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Edición correspondiente al mes de Julio 2012
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Recorriendo las páginas del pre-sente número de LOGORED, re-nuevo una percepción que ya voy teniendo en los números anterio-res: muchos de nuestros colum-nistas recurren permanentemen-te a cuentos, relatos, canciones, películas, obras de teatro. En es-te número, incluso, comentamos la experiencia de un musical in-fantil escrito en el marco de un programa pedagógico. Entonces, confirmo aquella sentencia que el propio Víktor Frankl nos lega-ra en su obra de teatro Sincroni-zación en Birkenwald: el arte puede salvar al hombre.
En la maravillosa adaptación co-mo musical, realizada por Cha-cho Garabal de la obra franklia-na conocida como “Buscando sentido”, los filósofos debaten sobre cómo poder ayudar al hombre a comprender que puede vivir de otra manera, mejor, más digna. Se reprochan por las lec-ciones que dictaron en las uni-versidades, los libros escritos o las reflexiones que universaliza-ron, porque, aparentemente, na-da de eso fue útil para levantar la consciencia de una humanidad más humana. Reconocen la in-utilidad de seguir insistiendo por ese camino. No lo ayudarían (al hombre) si persistieran en inten-tar convencerlo racionalmente de la irracionalidad del estilo de vi-da que sostienen y del tipo de vínculos (egoístas, mezquinos y de sometimiento) que pretenden seguir estableciendo. Es por eso que uno de ellos (en la ficción es Sócrates), propone algo nuevo: el
arte.
¿Por qué el arte podría salvar al hombre? En mi opinión, porque la racionalidad no puede sustra-erse de las propias limitaciones de su facticidad. Así, limitada, tiene una captación limitada de la realidad. Pero su limitación no solo responde a su encarnandura natural en cada individuo, sino también al hecho de estar in-fluenciada por emociones y pasio-nes. Porque toda objetividad, es subjetiva. Inevitablemente. Lue-go, es una objetividad apasiona-da, terca, cándida, fanática, o bien, egoísta, mezquina, cerrada.
Pero el arte no apunta a la racio-nalidad sino a la intuición. El hombre capta intuitivamente, de manera inmediata, el valor pre-sente en la manifestación artísti-ca, a través de su consciencia (pre-lógica), y descubre un uni-verso de sentido que no necesita racionalizar. Porque el sentido no es una percepción racional sino una captación intuitiva.
En el musical, el filósofo canta diciendo que un verdadero artis-ta, “nos enseña con ficciones, ver-dades difíciles de olvidar/ un ver-dadero artista, nos ayuda a cam-
biar, nos hace volver a soñar”
Cada vez estoy más convencido que es así. Verdaderamente el ar-te puede salvar al hombre. Viktor Frankl, haciendo música, escri-biendo poesía y teatro, con senti-do del humor y caricaturas, tam-bién hizo ciencia. El lo supo siempre, pero esperó a que noso-tros lo descubriéramos.
EDITORIAL
El arte puede
salvar al hombre Por Claudio García Pintos
Nuestra portada
La fiesta del 25 (pág. 2-3)
LA VIDA, UNA ESPE-RANZA EN ACCIÓN (pp. 4-5)
REFLEXIONES EXISTENCIALES
EL VALOR DEL HABER
SIDO (pp.6-7)
ROMPECABEZAS (pp. 8-12)
LOGOTERAPIA ORGANIZACIONAL
MUCHO MAS QUE
RECURSOS HUMANOS (pp.14– 15)
EL SENTIDO DEL SEN-
TIDO (pp. 16-18)
PREVENCIÓN DE CON
SUMISMO EN NIÑOS
(pp.19-21)
PEDAGOGIA FAMILIAR YA NO NOS SOPORTA-MOS MÁS EN CASA ¿Qué nos pasa? (pp. 22-23)
LOGOTERAPIA VINCULAR
FAMILIA, MEDIOS DE
COMUNICACIÓN Y TEC-
NOLOGÍA ¿Fascinación
o buenas intenciones? (pp.24– 26)
POST-FRANKL
EL SER HUMANO, LLA-
MADO A BUSCAR UN
SENTIDO (pp. 27-29)
CARTAS DEL DESIERTO
MINUTOS, SEGUNDOS (pp.30-31)
31– JULIO 2012
EL ARTE PUEDE SALVAR AL HOMBRE EDITORIAL
LOGORED© es una publicación digital
mensual, de suscripción gratuita,
dedicada a difundir novedades y
reflexiones en torno a la Logoterapia
y el Análisis Existencial.
Director:
Claudio García Pintos
Secretario de Redacción:
Federico García Presedo
Colaboradores:
(en este número)
Enrique Adúriz (Argentina)
Analía Boyadjián (Argentina)
Chacho Garabal (Argentina)
Lucía Copello (Argentina)
Hernández Silvera (Argentina)
Víctor Cárdenas (Ecuador)
Alejandro de Barbieri Sabatino
(Uruguay)
Juan Carlos Carvajal (Colombia)
El contenido de los artículos y
columnas es de entera responsabilidad
de sus autores.
El material contenido en esta publica-
ción puede ser reproducido, previa
autorización de su autor y citando la
fuente. Por favor, contactarse con los
autores al mail que figura en cada
caso. Gracias.
Mail de contacto:
logored.arg@gmail.com
Florencio Molina Campos (Buenos Aires 1891-1959), dibujante y pintor conocido por sus típicos dibujos costumbristas de la pampa argentina, perteneció a una familia tradicional de Buenos Aires, relacionada con el ámbito castrense que tenía ilustres generales entre sus ancestros. Sus primeros trabajos fueron presentados en exposiciones organiza-das por la Sociedad Rural Argentina, pero a partir de su incursión como ilustrador en dia-rios lo hizo famoso. Sus tiras “Los Picapiedras criollos” en 1930 en el diario La Razón, le dio oportunidad de ilustrar el almanaque de 1931 de la importante firma textil Alpargatas S.A., con doce ilustraciones gauchescas. De allì en más su carrera fue m,uy exitosa. En la década del 50, inclusive, es contratado por los estudios WEalt Disney, como asesor técnico y gráfico, para colaborar en los rodajes de: "El Gaucho Volador", "Goofy se hace Gaucho", "Saludos Amigos", "El Gaucho Reidor", "Los tres amigos". Colaboró también en la realización de la pelícu-
la animada Bambi de 1942, donde se distingue el estilo de los animales y los árboles, que re-produce la vida silvestre de la Isla Victoria en el lago Nahuel Huapi, ubicado en la Patagonia Ar-gentina.
Fue galardonado varias veces con importantes distinciones nacionales e internacionales, con-siderándose su obra como una de las más re-presentativas del arte argentino autóctono. Florencio Molina Campos es uno de los pione-ros del humor gráfico en Argentina, y su obra, expuesta permanentemente en el Museo Eduar-do Sívori de Buenos Aires, es emblema gráfico de la argentinidad a nivel mundial. El 16 de noviembre de 1959, superado por una enfermedad terminal luego de una infructuosa operación, Florencio Molina Campos murió en Buenos Aires. Sus restos permanecieron en la bóveda familiar de la Recoleta hasta que, en la década del 70, fueron trasladados al Cemente-rio de Moreno, en donde permanecen. Fue la imagen de Florencio la del típico argenti-no, simpático, entrador, audaz, excelente bai-larín, con un envidiable carisma del que se val-ía para amenizar las reuniones a las que con-curría. Poseía un fuerte carácter, que rasaba en ocasiones el mal humor. Era amante de la música clásica, que escuchaba durante las no-ches mientras pintaba.
Página 2
Su obra
Sus dibujos y pinturas rememoran típi-cas viñetas gauchescas. Es muy recordado por
sus clásicos almanaques de la fábri-
ca Alpargatas, donde bajo la supervisión del In-
geniero de Planta su gran amigo Luis Pastori-
no llegaron a lograr las mas atractivas imágenes de la época.
De aire entrañablemente caricaturesco y, a me-
nudo, "naif" (aunque con exageraciones y croma-
turas que lo conectan también con un nada inge-
nuo expresionismo), su dibujo, inspirado princi-
palmente en el mundo gauchesco, refleja a un observador agudo de la realidad nacional; en tal
sentido, aunque la estilística sea diferente, Moli-
na Campos tiene puntos comunes en cuanto a
temática con Pedro Figari.
En 1956 expuso en la Galería Witcomb de Bue-nos Aires. Su última muestra tuvo carácter de
homenaje póstumo, en 1959.
No tuvo una visión comercial de lo que ha-cía.
Pintaba porque le gustaba pintar. Cuando por la
guerra no entraba al país papel canson que utili-
zaba, pintó sobre cajas de ravioles, cuyo material reunía buenas cualidades como soporte de su
arte. Jamás proyectó su obra a futuro. Vendía
sus pinturas, sí, pero a precios sumamente
módicos para la época, que sólo le permitieron
vivir decorosamente. Pintó infinidad de cuadros,
probando con diversas técnicas. A juicio del académico de Bellas Artes y conocido
crítico Córdova Iturburu, “Cuando Florencio Moli-
na Campos expuso por primera vez en la Sociedad Rural Argentina, sus caricaturas gauchescas realiza-das al pastel y sus estampas, suscitaron un singular interés entre el público habitual de los certámenes
rurales. Aquello era algo nuevo, inusitado. Lo inespe-rado era que el artista veía al gaucho como el gaucho se veía a sí mismo. No era el gaucho del poeta o del historiador o del narrador fantasioso. El secreto del inusitado éxito de Molina Campos en los medios rura-les del Río de la Plata reside en su identificación ab-soluta con el hombre de esos medios. Los mira con los ojos con que se miran ellos y los considera con su mismo espíritu entre burlón y afectuoso. Su risa es bondadosa. Es risa de comprensión y cariño”. Añade
Córdova Iturburu: “su obra, seguramente, perdurará. Es la obra de un artista que vivió con hondura y humildad ciertos aspectos humanos de un modesto sector de su propio pueblo y lo traspuso en su labor, con el generoso espíritu, risueño y bondadoso, de un
entrañable cariño”.
Florencio Molina Campos fue miembro de numero-
sas instituciones culturales, artísticas, profesionales
y folklóricas y sostenedor ferviente de la tradición de
la patria que tanto amó.
Cuando Florencio Molina Campos murió, al decir de
su amigo Edward Larocque Tinker, “el mundo perdió un genio que había dedicado su vida a llevar alegría a un mundo en tensión, por eso, qué mejor epitafio pudo haber tenido que este: Hizo sonreír mucho a millones”.
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NUESTRA PORTADA
La portada de este número incluye un fragmento tomado del cuadro del dibujante y
pintor argentino Florencio Molina Campos, “La fiesta del 25”
mar la confianza en sus propias posibilida-
des. Desde este concepto amplio, luego de dos años de tratamiento, recibo una obra de
quien creía tener limitados sus recursos…y es así:
“Perdido en el Norte. A mí me contaron una vez, que era habi-
tual en Escandinavia castigar a los niños traviesos que no querían irse a la cama, amenazándolos con la aparición de la Bru-
ja del Norte. En una montaña muy alta, rodeada de bosques, vivía una anciana tarotista y cu-
randera, que, casualmente apodaban “Bruja del Norte”.
Un día, un niño llamado Edgar y sus com-pañeros del club, emprenden una excur-sión al bosque que rodea la montaña.
Edgar decide subir por un sendero y se desorienta. Asustado y con los ojos llenos
de lágrimas, camina unos metros y se topa con una mujer muy anciana que viene hacia el.
-¡Buenas tardes, niño!- lo saluda-, ¿te has
perdido?- Edgar, balbuceante, pregunta: ¿usted no es la bruja del norte? Mis padres me contaron que prepara pócimas con las orejas de los niños traviesos. – -No, pequeño, ¡que antigüedad!. Yo preparo ungüentos y tés con hierbas aromáticas del bosque, que vendo vía internet. Además, la Bruja del Norte no existe, es un cuento de hace 500 años.- Edgar se tranquiliza por un momento, pero
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E l hombre es un ser a la búsqueda
del significado de la propia vida, y mientras no responda a la misión que le ha estado confiada por la
vida misma no podrá sentirse realizado, consigo mismo. Todo hombre va edificando su vida con su
intencionalidad y su valor. La disposición de dar sentido a la vida, es un requeri-
miento para dar significado a la existen-cia. Es así que en cada sesión, poder en-contrar una misión y lograr encontrarse,
es una de las metas en el trabajo terapéu-tico hacia la mejoría … un camino hacia la autotrascendencia:
"Apuntar hacia algo que no es uno mis-mo, hacia algo o alguien,
hacia un sentido cuya plenitud hay que lograr, o hacia un semejante con quien uno se encuentra..."
El sí mismo es una consecuencia, es un punto de encuentro consigo mismo, con
un ambiente en continuo cambio, y fun-ciona como estabilizador también en cuanto punto de proyección hacia el futu-
ro. Desde nuestra labor, desarrollar Obje-tivos practicables y significativos para el paciente, es emplear su motivación en
un encadenamiento donde el encuentro. Habilita una serie de estrategias que son
propias para cada uno de ellos. Personas diferentes, con motivaciones distintas, historias de vidas diversas. Las temáticas
motivantes son variadas y constituyen la evidencia y enunciación del paciente en
relación al reconocimiento de la curiosi-dad conectada a la intención de transfor-
LA VIDA, UNA ESPERANZA EN ACCIÓN
Por Dra.Dides Iliana Hernández Silvera Mail de contacto: didesilianapsico@yahoo.com.ar
los valores de ACTITUD, el saber y po-
der DAR Y RECIBIR confluyen en el sentido de todo ser humano. Una ac-titud que la persona favorezca para
llegar a realizar esta clase de valores En la dimensión de estos valores de acti-
tud, la existencia humana tiene sentido: "la vida del hombre conserva su sentido hasta
el aliento final. “Lo importante, aquí, es tomar al ser huma-no como una unidad
antropológica, que se convierte en persona, precisamente en el ámbito de la dimensión espiritual. Lo específicamente
propio del ser humano es su libertad y responsabilidad. Libertad y responsabilidad
de la libertad son la esencia de la existencia auténticamente humana."
Como dice el escritor Eduardo Galeano:
“El mundo es eso –reveló-: Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre to-das las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.” Esto es para mí el trabajo terapéutico desde la logoterapia, encen-der con pequeñas chispas el fuego que cada uno de nosotros tiene, aunque a veces “aparezca” como apagado; son nada más que apariencias.
Frankl, V., (1981), El hombre en busca de sentido.
Barcelona: Ed. Herder.
Frankl, V., (1986), La idea psicológica del hombre,
Madrid, Ed. Rialp.
no deja de sentirse triste. Le cuenta a la
anciana que se alejó del grupo y se per-dió. -¡Ven!,- le dice- te prestaré mi teléfono móvil. -A veces los padres cuentan historias fal-sas para asustar a los niños-. Edgar llamó a su casa y la curandera lo acompañó hasta la ladera del monte. Allí
pasaron a buscarlo. La ayuda que recibió le enseño a no juzgar mal a los demás”.
Lucas
Podríamos hacer muchos análisis de este cuento, para mi trabajo, haber podido or-ganizarse mentalmente, escribir algo co-
herente y además con sentido, habla de posibilidades, logros y sobre todo de en-
contrarse consigo mismo para dar un mensaje. Ir más allá, en esta situación es encontrar el camino luego de haber esta-
do perdido. La Logoterapia está específicamente de-
mostrada para nuestra tarea en rehabili-tación cognitiva, donde el ser humano es mucho más que un cerebro, que una psi-
quis-una biología-o su espiritualidad- o el entorno. Frankl dentro de esta filosofía de la vida,
espectacular en lo generado en nosotros como necesidad del ser; que existe, vive
una realidad a través de tres caminos que tiene el ser humano para lograrlo; como son los valores de creación, de ex-
periencia y de actitud. Caminos para encontrar y descubrir el sentido de la vi-da.
valores de CREACION como posibili-
dad de DAR: no se trata de dar "algo externo", sino ofrecer algo in-terno, propio, producto de una
creación y trabajo.
valores de EXISTENCIA, llamados también de RECIBIR, lo que me ofrece la naturaleza y el mundo:
vivencias, experiencias y encuen-tros para el impulso de sus poten-cialidades.
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U na lluvia torrencial, sorpresiva
e impiadosa, lo empapó a Ale-jandro apenas quince minutos antes de concurrir, puntual, a
nuestro encuentro, su primera entrevis-
ta con un psicólogo.
Así llegó, con los zapatos en la mano, los
anteojos empañados, literalmente
“hecho sopa”.
Siempre acordamos con él que aquella
presentación fue una cabal metáfora de su sentir de entonces, estaba “hecho so-pa”, con el alma arrasada por la muerte,
también sorpresiva e impiadosa, de Mi-caela, su adorada nietita de casi cinco
años, algunos meses antes.
Consciente de que se encontraba transi-tando este penoso duelo, la ardua tarea de hacer concebible algo inconcebible,
esto es, la vida y el mundo sin su nieta, se avino a dejarse acompañar en la ela-
boración de esta pérdida.
Bien se dice que el duelo es ese proceso de pasar de perder lo que tuvimos a
tener lo que hemos perdido, y para
hacer esto posible, la Logoterapia y en particular su ontología del tiempo, ofre-
ce un sólido respaldo.
El mentado “Optimismo del Pasado”, sello distintivo del pensamiento fran-
kleano, hace posible ese proceso, pues le da plena entidad y pertinencia al
“haber sido”.
Casi a contrapelo de la cultura actual, adoradora del instante y cultora del
aquí y ahora, para la Logoterapia es el pa-
sado la auténtica realidad.
La obvia transitoriedad de la vida es sólo
entendida en relación a las diversas posi-bilidades de cumplir un sentido, y cuando
esa posibilidad ya se concretó, se trans-formó en realidad, entonces ya no es tran-
sitoria, ya forma parte del pasado, no se puede cambiar y queda así, de una vez y
para siempre.
De aquí se sigue que, en el “almacén del pasado”, no se tienen meras posibilidades u oportunidades para esto o lo otro, sino sóli-
das realidades.
Con Alejandro fuimos recorriendo el camino siguiendo esta huella, agudizando la con-
ciencia, sin prisa pero sin pausa, de que esas posibilidades que se hicieron realidad
podrían no haber sucedido.
Su nietita tan querida podría no haberlo sido, podría no haber existido nunca, y lo mucho y bueno que vivieron en esos cinco
años podría no haberse vivido.
Aquello que era sólo posible, la oportunidad de tener una nieta así y no otra, de disfru-
tarla y verla crecer durante unos años, todo eso y más, que podría no haber sucedido, pues sucedió, afortunadamente ocurrió y
se transformó en una realidad segura y cierta, y más aún, que ya no se podrá per-
der y nadie le podrá quitar.
Por ello, afirma Frankl, el haber sido no es entonces sólo un modo de ser, sino que es
el modo de ser más seguro.
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REFLEXIONES EXISTENCIALES
EL VALOR DEL HABER SIDO
Por Lic. Enrique Adúriz Mail de contacto: eaduriz@fibertel.com.ar
Por cierto que en el desarrollo de esta
conciencia, (la posibilidad incierta deve-nida realidad cierta atesorada en el pa-sado), hay que ir transformando y ma-
durando la pregunta primera y natural-mente narcisista de ¿por qué a mí? a la
pregunta trascendente de ¿por qué a mí
no?
Desde esta última pregunta se hace más
viable ir tolerando y aceptando los in-faustos designios de la vida, y la cre-ciente ponderación del “haber sido” que
pudo no ser, favorece la valoración de lo que fue, pacificando el alma y amorti-guando la siempre penosa evidencia del
ya no ser.
Al implacable desconsuelo de la pérdida sufrida, Alejandro fue encontrando cre-
ciente consuelo en esta nueva perspecti-va, haciendo carne lo ya dicho respecto
del duelo, esto es, haber ido de a poco pasando de perder lo que tuvo, a “tener”
lo que había perdido.
De algún modo encuentra y recupera a su nietita perdida en ese haber sido, ese sólido “ser-sido” (dicho al modo hei-
deggeriano) que “vuelve” del pasado, in-tacto y eterno, a su conciencia y estima-
ción presente.
Evocado Heidegger, cómo no consignar al paso su maravillosa dedicatoria para expresar su acuerdo con Frankl, respec-
to del valor del pasado.
El autor de “Ser y Tiempo” le dedicó su foto, cuando lo visitó por primera vez en
Viena escribiéndole lo siguiente:
Lo transcurrido se va,
Lo que ha sido viene.
Síntesis perfecta en hondura filosófica y
belleza poética.
Volviendo a Alejandro, hoy en día puedo
decir, sin faltar a la verdad, que tiene una “entrañable” relación con su adora-da “Mica”, a quien sigue echando en
falta pero sin dejar de sentirse profun-
damente agradecido por lo vivido mientras
ella estuvo entre nosotros.
Sabe que la pérdida y la ausencia del yo psicofísico de su nieta no impide la perma-nencia y presencia del sí mismo espiritual,
desde donde se vincula amorosamente con ella haciendo suya la certeza de San Agustín, acerca de que “los muertos son seres invisibles, no ausentes”.
Fueron muchas horas compartidas con Ale-
jandro, elaborando un duelo a partir de es-te norte que recupera el valor del haber sido como una instancia de sentido para
amortiguar y balancear el implacable y tor-
mentoso dolor de la pérdida, del ya no ser.
No se trata en absoluto de minimizar o re-
lativizar, mucho menos negar, el pesar de la pérdida, por otra parte, tantas veces de-
solador y apabullante.
Muy por el contrario, admitido y aceptado, pues el dolor del ya no ser es vertebral de
la experiencia de pérdida y duelo, se trata
más bien de incorporar, de recuperar con-cientizando ese haber sido, y permitir que
“empiece a venir”, en el mejor decir de Hei-
degger.
O también podemos decir que se trata de “recordar” ese haber sido, de volver a pa-
sar por el corazón ese haber sido, en tan-to recordar, en su acepción etimológica,
viene de “cor”, corazón.
Un corazón que se deje habitar no sólo por lo que ya no tendrá, sino también por lo
que tuvo, no sólo por lo que ya no es ni será, sino también por lo que sí ha sido, con la conciencia aguda y ¡agradecida! de
que podría no haber sido.
En suma, intentemos siempre que el árbol enorme de la pérdida, que todo lo eclipsa y
oscurece, no tape el bosque pródigo y lumi-noso de todo lo vivido; abramos el corazón
“recordando”, para dejar venir y llegar, im-perecedero, lo que ha sido, para intentar hacer posible “que el dolor del ya no ser no opaque el valor del haber sido”.
Enrique Adúriz
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L a vida en la aldea es especial.
Muy posiblemente porque está habitada por personas muy espe-ciales. Nadie habla demasiado
con el vecino y algunos ni saben quién vive tras la puerta lindera. Cada uno ocupado en sus propios intereses, en su
pequeño mundo, sin conciencia de los del prójimo. Tienen poco trato entre sí,
apenas saludos al pasar, porque involu-crarse significa la posibilidad de encon-trar problemas, a la vuelta de la esqui-
na. Son infelices, aún cuando ellos no se han dado cuenta de serlo. Una aldea pe-queña, una vida pequeña, una gran infe-
licidad.
Pero un día, un extraño suceso altera la rutina en esta aldea. Un hecho fortuito
que rompe los universos individuales y reúne a un grupo de aldeanos, desde sus
intereses más egoístas y mezquinos, y los introduce en una aventura impensa-da: iniciar una travesía por el inhóspito
bosque, tan próximo a la aldea pero, a la vez, tan desconocido por ellos. Posible-
mente, lo más impensado no era ingre-sar al cerrado bosque, sino hacerlo “juntos”. Tal vez, el gran descubrimiento
no terminaría siendo la intimidad del bosque sino, más bien, la de ellos mis-
mos.
Comienzan así una aventura durante la cual descubrirán las leyendas referidas al bosque, se encontrarán con extraños
personajes pícaros y burlones, los duen-des del bosque, y, tras todos ellos, una
gran figura inquietante: el ogro del bos-
que.
Pero nada será tan inquietante para ellos co-
mo encontrarse con sus más profundos te-mores, y atravesar los misteriosos senderos del bosque, enfrentar las amenazas de la no-
che, la oscuridad, los ecos, hasta descubrir que la única manera de resolverlos, es salir
de esa maraña oscura y espesa de sus egoís-mos y mezquindades, y que el acertijo final por resolver, es aprender a convivir y a tra-
bajar solidariamente por el bien de todos. Que la vivencia autotrascendente del en-
cuentro y la entrega, son las llaves que ter-minan abriendo definitivamente todos las
puertas y resolviendo todos los laberintos.
Esta historia es la sinopsis del musical in-fantil ROMPECABEZAS, estrenado el pasa-do 23 de junio en el teatro Losada de la ciu-
dad de Buenos Aires. El espectáculo está basado en un cuento de mi autoría, publica-
do hace años en el libro “La Logoterapia en cuentos” (Ed.San Pablo), adaptado ahora co-
mo relato para niños, y elaborado como mu-sical gracias al trabajo de un grupo talento-so de jóvenes profesionales del medio teatral-
musical. De tal modo, ROMPECABEZAS se presenta como un espectáculo entretenido para los más chicos y muy interesante para
los adultos que los acompañen. Fundamen-talmente porque ha intentado (creemos
haberlo logrado) entretener educando, edu-car entreteniendo, transmitiendo con un for-mato atractivo un contenido pleno de valo-
res.
Página 8
ROMPECABEZAS
Por Dr.Claudio García Pintos
Mail de contacto: cavef @ yahoo.com
ROMPECABEZAS
De todos modos, queda claro que el relato
es una representación bastante cercana a un mundo que habitamos en la cotidia-neidad y al que nos hemos acostumbra-
do. Una vida delineada en mucho por la indiferencia, el desconocimiento del otro,
la distancia del prójimo y el temor (anticipado y prejuicioso) acerca del veci-no. Como conclusión: la exacerbación del
individualismo.
Cuando observamos el curso del mundo en las últimas décadas, notamos un de-
clive permanente hacia este estado de las cosas. La provisionalidad de la vida gene-rada a partir de la postguerra, dando ini-
cio a los tiempos de la guerra fría y la amenaza nuclear, fueron respondidos por
la revolución del hipismo proponiendo un mundo de paz y fraternidad, muy clara-mente delineado en el “Imagine” de John
Lennon. Un único mundo para todos, con espacio para todos, acogedor para to-
dos, sostenido en valores. Porque los va-lores respondían la zozobra de la provisio-nalidad, ellos son lo permanente, lo im-
perdible. Pero la contrarevolución hippie, estuvo signada por un incremento del ca-pitalismo y el consumismo, que trastocó
la propuesta y volcó la disyuntiva “bienes
o valores” hacia los bienes.
Antes la seguridad estaba radicada en el
“ser”, pero ahora estaba focalizada en el “tener”. Antes, la angustia era “no ser”,
ahora fue “perder lo que tengo”. Así, en esta dinámica de “acumular y cuidar lo acumulado”, se hizo cierta aquella defini-
ción de Facundo Cabral, desde la cual aseguraba que “el conquistador, por cui-dar su conquista, se vuelve esclavo de lo
que ha conquistado”. Aún a riesgo de
perderse a sí mismo.
De tal modo que, en los últimos años, el
mundo se ha visto esclavo de este capita-lismo consumista que, sostenido en los
bienes, deriva en subproductos nefastos tales como el individualismo. De él, se de-riva a su vez la indiferencia y la insensibi-
lidad por el otro, y los miedos de una existencia sostenida en algo tan inconsis-
tente como los bienes. Posiblemente el in-
cremento de los ataques de pánico tenga relación directa con este intento de seguri-dad a través del tener y el pánico conse-
cuente que significa la eventualidad de no lograrlo o la posibilidad de perder lo que
se tiene.
Nuestra propia vida cotidiana tal vez transcurra, como en la obra, en una aldea de necios. Es más, tal vez seamos uno de
ellos sin comprender nuestra propia nece-dad. Pero, ¿vivimos así porque queremos?
No, muy posiblemente no. Vivimos así porque determinadas circunstancias nos han acostumbrado a hacerlo de esa mane-
ra. Circunstancias que se han naturaliza-do y nos llevan a la sentencia tan común
de “y bueno… ahora es así…”
Temores, inseguridades, desconciertos, desvalores, un conjunto de variables que nos han ido llevando sin crítica a un esti-
lo de vida que no elegimos pero que no cuestionamos, que no planificamos pero
que mansamente aceptamos, obligándo-nos a desplegar egoísmos necesarios pa-ra sobrevivir: si la consigna es “sálvese
quién pueda”, el egoísmo es un instru-
mento de supervivencia.
El relato cuenta la historia de cuatro ne-
cios que fueron sorprendidos por la vida misma. Entraron a la vida (el bosque) sin previsiones y debieron sortear circunstan-
cias insospechadas e insólitas. Sin embar-go, los cuatro no reaccionaron del mismo
modo.
Tres de ellos, asustados por sus propios miedos en la espesura siempre verde del
bosque, se rindieron y tomaron la postura de optar por respuestas sencillas, simples, cómodas, tan rudimentarias como inope-
rantes. Si las sombras del bosque me asustan, cierro los ojos y listo. Si lo que me asusta es el eco de mi propia voz, me
tapo los oídos, y ya está. Sin embargo, uno de ellos, quien finalmente puede su-
perar su propia necedad, comprendió que no era cuestión de quedarse inmóvil y de-tenerse. Asumió que tenía un propósito y
que no era precisamente ese, e intentó la
audacia de conseguirlo.
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Veámoslo de la siguiente manera:
Los tres primeros necios actuaron de la
siguiente forma:
1. Primero, desistieron del proyecto que tenían, es decir, atravesar el bosque pa-
ra encontrar su propia fortuna
2. Luego declinaron la responsabilidad de concretarlo permaneciendo inmóviles
ante la emergencia.
3. Posteriormente renunciaron al logro.
4. Finalmente se resignaron, permane-
ciendo apáticamente allí donde la emer-gencia les sorprendió, haciéndose vícti-
mas de la misma.
Sin embargo, el cuarto necio, a pesar del miedo y del temor, consciente de lo que
quería lograr y dispuesto a conquistarlo,
actuó de la siguiente manera:
1. Primero sostuvo su iniciativa. Es de-
cir, «quiso» decididamente algo y se im-puso como tarea lograrlo. Mi madre solía
decirme que «querer es poder», pero sola-mente es cierto si se quiere con decisión, con firmeza. Muchas veces confundimos
el querer con un simple «qué lindo sería», expresión muy tibia de un deseo que no
responde a un espíritu porfiado en lo-grarlo. La iniciativa es clave para que aquello que queremos pueda tener opor-
tunidad de concretarse en una realidad
plena.
2. En segundo lugar asumió la responsa-bilidad de intentarlo por sí mismo. Hizo
de su expectativa, su propia empresa.
3. Luego, conservó en claro qué era lo
que estaba buscando, qué era lo que quería encontrar. Conservó la orientación a pesar del miedo y del temor. No se des-esperó en la emergencia, sino que man-tuvo siempre en claro adónde quería lle-
gar.
4. Finalmente, tuvo fe, confianza, tanto en los duendes del bosque como en sí
mismo.
5. Comprendió que no le servía ocuparse so-
lo de él, y trató de sacar a los otros tres de
sus necedades.
En ese recorrido permanente, en esta trave-
sía por el bosque de la vida, cada incidente (al margen de su envergadura), va modifi-cando mi estado actual y puede generar, es
cierto, una circunstancia de riesgo. Porque, cada vez que se modifica lo conocido, por
malo que esto sea, nos asoma a una nove-dad potencialmente riesgosa por desconoci-da. Allí aparecen los miedos. El modo parti-
cular que manifestará cada uno de nosotros ante cada una de esas incidencias depen-
derá en gran medida de:
a) La percepción del mundo que cada uno de nosotros manifieste. Si percibo el mundo co-
mo «bueno», me dispondré a vivirlo con pla-cer y esperanza. Si por el contrario lo perci-bo como «malo», manifestaré dolor, hostili-
dad y miedo. Según la percepción que tenga, viviré como víctima, siendo dependiente, ex-
presando reproches y envidias por lo que los otros tienen y lo que el mundo no me ha da-do; o podré hacerlo como una persona inde-
pendiente, agradecida, esperanzada por todo lo que el mundo me ofrece como oportuni-
dad.
b) La percepción de sí mismo definirá la vi-vencia de poder que cada uno de nosotros
manifieste. Me mostraré omnipotente y au-tosuficiente o, por el contrario, impotente e
inhibido. En medio del abanico, todas las posibilidades. Seré una persona con un alto nivel de autoexigencia o me sentiré culpable
y avergonzado por mi impotencia.
c) Las fuerzas interiores disponibles, en pug-
na muchas veces (mucho más en nuestro mundo positivista y materialista) entre los
valores y los bienes.
Entonces, si percibo al mundo como algo bueno, me percibo como potente (con posibi-
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lidades) y asumo mis fortalezas y debilida-
des, viviré desde la confianza, inspirado en valores esenciales; si percibo al mundo co-mo malo y peligroso, me percibo impotente
y débil, viviré desde el miedo, aferrado al
tener y renunciando al ser.
Educar
Más allá de lo bien o mal que este estilo puede resultar para cada uno de noso-tros, corresponde preguntarnos si es esta
la cultura en la que queremos educar a nuestros niños. Ellos tienen la chispa de
una humanidad diferente, inocente, soli-daria, cándida (en el buen sentido), signi-ficativa, y, muchas veces, la educación
testimonial que reciben solo ayuda a apa-
garla, a malograrla.
EDUCAR es promover recursos personales
que habiliten a la persona humana a asu-mir su propio destino. Instruir es solo una
parte de la tarea. APRENDER es un objeti-vo primordial pero no es el único. También necesitamos aprender a aprender, apren-
der a hacer, aprender a convivir y apren-der a ser. Por eso mismo, la tarea del edu-cador y su gran desafío, es desplegar todos
los recursos posibles para cumplir con es-
tos objetivos.
El ARTE es una de las estrategias pedagó-gicas más importantes y eficientes al mo-mento de pretender educar, porque intro-
duce al educando al aprendizaje, movili-zando el intelecto, la sensibilidad, la emo-
cionalidad, la motricidad, la creatividad, la imaginación, la sociabilidad… todo en un mismo acto, con fuerte impacto estético y
contenido ético.
EDUCAR, APRENDER, ARTE, una tríada fundamental cuando imaginamos lo mejor
para los educandos. Por eso, toda produc-ción artística y literaria es propicia para la
actividad docente, más aún aquellas que son pensadas originalmente como estrate-gias pedagógicas. Con esta intención, fue
concebido ROMPECABEZAS.
Pensado como posible instrumento para
un programa de educación en valores, el musical propone: comprender cuál es el mensaje de la obra y cómo puede aplicar-
se a sus propias vidas (los egoísmos, la in-diferencia, la mezquindad, la falta de soli-
daridad, etc), reflexionar sobre los valores que van descubriendo los protagonistas a lo largo de la historia y comprender la im-
portancia de la solidaridad, la lealtad, el amor, la esperanza, la amistad, y cómo
pueden reconocerse esos valores en la
propia cotidianeidad.
La última pieza
Viktor Frankl recordaba permanentemente aquella sentencia de Hilel, un sabio del
Jasidismo, que dice: “Si no lo hago yo, ¿quién?; si no lo hago ahora, ¿cuándo?; si lo hago solo por mí, ¿quién soy?” La sim-
pleza de la reflexión encierra la grandeza de la sabiduría. La responsabilidad, la
iniciativa y la solidaridad. Tal vez sean esos los pilares del modo humano de vivir. Porque el gran rompecabezas de la propia
vida solo puede conquistarse si nos hace-mos cargo de armarlo, si no postergamos la tarea y si admitimos que solos, nunca
lo lograremos.
“Y así… los aventureros, - dice el narrador
de la historia- comprendieron algo muy im-portante en el bosque de los acertijos, mi bosque… nuestro bosque… La vida es un conjunto de piezas que vamos armando co-mo podemos. Pieza por pieza. Y no pode-mos olvidarnos de la más importante de
todas… nuestro corazón”
Cómo lo descubren los personajes y cómo resuelven el gran acertijo planteado
en la obra, lo reservo para que pasen por la sala y lo descubran ustedes mismos,
presenciando el espectáculo. Porque el espectador, también es una pieza clave para armar el gran rompecabezas de todo
espectáculo, ¿no es cierto?
Claudio García Pintos
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PROGRAMA EDUCATIVO ROMPECABEZAS
Al margen del recorrido que el musical realizará en el circuito del teatro comercial, la intención es poder llevar la obra a los colegios. Por eso mismo, se ha elaborado
un programa pedagógico que acompaña al musical.
El mismo consiste en un conjunto de sugerencias para los docentes, con activida-des áulicas que les permitan aprovechar en acciones concretas aquello que el men-
saje acerca a los chicos.
Existen sugerencias para actividades a realizar con anterioridad a presenciar el es-pectáculo y que, de alguna manera, preparan al alumno-espectador para aprove-
charlo, tanto como actividades a realizar con posterioridad a haberlo presenciado,
con la finalidad de asimilarlo productivamente.
Ficha técnico artística
Sobre textos de: Claudio Garcia Pintos
Libro: Chacho Garabal
Actúan: Penélope Bahl, Brian Da Cruz, Ninna Fernandez,
Chacho Garabal, Pedro Muñóz, Cecilia O´Grady, Rodrigo Vi-
llani
Música original: Sixto Laconich
Producción ejecutiva: Luciana Sanz
Producción general: Domingo Romano
Coreografía: Brian Da Cruz
Dirección pedagógica: Claudio García Pintos
Dirección artística: Pedro Muñóz
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El Comité Organizador del 1º Congreso Persona, Mundo y Coexistencia, ha comunicado la realización del evento en
Lima, el próximo mes de septiembre. Para toda información referida al congreso, actividades pre-congreso y demás
detalles, ingresar al web del congreso o contactarse con
E-mail Congreso: Congreso@logoterapia.pe / Facebook Congreso: Persona Mundo Coexistencia
E n el lenguaje cotidiano del traba-
jo, las áreas de las organizacio-nes que se encargan de regular las relaciones de la organización
con las personas que trabajan en ella se conocen como departamento de recursos
humanos.
Es común también encontrar, aún de-ntro de los psicólogos organizacionales, la creencia de que la psicología organiza-
cional se limita al desarrollo de procesos de recursos humanos, sin embargo esto
es, como mínimo, fruto de un estudio
poco cuidadoso del área.
Para autores como Martín-Quirós & Zar-co (2009) la psicología organizacional tie-
ne tres divisiones la psicología social de las organizaciones, la psicología del tra-
bajo y la psicología de los recursos
humanos.
La psicología social de las organizacio-
nes, se dedica al estudio de la interac-ción social de las personas que compo-nen la organización, la relación de las
organizaciones entre ellas y la relación de las organizaciones con la sociedad. Autores en esta línea pueden ser
Schvarstein(2001), Schein(1985), Mal-
vezzi(2000) entre otros.
La psicología del Trabajo, por otra parte,
se dedica a estudiar la relación entre el hombre y el trabajo, es decir, tema tales
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como la laboralización, procesos de identi-
dad en el trabajo, contrato psicológico, con-ductas de ciudadanía organizacional, com-portamientos contra productivos, situacio-
nes de mobbing, etc. Autores en esta línea pueden ser Organ (1997), Alcover de la Hera (Alcover de la Hera , Martínez, Rodríguez, &
Dominguez, 2004), y todos los que trabajan
en temas relacionados.
Finalmente, la psicología de los recursos
humanos, es la que se encarga de desarro-llar técnicas y estrategias para regular la
relación entre el empleado y la empresa. Es aquí donde se da el “día a día” de las orga-nizaciones es decir, los procesos de selec-
ción, capacitación, entrenamiento, evalua-ción del desempeño, remuneración y bien-estar. Esta área no es, por tanto, terreno
exclusivo de la psicología y puede ser ejecu-tada por muchos profesionales de distintas
áreas tales como abogados, administrado-
res, ingenieros y psicólogos.
Las tres áreas de la psicología organizacio-
nal, carecen (en ocasiones de manera tácita, en ocasiones explícita), de una visión clara de hombre y de mundo que sustente tanto
la investigación como la intervención a nivel individual, grupal y organizacional. Esta fal-ta de una visión específica de la persona,
deriva en la postulación de posiciones “demagógicas” que en el papel suenan muy
bien pero que en concreto no llevan a ningún cambio en la calidad de vida laboral
LOGOTERAPIA ORGANIZACIONAL
MUCHO MAS QUE RECURSOS HUMANOS
Por Lic.Juan Carlos Carvajal
Mail de contacto: carvajal.juacarlos@gmail.com
A partir de este número, LOGORED tiene el gusto de incorporar una nueva sección mensual
dedicada al área de la LOGOTERAPIA ORGANIZACIONAL. La misma estará a cargo del Lic.
Juan Carlos Carvajal (Bogotá, Colombia)
de los trabajadores.
Son muchos los modelos de recursos
humanos que dicen buscar un “desarrollo del potencial humano” pero para ello pro-ponen, por ejemplo, que la motivación de-
riva exclusivamente del pago. Por lo cual un modelo de paga variable lleva a un
“máximo uso del potencial”.
Otros consideran (en su momento fue el caso del sistema de relaciones humanas)
(Chiavenato, 2000; Dávila, 1995), que para que exista un máximo uso del potencial, es suficiente con que exista un adecuado am-
biente de trabajo.
Lo curioso de todos estos (y otros muchos) modelos de gestión de las personas, es que
no tiene claro que significa (ni siquiera de-ntro de su propio discurso) el potencial humano, o de donde proviene. Es decir,
carecen de una posición clara acerca de las personas, una que soporte el ejercicio
que ellos mismos proponen.
En otros casos, se parte de un discurso tal como “las personas son fundamentales pa-
ra la organización” pero consideran a estas personas un “capital” con lo cual debe ser transado, acrecentado y reproducido o de
otra forma descartado. Esto, en la práctica lleva a una ideología del tipo “mucho ayu-da el que poco estorba” que no es, ni mu-
cho menos un cambio radical en la postu-
ra frente a los modelos tradicionales.
La propuesta de este espacio es, funda-
mentalmente, explorar desde las aplicacio-nes prácticas y desde el trabajo teórico de
las personas que hemos venido trabajando el tema, las implicaciones que la idea de hombre de Víctor Frankl tiene en cada una
de las divisiones de la psicología organiza-cional, para la noción de empresa y para las aplicaciones en las organizaciones de
todos los niveles y tamaños, propender así por una rehumanización de las organiza-
ciones.
Bibliografía
Alcover de la Hera , C. M., Martínez, D., Rodrí-guez, F., & Dominguez, R. (2004). Introducción a la psicología del trabajo. Madrid: Mc Graw Hill.
Página 15
Blanchard, K., Lacinack, T., Tompkins, C., & Ballard, J. (2002). ¡Bien Hecho! Como obtener mejores resultados mediante el reconocimiento. Bogota: Grupo Editorial Norma.
Chiavenato, I. (2000). Administración de recur-
sos humanos. Barcelona: Mc Graw Hill.
Dávila, C. (1995). Teorías Organizacionales y Administración. Bogotá, Colombia: McGraw Hill.
Malvezzi, S. (2000). Psicologia organizacional : da administração cientifica à globalização: uma história de desafios. En C. Machado,
Fronteiras da psicologia (Vol. 2). Évora, Portu-gal: Universidade de Évora.
Martín-Quirós, M. A., & Zarco, V. (2009). Psi-cología del Trabajo, de las Organizaciones y de los Recursos Humanos: Un área abierta a la
reflexión.Madrid, España: Psicología pirámide.
Organ, D. W. (1997). Organizational Citizens-hip Behaviour: Construct Clean-Up Time.
Human Performance, 10(2), 85 - 97.
Schein, E. (1985). La cultura empresarial y el
liderazgo. bracelona, España: Plaza y janes.
Schvarstein, L. (2001). Psicología Social de las organizaciones. Buenos Aires, Argentina: Pai-dos.
El Lic. Juan Carlos Carvajal es psicólogo, espe-
cialista en psicología de las organizaciones, do-
cente universitario, consultor organizacional,
conferencista nacional e internacional en temas
de coaching y logoterapia.
Es titular de la compañía JUAN CARLOS CAR-
VAJAL & Cía, una consultora dedicada a pre-
star servicios a organizaciones comprometidas
con el mejoramiento de la calidad de vida de las
personas, y lo hace enmarcando sus acciones
desde el modelo de la Logoterapia, los valores
de la calidad y la personalización en el servicio.
(www.portal.jccarvalaycia.com)
L uego de una pequeña y gran
charla con el Dr. García Pintos y la Lic. SofíaSáenz Valiente, surgió la pregunta de como seguir rede-
finiendo y redescubriendo el sentido co-mo nos lo planteo el Dr. Frankl. ¿Cómo podemos entender profundamente el va-
lor del sentido oculto en cada situación que vivimos? Pero para ello comprender,
¿de que hablamos cuando hablamos de sentido? Volviendo a las raíces, el Dr. Frankl nos
recuerda en “Psicoanálisis y Existencia-lismo”, el carácter histórico del hombre, con sus circunstancias que lo hacen ser-
quien-es. El hombre vive dentro de un ámbito histórico. “Y este sistema de rela-ciones se halla siempre presidido por un sentido, siquiera sea un sentido no perci-bido, no confesado o no expresado”. En su introducción hacia el sentido, Frankl usa las palabras “punto de apoyo”. Es
decir, el hombre que se oriente hacia el sentido (“sin necesidad de que, para ello, el hombre cobre clara conciencia en este sentido ni, mucho menos, que llegue a dar a esta conciencia una clara formula-ción conceptual”), puede recuperar sus “fuerzas espirituales” (palabras usadas
por el Dr. Frankl), para oponerse a las fuerzas del destino. Y de ahí, surge la pregunta, ¿se puede
descubrir el sentido sin ser “consiente” de él? ¿Se puede realizar el sentido aun-
que no nos demos cuenta que lo estamos realizando? ¿O solo lo realizamos cuan-do nos damos cuenta de él? Y por el con-
trario, ¿No sucede que uno puede descu-
brir una respuesta a una situación que sea
plena de sentido y aunque se la perciba no se realice? ¿Cual es la “vía regia” para la realización del sentido? ¿Su percepción?
Podríamos decir que una madre que se des-gasta trabajando para darle de comer a sus hijos, si bien no se pregunta sobre el senti-
do, si percibe el valor de sus hijos y por ello los cuida. Aunque no se lo pregunte, lo per-
cibe y lo realiza. Pero, ¿Por qué se puede percibir el sentido en una decisión clara-mente y sin embargo no realizarlo? ¿Sera
que el campo de la consciencia no es lo su-ficientemente amplio como para percibir el valor total de su realización?
SENTIDO Y COGNICION
De la percepción y la cognición se han en-cargado de estudiarla, nuestros colegas cognitivo-conductuales, que se basan en
como la percepción y los esquemas cogniti-vos formados a partir de la experiencia con-
dicionan los sentimientos y conductas de un individuo. Lo que Albert Ellis, llamaba “creencias”. Entonces la no-realización del
sentido, podría entenderse como una mera distorsión cognitiva (un procesamiento cog-nitivo de la información distorsionado). Lo
que nos haría dudar de si el “sentido” en-tonces reside en el interior de la persona o
si se descubre ahí afuera. A pesar de que podamos tener nuestras “distorsiones cognitivas”, Frankl nos re-
cuerda que una lámpara alumbra aunque uno cierre los ojos ante ella. El sentido esta
presente a pesar de nuestra cognición. Por ende, no podríamos reducir la comprensión del sentido a su mera percepción cognitiva.
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EL SENTIDO DEL SENTIDO
Por Lic.Chacho Garabal
Mail de contacto: chachogarabal@gmail.com
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El órgano que Frankl propone para el
descubrimiento del sentido, no son los ojos sino la consciencia que toma una for-ma mas “lingüística”:“La conciencia tiene su “voz” y nos ”habla”, siendo este un hecho fenoménico innegable. Ahora bien, la conciencia nos habla siempre en forma de respuesta (…) En el dialogo con su con-ciencia –en este dialogo consigo mismo, el mas intimo de todos los coloquios, escucha también la voz del Interlocutor”. El en-
cuentro con el sentido, surge mas como un dialogo que como una percepción.
En su libro “La vida es una moneda”, el Dr. García Pintos, recuerda que “Ser auto
trascendente quiere decir que la vida sólo encuentra sentido en tanto sea vivida para algo y para alguien”. Es decir, que nueva-
mente las cogniciones pasan a un segun-do plano, cuando descubrimos que lo que
define a la naturaleza del hombre es la posibilidad de brindarnos hacia fuera. La mera búsqueda de percibir el sentido,
podría ser semejante a mirar de forma ca-leidoscópica, mas que de una forma te-lescópica, siguiendo el ejemplo franklia-
no. En la medida en que queremos “percibir” ese sentido, mas se nos escapa.
Como recuerda el Dr. Frankl, la función del ojo es mirar hacia fuera y su patología surge cuando se ve a si mismo.
En “El hombre doliente”, el Dr. Frankl re-
afirma su concepción sobre la realización del sentido. “En virtud de su deseo de sen-tido, el hombre aspira encontrar y realizar un sentido, pero también a encontrarse con otro ser humano en forma de un tú. Ambas cosas, la realización de un sentido y el encuentro humano, ofrecen al hombre un fundamento para la felicidad y el pla-cer”. La búsqueda del hombre debe orien-tarse a su realización. ¿Pero donde surge
la falta de realización del sentido en el neurótico? ¿De donde surge el fundamen-to para su encierro dentro de un circulo
vicioso? ¿De la no-percepción? O mejor dicho, ¿de una distorsión cognitiva? Otra característica del sentido es que
tiende hacia la acción. En tanto y cuanto,
el sentido no esta siendo realizado, en
cierta forma, no esta siendo actualizado por la persona. En el fin de ontologizar la moral, Frankl nos dice que “habrá que de-finir el bien y el mal, no como algo que de-bamos o no hacer, sino el bien como aquello que favorece la realización del sentido que se encomienda a un ente y se le exige, y el mal como aquello que impide esa realiza-ción”. Decir que el sentido es algo que nos tiene a lo bueno, es reiterar algo que esta
implícito en la definición del sentido. Continua diciendo que “el sentido no se otorga, sino que se encuentra. (…). La vida no es un test de Rorschach, sino un enig-
ma. Y lo que yo llamo deseo de sentido va más allá de la simple aprehensión de una figura.” Y agrega hablando sobre el sentido, que “no es simplemente una «figura» que perci-bamos sobre un «trasfondo»; la percepción del sentido es, contrariamente a la percep-ción gestáltica, el descubrimiento instantá-neo de una posibilidad sobre el fondo de la realidad: la posibilidad de modificar ésta en la medida de lo necesario y lo posible” Frankl separa la búsqueda del sentido y
alerta sobre el intento de ontificar la rela-ción cognitiva desde una fisiología de los sentidos. Nos dice: “no cabe afirmar que «ese árbol», que yo tengo en el «ojo», «influye» en mí de tal y tal modo. Este o aquel efecto, el efecto en general, sólo es válido a nivel intramundano, en el «mundo de los árboles y de los ojos», en el plano de fisiología de los sentidos; pero no lo es en referencia (ontológica) a la relación («gnoseológica») en-tre la «cosa en sí» y el yo en sí” Para dar respuesta a este problema nos dice que detrás de la percepción sensible
existe una “facultad espiritual originaria” que permite “aprehender de algún modo a otro ser.
SENTIDO Y CONSCIENCIA:
La definición del hombre por Frankl, como “buscador de sentido”, nos habla de su mas intima naturaleza. El hombre puede
percibirse a si mismo o no de esta forma,
pero aunque cierre sus ojos ante la luz de
la vela, no quiere decir que esta no sea re-al y no ilumine independientemente. El hombre por su naturaleza tiende hacia el
sentido. Sea consiente o no. Es parte de su naturaleza. Y en esta búsqueda, tiene la oportunidad para descubrirlo, para reali-
zarlo, para encontrarlo. Sin embargo, el sentido no puede igualarse a la búsqueda
de placer, “porque esto implicaría la nega-ción del sentido” nos recuerda Frankl. En un esclarecedor texto como es “Fundamentos y Aplicaciones de la Logote-rapia”, el Dr. Frankl, nos resalta varios
puntos ante la pregunta: ¿Qué se entiende por sentido?. En esta fundamentación, el
Dr. Frankl nos plantea que “el sentido del sentido es lo que pone en marcha al ser”. El sentido tomaría el carácter de motor de la
voluntad. También nos señala el valor singular del sentido, para cada persona y
para cada momento. Y esas situaciones que nos apelan a nuestra voluntad que son comunes a la condición humana, son
los que entendemos por valores. Aquí también el Dr. Frankl, relata situa-ciones donde en la realidad aparecen obje-
tividades que apelan a nuestra subjetivi-dad. Y tomando de los aportes de Rudolph
Allers, Frankl nos habla de la “transubjetividad”. Frankl se pregunta: “¿No es cierto que, en ultima instancia, el sentido es una cuestión de interpretación? Y una interpretación, ¿no implica siempre una decisión? Frankl nos habla de como “en todos los ca-sos, el sentido es precisamente algo que proyectamos en todo lo que nos rodea, en cosas que en si mismas son neutrales”. Aclarando que lo único subjetivo es nues-tra percepción a través de la cual aborda-mos la realidad, pero no afecta a la objeti-
vidad de la realidad en si misma. Volviendo al término de la “transubjetividad” en el descubrimiento
del sentido, Frankl propone que “los seres humanos se trascienden a si mismos hacia los sentidos que son algo distinto de ellos mismos, que son mas que meras expresio-nes de si mismos, mas que meras proyec-ciones de si mismos. Los sentidos son des-cubiertos, no inventados”.
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Frankl agrega:“Sentido es el significado que le da, sea una persona que me hace una pregunta o situación que, asimismo, implica una pregunta que demanda una respuesta (…) Debo tratar de hallar el ver-dadero sentido de la pregunta que se me hace”. Entonces ¿por qué percibiendo el sentido a realizar puede no realizarse? Po-
demos decir, “cada uno es libre de deci-dir”, y en las decisiones nos autoconfigu-ramos. Pero el hombre debe comprenderse
a la luz de su responsabilidad. “El hombre es responsable de dar la correcta respues-ta a la pregunta, de encontrar el verdadero sentido de una situación” Aquí es donde surge el valor de la cons-
ciencia como quien guía en esta búsqueda de verdadero encuentro con el sentido
particular a la que se enfrenta la persona. Consciencia a la que Frankl le da un valor intuitivo, creativo, renovadora y que pue-
de ir perfeccionándose para descubrir sentidos únicos. Y la condición finita de la libertad, también alcanza a la conscien-
cia. El hombre "no-sabe-todo” y nunca lo sabrá. “Ignoramus et ignorabimus” nos di-
ce Frankl. Y agrega, “la posibilidad del error no nos dispensa de la necesidad del intento”. Por supuesto, él sigue siendo libre ante su conciencia, pero “esta libertad consiste so-la y únicamente en elegir entre dos posibili-dades: o seguir el dictamen de la concien-cia, o hacer caso omiso de sus adverten-cias. Cuando la conciencia se reprime y ahora sistemática y metódicamente, aca-bamos entonces por ir a parar ya al confor-mismo occidental, y al totalitarismo orien-tal” Debemos seguir profundizando en el as-
pecto movilizador, de encuentro y de reali-zación cuando tomamos al sentido como una “respuesta significativa”, acercándo-
nos mas a la consciencia espiritual, a la dimensión propia de la libertad y la res-
ponsabilidad, que es la dimensión noética de la persona. Y tratar de no reducir el encuentro con el sentido a un mero fenó-
meno cognitivo, emocional o racional.
L a semana pasada se dieron a co-
nocer las nuevas cifras vinculadas al consumo de drogas de los uru-guayos. Según estos datos, los
uruguayos bebemos mas y fumamos me-nos que hace cinco años. El 25% de los consultados tiene una relación problemá-
tica con el alcohol (para que ud lo visuali-ce mejor, mas de 250.000 personas). Otro
dato que surge es que los psicofármacos se han extendido como si fueran analgési-cos dice el informe…
Para mi, no hay “como si”, son analgési-cos directamente , calman el dolor, para eso se fabricaron y hay personas que si
los precisan y que son literalmente vitales para ellos
Pero que nos ha pasado como sociedad que dolores que antes se resolvían en el seno familiar , o en la escuela y con ami-
gos, ahora no se pueden resolver? Lo que paso es que ya la familia no puede soste-
ner los dolores que sostenía antes. Noso-tros mismos, cada uno de nosotros no so-mos los mismos. Según el pediatra Aldo
Naouri, a quien hemos citado en artículos anteriores, afirma que el niño de hoy ha madurado biológicamente muchísimo, pe-
ro ha retrocedido psicológicamente. No es el mismo, es mas inmaduro, frágil y de-
pendiente, por lo tanto debemos retomar nuestro rol de padres, del cual hemos claudicado, para volver a reparar el psi-
quismo dañado y poder dejar para el fu-turo niños mas fuertes y que no necesiten
tanto analgésico, sino cada vez tolerare-mos menos, y no se dará abasto con los centros para tratamientos para adiccio-
nes.
Toda esta introducción, para partir de lo
actual que pasa ahora y poder trabajar con nuestros niños, para ayudarlos a prevenir adicciones o una “vida de consumo” como
dice Z. Baumann Vivimos una vida de consumo, desde que el niño nace, lo empachamos , de cosas, de
regalos, de comida, de juguetes ya hechos.. y no dejamos espacio para el aburrimiento,
para el silencio , para la creatividad Niños empachados se podría llamar esta columna, por lo tanto nuestra tarea pasa
por el desempacho, ayudar a que se desem-pachen. Empacho no es felicidad dice mi amigo y autor especialista en vínculos Ser-
gio Sinay. Asociar empacho a felicidad, es parte del camino que hace que el niño des-
arrolle poca o casi nula capacidad para to-lerar la frustración. Cuando éramos niños , nuestra generación
(aclaro que ya pase los 40…) pedíamos la bicicleta para papa Noel y esperábamos to-
do el año… ESPERABAMOS TODO EL AÑO. Esto ya no pasa. Los niños no pueden esperar, o el propio papá no puede esperar,
que es mas grave. “Vieja, que te parece con la tarjeta en 6 pagos le compramos la bici que el nene pidió para Reyes”.. la señora le
contesta, “pero viejo, si todavía falta dejá…” . “NO dale, es una oportunidad…”
Y así los ejemplos que ustedes conocen y viven a diario, y yo también claro, no nos dan tiempo para esperar cuando ya esta-
mos dándole de empachar al nene. Cuándo es más feliz un perro, cuando us-
ted le está por dar de comer, o cuando le da de comer?. Cuando usted le está por dar de comer! Esa es la felicidad!, los niños de hoy
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PREVENCIÓN DE CONSUMISMO EN NIÑOS. Del vacío existencial al vacío fértil! Cerrar la boca para que entre algo nuevo…
Por Lic.Alejandro De Barbieri Sabatino
Mail de contacto: psaledebarbieri@gmail.com
en día, deberían ser educados por docen-
tes que no les den de comer, sino que “ le estén por dar de comer” durante todo el año. Entonces tendrá al niño “meneando
la cola” igual que su mascota durante to-do el año, “profe, profe, mañana qué va-mos a hacer”?
Saber esperar, o, como dice nuestro com-patriota Drexler, a “amar la trama y no el
desenlace” estamos educados (o entrena-dos?); para amar el desenlace, con lo cual no podemos disfrutar el camino.
El niño que esperaba la bicicleta todo el año, tenía un sentido, un motivo por el cual llevarse bien con su hermano, y estu-
diar para tener buenas notas para fin de año. Tenía una esperanza!!
La educación basada en el empacho, es la base de la desesperanza de hoy día de los jóvenes, por lo tanto se expresa en el vacío
existencial. Luego cuando llegan a la ado-lescencia e incluso a la adultez joven, no
saben qué quieren, porque no saben quié-nes son ni dónde van. Están desorienta-dos. Necesitan desempacharse, para vol-
ver a desear. El empacho incapacita para desear, para caminar y para tolerar la frustraciones
que implica caminar. Comer para llenar el vacio
Según estudio patrocinado por el Centro de Control y Prevención de enfermedades en EEUU, para el 2030 se pronostica un
42% de obesidad en EEUU. Según Fa-cundo Ponce de León en su excelente artí-
culo “Consumirse” (blog “Filosofía y perio-dismo”), se desperdicia el 30% de los ali-mentos a nivel global. Parece inconcebible
que se tire el 30% de comida en el mundo mientras al mismo tiempo hay desnutri-ción. Yo le llamo esto el “complejo Susani-
ta”, en honor al personaje de Mafalda que dice siempre “por suerte el mundo queda
tan lejos”. Hacemos como si notros no viajáramos en la misma nave, como si hiciéramos la vista gorda, el Titanic se es-
ta hundiendo, pero seguimos en la planta alta, cenando como si nada pasara.
El tema es que el agua esta empezando a subir por el Titanic… y la tierra esta em-pezando a expresar que no puede mas,
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que si todos los habitantes del planeta Tie-
rra vivieran como un estadounidense me-dio, se necesitarían cuatro planetas Tierra
para regenerar lo consumido en solo un año. (Ver informe de la BBC , “planeta es-tado” )
Qué relación tiene todo esto con lo que ve-nimos desarrollando en esta columna!? Pues tiene toda las conexiones que uste-
des imaginan. Ya que la obesidad es una de las manifestaciones del consumo, o de
las vidas de consumo. La gente esta desorientada, esta triste, en-tonces, ¿qué hace?: come y/o toma para
llenar el vacío o se embota de comida co-mo si fuera el fin del mundo, o como si no
fuera a poder comprar o conseguir comida por semanas. Así, razona el psiquismo de nuestros hijos y adolescentes hoy, devo-
ran, no se alimentan. Necesitamos entonces desarrollar estrate-gias de prevención desde niños y ya hay
algunas medidas alentadoras, como el descenso en el consumo de tabaco, el sa-
car la sal de las escuelas, etc, pero es po-co, todavía falta medidas más fuertes a ni-vel educativo y familiar.
Volviendo al ejemplo de Aldo Naouri, nues-tros abuelos se educaron en la sociedad de
la pobreza, “crecían sabiendo que no se podía lograrlo todo, pero disfrutaban lo po-
co que se lograba”; nuestros hijos crecen en la sociedad de la abundancia, “no se lo qué quiero pero lo quiero ya”.. Por esto
afirmábamos que crecen en la desesperan-za
Debemos ayudarlos a que recuperen el en-tusiasmo por vivir. ¿Cómo? Primero, siendo felices nosotros. Cuando
los papas me preguntan en la consulta, “Alejandro, cómo hacemos para que nues-tro hijo sea feliz”?, siempre les respondo
“siendo felices ustedes” No hay otra receta!. Si yo logro transmitir-
le a mi hijo que soy feliz con mi pareja o solo, con mi trabajo, o, incluso si estoy desempleado transitoriamente, pero mi ac-
titud es de resiliencia y de optimismo… entonces mi hijo crecerá desde esa actitud
de optimismo como punto de partida.
Pero debemos cerrar las bocas , sean de
pasta base, de marihuana, de alcohol, desde que son niños en casa. Ejemplo: Cuando nuestros hijos nos di-
cen, “papá, estoy aburrido, qué hago”, si yo salgo desesperado a resolverle el abu-rrimiento y le digo “come algo”, o le digo”
prende la TV”, ahí estoy tapando la boca del niño con algo externo, lo que a su vez
“abre” las posibles bocas de droga en el futuro… Si cada vez que se aburre, le digo “en esta
casa hay dos horas de aburrimiento por fin de semana…, vayan que yo controlo el tiempo, cuando pasen las dos horas.. ahí
aparezco”, de esa manera no lleno yo su vacío, no tapo su boca, no lo empacho
con comida, tv o cualquier pantalla, y lo-gro o trato de lograr que el niño salga solo de su vacío, que transforme el aburri-
miento, el vacío existencial en un vacío fértil, que es donde nace la creatividad.
Cuando hago eso, estoy cerrando posibles bocas de pasta base o de acohol en el fu-turo
Estoy previniendo, estoy por lo menos haciendo algo diferente, salgo a jugar con el niño, pero no lo ayudo a tapar su vacío
con algo externo, sino que le enseño a que él puede salir solo y por lo tanto for-
talezco su psiquismo para que en el futu-ro si se encuentra en una situación de consumo (que es seguro que se va a en-
contrar..) estará mas fortalecido para po-der decir que no. Por supuesto que no es
la única variable que influye, pero es una de las más importantes En resumen, no claudiquemos de nuestro
rol, podemos todavía ayudar a que nues-tros hijos transformen sus vivencias de aburrimiento en “espacios de creativi-
dad”. De esa manera lograremos que crezcan
en la esperanza y que salgan de la situa-ción de vacío que viven hoy, que los lleva al consumo de alcohol, como relata el es-
tudio, o a las picadas en motos y en auto, para ver si se “sienten vivos.”
La analgesia vital que tienen no los hace sentir vivos, con una vivencia sencilla fa-miliar o personal de leer un libro, pasar la
tarde con un amigo tomando mate o pes-
cando. Ahí esta la vida, en las pequeñas co-sas cotidianas que nos recuerdan cómo de-cía Cortazar que “lo maravilloso puede dar-
se, sin que haya una modificación especta-cular de las cosas” A descubrir la maravilla!
Logotips:
1- Dos horas de aburrimiento por fin de se-mana...
2- Apagón familiar: una vez al mes, se corta la luz (casualmente...) y es una excusa para
prender velas, desconectarse y jugar a las cartas
3- Crear materia desde 5º grado de la es-cuela y durante todo el liceo para trabajar
emociones, actitudes, prevención de adic-ciones.
4- Seguir el ejemplo de la estación de servi-cio en San José, que no le vende nafta a
motociclistas sin casco. 5- Libros para consultar:
Ante el vacio Existencial, de Viktor Frankl La felicidad como elección, de Sergio Sinay Quién nos robo el entusiasmo, de Aranovich Vidas de consumo, de Z. Baumann
www.logoterapia.com.uy Visite el website de CELAE para
conocer el programa de actividades que lleva adelante el
Centro de Logoterapia y Análisis Existencial de Uruguay
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RELATO
Hoy lunes como todos los días he llegado-
hambriento del trabajo y me encontré con mi familia reunida en el comedor, todos estaban merendando y mi puesto estaba vacío. Pregunté a Lucía mi esposa si aca-so debía servirme y ella me contestó in-mediatamente que sí , que la sopa y el arroz estaban en la cocina y que si quería comer que caliente la comida en el micro-ondas, por supuesto esta falta de cariño no era gratuita, ella estaba disgustada porque nuestra hija mayor nos pidió per-miso para ir a un cumpleaños en la no-che del sábado, ella había pedido permi-so para esa fiesta hace más de un mes y en el colegio ha sacado notas muy bue-nas, mi esposa cree que ella, con solo 16 años, es aún muy pequeña para ir a una fiesta en la noche, claro lo conversamos y discutimos porque yo pensaba que se me-recía el permiso, como no terminó la dis-cusión y había que decidir, yo le dije a mi hija que podía ir, pero que yo iba a bus-carla a la salida de la fiesta a las doce como efectivamente sucedió. Esto de la fiesta es solo un pretexto para discutir porque últimamente no nos podemos po-ner de acuerdo en nada, si tenemos que salir cada quien opina diferente sobre la hora y si hay que escoger un lugar para pasear o comer fuera es peor, nunca deci-dimos y para no llegar a los gritos le digo que ella decida entonces y que se dé cuenta que mi opinión no vale nada y que debo ceder para que la discusión termine. Realmente no estoy contento con lo que
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PEDAGOGIA FAMILIAR
YA NO NOS SOPORTAMOS MÁS EN CASA ¿Qué nos pasa?
Por Lic.Víctor Cárdenas Negrete
Mail de contacto: vcardenas@centropedagogico.org
pasa, yo amo a mi esposa y ambos tenemos ya más de cuarenta, si bien tenemos la sen-sación de que nos atacamos como perros y gatos, cuando estamos tranquilos la pasa-mos bastante bien hasta que algo rompe el encanto. Nuestros hijos ya lo comentan y nos recriminan, la menor nos ve y dice “otra vez, mejor me voy a dormir para no escu-charlos” y me da miedo de no mostrarles lo que realmente sentimos, ya que a veces si
siento que odio a mi esposa.
¿Qué nos pasa? ¿Qué podemos hacer?
Estimado amigo, definitivamente ha sido un acierto el que puedas hablar tan libre-mente de tu problema, ojalá que sea uno de
los puntos en común con Lucía, tú esposa, entendemos que ustedes tienen mucho en común y esa es la base para iniciar esta
nueva etapa.
Primero quiero hacerte notar que los dos están pasando por una etapa completa-
mente nueva, han llegada al tiempo de los cuarenta, un tiempo en el que todos nos
replanteamos nuestra posición frente a la vida, los logros, las penas, las frustracio-nes, es el tiempo de las crisis personales y
familiares. En este espacio hay que ubicar-se y notar que toda dificultad que se cruce por delante, es una molestia y un motivo
para discutir o pelear.
Después de hacer este comentario es com-prensible que las diferencias que tienen en
torno a la educación de sus hijos hará sur-gir siempre la crisis, por lo que aquí el pri-
mer consejo, cada problema debe ser pen-
sado con cabeza fría y mucho más si es un problema más serio o grave. Por ejem-plo, el permiso para la fiesta debe ser
analizado, de ser posible, con papel y lápiz en mano, colocando a la derecha los pro y a la izquierda los contra, para luego
comparar y tomar una decisión, es una forma bastante racional de hacerlo, sin
caer en la tentación de pensar mal del otro o de tratar de ponerle la trampa para
hacerlo sentir mal.
Piensa además en los siguientes tres as-pectos de la buena comunicación ya que hay que hacer lo posible para entender-
nos y no ver fantasmas donde no los hay.
1) Escucha primero antes de sacar conclusiones y de hacer suposicio-
nes, muchas veces creemos saber lo que la otra persona piensa o dice,
usualmente no escuchamos con to-dos los sentidos y emitimos una opi-nión con poca paciencia o sobre ca-
liente después de tener alguna dis-cusión o un enfrentamiento. Hay un dicho popular que dice: “Dios nos
ha creado con dos orejas y una boca, para escuchar el doble de lo que
hablamos.”
2) Trata siempre de expresar tus sentimientos, no dejes pasar la opor-
tunidad de que tu pareja o su espo-so/a sepa cómo te sientes frente a un problema o circunstancia. No se
trata de hacer un drama o explotar en
llanto frente a una crisis, pero es ne-cesario poner en la boca las palabras justas, por ejemplo: “Siento que no me
prestas atención y eso me hace sentir muy mal…” No es bueno dejar cabos sueltos y mientras más claro sea el
mensaje mejor.
3) Evita criticar a tu pareja o a tus hijos descalificándolos o hiriéndolos
con palabras groseras y mucho peor usando lenguaje que acusa sin dejar espacio al diálogo, por ejemplo cuando
dices: “siempre haces lo mismo” , “nunca me pones atención”, “de ti ya
me esperaba eso” Recuerda que estas descalificaciones lo único que consiguen es profundizar
las dificultades y disminuir la posibili-dad de tener una conversación racio-
nal o menos aún llegar a un acuerdo.
Por último, ni los permisos, ni las discusio-
nes de fin de semana frente a los hijos
tendrán solución si ambos no trabajan en
su autoestima, ninguno de los dos es más
que el cónyugue, los dos merecen respeto y
atención, trabajen en esto y encontrarán
nuevamente motivos para decirse cosas bo-
nitas, algo así como “te amo”, “eres mi vida
a pesar de todo” y “estamos hechos el uno
para el otro”, ese es el verdadero amor.
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LOGORED recomienda visitar la página del Centro Pedagógico Kentenich de Ecuador : www.centropedagogico.org/
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L a tecnología y los medios de comu-
nicación están trastocando nues-tros estilos de vida, lo queramos o no. Y lo más llamativo es que tan-
ta fascinación, a veces, nos obliga a con-frontarnos con la fortaleza o fragilidad de nuestros valores humanos y nuestras cre-
encias para preservarnos de la aliena-
ción.
Para nosotros, padres y educadores, sigue siendo todo un desafío el intentar defen-der el buen criterio a la hora de crear mo-
dos sanos de utilizar estos recursos, tanto para nuestros hijos como para nosotros
adultos.
Internet, ¿el fin de las distancias?
Es un hecho contundente la magnitud
que hoy tiene el tema de las comunicacio-nes. En el caso de Internet, me tocó ser
parte de la generación que accedió siendo ya adulta. Y como todo fenómeno tecnoló-gico que irrumpe en el mercado, la “red
de redes” sigue asustando a quienes aún
no la han probado.
Por esto, resultó ser un aprendizaje que
me generó bastantes resistencias en su inicio: desde extrañar a mi máquina de escribir hasta añorar mandar y recibir
cartas escritas a mano y por correo. Pero nobleza obliga y ante la alternativa de
permanecer en otra época, aprendí tam-bién a deducir los beneficios: fue una sensación de felicidad, entre tantos ejem-
plos, el firmar la lista (que recorrió el
mundo) para pedir salvar a aquella mujer
de Afganistán que su propio gobierno pre-tendía condenarla a la muerte. Como todo en la vida, o casi todo, formar
juicio crítico nos previene de los excesos y omisiones. Por eso, vale la pena detener por momentos ese juego de objeto seduc-
tor-ser humano seducido y pensar acerca
de lo que hacemos y de cómo lo hacemos.
Si creemos que los actos de las personas
dependen, en buena parte, de sus ideas, pensamientos, sentimientos y actitudes…
entonces podremos comprender y dimen-sionar la importancia de nutrir sanamente
nuestro mundo interno.
¿Cómo integrar, por ende, tanto cambio y
tanto vértigo a nuestros referentes menta-les? Seguramente esto que sentimos noso-
tros, aquí y ahora, fue sentido por otros en otros lugares y en otras épocas, donde siempre ha habido situaciones de quiebre
de antiguos moldes para acceder a modos nuevos de organización y a inventos que
revolucionaron la vida de las personas. Así, cuenta la leyenda… que en los co-mienzos de la utilización del vapor como
fuerza para mover motores, la sorpresa y el temor de quienes presenciaron que “las máquinas se movían solas”, llegó a provo-
car un fenómeno del tipo cuasi-mágico. Imaginemos por un instante, lo que sintie-
ron nuestros congéneres. Todos los descu-brimientos, por el hecho de instalar una novedad, algo no conocido precedentemen-
te, necesitan de un tiempo para ser meta-
bolizados.
LOGOTERAPIA VINCULAR
FAMILIA, MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Y TECNOLOGÍA.
¿Fascinación o buenas intenciones?
Por Lic.Analía Boyadjián
Mail de contacto: porlafamilia@yahoo.com
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Pero hoy: ¿tenemos tiempo para acomo-
darnos a los cambios? Según estudiosos del posmodernismo, vivimos una época en la que el cambio aparece como el per-
sonaje principal de esta escena y no hay tiempo que alcance para ajustarse a la nueva rutina, porque pronto la exigencia
se transforma en otra nueva demanda.
Conclusión: ¡sálvese quien pueda!
Por otro lado, hasta el bagaje lingüístico
se vio incrementado por nuevos concep-tos: internet, navegador, web, e-mail,
chatear, link, cyber espacio, etc. Y debe-
mos incluirlos y hablar nuevos idiomas.
Resaltando el lado positivo del asunto, podemos decir que la red constituye uno
de los grandes avances tecnológicos del siglo XX. Sus posibilidades son enormes:
informarse, conectarse con otros lugares del mundo, entretenerse, resolver ciertas cuestiones en minutos, realizar cierta
parte del trabajo en casa, conocer perso-
nas y hasta conseguir pareja.
La pregunta del millón, sobre todo des-
de el punto de vista de servir a los fines de la comunicación entre personas, es si este tipo de contactos indicarían algún
tipo de riesgo o patología.
En el caso de personalidades evitativas, con dificultades sociales, timidez, inhibi-
ción con el sexo opuesto, contexto fami-liar disfuncional en cuanto a la comuni-
cación, seguramente que esta conducta las perjudica ya que sostienen los sínto-
mas preexistentes.
Si hablamos de los problemas de consu-mir indiscriminadamente la tecnología y los medios, vemos enseguida que, en re-
lación al tiempo libre y su obvia escasez, muchas personas eligen mirar TV o sen-tarse frente a la computadora. Esto nos
indicaría, a simple vista, que se resuelve individualmente el tiempo ocioso. ¿No
hace falta el “otro”? y ¿qué pasa con los vínculos en este caso? Cuando se comu-nica usualmente chateando (por ej.), la
persona va construyendo una imagen interna que muchas veces puede diferir
de la realidad, lo cual generaría una
gran desilusión en el momento del conoci-
miento cara a cara del otro. Este es el peli-gro del distanciamiento del sentido de reali-dad. Otras veces se opta por permanecer en
esa situación virtual, eternizando un modo de estar “sin presencia”. Y la persona cuen-ta que tiene muchos amigos y que se va a
“conectar”, como si eso supliera la presen-cia real. Encuentro que esto es la ruptura
obligada del verdadero encuentro YO-TU.
Tratemos entonces de medir el uso de estos medios o instrumentos para poder analizar
su impacto en la subjetividad. Y de alertar a los adolescentes, sobre todo, de cotejar
beneficios y desventajas.
El televisor: ¿alguien más de la familia?
La letanía de críticas a los medios de co-municación, y en especial a la TV, parece
no detenerse. Es común en charlas familia-res o sociales adjudicar a la TV muchas de las razones de los problemas que nos aque-
jan individual y socialmente. El punto más importante es detenerse a
pensar qué valores o disvalores se transmi-
ten y de qué modo.
No olvidemos que la noción primaria del bien y del mal se forma en el seno de la fa-
milia. Y en una familia en la cual se debate respetuosamente, intercambiando opinio-
nes, y donde los adultos educan con co-herencia, un programa televisivo que podría llegar a ser perjudicial, pasa a ser motivo
de análisis y formación del comportamiento
moral.
Muchos estudios aseguran que a través de
Internet, la TV, los beepers, o los teléfonos celulares, los adolescentes van creando su propio mundo, un micromundo con carac-
terísticas diferenciadas de las de sus pa-dres. Una situación que va deteriorando el
encuentro familiar, la cercanía y los proyec-tos educativos de esos padres. Como así también va fomentando las características
propias de la adolescencia.
Mucho se ha hablado también de cómo el chico que juega a matar o a destruir en la
pantalla, va perdiendo la capacidad de dis-cernir el valor de ese juego que acrecienta
(sin darse cuenta) sus tendencias agresi-
vas. Pero insistimos: detrás de estos estímulos y recursos están los padres, los educadores, el Estado, la responsabi-
lidad de la sociedad toda.
En realidad es tal la omnipresencia de la televisión en los hogares que produce
también el temprano acceso a la infor-mación, sin adaptarse a la etapa evoluti-va de los televidentes. De este modo se
complejiza la socialización primaria por-que los valores recibidos entran en con-
flicto o colisión con los aprendidos en la
familia.
Se trata entonces de conocer más a nuestros hijos, fomentar el diálogo parti-
cipativo y acordar entre los padres qué tipo de programas están permitidos
según la edad y personalidad de cada niño, y cuánto tiempo por día se verá te-levisión o se usará la computadora. Así
contribuiremos a crear respuestas sanas sobre qué podemos hacer para asegurar
el buen desarrollo emocional de nuestros
hijos
Cuando los padres miran hacia otro
lado…
Para que el niño o el adolescente no acu-da a la pantalla para calmar sus necesi-
dades (chupete electrónico) o intentar
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evadirse de sus angustias, hay que ofrecer-
le mejores posibilidades. Todo comienza por algo tan simple como “estar”, aunque no
de cualquier modo.
El hijo necesita de la presencia efectiva y afectiva de sus seres queridos, que le ase-guran un trasfondo de seguridad y conten-
ción en todo momento. Incluso la presen-cia, de varias generaciones, (abuelos, tíos,
primos, etc.) son buenos referentes para su crecimiento, en tanto cada uno aporta su mirada distinta, su experiencia, sus anéc-
dotas. Y se presentan como otros modos de vivir en familia cuando los padres están
trabajando. Que los adultos estén implica “com-partir”, que todos se beneficien con el tiempo necesario para confrontar ideas y
crecer en la diferenciación. Supone aprove-char las oportunidades para transformarlas en situaciones de aprendizaje para todos.
Supone también pensar en otras alternati-vas de ocio: la lectura, el teatro, los paseos,
el juego. Enseñar a los niños a pensar y a repensar lo pensado por otros, es una manera de
educar en una libertad responsable que los haga moralmente autónomos. Mientras
tanto, seguiremos esperando contar con el apoyo de una TV que entretenga al niño y, a la vez, ayude a padres y maestros a for-mar una nueva generación fortalecida en
valores.
Para que hijos y padres se beneficien con la televisión
1) Elegir programas acorde a su edad y que puedan beneficiarlos moralmente;
2) Enseñarles a cuestionar y evaluar lo que se ofrece aunque sea pequeño: un niño de 4 años pue-de sentir por empatía cuándo un personaje es bueno o malo; si dejamos pasar el momento, aprenderá a tomar como bueno lo que el personaje favorito le proponga;
3) Acompañarlos en algunos programas, aprovechando esta oportunidad para reflexionar con ellos sobre situaciones que puedan parecerles conflictivas;
4) Estar atento al contenido de los programas que ven los otros compañeritos y que seguramente sean tema de conversación en el grupo; utilizar lo negativo como oportunidad de enseñanza moral;
5) No tener la TV prendida si nadie la está mirando: no usarla como compañía en la soledad;
6) Acostumbrarse a elegir los programas en lugar de hacer zapping.
7) No poner aparatos de TV ni computadoras en el dormitorio de los niños o de los adolescen-tes, ni en el comedor familiar: ambas cosas incentivan el aislamiento y la evasión, atentando contra la comunicación y el vínculo familiar;
8) No usar la TV y la computadora como premio o castigo;
9) Resistir la tentación de usar la televisión como “niñera electrónica”; los niños deben tener otras actividades que desarrollen más su imaginación y creatividad, especialmente el juego;
10) Trabajar para conseguir una TV de calidad; reclamar ante los organismos correspondientes lo que atenta contra la salud integral de la familia. Apagar la TV no basta: nuestro derecho está en usar-la.
E l ser humano, desde la perspecti-
va logoterapéutica, es el ser que está en el mundo, el ser responsa-ble, el ser decisivo o que se deci-
de. Todas estas características antropoló-gico-existenciales se pueden sintetizar en una formulación sencilla: el ser humano
es el ser radicalmente abierto al mundo. Esta apertura del ser humano hacer refe-
rencia a lo que Frankl denomina “autotrascendencia del ser humano”.
Frankl considera que el ser humano está original, primaria y básicamente motivado por la voluntad de sentido que busca el
descubrir el sentido presente en las reali-dades humanas y el hacer reales los valo-
res en las situaciones históricas concre-tas. La voluntad de sentido expresa algo in-
herente al ser humano que no es otra co-sa que la búsqueda de la felicidad. El es-
tar en el mundo implica una búsqueda de sentido y quien descubre el sentido que le da una razón para vivir está en el camino
de ser feliz. Siendo la felicidad siempre consecuencia de esa búsqueda, de nues-tros actos intencionales. Por la capacidad
autotrascendente del ser humano pode-mos comprender que sólo cuando soy ca-
paz de salir de mí mismo, sin dejar de ser yo mismo, me encentro con el mundo de las cosas, ya sea para contemplarlas,
transformarlas o recrearlas y cuando voy
al encuentro humano, sea en forma de co-
laboración, de trabajo, de amistad, es que puedo experimentar el ser feliz, pero como consecuencia de mi dirección intencional,
libremente optada. “La búsqueda de un sentido de la vida, ne-cesariamente ha de contar con un mínimo de tensión. Esta tensión vitaliza la búsque-da y hace que todo nuestro ser se ponga en marcha cuando descubrimos en el horizon-te de nuestra existencia algo que hacer, al-go que crear o transformar y alguien con quien compartir la vida”.(1) Karl Jaspers sintetiza la búsqueda de sen-
tido con la siguiente frase “Lo que es el ser humano, lo ha alcanzado a través de la causa que ha tomado como propia”(2), en otras palabras el ser humano si algo bus-ca en el fondo, no son los efectos sino las
causas de dichos efectos, que son trascen-dentes a la persona –hacer, crear, trans-formar, encontrarse con, compartir con,
amar a, trabajar para, y en todo ello seguir siendo sí mismo.
“La dignidad del ser humano en parte radi-ca en la capacidad de optar libremente por buscar y descubrir el sentido y el valor de las situaciones que va viviendo hasta hacer reales esos sentidos y establecer la jerarqu-ía de sus valores”.(3) El ser humano, mo-tivado por la voluntad de sentido, se dirige
a responder las preguntas vitales a través de descubrir el sentido presente e inheren-
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Post-Frankl
EL SER HUMANO,
LLAMADO A BUSCAR UN SENTIDO
Por Lic.Lucía Copello
Mail de contacto: lucia_copello@yahoo.com.ar
Esta columna está dedicada a presentar propuestas y a reflexionar sobre conceptos desarrollados por diferen-
tes profesionales, que, tomando las bases de la teoría frankleana, se animan a proponer sus propias ideas y
así hacen crecer y madurar a la Logoterapia y el Análisis Existencial.-
te a cada situación y a realizar valores.
El ser humano entra en contacto con los sentidos de las situaciones vitales. Las situaciones vitales se le presentan a mo-
do de preguntas que sólo él puede res-ponder y en ese mundo se encuentran los valores que sólo él puede encarnar en
la realidad. “Debemos aprender y enseñárselo a los demás, que lo que importa no es lo que nosotros podamos esperar de la vida, si-no lo que la vida puede esperar de noso-tros. Vivir en última instancia no significa otra cosa más que ser responsable de la contestación acertada a las preguntas que la vida nos dirige, del cumplimiento de las tareas que la vida impone a cada uno, del cumplimiento de cada hora”(4) El Sentido de la Vida
“Si el sentido reside en el mundo y no pri-mariamente en nosotros mismos, el hom-bre no deberá preguntar por el sentido de la existencia, sino a la inversa, deberá interpretarse a si mismo como un ser in-terrogado y su propia existencia como un interrogante; no es el individuo el que de-be preguntar, sino que es la vida la que le formula preguntas; el individuo ha de contestar y en consecuencia responsabili-zarse con su vida. El individuo debe bus-car una respuesta a la vida, buscar el sentido de la vida, para encontrarlo y no para inventarlo; el individuo no puede dar sin más un sentido a la vida sino que de-be tomarlo de ella” (5) La pregunta por el sentido de la vida se da a lo largo de la existencia, puede pre-
sentarse con aire desconcertante en la adolescencia, con tonalidades dramáti-
cas en la adultez y con modalidades pa-recidas en los últimos años de vida. La modalidad en la que surge esta pregunta
varía, puede darse en el contexto del quehacer cotidiano, surge frecuentemen-
te en el encuentro con los otros seres humanos, se presenta como un desafío
cuando el ser humano se ve confrontado
con el dolor y el sufrimiento. “El problema del sentido de la vida no debe interpretarse nunca como un síntoma de ex-presión de algo enfermizo, patológico o anor-mal en el hombre; lejos de ello es la verda-dera expresión del ser humano de por sí, de lo que hay verdaderamente humano, de más humano en el hombre”(6) El Dr. Claudio García Pintos en su libro
“Víktor Frankl: la humanidad posible” (1998), en relación al sentido de la vida es-
cribe: “Aún el reconocimiento de muchos “para que” cotidianos, no termina de satisfa-cer la expectativa y necesidad última de este “buscador de sentido”. Palpita en el hombre un afán mayor, uno que trasciende lo coti-diano, lo comprende y lo contiene. A esto se refiere el supuesto del “sentido de la vida”. El hombre busca esencialmente una unidad en lo que respecta a la orientación existen-cial. El “sentido” se refiere a la coherencia y la “búsqueda de sentido” termina siendo en realidad una búsqueda de coherencia perso-nal. Esto es así porque el descubrimiento y realización de aquel valor le confiere a mi vida orientación (porque me marca un “hacia donde”), unidad o integración (porque nuclea mis esfuerzos en torno a esa orientación pre-servándome de la dispersión) y dirección (porque conduce mi vida en la realización de tal tarea)”. Podemos enumerar dos características al
sentido de la vida: el ser subjetivo y ser re-lativo: es “subjetivo” debido a que hay un sentido general para todos, sino que para
cada uno la vida tiene un sentido distinto y es “relativo” debido a que está en relación
con una persona y con la situación en que se encuentra esa persona. El sentido de las cosas es también, por ser relativo a la si-
tuación, único e irrepetible. En la vida no se trata de dar un sentido, de inventarlo, sino que tiene que ser descubierto. No
existe un sentido universal de la vida, sino sólo los sentidos singulares de las situacio-
nes individuales. Estos sentidos son los que entendemos por valores. De modo tal que podemos definir a los valores como
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aquellos sentidos universales que se cris-
talizan en situaciones típicas que una so-ciedad o una humanidad debe enfrentar. Los valores ayudan al hombre a percibir
mejor cuál es el significado concreto de una situación particular. Es una norma general (universal) de comportamiento
que le ayuda a percibir el mensaje de un momento concreto.
Frankl dice que puede presentarse, res-pecto a los valores, conflictos: que dos va-
lores choquen entre ellos, dichos “conflictos de valores” son aparentes, no existen verdaderamente. La impresión
que los valores choquen entre sí, se debe al hecho de haber eliminado el “orden
jerárquico de valores”. Cuando el hombre experimenta un valor, también intuye o experimenta su grado jerárquico, esto
quiere decir que no hay lugar para los conflictos de valor.
Para la logoterapia, la preocupación por el sentido de la vida es uno de los supuestos
básicos de la existencia, es “lo más humano del hombre”. Caminos para descubrir el sentido de la
vida
En el pensamiento de Frankl vemos que el ser humano, fenomenológicamente
hablando, puede encontrar y descubrir el sentido de su vida a través de tres cami-
nos fundamentales o de tres experiencias humanas como son:
* Cuando experimento que no sólo soy ca-paz de dar algo al mundo sino que de hecho ofrezco algo a través de mis crea-
ciones, es decir, mi trabajo o quehacer (valores de creación)
* Cuando encuentro y descubro que no solamente soy un ser capaz de dar algo
de mí al mundo sino que puedo recibir algo del mundo. Este recibir puede ser a
través del contacto con las vivencias de tipo estático, la contemplación de la natu-raleza. La experiencia más profunda es
encontrarse con otro ser humano y descu-
brir de él su unicidad, su irrepetibilidad y todas las potencialidades que pueden lle-varle a convertirse en una persona más
plena. Esta es la experiencia trascendente del encuentro humano, que admite diver-sos niveles que recorren todos los tipos de
amistad hasta llegar al amor profundo (valores de experiencia)
* Cuando el ser humano se ve imposibili-tado de encontrar y descubrir el Sentido
por el camino de crear (dar) y del experi-mentar (recibir), es decir, de los valores de creación y de los valores de experiencia,
entonces está en el umbral de los Valores de actitud. Los valores de actitud mani-
fiestan que el ser humano, constreñidos por las limitaciones de las circunstancias (condicionamientos de orden biológico,
psicológico, social, etc.) tiene aún la capa-cidad de ejercer intrínseca y esencial liber-
tad espiritual interior para tomar una acti-tud ante la pregunta de las circunstancias que le atormentan. Momentos desafiantes
como la confrontación con el dolor, el su-frimiento, la culpa y la muerte son autén-ticos puntos de decisión y toma de actitud
para el ser humano.
1-Frankl, Víktor: “Psicoterapia y humanismo
¿Tiene sentido la vida?”, editorial Fondo de cultura económica, México, 1984, Pág. 93
2- Frankl, Víktor: “El hombre en busca de sentido”,
editorial Herder, Barcelona, 2001, Pág. 38.
3- Pareja Herrera, Guillermo: “Víktor Frankl: Co-
municación y Resistencia”, editorial premia, 1989,
Pág. 166.
4- Frankl, Víktor: “El hombre en busca de sentido”,
editorial Herder, Barcelona, 2001, Pág. 78-79
5- Frankl, Víktor: “El hombre doliente, fundamen-
tos antropológicos de la psicoterapia”, editorial
Herder, Barcelona, 1990, Pág. 34
6- Frankl, Víktor: “Psicoanálisis y existencialismo”, editorial Herder, Barcelona, 1991, Pág. 60
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CARTAS DEL DESIERTO
de Guillermo Pareja Herrera
MINUTOS, SEGUNDOS
Por Chacho Garabal (CLAE, Argentina)
Mail de contacto: chachogarabal@gmail.com
La carta: Minutos, segundos
“Una tarea perenne que nos acompaña de la cuna a la tumba, como se suele decir, es aprender a vivir y no negar nuestras emocio-nes, aprender a guiarlas y no dejar que nos arrastren, convertirlas en amplias y blancas velas para captar los vientos de la vida y nos lleven a buen puerto. Largo y nada fácil aprendizaje pero indispensable, inevitable, in-transferible. Entre todas las emociones está el enojo, la rabia, la indignación y son los gran-des vientos que mueven a nuestras vidas. Gran reserva de fuerzas que -puestas a traba-jar a nuestro favor- nos llevarán al buen desti-no. Por todo ello no dejo de lado la sabia bre-vedad de este recordatorio de mi querido R.W.Emerson: Por cada minuto que estés eno-jado habrás perdido sesenta segundos de feli-
cidad.”
La Reflexión
U na de las primeras impresiones que me generó esta carta es la posibili-dad de descubrir en el tiempo su unidad mas intima: los minutos y
los segundos. A veces perdemos de vista, que en minutos o segundos, se toman las decisio-nes que marcan nuestro camino por largos años. Las decisiones tomadas en pocos minu-tos pueden ser tan valiosas como insignifi-
cantes. No son ni los segundos, ni los minutos los que cuentan, sino nuestra actitud ante ellos. Conocemos el carácter definitivo del pa-sado, ya que lo que es pasado se convierte en huellas que ya no se han de volver a pisar. No de la misma forma. Pero al mismo tiempo, los segundos y minutos, mientras respiramos, si-guen llegando y nos ofrecen nuevos caminos para recorrer y senderos por descubrir. Desde este “trágico optimismo”, son los minutos y los segundos los que nos van dando incontables oportunidades para ir reafirmando nuestras elecciones o las posibilidades para tomar nue-vos rumbos. Estos minutos y segundos que nos acompañan “desde la cuna hasta la tum-
ba”.
¿Cómo se aprenden a vivir nuestras emocio-nes? Es un aprendizaje tan complejo y tan único, ya que nuestras emociones son nues-
tras y de nadie mas. Pueden ser definidas pero no comprendidas sino son dentro de nuestra espiral existencial. En cierta forma, no sola-mente es nuestra percepción la que nos mues-tra el camino, sino también lo que nos genera el camino que tenemos delante. Rescato el va-lor orientador que el Dr. Pareja Herrera trata de recordarnos a la hora de tomar nuestras decisiones en el camino. El miedo, la ira, el enojo, la alegría, son los indicadores mas cer-canos que tenemos para poder confrontarnos
El Dr.Guillermo Pareja Herrera nos tiene acostumbrados a sus mensajes vivificantes, ple-
nos de significado, volcados en publicaciones de obligada referencia para todo humanista
interesado en madurar un pensamiento consistente y comprometido con la persona huma-
na. Pero su obra no solo está restringida a libros académicos. Su sensibilidad se expresa
creativamente a través de sus “Cartas desde el Desierto” con la misma calidez y profundi-
dad que caracteriza su discurso científico. Mes a mes y con regularidad, vamos presentan-
do algunas de sus “Cartas”, breves reflexiones sobre la vida misma, las cuales son comenta-
das cada vez por algún colaborador de LOGORED. En esta oportunidad, el encargado de
hacerlo será Chacho Garabal (CLAE, Argentina)
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con la realidad. El camino no se decide úni-camente a partir de razonamientos. No es so-lo viendo el camino que se transita por él. Ne-cesitamos de nuestras emociones para apren-der a dar cada paso.
Cuántas veces intentamos tomar decisiones con nuestra razón, cuando el corazón nos di-cta tantas otras cosas. Y el corazón no siem-pre habla en forma de enamoramiento. Mu-chas veces los enojos, los miedos y las bron-cas pueden también ser esclarecedoras y re-veladoras de sentido. Después de todo, tener razones para enojarse, significa lo que nos importan las cosas y pueden ser esas razones las que nos acerquen a nuestras metas y sen-tidos. Si sabemos reconocerlas y guiarlas, de-jan de impulsarnos para convertirse en las
“velas” que impulsadas por el buen viento y por nuestra mano firme en el timón, pueden navegar las tormentosas olas y tormentas que la vida nos trae por momentos.
Desde los aportes del Dr. Frankl, hemos visto que el hombre se enfrenta ante lo inevitable, con su persona, con sus actitudes y sus deci-siones. Ante lo inevitable, surge la posibilidad de dar una respuesta plena de sentido que afirme nuestra existencia. Enojarse, llorar, reír, gritar, “patalear”, son reacciones pero también respuestas. Si descubrimos el “para que” de las cosas que sentimos, se puede es-cuchar la voz de nuestra consciencia espiri-tual que nos va iluminando el rumbo. Descu-brir para que nos enojamos, porque nos emo-cionamos, por quien lloramos, nos ayuda a encontrar ese algo o alguien tan importante en nuestro camino. Claro que muchas veces nos han dicho que debemos “controlar nues-tras emociones”, cuando en realidad, no se trata de “controlarlas”, sino conocerlas, acep-tarlas y guiarlas. No es sano negar nuestros enojos, nuestras propias emociones mal ca-racterizadas como “sombrías”. Recuerdo al Dr. Jung, que hablaba de que nuestros as-pectos inconscientes no son solamente oscu-
ros y sombríos, sino que también son fuente de luz y belleza. Solamente aceptando todo el repertorio de nuestras emociones, animándo-nos a vivirlas, podemos encontrar esa “gran reserva de fuerzas” que nos pueden llegar al puerto que tanto anhelamos. Claro que no se trata de hacer una sobrevaloración de las emociones o de no pensar en las consecuen-cias que nos trae vivir a partir de ellas. Una cosa es estar impulsado y dominado por nuestras emociones, por otro extremo, sería
no sentir ni aceptar nuestras emociones (que implicaría estar siendo impulsados igualmen-te). El punto medio, parecería poder aceptar-las, reconocerlas y decidir a partir de ellas.
Ya que no sirve de nada experimentarlas y no comprenderlas o no aprender de ellas. No aprender de nuestros enojos, nos lleva a per-dernos una gran fuente de felicidad. El resen-timiento, ese monto de enojo sin sanar, se puede fijar en nuestra persona tapando la re-velación de muchas experiencias gratificantes, como son el perdón, el cambio, la sanación.
En minutos y segundos, se puede medir una vida. Así, como el Dr. Pareja Herrera nos re-cuerda las palabras del poeta americano Emerson, quisiera recordar a un poeta mas moderno. Jonathan Larson, tuvo un sueño,
una pieza teatral, llamada “RENT”. Luego de arduos años de trabajo en esta pieza, una ver-sión moderna de la opera “La Boheme”, logró llevar su sueño al Off-Broadway. En uno de los ensayos previos al estreno de esta obra, Jonathan se desvaneció. Tuvo una intoxica-ción severa. A causa de un letal Síndrome de Marfan, falleció horas antes de ver su obra es-trenada. “RENT” se convirtió y sigue siendo un lema de esperanza y lucha para millones de personas en el mundo, un grito a la vida a pe-sar de tantos dolores y enfermedades. Una obra que deja su marca sobre la importancia del amor y la vida. Él nos dejo una pregunta: ¿Cómo se mide la vida de un hombre?
“525.600 minutos… son los que contienen un año en la vida de un hombre. ¿Cómo se mide un año? En días, en atardeceres, anocheceres, en tazas de café, en pulgadas, en millas, en risas, en luchas. En 525.600 minutos… ¿Cómo podrías medir un año en la vida? ¿Por qué no en amor? Mide en amor. ¿En verdades que ella aprendió? ¿En cantidad de veces en las cuales él lloro? ¿En puentes que quemó? ¿En la forma en que morimos? Es hora de cantar, que la his-toria no termina, celebremos, recordemos un añoen la vida de esta amistad. (…) El amor es un regalo desde ahí arriba… Comparte amor,
da amor, difunde amor… Mide tu vida en amor”
¿Como podemos medir nuestra vida? Cuando llegue el final… ¿Cómo la habremos de recor-dar? A lo mejor se trate de cuanto amor hemos brindado, de cuanto nos hemos brindado y en cuanto hemos aprendido de nuestras emocio-nes. Esas emociones serán parte de nuestra vida y serán vida en tanto las encaminemos a nuestro camino.
El autor recomienda escuchar la canción en: http://www.youtube.com/watch?v=1fClb_6XJVE
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La Fundación Argentina de Logoterapia anuncia la realización del XXII Congreso Argentino de Logoterapia, “La Lo-
goterapia ante los dilemas del mundo actual”, en Buenos Aires, del 27 al 29 de septiembre próximo. Por informes
sobre el evento, ingresar a www.logoterapia-arg.com.ar, o dirigirse a info@logoterapia-arg.com.ar
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