áuímïl,bieaytusca.ElestratoherbáceoestádominadoporAris tidnadscencionis.CercaníasdeLavalle,VII-63.
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Foto18.Pichanal-pastizal.Coloniacoetáneadebrea,conestrato 4árbustivodeCassiaaghyllayProsopis desnudo,matasdispersasde
sericantha.Muchosuelo
TrichloriscrinítgyAristidaads
cencionis.Ea.ElSalvador,VII-63.
Eoto 19.Pichanal-pastizal.Breal puro,con el estrato herbáceo abierto dominadopor Aristida adscencionis.Ea. EnSalvador,VII-63.
Foto 20(Pichanal-pastizal.Colonia coetánea de chañar con árboles jóvenes diSpersos de quebracho bianco.El suelo estácasi desnudo y es posible observar aún rastros de incendiospasados. Ea. E1 Salvador,VI-62.Foto Pizzini.
Foto 21.Un stand de la comunidad dominada por gpggeralceaponariensis.A1 fondo grupos de algarrobos negros y tuscss.Este potrero llevava al tomar la foto más de cinco años sincultivo.Bajo la acción de un fuerte pastoreo y pisoteo delganado la repoblación de arbustos es muyescass.Ea. El ¿alvador,I-62.
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j chium tenuisginosum1Mimosa detinens
Maytenus spinosa
Ephedra triandraBeloperone scorpioides
' Cleistocactus baumannii
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k Atamisquea emarginata9
¿ Tweedia brunonisTrixis pappillosaSchinogsis lorentzii
,Wissadula densiflora¿JusticiaESetaria cordobensisI
%Larreadivaricata_?_________,____ .%Y1thecocthen1um cynanch01desETalinum paniculetum:Opuntia utkilioTalinum polygaloides
: ‘rosovis szeï'iCcmfhu.Níonendra camareoidesADigitarie californica¡Eragrostis longipila¿Galactia filiformis1Tríthrinax campestris¿Stipa ichu:Aristida mendocina,Buddleja mendozensis:Stev1a merceden51sÉTrichocline sinuata¡Acacia Braecox; uprechtia trifloreECordobia argentea
,2Por1ieria microphylla?Benthamentha glabrescens&GapparLs-speciosa‘Ditax;s4breyiremeaDigitagib insularis
. espa um elongetumPaspelum unispicatumHeimiasalíciroliasetariu geniculataBulnesia
chomaria usilloCotton pappophoroides‘l’mao 18 flexuWompfirene merigggaIn‘ragro H1.1e
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Di r ecci ó n:Di r ecci ó n: Biblioteca Central Dr. Luis F. Leloir, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires. Intendente Güiraldes 2160 - C1428EGA - Tel. (++54 +11) 4789-9293
Co nta cto :Co nta cto : digital@bl.fcen.uba.ar
Tesis de Posgrado
Página no digitalizadaPágina no digitalizadaTipo de material: Tabla
Alto: 39
Ancho: 44
Descripción: tabla de vegetación
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