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MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL
Revista del Museo Histórico Municipal
“La Para” Ex Estación Ferroviaria
C.P. X5137ANQ La Para – Córdoba – Argentina
www.museodelapara.gob.ar museolapara@cooplapara.com.ar
Propietario:
Municipalidad de La Para
AÑO 3 – NÚMERO 3 Agosto 2016
Dirección
Carlos Alfredo Ferreyra
Fotografías Carlos Alfredo Ferreyra Sebastián Pérez Parry
Ángeles Meza Mariana Fabra
Micaela Spangaro Dolores Barrionuevo
Maquetación Edgar Fabián Rosso
La correspondencia deberá remitirse a la dirección del Museo.
Los artículos firmados son responsabilidad
exclusiva de los autores.
Permitida su reproducción siempre que se cite la fuente
Derechos Reservados
ISSN 2362-6380
Estimado lector:
Volvenmos a Ud. con el tercer número de Memorias del Pueblo Digital, la revista de historia y museología del Museo Histórico Municipal de La Para.
El museo se asume a si mismo como un instrumento de divulgación científica, tanto de la historia como en museología, además de promover la curiosidad, la investigación y el debate.
Este es un número muy especial ya que publicamos dos artículos de arqueología (nuestra gran fuente científica de conocimientos), otro de museología y difusión científica y otro de toponimia histórica.
En primer lugar el trabajo de Aldana Tabarone y el equipo del Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba nos presentan las conclusiones sobre un el sitio arqueológico en Laguna del Plata.
Seguimos luego con el artículo de las estudiantes de arqueología Spángaro y Barrionuevo, dirigidas por nuestra arqueóloga Marta Bonofiglio sobre el proceso de formación de los sitios arqueológicos en Laguna del Plata.
A continuación presentamos el artículo de Carlos Ferreyra, que presenta y analiza el proyecto del Parque Pleistocénico que la Municipalidad de La Para está construyendo en nuestra localidad.
Finalmente, también del mismo autor, un artículo que se pretende como final, sobre la discusión de si nuestra gran laguna se llama Mar Chiquita o Ansenuza.
Esperamos que esta publicación contribuya a la construcción de nuestra identidad y sirva para difundir las investigaciones de nuestro museo.
Querido lector, hasta el próximo número Cordialmente
La Dirección
SUMARIO:
-ANÁLISIS BIOARQUEOLÓGICOS DE RESTOS HUMANOS…………….….. p. 4 -PROCESO DE FORMACIÓN DEL SITIO EL CAMPING …………………….. p. XX -EL PARQUE PLEISTOCÉNICO DE LA PARA …………………………………….p. XX -ACERCA DEL TOPÓNIMO ANSENUZA…………………………………………..p. XX
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EQUIPO DE TRABAJO, COLABORADORES Y VOLUNTARIOS DEL
MUSEO HISTÓRICO MUNICIPAL “LA PARA”
Dirección: Carlos Alfredo Ferreyra
Conservación: Angélica Montoya
Informática: Edgar Rosso
Colaboradores: Leonardo Caffarena, Ariel Toledo, Reinaldo Jesús Loza, Anahí Folli, Laura Beatriz Ceballos
Área de Investigaciones Históricas: Jorge Miglione, Gabriela Silvana Peralta, Carlos Alfredo Ferreyra, Ángela Rosa Alegre, Carlos Eduardo
Villarreal, Elder Omar Candusso
Área de Arqueología: Marta María Bonofiglio, Carlos Eduardo Villarreal, José Luís Giraudo, Ulises Carrara, Néstor Hugo
Cocco, Luis María Cerda
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ANÁLISIS BIOARQUEOLÓGICO DE RESTOS HUMANOS RECUPERADOS
EN EL SITIO LA PARA 1387/15
(DEPARTAMENTO RÍO PRIMERO, CÓRDOBA)
Tavarone1, Aldana; Gonzalez2, Claudina; Salega3, Soledad; Bellis4, Julieta; Benedetti, Florencia;
Ramirez5, Darío; Loupias, Luciano; Fabra6, Mariana.
1Becaria FONCyT, IDACOR CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de
Córdoba)
2 IDACOR-CONICET, EAAF, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba)
3Becaria CONICET, IDACOR-CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional
de Córdoba)
4 IDACOR-CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba)
5Becario Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)
6 Investigadora adjunta CONICET, IDACOR-CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades,
Universidad Nacional de Córdoba). E-mail: marianafabra@gmail.com
INTRODUCCIÓN
En los últimos años se ha evidenciado una preocupación creciente por la protección de
restos materiales (restos arqueológicos, en general fragmentos de cerámica y materiales
líticos, y restos óseos, reconocidos como humanos) considerados de valor arqueológico y
patrimonial, por parte de diversos actores -particulares, museos, comunas- (Fabra et al.
2008; Fabra y Zabala, 2015; Zabala et al. 2015). Más aún, estas situaciones han sido
sumamente frecuentes en el sector sur de la laguna Mar Chiquita, debido a los procesos
erosivos sufridos en su costa, por el continuo avance y retroceso de las aguas, así como por
la pérdida de la cubierta superficial de suelos, y el accionar humano (Fabra et al 2014a,
2014b). Estas situaciones motivaron la necesidad de implementar un protocolo que
permitiera responder a las demandas de una forma efectiva y ágil, posibilitando la
participación de aquellos sectores que interesados en la protección y recuperación de estos
restos.
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Desde el año 1999, el Museo de Antropología de la Facultad de Filosofía y
Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (en adelante, MA) implementó
diversos proyectos, así como un programa de extensión universitaria (2011) tendientes no
sólo a dar respuestas a estas situaciones donde se encontraban en riesgo diversos
materiales, considerados de valor arqueológico patrimonial para diversos sectores (para una
revisión completa, ver Zabala y Fabra, 2008; Fabra y Zabala 2015), sino a la posterior puesta
en valor de dichas colecciones, a partir de su incorporación a estudios poblacionales, desde
una perspectiva bioarqueológica (Fabra et al. 2015). Para el caso puntual de la recuperación
de restos óseos humanos, se formalizó un convenio y un protocolo de trabajo, inédito en
Argentina, por el cual bioarqueólogos (miembros del Programa de Arqueología Pública, en
adelante, PAP1) y antropólogos forenses (miembros del Equipo Argentino de Antropología
Forense, en adelante, EAAF2) acuden al lugar del hallazgo de restos óseos, estiman su origen
(humano o no) e interés (arqueológico o forense) , y realizan la exhumación arqueológica de
los mismos, para luego derivarlos, dependiendo su interés (arqueológico o forense), al
Museo de Antropología, en caso de corresponder a restos bioarqueológicos pertenecientes a
poblaciones originarias que habitaron el actual territorio de Córdoba, o al Instituto de
Medicina Forense (IMF), dependiente del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba, para
aquellos casos de interés forense (Fabra y Ginarte, 2009).
En este contexto, el objetivo del presente trabajo es presentar los resultados de las
tareas de excavación arqueológicas y posterior análisis de los restos óseos humanos
recuperados en el sitio denominado La Para 1387/15, realizados en el marco del convenio
mencionado.
1Programa Arqueología Publica: patrimonio arqueológico y derechos culturales en el Noreste de la Provincia de Córdoba (Exp.UNC nro. 0020448/2011, Resolución HCD 267 y 955). Museo de Antropología - Secretaria de Extensión Universitaria Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba: Dra. Mariana Fabra, Co-dirección: Mgter. Mariela Zabala. 2El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una organización científica, no gubernamental y sin fines de lucro que aplica las ciencias forenses -principalmente la antropología y arqueología forenses- a la investigación de violaciones a los derechos humanos en el mundo (http://eaaf.typepad.com/eaafsp/, Ultimo acceso 7 de Junio de 2016).
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ANTECEDENTES DE TRABAJOS BIOARQUEOLÓGICOS EN EL ÁREA
La Bioarqueología, disciplina que estudia los restos humanos esqueletales y dentales
desde una perspectiva que contempla el análisis de la biología esqueletal, así como el
contexto material, cultural, social y ambiental en el cual vivió una persona o una población
(Larsen, 1987; Buikstra y Beck, 2006), ha tenido un desarrollo notable en nuestro país, desde
mediados de la década de 1990, y fundamentalmente en las primeras décadas de este siglo.
En los últimos años, se han realizado numerosos estudios desde esta perspectiva
teórica con colecciones de restos óseos humanos recuperados en la costa sur de la laguna
Mar Chiquita, lo cual permitió incrementar el conocimiento acerca de la historia biológica
(Fabra et al. 2005; Fabra y Demarchi 2009; Fabra 2014), los modos y la calidad de vida de
estas poblaciones (Fabra et al. 2009, 2014; Fabra y González 2012). Estos trabajos
permitieron obtener información acerca de cambios en la dieta (v.e. incorporación de
alimentos producidos) alrededor de 1500-1200 años AP., sin abandonar una estrategia de
subsistencia de tipo mixta (Fabra y González 2015; Fabra et al 2012, 2014a, 2014b).
Particularmente, a partir del relevamiento de patologías dentales que sugieren situaciones
de estrés metabólico-sistémico, se infirió un proceso de desmejoramiento en la salud, para
los siglos previos a la conquista española (Fabra y González 2015), así como un incremento
en los niveles de actividad física y el inicio de las mismas a edad temprana (Salega y Fabra
2013), comparado con momentos previos.
También se han realizado otros estudios sobre estas poblaciones, basados en el
análisis del ADN mitocondrial. Se han detectado diferencias en la frecuencia de haplogrupos
mitocondriales de poblaciones que habitaron las sierras, y las llanuras del actual territorio de
Córdoba, sobre todo en momentos posteriores a 1200 años antes del presente (Nores y
Demarchi 2011, Nores et al. 2011). Estas diferencias pueden deberse al contacto con
poblaciones procedentes de otras regiones del país: el haplogrupo B es el más frecuente en
la submuestra Sierras mientras que en Llanura es el de menor incidencia. Este cambio podría
deberse a un aporte migratorio hacia la zona serrana desde poblaciones con alta incidencia
de haplogrupo B, tales como las andinas (poblaciones de las regiones de Puna y Atacama),
chaqueñas (Wichí y Toba), o como la población antigua de Pampa Grande, Salta. Los
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haplogrupos A y D tienen una representación bastante alta en Llanura, con posterioridad al
1200 AP, pero son menos frecuentes en Sierras, mientras que el haplogrupo C posee una
alta incidencia en ambas submuestras. La presencia del haplogrupo A sugiere flujo génico
desde el este y el noreste, de donde provienen los grupos guaraníes. La presencia de
haplogrupos C y D hace suponer vínculos con poblaciones patagónicas. Estos resultados son
coincidentes con estudios realizados desde la morfometría geométrica, que señalan
diferencias entre poblaciones asentadas en las Sierras y las Llanuras de Córdoba (Fabra y
Demarchi 2011; Fabra et al. 2014).
EL SITIO
En el mes de Diciembre de 2015, el director del Museo Histórico Municipal de la
Localidad de La Para, Carlos Ferreyra, se comunicó con el PAP dando a conocer el hallazgo de
restos óseos humanos en inmediaciones del camping municipal ubicado en la costa sur de la
Laguna del Plata. Frente a esta situación, se le solicitó realizara una denuncia ante la
comisaria de dicha localidad (actuaciones sumariales identificadas bajo el Nº 82/15). Una vez
recibido el oficio emitido por la Fiscalía Distrito II Tercer Turno, a cargo del Fiscal de
Instrucción Dr. Pedro Caballero, se procedió a planificar las tareas de rescate y exhumación
de los restos, las cuales se realizaron el 21 de Diciembre de 2015.
Se trata de un sitio al aire libre, ubicado en las coordenadas 30° 55’ 690’’ de latitud Sur,
y 62° 53’ 321’’ de longitud Oeste, en terrenos pertenecientes al camping Municipal de la
localidad de La Para, sobre la laguna del Plata (Figura 1). Las tareas de excavación
arqueológica fueron realizadas por miembros del Programa de Arqueología Publica,
acompañados por personal del Museo Histórico Municipal de La Para, miembros de Policía
Judicial y personal de la comisaria interviniente (Figura 2a).
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Figura 1. Ubicación geográfica del sitio La Para 1387/15
Al llegar al sitio, se observó en superficie la presencia de elementos óseos
correspondientes al cráneo, radio y cúbito. Seguidamente se inició el proceso de
exhumación siguiendo los procedimientos básicos para el trabajo con restos óseos humanos:
se procedió en primer lugar a la limpieza superficial del terreno circundante a los restos,
para luego plantear una cuadricula, de 1.5 mt. por 1.5 mt, comenzando a retirar
paulatinamente el sedimento, mediante la utilización de cucharines, pinceles y elementos de
madera. A nivel casi superficial se identificó la epífisis proximal de un fémur (Figura 2b), y se
continuó exponiendo el conjunto óseo, hasta descubrirlo en su totalidad (Figura 2c, y 2d).
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Figura 2. Trabajos de limpieza previos a la exhumación de los restos
Durante la limpieza, y previo a la exhumación, se constató que se trataba de una
inhumación individual, primaria, de un individuo adulto, en buen estado de conservación,
ubicado en posición decúbito dorsal, levemente inclinado hacia el lado derecho, con el
miembro superior derecho abierto, formando un ángulo de 90º en la articulación entre el
húmero y el omóplato, y el antebrazo elevado, formando otro ángulo de 90º, en la
articulación húmero-cúbito radio. El miembro superior izquierdo se encontraba
hiperflexionado sobre el tronco, con la mano al costado del cráneo. Los miembros inferiores
se encontraban hiperflexionados hacia la derecha (Figura 3a, 3b). Si bien no se pudieron
observar claramente los límites de la fosa, se supone que el miembro superior derecho debe
haber estado apoyado sobre el borde de la misma, dada su orientación y los ángulos
formados por las articulaciones. El esqueleto se encontró orientado en sentido noroeste
(pies)-sudeste (cráneo), con las orbitas orientadas al este. No se encontró ningún resto
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material que pudiera interpretarse como parte del ajuar, asociado a este individuo, tampoco
restos dispersos en las inmediaciones.
Figura 3. Individuo 1, sitio La Para 1387/15
Una vez exhumados los restos, fueron ubicados en bolsas de papel por partes
anatómicas, colocados dentro de una caja de cartón y, manteniendo la cadena de custodia,
fueron trasladados hasta el Instituto de Medicina Forense de la ciudad de Córdoba, donde se
les dio ingreso con el Nº 1387/15, y posteriormente remitidos a dependencias del MA, dado
que se trataba de restos arqueológicos.
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DE LOS RESTOS
Una vez remitidos los restos, desde el Instituto de Medicina Forense, a dependencias
del MA, se procedió a la limpieza de los mismos, previo a la realización de los análisis
bioantropológicos para estimar cuestiones generales relativos a la biografía general del
individuo -sexo, edad, estatura, lateralidad, patologías, niveles de actividad física- (Rodriguez
Cuenca, 1994). La limpieza se realizó en seco, utilizando cepillos y estecas de madera. Una
vez finalizado, se procedió al remontaje, o proceso de unión de partes esqueletales que
hubieran sufrido fracturas o daños postmortem.
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Para el análisis bioantropológico de los restos, se tuvieron en cuenta los
procedimientos establecidos por Buikstra y Ubelaker (1994), y Rodriguez Cuenca (1994). Se
realizó un inventario bioantropológico, registrándose cada parte anatómica, su integridad y
estados de conservación, estimando a partir de su registro un número mínimo de un
individuo, estando presentes casi en su totalidad las piezas esqueletales, salvo la mano
derecha, parte de la izquierda, y algunas falanges del pie izquierdo (Figura 4).
Figura 4. A) Gráfico que representa las partes anatómicas presentes en el individuo
recuperado, b) inventario general
Posteriormente a los procesos de limpieza, remontado y conservación, se procedió a la
determinación del sexo, teniendo en cuenta las características morfológicas del cráneo y la
pelvis. En el caso del cráneo se consideraron seis rasgos que incluyen el desarrollo, tamaño y
robusticidad de la protuberancia externa del occipital, de los senos frontales, de la glabela,
de los procesos mastoideos, de los arcos supraorbitarios y la eminencia mentoniana
(Buiskstra y Ubelaker, 1994). Para el caso de la pelvis se registraron dimensiones de la
escotadura ciática mayor, el surco preauricular y la morfología de la región subpúbica, en el
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caso del sacro se consideraron la morfología y el tamaño. El examen de estos indicadores
permitió estimar el sexo del individuo como masculino.
Para la estimación de la edad, se consideraron los cambios en la sínfisis púbica, y la
morfología esternal de la cuarta costilla, según la propuesta de Krenzer (2006). Los métodos
descriptos permitieron estimar rangos relativamente acotados de edad: considerando la
sínfisis púbica, los rangos van de entre 25-26 años para el método de Todd (Fase 4), o entre
22-43 años según Suchey Brooks (Fase 3). Si consideramos la superficie esternal de la
costilla, el rango varía entre 24 y 32 años. Según las clasificaciones etarias propuestas por
Buikstra y Ubelaker (1994), se trataría de un adulto joven (20-35 años), con un promedio de
32.5± 10.5 años, al momento de su muerte.
A su vez, se realizaron estudios sobre patologías orales, los cuales han demostrado ser
una línea metodológica útil para discutir la importancia de los recursos en la dieta, salud y su
variabilidad temporal y espacial (Lukacs 1989), ya que ofrece un registro independiente y
complementario de otras evidencias arqueológicas. Siguiendo la clasificación de las
patologías dentales propuesta por Lukacs (1989) según su etiología primaria, la acumulación
de cálculo se considera una patología degenerativa, mientras que caries y abscesos son
patologías originadas partir de procesos infecciosos, y por último, las pérdidas dentales ante
mortem (PDAM) y las enfermedades periodontales se clasificarían dentro de la categoría de
patologías infecciosas y/o degenerativas, ya que su causa puede derivar de una infección
originada por caries y/o abscesos, así como también por un trauma o desgaste dental grave.
En este trabajo, se relevaron las siguientes patologías orales, siguiendo la propuesta de
Lukacs (1989) a) de origen infeccioso (Caries, Lesiones dentoalveolares, Pérdidas dentales
ante mortem), b) Patologías de origen degenerativo (Cálculos, Periodontitis), c) Indicadores
de estrés metabólico (Hipoplasias del esmalte (HED), e) Indicadores de estrés fisiológico, f)
Macrodesgaste dental (Grado de desgaste, Patrón de desgaste, Fracturas premortem).
En cuanto al análisis dentoalveolar, a pesar de las fracturas postmortem observadas en
el lado izquierdo, nos permitió registrar un avanzado desgaste dental en el maxilar superior,
especialmente en la dentición anterior, llegando a la exposición de la dentina (Figura 5). En
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lo que respecta a la dentición posterior, el desgaste es menor, observándose sin embargo un
granuloma periapical3 posiblemente relacionado al propio desgaste. No se registraron caries,
ni abscesos, como tampoco la presencia de enfermedad periodontal. El patrón de desgaste
observado es de tipo redondeado.
Figura 5. A. Vista lateral del cráneo y mandíbula. B. Vista palatina, obsérvese el
avanzado desgaste oclusal.
En lo que se refiere a la mandíbula, se registró desgaste dental moderado, sin
patologías de origen infeccioso como caries, lesiones periapicales o abscesos. En cambio se
observó la presencia de cálculo dental subgingival, ubicado en las raíces y en la sección
dental de unión del esmalte y la raíz, lo que denota la presencia de enfermedad periodontal
en la sección de la arcada bucal. El patrón de desgaste dental es oblicuo hacia lingual (Figura
6).
3 El granuloma periapical es una inflamación crónica, no supurativa con leves síntomas, generalmente asintomática. En la mayoría de los casos está relacionada con caries o avanzado desgaste dental que al dejar expuesto la camarapulpal permite quelas bacterias presentes en la boca penetren en dicha cavidad, derivándose en casos crónicos en granulomas o quistes periapicales. (Dias y Tayles, 1997; Hillson, 2001).
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Figura 6. Vista oclusal y vestibular. Obsérvese desgaste oblicuo hacia lingual en dientes
anteriores y el cálculo dental presente.
El maxilar superior e inferior izquierdo presentan daño postmortem, con fracturas
longitudinales en piezas dentales, posiblemente debido a su exposición.
Posteriormente, se relevaron marcadores de cambios degenerativos de las
articulaciones. En la columna vertebral se consideró la presencia de osteofitosis, porosidad y
nódulos de Schmorl en bordes y caras de cada cuerpo vertebral; mientras que en el
esqueleto apendicular se consideraron los indicadores de osteofitosis, porosidad y
eburnación, en las superficies articulares y los rebordes óseos de las articulaciones de
hombro, codo, muñeca, cadera, rodilla, tobillo y primera metatarso-falángea. Por otra parte,
se relevaron cambios entesiales en las principales inserciones musculares del cráneo y el
esqueleto axial y apendicular, así como la presencia de extensiones articulares y facetas
extra. En conjunto, estos cambios óseos no sólo dan cuenta del estado de salud y
enfermedad de las poblaciones prehispánicas, sino también de sus niveles de actividad física,
lo cual nos permite acercarnos a la caracterización de los modos de vida de dichas
poblaciones (Fabra y Salega 2009; Salega 2011). Para el individuo en análisis, solamente se
observó la presencia de osteofitosis leve en los márgenes de las vértebras torácicas 8 a 11, y
lumbares 4 y 5. No se registró, al menos macroscópicamente, ninguna alteración
morfológica que pudiera corresponderse con una lesión de origen patológico. Tampoco se
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observó modificación intencional de la bóveda craneana, compatible con deformaciones
artificiales del cráneo presentes en otros individuos de esta región.
Por otro lado, para la estimación de estatura de restos óseos fragmentados, se utilizó
el método y los criterios establecidos por Steel y Mckern (1969) y se aplicará el método de
Trotter y Gleser (1958) para estimar la talla total en base a la longitud máxima de fémur y
tibia. Se midieron las longitudes máximas del fémur derecho, y tibias izquierda y derecha, así
como húmeros derecho e izquierdo, pudiendo estimarse una estatura mínima de 161.61 cm.
y máxima de 167.01 cm., con un promedio de 163.03 cm.
Con respecto a la estimación de la lateralidad, o lado dominante, la mayor longitud del
húmero derecho lleva a suponer un mayor uso de ese lado. Sin embargo, la profundidad y el
grado de desgaste de la fosa glenoidea esmayor del lado izquierdo, por lo cual nos faltan
más elementos diagnósticos para realizar una estimación definitiva.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los trabajos de rescate arqueológico realizados en este sitio permitieron la correcta
recuperación de restos óseos humanos pertenecientes a un individuo adulto, de sexo
masculino, y edad adulta, posiblemente de entre 22 y 43 años al momento de su muerte.
El análisis dental nos permitió observar un elevado desgaste en el maxilar superior
relacionado a un patrón de tipo redondeado, mayormente en la dentición anterior. Por otra
parte, se registra en la mandíbula un patrón oblicuo hacia bucal, los cual podría estar
relacionado con el consumo de una dieta basada en alimentos fibrosos y duros. Sin embargo,
la presencia de mayor variabilidad en toda la arcada dental, particularmente de desgaste
redondeado en la dentición anterior sumado a la mayor incidencia de forma oblicua en la
dentición anterior inferior, podrían estar indicando prácticas no relacionadas de manera
directa con la ingesta de alimentos, su procesamiento, o incluso el masticado de los recursos
vegetales (Turner y Machado 1983).
La ausencia de caries podría relacionarse con la presencia de desgaste dental, el cual
afecta la morfología de las piezas borrando los surcos típicos de molares y premolares. Así, el
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efecto constante del desgaste impediría que se depositen bacterias en estas superficies. Sin
embargo se registró la presencia de cálculo dental4, lo cual podría estar sugiriendo en primer
lugar, la ausencia de higiene bucal y segundo término, el tipo de alimentos consumidos. Tal
presencia de cálculo dental está documentado en dietas ricas en carbohidratos y almidones,
donde la presencia de bacterias fermentan los azúcares y aminoácidos para producir
energía, particularmente la presencia de sacarosa (Hillson, 1986).
Finalmente la ausencia de indicadores inespecíficos de estrés, particularmente de
Hipoplasias del esmalte dental, nos sugiere que este individuo no habría sufrido eventos de
estrés graves o prolongados durante su niñez –nutricionales, de salud, etc.- que hubieran
incidido en la dentición.
Con respecto a los cambios degenerativos de las articulaciones, el individuo presenta
el desarrollo de osteofitos en la parte baja de la columna vertebral, en un grado leve. Esto se
encuentra en línea con los resultados obtenidos para la región para los individuos adultos
jóvenes (Salega y Fabra 2013). En efecto, junto con la actividad física, la edad es un factor
desencadenante tanto de los cambios degenerativos como entesiales, por lo tanto es
esperable en líneas generales, que los individuos jóvenes no muestren un desarrollo
marcado de estos indicadores.
Respecto a modificaciones culturales, no presenta deformación plástica en la bóveda
craneal, práctica relativamente frecuente en poblaciones de diversas regiones de Argentina.
Si bien no se encontraron materiales asociados que pudieran haber pertenecido a un
ajuar ofrecido durante el proceso de enterramiento, es común en esta región la ausencia de
restos materiales vinculados a enterratorios. La modalidad de entierro (primaria individual,
decúbito dorsal, con miembros superiores flexionados, e inferiores hiperflexionados) ha sido
detectada previamente en la región, en el sitio El Diquecito, habiendo sido datado el
individuo en 698 ± 42 años 14C AP (individuo A, Fabra et al. 2008), por lo cual podemos
suponer cierta contemporaneidad entre ambos entierros, en función de estas similitudes.
4El cálculo dental es definido como la mineralización de los depósitos de placa adheridos a la superficie del esmalte. El cálculo está compuesto en un 80% por sustancias inorgánicas, entre ellas sales cristalizadas. En cuanto a las sustancias orgánicas, se componen de proteínas, carbohidratos y lípidos (Scheie, 1989).
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AGRADECIMIENTOS
Los restos fueron exhumados por el equipo coordinado por la Biól. Aldana Tavarone y
los estudiantes de la carrera Licenciatura en Antropología (FFyH, UNC) Darío Ramírez,
Paloma Zárate y Julieta Bellis. Se agradece muy especialmente al Mgter. Carlos Ferreyra,
Director del Museo Histórico Municipal de La Para y a José Luis Giraudo, voluntario de dicho
museo, por su colaboración en los trabajos de campo. Los análisis bioarqueológicos se
enmarcan en el proyecto Estudios bioarqueológicos en poblaciones de la región central de
Argentina (PICT 2013-2028), dirigido por la Dra. Mariana Fabra.
BIBLIOGRAFÍA
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Publicaciones de la Secretaria de Ciencia y Tecnología, FFyH, UNC. ISBN 978-950-33-
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FABRA, M., y A. GINARTE 2009. Protocolo de hallazgo, recuperación y análisis de
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MAR CHIQUITA: APROXIMACIONES HACIA EL PROCESO DE
FORMACIÓN DEL SITIO “EL CAMPING”.
BARRIONUEVO, María Dolores y SPÁNGARO, Micaela Soledad
Introducción
La laguna de Mar Chiquita es la más grande de Argentina (y solo inferior en extensión al lago
Titicaca de Sudamérica); está situado en el centro del país, en lat. 30º45’ S y de largo 62º30’ W, en
la llanura pampeana (Iriondo, 1989a).
Foto satelital año 2015
Ubicada en una fosa tectónica; depresión que incluye el sector entre el pie de monte de las
montañas del norte de Córdoba (Sierras Pampeanas) y el bloque levantado de Altos del Chipion; y al
este con forma pentagonal, asociado con la falla Tostado-Selva ,Pleistoceno medio(Iriondo, 1989b).
Es, por lo tanto, un lago del Cuaternario.
Hacia el sur, está alimentada por el Río Dulce, el Rio Primero y el Segundo.
Constituye un ecosistema en si misma debido a sus características particulares, pertenecientes
al sector meridional de la Región Chaqueña, que se la puede describir de la siguiente manera:
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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“En las partes más deprimidas de la cuenca con relieve cóncavo y de drenaje lento, el suelo
tiene un alto contenido salino y sustenta una vegetación arbustiva estrictamente halófila. Esta se
ubica principalmente en la costa noreste de la laguna y en la desembocadura de los ríos subsidiarios
(…).Las especies constituyentes se ubican dentro del grupo de las hemicriptófitas y nanofanerófitas
suculentas y forman los típicos “jumelas de saladillo”. (Miatello, R, 1997).
Debido a las cambiantes de la costa de la laguna, este territorio se encuentra bajo el agua
actualmente.
Al norte limitan los ejemplares de alto porte aumentan formando bosquecillos de “quebracho
blanco”, “mistol” y “algarrobo”, con aspecto de “parque”. Mientras que en la parte sur, la
disminución de la salinidad, permite la aparición de otras especies arbóreas, como se observan en el
lugar denominado El Mistolar e Isla Grande.
Además, las áreas más alejadas de la laguna, han sido utilizadas para el cultivo.
Un componente que cubre la mayor parte de la región, es la denominada caliza tosca, de
deposición superficial. Compuesta por diversos lechos de caliza y diversos magras.
Otra pieza constituyente de este ecosistema, lo integran principalmente la avifauna, con más
de 350 especies aproximadamente, entre las que se destacan; flamencos, garzas, gallateras, loros y
aves migratorias como el halcón peregrino, entre otras.
Otras especies que ocupan el área son especies silvestres como el guara guazú, puma,
pecaríes, etc.
Sin embargo, esta región no siempre ha presentado el panorama actual, sino que es el
resultado de un proceso biogeográficamente evolutivo.
En los últimos cien mil años ha sufrido una serie de interesantes cambios:
Durante el último interglacial (aproximadamente 100.000/149.000 AP) la
laguna probablemente no existía. El Rio Dulce corría hacia el sur dentro de una faja fluvial y
desembocaba en el Carcarañá.
En el Estadio Isotópico 4 (entre 100.000/65.000 AP) la depresión estaba seca
y formaba parte del sistema eólico pampeano.
Entre 65.000 y 36.000 AP el clima fue húmedo y subhúmedo. La laguna era
mayor que la actual. El Rio Segundo depositó sedimentos fluviales y formó un abanico fluvial
en el sur de la laguna.
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Entre 36.000 y 8500 AP la laguna se secó nuevamente bajo un clima árido.
Toda la llanura cordobesa fue cubierta por loess.
Desde 8.500 hasta 3500 AP el clima fue más cálido y húmedo que el actual, en
la laguna, de mayor tamaño y profundidad que hoy en día, se depositaron sedimentos
orgánicos negros.
Oscilaciones posteriores transformaron a la Mar Chiquita en un barreal en la
época colonial (en el camino entre Santa Fe y Santiago del Estero la atravesaba al medio).
La laguna que aparece en los mapas existió desde el siglo pasado hasta
aproximadamente 1975/1980. En los últimos 20 años ha establecido un nuevo nivel de
equilibrio, con el triple de la superficie (6000 km2) y mayor profundidad.(E. Tarbuck, F.
Lutgens, 2005)
Las aguas de Mar Chiquita son actualmente fuertemente salinas (cloruro-sulfato de sodio;
Martínez, 1991), y tienen una oscilación histórica desde una condición hipersalina extrema (> 100
g/L) en los períodos de aguas bajas, hasta una condición mesosalina (20-50 g/L), a partir de la gran
crecida que comienza en la década de 1980.
FECHA NIVEL
(msnm)
SALINIDAD
(gramos/litro)
29/12/2013 67.23 80
20/01/2014 67.21 81
02/04/2014 67.60 70
03/03/2015 68.35
05/09/2015 55 51
Datos suministrados por el Museo Fotográfico “Dante Marchetti” de Miramar.
Los microfósiles en los sedimentos sugieren que el lago originalmente había contenido agua
dulce, tesis expuesta a partir de estudios de diferentes investigadores, Bertoldi de Pomar,( 1952),
Frank (1912), Stappenbeck (1926) y Kanter (1935) quienes consideraron que la fuente principal de
estas sales provenían de las Salinas Grandes (Grandes Marismas), desde donde eran arrastradas por
las aguas del río Saladillo, que constituye la rama occidental del río Dulce.
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Las corrientes procedentes de las Sierras pampeanas, habrían contribuido a aumentar los
niveles de sal.
En la actualidad, la zona tiene un clima subtropical húmedo, con una temperatura anual
promedio de 19ºC. Las precipitaciones anuales alcanzan los 1045 mm.
La vegetación dominante corresponde a la Provincia Espinal del Dominio Chaqueño (Cabrera,
1973), que comprende escaso bosque / pastizal, donde crece una vegetación halófila. Los suelos
dominantes alrededor de la laguna son salina-alcalina y sódico-alcalino complejos.
Antecedentes
Los estudios en la zona de Mar Chiquita fueron en su mayoría de carácter geográfico. Entre
ellos se encuentran las publicaciones de Frenguelli y De Aparicio (1932), Kanter (1935), Bertoldi de
Pomar (1952) y Vázquez (1979).
Posteriormente se sucedieron una serie de estudios de carácter geológico sobre la
geomorfología y el Cuaternario (Kröhling , 1993; Kröhling eIriondo,1995) y un esquema
paleoclimático de carácter general para la zona que se encuentra en Iriondo y Garcia (1994) y los
trabajos realizados por Piovano (2002, 2004 a y 2004 b; 2005) que han permitido una reconstrucción
climática hasta los 13.000 AP.
Respecto a las investigaciones arqueológicas, la región ha sido objeto de una serie de trabajos
realizados e impulsados por el Museo Histórico Municipal de La Para y la Universidad Nacional de
Córdoba. Entre sus antecedentes, se encuentran los trabajos precursores de Frenguelli y Aparicio
(1932); Frenguelli (1945); Serrano (1945), Oliva (1947),Montes (1956, 1960); Hierling (1984); Carlos
Ceruti (1992) y Berberián (1995).
Durante las últimas dos décadas, los trabajos realizados por Marta Bonofiglio (2004a, 2004b,
2007; 2009; 2010; 2013); han permitido refutar antiguos preconceptos de la región vinculados con el
nivel cultural de los grupos de la región. Al respecto resultan muy claros algunos de los planteos más
influyentes:
“(…) Poblaciones con escaso nivel tecnológico y estilos de vida
muy simples, generalmente asociados al normandismo o a
incursiones temporales, negándose la posibilidad de establecimientos
fijos y la de una evolución cultural.”
(Frenguelli y Aparicio 1932; Serrano, 1945).
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En este trabajo, nos propondremos hacer un aporte al conocimiento arqueológico de esta
región; a través del estudio del sitio “El Camping”. El análisis inicial del sitio, nos permitirá vislumbrar
los problemas que presenta la región (por los agentes naturales y humanos) y como afecta en la
distribución y deposición posterior del material arqueológico; como así también la interpretación del
registro.
1-SITIO “EL CAMPING”
Uno de los accidentes geográficos más notable de la llanura oriental, es la Mar Chiquita,
localizada en el ángulo N.E, de la provincia, inmenso espejo de aguas salubres de 68 m.s.n.m., que
tiene una superficie aproximada de más de 200km2 y reúne una extensísima cuenca hídrica.
El sitio “El Camping”, (terrenos perteneciente al Sr. Tomassini) se encuentra bajo la jurisdicción
del pueblo de la Para (que está ubicado a 13km de distancia al sur de la laguna). El sitio se emplaza
dentro de la denominada Laguna o lagunilla del Plata, que en realidad es una bahía de Mar Chiquita,
conectada con esta mediante un estrecho.
Mapa D.M. Kro¬hling, M. Iriondo /Quaternary International (1999)
En lo referente a las características físicas y geográficas de esta región, podemos mencionar
que:
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“(…) El cinturón litoral ESE de la Lagunilla tiene una pendiente empinada y sin escarpes, en la
que están presentes los barrancos localmente. El margen de SSW de la misma está formado por una
escarpa que aumenta en altura desde el sureste hasta convertirse en un alto acantilado de 4 m,
cortado por barrancos. Hacia el norte, disminuye gradualmente para convertirse en una costa baja
junto a la boca del Río Primero.
La plataforma de abrasión está presente localmente, con una pendiente moderada y ancho
variable ( 30 m), cubierto por sedimentos de talud y de arena.
La costa sur-occidental del lago Mar Chiquita, cerca de la desembocadura del río Primero, es un
erosionado campo de dunas, afectado por acción de las olas. El paisaje es dominado por colinas 10-20
m de altura y 500 m de longitud”. (Krohling e Iriondo, 1999)
Dos elementos que forman parte del paisaje a nivel estratigráfico entre los 53-0m, son por una
parte, los limos y limos calcáreos (tosca) de color pardo que se observan como una sucesión decapas
de loess, intercaladas con varios suelos enterrados. Y por otro lado, la formación de un microrelieve
cubierto por una costra salina.
Los agentes más importantes de la morfo-dinámica son las olas y los cambios producidos por
las variaciones del nivel del agua. Como producto de las fluctuaciones de los ciclos húmedos, se
generaron procesos de retrocesos y expansión por de los cuales se generaron los diferentes niveles
de la costa.
Imagen satelital. La Voz del Interior
En este sentido, como resultado del último caudal de lluvia acaecido durante el mes de marzo
de 2015, se produjo un avance importante de las dimensiones de la laguna, modificando el paisaje
que se prospectó en el mes de febrero.
Otro factor,- que influye en la formación del sitio,- es la acción humana, ya que se trata de una
zona de turismo frecuentemente transitada, principalmente en la temporada de verano. En este
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28
sentido, son numerosas las prácticas que generan un alto impacto en la zona como: los trabajos de
remodelaciones realizadas en las playas para comodidad del turista, su circulación (por ejemplo el
uso de cuadriciclo); entre otros.
“(…) Los cambios descriptos, han afectado de distintas maneras a los
depósitos arqueológicos y por lo tanto al conocimiento del pasado
prehistórico. Pensamos que nuestra percepción del pasado está
directamente relacionada con el estado de preservación del registro
material o arqueológico, según las pautas de formación implicadas,
existiendo un ruido (un problema a resolver) en dicho registro que debe ser
extraído antes de su interpretación en términos de conducta humana”.
(Bonofiglio, 2004).
2-Metodología
La etapa inicial del trabajo consistió en la realización de tareas de prospección superficial, que
nos permitió desarrollar una fuente amplia de información a nivel regional, con el fin de investigar
posteriormente cuestiones más específicas, como el estudio de la cerámica proveniente de la región.
A partir de la delimitación del área a trabajar se desarrollaron dos tipos complementarios de
prospección superficial: el asistemático y el sistemático. “(…) El primero es el más sencillo e incluye el
recorrido a pie de cada zona del área (…), la exploración de la franja de terreno de la trayectoria de
cada prospector, la recogida o examen de los artefactos superficiales y el registro de su localización
junto con la de cualquier estructura del terreno.” (Renfrew;Bahn: 1993;72). En el segundo se emplea
“(…) un sistema de red o bien una serie de recorridos equidistantes. El área a estudiar se divide en
sectores y éstos se recorren sistemáticamente.” (Renfrew;Bahn: 1993;72). De esta manera fue posible
cubrir el área trabajada de forma reiterada debido a que el sitio puede variar de un mes a otro a
causa de los ciclos húmedos. Esta última metodología, permite una recolección de datos más fiable
que la primera opción, debido a que facilita la informatización de los datos en una fase posterior.
La primer instancia, llevada a cabo durante dos días, en los cuales en el “Día 1” se produjo la
prospección asistemática y mientras en el “Día 2” se desarrolló la prospección sistemática utilizando
como complemento el uso de la técnica de cuadricula “cerca A y B.”
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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3-Hallazgos
Para un mejor relevamiento, se pasó a dividir al sitio, en tres sectores.
En el sitio “El Camping “(Sitio A): se cubrió un total de 200m2 que fueron divididos en cortes
de 20m; cada uno de esos cortes se fueron recogiendo materiales, fundamentalmente, fragmentos
de cerámica y registrando la cantidad de los mismos.
Durante este PRIMER DIA, se recuperaron la siguiente cantidad de fragmentos:
Dia 1 Sitio A y B
“El Camping”
Punto A Punto B
“La Cerca”
Punto C
“Los hornitos”
Punto D
“Desc Rio Prim”
Cerámica
--
4
5
2
Otros
1
(lasca)
Nota: el cuadro recoge el material encontrado en el Sitio A y B El Camping, durante el PRIMER DIA
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Vista Sitio A-El Camping
SITIO B El Camping: partiendo desde el mismo punto de referencia, hacia la derecha se
recorrió los 100m divididos en cortes de 20m. A partir de allí se tomó registro del material que se
encontró; los mismos fueron divididos: A, B, C , D y E.
Vista sitio B-El Camping
Sitio C: “Sitio Tomassini”
N LATITUD 31° 4´ 39” LONGITUS 39° 6´38”
Se cubrieron 100 m2 y se llevó adelante la estrategia de cuadriculado para el registro de los
materiales superficiales. En este planteo se seleccionó la excavación de dos cuadrículas de 1m2 (por
la densidad de artefactos), entre las que mediaba una distancia de 50m.
CUADRICULA 1-A
N LATITUD 31° 4´16” LONGITUD 63° 6´36”
DE 1METRO X 1 METRO CON UNA PROFUNDIDAD DE 5CM; SE HALLARON RESTOS
OSEOS (una pieza dental de procedencia aparentemente humana, en estudio).
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CUADRICULA 1-B
N LATITUD 31° 4´17” LONGITUD 63° 6´ 38” DE 1 METRO X 1 METRO. SE ENCONTRARON RESTOS DE UN HORNITO.
Ambas cuadriculas, se encontraban a una distancia de 50m aproximadamente.
Los fragmentos que se encontraron, durante las tareas de prospección del SEGUNDO DIA,
arrojaron los siguientes datos:
Dia 2 Sitio
B el camping
P. A
P. B
P. C
P. D
P.E
Cerámica
3
--
64
--
--
Otros
--
--
--
--
--
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
32
4- Descripción de materiales.
4.1 Cerámica
Una primera aproximación a la ocupación del sitio, lo haremos a través del estudio de los
fragmentos de cerámica del conjunto recuperado dada la importancia cuantitativa de estos rasgos en
el registro superficial recuperado. Utilizaremos el término “fragmentos” ya que los mismos pueden
pertenecer a una misma pieza/ tiesto; pero que se dispersó por la acción de la mar, sus fluctuaciones
y otros factores. A simple vista nos vemos inmersas en la problemática de no poder trabajar con
piezas completas que nos permita establecer ya sea su diseño general, sus características estilísticas,
sus funciones y correspondientes usos; es decir variables que nos permitan fijar una correlación
entre forma-función.
Sus componentes y partes serán descriptos a partir de sus aspectos formales, sus variantes
tecnológicas y estilísticas. Se considera a través de la observación macroscópica o a simple vista, los
siguientes elementos:
1) Las particulares exteriores: color, decoraciones (impresiones como por
ejemplo: redes o cestas, incisos, etc.).
2) Los componentes de la pasta: antiplástico y tipos de cocción.
Analizaremos los fragmentos recuperados mediante prospección superficial y prospección con
cuadricula.
4.1.2 Contenedores
Según Rice, “las propiedades físicas son aquellas que proveen evidencia de la manufactura,
como las imperfecciones de la superficie, las características del núcleo y la estimación de la
temperatura de cocción, y aquellas que caracterizan la capacidad funcional de la pieza terminada”.
(Rice, 1987)
4.1.3 Manufactura
Podemos observar cómo se usaron técnicas de modelado y moldeado (moldes de cestas). El
tratamiento de la superficie puede ser alisado, pulido o pintado. (Bonofiglio, 2009)
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
33
TOSCA
PINTADA
PULIDA
Cantidad
45
2
---
4.1.4 Formas
La elaboración de la forma se efectúa a partir de una porción de masa, en este caso de arcilla,
utilizando un molde que se recubre de pasta (se utilizaba a veces las cestas con tal fin).
Una gran cantidad de fragmentos, son de pequeño tamaño (2cm), imposibilitando de
remontar las vasijas y definir formas; este es uno de los problemas a encarar. Además, contamos con
escasos bordes de tamaño que nos impide determinar ancho de boca y forma.
Un ejemplo de ello se puede observar en el fragmento 038, que por su tamaño es difícil la
asociación con otros fragmentos que pudiesen llegar a constituir una misma pieza de cerámica.
Pieza 038
Sin embargo, se podría hacer algunas inferencias, teniendo en cuenta piezas con
características similares halladas en sitios de la región.
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
34
Como en el caso de un fragmente de base, que contiene un orificio, se puede inferir que se
trata de una olla (Bonofiglio, 2010) a partir de la comparación con piezas registradas en el sitio Loma
Alta (sudoeste de la laguna).
“(…) Otras ollas, además de las características estructurales
mencionadas, aportan elementos como orificios, círculos
perfectamente logrados. En algunos casos, bajo el asa, en otros en el
cuerpo de la vasija, en otros, en la base. (…) En algunos casos, como
los agujeros en la base, está claro que pudieron usarse como colador,
para permitir la pérdida de líquidos; tal vez sirvieran para escurrir
grasas en otro tipo de cocciones.”
(Tomado de Bonofiglio, 2010)
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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Ilustración de las piezas encontradas en el sitio Loma Alta. (M. Bonofiglio)
4.1.5 Decoración
Las técnicas de decoración son variadas. Constituyen modalidades hasta ahora no reconocidas
en la zona; a la vez que comparte similitudes con otras regiones vecinas, aun haciendo la salvedad de
que lo percibimos como manifestaciones de origen local. (M. Bonofiglio, 2009)
4.1.5.1
Vamos a considerar diferentes tipos de incisiones.
a- Líneas
Líneas rectas:
Horizontales, paralelas entre sí.
Horizontales, oblicuas
b- Surco rítmico: “(…) técnica decorativa de incisión que se efectúapor variación
regular de presión de un instrumento (generalmente una paletilla) en movimiento, sin
separar la pasta)”(NuñezRegueiro, 1964)
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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Líneas rectas llenas con surcos
Pieza 028 con surco rítmico.
4.1.5.2 Impresiones de redes y cestas
A partir de los fragmentos que hemos analizado, un 20% aproximadamente poseen
impresiones de redes y cestas; siendo incluso más numerosas que los fragmentos con decoración
que es de un 5%.
Este dato, nos ayuda a reafirmar que esta era una técnica muy usada en esta zona, ya que no
solo por el número que conforman el registro, sino también por la variabilidad en su técnica.
5 Segunda etapa
Nuestro proyecto continuó en diciembre de 2015, con una nueva etapa de prospección,
recolección superficial y excavación en el sitio “El Camping”.
5.1 Procedimiento
A partir de LA prospección superficial que se llevó acabo, se utilizó el método asistemático;
trabajándose en una primera etapa en el Sitio Barrancas 1 (Lat 30º 93’ 46’’ / Long 62º 89’ 07’’ / Alt
79) y el dominado Sitio C Tomassini (Lat 31º 4’ 39’’ / Long 39º 6’ 38``/ Alt 79m)
A unos 200m de la cuadrícula 1-B, trabajada a nivel superficial en la etapa anterior, el
integrante del Museo La Para y guía faunístico José Luis Giraudo, encontró restos humanos óseos
semi-enterrados y se procedió a su recuperación.
En este sitio se plateó una cuadrícula de 2m2
Realizándose posteriormente la correspondiente denuncia en la comisaria de La Para y Museo
de Antropología UNC (Programa de Arqueología Pública) y policía judicial.
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5.2 Resultados
En el primer sitio “Barranca 1”, se encontró a nivel estratigráfico de la misma, restos fósiles
expuestos de la familia glyptodontidae, Gray, 1869 (sin clasificar), realizándose una excavación
asistemática a fines de su recuperación.
Sitio Barrancas 1
En el Sitio Tomassini, se recolectaron una variabilidad de fragmentos de cerámica.
Con
decoración
Sin
decoración
Total
Cantidad
9
61
70
En base al análisis de la decoración de los fragmentos decorados, se destaca la variabilidad de
decoración perteneciente a:
A- Líneas
Líneas rectas:
Horizontales, paralelas entre sí.
B- Surco rítmico
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Punteado
Las impresiones de redes y cestas continúan representando una constante en la cerámica de
esta región, igual que su variabilidad de confección.
Cerámica con impresión de red
Cerámica con impresión de red
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Teniendo en cuenta el tratamiento de la superficie, obtuvimos los siguientes datos:
TOSCA
PINTADA
PULIDA
Cantidad
54
3
13
En la cuadricula realizada, se encontró un enterratorio primario, decúbito dorsal; en posición
fetal.
Sitio Tomassini
Conclusiones
A partir de los estudios realizados en estas primeras aproximaciones al sitio “El Camping”,
hemos podido documentar de qué manera la laguna es uno de los principales motores de cambio en
la región, dado que sus crecidas y retrocesos, influye en el arrastre del material hacia la playa y
también la posterior desaparición de muchos sitios. Este comportamiento de la mar, nos obliga a una
estrategia constante de recolección y rescate de los materiales, ya que es probable que en la próxima
campaña arqueológica no podamos identificar el sitio.
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Otro factor importante que afecta la preservación de los sitios, es la acción humana, ya que es
una zona de turismo muy transitada, donde fundamentalmente los cuadriciclo han tenido un fuerte
impacto, tal como lo constatamos en diciembre de 2015 ya que el hornito y parte del enterratorio
encontrados en febreros, fueron parcialmente destruidos por uno de estos vehículos.
Las construcciones efectuadas por privados y por el municipio para la comodidad y recreación
de los turistas, a su vez complementan las variaciones humanas que se realiza en la región,
condicionando los sitios y la conservación de los restos arqueológicos tanto a nivel superficial como
aquellos que aún no se han descubierto.
Todas las situaciones naturales y antrópicas mencionadas condicionan negativamente el
estudio de los pueblos prehispánicos que habitaron la región en épocas tempranas.
Aún es muy pronto para poder realizar conclusiones sobre este sitio, pero las pruebas hasta
ahora, sumando los anteriores trabajos que se han ido realizando, nos permiten ver las particulares
distintivas del movimiento poblacional que pudo haber seguido una línea de ocupación desde el
Amazona y del Paraná, más que de Sierras Centrales.
En lo que respecta a la línea del Paraná medio (Entre Ríos), podemos tomar como modelo
comparativo el Sitio Palmera 2, estudiado por Flavia Ottalagano; en el que describe la cerámica local
como: “(…)la aplicación de técnicas decorativas que son muy frecuentes en el área, tales como
incisión de línea y de punto, surco rítmico, pintura y modelado zoomorfo.” (Ottalagano, 2014, p70).
Donde podemos apreciar claramente estas similitudes que se corresponden entre las regiones.
En cuanto, a Sierras Centrales, la gran diferencia radica, en realidad, en las improntas de redes
y cestas, la técnica de confección dominante presentes en esta región de llanura; ya que en el caso
serrano es por enrrollado. Las pulidas también constituyen un tratamiento de la superficie utilizado
en las sierras.
Sin embargo, este trabajo, no está orientado a comparar las líneas de influencias o de
distinción en la cerámica, por eso no se profundiza dicha temática.
Pero si podemos llevar a cabo primeras aproximaciones para la construcción del sitio El
Camping, integrándose a las variables ya estudiadas, (las impresiones de cesta o red similares,
porcentajes y tipo de decoración, etc.) entendiendo a la región de la Mar Chiquita en un todo
dinámico.
“La ciencia arqueológica es rica en hazañas donde se
emparejan un gran espíritu de aventura y la paciencia de un estudio
ímprobo; es una gran empresa romántica realizada con gran
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modestia espiritual, en la cual nos hundimos en la profundidad de
todas las épocas y recorremos toda la amplitud de la Tierra”.
(Ceram, C. W “ Dioses, tumbas y sabios”. 1986)
Bibliografía
Bonofiglio M, 2004, “Cosme, un sitio en el piedemonte (riberas del rio Xanaes)” en Tercera Jornadas de Arqueología Histórica y de Contacto del centro oeste de la Argentina y Seminario de etnohistoria. Cuarta Jornada de Arqueología y Etnohistoria del centro oeste del país. Volumen II. Universidad Nacional de Rio Cuarto.
Bonofiglio M, 2009. “Arqueología de la zona lacustre de Córdoba (N.E). Un contexto para armar”. En Las sociedades de los paisajes áridos y semiáridos del centro-oeste argentino. Capítulo 1: Las sociedades mediterráneas del centro-oeste argentino. Universidad Nacional de Río Cuarto.
Bonofiglio M, “Fuentes y ollas…. Cocinas y cocineros en la loma alta”. En Revista Memorias del pueblo. Museo La Para.
Bonofiglio M, “Estudios iniciales en la cuenca baja de los ríos Suquia y Xanaes”. En Revista Memoria del pueblo. Museo La Para.
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Bucher E y Bucher A, “capítulo 5: Limnología física y química”. En Academia Nacional de ciencias, Córdoba, Argentina.
Forasiepi, A, Martinelli, A y Blanco, J. “Bestiario Fósil. Mamíferos del Pleistoceno de la Argentina”. Editorial Albastros. 2007
Miatello, Roberto,1997 “GeografiaFisica de la Provincia de Córdoba”. Capitulo IV: Aguas Editorial Boldt.
Ottalagano, Flavia,Brancatelli, Carolina, Darigo, Mariano, Iannelli Luciay Pereyra, Belén, “Gestos técnicos, morfología y rastros de uso en la alfarería prehispánica del sitio La Palmera 2 (Provincia de Entre Ríos)” en Anuario de Arquelogía, Rosario, 2015.
Piovano E, Ariztegui D, Córdoba F ,Cioccale M, y Sylvestre F, Capítulo 14 “La variabilidad hidrológica en América del Sur por debajo del Trópico de Capricornio (La Pampa y de la Patagonia, Argentina) durante los últimos 13,0 Ka”.
PiovanoE ,Ariztegui D y Damato Moreira S, 2002. “Recientes cambios ambientales en la Laguna Mar Chiquita (central de Argentina): un modelo sedimentario de un lago salino altamente variable”.
Tarbuck .E, Lutgens F, 2005 “Ciencias de la Tierra” Perason Educacion S.A.
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LA ERA DE HIELO… SIN HIELO
El acceso al conocimiento del Pleistoceno a través
e un parque temático en La Para
(Región de Ansenuza-Provincia de Córdoba)
Por Carlos Alfredo Ferreyra Bertone5
INTRODUCCIÓN:
El lograr que el público acceda al conocimiento de períodos complejos de nuestra
historia ambiental, es algo fácil solo si se hace desde la simplificación y el reduccionismo.
Desde los museos y otros centros de ciencias debemos evitar caer en la tentación de
los estereotipos inmóviles y perennes que sólo llevan a una mercantilización icónica de
ciertos aspectos científicos por demás complejos y sumamente importantes.
Por ello, en el Museo Histórico Municipal “La Para”, dependiente de la Municipalidad
de La Para (Córdoba), buscamos acercar a nuestra comunidad, a los turistas, a los visitantes,
a los alumnos y a los curiosos en general, al conocimiento de un período geológico
fundamental para comprender nuestro presente y para dimensionar el impacto de las
acciones del ser humano sobre el planeta: el Pleistoceno, que es el período inmediatamente
anterior al que estamos viviendo ahora, llamado Holoceno.
La Para es una localidad de menos de 5000 habitantes, enclavada en el NE de la
Provincia de Córdoba, en la llamada Región de Ansenuza, entre los Departamentos Río
Primero y San Justo.
El proyecto del PARQUE PLEISTOCÉNICO de La Para busca difundir la historia geológica
de la región de Ansenuza y de su mayor atractivo: la laguna Mar Chiquita, el conocimiento
de su ambiente, su flora y su fauna, la evolución de las mismas y el impacto que trajo el
cambio climático y la llegada del hombre.
Este proyecto tiene su origen en una situación muy peculiar: luego del estreno de la
película “La Era de Hielo” en julio de 2002 y de sus sucesivas sagas, las instituciones
5 Director del Museo Histórico Municipal “La Para”, Córdoba.
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educativas de la región y los turistas que visitaban nuestro museo llegaban constantemente
con dudas, consultas y preguntas referidas a ese período geológico.
Las consultas eran y son tan frecuentes que la Dirección del museo debió buscar y
acumular bibliografía e información para proporcionar a los consultantes, por lo que el
personal del Museo debió también informarse sobre la historia geológica a en general y
sobre el Pleistoceno en particular. Tratándose de un museo histórico que sólo relataba la
historia de los últimos 1000 o 2000 años de La Para, esto significaba un esfuerzo muy
importante que la institución fue subsanando lentamente.
En el año 2007, el Museo de La Para ya contaba con suficiente información sobre
geología, paleontología y ambiente, y estaba trabajando en varios proyectos arqueológicos y
antropológicos que ayudaron a profundizar la matriz temporal del guion museológico, con
investigaciones y publicaciones de científicos argentinos quienes, trabajando con nuestras
colecciones y en nuestra región, realizaron importantes aportes a la antropología argentina6.
Por tal motivo, a partir de ese año, se transformó completamente el guion de la sala de
arqueología del museo, una nueva museografía y cartelería que hacía hincapié en la
6BONOFIGLIO, Marta: “Estudios iniciales en la cuenca baja de los ríos Suquía y Xanaes”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 4, N° 4, Septiembre 2004, pp. 23-44; BONOFIGLIO, Marta: Nuestros remotos antepasados ribereños, Cuadernillo Didáctico, Municipalidad de La Para, 2007 y 2012; GARCÍA, Angelina: “Historia evolutiva de las poblaciones originarias del actual territorio de la provincia de Córdoba”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 6, N° 5/6, Septiembre 2006, pp. 43-48; FABRA, Mariana: “El poblamiento originario de la región austral de las sierras pampeanas. Estado actual y nuevas perspectivas”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 6, N° 5/6, Septiembre 2006, pp. 49-57; PAUTASSI, Eduardo: “Tecnología de proyectiles y uso del espacio en la porción austral de las sierras pampeanas, durante el holoceno temprano”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 7, N° 7, Septiembre 2007, pp. 43-48; DEMARCHI, Darío: “Informe de los resultados del muestreo de ADN mitocondrial a pobladores de La Para”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 7, N° 7, Septiembre 2007, pp. 49; FABRA, Mariana et al.: “Arqueología de rescate en la costa sur de la laguna Mar Chiquita: sitio arqueológico ‘El Diquecito’”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 8, N° 8, Diciembre 2008, pp.37-46; BONOFIGLIO, Marta: “Fuentes y ollas: cocinas y cocineros en la Loma Alta”; en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 10, N° 9/10, Diciembre 2010, pp. 9-19; FERREYRA, Carlos Alfredo (Coord.): Arqueología del Mar de Ansenuza: actualización y nuevas investigaciones, Municipalidad de La Para, 2009-2013, http://www.museodelapara.gob.ar/PDF%20MUSEO/LIBRO%20DE%20ARQUEOLOGIA.pdf; GORDILLO, Sandra y FABRA, Mariana: “El uso de almejas y caracoles por parte de poblaciones prehispánicas que habitaron el mar de Ansenuza en el norte cordobés”, en Memorias del Pueblo Digital: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” , año 1, Nº 1, Julio 2014, pp. 5-17; FABRA, Mariana: “Relaciones biológicas craneales entre poblaciones prehispánicas de la región central del territorio argentino y otras del Cono Sur sudamericano”, en Anales de Arqueología y Etnología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, 2008; FABRA, Mariana, SALEGA, Soledad y GONZÁLEZ, Claudina: “Comportamiento mortuorio en poblacionesprehispánicas de la región austral de las Sierras Pampeanas durante el Holoceno”, en Revista de Arqueología, Tomo 15, años 2008-2009, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires; FABRA, Mariana: “Patrones geográficos dediferenciación craneofacial entre poblaciones de la región central del poblaciones de la región central delpaís y otras de Argentina: aportes país y otras de Argentina: aportes desde la genética del paisaje”, Revista del Museo de Antropología, año 1, N°1, 2008, pp. 13-24.
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profundidad temporal de poblamiento humano en la zona y de la evolución paralela de la
Mar Chiquita y de las poblaciones que habitaron su ribera.
Ya en el año 2006 nuestro museo había sido parte activa de un gran proyecto científico
como fue la publicación por parte de la Academia Nacional de Ciencias de un voluminoso
libro con todo el conocimiento acumulado durante décadas sobre la Mar Chiquita, libro
coordinado por el biólogo Enrique Bucher7.
A partir de los años 2013 y 2014 el museo entró en una etapa de cambios que lo
llevaron a transformar totalmente su guion, circuito, montajes y gráficas, restaurando
completamente el edificio que lo contiene (la vieja estación ferroviaria de La Para)
embelleciendo su entorno y ampliando sus oficinas y reservas técnicas.
En el año 2015 el Intendente Municipal Carlos Martín Guzmán aprobó el proyecto
elevado por la Dirección del museo para la creación de un Parque Pleistocénico, en el mismo
predio del ferrocarril que se está transformando en un gran parque central de la localidad.
Para la recreación del ambiente pleistocénico se recurrió a los paleoartistas María de
los Ángeles Meza y Sebastián Pérez Parry, recientes egresados de museología de la
Universidad Nacional de La Rioja, quienes ya realizaron obras de megafauna y dinosaurios en
Trelew, Santa Clara del Mar, Talampaya y Sanagasta. Pero este también es un gran desafío
para estos artistas y museólogos ya que el de La Para será el primer parque pleistocénico del
país.
Macrauchenia en el Museo Municipal “Pachamama” de Santa Clara del Mar, obra de Pérez Parry y Meza
7 BUCHER, Enrique (Ed.): Bañados del Río Dulce y Laguna Mar Chiquita-Córdoba-Argentina, Academia Nacional de Ciencias, Córdoba, 2006.
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En septiembre de 2015 se inauguró la muestra “Grandes Bestias de Ansenuza” en el
Museo Histórico Municipal “La Para”, en ella los paleoartistas Meza y Pérez Parry exhibieron
5 (cinco) cabezas en tamaño real a manera de prólogo de lo que será el futuro parque.
En esta introducción tratamos de ubicar al lector en el contexto y en la historia de este
proyecto, el cual pasamos a desarrollar a continuación.
EL PLEISTOCENO:
El Pleistoceno es una época del período Cuaternario de la era Cenozoica, que comienza
hace unos 2.500.000 años y finaliza hace unos 10.000 años. La época que le continúa hasta
hoy es el Holoceno. Ambas épocas (Pleistoceno y Holoceno) son las dos partes en que se
divide el período Cuaternario.
El Pleistoceno abarca las últimas glaciaciones que ha habido en el mundo, generando
un clima templado frío y bastante seco.
La época comienza con la conexión de los subcontinentes de Norteamérica con
Sudamérica, cuando surge el istmo de Panamá y finaliza con la última glaciación. La
conexión entre los dos subcontinentes de América, fue un acontecimiento decisivo, ya que
alteró las pautas de circulación oceánica y atmosférica, afectando en especial a las corrientes
marinas.
Además, esta conexión entre las Américas generó lo que se conoce como Gran
Intercambio Biótico Americano, en el cual –gracias a la existencia del istmo de Panamá-
algunas especies del norte emigraron hacia el sur y viceversa, no obstante estas migraciones
y ocupación de nuevos y diversos nichos ecológicos, no pudieron evitar las extinciones
masiva de los grandes mamíferos americanos (de estas enormes bestias sólo quedaron
algunas especies de osos, renos y el bisonte norteamericano); los cambios climáticos de hace
10.000 años y la llegada de un depredador superior (el hombre) generaron una presión
intolerable para esas especies.
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LA MEGAFAUNA PAMPEANA:
Hace 10.000 años, lo que hoy es la llanura pampeana estaba poblada por grandes
mamíferos que ocuparon una planicie con arbustos y matorrales. El estudio de sus hábitos
de vida, de su morfología y de su adaptación ecológica son claves para entender la evolución
del clima, del ambiente y el impacto de esos fenómenos en los seres vivos de hoy en día.
Es por ello que se estudia e investiga a estas fascinantes especies, no sólo por
curiosidad o para saciar el apetito intelectual de los eruditos o de los aficionados, sino
fundamentalmente porque su estudio nos da pistas para entender el comportamiento de los
animales y la relación que se establece entre las plantas, los animales, su entorno y el clima;
este conocimiento (el paleoclima, la paleobiología, la biología evolutiva) es elemental para
comprender lo que hoy pasa con el clima y el medio ambiente en el mundo.
Durante el pleistoceno hubo numerosas especies animales que convivieron con las
actuales, de hecho muchas eran parientes desde el punto de vista filogenético y taxonómico,
conforman clados o taxones específicos y gracias a ellos podemos inferir por qué sus
parientes más pequeños sobrevivieron a la extinción del tardopleistoceno8.
Diplodocus, scelidoterium, macrauchenia y smilodon, por Ángeles Meza
8FORASIEPI, Ana y MARTINELLI, Agustín: Bestiario Fósil. Mamíferos del Pleistoceno de Argentina, Albatros, Buenos Aires, 2007.
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A los fines de este trabajo se nombran algunas de las especies o familias más
representativas de esta época en la región pampeano-chaqueña9:
9MUSEO DE LA PLATA: Grandes mamíferos sudamericanos del cuaternario, Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, 2013.
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Megaterium
Smilodon
Gliptodonte
Panoctus
Doedicurus
Sclerocaliptus
Neosclerocaliptus
Macrauchenia
Fororracos
Argentavis
Toxodon
Scelidoterium
Milodon
Morenelafus
Stegomastodon
Hipidion
Arctotherium
De todos estos, 8 (ocho) de ellos más una cría (total, 9 ejemplares) serán reproducidos
en el parque pleistocénico proyectado en La Para, ellos serán: megaterio, gliptodonte,
fororraco, esmilodonte, toxodonte, selidoterio, estegomastodonte y una macrauquenia con
su cría.
Toxodonte por Ángeles Meza
LA MAR CHIQUITA:
La Laguna Mar Chiquita es un enorme lago endorreico que destaca en el NE de la
Provincia de Córdoba, en el límite sur del chaco austral. Es el quinto lago salado más grande
del mundo y conforma junto a otras lagunas subsidiarias y los bañados del río Dulce un
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enorme humedal de casi 10.000km2 que se extiende entre las provincias de Santiago del
Estero, Santa Fe y Córdoba, aunque su cuenca integra también a las sierras Calchaquíes y a
los nevados del Aconquija en Tucumán.
Los humedales son fundamentales para el mantenimiento de los niveles hidrostáticos y
como retardadores de inundaciones y sequías. Por su riqueza natural y complejidad
biológica son estudiados y apreciados por muchos científicos que ven en ellos los mejores
reguladores del clima en extensas áreas10.
Esta enorme región, con una flora y fauna muy ricas, fue declarado Reserva Provincial
de Usos Múltiples en 1964, Sitio Ramsar en 2002, miembro de la Red Hemisférica de
Reservas para Aves Playeras en 2008, etc. Su importancia ambiental es trascendental y no
siempre el uso que se ha hecho de su cuenca y de sus riberas ha sido el correcto,
encontrándose numerosas zonas deterioradas o con disminución de la diversidad biológica.
La Mar Chiquita o Mar de Ansenuza es una cuenca endorreica (sin salida al mar) por lo
que el agua solo se pierde por evaporación, así es como durante miles de años fueron
quedando las sales minerales que hicieron de este espejo un lago salado.
Su origen geológico se remonta a por lo menos 30.000 años atrás, aunque nuevos
estudios retrotraen esa edad a 50.000 años.
Como toda cuenca endorreica tiene grandes oscilaciones de nivel. El nivel más bajo
conocido fue en 1891 cuando la laguna aparece con una superficie de unas 100.000
hectáreas. La mayor superficie se alcanzó en el año 2003: unas 700.000 hectáreas, pero con
muchas variaciones durante todo el siglo XX.
Nuestra laguna es un paraíso natural, pero que ha sido muy antropoformizado por la
actividad humana. Sin embargo hoy se cuentan más de 300 especies de aves de las cuales
casi la mitad son endémicas; hay además numerosas especies de reptiles, anfibios,
mamíferos, peces, insectos y flora típica de la región del chaco austral occidental.
De esta riqueza destacamos a las especies más representativas de este humedal: el
coipo o nutria criolla, las tres variedades de flamencos y los chorlos o chorlitos. No obstante,
10CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique: Los beneficios de los humedales de la Argentina: amenazas y propuestas de soluciones, Wetlands International, Buenos Aires, 1999; CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique, CASTRO, Gonzalo y DAVIDSON, Ian: Los Humedales de la Argentina. Clasificación, situación actual, conservación, legislación, Wetlands International, Secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, Buenos Aires, 1998.
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los íconos de nuestro mar interior son los flamencos que la habitan: el flamenco austral
(phoenicopterus chilensis), la parina grande (phoenicoparrus andinus) y la parina chica
(phoenicoparrus jamesi)
Sus aguas son excepcionales, tienen varias sales que la distinguen: cloruro de sodio,
sulfato de sodio, sulfato de calcio y sulfato de magnesio. En los períodos en que la Mar
Chiquita crece las poblaciones de pejerrey (odontesthes bonariensis) ocupan todo el mar
interior. En los ciclos donde la salinidad aumenta a niveles máximos, este pez sólo persiste
en las áreas próximas a la desembocadura de los ríos, donde la salinidad es menor, ocurre al
revés con la artemia franciscana (camarón de la sal); por lo que vemos que en este y otros
casos, dichas sales interactúan con la flora y la fauna de acuerdo a la variabilidad hídrica de
la laguna.
Mar Chiquita, nuestro Mar de Ansenuza, es un humedal excepcional que debemos
cuidar y utilizar con racionalidad: la naturaleza nos dio este regalo, desde hace décadas se
trabaja para cuidarlo para las futuras generaciones11.
Clásico mapa de la Mar Chiquita de 1924.
11FENOGLIO, Norma (Coord. Gral.): Noreste cordobés. Una región, sus recursos, EREM-NEC, Soluciones Gráfica, Córdoba, 2011.
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Tal como lo dicen Piovano, Zanor y Ariztegui12, la laguna Mar Chiquita es de origen
tectónico debido a levantamiento de la falla Tostado-Selva-Melincué en su costado este, lo
cual generó una depresión colectora de aguas fluviales. La falla se habría producido durante
el pleistoceno medio.
Por otro lado, muy cerca de La Para, a sólo 9 km, está la Lagunilla del Plata, una
conformación lacustre en la que la Municipalidad local ha instalado un Camping y Balneario y
que funciona como laguna de cercanía para los habitantes de La Para y para los turistas, ya
que se encuentra sobre la Ruta Provincial N° 17, lo cual la hace sumamente accesible.
Esta lagunilla es una formación hidrológica perteneciente al sistema endorreico de
Laguna Mar Chiquita.Formada por un levantamiento tectónico en su borde suroeste y sobre
los sedimentos del gran abanico aluvial del río Segundo, sufrió una erosión rápida que la
convirtió en una laguna de aguas bajas y salobres en la que desemboca el río Primero. En los
años de sequía es una lagunilla independiente del Mar de Ansenuza, en los años en que ésta
crece, se transforma en una bahía de la misma y en los ciclos intermedios ambos espejos de
agua quedan conectados por un estrecho canal.Su extensión promedio es de unos 20km
cuadrados y una profundidad máxima de 4mt., pero estos datos son muy variables ya que
depende mucho de los ciclos hidrológicos.
Finalmente, al sur y al este de La Para transcurre el cauce del río Primero o Suquía, el
cual nace en las sierras de Córdoba y luego de unos 200km de recorrido llega a la Lagunilla
del Plata. A su vera se conservan aún espesos montes y zonas inundables con vegetación
chaparrada y numerosas especies animales.
El contexto ambiental de nuestro pueblo, La Para, está muy vinculado pues a esos tres
elementos: la gran Laguna Mar Chiquita, la pequeña Lagunilla del Plata y el río Primero o
Suquía.
12PIOVANO, Eduardo, ZANOR, Gabriela, ARIZTEGUI, Daniel: “Historia geológica y registro climático”, en BUCHER, Enrique (Ed.): Bañados del Río Dulce y Laguna Mar Chiquita-Córdoba-Argentina, Academia Nacional de Ciencias, Córdoba, Argentina, 2006, pp.37-55.
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EL PARQUE PLEISTOCÉNICO DE LA PARA, UNA MANERA DE FACILITAR EL ACCESO AL
CONOCIMIENTO PALEOAMBIENTAL:
Difundir y facilitar el acceso a conocimientos complejos, en especial los referidos a
aspectos geológicos, paleontológicos, paleoclimáticos, arqueológicos y antropológicos no es
tarea fácil, si prescindimos de la simplificación, la banalidad y los estereotipos.
La sobre exposición y caricaturización de la megafauna americana o de los dinosaurios
debido a películas tales como “La Era de Hielo” o “Parque Jurásico” (para citar sólo las más
actuales, desde la década de 1920 hay películas que combinan hombres con
dinosaurios/monstruos) es un fenómeno que no por ser artístico y didáctico deja de plantear
ciertas cuestiones13.
El gran paleontólogo español José Luis Sáenz nos dice que, desde finales del siglo XIXy
de la mano de las exposiciones universales de la era industrial, como parte de las tareas de
empoderamiento estatal y de afirmación del triunfo del capitalismo, comenzó a vivirse una
verdadera “dinomanía” que aún hoy sigue vigente y que se centra en conseguir “records” de
dinosaurio más grande, más fuerte, más poderoso, más antiguo, etc. Esto no ha sido
beneficioso para la ciencia ya que transforma un conocimiento serio en pura banalidad o
competencia de saberes14.
Al respecto, la estudiosa argentina Irina Podgorny afirma que los restos
paleontológicos cumplieron una importante función en la construcción de la idea del “ser
nacional” en Argentina y en la reafirmación de valores patrióticos y de soberanía territorial15.
La comunicadora Vanina Agostini, nos comenta como el Museo Argentino de Ciencias
Naturales en 2008 invita vía electrónica a la noche “Fuga Jurásica” con música electrónica,
13 ROMERO NIETO, Daniel, FESHARAKI, Omid y GARCÍA YELO, Blanca Ana:” Películas de trasfondo paleontológico: análisis científico y propuestas didácticas”, en Enseñanza de las ciencias de la tierra, año 22, N° 2, 2014, 168-176. MARÍN DÍAZ, Verónica, GONZÁÑEZ LÓPEZ, Ignacio y CABERO ALMENARA, Julio: “Posibilidades didácticas del cine en la etapa de primaria. La Edad de Hielo entra en las aulas”, en Revista Electrónica de Tecnología Educativa, N° 30, noviembre 2009, file:///C:/Users/Usuario/Downloads/446-1457-1-PB.pdf 14 SÁNZ, José Luis: Cazadores de dragones. Historia del descubrimiento e investigación de los dinosaurios, Ariel, Barcelona, 2007. 15 ENDERE, María Luz y PODGORNY, Irina: “Los gliptodontes son argentinos. La ley 9080 y la creación del Patrimonio Nacional”, en Ciencia Hoy, volumen 7, N° 42, septiembre/octubre 1997, pp.54-59. PODGORNY, Irina: “Diplomacia, pichiciegos, megaterios y gliptodontes 1820-1840”, en Ciencia Hoy, volumen 21, N° 121, febrero-marzo 2011, pp. 49-54. PODGORNY, Irina: “De cómo Mylodon robustus surgió de los huesos de Glyptodon. El comercio de huesos con el Río de la Plata y la sistemática de los mamíferos fósiles en 1840”, en Revista del Museo de La Plata, 2012, Sección Paleontología, 12 (67): 43-64
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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video instalaciones, ventas y proyecciones varias, reflexionando la autora sobre los cambios
de hábitos de este museo:
Antaño templo sagrado hoy medio de comunicación
de masas. (…) explora una nueva forma para su existencia
atraída por la idea de convertirse en sede privilegiada de
la cultura global del espectáculo. Llenar las salas de los
museos seduce a sus gestores aun cuando cumplir con
este objetivo termine desplazando las bases mismas de la
institución.16
A diferencia del cine, un parque temático con un fuerte anclaje científico y con
personal especializado y competente puede revertir esas tendencias frívolas y amarillistas,
dando a conocer los avances de la ciencia y su actualización permanente.
Es por esto que, en el marco de la recuperación y el embellecimiento del cuadro de
estación, la Municipalidad de La Para reservó un espacio del mismo para recrear el ambiente
del pleistoceno en torno a una pequeña laguna artificial junto a la cual se instalarán los
animales de la megafauna pampeana nombrados más arriba.
En el año 1981 fue desafectado el cuadro de estación del ferrocarril a raíz de las
políticas neoliberales de la última dictadura cívico-militar17. Ese enorme espacio de 17 has.
quedó totalmente abandonado y desde 1986, el municipio de La Para comenzó lentamente a
recuperarlo, dándole uso a sus edificios, creando espacios culturales, parquizando y
haciendo de ese lugar un pulmón verde en pleno centro de la localidad. Esa tendencia se ha
acelerado en los últimos años a partir del fortalecimiento del perfil ecológico de La Para18.
El parque pleistocénico que se pretende crear en esta localidad está pensado como un
espacio de difusión de la historia ambiental de la región de Ansenuza, la cual es al fin y al
cabo, la de toda la región chaqueño-pampeana.
16AGOSTINI, Vanina: El objeto desaparecido (o la tarea de recordar en el museo), tesis de grado para optar por el título de Licenciada en Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 2008, pp 11-13. 17 CASEROLA, Milena (Dir.): Vías Argentinas. Ensayos sobre el ferrocarril, Matías Reck Ediciones, Buenos Aires, 2010; TONEATTI, Enzo Leonardo: “Y el tren pasó” en Voces del Cerro de Arena. Revista del Museo Histórico Municipal de Villa Santa Rosa, N° 3, , 2009, pp. 3-6. 18 FULCHIERI, Bibiana: “El Parque Agroecológico de La Para”, en Convivimos, N° 284, febrero 2016, pp. 80-81.
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Pariendo de la profundidad temporal del pleistoceno, de sus divisiones y de su
declinación a favor del holoceno19, siguiendo por su flora y su fauna, por la complejidad de
los intercambios bióticos y de la biología evolutiva es que este parque tendrá un fuerte
componente científico que buscará desmitificar lo que se conoce popularmente por
pleistoceno, buscando a la vez actualizar regularmente la información disponible.
Parque pleistocénico de Osorno, Chile, modelo a seguir por nuestro proyecto
Es por esto que el parque será un departamento dependiente del Museo Histórico
Municipal de La Para, institución que ha demostrado con el paso de los años un fuerte
compromiso científico y que se ha integrado activamente a entidades y foros de ciencia de
todo el mundo.
Desde la Municipalidad de La Para creemos que un espacio museográfico y científico
como este será un importante avance para dar a conocer fenómenos como los del cambio
climático y la extinción de las especies, a la vez que concientizar sobre el impacto del
accionar del ser humano sobre el planeta.
El futuro PARQUE PLEISTOCÉNICO DE LA PARA buscará complementar y articular,
producir y difundir la rica historia ambiental de la región chaqueño-pampeana en la era
Cuaternaria.
19 LEWIS, Roy: El fin del pleistoceno, Dronte, Buenos Aires, 1980.
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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Desde el punto de vista del acceso a conocimientos complejos, los parques temáticos y
los centros de interpretación pueden ser de suma utilidad si se erradican de ellos la
superficialidad, la espontaneidad y la simplificación. Hay buenos ejemplos de cómo lograr
centros de interpretación científicos. En el caso de Córdoba tenemos el Centro de
Interpretación del Camino Real en Villa Tulumba, en Argentina el Museo Provincial de la Vid
y del Vino en Cafayate (Salta) o el Parque Geológico “Los Dinosaurios” de Sanagasta (La
Rioja), y a nivel mundial existen buenas experiencias, en especial en España, como el Castillo
de Coyanza en Valencia Don Juan (León), el Museo de las Ferias en Medina del Campo
(Valladolid) o el Centro de Interpretación de Astúrica Augusta en Astorga (León)20.
Queremos tomar los mejores ejemplos de parques temáticos científicos y para ello se
está diseñando un parque que contará con:
Cercado perimetral
Portal con control del ingreso
Oficina técnica y del personal
Laguna artificial con islas
Réplicas de fauna pleistocénica extinta y actual
Reproducción de escena de caza de paleo fauna por parte de indígenas locales
Cartelería indicativa exterior e interior
Senderos y áreas de descanso
Espacios de recreación y distracción
Área para la contención de grupos de alumnos y contingentes turísticos
El plan de obras se divide en 3 (tres) etapas: la primera contempla la creación de la
laguna, el cercado y la instalación de las reconstrucciones de animales pleistocénicos, el
cercado y el pórtico de ingreso; la segunda incluye la instalación de la fauna actual y la
construcción de senderos y áreas de descanso y contención; la tercera implica la
20AA.VV: Fundación Museo de las Ferias, Junta de Castilla y León, Universidad de Valaldolid, 2006; SEVILLANO FUERTES, Ángeles y VIDAL ENCINAS, Julio: Urbs Magnífica. Una Aproximación a la arqueología de Astúrica Augusta (Astorga, León); Ayuntamiento de Astorga, León, 2002; GRAU LOBO, Luis: Plan Museológico del Museo de León, Ministerio de Cultura, Secretaría General Técnica, Gobierno de España, 2007.
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construcción de oficinas y depósitos y la colocación de las escenas de caza de paleofauna (y
quizás alguna otra escena cotidiana o doméstica de nuestros aborígenes).
La ubicación específica dentro del cuadro de estación es en el cuadrante NE del sector
comprendido entre la calle Belgrano, Av. San Martín, Bv. Sarmiento y Bv. Cdor. Pablo Bossio,
específicamente al lado del Museo Regional del Trabajo.
El PARQUE PLEISTOCÉNICO se integrará al circuito turístico de la localidad de La Para,
el cual incluye la lagunilla del Plata, Camping Municipal “Bahía de Ansenuza”; laguna Mar
Chiquita, río Primero o Suquía, Museo Histórico Municipal, Museo Regional del Trabajo,
Memorial “Andrés Echenique” y Paseo Agroecológico Municipal (Planta Modelo de
Reciclado).
EPÍLOGO:
Con este trabajo se ha tratado de mostrar los pasos que se están siguiendo en La Para
a fin de lograr la creación de un parque temático que permita el acceso al conocimiento del
Cuaternario y del pasado geológico, ambiental, climático y antropológico de esta región;
buscamos la difusión de los conocimientos científicos en estas y otras áreas y la difusión de
la educación ambiental, a la vez pretendemos coadyuvar a la construcción de identidad, a la
elevación de la autoestima social, a la visibilización de la localidad y de la región y a la
promoción del arraigo.
Los museos y centros de interpretación, los parques temáticos, los zoológicos y
acuarios, los jardines botánicos y los paseos culturales son creaciones que hoy nos ayudan al
desarrollo cultural y al despegue social.
El Parque Pleistocénico de La Para pretende ir por esa senda.
BIBLIOGRAFÍA:
AA.VV: Fundación Museo de las Ferias, Junta de Castilla y León, Universidad de
Valaldolid, 2006
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ROMERO NIETO, Daniel, FESHARAKI, Omid y GARCÍA YELO, Blanca Ana: “Películas de
trasfondo paleontológico: análisis científico y propuestas didácticas”, en Enseñanza
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SEVILLANO FUERTES, Ángeles y VIDAL ENCINAS, Julio: Urbs Magnífica. Una
Aproximación a la arqueología de Astúrica Augusta (Astorga, León); Ayuntamiento de
Astorga, León, 2002
TONEATTI, Enzo Leonardo: “Y el tren pasó” en Voces del Cerro de Arena. Revista del
Museo Histórico Municipal de Villa Santa Rosa, N° 3, 2009, pp. 3-6.
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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LOS PAGOS DE ANSENUZA: NUEVOS APORTES A LA HISTORIA DEL TOPÓNIMO ANSENUZA
Por Carlos Alfredo Ferreyra Bertone21
PRESENTACIÓN:
La idea de realizar este artículo surgió en 2014 a partir de los debates que
surgieron por el agregado del sufijo “de Ansenuza” al pueblo de Miramar, quedando por
Ordenanza con el nombre compuesto de Miramar de Ansenuza22.
En el mes de julio de 2014 el Honorable Concejo Deliberante de la Municipalidad
de Miramar oficializó Miramar de Ansenuza para la localidad y enseguida empezaron los
debates y discusiones sobre la conveniencia o no de dicho nombre23. También aparecieron
artículos periodísticos con referencias históricas e historiográficas24 y al autor de este
artículo le realizaron innumerables entrevistas radiales y televisivas.
No pretendemos poner en duda el cambio de nombre del pueblo de Miramar,
muy por el contrario, hemos apoyado desde el principio esa acción (más allá de las formas
legales elegidas por las autoridades) ya que permite identificar rápidamente a ese pueblo de
otros con el mismo nombre, fortalece la identidad regional y ratifica nuestra pertenencia a la
cuenca de Mar Chiquita.
Desde entonces empezamos con una intensa recopilación de documentos y
bibliografía para poder escribir un artículo que cierre definitivamente el debate sobre si
Ansenuza es el nombre indígena de la laguna Mar Chiquita o el nombre de una región.
Es comprensible que desde principios del siglo XX los primeros historiadores
cordobeses (Cabrera, Grenón, Montes, Serrano, Outes) dejaran la cuestión como un enigma
–salvo Serrano que la deja bien clara-, ya que no pudieron consultar numerosos documentos
de los que hoy disponemos. Hasta principios del siglo XXI algunas publicaciones científicas
ponen en duda de que Ansenuza haya sido un topónimo de la laguna, nosotros reforzaremos
esas dudas, o más bien las aclararemos a la luz de nuevos documentos.
Con este artículo pretendemos cerrar la cuestión, y afirmar que efectivamente el
vocablo Ansenuza es el nombre que recibió la región sudoeste de la Mar Chiquita (topónimo
que luego se extendió a todo el arco sur de la laguna) y que desde la primera cartografía y
los primeros documentos a dicha laguna salada se le llamaba salinas, Porongo o Mar
Chiquita. 21 Director del Museo Histórico Municipal “La Para”, Córdoba. 22 Ver: http://www.lavoz.com.ar/regionales/miramar-ahora-se-llama-miramar-de-ansenuza-0; http://www.cooptel.com.ar/movil/noticia/miramar-concejo-aprobo-el-cambio-de-nombre-a-la-localidad-2692. 23 Ver: http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/cuatro-concejales-decidieron-que-se.html; http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/miramar-posicion-del-museo-anibal-montes.html. 24 Cfr.: http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/ansenuza-habria-sido-una-provincia-en.html.
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
62
Pero antes de comenzar repasemos algunas generalidades sobre esta región
geográfica.
LA REGIÓN DE ANSENUZA:
La región de Ansenuza comprende hoy una extensa zona de bañados, esteros,
pantanos, lagunas, campos cultivados y restos de bosques nativos en torno de la laguna Mar
Chiquita, uno de los lagos salados más grandes del mundo, Maravilla Natural de Córdoba y
Reserva Provincial de Usos Múltiples. Un gigantesco humedal que como toda cuenca
endorreica tiene sus propios ciclos de crecimiento y retracción, siendo muy vulnerable a las
actividades humanas.
La laguna Mar Chiquita es un enorme lago endorreico que destaca en el NE de la
Provincia de Córdoba, en el límite sur del chaco austral. Conforma junto a otras lagunas
subsidiarias y los bañados del río Dulce un enorme humedal de casi 10.000km2.
Los humedales son fundamentales para el mantenimiento de los niveles hidrostáticos y
como retardadores de inundaciones y sequías. Por su riqueza natural y complejidad
biológica son estudiados y apreciados por muchos científicos que ven en ellos los mejores
reguladores del clima en extensas áreas25.
Tal como lo dicen Piovano, Zanor y Ariztegui26, la laguna Mar Chiquita es de origen
tectónico debido a levantamiento de la falla Tostado-Selva-Melincué en su costado este, lo
cual generó una depresión colectora de aguas fluviales. La falla se habría producido durante
el pleistoceno medio.
25 CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique: Los beneficios de los humedales de la Argentina: amenazas y propuestas de soluciones, Wetlands International, Buenos Aires, 1999; CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique, CASTRO, Gonzalo y DAVIDSON, Ian: Los Humedales de la Argentina. Clasificación, situación actual, conservación, legislación, Wetlands International, Secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, Buenos Aires, 1998. 26 PIOVANO, Eduardo, ZANOR, Gabriela, ARIZTEGUI, Daniel: “Historia geológica y registro climático”, en BUCHER, Enrique (Ed.): Bañados del Río Dulce y Laguna Mar Chiquita-Córdoba-Argentina, Academia Nacional de Ciencias, Córdoba, Argentina, 2006, pp.37-55.
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La laguna Mar Chiquita, foto satelital del año 2009
Luego de esta introducción contextual deseamos plantear las dos hipótesis que
guiarán este trabajo de investigación: en primer lugar que estrictamente hablando, el
topónimo Ansenuza designa a una porción del territorio ubicado al sudoeste de la laguna
Mar Chiquita y que su nombre no se refiere a la laguna en sí sino a la región; y en segundo
lugar que a pesar de los numerosos intentos de saber el significado del nombre, a pesar de
las muchas conjeturas que se han hecho, aún no estamos en condiciones de conocer ni el
idioma, ni las raíces lingüísticas ni el significado del nombre.
ANTECEDENTES DE LA CUESTIÓN:
La llamada provincia de Ansenuza despertó desde siempre la curiosidad de los
escritores e historiadores de Córdoba.
Pablo Cabrera en su libro Tesoros del Pasado Argentino, en el capítulo I nos dice:
De boca de los aborígenes supieron los
descubridores que lo que hoy es (…) El Tìo y la Mar Chiquita, se
apellidaba en el idioma de los primeros Ansenuza, tema que en
España equivalía quizás a lago, laguna salada, pantano, salitral,
etc. El mismo enigmático nombre aplicóle el licenciado Juan de
Matienzo (…) Y así, ocupándose el Oidor de la asonada militar
que privó del mando y de la libertad a Francisco de Aguirre
cuando su expedición al Río de la Plata –año de 1566- afirma
MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016
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que aquella se produjo “a diez leguas de una tierra que se dice
Ansenusa, valle de muchos indios que llaman comechingones.27
La famosa relación de Matienzo nombra primero Ansenuza que a la propia
Córdoba, lo cual, como mínimo indica la antigüedad y la importancia de este paraje.
La mayoría de los antecedentes bibliográficos y cartográficos son presentados
por Bucher y otros, en su excelente compilación sobre Mar Chiquita28. Por lo que no
deseamos repetir esa información, sino más bien comentar que en dicho trabajo se
recopilan las denominaciones que recibió la laguna, y en ningún momento aparece con el
nombre Ansenuza. En los mapas más antiguos figura como “lagunas saladas”, luego se las
confunde como “lagunas saladas de los porongos” y solamente aparece la palabra Ansenuza
en el mapa del padre Camaño publicado por Jolis en 1789 como un fuerte (For. d’Ansenusa)
y a las lagunas se las nombra “laghi di Porongos”29.
Estos autores resumen claramente la cuestión de esta manera:
Debe notarse que, en todos los mapas señalados
anteriormente, aparecen simultáneamente la denominación de
Ansenuza nombrando un topónimo terrestre, y el nombre de
laguna de Los Porongos o Mar Chiquita para la laguna. En
ningun caso se denomina a la laguna con el nombre de
Ansenuza. El vocablo Ansenuza no aparece en otros mapas de
la época, ni siquiera en una obra tan importante como fue la
Geografía de Córdoba, publicada en 1904 (Río & Achával 1904).
Serrano concluye que “la región de Ansenuza está
felizmente señalada en mapas coloniales y mercedes de
tierra….Comprendía del curso inferior del río Primero, a uno y
otro lado”. Más adelante reitera: “La región de Mar Chiquita y
llanos vecinos al Río I, más allá de Chivaja [proximidades de la
localidad de Río Primero] constituía la provincia indígena de
Ansenuza de indios Sanavirones”. Asimismo, Montes (1956)
sostiene que, con posterioridad a 1573, la denominación de
Ansenuza se habría utilizado exclusivamente para referirse a las
tierras fértiles situadas al oeste y suroeste de la laguna Mar
Chiquita. Esta es también la posición adoptada por Levillier
27 CABRERA, Pablo: Tesoros del Pasado Argentino. Tiempos y campos heroicos, 2ª Serie, Stella Maris, Imprenta de la Penitenciaría, Córdoba, 1933. 28 Bucher E.H., Marcellino A.J., Ferreyra C.A. & Molli A.F.: “Historia del poblamiento humano” en: Bucher, Enrique: Bañados del río Dulce y Laguna Mar Chiquita (Córdoba, Argentina), Academia Nacional de Ciencias (Córdoba, Argentina), 2006, pp. 301-325 29 Ibídem, pp. 308-312.
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(1931). En resumen, no existen pruebas claras de que la laguna
Mar Chiquita fue alguna vez conocida como Ansenuza, aunque
sí es claro que ese nombre se usaba para denominar el área
donde el río Primero se abría en bañados antes de llegar a la
laguna.30
Esta información es también ratificada por Bonofiglio en su trabajo sobre
representaciones cartográficas de la cuenca de Mar Chiquita, donde la autora dice
claramente que la laguna se llamó “laguna salada”, “laguna de los Porongos” o directamente
“Mar Chiquita”31. También había sido presentada por Candusso en su trabajo sobre
actualidad de La Para, donde el autor discrimina acertadamente entre Ansenuza, Mar
Chiquita, La Para y Puesto del medio, topónimos ligados a nuestra historia local32.
A nuestro parecer siempre estuvo claro que Ansenuza era el nombre de una
región y no de una laguna, pero por algún motivo el nombre pasó a la laguna cuando nunca
fue así. Testimonio de esto es el documento de 1948 encontrado en el Archivo del Museo
de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba en el que Guillermo Alfredo Terrera
le solicita al director del Instituto de Arqueología, Lingüistica y Folklore Antonio Serrano,
autorización para “una investigación folklórica en toda la cuenca del río Primero hasta la Mar
Chiquita y se titulaba ‘Estudio Folklórico de la antigua provincia de Ansenuza’”33.
Mapa de Terrera, 1948
30 Ibídem, pp. 314-315. 31 BONOFIGLIO, Marta María: “Aportes cartográficos e históricos sobre la cuenca de Mar Chiquita”, en Memorias del Pueblo: revisa del Museo Histórico Municipal “La Para”, Año 7, Nº 7, septiembre 2007, pp. 31-42. 32 CANDUSSO, Elder Omar: La Para siglo XXI, s/e, La Para, 2001, pp. 37-39. 33 Archivo del Museo de Antropología de la UNC, nota del 27 de junio de 1949.
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El nombre Ansenuza, muy antiguo en los documentos, reaparece en mapas
oficiales recién en el siglo XIX, como una cañada donde se consumen las aguas del río
Primero, o sea, en la zona de la antigua Estancia Ansenuza, según veremos más adelante.
El objetivo de este trabajo es reforzar las conclusiones de que Ansenuza es la
región y Mar Chiquita la laguna, a la luz de otro tipo de documentos y aclarar que el
topónimo Mar Chiquita aparece ya tempranamente a principios del siglo XVIII.
EL TOPÓNIMO ANSENUZA EN LA ÉPOCA COLONIAL:
La toponimia es una disciplina auxiliar de la historia encargada de estudiar el
significado y la evolución de los nombres de lugares, parajes, ciudades, países, etc. Es un
auxiliar importante para historia, la museología y las ciencias sociales en general, incluso
para algunas ciencias naturales como la geología o la paleontología ya que la traducción o
significado de un nombre antiguo puede ser debido a alguna característica que hoy no
vemos pero que los antiguos si conocieron.
La región donde hoy se encuentra nuestra localidad corresponde a la antigua
provincia indígena de Ansenuza, nombre que los aborígenes, según los españoles, le daban a
toda la zona Sudoeste de Mar Chiquita, más precisamente donde hoy están los poblados de
Loma del Trozo, La Para, Marull, Lomita de los Indios, San Rafael, Balnearia y Miramar,
incluyendo los desemboques de los ríos Suquía y Plujunta y la Laguna del Plata. El nombre ANSENUZA (con sus variables gramaticales) aparece por primera vez
en la merced de tierra que el Teniente de Gobernador y Justicia Mayor de Córdoba Juan de
Burgos entrega a Pedro de Villalva el 14 de octubre de 1584, donde dice:
…todas las tierras que ay de una banda y de otra del
río hasta el pasaxe del camino de Ansenuça por el algarrobal de
Bilibiliscate, dexando a los indios de Bilibiliscate tierras para sus
sementeras que sean bastantes.34
Aparece inmediatamente en otra merced que el mismo Burgos otorga a Juan de
Barrientos el 10 de diciembre del mismo año de 1584, y que dice:
…un pedazo de tierras questa tres leguas de
Ansenuza camino de Camintosacate desde donde se le huyo la
guía a Bernabé Mexia, una legua en torno; y así mismo le hazia
e hizo merçed de otro pedazo de tierras desde el pueblo de
Ansenuza de su encomienda, rio arriba una legua detrás de la
34 TANODI, Aurelio, FAJARDO, María Elsa y DÁVILA, Marina Esther (Edición y preparación): Libro de Mercedes de Tierras de Córdoba de 1573 a 1600; Imprenta de la Universidad; UNC; Córdoba; 1958; pp.123 y 124.
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una parte y de la otra del rio, dexando a los dichos indyos
tierras suficientes para sus sementeras.35
En tanto que Mar Chiquita, a parece por primera vez en 1701, haciendo
referencia a un puesto, cuando en un juicio por vandalismo Antonio Gómez dice: “guiados
del dicho Francisco Palazios y su gente y con su ayuda y dieron con la tropa de este
confesante y se llevaron todos los çiento y cuarenta caballos y huyeron deste confesante y
toda su gente al mismo puesto de la Mar Chiquita…”.36
Luego el nombre Ansenuza reaparece el 12 de noviembre de 1755 cuando el
Maestre de Campo Juan Álvarez, comandante de la frontera del Río Segundo, pide un
terreno en la zona lindante con el "mar que llaman de Ansenuza", diciendo:
Que entre el río de Córdoba y el río Segundo, veinte
leguas poco más o menos de esta ciudad se allan unas tierras
desiertas y despobladas que forman una rinconada entre los
referidos ríos y por la parte del norte lindan con la mar que
llaman Ansenusa y por la del sur con el camino carril que sale de
la plaza de armas de dicho río de Córdoba a dar con el Río
Segundo; …37
Llamativo es en este expediente, que el Cabildo de Córdoba otorga la
mencionada merced pero aclarando que “con tal que hallándose en dicho terreno la sal de
donde se provee el vezindario, se de por libre, para que cada uno la saque según y como se
ha practicado”.
De este documento inferimos por lo menos tres cosas, sobre el tema tratado:
que nuestra región no tuvo propietarios oficializados por el derecho colonial entre finales del
siglo XVI y mediados del siglo XVIII pero que si había vecinos, que el lugar ya era conocido
por la presencia de sal para uso industrial o para consumo humano la cual era explotada por
dichos habitantes y que este es casi el único documento antiguo que utiliza Ansenuza para la
laguna.
Entre los años 1776 y 1799 se llevó a cabo un juicio por las tierras de El Salto
(zona del actual pueblo de La Quinta), en cuyo expediente dice:
En este paraje de Castaño, en treinta días del mes
de octubre de mil setecientos setenta y seis años, yo don Miguel
Gerónimo Caldevilla, Alcalde de la Santa Hermandad y Juez
delegado de visitas y composiciones de tierras de este Río de
35 Ibídem; p. 136. 36 FD del IEA, documento 10223. 37 AHPC, Esc. 1, leg. 25, exp. 10
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Córdoba y Segúndo, habiendo concluido la mensura, deslinde y
amojonamiento de las Tierras de Ansenuza, pasé al Paraje del
Salto…38
Vemos como Ansenuza figura como un paraje, una estancia, un terreno.
El 14 de agosto de 1787, José Antonio Brochero, vecino de la frontera de Santa
Rosa, denuncia que:
A distancia del paraxe nombrado Castaño, coza de
quatro leguas poco más ó menos, campos afuera y separado de
los derechos y confines del paraje nombrado Ansenuza; se
hallan unas tierras valdías y realengas en dichos campos
afuera, las que denuncio y delato a fabor de su Magestad, de
cuyo terreno, siendo V. Señoría serbido concederme en dicho
parage una legua de dichas tierras, a cada viento de los quatro
principales, tomando por centro una laguna de agua llobediza
que antiguamente tubo un totoral, que enfrenta dicha laguna
con otra de agua salada por la parte del naciente.39
Este documento nos refiere claramente que la laguna salada no tenía nombre
aún, y que Ansenuza ya era un paraje conocido.
El mismo expediente nos revela varios datos y toponímicos de la zona, es gracias
a este documento que sabemos ahora el origen del nombre de las localidades de Las Saladas
y La Puerta; veamos.
El 18 de julio de 1787 el perito Agustín Llanes cita al Capitán Antonio Guzmán
“como vecino más inmediato de los derechos del paraxe nombrado Castaño, sin embargo
quedar distante del paraje de Las Saladas, quien concurrió a la mensura”.
En tanto, el día 19 de julio el perito cita a la propietaria de los derechos de
Ansenuza María de Allende quien no concurre diciendo que “por su parte concurriría su
capataz llamado Bartholo, quien concurrió al rumbo del naciente que enfrenta a los linderos
de Ansenuza”. Notamos que el capataz debe haber sido un afrodescendiente ya que la
propietaria no se digna en dar su apellido.
El día 21 de julio el perito y los testigos se colocan en la laguna del Totoralejo a la
que toman por centro para realizar la mensura de las tierras denunciadas. El 23 de julio,
terminadas la mensura y amojonamiento de los terrenos, el perito Llanes certifica que “las
tierras que se han mensurado son campos lóbregos a fuera de la Puerta del enemigo infiel, y
38 AHPC, Esc. 3, leg. 99, exp. 2, p. 2. 39 AHPC, Esc. 2, año 1863, leg. 161, exp. 10.
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sin agua permanente, solo si algunas lagunas donde se junta agua llovediza, bien poblado de
pastos comunes…”
Los tasadores actúan el día 24 de julio de 1787 y dicen que
el justiprecio y abalúo del paraxe nombrado Laguna
del Totoralejo y Saladas haciéndonos cargo de la lobreguez y
soledades de dichos lugares y distar como diez leguas de las
últimas poblaciones, y que además de tener experiencia de las
muchas fieras que hai en dicho lugar, en lo que hace a los
montes, como son tigres y leones; que se está experimentando
que hai manadas de yeguas por cresida que sea no llegar a
herrar seis potrillos como assi mismo el peligro del bárbaro
enemigo y puerta que han hecho los santiagueños para llevar
hacienda…
Los tasadores terminan fijando el precio de 80 pesos, a 20 pesos por legua
cuadrada.
Realizadas todas las diligencias, el 18 de octubre el pregonero real anuncia la
venta de las tierras de esta forma: “…veinte pesos dan por cada legua de tierra en el paraje
del Totoralejo y Saladas (…) que se van a rematar en los confines de Ansenuza, como quatro
leguas a fuera del lugar llamado Castaño…” Al final el paraje es adquirido por el Maestre de
Campo José Antonio Brochero en noviembre de 178740.
Este hermoso testimonio de la compraventa de tierras en la época colonial nos
aclara que la región era poco poblada, visitada por aborígenes y por traficantes de ganado
santiagueños y que Ansenuza era una región, no una laguna.
En 1794, José Antonio Brochero, reitera ante las autoridades el pedido de otra
fracción de terreno hecha en 1787, llamada Puesto del Medio; diciendo que lo que reclama
no “alcanza la media legua pedida a los linderos de Ansenuza”41.
Claramente en este expediente, Ansenuza es la antigua estancia, nombrada más
arriba, y no la laguna.
Pasados unos años, el 4 de junio de 1796, Juan Esteban Baigorrí vecino de Santa
Rosa, denuncia unas tierras “a las márgenes de las salinas nombradas Hansenusa (en donde)
se halla hun terreno realengo al que se le da por nombre la Voca del Río, lindando con las
tierras de dicho Ansenusa pertenecientes a los herederos de don Francisco Almestre, ya
difunto, y con tierras de don Nolasco Barela y don Pedro Pucheta y otros puestos de aquel
vecindario…”42
40 Ibídem. 41 AHPC, Esc. 2, año 1794, leg. 84; exp. 7 (28) 42 AGN, año 1796, leg. 59 (antes 14), exp. 36 (antes 495), f. 1.
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Las diligencias continúan y el 29 de noviembre el agrimensor oficial Felipe
Antonio Narbaja envía nota al propietario de la Estancia Ansenuza pidiéndole un testigo de
parte, a lo que este contesta el 14 de diciembre:
He recibido la de vuestra merced con fecha del 29
del próximo mes pasado en la que me dice se halla con comisión
del Sr. Gobernador Sobremonte, para deslindar unas tierras
inmediatas a la estancia de Ansenuza y que nombre alguno de
mi parte para no perjudicar a dichas tierras de Ansenuza,
ninguno sabe mejor que el negro Bartolo, capataz de dicha
estancia, (…)43
Notamos en este expediente de 1796 como se refieren a Ansenuza como un
terreno o una estancia, no una laguna.
Agregamos, de paso, que este expediente es muy completo y que nombra los
parajes de Los Algarrobitos, Boca del Río y Plujunta, y confirma la presencia de
afrodescendientes en la zona, ya que habla de “Bartolo, esclavo de don Francisco
Armesto”44, pero esa es otra historia que escapa a los objetivos de este trabajo.
Este trámite dura muchos años, ya que hubo conflictos con algunos vecinos
terratenientes de la zona, por ello, el 25 de diciembre de 1797 Baigorrí reitera el pedido y
dice “…inmediato a las márgenes de las salinas de Ansenusa, nombrado la Voca del Río…”45
El 7 de febrero de 1806, el fiscal Villota, dice: “Don Juan Esteban Baigorrí, de un
terreno situado en las salinas de Ansenusa, nombrado la Boca del Río y ocupado sin justo
título por Don Juaquín Noriega…”46
El mencionado expediente dio muchos giros y finaliza inconcluso siendo enviado
a Buenos Aires, el 16 de agosto de 1798 llegando a Buenos Aires el 23 de dicho mes y
retornando a Córdoba el 16 de noviembre de 1804. En esa parte final se resume el pleito
con estas palabras: “sobre denuncia de una suerte de tierras en el paraje de Ansenuza…”47
Este voluminoso juicio habla constantemente de Ansenuza como un paraje, una
estancia o unas salinas, y de hecho coincide con el análisis paleolimnológico realizado por
investigadores del CONICET y publicado en 2014 en el que se habla de la variabilidad
hidrológica de la laguna, iniciando un ciclo seco hacia mediados del siglo XVIII, o sea que
para esos años la laguna estaba rodeada de una enorme salina: “La reconstrucción de las
43 Ídem, f. 3. 44 Ídem, f. 5. 45 Ídem, f. 13. 46 Ídem, f. 29. 47 Ídem, f. 33.
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variaciones de niveles de la laguna se inicia en un nivel de evaporitas correspondiente al año
1767 (…), indicando una fase de nivel muy bajo como consecuencia de una gran sequía.”48
En septiembre de 1799 Marcelino Moyano, tutor y cuidador de la persona y
bienes de Felipe Armesto (menor de edad) denuncia que Manuel Salas intenta poblar las
tierras que le pertenecen a su representado “situadas en este río 1º de Córdoba y paraje
nombrado Ansenunza, que de facto ha construido un ranchito y señalado para formar
corrales”49. Otra vez, Ansenuza es un paraje no una laguna.
Justamente, en febrero de 1804 Juan Gerónimo Fronteras denuncia unas tierras
despobaldas que lindan por el Oeste “con derechos de Ansenunsia” y por Este “con los de
Plujunta”. Dice así:
Don Juan Gerónimo Frontera de este vecindario y
residente en la frontera de Santa Rosa (…) denuncio a fabor de
S.M. un terreno que se halla baco y realengo lindando por el
poniente y sur con derechos de Ansenuncia y por el naciente con
los de Plujunta y al norte con las salinas…50
En diciembre de 1806, Juan Donaciano Frontera, hijo del finado Juan Gerónimo
Frontera, reitera el pedido de “unas tierras en las sobras de Ansenusa”51.
En septiembre de 1808, Rafael de Jesús Baigorrí vecino de la frontera de Santa
Rosa, informa a las autoridades coloniales que
Campos afuera de dicha frontera, como once o doce
leguas, compró mi apdre Don Tomás Baigorrí a su Magestad un
terreno nombrado la Voca del Río y a las márgenes de dicho
terreno se allan dos pedasos de tierras realengas; el uno de los
linderos de mi padre rumbo al Poniente a lindar con los terrenos
pertenencientes a Don Pedro Nolasco Barela nombrados el
Puesto del Medio y el otro rumbo al norte a lindar con los
terrenos de don Felipe Armesto nombrados Ansenusa…52
48 CÓRDOBA, Francisco E.; GUERRA, Lucía; CUÑA RODRÍGUEZ, Carolina; SYLVESTRE, Florence y PIOVANO, Eduardo L.: “Una visión paleolimnológica de la variabilidad hidroclimática reciente en el centro de argentina: desde la Pequeña Edad de Hielo al siglo XXI”; Latin American Journal of Sedimentology and Basin Analysis; Vol. 21 (2) 2014, 139-163; Asociación Argentina de Sedimentología, ISSN 1851-4979. 49 AHPC, Esc. 4, leg. 12, exp. 14, f. 1. 50 AHPC, Esc. 4, leg. 29, exp. 1, f. 1. 51 Ídem, f. 4. 52 AHPC, Esc. 4, leg. 35, exp. 20, f. 1.
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El 28 de abril de 1809, Felipe Armesto “da en venta real y enagenación perpetua
a fabor de Gertrudis Bazán, dos leguas y media de terrenos en el Paraje de Anzenuza en los
confines del Río Primero de esta Ciudad, en la vanda del Sur (…) hasta dar con las salinas”53.
Hasta aquí la documentación colonial consultada nos da fiel testimonio de que el
nombre Ansenuza no corresponde con el de la laguna, por varios motivos: la laguna está en
período de retracción y en sus costas había terrenos salitrosos que los vecinos llaman
simplemente “salinas”, el nombre Ansenuza se refiere a un paraje o estancia, pero nunca a
un espejo de agua.
ANSENUZA EN LAS EPOCAS DE LA INDEPENDENCIA Y DE LAS GUERRAS CIVILES:
Luego de la Revolución de Mayo y como parte de la reconfiguración política y de
la dislocación económica derivadas de la compleja situación bélica, pasan varios años hasta
lograr encontrar documentos catastrales que nombren a nuestra zona. Si encontramos
muchos documentos políticos de los jueces pedáneos de Para, Puerta, Puesto del Medio,
Plujunta pero son referidos a las levas de soldados y animales y a la recolección de
donaciones todas para auxiliar en las guerras en curso.
La precariedad de los títulos y la fiereza del terreno, sumado a la inestabilidad
política, hicieron que hubiera muchos pleitos entre los vecinos colindantes en estos años,
gracias a los cuales podemos seguir reafirmando nuestra hipótesis de que Ansenuza no se
refiere a la laguna sino a un territorio específico.
En octubre de 1814, Gertrudis Bazán viuda de Joaquín Noriega, “vecinos del
partido de Ansenunsa” denuncia usurpación de tierras por parte de colindantes.
A pesar de haber sido dicha venta con la mayor
publicidad que puede apetecerse, se ban introduciendo de poco
tiempo a esta parte en la costa comprada, varios confinantes
míos que se hallan situados en la costa del Norte, como son
Santiago Coronel, Don Pedro José Taborda y don José Andrés, su
hijo, en quanto a ambos desde tres años a esta parte han
formalizado sus chacaras efectuando otros actos como son el
de hechar sus haciendas que obscurecen la propiedad…54
En este caso el documento cita específicamente una “costa” a la que no da
nombre, sólo la llama la costa del norte, o sea al norte de sus terrenos.
Precisamente, en ese mismo año de 1814, encontramos otro documento muy
esclarecedor al respecto. Se trata del pedido que los jueces pedáneos y oficiales de las
53 AHPC, Esc. 4, leg. 36, exp. 1, f. 1. 54 AHPC, Esc. 4, leg. 47, exp. 32, f. 1.
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milicias del Curato de Santa Rosa hacen al Gobernador de Córdoba para construir un fuere
“a este lado del poniente de la Mar Chiquita”.
Los vecinos abandonando sus estancias se han
replegado a la Capilla de Santa Rosa, dejando sus haciendas a
la discreción de los indios como de los ladrones que afligen la
campaña. Unidos nos han suplicado vaxemos a representar por
ellos a V.S. los males que les rodean con la inmediación e los
indios que días pasados afligieron al Río Segundo y ahora se
anuncia dirigen el golpe a este otro destino que, asolado como
aquel, hará la ruina de este pueblo, por ser ambos puntos los
que forman su principal subsistencia en todo género de abastos.
Meditan, y se ofreces, y nosotros con ellos a
construir un fuerte a expensas propias a este lado del poniente
de la Mar Chiquita, y al frente del lugar llamado el Paso de las
Sabanillas; tan interesante como el que se trata de construir a
la parte del naciente de ella en Chipión, que son las dos partes
precisas o puertas por donde atacan los indios, y muy poco
servirá cerrar la una si se deja abierta la otra.55
La nota es firmada por Pedro Quiroga, Mayoriano Fernández, Ramón Brocheros,
Juan Domisiano Frontera, Segundo Frontera y Félix Valoys Ferreyra.
El documento nombra a la laguna como Mar Chiquita no como Mar de Ansenuza.
Posterior a este documento encontramos un voluminoso expediente del juicio
por los límites entre las estancias Ansenuza y Puesto del Medio llevado adelante por sus
respectivos propietarios: Josefa Abaitúa y Segundo Frontera56. El juicio comenzó en
diciembre de 1839 y finalizó en 1841, por lo que ameritaría una investigación exclusiva sobre
dicho pleito puesto que es muy rico en información. Nosotros, en cambio, nos limitaremos a
los objetivos de este proyecto y veremos que tratamiento topográfico tiene la palabra
Ansenuza en el juicio.
El expediente contiene 200 fojas y 3 mapas que reproducimos a continuación:
55 AHPC, Gobierno, 1814, caja 39, carpeta 1, legajo 1, fs. 184-186. 56 AHPC, Esc. 2, leg. 139, exp. 1.
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Mapa de 1841, donde Ansenuza es una estancia y la laguna se llama Mar Chiquita o Salinas
Mapa de 1841: Terrenos de Ansenuza y Mar Chiquita.
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Mapa de 1841: Ansenuza y Salinas
En este expediente el topónimo Ansenuza aparece unas 70 veces, sin contar las
carátulas y los mapas, y en todos los casos se refiere a ella como un lugar, no como un lago:
“tierras llamadas de Ansenuza” (f. 1), Estancia de Ansenuza (f. 11), “Terrenos de Ansenuza”
(f. 14), “la estancia de nuestra propiedad denominada Ansenuza” (f. 10), “la mensura de las
tierras de Ansenuza” (f. 15), “deslinde de nuestras respectivas estancias del Puesto del
Medio y Ansenuza” (f. 19), “para dar las sabanas del terreno de Ansenuza (f. 32), “las cuatro
leguas de Ansenuza” (f. 34), “Luego las sabanas de Ansenuza se tiraron al Naciente” (f. 151),
“no pueden los sucesores de Ansenuza” (f. 193), “desde el lindero de la costa de Ansenuza,
sabanas al naciente” (f. 194), “los mojones de Ansenuza” (f. 196), vemos pues que a medida
que pasaban las décadas más se unía Ansenuza a conceptos como tierras, terrenos y
estancia.
Lo más llamativo es que en el folio 7 el perito judicial Estanislao Martínez data
una carta en “Ansenuza y Mayo 10 de 1839”, no creemos que haya estado en bote dentro de
la mar Chiquita, sino que está en las tierras de Ansenuza. Además el documento refiere
constantemente la presencia de salinas al Norte y al Este de Ansenuza.
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Mapa esquemático con la situación relativa de las estancias en esta región hacia 1830/1850
El mismo Monseñor Pablo Cabrera, en su clásica recopilación documental de
1930 nos dice que “doña Josefa Abaytúa, en autos con Don Segundo Frontera sobre mejor
derecho de algunos terrenos en Ansenuza, da la siguiente reseña acerca de os campos
litigados: ‘en los terrenos de Ansenuza, situados en los confines del río de Córdoba, donde
sus aguas forman el lago llamado la Mar Chiquita’”57. Esa referencia de Cabrera es
fundamental, ya que junto con la cartografía histórica, nos terminará revelando que
verdaderamente el topónimo Ansenuza no es para la laguna sino para sus terrenos
adyacentes en la costa sudoccidental de la misma.
ANSENUZA EN EPOCA DE LA ORGANIZACIÓN NACIONAL:
En 1864 el Defensor General de Menores en representación de los hijos de don
Rafael Noriega dice que sus representados tienen un pleito con su tío Angel Noriega y el Juez
Pedáneo Antonio Carnero por “un terreno de extensión de dos leguas ubicado en al lugar
denominado ‘Ansenuza’”58.
57 CABRERA, Pablo: Tesoros del Pasado Argentino: tiempos y campos heroicos; 2ª Serie “Stella Maris”, Imprenta de la Cárcel, 1930, Capítulo I. 58 AHPC, Esc. 4, leg. 162, exp. 24.
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Tenemos otro juicio, del año 1870, por la posesión, propiedad y pastaje de los
terrenos de Ansenuza entre don Rosario Armesto y don Pedro Estevan Álvarez59. En este
juicio, también e refieren a Ansenuza como un territorio, no una laguna.
El expediente es largo y voluminoso, consta de 154 folios, y constantemente se
refieren a Ansenuza como un paraje o estancia o terreno. En el folio 49, se pide un
interrogatorio en donde expresa: “una suerte de tierras ubicada en la ‘mar chiquita’(sic)”,
que dicho terreno tenía por límites “un ‘quebracho ladeado’ que se halla a la falda de Norte
de la ‘loma alta’ (sic), desde allí al Norte hasta dar con la mar, al Sur con el río y al Naciente
hasta la reunión del río con la mar”. En el folio 114 son más precisos, dicen “loma alta o del
mangruyo”; en tanto que en el folio 115 se agrega un topónimo nuevo: Los Mistoles, cuando
dicen:
…un terreno que en sociedad compraron en años
pasados a los señores Armestos para el uso común de ambos
cuya longitud de Naciente a Poniente es desde un Quebracho
que se haya en la falta de la loma del Mngruyo en el lugar de
los Mistoles hasta las salinas de los Algarrobos y u latitud desde
el río hasta las salinas de los Mistoles…
Claramente se refieren a la estancia Ansenuza, tenía dos partes, una al norte del
viejo río Primero (hoy Arroyo Brazo de La Para) y otra al sur del mismo, esta última fue
vendida décadas antes, como vimos más arriba.
En el año 1872, tenemos una pequeña muestra de cómo Ansenuza seguía
identificándose con un lugar o territorio, no con una laguna: Ramón Gómez, apoderado de
Galo Noriega, reclama un campo heredado por éste “en el terreno denominado Ansenuza”60.
Para reafirmar que en aquellos años, a la laguna ya le llamaban definitivamente
Mar Chiquita, y que nunca le llamaron Ansenuza, tenemos un documento de 1878 en el que
Loreto Frullinque compra a Juan Vicente Salas un terreno que “para el naciente linda con la
Mar (…) y está ubicado en Las Saladas, Pedanía de Castaños, Departamento de Santa Rosa”61.
Claramente “la mar era la Mar” mediados y fines del siglo XIX.
Una ley, la Nº 832 del 17 de octubre de 1881 autoriza al Poder Ejecutivo
Provincial a contratar “la mensura de las islas que corresponde en su interior el lago
denominado ‘Mar Chiquita’”; y la ley Nº 1245 del 7 de septiembre de 1892 concesiona a la
empresa Stewart & Co. a construir una línea férrea que “partiendo del FCC Córdoba, ermine
en la Mar Chiquita…”.
59 AHPC, Juzgado 2º Civil, 1870, leg. 158. 60 AHPC, Esc. 1, leg. 543, exp. 10, f. 32. 61 AHPC, Juzgado 2º Civil, año 1879, leg. 153, exp. 7.
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NUEVOS APORTES CARTOGRÁFICOS:
Además de los mapas presentados y analizados por Bucher y Bonofiglio,
últimamente, gracias a las contribuciones de Jorge Miglione, hemos dado con nueva
cartografía histórica que presentamos a continuación, en todos, Mar Chiquita es distinto a
Ansenuza.
Los iremos analizando de a uno.
En este mapa de Arenales, 1831, vemos que el río Primero desemboca en una
laguna que llaman “Saladas”, en tanto que Ansenuza aparece claramente como un lugar
poblado, un paraje o una estancia (A.G.N.)
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Mapa de la frontera Noreste de Córdoba, con sus fortificaciones, 1864. Nótese
que el Norte está representado hacia abajo. Mar Chiquita aparece con ese nombre y figuran
los fortines: Plujunta, Tío, Trinchera, Garabato, Víboras, etc. (ar-agn-mapoteca-II-1864).
Mapa de Córdoba de 1866, donde figura claramente Ansenuza, Boca del Río,
Corral de Gómez, etc. Ansenuza es una estancia, y la Mar Chiquita se llama así (ar-agn-
mapoteca-II-1866).
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Mapa de Córdoba de 1883, donde Mar Chiquita figura con ese nombre, y
Ansenuza es el nombre la cañada, paralela a cañada del Mananial y cañada de Plujunta.
Laguna del Plata figura como “Salinas Viejas” (Mapa de Córdoba-1883-BNA-MA003918).
Mapa manuscrito de Pedanía Mercedes, realizada por el sacerdote García, en
1897, Mar Chquita aparece con ese nombre (AAC, Curato de Tulumba).
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Como dijimos, también los mapas refuerzan nuestra hipótesis. En este caso
hemos presentado algunos mapas poco citados, pero los que se presentan en el libro de
Bucher ya citado, son claros en cuanto a que Ansenuza es un paraje no el nombre d ela
laguna.
SIGNIFICADO DEL NOMBRE:
No vamos a abundar en este punto sobre las disquisiciones que generó el posible
significado de Ansenuza.
Bucher y otros, en el libro ya citado, nos dice:
En primer lugar, es importante tener en cuenta que
no hay ninguna evidencia de que “Ansenuza” sea un vocablo
indígena. Más bien su grafía se asemeja a una palabra
española, tal como lo sugiere Alvarez, después de un análisis
muy detallado.62
Efectivamente, no existe ningún documento –hasta ahora- que nos acerque si
quiera a lo que podría significar Ansenuza, como tampoco a su origen fonético.
A lo indicado por Álvarez, nosotros deseamos recordar que muchos de los
primeros conquistadores del Tucumán eran de origen morisco, algunos incluso hablaban el
mozárabe, y no el castellano, por lo que no sería raro que tenga un origen árabe dicha
palabra.
Así como la el vocablo “Suquía” podría derivar del árabe al-sāqiyah que significa
“acequia”, y este deriva de suqaa (irrigar); no debemos descarar que Ansenuza podría ser
una deformación del árabe hispánico.
No obstante todo queda en el plano de las suposiciones y deducciones, ya que
no han quedado registros históricos que despejen dudas.
CONCLUSIONES:
En ese artículo intentamos terminar definitivamente, a la luz de los nuevos
documentos presentados, con los debates sobre si Ansenuza es la región o la laguna Mar
Chiquita.
Tanto los autores antiguos (Serrano, Montes, Cabrera) como los actuales
(Bucher, Bonofiglio, Candusso) dejaron bastante en claro que el vocablo Ansenuza se refiere
a una región, específicamente a la costa sudoeste, y no al espejo de agua propiamente
dicho, que desde tempranas épocas –año 1701 según estos documentos- ya se llamaba Mar
Chiquita.
62 Bucher, op. cit., p. 313.
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Por extensión, durante fines del siglo XX el nombre pasó a denominar a todo el
arco sur de la Laguna Mar Chiquita.
De hecho, el nombre "Mar de Ansenuza", tiene la preposición "de", que significa
pertenencia, y quiere decir que el mar recibe el nombre de los terrenos aledaños.
También sentamos posición en que debemos ser muy prudentes a la hora de
tratar de interpretar o traducir este topónimo. No hay datos suficientes para nada más que
conjeturas y deducciones, no sabemos qué significado tiene este topónimo.
Nuestro aporte con este artículo ha sido presentar nuevos documentos y
reafirmar, creemos que ya definitivamente, las hipótesis barajadas por otros autores, una
manera de culminar definitivamente con el debate sobre el origen del vocablo Ansenuza.
Concluimos pues, definitivamente, que Ansenuza es el nombre de la región
Sudoeste de la laguna Mar Chiquita y no el nombre de dicho espejo de agua.
REPOSITORIOS:
AAC: Archivo del Arzobispado de Córdoba
AGN: Archivo General de la Nación
AHPC: Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba
AMA-UNC: Archivo del Museo de Antropología de la UNC
BN: Biblioteca Nacional
FD-IEA: Fondo Documental del antiguo Instituto de Estudios Americanistas (FFyF-UNC)
NOTAS DE PRENSA:
http://www.lavoz.com.ar/regionales/miramar-ahora-se-llama-miramar-de-ansenuza-0
http://www.cooptel.com.ar/movil/noticia/miramar-concejo-aprobo-el-cambio-de-nombre-a-la-localidad-2692
http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/cuatro-concejales-decidieron-que-se.html
http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/miramar-posicion-del-museo-anibal-montes.html
http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/ansenuza-habria-sido-una-provincia-en.html
BIBLIOGRAFÍA:
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BUCHER, Enrique; MARCELLINO, Alberto; FERREYRA, Carlos Alfredo y MOLLI, Ángel Francisco: “Historia del poblamiento humano” en: Bucher, Enrique (Ed.): Bañados del río Dulce y Laguna Mar Chiquita (Córdoba, Argentina), Academia Nacional de Ciencias (Córdoba, Argentina), 2006, pp. 301-325
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CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique: Los beneficios de los humedales de la Argentina: amenazas y propuestas de soluciones, Wetlands International, Buenos Aires, 1999
CÓRDOBA, Francisco E.; GUERRA, Lucía; CUÑA RODRÍGUEZ, Carolina; SYLVESTRE, Florence y PIOVANO, Eduardo L.: “Una visión paleolimnológica de la variabilidad hidroclimática reciente en el centro de argentina: desde la Pequeña Edad de Hielo al siglo XXI”; Latin American Journal of Sedimentology and Basin Analysis; Vol. 21 (2) 2014, 139-163; Asociación Argentina de Sedimentología, ISSN 1851-4979.
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