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Por fulieta CAMPOS
LAS MEMORIAS DE SIMONE DE BEAUVOIR
UNIVERSIDAD-DE MEXICb
de seguir sus impulsos, de rebelarse contra su clase. Será den:otado. y en su derrota Fuentes ejemplifica la de toda suclase, que se vence a sí misma, por quees ella, en sí, la que no puede triunfar.Pero la historia de Ceballos -o de losCeballos- es una historia maravillosaporque el autor ha sabido recrear claramente cada uno de sus elementos novelísticos. Jaime Ceballos y cada uno de lospersonajes que lo rodean (Rodolfo supadre, Jorge Barcárcel, la tía Asunción,los dos curas, Juan Manuel Lorenzo)alcanzan categoría de caracteres completos, todos están realmente vivos, todossufren, gozan, luchan o se resignan conuna intensidad narrativa formidable. Cada una de la's escenas elegidas por Fuentes, tanto para formar la sociedad en laque vivirá su héroe (evolución de lospersonajes paralela a los sucesos nacionales, datos de carácter, etc.) como paracontar la historia de su infancia y adolescencia (soledad, solaridad, relación conel padre, nostalgia de la madre, conflictos
SOBRE LOS demás géneros literarios, lasmemorias -y, por supuesto, los diarios y la correspondencia- tienen
un atractivo especial. Quizá porque seelimina la distancia que imprime necesa~
riamente la elaboración artística. En lasmemorias, además, suele ser lo social másinmediato aun que en la novela. Allí estánel individuo y su ambiente, en sus relaciones, sin haber pasado todavía esas experiencias por el proceso de selección yenriquecimiento que las integra en laobra concluida. El diario o su estudio superior, las memorias, son las catarsis delescritor, donde éste vuelca su concienciade todos los días y, además un ejerciciocasi imprescindible de disciplina intelectual. Si en la novela hay una especie de"antología de lo posible", en las memorias se transcribe lo irrevocable -el tiempo irreversible, la necesariedad de 10 sucedido. En las memorias, la realidad esincuestionable e insustituible.
El grado de interioridad y, en consecuencia, de proyección hacia el mundovaría de acuerdo con los matices de lapsicología de cada época y del temperamento del autor. Sin duda, quien hacesu propia biografía está creando un personaje para que, en lo sucesivo, los demás lo vean tal como él prefiere versea sí mismo y dentro del escenario de sumundo -el de su tiempo- proyectadoa su través. En una escritora tan pocoaficionada a los subterfugios como Simone de Beauvoir, la garantía de autenticidad de "su" personaje parece satisfactoria. Al tono de confesión se une la intención de reconstruir el ambiente inmediatode la infancia -la familia v su medio-y el más amplio de la ép~ca, ya en laadolescencia. A la inversa de lo que podría esperarse, hay más "interioridad"en la creación de la infancia y la primeraadolescencia que en la de la juventuddonde la sensibilidad pura se intelectualiza notablemente. Pero esta última partetiene otro interés: el de ser un testimoniointeligente de las experiencias históricasen que se formó la generación de Sartre(n. 1905), precedida en pocos años porla de André Malraux (n. 1907).
religiosos, descubrimiento del sexo, afánde redención, primera amistad, renunciafinal, sumisión a su clase) están perfecta y valientemente desarrolladas y corresponden con absoluta exactitud a lasnecesidades de la trama. El ambiente seevoca con precisión dentro de una parquedad y justeza de medios definitiva, lomismo que los personajes circunstancialesque contribuyen a afirmarlo. La soluciónes inobjetable, cada uno de los elementosde la acción, de las peculiaridades psicológicas de los personajes llevan inevitablemente hacia ella, y su forma cierra porcompleto el círculo de vida abierto por elnovelista. Fuentes demuestra poseer unafacultad de observación y un poder recreativo justo, profundo y expresivo, degran novelista. .
Nada más resta señalar que sin lugara duda, Las buenas conciencias es unanovela a la que no vacilamos de calificarcomo una de las más importantes, bienlogradas y significativas entre todas laspublicadas en México.
La niñez de Simone transcurre entreel modesto ambiente familiar, no desprovisto de refinamientos y el "gran mundo",que se entreabre a veces para ella, gracias a remotas relaciones familiares. Elpadre --cuyo retrato es excelente- admira a Maurras, posee una más que mediana cultura y, como puede suceder conla pequeña burguesía' que posee un apellido con partícula, cultiva los gustosaristocd.ticos. En él centra la niña suincipiente vida intelectual, estableciendouna aguda separación, desde siempre, conla esfera 'espiritual-religiosa', que representa la madre: los dos mundos son incomunicables. Una temprana y extrañaangustia se templa con numerosas lecturas edificantes y una primera amistadllena de romántica devoción. La vida dejade ser la aventura de la niña que se encuentra a sí misma -"a los cinco añosse es un individuo completo"- paratransformarse en el drama del adolescente que, perdida la idea de Dios, descubre un día a la muerte. Sin la seguridadde los lazos burgueses, que empieza arechazar críticamente, experimenta la soledad y un poco la révolte. Las primerasgrandes lecturas: Gide, Valéry, Claudel,Mauriac, Proust. Los jóvenes leen laobra de una generación que siente quemuy pocos de los valores que sosteníanespiritualmente a la burguesía han quedado en pie después de la primera Guerra Mundial: algunos tratan de devolverse el alma que han perdido, mientrasotros prefieren pregonar la sinceridad"hacia uno mismo" y la necesidad de conocer los estados del alma de cada cual,lo único que parece salir a flote en el naufragio de las verdades universales. Cuando Simone de Beauvoir sale de la adolescencia la gran influencia es Dostoievski.En 1921 decía Malraux en Jennese euyopéenne que el "yo" no era sino "una infinidad de posibilidades". En 1925 se cultiva la "Inquietud" --con mayúsculay empezaban a reinar, con el surrealismo,el subconciente y el absurdo. La angustia era, para muchos jóvenes, un efectivo problema interior: la existencia parecía vacía y gratuita. En 1928, la revista
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Les N ouvelles Littéraires hacía una encuesta entre' estudiantes. Jean-Paul Sartre hablaba en su respuesta, de la liberta?, lo necesario y lo contingente, en térm1l10s que madurarían diez años despuésen la filosofía "existencialista". Por elmomento, en un pequeño círculo de amigos, revelaba a los grandes filósofos, componía motetes sobre capítulos de Des··cartes y dibujaba en las paredes animales metafísicos: los demás eran Nizan,Henri Lefevbre, Politzer y Simone deBeauvoir.
Se ha escrito ya mucho sobre esta épo.ca que se prolonga por su problemática,cuando no por sus actitudes, en la muestra. Como testimonio directo, estas Memorias tienen, además del aliciente de unestilo lúcido y una penetrante sensibilidad, el valor de un documento vivientepara la historia literaria de este siglo.
ALFONSO REYES, La filosofía helenística.Breviario NQ 147. Fondo de Cultura Económica. México, 1959, 3O8 pp.
CUANDO escribía El deslinde, su obracapital, Reyes volvió con mayor énfasis a una aventura presente desde
sus libros iniciales: el examen del mundohelenístico. De allí surgieron La críticaen la Edad Ateniense y La antigua retórica; mas precisaba formar un cuadrosumario de' la siguiente etapa, la EdadAlejandrina. Así, sencillamente, nació como parte de la vísión total una de lasm e j o r e s introducciones al pensamientogriego. Partiendo de los méritos que acuden a todos sus trabajos (estilo dúctil yperfecto, arquitectura armónica, severadocumentación), Reyes forma un compendio que abarca de la helenización delmundo antiguo (gracias al mestizaje étnico y espiritual que provocó al expansiónde Grecia) al Neoplatonismo, representado por Plotino (cuya teoría de las Treshipostásis -lo uno, la inteligencia y elalma- anticipa la Santísima Trinidad).Antes, nos ha descrito las sectas, deteniéndose en los Estoicos- centro de gravedad de la filosofía post-aristotélica los Epicúreos y el Helenismo judío representado por Filón Hebreo. El primermaestro mexicano no permite flaquezasa la obra. Es este el cuarto libro que hapublicado durante 1959. Pero todavía hayquienes rehusan la adhesión total que sulabor reclama. Se aprecia más a Reyesen el extranjero que en su propio país.Aquí no faltan reproches a libros comoéste, ignorando la evidencia de que Grecia configura culturalmente nuestro universo; ignorando, asimismo, que la raízde Reyes está profunda, inconsciente einvoluntaria en su ser mexicano.
J. E. P.
RAMÓN XIRAU, El péndulo y la espiral. Cuadernos de la Facultad de Filosofía y Letras, NQ 4. Universidad Veracruzana. Xalapa, 1959, 146 pp.
X IRAU HA DIVIDIDO su vocación entrefilosofía y literatura. Si le debemosTres poetas de la soledad y un gran
número de crónicas y ensayos alrededorde muchos textos y pretextos, El péndulay la espiral es ya su tercer libro conducidoa estudiar el pensamiento filosófico. Conclaridad y rigor, analiza varia~ ~ilosofíasde la historia; busca un movimiento espiral que anule los ~i~temas gra~ado~. pormonotonías y repeticIOnes. Segun Xlrau,la realización histórica del marxismo propició un aspecto idealista, pero también
H.B.
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una escolástica de la totalidad que, encerrada en un pseudocientificismo pendular, ahoga las esperanzas de ascensión,prerrogativas del espíritu. Comte fundala sociología en métodos tan positivos como los empleados por las ciencias de lamateria. Para él, los hombres y las estructuras sociales no sufren variaciones.El péndulo positivista se convierte en unaflecha eleática, de ida y vuelta; 10 queconduce a una deshumanización científicadel hombre. En la Decadencia de Occidente las civilizaciones son organismosbiológicos que nacen, crecen, maduran ymueren. Aunque Spengler coincide conMarx y Comte en todo 10 que niega (elcristianismo, la existencia de Dios, la verdad de los principios espirituales), suidea central es la de un fin irremediable.Contrariamente, Henri Bergson ofrece enLas dos fuentes una moral rebelde sus-
- tentada en prineipios religiosos. Confo:,ma su filosofía de la historia al crear unafilosofía del espíritu; nos promete unavida más alta cuando sepamos que elhombre es una libertad de entendimientovenida al mundo para llegar a conocera Dios. El mejor ensayo de este libro esAmbigüedades del siglo xx. El mundoque hemos creado transcurre sobre dudasy posibles caminos. La inquietud queguía al hombre contemporáneo es evidenteen su protesta (Unamuno, Ortega, Camus, Moulnier) y en sus predicciones demundos probables y, tal vez, inminentes(Huxley, Orwell, Capeck). Concluye Ramón Xirau con unas páginas acerca dela verdad (forma de conocimiento y forma del ser; ambas una misma esencia:medio y fin). Cierra sus reflexiones afirmando que la historia es un constanteprogreso al encuentro del espíritu, unmovimiento espiral hacia el gozo, la esperanza y la fe, sin excluir la melancolía,la desesperanza y la duda. Se aprueben odiscutan las ideas de Xirau, no se podránegar que su libro es fruto de una honestainteligencia, expresada en un estilo diáfano y seguro.
J. E. P.
MARGARET JUST BUCHER, El negro en lacultura norteamericana. Editorial Letras,S. A. México, 1959, 310 pp.
SON LOS MANUSCRITOS que heredó deAlain Locke, M. J. Bucher organizaeste ensayo histórico que denuncia
el sitio del negro en la sociedad de supaís y reseña sus contribuciones a lamúsica, el baile, el folklore, la poesía, elteatro y la novela que se elaboran enNorteamérica. El libro es necesario paraquienes justifican la intolerancia, o creenal negro atareado en los oficios ínfimos,apto únicamente para el ocio, el jazz, elbeisbol y el boxeo. Una lista de norteamericanos distinguidos no podría excluir a muchos negros que en el arte, lainvestigación científica, los espectáculos ola industria han contribuido al desarrollonacional. Los escritores, por su parte, hancomprendido a los hombres de esta raza(creadores, ellos mismos, de una excelente literatura). A las novelas de Faulkner, Wolfe, Caldwell y Wright, podríasumarse lo que Sartre ha dicho acerca de
esta gran familia hum~na. La le~tura dellibro hace incomprensible la actttud paleolítica asumida por los Estados del Sur(con el oprobioso Ku-Klux-Klan y.su arquetipo: Orval Faubus) que olVidandola O'uerra de Secesión y las ideas deLin~oln emprenden contra el negro unapersecu~ión siste~ática (~ísica y mord)a base de linchamientos e mcesantes actosde violencia; actitud más cerca de la paranoia que de la crueldad d~li?erada. Elinterés prevalece en cada pagma. Lockey Bucher hacen sentir, amar, compadeceral negro. Pero su trabajo yace bajo unatraducción que repudia las reglas máselementales de ese oficio.
J. E. P.
JAIME TORRES BODET, Balzac. Breviario, 149.Fondo de Cultura Económica. México,1959, 235 pp.
L A PRIMERA PARTE -la biografíaes la más breve; pero está realizadacon suficiente impulso lírico para
hacernos comprender la grandeza de Balzac, el hombre. Destaca los principalesrasgos psicológicos del biografiado, sincaer en el psicologismo. Con un estilopreciso, por un lado, y con una sólidadocumentación, por el otro, Torres Bodetlogra su propósito: trazar un retrato delnovelista francés. Prescinde de los detallesque más que aclarar oscurecerían, perono le falta nada esencial.
Vida y obra de Balzac están en estrechacorrelación. La primera ilumina a la segunda. Las pasiones que movieron al escritor son las mismas que después animaron a sus personajes. De la vida íntimade Balzac pasamos al examen de sus criaturas, tan numerosas que compiten conel registro civil. Pero la amplitud de laempresa no obstaculiza el éxito de esteensayo. Recoge y analiza las principalescaracterísticas de sus novelas, a partir dela premisa siguiente: el término "realista"es bastante estrecho para definirlas, puesel talento de su creador era demasiadogrande para avenirse a marbetes. Balzacademás de observador de la realidad eraun visionario. Empleaba métodos científicos pero con sensibilidad de artista. Ya pesar de sus excesos estilísticos, la importancia de su obra es indiscutible.
C. V.
Las artes populares en el Estado de México.Instituto Nacional Indigenista. México,1959, 11 pp. + 1 mapa.
UN BIEN presentado folleto que llenasu cometido: dar a conocer los problemas de los artesanos indígenas.
Las bellas formas de los productos típicosque admiran los turistas, para los artesanos significan, además de una expresiónartística, una ayuda para resolver susdifíciles problemas económicos; pero unapolítica económica adversa obstaculiza '1
las artes populares, y su calidad degeneraa causa de una falsa prosperidad queaprovecha más bien a los comerciantesurbanos.
El mapa adjunto localiza los centros deproducción, y especifica las diversas clases de objetos que se fabrican en cada uno.
UNIVERSIDAD DE MEXICO
En este como en otros problemas queafectan a los indígenas, la ignorancia delpúblico hacia ellos dificulta en gran partesu resolución. Darlos a conocer en formaclara y objetiva es una labor plausible.
C. V.
CHILDE, V. GORDON, Reconstruyendo elpasado. Problemas científicos y filosóficos, 12. UNAM. México, 1958.
BUENA LA TRADUCCIÓN de M;¡' TeresaRabiela de Rojas. El neófito de laarqueología (que no sólo es el arte
de "hallarse" huesos y tepalcates paravenderlos --como creemos aquí-) podrá,al gozar de este libro, enterarse de laconnotación científica-humanista que enaltece la profesión de identificar, recuperar,registrar y conservar los hechos históricos no escritos ni referidos ni "adivinabies". (Dice Childe: "Si [algunos denuestros historiadores] pudieran ser persuadidos de adoptar las técnicas y categofías elaboradas para la prehistoria, muchos problemas de la historia serían resueltos". )
Childe concibe al arqueólogo~historia
dar que haga posible recapturar, en los"fósiles del comportamiento humano",los pensamientos que expresan los hechos de costumbre y de conducta de lassociedades desaparecidas. Ésa la razón deser de ansiosas recolecciones, mediciones,clasificaciones, etc., "de pedacitos de objetos viejos o de agujeros en la tierra".Es decir: arqueología como indicadorade la mentalidad de quienes no dejaronmás historia que leves huellas de propósitos y necesidades comunes. De ningúnmodo arqueología como objet d'art ("elarqueólogo no debe competir con los críticos de arte") y sí como historia de patrones de comportamiento típicos, descifración de "algo" de las sociedades extinguidas ("así como la carne, la sangrey los tendones no se fosilizan, una granparte del comportamiento humano sepierde irreparablemente para el registroarqueológico"), descubrimiento I de lascontribuciones a la tradición culturalmancomunada que heredamos. Arqueología, pues, como "híbrida frontera" entreciencias y humanidades ...
Después de hablarnos de la historia dela arqueología -su cuándo, su cómo, suquién- termina especulando sobre el para qué sirve: destilar el panorama histórico "diez mil veces más amplio que elque se refleja en 'los registros escritos yal mismo tiempo desprovisto de 'accidentes' ajenos y desfiguraciones temporales". No mera reflexión de datos sinosu reconstrucción; no más evoluciónspenceriana -unidireccional- de culturas paralelas; no más dogmas difusionistas -evolución de sociedad por etapas consecutivas ,enfocadas sincrónicamente--; sino más bien: enfoque diacrónico - divergencias, si bien, a las veces, convergentes. "Como historiador, alarqueólogo se le pide que dé vida a lospensamientos e ideas d~l actor prehistórico. .. [si tomamos en cuenta que] lafunción de la razón no es la contemplación sino la acción." Dice Childe; pero,¿qué dirá el filósofo de la historia, o quédiría el de la prehistoria si pudiera darse? Termina: "Sus 'motivos' tanto comosus emociones [los del hombre prehistórico] se han perdido para siempre, [yañade algo que nos duele:] precisamente porque fueron ilusiones. ¿Acaso importa?"
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