LOS ANTIGUOS TRASATLANTICOS DE LA BLUE STAR LINE

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Santa Cruz de ayer y hoy", 1990/02/25

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DÍA Irensu del domingo

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LA revolución que en losúltimos años se ha llevadoa cabo en el transporte ma-

rítimo, ha influido notablemen-te en las empresas navieras que,por tradición, se dedicaban a trá-ficos determinados y precisos.

En la época de los containeres,«ro-ro», petroleros-mineraleros,graneleros, quimiqueros y tantosy tantos nuevos tipos de mercan-tes altamente especializados, lamentalidad de los navieros hacambiado y, con ella, las flotasamparadas bajo las contraseñasrespectivas, todas ellas tradicio-nales en las aguas remansadas ala sombra del macizo de Anaga.

Si a todo esto añadirnos la de-saparición de numerosas empre-sas, la fusión de otras y el cam-bio de orientación del tráfico ma-rítimo, bien comprendemos quetodo ello se.refleja en las tradi-cionales líneas de navegación y,por tanto, en los puertos que,como el de Santa Cruz de Tene-rife, eran de escala habitual y re-gular.

Por lo que a nuestro puertorespecta, ya no recalan los mix-tos que, bajo la contraseña de laBlue Star Line, mantenían servi-cios regulares con los puertos deÁfrica del Sur, Australia y Nue-va Zelanda. Con tales «motors-hips» se fueron para siempre losbien recordados «ArgentinaStar», «Brasil Star», «UruguayStar» y «fóraguay Star» que, aldesaparecer, fueron sustituidospor los frigoríficos italianos dela Calmedia, filial de la empre-sa británica.

Los barcos de la estrella azulsobre círculo blanco —estampa-do éste en el rojo de la chime-nea con coronamiento negro—comenzaron a ser conocidos enSanta Cruz de Tenerife a partirdel 9 de junio de 1930, fecha enla que, al mando del capitánMoulton, por vez primera arri-bó el «Arandora Star». Este erael trasatlántico que, en aquellaépoca de flotes bajos—cuando la depresión de WallStreet— la naviera dedicaba ex-clusivamente a cruceros de tu-rismo.

Tras el «Arandora Star»,otros trasatlánticos con turismo—«Adriatic», «France», «Du-chess of Atholl», «Samaría»,«Calgaric», el tristemente céle-bre «Laconia», «Atlantic», «Ca-ronia», etc.— y, el 30 de abril de1932, arriba el «Napier Star».Este fue el vapor que inició lasescalas regulares de la Blue StarLine en Santa Cruz de Tenerife,para en el Muelle Sur, realizar elrelleno de combustible líquido,faena que hasta entonces se ha-bía llevado a cabo en fondeo yaguas de San Vicente de CaboVerde.

Tras el «Napier Star» arribóel «Avila Star» y, así, se inicióla larga etapa de la Blue StarLine con el puerto de Santa Cruzde Tenerife. Largo —muylargo— resultaría plasmar en es-tas líneas la historia de los bar-cos que, con la estrella azul enla chimenea y contraseña a tra-vés de los años recalaron por es-tas aguas remansadas y a la con-signación de Hamilton atracaronen el Muelle Sur. Por tanto, ycomo símbolo, sólo trataremosde los trasatlánticos que, en 1927,iniciaron el servicio regular apuertos de América del Sur y,desde 1932 hasta el final de susvidas en la mar, permanecieronfieles a la cita tinerfeña.

Fue en 1925 cuando la navie-ra Blue Star Line decidió estable-cer un servicio de pasaje y car-ga para, así, terminar con las im-posiciones de la South AmericanFreight Conference y conseguirsu admisión en ella. Los contra-tos para la construcción de los«liners» —también la de variosmixtos de carga y pasaje— fue-ron adjudicados a las empresasCammell Laird, en Birkenhead,y John Brown and Co. Ltd., enClydebank.

Los antiguos trasatlánticos de la BlueStar Line

El «Arandora Star» que, al mando del capitán Moulton, arribó por vez primera el 9 de junio de 1930. Venía en crucero de turismoy, cuando el 2 de julio de 1940 fue torpedeado y hundido, el capitán Moulton pereció con su barco

El «Avila Star» que, el 6 de mayo de 1932, tras el «Napier Star» arribó a Santa Cruz de Tenerife en viaje inaugural

LOS «ALMEDA STAR» Y«ANDALUCÍA STAR»

El 29 de junio de 1926, en iosastilleros de la citada CammellLaird fue botado el «Almeda»—más tarde rebautizado «Alme-da Star» —que, de 1.238 tone-ladas de registro bruto, tenía es-lora de 163 metros y manga de20,8. Era la construcción 919 dedicha factoría naval y, tras laspruebas de mar —que tuvieronlugar en los primeros días dediciembre— en febrero del añosiguiente, ya arranchado a son demar, zarpó de Londres en viajeinaugural a puertos sudamerica-nos.

En los viajes de ida, los vapo-res de la Blue Star Line hacíanescalas regulares en Lisboa, SanVicente de Cabo Verde —luegoSanta Cruz de Tenerife— Río deJaneiro, Montevideo y BuenosAires. En los de vuelta recalabanpor los mismos puertos y, así, lanaviera se incorporó luego a laSouth American Freight Confe-rence.

El «Almeda Star» estabaequipado con dos grupos de tur-binas Parsons que, con 8.400 Shpsobre dos líneas de ejes, le da-ban media de 16 nudos a régimennormal, si bien en las pruebas demar y consumo alcanzó y sostu-vo sin esfuerzo alguno los 17.Con acomodación para 160 pa-sajeros en primera clase —loscamarotes se repartían en cuatrode las siete cubiertas del «li-ner»— y, en bodegas, tenía capa-cidad para la estiba de 419.480pies cúbicos de productos pere-cederos.

La estampa marinera del «Al-meda Star» —luego repetida ensus gemelos— era sobria y ele-gante, muy de acuerdo con laépoca: branque recto, popa deespejo, dos palos en caída ele-gante —a son de igual número dechimeneas con sombrerete— y,en los extremos del castillo, al-cázar y toldilla, repartía cuatropares de posteleros.

El «Andalucía» —luego «An-dalucía Star» —fue la construc-ción número 920 de la citadaCammell Laird, en cuyos astille-

ros fue botado el 21 de septiem-bre de 1926; en los primeros díasde marzo del año siguiente, a laaltura de Skermorlie llevó a cabolas pruebas de mar y, poco des-pués, zarpó en viaje inaugural aBuenos Aires. Y fue así que, conestas dos unidades y los mixtos,la Blue Star Line bien se colocóen la línea del Plata, ya que losdos «liners» de la Royal MailSteam Packer Co. —los «Astu-rias» y «Alcántara»— teníanmenos velocidad y, con los mo-tores que entonces nevaban, ado-lecían de mucha vibración.

En 1935, el «Almeda Star»fue modernizado y, con proaMaiern —entonces denominada«de cuchara»— su tonelaje ascen-dió a 14.935 toneladas y la eslo-ra a 181,9 metros. La acomoda-ción para pasajeros quedó en 190pero, al mismo tiempo, aumen-tó la capacidad en bodegas. Consu nueva estampa marinera, el«Almeda Star» reanudó sus es-calas en el puerto de la capital ti-nerfeña —las mismas obras serealizaban en los «AndalucíaStar» y «Avila Star» —y, cuan-do en 1939 comenzó a sonar elcañón de la guerra, como sus ge-melos vistió el triste sayal grisque caracterizó a las flotas mer-cantes de las naciones beligeran-tes.

El 17 de enero de 1941, el «Al-meda Star» fue torpedeado porel submarino alemán «U-96»cuando navegaba a unas 350 mi-llas al Oeste de las Hébridas.Tras ser alcanzado por un torpe-do, el «liner» de la Blue Star semantuvo a flote durante unas seishoras; rematado por otros trestorpedos, en el hundimiento pe-recieron 194 pasajeros y 166 tri-pulantes.

En 1937, el «Andalucía Star»fue sometido a las mismas obrasde modernización y, como el«Almeda», fue una de las prime-ras víctimas de la naviera en laguerra en la mar. El 7 de octu-bre de 1942, a 400 millas deMonrovia fue torpedeado y hun-dido por el submarino «U-107» y,en el naufragio, perecieron cua-tro hombres de su tripulación.

LOS «AVILA STAR» Y«AVELONA STAR»

El «Avila» —en mayo de 1929rebautizado «Avila Star» fue bo-tado el 22 de septiembre de 1926en los astilleros de la empresaJohn Brown, en Clydebank. Erala construcción número 514 de lacitada factoría naval y, el 10 demarzo del año siguiente, zarpóde Londres en viaje inaugural apuertos del Plata.

Gemelo de los «Almeda Star»y «Andalucía Star», el «Avila»fue modernizado en 1935, inclu-so con proa Maiern, con la queganó elegancia su estampa ma-rinera. Las chimeneas —ya sinsombrerete— ganaron altura ygallardía y, con la prestancia quesiempre tuvo y mantuvo, el «Avi-la Star» volvió a su antiguo ser-vicio a puertos de América delSur.

El 5 de junio de 1942, cuandoel «Avüa Star» venía en viaje devuelta de Buenos Aires —entonces estaba al mando del ca-pitán Fisher—a unas 100 millasde las Azores fue torpedeado yhundido por el submarino ale-mán «U-201». Sesenta y dos desus pasajeros y tripulantes pere-cieron en el naufragio y, los se-tenta y cinco restantes, despuésde larga búsqueda fueron reco-gidos por buques de guerra por-tugueses que habían captado lasseñales que en petición de ayu-da había lanzado el trasatlánticode la Blue Star Line.

El«Avelona Star» —botado el6 de diciembre de 1926 en los as-tilleros de la John Brown —fueuno de los barcos afectados porla crisis mundial de los prime-ros años 30. Bajaron los fletes y,en los puertos del mundo, losmercantes de todo tipo y bande-ra se amarraron a la espera demejores tiempos. Unos, casinuevos, fueron al desguace pro-saico, al correr de los sopletes y,con aire alegre y casi verbene-ro, para siempre desaparecieronde la mar. Otros cubiertos de he-rrumbre y con las chimeneas en-toldadas, llegaron al momento dela subida de fletes, a la reactiva-ción del tráfico marítimo y, tam-

bién, al momento en que las cal-deras, ya encendidas, «caldia-ban» y levantaban presión paravolver a impulsar alternativas tri-ples o turbina.

El «Avelona Star» escapó deldesguace pero, en 1934, fue con-vertido en carguero. Se le supri-mió parte de la superestructura—y con ella la acomodación parapasajeros— y, si bien se le aña-dieron nuevos posteleros a popa,para siempre desapareció la chi-menea popel. Y, así transforma-do, el «Avelona Star» volvió alpuerto de Santa Cruz de Teneri-fe, en el cual continuó sus esca-las regulares hasta que en 1939se rompió en Europa, y luego enel mundo todo, el frágil cristal dela paz.

Terminaba mayo de 1940cuando el «Avelona Star» —entonces al mando del capitánHopper— zarpó de Buenos Airescon unas 8.000 toneladas de car-ne congelada. Una vez en fran-quía, el «Avelona» arrumbó aFreetown, puerto en el que teníaque unirse a un convoy destina-do a puertos del Reino Unido.Tal convoy estaba compuesto por34 cargueros que, con su corres-pondiente escolta, se hicieron ala mar ajustando la velocidad ala del barco rhásjento.

El 30 de junio, ya el «AvelonaStar» navegaba a unas 200 mi-llas de Cabo Finisterre y, deacuerdo con las instrucciones delcomodor que mandaba el con-voy, los mercantes que lo integra-ban comenzaron a navegar enzig-zag pero, a pesar de tales pre-cauciones, el carguero de la BlueStar Line fue alcanzado por untorpedo lanzado por el submari-no «U-43».

Mientras el convoy seguía arumbo y el «Avelona Star» sehundía —en la explosión del tor-pedo murieron cuatro de sustripulantes— el vapor «Beignon»moderó para recoger a los super-vivientes y, con ellos a bordo,dio «avante toda» para incorpo-rarse al convoy que desaparecíabajo la línea lejana del horizon-te. El valiente carguero no logrósu objetivo pues, también torpe-deado, se hundió y se llevó con-

sigo a muchos de los que se ha-bían salvado del «Amelona». Pos-teriormente, los náufragos de losdos barcos fueron rescatados porlos destructores «Vesper» y«Windsor», que acudieron en suayuda.

EL «ARANDORA STAR»

El «Arandora Star» fue bota-do el 4 de enero de 1927 en losastilleros de la Cammell Laird.Comenzó a navegar en mayo delmismo año y, como el «Avelo-na», fue afectado por la crisiseconómica mundial y la consi-guiente baja de fletes. En 1930,totalmente pintado de blanco fuededicado a cruceros de turismoy, como ya indicamos, el 9 de ju-nio de dicho año arribó a SantaCruz al mando del capitán Moul-ton, el más celebre y popular enla naviera.

Dado el éxito logrado por el«Arandora», la Blue Star deci-dió destinario sólo a la realiza-ción de cruceros de turismo y, en1934, el «liner» quedó listo paratal cometido. Así, el 27 de no-viembre del mismo año, con el«Viceroy of India» —de la P. andO.— compartió atraque en nues-tro puerto y, días más tarde, lesiguió el «Duchess of Rich-mond», en el cual viajaban iosduques de Kent.

Con otros trasatlánticos ingle-ses —«Moldavia», «Orama»,«Empress of Australia»,«Strahnaver», «Homeric», eltristemente célebre «Lancas-tria», etc.— hasta que comenzó,en 1939, la Segunda GuerraMundial, el «Arandora Star»fue escala regular en Santa Cruzde Tenerife.

Requisado para su conversiónen transporte de tropas, fue lue-go bombardeado por la aviaciónalemana cuando se encontrabafondeado en aguas del Mersey.Una vez reparado, intervino en |la evacuación de las tropasfranco-británicas destacadas enel puerto noruego de Narvik y,el 1 de julio de 1940, zarpó deLiverpool llevando a su bordo1.178 internados y prisioneros deguerra alemanes e italianos, ci-fra a la que había que añadir 430entre tripulantes y guardia ar-mada.

El «Arandora Star» navegabasin escolta y, al día siguiente —cuando estaba a 75 millas deBloody Foreland— fue alcanza-do, a la altura de la sala de má-quinas, por un torpedo lanzadopor el submarino alemán «U-47».El pánico entre sus forzados pa-sajeros fue enorme, lo que im-posibilitó el lanzamiento de losbotes salvavidas y balsas y, así—cuando una hora después el«Arandora» desapareció bajo lasolas— con él lo hicieron 470 ita-lianos, 143 alemanes y 148 ingle-ses. En el naufragio pereció elcapitán Moulton —el que lomandó en sus escalas en SantaCruz de Tenerife— al que, comohomenaje postumo, se le otorgóla War Medal for Bravery at Sea.

Al día siguiente, los supervi-vientes del hundimiento del«Arandora Star» fueron avista-dos por un hidro «Sunderland»—de gran radio de acción y de-dicado a tareas de reconocimien-to— que guió a los destructores«Walker» y «St. Laurent» a lazona en la que, durante horas, sededicaron a la humanitaria tareade rescatar náufragos.

En 1945 volvió la paz al mun-do y, dos años más tarde —ysiempre vía el Puerto de SantaCruz de Tenerife— la Blue StarLine reanudó su línea al Platacon el «Argentina Star», segui-do posteriormente por los «Bra-sil Star», «Uruguay Star» y«Paraguay Star», «liners» de losque, algún día, nos ocuparemosdada su muy larga vinculación alas aguas tinerfeñas.

Juan A. Padrón Albornoz