Los otros… Cuando en otras personas encuentras virtudes o defectos, estás viendo el reflejo de...

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Los otros…

Cuando en otras personasencuentras virtudes o defectos,estás viendo el reflejo de algo

que navega en tu interior,algo que duerme y se despierta

sin que te des cuenta,algo que cuando se reconoce

en el espejo del mundoy te habla con un código

que percibes como emociones.

Si los atributos que hallas en otrosno estuvieran ya en ti,

te sería imposible reconocerlosporque el alma descubre

sólo aquello que ya posee.Y esto vale para la virtud y para el

defecto.Tus ojos están separados,

pero tu mirada es una sola.

Si miras bien aquello que te separa de los otros,

descubrirás lo mismo que te une a ellos:

lo que te diferencia es lo mismo que te atrae.

Lo que ves en los otros,es simétrico a lo que abunda

dentro de ti y así como la boca de un hombre

habla de lo que lleva en su corazón,

tu mirada hacia el mundo es el destello

de tus espejos interioresdonde aquello que amas y odias en

las personases lo mismo que amas y odias en

ti.

Si así no fuera,¿para qué perderías tiempo y

esfuerzotratando de diferenciarte de los

demás?Tus intentos de separarte son

combates inútilesy te hunden en el sufrimiento

pasivo.Ninguna flor se abre en ese jardín.Observa: hay una moral perversaque educa a los hombres para verlo peor o lo mejor de sí mismos,

pero nunca las dos cosas al mismo tiempo.

Mientras insistas sobre aquelloque consideras negativo en los

otros o en ti,solo lograrás aumentar su

poder sobre ti.

Esos aspectos no pueden anularsetrabajando sobre ellos

sino con sus antídotos naturales.

Por eso es inútil insistirsobre el miedo sobre la culpao sobre el miedo de sentirse

culpable.

Si quieres matar al monstruo,déjalo morir de hambre;

no sigas nutriéndolocon la fuerza de tu

pensamiento;obrando así solo alimentarás

sus enormes fauces.

Esperemos Buscador, que tu camino siga el rumbo

de lo que crece y no de lo que se destruye a sí mismo.

Más te vale seguir el ejemplo de aquello que se abre

hacia su futuro luminoso,como una flor nacida en el

desierto,que no pide permiso al destino

para asomarse a la vida.

Del Libro "El Buscador"Jorge Bucay